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Comprender que la libertad consiste en un ejercicio de conciencia y valoración de las situaciones ante
OA general las que debemos actuar, con el propósito de que nuestras acciones y conductas sean responsables y se
orienten por el bien.
Reflexionar acerca del concepto y la experiencia de la libertad.
Comprender la toma de decisiones como una experiencia clave para el ejercicio de la libertad,
mediante la ejercitación de la conciencia acerca de lo que se debe decidir, la valoración mediante
criterios, y la acción y sus consecuencias como resultados de estos procesos de interiorización de la
experiencia.
OA específicos
Conocer que el cristiano orienta su vida hacia el bien mediante tres caminos fundados en la fe: el amor
a Dios, al prójimo y a sí mismo.
Reconocer que ciertas dimensiones de la sociedad de consumo generan nuevas y sutiles formas de
“esclavitud” que coartan la auténtica libertad de las personas y son ajenas a los valores de la ética
cristiana respecto de mi vida y la de los demás.
Valorar el conocimiento de sí mismo, de sus dimensiones interiores y espiritualidad para ser mejores
personas.
Descubrir que la toma de decisiones orientada por valores o valores cristianos enriquece a la persona y
permita que ejerza una libertad auténtica.
OA y valores Desarrollar una conciencia crítica respecto de pseudolibertades mediante las cuales los poderes
políticos y económicos esclavizan con sutileza al ser humano (con el consumismo, individualismo,
hedonismo, materialismo, exitismo social, etc.), impidiendo que afloren las virtudes auténticas de las
personas.
Descubrir que la persona de Jesús ofrece a nuestra vida una libertad auténtica y, por lo tanto, una
auténtica felicidad.
Indicadores de Reflexionan y profundizan en el concepto y la experiencia de la libertad.
evaluación Comprenden que la toma de decisiones es una experiencia clave para el ejercicio de la libertad, que
supone la ejercitación de la conciencia acerca de lo que se debe decidir, la valoración mediante
criterios, y la acción y sus consecuencias como resultados de estos procesos de interiorización de la
experiencia.
Conocen que el cristiano orienta su vida hacia el bien mediante tres caminos fundados en la fe: el amor
a Dios, al prójimo y a sí mismo.
Reconocen que ciertas dimensiones de la sociedad de consumo generan nuevas y sutiles formas de
“esclavitud” que coartan la auténtica libertad de las personas y son ajenas a los valores de la ética
cristiana respecto de mi vida y la de los demás.
Para estimular el discernimiento ético, se ofrecen dos ejercicios puede practicar con los
estudiantes:
A. Ejercicio 1: Lenguaje juvenil inapropiado
Objetivos:
Discutir el derecho que tienen o no las personas a elegir para sí mismas el uso del lenguaje
que mejor les parezca.
Desarrollo de la actividad:
1) Lea el siguiente caso:
A la profesora Rodríguez le molesta mucho que sus alumnos digan garabatos y palabras
soeces cuando están conversando entre ellos. Ella está siempre tentada a corregirlos, pero
teme que hacerlo es una falta de respeto hacia ellos como individuos, y una ofensa a su
cultura. ¿Es eso cierto? ¿Qué debe hacer la profesora Rodríguez?
2) Pida a los estudiantes que marquen la alternativa que consideren correcta:
A) Corregirlos cada vez que los escucha, ya que en la universidad también debe aprenderse
el uso correcto del lenguaje.
B) Corregirlos en clase, porque deben aprender a usar un lenguaje académico, pero dejarlos
que ejerzan su libertad y se expresen como desean fuera de las clases.
C) Debería intentar aprender parte del lenguaje de sus alumnos para llevarse mejor con
ellos
D) No debe hacer nada, cada quien es libre de usar el lenguaje como desee.
3) Una vez que los estudiantes deciden la alternativa que les parece correcta, discuta con
ellos las razones que avalan su elección. Incluya en el debate la argumentación, desde el
punto de vista de una teoría ética, que justifica su postura.
4) En grupo, encontrar la mejor solución para este dilema. ¿Qué debe hacer un profesor a
quien molesta el abuso del lenguaje soez de sus alumnos y desea corregirlos, pero que a su
vez es consciente y respetuoso de la autonomía, la libertad personal y el derecho delas
personas jóvenes a tener una cultura diferente?
