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DERECHO AMBIENTAL

“UN DERECHO HUMANO”


Análisis de la lectura: Reflexiones a propósito del Derecho Ambiental

MARICIELO HUARACA PARIA


RONY YUCRA LERMA
ORIALIZ GUTIERREZ HERRERA
MARIFER HUARACA PARIGUANA
FERNANDA BARRIO DE MENDOZA LEÓN
YUMIRA AGUILAR CHURA
RESUMEN

En el presente ensayo jurídico se analiza el tema del derecho ambiental, rama de la

ciencia jurídica que con el transcurso del tiempo ha ido ganando relevancia en las agendas y

planes de gobierno, dado a la problemática ambiental actual que va acrecentándose día a día.

En este sentido, resulta ineludible que se desarrolle una política ambiental basada sobre los

pilares de aspectos económicos, políticos, sociales, culturales, etc.; en base a un análisis

exhaustivo de nuestro desarrollo como sociedad, la revisión de estilos y metas políticas y

tecnológicas, con el fin de buscar vías diferentes para otro desarrollo y así lograr preservar el

medio que nos rodea para nuestra generación y para futuras generaciones.

ABSTRACT

In this legal essay, the subject of environmental law is analyzed, a branch of legal

science that over time has been gaining relevance in the agendas and government plans, given

the current environmental problems that are increasing day by day. In this sense, it is

inescapable that an environmental policy based on the pillars of economic, political, social,

cultural, etc .; based on an exhaustive analysis of our development as a society, the revision of

political and technological styles and goals, in order to find different ways for another

development and thus preserve the environment that surrounds us for our generation and for

future generations.
SUMARIO

INTRODUCCIÓN. I. ANTECEDENTES. II. CARACTERÍSTICAS NOTABLES

DEL DERECHO AMBIENTAL. II.A. GENERALIDADES. II.B. RASGOS DISTINTIVOS.

II.C. POLÍTICA AMBIENTAL. III. COMPONENTES NECESARIOS PARA EL DERECHO

AMBIENTAL. III.A. PRINCIPIO DE SOSTENIBILIDAD COMO PRINCIPIO RECTOR.

III.B. DERECHO AMBIENTAL “UN DERECHO HUMANO”. III.C. IMPLEMENTACIÓN

AL PODER JUDICIAL. III.D. LA TRANSVERSALIDAD EN LA POLÍTICA

AMBIENTAL. III.E. UN MARCO JURÍDICO SÓLIDO. III.F. EL RESPETO A LAS

INSTITUCIONES EN UN ESTADO DEMOCRÁTICO. IV. EL DERECHO Y LA POLÍTICA

AMBIENTAL. CONCLUSIONES. BIBLIOGRAFÍA.

PALABRAS CLAVES

DERECHO AMBIENTAL, PRINCIPIO DE SOSTENIBILIDAD,

TRANSVERSALIDAD, POLÍTICA AMBIENTAL Y VOLUNTAD POLÍTICA.


INTRODUCCIÓN

En la actualidad, el principal problema de la legislación ambiental es su falta de

efectividad, existiendo claras falencias tanto en el logro de sus objetivos y metas, como en su

aplicación y cumplimiento sostenido y recurrente. El derecho ambiental ha venido fallando en

garantizar el mantenimiento y aseguramiento del equilibrio ecológico, la eficiencia económica

y la equidad social entre las actuales y futuras generaciones.

Ante tal problemática, nos hemos planteado el objetivo de diseñar una fórmula, algo

compleja en donde cada una de sus variables se descomponga en diferentes matices de correcta

aplicación, entendiéndose que cada componente tiene una ramificación de elementos

distintivos para su entendimiento. Por ende, el éxito del Derecho Ambiental frente a la actual

situación, presupone un análisis de nuestro desarrollo como sociedad, la revisión de estilos y

metas políticas y tecnológicas, con el fin de buscar vías diferentes para otro desarrollo y

preservar nuestro medio habitual para nuestra generación y para futuras generaciones.

Hoy en día ésta presente problemática ambiental es finalmente una variable real de

consideración por parte de los gobiernos. Sin embargo, el camino ha sido largo y no tan fácil.

El derecho ambiental ha ido poco a poco llegando a las agendas nacionales. El proceso de toma

de conciencia se dilató en el tiempo, pero finalmente forma parte de las preocupaciones de

nuestros políticos y de nuestros gobiernos.

