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Tomas Straka, Los godos y las ideas.

El ataque a la revolución

 Un aspecto que denotar antes de comenzar las ideas es que aquellas personas que se unían al
bando de la independencia transgredían las convicciones éticas de la sociedad. Una comunidad
educada desde pequeños al respeto al rey y a las instituciones religiosas que se levantaba en
contra de sus gobernantes rompía con las enseñanzas que se impartían tanto desde el colegio
como la iglesia.

Desde el punto de vista de los realistas en Tierra Firme la revolución iniciada en América era un acto
en contra de Dios. Este temor a lo divino fue una de las herramientas más fuertes que tuvo Morillo
para la restauración dentro del virreinato y la capitanía de Venezuela. Esto era a su vez una excusa
para poder justificar así mismo la pacificación americana. La justificación de las influencias infernales
sobre los independentistas fue un alegato común entre los realistas que trataban de demonificar el
acto de levantamiento.

El principal pecado con el cual se identificó al levantamiento americano es el de sedición y rebelión,


que ultraja la legitimidad de poderes. Estos pecados en el mundo cristiano tienen un papel
preponderante, Dios castiga la rebelión de su pueblo al igual que a lucifer que se levantó contra él.
La biblia se encuentra de por si llena de versos donde se advierte la ira de dios al no seguir el orden
establecido por él.

La inmoralidad nace así misma del consumo de libros prohibidos por parte de la corona.

“tres de los grandes argumentos que en contra de los patriotas se desarrollan entonces, le vamos a
decir: primero, que son irreligiosos, unos ateos, unos enemigos de Dios; segundo que son unos
holgazanes, unos botaretes, unos personajes endeudados por su flojera; y el tercero que son unos
incapaces para regir el destino de un país.” Pp. 207

Una particularidad del proceso de independencia fue el uso de María como figura tanto de los
realistas como los independentistas. Ambos asumían la devoción mariana en función de sus
objetivos políticos como se hizo en México con la virgen de Guadalupe.

La reconquista de los territorios americanos en 1815 implicó así mismo una restauración del orden
moral de la población y devolver el designo de dios al pueblo.

La inexistencia de división entre lo público y lo privado permitía a la iglesia y al estado la censura


como algo necesario para el mantenimiento del buen orden dentro de la sociedad.

Los Alucionados de Costa firme

Un aspecto común era ver a los revolucionarios como locos, aspecto que permitía descartar todas
sus propuestas.

El autor muestra un poco del funcionamiento del biopoder expuesto por Foucault. Aquellas
personas, los curas, que tenían la disponibilidad de establecer sobre la locura de una persona al
igual que castigarla, apartando a la persona en el encierro. Esto facilita el control social del mismo
al apartar al “loco” y su influencia de la sociedad.

Existe dentro del discurso realista una connotación de como el orden republicano era finalmente
inepto ante el orden monárquico.
Para los realistas la historia tiene un valor incontestable frente a lo ideado por los independentistas,
reafirmado en ciertos pasos por un aspecto religioso.

La idea de desigualdad presente en los realistas se hallaba sustentada por la idea religiosa del orden
de Dios, donde existían ciertos grupos de personas sobre otros. La ruptura de este orden fue visto
como un signo de maldad por parte de los independentistas.

La justa causa

Existían cuatro bases esenciales dentro del pensamiento de los realistas que connotaban el acto de
los independentistas como un delito de infidencia:

 La falsedad de los presupuestos teóricos y jurídicos de la independencia siendo no más que


alucinaciones diabólicas.
 La inexistencia de una nacionalidad venezolana que pudiera reclamar derechos distintos a los
de la nación española.
 El apoyo de la mayoría de los venezolanos a la monarquía.
 El legitismo, fundamento teórico de la restauración y que en américa tenía una expresión
encíclica. Esta legitimidad busca en su centro negar la soberanía popular. Si bien la idea del
derecho divino no fue muy popular en el mundo ibérico (aspecto que estoy dispuesto a debatir),
con la llegada de Fernando VII a Madrid se intensifica la idea del soberano nombrado por Dios.
Esto hizo que la idea de poder popular fuera eliminada de universidades tanto de un lado como
del otro del imperio.

