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ANTECEDENTES DEL PERIÓDO FORMATIVO .

SITIOS PRINCIPALES DEL


ARCAICO TARDÍO (PRECERÁMICO TARDÍO Y ACERÁMICOS)

El desarrollo del periodo arcaico se caracterizó por poseer una situación


totalmente distinta más al sur. En el litoral peruano entre los grados 7 y 12 de
latitud Sur, que comprende los territorios de Lambayeque, La Libertad, Ancash y
Lima, pero, sobre todo en estos dos últimos, la implantación de la agricultura en
el tercer milenio tuvo una serie de consecuencias que escapan a la fácil
definición del proceso agrícola como una “neolitización”. Sin duda, la agricultura
maduró notablemente en esta región durante el tercer milenio y se convirtió en
el factor central de desarrollo, aun cuando la explotación de los bancos de
mariscos mantuvo un papel importante en el sustento de los pueblos del litoral.
Así, estos pueblos no abandonaron las caletas costeras durante este tiempo en
contacto con los agricultores de los valles (Lumbreras, 2008:94).

De acuerdo con los datos disponibles, en los inicios del tercer milenio, los
pobladores de la costa norte basaban gran parte de su existencia en la
explotación de las lomas costeras, en la recolección de mariscos y en la pesca;
vivían en aldeas dispersas y de escasa población. Por factores que aún no están
claros, se advierte una reducción en el uso de las lomas, con una mayor
dependencia de los recursos marinos, lo cual permitió la aparición de aldeas de
mayor tamaño. Estas aldeas estuvieron asociadas a un consumo intensivo de
mariscos, con un apoyo menor en el de las plantas y animales de las lomas.
A partir de los trabajos pioneros de Junius B. Bird en Huaca Prieta, en 1946,
tenemos una nutrida información sobre establecimientos de esta época (3000 –
1800 a.C.) en la costa peruana. El rasgo general de la época es que hubo un
fuerte ascenso de la población, con profundos cambios en la organización y
capacidad productiva, debido sobre todo al incremento de productos agrícolas
en el consumo de alimentos y utensilios, aun entre los pobladores asociados a
los bancales de mariscos, al pie del mar. (Lumbreras, 2008:95).
Es así como surgió antecediendo a un nuevo periodo denominado periodo
formativo.

1. ASIA:

1.1. Antecedentes:

Las primeras investigaciones reportadas son de Julio C. Tello, quien en 1927


dirigió excavaciones en un cementerio localizado en la zona de playa del distrito
de Asia, reportando 127 fardos con material Inca cusqueño; este cementerio
estaría asociado al sitio de Uquira, único centro administrativo Inca vinculado a
un cementerio con contextos cusqueños imperiales. En 1982, Sandra Negro
realiza un análisis de la arquitectura de Uquira en el intento por dilucidar sus
posibles funciones. Más tarde, en 1987, Frederic Engel efectuó un catastro
arqueológico del área costera de los distritos de Asia y Coayllo, identificando
diversos asentamientos prehispánicos, entre ellos Uquira, único sitio del valle
bajo al que asignó una ocupación incaica (Engel, 1987: 165).

En 1992, Santiago Agurto Calvo, Carlos Casabonne y Antonio Coello elaboran


un completo estudio arquitectónico de Uquira, detallando su planificación
espacial, componentes estructurales y tecnología constructiva. Este trabajo ha
sido complementado por dos artículos de Coello, en 1991 y 1998: en el primero,
desliza algunas observaciones sobre las probables funciones del sitio, apoyado
en información etnohistórica; en el segundo, esboza la distribución espacial de
Uquira en cinco sectores; además, gracias a prospecciones en las inmediaciones
del sitio, logra identificar tres tramos de caminos que parten del mismo Uquira
hacia el este, norte y sur. El camino hacia el este parte de la plaza central de
Uquira y se confunde con el trazo de la actual carretera afirmada que ha
destruido gran parte de su sendero. (Engel, 1987: 165).
1.2. Ubicación geográfica:

Aldea ubicada en el valle bajo de Asia cerca a el sitio preceramico El Paraíso.

1.3. Arquitectura:
En el valle de Asia, se logró estudiar una aldea con chozas de junco que,
además, tenía un recinto rectangular (llamado “Unidad I”) que se presentaba
como un pequeño montículo de unos 15 metros de circunferencia y 1 metro de
alto. Esas construcciones estaban hechas con muretes hechos de barro, de los
que solo subsiste la base que alcanza hasta unos 80 cm de alto, aunque es
presumible que no llegaron a ser mucho más altos. Estas paredes encierran un
recinto rectangular de 12,5 metros de largo, con cuartos interiores y una entrada
al norte. Tiene tumbas en el subsuelo, como ocurre en los sitios de Chilca, y su
edad se sitúa a fines del segundo milenio, hacia 1300 a.C. (Lumbreras, 2008:
110)
Por otro lado se encontró una gran cantidad de paredes de adobe y piedras que
forma un doble rectángulo de 12.5 por 10 m, con pasadizos, patios, plataformas
y recintos. Rodeando la estructura se ha reportado una serie de hoyos de poste,
evidencias de casas de palos.
Los trabajos en la serranía peruana no han entregado muchos datos sobre
evidencias domésticas, pero si notable información sobre secuencia
arquitectónica (Flores ,2006:37).

1.4. Manifestaciones culturales:


Es importante advertir que en Asia se encuentran objetos que, obviamente,
fueron llevados desde tierras alejadas; uno de ellos es una pieza de Spondylus
princeps (“mullu”) que como sabemos es un molusco de aguas calientes, que
solo pudo llegar hasta allí gracias a algún intercambio o cualquier otro medio de
aprovisionamiento. Desde luego, en la época en que esto ocurría en Asia, es
muy probable que el tráfico de “mullu” estuviera ya generalizado en el norte fértil
(Lumbreras, 2008:110).
2. EL PARAISO:

2.1. Antecedentes:

A partir de los trabajos de la doctora Mercedes Cárdenas en la zona, en la


década de 1970, se puede definir en la zona del Paraíso-Playa Chica, la
presencia de una importante ocupación humana desde el Periodo Precerámico
hasta la llegada de los españoles. Esta ocupación, que denominamos Complejo
Paraíso-Playa Chica, estuvo relacionada con los procesos culturales que se
dieron en el valle de Huaura y la región Norcentral. Valles de la costa, incluyendo
el de Huaura. Para la zona de Paraíso-Playa Chica, ubicó numerosos sitios de
gran importancia (Chu Barrera, 2008:50).

La numerosa presencia de sitios en la zona (Cuadro 3) ha sido confirmada


recientemente con los trabajos de prospección realizados en 2004 por el
Proyecto Arqueológico Norte Chico (Nelson y Ruiz 2004).
Este complejo se distribuye en los dos sectores anteriormente mencionados de
Playa Chica y Paraíso, que conforman la bahía Salinas. La gran abundancia de
recursos hidrobiológicos y condiciones climáticas favorables, permitieron la
habitación de la zona desde épocas tempranas. (Chu Barrera, 2008:50).
Ante la evidencia encontrada, propuso condiciones ecológicas diferentes a las
actuales para explicar la presencia de los asentamientos. Para el periodo
Precerámico se ha ubicado una serie de conchales que reflejan las actividades
de recolección y pesca. Para el Precerámico Tardío, Bandurria representa un
sitio con arquitectura monumental, relacionado con otros sitios, como Paraíso 1,
que fue excavado a pequeña escala con niveles arbitrarios, donde se obtuvo una
serie de fechados que revelaron ocupaciones en el Precerámico Medio la más
antigua del lugar, Precerámico Tardío contemporáneo de Bandurria y en el
Periodo Inicial, la última de todas, con presencia de cerámica. (Chu Barrera,
2008:51).
2.2. Ubicación geográfica:

Complejo que se encuentra ubicado en la margen izquierda del valle bajo de


Chillón, en proximidad de la desembocadura del mismo a 4, 5 km del mar. Es
decir , en una posición estratégica que habría permitido a su población el
desarrollo de actividades agrícolas en una amplia zona humedecida por las
crecientes del rio , como también la explotación de los recursos asociados con
el vecino litoral marítimo (Canziani ,1949:77).

2.3. Arquitectura:
Es un complejo arquitectónico que cubrió entre 50 y 60 hectáreas, con cuartos
aglutinados y algunos recintos de carácter público. Las construcciones son de
piedras de campo unidas con barro y con los paramentos cubiertos con barro
enlucido. En algunos muros, se advierten unos sencillos trazos incisos en el
estuco, a modo de “grafiti”, que forman figuras no definidas (Lumbreras,
2008:109-110).
El complejo presenta una serie de montículos, de los cuales los de mayor tamaño
configuran una disposición de planta en “U”. Esta conformación en “ U” , de la
que el Paraíso seria el antecedente más temprano en la costa central , es aún
algo irregular , en parte quizá por el amoldamiento del sitio al relieve de los cerros
, a partir de cuyas estribaciones se proyectan hacia el Noroeste los dos grandes
brazos laterales , de esta manera , el lado norte del complejo , queda abierto
hacia el valle , mientras que hacia el Sur se encuentra al pie de los cerros las
estructuras de los templos que debieron desempeñar un rol central dentro de
esta forma de planeamiento . Los dos grandes brazos encierran una enorme
plaza rectangular que habría alcanzado una extensión de más de 500 m en su
eje Noroeste –Suroeste y unos 170 m de ancho. Estos montículos podrían estar
entre las edificaciones más extensas del periodo, en especial el brazo derecho,
que mide más de 500 m de largo por unos 150 m en su parte más ancha, aunque
la altura sea de tan solo unos 3 m (Canziani ,1949:78).
En el interior del complejo en “U”, es decir en el lado cerrado de la plaza, se
encuentra un montículo cuadrangular de unos 60 m de lado, ligeramente
desplazado hacia el este con relación al eje de la plaza. Si bien no ha sido
excavada esta edificación revela la presencia de recintos definidos por muros
(Canziani ,1949:78).

3. LA PALOMA:

3.1. Antecedentes:

Las primeras investigaciones en el sitio preceramico de Paloma, valle de Chilca,


Peru (1966 hasta 1975) estuvieron bajo la direcci6n de F. Engel, quien 10 registr6
como 12b-VII-613. Es uno de los centenares de sitios arqueol6gicos encontrados
en ese valle (para un resumen de la ubicación de los sitios, cf. Engel 1984; para
pianos y otros tipos de datos acerca del sitio están disponibles en Internet). Los
resultados de los estudios arqueológicos en este valle y en otros de la costa
peruana se han publicado en una serie de monografías editadas y escritas por
Engel (1980, 1981, 1983, 1984, 1987, 1988a, 1988b, 1988c, 1991).
(para mapas de los sitios prospectados en el valle de Chilca, cf. sitio web de 1999
de Benfer. . Por el mismo medio se pueden consultar las investigaciones de
White (Universidad de California, Santa Barbara, con la colaboraci6n del CIZA
(Benfer, 1999:214).

Durante las últimas fases de la temporada de 1973 a 1975, B. Ojeda reemplazó


a C. Donnan como supervisor de campo. La sede de las investigaciones de
Engel (Investigaciones de Agricultura y Antropología Prehispánica [IAAP])
posteriormente formó parte de La Universidad Nacional Agraria, convirtiéndose
en el Centro de Investigaciones de Zonas Áridas (CIZA). En 1975, Engel invitó
al autor para organizar un equipo conjunto con el fin de \levar a cabo
investigaciones multidisciplinarias (1976,1979,1981 y 1990). Las primeras
excavaciones realizadas en 1966 se limitaron a pozos de cateo, pero revelaron
claras ocupaciones superpuestas del Periodo Precerámico. Entre 1973 y 1975,
el CIZA (Engel 1980) excavó 26 cuadrículas de 6 por 6 metros, la mayoría de las
cuales en un conchal de baja altura (Unidad 1 [U.l)), uno de los 20 registrados
por las prospecciones (En gel 1980). Este montículo medía aproximadamente
100 por 80 metros (Fig. 2). La excavación de 1976, llevada a cabo por el equipo
conjunto de la Universidad de Michigan y el Centro de Investigaciones de Zonas
Áridas (en adelante MU/CIZA) abrió 36 unidades de 6 por 6 metros, con un total
de 1296 ml, la mayoría de las cuales tuvo el objetivo de terminar unidades
inacabadas. La temporada de 1979 continuó en 10,5 cuadrículas de la
temporada 1976 y abrió 33 nuevas, con un total de 1566 metros cuadrados. En
1982 se excavaron 15 sondeos a partir de unidades seleccionadas al azar en las
áreas estratificadas por profundidad de depósitos y determinadas por
excavaciones o sondeos anteriores (Benfer, 1999:215).

La mayoría de ellos medía 1 por 2 metros. En 1990, el equipo MU/CIZA llevó a


cabo cuatro pequeños sondeos en la vecindad de la estructura tipo kiva, cerca
de las excavaciones anteriores. Las temporadas de 1966 y 1976 estuvieron bajo
la dirección de F. Engel y las temporadas subsiguientes bajo la dirección de R.
A. Benfer, Jr .. B. Ojeda completó la temporada de 1975 como director de campo.
John W. Greer lo reemplazó en 1976; en 1979 B. Ojeda estuvo encargado de
todo lo relacionado con la interpretación de estratigrafía o estructuras y T.
Stocker se hizo cargo de las excavaciones diarias realizadas por los diversos
equipos de campo (Benfer, 1999:215).

3.2. Ubicación Geográfica:

En el Arcaico Temprano, los habitantes del sitio de La Paloma, en la costa central


del Perú, viven de modo permanente. Entre 6000 y 3000 a.C. en una zona de
lomas, cercana al litoral, a 4 km. de la playa y a unos 8 km. del río Chilca. (Benfer,
1999:224).

3.3. Arquitectura:

A continuación se presentan las estructuras domésticas de los tres estratos


principales concentrándose en áreas sin estructuras aisladas u otros elementos.
Las distribuciones en la parte central. Existe solo una estructura con fines
exclusivamente mortuorios (H.137, #200), la cual está asociada a otras dos
(H.135 y H.136). Este grupo está distanciado de otras estructuras que no se
presentan (para una descripción de los entierros de H. 137, cf. Quilter (1980);
para los planos de la casa y esqueletos asociados, cf. la página Web
«Excavación interactiva» . Muchas de las estructuras sirvieron también para
receptáculos de entierros dentro o inmediatamente fuera del espacio techado y
frecuentemente delimitado por un patio; muchas están asociadas a un área de
cocina, pozos de almacenaje, tanto dentro y fuera de las viviendas (cf. Engel
1980). Engel sugirió que los primeros pobladores vivieron en viviendas muy
simples, 10 cual se sustentó por la excavación de una de ellas (H. 103) fechada
en 7735 a.p. (Para descripciones de la arquitectura doméstica cf. Greer 1976.
Benfer 1982 y Enge11980; una reconstrucción de H. 101, realizada por
Bernardino Ojeda, está en exposición n el Museo de la Nación, Lima) (Benfer,
1999:224).

Todas las estructuras eran semi-subterráneas. La mayoría era de planta circular


u oval hasta casi rectangular. Los soportes a veces eran de sauce pero más a
menudo eran manojos de caña amarradas y colocados en zanjas en los muros
interiores y exteriores. El techo se consolidó con grama y se cubrió con esteras
finas. Estos techos pueden haber generado agua por la niebla ya que los
soportes a menudo estaban cubiertos de caliche como si se hubiera condensado
agua y chorreado hasta la suelo. Una estructura de estera construida en 1979
para servir de oficina de campo condensó cantidades considerables de agua.
Las viviendas abandonadas formaron depresiones, algunas veces visibles en la
superficie y normalmente usadas para basura. En algunos casos se colocaron
esteras finamente hechas en viviendas abandonadas después de la muerte del
individuo masculino principal colocado en el piso después de lo cual se quemó
la casa, pero mayormente se encuentra primero una capa de basura, luego el
techo y después el piso. En algunos casos esteras finas hechas de gramíneas y
fibra de cactus cubrían el piso. En el estrato #200 la vivienda (también usada
para contener el o los muertos) y una cocina cercana se encontraron en varios
lugares. Estas cocinas pueden haber existido antes pero no se hallaron en las
excavaciones (Benfer, 1999:224).
Originalmente se pensó que existían superposiciones de casas, pero después
de observaciones minuciosas se determinó que no hay ejemplos de este tipo en
Paloma. Casas abandonadas probablemente eran visibles pero por el hecho de
contener entierros no fueron tocadas. Gracias a esta costumbre se tiene una
buena separación de los mayores intervalos de ocupación.
Las excavaciones 1973-75 se concentraron en la Unidad 1 en la cual existían
casas así como en un sondeo de la Unidad 11, pero posteriormente se percató
que éstas se extendieron sobre todo el abanico aluvial aún en zonas en las
cuales no hay indicios en la superficie. En 13 sondeos se encontraron casas
sobre un área amplia, frecuentemente sin indicios de basura. La mayor
concentración está en el centro de la Unidad 1 (Benfer, 1999:224).

En promedio el área expuesta por estrato contiene 19 casas en el caso de #200,


20 para #300 y 19 para #400. El área de vivienda del estrato #400 es mayor que
la de las casas pequeñas encontradas en #600 con un promedio de 10 metros
cuadrados mientras que las ocupaciones posteriores registran un promedio de
unos 12 metros cuadrados (Vradenburg, Benfer y SattenspieI1997). Evidencias
de la existencia de cabezas de familias extendidas se encuentran desde los
niveles inferiores (H.115 y H.36) hasta el último (H.101 y H.129). Un cambio
mayor ocurre en la última ocupación, donde existen conjuntos de casas. Estos
se constituyen por una estructura mayor con otra menor de cocina en sus
inmediaciones (cf. H.lOl y H.129). En esta cocina no hay entierros sino muchos
alimenticios (Benfer, 1999:225).
Muchas casas tenían un patio con postes de perímetro. Es posible este esta área
ovalada podría haber sido el muro exterior de la vivienda con otro más circular
con postes de soporte, pero observaciones más detenidas determinaron que
efectivamente se trata de un patio. Muchas casas fueron reocupadas ya que
existen pisos superpuestos. Se obtiene un promedio de 4 entierros dentro o
cerca de 55 estructuras domésticas. Ya que la esperanza de vida oscila entre 20
y 25 años (Benfer 1980), alrededor de la mitad de una familia extendida de ocho
personas debe haber muerto en una generación. Aproximadamente la mitad de
una familia extendida de ocho podría morirse en una generación. En base a este
cálculo una casa puede haberse ocupado por unos 20 a 25 años en promedio
(Benfer, 1999:225).
El sitio de paloma, presenta un agrupamiento de más de 50 chozas (Bonnier y
Rozemberg, 1998:26).

3.4. Manifestaciones Culturales:

Ellos se desplazan y aprovechan recursos de varios ambientes: del mar, de las


lomas y de las riberas del río. En ocasiones, al parecer, también subieron a las
laderas occidentales de la cordillera, a 12 y 30km. de la costa.

Sus actividades para proveerse de alimentos son variadas, incluyen la extracción


de especies marinas: pescados, mamíferos, invertebrados y aves, que
constituyen su principal fuente de carne. Asimismo, recolectan plantas silvestres
terrestres: semillas, frutos y tuberosas. Se ha identificado: mito, algarrobo, fruto
de cactus, una tuberosa, begonia. Ambas clases de recursos, de mar y tierra,
son componentes importantes en la dieta alimenticia, a la que se suman algunas
plantas cultivadas como cucúrbita, frijol, y quizá guayaba.
Su cultura material es sencilla: entre los artefactos recuperados hay batanes y
manos de moler, algunos anzuelos de concha y hueso, unas puntas de proyectil
de piedra, posibles pesos de redes, agujas y espátulas de hueso, palos. Con
ellos utilizan varios ambientes de su hábitat (Shady ,1993:104).

4. BUENA VISTA:
4.1. Antecedentes:

Además de otras ocupaciones, Buena Vista tiene un componente del Periodo


Pre cerámico o Arcaico Final y fue conocido anteriormente bajo el nombre de
Los Frisos (Villar Córdova 1935). Aunque, en su momento, Dolfuss informara
sobre erosión en la ribera por debajo del nivel de la base del sitio (1960:187), no
mencionó la presencia de arquitectura monumental. Por su parte, Roselló (1978:
522) lo registró con el nombre de Buena Vista y Engel publicó una breve mención
de sus excavaciones en 1974 (Engel1987). Una muestra de madera de uno de
los pisos de un edificio ceremonial denominado Los Trisos correspondiente al
complejo en cuestión, arrojó un fechado de 3390 ± 70 ap., que fue publicado en
1974 (Lawn 1974: 232). La muestra para el fechado fue tomada de gramíneas
que formaban parte del barro del último muro que bordeaba la escalera central
del monumento principal. Ese fechado fue confirmado por las dataciones
adicionales obtenidas por el proyecto actual en las que se obtuvo un rango de
entre 2200 a 1500 a.C. . Otra datación (SI-69), que dio como resultado el fechado
de 3455 ± 50 a.p., ha sido, algunas veces, incorrectamente atribuida al complejo
de la costa central del Perú del que se trata aquí, cuando se refiere, en realidad,
a un yacimiento con el mismo nombre ubicado en Ecuador (Benfer, 2004:62).

Durante el Periodo Inicial Tardío ocurrió una pequeña reocupación y


remodelación de las estructuras del Periodo Pre cerámico Tardío. No se tiene
ninguna determinación radio carbónica para la ocupación chavín, si bien hay
cerámica de este estilo presente en el sitio. Existe un componente aún más
temprano, un basural del que se tiene un solo fechado de 5800 ± 100 a.C. (calib.).
De hecho, el complejo muestra ocupaciones de data muy posterior: un camino
inca pasa cerca y fue parcialmente destruido hace algún tiempo por maquinaria
pesada, pero también hay porciones de un camino más antiguo que conduce
tanto al norte como al sur (Benfer, 2004:62).

El yacimiento ha sufrido daños causados por huaqueo y los trabajos realizados


por el Proyecto Buena Vista han ubicado más de 50 hoyos Engel cubrió el sitio
después de sus excavaciones en la década de los sesenta, pero sus unidades
fueron reabiertas y se expuso uno de los frisos que, luego, fue deteriorado en
gran medida. Asimismo, se pueden encontrar tiestos de cerámica de muchos
periodos distintos dispersos en gran parte de la superficie. Se excavó en dos
estructuras monumentales, denominadas Montículo I y Montículo II, que
corresponden al Periodo Pre cerámico Tardío (Benfer, 2004:62-63).

