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INTRODUCCIÓN

La inocencia del imputado es considerada como un principio rector del


proceso penal, de ineludible observancia por la autoridad judicial
principalmente, y por aquellas otras autoridades encargadas de la
persecución del delito. La persona imputada de infracción penal debe
ser considerada como inocente en tanto en cuanto la autoridad
judicial, dentro de un proceso penal, no establezca que es culpable
mediante una sentencia o resolución.

La presunción de inocencia es la máxima garantía del imputado y uno


de los pilares del proceso penal acusatorio, que permite a toda
persona conservar un estado de no autor mientras no se expida una
resolución judicial firme. La afirmación que toda persona es inocente
mientras no se declare judicialmente su responsabilidad, es una de las
más importantes conquistas de los últimos tiempos en materia
procesal penal.

La presunción de inocencia significa, primero que nadie tiene que


construir su inocencia; segundo, que solo una sentencia declarara esa
culpabilidad jurídicamente construida, que implica la adquisición de un
grado de certeza, tercero, que nadie puede ser tratado como culpable,
mientras no exista esa declaración judicial y cuarto; que no puede
haber ficciones de culpabilidad; la sentencia absolverá o condenará,
no existe otra posibilidad .

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Presunción de inocencia
1. NOCIONES GENERALES

El principio de presunción de inocencia es un derecho fundamental de


toda persona que se encuentra consagrado en el literal e) del inciso 24
del artículo 2° de la Constitución Política del Estado.

La presunción de inocencia tiene sustento positivo en la Declaración


de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en Francia, que en su
artículo 9 indicaba que debía presumirse inocente a todo hombre
hasta que no haya sido declarado culpable. También es recogida por
la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Pacto de San
José de Costa Rica.

El Perú se encuentra vinculado al respecto del derecho de presunción


de inocencia a raíz de los instrumentos internacionales que ha
suscrito, como por ejemplo la Convención Americana, que en su
artículo 8, inciso 2 establece que: "Toda persona inculpada de delito
tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad".

El inciso 1 del artículo II del NCPP consagra el principio de presunción


de inocencia en el siguiente sentido: "Toda persona imputada de la
comisión de un delito es considerada inocente, y debe ser tratada
como tal, mientras no se demuestre lo contrario y se haya declarado
su responsabilidad mediante sentencia firme debidamente motivada.
Para estos efectos se requiere de una suficiente actividad probatoria
de cargo, obtenida y actuada con las debidas garantías procesales."
Aquí se consagra que la presunción de inocencia se desvirtúa con la
actividad del Ministerio Público como titular de las pruebas a cargo.

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La declaración judicial de responsabilidad equivale a que la persona
encausada haya sido condenada por una sentencia penal expresa,
dictada por los tribunales en el ejercicio de sus funciones. Mientras ello
no suceda, y aunque el juicio siga su curso procesal, toda persona es
considerada inocente.

De lo expuesto podemos colegir que sólo el Poder Judicial podrá


condenar a las personas imponiéndoles una pena y que no importando
las pruebas que existan (incluida la confesión del sospechoso,
inculpado o acusado) la Constitución ordena que sea considerado
como inocente hasta que sea condenado con una sentencia. Este
derecho de presunción de inocencia es coherente con los derechos al
honor y la buena reputación establecidos en el artículo 2 de la
Constitución.

Como derecho constitucional, la presunción de inocencia se sustenta


en el meta - principio de la dignidad humana, así como en el Estado
Democrático de Derecho. La presunción de inocencia impone
dos obligaciones al Estado, una negativa que le dice al Estado que
debe abstenerse de realizar algún tipo de actividad (jurídica o
extrajurídica) que tienda a considerar a una persona como culpable sin
sentencia condenatoria firme y la segunda positiva consistente en
garantizar a toda persona el respeto de su derecho que se le presuma
inocente durante el proceso penal.

2. LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA Y LAS MEDIDAS


CAUTELARES

La imposición de una medida coercitiva implica afectar el derecho a la


presunción de inocencia, sin embargo, para Benavente Chorres, la
imposición de una medida cautelar afecta una gama de derechos
constitucionales pero no la presunción de inocencia. Considera que
imponer una prisión preventiva no implica un adelanto de opinión
sobre el fondo del asunto, es decir considerar culpable al imputado,
sino que esta medida es una acción preventiva ante los peligros
procesales que la conducta del imputado puede generar. Esto porque
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el imputado puede, por sí mismo o a través de terceros, realizar actos
maliciosos o desleales para una buena marcha del proceso.

En consecuencia, son los obstáculos o peligros procesales lo que dan


fundamento a la imposición de medidas cautelares, si estos riesgos se
mantienen, aumentan, disminuyen o desaparecen el órgano
jurisdiccional puede imponer, modificar, sustituir o revocar una medida
coercitiva y no porque al inocente se le ve como culpable y ahora se le
vuelve a ver como inocente.

Para la imposición de una medida cautelar se toma en cuenta el hecho


delictuoso, verificándose el fumus comissi delicti, que es la existencia
de los elementos objetivos, subjetivos y normativos de un concreto tipo
penal, pero no es suficiente para ello, debe existir además un peligro
o riesgo procesal (periculum processo) que quiere decir la presencia
de un comportamiento por parte del imputado en otro o dentro del
mismo proceso judicial que revele su falta de actitud para con el
debido proceso, lo cual no quiere decir que se está adelantando el
juicio de culpabilidad que está reservado para la etapa de juzgamiento.

En consecuencia, se puede sostener que la presunción de inocencia


establece una regla de tratamiento del imputado durante el proceso
penal, que obliga a reducir al mínimo necesario las medidas
restrictivas del imputado en el proceso. Asimismo, se puede afirmar
que la presunción de inocencia no es incompatible con la aplicación de
medidas cautelares adoptadas por el órgano competente basadas en
un juicio de razonabilidad aplicando los principios de adecuación y
proporcionalidad de ellas.

La presunción de inocencia es también una regla de tratamiento del


imputado durante el proceso penal, que obliga a reducir al mínimo
estrictamente necesario las medidas restrictivas del imputado en el
proceso.

La presunción de inocencia no es incompatible con la aplicación de


medidas cautelares adoptadas por el órgano competente y fundadas
en derecho, basadas en un juicio de razonabilidad acerca de la

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finalidad perseguida y las circunstancias del caso concurrentes, como
asimismo aplicando los principios la adecuación y proporcionalidad de
ellas.

El tribunal que es, en esta etapa el juez de garantía, durante el


desarrollo del procedimiento, teniendo en consideración los principios
antes señalados, podrá irse formando un juicio sobre la participación
que ha cabido en los hechos al imputado, posibilitando la aplicación de
medidas cautelares.

La presunción de inocencia es también una regla de tratamiento del


imputado durante el proceso penal, que obliga a reducir al mínimo
estrictamente necesario las medidas restrictivas del imputado en el
proceso.

La presunción de inocencia no es incompatible con la aplicación de


medidas cautelares adoptadas por el órgano competente y fundadas
en derecho, basadas en un juicio de razonabilidad acerca de la
finalidad perseguida y las circunstancias del caso concurrentes, como
asimismo aplicando los principios la adecuación y proporcionalidad de
ellas.

El tribunal que es, en esta etapa el juez de garantía, durante el


desarrollo del procedimiento, teniendo en consideración los principios
antes señalados, podrá irse formando un juicio sobre la participación
que ha cabido en los hechos al imputado, posibilitando la aplicación de
medidas cautelares.

Las medidas cautelares personales constituyen medidas restrictivas o


privativas de libertad personal adoptadas por el tribunal competente en
contra del imputado en el proceso penal, con el objeto o finalidad de
asegurar la realización de los fines penales del procedimiento.

"las medidas cautelares personales sólo serán impuestas cuando


fueren absolutamente indispensables para asegurar la realización de
los fines del procedimiento y sólo durarán mientras subsiste la
necesidad de su aplicación.