B. Ejercicio 2: La pena de muerte
Objetivos:
Identificar las argumentaciones subyacentes a las opiniones en contra y a favor de la pena
de muerte.
Desarrollo de la actividad:
1) Leer las siguientes afirmaciones:
[Puede encontrar más ejemplos como estos en Actividades didácticas de ética para el aula,
Susana Frisancho. En https://goo.gl/whwhFI y https://goo.gl/ZRMHwH]
Tema 2: Conocer que Las fuerzas culturales que inundan el universo juvenil están transformando los valores En el TE
Buscar lo el cristiano del bien y del mal, y consiguientemente de la bondad y la maldad de la realidad, de las
bueno ¿Qué es lo
orienta su vida acciones y de las opciones. El contacto continuo con realidades cruentas y
pp. 88 y 89 bueno?; Tres
hacia el bien deshumanizadoras está al orden del día. Todas estas se viven como situaciones alejadas
caminos hacia
mediante tres y sin ninguna valoración moral. Esta lejanía moral y la reducción a lo privado de
el bien; El bien
caminos cualquier propuesta moral conducen a los adolescentes y a los jóvenes hacia el
es posible
fundados en la relativismo, en un contexto que queda sin referentes éticos. Este tema se aborda desde
la concepción de bondad bajo el prisma de Jesús y del cristianismo, por medio del Fotografías
fe: el amor a alusivas.
Dios, al conocimiento de Dios, del prójimo y de sí mismo. Este triple conocimiento conduce a una
prójimo y a sí visión liberadora de la persona, que enriquece su vida, transforma la realidad y permite
construir unas relaciones y una convivencia mejores, en suma construir un mundo Adicionales
mismo.
mejor. Puede
Las actividades de la p. 88 pueden resolverse del modo que sigue. proyectar las
páginas del TE
a. y b. digital en
datashow
Amor
Amor a
a los Amor
sí
demá a Dios
mismo
s
Nadie tiene amor más grande que quien da la vida por
sus amigos. Jn 15,13
Mi sustento es hacer la voluntad del que me ha enviado
hasta llevar a cabo su obra de salvación. Jn 4,34
Vengan ustedes solos a un lugar solitario, para
descansar un poco. Mc 6,31
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Lc 23,46
Al desembarcar, vio Jesús un gran gentío, sintió
compasión de ellos, pues eran como ovejas sin pastor,
y se puso a enseñarles muchas cosas. Mc 6,34
Si he hablado mal, demuéstrame en qué; pero si he
hablado bien, ¿por qué me pegas? Jn 18,23
Cuando oren, digan: “Padre, santificado sea tu nombre;
venga tu reino”. Lc 11,2
Yo he venido para dar vida a los hombres y para que la
tengan en plenitud. Jn 10,10
El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo.
Jn 8,29
2.
a. Regina representa el amor a Dios que se vive en la consagración de su vida, optando
por la vida contemplativa.
b. Manuel se engloba bajo el amor a los demás pues se desvive por su familia junto con su
mujer.
c. Carlos es ejemplo del amor a sí mismo por su entrega a la consecución de un fin personal
como es su formación académica.
d. Ana es un modelo de amor a los demás porque desde su profesión debe ayudar a paliar
las necesidades de las personas y muestra su disposición con una actitud de apertura al
otro.
El siguiente texto precisa la particularidad de la moral cristiana.
La moral cristiana señala que el carácter ético del comportamiento humano está vinculado
fundamentalmente con la voluntad de Dios. Ella, sin embargo, no se manifiesta en un "texto
preciso" de normas positivas, sino en el mismo ser de la persona que se convierte en
normativo para su quehacer. De ahí que la autocomprensión de la moral cristiana se
entiende como vocación y respuesta a un proyecto humano que ha sido propuesto al
hombre desde la creación y cuya culminación se alcanza en Jesucristo. En ese proyecto está
expresado el fin del hombre y su felicidad. A esa luz, la moral cristiana se nos revela como
una ética de la felicidad, y la libertad se desvela como la capacidad para descubrir y realizar
esa íntima verdad del hombre y de lo humano.
Una moral de la persona tiende a superar el casuismo porque está enraizada en la persona.
