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Carrera: Abogacía
N° de Legajo: VABG59573
Se ríe el niño dormido
sumak kawsay
Índice
Resumen ix
Abstract ix
Introducción 11
Marco Metodológico 15
Capítulo IV: Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad a Mujeres con Hijos bajo
Ley 23.737 en Argentina 69
4.1. Prisión preventiva 70
4.2. Prisión domiciliaria 71
4.3. Reincidencia, libertad condicional y suspensión del juicio a prueba 76
4.4. Privación de la patria potestad: infantes separados de sus madres 77
Conclusiones Finales 97
Apéndice 139
Anexos 159
Tabla 5 Observaciones generales del Comité de los Derechos del Niño relacionadas
con la situación del niño en prisión 143
Figura 1. Convención sobre los Derechos del Niño. Derechos que se vulneran al
permitir la cohabitación del niño con su madre en prisión 144
Figura 3. Mujeres en prisión cada millón de habitantes en los once países, en base a
las últimas publicaciones oficiales de cada país 146
Figura 5. Tope de edad y regulación vigente que permite la cohabitación del niño con
su madre en prisión según país 148
Figura 8. Mujeres que viven en la cárcel con sus niños, procesadas sin condena según
delito, registradas al 31 de diciembre de 2017 41
Figura 9. Mujeres que viven en la cárcel con sus niños, condenadas según delito,
registradas al 31 de diciembre de 2017 43
Figura 10. Sucesos trascendentales para la defensa integral de derechos del niño en
contextos de encierro en el ámbito internacional, con un enfoque direccionado hacia
América Latina 149
Figura 11. Funciones que realiza cada órgano dentro del Sistema Interamericano de
Derechos Humanos 150
Figura 12. Razones por las cuales las mujeres detenidas no se encuentran bajo prisión
domiciliaria 151
Figura 18. Principios del derecho penal que se contradicen con la estancia del niño en
prisión 157
Siglas y Abreviaturas
vii
PIDESC Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales
viii
Resumen
Palabras clave: interés superior del niño, derechos humanos, prisión, drogas, indulto,
amnistía, Argentina, Latinoamérica
Abstract
The central aspect of the work is a focus on the situation of infants in confinement
contexts. Is the violation of law 23,737 one of the main causes of the detention of their
mothers? As a central axis, Argentine children will be studied, with a peripheral
perspective on Latin America, necessary to understand our country more thoroughly.
The starting point at the regional level is the year 1916, with the celebration of the
First Pan-American Congress of Children and Adolescents, followed in Argentina by
1
Se utiliza el término genérico de niño para referirse tanto al niño como a la niña, como persona de 0 a
18 años, o conjunto de ellos y ellas, para simplificar la redacción y hacer más cómoda la lectura.
ix
the Juvenile Patronage Act of 1919. The detailed study of legal instruments for the
protection of men and children especially will be opposed to the norms of execution of
the sentence imposed on mothers with dependent children. Childhood defense
dispositions have been designed for people from the womb to majority. Therefore, the
rest of the children of detainees from five to eighteen years of age cannot be left aside
as a collateral impact. The biggest question in general is: are their basic rights
violated? With which an exhaustive analysis to witness cases in Argentine
jurisprudence and rulings of the Inter-American Court of Human Rights is
undertaken. It concludes with the presentation of different reports and approaches,
which open the way to the presentation of an ambitious and innovative change
proposal, pointing to the very root of the prison system.
The conflict between the execution of the sentence to mothers who violated law 23,737
and the rights of the children
Keywords: best interests of the child, human rights, prison, drugs, pardon, amnesty,
Argentina, Latin America
x
Introducción
Adicionalmente, existen motivos por los cuales los niños mayores de cinco
años no pueden apartarse de la problemática. Por ende, serán también incluidos. Son
dos los principales, enfrentados entre sí. Uno que emana desde el poder legislativo y
otro desde el judicial. Primeramente, el hecho de que el art 1° de la ley 26.472 tome la
edad arbitraria de cinco años. De ello depende el asignar o no el cuidado del hijo a la
progenitora. Esta costumbre ha perdurado por 150 años, sin una justificación valedera,
perpetuando hasta el presente artículos derogados, como el 206 del Código de Vélez.
Es necesario revertir este límite etario, ya que la definición de niño que el Código
Civil y Comercial ofrece abarca a toda persona desde los 0 a los 18 años. En cambio,
los jueces parecen estar más aggiornados en ese sentido y no tienen muy presente tal
división de edad en sus fundamentos. Es así como la línea que separa los dos rangos,
el de 0 a 4 años y el de 5 a 18, se resquebraja frecuentemente en los tribunales de
casación penal.
11
prisión. Condiciones por demás adversas. Entre las que se destacan: niveles altos de
pobreza, violencia, desigualdad e insalubridad; retroalimentadas con niveles bajos de
educación, recreación y visibilidad. Un cóctel por demás perjudicial para la niñez.
Es por ello primordial integrar a fondo todos los factores en pugna cada vez
que el Servicio Penitenciario abre sus puertas para recibir a una madre con su hijo. El
capítulo 1 explicará cómo nuestro país entra en el proceso de ser parte de una
comunidad global de derechos. Como antítesis, garantías que no se cumplen se
traducen en el drama diario que viven estas criaturas y serán descriptas en detalle en el
12
capítulo 2. Y en consecuencia, ¿qué medidas tomadas por los tres poderes en cuanto a
niños encarcelados serían restrictivas, o mayor aún, contrarias a las leyes de la niñez?
Lo cual será analizado en los capítulos 3 y 4.
En efecto, ¿es la madre que le toca en suerte a un niño la que lo arrastra hacia
esta situación extrema? El inciso 3 del art. 10 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales prohíbe discriminaciones por razón de filiación. Es
más, que el hijo cargue con el tipo de delito cometido por la madre y con la condena
que ésta recibe violaría el principio de personalidad de la pena.
2
Entre ellos: Los arts. 8° inc. 2 de la Convención Americana, 11 inc. 1 de la Declaración Universal y
14 inc. 2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
13
pregunta central es comprobar si es a las mujeres a las que se les impone el cuidado y
la crianza de sus hijos, aun estando privadas de su libertad. Seguida por el hecho de si
existe algún tipo de correlación entre el apresamiento y el mundo femenino.
Específicamente, en cuanto a la tenencia, venta, comercialización y transporte de
estupefacientes, ¿cómo se castigan estas infracciones? Para lo cual se analizará si
estas detenciones se aplican en mayor grado a madres.
3
Juez García, L. (28-03-17). Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional, Sala I, c.
55.611/14 “F., C. s/legajo de ejecución penal”. Recuperado desde:
http://derechopenalonline.com/prision-domiciliaria-rechazada-madre-de-tres-ninas-nulidad-y-reenvio-
necesidad-de-relevar-el-interes-concreto-de-las-ninas-en-su-situacion-concreta-y-su-opinion/ Fecha de
acceso: 4 de marzo de 2018.
14
. Marco Metodológico
15
distintos autores acerca de las leyes derogadas y vigentes, así como sus propias ideas
y las críticas hacia otros autores. Las terciarias son los manuales, recopilaciones e
informes de situación elaborados por organismos gubernamentales, no
gubernamentales e inter gubernamentales. “La diferencia estriba en que una fuente
secundaria compendia fuentes de primera mano y una fuente terciaria reúne fuentes de
segunda mano” (Hernández Sampieri et al., 1998, p.24).
16
Capítulo I: Aproximaciones Preliminares
Introducción
Imponiendo agenda desde mucho tiempo antes de los ochenta, los derechos de
la infancia han ido en aumento y refuerzo con el paso de los años. Un boom acelerado
por procesos democráticos, producto de una mirada comprehensiva hacia su proceso
vital. Y en este primer plano, ¿cuál es el documento de mayor envergadura en favor
de la niñez? Se analizará en detalle cómo se encuentra caracterizado el corpus iuris
internacional, el molde para las versiones particulares de cada país.
En tanto, el interés superior del niño, ¿qué significa? Este concepto no puede
tomarse a la ligera y deberá ser explayado y descripto en toda su expresión. Tal como
lo se explicará en el capítulo, este principio rector no es sencillo de comprender, lo
cual podría dar lugar a desaciertos al aplicarse.
17
principios del siglo pasado comienza a gestarse un nuevo enfoque teórico y con
prácticas cada vez más precisas en el proceder, para garantizar los derechos del
hombre. La Declaración Universal de Derechos Humanos y la Declaración Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre, ambas de 1948, son los primeros hechos más
significativos de una catarata de cambios en pos de lo que conocemos como la
protección de la familia humana.
Entonces, ¿qué son los derechos humanos? Se los nombra, se los enumera y se
los exige, pero rara vez se los define. Es por ello que la mayoría de las organizaciones
no gubernamentales parten de la base de lo que no son cuando emiten sus informes.
No son simples enunciaciones o aspiraciones, sino derechos subjetivos. Comprenden
“pretensiones, libertades, potestades o inmunidades, frente a los cuales existen
obligaciones, no pretensiones, sujeciones o incompetencias, respectivamente”
(González Contró, 2008, p. 267). Abarcan tanto el ámbito público como el privado.
Son, de una manera más simple, lo que jueces, abogados o estudiantes de derecho
reconocen como erga omnes, universales, inherentes a la persona, irrenunciables,
indivisibles, interdependientes, inalienables, intransmisibles. Pero lo más relevante,
son un límite al accionar del Estado, lo cual se detallará en el capítulo 3.
18
muy de cerca por la comunidad internacional, ya que fue el primero en la región en
perseguir a “los responsables de violaciones masivas de derechos humanos” (Nino,
2006, p. 261).
A los niños por el hecho mismo de ser personas les son aplicables todos los
DDHH. Vale la aclaración de que necesitan un tratamiento distinto de los adultos. No
es discriminarlos, sino todo lo contrario: tener muy en cuenta el interés superior del
niño, definido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en armonía con la
Corte Suprema de Justicia de la Nación como la atención a sus necesidades en cada
momento de su desarrollo (ver anexo).
19
incontables cantidades de artículos. Cortina (2000) insinúa la prueba de la irrealidad
de los DDHH como “idéntica a la que avala la inexistencia de brujas y unicornios: el
fracaso de todos los intentos por mostrar que existen” (p.239).
A partir de principios del siglo pasado América Latina toda concreta una
misma visión de proteger al niño dentro de su núcleo fundamental, con más o menos
graduación. En la tabla 2 se constata una fuerte figura estatal de apoyo legal a la niñez
en los once Estados Miembros bajo estudio. Producto del compromiso formalmente
celebrado en distintos instrumentos internacionales ante la ONU y la OEA, los países
adecuan su legislación en pos de garantías integrales a la niñez en sus preceptos (Caso
Fornerón e Hija Vs. Argentina, párr. 131).
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas administrativas, legislativas y de otra
índole para dar efectividad a los derechos reconocidos en la presente Convención.
En lo que respecta a los derechos económicos, sociales y culturales, los Estados
Partes adoptarán esas medidas hasta el máximo de los recursos de que dispongan y,
cuando sea necesario, dentro del marco de la cooperación internacional.
20
Es un hecho que la Convención es el documento de derechos al cual mayor
cantidad de países han adherido o ratificado a la fecha. Se contabilizan un total de 196
Estados Miembros (Asamblea General de las Naciones Unidas, 2017, párr. 2), lo que
podría afirmarse como un gran éxito. Sin entrar en los detalles del porque todavía
existe un país que se autodefine como del primer mundo, potencia mundial, moderno
y democrático que aún no la ha ratificado, si bien adhiere (el caso Estados Unidos).
Lo que vale es la aceptación de la Carta Magna Infantil a nivel mundial, el primer
gran acuerdo globalizado de cómo debe vivir de manera satisfactoria una persona sus
primeros dieciocho años de vida.
21
imprecisiones son los troyanos en el Derecho Constitucional. Frases inexactas que se
introducen dentro de los tratados internacionales, las cuales en un principio son bien
vistas y aplaudidas por todos, porque su generalidad permite que se apliquen a
cualquier caso. Sin embargo, en realidad son perjudiciales, ya que su amplitud abre
las puertas a argumentos para no cumplir con lo dispuesto. Los países se valen de
estas estas poco precisas disposiciones y tergiversan obligaciones. De esta forma, los
compromisos para asegurar el cumplimiento de los derechos de los niños en su
máxima medida se reducen a sólo velar por condiciones mínimas de su estadía en
prisión.
Estos troyanos son la causa de que la CDN necesite ser reforzada de manera
continua con las Observaciones Generales del Comité de los Derechos del Niño (ver
tabla 5). Asimismo, a nivel interamericano se conceptualiza la responsabilidad
internacional de los Estados por violaciones de derechos a los niños, tanto por
acciones u omisiones. Con los Casos de los Hermanos Gómez Paquiyauri Vs. Perú y
de Servellón García y Otros Vs. Honduras, la Corte IDH reconoce las imprecisiones
descriptas dentro de la CDN e intenta revertirlas.
22
superior del niño. Este interés no puede ser el mismo para todos. Aquí no se trata de
conceptos inexactos o troyanos. Todo lo contrario, la imprecisión implica aprehender
la esencia humana. Cada pequeño es único e irrepetible, así como las circunstancias
en las que se encuentra. Haciendo un paralelismo con los fallos estudiados, el hijo de
Fernández no busca satisfacer las mismas necesidades que los hijos de Núñez
Romero, Díaz y González (ver figura 15). Pero en lo que sí se conectan estos niños es
que, sin lugar a dudas, y como se fundamentará en el próximo capítulo, el peor lugar
en el que pueden vivir es en una cárcel. Es así como este interés superior no puede
concretarse unido a una situación que quita derechos. Explícitamente, no se puede
permitir el ingreso del hijo de la reclusa a un recinto penitenciario para garantizar el
interés superior del niño a vivir con su madre. Esta es el mayor absurdo que día a día
se presenta en tribunales, lo cual se desarrollará detenidamente en el capítulo 4.
23
1.6. Primera infancia en Argentina 2019
Sin embargo, todos los estudios publicados por especialistas demuestran que
repetitivas regulaciones y avances no equivalen a necesidades satisfechas (Beloff,
2010; Campaña, 2010; Cillero Bruñol, 2010; García Méndez, 2010). Mucho queda
aún por andar en garantías efectivas hacia la niñez, lo cual se expondrá en el capítulo
2.
24
Si bien las cárceles existen desde hacen miles de años4, el sistema
penitenciario tal como se lo conoce en la actualidad es un producto institucional
relativamente nuevo en la historia de humanidad. Surge en Europa en el siglo XVI,
producto del capitalismo (Melossi, 2005).