En tal sentido y en constante observación de la problemática, es necesario buscar una

solución. Alcanzar a priori, la efectividad y eficiencia del derecho ambiental requerirá a

mediano y largo plazo de la implementación de un marco jurídico coherente, articulado y

efectivo. Ello sería posible a través de procesos normativos cuya finalidad sea lograr la

coordinación, sistematización, limpieza de contradicciones, y el deber de cumplir con lo

estipulado por el Derecho Ambiental.


MARCO TEÓRICO

I. ANTECEDENTES:

El tema del derecho ambiental, en los últimos años, ha ocupado un espacio central tanto

en los debates jurídicos como en el proceso de la toma de decisiones en numerosos países del

planeta, con importantes enfoques sociales, humanos, tecnológicos, económicos y políticos.

A inicios del desarrollo de la sociedad, la relación hombre – naturaleza pasó por una

etapa caracterizada por el dominio de la naturaleza sobre el hombre, sin embargo más adelante,

con el progreso científico – técnico en sí, dicha relación entró en un nuevo periodo sucesivo de

dominio sobre la naturaleza, el cual sigue en desarrollo hasta la actualidad y ha proporcionado

a las personas de esta era un poderío de tal magnitud que, de no utilizarlo de modo responsable

y racional, tiene el potencial suficiente para acabar con la humanidad no una, sino varias veces,

o en su defecto, alterar de forma esencial el equilibrio natural de nuestro planeta.

Todo ello con el propósito de contrarrestar los impactos negativos que sobre la relación

naturaleza – sociedad, han provocado: la aplicación irracional de determinadas categorías

tecnológicas; el elevado nivel de consumismo, la pobreza y las modernas políticas económicas.

De modo que, no cabe dudas, que el derecho a un medio ambiente sano y

ecológicamente equilibrado, por la importancia necesaria e ineludible que reviste, requiere su

reconocimiento, respeto, desarrollo y aplicación efectiva, como lo exigían, la libertad y la

igualdad de las personas.

Esta exigencia, garantía de nuestra supervivencia, precisa para su realización de

estrategias globales, nacionales y regionales que propendan a la protección del medio ambiente

y al uso racional de sus recursos naturales; y el Derecho Ambiental, como ciencia social,
propicia la creación de un sistema de seguridad ecológica, que no podría concebirse fuera de

su alcance, que sin embargo, el perfeccionamiento de los marcos jurídicos sustantivos y

adjetivos que, fundados en los valores y principios del derecho ambiental y el desarrollo

sostenible, orienten a la acción permanente del Estado y de la sociedad misma.

Tratar de un problema sustancial, es una obligación de todos los habitantes del planeta

tierra, es que los seres humanos, no vivimos aisladamente, sino en conjunto, es decir en

sociedad, esta sociedad que elige a sus representantes para que nos gobiernen, nos dirijan la

economía, las obras más primordiales para la sociedad, como escuelas, colegios, carreteras y

sobre todo un régimen del buen vivir para todos y todas, las y losciudadanos y ciudadanas. No

habría un buen vivir, si las autoridades no crean políticas de gestión ambiental, para proteger

el ambiente.

II. CARACTERÍSTICAS NOTABLES DEL DERECHO AMBIENTAL:

A) Generalidades

El Derecho Ambiental es una disciplina jurídica en formación. Es posible, no obstante,

identificar las que constituyen hoy sus principales características, las cuales le otorgan en

conjunto la suficiente especificidad para justificar la existencia de un área especializada con

dicho nombre. (Negrete, 2006)

El origen de esta especialidad se encuentra conectado al momento histórico en el cual

la “cuestión ambiental” se incorpora a la agenda pública. La sociedad civil en determinados

países, inicialmente los industrializados, encuentra en los problemas ambientales amenazas

serias para su salud y su supervivencia como sociedad en el largo plazo, asumiendo la

posibilidad de introducir reformas o cambios institucionales capaces de enfrentar dichos


riesgos. Históricamente siempre ha existido una preocupación sobre la relación entre el hombre

y la naturaleza. Lo distinto de la cuestión ambiental contemporánea deriva de una concepción

“holística” (todo incluido) que concibe el ambiente como un sistema en el cual sus distintos

componentes (vivos y no vivos) generan en conjunto algo más que la simple suma de sus partes

(sinergia). También se percibe que existe una relación entre la acción humana y el problema

ambiental que genera responsabilidad.

