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Feudalismo

El feudalismo es la formación económico social establecida como resultado de la


descomposición y hundimiento del régimen esclavista o del régimen de la comunidad primitiva;
ha existido en casi todos los países[1][2].

Clases principales

Las clases principales de la sociedad feudal son las constituidas por los señores feudales y por
los campesinos. La clase dominante y explotadora de los señores abarcaba a la nobleza y al alto
clero. Dentro de la clase dominante, existía una división jerárquica en estamentos, una
subordinación de los pequeños señores feudales a los de mayor poderío.

La Iglesia era una gran potencia feudal. Los campesinos explotados carecían de derechos
políticos y jurídicos. En las ciudades, la masa principal de la población se hallaba constituida por
maestros, oficiales, aprendices y trabajadores no calificados.

Relaciones de producción

La base de las relaciones de producción dominantes bajo el Feudalismo era la propiedad del
señor feudal sobre los medios de producción, en primer lugar sobre la tierra, y la propiedad
incompleta sobre el trabajador, la cual se expresaba en diversos tipos de dependencia personal
del campesino respecto a su señor.

Bajo el feudalismo, las fuerzas productivas sólo podían desarrollarse sobre la base del trabajo
de los campesinos dependientes, quienes poseían su hacienda, instrumentos de trabajo
insignificantes y se sentían algo interesados materialmente en el trabajo.

Relaciones agrarias feudales

Explotación agraria

En los territorios de los señores feudales existían no solo un número determinado de aldeas, sino
también una gran cantidad de ciudades. Por ello en su radio de explotación se encontraban tanto
los campesinos como los artesanos urbanos. La propiedad feudal comprendía el dominio
completo en los límites de determinado territorio. Las relaciones de la propiedad agraria estaban
firmemente vinculadas a las relaciones de dependencia personal. Las relaciones de dependencia
personal imperaban en todo el sistema de relaciones sociales del feudalismo.

(...) Todo el mundo – escribió Marx – vive sojuzgado: siervos y señores de la gleba, vasallos y
señores feudales, seglares y eclesiásticos. La sujeción personal caracteriza, en esta época, así
las condiciones sociales de la producción material como las relaciones de vida cimentadas sobre
ellas.

Relaciones agrarias y de dependencia personal

La forma más extendida y acabada de la dependencia personal de los campesinos en relación a


los señores feudales fue la denominada servidumbre o derecho de servidumbre.

Las relaciones de subordinación de los campesinos respecto a los señores feudales, se


manifiestan como relaciones entre clases opuestas, que enfrentaban a los productores directos
a las clases explotadoras. Pero el carácter de estas relaciones era ya distinto en comparación
con la sociedad esclavista. Los campesinos siervos no eran plenamente propiedad de los
señores feudales. Podía dedicar parte del tiempo a su parcela y hasta cierto punto eran dueños
de sus acciones. Por muy difícil que fuera su situación, los siervos explotados por los señores
feudales ya no eran de su propiedad y resultó ser una paso de avance con respecto a la
esclavitud.

Los campesinos poseían medios de producción, aperos agrícolas, herramientas de artesanía y


ganado de renta y de labor. Los artesanos de la ciudad también poseían medios de producción.
Los campesinos y artesanos poseían además viviendas y dependencias. Algunos medios de
producción, como los pozos, los caminos y en ocasiones los pastizales, eran propiedad de la
comuna rural que se mantuvo en ciertos territorios a pesar del proceso de feudalización y, como
consecuencia. De sometimiento de los campesino y de supeditación de la comunidad al poder
de los señores feudales.

Producción feudal y renta feudal

La producción feudal se desarrollaba en dos vertientes principales: en forma de economía


terrateniente y economía tributaria. Para las dos formas era común lo siguiente: a) el productor
directo dependía personalmente del señor feudal; b) el señor feudal del cual dependían
personalmente los productores directos, era considerado propietario de todas las tierras
dedicadas a la producción agrícola; c) el productor directo disponía de un lote de tierra que
constituía su hacienda; d) a la producción agrícola se aplicaba el trabajo de los campesinos y se
empleaban en ella sus instrumentos de trabajo; e) los campesinos invertían el trabajo adicional
y creaban producto adicional para el señor feudal como resultado de la coerción extraeconómica.
Por cuanto los campesinos poseían medios de producción propios necesarios para llevar
independientemente la hacienda, el señor feudal podía explotar al productor directo sólo por
medio de la coerción extraeconómica. “Si este no tuviera poder directo sobre la persona del
campesino – escribió Lenin – no podía obligar a trabajar para sí al hombre que posee la tierra en
nadiel y que tiene su hacienda propia.” El nadiel campesino constituía la base para la propia
existencia del campesino y de su familia. A diferencia de la esclavitud, en la que la fuente
fundamental de la fuerza de trabajo eran las guerras, la hacienda individual aseguraba una
reproducción más o menos regular de la fuerza de trabajo.

