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Ibn Jaldún fue autor de numerosas obras de derecho, literatura, religión y filosofía, la gran mayoría

de las cuales no ha llegado hasta nosotros. Su reconocimiento, no obstante, se debe menos a las
aportaciones realizadas en estas materias que a su labor de historiador. Aunque en este campo no
cuenta con una abundante producción, las pocas obras que escribió son de una gran
trascendencia. Dentro de sus trabajos históricos destaca (no por su calidad, sino por ser bastante
inusual) su autobiografía. En ella recoge sus vivencias aunque, de acuerdo con los hábitos de su
tiempo, sólo centra su atención en los hechos y no plasma sus emociones ni recoge ningún
elemento psicológico.

Su Historia Universal (Kitab al-Ibar), también conocida como Historia de los Bereberes, relata en
siete volúmenes la historia árabe-islámica desde la creación del mundo hasta el siglo XIV. De los
siete volúmenes tan sólo el primero goza de un especial reconocimiento. Se trata de
la Introducción a la Historia Universal (o Los Prolegómenos). Tal ha sido la repercusión de este
volumen que desde hace dos siglos se publica por separado y como una obra independiente, sin
duda porque es en él donde Ibn Jaldún condensa todo su pensamiento. Logra captar el sentir
profundo de los hechos históricos y abstraer las causas que los motivan, adelantándose de este
modo a la historiografía decimonónica europea.

Los Prolegómenos pueden ser definidos como una introducción al trabajo del historiador o como
una enciclopedia sintética de los conocimientos metodológicos y culturales necesarios para
confeccionar una historia basada en criterios científicos. Su autor realiza un complejo análisis de la
sociedad, sin omitir ningún detalle. Busca comprender los fundamentos del comportamiento social
de los seres humanos, los procesos básicos del desarrollo histórico y las motivaciones de las
personas. En otras palabras, nos hallamos ante un compendio de la historia del hombre.

La obra se divide en seis capítulos. En el primero trata sobre la sociedad, sobre el mundo físico
donde habitan los grupos y las comunidades y de cómo ese entorno les influye. El segundo estudia
las sociedades rurales o primitivas. El tercero analiza las formas que adoptan los estados y los
gobiernos, es decir, las instituciones que constituyen las comunidades humanas. El cuarto profundiza
en las sociedades urbanas y más evolucionadas. El quinto ahonda en los modos de vida de la
humanidad. Y en el último sugiere los medios para transmitir las artes y la cultura.
La concepción universal del saber de Ibn Jaldun hace que profundice en diversas disciplinas, de las
que la sociología y la economía juegan un papel muy destacado. Ambas materias son tratadas
extensamente en Al-Muqaddima, y de ellas extrae conclusiones parecidas a las que los filósofos de
la Ilustración e incluso los marxistas enunciarán siglos más tarde.

A modo de resumen basta decir que, en el ámbito social, Ibn Jaldun postula que el hombre no
puede vivir aislado, sino que necesita hacerlo en sociedad, obligado por las condiciones naturales
que le rodean: las sociedades, estructuradas en familias o clanes, se organizan por un espíritu de
grupo y son dirigidas por el clan más poderoso, cuyo poder, aunque respetado, puede ser
alcanzado por cualquiera de los demás. La religión no es un factor determinante para estos grupos,
quienes pueden regirse por normas civiles, aunque la sociedad será tanto más perfecta cuanto
más influenciada se encuentre por la religión. El último estadio de la organización humana lo
constituyen las sociedades sedentarias que, al aumentar en número, pierden la identidad grupal y
se hacen más débiles, quedando a merced de la invasión de otros grupos guiados por un jefe tribal
o despótico, lo que inicia nuevamente el ciclo. Junto al componente socio-político, enuncia en el
ámbito económico teorías sobre la especialización de la sociedad, la acumulación de la riqueza y
las crisis económicas.
Historiador árabe, conocido como Abenjaldún. Autor de Historia
universal (1382), obra en la que diserta sobre la mecánica de la historia.
Entre sus teorías cabe destacar la de la tribu hegemónica, la de las
ciudades fundadas por los grandes soberanos, la de las tres o cuatro
generaciones que componen las dinastías, etc. Fue objeto de estudio por
los pensadores árabes del s. XIX, que lo sacaron del olvido en el que había
caído en los siglos anteriores debido a la complejidad de sus doctrinas y la
objetividad con que utilizó diferentes fuentes, ya fueran de autores herejes
musulmanes o cristianos.