Pese a las deficiencias expuestas del sistema penal, nuevos proyectos con un
enfoque constitucionalizado se encuentran en desarrollo. El Buen Vivir, abriendo sus
puertas de manera paulatina pero constante a procesos de cambio. Procesos de
introspección impulsados con denuedo por ONGs y doctrinarios, lo cual se tratará en
detalle en el capítulo 5.
4
Ya en las Sagradas Escrituras se alude al encarcelamiento, reiteradas veces (Génesis 39:20; Jueces
16:21; 2 Reyes 25:27; 2 Crónicas 18:26; Isaías 61:1; Mateo 4:12; Marcos 1:14; Lucas 22:33; Hechos
5:18; Romanos 16:7; Colosenses 4:10; Hebreos 11:36; entre otros).
5
Ver figuras 14-17, especialmente los recursos interpuestos por Calisaya, Díaz, Orillo y Encina.
6
Estadística penitenciaria oficial del país que conforma a través de la recopilación anual de
información proveniente de todas las unidades penitenciarias, tanto federales como provinciales, una
muestra de la evolución y las características de la población privada de libertad. Recuperado desde
https://www.argentina.gob.ar/justicia/afianzar/sneep2017 Fecha de acceso: 6 de mayo de 2018.
25
En los ordenamientos jurídicos latinoamericanos se refleja un mismo sentir. La
colonización española de la región y su posterior independencia marcan una historia
en común. Esta globalización jurídica nace con el Derecho Indiano más los aportes de
Freitas, Vélez Sarsfield y Bello (Rabinovich-Berkman, 2006; Gargarella y Courtis,
2009). Cuando los Estados de la región ratifican las cartas de la ONU y de la OEA,
asumen la posición de jugadores y se comprometen a seguir sus lineamientos. El
preámbulo de la DU es de suma importancia para enmarcar el contexto en el que se
han ido reformando las constituciones en Latinoamérica. El mismo establece que cada
Estado Parte debe aplicar en forma paulatina la implementación de medidas que
efectivicen las disposiciones allí plasmadas.
Conclusión parcial
26
Específicamente en cuanto a niños, la CDN es el as de espadas. Su aporte es
invaluable y hasta la fecha, inigualable.
Ahora bien, siendo la vida el bien jurídico protegido más valioso, ¿puede a un
niño en prisión en condiciones de vida extrema (y/o a sus representantes) interesarle
que se garanticen todos sus demás derechos? Y si se pone en riesgo su vida, ¿puede
afirmarse que su interés superior se respeta? Se asimila como cierto lo inferido por
Cortina (2000), que esta redundancia por demás sistemática es el hecho evidente de
que aún no se observan en la práctica. Seguramente, sus necesidades no serán exigidas
ni satisfechas en la misma medida en comparación con un niño en el exterior, lo que
demuestra que se los discrimina.
27
28
Capítulo II: Madres e Hijos en Prisión
Introducción
La niñez cuenta con una protección de refuerzo. Que se ostenta por el sólo
hecho de ser personas, y aún más específico, niños. Es así como a partir de los años
noventa los once países se han visto en la necesidad de modificar sus leyes, producto
del acatamiento a las disposiciones de la ONU y la OEA (ver tabla 2).
En cuanto al niño encerrado, ¿se hacen valer sus derechos? Será por este
motivo pertinente arribar a un estado de las cosas en cuanto a la prisión, las mujeres
detenidas y las condiciones del encarcelamiento, que se hacen extensivas a los hijos.
29
pertenecen tanto al sistema de la ONU como al de la OEA. Brasil, aunque de utilidad
por ser limítrofe y con un extenso territorio, ha sido excluido por el problema que
puede presentar la traducción de sus leyes al español.
30
concreta al infante de la cárcel, ya que en primer término no deberían estar allí. Se
utiliza el término defender adrede. La implicancia de esta palabra se comprueba con
publicaciones de estudios interdisciplinarios e informes elaborados por distintos
organismos; la prisión demuestra ser la agresión más fuerte y violenta.
31
embarazadas que dan a luz privadas de su libertad, ya sea que hayan sido detenidas
antes o después de concebir a sus hijos.
En primer lugar, Maslow (1991) describe las necesidades básicas como seis
agrupamientos. Las primeras y más importantes son las fisiológicas, las cuales una
vez gratificadas abren paso a las de seguridad, amor, sentido de pertenencia, estima y
autorrealización. Lo sostenido por el autor se combina con la definición de primera
infancia como “un período crucial para el desarrollo físico, intelectual y emocional de
las personas” (Acuña, 2015, p. 5). Así las cosas, en un contexto de encierro, ¿pueden
las necesidades físicas de un infante ser satisfechas? La cárcel, ¿cumple con los
requisitos para que una persona se forme de manera satisfactoria en esta fase decisiva
de su ciclo vital?
32
puertas adentro y sólo pueden satisfacerse por personal habilitado y en horarios
restringidos. A estas respuestas automáticas le surgen otras nuevas, los estudios del
Hospital Garrahan de 2011 y del Centro de Estudios en Nutrición y Desarrollo Infantil
de 2018.
La hazaña del Equipo del Hospital Garrahan radica en publicar uno de dos
estudios clínicos realizado a infantes en contextos de encierro en Argentina hasta la
fecha. Este boletín compara niños en la Unidad 31 de Ezeiza con niños de centros de
salud de San Isidro (tomando asentamientos como la Villa La Cava) y niños en sus
casas en La Plata. Señala que existen consecuencias negativas en infantes de Ezeiza
que perduran por la situación de sus madres encerradas y por la cárcel misma.
Concluye que los infantes de la Unidad 31“tienen menor estatura y mayor índice de
masa corporal que los de referencia. El 39% presenta trastornos emocionales. Los
conocimientos de pautas de crianza de las madres son menores […]” (Lejarraga, et al.,
2011, p. 485).
7
Prueba Nacional de Pesquisa: método validado en Argentina para la detección temprana de trastornos
del desarrollo. Recuperado desde
https://www.sap.org.ar/docs/profesionales/recomendaciones/prueba_nacional_de_pesquisa.pdf Fecha
de acceso: 3 de diciembre de 2018.
8
Los niños duermen en la misma cama de la madre y en algunos casos cama unida con cuna.
33
de espacio en el 70 % de los casos (p. 22). Otras condiciones adversas registradas son
la presencia de plagas en un 92 %.
Por último, uno de los pocos estudios sociológicos en base a niños en prisión
advierte de los efectos nocivos de vivir en un espacio de continua insatisfacción de
sus necesidades básicas. A diferencia de otros en circunstancias límites similares, la
situación del infante encarcelado es la que reviste mayor gravedad y consecuencias
negativas a futuro (Antonacachi, Tiravassi y Gomez, 2013). Aquí es menester aclarar
por qué este grupo en contexto de encierro no debería contrastarse con los estudios
publicados acerca de los chicos de la calle. Los sin techo son otra de las situaciones
más dramáticas de vulneración extrema. Pero no estarían equiparados en la
comparación. Ya que los hijos de las detenidas, como la frase lo indica, tienen a su
madre, cuentan con un sostén familiar. Más allá de calificar como bueno o malo ese
entorno, se hallan dentro de su núcleo fundamental. Y es de ello de lo que hay que
aferrarse para la propuesta final. Dentro de toda la situación terrible por la que
atraviesan se debe sacar provecho de uno de los pocos aspectos positivos a su favor,
lo cual se retomará en las conclusiones finales. En cambio, los chicos de la calle viven
por su cuenta, ya que en su mayoría escapan de su hogar o son abandonados por sus
padres.
34
infante en prisión corre riesgo de vida, por lo cual el concepto de los jueces es errado.
Es la mirada interdisciplinaria la que desestima de forma drástica el argumento de
implicancias cero de los magistrados. Instalaciones sobrecargadas e ineficientes en
saneamiento que no deberían estar habilitados para recibir mujeres, muchísimo
menos, niños.
Tal cual se explica en la introducción, las madres infractoras son una de las
tres causas de la presencia de niños en prisión. Aún a pesar de la ausencia de “datos
confiables” (PPN, 2018, p. 48), se necesita obtener un primer acercamiento estimativo
a datos estadísticos sobre la población carcelaria femenina. Se tratarán por separado
35
los datos específicos publicados por el Servicio Penitenciario Federal y los datos de la
población carcelaria total, a cargo del SNEEP.
36
se excede en un 10 %9 . Si dividimos la cantidad de internos que en efecto se hallan
dentro del sistema por el presupuesto asignado, este arroja una cifra de un millón
setecientos noventa y cuatro mil quinientos veintiocho pesos con setenta y dos
centavos ($ 1.794.528,72) anuales aproximados, ciento cuarenta y nueve mil
quinientos cuarenta y cuatro pesos con seis centavos ($ 149.544,06) mensuales y
cuatro mil novecientos dieciséis pesos con cincuenta y un centavos ($ 4.916,51)
diarios por persona.
Casi cinco mil pesos por interno para poner en funcionamiento el sistema
punitivo día tras día. Incluso, si el número de internos no estuviese sobrepasado, hasta
podría resultar una cifra mayor. Entre los cálculos se engloba tanto el rubro de
Recursos Humanos como los de Bienes de Consumo y Actividades Específicas, entre
muchísimos otros. No obstante, no se conoce en detalle qué abarca cada sector,
facilitando la comisión de hechos de corrupción.
Estos 175 niños (o más, ya que puede darse el caso de que la infractora
cohabite con más de uno) viven en prisión porque sus madres han sido detenidas. Es
9
El Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa del SPF registra, al 31 de enero de
2019, un total de 13.529 detenidos alojados en sus instalaciones. Siendo la capacidad operativa
operable 12.235, hay un exceso de plazas disponibles de 1.294 internos. Esto equivale a una
sobrepoblación aproximada del 10 %.
37
aquí donde se pone en evidencia la necesaria conexión que existe entre distintos
factores al estudiar la situación del niño intramuros. Así como es significativo conocer
sobre los orígenes del sistema penitenciario, es determinante conocer porqué se apresa
a las mujeres, ¿existen aspectos de género distintivos?
Homicidios
dolosos
19%
Robo y/o
Infracción tentativa de robo
ley 23.737 54%
17%
Hurto y/o
tentativa de hurto
5%
Elaboración propia en base a datos del Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la
Pena.
En este nivel de análisis, la palabra droga merece un párrafo aparte, ¿qué es?
Coetzee (2013) la describe simple y claro: “una sustancia que el Estado define como
tal” (p. 207). En pocas palabras, la guerra al narcotráfico es un problema político, no
médico; lo que se denomine droga depende del tiempo y el lugar en donde se sitúe. Lo
expresado por el escritor sudafricano merece una corrección: droga es lo que las
Convenciones sobre Estupefacientes de la ONU clasifican dentro de sus cuatro listas y
dos tablas. Y en consecuencia, lo que los Estados Parte al ratificar sus tratados se
obligan a combatir y sancionar. Así es como el alcohol en 2019 en Argentina no se
38
considera droga, aunque cause estragos a gran parte de la población. En cambio, en la
década del 20, en Estados Unidos, lo fue. Y aunque no esté penalizado tiene
restricciones. Tales como la prohibición de venta a menores de 18 y el expendio en
supermercados dentro una franja horaria limitada. Toda esta discusión es útil a los
efectos de presentar distintas posturas.
Aquí merece una breve consideración lo que se denomina gravedad del delito.
Los delitos que se les reprocha a las mujeres son en concepto mínimos: tenencia,
comercialización y transporte de poca monta. Se piensa entonces, a un narcotraficante
como infractor mayor, como la cabeza de la asociación ilícita y a una “mula” como
10
Los datos del SNEEP al 31 de diciembre de 2017 señalan un total de 85.283 detenidos en total, de
los cuales 3.602 son mujeres. Por lo tanto, el porcentaje de mujeres detenidas es de 4,22 % del total.
39
infractora menor. A pesar de ello, la ley 23.737 introduce las infracciones atribuidas
en mayor porcentaje a mujeres como graves, por lo que la prisión preventiva se aplica
de “manera automática, y sin que las personas imputadas puedan beneficiarse de
alternativas al encarcelamiento” (Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
2017). Es así como las mujeres quedan atrapadas en la telaraña del sistema penal. El
art. 3° de la ley 25.430 demuestra la falla observada por la CIDH al disponer que “el
Ministerio Público podrá oponerse a la libertad del imputado por la especial gravedad
del delito que le fuere atribuido […]”.
Otra de las problemáticas que reflejan los informes estudiados, son los casos
de mujeres adictas. Es por ello que Ministerio Público de la Defensa (2016) propone
en su informe ante el Congreso de la Nación la necesidad de reforma de índole
jurídica de la ley de drogas. Penalizar la tenencia de estupefacientes para consumo es
“contraria a garantías constitucionales” (p. 588). Al dictar el Fallo Arriola, la CSJN
declara inconstitucional el art. 14 segundo párrafo de la ley 23.737. A diez años, la
situación continúa sin cambios. Claro y simple, la despenalización parcial del
consumo de marihuana en Argentina está estipulada, pero aún no se ha dado el primer
paso.
Delitos contra la
Privación
administración
ilegítima de la
pública
libertad
1%
2%
Robo y/o
tentativa de robo
23%
Homicidios
dolosos
16% Hurto y/o
tentativa de hurto
4%
Infracción ley
23.737
54%
Elaboración propia en base a datos del Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la
Pena.
40
Dentro de este grupo mínimo de mujeres en prisión, el subgrupo de mujeres
cohabitando con sus hijos menores de cinco años equivale a un 4,85 %11.
Específicamente en referencia a este grupo pequeñísimo, los datos estadísticos en la
figura 8, correspondientes a procesamientos en el marco de la ley de drogas son por
demás escandalosos. Argentina demuestra estar en sintonía con la región, lo que se
tratará luego. A modo de adelanto, este instituto atañe a un número significativo de
madres, produciendo su mayor índice de encarcelamiento y en consecuencia de sus
hijos (Morán, 2004; ONU, 2010; Aguirre Salas, 2012; Karam, 2012; PPN, 2012;
Equis Justicia para las Mujeres, 2018).
Delitos contra la
Privación administración
ilegítima de la pública
libertad 1%
1%
Homicidios
dolosos
25%
Robo y/o
tentativa de robo
Infracción ley 3%
23.737
70%
Hurto y/o
tentativa de hurto
0%
Elaboración propia en base a datos del Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la
Pena.
Figura 8. Mujeres que viven en la cárcel con sus niños, procesadas sin condena según delito,
registradas al 31 de diciembre de 2017.