Economía terrateniente

En la economía terrateniente, toda la finca del señor feudal se fraccionaba en dos partes. Una
parte, la tierra terrateniente en la que con el trabajo y los instrumentos de los campesinos se
obtenían productos agrícolas, que eran apropiados enteramente por el señor feudal. De esta
manera en la tierra terrateniente se ejecutaba la inversión de trabajo adicional de los campesinos
y se obtenía el producto adicional. La otra parte de la tierra recibía el nombre de nadiel (lote). En
esta tierra tenía el campesino su hacienda donde reproducía el producto necesario. En esta tierra
debía obtener el producto suficiente para su alimentación y la de su familia.

Economía tributaria

En la economía tributaria toda la tierra era dada al campesino en nadie. Toda la producción
agrícola era lograda en las haciendas tributarias campesinas. Una parte del producto creado era
entregado por el campesino al terrateniente en forma de tributo. Y la otra parte quedaba en
manos del campesino para la reproducción de su fuerza de trabajo y mantener a su familia.

Trabajo necesario y adicional

En la economía tributaria tanto el trabajo adicional como el trabajo necesario eran invertidos en
la hacienda del campesino. En la economía terrateniente, el trabajo necesario y el trabajo
adicional estaban divorciados en el espacio y en el tiempo: el trabajo necesario era invertido en
el nadiel del campesino y el trabajo adicional en las tierras del señor feudal (terratenientes).

En la economía tributaria el trabajo necesario y el adicional no estaban separados, ya que todo


el campo de acción era la haciende del campesino. Pero el producto necesario y el adicional
estaban separados entre sí.
En la economía terrateniente, el trabajo adicional se entregaba en su forma natural, como
determinado números de jornadas de prestación. En la economía tributaria, el trabajo adicional
no se entregaba en su forma natural, sino en forma de producto del trabajo. Por eso se
manifestaba de manera completamente tangible la diferencia entre el producto necesario y el
producto adicional: lo que entregaba el campesino al señor feudal en forma de tributo era
producto adicional. La parte del producto que le quedaba era producto necesario. En la economía
terrateniente también era físicamente tangible la diferencia entre el trabajo necesario y el trabajo
adicional.

El trabajo adicional en la economía terrateniente se diferenciaba muy poco del trabajo de los
esclavos. El producto de todo el trabajo en la economía terrateniente pertenecía al señor feudal
por lo que el campesino no estaba interesado en sus resultados. Por esta razón los señores
feudales convertían las haciendas terratenientes en haciendas tributarias. Los terratenientes
tropezaron con limitaciones objetivas pues era preciso ofrecer a los campesinos la posibilidad de
reproducir el producto necesario. En caso contrario el campesino no hubiera estado en
condiciones de continuar el proceso de producción.

Por otra parte el número de jornadas de prestaciones no era igual en todas las regiones. En
Rusia se había legalizado en tres días pero posteriormente los terratenientes aumentaron el
número de jornadas hasta dejar a los campesinos solo el domingo y las noches. Esto perjudicaba
tanto a la hacienda campesino como a la hacienda terrateniente. El campesino perdió todo
interés en el trabajo de la hacienda terrateniente y disminuyó la productividad del trabajo y su
calidad por lo que se veía afectado el producto adicional.

En la economía tributaria, el terrateniente se garantizaba cierta magnitud del producto adicional


que los productores directos (los campesinos) debían entregarles obligatoriamente. El aumento
de los tributos chocaba con la resistencia de los campesinos. La historia del feudalismo está llena
de una lucha aguda de los campesinos contra el ilimitado aumento de las proporciones del tributo.

