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SISTEMA DE LAS FACULTADES DEL ALMA

Pïerre Lombiguiere

Índice
SECCIÓN PRIMERA. DE LA ACTIVIDAD Y SENSIBILIDAD DEL ALMA
I. UNO
II. DOS
III. TRES
IV. CUATRO
V. CINCO
SECCIÓN II. FACULTAD DE PENSAR
I. DEL ENTENDIMIENTO
II. DOS
III. TRES
IV. DE LA VOLUNTAD
V. CINCO
VI. SEIS
SECCIÓN III. NATURALEZA, ORIGEN DIVERSO, CAUSAS Y FORMACIÓN DE LAS
IDEAS.
I. UNO
II. DOS
III. TRES

SECCIÓN PRIMERA. DE LA ACTIVIDAD Y SENSIBILIDAD DEL ALMA


I. UNO

Siempre que el gusto, el olfato, el tacto, el oído y los ojos reciben impresiones de algun
objeto externo, los movimientos que reciben se comunican al cerebro, y este movimiento
está siempre seguido de una impresión en el alma.
Luego, hay tres cosas que considerara en nuestras sensaciones, en las impresiones
producidas por la acción de los objetos externos; a saber, la impresión en el órgano, el
movimiento del cerebro, y la misma sensación.

Objetos externos directos. – la luz del sol, el sonido de un camión.


El primero es un signo natural. Directamente afectan nuestros órganos sensoriales. Los
interpretamos nosotros directamente, enseguida viene la denotación o designación de dicho
fenómeno, mismo que se bautizara o ya tiene un nombre.

Objetos externos indirectos Cuando escuchamos una letra de una canción, leemos un libro
tenemos que imaginarmos o representarnos las palabras que expresan dichos elementos
que hieren a nuestros órganos.
Es un metalenguaje.
Indirectamente lo que se intenta comunicarnos tiene que ser interpretados por el interprete.
El alma acaba de ser modificada, acaba de experimentar sensaciones.
Desde que el alma siente, ó esta bien ó está mal; ó tiene plaacer ó tiene dolor.
La experiencia nos dice que:

 el alma obra, hace esfuerzos para retener al sentimiento-placer y para repeler al


sentimiento-dolor.
El dolor es conforme a la configuración (sotfware) que tiene en la cabeza (hadware), si para
el no le causa dolor el que le rompan un pie, en dado caso tendrá un problema mental o
biológico que disciplinas como la medicina intenterán solucionar. Por otro lado, si una
persona es secuestrada, y su secuestrador a cambio de algo, una compensación por lo
general de tipo económico, lo dejará suelto, pero en dado caso que los familiares de la
víctíma hagan caso omiso a las amenazas, dichos secuestradores cortaran una extremidad
por cada omisión en el supuesto que así pase el secuestrado al ver un machete dirigido a
cortarle un pie, alejará su extremidada de dicho instrumento cortante cada que se lo
acerquen.
La persona que tenga una enfermedad mental probablemente tenga una configuración
distorsionada (algo así como un pantallazo azul) y la reacción al presentimiento de dolor
que produzca un objeto externo muy probablemente no lo experimente. Indicustiblemente
la impresión del objeto externo sobre el órgano no generará una sensación.
Contrario a la persona que tiene una configuración distinta (va encontra de la ideología que
predomina en un grupo social). Su configuración no es distorsionada es distinta a las
demás. Aclaro que la configuración distorsionada puede verse desde otro punto como si en
la configuración hubiera avido un error y se averio el hadware por dicho error o por
independientemente de él. Una caída, hereditario.

 Ésta acción del alma (la anterior) no se limita a modificar al alma.


Sucede muchas veces en efecto que esta acción es seguida de un movimiento del cerebro,
el mismo que es seguido de otro movimiento del órgano que se inclina hácia el objeto
externo, ó que tiende á alejaarse de él.
Dos series de hechos en sentido inverso:
Primero. 1 Acción del objeto sobre el órgano, 2 del órgano sobre el cerebro, y 3 del cerebro
sobre el alma.
Segundo 4 acción o reacción del alma sobre el cerebro; 5 comunicación del movimiento
recibido por el cerebro al órgano que 6 huye del objeto o que se dirige hácia el.
Luego, los órganos exteriores de los sentidos, el cerebro y el alma se pueden y deben
considerarse en dos estados enteramente opuestos.
Primer estado. El órgano y el cerebro reciben el movimiento, y el alma percibe la sensación:
el impulso viene de afuera a dentro, y el alma está pasiva.
Segundo estado. La acción es de adentro a fuera, y el alma está activa.
El principio del movimiento reside en el alma que obra sobre el cerebro conmueve al órgano,
y el órgano procura alcanzar el objeto, ó evitarlo.

