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En el siguiente trabajo no pretendo problematizar sobre algún tema, sino que se le limita
a ser descriptivo. La problematización será en el tercer trabajo, el cual será un ensayo.
En este escrito pretendo resaltar el nuevo enfoque que Wittgenstein hará en su obra
“Investigaciones filosóficas”. El nuevo enfoque será pragmático. Ya no reducirá el
estudio del lenguaje como una herramienta que describe el mundo, sino como
una”forma de vida”.
Las investigaciones filosóficas inician con una cita de las confesiones de San Agustín
donde señala Wittgenstein que se trata de una forma primitiva de entender el problema
del lenguaje: Reducir el lenguaje a ser un mero instrumento que describe la realidad. El
lenguaje así entendido solo tiene una función: la descripción y referenciar las cosas del
mundo real. El Tractatus es una continuación de esta problemática.
Aquí también se vislumbra otra tesis: La lógica esta antes que el pensamiento. No
podemos pensar algo “ilógico”. Todo lo que pensamos es posible porque es
“lógicamente posible”. Y como el pensamiento es una figuración de la realidad, estas
dos son figuradas por la lógica.
Lo novedoso que el Tractatus manifiesta ante la problemática es que asegura que la
lógica no se subordina a la realidad y al pensamiento, sino que la realidad y el
pensamiento se subordinan a la lógica. No es el lenguaje el que describe la realidad,
sino que la realidad describe al lenguaje lógica. Porque lo que no puede pensarse es
debido a que no puede ser posible lógicamente. Esto lo da a entender en su apartado
numero 7 cuando escribe que: De lo que no se puede hablar, es mejor callar.1 Los
límites de la lógica son los límites del mundo.
A pesar de dar un nuevo giro, Wittgenstein sigue con la misma línea: El lenguaje sirve
para la descripción de la realidad. La teoría del Tractatus sigue el problema
unívocamente: se queda en la función de descripción de la realidad.
¿Qué son los juegos de lenguaje? Es un adiestramiento que tiene un sujeto por el uso de
un lenguaje determinado. No importa si realmente el sujeto entiende lo que dice y
escucha, sino que se limita a usar el lenguaje para cualquier fin. Los juegos del lenguaje
se aprenden mediante su uso y costumbre. Escribe Wittgenstein lo siguiente: Los
procesos de nombrar las piedras y repetir las palabras dichas podrían llamarse
también juegos de lenguaje.2
1
Wittgenstein, Tractatus philosophicus, Editorial Tecnos, Madrid, España, 2017
2
Wittgenstein, Investigaciones filosóficas, Critica-UNAM, D.F., Mèxico, 1988, Pp. 6.
El ejemplo de la escoba manifiesta la intención de cambiar el enfoque con el que se
estudia el lenguaje, no ya solamente como herramienta para describir el mundo, sino
como una herramienta que tiene diversas funciones:
Cuando digo: «Mi escoba está en el rincón » — ¿es éste en realidad un enunciado
sobre el palo y el cepillo de la escoba? En cualquier caso podría reemplazarse el
enunciado por otro que diese la posición del palo y la posición del cepillo. Y este
enunciado es ciertamente una forma más analizada del primero.— ¿Pero por qué la
llamo «más analizada»?— Bueno, si la escoba se encuentra allí, esto ciertamente
quiere decir que tienen que estar allí el palo y el cepillo, y en determinada posición
mutua; y esto estaba en cierto modo oculto al principio en el sentido de la oración y es
expresado en la oración analizada. Así pues, ¿quien dice que la escoba está en el
rincón quiere realmente decir: el palo está allí y también el cepillo, y el palo está
encajado en el cepillo?— Si le preguntáramos a alguien si quería decir eso,
probablemente diría que él en modo alguno había pensado en el palo en particular ni
en el cepillo en particular. Y ésa sería la respuesta correcta, pues él no quería hablar ni
del palo en particular ni del cepillo en particular.3
Estos juegos van desde describir la realidad mediante el lenguaje científico, filosófico,
religioso hasta el de dar órdenes, hacer chistes, cantar, etc. El lenguaje no se queda
como mero instrumento descriptivo de la realidad, sino que son diversas formas de vida.
De esto se sigue que los juegos de lenguaje son heterogéneos. No solo en tanto
funciones, sino en cómo se manifiestan. No se reducen a palabras, sino incluso
expresiones faciales entre otras manifestaciones.
«Nombramos las cosas y podemos entonces hablar de ellas, referirnos a ellas en el discurso.»—
Como si con el acto de nombrar ya estuviera dado lo que hacemos después. Como si sólo
hubiera una cosa que se llama: «hablar de cosas». Mientras que en realidad hacemos las cosas
3
Wittgenstein, Investigaciones filosóficas, Critica-UNAM, D.F., Mèxico, 1988, Pp. 24.
4
Ibid., Pp. 10.
más heterogéneas con nuestras oraciones. Pensemos sólo en las exclamaciones. Con sus
funciones totalmente diversas. ¡Agua!¡Fuera! ¡Ay! ¡Auxilio! ¡Bien! ¡No!5
Ya hemos mencionado dos propiedades de los juegos del lenguaje: Son heterogéneos y
adiestran al individuo a participar en una vivencia de la realidad. El tercer y último
aspecto de los juegos del lenguaje es que el individuo realmente no entiende el
significado de las palabras sino solamente sus usos.
Esto significa que entender el significado de las significantes no importan para jugarlo-
Aquí comienza la diferenciación entre vivencia privada y lenguaje público. Las
vivencias privadas tratan de expresarse en el lenguaje público, pero no pueden expresar
lo que realmente son. Porque los individuos tienen diferentes vivencias de la misma
experiencia privada. Wittgenstein usa el ejemplo del dolor para ilustrarlo.
Si digo de mí mismo que yo sé sólo por mi propio caso lo que significa la palabra
"dolor" —¿no tengo que decir eso también de los demás? ¿Y cómo puedo generalizar
ese único caso tan irresponsablemente?
Bien, ¡uno cualquiera me dice que él sabe lo que es dolor sólo por su propio caso! —
Supongamos que cada uno tuviera una caja y dentro hubiera algo que llamamos
"escarabajo". Nadie puede mirar en la caja del otro; y cada uno dice que él sabe lo que
es un escarabajo sólo por la vista de su escarabajo. —Aquí podría muy bien ser que
cada uno tuviese una cosa distinta en su caja. Sí, se podría imaginar que una cosa así
cambiase continuamente. —¿Pero y si ahora la palabra "escarabajo" de esas personas
tuviese un uso? —Entonces no sería el de la designación de una cosa. La cosa que hay
en la caja no pertenece en absoluto al juego del lenguaje; ni siquiera como
un algo: pues la caja podría incluso estar vacía. —No, se puede "cortar por lo sano"
por la cosa que hay en la caja; se neutraliza, sea lo que fuere.6
En este punto hay un escepticismo del significado. Con esto se llega al solipsismo
donde los individuos al no poder comprender realmente el significado que se intenta
expresar, no le queda más que jugar al juego del lenguaje que aprendió, simplemente
porque le ha funcionado. El sentido de las palabras no lo da su significado, sino el
adiestramiento que tiene el individuo en el juego del lenguaje. El lenguaje solo adquiere
5
Ibid., Pp. 11.
6
Ibid., Pp. 53.
su significado no por lo que internamente le damos, sino por las vivencias. No
accedemos a los juegos de lenguaje de forma intelectual, sino por uso y costumbre. No
es por la lógica sino por las vivencias.
En conclusión
Bibliografía.