Existe un acto obligatorio que justificó la independencia de Venezuela: La jura. Este acto de fidelidad
a la corona de España se realizaba y tenía un estatus casi sacramental como manifestaciones de la
subordinación al rey. Tanto realistas como independentistas asumieron la jura para defender su
posición.

Los realistas, al no estar Don Fernando en el trono se negaron a jurar ante el hermano de Napoleón.
Por otro lado, los realistas veían una obligación en defender y jurar ante el rey legítimo en contra
de un intruso.

El tema de la fidelidad era consustancial al orden de la nación, que se sustentaba en la subordinación


y jerarquización cuya fundamentación era la fidelidad. La ruptura de la fidelidad de los
independentistas conllevó al delito de infidencia ante el rey.

Esto se suma al deseo de sangre expresado por los tribunales y sus jueces, precedidos por
Monteverde, Boves y Morillo; quienes se consideraban reconquistadores y pacificadores, y
procedieron a aplicar la ley de conquista.

En el caso particular del Taita Boves que se alzó ante cualquier orden demolió la base del derecho
español al sustituir las instituciones por un derecho propio.

Si bien existió un debate jurídico sobre como tipificar el delito en un periodo de alta violencia existió
un precedente jurídico de infidelidad que otorgaba una norma dentro de la mente de los realistas.

Los independentistas buscaron por el contrario sus bases jurídicas dentro de otras instituciones,
sobre todo en la formación de repúblicas. Uno de los triunfos de Bolívar fue ver que la formación de
una institución organizada cuyo fin era ganar una legitimidad y credibilidad ante las potencias
europeas e incluso frente a los españoles.

El problema de la nacionalidad

El concebir la idea de nacionalidad en las independencias latinoamericanas respondía a un debate


mucho más amplio al de simplemente negar la independencia de Venezuela. Los realistas veían esto
nada más como un hecho geográfico sin implicaciones de romper con la corona. Son tres las razones
que los realistas ven en la imposibilidad de la formación de esta nación: la inexistencia de derechos
de soberanía nacional, la incapacidad de autogobierno, y la inexistencia de unos venezolanos
distintos de los españoles.

La justa guerra

La visión de las tropas realistas era la de librar una justa y santa guerra contra los vasallos rebeldes
que pusiera las bases del gobierno legítimo. Esta guerra se encontraba unida a un ideal de paz
basado en la idea de San Agustín. Monteverde revivió esta idea junto con el de la Justa Causa en el
momento de la reconquista de Venezuela. EL discurso de Monteverde podía la justa causa en tres
condiciones: restablecer el orden del estado y la iglesia, desmentir la tesis patriotas y mostrar el
triunfo de la reconquista como voluntad de Dios.

La pacificación tuvo efectos que impidieron finalmente la restauración del orden colonial. Los actos
de Morillo y Monteverde avivaron los ánimos independentistas.

Las ideas del liberalismo español al igual que su ilustración fueron vitales en la conformación del
pensamiento moderno tanto antes como después de la reconquista que, después de la revolución
del año 20 inclinó su suerte a favor de los patriotas. Esto gracias a la difusión de ciertas ideas que
eran las mismas de los insurrectos que les dio cierta legitimidad; y segundo el evitar el envío de
refuerzos a morillo.

COnclusiones

El estudio de los realistas ayuda a ponderar las ideas y acciones de los independentistas. Esto ayuda
a completar el panorama general de la independencia, mostrando las otras posiciones que muchas
veces quedó ensombrecida alrededor de los protagonistas del bando independentista.

Una de las principales conclusiones a la cual llega el autor es que en gran medida, una de las cosas
principales que tuvo la independencia lo representó el enfrentamiento entre el pensamiento
tradicional y el moderno.

La estructuración del discurso realista se basó en demostrar la falsedad de las ideas de los patriotas,
demostrando su ilegitimidad, y planteando un retorno al pasado a partir de la restauración. Su
combate se vio manifestado en la prohibición y bloqueo de difusión de libros prohibidos, desarrollar
una pedagogía política a través de los actos ceremoniales, imponiendo textos de la historia de
España en las escuelas.

Las ideas que impulsaban a los realistas se basaban en una visión del cosmos heredada de la iglesia
mediante un grupo de leyes que garantizaban el funcionamiento del sistema.
De la reconquista a la restauración en: Gutierrez Ardila Daniel, restauración de la Nueva Granada
(1815-1819)

La idea central del autor es estudiar la restauración en la Nueva Granada no como un evento aislado,
sino que hace parte de un proceso general que llevaba a cabo la corona española.

