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Este trabajo tiene como objetivo mostrar la evolución que tuvo nuestra sociedad
económica en el Perú, los indios eran la base de cualquier clase social y económica, ellos
lucharon frente a la injusticia de los mistis dado una cierta época, cada clase de
organización muestra como el Perú tuvo que atravesar varias etapas para que podamos
estar en este régimen, todo esto forma una parte importante de la Historia Económica del
Perú.
En el noveno capítulo “El horizonte utópico”, se da a conocer las corrientes que
vertebraran, en lo sucesivo, la vida intelectual del país; el indigenismo, el APRA, el
socialismo de Mariátegui. Todas ellas, al margen de discrepancias y contraposiciones,
fueron tributarias de la utopía andina. La historia de las ideas o en los cambios de la
mentalidades colectivas; la crisis del sistema oligárquico, que decía antes que discurso,
fue práctica. El poder local, la onda sísmica, las rebeliones de los indígenas, la fuerza del
mito.
En el décimo capítulo “El Perú hirviente de estos días”, La abolición de cargas serviles y
la tierra era un problema. El otro era la cuestión del poder en el campo. Este problema, a
la vez se formula en la lucha de clases, aparecer también en la escritura, en los relatos y
ensayos de José María Arguedas. Este escritor fue una parte importante para los indios,
ya que en sus obras literarias expresaba todo lo que vivía. Un escritor cuyo padre era de
la burguesía, pero tuvo la mala suerte de que su madre falleciera, y es así dónde su
madrastra lo botaba junto a los sirvientes. El ahí vivió en carne propia todo lo que sucedía
con la clase más baja del Perú, los maltratos, la discriminación, los azotes, etc.
En este mismo capítulo hablaremos del inicio de una de la más gran organización, que
hasta hoy en día se recuerda como una experiencia terrorista. Veremos lo que en realidad
querían esta organización sin transgiversar las cosas, cómo surgió, para beneficio de
quien surgió. Esta organización es sendero luminoso.
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CAPÍTULO IX
EL HORIZONTE UTOPICO
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En 1920 surgen en el Perú las corrientes que vertebraran, en o sucesivo, la vida intelectual del
país; el indigenismo, el APRA, el socialismo de Mariátegui. Todas ellas, al margen de
discrepancias y contraposiciones, fueron tributarias de la utopía andina. La historia de las ideas o
en los cambios de la mentalidades colectivas; la crisis del sistema oligárquico, antes que discurso,
fue práctica.
1. El poder local
En 1912, José de la Riva güero, prefiere viajar por el Perú y no por Europa reclamando la
escritura. El viajo durante tres meses recorriendo Cusco, Apurímac, Ayacucho hasta el
valle del Mantaro, considerando que el Cusco es el “corazón y el símbolo del Perú”, esa
ciudad desde la que inicia su relato lo envuelve en la melancolía y el desaliento. A partir
del siglo XVI, la historia del Cusco podría resumirse como una “lenta agonía”.
Por esos mismo años otros escritor limeño de origen chino, Pedro Zulen, recopilo la
situación indígena bajo el título “Gamonalismo y centralismo” que nunca llegaría editar
el libro, que después de trece años José Carlos Mariátegui, público en los 7 Ensayos,
arremetida contra el gamonalismo y un voto en contra del asfixiante centralismo.
La búsqueda de un consenso nacional era imposible, es por eso que el estado requería de
los gamonales para controlar la masa indígena. El gamonalismo surgió con el derrumbe
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del estado colonial, después de la Revolución de Túpac Amarú, fueron suprimidos los
curacazgos y los títulos nobiliarios de la aristocracia indígena
Había conflictos muy constantemente para poder empoderarse de más tierras y hombres.
También existía el vandalismo social, aquel que robaba a los ricos para ayudar a los
pobres.
La aparición de los adventistas produjo una rebelión, ya que, ellos les decían que eran
ciudadanos, y que como tales tenían derechos y para poder exigirlos debían salir de la
ignorancia. Esto ocasiono el enfrentamiento con la iglesia oficial, cuando los campesinos
dejaron de ocuparse de los templos y de no pagar tributos al cura. El maestro comenzaba
a ser un personaje habitual en los medios rurales. Gracias a esto aparecieron unos grupos
intermedios, como comerciantes minoristas” los árabes”.