Es verdad que una moral de la ley es sencilla porque es una moral de la autorización y
aparece segura, ya que todo está claro en el precepto y hay "puntos firmes" por los cuales
dirigirse. La moral de la persona, en cambio, nos arriesga a vivir en la provisoriedad (de ahí
orientaciones prudenciales), en el discernimiento, desde el momento que no tenemos todas
las respuestas. Es una moral para caminantes que se dirigen hacia la casa del Padre,
buscando la perfección pero que no están todavía en ella. El casuismo termina,
habitualmente, en el fariseísmo: buscar subterfugios para cumplir la ley sin pecar, o –peor–
puede conducir a la hipocresía: "yo soy bueno porque he guardado la ley". También es una
moral que favorece los escrúpulos por aquella relación impersonal con la ley.
La obra redentora de Jesús nos libera del cumplimiento de la ley de un modo puramente
externo, heterónomo, desplazando el imperativo normativo a una exigencia interior que nos
hace cumplir por convencimiento. Por ello, podemos afirmar que el cristiano no vive "bajo la
ley" (Rm 6, 5) sin constituirse, sin embargo, en un ser sin ley. En virtud de esta gracia
salvadora, el Espíritu vive en nuestro interior y actúa desde dentro constituyéndose en la
nueva ley, en la ley de Cristo (Gal, 6, 2). El seguimiento de Cristo se hace, entonces, una
consecuencia interna de gracia, que impulsa a la persona a obrar el bien y al mismo tiempo
se lo hace posible. Abriéndose a ella, la persona es verdaderamente libre.
En ese llamado de Dios se encuentra expresado lo que la teología moral ha nominado como
la ley moral natural, inscrita en el corazón del hombre y en la ley positiva divina expresada
en la Revelación. Es el mismo llamado solo que destacando luces diferentes: razón y fe. No
hay contradicción en estos dos caminos aunque sí aparecen fundamentos y motivaciones
nuevas: la razón nos llama a ser solidarios, justos, honrados, veraces. También nos lo dice la
fe. En el primer caso, sin embargo, podemos permanecer en una ética básica: no hacer a los
demás lo que no quiero que me hagan a mí. En el segundo caso, es posible abrirnos a una
motivación más honda: hacer aquello que me dice la razón pero viendo en el otro a un
hermano ya que él y yo somos hijos de un mismo Padre. Esta dimensión de filialidad se
descubre desde la fe, pasando el otro de compañero, colega o ciudadano a hermano. Esta
fraternidad con fundamento en la paternidad común hará posible vivir una moral del
máximo en la propuesta del Sermón del Monte.
La conciencia moral, mediación personal de la salvación, Waldo Romo. En https://goo.gl/Jy9liG
Tema 3: Descubrir que La teología de san Pablo ofrece una visión novedosa de la libertad: la libertad interior. En el TE
Libertad y la persona de Los escritos paulinos postulan que se puede vivir como una persona libre o esclava
esclavitud El peligro de la
Jesús ofrece a desde la propia interioridad y más allá de las situaciones exteriores que rodean a cada
pp. 90 y 91 esclavitud; Las
nuestra vida ser humano. El profesor debe mostrar cómo las nociones de moral fundamental, vistas al
fuerzas que
una libertad inicio de la unidad, se aplican a la búsqueda y a la internalización del bien y el mal, y
esclavizan;
auténtica y, cómo el ser humano encuentra siempre la oportunidad para optar y hacer el bien. La
Siempre hay
por lo tanto, libertad interior es descrita como un don y una tarea que empuja a la persona, al
una senda
una auténtica adolescente, a encontrar siempre motivos para lograr la libertad. El modelo que ofrece
hacia la
felicidad. Jesús como hombre libre debe afianzarse como paradigma de búsqueda de caminos
libertad
hacia la libertad interior y adulta por caminos creativos y realistas. El testimonio de
Nguyen van Thuan muestra de forma clara qué significa la libertad interior Fotografías
independientemente de contextos históricos de opresión social o política. alusivas
Las actividades de las pp. 90 y 91 pueden resolverse del siguiente modo. Adicionales
1. Esta actividad y la siguiente exigen una lectura atenta del texto autobiográfico del
Puede
cardenal vietnamita van Thuan, acusado y encarcelado injustamente durante más de trece
proyectar las
años. Las respuestas paradójicas del obispo hablan por sí mismas del significado de la
páginas del TE
libertad interior en medio de la falta de ella: se puede ser muy libre... incluso en la cárcel.