4.2. Ubicación geográfica:

El complejo de Buena Vista se localiza en el kilómetro 37 de la carretera a Canta,


en la margen sureste del río Chillón, distrito de Santa Rosa de Quives, provincia
de Canta, en el departamento de Lima. Cubre 6 hectáreas, está situado a 460
metros sobre el nivel del mar y a 45 kilómetros de la costa, específicamente en
la boca de un barranco seco, una ubicación típica, por lo general, para sitios del
Periodo Pre cerámico Tardío Buena Vista se ubica en una zona con presencia
de achupalla en extinción (Benfer, 1999:60).

4.3. Arquitectura:
En Buena Vista se han registrado un total de tres edificios consistentes en
conjuntos rectangulares construidos sobre plataformas bajas, que están
divididos, en su interior en una antesala y un reciento central.
Los recintos centrales suelen ser significativamente más largos que anchos y en
uno de ellos, se incluye un recinto semisubterraneo, con nichos en las paredes,
definidos como ofrenda torios.
Los conjuntos se complementan con elementos figurativos; en un caso, los frisos
en las paredes de un zorro y, en el otro, un componente libre modelado en forma
de un gran rostro antropomorfo flanqueado por dos figuras de animales. Un
tercer conjunto se encuentra hacia el este de los mencionados (Vega Centeno,
2017: 98-99).

4.3.1. Montículo I:
El primero constituye una estructura especial, la Pirámide de los Extremos
Lunares, y es llamada así por su probable asociación con las paradas lunares.
Asimismo, en ella existe un mural con la representación de un zorro en la
entrada, un animal que también se asocia con el culto de este astro nocturno
(Adkins y Benfer e.p.). Se encuentra sobre una construcción de 11 metros de
altura, que tiene escaleras múltiples sobrepuestas y plataformas bordeadas por
muros con nichos, decorados a veces con ventanas, algo que puede haber
motivado el nombre de Los Frisos que se le da al edificio. Se excavaron tres
muros en el lado norte de la escalera central, mientras que, en el lado sur, se
hizo un pozo de prueba y se encontraron los nichos esperados en el muro
superior. Es probable que los muros inferiores sean también simétricos y que se
encuentren a ambos lados de la escalera (Benfer,2004:62 - 63).

Según informantes locales, una porción significativa de la sección del lado norte
de la escalera central fue removida por huaqueo con el fin de rellenar el camino,
pero, afortunadamente, la porción del sur se conserva para futuras
investigaciones. La altura de 11 metros fue calculada por medio de la
observación del terreno rocoso sobre el que descansa el edificio en comparación
con el que se encuentra en la quebrada, que parece ser similar. Un pozo de
prueba de 3 metros, ubicado en la parte baja al norte de las paredes con nichos,
no alcanzó la superficie de la colina. Es posible que aún queden 7 metros bajo
el suelo de la estructura en la cumbre de la pirámide, a la que se nombró como
el Templo del Zorro (Benfer,2004:65).

El templo del zorro:


El Templo del Zorro, nombrado así por su mural inciso con la representación de
ese animal, constituye un ushnu ubicado en la cima del Montículo I. En ella se
ubica una estructura, escalonada hacia su interior, que lleva hacia un espacio de
planta cuadrangular para el depósito de objetos diversos y a la que se ha
denominado Cámara de Ofrendas. Este diseño y otras características la asocian
con los templos de estilo Mito (Burger y Salazar-Burger 1986; Bonnier 1997).
Carece de un conducto ventilador o drenaje, característico de algunos, pero no
de todos los templos de esa tradición (Bonnier 1997: 127).
Fue llenada con capas estratificadas de madera parcialmente quemada,
desechos orgánicos e inorgánicos, y diversos artefactos. Un fogón central hace
evidente su función original, pero la Fig. 14 muestra lo que podría ser un ducto
de ventilación no excavado. Una falsa «puerta», ubicada al fondo de la cámara
también típica de los templos mito, sugiere, en este caso, un dispositivo de
observación hacia el Este con un acimut de 114º32’, es decir, un ángulo asociado
a la salida del Sol en el solsticio de diciembre de 2000 a.C.Fue cubierta con
bolsas de redes de fibra vegetal rellenas de piedras shicras (Benfer , 2004:66).
 Agricultura
En esta zona del valle es posible encontrar productos como el maíz, el camote,
el ají, la palta, el frijol, el pallar y diversas legumbres.
La coca y el algodón se cuentan entre los productos para la industria. Las frutas
del área son la lúcuma, la guanábana, el pacae, la tuna y el níspero.
La vegetación del valle comprende el sauce, el huarango, el molle, el carrizo, las
tillandsias, el cactus, entre otros. En esta área, el clima es cálido durante todo el
año, con una temperatura entre 17 °C a 24 °C, y con pocas precipitaciones; no
obstante, hay inundaciones de vez en cuando(Benfer , 2004:60).
 Ofrendas:
La Cámara de Ofrendas fue rellenada antes de que el templo fuera enterrado
ritualmente en dos o tres momentos diferentes. Como se puede observar en el
perfil, había algunas capas de piedras que cubrían las ofrendas. Ramitas
carbonizadas de las dos capas bajo las piedras arrojaron, con la misma
precisión, la fecha redondeada de 2220 a.C. Pino (2005: 146) determinó, con el
sustento de investigaciones etnográficas realizadas en la región, que un ushnu
tenía, entre otras funciones, la de ser un lugar donde las libaciones,
probablemente de chicha, eran vertidas y limpiadas ritualmente haciendo que el
líquido atravesara un «lecho» conformado por pequeños guijarros. De forma
especulativa, los autores plantean que las distintas capas de piedras sugieren
acontecimientos relativos a la participación de diversas mitades o ayllus (Benfer
2004:66- 68).
El Templo del Zorro fue denominado así por un mural que se extiende hacia el
centro de la entrada. Los autores postulan que este reproduce a un zorro en
posición fetal dentro del cuerpo de una llama. Sus patas podrían ser vistas como
de un camélido por su forma, pero su cola y hocico, al compararlas con imágenes
más tardías del zorro, sugieren que se trata de este animal. (Benfer 2004 :69)
La figura del zorro está incisa, mientras que la de la llama está pintada con un
color rojo fugitivo y un color blanco más fijo. Más adelante se demostrará que el
templo está asociado con la constelación andina del mismo nombre. Había
fragmentos de pintura en el lado norte de la entrada, pero fue imposible observar
si otro mural con las figuras del zorro y la llama habría estado presente en el
desmoronado enlucido de barro. Si se considera la simetría rigurosa de los sitios
del Periodo Pre cerámico Tardío (Moseley 1992a), es muy probable que así
hubiera sido. Una pintura moche con la representación de un par de zorros tiene
semejanzas con el cánido del mural de Buena Vista (Franco et al. 1994). Las
llamas fueron domesticadas entre 4000 y 3500 a.C., y reunidas en manadas
hacia 3500 a.C. (Wheeler 1995 citado en Benfer 2004:69).

4.3.2. Montículo II:


Un segundo monumento fue excavado en 2005 y se encuentra al sur del primero
.Como el Montículo I, esta pirámide conformada por plataformas escalonadas o
Montículo II, fue construida en la ladera de una colina. La construcción era
similar, con sus paredes principales enlucidas y rellenadas con escombros de
piedras, y fragmentos de pintura blanca, amarilla y roja que aún permanecen en
algunos sectores. Los cantos rodados predominaron más en este edificio que en
el Montículo I. Los autores regresaron al campo en 2007 con el fin de encontrar
la escalera que descendía de la entrada de la escultura del Disco. Se retiró el
antiguo pero no consolidado relleno de la parte superior de la entrada, pero solo
se observó un único peldaño que descendía del acceso ubicado delante de la
escultura (Benfer 2004: 72 - 73).

A continuación, se reemplazó el relleno prehispánico con una pared de piedras


para protegerla. En el mismo año se realizaron excavaciones muy parciales en
la antesala del Templo del Disco Amenazante para encontrar el término de esta
escalera, y, por fortuna, se halló una sección principal. Su acimut era de 114°42’
y se le siguió hasta encontrar un piso. Allí se hicieron excavaciones limitadas
para descubrir las esquinas del recinto mostrado. Se descubrieron muros
decorados con nichos y esculturas en bajorrelieve en paredes que aún tenían
pintura negra remanente. En las tres esquinas en las que se excavó se
encontraron cámaras de ofrendas de planta circular hundidas con piedras
alineadas. La de la esquina noroeste fue excavada del todo y contenía huesos
de un roedor probablemente cuy hojas de coca y pacae, entre otros restos
orgánicos (Benfer 2004:73 - 76).

 Ofrendas:
En el centro de la estructura se halló un fogón. Todo este templo había sido
cubierto por shicras con abundantes mazorcas de maíz, pero sin presencia de
fragmentos de cerámica En un nicho del lado sureste del templo se halló una
ofrenda de maíz detrás de un núcleo grande con numerosas lascas que fueron
colocadas allí probablemente en el momento del entierro del edificio. El fechado
radiocarbónico de una mazorca de maíz indica que su contexto no era del
Periodo Pre cerámico (UGAMS 3130, 460 ± 25 ap.), y tampoco parece ser de
una antigua variedad pequeña de maíz, un aspecto importante para tomar en
cuenta debido a la hipótesis de Bonavia de la existencia de esta gramínea en
periodos pre cerámicos (Bonavia y Grobman 2007). Debajo del piso del templo
se encontró otra, que fue colocada bajo los muros del piso hacia el que
descendía la escalera. Debido a su obvio parecido a la cámara de ofrendas del
complejo “El Paraíso”, los autores lo denominaron el Templo del Paraíso del
Valle (Benfer 2004:76)

A continuación se detallan los hallazgos de las antiguas esculturas de este


complejo.
 La escultura del Músico:
Durante los primeros días de la temporada 2005 se halló un busto esculpido
deforma tridimensional y de tamaño natural. Hecho de barro enlucido, sus
piernas estaban en bajo rrelieve y se encontraba sentado sobre una banqueta.
La figura toca un instrumento de viento, posiblemente una trompeta de concha
Strombus o una ocarina.
Como fue hallada justo en los bordes de un enorme hoyo de huaqueo, estaba en
peligro de colapso inminente debido a la fragilidad del relleno dejado en él.
Después de la estabilización de emergencia, se comenzó la excavación de una
nueva unidad, esta vez inmediatamente al sur de la escultura, ubicada en la
cumbre de un recinto y alineada respecto de una entrada que aún estaba intacta
a la altura del camino inca. Casi inmediatamente se descubrió una escultura más
grande consistente de un disco de, aproximadamente, 1 metro de diámetro
flanqueado por dos animales míticos (Benfer 2004 :76).

5. ÁSPERO:

5.1. Antecedentes:

Las primeras excavaciones en este sitio las realizaron Roberth. Friedman en


1973 y 1974 en Huaca de los Idolos y Huacca de los Sacrificios , sus halklazgos
les valieron para afianzar la teoría del origen marítimo de la civilización , esto es
lo que les permitio a los primeros grupos humanos volverse sedentarios y
desarrollarse (Feldman, 1985)
5.2. Ubicación geográfica:

El complejo de Áspero se ubica próximo al océano en la margen norte del valle


bajo de supe y cerca de la bahía de Supe (Canziani 1949:72).
Áspero ubicado en el valle de supe, es uno de los yacimientos arqueológicos,
ocupa una extensión de 13 hectáreas y está compuesto por una serie de
montículos con estructuras, terrazas y muchos pequeños hoyos, probablemente
depósitos para alimentos (Bonavia 1991:142)

5.3. Arquitectura:
Cronológicamente, los edificios principales estarían ubicados entre los años
3000 – 2500 a.C. aproximadamente. Se realizaron dataciones radio carbónica
en dos edificios: Huaca de los Sacrificios y Huaca de los Ídolos, obteniendo
fechados de 2800 y 2600 a.C. respectivamente (Guzmán 2016 :58).

Se trata de un sitio extenso en el que destaca la presencia de por lo menos siete


montículos monumentales, además de otros montículos menores y evidencias
de unja densa ocupación habitacional. Dos de los principales montículos, La
Huaca de los Ídolos y la Huaca de los Sacrificios, fueron objetos de excavaciones
revelando su particular naturaleza constructiva (Canziani 1949:72-73).
En efecto en estos montículos se registró una secuencia de remodelaciones en
los cuales los cuartos y recintos construidos sobre las plataformas de las fases
más tempranas fueron sucesivamente rellenados, obteniéndose así plataformas
,más elevadas donde se construyeron nuevas edificaciones . En el caso de
Huaca de los Ídolos, un montículo con una base de treinta por cincuenta metros,
el examen de uno de estos niveles permitió apreciara la organización
arquitectónica de los recintos construidos sobre una plataforma de volumen
troncopiramidal. En el frente principal del montículo orientado hacia el Este,
posiblemente se desarrollaba una amplia escalinata que permitía ascender al
nivel superior de la plataforma, donde ese encontraba un gran acceso que daba
a un gran recinto rectangular de 11 por 16 metros, desde el cual se accedía
lateralmente y mediante una serie de pasajes a algunos recintos laterales y a lo
que se supone constituía una cámara principal de 5, 1 por 4,4 metros dispuesta
en una posición central (CANZIANI 1949 :72-73).
Es importante desatacar que esta cámara central presentaba un único vano de
acceso y que sus paramentos interiores lucían nichos, lo que unido a otros
razgos permite suponer ciertas vinculaciones con la tradición Mito.
Adicionalmente, la cámara estaba dividida por un muro bajo y delgado, con un
angosto vano al centro, que presentaba un escalonamiento en su parte superior,
mientras que el paramento del muro quedaba hacia el acceso de la cámara
presentaba un friso obtenido mediante bandas horizontales en relieve (Canziani
1949:72-73).
La organización espacial del asentamiento está definida por la presencia de la
zona de colinas, en la cual se han construido una serie de edificios de mayor
envergadura, destacando volumétricamente por su conformación de plataformas
superpuestas, y estarían definiendo el “sector alto” (hanan) hacia el extremo
oeste, mientras que en la zona opuesta, hacia la parte baja y colindando con las
zonas agrícolas se ubicarían edificios de menor magnitud y de carácter
ceremonial y residencial, constituyendo el “sector bajo” (urin). En la zona alta
destacan sobre todo tres edificios de carácter ceremonial: “Huaca de los Ídolos”,
“Huaca Alta” y “Huaca de los Sacrificios”. Los dos primeros están conformados
por la articulación simultánea del edificio de plataformas y el edificio o “plaza”
circular, siempre organizados en función de un eje axial longitudinal donde se
desarrollan las diferentes escaleras de las distintas fases culturales, y
básicamente dichas plazas están ubicadas hacia el lado este, dirigidas hacia el
amanecer. Huaca de los Ídolos se orienta casi exactamente en dirección este-
oeste, mientras que Huaca Alta presenta un giro sugerente hacia el suroeste,
con la posibilidad de tener un control visual hacia el mar y por lo tanto hacia el
atardecer (Guzmán 2016:58).
Remarcando la importancia ritual de esta estructura central, que se manifiesta
claramente en su ubicación espacial y tratamiento arquitectónico, se hallaron
dentro del mismo recinto, más de una docena de figurinas rotas hechas de barro
blanco no cocido (Canziani 1949:73-74).
5.4. Manifestaciones culturales:
 Dieta de subsistencia :
La población de Áspero poseía acceso a recursos marinos y ribereños y del
litoral, dedicados a la pesca especialmente de peces pequeños, anchoveta,
sardina, mamíferos y aves marinas, a la extracción de mariscos, a la recolección
de plantas silvestres y al cultivo. Han sido recuperados restos de mate, cucúrbita,
algodón, frijol, ají, guayaba, maíz, y achira. Como instrumentos de trabajo
destacan las redes, confeccionadas de varios tamaños y técnicas para extraer
peces pequeños, medianos y grandes; palos o maderos, que podrían haber
servido para golpear mariscos, terrones o excavar la tierra, manos y piedras de
moler. También hay bolsas, canastas, unas hachas para trabajar madera y una
punta de proyectil pequeña (Shady 1993: p 105)
 Otros hallazgos :
Remarcando la importancia ritual de esta estructura central, que se manifiesta
claramente en su ubicación espacial y tratamiento arquitectónico, se hallaron
dentro del mismo recinto, más de una docena de figurinas rotas hechas de barro
blanco no cocido (Canziani 1949:73-74).

6. CARAL:

6.1. Antecedentes:

Ruth Shady (1997, 2000:13–48, Shady y Leyva 2003, Shady 2006, 2014), que
dirige el equipo “Zona Arqueológica Caral”3 está investigando desde hace ya
más de dos décadas el sitio de Caral, ubicado en el valle de Supe, al norte de
Lima. Ha sido denominado como “ciudad sagrada” y, según los fechados radio
carbónicos sería uno de los asentamientos de mayor complejidad y antigüedad
de América (2800 a.C.). Además, Shady indica que sería el núcleo donde se
habría dado la primera conformación del “Estado” (Guzmán 2016:49)

6.2. Ubicación geográfica:


El sitio de Caral se localiza en el área norcentral de los Andes Centrales, a 182
Km al norte de la actual ciudad de Lima y a 22 Km al interior del valle de Supe,
cuya geografía al parecer no ha variado significativamente desde hace cinco mil
años (Flores 2006 :5).
6.3. Arquitectura:
Recientes investigaciones desarrolladas en el sitio dan cuenta de la existencia
de unos 32 conjuntos arquitectónicos, identificándose seis edificaciones
piramidales de carácter monumental (Shady. 1997. citado por Canziani 1949
:74).
En el sitio sobresalen dos edificaciones monumentales con montículos
piramidales que integran grandes patios circulares hundidos; una al Norte
denominada templo mayor, y otra al Sur denominada templo del anfiteatro. La
destacada presencia de estas dos edificaciones en ambos extremos del sito
podría responder a una organización dual del asentamiento, si se considera que
comparten explícitamente algunos atributos formales, como es el caso de los
patios circulares que, coincidentemente se presentan en posición contrapuesta
al igual que la dirección de sus ejes de orientación (Canziani 1949:74-75).
El templo del anfiteatro se ubica en el extremo sur del complejo y presenta un
imponente patio circular hundido de 29 m de diámetro interior, con escalinatas
contrapuestas alineadas con el eje de la edificación. El patio circular presenta
plataformas escalonadas y banquetas concéntricas, cuyo muro de piedra
muestran evidencias de enlucido de barro pintado de blanco y amarillo. Esta
estructura circular se conecta hacia el Noroeste con una plataforma alargada,
que aparentemente servía de acceso al templo, mientras que se integraba al
Suroeste con un montículo piramidal, enmarcado dentro de un gran recinto
rectangular. La construcción piramidal presenta un espacio central, a modo de
atrio flanqueado, por dos recintos laterales, que da acceso a otro recinto, en cuyo
centro se halló un fogón ceremonial cerca del cual se encontraba una huanca
.Siguiendo el eje del templo se encuentran dos escalinatas que conducen a las
plataformas más elevadas del montículo, donde se aprecian restos de algunos
recintos distribuidos simétricamente. En diferentes sectores de esta edificación
se pudieron observar superposiciones arquitectónicas, que en algunos casos
significaron hasta cinco eventos de enterramiento y construcción (Canziani
1949:75).
En el sector al norte del complejo se encuentra el denominado templo mayor. Se
trata también de una estructura circular con un patio hundido de menor tamaño
, 19 m de diámetro interior , adosado en este caso al Sur de un montículo
alargado y de mayor tamaño , que presenta en la parte superior un atrio con
planta en “U” . Al igual que en el montículo anterior, el patio circular presenta un
sistema de escalinatas contrapuestas, y una escalinata conectada a los distintos
niveles de las plataformas del montículo. Aquí también se reportó la presencia
de un gran huanca de 1.7 m de alto en el atrio de la edificación, lo que permite
advertir el uso recurrente de estas como elemento central de los recintos más
importantes de estas construcciones ceremoniales (canziani 1949:75).
Se observa tanto al este como al oeste del extenso espacio existente entre los
dos montículos con patios circulares hundidos, la presencia de por lo menos 4
montículos de regular tamaño. Estos se diferencian de los anteriores porque
asumen una planta cuadrangular y un volumen de forma marcadamente
piramidal .Dado que aún no se reportan excavaciones en estos montículos, no
es posible conocer si etas diferencias responden a aspectos de carácter
funcional o más bien de índole temporal (Canziani 1949: 75).

La morfología arquitectónica muestra también claras evidencias de un sistema


de planificación organizado mediante las diferentes etapas constructivas. Los
edificios se componen de grandes plataformas cuadrangulares superpuestas,
entre los que destacan principalmente el “Templo” o Edificio Mayor (en la zona
hanaq–arriba) y el “Templo” o Edificio del Anfiteatro (en la zona urin–abajo),
prácticamente uno frente al otro. Ambos se caracterizan por un ingreso principal
a una gran “plaza” o edificio circular hundido, cuya función estaría referida
posiblemente a observaciones radiales astronómicas. El Edificio del Anfiteatro
cuenta además con el “Altar del Fuego Sagrado”, un espacio ritual construido
según una precisa geometría: un recinto cuadrangular en cuyo interior se ubica
un círculo: un recinto con el fogón central. Aquí, como en toda la ciudad, el fuego
además de su asociación con el círculo se convierte en un símbolo que debe ser
resguardado, determinando así cierto patrón de organización espacial
(Guzmán.2016:50).

6.4. Organización social:


El asentamiento urbano de Caral fue erigido sobre una terraza aluvial en la
margen izquierda del río Supe,a unos 25 metros por encima del valle, en una
zona desértica limitada por cerros, con dunas y vegetaciónde achupalla
(Tillandsia sp.). Se infiere de esta ubicación que, a la par de proteger las tierras
fértiles irrigables dedicadas a la producción agrícola, sus habitantes eligieron un
paisaje místico alejado del ruido de las actividades en el valle, y donde
predominan el cielo y la cordillera andina con una serie de cerros que circundan
al espacio construido. Estos rasgos del ambiente fueron asumidos en la ideología
y plasmados en el diseño arquitectónico y, así, los edificios piramidales imitaron
a los cerros, como si se hubiera intentado reproducir la naturaleza creada por los
dioses en la obra humana (Shady 2006:71)

Pero en el manejo del espacio los habitantes de Caral también plasmaron


aspectos de su organización social, como ocurrió con la división jerarquizada
entre productores del campo, especialistas y autoridades de la ciudad. Las
viviendas de los primeros están ubicadas a lo largo del borde de la terraza aluvial
que colinda con el valle, distribuidas en islotes, probablemente agrupadas por
linajes, y asentadas en espacios irregulares comparativamente menos
formalizados y de menor tamaño (Shady 2006 : 71).