La población del sur aumento su población y los hijos de los comerciantes serán los
nuevos abogados, médicos y periodistas que reclaman los nuevos grupos urbanos. Una
referencia obligatoria para todos ellos es la Universidad de San Antonio Abad de Cusco.
Con la existencia de racismo del gamonal, querían a como dé lugar menospreciar a los
indios. Como un diputado limeño comparó los indios del Perú con los pieles rojas,
exigiendo un destino similar para ellos: el exterminio.
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Juan Bustamante, “amigo de los indios”, los imaginaba tristes y abatidos, huyendo de las
ciudades reservadas los mistis o buscando refugio en los valles más profundos o a las
cordilleras más escarpadas. Así como los mistis fluctuaban entre la violencia y el
paternalismo, el indio que habían construido en su imaginación era el ser resignado y
pasivo o el personaje vengativo y sanguinario. En cualquier de las dos versiones, era un
mundo aparte, excluido de la nación, más allá de las fronteras de lo civilizado.
José Carlos Mariátegui, ante el racismo dijo “Para los salvajes los civilizados deben ser
tan exóticos, como para los civilizados los salvajes. Esto es indudable. A ellos nuestros
sombreros y nuestros afeites, tan ridículos y extravagantes como a nosotros se nos
antojan sus técnicas”.
Rumi Maqui
Pero así de improviso aparece en la paginas del periodismo limeño un personaje inusual:
el general Rumi Maqui, lo tomaban como a un personaje caricaturesca, porque piensan
que hablar del Tahuantinsuyo en el siglo XX es una grotesca bellaquería, que no debe ser
tomada en serio.
Rumi Maqui había convocado en diciembre de 1915 a indios de todo el sur, desde
Abancay hasta La Paz, para organizar una gran rebelión contra el gamonalismo. Del
asalto a una hacienda a una prolongada lucha guerrillera: es el itinerario que Rumi Maqui
que sigue en el recuerdo.
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El general Rumi Maqui entre nosotros era solo el mayor Teodomiro Gutiérrez, entre los
indios es el Inca.Atraves de Rumi Maqui, José Carlos Mariátegui, de Lima salto Apenas a
un breve viaje A Huancayo, donde comienza a descubrir todo un lado oculto e ignorado
del país: el mundo andino que no había sido destruido por la invasión europea y que
gravitaba todavía sobre el presente.
Luis Felipe Luna, considera que la “utopía ridícula de un conflicto de razas, de una
restauración del imperio incaico” fue propalada por los hacendados para encerrar en una
cárcel al mayor Gutiérrez, cuyo único delito fue haber abogado por los indios.
Rumi Maqui (Mano de Piedra en quechua), sería el seudónimo que asumió Teodoro
Gutiérrez Cuevas. Sabemos que su preocupación por los campesino remonta en una
primera estadía en Puno.
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Mariátegui sentía un rechazo romántico a la sociedad oligárquica, sin llegar a visualizar
ninguna alternativa verosímil. No aceptaban las reglas de juego pero no parecía posible
sustituirlas. Hasta que llego Rumi Maqui.
Años después se escribirá: “El pasado incaico ha entrado en nueva historia, reivindicado
no por los tradicionalistas sino por los revolucionarios. En esto consiste la derrota del
colonialismo. La revolución ha reivindicado nuestra más antigua tradición.
3. Los mensajeros
CAPITAL COMERCIAL
Desde fines del siglo XIX, en las alturas de Puno y Cusco, el capital comercial
establecido en Arequipa y dedicado prioritariamente a la exportación de lana y ovino de
camélidos organiza el espacio regional a través del establecimiento de una red de
sucursales y del sistema de rescatistas de lana. Todo esto ocasiona la explotación
extensiva, que en este caso significa disponer de más tierras y tener más cabezas de
ganado.
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LA REBELIÓN CAMPESINA
José Antonio Encinas, auspicia una comisión parlamentaria. Leguía por entonces,
acostumbraba hablar de la sufrida “raza de Manco”; la rebelión se difundió tan rápido
como crisis, propala en las comunidades y estancias campesinas. El punto de partida se
encuentra en la Guerra del Pacifico, se forman dos ejércitos campesinos: uno espontaneo,
que se recluta en las comunidades indígenas, y otro a partir de las movilizaciones de los
hacendados.
