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Desde la hora sexta la oscuridad cayó sobre la tierra hasta la hora nona.

Y alrededor
de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: << ¡Elí, Eli! ¿Lamá sabactani?.>>, esto es,
<<Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?>> Al oírlo algunos de los que
estaban allí dijeron: <<A Elías llama éste>>" 7Mt 27,45.47).

San Pablo, en la carta a los filipenses, nos ha legado un bello himno a Cristo. Canta a Aquél que
siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí
mismo tomando condición de esclavo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en
su porte como hombre, Y SE HUMILLÓ A SÍ MISMO, OBEDECIENDO HASTA LA MUERTE Y MUERTE
DE CRUZ. ( Flp 2,6-11)

Dios, mío, Dios, mío, ¿por qué me has abandonado?, es el grito más desgarrador, que Jesús
pronuncia desde la cruz, No es que se sienta abandonado de su Padre, todo lo contrario, su
Padre está a su lado, pero Jesús como ser humano, experimenta el dolor y la angustia normal
del género humano, siente la inmensa soledad al verse abandonado, por todos sus discípulos y
amigos, tiene un momento de sentimientos de soledad, pero más que sentirse abandonado,
por el Padre Dios, se siente abandonado, por todos nosotros, que lo rechazamos siempre.

Jesús, clama al Padre experimenta el abandono de todo y de todos, como humano, tiene
derecho y hace propio el mismo. ¿cuántas veces, nos sentimos abandonados?, pues, Jesús, no
se quedó, en ese momento, sintió la soledad y el aparente abandono del Padre Dios-

Si, así como humano, compartió todo con nosotros, y como Dios, nos legó lo más grande de su
amor, se entregó a la muerte por nosotros, pero así como experimento el dolor y la angustia,
junto a la muerte, así, nos enseña a nosotros a experimentar la muerte, pero en las manos de
Dios, Jesús, aunque murió, no se quedó en la tumba, nunca estuvo abandonado por su Padre
Dios, Pues, él lo resucitó y lo ha puesto como Juez, de todos.

La prueba de su inmenso amor, y de su plan de vida, es que resucitó, y nos da así mismo la
oportunidad de resucitar, para la vida eterna, Dios, mío, Dios, mío. ¿porqué me has
abandonado?

Es, el grito, de reclamo al padre, pero grito de esperanza, no se siente abandonado, sino siente
el dolor del abandono, de los hombres, que no queremos aceptar su salvación-

Señor Jesús, amado hermano, ayúdanos a encontrarte siempre presente en nuestras vidas, que
no experimentemos la sensación del abandono, y que tu inmenso amor nos acompañe siempre
amen.

tú, que experimentaste el dolor y la soledad.

Señor ten piedad.

Tú, que nos pides aliviar el sufrimiento de los hombres.

Señor ten piedad.

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