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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

FACULTAD MULTIDISCIPLINARIA DE
OCCIDENTE
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN,
ESPECIALIDAD EN LENGUAJE Y
LITERATURA

MATERIA:
MÉTODOS DE ANÁLISIS LITERARIOS

DOCENTE:
LIC. LUIS BORJA

ESTUDIANTES:
CALDERÓN SIGÜENZA, WALTER ALBERTO
HENRÍQUEZ DE ALARCÓN, RAQUEL BEATRIZ
RODRÍGUEZ ALVARADO, ROXANA VERÓNICA
ROMERO ROMERO, SANDRA YANIRA
SALES, MIGUEL ÁNGEL
URQUILLA DE LÓPEZ, ROSARIO ELENA

AÑO 2017
I. BIOGRAFÍA
Salvador Salazar Arrué
(Sonsonate, 1899 - San Salvador, 1976) Artista y escritor salvadoreño también
conocido por el seudónimo de Salarrué, una de las voces fundamentales de la
literatura hispanoamericana por su concisión y fuerza en la recreación de la
realidad de su pueblo.
Instalado con su familia en la capital salvadoreña desde los ocho años, a los diez
años publicó ya sus primeros textos en el Diario de El Salvador. Formado en el
Liceo Salvadoreño, el Instituto Nacional y la Academia de Comercio, estudió
además pintura y dibujo con el maestro greco-ruso Spiro Rossolimo, y más tarde,
gracias a una beca, en la Corcoran School of Art de Washington, donde con
veinte años realizó su primera exposición individual en la Hisada's Gallery.
De regreso a El Salvador, contrajo nupcias con la artista Zelie Lardé y comenzó
a prestar servicios laborales en la Cruz Roja. En 1928 fue contratado como
redactor jefe del diario Patria, dirigido por los escritores Alberto Masferrer y
Alberto Guerra Trigueros. Publicó allí artículos y sus primeros relatos,
reagrupados luego en Cuentos de cipotes. Fundó y dirigió las revistas Amatl y
Espiral; a lo largo de su vida colaboraría en numerosas rotativos y revistas
literarias y artísticas.
Miembro de la Sociedad de Amigos del Arte (1935-1939), durante varios años
trabajó como agregado cultural de la delegación diplomática en Estados Unidos,
y participó en la Conferencia de Educación organizada en julio de 1941 por la
Universidad de Michigan. Alternó la literatura con la pintura; se recuerda
especialmente el éxito de sus exposiciones en Nueva York y San Francisco
(1947-49) y de algunas de las que realizó posteriormente en su país y de nuevo
en Estados Unidos entre 1958 y 1963. Otra de sus facetas artísticas fue la de
compositor: se le deben más de un centenar de canciones.
En 1963 ocupó el puesto de Director General de Bellas Artes, y en 1967 fundó,
en el parque Cuscatlán, la Galería Nacional de Arte (actualmente conocida como
Sala Nacional de Exposiciones), centro cuya dirección asumió. Desde 1973
hasta su fallecimiento fue asesor cultural del gabinete del Director General de
Cultura, Carlos de Sola.
La obra literaria de Salarrué lo ha colocado en el justo papel de clásico no sólo
de la literatura salvadoreña, sino también de la cuentística en castellano. Su
peculiar costumbrismo es más bien un énfasis en la lengua de su pueblo, una
visión tierna de los pequeños seres que atraviesan, con su ternura y miseria, los
paisajes de su país. Escribió acerca de campesinos y desplazados de las urbes,
identificándose con sus problemas y rasgos, así como con su materia verbal, que
reproduce la tensión idiomática entre los dialectos, las lenguas indígenas y el
castellano.
En su caso también se ha hablado de realismo mágico: un buen ejemplo de ello
es el célebre cuento "El anillo de Oricalco", que desarrolla el tema de la muerte,
los indios magos, y el tópico del anillo encantado. Sus primeras novelas fueron
El Cristo negro (1927) y El señor de la burbuja (1927). Con Oyarkandal (1929),
recopilación de relatos, dio a conocer sus primeros cuentos fantásticos. Entre
sus títulos posteriores deben destacarse Remontando el Uluán (1932), Cuentos
de barro (1933), Conjeturas en la penumbra (1934), Eso y más (cuentos, 1940),
Cuentos de cipotes (1945; 1961, edición íntegra), Trasmallo (cuentos, 1954), La
espada y otras narraciones (1960), La sed de Sling Bader (novela, 1971), Catleya
luna (novela, 1974) y Mundo nomasito (poemas, 1975). Entre 1969 y 1970, a
instancias de la editorial de la Universidad de El Salvador, el poeta y narrador
salvadoreño Hugo Lindo se encargó de prologar los dos tomos de las Obras
escogidas de Salarrué, quien intervino directamente en la selección de los textos.