Lo que ahora pretenden- los indios, según ellos- es saquear las haciendas, quemar las
poblaciones, exterminar a los mistis, repartirse la propiedad territorial y los capitales
semovientes de las ganaderías, destruirlo todo y restaurar el imperio del Tahuantinsuyo el
culto del sol.
Para los indios los mistis son extranjeros, y en público se muestran respetuosos y sumisos,
en privado, cuando están solo entre colonos y hablando quechua, los motejan, se burlan
de ellos o los desprecian.
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Se planteaba la necesidad de elaborar un informe sobre la condición del indio en cada
provincia y una amplia encuesta nacional. Los delegados viajan constantemente por todo
el país para cumplir con los objetivos. Los mensajeros testimoniaban los esfuerzos los
esfuerzos de una joven generación por marchar al encuentro del mundo campesino.
Organizar la indignación moral contra el gamonalismo.
Entre los campesino de tocroyos, Domingo Huarca es un personaje tan viviente como
Rumi Maqui para los puneños, sobre en el que circulan relatos; incluso se ha compuesto
una representación teatral: en ella Huarca termina arrastrado por los caballos de los mistis,
que le dan muerte y le cortan la cabeza. El desenlace fusiona en un mismo personaje
rasgos que recuerdan el descuartizamiento de Túpac Amaru II en 1781 y la decapitación
de Túpac Amaru I en 1572.El sincretismo de la memoria popular revela la persistencia de
una tradición. El mito vivía en los Andes.
Mariátegui dijo, que el termino adecuado para denominarla debía implicar, además, una
agricultura desarrollada. No era el comunismo primitivo: era el comunismo agrario. Una
etapa histórica peculiar, porque mientras Europa marchaba del esclavismo al feudalismo
en los Andes persistió.
a. Primero la iglesia como institución había tenido una manera considerable en sus
efectivos.
b. Segundo, su poder terrenal, había decrecido: la propiedad religiosa cede frente a los
terratenientes laicos.
c. Tercero, dejo de monopolizar la ideología y cultura.
d. Cuarto, aparecieron variantes del cristianismo como los adventistas, los evangelistas o
los presbiterianos.
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Vista cerca, la imagen de una “guerra de castas” parece esfumarse. No es una lucha, en
sentido estricto, de mistis contra indios. Se enfrentan los mistis contra los sublevados
pero en ambos bandos había indios. A veces pelean una comunidad contra otra; en
ocasiones son colonos contra comuneros, sin que faltan los conflictos en el interior
mismo de las comunidades. A las antiguas tensiones se han sumado los efectos que trae
consigo la introducción del capitalismo. El error de Mariátegui, fue querer dirigir desde el
exterior un movimiento revolucionario, inventar un partido y un ejército donde no había
nada, le parecía la repetición de los vicios más repudiables de la politiquería criolla: la
mentira y el caudillismo no podían llevar a una efectiva transformación del país.
La discrepancia entre Haya y Mariátegui tenía otro aspecto. Aunque el aprismo recogiera
elementos de la cultura andina, su proyecto implicaba la modernización del país, impulsar
el avance del capitalismo y remover el mundo rutinario de los campesinos. Mariátegui, en
cambio, buscaba un punto de encuentro entre el socialismo y comunidad indígena: no
creía que fuera una institución obsoleto, condena por algún designo histórico.
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como los propios incas, amenazando a los invasores que han edificado sus casas sobre
ellas, los mistis del Cusco herederos- reales o ficticios de Pizarro.
En las primeras páginas de Los ríos profundos, Ernesto y su padre, colocados frente a
edificaciones cusqueñas, estaban un dialogo. En el dialogo se contraponen el inca (en
singular y con mayúscula), como principio organizador del mundo, con los incas (en
plural y minúsculas), seres históricos definitivamente muertos. Queda una esperanza: que
los cercados, los hombres de abajo simbolizados en las piedras sobre las que se levantan
muros españoles, se mueven, marchen hasta el “fin del mundo” y se conviertan en
sitiadores.
