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Lengua Castellana y Literatura 2º de Bachillerato

LA MODALIZACIÓN COMO FORMA 1

DE ADECUACIÓN TEXTUAL
A. INTRODUCCIÓN
Partamos de este ejemplo: tras un partido de fútbol, se le pregunta al entrenador cuál
ha sido el resultado. Este puede contestar : "Afortunadamente, ganamos el encuentro por dos
a cero"; o bien puede decir: "El encuentro se ganó por dos a cero". ¿En cuál de los dos
enunciados se muestra mayor subjetividad? Como se ve, en la primera respuesta el emisor
está presente en la información a través de la primera persona y del adverbio valorativo
afortunadamente, mientras que en la segunda no hay rasgos del emisor en el mensaje.
Decimos que un texto está modalizado cuando es muy subjetivo, es decir, cuando en él
encontramos marcas explícitas del emisor. En cambio, en un mensaje predomina la
impersonalización cuando tiende a la objetividad, es decir, cuando en él no aparecen muestras
del sujeto enunciador.

B. LA MODALIZACIÓN Y SU VÍNCULO CON LA ADECUACIÓN


La adecuación es la propiedad textual que relaciona el texto con la situación
comunicativa en la que este se emite. El emisor, a la hora de elaborar el discurso, tiene en
cuenta el tipo de receptor, el canal de transmisión, el código, la intención comunicativa, el
tema del que habla..., y adapta su texto a las circunstancias.
En este sentido, una de las partes más importantes a la hora de analizar la adecuación
de un texto es la modalización, es decir, el conjunto de marcas lingüísticas que evidencian la
presencia del emisor en el escrito, así como su subjetividad alrededor del tema que trata. De
modo que está relacionada con la función expresiva o emotiva del lenguaje, pero también con
la apelativa o conativa.
Los textos que se proponen en la PAU de la Comunidad Valenciana, artículos de opinión
o columnas fundamentalmente, suelen incluir marcas de modalización, puesto que se trata de
discursos muy subjetivos, por lo que estaríamos ante un texto adecuado. En cambio, no sería
apropiado que el prospecto de un medicamento incluyese recursos de modalización, ya que su
función es únicamente informar sobre la composición, las características o el modo de empleo
del producto adquirido.
0) POSIBLES DEFINICIONES
 Entendemos por modalización el conjunto de mecanismos lingüísticos que ofrece la
lengua para expresar con propiedad y eficacia la subjetividad de un hablante. Puesto que
la finalidad de este artículo es persuadir al lector de una opinión particular, el texto
presenta copiosos enunciados altamente modalizados, tanto desde el punto de vista
epistémico (aceptando o rechazando los contenidos), como deóntico (implicando a los
receptores) y valorativo (emitiendo juicios de valor sobre el asunto expuesto).
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 La modalización es un concepto que se relaciona directamente con la subjetividad que


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manifiesta el emisor en su discurso. Así pues, decimos que un texto está modalizado
cuando es muy subjetivo, es decir, cuando en él encontramos marcas explícitas del
enunciador. Las lenguas nos ofrecen múltiples mecanismos para modalizar los mensajes,
entre los cuales destacamos los siguientes.

1) DEÍXIS PERSONAL Y SOCIAL


El término deíxis —procedente de la palabra griega δεῖξις, que significa «señalar» o
«indicar»— designa la capacidad que tienen algunas unidades gramaticales de la lengua de
remitirnos a los elementos del contexto de la comunicación; deíxis es, pues, sinónimo de
referencia exofórica o extralingüística. Son deícticas todas las expresiones lingüísticas que
apuntan hacia:
o Las personas que participan en el acto comunicativo (deíxis personal y social).
o El espacio en el que se desarrolla la comunicación (deíxis espacial).
o El tiempo de la enunciación (deíxis temporal).
La mayoría de palabras que cumplen una función deíctica son los pronombres y
adverbios, los cuales no poseen un verdadero significado léxico, sino ocasional, es decir, un
significado que se concreta en cada contexto. Así, el pronombre yo, el adverbio allí o la
expresión en mi país modifican su referente en función de la situación comunicativa.
Con la deíxis personal se designa a los participantes del acto comunicativo por medio de
continuas referencias a la primera y segunda personas: pronombres personales (yo, tú,
nosotros, vosotros...), determinantes posesivos (mi, tu, nuestro, vuestro...), pronombres
posesivos y desinencias verbales de persona y número: cant-o, cant-a-s, cant-a-mos, cant-a-is).
No olvidemos que la aparición del emisor y receptor en un texto supone un mayor grado de
subjetividad en el mensaje.
Mediante la deíxis social se informa de la relación establecida entre emisor y receptor,
una relación que puede ser de formalidad-respeto o de informalidad-confianza (usted-tú).
Para este apartado, es importante que recuerdes los tipos de plurales en primera
persona (plural de modestia, plural mayestático, plural inclusivo, plural exclusivo y plural
colectivo), que tienes explicados en las primeras páginas de tus apuntes.

