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LOS SIETE SABERES NECESARIOS PARA LA

EDUCACIÓN DEL FUTURO


Al igual que el resto de los encargados de las reformas educativas a nivel
internacional, la incertidumbre por saber el rumbo que tomará la educación es un
constante motivo de reunión en asambleas, congresos, cumbres y/o seminarios mundiales;
todas ellas con el único fin de poder entregar un mejor puñado de seres humanos a nuestro
mundo.

Uno de los personajes que últimamente ha ido tomando mucha fuerza en sus
postulados es el Dr. Edgar Morin de origen francés desde el año de 1998 empieza a
trabajar la tesis del pensamiento complejo y este personaje que de manera amena nos
lleva a un paseo por los siete saberes necesarios para la educación del futuro, ese futuro
que parece habernos rebasado en tiempo y tecnología, en iniciativas y metodología, pero
que nos presenta un gran reto para todos los trabajadores de la educación.

En un primer capítulo “las cegueras del conocimiento: error y la ilusión” Morin


nos llama a tener presente que el conocimiento está en constante cambio, por la acción
social del mismo ser humano, así como por las percepciones que el mismo puede tener
de su realidad. Debemos de considerar su naturaleza. Es por ello por lo que Morin propone
desarrollar en la educación “el estudio de las características cerebrales, mentales y
culturales del conocimiento humano, de sus procesos y modalidades, de las disposiciones
tanto psíquicas como culturales que permiten arriesgar el error o la ilusión” (Morin, 199);
con ello buscamos criticar el propio conocimiento, buscando la reflexión acerca de lo que
estamos aprendiendo día a día en las aulas de clase.

En un segundo capítulo “Los Principios de un Conocimiento Pertinente” para


Morín, en este saber estableció como base conseguir un conocimiento de los problemas
clave del mundo, por eso la educación del futuro se ve confrontada a este problema
universal, por otro lado, las realidades o problemas cada vez más globales; en
consecuencia, la educación debe promover una "inteligencia general" apta para referirse
al contexto, a lo global, y a la interacción compleja de los elementos. Esta inteligencia
general se construye a partir de los conocimientos existentes y de la crítica de estos. Su
configuración fundamental es la capacidad de plantear y de resolver problemas.

En tal sentido, para que un conocimiento sea pertinente, la educación deberá


entonces evidenciarlo: en el contexto, la palabra necesita del texto y el texto necesita del
contexto donde se enuncia; en lo global (las relaciones entre todo y partes); por esta
razón la inteligencia utiliza y combina todas las habilidades particulares. En este
sentido, la paradoja: del siglo XX ha producido adelantos abrumadores en todos los
campos del conocimiento científico, así como en todos los campos de la técnica

En un tercer capítulo “Enseñar la Condición Humana” con respecto a la


educación del futuro, esta deberá ser una enseñanza universal centrada en la condición
humana. Por lo tanto, éstos deben reconocerse en su humanidad común y, al mismo
tiempo, reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano. De esta
manera, debemos saber quiénes somos, dónde estamos, de dónde venimos y hacia dónde
vamos. El ser humano se desarrolla en:
a) cerebro- mente- cultura b) razón - afecto - impulso c) individuo - sociedad -especie. En
cuanto al desarrollo verdaderamente humano significa comprender al hombre como la
unidad y la diversidad son dos perspectivas inseparables en la educación, la cual deberá
mostrar el destino individual, social, global de todos los humanos y nuestros principios
como ciudadanos de la Tierra.

Con respecto a la condición humana, es importante porque ella nos muestra que el
humano es un ser plenamente biológico y cultural que han desarrollado de manera
sorprendente las potencialidades de la vida. El hombre es pues un ser plenamente
biológico, pero si no dispusiera plenamente de la cultura sería un primate del más bajo
rango. La cultura acumula en sí lo que se conserva, transmite, aprende; ella comporta
normas y principios de adquisición. La mente es un surgimiento del cerebro que suscita
la cultura, la cual no existiría sin el cerebro. El impulso puede servirse de la maravillosa
máquina lógica y utilizar la racionalidad técnica para organizar y justificar sus
agrupaciones. Los individuos son el producto del proceso reproductor de la especie
humana, pero este mismo proceso debe ser producido por dos individuos.

En el campo individual, hay una unidad/diversidad cerebral, mental, psicológica,


afectiva, intelectual y subjetiva: todo ser humano lleva en sí cerebral, mental, psicológica,
afectiva, intelectual y subjetivamente caracteres fundamentalmente comunes, mientras
que en el campo de la sociedad hay diversidad de las lenguas todas a partir de una
estructura con doble articulación común.