En general, los escritores colombianos se dedicaron a mostrar el accionar de la reconquista llevado


a cabo por Morillo como un acto salvaje por parte de los españoles hacia los americanos. Esta venía
de una inminente carga política para referirse al periodo de 1815-1819 que desarrolló un punto de
vista “patriota”.

El autor propone la idea de contrarrevolución a los términos utilizados comúnmente como una
forma de ver este proceso al carecer de una carácter partidista. El concepto no solo hace referencia
al accionar de Morillo, sino a los diferentes actores y movimientos que se opusieron a la formación
de repúblicas.

Así mismo, el término pacificación optado por los realistas hacía referencia a una posición política e
ideológica a la cual consideraban que los americanos se habían desviado del buen camino. Luego,
ideológicamente, la idea era restablecer el orden que los revoltosos habían perjudicado. La visión
de personajes como Montalvo reflejan un ideal de otra realidad histórica. En la realidad en ciertas
regiones la pacificación por las armas llevó a extremos.

Debido a esto, el autor propone que, en vez de llamar a dicho periodo reconquista, debe
denominarse restauración, ya que esto permite desligar este periodo de la visión patriótica sin caer
en la trampa de la pacificación. En segundo lugar, esta palabra reinserta al periodo en un análisis
mucho más amplio para la reflexión histórica. En tercer lugar, estudiar la restauración en vez de la
reconquista confiere una perspectiva más fértil al socavar los límites de la periodización habitual.

El autor toma el postulado de Emmanuel Waresquiel que aplica en el caso francés, donde la escala
temporal pertinente para este tipo de procesos es la biográfica, el transcurso de una generación que
se formó en el antiguo régimen fue participe de los eventos revolucionarios, y presentó el retorno
del poder monárquico.

La visión de la restauración neogranadina no solo se puede ver como una reacción a lo sucedido en
América, sino también como una experiencia política, entendida tanto en como el régimen
fernandino estableció el poder como las resistencias que generó su capacidad o ineptitud de innovar
y adaptarse a las nuevas circunstancias.

Ejemplos de restauración son el de Luis XVIII en Francia, la holandesa por parte de Napoleón, La de
Nápoles y la propia España.

A diferencia de esta última, la restauración no significó un retorno al pasado, caracterizadas por la


adopción de políticas de Olvido. Fue una mediación entre las instituciones antiguas y la revolución
cuyo objetivo no solo era la reconciliación, sino la implantación de la libertad.

EL caso de la restauración en Venezuela tiene ciertas características esenciales. En primer lugar,


existía un realismo bastante fuerte y de raigambre popular tan fuerte que la independencia fracasó
dos veces. Morillo, al llegar a Venezuela, había arribado a un espacio ya reconquistado por los
realistas, compuestas por pardos. La lucha racial generó pánico entre los realistas criollos y
españoles. La política de morillo se encontraba dirigida a poner en cintura a los realistas venezolanos
que habían excedido la ley española.

La llegada de morillo significó la creación de una junta de secuestros, la supresión de la audiencia y


su remplazo por el tribunal de apelaciones, la erección de un consejo de guerra permanente que
juzgaba los delitos de infidencia; la creación de un tribunal de policías. Estos hombres en el caso
venezolano fueron laxos en su labor, absolviendo a la mayoría de personas. Los principales castigos
impuestos fueron en esencia la obligatoriedad de servir en el ejercito realista para la guerra contra
la nueva granada. En el caso venezolano, el consejo de guerra sirvió como una contención contra
los excesos militares, función que cumplió la audiencia tras su restablecimiento.

Tras la toma de Cartagena Morillo encerró a todos las personas que tuvieron que ver con la
independencia, formó un consejo de guerra permanente que condenó a muerte a varios lideres y
levantó el indulto real. El consejo de guerra en la Nueva Granada se encargó de juzgar de manera
expedita a los principales revolucionarios. Así mismo creó el consejo de purificación cuya misión era
mirar a los acusados que no merecían la pena capital. Por último, instituyó la junta de secuestros,
sobre la cual recayó la responsabilidad de embargar los bienes de los insurrectos.