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Estas medidas serán siempre decretadas por medio de resolución
judicial fundada".

De esta norma se deriva la obligación estatal de no restringir la libertad


del imputado o del acusado (personas que de acuerdo a antecedentes
disponibles se presume con participación en el hecho punible), más
allá de los límites estrictamente necesarios para asegurar que no
impedirá el desarrollo adecuado de la investigación criminal y que no
eludirá la acción de la justicia, debiendo constituir siempre la prisión
preventiva una medida cautelar y no una medida de carácter punitivo.

3. La actuación probatoria y el principio de presunción de


inocencia
La actuación probatoria busca crear convicción judicial de la existencia
del delito y la responsabilidad penal, y con ello destruir el principio de
inocencia. El actual Código “requiere de una suficiente actividad
probatoria de cargo, obtenida y actuada con las debidas garantías
procesales”.

4. PRESUNCIÓN DE INOCENCIA E INDUBIO PRO REO

“Tanto el principio de presunción de inocencia como el indubio pro


reo son manifestaciones a del favor reo, pues ambos inspiran al
proceso penal de un Estado democrático y su actuación de éstos se
realiza en diversas formas”

Sin embargo muchas veces la presunción de inocencia, bajo una


inexacta interpretación ha sido aplicable sólo ante la duda, es decir
bajo el indubio pro reo.

La presunción de inocencia como derecho fundamental es un logro


del derecho moderno, mediante el cual todo inculpado durante el
proceso penal es en principio inocente sino media sentencia
condenatoria. La sentencia condenatoria sólo podrá darse si de lo
actuado en el proceso penal se determina con certeza que el sujeto
realizó los hechos que se le imputan. De no probarse que lo hizo o
ante la existencia de duda, debe resolverse conforme lo más favorable

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al acusado (indubio pro reo). “Para que pueda aceptarse el principio
de presunción de inocencia es necesario que de lo actuado en la
instancia se aprecie un vacío o una notable insuficiencia probatoria,
debido a la ausencia de pruebas, o que las practicadas hayan sido
obtenidas ilegítimamente.”

El indubio pro reo actúa como norma de interpretación. La


Constitución de 1993 en su artículo 139.11, dice: "la aplicación de lo
más favorable al reo en caso de duda o de conflicto entre leyes
penales"; igualmente dicho postulado es recogido por el artículo 6º del
Código Penal. Así, debe aplicarse el principio del indubio pro
reo donde exista duda acerca de la culpabilidad del acusado. Pero,
debemos de añadir que cuando existe absolución en determinados
delitos, sean actos graves o leves, no siempre se satisface a la opinión
pública.

Como corolario se puede señalar que la presunción de inocencia es


una garantía fundamental, por el cual se considera inocente al
procesado mientras no exista medio de prueba convincente que
demuestre lo contrario; mientras que el indubio pro reo actúa como
elemento de valoración probatoria, puesto que en los casos donde
surja duda razonable, debe absolverse. Es decir, la presunción de
inocencia opera en todos los procesos. El indubio pro reo, solo en
aquellos en que aparezca duda razonable.

5.La presunción de inocencia y la prisión preventiva NCPP

La Presunción de Inocencia en el NCPP

La presunción de inocencia está reconocida en el artículo 2°, inciso 24,


párrafo e) de la Constitución y en el artículo II del Título Preliminar del
NCPP que establecen que “toda persona es considerada inocente
mientras no se haya declarado judicialmente su responsabilidad”. Con
el amplio paraguas de protección que el denominado principio de
presunción de inocencia tiene, la prisión preventiva no puede ser