La obra principal de Ibn Jaldún es el Libro de la evidencia, registro de los inicios y eventos de
los días de los árabes, persas y bereberes y sus poderosos contemporáneos que está
dividido en siete libros. El primero de ellos es la Muqaddima o Prolegómenos, que prologa al
resto de la obra, aunque posteriormente se ha tratado como una obra independiente. Los
volúmenes del dos al cinco cubren la historia de la Humanidad hasta los tiempos de Ibn
Jaldún. Los volúmenes seis y siete cubren la historia de los pueblos bereberes y del Magreb.
Su historia es, como él mismo lo afirma, una Historia Universal y abarca el análisis de historias
de otros pueblos como los asirios, hebreos, griegos y romanos.

Con respecto a la disciplina de la sociología, concibió una teoría del conflicto social. Desarrolló
la dicotomía entre la vida sedentaria y la vida nómada, así como el concepto de "generación" y
la inevitable pérdida de poder que ocurre cuando los guerreros del desierto conquistan una
ciudad. Siguiendo a un erudito árabe contemporáneo, Sati 'al-Husri, el Muqaddimah puede
leerse como una obra sociológica. Los temas tratados en este trabajo incluyen política, vida
urbana, economía y conocimiento. El trabajo se basa en el concepto central de Ibn Jaldún
de aṣabiyyah, que se ha traducido como "cohesión social", "solidaridad grupal" o "tribalismo".
Esta cohesión social surge espontáneamente en tribus y otros pequeños grupos de
parentesco; pero puede ser intensificada y ampliada por una ideología religiosa. El análisis de
Ibn Jaldún analiza cómo esta cohesión lleva a los grupos al poder, pero contiene dentro de sí
las semillas (psicológicas, sociológicas, económicas, políticas) de la caída del grupo, para ser
reemplazadas por un nuevo grupo, dinastía o imperio vinculado por un grupo más fuerte (o de
cohesión menos reciente y más vigorosa). Ibn Jaldún ha sido tildado a veces de racista, pero
sus teorías sobre el ascenso y la caída de imperios no tienen ningún componente racial, y esta
lectura de su obra se ha atribuido a errores de traducción.
Entre los aportes a la economía de Ibn Jaldún, se incluye el descubrimiento de la dinámica de
los mercados. Analiza también conceptos económicos fundamentales
como población, precio, beneficio, lujo y formación de capital. Todos estos conceptos son
analizados en sus obras, donde también traza las interrelaciones entre ellos.
Ibn Jaldún esboza un ejemplo temprano (posiblemente incluso el más antiguo) de economía
política. Describe la economía como compuesta de procesos de valor agregado; es decir, el
trabajo y la habilidad se agregan a las técnicas y artesanías, y el producto se vende a un valor
más alto. También hace un llamamiento a la creación de una ciencia para explicar la sociedad
y continúa esbozando estas ideas en su obra principal, la Muqaddimah. Ibn Jaldún se apartó
de la norma que los historiadores musulmanes siguieron y rechaza su enfoque en la
credibilidad del transmisor y se enfoca en cambio en la validez de las historias y alienta el
pensamiento crítico.18
Ibn Jaldún también enfatizó en el Sistema Monetario Islámico que la moneda o el dinero
deberían tener un valor intrínseco. Y debe estar compuesto de oro y plata, es decir, un dinar
de oro y un dirham de plata. También hizo hincapié en que el peso y la pureza de estas
monedas se debían seguir estrictamente. Como el peso de un dinar debe ser un mithqal, es
decir, igual al peso de 72 granos de cebada (igual a casi 4.25 gramos) y el peso de 7 dinares
debe ser igual al peso de 10 dirhams (que equivalen a 7/10 de Mithqal o 2.975 gramos). Y
según él, estas monedas deben usarse en leyes relacionadas con el impuesto de beneficencia
(Zakat), las multas legales fijas y otras cosas. [29]
Para Ibn Jaldún, la historia es el análisis de las civilizaciones tanto en el aspecto externo como
interno: externamente, a través del relato cronológico de los hechos; internamente, mediante
un análisis lógico e interrelacionado de los acontecimientos históricos para ubicar sus
consecuencias en el presente y las tendencias de futuro.

En lo relativo a la sociología, es particularmente interesante su concepción sobre la existencia


de un conflicto central (ciudad versus desierto). Debido a su análisis de los conflictos sociales,
sociólogos modernos de la teoría del conflicto como Ludwig Gumplowicz, Gustav
Ratzenhofer y Franz Oppenheimer han demostrado un creciente interés en Ibn Jaldún

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