Pasividad Actividad
Ver Mirar
Oir Escuchar
Oler Hueler
Degustar Paladear

Unas veces estamos pasivos y otras veces activos; que el alma es sucesivamente activa y
pasiva.
Analogía  Los ojos ven y miran - el alma obra y padece
Sensibilidad, actividad. – estos son los dos atributos que la experiencia nos fuerza a
reconocer en el alma.
Por la sensibilidad es susceptible el alma de ser modificada; por la actividad puede
modificarse a sí propia.
Luego, la actividad es una potencia, un poder, una facultad. La sensibilidad… es
simplemente capacidad: o, si se quiere seguir llamándola facultad, será una facultad pasiva.
Reconocer en el alma la sensibilidad y la actividad como dos atributos que le son
inseparables.

Cuando se analiza una persona, se tiene que hacer sobre sus conductas (sobre observarlo)
importa lo que dice pero hay que interpretarlo desde nuestra teoría y con nuestras propias
palabras y no con las suyas, por eso es que importa mucho el sentido, significado,
defincición que le da cada autor a sus significados.
II. DOS
La voz acción aplicada al órgano o al cerebro, significa lo mismo que movimiento, y la acción
del alma no puede consistir más que en el movimiento.
El alma es pasiva y activa; pasiva si se le considera como modificada por la acción de los
objetos externos; activa si se la mira como modificándose a si propia como modificando a
sus sensaciones.
III. TRES
IV. CUATRO
V. CINCO

IV. De la voluntad

No le basta al hombre conocer. El quiere ser feliz, y no puede dejar de quere serlo;
y en todos los momentos de su existencia se dirige continuamente hacia el bienestar de
todas las potencias de su ser.
Cuando nos aqueja una necesidad, cuando la privación del objeto que juzgamos
propio para librarnos de la necesidad, se hace sentir con fuerza; entónces sobre todo obra
el alma con energía.
Cuando el alma desea, juzga que un solo objeto puede satisfacer sus necesidades,
ó se le figura que muchos objetos son propios para satisfacerlas. En este último caso,
sucedes muchas veces que toma una determinación.
Está preferecia que nace del deseo, ha de engendrar por si misma una nueva
facultad, sin la cual no habria ni bien ni mal moral sobre la tierra, es decir libertad.
Después de las determinaciones libres del alma, siguen los movimientos del cuerpo
que ejecutan estas determinaciones.
La libertad es de tal importancia en los destinos del hombre.
Lo que voy a decir de la libertad, considero al hombre tal como está en su estado
actual. Hablo del hombre sujeto a la ignorancia, llevándolo en su misma naturaleza una
inclinación al mal como al bien, y no de una criatura que naciera con una inteligencia
perfectamente formada, y con una voluntad siempre recta.
La condición del hombre. Su vida está corriendo en una alternativa de bienes y de
males.
Luego, el hombre prefiere, como ya lo hemos observado, ciertas sensaciones a otras
sensaciones. De los diversos modos de ser que conocer, unas busca, otras desvia y
desecha.
También es un hecho, que a menudo prefiere el hombre, ó escoge mal.
Luego, según eso, tiene el hombre poder para escoger, para elegir o para querer,
ocurriendo a menudo que se arrepienta después.
Siendo el arrepentimiento un sentimiento doloroso, está claro que el hombre no
quiere exponerse a sufrirlo; luego es una consecuencia que instruido ya por sus yerros y
por sus culpas examine antes de elegir cuál de los estados que se le presentan, podrá
ocasionarle arrepentimiento, y cuál no.
Luego vemos que hay dos maneras de preferir, de elegir, de querer: la una tiene
lugar antes de haber experimentado el arrepentimiento, y la otra cuando ya hemos padecido
sus tormentos.
Cuando no hemos recibido todavia las lecciones de la experiencia, preferimos,
queremos el estado agradable.
Pero cuando hemos ensayado el arrepentimiento, cuando sabemos que puede ser
la consecuencia de una manera de ser agradable; entónces está manera de ser puede dejar
se ser preferida, porque puede dejar de parecer agradable.
Si juzgamos que la pena deba seguir al placer, y sobre todo si nos representamos
esta pena como muy viva, entónces podrá suceder, y esto lo acredita la experiencia, que
no queremos semejante placer.
Luego la experiencia del arrepentimiento hace que las más veces no prefiramos
aquello que sin esta experiencia hubieramos preferido. El arrepentimiento nos enseña a
sacrificar un placer presente por el temor de un placer fututo, un bien presente por un bien
futuro.
Sacrificar lo presente a lo futuro; privarse de un placer actual por la consideración
de las consecuencias (molestas) que puede acarrear en pos de sí; preferir o querer o
resolverse después de deliberar es una manera de preferir ó de querer que toma un nombre
particular. Llamamos á esta manera de querer libertad.
Luego la libertad será la potestad de querer o no querer después de haber
deliberado; y como nos atestigua la experiencia que en muchas circunstancias queremos
en efecto o no queremos después de haber deliberado es muy necesario que tengamos la
potestad de obrar de este modo; y por consecuencia está probado que somos libres. La
libertad está iluminada por las luces de la experiencia; no es una lección sin la razón.
Como la voluntad modificada por la experiencia da origen a la libertad, la libertad
engendra por si á la libertad moral, es decir, libertad que engendra moralidad.
El sacrificio que hacemos de un placer presente, con la esperanza de un porvenir
más venturoso, ó se refiere única y exclusivamente á nuestro bienestar, ó tiene por objeto
el bienestar de los demás.
Mi conducta es moralmente buena o mala.
De donde se infiere que el egoísmo y la moralidad son dos cosas contrarias.
Ese carácter de moralidad ó de egoísmo que modifica a la libertad, recibe una
infinidad de nombres que expresan otros tantos matices suyos diferentes.
Lo que propiamente constituye la moralidad es el fin que se propone el agente libre;
esto es, la felicidad de sus semejantes; en una palabra, un motivo que apruebe la razón, y
que sea extraño a nuestro interés personal.
Volviendo a nuestro sistema comprendemos bajo la palabra voluntad, el deseo, la
preferencia, y la libertad. Bajo la palabra de entendimiento hemos reunido la atención, la
comparación y el raciocinio.
Reunimos también al entedimiento y a la voluntad bajo la palabra pensamiento.

V. Cinco
La libertad nace de la preferencia, y la preferencia del deseo: el deseo es la dirección
de las facultades del entendimiento que nacen las unas de las otras, el raciocinio de la
comparación, y la comparación de la atención.
Por consiguiente está probado que el pensamiento o la facultad de pensar que
abraza a todas las facultades del alma, se deriva de la atención.
El raciocinio y la libertad quizás no presenten la misma analogía; con todo ¿en qué
consiste un acto de libertad? ¿no es una determinación que se ha tomado después de haber
calculado por decirlo así, sus ventajas y sus inconvenientes?, y la conclusión de un
raciocinio, ¿no es el resultado de dos comparaciones ó de una especie de balance ó de
vaiven entre dos proposiciones?

Entendimiento Voluntad
1° Atención 1° Deseo
2° Comparación 2° Preferencia
3° Raciocinio 3° Libertad

Se reune el entendimiento y la voluntad bajo la palabra pensamiento. De este modo


comprende el pensamiento o la facultad de pensar al entendimiento y a la voluntad. El
pensamiento o la facultad de pensar que abraza a todas las facultades del alma.

VI. SEIS ACEPCIONES DE LA TERMINOLOGÍA EMPLEADA


Se encuentra por una rara felicidad que casi todos los vocablos que sirven para
designar á las facultades del alma son en cierto modo una imagen fiel de estas facultades.
Examinemoslas todas una tras otra, desde la palabra atención hasta la de pensamiento;
veremos que excepto la voz deseo que no nos recuerda nada, y la de entendimiento que
parece carecer de exactitud, todos pintan y designan todo lo que expresan.
No hemos temido que la voz voluntad signifique dos cosas diferentes; una relación
del deseo, y otra la simple preferencia.
Nunca debiera el uso prevalecer contra la razón, y sobre todo en filosofía.
Pensamiento, facultad de pensar y entendimiento significan por lo comun una misma
y única cosa.
Observemos aquí, y procuremos de que no se nos olvide, que casi todas las voces
que designan a las facultades del alma, sirven también para designar el producto de estas
facultades, y que por lo tanto tienen una duplicada acepción.
Véanse cuántos ejemplos de la diversidad de acepciones de que es susceptible una
sola y misma palabra; por lo tanto es de la mayor importancia el no confundir estas
acepciones.

Glosario
Deseo. – esta dirección de las facultades del entendimiento (todas las facultades
entran en acción, todas á la cez se dirigen hácia ese objeto cuya posesión puede restituirnos
nuestra tranquilidad. La atención se concentra toda entrera sobre la idea; la comparación
de su privación con el recuerdo de su goce hace a un más dolorosa está privación; y el
raciocinio entónces busca todos los medios de procurarlo, o dicho de otro modo para
adquirirlo) al objeto cuya necesidad sentimos, es lo que se llama deseo.
Arrepententirse. – juzgar que el estado que se ha desechado es preferible al que
se ha elegido, es sentir haber elegido mal, y a esto se le llama arrepentirse.
Atención: potencia que tenemos de concentrar nuestra actividad y nuestra
sensibilidad en un solo objeto, para distribuirlas después sobre varios.
Nótese una especie de correspondencia, una analogía aun bastante sensible entre
las facultades del entendimiento, y las de la voluntad.
(2) es la concentración de la actividad del alma sobre un objeto, a fin de adquirir su
idea.
Deseo: es la concentración de esta misma actividad a fin de gozarlo.
Es la direccion de las facultades del entendimiento que nacen las unas de las otras.
Comparación: es la aproximación de dos objetos.
Preferencia: es la elección entre dos objetos que se acaban de comparar.
Libertad. – es la potestad de querer o no querer después de haber deliberado.
Libertad moral. – como la voluntad modificada por la experiencia da orígen a la
libertad, la libertad engendra por si a la libertad, es decir, libertad que engendra moralidad.

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