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CAPÍTULO X
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La abolición de cargas serviles y la tierra era un problema. El otro era la cuestión del poder en el
campo, Este problema, a la vez se formula en la lucha de clases, aparecer también en la escritura,
en los relatos y ensayos de José María Arguedas.
1. Arguedas
Es difícil separar al Arguedas etnólogo del Arguedas novelista, y ambos del personaje real.
Tres vertientes: la ficción, la interpretación social y la autobiografía que sentrejen desde agua
y se alimentan mutuamente, a veces parecen contraponerse para el final fusionarse por
completo en lo que constituiría el producto más original de nuestra literatura peruana.
En sus primero relatos desde “Warma Kukay”(1933) hasta el cuento “Orivilca” 1954, el
ámbito rural de Arguedas está dividido en dos grupos contrapuestos que han emprendido una
lucha silenciosa desde siglos: de un lado los mistis y del otro los indios. Los mistis son los
señores blancos, avece, mestizos; son los que mandan aquellos que tienen poder.
Entre mistis e indios no hay comunicación. Unos hablan en español y otros en quechua.
Tienen costumbres diferentes: se desprecian entre sí. La única mediación que existe es la
violencia que ejerce estrictamente el misti: violencia privada y cotidiana que respaldada
policía y autoridades. Manda es sinónimo de poder golpear.
Arguedas estaba apresado en una ambivalencia: a veces le parecía que el mundo andino
estaba destinado a desaparecer, arrasado por el capitalismo y el progreso, pero en otras
reparaba su capacidad de resistencia y creía que desde allí podía nacer una fuerza
transformadora, capaz de mover las piedras (recordemos Los ríos profundos)o sacudir el
subsuelo y hacer que las montañas empiecen a examinar , como en ultimo pasaje de todas la
sangres.
El problema era cómo iniciar en Andahuaylas una larga marcha que desde lo más atrasado
del país terminara conducido a la conquista del poder. No todos se plantearon la situación en
esos términos. Para un sector mayoritario de la izquierda, el horizonte político no trascendía
las reivindicaciones inmediatas: conseguir la tierra firmar un compromiso con los estatales
luego pensar en alguna otra consigna.
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Era una izquierda habituada a la denuncia a la organización de paros y huelgas pero incapaz
imaginar una ofensiva de largo aliento y un asalto al poder.
3. Negro Y Rojo
Sendero Luminoso fue una especie de rayo en el cielo despejado. Aunque la metáfora es
un lugar común, no hay otra puesta resumir mejor la impresión causada por las acciones
de un movimiento que aparecía cuando la izquierda asume la vía electoral y opta por
respetar algunas reglas mínimas del “juego democrático”.
Saber que pensaban era, por cierto, difícil tratándose de un movimiento que no
reivindicaba sus acciones, que no buscaba la propaganda, que mantenía en el más celoso
anonimato a sus dirigentes, que no editaba libros, volantes, pronunciamientos, que no
exhibía un programa.
SENDERO LUMINOSO
La lucha armada y el nuevo tiempo que se inaugura bajo la guía de la versión Marxista
elaborada por el camarada Gonzalo (parangonable para ellos con Marx, Lenin o Mao). La
obscuridad frente a la luz. Lo negro frente a lo rojo. Son las imágenes que podemos
encontrar en uno de los pocos volantes conocidos de Sendero Luminoso un lado negro
que alas vez se subdivide en dos: a la izquierda, los presos, la cárcel, y a la derecha otro
recuadro a la vez dividido en dos sectores, arriba los guerrilleros con atuendos andinos y
abajo la fuerza de los policías y fuerzas del ejército y policía cometiendo masacres y
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desplazando cuerpos. En el otro lado en el rojo no hay divisiones: una sola margen se
organiza alrededor de un sol naciente, banderas desplegadas al viento y una multitud
portando carteles, donde la consigna central son las vivas al Partido Comunista del Perú.
Como dijo Pachacuti: “ todo se invierte, lo que estaba arriba queda abajo y lo de abajo
arriba; la noche se convierte en día y el día en noche; los hombres se convierten en
piedra, pero también de piedras surge una nueva generación”.
