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Lectura Gálatas 4:8-11: 8 Pero en aquel tiempo, cuando no conocíais a Dios, erais
siervos de aquellos que por naturaleza no son dioses. 9 Pero ahora que conocéis a
Dios, o más bien, que sois conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis otra vez a
los débiles y pobres rudimentos, a los cuales deseáis volver a estar esclavizados de
nuevo? 10 Observáis los días, los meses, las estaciones y los años. 11 Temo por
vosotros, que quizá en vano he trabajado por vosotros.
Intro: Como les expliqué anteriormente, los gálatas a los que Pablo escribió esta
carta, eran descendientes de los galos – celtas, pueblos del centro - norte de Europa.
Parte de este pueblo, por diversas razones, habían emigrado a la región en aquel
entonces conocida como Asia menor, hoy conocida como Turquía. Los galos eran
pueblos paganos que adoraban la naturaleza, los elementos, los astros, y también a
ciertas entidades espirituales, algunas aparentemente benévolas y otras malevolas, a
quienes se rendían culto buscando su favor, protección, y bendición. Algunas de las
principales entidades adoradas por los celtas, de modo general eran: Esus – a quien
se le ofrecían sacrificios humanos. Esta ofrenda consistía en colgar a personas de un
árbol, propinarles cortes, y dejar que se desangraran hasta la muerte. Esus era uno
de los dioses mayores en la mitología celta, y era sediento de sangre. Taranis, otro
de los principales dioses galos, también exigía sacrificio de personas las cuales
deberían ser quemadas, y se le ofrecía sus cabezas. Teutates, otro de los principales
dioses galos, también exigía víctimas humanas, éstas deberían ser ahogadas en una
especie de cubo. Había también rituales relacionados con la fertilidad y el amor,
caracterizados por orgías diversas, y otras ceremonias las cuales “resuenan” aun en
los días de hoy en algunas localidades de Europa. Los gálatas de la época de Pablo
eran parte de la colonia del imperio romano que recibió el nombre de Galacia justo
por sus habitantes. Éstos eran galos helenizados – que habían asimilado la cultura
grecorromana. Su cultura y religión estaban mezcladas con la cultura y religión del
Imperio. Se pueden imaginar el contexto caótico religioso en el cual se encontraban
los gálatas. Donde prácticamente todo era divinizado en un frenesí de intentos de
lograr estar en armonía con lo divino. Cultos, ritos y ofrendas que buscaban
conquistar el favor, la bendición, y el servicio de los dioses.
En libros de Hechos, está registrado el relato de cómo mediante la predicación del
evangelio, por medio del ministerio de Pablo, toda Asia menor llego a oír el
evangelio, y como Dios liberaba a multitudes de enfermedades, de la opresión
demoniaca, y del engaño de las artes místicas, como por ejemplo la magia.
Igualmente fue el ministerio de Pablo entre los gálatas. Pablo impedido por la
voluntad soberana de Dios, se detuvo en Galacia y les predico el evangelio de
Cristo, quien vino a morir, y resucitó, para hacer libre al pecador de la esclavitud
del pecado, y de la ignorancia en la cual vivían. Él presentó el evangelio de la
Gracia de Cristo a los gálatas, Dios los liberó del yugo de la ignorancia pagana, se
reveló a ellos e hizo milagros y prodigios entre ellos. Después de haber probado el
don de la gracia de Dios, de experimentar la libertad de relacionarse con Dios,
gracias al sacrificio de Cristo que los propicio y reconcilió con Dios, los gálatas se
estaban desviando una vez más por caminos oscuros, sometiéndose una vez más a
la esclavitud. El punto central de este párrafo es el atemorizante hecho de que los
gálatas, que realmente habían gustado del poder revelador del Espíritu Santo,
haciendo resplandecer el glorioso evangelio del Glorioso y suficiente Cristo,
estaban volviendo a la esclavitud idolatra por medio del legalismo, lo que equivale
a la idolatría pagana.
Es necesario que Dios, con su poder soberano, irrumpa en las tinieblas e ilumine a
los que están en el engaño de Satanás, para que puedan apreciar el resplandor del
evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios, para que las personan
sean libres de la esclavitud de la idolatría satánica.
Hasta que seamos iluminados por el genuino conocimiento del único Dios, siempre
serviremos a los ídolos, con cuya disimulación podemos encubrir nuestra falsa
religión. El legítimo culto divino, por lo tanto, debe ser precedido por un sólido
conocimiento. Calvino
Esto nos lleva al significado de la siguiente afirmación hecha por Pablo en cuanto al
estado intermedio de los gálatas – ahora conocéis, ahora sois conocidos.
9a
Pero ahora que conocéis a Dios, o más bien, que sois conocidos por Dios (…)
Aquí el apóstol firma que los gálatas han conocido a Dios, y más importante, que
Dios los conoce a ellos. Hay esperanza en las palabras de Pablo.