En cambio, en el espacio central de la ciudad concentraron los edificios públicos,


las residencias de las autoridades y funcionarios, así como los conjuntos
residenciales de especialistas y servidores. En esta parte de la ciudad también
hubo una distribución ordenada de los edificios en relación con varias clases de
plazas.A partir de determinado momento de la ocupación, alrededor de 2600
a.C., la ciudad fue reorganizada y sus edificios fueron concertados entre sí
mediante la aplicación de criterios sociales y astronómicos. Cada edificio público,
a cargo de un determinado grupo social, tuvo una escalera principal o eje
orientado en relación con la posición de un astro. Los cambios sociales y/o
astronómicos habrían sido expresados en remodelaciones y modificaciones
arquitectónicas de diversa magnitud (Shady 2006:72).
Asimismo, en la asignación del espacio en el área central o núcleo de la ciudad
y en la zona colindante con el valle tuvieron en cuenta patrones tradicionales de
organización social como, por ejemplo, la posición Jerárquica de ayllus o linajes.
La distribución de estos en el área nuclear siguió el patrón de dos mitades.
a) Una mitad alta: Donde el espacio construido evidencia un diseño
cuidadosamente planificado, sustentado en la estratificación diferenciada de los
linajes sociales y con una orientación de acuerdo con las observaciones
astronómicas. De este modo, se distribuyeron agrupaciones de dos o más
edificios, concordados entre sí mediante la organización de los ejes que
orientaron, también, la construcción de sus respectivos componentes
arquitectónicos. En esta mitad estuvieron las estructuras arquitectónicas con
mayor extensión y volumen constructivo de la ciudad, las residencias-talleres de
elite y el conjunto residencial más grande del área central. Se encuentran aquí
varias clases de plazas, dos circulares hundidas y tres sobre la superficie; a cada
una de estas se acomodaron determinados conjuntos de edificios (Shady
2006:72).
b) Una mitad baja: Cuenta, igualmente, con edificios públicos, residencias-
talleres y un conjunto residencial, pero todos de menores dimensiones en
comparación con los de la otra mitad. Todos están alineados de Este a Oeste y
con las fachadas orientadas hacia la mitad alta. Sin embargo, en este espacio
destacaba el complejo arquitectónico más privado de la ciudad, el denominado
Templo del Anfiteatro, que fue amurallado y al que se anexó la plaza circular
hundida más grande de la ciudad, con una gradería Como se ha indicado, cada
mitad de la ciudad fue organizada en subconjuntos, constituidos por
agrupaciones de edificios públicos emplazados en un espacio abierto o plazuela,
como formando ambientes particulares.
Hasta la fecha, en la mitad alta se han distinguido los siguientes edificios:
 El Edificio Piramidal Mayor y su plaza circular, al norte
 El Edificio Piramidal Central, con su conjunto de plataformas y una plaza
circular, al oeste; a estos espacios especiales se ingresaba a través de
estructuras que hacían las veces de «casetas de control»;
 El Subconjunto Menor, conformado por el Edificio Dual y el Edificio Piramidal
Menor, ubicado al noreste
 El Subconjunto La Huanca, definido por el Edificio Piramidal de La Galería y
el Edificio Piramidal de La Huanca, al este
 El Edificio Piramidal La Cantera, situado al suroeste. Es pertinente destacar
que se han encontrado evidencias de un camino de Ingreso a la ciudad.
(Shady 2006 :73)
En el lado sur del espacio central se construyeron las residencias, también
Distribuidas en agrupaciones, separadas por espacios abiertos. En los espacios
abiertos, plazas o plazuelas han quedado evidencias de ocupaciones eventuales
a modo de tiendas temporales, las que habrían sido instaladas periódicamente
durante la realización de ferias. Todavía no se conoce el orden de la distribución
en la mitad baja de la ciudad. Se aplicó un mismo diseño a las fachadas de todos
los edificios públicos y se incluyeron en ellos Componentes arquitectónicos
similares, si bien se marcaron diferencias por medio de la extensión del volumen
construido y los materiales utilizados. Dichas estructuras compartieron los
siguientes elementos: a) Una escalera central que servía como eje ordenador de
la construcción; b) terrazas superpuestas a modo de antesalas en forma
escalonada; c) un salón ceremonial en la cima presidido por un fogón ubicado
en su centro, d) un recinto posterior con una plataforma en medio del espacio
superior y dos recintos laterales, uno a cada lado. Desde este espacio central se
comunicaban otros recintos laterales y un altar pequeño presidido por un fogón
conectado a conductos de ventilación subterráneos. Con solo una excepción,
este altar tiene forma circular en los edificios de la mitad baja y cuadrangular en
los de la mitad alta (Shady 2006:74).

En los edificios públicos se acondicionaron talleres de trabajo, recintos para el


consumo de alimentos y bebidas, y espacios para la celebración de ceremonias
y ritos más reservados. La recurrencia de componentes y rasgos arquitectónicos
en los edificios habría estado relacionada con determinadas funciones similares
que se habrían realizado en ellos en el periodo correspondiente. La diferencia en
la dirección del eje de orientación de cada uno en el espacio construido de la
ciudad habría estado en relación con un determinado astro o fenómeno sideral
asumido como deidad en la ideología de cada grupo para afianzar su identidad
social. La identificación de estos astros es objeto de una investigación
astronómica en la actualidad (Shady 2006:74).

Sobre la base de la información recuperada y el hallazgo de algunos contextos


especiales se infiere que cada una de estas edificaciones atrajo la atención de
la sociedad en determinadas épocas del año en las que sus dirigentes realizaban
diversas actividades: ferias de intercambio de productos, trabajos organizados
La particularidad habría sido definida por la deidad celebrada en cada festividad
y por las funciones que les fueron asignadas socialmente a sus autoridades
como responsabilidad. En cada edificio, identificado con una deidad y linaje, su
representante habría asumido la conducción de las múltiples actividades que se
realizaban en esa fecha del año específica. El conjunto de edificios habría
funcionado como un calendario arquitectónico monumental vinculado a
actividades sociales, económicas, políticas y religiosas (Shady .2006 :74- 75)

Asimismo, las construcciones residenciales no fueron unidades domésticas


exclusivamente, sino también talleres de trabajo. Las de mayor jerarquía
reprodujeron en escala menor algunos espacios de los edificios piramidales con
los que estaban relacionados. Estas estructuras muestran diferencias entre sí
noSolo en la ubicación sino en las dimensiones y el material constructivo (Shady
2004, 2005, 2006 a, 2007).
Se han identificado las siguientes clases:a) Residencias multifuncionales del
conjunto más extenso de la mitad alta, distribuidas por agrupaciones en la terraza
que separa la mitad alta de la mitad baja del espacio nuclear de la ciudad)
Residencias multifuncionales del conjunto de la mitad baja de la ciudad, que
ocupan una menor extensión pero, igualmente, están organizadas por grupos en
el espacio construido (Shady .2006:75)

Residencias de la periferia, ubicadas en el espacio más cercano a las tierras de


cultivo, distribuidas y agrupadas en islotes, y acondicionadas a la topografía
irregular del terreno) Residencias multifuncionales ubicadas en las
inmediaciones de cada edificio piramidal, que muestran las mayores
dimensiones. Cada edificio público tiene una o más residencias-talleres en su
entorno, con ambientes para los funcionarios y para los servidores. Existen
evidencias de sucesivos cambios en diverso grado expresados en la arquitectura
de los edificios, Hay desde simples aplicaciones de enlucidos y pinturas en las
paredes y pisos, modificaciones de escala media en la orientación del eje de los
vanos, la ubicación de los fogones, el tamaño de los recintos, el Levantamiento
de los pisos y el cierre de hornacinas hasta grandes intervenciones por medio
del enterramiento de recintos y la edificación de nuevas estructuras sobre las
anteriores. Se ha planteado que estos cambios arquitectónicos revelan
acontecimientos calendarizados con diferente periodicidad y que ellos estuvieron
sustentados en cambios siderales, sociales y políticos de distinta magnitud
(Shady 2006 :76)

6.5. Manifestaciones Culturales:


Al este de la ciudad, en el otro lado de la duna actual, los habitantes
seleccionaron un extenso espacio desértico protegido por la cadena de cerros
para el trazado de alineamientos de piedra correspondientes a mediciones
astrales. En este sector se ha registrado un ambiente circular excavado, con
paredes construidas de cantos rodados, una escalera para descender al interior
y un techo de palos y fibras tejidas. Al costado de la escalera se recuperó un
textil entrelazado carbonizado dispuesto como ofrenda. Asimismo, se
identificaron algunos monolitos con círculos tallados de diferentes tamaños,
dispersos en la pampa, y un camino de 12 metros de ancho en dirección a un
espacio aislado en medio de la cordillera. En este camino se registraron
fragmentos de un mortero de piedra y se llegó a un lugar donde se encontraron
diversos geoglifos trazados mediante la técnica de barrido. Sobre los cerros en
torno de la ciudad se han registrado pequeños recintos de piedra y restos de
conchas de moluscos (Shady 2006:76).

 Festividades Religiosas:
En la ciudad de Caral se realizaban, de manera periódica, reuniones que
involucraban una serie de actividades en las que se interrelacionaban intereses
religiosos, económicos y sociales. Las autoridades los conjugaban y, de este
modo, potenciaban los resultados en los ámbitos respectivos. Siempre en
relación con un calendario de festividades, las poblaciones reunidas instalaban
tiendas para el intercambio de productos y convocaban a una fuerza de trabajo
que era organizada para la ejecución de obras en beneficio del Estado y de la
misma colectividad, como las remodelaciones arquitectónicas en los Edificios
públicos o la excavación y mantenimiento de los canales de riego. Con la faena
y después de ella, los trabajadores y asistentes participaban en la celebración
de una ceremonia religiosa que incluía ritos, Consumo de alimentos y bebidas,
música y danza. (Shady 2006:79).
De ese modo, los pobladores acudían motivados porque recibían beneficios
múltiples: compartían la ejecución de obras públicas, de usufructo colectivo pero
también personal, podían adquirir productos y bienes, cumplían con los dioses y
sus autoridades, festejaban y liberaban tensiones.
Al promover y organizar estas actividades, el Estado lograba beneficios para sí
y su población y fortalecía la identidad cultural y la cohesión social. En las ferias,
las tiendas eran instaladas en el espacio central de la mitad alta, así como en los
espacios circunscritos por los edificios públicos (shady 2006:79)

Las festividades se realizaban a lo largo del año siguiendo un calendario


religioso. A ellas acudían los habitantes de los otros asentamientos del valle así
como de los diversos lugares del área para intercambiar productos y participar
de las celebraciones. Los edificios públicos resplandecieron por su
monumentalidad y los grupos sociales afirmaron lazos de amistad en medio de
actividades que garantizaron la reproducción del orden social establecido. Los
trabajos, reuniones y celebraciones reforzaban el tejido social, afirmaban el
prestigio de la sociedad y el poder de sus dirigentes, y garantizaban las buenas
relaciones dentro y fuera del Estado (Shady 2006:79).

Es importante reiterar que estas actividades estuvieron relacionadas con el


movimiento de los astros. El espacio sideral fue estudiado en forma permanente
para interpretar los cambios y predecir sus efectos. Este conocimiento se
aplicaba en todos los actos sociales. La forma de relacionar y articular los
diversos espacios terrenal y sideral debió darles una perspectiva más amplia
para apreciar el mundo y sus problemas que al centrarse con exclusividad en lo
que se les presentaba en el espacio habitado (Shady 2006:79).

 Actividades de subsistencia:
Si bien las actividades de pesca con redes y la agricultura irrigada por canales
generaron excedentes productivos y las poblaciones mantuvieron un intercambio
permanente con acceso a bienes y a experiencias variadas que fomentaron la
producción de conocimientos, potenciaron el desarrollo tecnológico y crearon
las condiciones para mejores posibilidades de vida, no hubo, sin embargo, una
distribución equitativa ni acceso similar a los beneficios logrados en el ámbito
social. Las nuevas condiciones sustentaron la preeminencia de una elite y la
formación de estratos sociales jerarquizados con una desigual distribución de la
productividad social entre ellos (Shady 2006:79 - 80)
En Caral, las diferencias sociales internas se reflejan en la calidad de vida y en
la nutrición de los habitantes. Pescados grandes, anchovetas, moluscos y carne
de venado llegaron con frecuencia a la mesa de las autoridades y funcionarios.
En cambio, los integrantes del estrato bajo habrían comido, de preferencia,
Carbohidratos, como lo revela el esqueleto de un individuo de sexo masculino
de 23 años, sacrificado en Caral. Su columna correspondía a la de un individuo
de 60 años, mostraba signos de anemia crónica y los huesos de los pies estaban
casi destrozados, posiblemente debido al esfuerzo físico que se le había exigido
durante su vida (Shady 2007: 38-39).
En esa época no se utilizaban animales de carga, y el traslado de bienes a la
sierra y la selva andina se hacía por medio del esfuerzo humano. Estos datos
indican que, aunque había producción agrícola variada y se intercambiaba el
excedente por pescado y moluscos, no todos los componentes de la sociedad
tenían acceso a una dieta alimenticia nutritiva que combinara los carbohidratos
con las proteínas (Shady 2006:80).

La distinción social también se observa en la arquitectura residencial, que fue


diferenciada en los distintos sectores de la ciudad en cuanto a ubicación, tamaño
y el material constructivo, así como en la indumentaria y ornamentos personales,
como los collares y grandes orejeras que adornaron a las autoridades de género
masculino, o las mantillas y collares propios de las de género femenino. También
se aprecia esta diferencia en los entierros de niños, que recibieron tratamientos
diversos de acuerdo con el estatus adscrito que les fue conferido por la posición
social de sus familias. Se excavaron entierros de niños acompañados de un
fragmento de mate hasta infantes de un año de edad, enfardelados y
acompañados con collares y otras ofrendas. Como se constata, hubo una
notable contradicción entre los avances alcanzados en el conocimiento, aplicado
exitosamente en diversos campos de la actividad económica y social, la
agricultura, la pesca, la medición del tiempo y el pronóstico de cambios
climáticos, la obtención de varias especies de plantas alimenticias o industriales,
entre otros, y el desigual acceso social a estos beneficios debido a las diferencias
introducidas en la organización de la población, que fue dividida en estratos
sociales jerarquizados (Shady 2006 :80 - 81)

 El impacto de la civilización Caral en el área norcentral:


Se debe reiterar que, al haber participado las poblaciones del área norcentral en
la esfera de interacción promovida por la sociedad prestigiosa de Supe durante
el Periodo Arcaico Tardío, sus logros influyeron en aquellas. A partir del Periodo
Medio y, en particular, en el Periodo Tardío de la secuencia ocupacional de
la ciudad de Caral, algunas sociedades del área ya habían convertido sus aldeas
en centros urbanos con arquitectura monumental, como se evidencia en los
asentamientos de La Galgada (en el Tablachaca, cuenca del Santa), Bandurria
(valle de Huaura), Las Shicras (valle de Chancay) y Chuquitanta (valle del
Chillón). Es posible que estas innovaciones estuvieran en relación con la mayor
productividad que alcanzaron sus poblaciones, con lo que estos se convirtieron
en focos promotores del desarrollo de las poblaciones vecinas. Bajo estas
condiciones socioeconómicas y con una organización política compleja se
habrían generado nuevas esferas económicas y la participación en ellas de las
sociedades asentadas en el área norte, por un lado, y de las áreas centrales y
sur central, por el otro (Shady 2006:83).
 La pérdida de prestigio de la sociedad Caral:
El sistema social de Supe debió afrontar conflictos que fueron resueltos en el
ámbito de esta cuenca y las vecinas mediante la organización estatal
centralizada y el uso, programado periódicamente, del arma ideológica.
No obstante, es probable que diversos factores externos, como los cambios
climáticos prolongados o la generación de nuevos polos de desarrollo, alteraran
el orden social con efectos de diversa intensidad, lo que ocasionó, finalmente, la
crisis y ruptura del sistema. Los datos obtenidos hasta el presente indican
que, después de casi 1000 años de prestigio de la sociedad de Supe en el área
norcentral y fuera de ella, en los que fue reproducida su organización social,
política y logros en el conocimiento y su aplicación tecnológica, en las fases
finales del Periodo Tardío empezaron a ocurrir cambios significativos (Shady
.2006 :83).
Estos se expresan en una menor disponibilidad de fuerza de trabajo en las
construcciones arquitectónicas; las remodelaciones en las fases más tardías de
Caral fueron realizadas con piedras cortadas pequeñas y cantos rodados, sin la
inversión de la masiva fuerza de trabajo de los periodos previos. Con el paso del
tiempo, los otrora florecientes centros urbanos monumentales del valle de Supe
perdieron capacidad de manejo económico y social, y sus autoridades ya no
pudieron sostenerlos. Se redujo paulatinamente el espacio ocupado de la ciudad
de Caral; los edificios antiguos más representativos fueron enterrados junto con
otros símbolos socioculturales muy apreciados. Alrededor de 1600 a.C., en el
valle de Casma comenzaron a destacar impresionantes complejos
arquitectónicos en asentamientos previamente ocupados, como Sechín Bajo,
Cerro Sechín y, en particular, Sechín Alto y Moxeque; un fenómeno social similar
ocurrió en los valles del Rímac y Lurín. Como consecuencia de ello, el valle de
Supe nunca más volvió a ser competitivo (Shady 2006:83).

Es posible que la crisis de la civilización Caral fuera acentuada por marcados


cambios climáticos que modificaron el medioambiente y afectaron sus recursos
como, al parecer, se ha evidenciado en el asentamiento de Áspero. No obstante,
una serie de ofrendas individuales se depositaron en la ciudad de Caral en los
periodos siguientes, lo que continuó hasta la actualidad. El mantenimiento del
nombre de Supe, con sus implicaciones de «valle sagrado» y el respeto por el
espacio construido del núcleo de la ciudad antigua de Caral, que nunca más fue
habitado, constituyen los rezagos de la otrora importancia simbólica que se han
conservado en la memoria de los habitantes del valle a pesar de los cinco
milenios transcurridos (Shady 2006 :83).

7. BANDURRIA:
7.1. Antecedentes:
El sitio arqueológico de Bandurria fue descubierto por el ingeniero Domingo
Torero en 1973, a raíz de la destrucción de una parte de su lado oriental por las
aguas de la irrigación Santa Rosa. Fue él quien llamó la atención de las
autoridades sobre la irrupción de las aguas, y rescató material arqueológico con
la ayuda de pobladores y estudiantes de la universidad de Huacho (Chu Barrera
2008:48).
Ese mismo año, por la evidencia arqueológica descubierta, la doctora Rosa Fung
fue llamada a Bandurria. En sus posteriores excavaciones arqueológicas,
realizadas en 1977, Fung (1988: 78) definió al sitio como una aldea compuesta
por pequeñas estructuras de piedra y un pequeño montículo de probable función
ceremonial, ubicado en el extremo suroeste del sitio. En sus trabajos limpió
parcialmente ese último sector, y encontró que las estructuras pertenecían a la
ocupación final del sitio. De sus trabajos en el sitio arqueológico, Fung solo ha
presentado pequeñas referencias dispersas en artículos de investigación (p. e.
Fung 1988, 1991, 1999, 2004). Según lo publicado, Fung identificó en Bandurria
dos claras ocupaciones precerámicas. La primera ocupación tiene fechado radio
carbónico que llegan hasta 4,530±80 A. P. en la base, hasta 4,300±90 A. P. en
el denominado nivel 3. Ella afirma que esta ocupación es idéntica a la encontrada
en el sitio de Río Seco, aunque hay algunas discrepancias en los fechados,
yaque los de ese sitio son posteriores (el más antiguo no supera los
3,800±100AP.) (Chu barrera. 2008 :49 - 50).

Para la segunda ocupación no se han publicado fechados. Ella estaría asociada


con una población braquiocefálica que empleaba canastas para los entierros de
subadultos. El montículo antes mencionado no fue estudiado en detalle, pero se
le asignó a la ocupación más tardía del sitio. En los trabajos se recuperaron
abundantes materiales arqueológicos, entre los que destacan textiles
entrelazados y canastas. También, cuentas de piedra, una piedra “vestida” con
un textil entrelazado en un entierro de niño, y una figura de arcilla sin cocer, en
la base de la primera ocupación (Fung 1988: 76-77).Estos trabajos llevaron al
arquitecto Carlos Williams (1980: 382) a incluir a Bandurria como una “aldea con
templo” en su tipología sobre la arquitectura temprana en los Andes, en
consideración al pequeño templete identificado en el extremo suroeste del área
doméstica (Chu barrera 2008 :50).
Por su parte, la doctora Mercedes Cárdenas hizo un reconocimiento en la zona,
y consignó al sitio con el número 220 (Cárdenas 1977, 1977-78) en su inventario
de sitios arqueológicos. No realizó excavaciones. Debe anotarse que ninguno de
los investigadores hizo mención al sector monumental de Bandurria (Chu barrera
2008 :50).

7.2. Ubicación geográfica:


El sitio arqueológico de Bandurria se encuentra en un sector de la costa
Norcentral, donde el relieve es complejo, con cerros aislados y parte de la
cadena Costanera. La línea de costa es irregular, y se observan largas playas
arenosas, zonas de acantilados y playas rocosas donde las estribaciones
andinas penetran en el mar. En la zona de estudio podemos mencionar, como
accidentes geográficos importantes, al cerro Sanú, de 282 m s. n. m., que se
levanta en medio del desierto costero, hacia el suroeste del sitio; las Salinas de
Huacho, ubicadas al sur del Cerro Sanú, a 8 km al suroeste de Bandurria; y la
bahía Salinas, sobre la cual se emplaza el mismo sitio arqueológico. Finalmente,
al oriente se observa una serie de pequeñas elevaciones y cauces que drenan
las aguas de la irrigación Santa Rosa, y que en la actualidad alimentan las
denominadas albuferas del Paraíso-Playa Chica (Chu barrera 2008 :43)

7.3. Arquitectura:
En el sector B, la diferenciación de los rasgos arquitectónicos, así como las
técnicas constructivas y material de construcción difieren en su totalidad de lo
observado en el área local, de ello se observa la utilización de grandes adobes
rectangulares, de medidas, (50 x 24 x 17 cm), todas unidas con argamasa de
barro, algunas llevan consigo conchas molidas posiblemente para darle más
consistencia al mortero (Vergara 2017:51).
En esta área administrativa, es aproximadamente 3000 metros cuadrados,
orientado de sureste a noreste se observan pequeños recintos en su interior de
forma rectangular que podrían tratarse de almacenes o depósitos con acceso
restringido , el material constructivo que fue utilizado para la elaboración de
dichos recintos , está conformado por base de piedras trabajadas , unidas con
argamasa de barro de medidas variadas , entre 40 x 20 x 15 cm y de 35 x 17
x12 cm ; y muros de adobes grandes también de medidas variadas donde se
estaría llevando a cabo el control de la producción ; estos recintos tienen una
medida aproximada de 4x3x2 metros , probablemente estos recintos servirían
para la estadía del administrador (Vergara 2017 :51)
Muy aparte de los recintos podamos ver también patios grandes, de formas
rectangulares además de vanos acceso y hornacinas, desde luego el sector b se
caracteriza por la base de piedra, muros de adobe rectangular de gran tamaño
esto corresponde a la arquitectura de origen inca (Vergara 2017:52).