El problema ambiental no es fruto de azar o de los caprichos de la naturaleza, sino es

un efecto (deseado o no) de las actividades del hombre. Por ello, es posible regularlo. El

Derecho Ambiental regula por lo tanto relaciones humanas que tienen al ambiente como campo

de batalla, la lucha por la distribución de los riesgos modernos. El conocimiento y la percepción

sobre la naturaleza de dichos riesgos y los medios para enfrentarlos han ido desde luego

variando, pero en general se asume que existen ciertas “condiciones ambientales mínimas” que

hacen posible el desarrollo pleno de la persona humana y que, en palabras de Amartya Sen, no

reducen significativamente los “vectores de desarrollo” personal, permitiendo la expansión de

las libertades reales de que gozan los seres humanos.

Desde luego, existe discusión respecto a dichas condiciones y sobre los mejores medios

para alcanzarlas. Finalmente, también es necesario identificar las fuentes o causas de los riesgos

ambientales y los efectos o impactos que generan o podrían generar, de tal manera que podamos

contar con la información que nos permita decidir adecuadamente sobre los mejores medios

para alcanzar las metas de protección ambiental.

Los resultados de estas operaciones (determinación de las condiciones ambientales

esperadas, la identificación de los riesgos y la definición de los mejores medios para

enfrentarlos) son traducidos a instituciones jurídicas, derivando en un sistema de asignación

jurídica de cargas y riesgos ambientales entre los distintos actores de la sociedad, generando a
su vez obligaciones y responsabilidades específicas. La finalidad última de este sistema es el

asegurar el mantenimiento de las condiciones ambientales, o dicho en términos jurídicos, la

protección del ambiente, de tal forma que se asegure la posibilidad efectiva del goce del

derecho a un ambiente adecuado.

“Esta perspectiva implica que el Derecho Ambiental debe resolver tanto problemas de

Justicia (ambiental) como de eficiencia (ambiental). Lo primero está vinculado con criterios

éticos y políticos para asignar las cargas y riesgos. Lo segundo está ligado a criterios técnicos

y de costo-beneficio al momento de optar por distintas opciones e instrumentos de política y

derecho. Desde luego, ambos procesos se presentan interrelacionados” (Negrete, 2006). No

obstante, el primer proceso alcanza mayor intensidad frente a la definición tanto del contenido

del derecho a un ambiente adecuado como en la definición de la política ambiental. Lo segundo

se hace más intenso respecto de la selección de los instrumentos y su aplicación. Y atravesando

todo el proceso, el Derecho aparece interrelacionado fuertemente con el conocimiento

científico, que le brinda la base para muchas de las decisiones críticas que deben tomarse.

El entender de esta manera el Derecho Ambiental hace fácil explicar la interrelación

con las distintas especialidades dentro del Derecho, y del mismo modo, la necesidad de atender

problemas éticos, políticos, técnicos y económicos, lleva a acudir a las disciplinas distintas a

la jurídica.

B) Rasgos distintivos

Las características del derecho ambiental en general son tres:

El carácter globalista tiene que ver con esa necesidad de síntesis heredada de la ecología

(del griego “OIKOS”: casa o lugar donde se vive; y “logos” tratado o ciencia) y que plica el

derecho significa la necesidad de ordenar las diferentes Normas jurídicas ya existentes en

dirección a obtener un manejo adecuado del sistema jurídico, en términos de eficiencia social
y económica. La misma idea de la interferencia existente entre organismos y ambiente es válida

al interior del derecho: las normas legales forman parte de un sistema que no puede contener

elementos autodestructivos por cuanto, por naturaleza, el equilibrio o coherencia existente entre

ellas depende su validez, como instrumento regulador de las conductas sociales. (Zazzali, 1982)

Por ejemplo, no es posible el mantener exitosamente en el tiempo una disposición legal

que otorgue amplísimos derechos de explotación a una actividad como la minería y pretender

con otra norma tutelar el derecho de las comunidades vecinas a desarrollar labores agrícolas o

pesqueras y a obtener niveles captables de bienestar y salud. En estos casos, el derecho debe

calibrar los distintos intereses jurídicos ´para ser eficiente en términos de mantener el orden

social en forma pacífica.