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utilizada como una pena anticipada, pues se estaría violando este
principio y la Constitución misma. En el nuevo sistema procesal se
garantiza la presunción de inocencia a través de diversos
mecanismos. En el caso de la prisión preventiva, la presunción de
inocencia se resguarda a través de la audiencia previa pública, en
escenario en el que el juez decidirá la aplicación o no de la medida. La
imparcialidad del Juez se garantiza con la separación de roles, en
donde ya no está contaminado con los perjuicios de la investigación,
pues ya no tiene la carga de la prueba. Además, la decisión del Juez
se toma previo argumento del Fiscal y previo conocimiento de lo
alegado en debate por las partes, y ya no de oficio como se
acostumbraba con el anterior código. Como dice Burgos Mariño, esta
nueva regulación permite garantiza mejor la presunción de inocencia,
pues ya no “se detendrá primero, para luego investigar”, sino que
ahora el nuevo modelo exige que “primero se investigará para luego
detener”. Efectivamente, esto constituye un cambio radical en las
practicas procesales vinculadas a la prisión preventiva, lo que sin duda
alguna, repercute en la mayor protección de la presunción de
inocencia.9 Además, el reconocimiento del principio de presunción de
inocencia en nuestro nuevo sistema procesal penal, no impide que se
regulen las medidas de coerción necesarias para garantizar los fines
del proceso. Claro está, siempre y cuando no se trate al condenado
como culpable antes de la sentencia final condenatoria.

6. La presunción de inocencia y su relación con el derecho al


honor

El derecho al honor debe ser entendido, en principio, a través de su


doble proyección: a) el subjetivo, el cual tiene que ver con la opinión
que sobre su persona tiene el individuo, es decir, la autoestima; b) el
objetivo, el mismo que gira en torno a la imagen que los demás tienen
sobre uno, esto es, la buena imagen.

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Ahora bien, en la praxis judicial se están dando casos, algunos incluso
legitimados por las normas penales, por los cuales al atentar contra la
presunción de inocencia, también vulneran el derecho al honor en su
doble proyección.

Por ejemplo, al presentarlos a los medios de comunicación no como


presuntos, sino como certeros responsables; o bien, con una
vestimenta ultrajante (ej. Traje a rayas) o dentro de jaulas (como
ocurrió en el Perú, durante la década de los 90 al presentar a los
presuntos terroristas a la prensa).

Frente a ello, el artículo II, numeral 2) del Código Procesal Penal


peruano del 2004, ha señalado que: "Hasta antes de la sentencia
firme, ningún funcionario o autoridad pública puede presentar a una
persona como culpable o brindar información en tal sentido". Sin
embargo, pese a esta prudente prohibición, el artículo 70° del citado
cuerpo de leyes ha indicado que: "La Policía podrá informar a los
medios de comunicación social acerca de la identidad de los
imputados. Cuando se trate de la víctima, testigos, o de otras
personas que se encontraren o pudieren resultar vinculadas a la
investigación de un hecho punible requerirá la previa autorización del
Fiscal".

Al respecto, consideramos que, una interpretación sistemática de


ambos artículos que no afecte los contenidos tanto de la presunción
de inocencia como el honor, sería la siguiente: la policía, en el marco
de sus funciones constitucionales de prevención, aseguramiento e
investigación, si detiene o cita a alguna persona a sus instalaciones,
tiene la obligación de informar a los medios de comunicación social de
tales actividades a la sola exigencia de estos medios; y, con mayor
razón cuando quien solicite la información sean directos familiares o
personas allegadas al detenido o citado. No obstante, a la hora que la
policía brinde la información debe tener en cuenta, por lo menos dos
situaciones: a) que lo que brinda es una información de sus
actividades, no debe atribuir o sindicar responsabilidad penal alguna;
y, b) debe proteger la seguridad personal de víctimas, testigos o

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cualquier persona involucrada en las investigaciones penales, para
ello debe actuar en conjunto con el Ministerio Público y dentro de un
programa de protección de identidades.
7. PRICIPIO DE PRESUNCION DE INOCENCIA EN LA CONSTITUCION
POLITICA

En este sentido, debemos conocer que, la Constitución Política


reconoce como derecho fundamental que “Toda persona es
considerada inocente mientras no se haya declarado judicialmente su
responsabilidad”, lo que se establece en el artículo 2°, inciso 24,
numeral e) de dicha norma suprema.

De ello se puede colegir que, el derecho a la presunción de inocencia


tiene los siguientes presupuestos:

1. -Solo la sentencia tiene la virtualidad de construir jurídicamente la


culpabilidad del imputado.