Así es, como en relación con la primera causa, el delito y las personas que lo
cometen, dos tercios de las mujeres madres en la cárcel se hallan detenidas de forma
preventiva por la ley de drogas. Pueden realizarse tres lecturas, que las mujeres son
más fáciles de apresar que los hombres o que hay mayor cantidad de delincuentes
femeninas que se dedican a la venta de estupefacientes, o ambas a la vez. La mayoría
11
Los datos del SNEEP al 31 de diciembre de 2017 señalan un total de 3.602 mujeres en prisión, de las
cuales 175 viven allí dentro con hijos. Por lo tanto el porcentaje de madres cohabitando con sus hijos
en la cárcel es de 4,85 %.
41
de estas madres son luego liberadas, tanto por desestimación del caso o por
sobreseimiento.
Segundo factor, los incisos e y f del art. 1° de la ley 26.472 no incluyen ningún
otro requisito extra. Cursar un embarazo o tener a cargo un menor de cinco años es lo
único que se requiere para otorgarle a este grupo la prisión domiciliaria desde 2009 a
la fecha en Argentina. Se exceptúa a los magistrados de casación de fundarse en
informes médicos, psicológicos y sociales (art. 2° de la ley 26.472). Sin embargo, en
las resoluciones de los jueces se une la discriminación a la mujer por el delito
cometido. Ya que existen resabios del viejo art. 10 del Código Penal de 1921, al
denegarse esta morigeración de la pena a las mujeres consideradas malas y
deshonestas, lo que se retomará en el capítulo 4.
Este segundo aspecto de género deriva en otro mucho más complejo y tiene
como epicentro una imposición social (Colanzi, 2016). La problemática excede a que
un niño recién nacido permanezca al cuidado de su progenitora bajo condiciones de
encierro porque se alimenta de leche materna. Se impone la creencia errónea de que
exigir la cohabitación del infante con su progenitora a toda costa obliga a éstas a ser
buenas, ocupándose de sus hijos. “El padre y la madre tienen responsabilidades y
obligaciones comunes e iguales”, reza el art 7° de la ley 26.061. No obstante, aunque
la mujer esté privada de su libertad, el poder legislativo, judicial y penitenciario le
siguen imponiendo que sea ella la única encargada de ejercer su rol parental.
Lazos rotos, amén de hacerse evidentes con las familias puertas afuera,
también se destacan dentro de la misma relación madre-hijo puertas adentro del penal.
La circunstancia de vivir físicamente junto con los niños no es garantía de unión
armónica y plena. Un claro ejemplo es la poca participación que se les permite a las
internas en las actividades escolares de los pequeños que cohabitan con ellas. Las
detenidas no pueden asistir a reuniones del jardín de infantes a donde acuden los niños
42
y el contacto con las maestras es vía cuaderno de comunicados únicamente (Molinari
y Brena, 2018).
Homicidios
dolosos Robo y/o
30% tentativa de robo
33%
Hurto y/o
Infracción ley tentativa de hurto
23.737
8%
26%
Elaboración propia en base a datos del Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la
Pena.
Figura 9. Mujeres que viven en la cárcel con sus niños, condenadas según delito, registradas
al 31 de diciembre de 2017.
43
y/o reincidentes, que estas mujeres en principio no tienen posibilidad de obtener
libertad condicional al cumplir un tiempo de su sentencia (arts. 13 y 14 CP). Este y
otros supuestos se desarrollarán en el capítulo 4.
44
Asimismo, la relación entre encarcelamiento por drogas y desigualdad de
género se hace extensiva a toda Latinoamérica conforme pasan los años (Morán,
2004; Rodríguez, 2005; Aguirre Salas, 2012; Defensoría del Pueblo, 2013; CNDH,
2015; Equis Justicia para las Mujeres, 2018). De tal manera, la conclusión es que a lo
largo y ancho de la región se observa en concordancia la misma situación, leyes de
estupefacientes con sanciones muy duras que provocan la caída de las madres e hijos
en prisión. Con lo cual, a pesar de contar con un mega kit de derechos formulados, la
situación de este grupo es dramática.
Madre e hijo detenidos, aunque con mayores necesidades por satisfacer que las
de un recluso hombre, reciben menor contención externa. Reciben menos visitas,
menos mercadería y menos llamadas telefónicas que sus pares masculinos (Centro por
la Justicia y el Derecho Internacional, 2006; Uprimny, Martínez, Cruz, Chaparro y
Chaparro, 2016). Es más, en países de Centroamérica el hecho de la ausencia de
figura paterna se intensifica; existe una proporción notable de niños en prisión no
reconocidos, por ende provenientes de familias monoparentales (Colectivo Artesana y
UNICEF, 2014).
45
Relacionadas con la problemática del niño en prisión se enumeran las observaciones
generales del Comité de los Derechos del Niño (ver tabla 5). Estas extensas
recomendaciones han sido desarrolladas para reforzar la CDN, debido a los troyanos
enquistados dentro de ella. Propuestas de implementación de los mejores intereses de
la niñez que se comprueban muy alejadas del día a día de los chicos latinos
encerrados, lo cual se presenta a continuación.
12
El número de chicos aproximados en cárceles bolivianas es de 1.319, en Argentina 175. 1.319
dividido 7 arroja como resultado 188, por lo cual la primera cifra es más de siete veces mayor a la
segunda.
46
2.4.2. Chile. Chile es el único de los once países con una larga tradición de
enfoque administrativista en cuanto a niños respecta. Según datos del Observatorio de
Niñez y Adolescencia (2016) los programas destinados a los hijos de padres presos
son de gran magnitud. Lo cual se infiere como consecuencia de que, de los once, el
país limítrofe sea el que mayor cantidad de mujeres en prisión presenta, seguido de
lejos por Ecuador (ver figura 3).
47
El sistema carcelario colombiano presenta además condiciones insatisfactorias
de vida y mala alimentación (Delgado, González, Restrepo, Guerrero y Corredor,
2010). Las deficiencias estructurales fueron comprobadas una a una en el los informes
valorados por la Corte en 2013, el cual comparado con informes de 1998, demuestran
escasos avances en garantizar los derechos de las personas reclusas, y por ende de los
niños cohabitando en reclusión. Estas condiciones y el trato denigrante subsisten
(Personería de Bogotá, 2017).
48
seguimiento en su grupo de origen, familias voluntarias o instituciones. Se ha
denunciado falta de control del programa por parte del Estado y por ende, una
cantidad considerable de niños en estado de indefensión y malos tratos (Aguirre Salas,
2012).
2.4.7. México. México es otro de los países que redujo el límite de edad para
que los hijos permanezcan en prisión, mediante Ley Nacional de Ejecución Penal en
2016. No obstante, en la práctica se siguen denunciando permanencias por encima de
la edad permitida, producto de los roles estereotipados de mujeres madres cuidadoras
(CNDH, 2015, p. 46; Equis Justicia para las Mujeres, 2018, p.22).
49
detenidas. Deficiencias que no han mejorado en los últimos años. Se comprueban
carencias en las áreas de infraestructura, salud, educación, alimentación. Su
recomendación 07/16 pone de manifiesto, además, fallas graves en cuanto al accionar
del personal de los centros de reclusión. Estos reclamos ante deficiencias protocolares
se vienen arrastrando desde, al menos 1994, con la recomendación 130. Seguramente,
la visión regional en cuanto a derechos ha marcado el nacimiento de nuevas
exigencias.
El art. 85 del Código de Ejecución Penal alude a que el estado cubra sólo la
alimentación de los niños, las cuales a su vez se evidencian distribuidas de manera
insuficiente (Ministerio de Hacienda de Paraguay, 2016, pp. 54-60). De los otros tipos
de necesidades por satisfacer según Maslow (1991), nada se prevé al respecto.
50
2.4.10. Uruguay. Uruguay se plantea enfoques interdisciplinarios en el
abordaje del niño en contextos de encierro y demuestra tener mayores organismos de
control que la mayoría de los países de la región. A diferencia de Ecuador, sus
prácticas se realizan en continuo avance (Comisión Especial para el Seguimiento de la
Población Carcelaria, 2016; Risso Fernández, 2016; Organización Panamericana de la
Salud, 2016).
2.5. Argentina
51
a los niños que cumplen cinco años sin contención psicológica alguna y sin respetar
su derecho a ser oído. Esto se debe a que el citado RAM presenta disposiciones
acusatorias hacia las madres en prisión. Nuevamente, dos años más tarde, PPN (2018)
continúa denunciando estos hechos y señala a este grupo de detenidas como
“históricamente observadas y controladas en cuanto a sus modos de vinculación y
ejercicio de sus tareas de cuidado” (p. 282).
El Estado financia dos planes sociales diseñados para cubrir las necesidades
básicas de la niñez y su grupo primario. Uno dirigido a todos los niños y las madres
embarazadas en Argentina y que por tanto incluye a los hijos de las detenidas: la
Asignación Universal por Hijo y Asignación Universal por Embarazo. En tanto, las
madres bajo el instituto de prisión domiciliaria podrían contar con el Programa
Hacemos Futuro, disponible para la población en general, bajo ciertos requisitos que
se detallarán en el capítulo 4.
52
Administración Nacional de la Seguridad Social, señala: “[…] a través del servicio
penitenciario se provee a la madre de todo lo necesario para la asistencia y cuidado de
su hijo”. Este hecho ha sido denunciado por la PPN (2011) en su recomendación 757,
ya que con ello se pretende excusar al Estado de la discriminación ejercida hacia los
niños en prisión. A casi diez años de la promulgación de la AUH siguen siendo
comunes los recursos de habeas corpus presentados por la PPN, ONGs y defensorías
públicas denunciando la no acreditación del pago de la misma (Internas de la Unidad
31 SPF s/ Habeas Corpus; Mujeres madres con niños y mujeres embarazadas alojadas
en la Unidad N° 33 de Los Hornos s/ Habeas Corpus).
Conclusión parcial
53
Con respecto a las madres droga dependientes detenidas, aunque no se
implemente por completo aún, la CSJN ha emitido voto en contra de la penalización
del consumo dentro del ámbito privado. En cuanto a las otras actividades inherentes a
las drogas, ¿pueden despenalizarse el tráfico, la comercialización, la fabricación, la
producción y la siembra? La respuesta es no, porque tanto Argentina como la región
han suscrito a tratados internacionales. Tales como el Convenio sobre Sustancias
Sicotrópicas y la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de
Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas. Ambos, obligan a los Estados Parte a
tipificar estos delitos y a acordar convenios bilaterales contra el uso indebido y el
tráfico. Más aún, los países europeos que descriminalizaron el uso personal han dado
cuenta del fracaso que les significó su decisión, retrotrayéndose a políticas más
represivas (Gómez Rubio, 2012). En consecuencia, al estudiar alternativas a la pena
en el capítulo 5, la abolición de las penas criminales en relación con delitos de drogas
será expuesta brevemente, pero no como opción real.
54
Luego de presentadas las conclusiones de los más grandes especialistas de la
psicología, la economía, la medicina y la sociología se concluye que los contextos de
encierro dañan de manera irreversible la vida y el desarrollo integral de la población
infantil. Como se dilucida, gracias a los informes in situ presentados por expertos, los
infantes encarcelados se encuentran en desventaja. Con menores posibilidades de
desarrollo, incluso hasta en relación con niños en villas y asentamientos en situación
de pobreza extrema. Lo cual se debe a que la marginalidad y la violencia institucional
se suma a la invisibilidad de sus necesidades.
Aunque reducidos en número 13, son uno de los grupos con mayores déficits y
por los cuales interceder. El mero hecho de que sean un grupo escaso no debería
importar. Es más, puede ser visto como otra de las fortalezas que estos niños poseen.
Ya que implementar acciones para que no estén en prisión sería más sencillo que con
otros sectores más amplios.
Hasta aquí, hay mucho en común en América Latina que incide de manera
negativa a los chicos en prisión y Argentina no le escapa a estos hechos. Que en 2019
existan infantes viviendo en la cárcel demuestra que Latinoamérica toda se ha
quedado en el discurso. En el capítulo 1 se comprueba que la niñez cuenta con
artículos que la defienden contra todo. Sin embargo, es naive pensar que por el sólo
hecho de que estén en tinta y papel se cumplen.
13
Los datos del SNEEP al 31 de diciembre de 2017 señalan un total de 85.283 detenidos en total, de
los 175 son madres. Por lo tanto, el porcentaje aproximado de niños en prisión es de 0,20 % del total.
55
el último orejón del tarro. Los principios de igualdad, intrascendencia, legalidad, así
como los otros nueve dispuestos en la figura 18, son violados sistemáticamente en los
recintos punitivos dependientes de los once Estados estudiados. Algunos más, otros
menos, la realidad es que ninguno pasa la prueba de control constitucional.
56
Capítulo III: El Niño como Sujeto de Derechos dentro de la Población Carcelaria
Introducción
57
Es frente a los atropellos, omisiones y ausencias del Estado que otros
organismos entran en escena. Se expondrá lo necesarias que son estos organismos
como supervisores y optimizadores de los conflictos que atañen a la niñez.
Nino (1989) postula que desde el punto de vista del observador ideal en caso
de conflicto “deben prevalecer aquellos intereses de mayor jerarquía” (p.256), lo cual
es coincidente con lo dispuesto por la Corte IDH (Caso Instituto de Reeducación del
Menor Vs. Paraguay) y la CSJN (Caso S., C. s/adopción). A diferencia de los adultos,
los niños necesitan de medidas especiales e integrales para su protección; la CDN y
demás tratados se ocupan de dejarlo bien en claro.
Son los Estados los primeros que deben garantizar los derechos de la infancia
como prioritarios. Tal es así que la ONU (2016) en su Agenda 2030 para el Desarrollo
Sostenible insta a los Estados Miembros a “asegurar que todas las niñas y todos los
niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo […]” (p.15). Cuando
determina a todos, no puede excluir a ninguno. Con lo cual es pertinente el planteo de
la responsabilidad estatal por las condiciones de vida infrahumanas que este grupo de
niños afronta a diario tanto en Chimbas, como en cualquier otro penal de la Argentina.
¿Cómo encara el Estado el problema de estas criaturas, a los cuales se debería atender
de una forma privilegiada y preferencial?
58
habrá, por ser inocentes. Como así tampoco ninguna madre puede recibir la pena de
prisión de manera preventiva. Por lo cual es reprochable desde el llano no sólo la
presencia de niños en contextos de encierro, sino de progenitoras con sus hijos bajo
este instituto. El segundo punto a resaltar del artículo constitucional es la disposición
de cárceles “sanas y limpias”. Sin embargo, las cárceles argentinas actuales no
difieren de las de otras épocas. Como lo constatan y exponen de manera reciente el
CEREN (2018) y el Sistema Interinstitucional de Control de Cárceles (2018), estos
recintos continúan sin ser ni saludables ni higiénicos. Cabe preguntarse porqué
nuestro país, al igual que todos los países bajo estudio, ya que las analogías en sus
artículos de las leyes de la niñez son evidentes, borra con el codo lo que proclama al
acordar y redactar.