II. FÁBULA/TRAMA
Fábula: es la narración ordenada de los hechos presentados en la obra literaria.
Goyo Cuestas y su hijo viaja hacia Honduras llevando un fonógrafo; el viejo lleva
la caja, el joven lleva los discos y la campánula. Van a tratar de ganar dinero con
el aparato desconocido en las zonas bananeras de aquel país. Han tomado la
decisión de mejorar su calidad, van en busca de la plata que abunda en
Honduras. Tras varios días de camino, han cruzado por Metapán y han pasado
por Santa Rosa Copán (Goyo hace referencia al consejo que le ha dado el cura
de Santa Rosa de no dormir en las galeras para evitar a los ladrones), ellos
duermen en los bosques, entre pinos y otros árboles propios de la zona. Ya
adentrados en El Chamelecón (región boscosa de San Pedro Sula,
departamento de Cortez, Honduras), son asaltados por una banda de ladrones
(el escritor refiere el hecho de forma poética). El hombre y su hijo, en el asalto,
son asesinados, aparentemente despedazados, las aves de rapiña y los
animales salvajes se comen sus restos. Más tarde, los cuatro hombres conectan
el fonógrafo y ponen uno de los discos que traía el muchacho. Escuchan con
mucha alegría la “fresca voz” de un hombre, que entona una canción triste
acompañada con guitarra. Cuando la canción ha terminado, los bandidos quedan
conmocionados, suspiran; al final, el más viejo de ellos exclama: “Semos malos”;
y tras la frase todos lloran como si fueran niños.

Trama: es el orden en el que el autor decide presentar los hechos; esto, debido
a fines estéticos y con la intención de sorprender al lector.
Al principio presenta a los personajes, Goyo Cuestas y su hijo; emigran para a la
región bananera de Honduras llevando un fonógrafo y algunos discos para poder
ganarse la vida con aquel aparato que se desconoce en esas tierras. A los
personajes los describe en sus faenas durante el viaje. El padre llevando la caja
y al hijo transportando los discos y la campánula. Se detiene por las noches a
descansar entre los pinares, bebían café, comían en silencio y nerviosos.
Después, presenta el recorrido realizado por los protagonistas. Aparentemente
han caminado desde Santa Ana, en El Salvador, hasta Cortez, en Honduras ya
que menciona algunos municipios como Metapán, Santa Rosa y finalmente al
Chamalecón. Además, nos muestra la relación entre padre e hijo y nos dice que
pese a ser un hombre rudo, tosco, permite que su hijo duerma abrazado a él.
Más adelante, el autor rompe con la narración de la historia y comparte una
opinión personal sobre Honduras; la describe bárbara y cruel, honda en el
misterio de sus animales salvajes, tan profunda, que la ley y la justicia no llegan
hasta esos parajes. La profundidad de Honduras deja a sus habitantes en el libre
albedrío, pueden ser buenos o malvados.
Enseguida, nos muestra a otros personajes que irrumpen y le dan un giro a la
historia. El narrador presenta a cuatro bandidos que entran a una casa llevando
el mismo fonógrafo que cargaban Goyo Cuestas y su hijo (cuyo asesinato se
deduce al decir que ambos huían a pedazos en los picos de los «zopes»). Los
ladrones, entre risas, armaron el aparato y colocaron un disco; en ese momento
empieza a sonar una canción triste, cantada por un hombre de voz fresca,
acompañado de una guitarra. Los hombres escuchan atentos aquella melodía y
cuando esta ha finalizado, suspiraron y con una frase reconocieron la maldad
existente en ellos “semos malos”, en estas palabras se resume el sentir de
aquellos bandidos y, después de pronunciar aquella frase se echan a llorar como
niños.

