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2. RITO DE APERTURA.
a. + En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu
Santo. R/. Amen.
b. Saludo: (se utiliza una de las siguientes fórmulas)
i. El Dios de la esperanza, que con la acción del Espíritu Santo
nos llena de su alegría y de su paz, permanezca siempre con
todos ustedes. R/. Amen
ii. La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de
Jesucristo, el Señor, estén con todos ustedes. R/. Amen
iii. El Señor, que dirige nuestros corazones para que le
amemos, esté con todos ustedes. R/. Amen
iv. La paz, la caridad y la fe, de parte de Dios Padre, y de
Jesucristo, el Señor, estén con todos ustedes. R/. Amen
3. ACTO PENITENCIAL.
a. Invitación: (Se invita al arrepentimiento con una de la siguientes
fórmulas)
i. Hermanos, humildemente, con corazón arrepentido,
reconozcamos nuestros pecados.
ii. El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra
y de la Comunión, nos llama ahora a la conversión.
Reconozcamos, pues, que somos pecadores e
invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
iii. Al comenzar esta celebración, pidamos a Dios que nos
conceda la conversión de nuestros corazones; así
obtendremos la reconciliación y se acrecentará nuestra
comunión con Dios y con nuestros hermanos.
iv. Humildes y penitentes, como el publicano en el
templo,acerquémonos al Dios justo, y pidámosle que
tenga piedad de nosotros, que también nos reconocemos
pecadores.
b. Confesión de los pecados: (Se hace la confesión de los
pecados: cantando el “Señor ten piedad” , un canto peniten-
cial adecuado o utilizando una de las siguientes fórmulas)
i. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes,
hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por
mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre
Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
ii. + Luz del mundo, que vienes a iluminar a todos los que viven
en las tinieblas del pecado: Señor ten piedad. R/. Señor, ten
piedad.
+ Buen pastor, que vienes a guiar a tu rebaño por las sendas de la
verdad y la justicia: Cristo, ten piedad. R/. Cristo, ten piedad.
+ Hijo de Dios, que volverás un día para dar cumplimiento a las
promesas del Padre, Señor, ten piedad. R/. Señor, ten piedad.
iii. + Tú que has enviado a sanar los corazones afligidos: Señor
ten piedad. R/. Señor, ten piedad.
+ Tú que has venido a llamar a los pecadores:
Cristo ten piedad. R/. Cristo, ten piedad.
+ Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder
por nosotros:
Señor ten piedad. R/. Señor, ten piedad.
c. CREDO NICENO:
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de
todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de
todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue
hecho; que por nosotros los, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra
del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por
nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue
sepultado y resucitó al tercer día según las Escrituras; subió al cielo y está
sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a
vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre, que
con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
22. CONCLUSIÓN.
+ Que el Señor todopoderoso nos bendiga, nos libre de todo mal
y nos lleve a la vida eterna, en el nombre del Padre + y del Hijo +
y del Espíritu Santo.
R/. Amen.
+ Podemos ir en la paz del Señor.
R/.Demos gracias a Dios.
ACCIÓN DE GRACIAS
Señor y Padre nuestro, tuyo es cuanto hay en el cielo y en la
tierra. Por eso hoy elevamos a ti nuestra más sentida acción de
gracias.
Tú has estado presente cada día que cada uno de nosotros ha vivido para poder compartir este
momento de triunfo. Has asistido a clases con nosotros; has luchado con nosotros; nos has fortalecido cada
vez que las fuerzas nos han faltado; has sido testigo de cada pequeño éxito y has sufrido con nosotros ante
nuestros pequeños y grandes fracasos... Todo esto lo has hecho como Amigo incondicional que eres.
También sabemos que nuestros profesores han sido instrumento
de tu amor para irnos modelando día a día desde lo que cada uno de
ellos es; por eso te damos gracias por cada docente que nos ha
formado a lo largo de todos estos años.
Sentimos que, a pesar de no habernos instruido en las aulas, el
personal administrativo y de servicio ha sido prolongación de los
cuidados que, en el hogar, se nos proporcionan y ejemplo de
servicio. Por todos ellos, te damos gracias.
Reconocemos que nuestros grupos familiares han sido
definitivos baluartes en nuestro caminar hasta este día y que sus
cuidados, respaldo y amor han constituido nuestra primera
fortaleza. Por todos ellos, te damos gracias.
Por todas las personas que nos han impulsado a seguir adelante,
por nuestras distintas comunidades, autoridades y benefactores, por
todos ellos... ¡Gracias, Señor!
MONICIÓN DE ENTRADA
Nuestro saludo es diferente en este día,
hermanos y hermanas. Sin importar cuántas
situaciones dolorosas podamos estar viviendo,
solo hay un deseo en nuestros corazones: ¡Feliz
Navidad, hermanos y hermanas! Les damos la
más cordial bienvenida a nuestra celebración
solemne del Nacimiento del Hijo de Dios.
El mensajero ha hablado. Nos ha anunciado que
podremos encontrar la paz verdadera. Aquel que
es el Verbo de Dios ha comenzado a actuar en
medio de nosotros. Aquel que, también, es la
Palabra de Dios, ha comenzado a expresarse en medio de nosotros. ¡Nos ha
nacido EL REDENTOR! ¿Será que Le reconoceremos? Vivamos gozoso la
manifestación de Dios hecha Eucaristía y recordemos llevar Su mensaje, cual
ángeles o pastores lo hicieran, a donde quiera que nos encontremos.
Ciertamente, en esta noche hemos venido por diferentes circunstancias.