2.- La responsabilidad implica la adquisición de un grado de certeza a


través de la mínima actividad probatoria.

3.- El imputado no tiene que construir su inocencia.

4.-El imputado no pierde el estado de inocencia; a) Excepcionalidad


del mandato de detención; y, b) la no excesiva prolongación de la
detención.

Dicho precepto constitucional guarda conformidad con lo reconocido


por el Artículo II del Título Preliminar del nuevo código procesal penal
aprobado mediante Decreto Legislativo N° 957.

Marco Jurídico Internacional


Instrumentos internacionales

8. Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH)

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La DUDH es, habitualmente, el punto de partida. El Artículo 11 (1) dice
que "Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma
su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley
y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías
necesarias para su defensa".

9. Pacto Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos

El PIDCP es el instrumento jurídico internacional que expandió la


disposición de la DUDH. El Artículo 14 establece que " toda persona
acusada de un delito tendrá derecho: (2) a que se presuma su
inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley. (3)
A no ser obligada a declarar contra sí misma ni a confesarse culpable.
En la Observación General n. 13 del Comité de Derechos Humanos
(CDH) clarificó que el Artículo 14 busca, en todos los aspectos,
"asegurar una administración de justicia apropiada" y aplica ante todas
las Cortes y Tribunales. El CDH estableció claramente que la
presunción de inocencia es fundamental para la protección de los
derechos humanos, pero en algunos países se expresa ""en términos
muy ambiguos o implica condiciones que la hacen inefectiva"". El
comentario clarifica que la carga de la prueba recae en la fiscalía y el
acusado tiene el beneficio de la duda. No se puede presumir
culpabilidad hasta que la acusación haya sido probada con
argumentos convincentes, y por lo tanto todas las autoridades públicas
tienen que abstenerse de anticipar el resultado del juicio. Además, la
presunción de inocencia implica un derecho a ser tratado conforme a
este principio.

Un corolario de la presunción de inocencia es que el acusado no


puede ser obligado a declarar en contra suya o confesarse culpable.
“Al considerar esta salvaguardia, las disposiciones del artículo 7 y
10(1), deben ser tenidos en cuenta"", el CDH dijo en su Observación
General n. 13. Además, el Artículo 10(2) (a) del PIDCP establece que "
Los procesados estarán separados de los condenados, salvo en
circunstancias excepcionales, y serán sometidos a un tratamiento
distinto, adecuado a su condición de personas no condenadas". Una

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vez más el Comité de Derechos Humanos en su Observación General
21 afirmó que el artículo 10 del PIDCP enfatiza que el derecho a
presunción de inocencia como establece el artículo 14 cuando estipula
un trato diferente para personas no condenadas, salvo en
circunstancias extraordinarias.

10. LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS


HUMANOS

En su artículo 8° establece: ‘Toda persona inculpada de delito tiene


derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca
legalmente su culpabilidad’.

LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA EN LA JURISPRUDENCIA DEL


TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PERUANO

 613-2000- HC/TC- JULIO MAZA ALVARADO La presunción de inocencia


determina que las medidas cautelares sean siempre las menos
gravosas y aflictivas.

“[E]l derecho constitucional de presunción de inocencia que le asiste como


procesado, y que determina que el grado de exigencia cautelar siempre debe
ser el menos gravoso y aflictivo, más aún si en el caso del actor no se
aprecian elementos de juicio que verifiquen la existencia de peligro procesal,
resultando por ello arbitraria la continuación de su encarcelamiento
preventivo procesal.”