Este complejo se ubica en la provincia de Huacho, al sur de la actual ciudad, y


muy cerca al litoral marino, sobre Playa Chica. Prácticamente se encuentra
dentro de un paisaje de percepción amplia y horizontal con pequeñas
elevaciones, destacando hacia el suroeste el cerro Sanu (a unos 8 Kilómetros),
mientras que hacia el oeste la relación con el mar es realmente primordial. Hacia
el sur del sitio están también las Salinas de Huacho y la Playa Paraíso con
características ecológicas especiales, como la presencia de lagunas o albuferas
(Guzmán 2016:63).
Se trata de un asentamiento multifuncional que está dividido en dos sectores
diferenciados: uno de carácter doméstico o residencial hacia el sur, y el otro
ceremonial, hacia el norte. Resulta característico el primer sector porque en su
interior se ubica una extensa zona funeraria. Los primeros trabajos
arqueológicos fueron realizados por Rosa Fung hacia 1973 a partir de las
destrucciones causadas por las aguas de la irrigación Santa Rosa, que
penetraron hacia el sector sureste, habiendo definido el sitio como una extensa
“aldea” y la presencia de un “montículo” de posible función ceremonial en el lado
suroeste, y posteriormente realizó más excavaciones hacia 1977. Se pudo
obtener fechados radio carbónicos, señalando una antigüedad aproximada de
2500 años a.C. Carlos Williams (1980: 382-383) también la menciona como una
“aldea con templo” y esboza la ubicación de un solo “montículo”(Guzmán, 2016
:63)

Recientemente, hacia mediados de la década de 2010, Alejandro Chu ha


realizado diferentes trabajos de excavación arqueológica (Chu 2009), pudiendo
establecer con mayor precisión la conformación compleja del asentamiento.
Siguiendo a Fung, ha planteado dos sectores: sector doméstico o sector 1, de
aproximadamente 11 hectáreas y, sector monumental o sector 2, de 20
hectáreas de extensión aproximadamente (Chu 2006: 94 citado en Guzmán,
2016:63)

Se trata en todo caso, aparte de la zona residencial (al sur del asentamiento), de
una extensa zona ceremonial (sector norte), con la presencia de una decena de
edificios de plataformas de carácter ceremonial, cuya organización aun es difícil
de percibir, aunque podría corresponder a un tipo aleatorio semicircular. Chu
(2006: 95) presenta el plano donde se señalan 10 “montículos” o edificios.
Destacan sobre todo los “montículos 1 y 2”, dos edificios —que son en los que
se han realizado trabajos de conservación— ubicados hacia el sector central, y
organizados uno al costado del otro a través del eje este-oeste predominante.
(Guzmán 2016 :64)

El “edificio 1” de menor magnitud está al oeste y el “edificio 2”, denominado por


Chu “pirámide principal” (2011c: 18-22) al este. Lo interesante es que ambos
están asociados a edificios circulares o “plazas” hundidas, estando ambas casi
perfectamente alineadas, así como también la posición o alineamiento del frente
de sus plataformas. La “plaza” circular del edificio 1 (oeste) tiene un diámetro
aproximado de 15.00 metros, y está diseñada con escaleras de ingreso en
dirección norte-sur de forma trapezoidal, correspondiendo a un trazo inicial a
partir del centro de la circunferencia. En el interior, sobre la superficie de la pared
del muro circular y a una altura intermedia, justo en sus puntos extremos este-
oeste se ubican unos pequeños nichos, por lo cual resulta interesante el eje
equinoccial que demarcan. Es decir, podría establecerse que su ubicación
correspondería a la precisión de las posiciones extremas del sol durante los
equinoccios (marzo-setiembre), tanto en el amanecer como al atardecer
(Guzmán 2016 :64).

En realidad ello es bastante probable, pues definitivamente la horizontalidad


señalada en el paisaje permite una “mirada” con bastante claridad.
El eje de las escaleras conduce hacia el sur, donde está el edificio de
plataformas, en el que se hallan diferentes recintos, hasta llegar a la parte
superior, donde se ubica un recinto especial, que se comunica luego hacia otros
recintos posteriores después de atravesar otras pequeñas escaleras. En este
caso, a diferencia de los recintos “altares al fuego”, ubicados en las partes
superiores, como en Caral por ejemplo, no existe evidencia de la presencia de
dicho elemento sacralizado, lo cual le daría una particularidad especial. Dentro
de la configuración espacial y volumétrica resalta su organización en tres
plataformas, por lo que Chu (2006: 106) asocia este diseño a una conformación
cósmica, que aludiría a los planos conceptuales de la cosmología andina antigua:
la idea o lógica de tripartición espacial. Resulta clave el dato del fechado
radiocarbónico otorgado por Chu. Señala que el edificio 1 fue terminado de
construirse hacia 1810 a.C., y que el sitio se abandonó cien años después
aproximadamente (1730 a.C.), debido a un fuerte fenómeno climático asociado
a la ciclicidad de El Niño, donde se “secó el humedal próximo, y se enarenaron
y cubrieron todas las estructuras monumentales.” (2006: 105) Ello señala la
importancia de los efectos de los cambios climáticos sobre la organización o
estabilidad social. (Guzmán 2016:64)
Por otro lado, el edificio 2 (este), resulta también interesante por su conformación
volumétrica similar en tres plataformas, pero sobre todo por las evidencias
encontradas en su “plaza circular” asociada hacia el norte. Se trata de la
denominada “plaza de los sacrificios” —con 9.00 metros de diámetro y también
con escaleras de acceso de diseño trapezoidal que marcan el eje norte-sur—,
donde se registraron los restos de tres sacrificios humanos (jóvenes mujeres)
que fueron mutilados y arrojados, precisamente, hacia los extremos este, oeste
y al centro (Chu 2011c: 20) de la “plaza”, lo cual de alguna manera refuerza
nuestra percepción acerca de la importancia de la precisión de los equinoccios,
más aun en este evento que hace referencia a un punto de tránsito y de
regeneración (Guzmán 2016 : 64 - 65).

En todo caso se trata de un asentamiento fuertemente ligado a una visión del


paisaje, en donde no existen mayores elementos referentes, por lo cual el estudio
de los movimientos estelares podría haberse desarrollado de manera eficiente.
Por ahora, los dos edificios cercanos podrían ser interpretados como una
organización que maneja sostenidamente el criterio de dualidad, e internamente
la tripartición señalada (Guzmán 2016:65).
7.4. Manifestaciones culturales:

Bandurria nos ofrece grandes concentraciones de conchales , distribuidos por


diferentes partes del asentamiento , se aprecian especies variadas así como
también la presencia de espinas de pescados , de formas y tamaños diferentes
,así mismo se visualizan corontas de maíz , posiblemente utilizaban las
anchovetas como fertilizantes al momento de las siembras (Vergara 2017 :48)

8. CABALLETE:

8.1. Antecedentes:
En la Temporada 2004 el Proyecto Arqueológico Norte Chico focalizó su interés
en el sitio de Caballete, localizado en la sección inferior del valle de Fortaleza.
Este sitio fue ubicado y registrado en primer lugar por Rafael Vega-Centeno
(2000) y posteriormente por el equipo del PANC el año 2003 (Hass y perales
2004: 5).

8.2. Ubicación geográfica:

Se ubica en la margen derecha del río Fortaleza, a unos 9 kilómetros al noreste


del centro de la ciudad de Paramonga. El conjunto en total abarca un amplia
quebrada lateral seca del valle que está delimitada por cerros que se proyectan
en dirección suroeste desde la cadena de cerros denominada “La Empedrada”.
(Hass y perales 2004 :5).

8.3. Arquitectura:

Caballete se compone de doce estructuras arquitectónicas, en el centro del


complejo nos encontramos, nos encontramos con una gran estructura de
grandes dimensiones , asociada con una plaza circular delimitada por piedras de
gran tamaño , dispuestas en forma vertical.
Hacia el sureste, encontramos otro montículo asociado con un patio con plaza
circular hundida, así como otra estructura más pequeña muy destruida,
siguiendo el eje de la estructura 6, en dirección opuesta encontramos otro
montículo, a unos100 metros hacia noroeste, así mismo a unos 80 metros al
noroeste d la estructura 8, encontramos una plataforma baja, un montículo con
plaza circular hundida y una plataforma con dos niveles. De manera paralela a
unos 60 metros al noroeste de la estructura 4, encontramos dos montículos
pequeños, flanqueando un montículo de mayor tamaño .Por último, a mitad de
camino entre las estructuras 1 y 10, encontramos un pequeño montículo
flanqueado por dos patios .Este complejo se completa, con una plaza
cuadrangular hundida ubicada hacia el sur, dos probables muros perimétricos,
en los extremos sur y norte y una piedra con petroglifos (Vega Centeno 2004:
43 - 45).
El complejo arqueológico de Caballete fue registrado de forma más detallada por
el PANC el año 2003 y se trata de un sitio ubicado en el fondo de una quebrada
lateral del valle de Fortaleza (Quebrada La Empedrada) que está formado por
seis montículos dispuestos alrededor de un espacio abierto, parte del cual ha
sido recientemente disturbado y removido con maquinaria pesada con fines
agrícolas, dejando al descubierto extensas áreas que exhiben en superficie
dispersiones de valvas de moluscos, ceniza, piedras termofracturadas y algunos
líticos , además este sitio se ha sub dividido en 6 sectores (Hass y perales 2004
:9).
 SECTOR A:
Se trata del montículo principal del sitio y se encuentra en la parte sur del
complejo, cerca del borde de la plataforma aluvial que forma el piso de la
quebrada La Empedrada. Presenta una base de planta rectangular de 130
metros de largo por 68 metros de ancho y una altura aproximada de 20 metros.
Al frente del montículo y alineada con su eje central se observa una plaza circular
que tiene 16 metros de diámetro y que se encuentra delimitada por huancas o
grandes monolitos alargados de más de dos metros de altura clavados en el
suelo (Hass y perales 2004 :10).

La totalidad de la superficie del montículo está cubierta por tierra beige grisácea
de textura fina mezclada con arena, además de innumerables trozos medianos
de piedra canteada que al parecer proceden de los eventos de colapso de las
estructuras que allí existían. Entre los materiales arqueológicos asociados en
superficie destacan básicamente unos cuantos fragmentos de valvas de
moluscos. La cima del montículo presenta claramente un atrio hundido que mira
hacia la plaza circular de huancas, así como dos amplias plataformas en los
extremos del montículo donde a su vez se observan alineamientos de piedra que
constituyen las bases de estructuras rectangulares que sobre ellas fueron
levantadas. Es importante destacar el gran tamaño de los bloques de piedra que
delimitan la base del montículo, principalmente por el lado sur que mira hacia el
valle, muchas de las cuales presentan caras planas pulidas (Hass y perales
2004:10).
 SECTOR B:
Se ubica en el extremo noroeste del sitio y está conformado por un montículo de
planta cuadrangular en cuyo frente (lado oriental) existe una plataforma también
cuadrangular con una plaza circular hundida en su interior. La base del montículo
cuenta con 57 metros de largo por 52 metros de ancho, en tanto que su altura
máxima es de 8 metros. La plataforma que contiene la plaza circular hundida
mide 35 metros por 33 metros de lado mientras que la plaza propiamente dicha
presenta 22 metros de diámetro (Hass y perales 2004 : 10 - 11).
En la actualidad la superficie del montículo está cubierta por tierra de textura fina
mezclada con arena de origen eólico, además de fragmentos medianos de piedra
canteada y una regular cantidad de fragmentos de valvas de moluscos. Hacia la
esquina norte de la parte superior del montículo hoy podemos observar tres
pozos de huaqueo en los cuales se aprecian de forma bastante clara varias
capas con basura arqueológica compuesta por cenizas, gran cantidad de valvas
de moluscos, vegetales, carbón, así como también algunos segmentos de muros
levantados con piedra canteada y barro. Solamente en uno de los pozos se
registraron bolsas de shicra. (Hass y perales 2004 :11).

La parte superior del montículo también presenta un atrio a desnivel orientado


hacia la plaza circular hundida antes referida y que está flanqueado por dos
plataformas medianas elevadas donde igualmente podemos observar los restos
de bases de viejas estructuras de piedra canteada y barro.
Como ya se dijo, actualmente la superficie alrededor del montículo ha sido
fuertemente removida con fines agrícolas, hecho que ha dejado al descubierto
un área extensa con concentraciones de valvas de moluscos, cenizas y restos
vegetales en la superficie del terreno, principalmente desde el noreste al
suroeste del montículo. (Hass y perales 2004 :11).

 SECTOR C:
Éste se ubica en el lado occidental del complejo y consiste en un montículo de
planta cuadrangular, cuyos lados miden 36 metros por 34 metros, presentando
una altura aproximada de 5 metros. Como en los casos anteriores en la
actualidad su superficie está cubierta por tierra fina suelta mezclada con arena
eólica, además de bloques medianos de piedra canteada procedente del lugar,
aunque en esta ocasión éstos se presentan en menor cantidad. Entre los restos
arqueológicos asociados a nivel de superficie tenemos fundamentalmente una
poca cantidad de fragmentos de valvas de moluscos. (Hass y perales 2004:11).

Este montículo ha sido bastante afectado por la actividad de huaqueo, la cual ha


dejado como testimonios en su parte superior tres profundos pozos, así como
también una especie de zanja hacia su extremo norte. El pozo de huaqueo de
mayores dimensiones tiene tres metros de profundidad y en su interior se
observan los restos de un muro hecho de piedra asentada en argamasa de barro
que todavía conserva parte de su enlucido original. Este muro se encuentra
cubierto por grandes rellenos constructivos, los cuales presentan en su nivel
inferior grandes bloques de piedras canteadas sobre los cuales descansa un
nivel de bolsas de shicra que a su vez subyace a un nivel superior de relleno
compuesto por tierra de grano fino semicompacta que presenta como inclusiones
una gran cantidad de piedras menudas angulares. . (Hass y perales 2004 :12).
 SECTOR D:
Este sector se ubica en el lado noreste del sitio, prácticamente al frente del
montículo del Sector B. Se trata de un montículo de planta rectangular que
cuenta en su totalidad con 119 metros de largo, 48 metros de ancho y 7 metros
de altura, en cuya parte central se levanta una plataforma de planta cuadrangular
cuyos lados miden 45 metros y 38 metros. Esta plataforma se encuentra en la
parte central del montículo y sobre ella se observa una interesante cantidad de
alineamientos de piedra que constituyen restos de las bases de estructuras que
sobre ésta se encontraban y donde también se localizan dos pozos de huaqueo
en uno de los cuales se observa un muro de piedras canteadas asentadas en
argamasa de barro que aún conserva los restos de un enlucido de barro con
pintura blanca (Hass y perales 2004:12).

Asimismo en la cara posterior del montículo (flanco oriental) también se aprecia


un gran forado alargado en cuyos perfiles se pueden observar una sucesión de
rellenos constructivos constituidos por bloques angulares medianos y grandes
de piedra del lugar y bolsas de shicra, los cuales se alternan con pisos de barro,
algunos de ellos cuidadosamente preparados, en la parte superior de los
rellenos. por otro lado también debemos señalar la presencia de alineamientos
de piedra en la parte superior de las alas laterales de este montículo, de las
cuales aquellas localizadas en el flanco sur del montículo se presentan de forma
más aglutinada. en general en la superficie de todo el montículo se observa una
gran cantidad de bloques medianos de piedras canteadas en medio de los cuales
también se aprecian algunos fragmentos de valvas de moluscos en poca
cantidad. (Hass y perales 2004:12 - 13).

 SECTOR E:

Se ubica en el extremo sur del sitio, muy cerca del borde del fondo aluvial de la
quebrada sobre la que se construyó todo el complejo. Se trata de dos montículos
de planta rectangular, el mayor de los cuales mide 69 metros de largo por 50
metros de ancho, con una altura máxima aproximada de unos 8 metros, en tanto
que las dimensiones del menor, localizado a unos 56 metros al noreste del
anterior, son de 53 metros de largo, 37 metros de ancho y 5 metros de altura. La
cima del montículo mayor presenta claramente un atrio rectangular hundido
flanqueado igualmente por dos plataformas elevadas hacia sus costados, las
cuales también están cubiertas por una gran cantidad de bloques medianos de
piedras angulares canteadas con caras planas que procederían del colapso de
estructuras que allí fueron edificadas (Hass y perales 2004 :13).

Además de este material se puede apreciar cierta cantidad de fragmentos de


valvas de moluscos y unos cuantos fragmentos de cerámica muy erosionados.
por otro lado debemos indicar que la superficie de terreno localizada frente al
montículo principal presenta una ligera depresión que indica la presencia de una
plaza circular hundida que fue cubierta por material aluvial, tal como se
desprende de las evidencias obtenidas de la excavación de una trinchera en el
lugar en la temporada 2003 (Hass y perales 2004 :13).

 SECTOR F:
Se ubica en la parte suroeste del sitio, a espaldas de los sectores a y e,
prácticamente entre éstos y el borde mismo del depósito geológico aluvial que
forma el fondo de la quebrada la empedrada en su desembocadura hacia el valle
(Hass y perales 2004:13).
Este sector, carente de montículos, está delimitado por un ancho muro de
piedras canteadas asentadas en argamasa de barro (1 metro de espesor
promedio) que corre de manera sinuosa de este a oeste, casi en el mismo borde
del aludido depósito aluvial que forma el fondo de la quebrada (Hass y perales
2004:14).

Esta parte del sitio ha sido profundamente disturbada por la intensa actividad de
huaqueo que allí se dio lugar, razón por la cual hoy en día podemos observar en
superficie una significativa cantidad de osamentas humanas además de restos
muy deteriorados de textiles, cerámica y algunos mates que evidentemente
corresponden a entierros tardíos saqueados, situación parecida a la observada
en el lado norte del Sector E. Sin embargo, algunos pozos de huaqueo han
dejado expuestos perfiles interesantes donde se aprecian restos de muros de
piedra y barro con enlucidos también de barro pero con un gran contenido de
fibra vegetal, asociados en algunos casos a apisonados y depósitos de basura y
ceniza que sugieren la presencia de evidencias de actividades de carácter
residencial (Hass y perales 2004:14).
8.4. Organización Del Espacio:
Entender la organización zonal del valle de fortaleza sobre las bases de los sitos
identificados. En efecto, al tratarse de sitios con arquitectura monumental,
estamos ante escenarios para actividades públicas, es decir ante un segmento
limitado de las actividades sociales de los pobladores de la zona, si estamos
hablando de espacios públicos es razonable considerarles como centros de
actividades de diversa índole, es común considerarlos como espacios de
actividades ceremoniales, que congregan que congregan a grupos humanos por
encima del ámbito doméstico (Lafosse y vega 2004:45)

9. LAS HALDAS:

9.1. Antecedentes:

Fue estudiado desde la década de 1950 por Engel (1970) y Lanning (1967), y
posteriormente se realizaron excavaciones a cargo de Engel en 1957, Fung entre
los años 1957, 1958 y 1965, Grieder en 1967, la expedición japonesa en 1958 y
1969, y los Pozorski en 1980 (Pozorski, Shelia y Thomas Pozorski 2011: 29-31).
Ellos han determinado que existen diferentes ocupaciones que van
aproximadamente desde el año 3000 a.C. al 1000 a.C. y otras más tardías que
estarían llegando hasta el 200 a.C.

Sin embargo, el complejo “monumental” parece haberse iniciado en promedio


hacia el año 2000 a.C. Tal vez uno de los trabajos más importantes fue el de
Rosa Fung (1969), quien trabajó junto con Engel en las primeras excavaciones
de 1957. Posteriormente, en la década de 1970, ella realiza otro trabajo junto
con el arquitecto Carlos Williams, destacando los patrones arquitectónicos
dentro del valle de Sechín (Fung y Williams 1977 citado en Guzmán 2016 :44)

El sitio de las Haldas fue considerado por mucho tiempo el “sitio tipo” de la costa
norcentral con arquitectura temprana perteneciente a lo que llaman período pre
cerámico y al período inicial (Engel 1970, Lanning 1967, Fung 1969); pero se ha
demostrado que la mayor parte de sus edificaciones colosales corresponde al
Formativo Tardío (1200-800 a.C.) (Matsuzawa 1978; Grieder 1975); aunque
existe aún una profunda ocupación pre cerámica advertida por Rosa Fung
(1969), que desafortunadamente no se ha llegado a conocer convenientemente.
(Flores 2006 :34)

Las excavaciones de Fung (1969: 41, 60-63), correspondiente al periodo pre


cerámico o lo que llamamos Formativo Temprano, se limitaron al pozo del
Área 3, donde se alcanzó una profundidad total de unos 2.65 m, de los cuales
1.65 m corresponde a un estrato pre cerámico. El grueso de la capa está
constituida por arena cenicienta conteniendo abundantes piedras termo
fracturadas, lascas de cuarzo, calcita, un fragmento de Spondylus, valvas
de moluscos, restos óseos animales y evidencias de plantas (algodón, mates,
achupallas, calabazas) (Flores 2006: 34).
El único reporte sobre evidencias domésticas lo señala Fung (1969: 30), quien
calculó alrededor de 1000 casas, que habría albergado unos 5000 habitantes,
rodeando el templo de las Haldas. Esta ocupación doméstica cubrió una
extensión aproximada de 2 Km2 (Flores 2006: 34).

