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Existen varias formas de dividir el cuerpo de los ácaros, pero aquí vamos a
considerar aquella que considera dos regiones: gnatosoma e idiosoma
Tanto las especies con quelíceros quelado-dentados como aquellas que los
tienen estiliformes inyectan previamente una saliva rica en enzimas
digestivos que realiza una predigestión de alimento.
Las patas de los ácaros consta de seis segmentos: coxa, trocánter, fémur,
genu, tibia y tarso, y en este último se encuentra el ambulacro o pretarso de
los ácaros. De los cuatro pares de patas, el primer par de patas puede
adoptar funciones sensoriales, y el ácaro las emplea para palpar y prospectar
delante de él a medida que se va moviendo, de la misma manera que lo hacen
las antenas de los insectos.
TEGUMENTOS
Otra formación sensorial asociada a la cutícula son los ojos, que se localizan
en la parte delantea del idiosoma, y constan de una sola lente (no son
compuestos como los de los insectos). Su número es de 1 a 3 pares en la
mayoría de ácaros, aunque hay un grupo importante, los Gamasida, que no
tienen.
El tegumento del idiosoma presenta muchas veces una o varias placas más
esclerotizadas, que destacan sobre el resto de la cutícula. Sirven como
inserción de algunos múculos o para proteger al ácaro de la depredación.
También se usan en taxonomía.
Las garrapatas son artrópodos medianos (3-8 mm), aunque las hembras
alimentadas pueden adquirir grandes tamaños (hasta 1 cm), biológicamente
cercanos a las arañas y a los escorpiones (son arácnidos con 4 pares de
patas), que pertenecen al orden Acarina, con el cefalotórax y el abdomen
fusionados, sin antenas, con un par de palpos libres y un aparato bucal,
denominado hipostoma, adaptado a la sujeción y la succión.
BIBLIOGRAFIA: