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CARRERA DE:
PSICOLOGIA EDUCATIVA
ASIGNATURA:
Terapia de grupo
TEMA:
Trabajo final
PRESENTADO POR:
MAYELIN GARCIA
MATRÍCULA:
14-1022
FACILITADOR:
Ramona Jiménez
República Dominicana
15/10/2018
Introducción
Tipos de grupo
Hay muchos modos distintos de clasificar los grupos terapéuticos. Nos
centraremos en algunas de las diferenciaciones más fundamentales,
especialmente aquellos que se refieren a la composición y la estructura
del grupo.
1. Psicoeducativos y centrados en el proceso
Los grupos psicoeducativos tienen como objetivo aportar a sus
miembros información y herramientas para manejar dificultades.
Pueden centrarse en patologías, como sucede con los grupos
psicoeducativos para familiares de personas con psicosis o trastorno
bipolar, o en temas determinados, como la educación emocional para
adolescentes.
Por contra, los grupos centrados en el proceso, más cercanos a las
tradiciones psicodinámicas y experienciales, se centran en la utilidad de
la relación grupal en sí misma para promover la expresión emocional
y el cambio psicológico en las personas que participan.
2. Pequeños y grandes
Se suele considerar que un grupo terapéutico es pequeño cuando está
formado por entre 5 y 10 miembros, aproximadamente. En estos grupos
la interacción y la cohesión son mayores, y en muchos casos se crean
relaciones estrechas. El tamaño ideal de los grupos es de entre 8 y
10 personas, según los expertos.
Los grupos más grandes son más productivos, pero tienden a facilitar
en exceso la formación de subgrupos y la división de tareas. Además,
los participantes de grupos grandes tienden a sentirse menos
satisfechos que los de grupos pequeños.
3. Homogéneos y heterogéneos
La homogeneidad o heterogeneidad de un grupo pueden valorarse en
función de un único criterio, como la presencia de una sola problemática
o de varias, o bien a nivel general; por ejemplo, los miembros de un
grupo pueden variar en género, edad, nivel socioeconómico, etnia,
etc.
Los grupos homogéneos tienden a funcionar de forma más rápida, a
generar más cohesión y a ser menos problemáticos. No obstante, la
heterogeneidad, especialmente en trastornos o dificultades concretas,
puede ser muy útil para presentar distintas alternativas de
comportamiento.
4. Cerrados y abiertos
En los grupos cerrados las personas que están presentes en la creación
del grupo lo están también cuando finaliza, mientras que en los grupos
abiertos los miembros varían en mayor medida, normalmente
porque se mantienen activos durante más tiempo.
Los grupos cerrados generan mayor cohesión, pero son más
vulnerables a la salida de miembros. Los grupos abiertos se aplican, por
ejemplo, en hospitales psiquiátricos y en asociaciones como Alcohólicos
Anónimos.
Terapia sistémica:
Fases de la terapia de grupo
En este apartado describiremos las cuatro fases de la terapia de grupo
según Gerald Corey. Aunque otros autores hablan de fases diferentes,
la mayoría de clasificaciones de las etapas del proceso grupal
convergen en los aspectos clave.
1. Estadio inicial o de orientación
En la fase de orientación la tarea central del terapeuta es establecer la
confianza de los miembros del grupo hacia él y hacia el resto de
participantes. También deben quedar claras las normas, tanto explícitas
como implícitas. Se produce frecuentemente un choque entre las
necesidades de autonomía y las de pertenencia al grupo.
2. Estadio de transición
Después del estadio inicial es posible que los miembros sientan
dudas sobre los beneficios que pueden obtener del grupo, así como
miedo a exponerse. Es habitual que aparezcan conflictos entre los
miembros y que se ponga en duda la autoridad del terapeuta.
3. Estadio de trabajo
Según Corey, en la fase de trabajo se produce la cohesión entre los
participantes a partir del abordaje de problemas concretos y de los
conflictos que surgen en el propio grupo. El terapeuta puede desafiar
a los miembros con el objetivo de avanzar hacia las metas terapéuticas.
4. Estadio final o de consolidación
En el estadio de consolidación se lleva a cabo una recapitulación de
los avances realizados por los miembros, que tiene el objetivo de
integrar la experiencia de la terapia de grupo en la vida cotidiana.
Los participantes pueden sentir cierta tristeza y temor a afrontar nuevas
dificultades sin ayuda de sus compañeros y el terapeuta, por lo que
conviene preparar bien la finalización y planificar sesiones de
seguimiento, si es necesario.
CONCLUCION