La cultura mantiene la identidad humana en lo que tiene de específico; las culturas


mantienen las identidades sociales en lo que ellas tienen de específico. El ser humano es
él mismo singular y múltiple a la vez, lleva en sí sus multiplicidades interiores, sus
personalidades virtuales, una infinidad de personajes en lo real y lo imaginario.

Por todas partes, una actividad técnica, práctica, intelectual, da testimonio de la


inteligencia empírico-racional; igualmente por todas partes, las fiestas, ceremonias,
despilfarros, en cuanto al tema de la locura humana fue evidente para la filosofía de la
Antigüedad, la sabiduría oriental, para los poetas de todos los continentes, para los La
demencia no ha conducido la especie humana a la extinción (sólo las energías nucleares
liberadas por la razón científica y el desarrollo de la racionalidad técnica podrían
conducirla a su desaparición).

En un tercer capítulo “Una educación que enseñe la identidad terrenal” el


hombre ha comprendido realmente que es un habitante del planeta, pensando y actuando
de una nueva manera, no sólo como individuo, familia o género, estado o grupos, sino
también como planetario que en la voz de Morín; es volver a relacionar las culturas,
volver a unir lo esparcido, destinados a cubrir cada uno de aquellos rincones solitarios de
la tierra, donde diversidad de lenguas, religiones y culturas hicieron su aparición en
escena, es elemental la educación de hoy y del futuro, el desarrollo de un auténtico
sentimiento de pertenencia a nuestra tierra, considerada por este autor, como la última y
primera patria, es por ello que hace mención que educar para este pensamiento es la
finalidad del futuro que debe trabajar en la era planetaria para la identidad y la conciencia
terrenal, además argumenta que reconocer el lazo consustancial con la biosfera nos lleva
a abandonar el sueño del dominio del universo.

En un cuarto capítulo “Una educación que enseñe a enfrentar las incertidumbres”


en el mundo actual, todo parece impreciso en las áreas de la vida, vamos navegando en
un océano de incertidumbres, al grado que Morín, llega a sostener que los siglos anteriores
siempre creyeron en un futuro repetido o progresivo, sin embargo, el siglo XX ha
descubierto la pérdida del futuro, es decir su impredecibilidad. La colectividad educativa,
por su parte, no está fuera de esta realidad, por eso J.M. Pérez Tornero (2005) afirma que
“la incertidumbre ha llegado también a la escuela, hay crisis en el rol del profesorado, los
cambios acumulados en poco tiempo han conducido a una dificultad múltiple, la
dubitación, inseguridad componen el núcleo central de un problema de difícil
consenso”. Es por ello, esto se suman todas las incertidumbres debidas a la velocidad y a
la aceleración de los procesos complejos aleatorios de nuestra era planetaria, ni la mente
humana ni un supercomputador podrían abarcar, así afecta el futuro, pero también se riega
como una infección en el conocimiento, en nuestras propias decisiones. Pero no se nos
educó para la incertidumbre y Morín matiza su confirmación, “existen algunos núcleos
de certeza, pero son muy El problema de la comprensión se ha vuelto crucial para los
humanos, por esta razón debe ser una de las finalidades de la educación para el futuro,
recordemos que ninguna técnica de comunicación, del teléfono a Internet, aporta por sí
misma la comprensión. La comprensión no puede digitarse.

Asimismo, Educar para comprender las matemáticas o cualquier disciplina es una


cosa, educar para la comprensión humana es otra; ahí se encuentra justamente la misión
espiritual de la educación: enseñar la comprensión entre las personas como condición y
garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad.

Igualmente, el problema de la comprensión está doblemente polarizado: Un polo, es


la comprensión entre humanos; los encuentros y relaciones se multiplican entre personas,
culturas, pueblos que representan culturas diferentes, el otro polo individual, las
relaciones particulares entre familiares, están cada vez más amenazadas por la
incomprensión, el axioma “entre más allegados, más comprensión“ sólo es una verdad
relativa, se le puede oponer al axioma contrario “entre más allegados menos
comprensión“ puesto que la proximidad puede alimentar malos entendidos, celos,
agresividades, incluso en los medios intelectuales aparentemente más evolucionados
reducidos. “Navegamos en un océano de incertidumbres en el que hay algunos
archipiélagos de certeza, no viceversa”.
En un sexto capítulo “Enseñar la Comprensión” viene siendo un tema que tienes
años de venirse retomando desde la reforma del año 1993, así como en los programas de
español, sobre todo de la lecto-escritura, Morín atañe a un nivel más elevado de
comprensión: comprensión que nos lleve a la comprensión. Así como aquella
comprensión intelectual objetiva, o aquella comprensión humana inter-subjetiva. La
comprensión exige una aplicación de los valores más elementales como lo son el respeto,
la tolerancia. La ética en el trato de un sinfín de tratos interculturales, trayendo consigo
un buen pensar que lo lleve a tomar las mejores decisiones.