Da la impresión que Pablo se está autocorrigiendo, pero no, lo que está haciendo es
enfatizando el origen del conocimiento salvífico del creyente. No por su propia
iniciativa, sino por iniciativa de Dios mismo, quien conoce y se da a conocer.
Isaías 65:1 - Me dejé buscar por los que no preguntaban por mí; me dejé hallar por
los que no me buscaban. Dije: “Heme aquí, heme aquí”, a una nación que no
invocaba mi nombre.
No fue la piedad de los gálatas lo que les liberó de la ignorancia del paganismo, y
les abrió el entendimiento para que conocieran a Dios. No fue por sus esfuerzos, fue
por la iniciativa divina. Es importante recordar que la palabra “conocer”, tiene un
significado más profundo que un mero conocimiento intelectual, conocer involucra
un proceso mental y experimental – relacional, transmite la idea de un
relacionamiento intimo. Esto es un recordatorio de quien empezó la relación entre
Dios y los gálatas, a saber, Dios mismo.
2 Timoteo 2:19a - No obstante, el sólido fundamento de Dios permanece firme,
teniendo este sello: El Señor conoce a los que son suyos (…)
1 Corintios 8:3 - pero si alguno ama a Dios, ése es conocido por El.
1 Juan 4:10 - En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros
pecados.
En palabras de Tim Keller: “Así que, entonces, dice Pablo, no es tanto tu estima y
amor por Dios, sino más bien Su estima y amor por ti lo que realmente te hace un
cristiano”.
Desde el principio, la salvación que viene del Dios verdadero, y la libertad que solo
Él puede dar, proviene exclusivamente de Él, por su soberana gracia. No es un
resultado de la humana obediencia religiosa, sino de su divina gracia amorosa.
Romanos 9:16 - Así que no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios
que tiene misericordia.
Teniendo esto en cuenta, que Dios se revela, se relaciona, ama, salva al hombre por
pura e incondicional gracia, la parte (b) del presente versículo, cobra mayor peso.
La pregunta que lanza Pablo ahora, recuerda otras expresiones de espanto
manifestadas a lo largo de la carta: 1:6-7 (“Me maravillo de que tan pronto hayáis
abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio
diferente; que en realidad no es otro evangelio”…); 2:14 (“Pero cuando vi que no
andaban con rectitud en cuanto a la verdad del evangelio”…); 3:1 (“¡Oh,
gálatas insensatos! ¿Quién os ha fascinado a vosotros, ante cuyos ojos Jesucristo fue
presentado públicamente como crucificado?”...)
Pablo pregunta: 9b (…) ¿cómo es que os volvéis otra vez a los débiles y pobres
rudimentos, a los cuales deseáis volver a estar esclavizados de nuevo?
Jeremías 2:11-13
11
¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Sin
embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha. 12 Espantaos, oh
cielos, por esto, y temblad, quedad en extremo desolados —declara el SEÑOR.
13
Porque dos males ha hecho mi pueblo: me han abandonado a mí, fuente de aguas
vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas agrietadas que no retienen el agua.
“Oh gálatas insensatos” ¿Cómo es que os volvéis otra vez a los débiles y pobres –
inútiles, rudimentos, a los cuales deseáis volver a estar esclavizados de nuevo?
“El principio básico de este mundo es que nosotros tenemos que salvarnos a
nosotros mismos. Adoraremos lo que creemos que necesitamos para estar
satisfechos, para darnos “vida”. Y Pablo está diciendo que cualquier “cosa” básica
–dinero, sexo, una montaña, etc. Puede ser adorado, tratada como un dios y
volverse el fundamento de tu religión. Y sea lo que sea que adoremos, nos
esclavizará. En el mejor de los casos, la idolatría y la esclavitud de la religión son
más peligrosas que la idolatría y la esclavitud de la irreligión porque son menos
obvias. La persona irreligiosa sabe que está lejos de Dios; la persona religiosa no.
Pablo está diciendo que ganarse uno mismo la salvación por medio de la
escrupulosa religión y la moralidad bíblica es una esclavitud e idolatría ¡tan fuerte
como el paganismo con toda su inmoralidad! Al final, la persona religiosa está tan
perdida y esclavizada como la persona no religiosa. ¿Por qué? Porque ambas están
tratando de ser su propio señor y salvador, pero de diferentes maneras. Ambas se
basan en “los principios de este mundo” Timothy Keller.