59
Incluso, es un hecho que el concepto de tortura y malos tratos se ha vuelto más
amplio desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Por lo cual las condiciones
suficientemente malas de detención como en las que se encuentra un niño pueden
“constituir un trato cruel, inhumano o degradante” (Amnistía Internacional, 2003,
p.25). El Comité por la Tortura interviene en las cárceles por hechos tortuosos
denunciados y verificados en la población carcelaria adulta. Pero en el caso de estos
niños, la tortura y los malos tratos que reciben a diario no son visibilizados, al no
incluirlos dentro de las estadísticas. Estos menoscabos hacia sus progenitoras que se
les hacen extensivos se dan en la forma de maltratos, riesgos de contagio, carencias
médicas, alimentarias e higiénicas, más de diez veces superiores a la vida en exterior
(Zaffaroni et al., 2002).
Vale aclarar, que así como se critica el no cumplimiento del art. 17 de la ley
26.061, se destaca la implementación y puesta en marcha para el acatamiento del art.
26 de la misma ley. El cual dispone que los organismos del Estado establezcan
60
políticas y programas para la inclusión de todos los niños. Puede aseverarse que el
Ministerio de Salud y Desarrollo Social a través de la SENNAF lo efectiviza, aunque
once años más tarde. El organismo reconoce los pocos esfuerzos para la reducida
franja de niños en contextos de encierro. Lo novedoso es que pretende incluir a los
niños bajo prisión domiciliaria y demanda estadísticas concretas del SPF. Apunta a
promover articulaciones con otros sectores para revertir los problemas de
socialización de la niñez encerrada. Enumera, entre otras situaciones graves,
problemas alimentarios y de salud tanto física como emocional, conductas agresivas,
depresivas y regresivas. Estas deficiencias de la población infantil encarcelada son
coincidentes con los descubrimientos de especialistas en estudios privados,
presentados en el capítulo 2. Es por esta razón que en 2016 se dispone la creación del
Programa de Protección Integral de Derechos de Niñas y Niños con Madres Privadas
de su Libertad.
61
En tanto, es importante remarcar el hecho de que ya no se refiere a menores
sino a niños. Se quita la impersonalidad y la dureza que regía con la ley Agote para
pasar a un protagonismo de la niñez en su máxima expresión.
Observando la figura 5, cada Estado latino dispone de una edad máxima para
aceptar la presencia de niños dentro de las prisiones. En relación a nuestro país, ¿por
qué Argentina toma la edad de cinco años para albergar a los hijos de madres
detenidas?
62
respecto de la comunidad regional. La República Bolivariana de Venezuela es un
claro ejemplo al respecto. Tanto la CIDH como la Corte IDH realizan actividades
específicas, ambos se representan en la figura 11.
Así las cosas, ¿para qué sirven estos dos órganos?, podría preguntarse tanto
una madre alojada con su hijo tanto en Santa Teresa14 como en Ezeiza. Sirven como
parámetro, como guía, como una forma de tomar conciencia progresivamente de la
importancia de la dignidad humana en todas sus formas.
Como primer reparo a los documentos elaborados por la Corte IDH, Beloff
(2010) presenta un análisis insuperable alrededor del fracaso de la OC 17/02 en
concretar soluciones de protección a la infancia. Concluye que su contenido “debe ser
desarrollado por disciplinas no jurídicas relacionadas con la intervención psico-social”
(p. 641).
La segunda crítica que se le puede realizar a la Corte IDH es los pocos casos
que llegan a presentarse ante ella y el tiempo entre que ocurre un hecho y el momento
en que se dicta sentencia. Como se observa en los fallos bajo estudio, el lapso hasta
que se resuelve acerca de del conflicto puede superar los diez años (Caso Bulacio Vs.
Argentina; Caso Hermanos Gómez Paquiyauri Vs. Perú; Caso Servellón García y
Otros Vs. Honduras).
Tercero, sus extensas observaciones rara vez llegan a concretarse. Por lo cual
este organismo tiene a su alcance un poder y un aparato que pareciera desperdiciarse,
subsumido en cuestiones políticas.
14
Centro de Detención Preventiva ubicado en la Zona 18, Ciudad de Guatemala.
63
A pesar de las objeciones en su proceder, la importancia de que un Estado
reconozca este sistema radica en que no importa en qué lugar geográfico de América
Latina una persona se encuentre, sus derechos deberían ser los mismos. Pero lo más
extraordinario de su labor es la posibilidad de examinar un caso que el derecho
interno había desestimado, de que existe una última revisión fuera del país donde un
hecho ilícito se ha consumado. Sin embargo, existen idas y venidas en este sentido.
Pero tal como ocurre cuando se utiliza una figura como modelo y se realizan
varias copias, lo dispuesto por la CIDH y la Corte IDH de a poco va perdiendo su
forma original y toma vuelo propio. Es entonces como al detenerse en analizar fallos
argentinos en el capítulo 4, podrá observarse que jueces y abogados toman párrafos de
una sentencia de la Corte IDH y los adaptan según lo que se pretenda afirmar o negar.
Así es, como el ser útiles por su aplicación genérica puede acarrear otros problemas,
como el de impersonalizar al hijo de detenida. El hecho de no tener en cuenta las
necesidades específicas de cada niño en los juzgados de casación vulnera sus derechos
y será expuesto en el próximo capítulo.
64
3.3.2. Otros organismos de protección. Organismos gubernamentales, no
gubernamentales e inter gubernamentales, defienden los derechos de los niños en
estado de vulnerabilidad, derechos imprescriptibles, intransferibles y permanentes
(Quintana Roldán y Sabido Peniche, 2009), una protección real con vocación de
futuro (Ekmekdjian, 2000). Además de acciones particulares que realizan, intervienen
como amicus curiae o amigos del tribunal ante distintos procesos, entre ellos ante
casos de las Cortes Interamericana y Suprema. Este rol de consulta es por demás
relevante, dado que estos organismos conocen en detalle el día a día de los grupos por
los que interceden.
65
24.660 de Ejecución de la Pena se elabora luego de los aportes de la PPN más dos
proyectos de diputados. El proyecto de ley firmado por el Dr. Mugnolo, junto con el
proyecto de la Diputada Conti y el de los Diputados García Méndez y Rodríguez, da
origen al beneficio de la prisión domiciliaria a embarazadas y madres de menores de
cinco años a cargo.
Conclusión parcial
15
Observación General N° 4.
66
Argentina no es la excepción a la regla. Los once países parecen no saber qué
hacer con los hijos de madres en conflicto con la ley penal. Esto es porque los
derechos de la niñez son opuestos a la ejecución de la pena. Al disponer la
cohabitación del niño con la madre detenida por drogas (o cualquier otra infracción)
se violan uno por uno todos los principios constitucionales. Entre ellos: el pro homine,
el de intrascendencia de la pena, el de legalidad y el de resocialización. Es más, y lo
que es más preocupante aún, los derechos de la niñez se contraponen entre sí al tratar
la situación particular del hijo preso con su madre: el derecho a permanecer en su
familia de origen se confronta con el derecho a la libertad; un entorno saludable se
enfrenta a vivir con el afecto de su progenitora; la lactancia materna es contrario a un
ambiente libre de violencia; la intimidad es opuesta a las injerencias del Servicio
Penitenciario en el tratamiento de la reclusa.
67
68
Capítulo IV: Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad a Mujeres con Hijos bajo
Ley 23.737 en Argentina
Introducción
69
En la figura 13 se presentan distintos casos hipotéticos como ejercicio teórico,
en los cuales se arriba a una sentencia que contempla sólo el hecho presente: otorgar o
denegar la prisión domiciliaria, privar o no privar a la madre del cuidado de su hijo.
Basándose sólo en el art. 1° de la ley 26.472 y el 10 CP, se beneficiaría con detención
domiciliaria a embarazadas y madres de hijos menores de cinco años. Y se las
excluiría con hijos mayores de esa edad. Esta posibilidad teórica, ¿cómo se resuelve
en la práctica?
16
Dato que se obtiene del Cuadro P48 del Censo 2010 del Indec. En todo el territorio, la cantidad total
de mujeres mayores de 14 años y más sin hijos es de 15.738.019, en tanto; el total de mayores de 14
(las cuales a la fecha cuentan con un mínimo de 22 años de edad) con hijos es de 10.975.159. Lo cual
arroja un total aproximado de 70 % de mujeres madres. Recuperado desde
https://www.indec.gov.ar/censos_total_pais.asp?id_tema_1=2&id_tema_2=41&id_tema_3=135&t=0&
s=0&c=2010 Fecha de acceso: 25 de enero de 2019.
70
En cuanto al núcleo de madres cohabitando con sus hijos menores de cinco
años, el SNEEP señala 85 con condena y 89 procesadas. Como puede constatarse,
más del 50 % de hijos que “caen” en la cárcel se debe a madres no condenadas sino
procesadas. Y según lo provisto por la figura 8, en el 70 % de los casos se relaciona
con delitos de drogas.
71
precepto de que la detención de niños debe ser excepcional y por el período más breve
posible (art. 37 b de la CDN; concordante con párr. 135, Caso Bulacio Vs. Argentina).
A la par, el Anteproyecto del Código Penal de la Nación de 2014 insta a los jueces a
aplicar alternativas a la pena de prisión, ratificando el principio de intrascendencia de
la pena. En su art. 30 señala “el riesgo de que sus efectos operen de modo negativo
sobre el feto o sobre menores” (p. 113). Con este párrafo, se infiere que la reforma
penal incluye a todos los hijos menores de edad. Por este motivo, al idear la propuesta
en las conclusiones finales, no sólo se incluye a la infancia, sino que se piensa en una
alternativa inclusiva hacia todos los niños de infractoras a ley de drogas, desde la
concepción hasta los 18 años.
72
Por ende, los jueces disponen como circunstancias atenuantes o agravantes de
la pena extensas apreciaciones sobre la personalidad de las detenidas. Ensamblan sus
disposiciones legales, unificando la causa por la que la madre es investigada, juzgada
o condenada con el recurso interpuesto a posteriori. En este aspecto, se menciona la
resolución de la CSJN en la sentencia dictada en el año 1998 en el Caso Nápoli
(incluida en el anexo). Se sostiene que la privación a determinadas personas del
derecho a acceder al régimen general de la excarcelación, por la sola naturaleza del
delito que se les imputa, es una violación a los derechos de igualdad y libertad.
Se confirma en los recursos interpuestos por las detenidas que los jueces de
casación otorgan un trato diferente a las mujeres. Y en especial a las detenidas por
drogas y en consecuencia a sus hijos, entrometiéndose en situaciones íntimas de las
familias. Aspectos y cuestiones que se relacionan con la causa primaria pasan a
tornarse perjudiciales y hacen a un lado el interés que debe primar. Con lo cual se
realizan juzgamientos morales informales, contrarios a los principios
constitucionalizados del derecho penal. Y con ello, abren camino a situaciones de
vulneración de derechos. tanto de los niños como de las progenitoras. Es preocupante
que los magistrados ante mismos hechos pero distintas personas resuelvan de una
forma tan disímil. Los fallos confrontados podrían encajar en el pensamiento crítico
de que la prisión para la mayoría es por ser torpes y malas mujeres (Zaffaroni et al.,
2002; Risso Fernández, 2016).
73
Empero, los jueces no creen en la reinserción y la resocialización de las infractoras de
la ley 23.737. No se les otorga prisión domiciliaria a madres acusadas de
narcomenudeo principalmente porque consideran que volverían a delinquir, ya que el
Estado no proporciona control de las detenidas puertas adentro de su propiedad
(figuras 12 y 14).
De 1921 a 1984, según el viejo CP, la prisión domiciliaria se dictaba con las
siguientes condiciones: “cuando la prisión no excediere de seis meses podrán ser
detenidos en sus propias casas las mujeres honestas […]”. Se advierte entonces, que
los jueces han tradicionalmente internalizado el no permitir que las madres
deshonestas se beneficien con el arresto domiciliario. Su creencia ha sido y es que
puertas adentro éstas seguirían con sus actividades ilícitas. Seguramente, en los fallos
denegatorios se ha interpretado que aplicar el interés superior del niño es un
74
salvavidas que lanza la mala madre para evadir la totalidad y severidad de la pena.
Que la mujer se vale del hijo para continuar con su vida licenciosa y sus actividades
delictivas.
A su vez, se pone de relieve que las razones por las que se les niega la
detención domiciliaria a las madres son por cuestiones ambientales, materiales o
familiares que exceden a las propias mujeres. Vivir en una casa precaria en un barrio
de emergencia, falta de sostén económico del grupo familiar y violencia intrafamiliar
(figuras 16 y 17). Este y otros desaciertos y prejuzgamientos se ponen en evidencia a
la hora de analizar en detalle recursos de casación presentados por las madres a partir
de 2009.
75
pulseras o tobilleras con la Unidad Transmisora de radiofrecuencia que Surely pone a
disposición del Estado.
Las mujeres con arresto domiciliario tienen prohibida la libertad ambulatoria y temen
volver a prisión. No realizan controles médicos ni nadie envía un médico a
domicilio. No son promovidas para ningún empleo. No reciben ninguna capacitación
en oficios. No son promovidas para estudiar, finalizar la escuela primaria o
secundaria. No reciben asistencia psicológica. Deben quedarse en sus casas
pasivamente esperando a que la justicia resuelva mientras sus vidas se vienen
abajo: la casa se llueve, falta comida, vestimenta, dinero para medicamentos, para
útiles escolares. Para las mujeres con arresto domiciliario en condiciones de
pobreza (que constituyen la enorme mayoría) proyectar una vida integrada a la
sociedad que las contenga a ellas y a sus hijos es un imposible. (p. 227)
76
llamadas primarias, no se beneficien con la libertad condicional tras haber cumplido
una parte de la condena (arts. 13, 14 y 50 del CP).
Entonces, una madre que comete un delito con condenas mayores a tres años,
que no incluyan hacerle daño a su hijo, debería estar bajo la suspensión y no la
privación de la responsabilidad parental (art. 2° inc. b de la ley 27.363, concordante
con art. 702 inc. b del CCyCN). Lo cual deriva en procesos mentales que deben
realizar los magistrados que no son simples en la práctica.