En un séptimo capitulo “La Ética del Género Humano” advirtiendo sobre la


distancia entre desarrollo tecnológico y desarrollo social, Morín sostiene “el desarrollo
de la tecno burocracia instala el reino de los expertos en todos los campos”. Así se crea
una nueva fractura de la sociedad entre una nueva clase y los ciudadanos, el mismo
proceso está en marcha en el acceso a las nuevas tecnologías de comunicación entre los
países ricos y los países pobres, la dominación de la nueva clase impide en realidad la
democratización del conocimiento, en contraste con esta idea, Diego Levis (2004) piensa
que la eliminación de la brecha digital no sería la solución para los desafíos que enfrenta
la humanidad (educación, desnutrición, enfermedades, desigualdad entre otras.) ya que
dicha brecha, no es la causa sino la consecuencia de la brecha económica y social que
separa a los habitantes de este mundo, en este mismo sentido aprecia que el lado oscuro
de esta aventura tecnológica, está intrincadamente atada a las ambiciones imperialistas y
a los conflictos imperialistas.

Sin embargo, es importante reconocer el papel de la escuela, en cuanto a la


enseñanza y desarrollo de un espíritu crítico, que cuestione con el arma de la razón, las
visiones simplificadoras y deformadoras de la realidad, entonces la educación constituye
un instrumento para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad
y justicia social.

En tal sentido, la construcción de un antro poético que ayude a la relación individuo


– sociedad – especie, es la posibilidad de la construcción de democracia abierta, que
implica la construcción de la ciudadanía global, en la cual la misma se ayude, desarrolle,
auto – regule y controle. La educación requiere crear una humanidad más humana, en
busca de una democracia abierta, que cuide la tierra patria, ciudad de los ciudadanos del
mundo

El libro que ha escribido Edgar Morín sobre los 7 saberes necesarios para la
educación me ha parecido muy interesante porque nos da entender un repaso a todo lo
que nosotros deberíamos dar más importancia y lamentablemente no se la damos.
Hoy en día la educación es muy importante ya que no hay nada mejor que una persona
bien educada, con valores y buenos principios.

Para mi parecer creo que una sociedad sin una educación que se base en estos
7saberes es una sociedad vacía, una sociedad anticuada, que se estanca y que no progresa.
Actualmente la educación se está basando en la tolerancia, en el mestizaje (que es
enriquecedor) ... pero aun así no se debe olvidar la comprensión, el no tener miedo a las
incertidumbres, la ilusión, los errores y la ética.

De todo el libro, el capítulo que más me ha interesado es el capítulo 6"enseñar a


comprender". Morín nos habla de la comprensión, de la tolerancia y del mestizaje. Es el
que más me ha gustado, porque es el aspecto de la educación que veo más importante y
que creo que menos se valora y se explota. Creo que una comunicación sin comprensión
se reduce a palabras, y lo mismo le pasa a la educación, se debe comprender al otro y a
uno mismo.
Para terminar, diré que me gustaría vivir en un mundo donde todos nos entendiéramos,
todos nos escuchásemos y no hubiera problemas de racismo, sino que Hubiera una gran
tolerancia entre las distintas culturas y sociedades... No debemos pensar que nuestra
cultura, lengua y costumbres son las mejores, lo mejor es que nos mezclemos todos y se
llegue a una unidad mestiza, escogiendo lo mejor de cada cultura y eliminando lo peor,
eso siempre enriquece y gratifica

Bibliografía
1.- Morín, E. (2000). Los Siete Saberes Necesarios a la Educación del Futuro. Ediciones
FACES/UCB.IESALC/UNESCO.

2.-Diego Levis (2004). Arte y Computadoras. Argentina: Norma.


3.- Pérez Tornero, J.M.(2005). Las escuelas y la Enseñanza en ña Sociedad de la
Información. Barcelona: Paidós.

4.-https://es.slideshare.net/GUARICUCHA/ensayo-los-siete-saberes-para-la-educacin-del-
futuro

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