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mundo externo?
Los seres humanos siempre hemos considerado que los sentidos son una puerta de
entrada al mundo exterior, a través de los cuales examinábamos nuestro entorno y
lográbamos obtener información básica sobre él, para poder velar por nuestra supervivencia
(Velázquez, 2001). Aristóteles organizo esos radares naturales del organismo en cinco, los
cuales fueron: vista, oído, gusto, tacto y olfato. A estos, hemos ido adicionando últimamente
otros, como el sentido de la temperatura, el equilibrio, el dolor, la posición corporal y el
movimiento. Sin embargo, nuestros sentidos, como ya suponía Descartes, quien afirmaba
que no podíamos confiarnos de ellos para así conocer el mundo, los cuales no son simples
captores de la realidad: cambian los fotones en imágenes, las vibraciones en sonidos y las
reacciones químicas en olores y sabores. Tampoco las percepciones que concibe el
cerebro a partir de esos estímulos reconocen al mundo externo tal y como es.
Los mecanismos de los procesos sensoriales igualmente se constituye por: sensación,
percepción y conciencia, partiendo de que la sensación es el proceso por el cual se
localizan, identifican y regulan los estímulos y únicamente da a conocer o llevar la
información. Del mismo modo la percepción es la interpretación de la información y por
último la conciencia viene siendo la experiencia mental interna de una persona. Nuestros
sentidos interactúan entre ellos, desde que empieza una percepción, se encargan de
aumentar y potenciar a otros sentidos, incluso de competir entre ellos y a la vez de alterarse
unos con otros de forma asombrosa. Esa aleación de la información sensorial es
fundamental para que el cerebro haga una imagen del mundo exterior.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:
Groffman, S. (2006). The Relationship Between Visual Perceptual Problems and Learning.
En M. Scheiman, Visión Problemas (pp. 241-280). Philadelphia: Evolve