Se impone, por tanto, la interdisciplinaridad entre las distintas áreas del derecho como

un primer paso, antes de proponer para el conjunto de actividad humana reglas normas

igualmente surgidas de un consenso interdisciplinario que integren economía, tecnología,

ambiente y cultura

Con relación del carácter de función del derecho ambiental como impulsor del

comportamiento social hacia el ecodesarrollo, es importante definir algunos conceptos y

subrayar que, en todo caso, no trata de detener el desarrollo sino de hacerlo compatible con la

base natural en que se apoya el progreso económico y el crecimiento. El término ecodesarrollar

designa el desarrollo sostenido en base a estudios de impacto ambiental para tener un bajo

costo ecológico y se pone al concepto de maximizar la tasa de ganancia en el corto plazo que

conlleva sostenido a su vez, es igual a conservación, es decir el mantenimiento consistente de

un recurso en condiciones adecuadas como para permitir su aprovechamiento continuado sobre

largos periodos de tiempo. Solo en los casos críticos de estabilidad de un recurso o de


recursivos muy frágiles o en peligro de extinción, el termino conservación significa una

verdadera protección.

La naturaleza social o grupal de los intereses ambientales es la tercera de las

características distintivas de esta disciplinaria. Pigretti lo dice claramente al afirmar que “la

división del derecho público y privado, iniciada por los romanos y repetida por la evolución

francesa, como garantía de distinción entre lo público y lo privado y en los tiempos

napoleónicos, como concepto teórico de libertad, no parecer se útil en el derecho ambiental.

Todo lo contrario. Si en algún lugar tiene razón los críticos de esa división son en materia

ecológica. Aquí el derecho se presenta como un todo que debe regular una realidad.

En Perú , Fernando de Trazegnies ha desarrollado el concepto , desde la perspectiva de

la responsabilidad civil extra contractual ,al anotar la existencia de una clase de “ daños

socialmente intolerables “ entendidos como aquellos “ que no agotan su efecto nocivo en una

víctima determinada sino que tienen una acción continua y se extienden a un número

determinado de personas “ante esta clase de daños la sociedad la sociedad reacciona no solo

exigiendo su reparación sino además persiguiendo su eliminación como objetivo social

fundamental . Los afectados por este tipo de daños ya no son siempre individuos perfectamente

identificables sino grupos o colectividades que reaccionan solicitando de la justicia una

atención especial aun no contemplada en nuestras normas legales. (Zazzali, 1982)

Y finalmente el carácter de la naturaleza social o grupal de los intereses ambientales es

la tercera de las características distintivas de esta disciplina. Pigretti lo dice claramente al

afirmar que "la división del derecho público y privado, iniciada por los romanos y repetida por

la revolución francesa, como garantía de distinción entre lo público y lo privado y en tiempos

napoleónicos, como concepto teórico de libertad, no parece ser útil en el Derecho Ambiental.
Todo lo contrario. Si en algún lugar tienen razón los críticos de esa división, es en materia

ecológica. Aquí el derecho se presenta como un todo que debe regular una realidad".

La relación del Derecho Ambiental con el insurgente Derecho Social ha sido tratada

por el autor de estas notas en su trabajo de tesis. De ese análisis es importante rescatar las ideas

de George Gurtvich recogidas también por Luis Bustamante Belaunde, quienes insisten en la

existencia de una capa más profunda del derecho, que es el derecho espontáneo de los grupos

sociales no organizados y que representa un punto de vista sobre la justicia y encarna un orden

que posee valor autárquico o de autosuficiencia. Ello quiere decir que los intereses colectivos

o de grupo, a fuerza de establecer lazos de integración irrumpen en la vida jurídica y obligan

al Estado a reconocerlos por los mecanismos legislativos propios de su ordenamiento. (Zazzali,

1982)

C) Política ambiental

La política ambiental es el conjunto de los esfuerzos políticos para conservar las bases

naturales de la vida humana y conseguir un desarrollo sostenible. Desde los años 70, con la

conciencia ambiental creciente, se ha convertido en un sector político autónomo cada vez más

importante tanto a nivel regional y nacional como internacional. En los gobiernos de muchos

países hay un ministerio encargado de temas ambientales. a nivel de empresa empresas la

política ambiental es un requisito de los sistemas de gestión medio ambiental.