9.2. Ubicación geográfica:


Se ubica al sur del valle de Casma (a unos 20 kilómetros) y desde la carretera
Panamericana se debe ingresar prácticamente hasta la zona de playa. Posee
una conformación claramente longitudinal a partir de la definición de un eje de
orientación noreste-suroeste, con un azimut de 23°. Su posición sobre un
promontorio natural que define el borde del acantilado, genera la posibilidad de
tener un sistema de observación amplio y radial del paisaje circundante
(Guzmán 2016 :44).

 La cronología (1400-1000 a.C.):

La propuesta de sustituir un Periodo Haldas (T. G. Pozorski y S. G. Pozorski


2005: 156) anteriormente llamado fase Sechín (S. G. Pozorski y T. G. Pozorski
2002: 23-24, 46-48) por la segunda mitad del «Periodo Moxeke» de David J.
Wilson (1995: 190) es muy oportuna porque la cerámica Haldas Punteado,
diagnóstica para este periodo, es abundante y relativamente bien fechada. Fue
estudiada primero por Rosa Fung (1969: 79-86) bajo el nombre de Aldas
Escarificado en el marco de su fase cerámica 2 del mismo sitio de Las Haldas,
con diversas variedades de decoración punteada y punzada. En aquel tiempo,
1965,las dataciones por radiocarbono todavía eran inalcanzables para muchos
investigadores, de manera que no hay ensayos asociados con estas primeras
muestras cerámicas (Bishof :2009 :29)

Según los datos actuales, el Periodo Haldas se inicia después del abandono de
Sechín Bajo, 1500/1470 a.C., lo que coincide con los ensayos más antiguos
para el Haldas Punteado dentro de la serie algo confusa de mediciones
publicadas para Sechín Alto . La fecha inicial de 1400 a.C., propuesta por T. G.
Pozorski y S. G. Pozorski, se mantiene aquí, aunque quizá sea algo tardía.
Alrededor de 1300 a.C. En Cerro Sechín volvieron a construirse edificios de un
patrón arquitectónico diferente al anterior. El conjunto cerámico asociado incluye
fragmentos del tipo Haldas Punteado. Una muestra del sitio de Bahía Seca,UGa-
6021, arrojó el resultado de 1260-1160 a.C. para la ocupación del Periodo
Haldas. La fecha terminal es aún incierta.
En el mismo sitio de Las Haldas, la ocupación calificada de postmonumental,
asociada con nuevos tipos cerámicos, empezó alrededor de 1000 a.C. y hasta
más tarde. Por otra parte, la botella con decoración de tipo Haldas Punteado
(Escarificado) de Huambacho (Nepeña) difícilmente puede fecharse con
anterioridad al siglo VIII a.C. (Bishof 2009 :29)

9.3. La arquitectura:
En Casma, a unos pocos kilómetros al sur del límite actual del valle, se halla uno
de los sitios espectaculares de la época, en la caleta de Las Aldas. Este sitio
contiene un vasto complejo de construcciones, correspondientes a edificios de
función pública: uno de ellos asume una forma piramidal, al estar formado por
hasta siete plataformas, las cuales fueron levantadas cubriendo una colina
natural. Las casas aquí no eran subterráneas y estaban encima de las rocas, con
paredes lo suficientemente fuertes como para sostenerse sin ayuda de los
desechos que actualmente las cubren.
Sin embargo, la obra más importante en este lugar es del milenio posterior,
cuando ya se conocía la cerámica, entre 1800 y 1200 a.C. (Lumbreras 2008 :104
– 105).

Existen 08 sectores (o edificios) que se ubican consecutivamente a través del


eje señalado. En el extremo suroeste, en la parte más alta se ubica el edificio
principal, al cual se accede por un eje axial de escaleras que conduce a los
recintos superiores sobre la plataforma. Seguido hacia el noreste se hallan otros
dos edificios que van descendiendo de nivel, luego existe un edificio o “plaza”
cuadrangular, seguido de otro sector rectangular, para llegar al sexto sector
conformado también por un gran espacio rectangular donde se ubica la “plaza”
circular hundida. Los sectores siete y ocho corresponden a dos grandes espacios
cuadrangulares, similares a la “plaza” cuadrangular del cuarto sector. Lo
interesante es que todos ellos están definidos y alineados por sus lados externos,
de tal manera que el conjunto presenta una longitud de más de 350 metros, con
un ancho promedio de 50 metros (Guzmán 2016:44).

A ambos lados de todo este conjunto rectangular se ubican una serie de otros
edificios de menos magnitud, característicos los del lado derecho (este) por
presentar diferentes ángulos en su trazo y estar más o menos dispersos,
mientras que los del lado opuesto, a la izquierda (oeste) son algunos pequeños
edificios con cierta densidad constructiva y mayor regularidad en su trazo
ortogonal. En este sector se ubica además un pequeño edificio circular, que
estaría relacionado hacia otro pequeño edificio de plataformas superpuestas
paralelo al mismo eje principal (Guzmán 2016 :45)
Algo más, desde el extremo oeste de este sector existe una comunicación con
el acantilado natural, y en un sector se encuentra una escalera que descendería
hacia el litoral, lo cual evidencia su relación no sólo funcional sino simbólica entre
el edificio y el mar. Se ha observado además un sector del borde del acantilado
que parece ser un corte artificial que presenta una dirección solsticial Desde los
recintos ubicados en el edificio principal es posible establecer un alineamiento
especial, definido por el muro del frente suroeste, cuya dirección marca el ángulo
de 23°, por lo que se podría deducir su importancia en la observación de los
solsticios: el amanecer del solsticio de verano (22 de diciembre) y el atardecer
del solsticio de invierno (22 de junio). Otro aspecto interesante, es sin lugar a
dudas la relación con el paisaje hacia el extremo noreste donde están los cerros.
A primera vista parece no existir un predominio de alguno de ellos, sin embargo,
en el eje señalado se observa que los cerros de los costados van
desapareciendo, quedando de manera singular, más o menos al medio, uno más
pequeño, que sería el punto de referencia del eje espacial que conecta
visualmente con los recintos de la plataforma superior (Guzmán 2016:45).

Es muy escasa la arquitectura del Periodo Haldas confirmada como tal por datos
cerámico-estratigráficos .En Sechín Alto se levantó un edificio con planta en «U»,
de 11 ambientes y un horno central, sobre la cima previamente aplanada del ala
norte de la plataforma central. El edificio, rodeado por un muro grueso, es
accesible desde el atrio central superior por medio de una escalera que hace
resaltar su posición apartada. Al sureste de las plazas mayores, se construyeron
otros dos edificios similares, pero más pequeños de tres y seis ambientes,
respectivamente, dentro de un recinto amurallado, junto a una plataforma central
asociada, por su parte, con una pequeña plaza circular y un horno ventilado En
Taukachi/Konkán, la cerámica de tipo Haldas Punteado se encuentra sobre la
Plataforma de las Columnas y, probablemente, aún sobre otras construcciones,
pero no se llegaron a identificar modificaciones arquitectónicas coetáneas, ni
tampoco edificios nuevos (Bishof 2009 :29).

sin embargo, la serie de dataciones discordantes sugiere que se techó la


plataforma principal por medio de unas 118 columnas, en gran parte con troncos
antiguos. los restos arquitectónicos del periodo haldas documentados en cerro
sechín son, más bien, modestos .arquitectura del mismo periodo existe, con
probabilidad, en la cantina, huaca desvío y pallka, según los hallazgos cerámicos
superficiales. bahía seca permaneció ocupada aunque no contara con
arquitectura duradera. (Bishof 2009 :29)

Una tercera parte de los ensayos radio carbónicos en Pampa de las Llamas
señala un uso prolongado, hasta bien entrado el Periodo Haldas. Se desconoce
si algunos de estos ensayos acaso estén asociados con cerámica tipo Laguna
del Periodo Moxeke. La presencia de los tipos cerámicos Punteado Fino,
Punteado Zonificado e Inciso en los contextos fechados, en cambio, confirmaría
una ocupación del sitio, o algunos de sus sectores, durante el Periodo Haldas.
Un cuadro detallado de la distribución local de los distintos tipos cerámicos
dentro del sitio ayudaría mucho a esclarecer el panorama. (Bishof 2009 :29)

9.4. Manifestaciones Culturales:


La narración de los esposos Pozorski tiene su prólogo y culmina con hechos
heroicos siglos después. Como prólogo sirve la afirmación siguiente: «Así,las
culturas Moxeke y Las Haldas aparecieron casi al mismo tiempo y coexistieron
por varios centenares de años dentro de un patrón de evitación mutua y, tal vez,
hasta de hostilidad rencorosa» (S. G. Pozorskiy T. G. Pozorski 2006: 44,
traducción del autor; cf. T. G. Pozorski y S. G. Pozorski 2005: 154).23 Visto
desde las poblaciones aledañas a Sechín Alto, Las Haldas, por cierto, quedó
lejos de la ruta más corta a las zonas óptimas para la explotación de los recursos
marinos. Pero si su situación topográfica es marginal en referencia a Sechín Alto,
es privilegiada por un camino cómodo hacia el valle medio de Casma en
dirección a Pampa de las Llamas y, por otra parte, Pallka.
Volviendo a la propuesta citada, el primer problema que se presenta otra vez es
la cronología. La cifra de 1925 a.C. (calib.) para la cerámica más antigua de Las
Haldas se derivó, probablemente, del ensayo UGa- 4534 (2033-1783 a.C.
[calib.]) tomado de una estratigrafía, al parecer, invertida de rellenos (cf. 4.2.1).
En lo que se refiere a Pampa de las Llamas, los esposos Pozorski se valen de
dos ensayos discordantes (UGa- 4505, UGa-5796) para acercar los dos sitios en
términos de antigüedad (S. G. Pozorski y T. G. Pozorski 2006: 44; cf. 2.5.1). Con
el objeto de evaluar las bases culturales de su propuesta, se revisarán las
diferentes expresiones materiales que definen a una cultura arqueológica y
permiten distinguirla de otras: condiciones económicas, arquitectura y técnicas
constructivas, bienes muebles y, especialmente, la cerámica cuando aparece y,
por último, su arte.
Un rasgo particular de Las Haldas son los elementos propios de una vida al borde
del mar en primertérmino, equipo para la pesca y recolección de mariscos, lo
que, tal vez, justifica hablar de una facie costerade la cultura casmeña. Al mismo
tiempo, los abundantes productos agrarios, cuyos restos se registranen los
basurales de Las Haldas, atestiguan un sistema de intercambio bien establecido
con el interior delvalle (S. G. Pozorski y T. G. Pozorski 2006: 36). En cuanto a la
comparación de obras arquitectónicas,se hace difícil por las lagunas de
investigación en Las Haldas y las interrogantes cronológicas persistentes.Sin
embargo, su conjunto central temprano (secciones 1 a 4) comparte la estructura
«lineal» de Moxeke,Sechín Alto y Taukachi-Konkán. Lo que Las Haldas tiene de
particular es el uso de shicras en algunas construcciones (Engel 1970: 42, 44).
Su presencia indica contactos con los centros monumentales más al sur, donde
esta técnica era muy difundida. Las shicras reducen la necesidad de preparar
mortero bajo las condiciones del ambiente local. Quizá por la misma razón hay
shicras en Tortugas (S. G. Pozorski y T. G.Pozorski 1987: 47-48, 2002: 33),
mientras que no se conocen en el interior del valle, al contrario de lo que se
observa en Supe, donde, tal vez, las tradiciones costeras se extendieron a dicho
sector (Bishof 2009 :42)

Cuatro objetos rituales tallados de hueso, procedentes de Las Haldas y Pallka,


son especialmente significativos: un punzón, dos espátulas y un pendiente
retrabajado. Sus diseños incisos dos caimanes, un felino y un motivo fitomorfo.
(Bischof 2009:27).

10. LAS SALINAS DE CHAO:

10.1. Antecedentes:

En la parte meridional del departamento la libertad se encuentra el sitio 10 o


comúnmente llamado SALINAS DE CHAO que fue descubierto en 1976 por
Carlos Milla Villena por Carlos Milla Villena e inicialmente trabajado por un grupo
de arqueólogos a cargo de Mercedes Cárdenas (1977-78, 1999), sus
excavaciones permitieron determinar la presencia de dos ocupaciones sucesivas
asociadas al uso del algodón. Jaime Deza (1978) también presenta preliminares
datos sobre Las Salinas De Chao (Flores 2006 :32 – 33).
10.2. Ubicación geográfica:

Las Salinas de Chao es un sitio localizado al sur –oeste del valle de Chao y al
pie del flanco norte del cerro Coscomba. El asentamiento se ubica en una zona
desértica asociada a una antigua playa fósil, cuya presencia durante la
ocupación del sitio explicaría su relación con la explotación de los recursos
marinos allí presentes (Canziani 1949:69).

10.3. Arquitectura:
los pozos circulares no aparecen aislados en el asentamiento, sino asociados a
una serie de templetes y a una densa trama de estructuras de aparente carácter
habitacional (Alva 1986 citado por canziani 1949 :70).

Sin embargo, el trabajo más importante en Las Salinas fue llevado acabo por
Walter Alva (1978, 1985). El sitio tiene 8 hectáreas y representa un extenso
complejo arquitectónico dividido en diez unidades, las que revelaron una
superposición de edificaciones, de usos ceremoniales y domésticos, que no
se mostraban asociadas a cerámica. Son dos las áreas rituales principales. La
unidad A comprende una muralla delantera y tres edificaciones (un templete
adosado al cerro, un patio circular hundido y un edificio rectangular). La unidad
B está formada por una sucesión de plataformas reclinadas al cerro y presididas
de una gran plaza rectangular (Alva 1985: 56-62). Pero también hubieron
evidencias habitacionales como restos de comida incinerada, en las plataformas
menores, adosadas al cerro (unidades C, D, E y G), y algunas casas bien
elaborados asociadas a áreas rituales como en las unidades C y J. Finalmente
la presencia de depresiones y residuos existentes en los exteriores del sitio
sugirieron la existencia de viviendas simples construidas con material
perecedero, indicadores de una población estable civil (Alva 1985: 72, 92).
(Flores 2006:33).

11. ALTO SALAVERRY:


11.1. Ubicación geográfica:

En el sitio Alto Salaverry localizado en el extremo sur este del valle de Moche y
a unos 3 km de punta Salaverry y del mar (canziani 1949:68).
11.2. Arquitectura:
Cerca del valle de Moche, entre Chicama y Virú, se halla un sitio conocido
como “Alto Salaverry”, que muestra una aldea más o menos compleja, con
construcciones mayoritariamente domésticas, semisubterráneas como las de
Huaca Prieta y Cerro Prieto, simples y sin orden aparente, que están junto a
obras que podríamos considerar públicas o comunales. Estas últimas aparecen
como unos complejos rectangulares que sugieren haber tenido una función
comunera o supra doméstica, y que combinan recintos con plataformas y
tumbas. Se trata de edificaciones de mejor elaboración arquitectónica de las
supuestas unidades domésticas y se percibe claramente que su ubicación y
construcción implicaron una cierta planificación (Lumbreras 2008:103).

Al lado de todo esto, finalmente, se encuentra un recinto, a modo de patio


hundido, de planta circular, al que le atribuimos una función de observatorio
para fines calendáricos. Este tipo de recinto continuará usándose más
adelante, siempre vinculado a fines cultistas, asociado a grandes templos o
centros ceremoniales, y tiene un importante papel en el nacimiento de los
trabajos no agrícolas que acompañan el proceso. Se supone que es un medio
de medición precisa de los movimientos del sol y otros astros, en la conexión
que tales movimientos tienen con los eventos agrícolas, tales como la llegada
del agua por el cauce de los ríos, luego del solsticio de diciembre, o como el
ritmo de las actividades a desarrollar en el lapso intermedio, antes y después
de cada campaña agrícola (Lumbreras 2008:103).

Se registró un asentamiento aldeano relativamente amplio, en el cual se


identificó claramente, además de las edificaciones de viviendas, a dos
estructuras correspondientes a arquitectura pública. Las unidades de vivienda se
encuentran en suelos cubiertos por basurales. Son de planta irregular y están
compuestos por uno o más cuartos semienterrados dentro de los se dispusieron
algunos fogones. (Canziani 1949 :68).

Existe una primera estructura (E), que se diferencia drásticamente de las


anteriores y que se caracteriza por presentar plataformas, amplios recintos y
cuartos, dispuestos en el marco de un trazo rectilíneo, con un ordenamiento casi
ortogonal. La forma de esta estructura y sus características constructivas,
sugieren alguna función de carácter público, quizá relacionadas con actividades
de tipo comunal.
Una segunda evidencia de arquitectura pública en alto Salaverry se encuentra
aislada con relación al grueso del asentamiento y corresponde a un pozo circular
de 9 metros de diámetro y 180 metros de profundidad. Esta estructura está
conformada por un muro de contención construido con piedras irregulares,
dispuestas con la cara plana hacia el paramento y presenta dos escalinatas
contrapuestas (Canziani 1949:68).

En el lado sur de la estructura se desarrolló un segundo muro de contención con


trazo semicircular y concéntrico que exhibía también una pequeña escalinata.
Este pozo circular sería el primer antecedente de una forma arquitectónica que
maduraría durante este tiempo para luego alcanzar una gran relevancia al ser
incorporada al diseño espacial de importantes complejos ceremoniales del
periodo formativo, tal como se puede apreciar en sitios de primer nivel de esta
época posterior, como Las Haldas y otros complejos monumentales de Casma,
Chavín de Huantar, Kunturwasi. Lo interesante del caso es que para esta
especial forma arquitectónica se ha sugerido no solo una función ceremonial sino
el posible astronómico de la misma, lo que haría que este tipo de estructura
asuma la condición de instrumento de producción, ya que su propia forma estaría
diseñada para servir como herramienta en el desarrollo de esta función
especializada (canziani 1949: 68-69).

Más al sur, Shelia y Thomas Pozorski (1977) reportaron, en Alto Salaverry,


presencia de arquitectura, que los investigadores tipificaron como, doméstica,
semidoméstica (s/n) y no doméstica ó ceremonial. No hay evidencia de
montículos piramidales. Nos interesan aquí las características de los dos
primeros tipos.
La arquitectura doméstica de Salaverry muestra estructuras semisubterráneas,
asociados y asentados sobre un basural profundo, de las cuales nueve se han
excavado. Las unidades generalmente disponen de dos o más habitaciones
contiguas, rectangulares y semirectangulares, de 1.5 m por 2 m cada una. Los
muros son delgados (0.1 a 0.25 m de ancho) y elaborados en piedras cortadas
y cantos de basalto asentados en mortero de arena fina y barro. También se usó
adobes hechos a mano, las caras internas de las paredes y los pisos fueron
enlucidos y pulidos, mas no los exteriores. Los recintos mostraban fogones
pequeños (Flores 2006:32).

Las estructuras D y E de Alto Salaverry son dos complejos rectangulares de baja


elevación cuya evidencia arquitectónica indica una función no exclusivamente
doméstica, llamado por Shelia y Thomas Pozorski (1977) como semidoméstica.
La estructura D mide unos 100 m2 y se compone de tres cuartos y tres
plataformas, elaborado con piedras cortadas, pero principalmente cantos
rodados, construidos sobre un antiguo basural. Se reportó tres fases
constructivas. .La estructura E es más grande que la D, tiene un área de 600 m2,
y se han reportado la presencia de quince recintos y una plataforma que fueron
Construidos en un mínimo de cuatro fases. Los muros mayormente son de una
Sola cara revestida, la exterior (Ibid 1977: 36) (Flores 2006:32)

12. HUACA PRIETA:

12.1. Antecedentes:

Las primeras evidencias de casas reportadas, para el Formativo Inicial y


Temprano (3000 – 1800 a.C.), fueron descritas por Junius Bird en 1948 (1970:
114, 115) para Huaca Prieta, el cual consiste en un montículo, a orilla del
mar y cerca de la desembocadura del río Chicama de forma ovalada de cima
achatada , de 125 m de largo por 50 m de ancho y 12 m de alto, con una
acumulación de centenares de estructuras subterráneas. Las casas son poco
amplias, con uno o dos cuartos, de forma entre cuadrada y ovalado, de accesos
pequeños y angostos, de umbral elevado. Los muros son hechos de cantos
rodados marinos, colocadas en mortero duro de basura y barro. Los techos
pequeños, con vigas de madera y costillas de ballena. Los pisos son de basura
y no hay fogones (Flores 2006 :31)
Huaca Prieta es el sitio paradigmático de esta época. Es una suerte de colina
alargada, que forma un espolón sobre las playas donde se disuelve el valle de
Chicama, casi encima del mar. Por tanto, la mayor parte de los restos
depositados por el ser humano en este espolón es de origen marino; y sus
habitantes, sin duda, eran gente de mar. El lugar fue excavado en 1946 por
Junius B. Bird, como parte de un extenso proyecto conducido por el Institute for
Andean Research de Nueva York, que se desarrolló mayormente en el valle de
Virú. Precisamente, como parte del mismo proyecto, se excavó otro
asentamiento similar en Guañape, llamado Cerro Prieto, el informe de las
excavaciones en Huaca Prieta ha sido publicado recién en1985, gracias al
esfuerzo del arqueólogo John Hyslop, cuando ya Bird había fallecido.
(Lumbreras 2008 : 99- 100)

12.2. Ubicación geográfica:

Huaca Prieta es una colina de unos 12 metros de altura, formada por capas
acumuladas de basura sobre los restos de edificios abandonados por sus
sucesivos ocupantes. Está al borde de un viejo lecho del río Chicama, en las
costas al norte de Trujillo, a más o menos unos 4 kilómetros del lecho actual del
río y cerca de una pequeña caleta de pescadores que es conocida con el nombre
de “El Brujo”. Una playa de formación moderna separa el montículo del mar. Se
trata de una zona aparentemente difícil para la pesca, con la playa llena de ripio,
un mar ligeramente movido y sin abrigos naturales para la protección contra los
vientos (Lumbreras 2008:100).
 Cronología:
Huaca Prieta, según los registros arqueológicos, tuvo una larga ocupación
Pre cerámica, desde el tercer milenio hasta los finales del segundo milenio, es
decir entre 3000 y 1200 a.C. aproximadamente. Son dos mil años de vigencia.
De acuerdo con la evaluación crítica realizada por Hyslop, si bien no se
aprecian cambios drásticos en la larga secuencia temporal del sitio, es posible
registrar algunos que pueden ser significativos (Lumbreras 2008 :100)
12.3. Arquitectura:
En sus excavaciones, Bird encontró una arquitectura de piedras redondas que
formaban muros adheridos a la basura para dar lugar a pequeñas casas, de
planta oval o cuadrangular, semisubterráneas. Estas casas parecen haber
estado, además, en relación con un gran muro de sostén que aún es visible. Las
habitaciones estaban distribuidas sin plan alguno, con pequeñas entradas y
escalones para comunicarse con la superficie.
Las casas llegan a tener una profundidad de hasta 1,60 metros. Los techos
parecen haber sido mayoritariamente sostenidos con vigas de madera,
dispuestas de modo similar a una “barbacoa”. Estas construcciones ocupan solo
la parte superior de la colina, lo cual indica que durante el tercer milenio se fue
desarrollando lentamente la tecnología de la construcción en esta zona.
(Lumbreras 2008 :101)
Constituye un montículo de aproximadamente 125 metros de largo por 50 metros
de ancho y 12 metros de altura, que sería producto de la sucesiva y prolongada
acumulación de desechos por partes ocupantes a lo largo de los sitios. En el
perímetro del montículo, las excavaciones arqueológicas revelaron la existencia
de grandes muros de contención de cantos rodados, construidos en las etapas
sucesivas. Sobre la cima se hallaron estructuras semisubterraneas, compuestas
por uno o dos pequeños recintos, que fueron identificados como viviendas y que
posteriormente habrían sido utilizadas para una función funeraria
(Canziani1949:66).
en un trabajo anterior se mencionó que los grandes muros registrados en las
excavaciones de huaca prieta posiblemente fueron construidos con la
participación de sus pobladores y que se podía suponer que estos ya
correspondían a algún tipo de arquitectura pública, más aun cuando se los ligaba
a los hallazgos que presentan una decoración y tratamientos extraordinarios
(Canziani 1949 :67).

