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Oh dulcísima virgen María, hemos aquí prostradas al pie de tus altares para ofrecerte el
humilde obsequio de nuestros corazones.
Todos los años en tu mes bendito, nos reunimos en torno tuyo, encontrando la misma
solicitud, la misma compasión el mismo cariño maternal .Eres, oh María, la madre del
mendigo, el socorro del menesteroso, el amparo del huérfano infeliz .Llenas de confianza
en tu bondadoso corazón ,y con el pecho rebosando de alegría ,te hemos elevado un altar
;allí vistosas flores se esparcen a tus plantas ;el resplandor de las antorchas ilumina tu
bendito rostro ; nuestras manos se elevan confiadas al trono de tu gloria y nuestros labios
murmuran una plegaria en honor tuyo .Dirige una mirada compasiva sobre los que hoy
rodeamos tus altares ; has que nuestros corazones palpiten de amor hacia Jesús ,que
nuestra vida sea un acto no interrumpido de alabanza y acción de gracias ,de propiciación
y de súplica , a fin de que rotos los velos de la carne , merezcamos contemplar en unión
tuya , al Dios que veneramos oculto en los altares . Amen.
Hoy, te pedimos dirijas tu mirada compasiva sobre tantas almas que siguiendo la senda
del error y la mentira, se hallan lejos de Dios y de la iglesia; una palabra, Virgen vendita,
y triunfara tu divino Hijo. Socorre tambien a la iglesia de los peligros que le amenazan y
conserva por muchos años al pontífice Rey que en ti confía.
3.- HINMO
II
Al aura de mayo
Perfuma tu aliento
Y en dulce concento
De dicha y solaz,
Murmura en los bosques
Un angel del cielo,
Se llama el consuelo
Y trae la paz.
III
Absorto el Arcángel
Cantando te mira
Y pulsa su lira
Por ti el Querubín.
Rodando su lumbre
Te dan las estrellas
Y causan tus huellas
Afrenta al zafir.
IV
Si acaso en la altura
Sonríe, Señora
El monte se dora
De placida luz.
Si se abren tus ojos
Se humillan los cielos
Y muere de celos
La estrella del sur.
El niño te ofrece
Su dulce sonrisa
Concierto a la brisa
Regala tu voz
Mejor que mil madres
Te aclama la infancia
Y es loca ganancia
Morir por tu amor.
VI
Te acuerdas, Señora,
Fui tu hijo otro día
Y libre bebía
Del cáliz de Dios
Ingrato, en mala hora
Ahogue mi conciencia
Hui tu presencia
Te dije un adiós.
VII
VIII
En la agria pendiente
Del mundo do ruedo,
Extático quedo
Creyéndote oír;
Por fin, oh María,
Mi queja te alcanza
La santa esperanza
Brillo en el cenit.
IX
Cantando placeres
El mundo te insulta
Espinas la inculta
Herencia te da;
La dicha en el fango
Busqué fe mentida
El mundo me ha herido
Mi Madre piedad.
Incauto a la orilla
Del mar no se juega
Que la onda que llega
Te puede perder
Decías Señora,
Y yo sonriendo
Seguía bebiendo
Las ondas de hiel.
XI
Perdón, oh María
La dulce inocencia
Se fue, y ya su ausencia,
Mi llanto siguió
Ay desde entonces
No sé lo que quiero
Y siento que muere
Mi infiel corazón.
XII
CANTO