Formaban el tributo determinados productos, que formaban un conjunto de valores de uso


elaborados por los campesinos. Por cuanto la economía tenía en lo general un carácter natural,
el campesino debía producir en su hacienda el producto necesario y el producto adicional.
Posteriormente el producto en especie se complementó con el tributo en dinero o fue sustituido
enteramente por el dinero. En varias haciendas feudales se aplicaba un sistema mixto. Además
de la prestación personal, los campesinos debían para el tributo.

Según se puede deducir de la caracterización de la economía terrateniente y de la economía


tributaria en el sistema de relaciones económicas feudales, la producción se basaba en la
hacienda campesina que constituía la base productiva de dicho modo de producción.

Producción feudal y la coerción extraeconómica

La base de la explotación feudal era la propiedad feudal de la tierra, en conexión con la


dependencia personal, que presuponía unas u otras formas de coerción extraeconómica. Sin la
propiedad de la tierra, el señor feudal no habría podido explotar a los campesinos. En este
sentido la propiedad feudal de la tierra era la base del modo feudal de producción, pero el poder
sobre la tierra era insuficiente para explotar al campesino. La economía estaba organizada de tal
manera que sin las relaciones de dependencia personal y sin la posibilidad de la coerción
extraeconómica, relacionada con ella, no hubiera sido posible hacer efectiva las relaciones
económicas feudales. En tal caso la peculiaridad del modo feudal de coerción extraeconómica
se manifestaba como condición necesaria y obligatoria de cada hacienda en particular. Por ello,
las relaciones de dependencia tenían un determinado carácter personal. Cada campesino
concreto era siervo de un señor feudal determinado. La necesidad objetiva de la coerción
extraeconómica no era suficiente para hacer efectivas las relaciones feudales de producción. Sin
la coerción económica no hubieran existido estas relaciones de forma completa, pero por si sola
la coerción extraeconómica, de forma aislada, era insuficiente para hacer efectiva tal tipo de
relaciones económicas. Para ello eran necesarias las relaciones agrarias feudales. En el
feudalismo el medio principal de trabajo era la tierra, y las relaciones agrarias eran las relaciones
determinantes. La propiedad feudal sobre la tierra presuponía como característica propia
esencial, que el proceso directo de la producción corriera a cargo de los campesinos, que
inevitablemente tenían tierras, que era la base de su hacienda tributaria. En la economía
terrateniente, la base de la hacienda campesina era una parte de la tierra de los dominios del
señor feudal, y en la economía tributaria, toda la tierra era la base de la hacienda campesina.

Formas de la renta feudal

Rentas

Las relaciones agrarias constituían la relación fundamental de producción del modo feudal. Por
eso las relaciones de producción fundamentales del feudalismo se manifestaban en la renta, que
representaba la forma económica de realización de la propiedad feudal de la tierra.

El trabajo adicional y el producto adicional se manifestaban en forma de renta bajo las


condiciones del modo feudal de producción. De acuerdo con el carácter y la forma de apropiación
del trabajo adicional y del producto adicional, existían los siguientes tipos de renta. En la
economía terrateniente se obtenía el trabajo adicional a través de la coerción ejercida sobre el
campesino dependiente para que trabajara en las tierras del terrateniente. Tal forma de trabajo
adicional se manifestaba en forma de renta en trabajo. En la economía tributaria cuando el señor
feudal establecía qué productos debían serle abonados en concepto de tributos, el trabajo
adicional se lo apropiaba el señor feudal por medio del producto como producto adicional. Tal
forma de renta feudal era llamada renta en productos. Si la magnitud del tributo era establecida
en dinero, el trabajo adicional no era apropiado por el señor feudal en forma de trabajo, ni
tampoco en forma de producto del trabajo, sino como determinada magnitud de valor abonada
en dinero. El tránsito a la renta en dinero, fue el resultado del incremento de la división del trabajo,
lo que originó el intercambio y la difusión gradual en la sociedad de las relaciones monetarias
mercantiles.

Ley económica fundamental

La finalidad de la producción feudal residía en la creación del producto adicional que en forma
de renta del suelo se apropiaban los señores feudales y empleaban para satisfacer sus
necesidades. La original dualidad del trabajo de los campesinos dependientes condicionaba la
dualidad del producto adicional en la sociedad feudal. El producto adicional lo mismo que el
producto necesario, era valor de uso, es decir, poseía la capacidad de satisfacer las necesidades
de los que se lo apropiaban, o sea, de los señores feudales por su condición de propietarios de
la tierra. A la vez, habiendo sido creado por el trabajo forzoso de los campesinos siervos, el
producto adicional tomaba la forma específica de renta feudal del suelo. El producto adicional
creado como resultado del trabajo forzoso de los campesinos dependiente de los señores
feudales era apropiado por estos en forma de renta feudal del suelo para su consumo parasitario.
En esto consiste la esencia de la ley económica fundamental del feudalismo.

