Sie sind auf Seite 1von 4

UN VIAJE HACIA LA INTEGRIDAD EMOCIONAL.

AQUÍ PRESENTO ALGUNAS


SUGERENCIAS.

OBSERVE SUS EMOCIONES

Debemos analizar lo que sucede en nuestra vida interior. Esto requiere de tiempo
a solas. El salmista dijo: “En verdad que me he comportado y he acallado mi alma
como un niño destetado de su madre; como un niño destetado está mi alma”
(Salmo 131:2).

El tiempo a solas no es alejarse de todo. Es un esfuerzo intencionado de evadir la


distracción para estar con Dios. Sólo en el tiempo a solas nos pone en contacto
con nuestras emociones. En la quietud, pregúntese: “¿Qué siento ahora mismo?”

Dedique tiempo para aprender. Las personas están tristemente desconectadas.


Sin embargo, David no lo estaba. Este líder espiritual integró totalmente la
emoción en su vida espiritual.

“Escucha, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica. Está atento, y


respóndeme; clamo en mi oración, y me conmuevo… Mi corazón está dolorido
dentro de mí, y terrores de muerte sobre mí han caído. Temor y temblor vinieron
sobre mí, y terror me ha cubierto… En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me
salvará. Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y él oirá mi voz” (Salmo
55:1,2,4,5,16,17).

¿Puede sentir la cruda emoción? Note cómo David identifica lo que siente.
Rechaza negarlo o espiritualizarlo. Él reconoce las emociones y las trae a la
presencia de Dios.

Estas mismas emociones viven dentro de nosotros. La quietud delante de Dios


nos pondrá en contacto con ellas. Podríamos sorprendernos de lo que
descubrimos al buscar en el interior. Sentimientos de aburrimiento, envidia,
traición, abandono, desconfianza, heridas de la infancia y golpes del ministerio,
pueden todos vivir dentro de nosotros. Si no se les presta atención y no se sanan,
nos absorben energía preciosa. Sin embargo, cuando se exponen a la luz de Dios,
podemos revivir de maneras que nunca soñamos. Traigamos nuestras emociones
a la luz de la sanidad de Dios, como David lo hizo.

OBTENGA COMENTARIOS DE SU CÓNYUGE

Pida comentarios a su esposa o esposo. Nadie lo conoce mejor a usted.

Mi esposa y yo habíamos programado una cita con un funcionario de préstamos


en el banco. Llegamos unos minutos temprano, y nos pusimos a conversar. De
pronto, ella hizo un comentario que realmente me molestó. No puedo recordar las
palabras exactas, pero me hicieron sentirme terriblemente incompetente. Éstas me
hicieron reaccionar, por tanto contraataqué con un comentario poco amable de mi
parte, y durante unos momentos nos enfrascamos en una seria discusión. Sí, todo
esto sucedió momentos antes de nuestra cita. ¿No es ésta la manera en que las
cosas a menudo suceden?

En el curso de la discusión, mi esposa comenzó a llorar. Dijo que la manera en


que yo interpreté sus palabras no guardaba relación con las intenciones de ella.
Fue como si algo se interpuso entre nosotros y torció las palabras de ella. De
repente, en medio de nuestra confusión, este pensamiento vino a mí: “Las
palabras que oíste no son las de tu esposa… son una voz del pasado”.

El Espíritu Santo me daba discernimiento. Me hizo recordar palabras hirientes que


yo escuché mientras crecía. No me di cuenta de que había atribuido falsamente
aquellas palabras a mi esposa, aunque ellas no representaran en absoluto sus
sentimientos hacia mí.

De manera asombrosa, Dios usó esta conversación para exponer una herida en
mi alma que no había sanado. Torcí inconscientemente las palabras de mi esposa,
debido a mi emoción dañada. Pero ahora, en mi interacción con ella, el problema
se manifestó como nunca antes. El momento abrió una nueva y completa
conversación entre nosotros dos, y un nuevo nivel de libertad.

OBSERVE EL DÍA DE REPOSO

Recuerde la famosa línea de Clint Eastwood: “Un hombre tiene que conocer sus
limitaciones”.

Muy a menudo vivimos como si no tuviéramos ninguna. Como un pastor dijo:


“Creemos que estamos fabricados de acero”.

En Egipto, los hebreos eran tratados como máquinas. El faraón usó a los israelitas
como instrumentos de producción. Nunca tuvieron un día libre. La vida era trabajo,
trabajo y más trabajo. Sin embargo, cuando Dios los sacó de Egipto, les enseñó
que eran seres humanos, no fabricadores humanos. Hechos a la imagen de Dios,
tenían que seguir el patrón de descansó que Dios incorporó en la creación.

Me avergüenzo de decir esto, pero durante años reconocí el día de reposo aunque
fallaba en practicarlo. Prediqué y conduje la adoración tres veces por semana
durante más de diez años. Esto hace que cualquiera se canse de oír su propia
voz. Era joven y aparentemente invencible, pero me trajo consecuencias. La
presión del ministerio, el conflicto de la iglesia y las heridas no sanadas
conspiraron contra mí. Me encontré desconectado y cada vez más agotado.
Aprendí sobre mis propias limitaciones a las duras.

Estoy agradecido porque Dios me enseñó patrones de renovación. La observación


del día de reposo es uno de ellos. Éste no es negociable.

Vaya al océano y escuche la cadencia de ondas que se estrellan en la costa una


tras otra. Dios incorporó el ritmo en la creación.

“Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo a Jehová
tu Dios…” (Deuteronomio 5:13,14).

El fracaso en observar el día de reposo, hace que nosotros vivamos fuera de


ritmo.

Sabemos que día de reposo significa “descanso”, pero la idea fundamental es


“detenerse”. Un día, un período de 24 horas, tenemos que descansar de las
actividades de los seis días anteriores. Tenemos que descansar y estar con el
Señor.

Tome una siesta. Apague el teléfono celular. Aléjese del computador. Mire una
película vieja y coma palomitas de maíz. Pasee largo rato. Sumérjase en la
naturaleza. Comparta una comida agradable con su esposa. Descubra lo que le
renueva. Disciplínese para detenerse de las actividades semanales. ¡Haga esto de
manera consecuente y encontrará la renovación!

APRENDA A REVELAR

A medida que usted avanza, preséntese delante de su congregación y enseñe lo


que usted está aprendiendo. Un pastor liberado puede liberar a una congregación.
Un pastor que crece emocionalmente puede conducir a una congregación a la
salud emocional.

En mi caso, estoy aprendiendo el valor de la revelación. Cuando compartí con mi


congregación el incidente que mi esposa y yo tuvimos en el banco, me asombré
por la reacción. La gente piensa: Si el pastor es honesto al compartir sus luchas,
tal vez yo puedo serlo también.

Esto crea una atmósfera de autenticidad. El pastor dice: “Está bien el ser honesto”.

No revelo las luchas personales con la iglesia hasta que las haya resuelto en
privado. Entiendo que los pastores deben ser discretos sobre quién les ministra y
dónde lo hacen (por lo general fuera del cuerpo de Cristo). Pero al hacerlo, el
testimonio de cómo Dios les ha ayudado traerá una bendición enorme a otros, sin
mencionar la autenticidad emocional para con la iglesia.
Creo que Peter Scazzero tiene razón. La madurez emocional y la madurez
espiritual se unen. Debemos asociarlas en el proceso de discipulado. Si la
congregación va a ser emocionalmente sana, el pastor debe guiar el camino. Cada
persona anhela lo auténtico. ¡No separemos lo qué Dios ha unido!

Por: Tim McGraw

Das könnte Ihnen auch gefallen