Cuando tales doctrinas era recibidas, el culto a Dios era corrompido, la gracia de
Cristo era invalidad, y la libertad de consciencia, suprimida. Juan Calvino
Desde la caída, los seres humanos, al igual que Adán y Eva, tratamos de alcanzar
nuestra divinización, nuestra ascensión espiritual por nuestros esfuerzos. Estos son
los principios elementales, básicos, naturales, propios del mundo. Éstos pueden
expresarse como tu buen comportamiento religioso, tu obediencia, tu oración, tu
lectura bíblica y etc. La obediencia religiosa que no proviene de una profunda
satisfacción por lo que Dios ha hecho por nosotros, es débil e inútil, y tiende a
volverse en esclavitud del alma, idolatría pagana, lo que finalmente es equivalente a
un culto a demonios.
Pablo termina esta parte expresando su estado emocional, su temor interno
por observar el camino que están tomando los gálatas.
11
Temo por vosotros, que quizá en vano he trabajado por vosotros.
¿En qué consistió el trabajo de Pablo? ¿Cuál es la finalidad de su labor? Predicar el
evangelio de la suficiente gracia de Dios, que declara recto, perfectamente sin
cualquier culpa ante Él, a todo aquél que cree y confía solamente en Jesús 1:4,
11,15 -16; 2:16, 21; 3:1b; 13; 4:4-5, 19; 5:1-5.
Pablo teme, pero no afirma que ha trabajado en vano. Es curioso que su trabajo no
se trata de convertir a nadie, sino de presentar a Cristo crucificado, para pagar por
los pecados, el Cristo resurrecto, glorioso, que intercede por los creyentes. Pablo no
desistió de hacerlo. Más adelante vemos como Pablo abre su corazón y afirma que
una vez más el “sufre los dolores de parto”, él usa el dolor del parto, una expresión
de amor materno agridulcemente tierna, como ilustración para describir su dolor y
deseo de una vez más predicarles el evangelio a los gálatas, y eso con un objetivo,
que Cristo sea formado en el corazón de ellos - vs 19 “Hijitos míos, por quienes
vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros…” Pablo
no desiste por la posibilidad de que su labor anterior haya sido en vano, él persiste,
quiere que Cristo sea formado en los que tiernamente él llama de “hijitos”.
Un ídolo es algo a lo que acudimos en busca de aquellas cosas que solo Dios puede
dar. La idolatría funciona a sus anchas dentro de comunidades religiosas cuando se
eleva la verdad doctrinal a la posición de un dios falso. Esto se produce cuando las
personas se apoyan en la corrección de sus doctrinas, o cuando se limitan a ponerse
de parte de Dios, en lugar de apoyarse en Dios mismo y en su gracia. Se trata de un
error sutil, pero mortal. (…) Hay otra clase de idolatría religiosa que tiene que ver
con la propia vida moral. (…) La manera normal de comportarse, que tiene el
corazón humano consiste en tratar de controlar a Dios y a los demás por medio de
nuestro rendimiento espiritual. Por haber llevado una vida virtuosa, sentimos que
Dios (y la gente con la que nos encontramos) nos debe respeto y apoyo. Aunque
hablemos abundantemente sobre Jesús como ejemplo e inspiración de nuestra vida,
seguimos buscando la salvación en nosotros mismos y en nuestros propios
esfuerzos morales. (…) Cuando se convierten en idolos la precisión doctrinal, el
éxito en el ministerio o la rectitud moral, esto lleva a unos conflictos internos
constantes, a la arrogancia y a la justicia propia, y a la opresión de aquellos cuyos
puntos de vista sean distintos. Tim Keller – Dioses Falsos.
Al no creyente: No existe otro dios a parte del Dios que se reveló a través de la
Biblia. Cualquier ídolo, imagen, misticismos, invocaciones a espíritus y etc. Es un
culto a los demonios, a los espíritus de la tinieblas, a los cuales estás esclavizado,
sin aun no has confiado únicamente en Cristo para tu salvación. Cualquier camino
alternativo que promete el cielo, aparte del que Dios mismo provee, es decir
Jesucristo, el camino la verdad y la vida, son caminos a la servidumbre demoniaca
y al mismo infierno.
En Lucas 16:15, Jesús dirigiéndose a un grupo de personas que creían que su forma
religiosa, y su “buen comportamiento exterior” les justificaba ante Dios, les dijo:
Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos ante los hombres, pero Dios
conoce vuestros corazones, porque lo que entre los hombres es de alta estima,
abominable es delante de Dios.
Solo Dios te pude hacer realmente libre, y por su abundante y suficiente gracia,
regalarte la vida eterna. Desiste de cualquier esfuerzo religioso, filosofía o
creencias que te prometan la gloria eterna, confía solamente en Dios, y en su gracia
misericordiosa. Aférrate por la fe al Dios creador del universo que se reveló en la
Santa Biblia. El único Dios verdadero, quien envió a Cristo, para que salvara a
cualquiera que se arrepienta de sus pecados y confíe solamente en Él y en nada más
para su salvación. ¡Amén!