digital en
Las preguntas ayudan a comprender y a dejarse interrogar personalmente por este
datashow
impactante testimonio.
a. Las personas podrían reaccionar con desesperación o indignación ante la injusticia; o
bien, caer en la desesperanza y la tristeza, perdiendo el sentido de la vida.
b. Pese a tristeza, miedo y la tensión que el propio obispo reconocer haber sentido, admite
sentirse “más libre que nunca” y que esa condición, la de prisionera, le brinda la
oportunidad de hacer de cada acción cotidiana una acción “extraordinaria”.
c. La libertad de Nguyen van Thuan es paradójica, pero auténtica: en situaciones de
necesidad e incertidumbre el espíritu humano se libera de los lastres con que
cotidianamente queda atado a las demandas de cada día: alimentarse, vestirse, seguir la
rutina de los actos mundanos sin tomar mucha conciencia de su valor para la vida, etc. Al
alterarse este flujo, despierta en el espíritu humano la valoración de la vida en un sentido
profundo (porque ella está en juego) y esta experiencia le da un significado más rico y
trascendente a esos actos cotidianos que antes se hacían de modo mecánico; es decir, los
engrandece. Por eso Nguyen van Thuan afirma que “aprovecho las ocasiones que se
presentan cada día para realizar acciones ordinarias de manera extraordinaria”.
d. La sociedad, las empresas y los medios de comunicación abusan de la palabra libertad
para llenarla de significados que no le pertenecen y que incluso son contrarios a ella:
esclavizarse de las cosas, materiales, endeudarse para tener status social, buscar el éxito
en forma individual y egoísta, comunicar infinidad de mensajes en los que se concientiza a
las personas que solo el dinero da la felicidad; la ausencia de solidaridad y generosidad en
favor del individualismo y el desarrollo “personal” y competitivo; etc., son algunas formas
de ESCLAVITUD DE LA CONCIENCIA disfrazada de libertad mediante las cuales se somete a
las personas, se las despoja de su espíritu y de su orientación trascendente
transformándolas en meros consumidores manipulables. De más está decir que esta
pseudolibertad es incompatible con el mensaje de Jesús y la ética cristiana, porque no
contribuyen a la construcción del reino de Dios ni a los valores que Jesús nos propone en los
evangelios.
2. El cardenal van Thuan establece una especial relación con sus captores por medio del
perdón. Esta es una de las características de la moral cristiana. La reconciliación se
entronca directamente con la forma de amar a las personas que vivió Jesús (la mujer
adúltera, el buen ladrón, el perdón a Pedro, etc.). [Recuerde que la novedad del perdón,
como rasgos identitario del ethos cristiano, puede analizarse a través de algunas de las
escenas que han sabido recoger esta dimensión y que están muy bien tratadas en algunas
de las películas sobre la vida de Cristo, como la de Franco Zeffirelli (Italia, 1977) o la de Mel
Gibson(EE. UU., 2004).
Reviso lo que IE: Dan Sección Organiza los conceptos: Mediante el texto digital, puede proyectar el En el TE
aprendí evidencias de esquema gráfico de conceptos de la p. 92 para que los estudiantes lo comenten y
pp. 92 y 93 Organiza los
haber analicen, decidiendo si necesitan modificarlo o agregar nuevos conceptos para
conceptos;
alcanzado los adecuarlo a su modo de comprensión de los aprendizajes de la unidad. Algunos
Reflexiona; Pon
aprendizajes: profesores(as) usan los organizadores como introducción a la unidad, es decir, los
a prueba tus
muestran, comentan y analizan al inicio del ciclo del aprendizaje para que los
- analizando conocimientos.
estudiantes internalicen la estructura general de los temas y sus principales conceptos;
un esquema luego, al avanza el aprendizaje, van mostrando el esquema y señalando en qué parte de
organizador Adicionales
él se encuentran (tema, concepto, etc.), para reforzar la captación sistemática de las
de redes conceptuales y relaciones de ideas propuestas a lo largo de la unidad. Puede
conceptos; proyectar las
- reflexionand Sección Reflexiona: Los textos del Magisterio se refieren al modo en que la Iglesia y los
páginas del TE
o sobre cristianos entendemos la libertad.
