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Si esto enseñas a los hermanos… 1 Timoteo 4:6

Esto manda y enseña. 1 Timoteo 4:11

Entre tanto que voy, ocúpate en … la enseñanza. 1 Timoteo 4:13

En un mismo capítulo, Pablo insiste a Timoteo tres veces que enseñe. Cuando se repite mucho algo es porque es
importante. El padre espiritual le enfatizaba a su hijo la prioridad de la enseñanza. Era necesario enseñar por causa de los
tiempos, muchos falsos maestros estaban confundiendo al pueblo y la enseñanza correcta era el antídoto.

Tal vez puedas decir que esto no tiene nada que ver contigo, porque Timoteo era pastor y tal vez tú no lo eres. Pero lee el
siguiente pasaje:

Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los
primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento
sólido. Hebreos 5:12

El autor les dice a todos que ya deberían ser maestros, pero no todos tienen el don de la enseñanza, ¿entonces por qué les
dice esto? Porque hay obligaciones ineludibles, por ejemplo, no todos somos evangelistas pero todo debemos evangelizar,
todos tenemos la responsabilidad de dar aunque no tengamos el don de la liberalidad, todos tenemos que vivir por fe
aunque no tengamos el don de la fe. Tal vez no todos tengamos herramientas para enseñar cosas intrincadas, pero en lo
cotidiano enseñamos aquello que hacemos habitualmente; una madre enseña a sus hijos administración básica hogareña,
sin haber estudiado, la práctica la hace experta en el tema; una persona que practica regularmente un deporte o disciplina
puede enseñar lo básico a un novato, etc. Todos debemos ser tan expertos, por causa de la práctica, que podamos enseñar,
no sólo con palabras sino con los actos; expertos en amor, paciencia, pureza, fe, mansedumbre…

En la entrega anterior vimos la necesidad de entrenarnos en la doctrina, la cual, basada en el amor, es la que podemos
enseñar con confianza y es la que se espera que enseñemos.

¿Por qué es importante que nos entrenemos en enseñar?

1- Por causa de lo falso. Los falsos maestros se levantan en este tiempo y nada pone más en evidencia lo falso que la
confrontación con lo que es verdadero. Pero si los que deben enseñar callan, entonces la falsedad no es confrontada y
sigue su derrotero.
2- Por amor, para preparar a los más nuevos. Enseñar es como poner una lámpara al paso de una persona que camina en
oscuridad. Enseñar es traer luz, iluminar, es ser imitadores del Padre, que instaló la luz y con ello erradicó las tinieblas. No
necesitamos una magistral exposición teológica para enseñar a confiar, a perdonar, a buscar a Dios, a buscar la comunión
con Dios y con los hermanos. Esas son cosas naturales para un hijo de Dios, maduro.
3- Por obediencia, Jesús nos mandó a hace discípulos. Para ello se necesita enseñar. Y de este mandato nadie está ajeno,
es universal. ¿A quién estás formando?, ¿Quién es tu discípulo?, puede ser tu hijo o alguien asignado por la congregación,
tal vez tu compañero de trabajo o de estudio. No se necesita un título o reconocimiento oficial, se necesita solo amor e
interés en que la otra persona alcance luz.

enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo. Amén. Mateo 28.20

Jesús está con nosotros en esta tarea. Pero que se nos pida enseñar no significa que tenemos que estar estresados
pensando a quién le he enseñado algo hoy, ya que si somos, de eso impartimos. Nuestras conversaciones no serán vanas
sino que una y otra vez volverán a la causa de origen, Cristo. Llenémonos de Él cada día, cuanto más tengamos de Él, más
enseñaremos, más mostraremos de Su persona.

Sugerencia:

Esta semana piensa en tus discípulos, pídele al Espíritu que te ayude a evaluar tu tarea para con ellos. Si no los tienes de
manera formal piensa a quiénes estás formando directa o indirectamente, ora por ellos, pide sabiduría para continuar la
tarea. Si tus discípulos son tus hijos haz lo mismo, pide los recursos inagotables del cielo, verlos con los ojos del Padre,
tener su sensibilidad y poder iluminar sus vidas. Oramos para que cada oportunidad de comunión sea un tiempo de mostrar
y expresar a Cristo con tu vida.

 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres…Mateo 5.16 a

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