Asimismo, intervienen otros factores, como los preconceptos que cada juez
tiene respecto a un conflicto por resolver. Algunos magistrados deciden ignorar lo
dispuesto en el art. 12 CP, ya que agregarían más injusticia a la imposición de una
pena catalogada por ellos como injusta. Se cita como ejemplo que un realista
justificaría su decisión de manera muy diferente a la de otro juez tildado de
retribucionista, porque la ideología de cada persona es inseparable de su labor. Para
Zaffaroni (1993) las penas se establecen en años pero no se corresponden con la
gravedad del delito. Una infracción menor, puede igualarse con una grave. Por la
77
tenencia de una cantidad mínima de drogas con fines de comercialización se impone
hasta quince años de cárcel. Mientras que, por promover la prostitución se dictan
sentencias sólo de hasta seis años y por cometer una violación la pena se equipara a la
tenencia de drogas con fines de venta. La posesión daña a la persona que consume la
droga; los delitos sexuales se cometen contra otros, produciendo daños irreversibles
en las víctimas.
Conclusión parcial
Se exponen las razones por la cual se considera que las garantías a la niñez no
se bajan a la realidad y sus posibles motivos. Según se constata en las figuras 14-17,
existe mucha confusión en los fundamentos de los magistrados. En la práctica, lo que
consideran agravantes o atenuantes para beneficiar a la madre y al niño se desordena
con la personalidad de la reclusa. Y, aunque parezca contradictorio, a su vez existe
una marcada precisión de los jueces. Ya que son las detenidas por drogas las que se
llevan todos los premios de ser consideradas los peores ejemplos para sus hijos y en
78
consecuencia inmerecedoras de beneficios. De esta manera, el proceso mental que los
jueces realizan para valorar el caso primario, el por qué se las detiene, se expande a
resoluciones accesorias.
79
Aunque toda privación de la libertad ambulatoria a madres sea en sí mismo un
impedimento, una condena por drogas echa más leña al fuego. El prohibir a
condenadas por períodos mayores a tres años que se ocupen de sus hijos, en la medida
de sus posibilidades, es invasivo y arbitrario. Se mencionan como casos testigo los
recursos de casación interpuesto por Díaz y González en la figura 15.
Se concluye además que los jueces no aclaran cómo han arribado a valorar el
interés superior del niño en cada caso concreto. Solo se remiten a incluir la frase “el
interés superior del niño”, como cliché, como si a fuerza de repetición borraran todos
los males que le aquejan a la criatura. A lo cual la Corte IDH en su OC 17/02 alude
como prácticas discriminatorias (párr. 46). Es más, de todos los casos bajo estudio
utilizan el término junto con una resolución que daña al hijo, acompañada de
consideraciones estereotipadas hacia la personalidad de la madre. Como se presenta
en el capítulo 2, unir el interés del niño con disposiciones que lo perjudican es errar en
la concepción misma de su significado. Avalar su estadía en un recinto penitenciario,
a modo de garantizarle el derecho a vivir en familia no le asigna el primer lugar al
interés superior del niño. No se puede supeditar el principio que vela por su desarrollo
integral permitiendo a su vez una situación negativa. Todos los magistrados deben
tener en cuenta los derechos del hijo al emitir sentencia. Empero, no existe una sola
receta para arribar a una decisión que sea la mejor para cada niño.
Entonces, esta parcialidad del poder judicial evidenciada en los fallos, ¿es
realizada adrede? Frank (2001) sostiene que sus prejuicios “operan mucho más abajo
del nivel de la conciencia” (p. 58). Por lo cual, no se puede culpar de todas las
deficiencias del sistema a los magistrados. Su tarea, con el poder implícito de decidir
sobre el futuro de otras personas, se destaca como ardua y para nada sencilla.
80
En tanto, la supremacía constitucional sostiene como no válida toda
disposición contraria a sus principios (Bidart Campos, 2006). Aplicar el artículo 195
de la ley 24.660, ¿no sería incompatible con el principio de primacía de la niñez, por
ende inconstitucional?
81
argentino debe supervisar que los jueces acompañen la carga argumentativa del
porqué de sus decisiones. Casos difíciles, los cuales requieren el acercamiento
holístico expuesto en el capítulo 2.
Por ende, la gran mayoría de los niños se encuentran viviendo con su familia
extensa. También en condiciones precarias. Esta disminución de ingresos familiares
podría atribuirse a la madre fuera de juego de las actividades ilícitas que solía realizar.
Y a veces, por madre y padre viviendo de la delincuencia. Sin emitir juicios acerca de
si está bien o mal vivir del delito, lo relevante es que al apresar a la madre, o a ambos,
la fuente principal de sustento económico se esfuma. Y al ser más bocas que alimentar
para los familiares, los niños quedan en indefensión e inferioridad de condiciones.
Situación que continúa hasta que el Juzgado de Casación intervenga y le conceda
prisión domiciliaria a la progenitora y/o se implemente el cobro de algún plan social
para que cobren los familiares.
82
ganar en intimidad familiar pero perder en la poca asistencia económica y médica que
tienen como internas. Ya que permaneciendo en prisión reciben comidas, revisaciones
periódicas; no deben preocuparse por pagar boletas de luz ni alquileres.
83
Si se desestima la estadía en prisión del infante, su entrega en adopción, su
institucionalización. Y en cuanto al binomio hijo- madre, la suspensión de la
responsabilidad parental, la suspensión del juicio a prueba y la prisión domiciliaria
¿Qué otra opción queda además de que el niño conviva con sus abuelos o tíos? Se
buscarán posibles salidas a lo dispuesto en el próximo capítulo.
84
Capítulo V: Aportes para Revertir la Presencia de Niños en Contextos de Encierro
Introducción
Nino (2013) concuerda con Zaffaroni y plantea que las decisiones de los
magistrados pertenecen a una obra colectiva en constante tensión, de la que participan
los tres poderes del Estado: legisladores, gobernantes y otros jueces. A lo que se le
agrega, según lo comprobado en los capítulos 2 y 3, que distintos organismos de
defensa de DDHH presionan e influyen en estas resoluciones. Todo conectado a un
derecho penal constitucionalizado expuesto en la figura 18, con “límites al poder
punitivo” (Font, 2011, pp.19-21).
Por el temor a que las madres delincuentes queden impunes se las castiga de la
misma forma que a una mujer sin hijos a cargo, siendo los niños la carne de cañón en
todo el proceso. En el capítulo 4 se expone que la pena privativa de la libertad
impuesta a mujeres, tanto en un recinto carcelario como domiciliaria, daña a
inocentes. Más aun, informes de distintos organismos en Argentina coinciden en que
la mayoría de las mujeres detenidas son madres de menores de edad (CELS et al.,
2011; DGN, 2015).
De esta manera, los conflictos con la ley 23.737 de las infractoras derivan en
niños en conflicto con sus derechos. ¿Cuál es la solución para garantizar por los
mejores intereses de estos niños? Una salida sencilla sería separarlos de sus madres y
85
otorgarlos en adopción, pero esta propuesta sería tan vejatoria de sus derechos como
el encarcelamiento mismo (ver anexo Casos S., C. s/adopción y Fornerón e Hija Vs.
Argentina). Otra posibilidad sería institucionalizarlos, pero con las experiencias del
hermano país chileno con el SENAME, sería también mejor desestimar esta segunda
propuesta.
86
1993, constata esta situación de callejón sin salida del derecho penal
constitucionalizado en América Latina. Aduce que “los Derechos Humanos no son
una utopía (en sentido negativo), sino un programa de transformación de la
humanidad de largo alcance” (p. 31). Veintiséis años después, mucho se ha escrito,
pero poco se ha hecho. Los mismos problemas persisten y se acentúan, generando una
espiral negativa. Como ser, violencia en escalada, leyes más duras, más personas
encarceladas y poca participación de las víctimas en los procesos penales.
En cuanto a los jueces, tal cual se grafica en el capítulo 4 y figuras 14-17, las
penas se imponen por personas, de gran conocimiento en materia legal, pero personas
de carne y hueso. Personas del otro lado de la ley, únicas e irrepetibles, con vivencias
propias que determinan su forma de ver la realidad, al igual que las delincuentes.
Dentro de una aparente neutralidad en sus sentencias, a simple vista se observan
apreciaciones erróneas y prejuzgamientos que realizan sobre las madres. Todo esto
repercute de lleno en los niños que llegan a prisión, discriminados, estigmatizados.
Así cobra sentido esta posición realista crítica del poder judicial. Se ha
comprobado que los jueces no fallan de la misma forma ante distintas infractoras de
un mismo artículo de una misma ley y similares hechos cometidos por ellas. Al
contrastar recursos de casación se observa que una detenida resulta beneficiada a
pesar de las circunstancias y otra no. ¿Cómo se explica esta discrepancia? Frank
sistematiza lo expuesto y sostiene que la decisión de un magistrado no surge
simplemente de la regla más los hechos, sino de la siguiente manera:
Decisión = estímulos que afectan al juez + personalidad del juez (como se cita
en Leiter, 2015).
Por realismo puede entenderse también el hecho de que las penas se ejecutan
en un tiempo y un espacio: una determinada cantidad de años según el delito y la
mayor parte de ese tiempo privado de la libertad. Por lo tanto, la aplicación de la pena
debería ser adecuada con el delito que se condena. Sin embargo, como se explica en
los capítulos 2 y 4, las condenas son desproporcionadas. Una “mula” puede enfrentar
la misma pena que un “capo narco”. Esto es porque la ley 23.737 dispone de una pena
de cuatro a quince años, tanto para el que transporte estupefacientes como para el que
los produzca, almacene o comercialice.
87
Más aún, el “Chapo” Guzmán y Carlos Lehder son unos pocos criminales
notorios en el mundo de las drogas, apresados dentro de un circuito ilegal gigantesco.
Es en este sentido que Insulza (2013) asegura que ni la economía ilegal ni el crimen
organizado pueden existir sin corrupción. A diferencia de la mayoría de las mujeres
que interpusieron los recursos de casación, estos delincuentes vip manejan influencias
y corrompen funcionarios, por lo cual rara vez caen presos. Entonces, no hay
transparencia ni realidad en las penas.
Este movimiento surge entre los años sesenta y setenta en Europa como una
crítica al sistema punitivo en su totalidad. Su posición asegura que el sistema punitivo
es inútil y no debería existir. Aunque para algunos doctrinarios es considerado como
opción, en la presente investigación no será analizado como tal. Ya que la sujeción a
tratados internacionales expuestos en el capítulo 2 hacen imposible su
implementación en un contexto de acuerdos permanentes en castigar delitos por
drogas. Los tipos delictivos deben aplicarse, por lo cual sólo se lo expondrá como
parámetro espejo o de contraste.
88
estigmatización, la marginación social, etcétera” (p. 4). Entonces, para un
abolicionista no hay que discutir si se le otorga o no prisión domiciliaria a una madre
con su hijo porque en principio su detención no existiría.
89
Como pudo demostrarse con los datos presupuestarios, el costo que le
demanda al Gobierno mantener el funcionamiento del sistema de la pena es altísimo y
aunque se invierta más dinero no hay posibilidad de erradicar las fallas. No es
cuestión de ofrecer más garantías, ni de repensarlo. Como con cualquier artefacto que
no sirve para el propósito con el cual ha sido fabricado, la prisión como sistema
punitivo tiene vicios de origen y debe ser reemplazada. Tal cual lo predijo Melossi
(2005) años atrás, este sistema está agotado. Es tiempo de evolución. El desafío
demanda esfuerzo y consenso, pero si con ello mejora la calidad de vida de un solo
niño al menos, lo vale.
5.3.1. El Programa Justicia 2020. Esta nueva iniciativa del gobierno sólo lleva
tres años de implementación y puede ofrecer el comienzo del cambio que se necesita.
En él participan activamente distintas áreas gubernamentales y demás sectores de la
sociedad. Además de ONGs, expertos en distintas áreas e incluso particulares. Este
enfoque multidimensional que rescata necesario Beloff (2010). Lamentablemente, al
igual que el derecho sistémico, sólo se ha implementado como alternativo y de
consulta.
De acuerdo con esta propuesta, a partir del 2018 se está llevando a cabo la
elaboración del Convenio y Protocolo del Programa Piloto sobre Justicia Terapéutica.
Se rescata como base la necesidad de reducir el costo que genera al Estado el
mantenimiento del SPF. Muy atinadamente, se comienza por replantearse la situación
de las personas procesadas o condenadas por drogas. Y es pertinente para la
propuesta, ya que como se pudo demostrar en las figuras 8 y 9, están a la cabeza de la
problemática del niño en la cárcel.
90
orientadas de aquí hacia el futuro. Sin embargo, en cuanto justificación de la pena “ni
las teorías absolutas, ni las relativas, así como tampoco sus posibles combinaciones,
logran dar una respuesta satisfactoria al problema” (Beloff, 1993, p. 67).
Podría hacerse un paralelismo con las prácticas que hasta hace pocos años se
ejercían con los niños que se portan mal en su casa. Se los sanciona para que aprendan
que lo que hicieron está mal y que no lo vuelvan a hacer. No se les pega, situación que
se condice con el retribucionismo. Y además, se lo aplica con la intención de que
otros chicos vean que si se portan mal van a tener una consecuencia mala. En ningún
momento se le solicita al niño que reflexione cómo puede solucionar lo que hizo y que
pida disculpas al que ofendió y/o lastimó, como ocurre en nuestros días.
91
población en cualquier rincón de América Latina. Mismo hasta las personas privadas
de la libertad pueden participar, implementando audiencias supervisadas vía Skype o
Zoom.
17
Art. 14, Constitución de la República de Ecuador: “Se reconoce el derecho de la población a vivir en
un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el buen vivir, sumak
kawsay. […].”
92
Resumido como no alcanzar un óptimo vivir mientras otros vivan mal. He aquí la
razón medular del presente trabajo.
Conclusión parcial
93
acompañados con acciones políticas y un tratamiento cooperativo entre todas las
disciplinas para que den frutos.
Ante los hechos, la alternativa de indultar a madres detenidas por drogas con
niños menores de cinco años sería una propuesta en el corto plazo que vale la pena
intentar en Argentina. Bien planteada y considerando todas las aristas. Un enfoque
94
que integre las disciplinas que conocen a fondo la problemática del niño en contextos
de encierro. Especialistas de distintas áreas, organizaciones gubernamentales, inter
gubernamentales, ONGs, doctrinarios.
18
De la población carcelaria total, sólo 3.602 (4,22%) son mujeres. Este grupo menor, según
organizaciones como el CELS, en su mayoría tienen hijos menores de 18 años.