Tiempo después, en el Arcaico Tardío (3000-1800), en el sitio de Huaca Prieta,


costa norte peruana, otro grupo se asienta en la zona del litoral. El lugar se
encuentra a 4 ó 6 m del nivel del mar, a 3.5 km. de la boca del río Chicama y a
unos 20 km. de las estribaciones andinas. Si bien está en la playa, tiene en sus
inmediaciones tierras pantanosas.

Allí se establece la población por más de milenio y medio, a partir de 2450 a.C.
Los depósitos arqueológicos correspondientes a este período muestran una
fuerte dependencia alimentaria del recurso de mar. Las aves marinas son un
componente abundante (33%), especialmente cormorán, al lado de moluscos,
pescados, mamíferos, cangrejos, algunos erizos, tortugas de mar y aves de
pantanos. Cabe señalar que hay, asimismo, numerosos restos de vegetales,
algunos de ellos cultivados: pallar, cucúrbita, ají, mate, algodón; otros, quizá
todavía silvestres: achira, lúcuma, guayaba, ciruela del fraile o cansaboca,
sapote (Shady 1993:104 - 105).

A diferencia de La Paloma, la gente de Huaca Prieta explota con mayor énfasis


el potencial alimentario del rico mar peruano y en particular la ingente cantidad
de aves marinas, que solía poblar el litoral (éstas representan en La Paloma sólo
el 1 %). También es notoria la presencia de un más variado repertorio de plantas
cultivadas. Integraban sus artefactos de trabajo numerosas redes, flotadores de
mate, pocos anzuelos, pesos de piedra para redes, cantos rodados destinados
a usos variados, lascas, palos de cavar, canastas., además de esteras y textiles.
Sus casas son pequeñas, subterráneas, excavadas en un medio de tierra y
ceniza, con paredes recubiertas de piedra, techos de palos y huesos de ballena
(Shady 1993: 104- 105).

Costa norte peruana, otro grupo se asienta en la zona del litoral. El lugar se
encuentra a 4 o 6 m. del nivel del mar, a 3.5 km. de la boca del río Chicarna y a
unos 20 km. de las estribaciones andinas. Si bien está en la playa, tiene en sus
inmediaciones tierras pantanosas. Allí se establece la población por más de
milenio y medio, a partir de 2450 a.C.(2) Los depósitos arqueológicos
correspondientes a este período muestran una fuerte dependencia alimentaria
del recurso de mar. Las aves marinas son un componente abundante (33%),
especialmente cormorán, al lado de moluscos, pescados, mamíferos, cangrejos,
algunos erizos, tortugas de mar y aves de pantanos .Cabe señalar que hay,
asimismo, numerosos restos de vegetales, algunos de ellos cultivados: pallar,
cucúrbita, ají, mate, algodón; otros, quizá todavía silvestres: achira, lúcuma,
guayaba, ciruela del fraile o cansaboca, sapote (Shady. 1993:105).

A diferencia de La Paloma, la gente de Huaca Prieta explota con mayor énfasis


el potencial alimentario del rico mar peruano y en particular la ingente cantidad
de aves marinas, que solía poblar el litoral .También es notoria la presencia de
un más variado repertorio de plantas cultivadas. Integraban sus artefactos de
trabajo numerosas redes, flotadores de mate, pocos anzuelos, pesos de piedra
para redes, cantos rodados destinados a usos variados, lascas, palos de cavar,
canastas., además de esteras y textiles (Bird 1948).
Sus casas son pequeñas, subterráneas, excavadas en un medio de tierra y
ceniza, con paredes recubiertas de piedra, techos de palos y huesos de ballena
(Shady 1993:105)

12.4. Manifestaciones culturales según distintas fases:

Fases:
Fase V:

En esta fase aparecen las primeras evidencias de decoración, tanto en textiles,


como en calabazas. Los tejidos están hechos dentro de la primitiva técnica del
“entrelazado” y los diseños son formados mediante el manejo diferenciado de
hilos teñidos de azul, con pigmento rojo o simplemente de color natural del
algodón marrón o blanco. En los dibujos se representan personajes zoomorfos,
principalmente aves con las alas desplegadas y de perfil, serpientes bicéfalas y
seres antropomorfos. Los mates son pirograbados y representan personajes
antropomorfos y zoomorfos. Es difícil determinar que sean hombres y animales,
porque su configuración no es retratista (Lumbreras 2008 :100- 101).

La tecnología textil se hizo muy importante a partir de la fase IV y, en especial,


durante esa fase: es de esta época que proceden los mejores ejemplares textiles
decorados con diseños figurativos y geométricos, y también en este tiempo
aparecen nuevas técnicas textiles, luego extensivamente desarrolladas. En la
fase IV se producen también cambios en el régimen alimenticio, con una clara
reducción en el número de artefactos líticos y el consumo de peces y aves
(Lumbreras 2008 :100 - 101)

Fase VI:
Esta fase es la más antigua, ya se hallan todos los componentes diagnósticos
de la época; pero faltan unas casas características de los períodos más tardíos
y solo aparecen signos de uso doméstico en determinados espacios, como si
se tratara de campamentos. Parece, además, que la importancia de la pesca
era muy grande, según se infiere de la abundancia de redes de pesca, anzuelos
Y huesos de pescado que hay en los depósitos (Lumbreras 2008 :100).
Fase III:
En la fase III que se estima próxima al año 2000 a.C., es decir, ya finalizado el
tercer milenio, es una época de cambios mucho mayores, en varios aspectos,
pero especialmente en los tejidos. La producción textil aumentó y técnicamente
se hizo más variada, aun cuando disminuyeron y se simplificaron los tejidos y los
mates decorados (Lumbreras 2008:101)
Fase II:
En la fase II, en pleno segundo milenio, esta tendencia continuó, pero se advierte
un desplazamiento del consumo de los peces por el de los mariscos, lo que se
acompaña de un mayor número de artefactos hechos de conchas. La fase se
caracteriza por una mayor simplificación de la decoración textil, que no muestra
ya diseños figurativos. Más tarde, aparece la cerámica, dentro de un contexto
económico y social similar. En realidad, tal como lo señalaba Bird en sus escritos
preliminares, se trata de una población más bien conservadora, con pocas
innovaciones tecnológicas, y fuertemente adherida a la explotación de los
recursos marinos (Lumbreras 2008:101).

Dieta de subsistencia:

A partir de los trabajos pioneros de Junius B. Bird en Huaca Prieta, en 1946,


tenemos una nutrida información sobre establecimientos de esta época (3000 –
1800 a.C.) en la costa peruana. El rasgo general de la época es que hubo un
fuerte ascenso de la población, con profundos cambios en la organización y
capacidad productiva, debido sobre todo al incremento de productos agrícolas
en el consumo de alimentos y utensilios, aun entre los pobladores asociados a
los bancales de mariscos, al pie del mar.
El cultivo del maíz se fue generalizando, aunque su consumo no parece haber
sido muy rotundo, mientras que el algodón se convirtió en el producto de mayor
demanda, lo que generó, seguramente, siembras extensivas de esta planta para
el uso de su fibra en la elaboración de cuerdas elásticas y bolsas. En un grado
de menor intensidad, se consumían legumbres, como el frijol, el pallar, él y una
serie de calabazas que eran combinadas con frutas estimulantes como el ají y
algunos tubérculos, como la achira o la jíquima (Lumbreras 2008: 94)

13. VENTARRÓN:

13.1. Antecedentes:

Parte del complejo arqueológico del área del cerro Ventarrón fue registrado con
el número 43 en el inventario de monumentos arqueológicos realizado en 1983
(Ravines y Matos 1983), atribuido al Periodo Intermedio Tardío y clasificado
como centro poblado. Sus coordenadas geográficas son 6º47’45’’ de latitud sur
y 79º45’15’’ de longitud oeste. Esta categoría y ubicación corresponden a las
evidencias del sector sur del cerro, pero no comprenden a la Huaca Ventarrón ni
al sector Arenal, en el flanco oeste. Del mismo modo, el complejo Collud figura
con el número 42 y se le asigna el nombre de Collus en el mencionado inventario.
Fue definido como un complejo de pirámides de la cultura Lambayeque, pues, a
primera vista, destacan estas estructuras tardías (Alva 2008 :99).

Los primeros registros fotográficos conocidos del área arqueológica del cerro
Ventarrón y Collud-Zarpán fueron realizados por Heinrich E. Brüning hacia la
primera década de 1900.En cuanto a los estudios realizados en la zona, fue Paul
Kosok, en su memorable publicación de 1965, quien se refirió, brevemente, al
sitio de Collud y presentó una aerofotografía del sitio antes de que fuera invadido
por los pobladores que hoy ocupan las dos terceras partes del área. Entre 1970
y 1972, Óscar Fernández de Córdova, entonces Director del Museo Brüning,
recolectó fragmentos de cerámica y dos ejemplares de adobes cilíndricos que
denotaban la probable existencia de arquitectura monumental (Alva 2008 :99).
El único artículo específico sobre los complejos Ventarrón y Collud-Zarpán es de
autoría del suscrito y fue publicado en el suplemento Lundero, edición cultural
del diario La Industria, en enero de 2006, bajo el título Cerro Ventarrón en la
arqueología de Lambayeque. Allí se expusieron algunas observaciones
preliminares como resultado de reconocimientos continuos, se explicó la
importancia de la zona y se planteó la urgente necesidad de su investigación. La
depredación por huaqueo afectó por décadas ambos complejos (Alva 2008 :99).

En 1989, un trabajador del Museo Brüning, residente en el centro poblado de


Ventarrón, informó al director, Walter Alva, que pobladores y huaqueros
«profesionales» depredaban sistemáticamente la Huaca Ventarrón. En esa
fecha, el autor visitó la zona y observó entre los escombros los restos de paredes
decoradas en color rojo y blanco. Se dispuso la protección del monumento hasta
que se lograse ejecutar un proyecto de investigación y se planteó la urgencia de
evitar su destrucción, acelerada por la extracción de material para construcción
de viviendas: desde la fundación del poblado en la década de los cincuenta, los
habitantes han extraído material del templo para la fabricación de los adobes
que, luego, emplean en sus casas (Alva 2008 :100).

13.2. Ubicación geográfica:

Está ubicado al lado oeste de las faldas del cerro Ventarron , a un km del rio
Reque , en el distrito de Pomalca en el departamento de Lambayeque.

13.3. Arquitectura:
La arquitectura de huaca Ventarrón tiene elementos compartidos con otras
regiones, como la presencia de fogones en los espacios rituales culminantes. Sin
embargo, las singularidades en cuanto a técnicas constructivas, soluciones
formales y elementos decorativos revelan que estamos ante un edificio producto
de una tradición arquitectónica diferenciada de aquellas reconocidas para el
periodo arcaico tardío de otras regiones (Vega Centeno 2017 : 96-97)
Se trata del templo principal del centro ceremonial, erigido en la falda oeste del
cerro Ventarrón, sobre un promontorio rocoso en el centro de la ensenada. Su
arquitectura consiste de una gran plataforma escalonada con acceso desde el
norte, con recinto culminante y salas laterales en la parte baja. Fue edificado en
tres fases superpuestas y posteriores remodelaciones sintetizaron el diseño;
hasta el momento, suman 10fases identificadas. La más antigua, que aún no se
conoce en su totalidad, fue construida sobre el afloramiento rocoso que marcó el
principio de su carácter sagrado, así como la orientación y distribución del diseño
arquitectónico.

Desde la cima del templo se controlaba visualmente el amplio valle de


Lambayeque y el curso del río Reque, lo que daba la impresión de ubicarse en
el centro mismo de todo el territorio circundante. Desde allí debieron dirigirse las
primeras actividades de agricultura y la organización de la sociedad en torno de
la ideología basada en el carácter central del paraje (Alva 2008 :100 - 101).
Las excavaciones comenzaron por la limpieza de pozos de huaqueo
concentrados en la parte superior de la estructura. Esta destrucción había
arrasado decenas de tumbas de los periodos Formativo y Chimú-Inca
depositadas de manera intrusiva dentro de la arquitectura del templo, durante su
uso como necrópolis que se dio tiempo después de su abandono. Desde el inicio
de las excavaciones, y a pesar de la destrucción del monumento por huaqueo,
actividades de cantería y erosión natural, fue posible identificar, en casi todos los
sectores, los componentes arquitectónicos y comprobar la secuencia de las
remodelaciones. Luego, como resultado de la temporada 2008-2009, se constató
que, bajo el nivel del terreno, había considerables disposiciones de arquitectura
cubiertas por deposiciones episódicas de arrastre pluvial; se trataría de
paramentos basales que dieron altura al templo en partes donde el afloramiento
de roca no emergía lo suficiente, especialmente en el sector suroeste (Alva 2008
:101).
En el destruido sector norte se registró un sistema de escalinatas acondicionadas
a un pasaje natural del afloramiento, entre dos moles pétreas alineadas en
dirección noroeste (azimut de 308°). Esta primera fase, que resulta modesta en
comparación con la segunda, se conforma de celdas construidas con rocas
medianas acarreadas del entorno y unidas con mortero de barro.
Esta técnica se entiende como la más temprana, por lo menos en el sector norte,
pues se levanta sobre la roca madre. La escalinata terminaba en una serie
demuros de contención y celdas rellenas de tierra suelta mezclada con ceniza y
algunas valvas de choro.Se comprobó que el volumen final resultaba en una
plataforma enlucida y ampliada en una subfase (Alva 2008:101).

En la cima del monumento, bajo el piso del recinto principal de la segunda fase
por cierto, la mejor conservada y documentada, se localizó también un primer
fogón ritual. El contenedor de la hoguera estaba apenas cortado por el pozo de
saqueo más profundo. El piso alrededor del fogón tenía buen acabado y se
encontraba sobre un apisonado asentado en la roca madre. Lamentablemente,
la excavación fue restringida en vista del relleno suelto que cubrió la primera fase
y cuya inconsistencia habría afectado la estabilidad de los componentes de las
fases 2 y 3. Sin embargo, se alcanzó a definir una porción del paramento lateral
oeste de 62 centímetros de alto (Alva 2008:101).
Este fogón semicircular, de 1,60 metros de diámetro, está empotrado en el
paramento. a nivel del piso, un chaflán, de 20 centímetros de alto, sirvió para
contener la ceniza. sobre el paramento, al costado sur del fogón, se descubrió
un altorrelieve de magnífico tratamiento plástico, tal vez un símbolo de
abundancia natural, con la representación de dos peces dispuestos lado a lado,
pero que miran en dirección opuesta ; un fechado calibrado de radiocarbono
reciente de una muestra de material vegetal asociado al fogón de la primera fase
arrojó el resultado de 2300-2035 a.c.) (labec-istituto nazionale de fisica nucleare,
florencia; 3766 ± 43 a.p.), el más antiguo de los que se dispone para el complejo
(Alva 2008:102).

A partir de la segunda fase se aprecia un cambio radical en la arquitectura. En


cuanto a técnica y materiales, se empieza a utilizar, de manera exclusiva,
bloques sedimentarios de arcilla compacta unidos con aglomerante de barro y
se enlucen las fachadas. La arcilla seca absorbió rápidamente la humedad del
Aglomerante y aceleró el fraguado, lo que permitió el alzado monumental y casi
vertical de las fachadas. A partir de ese momento, la técnica se mantuvo sin
cambios hasta la última fase, lo que originó exigencias conceptuales de un
diseño inspirado en proporciones arquetípicas. Si bien la nueva técnica
representó una innovación, antes de perfeccionarse se apuró el diseño de una
obra majestuosa que definiría los cánones de una importante tradición
arquitectónica en la costa norte (Alva 2008:102).

La segunda fase cubre el afloramiento rocoso e incluye la reorientación del eje


del templo hacia el Norte en función del entorno paisajístico predominante. El
llamado Templo Rojo-Blanco representa un primer modelo arquitectónico
monumental, abierto al norte e iniciado en una plataforma baja delantera que
soportaba una amplia escalera de 12 metros de ancho y 11 pasos de ascenso
hacia la Plataforma Central, de 30 metros de ancho por 46 de largo, en cuya
cima se erigió el recinto principal. Al costado oeste de la plataforma baja se logró
definir una escalera lateral pequeña, tal vez de uso restringido. El acceso público
debió hacerse por el frente norte, el que, lamentablemente, fue destruido en su
integridad debido a la extracción de material para la fabricación de adobes por
parte de los actuales habitantes de la zona (Alva 2008:102 - 103).

El recinto culminante constituyó el ambiente más importante y sagrado del


templo. En la fase 2, todas sus caras estuvieron pintadas con anchas bandas
oblicuas de color blanco en forma de zigzag sobre fondo rojo. Su amplio vano
delantero, de 5,80 metros, presentaba jambas de color negro. Aquí se registraron
porciones decoradas con los mismos colores derruidos a lo largo del umbral.
Estos pudieron corresponder a un enorme dintel de barro dispuesto sobre la
portada, que pudo haber sido derribado o que colapsó antes del enterramiento
para dar paso a la tercera fase. El recinto, de 9,70 metros de ancho por 16,70 de
largo, tiene esquinas redondeadas. En su pared oeste interior se construyó un
singular espacio cóncavo y de planta semicircular a modo de chimenea abierta
de 1,20 metros de ancho y 3 de altura. Con seguridad, era el lugar donde debió
de mantenerse un fuego sagrado, un elemento fundamental en los cultos más
antiguos. De las cenizas se tomaron las muestras de carbón que arrojaron una
antigüedad de 4000 a.p. (Beta Analytic Radiocarbon Dating Laboratory, Florida,
Estados Unidos (Alva 2008 :103).
Al fondo del recinto, contra la pared sur, una doble banqueta corrida, con pasos
de 1,30 y 3,35 metros de alto, debió funcionar como altar o estrado. A cada
extremo de la banqueta, sobre el primer paso, se ubicaron dos muros
perpendiculares de tabique. En estos dos paneles y en la porción de pared lateral
Contigua con la que forman ángulo se plasmaron magníficos murales polícromos
que han sorprendido por su iconografía original, excepcional para las tradiciones
culturales tempranas del antiguo Perú: el probable tema del «venado en la red»
(Alva 2008:103 - 104).

En un primer momento, durante la temporada 2007, se excavó y restauró


el panel del lado oeste; y, a partir de octubre de 2009, se develó el panel este,
con lo que se comprobó la simetría arquitectónica e iconográfica. Se pueden
interpretar ambas imágenes como la representación de un cerco de redes
(chaco) donde han sido atrapados tres animales; la red multicolor oculta las
figuras y establece un juego óptico; los cuadrúpedos en color negro apenas se
distinguen con una banda ondeada gris que recorre su contorno desde el cuello
a la pata trasera, lo que da la apariencia de movimiento o abatimiento (Alva
2008:104)

Las patas flexionadas tienen una línea blanca que marca el casco, mientras que
la cabeza presenta un gran ojo, hocico, dientes cuadrados de herbívoro y orejas
romboidales. La cola levantada está delineada por una curva blanca. La
representación de venados capturados en redes parece haber sido un tema
esencial para la ideología de las primeras sociedades andinas, que sacralizaban
la cacería ancestral y la fauna. Constituye un sorprendente caso de continuidad
cultural, pues el ritual trascendió como tal hasta la época de los mochicas. En el
contexto del complejo de Ventarrón, el ritual colectivo de la caza parece haber
servido para reivindicar la importancia de las redes en la articulación de la
economía, como una metáfora del orden social. En cuanto a los venados, se
presume que representan la abundancia natural de recursos en función a ciclos
de renovación del tiempo (Alva 2008 :104).
El sector suroeste del templo presentaba un ala lateral anexa severamente
afectada por las canteras de adobe. Es probable que fuera cortada por un canal
de riego que marca el actual límite del monumento.
Este componente arquitectónico estuvo conformado, en sus primeras fases, por
dos recintos alineados de este a oeste y abiertos al norte, separados por un muro
divisorio delgado hecho con una técnica semejante a la quincha.
El primero habría estado unido al flanco oeste de la plataforma principal; el
segundo se alineó al oeste del primero separado por un corredor y un muro
divisor delgado y alto con planta en forma de «C» que lo encerraba.
Desafortunadamente, la extracción de material para la fabricación de adobes
destruyó las tres cuartas partes del segundo recinto y solo quedaron restos de
pintura de la pared este adheridas al relleno húmedo de cobertura y el fondo de
la sala (pared sur). Originalmente, toda la fachada de estuvo pintada. En la última
temporada de trabajo (mayo de 2009) se descubrió y trató una porción del mural,
con lo que se logró definir el diseño de fondo rojo, marco gris y dos bandas
blancas verticales (Alva 2008 :104).