 1172-2003- HC/TC-MARIA ELVIRA TERESA HUACO HUACO El principio


de presunción de inocencia es transversal a todas la garantías que
conforma el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva “

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El principio de presunción de inocencia se despliega transversalmente
sobre todas las garantías que conforman el derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva. Y, mediante él, se garantiza que ningún
justiciable pueda ser condenado o declarado responsable de un acto
antijurídico fundado en apreciaciones arbitrarias o subjetivas, o en
medios de prueba, en cuya valoración existen dudas razonables sobre
la culpabilidad del sancionado. El contenido esencial del derecho a la
presunción de inocencia, de este modo, termina convirtiéndose en un
límite al principio de libre apreciación de la prueba por parte del juez,
puesto que dispone la exigencia de un mínimo de suficiencia
probatoria para declarar la culpabilidad, más allá de toda duda
razonable.”

 2915-2004- HC/TC- FEDERICO TIBERIO BERROCAL PRUDENCIO La


presunción de inocencia no decae hasta que exista una sentencia
condenatoria.
“La presunción de inocencia se mantiene “viva” en el proceso penal
siempre que no exista una sentencia judicial que, como corolario del
cauce investigatorio llevado cabo con las garantías inherentes al
debido proceso, logre desvirtuarla.”

 2868-2004- AA/TC JOSÉ ANTONIO ALVAREZ ROJAS

No se puede sancionar si no hay prueba.

“[E]l derecho de presunción de inocencia garantiza que toda persona


no sea sancionada si es que no existe prueba plena que, con certeza,
acredite su responsabilidad, administrativa o judicial, de los cargos
atribuidos.

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CONCLUSIONES.-

En el proceso penal se ha evidenciado las mayores violaciones a los


derechos fundamentales y especialmente a la libertad y la presunción
de inocencia, se dan en forma rutinaria y sistemática a través de la
administración de justicia penal y se manifiesta en la gran cantidad de
presos que se pasan años sin condenas, en muchos casos sufriendo
pena anticipada, por un crimen que no cometieron. Este viejo
problema ha tratado de ser solucionado por los diferentes gobiernos,
pero ninguno ha logrado su objetivo. Por eso dentro de un debido
proceso la persona, solo será objeto de aplicación de una pena o de
una medida de seguridad, como consecuencia de una sentencia firme
pronunciada por un juez competente, independiente e imparcial.

Ø Estamos entonces ante un principio de naturaleza fundamental, que


se impone incluso existiendo suficiencia de elementos probatorios de
cargo, pero que requiere de la sentencia judicial. Es decir, aun en el
extremo de encontrar al imputado en flagrante delito o existiendo
abundante material probatorio en su contra e incluso, declarada su
confesión, aquel merece ser tratado bajo la consideración de inocente.
El juicio colectivo o social sobre la culpabilidad de una persona tiene
que ceder ante el principio de inocencia que solo corresponde
confirmar o desvirtuar al juez en la sentencia.

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BIBLIOGRAFIA.-

CUBAS VILLANUEVA, Víctor, El Proceso Penal Teoría y Jurisprudencia


Constitucional, Editorial Palestra, Año 2006, Pág. 45.

MAGALHÀES GOMES FILHO, Antonio. Presunción de Inocencia y


Prisión Preventiva. Traducción de Claudia Chaimovich Guralnik.
Editorial Conosur. Chile, Santiago 1995. p. 13.

MANZINI. Tratado de Derecho Procesal Penal. Tomo I. Pp. 253 y sgtes.

Ø CARMIGNANI, Giovanni. Elementos de Derecho Criminal. Editorial


Temis. Colombia, Bogotá 1979, p. 208.

Ø PACHECO GÓMEZ, Máximo. Los Derechos Humanos. Documentos


Básicos. 2° Edición. Editorial Jurídica de Chile. Chile, Santiago 1987. p.
51.

Ø FERRAJOLI, Luigi. Derecho y Razón. Editorial Trota S.A. España,


Madrid 1995. p. 555.

Ø VÉLEZ MARICONDE, alfredo. Derecho Procesal Penal. Tomo II. 3°


Edición. Editorial Marcos Lerner. Argentina, Buenos Aires 1986, p. 37.

Ø MANZINI, Vicenzo. Trattato di diritto processuale penale italiano.


Volumen I. 6° Edición. Italia, Turín. pp. 226-227. Citado por VÉLEZ
MARICONDE, alfredo. Op. cit. p. 37.

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