19
Entre ellos, robos, secuestros, violaciones y homicidios dolosos.
20
Si bien en 2017 pasa de ser la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y
la Lucha contra el Narcotráfico a la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación
Argentina mantiene el acrónimo SEDRONAR.
95
innovaciones en favor del niño, a favor de la humanidad. Podría tildarse esta
propuesta como idealista y soñadora; pero, ¡qué sería de los derechos humanos sin
ideales y sueños!
96
Conclusiones Finales
Los derechos del niño comienzan mucho antes que en 1989. Con ayuda de las
tablas se robustece tal afirmación. Sólo en cien años la región ha avanzado a pasos
agigantados en diseñar y redactar códigos, leyes y protocolos en favor de la niñez a
nivel Latinoamérica. Estos avances, se deben en gran parte al compromiso asumido
por los Estados, las organizaciones, especialistas y ciudadanos en busca del Bien
Común. Empero, como se describe en el capítulo 1, muy poco se ha llegado a
comprender el real significado de la frase “interés superior del niño”.
Ergo, resulta imposible garantizar el interés superior del niño desde un espacio
que resta derechos, tanto dentro de una cárcel como bajo detención domiciliaria. Más
aún, se enfatiza defender la vida, como bien que permite el desarrollo de todos los
97
demás bienes. Y es la existencia misma de los hijos de las infractoras que se ha
demostrado en riesgo constante, infantes subsistiendo en condiciones infrahumanas.
Falta de alimentos y de servicios básicos, violencia implícita y explícita, entre otras
condiciones que mucho se asemejan a una zona de guerra. Pero estos niños no viven
en Siria, sino en un país en paz.
98
derechos de la niñez como eje principal del rol estatal. Otro de los motivos para
excusarse es un Sistema Interamericano que posee una construcción (ver figura 11)
que se ve desdibujada por los tiempos que maneja para dar respuestas palpables.
Ideado para iluminar los males del derecho, parecería perderse a medio camino de su
cometido. Por ejemplo, los “medios alternativos de solución de las controversias”
(párr. 135) que atañen a hijos de madres delincuentes propuestos por la Corte IDH en
2002, aún se hallan sin desarrollar. Con esto se comprueba además que el
encarcelamiento en Argentina (y en América Latina) no se aplica como ultima ratio.
Como prueba fehaciente del desinterés y abandono del Estado por el grupo
minoritario de infantes encerrados: organizaciones reconocidas a nivel mundial como
la Cruz Roja (2013); a nivel interno, el CELS (2011), la SENNAF (2016), el Sistema
Interinstitucional de Control de Cárceles (2018) y el CEREN (2018) denuncian
pésimas condiciones de su estancia en prisión. Con los hechos denunciados y
acreditados es imposible que el Estado argentino ignore lo que sucede puertas adentro
de un penal, permaneciendo ajeno a estos planteos. Si omite tomar cartas en el asunto
es porque ha tomado la decisión política y administrativa de no cumplir al 100% con
las obligaciones suscritas a nivel regional en materia de niñez. Lo mismo aplica para
los otros diez países bajo estudio.
¿Qué diferencia a estos niños del resto de la población infantil argentina? Los
chicos de clase media y alta (salvo excepciones) tienen todos sus derechos a
disposición: vida, familia, alimentación saludable, vivienda adecuada, salud física y
mental, seguridad social, educación, juego. Más aún, pueden elegir qué comer, a qué
escuela asistir y con quién jugar. Los niños de las villas no tienen todos sus derechos
sobre la mesa, pero se los reconoce como grupo en riesgo y se los asiste. Se trabaja
99
con políticas estatales para igualarlos al resto. En cambio, a los hijos de las detenidas
se los esconde y se los niega, más aún si provienen de madres en conflicto con la ley
23.737.
100
El bronce, los prejuzgamientos ejercidos hacia ellas por los magistrados. Con
la consecuente denegatoria de beneficios solicitados, que se amplían a sus pequeños
como discriminación por filiación.
101
reclusas con educación y recursos como Fernández, pero muy lejos de la mayoría de
los niños en prisión, cuyas progenitoras son adictas o mulas.
102
transparente. Se requiere invertir en la implementación de proyectos en prevención de
delitos, trabajos comunitarios y políticas públicas de mayor impacto en niñez.
Aún más, si para la ley el ser niño comprende de los 0 a los 18 años, ya no
basta con pensar sólo en los menores de 5. Tal especificación legal de imponer el
cuidado de los hijos de 0 a 4 años a las mujeres madres parte del Código Civil de
1869. Disposición que se perpetúa en el tiempo hasta la entrada en vigencia del
Código Civil y Comercial de la Nación, el 1 de agosto de 2015. Por lo cual, ha
devenido en desactualizada, al igual que el concepto de patria potestad que aún
predica el art. 12 del CP. Al realizar un aporte superador es preciso arribar a una
solución para todo el rango de niños afectados.
103
Pensadores autodenominados abolicionistas, como Anitua y Karam, son
exitosos en describir vívida y detalladamente las injusticias del derecho penal actual.
Sin embargo, construyen lineamientos sobre la arena. Ya que eliminar la pena para
condenas por drogas no es la salida para un país como la Argentina, que se precia de
seguir la sintonía de los estándares internacionales. Las infracciones por actividades
ilícitas relacionadas con la venta, transporte y comercio de estupefacientes en nuestro
país se rigen por los tratados bilaterales y multilaterales en la materia. Deben ser
penadas, no hay otra opción.
104
escuela o para salir a trabajar demoran meses en tratarse en los juzgados y no siempre
son concedidas.
105
Fallo Mazzeo, la CSJN interpreta en concordancia con la Corte IDH y declara
inconstitucional la gracia concedida a condenados por crímenes de lesa humanidad.
Es importante remarcar que la CSJN en el Fallo Videla deja por primera vez
en claro que es ella la que tiene la última palabra en cuanto al control de
constitucionalidad, siendo las disposiciones de la Corte IDH una guía referencial. Es
entonces, como el art. 99 habilita indultos presidenciales por crímenes federales
excepto los cometidos contra la humanidad. La controversia alrededor de estas
decisiones existe hasta nuestros días. Los indultos y amnistías se pretenden prohibir
con la ley 27.156. Dicha norma es absurda e irracional. El quid de la cuestión radica
en que el art. 99 inc. 5 habilita al presidente en ejercicio de sus funciones a indultar a
personas condenadas por delitos federales y una ley no puede impedírselo. Sí en
cambio, la propia CN, al ratificar el Estatuto de Roma.
106
publicados incluidos en la investigación (y sí que son varios) confirman que estas
mujeres necesitan al menos de un productor, un distribuidor, un dealer y un lavador
de dinero para delinquir. Entre ellos, se destaca el Anteproyecto del Código Penal de
la Nación de 2014, que refiere a lo irracional de la actual ley de drogas, que no
persigue a la delincuencia organizada sofisticada sino a pobres diablas. Igualmente, no
cambia mucho el panorama. Contempla para las penas por estupefacientes, salvo la
tenencia para uso personal, un mínimo de tres años de prisión. Y ese es el número que
todo lo cambia, ya que como se expuso en el capítulo 4, “sólo las penas hasta tres
años pueden ser reemplazadas por alternativas” (p. 125). Es así como se demuestra
que en vez de reformar del Código Penal se necesita idear un nuevo sistema, que
llevará tiempo y recursos.
107
gran parte de los casos, al ser difíciles de probar. Infracciones conectadas en alguno
de sus puntos con el narcotráfico: ninguna droga entra al país o se distribuye por sus
rutas sin la connivencia de las autoridades.
Los hijos de estas pocas madres apresadas nacen y crecen con derechos
operando en modo piloto. No existe mejor explicación del por qué están en prisión.
Sus necesidades son prioritarias por el mero hecho de ser niños y deben primar por
sobre las de los adultos. Es por ello insostenible su estadía bajo situaciones
deplorables, produciendo su deterioro físico, mental y espiritual en vez de su
desarrollo integral.
Art. 1°: Aplíquese amnistía a las embarazadas y madres de niños entre 0 y 18 años
cumpliendo prisión preventiva a la fecha, tanto efectiva como domiciliaria, bajo ley
23.737.
Art. 2°: En el marco del perdón de condenas a embarazadas y madres bajo ley 23.737,
con niños de 0 a 18 años a cargo, téngase a bien elaborar un pedido colectivo de
indulto para ser presentado ante el Sr. Presidente Mauricio Macri.
21
Según SNEEP, en 2017 el número de mujeres detenidas por infringir la ley 23.737 es de 1.561.
108
Los encargados de representar a las condenadas a tales fines serán el Colegio Público
de Abogados de C.A.B.A, el Centro de Estudios Legales y Sociales, la Comisión
Provincial por la Memoria, el Ministerio Público de la Defensa y la Procuración
Penitenciaria de la Nación.
Art. 3°: Inclúyase a las infractoras de la ley 23.737, beneficiadas en los términos de
los arts. 1° y 2° del presente Proyecto de Ley, y a sus hijos bajo un programa integral
de contención, asistencia, desarrollo y capacitación. Se tendrá por objeto la concreta
reinserción de las madres y los niños en los ámbitos sociales, educativos y de empleo.
Dicho programa estará a cargo de una comisión especial encargada de articular las
áreas del Ministerio de Salud y Desarrollo Social; Ministerio de Educación, Cultura,
Ciencia y Tecnología; Ministerio de Producción y Trabajo; Secretaría de Vivienda.
Fundamentos:
Saludos cordiales.
DNI: 23472039
109
110
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II) Legislación
a) Internacional.
115
3. Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados.
7. Estatuto de Roma
b) Latinoamericana.
c) Países de Latinoamérica.
1. Bolivia.
1.2. Decreto Presidencial de Amnistía, Indulto Parcial e Indulto Total 3519 Y 3529.
116
1.5. Proyecto “No Encarceles Mi Niñez”.
2. Chile.
3. Colombia.
4. Ecuador.
117
4.7. Reglamento del Sistema Nacional de Rehabilitación Social.
5. México.
6. Guatemala.
7. Honduras.
8. Paraguay.
9. Perú.
118
9.1. Constitución Política del Perú.
10. Uruguay.
d) Nacional.
1. Código Civil y Comercial de la Nación, desde la Ley 340 hasta la Ley 26.994.
4. Código Procesal Penal de la Nación Ley 27.063, modificado por Código Procesal
Penal Federal Ley 27.482.
119
6. Constitución de la Nación Argentina.
20. Decreto 1.602/09 de Asignación Universal por Hijo para Protección Social.
21. Decreto 103/17 de Creación de la Comisión para la Reforma del Código Penal de
la Nación.
24. Ley 17.818 Aprobación de la Convención Única sobre Estupefacientes del año
1.961.
120
25. Ley 21.704 de Aprobación del Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas.
26. Ley 23.933 de Aprobación del Convenio sobre la Prevención del Uso Indebido y
Represión del tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, suscripto
con la República de Bolivia.
34. Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes.
35. Ley 26.200 de Implementación del Estatuto de Roma, aprobado por la Ley 25390
y ratificado el 16 de enero de 2001, de la Corte Penal Internacional. Disposiciones
Generales Penas y principios generales. Delitos contra la administración de justicia de
la Corte Penal Internacional. Relaciones con la Corte Penal Internacional.
38. Ley 26.827 del Sistema Nacional de Prevención de la Tortura y otros Tratos
Crueles Inhumanos o Degradantes.
121
39. Ley 27.080 de Creación en el ámbito del Poder Judicial de la Nación de la
Dirección de Control y Asistencia de Ejecución Penal.
47. Proyecto de Resolución que Insta a la Comisión Bicameral del Defensor de las
Niñas, Niños y Adolescentes a Proceder a la Designación del Defensor de los
Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, según art. 47 de la Ley 26.061. Número
de expediente: 893-S-2019.
122
50. Resolución 3.182/09 ex Ministerio de Desarrollo Social. Programa Ingreso Social
con Trabajo.
III) Jurisprudencia
a) Extranjera.
123
4. Corte Interamericana de Derechos Humanos. “Opinión Consultiva 17/02”, 28 de
agosto de 2002.
10. Corte Interamericana de Derechos Humanos. “Caso Atala Riffo y Niñas Vs.
Chile”, 24 de febrero de 2012.
b) Nacional.
1. C.J.S.N. “Nápoli, E. y otros s/ infracción art. 139 bis del C.P.”, Fallos 321:3630
(1998).
124
6. C.S.J.N. “Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto s/informe sentencia dictada
en el caso 'Fontevecchia y D'Amico vs. Argentina' por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos”, Fallos 340:47 (2017).
10. Cámara Federal de Casación Penal. Sala 1. “Calisaya, L. S.”, Causa N° 16.833/13.
11. Cámara Federal de Casación Penal. Sala 3. “Rabello Campos, M. S.”, Causa N°
17.141/13.
15. Cámara Nacional de Casación Penal. Sala 3. “Grigor, V. L.”, Causa N° 11.255/09.
17. Cámara Nacional de Casación Penal. Sala 2. “Díaz, R. O.”, Causa N° 11.400/09.
19. Cámara Nacional de Casación Penal. Sala 4. “M., L. G.”, Causa N° 13.683/11.
20. Cámara Nacional de Casación Penal. Sala 3. “Orillo, M. G.”, Causa N° 15.657/12.
125
21. Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional. Sala 3. “Aviles, J.
S.”, Causa N° 5548/2013/TO2/1/CNC1
23. Juzgado de Ejecución 1 del Dpto. Judicial de San Isidro. “Mujeres madres con
niños y mujeres embarazadas alojadas en la Unidad N° 33 de Los Hornos”, Causa N°
HC-12.389/15.
IV) Otros
a) Doctrina Latinoamericana.
b) OtrosAutores.
126
2. Antonacachi, D., Tiravassi, A. y Gomez, M. (2013). Los niños en la cárcel- Nacer y
crecer en una institución penal. X Jornadas de Sociología. Facultad de Ciencias
Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. Recuperado desde
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8. Le Gal, J. (2005). Los derechos del niño en la escuela. Una educación para la
ciudadanía. Barcelona: Graó
9. Lejarraga, H., Berardi, C., Ortale, S., Contreras, M., Sanjurjo, A., Lejarraga, C, …
Rodríguez, L. (2011). Crecimiento, desarrollo, integración social y prácticas de
crianza en niños que viven con sus madres en prisión. Sociedad Argentina de
Pediatría, 109(6), 485-491. doi: 10.5546/aap.2011.485
127
13. Molinari, C. y Brena, G. (Coords.). (2018). Mujeres y niños en la cárcel. Lectura
y escritura dentro y fuera de la Unidad 33. La Plata: Universidad Nacional de La
Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. (Andamios, 2.