Para Rodrigo Montoya, Sendero Luminoso había calado en una aspecto de la realidad
peruana, el resentimiento de las mayorías despreciadas por el color de su piel, su manejo
pobre de castellano, su manera de vestir, su pobreza: “ encarna la rabia andina contra la
vieja y secular opresión”. En resumen su cólera postergada y muchas veces callada de los
mestizos. Arguedas fue uno de ellos. La rabia viene a ser la cara opuesta al racismo.
De esta manera, sendero luminoso previa realizar esa esperanza que late en los relatos de
Arguedas: transformar la rabia y la cólera individual en un odio colectivo, en un gran
incendio. Los “terrucos”, como son llamados en la región, al principio se limitan a
destruir bienes y propiedades. En 1980 la violencia política en todo el país solo
ocasionaba tres muertos; en 1981 once, de las cuales seis son policías, caídos en
enfrentamientos. Pero al año siguiente los muertos aumentan y llegan a 151,
principalmente por el incremento de 47 bajas considerados “senderistas” y sobre todo 65
civiles.
Sendero Luminoso nos recuerda a personajes, imágenes y propuestas que nacen de sus
narraciones, de José María Arguedas, pero no podemos omitir que escribiendo como
antropólogo sobre las comunidades indígenas en el valle del Mantaro, se entusiasmó con
esos campesinos mestizos, con espíritu empresarial, que mantenían compatibles a la
modernidad con el mundo andino.
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CONCLUSIÓN: CAPÍTULO IX “EL HORIZONTE UTOPICO”
Concluyo que es importante saber el proceso económico e histórico del Perú para que la
sociedad, mire el pasado analice el presente y planee el futuro con toda la información
brindada. Es decir saber cómo el Perú estuvo al mando de la oligarquía se desenvolvió, tuvo
una transformación que costó la vida de muchos, todo para que tengamos los mismos
derechos. José María Arguedas un escritor que fue narrando y participo en la revolución de
los campesinos pensaba que todo esto es utópico hasta que apareció Rumi Maqui, que fue
encarcelado por los altos mandos solo por estar en defensa de los indios.
Como dice en las primeras páginas de Los ríos profundos, Ernesto y su padre, colocados
frente a edificaciones cusqueñas, estaban un dialogo. En el dialogo se contraponen el inca (en
singular y con mayúscula), como principio organizador del mundo, con los incas (en plural y
minúsculas), seres históricos definitivamente muertos. Queda una esperanza: que los
cercados, los hombres de abajo simbolizados en las piedras sobre las que se levantan muros
españoles, se mueven, marchen hasta el “fin del mundo” y se conviertan en sitiadores.
La lucha contra lo ideal, se pudo y cumplir, todo es posible en esta vida, así como Rumi
Maqui debemos levantarnos a reclamar nuestros derechos, él fue símbolo del rechazo a la
discriminación y maltrato al indio, la mayoría contra la minoría capitalista.
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CONCLUSIÓN: CAPÍTULO X “EL PERÚ HIRVIENTE DE ESTOS DÍAS…”
Se llega a la conclusión que ciertamente a veces le parecía que el mundo andino estaba
destinado a desaparecer, arrasado por el capitalismo y el progreso, pero en otras reparaba su
capacidad de resistencia y creía que desde allí podía nacer una fuerza transformadora, capaz
de mover las piedras (recordemos Los ríos profundos) o sacudir el subsuelo y hacer que las
montañas empiecen a examinar, como en ultimo pasaje de todas la sangres.
El peruano, ya estaba cansado con toda las injusticias, porque la minoría podía hacer lo que
quieran, nosotros somos mayoría nosotros también tenemos derechos. Hartos de tano
maltrato el pueblo se levantó con un grupo en Huamanga, con el 38.5 % de universitarios, un
37.7% terminados la secundaria, los primeros años del colegio un 17.5% y los que nunca
fueron a la escuela un 6.3%; fue una especie de rayo en el cielo despejado.