2) VERBOS MODALES O VALORATIVOS


Se trata de verbos que incluyen en su significado una valoración, por lo que aparecen
conjugados en primera persona (creo) o se vinculan a ella a través de un pronombre personal
(me alegra). Estos verbos se clasifican en:
 Intelectivos: expresan operaciones mentales (creo, suponemos, pienso,
consideramos, medito, dudo, reflexiono, ignoro, imagino, se me ocurre,
estimamos...).
 Emocionales: expresan un estado subjetivo de emociones (siento, lamentamos, me
alegra, me entusiasma, me satisface, me entristece, me angustia, me acongoja, me
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horroriza, me emociona, me reconforta, me apena, añoro, echamos de menos, me


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(dis)gusta...).
 Volitivos: verbos que expresan los deseos y voluntades del emisor (queremos,
necesito, deseo, anhelo, ambiciono, codicio, aspiramos, ansío, pretendo, me
apetece...).
 Las perífrasis modales, definidas como fórmulas de posicionamiento del emisor,
pueden expresar obligación (hay que mejorar, debemos espabilar, hemos de
recapacitar) o señalar posibilidad, conjetura o aproximación (podemos realizar,
debe de costar, viene a ser lo mismo). En todas ellas, como se aprecia, se delata de
manera clara la actitud del hablante.
Conviene recordar que el modo subjuntivo es otra de las marcas lingüísticas
modalizadoras con la que el hablante alude a acciones irreales que solo existen en su
pensamiento.
También se consideran modalizadores algunas locuciones verbales (hace falta) o las
construcciones con predicado nominal en las que el atributo es un sustantivo o adjetivo
valorativos: es una pena que..., es necesario que..., parece mentira que..., es lamentable que...

3) ADJETIVOS VALORATIVOS O DE ATRIBUCIÓN SUBJETIVA


Los adjetivos son palabras que siempre van unidas a un sustantivo con la finalidad de
precisar o circunscribir su significado. Con algunos de ellos expresamos un juicio muy subjetivo
que contribuye a modalizar un texto: son los adjetivos valorativos, que suelen ir antepuestos
al sustantivo (excelente película; lamentable espectáculo; grave error). Otros adjetivos
valorativos podrían ser: extraordinario, intolerable, conveniente, vicioso, excesivo, afortunado,
injusto, patético, espléndido, encomiable...
Hay que considerar aquí que el adjetivo puede transmitir esta sensación de subjetividad
no solo por su significado, sino también por el grado (comparativo o superlativo) con el que
puede aparecer. Por ejemplo, adjetivos como adverso, desventurado, desesperanzado,
disgustado, satisfecho, entusiasmado, ecuánime, recto, honrado, etc. muestran por sí mismos
la apreciación subjetiva del autor acerca del contenido que relata. Y más todavía si se
presentan con morfemas de grado como el más adverso, tan desventurado como,
honradísimo, enormemente satisfecho, muy disgustado, etc.

4) SUSTANTIVOS VALORATIVOS: PONDERATIVOS Y DENOSTADORES


Cuando analicemos la modalización en un artículo, no solo hay que fijarse en los
adjetivos valorativos, sino también en aquellos sustantivos que, por sí mismos, ya desprenden
una valoración positiva (acierto, éxito, triunfo, victoria, logro, satisfacción, delicia, entusiasmo,
honradez...) o negativa (equivocación, tontería, locura, dislate, desvergüenza, estupidez, error,
tragedia, lástima, disgusto, padecimiento, perjuicio, adversidad, desventura, daño, atrocidad,
catástrofe, abuso, payasada...). Mientras que estos últimos reciben el nombre de sustantivos
denostadores, los primeros se denominan sustantivos ponderativos.
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La utilización de tacos o palabras malsonantes también supone una implicación


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subjetiva del emisor, por lo que habría que comentar su presencia y función en el texto.
Los sustantivos derivados con sufijación apreciativa o las palabras tabú y eufemismos
evidencian igualmente la valoración del emisor: decretazo, añitos, millonada, despido
laboral/reajuste de plantilla, aborto/interrupción del embarazo, ladrón/amigo de lo ajeno,
carcelero/funcionario de prisiones, cáncer/enfermedad terminal...