Experiencias). Recuperado desde
https://www.libros.fahce.unlp.edu.ar/index.php/libros/catalog/book/112 Fecha de
acceso: 11 de septiembre de 2018.
15. Risso Fernández, M. (2016). Maternidad y prisión: líneas para pensar el encierro
femenino. En N. Montealegre, (Coord.), El tiempo quieto. Mujeres privadas de
libertad en Uruguay (pp. 211-226). Montevideo: Facultad de Humanidades y Ciencias
de la Educación.
17. Witker, J. (1986). Cómo elaborar una tesis en derecho. Madrid: Civitas.
18. Yuni, J. y Urbano C. (2014). Técnicas para Investigar, 1 (2ª ed.). Córdoba:
Brujas.
19. Yuni, J. y Urbano C. (2014). Técnicas para Investigar, 2 (2ª ed.). Córdoba:
Brujas.
c) Otros Documentos.
128
3. Centro de Estudios en Nutrición y Desarrollo Infantil. (2018). Crianza, crecimiento
y desarrollo de niño/a/s que viven en entornos carcelarios de la Provincia de Buenos
Aires. Estudio en la Unidad Penitenciaria 33. Recuperado desde
http://ceren.cic.gba.gob.ar/wp-content/uploads/2018/04/informe-unidad-33.pdf Fecha
de acceso: 2 de enero de 2019.
129
10. Comisión Interamericana de Derechos Humanos. (1994). Recomendación 130/94.
Caso del Centro de Readaptación Social de Atlixco, en el Estado de Puebla.
Recuperado desde
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Fecha de acceso: 4 de noviembre de 2018.
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37. Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. (2010). Medidas
privativas y no privativas de la libertad. El sistema penitenciario. Viena: Autor.
133
Régimen de Visitas entre A.C y sus dos hijos, D. y R. Recuperado desde
https://ppn.gov.ar/institucional/noticias/2003-la-ppn-solicito-se-garantice-a-una-
madre-detenida-la-vinculacion-con-sus-hijos Fecha de acceso: 3 de mayo de 2018.
134
1. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile: https://www.bcn.cl/ Fecha de acceso: 4
de octubre de 2018.
135
14. Justicia 2020, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos:
https://www.justicia2020.gob.ar/ Fecha de acceso: 27 de octubre de 2018.
136
26. Procuración Penitenciaria de la Nación: http://www.ppn.gov.ar/ Fecha de acceso:
5 de abril de 2018.
137
138
Tabla 1
Ecuador 2008 arts. 35, 42-46, 66, arts. 26, 40, 51.2, 67-
81, 175, 341, 347.5 69, 77.4
y 380.4 328, 333 y 360
,
Honduras 1982 arts. 119-126 arts. 76, 111, 118, 141 y
142
Nota: Aunque muy dispares en cuanto a la fecha de su proclamación, en todos los textos se menciona la
importancia de la familia en los primeros días de vida del niño.
a
La Constitución chilena vigente data de 1980, última reforma parcial data de 2005 . bLa colombiana de 1991,última
reforma en 2016. c La mexicana de 1917, última reforma en 2018. dLa guatemalteca de 1985, última reforma en
1993. eLa hondureña de 1982, última reforma en 2015. fLa uruguaya de 1967, última reforma en 2004.
139
Tabla 2
Elaboración propia en base a las leyes del niño en los once países.
Nota: Los países estudiados presentan coincidencias y disposiciones similares, con precisiones que varían según la
idiosincrasia de cada pueblo.
a
Honduras es el primer país en reglamentar un cuerpo legal para la niñez, bajo el mandato de Carlos Reina
Idiáquez.
140
Tabla 3
141
Tabla 4
a
Guatemala no especifica quién debe ocuparse del tratamiento médico ni de la alimentación de los niños en prisión
(Acuerdo Gubernativo 195/17, arts. 12 y 15), por lo cual se infiere que no lo cumple.
142
Tabla 5
Observaciones generales del Comité de los Derechos del Niño relacionadas con la
situación del niño en prisión
14 Sobre el derecho del niño a que su interés superior sea preámbulo- 2013
una consideración primordial 3
15 Sobre el derecho del niño al disfrute del más alto nivel 24-42 2013
posible de salud
Elaboración propia en base a las observaciones generales del Comité de los Derechos del Niño. Recuperado desde
http://plataformadeinfancia.org/derechos-de-infancia/observaciones-generales-comite-derechos-del-nino/ Fecha de
acceso: 12 de diciembre de 2018.
143
Vida
(art. 6)
Interés
Familia
superior
(art. 5)
(art. 3)
Seguridad Protección
social especial
(art. 26) (preámbulo)
Juego Igualdad
(art. 31) Convención sobre (art. 2)
los Derechos del
Niño
Desarrollo Identidad
(art. 27) (art. 8)
Medidas
Buenos tratos especiales de
(art. 37) protección
(art.19)
Salud Privacidad
(art. 24) (art. 16)
Figura 1. Convención sobre los Derechos del Niño. Derechos que se vulneran al
permitir la cohabitación del niño con su madre en prisión.
144
• Menor sujeto pasivo de derechos
145
Uruguay
170 Perú
153
Paraguay
118
85 México
76 Honduras
153
Guatemala
173
162 Ecuador
202 Colombia
103 Chile
72
Bolivia
Argentina
0 50 100 150 200 250
Mujeres en prisión en números
Figura 3. Mujeres en prisión cada millón de habitantes en los once países, en base a
las últimas publicaciones oficiales de cada país.
146
• Declaración Universal de Derechos Humanos
• Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (Pacto de
San José de Costa Rica)
Instrumentos • Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales
jurídicos • Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo
Facultativo
internacionales • Convención Americana sobre Derechos Humanos
con jerarquía • Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
constitucional contra la Mujer
• Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos y
Degradantes
• Convención sobre los Derechos del Niño
• Carta de Naciones Unidas
Instrumentos • Estatuto de la Corte Internacional de Justicia
jurídicos vigentes • Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional
dentro del • Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o
Sistema Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
Universal • Protocolo Facultativo de la Convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer
• Carta de la Organización de los Estados Americanos
• Estatuto de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos
Instrumentos • Carta Democrática Interamericana
jurídicos vigentes • Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura
dentro del • Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas
de Libertad en las Américas
Sistema • Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos
Interamericano en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de
San Salvador)
• Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer (Convención de Belem Do Pará)
• Ley 25.391 Informe Anual de la Situación de los Derechos Humanos en
Argentina
• Ley 25.875 de Creación de la Procuración Penitenciaria de la Nación
• Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes
• Ley Nº 26.472 de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad, art. 1 incs.
e) y f)
Leyes, decretos y • Ley 26.827 de Creación del Sistema Nacional de Prevención de la tortura y
normas otros tratos crueles inhumanos o degradantes
nacionales • Decreto 416/06 Conformación del Consejo Federal de Niñez, Adolescencia
y Familia
• Decreto 28/07 de Estructura Organizativa de la Secretaría Nacional de
Niñez, Adolescencia y Familia.
• Decreto 1.602/09 de Asignación Universal por Hijo para Protección Social
• Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia, Norma 376/16 de
Creación del Programa de Protección Integral de Derechos de Niñas y Niños
con Madres en Situación de Detención
Figura 4. Derechos Humanos, principal normativa respecto al sistema carcelario y derechos del niño en
Argentina. Estándares básicos no obligatorios son: las Reglas Mínimas de las Naciones. Unidas para el
Tratamiento de los Reclusos (Reglas Mandela), las Reglas de las Naciones Unidas para la protección de
los menores privados de libertad (Reglas de Beijing), las Reglas de las Naciones Unidas para el
tratamiento de las reclusas y medidas no privativas de la libertad para las mujeres delincuentes (Reglas
Bangkok), las Reglas mínimas de las Naciones Unidas sobre las medidas no privativas de la libertad
(Reglas de Tokio).
147
2 años
3 años
Ley Nacional de Ejecución Decreto 173/84, art. 33
Penal, art. 10.VI
3 años
4 años Decreto 2553/14, art. 1
Ley del Régimen
Penitenciario, art 52
3 años
Reglamento del Sistema Nacional de
Rehabilitación Social, art. 22
3 años
Decreto Supremo 015/03, art. 4 años
12 Ley 5162,
art. 216
6 años
Ley 2298, art. 26
4 años
Ley 14470/75, art 29
1 año
Decreto 518/98, art. 19
4 años
Ley 24660, art. 195
Figura 5. Tope de edad y regulación vigente que permite la cohabitación del niño con
su madre en prisión según país.
148
1916 Primer 1985 Naciones 2015 Agenda
Congreso 1989 Convención 2030 para el
Unidas aprueba
Panamericano del de los Derechos Desarrollo
las Reglas de
Niño, la Niña y del Niño Sostenible
Beijing
Adolescentes
1 Red Latinoamericana y Caribeña por la Defensa de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes.
Elaboración propia.
Figura 10. Sucesos trascendentales para la defensa integral de derechos del niño en
contextos de encierro en el ámbito internacional, con un enfoque direccionado hacia
América Latina. Las Reglas Mandela tuvieron su última reforma en 2015. La Sesión
Mundial por la Infancia y el Primer Foro Panamericano de Niños, Niñas y
Adolescentes presentan como hecho singular el ser las primeras participaciones en
persona de niños en eventos de esta envergadura.
149
Sistema Interamericano
de Derechos Humanos
Opiniones
Informes
Consultivas
Denuncias de
Casos
particulares y
Contenciosos
Organizaciones
Medidas
Visitas in loco
Provisionales
Supervisiones
Visitas in situ
Figura 11. Funciones que realiza cada órgano dentro del Sistema Interamericano de
Derechos Humanos. Los Estados Miembros de la Organización de Estados
Americanos se obligan a ponerse bajo su órbita por medio del art. 33 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.
150
Recurso no interpuesto Recurso interpuesto
Informes socio-ambientales
negativos
Sin vivienda ni referentes
Denegatoria de familiares
Elaboración propia en base a las entrevistas mantenidas por la PPN con madres del
Complejo Penitenciario Federal N°3 y de la Unidad Nº31 en 2012 y DGN en 2015.
Figura 12. Razones principales por las cuales las mujeres detenidas no se encuentran
bajo prisión domiciliaria.
151
madre acusada,
procesada o sin otras hijo menor de
prisión domiciliaria
condenada con valoraciones de los cinco años de edad
otorgada
pena menor a tres magistrados a cargo
años
madre acusada,
procesada o sin otras hijo mayor de
prisión domiciliaria
condenada con valoraciones de los cinco años de edad
denegada
pena menor a tres magistrados a cargo
años
prisión domiciliaria
madre condenada sin otras denegada y
hijo menor de
con pena mayor a valoraciones de los suspensión de
cinco años a cargo
tres años magistrados responsabilidad
parental
Elaboración propia sólo en base a las leyes vigentes; sin otras consideraciones.
152
imputada
detenida por adicta cinco hijos (2, 4, 6,
prisión domiciliaria
comercialización mala madre 10, 12 años) a
otorgada
de estupefacientes contención cargo
familiar
condenada a seis
detenida por años
tenencia de marginalidad y
cuatro hijos (9
estupefacientes con pobreza, sin prisión domiciliaria
meses, 3, 4 y 7
fines de contención otorgada
años) a cargo
comercialización familiar
agravado dos denegatorias
anteriores
acusada
detenida por problemas de dos hijos (recién
convivencia con prisión domiciliaria
contrabando de nacida y 11 años) a
otras reclusas denegada
estupefacientes cargo
contención
familiar
153
detenida por condenada a tres
omisión de años y seis meses
deberes de prisión domiciliaria
recursos
funcionaria en principio
económicos y un hijo (10 meses)
pública en denegada, otorgada
buena posición
concurso ideal con meses más tarde
social
incendio culposo
seguido de muerte buena madre
condenada a seis
detenida por robo años y ocho
agravado por meses tres hijos (de 7, 10 prisión domiciliaria
utilizar un arma 1/2 de la pena y 12 años) a cargo otorgada
de fuego cumplida
mala madre
condenada a
cuatro años y seis prisión domiciliaria
detenida por meses cuatro hijos (de 2,
denegada y
transporte de 8, 10 y 12 años) a
marginalidad y privación de patria
drogas cargo
pobreza potestad
mala madre
procesada
detenida por tres denegatorias
secuestro extorsivo anteriores cuatro hijos (de 3, prisión
agravado por 4, 7 y 9 años) a domiciliaria
utilizar un arma de marginalidad y cargo denegada
fuego pobreza
mala madre
Elaboración propia en base a los recursos de casación presentados por Avilés y Orillo
(en ese orden).
155
reincidente
condenada a tres
años una hija (de cuatro prisión domiciliaria
detenida por robo
adicta meses) a cargo otorgada
secundario
incompleto
condenada,
reincidente y en
detenida con rebeldía
condenas y causas pobreza y cuatro hijas (1 prisión domiciliaria
abiertas desde marginalidad menor de 5 años) otorgada
2004 mala madre,
contención
familiar
reincidente
prisión condenada
domiciliaria
recursos dos hijos (de 6
revocada por
económicos meses y de de 1 prisión domiciliaria
nuevo delito
año y 4 meses) a restablecida
(tenencia simple buena madre cargo
de
estupefacientes) contención
familiar
Elaboración propia en base a los recursos de casación presentados por Tristán, Encina
y M. L. G. (en ese orden).
156
legalidad
no doble
punición
intervención
mínima
imparcialidad reserva o
lesividad
cárceles máxima
sanas y taxatividad
limpias
defensa en
juicio
buena fe
humanidad
culpabilidad
Figura 18. Principios del derecho penal que se contradicen con la estancia del niño en
prisión.
157
158
Selección de Extractos de Sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de
Corte Suprema de Justicia de la Nación Aplicables al Niño en Prisión
1. Ahora bien, al examinar las implicaciones del trato diferenciado que algunas normas pueden
dar a sus destinatarios, la Corte ha establecido que “no toda distinción de trato puede
considerarse ofensiva, por sí misma, de la dignidad humana”. En este mismo sentido, la Corte
Europea de Derechos Humanos, basándose en “los principios que pueden deducirse de la
práctica jurídica de un gran número de Estados democráticos”, advirtió que sólo es
discriminatoria una distinción cuando “carece de justificación objetiva y razonable”. Existen
ciertas desigualdades de hecho que pueden traducirse, legítimamente, en desigualdades de
tratamiento jurídico, sin que esto contraríe la justicia. Más aún, tales distinciones pueden ser
un instrumento para la protección de quienes deban ser protegidos, considerando la situación
de mayor o menor debilidad o desvalimiento en que se encuentran. (Corte IDH, 2002, párr.