El primer recinto del ala lateral también fue parcialmente destruido, lo que afectó
el machón y parte del dintel del lado oeste de la portada. Los fabricantes de
adobe vaciaron el relleno que cubrió el interior, lo que dejó al descubierto las
paredes oeste y norte. Como resultado de las últimas excavaciones, se
descubrió el fondo de la sala, que tiene una singular planta cruciforme que
semeja la mitad de la típica cruz andina o chacana, un hallazgo que ubicaría a
este sitio entre los más antiguos en incluir dicho icono. Es probable que este
recinto corresponda a la segunda fase constructiva si se considera que el
delicado trabajo de diseño, construcción y pintado en colores blanco, negro, gris,
rojo y amarillo denotan la misma expresividad (Alva 2008:104).

El carácter de «centro» del lugar, refrendado por el símbolo cruciforme, parece


fundamentarse en la situación del templo respecto del cerro y de esta formación
en el contexto del valle. Semejante expresión conceptual con las mismas
representaciones, pero en parajes antagónicos posteriores se encuentra también
en los petroglifos de Cumbemayo y en la Galería Central de Chavín de Huáncar.
El fondo de la cámara cruciforme funcionó como lugar para un fogón ceremonial.
Se encontraron restos de carbón en las pequeñas zonas del piso que se excavó.
Las paredes del estrechamiento final, contenedor del espacio donde se colocó
el fuego, lucen quemadas: rojizas en la parte baja por exposición directa al fuego,
mientras que la parte superior está tiznada por hollín.
El fogón de la planta cruciforme se encontraba visible tras un amplio umbral y
encajaba en un juego de proporciones simétricas. Sin embargo, el ambiente
presenta otro fondo indirecto y más amplio al este, que aún no se ha definido.
(Alva 2008:104).

En el diseño del recinto lateral se percibe una especial preocupación por la


modulación de ciertos patrones arquitectónicos que obedecían a criterios
conceptuales, al margen del cálculo de las posibilidades técnicas. Se advierte
una clara simetría espacial y cánones modulares. Al parecer, se usaron medidas
fijas con cuerdas y progresiones a partir de plantas circulares y volúmenes
cúbicos, lo que evidencia que la arquitectura tuvo un profundo valor, pero, en ese
afán, los 3 metros de altura de las paredes del recinto, que remataban en solo
30 centímetros de cabecera, cedieron por deficiencias técnicas al momento de
la construcción o inmediatamente después. La inclinación del lado oeste del
recinto y del muro divisorio hizo necesario su enterramiento. Una vez sellado
con relleno compacto, se construyó el primer nivel del piso de la plataforma baja,
el que definió, en adelante, la función del ala lateral, posiblemente a partir de
la fase 3 (Alva 2008 :104).
Para erigir una tercera fase, que se denominó Templo Verde, se cubrió por
completo el interior del Templo Rojo-Blanco. Durante el evento de entierro se
depositaron preciadas ofrendas en el apisonado preparado sobre el primer
bloque de relleno. En el eje central, que tuvo carácter ceremonial, se halló una
trompeta de caracol de la especie Tricornis peruviana. Al exterior, en la cobertura
del atrio, al pie de la esquina sureste del recinto, se depositó otra ofrenda
simultánea: una concha de nácar en forma de medialuna y de 15 centímetros de
envergadura. Se aprovechó la concavidad de la concha y se grabó, con finas
incisiones, la imagen de una cabeza central sonriente con siete bandas radiadas
y punteadas a manera de pectoral . Por último, sobre el nivel de relleno que
cubrió la cabecera del recinto, se registró el esqueleto completo de un
guacamayo asociado a un rústico collar de siete cuentas de turquesa.
Las ofrendas debieron representar complejas metáforas referidas al simbolismo
del color y las regiones de la cosmología de los ocupantes de este complejo. Sus
procedencias brindan una idea de la antigüedad de la interacción interregional e
importancia de Ventarrón en aquel contexto cultural (Alva 2008:105).
Para construir la tercera fase, el recinto central se rellenó totalmente con material
arcilloso compacto hasta su cabecera; al exterior, sobre el atrio, se dispuso una
serie de cámaras o celdas de contención de relleno, de 1 metro de lado en
promedio, hechas de bloques arcillosos unidos con barro y que contenían tierra
suelta. Al llegar al vértice de la plataforma se construyó un muro de contención
ligeramente replegado sobre la alta fachada anterior. Una vez elevada la
fachada, se construyó un sistema de grandes contrafuertes de más de 6 metros
de altura para apuntalar el relleno masivo de la cima . Este cinturón estructural
brindó un impresionante aspecto de solidez y equilibrio arquitectónico, una
solución apropiada que parece inspirada en las formas de las colinas
circundantes (Alva 2008 :105).
Es posible suponer que los volúmenes trapezoidales, sobresalientes a modo de
almenas, produjeran un juego de sombras con el curso anual del Sol que bien
pudo corresponder a un sistema de cálculo calendárico
Sobre el atrio se edificó el nuevo recinto central, idéntico al anterior en las
proporciones del vano, esquinas curvas y fogón contra la pared oeste, pero
ligeramente más amplio al norte y doble en el espesor de sus paredes, las que,
al exterior, estaban pintadas de un color verde semejante al que proviene del
óxido de cobre. Lamentablemente, el piso interior del ambiente fue destruido por
el saqueo. Al parecer, varias tumbas del Periodo Formativo fueron arrasadas sin
dejar más evidencias que algunos fragmentos de platos y vasijas que se
relacionan con los estilos Cupisnique o Chavín A. Los pocos restos no dan idea
de la cantidad de materiales expoliados (Alva 2008:105 - 106)

Por los comentarios de los pobladores y la gran concentración de pozos, es


probable que se hayan perdido varios contextos importantes. La plataforma de
acceso situada al norte debió ampliarse en la fase 3, cubriendo la anterior, pero
fue destruida por la extracción moderna de material, que llegó hasta la roca
madre. En la esquina noroeste logró definirse una amplia escalinata lateral
indirecta de dos tramos, que accedía a los dos niveles de una terraza escalonada
que corre alrededor de la plataforma y al pie de los contrafuertes. Esta escalinata
parece haber tenido una función equivalente a la que tuvo la escalinata pequeña
de la segunda fase, es decir, un acceso indirecto desde el este, que cambia de
un carácter restringido en la fase 2 a ampliado en la fase 3 (Alva 2008 :105).
Tiene 15 peldaños en el primer tramo y decrece en su ancho en su ascenso hacia
la cima. El tramo final tiene ocho pasos y el escalón más ancho, en la base, tiene
3,50 metros. En la misma fase, la escalinata se amplió hacia el sur con otro paño
del mismo ancho y semejante volumen. De las evidencias que quedaron sobre
la cima de la estructura se puede inferir que las tres primeras fases de la
secuencia arquitectónica mantienen el recinto central con un espacio destinado
para un fogón ceremonial. Al parecer, a partir de una cuarta fase, el recinto
central desaparece a medida que se cubre la mitad de su altura y se termina de
sepultar en la fase siguiente. Aunque la erosión pudo destruir los últimos
vestigios de dichas estructuras, la secuencia indica una tendencia al crecimiento
masivo del volumen de la plataforma. A manera de síntesis, se pueden
diferenciar tres componentes arquitectónicos primordiales que comprenden
elementos secundarios y estos, a su vez, contienen dispositivos ceremoniales
(Alva 2008:105).

14. KOTOSH:

14.1. Antecedentes:

En los años de 1960, 1963 y 1966, la Misión Arqueológica Japonesa a los


Andes realizó investigaciones en el sitio Pre cerámico Tardío de Kotosh, en
Huánuco, las que revelarían importantes evidencias de arquitectura ceremonial
de la época (Chu barrera 2008 .20).

Las excavaciones realizadas en los alrededores de la ciudad de Huánuco en el


valle del Huallaga en 1960, 1963, 1966 Y 1969 han logrado establecer la
cronología temprana de la zona, especialmente del Periodo Formativo. Si el
Periodo Arcaico se define como una parte del Periodo Pre cerámico, la fase
Kotosh Mito es la única que concuerda con esa definici6n. No hay datos sobre
Una etapa anterior a esta. A continuaci6n, sin detenerse detalladamente en la
arquitectura, se resaltan algunos puntos de mayor importancia (Onuki 1999
:326).
Al contrario de lo que algunos arqueólogos plantean, los templos pre cerámico
de Kotosh (Izumi y Terada 1972) y Shillacoto (Izumi, Cuculiza y Kano 1972) no
son pequeños sino más bien grandes y elaborados. Como dice Bonnier, «la
arquitectura Mito es mucho más que una colección de cuartos rústicos dispersos
en plataformas sencillas» (Bonnier 1997: 121). Los templos consisten en un
conjunto de cuartos independientes, de diferentes tamaños (4 por 4 metros a 15
por 15 metros), y en el caso de Kotosh están edificados sobre las tres
plataformas o terrazas escalonadas cuya altura total habría llegado a 15 metros,
elevación obtenida en base a la acumulación artificial de tierra y piedras y por la
construcción de fuertes muros de contención (Onuki 1999:326 - 327).
El conjunto arquitectónico de la sub-fase del Templo de las Manos Cruzadas
tenía un edificio en la primera plataforma (que no se conservó), el Templo de las
Manos Cruzadas en la segunda y por lo menos dos cuartos en la tercera. Todos
estos edificios y plataformas funcionaban simultáneamente y las actividades en
cada edificio estaban relacionadas una a la otra de modo que todas las
actividades formaran un solo complejo ceremonial. La extensión total del área
excavada del conjunto de tres plataformas de esta subfase tiene alrededor de 30
por 30 metros y si se toma en cuenta el área no excavada, el conjunto habría
sido por lo menos tres veces más grande, con una altura total de
aproximadamente 15 metros (Onuki 1999 :327).
Compárense estas dimensiones, por ejemplo, con las de Áspero, Huaca de los
Ídolos: el Templo de las Manos Cruzadas, de 9 por 9 metros, ocuparía el espacio
más amplio considerado como la plaza; el Templo de Shillacoto, con una
extensión de 15 por 15 metros, ni siquiera cabría en ella (Onuki1999:327).

La fase Kotosh Mito se divide en tres sub-fases. Bonnier (1997: 130,) plantea
que puedan reconocerse otras más, pero algunas de sus subdivisiones
corresponden a las actividades transicionales o alguna renovación parcial sin
remodelación de terrazas. Cada una de las tres subfases implica cambios en el
conjunto arquitectónico (terrazas renovadas, muros de contención remodelados,
escaleras renovadas y los edificios elaborados reconstruidos). Por lo tanto, es
suficiente anotar que en Kotosh se distinguen tres subfases: Templo Blanco.
Templo de las Manos Cruzadas y Templo de los Nichitos.
Es necesario aún obtener los fechados radios carbónicos para el inicio y fin de
la fase Kotosh Mito de manera que se pueda calcular la duración de cada sub-
fase. Lamentablemente por el momento no se puede proponer un marco
temporal correspondiente para esta fase y tampoco está aclarado si hay o no
más construcciones debajo de la subfase Templo Blanco debido a que no se ha
llegado al estrato estéril en Kotosh (Onuki 1999:327).

Las excavaciones del Templo de los Nichitos han presentado un dato muy
interesante en cuanto al proceso de construcción, el cual se conforma de varias
etapas. El primer paso consistió en cubrir el piso y la parte inferior del Templo de
las Manos Cruzadas con fina tierra arenisca del río. Al parecer se escogió tierra
fina para proteger los relieves de las manos cruzadas; después de amontonar
hasta casi la mitad de la altura norte del Templo, que tiene la altura total de
2,4metros, se rellenaron los espacios interiores y exteriores con cantos rodados
de tamaño mediano; posteriormente se amontonó tierra de color marrón claro
que existe en abundancia en los alrededores del sitio, con un espesor de casi 60
centímetros sobre el relleno que alcanzaba la altura del techo del Templo (Onuki
1999 :327)

Así totalmente enterrado, con un nuevo muro de contención se dio la elevación


más alta a la nueva plataforma; al mismo tiempo, se construyó el conducto
subterráneo de ventilación, el fogón de 40 centímetros de diámetro y se
colocaron las piedras en forma cuadrangular (de 4 por 4metros). Luego se
procedió a derramar ceniza en el área cuadrangular, para después cubrir todo
con una delgada capa de tierra roja, y luego amontonar la tierra de color marrón
claro sobre todas las estructuras para preparar el piso total del Templo de los
Nichitos. A continuación, se hicieron los muros bajos que rodean el piso de bajo
nivel con el fogón en su centro, el piso llamado pericausto por Bonnier (1997),
se construyen cuatro muros, de 8,5 por 8,5 metros con nichos. Finalmente se
enlució toda la cara de los muros y el piso (Izumi y Terada 1972: 171-176). Las
excavaciones en el norte del Templo de las Manos Cruzadas corroboraron que
el mismo proceso de construcción fue aplicado casi sin diferencia en los otros
templos (Onuki 1999:327).

14.2. Ubicación geográfica:

Ubicado en Kotosh en el departamento de Huánuco en el Perú, compuesto de


edificios superpuestos, remontándose al año 1800 a.C, que Corresponde a la
Fase Kotosh Mito.

14.3. Arquitectura:

La fase Mito está representada por una serie de edificios con fogón central, los
que fueron bautizados como Templo Norte, Templo Blanco, Templo de las
Manos Cruzadas y Templo de los Nichitos. Son recintos cuadrangulares, hechos
con muros de piedra de campo unida con barro y con la cara plana en el
paramento (Lumbreras 2008:112).
en el templo de las manos cruzadas, los muros se conservaron altos, lo que
permitió observar en el interior de los recintos la existencia de nichos
rectangulares angostos, perpendiculares al piso, en cuyo interior fueron hallados
restos de huesos a modo de ofrendas. debajo de dos de los nichos, se
encontraron manos, más bien brazos, modelados en barro, cruzados, de tamaño
natural (Lumbreras 2008 :112).
Al centro de los recintos hay una sección, generalmente a dos niveles, con una
especie de banqueta que rodea un pequeño patio plano, en cuyo centro hay un
hogar. El hogar reviste especial importancia, pues se trata de un fogón excavado
cuidadosamente en el patio que tiene un tubo subterráneo que lo alimenta de
aire desde el exterior y que se inicia en el fondo del hoyo, conectándose
horizontalmente con el exterior. De la observación de un corte hecho en uno de
estos fogones, se desprende que eran usados en períodos prolongados,
abandonados y luego vueltos a usar. Quizá estos hogares cumplieron la función
de conservar el fuego permanentemente, frente a la dificultad de producirlo en
recintos cerrados y techados, con algún tipo de ritual y especialistas adscritos.
En el sitio Paraíso, de la costa de Lima, se hallaron elementos semejantes, pero
el fenómeno no es común en los sitios costeros (Lumbreras 2008:112).
14.4. Manifestaciones culturales:

 El significado de los templos


Las características señaladas implican dos significados que merecen mayor
consideración: el aspecto social y el aspecto religioso.
 El aspecto social
Obligadamente, el conjunto arquitectónico de cada subfase requirió de una
fuerza laboral organizada.
Aunque no se puede determinar cuánta mano de obra fue empleada, la mayoría
de los habitantes tenía que tomar varios cargos de manera ordenada.
Inevitablemente debía haber un grupo de dirigentes de la obra y la sociedad debe
de haber tenido una población suficiente para realizar el trabajo. De este modo,
la organización social fue con seguridad algo más compleja que la de una
pequeña sociedad igualitaria (Onuki 1999:328).
La distribución de otros complejos contemporáneos sugiere que los sitios con
templos estaban ubicados cada cinco kilómetros aproximadamente. Estos
asentamientos, que podrían llamarse aldeas o pueblos, son distintos en tamaño;
por ejemplo, Wairajirca es mucho más pequeño que Kotosh o Shillacoto.
Wairajirca está a una distancia de aproximadamente 30 kilómetros al este de
Kotosh; ahí se han encontrado construcciones del tipo de la fase Kotosh Mito
(Onuki 1999:328 - 330).
Los dos cuartos independientes en la pequeña plataforma tienen características
básicamente semejantes a las de los templos de Kotosh y Shillacoto; el recinto
R-6 mide 8 por 8 metros en el exterior y 6 por 6 metros en el interior, con un
pericausto de 3 por 3 metros y un fogón en el centro del mismo. Otro recinto, el
R-8, mide 4,3 por 4,3 metros en el exterior y 3,7 por 3,7 metros en el interior, con
un pequeño pericausto de 1 por 0,85 metros y un fogón. En ambos casos se
observan una capa de tierra de color rojo y otra de ceniza debajo del piso. Así,
cada aldea edificaba su propio conjunto de templos según su fuerza laboral
disponible.
Puede sugerirse que hubo un intercambio de visitas mutuas entre ellas, pero no
se sabe con certeza si hubo o no un orden jerárquico entre las aldeas o los
templos. (Onuki 1999 :330).
Tampoco se tienen muchos datos acerca de las bases económicas de entonces.
No se registró material orgánico en las cenizas del fogón ni en la capa debajo
del piso que evidenciara la subsistencia. Sobre el piso en el exterior del muro
oeste del Templo de las Manos Cruzadas se excavó una delgada acumulación
de cenizas de un área de 1 metro de diámetro y de ella se recuperaron semillas
carbonizadas similares a las de la palta, de frejoles y algunos ejemplares
parecidos a corontas de maíz que medían de 3 a 4 centímetros. Hay muchos
huesos de venados, de camélidos y de cuyes recuperados de los rellenos del
interior y exterior de las construcciones (Wing 1972). Se puede suponer que el
sistema económico se basaba en una combinación de agricultura, caza y de
recolección (Onuki 1999:330- 331).

 El aspecto religioso:

Como se ha visto en el proceso de construcción del templo, cada fase de


actividades tiene carácter ritual o ceremonial. Bonnier hace hincapié en el uso
de la tierra roja para el piso, pero como la tierra de color rojo-marrón es
abundante en los alrededores y en el lecho del río, es difícil determinar si esta
tierra fue intencionalmente escogida por su color. Es preciso notar, sin embargo,
que sobre la ceniza del pericausto del Templo de los Nichitos se observó una
capa delgada de tierra de color rojo. La tierra para el piso es de color marrón
claro que fue acumulada encima de esa capa (Onuki 1999 .331).

También se registró la presencia de tierra de color rojo encima de la ceniza por


debajo del piso del templo en el sitio de Wairajirca, como se ha visto en los casos
de los recintos R-6 y R-8. Destaca el dualismo en los relieves de las manos
cruzadas (Fig. 7) Y el uso bicolor de rojo y blanco-crema para pintar el exterior e
interior del Templo de las Manos Cruzadas (Izumi y Terada1972: 154), contraste
bicolor que, no se encuentra en otros templos. Se debe enfatizar, además de
ello, la capa de ceniza debajo del piso. Cada edificio tiene el piso de dos niveles,
epicausto y pericausto, y la capa de ceniza se encuentra debajo del piso de tierra
roja del pericausto. Además, se nota una renovación de los edificios, plataformas
y escaleras. Cada renovación termina con la terminación del templo levantado
sobre la capa de ceniza (Onuki 1999 :331).

Este proceso se puede interpretar de la siguiente manera: un templo es


abandonado después de cierto tiempo de uso y se cubre con tierra; luego se
prepara un fogón y se derrama ceniza. Sobre ésta se coloca tierra y aparece un
nuevo templo. Este proceso se repite otra vez después de cierto tiempo. Estas
actividades hacen recordar al proceso de agricultura practicada en la selva
tropical. La chacra es abandonada después de unos años, se quema el bosque,
se plantan o se siembra en la ceniza y aparece posteriormente la nueva chacra
(Onuki 1999:331).

En la zona oriental del Perú y Bolivia hay mitos del origen de esta clase de
agricultura que mencionan el rol de los venados. Aunque no hay evidencia que
corrobore la práctica de la agricultura de quema, sería interesante mencionar el
hecho de que se encontró un cuerno de venado en la capa de ceniza debajo del
piso pericausto del Templo de las Manos Cruzadas. En Colombia hay mitos que
cuentan que la anaconda se quema y sus cenizas son derramadas; de ellas
crecen las plantas como yuca y otras para la comida (Hugh-Jones1979: 293).
Los duetos de ventilación que corren por debajo del piso dentro de la capa de la
ceniza se podrían interpretar como la serpiente quemada (Onuki. 1999:332)

El autor se inclina a pensar que la renovación del templo de la fase Kotosh Mito
tiene alguna relación con la idea de la agricultura y la cosmología de la selva
tropical. Si es así, se tendría que reconsiderar la economía de aquella época y
que hubo posibilidad de haber cultivado la yuca y otros tubérculos cuyos restos
son sumamente difíciles de encontrar en el contexto arqueológico (Onuki 1999
:332).
15. PIRURO:

15.1. Antecedentes:
Para el caso de Piruru existen construcciones subterráneas que no presentan
fogón ritual (las estructuras h, e, i, 11) lo que evidenciaría un uso profano. No
obstante Bonnier (1987: 342 y 351) señala que su funcionalidad (doméstica) no
está determinada, aunque en la reunión de Americanistas en Chile y también
recientemente, Bonnier, (comunicación personal 2003) nos descartó la presencia
de arquitectura doméstica en sus excavaciones.
Tal vez esta carencia de datos sobre residencias se deba, como nos explicó
Richard Burger (comunicación personal 2003), en parte a la superposición de
ocupaciones más tardías, lo cual limita la extensión de las excavaciones en los
sitios serranos (Flores 2006 :38)
15.2. Ubicación geográfica:

Piruro, ubicado en el Alto Marañón y en la margen derecha del rio Tantamayo


(3800 m.s.n.m). (Canziani 1949:84)

15.3. Arquitectura:
Representa en sus niveles pre cerámico un importante sitio para la comprensión
de la posible evolución y surgimiento de la tradición arquitectónica Mito.
En las excavaciones desarrolladas en la década de los ochenta, se definieron
cinco fases de ocupación pre cerámica, donde en la última se identificó una
estructura asimilable a la tradición Mito, de unos nueve metros de lado con fogón
central y con los característicos pisos a desnivel presentes en Kotosh. (Canziani
1949 :84).
Lo interesante del caso es que los cuatro primeras fases corresponderían a
estructuras de un periodo anterior pre -mito, donde la mayoría presenta un piso
aun solo nivel y el fogón central en algunos casos, bien c construido y con ductos
de ventilación y en otros apenas delineados y sin ductos .