5) ADVERBIOS MODALIZADORES Y DE MODO


Se trata de adverbios que aparecen entre comas y que modifican al enunciado en su
conjunto, no a un elemento del mismo. Con ellos, el hablante no solo pone de manifiesto su
opinión sobre la información que transmite la oración (Afortunadamente, hizo buen día para
la viaje), sino que también deja constancia de su actitud ante lo enunciado (Francamente, no
creo que venga). Algunos de estos adverbios son lamentablemente, desgraciadamente,
tristemente, felizmente, honestamente, desafortunadamente, honradamente, sinceramente,
trágicamente, por suerte, por fortuna, por desgracia
Los adverbios o locuciones adverbiales como bien, mal, difícilmente, torpemente, a
troche y moche ('disparatadamente'), a tontas y a locas ('desordenadamente'), en un
santiamén/en un abrir y cerrar de ojos/en un pispás ('rápidamente'), ni por asomo ('no') o al
pie de la letra ('exactamente') también ofrecen de manera nítida la posición del hablante.

6) CUANTIFICACIÓN
La expresión de la cantidad tiene una clara función expresiva en el texto, ya que
intensifica la valoración, enfatiza el enunciado y capta la atención del lector. Lingüísticamente,
la cantidad se indica por medio de diversas categorías gramaticales o estructuras.
Adverbios cuantificadores: es TAN simpático.
Locuciones adverbiales que también funcionan de cuantificador: parece DE LO
MÁS lindo; es LA MAR DE agradable.
Determinantes indefinidos: DEMASIADAS personas se concentraban en el local.
Adjetivos: el problema es MAYÚSCULO; el caudal contenía ABUNDANTE agua;
lo ha repetido INNUMERABLES veces.
Verbos: aglomerar, agrupar, multiplicar...
Ciertos sustantivos: una enormidad, una barbaridad, un montón, una porción,
una pizca, un trozo, un pellizco, muchedumbre, multitud...
Sufijos aumentativos y diminutivos: hombretón, pequeñito, amiguete,
amigacho...
El grado superlativo del adjetivo: interesantísimo, paupérrimo.
Los prefijos de intensificación mega-, hiper-, super- y re-/requete-
(megaconcierto, hiperfamoso, superagradable, requetesalado).
Estructuras comparativas: el más sabroso de todos los platos; tuvo más hijos
que días tiene el año...
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Proposiciones subordinadas adverbiales consecutivas intensivas: Tenía tanto


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arrepentimiento que acabó delatándose ante la policía.

7) GRADO DE CERTEZA
En su mensaje, el emisor puede expresar certeza en grados diferentes:
o Convicción: el emisor no pone en duda sus enunciados, presentándolos como
incuestionables (estoy seguro de que, rotundamente, efectivamente, está claro
que, sin duda, indudablemente, es indiscutible que, por supuesto, ciertamente,
desde luego, es obvio que, es cierto que, es verdad que, es evidente que,
evidentemente, es innegable que, es incuestionable que, no cabe duda de que,
no hace falta decir que, no hay que insistir en que, nadie ignora que...).

o Duda: el emisor muestra incertidumbre, que se formula con expresiones como


podría ser, quizás, tal vez, a lo mejor, posiblemente, probablemente, acaso, es
probable que, es posible que, existe la posibilidad de que, es improbable que, no
estamos seguros de que, imagino que...).

8) MODALIDAD ORACIONAL
La modalidad oracional nos informa de la intención comunicativa del emisor al
pronunciar o escribir sus enunciados. Esta intencionalidad del enunciador se aprecia en el uso
de los siguientes tipos de oraciones: enunciativas, interrogativas, desiderativas, exclamativas,
imperativas y dubitativas.
Lo más habitual es que en una columna de opinión aparezca más de una modalidad
oracional. Además de anotar los correspondientes ejemplos, en vuestro comentario hay que
justificar por qué el autor ha elegido tales modalidades. La más frecuente será la modalidad
enunciativa, puesto que la intención del articulista no es solo opinar, sino también darnos a
conocer unos hechos.
En el caso de que aparezca alguna pregunta retórica, suele deberse a que el autor
intenta atraer la atención del lector para implicarlo en sus argumentaciones (¿hasta cuándo
admitiremos esta situación?; ¿no es acaso evidente el malestar general de la población?).
Si en el texto apareciesen otras modalidades oracionales, como desiderativa,
dubitativa, exclamativa o imperativa, habría que justificar su uso por parte del emisor.

9) RECOMENDACIONES AL RECEPTOR O MARCAS APELATIVAS HACIA ÉL

También se deben analizar las recomendaciones al receptor que realiza el emisor. El


emisor de los textos expositivo-argumentativos tiene una concepción activa de los
destinatarios, de modo que imagina que estos le responden, aceptan o refutan cada una de las
partes del discurso. Para poder establecer este diálogo imaginario, el emisor elabora
estrategias que incentiven el interés de los receptores hacia el tema y la simpatía hacia su
punto de vista. Para ello, utiliza en muchas ocasiones marcas apelativas, preguntas o
elementos inclusivos para lograr la adhesión a sus ideas.
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- Resultaría provechoso que estudiaseis un poco todos los días.