Reproducción feudal

En la economía terrateniente y en la economía tributaria, el campesino disponía de todo lo


necesario para el sustento de su hacienda por cuanto no estaba interesado en entablar ningún
tipo de relaciones económicas con la clase de los señores feudales, ya que estos lo que hacían
era consumir de forma parasitaria el trabajo adicional y el producto adicional por ellos creados.
Si producto de las circunstancias históricas, hubiera desaparecido la clase terratenientes (los
señores feudales), las haciendas campesinas no se habían visto privadas de condiciones
económicas para su reproducción. Por otra parte los campesinos de habrían libera do de entregar
el trabajo adicional al terrateniente feudal. Por esto para que se realizara la reproducción sobre
la base feudal era necesaria la coerción extraeconómica.

En el feudalismo el volumen de la producción crecía con lentitud a lo largo de generaciones


enteras. Crecían muy lentamente las necesidades de los productores directos y de sus familiares.
Solo en diversas situaciones tenia lugar la reproducción ampliada atípica para este tipo de
relaciones económicas y por otro lado no constituía un proceso ininterrumpido. El consumo
parasitaria era la fuerza motriz de la producción feudal. Los señores feudales no utilizaban el
producto obtenido por ellos para aumentar la producción. La reproducción ampliada presupone
la ampliación de la producción, no solo del producto adicional, sino de todas las condiciones del
proceso de producción.: de los medios de producción y del producto necesario. Por ello en caso
que se efectuara la reproducción ampliada en la hacienda terrateniente, eso solo era el aumento
de la producción del producto adicional.

La reproducción realizada en la hacienda campesina tenía un carácter determinante. El trabajo


de los campesinos siervos reproducía no solo los productos destinados a la satisfacción de las
necesidades de los señores feudales y de los propios productores y sus familias, sino también
las condiciones para la continuación del proceso de producción en su hacienda. Los campesinos
debían realizar los trabajos que aseguraran la continuidad de la producción.

El incremento de la producción en la hacienda campesina era limitado forzosamente por el hecho


de que al aumentar la producción, aumentaban las rentas que debían pagar. Por otro lado para
pagar la renta aumentada, el productor debías mantener la producción ampliada.

La fuente de todo aumento de la producción es el producto adicional. Por ello solo podía tener
lugar en el caso de que una parte del producto adicional, se destinara de vez en cuando a la
ampliación y perfeccionamiento de la producción, cosa no común debido al consumo parasitario
de la clase feudal. Esto ocurría de manera esporádica preferentemente en ocasiones que debido
a la existencia de prestaciones fijadas con anterioridad, el señor feudal no podía apropiarse de
golpe de todo el resultado del incremento de la productividad del trabajo en la hacienda
campesina.

Desarrollo de las fuerzas productivas

Las relaciones feudales de producción contribuyeron al desarrollo ulterior de las fuerzas


productivas a lo largo de cierto período histórico. En los siglos XV y XVI se producen los cambios
más significativos en le desarrollo de las fuerzas productivas debido al progreso alcanzado en la
siderurgia, el mecanizado de los metales y la energética.

En la segunda mitad del siglo XV, comenzaron a emplearse los altos hornos en la fundición de
hierro lo cual elevó la productividad del trabajo en la industria siderúrgica y se incremento la
producción de los metales ferroso. Para la forja del metal comenzaron a emplearse martillos
metálicos accionado por un volante hidráulico. Aparecieron además tipos sencillos de tornos,
taladradoras y esmeriladoras. Con ello se crearon las condiciones para perfeccionar los
instrumentos de trabajo en todas las esferas de la economía.

Se comenzaron a utilizar nuevos mecanismos (bombas de agua, montacargas, etc) para el


trabajo en las minas, lo que permitió extraer minerales útiles de las minas situadas a gran
profundidad. Se perfeccionaron y adquirieron gran difusión los motores de viento y el volante
hidráulico. Desde el siglo XII se conocí el reloj mecánico y a finales del siglo XV se construyó el
primer mecanismo automático, el reloj de bolsillo de cuerda. Se descubrió y difundió la imprenta.
Se operaron cambios importantes en la construcción de barcos y el la técnica de navegación.