digital en
textos a., b. y c. La relación directa entre bondad y libertad queda explicada en el n.º 363 del datashow
relacionados Compendio del CIC. Esta afirmación permite ver cómo crecen o decrecen ambas realidades
con la conjuntamente. Para posibilitar y conocer plenamente esta relación, Gaudium et spes 16
unidad define la conciencia como la categoría moral fundamental de cada persona. Con estas
- desarrolland facultades, libertad y conciencia, y esta orientación, hacia la bondad, el hombre responde a
o actividades las preguntas de sentido. El cristiano descubre a Jesucristo como la respuesta decisiva. Así
y/o lo expresa la encíclica Veritatis splendor en el n° 2. Jesucristo nos ofrece una fe y la
respondiend salvación, y una ética para ser felices construyendo el reino de Dios, a partir del amor a
o preguntas Dios, al prójimo y uno mismo, y de unos valores como la entrega a los demás, el servicio, la
sobre los generosidad, la compasión y el perdón para la construcción de un mundo digno y justo para
aprendizajes todos, que permita vislumbrar lo que será el reino de Dios en su plenitud escatológica.
de la unidad.
Sección Pon a prueba tus conocimientos: Puede revisar las respuestas de esta
sección en el Solucionario de la unidad.
Dosier Reconocer que Esta doble página final incide directamente sobre el binomio libertad-esclavitud, que ha En el TE
¿Libertad, ciertas atravesado transversalmente todo la unidad. Las reflexiones en torno a las esclavitudes
libertinaje o Textos y
dimensiones externas e internas del ser humano, junto con los testimonios, son una perfecta
esclavitud? fotografías
de la sociedad invitación al autoconocimiento y al compromiso con los valores de tantos que han sabido
pp. 94-95 alusivas.
de consumo responder con gran generosidad y creatividad en situaciones duras y complejas. Los
generan ejemplos de vida de Mandela y de Brandsma muestran la fuerza de las opciones de
Adicionales
nuevas y conciencia que se mantienen en medio de las situaciones más amenazadoras y
sutiles formas extremas. En suma, este dosier es un alegato por la libertad frente a las situaciones que Puede
de padecen muchos adolescentes y muchos ciudadanos de las sociedades occidentales que proyectar las
“esclavitud” viven alienados por el culto al cuerpo, el consumismo, las apariencias, etc., y desechan páginas del TE
que coartan la las posibilidades para comprometerse con la causa del evangelio u otras causas digital en
auténtica humanizadoras. datashow
libertad de las Respecto de la sección Dialoguemos e investiguemos, se puede orientar el diálogo y las
personas y actividades como sigue.
son ajenas a
los valores de 1. La relación entre estas dos virtudes es manifiesta en el cristianismo pues la fe es
la ética imposible aceptarla sin una libertad que opere en la persona. La afirmación joánica “la
cristiana verdad los hará libres” (Jn 8,32) remarca esta vinculación entre la respuesta de fe y la
respecto de mi opción libre de la persona. Es necesario insistir en que la fe adulta y auténtica humaniza y
vida y la de libera al ser humano.
los demás.
2. La actitud del cristiano tiene que ser la que tendría el mismo Jesús. Por lo cual si
Jesucristo vino para hacernos libres por el conocimiento vital de la verdad de las personas y
de las cosas, entonces el cristiano deberá actuar de forma humanizadora, sanadora y
liberadora porque esas son las señales de la presencia y la realización del reino de Dios.
3. Investigación libre. En la web los estudiantes pueden encontrar información sobre cada
uno de estos personajes. Puede pedir que la presenten en diapositivas en un PPT conjugan
texto, imágenes y audio y/o video.
Texto final para reflexionar:
El discernimiento ético
El proceso de discernimiento ético se realiza mediante: 1. la aclaración del
hecho/situación puntual; 2. su máxima comprensión en su contexto más amplio; 3. la
reflexión sobre los valores implicados, y 4. el procedimiento a una decisión concreta que
mejor realiza el valor en la situación concreta.
Por consiguiente, para enfrentar éticamente los problemas que surgen de una manera
reflexiva se puede recurrir a una metodología que consta de cuatro momentos: (a)
delimitar el hecho, (b) comprender cabalmente el hecho, (c) descubrir los valores
implicados en el hecho y (d) pasar a la decisión ética. Este método se basa en la dinámica
ignaciana de experiencia-reflexión-acción. Es decir, se reflexiona sobre la experiencia para
proceder a una acción consecuente y coherente.