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- El lector coincidirá en que...
- Si usted también se pregunta...

10) CAMBIOS DE REGISTRO


Una columna periodística debe emplear un registro estándar. Sin embargo, el emisor
puede incorporar ocasionalmente expresiones y giros informales que dejan patente su
subjetividad, por lo que se trataría de mecanismos modalizadores que habría que comentar.
En definitiva, estas frases o palabras coloquiales suelen evidenciar dos aspectos: la opinión del
emisor respecto al tema tratado y su acercamiento al lector.
A veces el autor busca identificarse con un lector más joven y moderno o simplemente
crear un ambiente de confianza que lleve al lector a aceptar de forma más fácil las propuestas
del autor. Es cuando aparecen coloquialismos o, incluso, vulgarismos.
En otras ocasiones encontraremos en nuestro texto el uso de frases hechas o refranes.
El objetivo del autor es utilizar una serie de conocimientos comunes que, se supone, comparte
con el receptor y que le servirán para reforzar sus argumentos.

11) FIGURAS LITERARIAS VALORATIVAS


Algunos recursos estilísticos permiten al enunciador valorar los hechos, transmitir una
opinión sobre ellos u ofrecer un personalísimo punto de vista acerca de los acontecimientos.
Se trata de marcas lingüísticas que indican la presencia del emisor y por tanto la subjetividad
del texto. Estas figuras son:
 Metáfora: este nuevo atentado es un mazazo al proceso de paz.
 Símil: los incendios veraniegos son como una pesadilla recurrente.
 Metonimia: miles de piernas y brazos bailaban al compás de la música.
 Personificación: la tierra estaba sedienta de agua.
 Hipérbole: todos tenemos las neuronas cocidas y la celulitis nos produce mucho
más espanto que las vacas locas.
 Ironía: el asesino era tan bondadoso...

12) INTERTEXTUALIDAD

La intertextualidad —o aparición en un texto de citas literales o encubiertas de otros


textos— supone también un acercamiento o separación del pensamiento del autor respecto a
otras ideas, con lo que la presencia de un enunciador en el mensaje queda asegurada.

Estas citas pueden usarse con diferentes fines por parte del autor: como argumentos de
autoridad para reforzar la opinión del articulista, con intención irónica, con propósito
ridiculizador...
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13) RECURSOS TIPOGRÁFICOS


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El emisor también se manifiesta en su discurso a través de algunos recursos tipográficos
como el empleo de la negrita (para destacar expresiones o ideas), la cursiva o las comillas
(cuando reflejan sentidos especiales, dobles sentidos, ironía...), el subrayado o la mayúscula
(tu O-BLI-GA-CIÓN es escucharme).

14) SIGNOS DE PUNTUACIÓN


Los paréntesis o guiones son igualmente recursos modalizadores, pues permiten dar
entrada a comentarios que ponen de relieve la subjetividad del emisor: la cantante dio ayer un
concierto (muy emotivo, por cierto) para la recaudación de fondos.
Los puntos suspensivos también son modalizadores, sobre todo cuando aportan
significados sugeridos: Ahora vivimos muchos más años, pero con una salud...
Naturalmente, no siempre las comillas, los paréntesis o los puntos suspensivos
adquieren este valor. Reconocer estas marcas de subjetividad y saber otorgarles el oportuno
sentido forma parte de la competencia lingüística de los hablantes.

15) LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE


También debemos enfocar nuestro análisis de la modalización desde el aspecto
relacionado con las funciones del lenguaje. ¿Para qué usamos el lenguaje? Teniendo en cuenta
que el autor ha utilizado una modalidad discursiva argumentativa (será un artículo de opinión,
una columna, un editorial, una carta al director...), utilizará el lenguaje para conseguir una
determinada finalidad (que en este caso será persuadir o convencer sobre algún asunto de
actualidad al lector), y con esa finalidad, la función del lenguaje que sobresale (aunque la
referencial siga estando presente) será tanto la expresiva (puesto que da su opinión personal
sobre algún asunto) como la apelativa (puesto que se dirige al lector con la intención de
persuadirlo, convencerlo o hacerlo pensar de una determinada manera). Como en la mayoría
de columnas el autor utiliza un estilo muy personal, la función poética del lenguaje podría
manifestase visiblemente, por lo que tendrás que comentar las figuras literarias más
relevantes.