Se logró cierto progreso técnico en la agricultura, aumentaron las superficies cultivables y creció
el volumen de la producción agrícola.

Desarrollo de las relaciones mercantiles

Mercado
Paralelamente al desarrollo de la técnica, creció la división social del trabajo, ante todo en la
artesanía. Surgían más artesanos que se especializaban en la producción de unas pocas
mercancías. Se convirtieron en ramas independientes diversos oficios de la artesanía a los que
se había dedicados los campesinos en sus viviendas y en las haciendas de los terratenientes
(elaboración de hilados, tejidos, etc). Producto al crecimiento de la división social del trabajo,
creció inevitablemente la producción y el cambio de mercancías.

A finales del siglo XV e inicios del siglo XVI, la forma de la renta en dinero pasó a ser dominante
en varios países, lo que amplió considerablemente las relaciones mercantiles y monetarias y la
influencia del mercado en la economía feudal. Fue desapareciendo gradualmente el aislamiento
de las haciendas de los campesinos y los terratenientes. Los campesinos se fueron
transformando paulatinamente en productores de mercancías. En las ciudades se ampliaron con
mayor rapidez las relaciones mercantiles debido a que en la división del trabajo y la
especialización de la producción, se operaron los cambios más rápido que en el campo. El
desarrollo ulterior de las ciudades como centros del desarrollo de la producción mercantil y del
comercio, ejercía una influencia cada vez mayor en la desintegración de la economía natural.

El incremento de la producción mercantil fue aparejado con la ampliación del mercado. Las
relaciones comerciales entre las ciudades y entre las ciudades y el campo, así como entre los
diferentes países, se fueron haciendo cada vez más amplios y necesarios. Los grandes
descubrimientos geográficos, imprimieron un fuerte impulso al desarrollo del comercio.

Disgregación de la economía natural


Economía Natural

En los siglos XV y XVI las relaciones mercantiles y monetarias, había penetrado lo suficiente en
la economía no solo de las ciudades, sino también del campo. La existencia en estas condiciones
de los gremios de artesanos y de las haciendas naturales, se hacían cada vez más incompatible
con las necesidades del desarrollo sucesivo de la economía.

La organización feudal de la producción artesanal en la forma de régimen gremial con su rigurosa


reglamentación del volumen y la tecnología de la producción, con el monopolio de la producción
gremial, limitaba las posibilidades de un considerable progreso de la técnica de la producción y
del aumento de la cantidad de producción mercantil.

La agricultura feudal con el fraccionamiento de las tierras de los pequeños productores y la


rotación forzosa de los cultivos en los límites de la comunidad supeditada al señor feudal, impedía
la elevación de la productividad del trabajo y la ampliación de la hacienda.

A su vez la economía natural con su producción para sí, obstaculizaba la escala del mercado
interior y frenaba el desarrollo del intercambio de mercancías. Las relaciones feudales frenaban
la afluencia de mano de obra a la ciudad, sin lo cual no podía ampliarse el mercado.. los
artesanos y campesinos eran mantenidos en el sistema de la producción feudal por medio de la
coerción extraeconómica e incluso las personas que habían atesorado considerables riquezas
(los mercaderes, los usureros y los artesanos enriquecidos) no podían organizar en realidad la
gran producción en la ciudad o en el campo, pues no disponían de suficiente fuerza de trabajo.
En esta situación el procedimiento de unificación de la fuerza de trabajo con los medios de
producción propio del feudalismo era cada vez más inadecuado al desarrollo de las fuerzas
productivas.

Entre las nuevas fuerzas productivas, que exigían nuevas formas de organización del trabajo a
la forma de la cooperación de productores especializados y un nuevo modo de unificación de las
fuerza de trabajo con los medios de producción, por un lado, y las caducas relaciones de
producción basadas en la dependencia personal de los productores respecto a los propietarios
de la tierra, por otro lado, apareció y se agudizó cada vez más la contradicción inconciliable.
Apareció la necesidad social de sustituir las viejas relaciones de producción feudales por otras
nuevas, que correspondieran al crecente desarrollo de las fuerzas productivas.

