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La violencia incosnciente

La violencia se define como la práctica de la fuerza física o verbal sobre otra


persona u objeto. Y esta violencia adquiere diferentes caras según sea el
contexto ene l que se da y el medio que se usa.
Nuestra cultura y nuestra sociedad, lamentablemente es muy violenta, tanto así que
no se percibe.
La violencia cotidiana se ha naturalizado y no la notamos porque la aceptamos
haciéndonos parte de ella muchas veces.
En la calle, en el metro, en el por puesto, en el negocio, en el trabajo, en la casa, en la
tv, en las fiestas, en los discursos, en todas partes la violencia impera en sus diversas
caras.
La más visible es la violencia directa, el puñetazo, el disparo, la cuchillada, pero quiero
referirme a las otras formas de violencia como el grito, tantas madres que gritan a sus
hijos por ejemplo, o la desconsideración, tantos maridos que ningunean a sus parejas,
el lenguaje corporal denigrante, las señas, las miradas que conllevan al acoso.
Hasta la burocracia es violencia y tortura, cuando te hacen entrar en su laberinto de
imposibilidades, formularios, horarios, jefes indios, corrupción, adulancias y
prostituciones.
Quiero detenerme en estas formas de violencia que atraviesan toda la sociedad y que
naturalizamos todos los días.
Detrás de cada acto de violencia de este tipo hay inconsciencia y mucho narcisismo.
No nos sentimos parte de los demás sino más bien estamos centrados en nuestros
deseos y necesidades, y cualquier objeto animado o inanimado que se interpone
tendemos a apartarlo, aplastarlo, derribarlo, alejarlo, eliminarlo.
Esto es lo que produce nuestra cultura patriarcal, machista, narcisista y conservadora.
Los modos comunes de reaccionar no han cambiado desde hace siglos, no importa
toda la tecnología e imágenes que queramos meterle, sigue siendo igual. El miedo
sigue imperante y se infiltra en todo.

Siéntate un momento y recuerda tres episodios en donde te has dejado llevar por una
respuesta violenta, física o verbal y analiza que sentías justo en el momento que
actuaste así, seguramente hubo miedo, dolor, sentimiento de desconsideración hacia ti
por ejemplo.
La próxima vez que sientas alguna de estas sensaciones detente, no reacciones,
voltéate, ponte a hacer otra cosa, o si puedes ríete de ti de la situación y de todos a
ver si logras darte cuenta que todo es un escenario en donde puedes cambiar el guión
de la violencia.

“Parafraseando a los sabios: Nadie puede pensar y golpear a alguien al mismo tiempo.”

Susan Sontag

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