Además en estas estructuras se observa una notable variedad de formas y


rasgos con recintos tanto circulares como rectangulares, limitados por muros de
piedra; mientras que en otros casos estos están ausentes y los espacios
alrededor de los fogones parecen haber sido a cielo abierto (Bonnier 1997; 2007
citado por canziani 1949 :84).
La estructura de época mito tiene la particularidad no solo de introducir los rasgos
característicos del sitio de una tradición sino también nuevas técnicas
constructivas. Tal parece ser el caso del recinto, que presentaba un grueso muro
de piedra de unos 50 cm de altura, el cual sirvió de sobre cimiento a una
estructura de quincha realizada con una armazón de postes de aliso , reforzada
con barro y enlucida abierto. (Bonnier 1988 : 44-46 citado por canziani 1949 :84)

16. LA GALGADA:

16.1. Antecedentes:
Este gran sitio arqueológico está formado por dos montículos: el Montículo
Norte(temprano) y el Montículo Sur (tardío); a su derredor fueron descubriéndose
una serie de habitáculos pequeños en plantas ovaladas, circulares y
rectangulares asociados rodeando a ambos montículos .El examen cuidadoso
de superficie permitió distinguir un gran pozo circular, asociado al frente principal
oeste de la elevación frontal del Montículo Norte ( Bueno 1998 :77).
Las excavaciones en el Montículo Norte se ejecutaron luego de metrar el área,
dividir en cuadrantes su superficie alta y medir trincheras verticales en los lados
en talud del monumento. Las temporadas en los años de 1979-1980 fueron
dedicados a excavar este Montículo. Los exámenes de superficie y las
excavaciones demuestran que el Montículo Norte es un edificio de planta
ligeramente rectangular con esquinas curvadas, elevación maciza y compacta,
terminal alto (13 metros sobre el suelo) en morfología "U" abierta al oeste y
perfiles laterales y frontal escalonados . Es un tipo de pirámide truncada, tiene
perfiles escalonados y gran escalera frontal con pozo asociado igualmente
frontal (Bueno 1998 :78).
16.2. Ubicación geográfica:

El complejo de la galgada se localiza a unos 1100 m.s.n.m, en la margen


izquierda de un estrecho valle formado por el rio tablachaca , un afluente del rio
santa, a unos 80 km de su desembocadura en el mar.
Dado que el rio tablachaca forma un corredor natural en dirección noreste esta
ubicación es ciertamente especial, tanto por su equidistancia y relativa
accesibilidad hacia el litoral del pacifico, como hacia las serranías de la provincia
de pallasca y la propia cuenca del alto marañón (Canziani .1949 :84).

16.3. Arquitectura:
 Montículo norte:
Es una pirámide truncada con perfiles externos de cinco escalonados, en cuyo
interior existen galerías de corto trayecto y recintos curvados con nichitos
trapezoides, banquetas adosadas a los paramentos internos de los recintos,
pequeños patios a desnivel y su horno inscrito centralizado llevando o no ducto
de ventilación. Estos recintos excavados han sido fechados por radiocarbono,
cuyos resultados calibrados por dendrocronología, respaldan cronología entre
2,700 a.e. a 2,300 a.e. Al menos, los recintos del Montículo Norte funcionaron
activamente por este tiempo y constituyen morfologías internas de estas
pirámides con pozo frontal que despliegan planta en cuadro con esquinas
curvadas (Bueno 1998:80).
Al pie del Montículo Norte descubrimos una gran tumba con tres cámaras en
forma de E; la tumba E-II: J-7 tiene las cámaras en descenso por ligero
desplazamiento hacia adelante, articuladas con escaleras verticales de tres
escalones; sus tres secciones se encontraron tapadas fuertemente con su
respectiva piedra plana plantada verticalmente y selladas con gruesa argamasa
de barro. Al costado de la entrada de la tumba E-Il : J -7 descubrimos otra tumba
de una sola cámara, cuando se modificó un recinto de planta cuadrada y
esquinas curvadas, con las mismas características de selladura; fue signada
como tumba F-l2: B-2 y albergaba tres cadáveres identificados como de un
hombre y dos mujeres; estaban amortajados con telas de técnicas precerámicas,
fueron depuestos sobre petates de totora y cubiertos con esteras de junco y/o
totora indistintamente; una diadema de canastas elaboradas en fibras de junco
o totora, mates, bolsas en técnica anillada envolviendo a canastas y dos piedras
de río aplanadas, componían su ajuar funerario pre cerámico tardío (Bueno
1998:84).
Montículo sur:
El Montículo Sur fue excavado en 1978; trabajando a nivel de la carretera actual
Y en el subsuelo de ésta descubrimos los recintos con nichitos análogos al
Montículo Norte; el recinto cuadrado con esquinas curvadas está reconocido por
la sigla D-!1: C-3 y su carbón del horno centralizado en el pequeño patio fue
fechado en 2,380 + 164 a.e. El recinto cuadrado con esquinas rectilineales C-II:
1-3 fue fechado en 2,260 ± 187 a.C. Ambas fechas están calibradas por proceso
dendrocronológico (Bueno 1998:80).
Un tercer recinto con planta cuadrada y esquinas curvadas C-JJ: F-5 fue
descubierto al sur del recinto cuadrado C-II: 1-3. Tales recintos con nichitos
trapezoides están revocados con aplanado de barro mezclado con carga inerte
de paja y acabados a base de fina capa pictórica blanca; sus ductos para
ventilación de los hornos tienen el tiro hacia abajo de la tábica de los vanos
plasmados en solución rectilineal. Otros recintos curvados y cuadrados se han
definido durante las excavaciones, los que se superponen verticalmente sobre
rellenos de los inferiores convertidos en tumbas de morfología abotellada al ser
enterrados (Bueno 1998:80).
Para convertirse en tumbas los recintos circulares y/o cuadrados fueron
modificados por gruesas paredes de piedras con barro construidas adheridas a
uno de los lados y que llegan a abarcar un 50% del recinto, para finalmente
obtenerse una cámara rectangular de piso plano -al taparse con barro el pequeño
patio con horno central- donde se colocan los cadáveres sobre petates y/o
esteras de junco o totora en posición decúbito dorsal u otras veces flexionados
en número de tres. Estas tumbas fueron techadas con grandes lajas tramadas
entre sí que soportan toneladas de rellenos y otros pisos superpuestos (Bueno
1998:84).
En el Montículo Sur, los recintos D-l1: C-3, C-ll: 1-3 y C-l1: F-5 al rellenarse
fueron convertidos en tumbas abotelladas , al adicionarse construcción de muro
al interior del recinto y la escalera con tres peldaños verticales que
ascendíanhasta la abertura en el nuevo piso de piedra y barro superpuesto. En
general, fueron exhumadas 16 tumbas, las que son ampliamente descritas
(Bueno y Grieder, 1979); (Bueno 1998:84).
16.4. Manifestaciones Culturales:
 Textileria:
Los textiles pre cerámicos recuperados de las tumbas presentan motivos
pintados figurativos, figurativo-geométricos y geométricos: serpiente sonriente,
serpiente bicéfala, aves, aves entrabadas, aves entrabadas con serpiente
sonriente, el hombre con sus brazos convertidos en serpientes, etc.; lo figurativo-
geométrico se asocia al tratamiento técnico lineal de los motivos; el repertorio
geométrico representa rombos escalonados en oposición, escalonados en
oposición, rombos, bandas esca1eradas interlocking, aspas sucesivas, círculos,
líneas gruesas quebradas, eses, flecha representando serpiente sonriente,
trapecios, etc., identificándose tintes amarillos, rojos y negros para la
combinación de colores (Bueno 1998:85).

Asociadas a los templos descubrimos rocas con petroglifos cuyos diseños


petroglíficos concuerdan con las figuraciones identificadas en los textiles pre
cerámicos recuperados de las tumbas excavadas; tales representaciones
petroglíficas son serpientes sonrientes, aves y figuraciones geométricas, las que
están directamente en relación estilística con los petroglifos del gran sitio Los
Cóndores, ubicado en la quebrada Morín de la margen derecha del río
Chuquicara (Bueno Mendoza, 1997), también con graficaciones de serpientes
sonrientes, aves, felinos, peces, el hombre, mono, estrellas (Bueno 1998:85).

El análisis general permite inferir organización social a base de la familia


nucleada de cuyo seno emerge la conducción elitista. Los templos funcionaron
como atractivos gregarios, sede de eventos especializados, cuyas actividades
ceremoniales (complicado ritual mortuorio, etc.)Permitieron diferenciarse al
conductor social temprano por su dedicación a comprender e interpretar los
fenómenos naturales, observar los astros, ciertos ciclos biológicos sencillos y
determinar sobre aspectos del colectivo dentro de sus parámetros culturales.
Así, en La Galgada, los edificios en estudio plantean un uso múltiple
relacionadoa cada etapa de modificación o adiciones arquitectónicas puesto que
cada recinto permite y favorece alcanzar la impasibilidad mística (Bueno
1998:90).
El estudio del comportamiento ceremonial y simbólico de la gente pre cerámica
del sitio, en relación contrastante con otras formaciones sociales coetáneas debe
explicar las sucesivas modificaciones y/o adiciones físicas, valuando incluso la
categoría simbólica de cada recinto. Por tanto, la arquitectura en rápidos cambios
explicaríase analizando los procesos de diferenciación socio-culturales
orientados a las innovaciones y transformaciones físicas de los templos (Bueno
1998:90).
El sitio presenta una configuración claramente monumental y al igual que en
kothos con un ordenamiento dual , con dos montículos de gran tamaño , el mayor
al norte de unos 40 a 45 m de lado , mientras que el menor de unos 20 a 25 m
de lado , se encuentra unos 10 m al sur del primero . Esta disposición de los
montículos genera un eje de ordenamiento norte – sur, si bien ambos montículos
estas organizados en un eje este – oeste, con sus respectivas escalinatas y
frentes principales orientados hacia el oeste. En ambos montículos las
excavaciones registraron una compleja secuencia de construcciones
arquitectónicas (Grieder 1988, citado por canziani 1949: 84 – 85).
En el caso de la galgada se da la particularidad de que algunos de los recintos
enterrados fueron reutilizados como cámaras sepulcrales para lo cual se
construyeron pilares y muros rústicos de piedra que soportaron techos con vigas
de piedra , disponiéndose estrechas galerías de acceso desde el nivel de las
plataformas y recintos que estaban en este momento en actividad . Esto revelaría
una compleja concepción simbólica del espacio sacralizado, donde no solo la
vigencia de los edificios estaba sometida a un aparente ciclo calendario cuya
finalización implicaba el enterramiento y el inicio de un nuevo, la regeneración
de la arquitectura, sino que también el espacio ritual de los seres vivos, asociado
a los recintos en funcionamiento, estaba conectado con el de la muerte y el culto
a los ancestros, alojado dentro de las cámaras ahora sepulcros. (Grieder 1988,
citado por canziani 1949: 85).

Este montículo norte estaría asociado en su frente oeste con una plaza circular
de unos 18 m de diámetro, encerrada por muro circular de unos 2, 5 m de ancho
.este muro estaba hecho con cantos rodados y mortero de barro, por lo que se
presume que corresponde a las fases tempranas del sitio al igual que restos de
pequeñas cámaras construidas con el mismo material. Las cámaras rituales de
este periodo no tendrían desniveles en el piso y si lo presentaban enmarcando
con una grada el fogón, esta era de escasa altura y esta provista de un ducto de
ventilación subterránea que pasaba bajo la puerta, así como de nichos sobre
paramentos llanos, sobre los que se aplicó enlucido y pintura blanca , todos estos
recintos al igual que la mayoría de los que se le superpondrán posteriormente
presentan una planta subrectangular con muros ligeramente curvados hacia el
exterior y esquinas redondeadas mientras que las puertas y los ductos de
ventilación que pasan bajo ellas se orientan tanto al oeste como al norte (Grieder
1988, citado por canziani 1949: 86).

Las fases posteriores al 2200 a.C. en el montículo norte están representadas por
la presencia de cámaras construidas con piedras canteadas. Esta además del
clásico fogón central presentan una banqueta perimetral que se interrumpe
frente al umbral de la puerta, que también presenta una grada para descender al
nivel del piso donde se ubica el fogón. Los nichos se disponen con sus bases
alineadas sobre una suerte de zócalo generada por el adelgazamiento de la
parte superior del parámetro interior de las cámaras, o enmarcadas en una franja
horizontal recesada que da forma a cenefa horizontal. Para esta época se
aprecia una organización espacial de los recintos a partir de la disposición de
una gran cámara central de 9x12 m, orientada al oeste y con el piso ligeramente
más bajo que un atrio a cielo abierto que se ubica frente a esta.
(Canziani 1949 :86).

Dado que las excavaciones arqueológicas se centraron en las estructuras


monumentales, no se tiene una idea general sobre que otro tipo de estructuras
se encontraron en sus alrededores.
Sim embargo algunas excavaciones puntuales expusieron la presencia de
algunos recintos de aparentemente carácter doméstico en la proximidad de los
montículos. Estas estructuras tienen planta oval y muros bajos de piedra, con
pisos que presentan acumulaciones de basura y algunos posibles fogones, tanto
al interior como al exterior de las viviendas. Aparente mente no se detectaron
evidencias de alguna otra actividad que no fuera la estrictamente doméstica, y
no se dispone de información acerca del tipo de consumo de subsistencias que
se asociaba a estas (Canziani 1949 :87).

Sim embargo, de la excavación desarrollada en las estructuras de los montículos


y de los hallazgos asociados con tumbas, se reunió una considerable
información que da cuenta de un amplio y variado manejo de recursos vegetales
y plantas cultivadas. Entre estos , el de fibras de especies silvestres ,
posiblemente recolectadas en las misma zona , como el carrizo , empleados para
elaborar cuerdas , hilos o cintas y utilizarlas en el tejido de bolsas , cestos y
canastos que revelan una excelente manufactura ; otras como la totora , que
fueron empleadas para tejer petates , podrían haber sido traídas desde pisos
ecológicos más bajos o desde la propia costa . En cuanto a las especies
cultivadas, existe un amplio registro de la presencia de algodón, tanto de semillas
como de fibras en crudo, al igual que cuerdas, hilos y elaborados textiles
confeccionados con su fibra, lo que hace presumir su cultivo y procesamiento en
la zona (Canziani 1949 :88).

 Dieta:
Además de los mates ampliamente empleados en múltiples formas de
contenedores , la abundante presencia de pallar , canavalia , frejol , ají , zapallo
y frutos como la ciruela del fraile , lúcuma , guayaba , y palta , entre otros nos
proporcionan una idea general de la composición de sus dieta alimenticia de la
población .En un medio ecológico árido , como es que caracteriza a la zona se
ha señalado que todas estas plantas requieren necesariamente de irrigación
para sus cultivo .Si bien se puede presumir que algunos de estos recursos fueron
transportados al sitio desde otros lugares , tampoco se puede descartar la
factibilidad del desarrollo de tempranos sistemas de irrigación artificial en una
zona que presenta condiciones relativamente favorables , mas ahun si se
considera el bagaje tecnológico del que dan prueba los experimentados
constructores que realizaron la notable arquitectura monumental de La Galgada
(Canziani 1949 :88).

Enterramientos:
La mayoría de evidencias están vinculadas con actividades ceremoniales que
tenían lugar en los montículos y con las ofrendas funerarias de las tumbas. En
este sentido, solo se registraron algunos cuernos de venado mientras que es
notoria la total ausencia de restos de camélidos, sin embargo como existen
reveladoras evidencias de algunos elementos exóticos, como conchas de
moluscos, provenientes del litoral del pacifico, incluyendo algunos fragmentos de
spondylus, así como de plumas de color que presumiblemente provendrían de la
vertiente oriental de los Andes. De otro lado como parte del ajuar funerario de
los entierros, hallados en las cámaras, se registraron objetos de piedra
trabajados como adornos o cuentas de collares y pendientes, algunos de los
cuales incorporaban piedras semipreciosas como la turquesa. (Canziani
1949:88-89).

Finalmente , las características de los entierros preceramicos de la Galgada , su


especial disposición dentro de las cámaras funerarias , de la arquitectura
monumental y la profusión y elaborada calidad de las ofrendas , algunas de las
cuales manifiestan claramente su condición de bienes de prestigio , al emplearse
en ellas recursos exóticos provenientes de tierras lejanas , nos permiten inferir
la presencia de determinados personajes o linajes familiares que gozaban de
cierto status , en el marco de un proceso de diferenciación social , que ya prelude
el surgimiento de las sociedades complejas . Por otra parte el enterramiento de
estos personajes dentro de las edificaciones más representativas debió tener
una connotación social y simbólica (Canziani 1949 :88-89).

Si bien la información publicada se refiere más a las excavaciones de los


montículos rituales, se ha recuperado algunas herramientas de madera usadas
en el cultivo, morteros y piedras de moler, implementos de tejer, agujas, otros de
hueso y madera, canastas, bolsas y redes. Los numerosos vegetales cultivados,
las construcciones, los elaborados textiles con representaciones iconográficas y
los ítems de adorno u ofrenda, algunos procedentes de otros lugares, ponen en
evidencia las actividades variadas de sus pobladores para proveerse de
alimentos, efectuar sus ceremonias y ritos y obtener objetos especiales (Shady
1993 :109).

Si bien la información publicada se refiere más a las excavaciones de los


monticulos rituales, se ha recuperado algunas herra mientas de madera usadas
en el cultivo, maneros y piedras de moler, implementos de tejer, agujas, otros de
hueso y madera, canastas, bolsas y redes.
Los numerosos vegetales cultivados, las construcciones, los elaborados textiles
con representaciones iconográficas y los ítems de adorno u ofrenda, algunos
procedentes de otros lugares, ponen en evidencia las actividades variadas de
sus pobladores para proveerse de alimentos, efectuar sus ceremonias y ritos y
obtener objetos especiales (Shady 1993 :109).

17. EL SITIO RING:

17.1. Antecedentes :

En los últimos años, sin embargo, nueva información significativa se ha


convertido en disponible en adaptaciones marítimas andinos antes del período
Precerámico Tardío. Muchos de estos provienen del trabajo de los arqueólogos
en los Andes chilenos por ejemplo, Llagostera (1979), Benfer 1986; Reitz 1988;
Weir y Dering 1986). En este trabajo, se informa sobre los resultados mencionan
preliminares del trabajo de campo en el sitio de anillo, un Sitio temprano situada
entre la central y Andes cerca de Lio, Perú. El sitio Anillo demuestra la presencia
de una economía marítima en la costa peruana al sur antes de 5000 BP.

17.2. Ubicación geográfica:


Situado a unos 7,5 km al sureste de tapa y 0,75 km hacia el interior (noreste) de
la actual línea de costa. El Sitio anillo es claramente pre cerámico: ninguna de
las excavaciones descubrió la cerámica. Con base en el conjunto disponible de
fechas de radiocarbono, podemos resumir la cronología del sitio del anillo de la
siguiente manera: Fechas de la ocupación inicial antes 7500 BP. Y quizás tan
pronto como 10.000 BP, mientras que el sitio continuó en uso hasta después de
5000 BP (cuando se formó el anillo Shell). El sitio Anillo aparentemente fue
abandonado antes del 2100 BP, momento en el cual el pre cerámico habría
terminado (Sandweiss 1989 :48 ).

17.3. Manifestaciones culturales:


Fue el primero de una serie de sitios costeros en el extremo sur del Perú que
proveyó de una evidencia sólida que esa región estuvo ocupada hacia el 10.000
a.p. o más tempranamente. Fue identificado primero como un anillo emergente
visible en una foto aérea de 1954.
Estaba ubicado en una terraza marina en Pampa del Palo, al sur de 110).
Reconocimientos en el campo determinaron que el sitio fue dañado por
maquinaria pesada, dejando expuesto un gran perfil de unos dos metros de
altura. Excavaciones llevadas a cabo en 1983, 1985 Y 1987 (Sandweiss et al.
1989; Richardson et al.1990) revelaron que el sitio fue ocupado entre 5000 y
10.000 a.p. (no calibrado), y que la forma de anillo visible en las fotos aéreas fue
aparentemente una construcción ex profeso de un monumental anillo de conchas
construido alrededor de 5000 años atrás (wise 1999:341).

El sitio fue aparentemente usado para el procesamiento de recursos de fauna,


incluyendo peces y moluscos, creando con la basura del conchal, durante los
periodos Arcaico Medio y Tardío, un gran anillo que dio nombre al sitio. El análisis
de los huesos de animales y material lítico de la primera temporada excavación
(Sandweiss et al. 1989; Richardson et a\. 1990) demostró una concentración en
los recursos marinos y costeros, y un poco de la forma de la tecnología lítica
formal. El sitio fue aparentemente arrasado por bulldozer durante la construcción
de la carretera al sur de 110, y es posible que lo que quede de él esté ahora por
debajo del basurero municipal, lo cual imposibilita investigaciones futuras en este
importante yacimiento (Wise 1999:341).
 Dieta de Subsistencia:
En lo que respecta a su dieta, los habitantes del sitio ring se alimentaron de una
gran variedad de peces, por tal razón se infiere de que los habitantes pescan
cerca de las aguas costeras La variedad de taxones de vertebrados recuperados
del Sitio Anillo muestra que el repertorio conductual de los primeros habitantes
de la costa del Perú incluye la pesca y métodos de marisqueo y un conjunto de
técnicas de caza especializado necesario para capturar mamíferos y aves
costeras. Extensamente, por tal razón es evidente que utilizan técnicas de pesca,
por tal razón El Sitio anillo y los datos relacionados claramente apoyan la teoría
de que la porción basada en animales de las primeras economías del Perú
costeras era marino (Sandweiss 1989 :59)

 Hallazgos:
Durante el proceso de la investigación en las diferentes áreas se ha ido
encontrando una serie de artefactos utilizados para realizar sus actividades
cotidianas como las pesca; dentro de esos artefactos encontramos artefactos
hechos a base de hueso, como es el arpón de una sola lengüeta este arpón
puede haber sido utilizado para cazar las especies de mamíferos marinos
representados en los restos de fauna del sitio anillo o sitio ring (Sandweiss 1989
:69).

Por tal razón las investigaciones en el Sitio Anillo dan una idea de la economía y
el medio ambiente físico de una de las culturas marítimas más tempranas en el
Nuevo Mundo, Si bien gran parte de trabajo está en curso y se han previsto las
futuras temporadas de campo, los resultados obtenidos hasta el momento nos
permiten hacer una serie de declaraciones relativas a los principios de
interacción de las personas y el medio ambiente en el litoral de la región del sur
de Perú, (Sandweiss 1989 :69).

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