Diferenciación de los productores de mercancías


Al ampliarse la división social del trabajo y extenderse la esfera de la relaciones mercantiles y
monetarias, se incrementaba la diferenciación patrimonial y social de los productores directos de
mercancías. Al no ser igual la productividad del trabajo individual, los productores de mercancías
invertían en la producción de una misma mercancía diferentes cantidades de trabajo.

Los productores de mercancías que tenían peores condiciones de producción, invertían mucho
más trabajo y solo podían cubrir parte los gastos de producción al vender sus mercancías.
Inexorablemente una parte de estos productores se arruinaban. Por otra parte aquellos que
disponían de mejores condiciones de producción y lograban una intensidad y productividad del
trabajo más avanzada, se enriquecían. Acumulaban en sus manos grandes sumas de dinero y
de medios de producción. Con esto se creaban las condiciones para un nuevo procedimiento de
unificación de los productores con los medios de producción. Los productores de mercancías
arruinados, al no disponer de toda clase de medios de producción, se veían obligados a
contratarse por dinero, trabajando para aquellos que poseían los medios de producción. La
producción mercantil basada en los medios de producción y en el trabajo de los propios
productores, se transformaba cada vez más en una nueva forma de producción mercantil más
desarrollada: la forma capitalista de producción mercantil.

Surgimiento de producción mercantil capitalista


Producción Mercantil

Las relaciones capitalistas de producción surgidas en las entrañas del régimen feudal, se
diferenciaba de las formas anteriores de la economía mercantil, ante todo como gran producción
que empleaba la cooperación del trabajo de muchos obreros asalariados.

En el proceso de surgimiento y desarrollo del modo capitalista de producción jugó un papel


primordial el capital comercial y el capital usurero, que incentivaron al desarrollo de las relaciones
monetarias mercantiles. El capital comercial nacido con anterioridad, era invertido a menudo en
la industria, y el comerciante se convertía en tal caso en capitalista manufacturero. En momentos
los usureros pasaban a ser banqueros. Tanto al capital comercial como el usurario no podían de
por sí originar una revolución radical en las relaciones de producción; solo favorecían a crear las
condiciones para el surgimiento de las formas capitalistas de producción.

La consolidación de las relaciones capitalistas de producción supuso la transformación de la


masa de productores en proletarios libres de toda dependencia personal pero desposeídos a la
vez de tos clase de medios de producción. Por otra parte la concentración de las riquezas en
dinero y de los medios de producción en manos de una minoría. En la creación de estas
condiciones reside la esencia de la denominada acumulación originaria del capital. Al respecto
Marx escribió: “El régimen del capital presupone el divorcio entre los obreros y la propiedad sobre
las condiciones de realización de su trabajo…Por tanto, el proceso que engendra el capitalismo
sólo puede ser uno: el proceso de disociación entre el obrero y la propiedad sobre las condiciones
de su trabajo, proceso que de una parte convierte en capital los medios sociales de vida y de
producción, mientras que de otra parte convierte a los productores directos en obreros
asalariados. La llamada acumulación originaria no es, pues, más que el proceso histórico de
disociación entre el productor y los medios de producción.”

El proceso de la acumulación originaria del capital constituye la prehistoria del capitalismo y


antecedió a la consolidación del capitalismo como modo dominante de producción.

Papel de la violencia en la instauración del capitalismo

Los economistas burgueses, describen sublimemente la historia del surgimiento del capitalismo,
afirmando que la acumulación de riquezas deviene desde la remota Antigüedad como resultado
del amor al trabajo y el espíritu de austeridad de unos y de la indolencia y despilfarro de otros.
En verdad las relaciones capitalistas de producción surgieron y luego se convirtieron
objetivamente en las relaciones dominantes, producto a las leyes del desarrollo social. Pero la
acumulación originaria del capital fue beneficiada y acelerada con el empleo de la violencia
directa y sin disimulos de ninguna índole.
Constituye un ejemplo típico de cómo se desenvolvió la acumulación originaria del capital los
acontecimientos acaecidos en los siglos XVI y XVII en Inglaterra, donde la producción capitalista
alcanzó un mayor desarrollo antes que en los demás países de Europa. La nobleza aburguesada,
desalojó violentamente de la tierra a los campesinos que se habían liberado de la servidumbre
feudal. Al quedarse sin tierras, los campesinos se vieron obligados a contratarse a los
capitalistas. Paralelamente se operó el proceso de aparición de los granjeros capitalistas. “El
recuerdo de esta cruzada de expropiación – escribió Marx – ha quedado inscrito en los anales
de la historia con trazos indelebles de sangre y fuego.” Los campesinos arruinados y despojados
de sus tierras se fueron convirtiendo en una masa empobrecida que llenaba los caminos y
ciudades en busca de trabajo y medios de existencia. Así mediante la violencia se aceleraba la
proletarización de las amplias masas.