La Constitución Política del Perú reconoce que la persona es el fin supremo de la

sociedad y del Estado y privilegia el derecho fundamental a gozar de un ambiente equilibrado

y adecuado al desarrollo de la vida. Del mismo modo, los artículos 66° al 69°, disponen que el

Estado deba determinar la Política Nacional del Ambiente, y que los recursos naturales,

renovables y no renovables, sean patrimonio de la Nación. Precisa que el Estado está obligado

a promover la conservación de la diversidad biológica y las áreas naturales protegidas, en el


territorio nacional, así como el desarrollo sostenible de la Amazonía. El Ministerio del

Ambiente es el ente rector del Sector Ambiente y la autoridad competente para formular la

Política Nacional del Ambiente aplicable a los tres niveles de gobierno.

III. COMPONENTES NECESARIOS PARA EL DERECHO AMBIENTAL:

A) Principio de sostenibilidad como principio rector:

Este derecho humano al Medio Ambiente y al Desarrollo, implica la aplicación de un

principio rector en el ámbito ambiental, el principio de sostenibilidad.

Este principio de sostenibilidad debe estar basado en un análisis económico, político,

social y cultural y ambiental sobre la base de decisiones tomadas bajo consideraciones éticas.

El eficiente uso de los recursos, tomando en cuenta la limitación de la pobreza y la equidad

social, el respeto a las diversas culturas y la preservación del medio ambiente, sobre la base de

políticas públicas e inversiones privadas éticas, es el objetivo de dinámica ambiental que busca

el desarrollo sostenible.

En este sentido, como lo menciona CARMEN ARTIGAS resulta muy interesante la

propuesta de GUIMARÁES, cuando acertadamente señala, que la sustentabilidad de una

comunidad va a residir de la interrelación entre los elementos: población, organización social,

entorno, tecnología y aspiraciones sociales. (Artigas, 1993)

Mientras OTIS DUNCAN, señala que la calidad de vida es la forma de determinación

de la sustentabilidad de una comunidad en espacio y tiempo determinados y que dicha

sustentabilidad va a depender del equilibrio dinámico de elementos claves como la población,

la organización social, el entorno, el territorio, la tecnología aspiraciones sociales. (Duncan,

1994)
Así tenemos, que el primer elemento, referido a la población, nos va a permitir estudiar

varios factores que dan índices de la calidad de vida, como son los aspectos demográficos,

migratorios, encontramos diferentes factores que pueden concluir en un mejor estudio del

contexto bajo el cual se puede desarrollar una vida y al fin y acabo desarrollar una calidad de

vida.

Es ahí que nos damos cuenta que la transversalidad en el tema ambiental ocupa un sitio

preponderante de aplicación, aspecto que abordaremos más adelante como otra variable

necesaria para el alcance del éxito por parte de una política ambiental de protección al medio

ambiente.

B) Derecho ambiental “un derecho humano”

Esta afirmación que puede verse consolidada mediante el reconocimiento

constitucional del derecho a un ambiente sano y a una calidad de vida por parte del ciudadano,

derechos de los cuales MARÍA DEL CARMEN CARMONA nos habla abiertamente en su

artículo “Derechos Humanos y Medio Ambiente”, y que son puntos que nos deja en claro la

esencia del derecho ambiental y de su calidad como derecho humano. Un derecho humano de

tercera generación, reflejado en un derecho al Medio Ambiente, y un derecho al Desarrollo,

derechos cuyos logros de objetivos dependen de la colectividad y no solo de un individuo. El

alcance de sus metas depende de comunidades, de la comunidad internacional y de la clara

intervención de los Estados y sus gobiernos.

Si no logramos el reconocimiento del derecho ambiental, al estándar de un derecho a

un medio ambiente sano, de un derecho a una calidad de vida, a la categoría de derecho

humano, restamos importancia al mismo, quitamos la real perspectiva que el tema tiene y

dejamos de sintonizar el objetivo que merece el desarrollo sostenible, el que se relaciona con

la vida de las presentes generaciones y de las futuras generaciones.


El derecho ambiental siempre estará relacionado con los derechos humanos de todas las

personas y con mayor énfasis de grupos vulnerables como lo son los pueblos indígenas y las

poblaciones que viven en extrema pobreza.

C) Implementación al poder judicial

Del mismo modo la implementación legal no llegaría a ningún rumbo de escaso éxito

del derecho ambiental y por lo tanto del respeto al medio ambiente, si el poder judicial, aquel

poder del Estado que dentro de un Estado democrático es el ente encargado de la aplicación e

interpretación de las normas, no se encuentra actualizado y entrenado en esta área del derecho.

