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ANALISIS DE LA ULTIMA CENA

 Lenguaje Secundario
El lenguaje poetico se basa de las lenguas naturales, pero este
lenguaje no coincide con la lengua castellana, ya que este lenguaje
poetico podría haberse dicho de modo más directo, simpe y neutro.
También el lenguaje poético tiene su propia organización interna
como la funcionalidad es decir recurre a recursos estilísticos.
Vemos como watanabe hace uso del lenguaje secundario ya que
alude a la religión, tanto como el evangélico y católico. El otro
elemento viene hacer la función del lenguaje secundario como este
interviene en el poema “La ultima cena”, es decir actúa como una
función argumentativa.

 Información depende de la estructura:


El autor utiliza figuras retoricas o figuras literarias como: Triste nocheel
verso libre, ya que no está sujeto a la rima ni al metro fijo, es decir
estos versos no están vinculados a ningún otro verso. Vemos como hay
ausencia de puntuación ya que esta se reflejaría con un ritmo pausado,
fluido e inflexión tonal, es decir el poema va estar manifestada en
cuanto a la inflexión de voz según el sentido y estilo que le brinda el
autor. Las palabras como: Pascua, El, Era, Jerusalen, Mestro,
adquieren cierta importancia frente a los espacios vacios al poner su
primera letra en mayúscula.
Esta importancia apunta a una valorización de la función del lenguaje
ya que vemos un lenguaje argumentativo – narrativo, atreves de la
palabra “ cena, muerte, Jesús, parábola”.
I. Modelización del Mundo:
El poema nos hace referencia a una mujer que pasa por la tercera
edad y esta pone su mano a larga mesa de alimentos en la cena
de Pascua.

El autor se sirve del lenguaje poetico


en el poema acerca de la Muerte de Jesús.según el sentido de lo que se dice,
la emoción que se expresa y el estilo o acento en que se habla.
En el poema “El Amor” de Gonzáles Prada, la entonación va a mantenerse de
la misma manera en los primeros dos cuartetos, regida siempre por la
terminación de cada verso, que en este caso, todos son graves, por lo que
Es por esta razón por la que los versos que no están vinculados a ningún otro
verso del texto a través de la rima reciben el nombre de "versos libres"

El otro elemento central es la función de la palabra y de la


parábola como forma discursiva. Los poemas de Watanabe
siempre han tenido mucho de parábolas (“Pienso que el
nivel expresivo más alto es la parábola” afirmó en una
entrevista) y en este libro el único texto en el que Jesucristo
habla directamente
Vemos como watanabe hace uso del lenguaje estético en
relación con su parabola ya que este lenguaje pretende
enfatizar la desviación conscisiente del lector con respecto al
sentido literal de la parábola.
resenta múltiples rasgos y es difícilmente
delimitable, por cuanto los recursos son muy
variables, incluso en diferentes poemas de un mismo
libro. Además, conviene ir aunando estos rasgos con
la estructura externa y con sus valores significativos,
pues una enumeración de elementos poéticos sin
valor significativo carece de todo interés. (Ejemplo:
"el texto presenta muchas metáforas, repeticiones y
aliteraciones". ) Y esa explicación tampoco consiste
en definir las figuras ( Ejemplo: "la aliteración es la
repetición de fonemas" ) Para realizar un buen
comentario se deben evitar estas listas y
explicaciones que no aportan nada sobre el texto.
Habrá siempre que buscar su valor poético.
Radicará en el uso de de figuras literarias y en el
valor expresivo que aporten los materiales
lingüísticos. En realidad no son dos aspectos
distintos, sino que están funcionando en el mismo
plano. La distinción es puramente metodológica.
Sin pretender la exhaustividad, se pueden apuntar
algunos elementos que tal vez sirvan de guía,
teniendo en cuenta que no todos aparecerán en un
determinado poema. Advertir también que cada
poema impondrá el orden en que se comentan estos
materiales; por ello, el orden en que aparecen aquí
sólo obedece a los diferentes planos de la lengua.
Vemos como watanabe hace uso del lenguaje estético para
crear en el poema un lugar de reconcilacion entre el hombre y
jesus parábolas bíblicas, es decir
I. El lenguaje estético de Watamabe

sus funcionesEl poema es entonces un objeto más


que se añade al mundo y, como todo objeto hecho
por el hombre, se convierte en un hogar para el
hombre: en un lugar de reconciliación entre el
hombre y el mundo. La permanencia de los poemas
a través del tiempo, a diferencia de la transitoriedad
de los objetos de uso, hace de ellos, y del arte en
general, según palabras de Hannah Arendt: «el
hogar no mortal para los seres mortales» (2005, p.
185). La poética de Watanabe se distingue,
precisamente, por buscar crear en el poema un
«pequeño espacio de confianza»4 , tanto para el
poeta como para el lector. SiPara Watanabe es
importante que el poema sea útil a su lector; no
olvidemos que en él convergen el poeta y el
narrador; sin embargo, esa utilidad de la narración
de la que hablaba Benjamin se traslada a sus
poemas de forma distinta: Watanabe no aconseja a
su lector, ni le ofrece una regla de conducta o una
moraleja, pero sí le brinda una compañía: ahí radica
la utilidad de su poema.
El poema, por su naturaleza poética, es inseparable
de su forma, «el sentido que se propone encuentra
como única salida, como única forma, la forma
misma de la que provenía»
Lo que puede reducirse a claridad en los poemas de
Watanabe es, entonces, solo esa historia que narra,
es decir, la superficie del poema; esta queda en el
recuerdo del lector; sin embargo, la poesía siempre
escapa, danza, revolotea, dejando ese regusto que
señala que hay otros niveles de lectura, otras capas
que no pueden reducirse ni parafrasearse, y que se
mantienen ceñidas a la forma que las contiene, que
son inseparables de esta y solo pueden vivir en ella
y a partir de ella. Para que nazca un poema, el
poeta debe ser capaz de dar sentido a los sucesos
que vive y observa, y a las cosas con las que se
relaciona; debe conmoverse ante el mundo vivo
que lo rodea y encontrar las relaciones implícitas e
invisibles (para otros), que se organizan ante su
mirada. En ocasiones el mundo se dispone a sí
mismo de tal manera que el poeta puede deducir
de lo que ve un ejemplo, una fábula o una historia
que requieren de su lenguaje para materializarse,
para consumarse. El poeta traslada aquello que ve
en imágenes, en las cuales un lector atento puede
reconocerse y reconocer su mundo. Es,
precisamente, el encuentro entre el hombre y el
mundo a través del poema-objeto lo que posibilita
el recuerdo, lo que queda como una huella en la
memoria del lector. De todas las cosas del
pensamiento, escribe Hannah Arendt: la poesía es
la más próxima a él, y un poema es menos cosa que
cualquier otra obra de arte; no obstante, incluso un
poema, no importa el tiempo que exista como
palabra viva hablada en el recuerdo del bardo y de
quienes le escuchan, finalmente será hecho, es
decir, transcrito y transformado en una cosa
tangible entre cosas, porque la memoria y el don
del recuerdo, de los que surge todo deseo de ser
imperecedero, necesita cosas tangibles para
recordarlas (2005, p. 187). Vida y lenguaje se
alimentan mutuamente para gestar un poema:
«todo en nuestras vidas, si es auténtico y nos toca
con suficiente profundidad y emoción, es
susceptible de ser organizado en una forma que
puede ser la de un poema» (1987, p. 103); las
palabras de William Carlos Williams reafirman la
importancia de la vida como material de primera
mano p

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