Después de la terminación de un pozo, en un mantenimiento mayor o en el desarrollo de la vida productiva de los pozos, generalmente se requiere restaurar o mejorar las condiciones de flujo del intervalo productor o inyector. Para lograr esto existen dos técnicas principales de estimulación de pozo: la estimulación matricial y el fracturamiento hidráulico; diferenciados por los gastos y presiones e inyección. La estimulación de pozos es una de las actividades más importantes en el mantenimiento de la producción de los pozos petroleros, éstas consisten en la inyección de fluidos de tratamiento a gastos y presiones por debajo de la presión de fractura, con la finalidad de remover el daño ocasionado por la invasión de los fluidos a la formación durante las etapas de perforación y terminación de pozos o por otros factores durante la vida productiva del pozo. Una estimulación se define como el proceso por el cual se intenta restituir o crear un sistema de canales en la roca productora en un yacimiento para facilitar el flujo de fluidos de la formación al pozo. En México las estimulaciones se efectúan en rocas carbonatadas utilizando ácido clorhídrico (HCl) a diversas concentraciones, también en menor escala son hechas en areniscas donde se utiliza ácido fluorhídrico (HF), pero actualmente se ha optado por realizar fracturamientos hidráulicos a consecuencia de los precipitados generados con estos ácidos. Los procedimientos de la estimulación matricial son caracterizados por gastos de inyección a presiones por debajo de la presión de fractura, ésto permitirá una penetración del fluido a la matriz rocosa en forma radial para la remoción del daño en las inmediaciones del pozo.
1.2 Éxito de una estimulación
1.3 Éxito de una estimulación 1.4 Éxito de una estimulación 1.5 Éxito de una estimulación
El éxito de una estimulación matricial depende principalmente de la selección apropiada del
fluido de tratamiento y el procedimiento de selección esto es muy complejo, ya que se involucran diversos factores que varían ampliamente, entre los más importantes están:
El tipo de daño. Severidad y localización del daño. Compatibilidad con el sistema roca fluido de la formación.