III. TEMA/MOTIVO

3.1 MOTIVO
Partículas más pequeñas del material temático, considerado en sucesión
cronológica.
La trama de este cuento se puede dividir en dos partes: una, el viaje de Goyo y
su muchacho para Honduras; la otra, la historia de los cuatro bandidos que
asesinan a los migrantes.
Los motivos del viaje de Goyo a Honduras pueden ser económicos. La pobreza
los conduce a emigrar para mejorar su condición de vida. Llevan aquel aparato
que se desconoce en las bananeras de la región y con él pretenden ganar la
plata que abunda en Honduras.
Otro motivo del viaje puede ser la ambición; ellos, poseían un aparato que no
cualquiera tenía (se desconoce cómo lo obtuvieron) y deciden aventurarse para
ganar un poco más de dinero del que ya poseían.
Por otra parte, los motivos por los que los bandidos asesinan a Goyo y a su hijo
son la maldad que existe en el hombre, sobre todo en aquellos que se dedican
a robar y a vivir a costas de los demás. Aparentemente, los bandidos matan con
lujo barbarie a sus víctimas a tal punto que incluso pueden disfrutar lo que están
haciendo; un ejemplo de esto es que el escritor hace referencia a la sangre que
salpica los dientes de los bandidos (“Tenían los «blanquiyos» manchados de
algo que parecía lodo, y era sangre.”); la pregunta es, ¿cómo llegaron a manchar
sus dientes con la sangre de las víctimas?, seguramente reían cuando lo hacían,
disfrutaban al matar. Esto demuestra que en verdad eran hombres de mal
corazón.
Otro motivo del asesinato puede ser la necesidad económica de los bandidos,
ellos viven en un rancho de tierra y desconocen aquellos aparatos que no son
comunes entre los pobres.

3.2 MOTIVACIÓN
Elementos que apareces constante el cuento y la justificación de este.
La constante migración de compatriotas salvadoreños a tierras hondureñas que
por causa de la pobreza buscan una vida mejor.
La inseguridad que se vive en las fronteras y que afecta aquellos que viajan a
otros países.
La falta de autoridad para hacer cumplir la ley.
La violencia que impera en la región.
El poco valor de la vida humana como consecuencia de la deshumanización.

3.3 TEMAS
Elementos estereotipados que aparecen en la obra
La emigración
La muerte que asecha a los migrantes
La injusticia
La violencia
La pobreza
IV. COMENTARIO/JUICIO
Salarrué, en su cuento SEMOS MALOS, retrata la realidad que viven muchas
personas, de escasos recursos, que emigran tratando de lograr una vida mejor.
Algunos de ellos, en la búsqueda de esas nuevas oportunidades, se encuentran
con la violenta que prevalece en la región centroamericana. Dicha migración, así
como la violencia, son frutos de sociedades injusta y desiguales que sumergen
en la pobreza a la mayoría de sus habitantes.
Es importante reconocer que los migrantes conocen los peligros a los que se
deben enfrentar en sus intentos por salir de la miseria. Asaltos, violaciones,
secuestros, muerte, son algunos de los riesgos que viven diariamente los que
deciden emprender el viaje hacia tierras desconocidas. Pese a esto, diariamente
son muchos los que se atreven a recorrer el camino de los migrantes y esto se
debe a que consideran que no existe otro camino, otra salida a su situación
económica deplorable.
Por otra parte, el autor reconoce la maldad que habita en los seres humanos.
Todos podemos decidir ser buenos o malos; pero, en este caso los bandidos, se
decantan por la maldad y causan daño irreparable a sus semejantes,
simplemente por el hecho de provocar el mal. También, Salarrué describe la
actitud de los bandidos después de reconocer que han matado; existe
consternación, silencio, meditación. Pese a ello, “Semos malos”, es una frase en
la que no se identifica claramente el arrepentimiento por el daño causado;
simplemente, es la afirmación de un modo de vida, “somos malos, vivimos de la
maldad”.

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