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Constitución del poder Legislativo

Dado que el fin primordial de los hombres al entrar en sociedad es el usufructo de sus
propiedades en paz y seguridad y que los principales medios e instrumentos para [alcanzarlo]
son las leyes vigentes en la sociedad de que se trata, la ley positiva primera [y] fundamental
de todo Estado es [la que estipula] la constitución del poder Legislativo.
§134

Límites del poder Legislativo


Si bien el Legislativo [...] constituye el poder supremo de todo Estado, sin embargo,
[debe considerarse lo que sigue].
Primeramente, no es, ni puede ser de ningún modo, absolutamente arbitrario en relación
con las vidas y los bienes de los súbditos. [...] al no ser más que el poder conjunto de todos
los miembros de la sociedad conferido a la persona o asamblea que tiene la facultad de
legislar, no puede ser mayor que el que dichas personas tenían en el estado de naturaleza. [...]
Se trata de un poder que no tiene otro fin que la preservación y que, por consiguiente, no
puede comprender jamás el derecho de matar, esclavizar o empobrecer deliberadamente a los
súbditos.
§135

En segundo término, el Legislativo, la autoridad suprema, no puede arrogarse el poder


de gobernar por medio de decretos extemporáneos [y] arbitrarios, sino que está obligado a
administrar justicia y a determinar los derechos de los súbditos por referencia a las leyes
[debidamente] promulgadas y [y] permanentes.
§136

En tercera instancia, el poder supremo no puede quitarle a ningún hombre parte alguna
de su propiedad sin su propio consentimiento. Puesto que la protección de la propiedad es la
finalidad del gobierno y [la razón] en virtud de la cual los hombres entran en sociedad, ello
necesariamente supone y requiere que los súbditos posean [alguna] propiedad.
§138
Abusos del poder legislativo
En los gobiernos en los que el Legislativo reside en una asamblea permanentemente,
ininterrumpidamente en funciones, o en un solo hombre, como en las monarquías absolutas,
existe siempre el peligro de que [los legisladores] piensen que tienen un interés diferente del
[que posee] el resto de la comunidad, y que, consiguientemente, estén inclinados a
incrementar su propia riqueza y poder tomando del pueblo lo que crean conveniente.
§138

Revocación del poder legislativo


Como todo poder entregado fiduciariamente para la consecución de un fin
[determinado] está constreñido a [perseguir] tal finalidad, toda vez que se la desatiende o que
se actúa en oposición a ella de manera manifiesta, el depósito de la confianza [de que fue
adjudicatario] necesariamente se pierde y el poder vuelve a manos de los que lo entregaron,
quienes pueden depositarlo nuevamente donde lo crean más conveniente para su seguridad y
protección. De este modo, la comunidad retiene a perpetuidad el poder supremo de
resguardarse de las acometidas y las maquinaciones de cualquiera, incluso de sus
legisladores.
§149

El poder ejecutivo
A causa de que las leyes que se dictan en una ocasión determinada y en un corto tiempo
tienen una vigencia ininterrumpida y duradera, y requieren que se las aplique
permanentemente y [que haya una fuerza] que subvenga a [la consecución de] ese fin, es
necesario, por tanto, que exista un poder siempre en funciones, que se ocupe de que las leyes
que se dictan se apliquen y sigan estando en vigor. Es así como el poder Legislativo y el
Ejecutivo llegan frecuentemente a estar separados.
§144
Abuso del poder ejecutivo
Emplear la fuerza contra el pueblo, sin autoridad y contrariamente a la confianza
depositada en [el Ejecutivo], constituye un estado de guerra contra el pueblo, que tiene el
derecho de reponer a su Legislativo en [el] ejercicio del poder [que le corresponde].
§155

Necesidad de la prerrogativa
Allí donde los poderes Legislativo y Ejecutivo están en manos diferentes [...], el
beneficio de la sociedad requiere que varias decisiones queden libradas a la discreción de
quien detenta el poder Ejecutivo. Pues como los legisladores no son capaces de prever todo lo
que puede ser útil para la comunidad ni de tomar medidas conducentes a ello a través de
leyes, el ejecutor de las leyes, al poseer el poder en sus manos, tiene derecho, por la ley de
naturaleza común, a hacer uso de él para beneficio de la sociedad, en los muchos casos en que
las leyes internas del país no hayan proporcionado ninguna indicación, hasta que el
Legislativo pueda ser oportunamente convocado para que se ocupe de ello.
§159

Resistencia al poder
Todo aquel que, [estando en posesión de] la autoridad, se excede en el poder que le ha
sido conferido por ley y hace uso de la fuerza que tiene bajo su mando para oprimir a los
súbditos, cosa que la ley no permite, deja en ese instante de ser un magistrado y, al actuar sin
autoridad, puede oponérsele resistencia como a cualquier hombre que infringe por la fuerza el
derecho de otro.
§202

¿Es lícito, entonces, que se oponga resistencia a los mandatos de un príncipe? ¿Es lícito
que se oponga [a éste] en cada ocasión que alguien se considere agraviado y se figure que le
ha hecho algo indebido? Ello desquiciará y echará abajo toda la organización política.
§203
Sólo debe resistirse con la fuerza a una fuerza injusta e ilegítima; quien opone alguna
forma de resistencia en otro caso se hace merecedor de una justa condena.
§204

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