C. LOS TIPOS DE MODALIZACIÓN


Ya sabéis que el grado de subjetividad del autor se denomina modalización del
enunciado. Existen tres tipos de modalización que deberéis identificar en el texto propuesto
para el examen.
I. MODALIZACIÓN VALORATIVA: consiste en juicios de valor sobre lo expuesto, emitidos
a través de expresiones apreciativas o despreciativas, un léxico ponderativo, figuras
literarias, comentarios intransferibles, cuantificación, cambios de registro, figuras
literarias, etc. Unos recursos que ya tenéis definidos en el epígrafe anterior.
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II. MODALIZACIÓN EPISTÉMICA: se relaciona con el grado de certeza, es decir, con el


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mayor o menor conocimiento del autor sobre el asunto que trata. Así, el emisor
puede presentar sus enunciados como incuestionables ("Es evidente que...", "está
claro que...", "sin duda...") o como posibles ("quizás", "a lo mejor", "imagino que...").
Este tipo de modalización se relaciona con el subepígrafe 7: grado de certeza.
III. MODALIZACIÓN DEÓNTICA: se produce cuando el emisor se dirige al receptor para
expresarle la necesidad o conveniencia de actuar por motivos éticos, morales, de
justicia... Para ello recurre a las recomendaciones, a los imperativos, a las perífrasis
verbales modales de obligación ("deberíamos...; "tendríamos que..."; "habrá que...")
o a las expresiones como "Estamos obligados a...", "conviene que...", "sería
provechoso que la gente/la ciudadanía...").

D. LA IMPERSONALIZACIÓN
La impersonalidad sirve para dar OBJETIVIDAD al texto. Esto no quiere decir que el texto
sea objetivo, sino que el autor quiere que aparezca como tal (se usa mucho en el caso de tesis
polémicas y en los editoriales). En algunos textos argumentativos de marcado carácter
subjetivo, el emisor utiliza la impersonalidad de forma intencionada con la finalidad de alejarse
de los enunciados, hacer una generalización y convencer al receptor de la verosimilitud de sus
planteamientos. Contribuyen a la impersonalización de un texto y, por tanto, a la objetividad:

 La ausencia de todos los elementos anteriormente enunciados en el apartado de la


modalización (carencia de deíxis de primera y segunda persona, léxico no valorativo
como los adjetivos relacionales o de atribución objetiva, escasez de figuras retóricas...).

 La ocultación del sujeto agente, lo cual se consigue mediante:

o El empleo de pasivas sin complemento agente (Ya ha sido sofocado el


incendio).

o El uso de pasivas reflejas (Ya se ha sofocado el incendio).

o La nominalización de frases (Mañana tendrá lugar la publicación de mi libro, en


vez de Mañana publicaré mi libro).

 La construcción de oraciones impersonales con el pronombre "se" (Se vive bien en este
país, en vez de Vivimos bien en nuestro país).

 Construcciones de infinitivo: el sentido común aconseja no hacer oídos sordos a los


informes científicos, en vez de ...aconseja que no hagamos oídos sordos...

 Mientras que el uso de coloquialismos supone un acercamiento a los destinatarios, el


empleo del registro culto o formal produce el efecto de distanciamiento y objetividad.
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LOS NINIS 9
Laura Campmany

Somos, después de mi dilecta Italia, el país de la Unión Europea con un mayor porcentaje
de ninis. Los ninis, como ustedes saben, son esos jóvenes que ni estudian ni trabajan, aunque
estén en edad de merecerlo. En general, han sido víctimas, o protagonistas, de un sonoro
fracaso escolar y, tras echar el cierre a los libros, han decidido que levantarse todos los días de
madrugada para chuparse luego una jornada completa de obras, servicios o suministros,
vamos, lo que se dice currar, es una auténtica lata. Y aparte de eso, gracias a Dios, viven
cuarenta veces mejor que usted y que yo.
Estos ninis no representan, ni mucho menos, a toda la juventud española, pero ya rondan el
20 % y, como en su mayoría no albergan propósito de enmienda, empiezan a ser un lastre para
la sociedad, como cualquier colonia de parásitos lo es para la salud de un organismo vivo. Lo
curioso es que no acostumbran a avergonzarse de sobrevivir, o vivir como sultanes, a costa del
esfuerzo ajeno. En general, se vanaglorian de sus holganzas, y yo creo que hasta se sienten
superiores al resto de los mortales. Al fin que han descubierto una nueva ley física: la de mimo
más rostro igual a Jauja.
De lo que no estoy tan segura es de que sean los auténticos responsables de su suerte.
Somos nosotros, los ciudadanos abúlicos, los profesores impotentes, los padres permisivos, y
esa tribu resignada en la que nos hemos convertido, los que hemos fabricado, tuerca a tuerca,
esta especie de Frankenstein en serie.
Creo que estamos superprotegiendo, y a la vez destruyendo, a estos "cari bambini". Quizás
todo se arregle con un simple portazo. Que les obligue, al fin, a buscarse la vida, cosa que ni
hoy ni nunca ha sido fácil. Dejemos de tratarlos como nenes, a ver si dejan ellos de ser ninis.
ABC - 30 de marzo de 2011
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ANÁLISIS DE LA MODALIZACIÓN 10