Unas se refieren a alegrías y logros. Otras, en cambio, nos encuentran con el
dolor, con algún tipo de pérdida. Queremos pedir a Dios por todas nuestras
intenciones, ya nombradas. Especial oración les pedimos por Yukensi
Velázquez, una joven madre y profesional que ha partido al encuentro de la
Promesa, Promesa que es amor, que es paz, que es Vida. ¡Eso es lo que
especialmente esperamos en esta Navidad!
Recibamos, pues, al celebrante, el padre Jesús Antonio León García. ¡No
estemos tristes! ¡Nos ha nacido nuestro Salvador!
PENITENCIAL
1. Vino a los suyos y los suyos no Le recibieron. Pedimos perdón porque
cerramos al Señor nuestro corazón, despreciando Su Presencia. Señor que
has nacido, ¡ten piedad!
2. El Verbo se hizo carne. Hoy pedimos perdón porque nuestras palabras no
siempre hablan como nuestras obras y nos quedamos en palabras muy
bonitas, pero nada más. Señor que has nacido, ¡ten piedad!
3. Tanto amó Dios al mundo que nos envió a Su Hijo único en Navidad.
Pedimos perdón porque, nosotros también nos fijamos en lo que luce, en lo
que se ve, en la apariencia, corriendo el riesgo de olvidarnos del amor que
Dios derramó sobre todas y todos en la primera Navidad. Señor que has
nacido, ¡ten piedad!
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- Hoy es todo alegría: Tal y como lo expresa el profeta
Isaías, en la Primera Lectura, ¡qué hermosos son los pies del
mensajero...! Es que ha llegado el Señor que esperábamos. La alegría
y el amor por todo y por todos deben llenarnos hoy, pues ese Niño nos
ha traído la liberación.
SALMO.- Con el Salmo 97 se adoraba a Dios cuando se esperaba Su
venida. Los judíos piadosos creían que un día el Señor les salvaría.
Nosotros sabemos que Dios ha venido junto a nosotros en la debilidad
de un Niño. Sabemos que el Señor está con nosotros para salvarnos.
Pero, ¿creemos realmente? ¡Creamos y alabemos! Dios se ha
humanizado para divinizarnos.
SEGUNDA.- El comienzo de la Carta a los Hebreos, que es nuestra
Segunda Lectura, nos expone el plan de Dios, trazado
desde antiguo,por medio de los profetas. Hoy, desde hoy, es el Hijo
quien nos habla. Él nos trae nuestra salvación.
EVANGELIO.- El Evangelio de San Juan nos presenta un importante
texto de la Escritura donde se describe de manera muy completa a
Nuestro Señor Jesús, hecho carne y acampado entre nosotros para
mejor conocer al Padre, para darnos la Salvación.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Para que la Iglesia transmita a las futuras generaciones el gran Misterio de
la Navidad. Un Misterio que es Dios en medio de nosotros. Para que sepa
expresar en palabras nuestras lo que este Misterio encierra. Roguemos al
Señor.
2. Por todos los que estamos en esta Eucaristía, atendiendo a nuestras
tradiciones cristianas. Para que tengamos el valor de mostrarnos cristianos
ante este mundo que niega a Dios. Roguemos al Señor.
3. Hay muchos que no estuvieron en nuestras mesas. Roguemos por quienes
ya no se relacionan. Por los enfermos, los que están hospitalizados. Por los
presos. Por los que no pueden vivir la Navidad en familia. Por los que se
encuentran en dificultades. Por los que están en otro país. Para que el Niño
Dios esté presente en sus corazones. Roguemos al Señor.
4. Por nuestras familias. Para que las reuniones de estos días sean signo de
nuestra fe y de nuestra esperanza en Dios. Para que la bendición de la mesa
nunca se olvide, así como el visitar a nuestros familiares y amigos enfermos,
cantar aguinaldos o expresar nuestra fe con un ‘¡Feliz Navidad!’ Roguemos al
Señor.
5. A veces nos cuesta entender tanta alegría. Oramos por las personas que
están tristes por situaciones en sus vidas, especialmente en fechas cercanas a
la Navidad. Que la ternura de Dios -nacido en debilidad y necesidad, como
cualquiera de nosotros- nos enfoque a superar el dolor.
Roguemos al Señor.
6. Recordamos a nuestros seres queridos ya difuntos, quienes ¡hoy cantan y
gozan ante el Niño Dios en el cielo! Que nuestras oraciones les ayuden a vivir
la paz de Dios, mientras nosotros nos encaminamos al Señor en medio de
nuestras situaciones. Recordamos a nuestra Yukensy y a quienes hoy se han
encomendado. Que Tu Misericordia los haya llevado a la Presencia del
Padre.Roguemos al Señor.
OFERTORIO
Queremos alabarte, Señor, pues Tu amor es grande:
1. LUCES: ¡Tú eres la Luz del mundo! Queremos que nuestras vidas
estén bañadas por Tu Luz.
2. FLORES: ¡Tú eres la vida misma! Te damos gracias por la vida y
Te pedimos la transformes con el rocío de Tu Espíritu.
3. ORACIÓN: ¡Tú eres el Hijo de Dios orante! Este Rosario
representa, Señor, nuestras oraciones y nuestro deseo de imitar a
María, dentro de quien Tú viviste.
4. ALIMENTOS: ¡Tú quieres que demos de comer al que no tiene!
Como expresión de sacrificio y donación personal entregamos estos
alimentos que hoy compartimos con nuestros hermanos más
necesitados.
5. PAN Y UVAS (HOSTIAS Y VINO): El fruto del trabajo del hombre
que cultiva y trabaja, se hace presente sobre este altar; transfórmanos
en Ti, Señor.
6. CÁLIZ Y VINAJERAS: Presentamos y recibimos el pan y el vino
donde creemos que Tú, Señor, Te nos entregarás como alimento para
el alma y fortaleza en nuestro caminar.
Por todo esto, ¡GRACIAS, Señor!