Por ello la importancia de la capacitación de este poder del Estado, en esta rama del derecho

que es relativamente contemporánea.

D) La transversalidad en la política ambiental

Otra variante extremadamente vital para la evaluación de buenos resultados, es el tema

de la gestión gubernamental de modo transversal, la cual recae de modo especial en el Poder

Ejecutivo, en cada uno de los Ministerios que conforman este poder del Estado. Es así que la

política medio ambiental, los parámetros, guías, enfoques, soportes y aplicación de un Plan

Nacional de Medio Ambiente, del cuerpo jurídico que respalda las medidas ambientales, o de

la aplicación de los convenios internacionales suscritos, va a depender en gran medida de un

trabajo transversal más que necesario de cada norma ambiental.

No podemos entender por ejemplo que la aplicación de un Plan Nacional de Medio

Ambiente dependa sólo de un Ministerio del Ambiente, no podemos entender que una política

de Estado alcanzará de modo responsable y sensato la implementación de una política

ambiental sin que exista un trabajo de análisis transversal de los temas y de final reconciliación

de perspectivas en las medidas que se adopten.


Es así que debemos entender que muchas de las carteras ministeriales se encuentran

altamente relacionadas con los objetivos de un Ministerio del Ambiente. Así tenemos al

Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Energía y Minas, el Ministerio de Economía y

Finanzas, el Ministerio de la Producción, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, el

Ministerio de Salud, el Ministerio de Transporte y Comunicaciones, entre otros y tal vez

menores niveles de relación, pero de ningún modo mínimos y menos aún nulos, el Ministerio

de Educación y el Ministerio de la Cultura.

Asimismo, esta transversalidad reconocida por la Política Nacional de Medio Ambiente

no sólo pasa por su aplicaron a nivel de Poder Ejecutivo, sino en todos los niveles de poder,

desde el gobierno nacional, pasando por los gobiernos regionales, locales y municipales.

Grandes directivas y pequeñas implementaciones bajo una misma línea rectora son a lo que

debe estar dirigida una responsable política ambiental que aspire tener un real abordaje de la

problemática ambiental nacional.

E) Un marco jurídico sólido

El respeto a la palabra empeñada bajo los diferentes compromisos adoptados por medio

de los tratados internacionales ratificados por el gobierno así como el trabajo de un marco legal

coherente que no permita la yuxtaposición de las normas, el desorden jurídico y la introducción

de normas cuya redacción jurídica esté erróneamente basada en el alcance de objetivos utópicos

y/o imposibles sociales, mediante la idealización de metas alejadas de una realidad económica,

social y política y otras veces simplemente contradictorias entre sí.

El trabajo de manejar un marco legal coherente, es una labor ardua que necesita del

estudio y la continua revisión de normas antiguas ya expiradas o reemplazadas por nuevas para

así lograr una fluidez del cuerpo legal nacional bajo una misma concepción de respeto al

derecho ambiental.
F) El respeto a las instituciones en un estado democrático

El enfoque que corresponde plantear a una política pública sana debe responder a bases

de responsabilidad social bajo la utilización de instrumentos económicos provenientes de una

economía de mercado responsable y un estado de derecho que está caracterizado por un

régimen democrático reflejado en la separación de poderes e institucionalidad con una garantía

de respeto a los derechos humanos.

IV. EL DERECHO Y LA POLÍTICA AMBIENTAL:

La existencia de una voluntad política por parte de los gobiernos, el interés de nuestros

diferentes partidos políticos y el estudio que realicen agencias de organismos internacionales,

como son los realizados por las Naciones Unidas.

Por ejemplo, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, configuran

elementos de base, de impulso e incentivo de conciencia ambiental. Sin embargo, todo este tipo

de esfuerzos, llámese voluntad política y/o incentivos políticos internacionales, carecería de

todo real significado de aplicación triunfante dentro de las variantes destinadas a la creación

de una fórmula de éxito de los temas ambientales y por ende del derecho ambiental si es que

no llega a entenderse que otras variables son más que necesarias para la obtención de tales

logros comunes.

Estas llamadas variables adicionales y no por ello secundarias, responden a otro tipo de

labor por emprender. Nos referimos a la educación y cultura ambiental, a las campañas de

sensibilización, de información, no por gusto uno de los principios rectores del derecho

ambiental son el derecho de información y el derecho de participación ciudadana.