1. El hecho. ¿Cuál es exactamente el problema? La vida es compleja y no es tan simple
delimitar los contornos del hecho concreto. A veces se tiende a confundir la interpretación
del hecho (aspecto subjetivo) con el hecho mismo (aspecto objetivo). Así, por ejemplo,
afirmar que el ataque terrorista contra las Torres Gemelas en Nueva York fue un atentado
contra la democracia occidental es una interpretación de un hecho. El hecho es el
atentado. Por ello, en primer lugar es preciso delimitar y explicitar el hecho, porque a
veces se imposibilita el diálogo en la sociedad debido a esa confusión.
2. La comprensión del hecho. En este segundo momento se pasa de una descripción del
hecho a su interpretación. ¿Qué significa lo que ha pasado? Los datos sueltos cobran un
sentido en cuanto se les busca una totalidad de significado. Esto requiere un trabajo
multidisciplinario para asumir las distintas perspectivas involucradas como también las
posibles consecuencias. Por ello, se sitúa el hecho (el texto de la realidad) dentro de un
contexto más amplio y explicitando el pretexto (afectivo y racional) desde el cual se
enfoca la comprensión.
3. Las implicaciones éticas. La comprensión del hecho es esencial para detectar los
valores que están en conflicto. Si no hubiera conflictividad valórica, el hecho no plantearía
un desafío ético con el necesario y correspondiente discernimiento. Por ello, es preciso
descubrir cuáles son los valores en conflicto y cuál sería la correcta jerarquización de
valores en la situación concreta. ¿Cuál es el valor que no se puede transar en una
situación concreta?
4. La decisión ética. La explicitación de los valores implicados es indispensable para
decidir qué acción concreta emprender entre las distintas posibles alternativas. La
pregunta por el valor supremo en una situación determinada conlleva el desafío de
traducirlo en una acción concreta. ¿Cómo expresar en los hechos este valor?
Una reformulación entre el discurso ético y la experiencia cristiana
Una ética en clave de discernimiento requiere una reformulación de su discurso para
redescubrir la relación original entre moral y espiritualidad, entre acción y motivación,
entre expresión y experiencia. El camino de renovación emprendido por la teología moral
en términos del seguimiento de Cristo y la comprensión de la espiritualidad en términos
de llamada universal a la santidad (versus huida del mundo, propia de una élite) permiten
la construcción de un espacio común entre ambos. Ya no se trata de una moral del
mínimo para laicos y una espiritualidad del máximo para la vida religiosa, sino una
espiritualidad y una moral que constituyen distintas expresiones de la misma vocación
común a todos los cristianos.
Una primera impresión puede situar en extremos opuestos a la espiritualidad y a la moral,
reduciendo la espiritualidad a la vida religiosa (el camino de perfección en torno a los
consejos evangélicos) y comprendiendo la moral como el mínimo exigible (el camino de
salvación iluminado por los Diez Mandamientos).
Tampoco sería correcta una reacción contraria que moraliza la espiritualidad (reducir la
espiritualidad a la acción ética) o espiritualiza la moral (una fe que no tiene incidencia en
la realidad histórica). En este caso se cae en la reducción y la confusión entre dos
dimensiones que pertenecen a la misma realidad. La espiritualidad y la moral no son
niveles distintos, sino dos caminos diferentes que expresan una misma experiencia. El
desafío consiste en vivir al máximo estos dos caminos, sin negar la radicalidad de los
consejos evangélicos.
La espiritualidad consiste en una vida guiada por el Espíritu del Hijo y del Padre; la acción
ética es un comportamiento inspirado por este mismo Espíritu. En esta vida nueva, la
espiritualidad se hace compromiso ético y la moral es motivada por la coherencia con
esta experiencia espiritual. La acción ética es justamente un estilo de vida coherente y
consecuente con la vida de gracia recibida.
La espiritualidad y la ética cristiana brotan de la misma experiencia de Dios en el camino
hacia la santidad, que consiste en una vida de caridad (amar a Dios en el otro y el otro en
Dios), según la vocación particular de cada uno.