DEL TEXTO LOS NINIS


Entendemos por modalización el conjunto de mecanismos lingüísticos que ofrece la
lengua para expresar con propiedad y eficacia la subjetividad de un hablante. Puesto que la
finalidad de este artículo es persuadir al lector de una opinión particular, el texto presenta
copiosos enunciados altamente modalizados, tanto desde el punto de vista epistémico
(aceptando o rechazando los contenidos), como deóntico (implicando a los receptores) y
valorativo (emitiendo juicios de valor sobre el asunto expuesto).
Estos juicios de valor, que exteriorizan la función emotiva del lenguaje, se observan en
la presencia de un léxico realmente significador con el que se deja constancia de la manera de
pensar o sentir de la columnista. Entre todo este repertorio terminológico destacamos tanto
los adjetivos de atribución subjetiva (dilecta, sonoro, abúlicos, impotentes, permisivos...) como
los sustantivos denostadores (lastre, parásitos, holganzas, víctimas, fracaso, sultanes, nenes...)
o los verbos modales intelectivos acompañados de señalizadores personales (yo creo).
Idéntica valoración aportarían los símiles que comparan a los ninis con parásitos y
sultanes, la metáfora con la que se identifica a estos jóvenes con el monstruo creado por Mary
Shelley o la expresión cáustica cari bambini, realzada por el recurso tipográfico de las comillas,
lo que demuestra la existencia de un emisor que pretende lanzar una pulla al primer país de la
Unión Europea con un mayor porcentaje de ninis. Las mencionadas figuras literarias nos
revelarían la presencia en el texto de la función poética del lenguaje.
Otros procedimientos que permiten a Laura Campmany valorar los hechos son la
expresión de la cantidad o la utilización de coloquialismos. El primer aspecto se percibe a
través del empleo de prefijos intensificadores (superprotegiendo) o de sufijación apreciativa
(portazo); el segundo queda registrado en el primer párrafo con expresiones familiares como
echar el cierre a los libros, lo que se dice currar, es una auténtica lata o chuparse una
jornada..., giros informales que crean un ambiente de confianza que lleva al lector a aceptar
de forma más fácil las propuestas del columnista.
Con respecto a la modalización deóntica, la autora siempre busca la complicidad con
sus lectores, dado que el problema que denuncia afecta a toda la colectividad social. De ahí
que recurra sistemáticamente a verbos y pronombres de primera persona del plural que
incluyen en su referencia al receptor (nosotros, hemos convertido, hemos fabricado, somos,
nos...). Es así como se pone de manifiesto la función apelativa del lenguaje, que se refleja
igualmente en los deícticos sociales que señalan al lector (usted) o en el imperativo final
(dejemos de tratarlos como nenes).
La modalización epistémica, conectada con el grado de certeza o incertidumbre
manifestado por el emisor, se evidencia, por una parte, en la modalidad oracional
predominante: la enunciativa, modalidad que imprime un tono más incuestionable al discurso
(Los ninis, como ustedes saben, son esos jóvenes que ni estudian ni trabajan; estos ninis no
representan, ni mucho menos, a toda la juventud). Por otra parte, también se advierte en la
cautela que se sugiere en otras afirmaciones no tan rotundas (De lo que no estoy tan segura
es de que...; yo creo que hasta se sienten superiores; creo que estamos superprotegiendo [...] a
estos "cari bambini"; o quizás todo se arregle con un simple portazo).
En definitiva, tratándose de una columna periodística, consideramos apropiada la
incorporación de todos estos recursos modalizadores, por lo que estaríamos no solo ante un
discurso coherente y cohesionado, sino también ante un texto adecuado perfectamente
construido desde el punto de vista comunicativo.
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Saltamontes 11
Manuel Vicent