La violencia es además una importante vía para acelerar la concentración de las riquezas en
manos de unos pocos. Muchas empresas capitalistas nacieron a expensa de la acumulación
concentrada en manos f\de los comerciantes u usureros. Pero además desempeñaron un
enorme rol otros métodos de acumulación de riquezas, como el sistema de explotación colonial
de los pueblos, el comercio con las colonias, comprendido la trata de esclavo, las guerras
comerciales, el sistema de empréstito e impuestos estatales y la política arancelaria
proteccionista del estado.

Así mediante el despojo, la ruina impuesta por la violencia, de la masa de pequeños productores
y la rigurosa opresión de los pueblos coloniales, se aceleraba la creación de las condiciones para
el dominio de las relaciones capitalistas de producción.

Agudización de la lucha de clases

La disgregación del régimen feudal, se desarrolló en virtud de las leyes objetivas del desarrollo
social. Este proceso se aceleró mediante el empleo de la violencia en gran escala como método
de la acumulación originaria del capital. La base del feudalismo se fue debilitando cada vez más
por los efectos de la lucha de clases que se iba agudizando cada vez más manifestadas por las
acciones de la masa de campesinos contra los opresores.

En el siglo XIV se produjo la insurrección de los campesinos ingleses dirigidos por Wat Tyler y la
sublevación de los campesinos franceses (Jacquerie). En el siglo XV estallaron sublevaciones
campesinas en Bohemia dirigidas por Juan Hus. En el siglo XVI en Alemania se sucedieron
grandes acciones de los campesinos dirigidos por Tomás Munzer.

Juana de Arcos

Las insurrecciones campesinas fueron el preludio de las revoluciones burguesas. Los


campesinos y artesanos constituían las fuerzas motrices fundamentales de las revoluciones
burguesas. Pero los frutos de sus luchas y victorias fueron aprovechados por la burguesía que
se apoderó del poder estatal. Las primeras revoluciones burguesas ocurrieron en los países
bajos (siglo XVI) y en Inglaterra (siglo XVII). La revolución francesa, iniciada en1789, tuvo una
enorme trascendencia para el para el derrocamiento del dominio de los señores feudales y el
triunfo de la burguesía en Europa. Las revoluciones burguesas dieron el golpe de gracia al
régimen feudal y consolidaron el nuevo modo de producción: el modo de producción capitalista.

Vestigios del feudalismo en la actualidad

Han transcurridos muchos siglos desde la desaparición del feudalismos en muchos de los países,
pero sus vestigios se mantienen en el mundo capitalista desarrollado de nuestros días. En Italia
que cuenta con un desarrollo capitalista elevado, todavía existen grandes haciendas de la
nobleza, que abarcan más del 10% de las tierras cultivable del país. Allí está ampliamente
extendido el sistema de aparcería en virtud del cual se le entrega parte de la cosecha al
propietario de la tierra en concepto de renta del suelo.

Existen restos del feudalismo en otros países capitalistas desarrollados de Europa; y son muy
claros en la economía de ciertos países de América Latina, Asia y África. En Brasil por ejemplo
el 177 millones de hectáreas pertenecen] a grandes latifundios. La forma predominante de
arriendo de la tierra es la aparcería semifeudal.

En Irán donde la mitad de las tierras pertenecen a los grandes terratenientes y está ampliamente
extendido el arriendo sobre la base del principio de la aparcería, las relaciones agrarias tienen
un carácter semifeudal.

En Turquía a los grandes propietarios de las tierras les pertenece más de un tercio de la tierra
cultivable.

Uno de los problemas más significativos del desarrollo de muchos pueblos consiste en suprimir
definitivamente los vestigios feudales. Estos sólo pueden ser eliminados en los países coloniales
y subdesarrollados con el incremento de su lucha liberadora.

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