La aplicación de esos principios tiene un peso clave dentro de los retos de

implementación y aplicación del derecho ambiental. El conocimiento real de las problemáticas

ambientales debe llegar a la ciudadanía, a través de diferentes medidas que pueden ser

adoptadas a través de las distintas competencias que manejan cada ministerio o cada entidad

internacional, nacional, regional, local o municipal.

Hay que tomar más que en cuenta que la población es la que optará día a día por una

aplicación de las medidas ambientales impuestas por ley y que desgraciadamente, muchas

veces le resultan desconocidas. Esta falta de información no coincide con una política de

fomento a un medio ambiente sano basado en el principio de sostenibilidad y menos aún, en

los principios de aplicación ya mencionados.

De la existencia de medidas legislativas coherentes, así como la presencia de gobiernos

que apliquen sus políticas de modo transversal, dependerá el éxito de protección del medio

ambiente.

Por lo contrario, quedaría simplemente un listado de leyes que pretenden proteger al

medio ambiente. La consideración de estos componentes de naturaleza diferente nos lleva a la

pregunta: ¿cuál sería la receta para alcanzar el éxito en la protección del medio ambiente, en

términos de que la aplicación del derecho ambiental resulte eficiente y eficaz?

La fórmula a diseñar es algo compleja y cada una de sus variables se descompone en

diferentes matices de correcta aplicación. Aquí se trató de establecer dicha fórmula,

entendiendo que cada componente tiene una ramificación de elementos distintivos para su

entendimiento. Por lo tanto, el éxito del derecho ambiental requiere del análisis y

materialización del capítulo anterior.


CONCLUSIONES

Actualmente se debe considerar que los desafíos de una política y de un derecho

ambiental vienen integrados a un análisis y una praxis totalmente transversal del principio de

sostenibilidad con el análisis conjunto de pilares fundamentales como son los aspectos

económicos, políticos, sociales, culturales y ecológicos, considerando principios éticos como

soporte de los mismos, bases que deben ser analizadas y aplicadas transversalmente con una

serie de elementos como organización social, tecnología, desarrollo y seguridad.

Un análisis otorgado por los estudiosos de la problemática ambiental, demuestra que es

de característica totalmente transversal, desde los pilares de acción hasta cada realidad

perteneciente, lo que permite el entendimiento real de cada problemática y el ataque de raíz a

cada componente, obteniendo un real impacto en la vida de cada grupo poblacional existente

en nuestro país y al mismo tiempo de manera global. La aplicación del principio de

sostenibilidad necesita claramente de la aplicación transversal en el Derecho Ambiental.

Finalmente, podemos sintetizar que el éxito de una política ambiental está basado en un

carácter transversal y sostenible. Por ende, el éxito del Derecho Ambiental frente a la actual

situación, requiere de un análisis exhaustivo de nuestro desarrollo como sociedad, la revisión

de estilos y metas políticas y tecnológicas, con el fin de buscar vías diferentes para otro

desarrollo y así lograr preservar el medio que nos rodea para nuestra generación y para futuras

generaciones, sin dejar de considerar su característica colectiva, donde el trabajo de todos

implica la real efectividad y eficiencia de los proyectos, por lo que es necesaria la aplicación

de los principios de información y participación ciudadana sostenidos por una democracia que

permita la representación de los ciudadanos, el respeto a los derechos humanos y al orden

jurídico establecido.
BIBLIOGRAFÍA

Artigas, C. (1993). Los principios de derecho ambiental a la luz del sistema internacional.

Santiago de Chile - Chile : Editorial Fundación Friedrich Ebert .

Duncan, O. D. (1994). El estudio de la población . Estados Unidos: Editorial Celade.

Negrete, P. L. (2006). Derecho Ambiental. México: IURE Editores.

Zazzali, J. C. (1982). Reflexiones a proposito del derecho Ambiental . Peru: 28 -32.

Información extraída de: file:///C:/Users/w10/Downloads/Dialnet

DerechoAmbientalEnLaConstitucionPeruana-5084791.pdf

Información extraída de: https://editorial.urosario.edu.co/pageflip/acceso-abierto/temas-de-

derecho-ambiental.pdf

Información extraída de: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/1/146/10.pdf

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