Escucha, pequeño saltamontes: cuando seas muy mayor llegará un día en que dejarás de
cumplir años. Te dará igual tener 70 que 80. A esa edad solo cumplirás estados de ánimo,
periodos de salud o de enfermedad. Estar bien o sentirte mal será el único dilema, de modo
que los análisis y radiografías tendrán mucha más importancia que el número de tacos de
almanaque que lleves a la espalda. La vejez es, sin duda, una tragedia irreversible, pero solo
algunos seres privilegiados son capaces de convertirla en una obra de arte. Atiende, pequeño
saltamontes, a lo que pasa en la mesa. Si lo más dulce se guarda para el final, también puede
suceder lo mismo en el postre de la vida. El deterioro físico siempre se produce por partes,
cada órgano por separado, nunca acontece un fracaso conjunto y total, salvo que decidas
acabar por ti mismo o te des con el coche un leñazo contra un chopo. Hay dos formas de
envejecer: de dentro afuera y de fuera adentro. Esta última modalidad es la más evidente: la
carne flácida, la linfa acuosa en la mirada, el color ceniciento de la piel, las articulaciones
anquilosadas. Trataré de ahorrarte, pequeño saltamontes, todas las miserias que van
sucediendo en el interior del cuerpo a partir de una edad, el bulto sospechoso que germina por
aquí o por allá, la sombra en el pulmón, el veredicto infame del TAC. Pero con ser eso muy
grave, es menos patético que envejecer lentamente de dentro afuera. Si llega un momento en
que todo te da igual, que tragas con ruedas de molino con tal de que no te molesten, que
crees que tu protesta o coraje no servirá de nada, serás viejo por dentro aunque tengas 30
años. El alzhéimer no consiste en perder la memoria, sino en no recordar que la has perdido.
Olvidar los sueños que en un momento de la vida te hicieron fuerte será la prueba más
evidente de tu demencia senil.
www.elpais.com, 20 de marzo de 2016
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ANÁLISIS DE LA MODALIZACIÓN
EN EL TEXTO "SALTAMONTES", DE MANUEL VICENT

Entendemos por modalización el conjunto de estrategias lingüísticas que ofrece la


lengua para expresar con propiedad y eficacia la subjetividad de un hablante. Puesto que la
finalidad de este artículo es persuadir al lector de una opinión particular, el texto presenta
copiosos enunciados altamente modalizados, tanto desde el punto de vista epistémico
(aceptando o rechazando los contenidos), como deóntico (implicando a los receptores) y
axiológico (emitiendo juicios de valor sobre el asunto expuesto).
La modalización valorativa, muy unida a la función expresiva o emotiva del acto
comunicativo, permite al emisor revelarse en el propio discurso, un discurso que contiene un
variado léxico del que Manuel Vicent se sirve para valorar la vejez con matices positivos (el
postre de la vida, una obra de arte) y negativos (tragedia irreversible) o para calificar de
miserias las dolencias físicas que aquejan nuestro cuerpo. Junto con estos sustantivos
ponderativos y denostadores resaltan los adjetivos de atribución subjetiva (grave, patético,
privilegiados) o las descripciones tremendistas y enumeraciones asindéticas de las líneas 12 y
14-15, que incluyen nuevos calificativos de carácter connotativo (flácida, acuosa, ceniciento,
anquilosadas, sospechoso, infame...).
Con respecto a la elección precisa de un lenguaje que se aproxime a la forma de hablar
de los jóvenes, reales destinatarios del artículo de opinión, son frecuentes palabras o
expresiones pertenecientes al registro coloquial, elemento relevante de la modalización.
Observamos, así, sustantivos que incorporan sufijos apreciativos (leñazo) o fórmulas
expresivas que suponen una desviación hacia el estilo informal (tacos de almanaque, pequeño
saltamontes, tragar con ruedas de molino).
También se comunican juicios de valor por medio de las metáforas que aluden a la
juventud (pequeño saltamontes) o a la vejez (obra de arte, postre de la vida) y por medio de la
expresión de la cantidad, que viene determinada en el texto a través de profusos adverbios
modificadores (muy mayor, más dulce, la más evidente, muy grave), determinantes
indefinidos (mucha más importancia), sufijos aumentativos (leñazo) o adjetivos
especificativos (fracaso conjunto y total).
En cuanto a la modalización epistémica, el emisor no pone en duda sus enunciados, de
ahí que recurra a marcadores conversacionales de evidencia (sin duda) o a la modalidad
oracional enunciativa, que es la imperante en la columna, imprimiendo en ella un tono más
incuestionable y exteriorizando la función representativa o referencial (El deterioro físico
siempre se produce por partes; hay dos formas de envejecer; el alzhéimer no consiste en perder
la memoria).
Por último, no podemos soslayar la modalización deóntica, dado que el discurso
presenta un tono admonitorio al exhortar a un sector de la población a que modifique su
conducta. Por ello, son usuales las marcas lingüísticas que se manifiestan con la función
apelativa o conativa del lenguaje: los imperativos (escucha, atiende), los vocativos (pequeño
saltamontes) y los enunciados sobrecargados de elementos deícticos como verbos,
pronombres y determinantes que señalan al receptor (todo te da igual, serás viejo por dentro,
tu demencia senil...).
En definitiva, tratándose de una columna periodística, consideramos apropiada la
incorporación de todos estos recursos modalizadores, por lo que estaríamos no solo ante un
discurso coherente y cohesionado, sino también ante un texto adecuado perfectamente
construido desde el punto de vista comunicativo.
Lengua Castellana y Literatura 2º de Bachillerato