Juan Pablo II señala que "la vocación de todo creyente es ser discípulo de Cristo (cf. Act 6,
1). Por esto, seguir a Cristo es el fundamento esencial y original de la moral cristiana:
como el pueblo de Israel seguía a Dios, que lo guiaba por el desierto hacia la tierra
prometida (cf. Ex 13, 21), así el discípulo debe seguir a Jesús, hacia el cual lo atrae el
mismo Padre (cf, Jn 6, 44). No se trata aquí solamente de escuchar una enseñanza y de
cumplir mi mandamiento, sino de algo mucho más radical: adherirse a la persona misma
de Jesús, compartir su vida y su destino, participar de su obediencia libre y amorosa a la
voluntad del Padre”.
El seguimiento de Jesús el Cristo significa hacerse conforme a Él, dejarse moldear por Él
mediante la obra del Espíritu. En palabras paulinas, es dejar que "Cristo habite por la fe
en vuestros corazones" (Ef, 3, 17), para tener "los mismos sentimientos que tuvo Cristo"
(Fil 2, 5). La experiencia (espiritualidad) se hace compromiso (ética) y el compromiso
(ético) es fruto de la experiencia (espiritualidad).
El cristianismo no es primariamente una moral, sino fundamentalmente un ámbito de
sentido trascendente (la fe) y de celebración (la esperanza) que conducen a un
determinado estilo de vida (la caridad). Justamente, la acción ética del cristiano consiste
en la mediación de este sentido último vivido en un contexto de profunda confianza en la
acción del Espíritu.
La ética cristiana, vivida y formulada, precisa recuperar su hogar teológico, situándose en
el horizonte del sentido para motivar un correspondiente estilo de vida en la historia. Una
moral de sentido que fundamenta una ética de obligación como expresión de la
coherencia y de la consecuencia. Una moral de contenido (eI seguimiento de la Persona
de Cristo, guiado por la acción del Espíritu, en la construcción del Reinado del Padre)
como motivación básica del actuar y del pensar la ética desde la fe.
Entonces, la ética cristiana recupera su talante de ser una moral de la gracia. Una ética
que se rige por la ley evangélica y no por la ley mosaica. Sin negar la necesidad
pedagógica de la ley escrita, sería fatal reducir la ética cristiana a un cumplimiento
legalista que pierde de vista lo más importante: el protagonismo del Espíritu del Hijo y del
Padre en la vida y la acción del cristiano. Pues, "esta es la confianza que tenemos delante
de Dios por Cristo. No que por nosotros mismos seamos capaces de atribuirnos cosa
alguna, como propia nuestra, sino que nuestra capacidad viene de Dios, quien nos
capacitó para ser ministros de una nueva Alianza, no de la letra, sino del Espíritu. Pues la
letra mata, mas el Espíritu da vida" (2 Cor 3, 4-6). San Pablo escribe: "Pues si por la ley se
obtuviera la justificación, entonces hubiese muerto Cristo en vano" (Gál 2, 21). La ley
ilumina el camino, pero solo Cristo salva, porque solo Él es el Camino, la Verdad y la Vida.
El hecho de privilegiar el enfoque de una ética que brota de la fe, o de una moral desde la
fe, inaugura una relación de coherencia y de consecuencia, dentro del contexto de la
gratuidad, que invita a la responsabilidad de una ética motivada por la constante
referencia a la Persona de Jesús de Nazaret, proclamado como el Cristo por el Padre Dios.
Sin embargo, esta perspectiva no significa la moralización de la fe (reduciendo la religión
al cumplimiento moral), ni un fundamentalismo religioso de la moral (eliminando la
racionalidad ética, cayendo en un fideísmo moral) como tampoco una moral sectaria
(incapaz de entrar en diálogo con otras éticas). Por el contrario, este enfoque subraya la
necesidad de una fe que se expresa en obras concretas, evitando la tentación de un
espiritualismo sin compromiso. La actuación ética verifica (hace verdad) la experiencia
espiritual. No se trata de obrar para merecer la fe, sino de la necesidad de las obras para
expresar agradecimiento por —coherencia con— el don de la fe.
Decisiones responsables: Una ética del discernimiento, Tony Mifsud s.j.
Dispone de opciones complementarias de evaluación en el Cuadernillo de atención a la diversidad y evaluaciones:
REFUERZO DE LA UNIDAD 7: p. 30; AMPLIACIÓN DE LA UNIDAD 7: p. 31 y EVALUACIÓN DE LA UNIDAD 7: pp. 32-33.