Como José María Arguedas, narro en sus libros, Sendero Luminoso lo cumplió, él pensaba
que toda su idea era utópica y que al final el indio estaría oprimido y con el paso del tiempo
desaparecería. Pero no el campesino cansado de todo empezó a contar todas las obras de
Arguedas. Sendero Luminoso había calado en un aspecto de la realidad peruana, el
resentimiento de las mayorías despreciadas por el color de su piel, su manejo pobre de
castellano, su manera de vestir, su pobreza: “encarna la rabia andina contra la vieja y secular
opresión”. Es decir, su cólera postergada y muchas veces callada de los mestizos.
Ya que, como dijo Pachacuti: “ todo se invierte, lo que estaba arriba queda abajo y lo de
abajo arriba; la noche se convierte en día y el día en noche; los hombres se convierten en
piedra, pero también de piedras surge una nueva generación”. Ahora de nuevo el capitalismo
nos oprime indirectamente, con la educación, salud, etc. No vemos que la educación está por
los suelos y nadie dice nada, ya que, el sistema capitalista usa el sistema técnico en notros
para no poder reclamar nuestros derechos, nos usan como títeres y a pesar de que sabemos no
hay nadie quien se pronuncie.
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CRÍTICA
La oligarquía que se vivió en nuestro país estaba dando sus últimos pasos, ya que los campesinos
estaban hartos de tanta injusticia, ya que mandar para ellos era golpear, y más con la venida de
los adventistas ellos pudieron aprender y estudiar, de las cuales los hijos de los comerciantes se
volvieron médicos abogados para poder defender sus derechos. No sólo perdieron a su máxima
autoridad y un orden político; también su religión, su cultura y sus costumbres se transformaron
radicalmente. Lo injusto y cruel del nuevo sistema (la población se redujo a menos de la décima
parte), hizo que poco a poco se fuera idealizando el pasado. De ahí que los movimientos que
intentaron rebelarse contra la autoridad estuvieran encabezados por personas que ya estaban
hartos de toda la injusticia y crueldad del sistema capitalista, y que en su discurso anunciaban la
restauración del Imperio y su orden social.
Desde la rebelión de La Rebelión Rumi Maqui- hasta la violencia política de las últimas décadas
Flores Galindo narra cómo los campesinos luchan contra todo, para defenderse y tener mejor
calidad de vida, como los gobernantes tenían. Todo esto gracias a los revolucionarios, todos ellos
con un gran apoyo de la mayoría decidieron tomar las calles de protesta para que este gobierno
capitalista que solo enriquece a la minoría, ya no exista. Todos ellos luchaban para la igualdad y
equidad, todos por un solo objetivo en común. Esa apertura y libertad intelectual (a pesar de la
sólida perspectiva marxista) sumadas a una muy buena prosa, le dan convencimiento y realidad a
lo narrado es muy poco común en nuestro medio, hablar de esta manera, invocando a todos que
ya dejemos de estar oprimidos por el sistema capitalista. Como muestra José María Arguedas,
con sus narraciones utópicas hechas posibles.
Este libro es uno de los cuales podemos ver como el Perú avanzo y se pudo confrontar con todo
los problemas, más cuando un pueblo está sometido a tanta injusticia. Nos hace ver que nosotros
también podemos cambiar nuestra actualidad de tanta corrupción y tiranía estatal.
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REFERENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
PÁGINA WEB
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN .......................................................................................................................... 1
CAPÍTULO IX................................................................................................................................ 2
EL HORIZONTE UTOPICO ......................................................................................................... 2
1. El poder local........................................................................................................................ 3
2. Una onda sísmica ................................................................................................................. 5
3. Los mensajeros .................................................................................................................... 7
4. La fuerza del mito ................................................................................................................ 9
CAPÍTULO X ............................................................................................................................... 12
“EL PERÚ HIRVIENTE DE ESTOS DÍAS…” ........................................................................... 12
1. Arguedas ............................................................................................................................ 13
2. Crisis del Feudalismo Andino ............................................................................................. 13
3. Negro Y Rojo ...................................................................................................................... 14
CONCLUSIÓN: CAPÍTULO IX “EL HORIZONTE UTOPICO” .............................................. 17
CONCLUSIÓN: CAPÍTULO X “EL PERÚ HIRVIENTE DE ESTOS DÍAS…” ...................... 18
CRÍTICA....................................................................................................................................... 19
REFERENCIAS ............................................................................................................................ 20
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