ANÁLISIS DE LA MODALIZACIÓN 13
EN EL TEXTO "DEFECTILLOS"

Entendemos por modalización el conjunto de mecanismos lingüísticos que ofrece la lengua para
expresar con propiedad y eficacia la subjetividad de un hablante. Puesto que la finalidad de este artículo
es persuadir al lector de una opinión particular, el texto presenta copiosos enunciados altamente
modalizados, tanto desde el punto de vista epistémico (aceptando o rechazando los contenidos), como
deóntico (implicando a los receptores) y valorativo (emitiendo juicios de valor sobre el asunto
expuesto).
En primer lugar, observamos numerosos deícticos personales que denotan la presencia de la
autora, entre los que destacamos los verbos "leía" (l. 1) y "hemos aprendido" (l. 8), así como el
determinante posesivo "mi" de las líneas 1 y 8. También es interesante el plural colectivo "sabemos" (l.
7) con el que el emisor implica al receptor en sus argumentaciones. Asimismo, mediante la deíxis social,
Isabel Vicente estrecha el vínculo que mantienen emisor y destinatario. Así lo apreciamos en el uso de
formas verbales ("canses", "llevarás", "beses"), pronombres personales ("te") o determinantes
posesivos ("tu") que no implican ni distancia ni formalidad, sino confianza y cercanía.
Nos llama poderosamente la atención la inclusión de abundantes oraciones exhortativas,
construidas con verbos en modo imperativo, con las que se pretende influir directamente sobre el
pensamiento y la conducta del lector, lo cual no solo delata la presencia de la emisora, sino que también
constituye un ejemplo evidente de modalización deóntica ("dale puerta ya a ese imbécil"; "asume que
esa introspección..."; "tenedlo claro"). Esta profusión de marcas apelativas se revela como una eficaz
estrategia que incentiva el interés de los receptores hacia el tema y la simpatía hacia el punto de vista
de la autora.
Por otra parte, Isabel Vicente tiende a utilizar adjetivos valorativos con los que expresa un juicio
muy subjetivo sobre ese novio que no recomienda a las adolescentes ("imbécil", "misterioso",
"taciturno", "borde", "grosero", "vago", "egoísta"...). Idéntica valoración aportarían los recursos
retóricos. De todos ellos el más significativo es la metáfora de la línea 17 ("las ranas, por mucho que las
beses, siguen siendo ranas"), que obviamente alude a ese joven maltratador que no modifica con el
tiempo su actitud. Todo esto nos permite asegurar que en Defectillos están presentes, sin lugar a dudas,
la modalización valorativa y las funciones expresiva y poética.
La modalización epistémica, por su parte, deja su impronta en determinadas expresiones de
certeza que ayudan al emisor a exponer sus planteamientos con convicción: "con el tiempo se hará aún
más feo" (l. 10); "da por hecho que jamás lo hará" (l. 15); "seguirá siéndolo hasta que se muera" (l. 17-
18).
En cuanto a los signos de puntuación, la articulista emplea en la línea 20 las comillas para hacer
un uso irónico de la expresión "muestras de amor". No olvidemos que la ironía, una figura retórica con
la que se da a entender lo contrario de lo que se afirma, es un elemento modalizador habitual en este
tipo de textos, y en este caso no es una excepción. A ello habría que añadir el empleo de los puntos
suspensivos en las líneas 14 y 18, que pueden ser interpretados como una invitación al lector a seguir
imaginando ("Al tiempo y verás..."; Hasta que se muera...").
Finalmente, resulta necesario valorar el uso por parte de la autora de una variedad diafásica
próxima al destinatario ideal del texto: una chica adolescente. En este sentido, Isabel Vicente recurre a
un registro idiomático informal con la finalidad de aproximarse a sus jóvenes lectoras y así potenciar la
función apelativa que posee toda columna periodística: "los malos de las pelis" (l. 3); "Pues bien, chicas,
va a ser que no" (l. 8); "se acabará escapando de farra" (l. 13); "compañera de parranda" (l. 13-14); "te
llevarás un berrinche" (l. 16); y "maldita la gracia que tiene eso" (l. 22).
En definitiva, tratándose de una columna periodística, consideramos apropiada la incorporación
de todos estos recursos modalizadores, por lo que estaríamos no solo ante un discurso coherente y
cohesionado, sino también ante un texto adecuado perfectamente construido desde el punto de vista
comunicativo.

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