Una de las penas más comunes fue la creación de caminos para castigar a los culpables y al pueblo
en general de quienes exigió grandes sumas de dinero. Así generó a su vez reclutamiento en masa
al igual que grandes sumas de dinero.

El consejo de purificación fue instaurado en la capital el 15 de junio de 1816. Los juicios se realizaron
principalmente a miembros de la burocracia, al igual que a oficiales y militares que se alistaron a las
tropas “insurrectas”. Aquellas personas de escasos recursos salieron libres con penas menores, al
igual que se les conmutó la pena a las personas con influencias y colaboradores con los realistas.
Muchos fueron indultados o absueltos y otros multados con el fin de extraer sus bienes. En general,
el consejo de purificación procesó a una gran masa de expedientes que aunque terminó
condenando a la gran mayoría, lo que hizo fue privarlos de sus cargos públicos por haber servido en
tiempos de la insurrección.

Varias de estas instituciones se crearon en las provincias de Antioquia, Neiva y Chocó, debido a que
era peligroso centralizar este proceso en Bogotá, los costos de traslado, la falta de testigos para los
casos, y que el castigo se ejecutaría en ese caso fuera de los límites de la sociedad que se pretendía
escarmentar.

Ciertas provincias vieron, a parte de las penas económicas, ejecuciones y desmembramientos.

Fueron en general varios los realistas que se aprovecharon, tanto a través de sobornos como de
extorción, para la apropiación de dinero.

A diferencia de Venezuela, donde se levantó el consejo de purificación, en Santafé este perduró casi
hasta 1819.

La restauración, y los actos de Morillo y Sámano, habían generado así un descontento general ante
el rey y sus representantes. En 1817 los ocañeros habían dejado de proferir vivas al rey en las
reuniones públicas. Gran parte de los mestizos y gentes de varios colores se encontraban
disgustados por el reclutamiento y la manutención de las tropas. Esto avivó los ánimos por el
independentismo y las fuerzas que combatían al rey.

Las ínsulas de Francisco Montalvo 1813-1818 en: Gutierrez Ardila Daniel, restauración de la Nueva
Granada (1815-1819)

El proceso de la restauración neogranadina no afectó con tal violencia a todas las provincias. Esto
se debió al influjo de ciertos delegados del rey que se opusieron a la duración indeterminada del
gobierno militar. Esto se demuestra en Francisco Montalvo, virrey de la Nueva Granada, quien supo
limitar las acciones de Morillo.

La figura de Montalvo permite incluir dentro de la restauración neogranadina los intereses de los
actores del caribe español al tiempo que contribuye a entender las características del lealismo de
tierra firme.

La invasión napoleónica y al instalación de juntas de gobierno en caracas detonó el establecimiento


de corporaciones semejantes a las de la Nueva Granada, que en 1811 se convirtieron en estados
con sus propias constituciones.

Mientras Montalvo y Bierna trataron de implantar un conjunto de disposiciones tendientes a


asegurar el retorno del orden y la transición al gobierno ordinario, Morillo buscaban una pacificación
de los diversos territorios como instrumentos de una venganza intransigente del rey.

Los abusos del ejercito realista dañaban los planes de Montalvo, quien buscaba finalmente recobrar
el orden de los pueblos neogranadinos. La invasión había significado la ruina a varios pueblos de la
costa caribe. En una búsqueda de reducir los costos de la pacificación Montalvo trató de eliminar
los regimientos inútiles o insistió en su traslado hacia otras regiones. El ejercito pacificador generaba
un hueco en las finanzas al igual que impedía la restitución del sistema fiscal neogranadino.

Estas tácticas no fueron necesarias en Chocó, Antioquia que eran provincias desmilitarizadas y que
contaban con un gobernador fiel a su causa. Sin embargo, el virrey fue incapaz de hacerse obedecer
en Popayan, Tunja, El Socorro, Pamplona, Neiva o Mariquita (su representante José Solis).

En el aspecto militar, Sámano tenía una preponderancia sobre el ejercito por encima de lo que
establecía el virrey. Para este, las ejecuciones de los militares era un craso error y era favorable por
las deportaciones.

El accionar de Montalvo, como lo especifica el título del capítulo, fue bastante insular, aplicándose
simplemente a ciertos espacios de la nueva granada. El territorio que dominó desde 1816
representó una alternativa a lo realizado por Morillo y sus excesos de la pacificación.

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