46)
2. La protección de los niños en los instrumentos internacionales tiene como objetivo último el
desarrollo armonioso de la personalidad de aquéllos y el disfrute de los derechos que les han
sido reconocidos. Corresponde al Estado precisar las medidas que adoptará para alentar ese
desarrollo en su propio ámbito de competencia y apoyar a la familia en la función que ésta
naturalmente tiene a su cargo para brindar protección a los niños que forman parte de ella.
(Corte IDH, 2002, párr. 53)
3. Tal como se señalara en las discusiones de la Convención sobre los Derechos del Niño, es
importante destacar que los niños poseen los derechos que corresponden a todos los seres
humanos –menores y adultos- y tienen además derechos especiales derivados de su condición,
a los que corresponden deberes específicos de la familia, la sociedad y el Estado. (Corte IDH,
2002, párr. 54)
5. “En conclusión, el niño debe permanecer en su núcleo familiar, salvo que existan
razones determinantes, en función del interés superior de aquél, para optar por
159
separarlo de su familia. En todo caso, la separación debe ser excepcional y,
preferentemente, temporal” (Corte IDH, 2002, párr. 77).
6. Esto debe informar la actividad de todas las personas que intervienen en el proceso, quienes
han de ejercer sus respectivas encomiendas tomando en consideración tanto la naturaleza
misma de éstas, en general, como el interés superior del niño ante la familia, la sociedad y el
propio Estado, en particular. No basta con disponer protecciones y garantías judiciales si los
operadores del proceso carecen de capacitación suficiente sobre lo que supone el interés
superior del niño y, consecuentemente, sobre la protección efectiva de sus derechos. (Corte
IDH, 2002, párr. 79)
8. Esta Corte ha establecido reiteradamente, a través del análisis de la norma general consagrada
en el artículo 1.1 de la Convención Americana, que el Estado está obligado a respetar los
derechos y libertades reconocidos en ella y a organizar el poder público para garantizar a las
personas bajo su jurisdicción el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos. Según las
normas del derecho de la responsabilidad internacional del Estado aplicables en el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, la acción u omisión de cualquier autoridad pública,
de cualquiera de los poderes del Estado, constituye un hecho imputable al Estado que
compromete su responsabilidad en los términos previstos en la Convención Americana. Dicha
obligación general impone a los Estados Partes el deber de garantizar el ejercicio y el disfrute
de los derechos de los individuos en relación con el poder del Estado, y también en relación
con actuaciones de terceros particulares. En este sentido, y para efectos de esta Opinión, los
Estados Partes en la Convención Americana tienen el deber, bajo los artículos 19 (Derechos
del Niño) y 17 (Protección a la Familia), en combinación con el artículo 1.1 de la misma, de
tomar todas las medidas positivas que aseguren protección a los niños contra malos tratos, sea
en sus relaciones con las autoridades públicas, sea en las relaciones interindividuales o con
entes no estatales. (Corte IDH, 2002, párr. 87)
9. En igual sentido, se desprende de las normas contenidas en la Convención sobre los Derechos
del Niño que los derechos de los niños requieren no sólo que el Estado se abstenga de
interferir indebidamente en las relaciones privadas o familiares del niño, sino también que,
según las circunstancias, adopte providencias positivas para asegurar el ejercicio y disfrute
pleno de los derechos. Esto requiere la adopción de medidas, entre otras, de carácter
económico, social y cultural. En particular, el Comité sobre Derechos del Niño ha enfatizado
160
en su primer comentario general la relevancia del derecho a la educación93. Efectivamente, es
sobre todo a través de la educación que gradualmente se supera la vulnerabilidad de los niños.
Asimismo, el Estado, como responsable del bien común, debe, en igual sentido, resguardar el
rol preponderante de la familia en la protección del niño; y prestar asistencia del poder público
a la familia, mediante la adopción de medidas que promuevan la unidad familiar. (Corte IDH,
2002, párr. 88)
10. Como se ha dicho anteriormente (supra 87), los Estados tienen la obligación de reconocer y
respetar los derechos y libertades de la persona humana, así como proteger y asegurar su
ejercicio a través de las respectivas garantías (artículo 1.1), medios idóneos para que aquéllos
sean efectivos en toda circunstancia, tanto el corpus iuris de derechos y libertades como las
garantías de éstos, son conceptos inseparables del sistema de valores y principios
característico de la sociedad democrática. En ésta “los derechos y libertades inherentes a la
persona, sus garantías y el Estado de Derecho constituyen una tríada, cada uno de cuyos
componentes se define, completa y adquiere sentido en función de los otros”. (Corte IDH,
2002, párr. 92)
11. Las normas internacionales procuran excluir o reducir la “judicialización” de los problemas
sociales que afectan a los niños, que pueden y deben ser resueltos, en muchos casos, con
medidas de diverso carácter, al amparo del artículo 19 de la Convención Americana, pero sin
alterar o disminuir los derechos de las personas. En este sentido, son plenamente admisibles
los medios alternativos de solución de las controversias, que permitan la adopción de
decisiones equitativas, siempre sin menoscabo de los derechos de las personas. Por ello, es
preciso que se regule con especial cuidado la aplicación de estos medios alternativos en los
casos en que se hallan en juego los intereses de los menores de edad. (Corte IDH, 2002, párr.
135)
12. Sobre el principio de igualdad ante la ley y la no discriminación, la Corte ha señalado que la
noción de igualdad se desprende directamente de la unidad de naturaleza del género humano y
es inseparable de la dignidad esencial de la persona, frente a la cual es incompatible toda
situación que, por considerar superior a un determinado grupo, conduzca a tratarlo con
privilegio; o que, a la inversa, por considerarlo inferior, lo trate con hostilidad o de cualquier
forma lo discrimine del goce de derechos que sí se reconocen a quienes no se consideran
incursos en tal situación. La jurisprudencia de la Corte también ha indicado que en la actual
etapa de la evolución del derecho internacional, el principio fundamental de igualdad y no
discriminación ha ingresado en el dominio del jus cogens. Sobre él descansa el andamiaje
jurídico del orden público nacional e internacional y permean todo el ordenamiento jurídico.
(Corte IDH, 2012, párr. 79)
161
13. La Convención Americana, al igual que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, no contiene una definición explícita del concepto de “discriminación”. Tomando
como base las definiciones de discriminación establecidas en el Artículo 1.1 de la Convención
Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial y el Artículo
1.1 de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer, el Comité de Derechos Humanos del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (en adelante “Comité de Derechos Humanos”) ha definido la discriminación como:
toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que se basen en determinados motivos,
como la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, el
origen nacional o social, la propiedad, el nacimiento o cualquier otra condición social, y que
tengan por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en
condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales de todas las
personas.
14. El objetivo general de proteger el principio del interés superior del niño es, en sí mismo, un fin
legítimo y es, además, imperioso. En relación al interés superior del niño, la Corte reitera que
este principio regulador de la normativa de los derechos de las niñas y los niños se funda en la
dignidad misma del ser humano, en las características propias de los niños y las niñas, y en la
necesidad de propiciar el desarrollo de éstos, con pleno aprovechamiento de sus
potencialidades. En el mismo sentido, conviene observar que para asegurar, en la mayor
medida posible, la prevalencia del interés superior del niño, el preámbulo de la Convención
sobre los Derechos del Niño establece que éste requiere “cuidados especiales”, y el artículo 19
de la Convención Americana señala que debe recibir “medidas especiales de protección”.
(Corte IDH, 2012, párr. 108)
15. Igualmente, la Corte constata que la determinación del interés superior del niño, en casos de
cuidado y custodia de menores de edad se debe hacer a partir de la evaluación de los
comportamientos parentales específicos y su impacto negativo en el bienestar y desarrollo del
niño según el caso, los daños o riesgos reales y probados, y no especulativos o imaginarios.
Por tanto, no pueden ser admisibles las especulaciones, presunciones, estereotipos o
consideraciones generalizadas sobre características personales de los padres o preferencias
culturales respecto a ciertos conceptos tradicionales de la familia. (Corte IDH, 2012, párr. 109)
162
c) Caso Bulacio Vs. Argentina.
17. Quien sea detenido “tiene derecho a vivir en condiciones de detención compatibles con su
dignidad personal y el Estado debe garantizarle el derecho a la vida y a la integridad
personal”. La Corte ha establecido que el Estado, como responsable de los establecimientos de
detención, es el garante de estos derechos de los detenidos, lo cual implica, entre otras cosas,
que le corresponde explicar lo que suceda a las personas que se encuentran bajo su custodia.
Las autoridades estatales ejercen un control total sobre la persona que se encuentra sujeta a su
custodia. La forma en que se trata a un detenido debe estar sujeta al escrutinio más estricto,
tomando en cuenta la especial vulnerabilidad de aquél, función estatal de garantía que reviste
de particular importancia cuando el detenido es un menor de edad. Esta circunstancia obliga al
Estado a ejercer su función de garante adaptando todos los cuidados que reclama la debilidad,
el desconocimiento y la indefensión que presentan naturalmente, en tales circunstancias, los
menores de edad. (Corte IDH, 2003, párr. 126)
18. Cuando se trata de la protección de los derechos del niño y de la adopción de medidas para
lograr dicha protección, rige el principio del interés superior del niño, que se funda “en la
dignidad misma del ser humano, en las características propias de los niños, y en la necesidad
de propiciar el desarrollo de éstos, con pleno aprovechamiento de sus potencialidades”. (Corte
IDH, 2003, párr. 134)
19. “En este sentido, se han formulado diversas consideraciones específicas sobre la
detención de niños, que, como lo ha señalado esta Corte y se reconoce en diversos
instrumentos internacionales, debe ser excepcional y por el período más breve
posible” (Corte IDH, 2003, párr. 135).
20. El Estado debe respetar el derecho a la vida de toda persona bajo su jurisdicción, consagrado
en el artículo 4 de la Convención Americana. Esta obligación presenta modalidades especiales
en el caso de los menores de edad, teniendo en cuenta como se desprende de las normas sobre
protección a los niños establecidos en la Convención Americana y en la Convención de
Derechos del Niño. La condición de garante del Estado con respecto a este derecho, le obliga a
prevenir situaciones que pudieran conducir, por acción u omisión, a la afectación de aquél.
Como lo señalara este Tribunal anteriormente (supra 110-121) y para efectos del caso
concreto, si Walter David Bulacio fue detenido en buen estado de salud y posteriormente,
murió, recae en el Estado la obligación de proveer una explicación satisfactoria y convincente
de lo sucedido y desvirtuar las alegaciones sobre su responsabilidad, mediante elementos
probatorios válidos. Efectivamente, en su condición de garante el Estado tiene tanto la
responsabilidad de garantizar los derechos del individuo bajo su custodia como la de proveer
la información y las pruebas relacionadas con lo que suceda al detenido. (Corte IDH, 2003,
párr. 138)
163
d) Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri Vs. Perú.
21. El Estado debe respetar el derecho a la vida de toda persona bajo su jurisdicción, consagrado
en el artículo 4 de la Convención Americana. Esta obligación presenta modalidades especiales
en el caso de los menores de edad, teniendo en cuenta las normas sobre protección a los niños
establecidas en la Convención Americana y en la Convención sobre los Derechos del Niño. La
condición de garante del Estado con respecto a este derecho, le obliga a prevenir situaciones
que pudieran conducir, por acción u omisión, a la afectación de aquél. (Corte IDH, 2004, párr.
124)
22. El Tribunal ha señalado anteriormente que esta orientación tiene particular importancia para el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el que ha avanzado sustancialmente
mediante la interpretación evolutiva de los instrumentos internacionales de protección. Sobre
el particular, esta Corte ha entendido que
[t]al interpretación evolutiva es consecuente con las reglas generales de interpretación de los
tratados consagradas en la Convención de Viena de 1969. Tanto esta Corte […] como la Corte
Europea [...], han señalado que los tratados de derechos humanos son instrumentos vivos, cuya
interpretación tiene que acompañar la evolución de los tiempos y las condiciones de vida
actuales.
23. Las normas transcritas permiten precisar, en variadas direcciones, los alcances de las “medidas
de protección” a que alude el artículo 19 de la Convención Americana. Entre ellas, merecen
ser destacadas las referentes a la no discriminación, a la prohibición de la tortura y a las
condiciones que deben observarse en casos de privación de la libertad de niños. (Corte IDH,
2004, párr. 168)
24. La privación de libertad trae a menudo, como consecuencia ineludible, la afectación del goce
de otros derechos humanos además del derecho a la libertad personal. Pueden, por ejemplo,
verse restringidos los derechos de privacidad y de intimidad familiar. Esta restricción de
derechos, consecuencia de la privación de libertad o efecto colateral de la misma, sin embargo,
debe limitarse de manera rigurosa, puesto que toda restricción a un derecho humano sólo es
justificable ante el Derecho Internacional cuando es necesaria en una sociedad democrática.
(Corte IDH, 2004, párr. 154)
164
condiciones que se requieran para el pleno goce y ejercicio de ese derecho. (Corte IDH, 2004,
párr. 156)
26. El derecho a la vida y el derecho a la integridad personal no sólo implican que el Estado debe
respetarlos (obligación negativa), sino que, además, requiere que el Estado adopte todas las
medidas apropiadas para garantizarlos (obligación positiva), en cumplimiento de su deber
general establecido en el artículo 1.1 de la Convención Americana. (Corte IDH, 2004, párr.
158)
27. Una de las obligaciones que ineludiblemente debe asumir el Estado en su posición de garante,
con el objetivo de proteger y garantizar el derecho a la vida y a la integridad personal de las
personas privadas de libertad, es la de procurarle a éstas las condiciones mínimas compatibles
con su dignidad mientras permanecen en los centros de detención […]. En igual sentido, la
Corte Europea de Derechos Humanos ha indicado que:
según [el artículo 3 de la Convención], el Estado debe asegurar que una persona esté detenida
en condiciones que sean compatibles con el respeto a su dignidad humana, que la manera y el
método de ejercer la medida no le someta a angustia o dificultad que exceda el nivel inevitable
de sufrimiento intrínseco a la detención, y que, dadas las exigencias prácticas del
encarcelamiento, su salud y bienestar estén asegurados adecuadamente, brindándole, entre otras
cosas, la asistencia médica requerida.
28. En este sentido, los artículos 6 y 27 de la Convención sobre los Derechos del Niño incluyen en
el derecho a la vida la obligación del Estado de garantizar “en la máxima medida posible la
supervivencia y el desarrollo del niño”. El Comité de Derechos del Niño ha interpretado la
palabra “desarrollo” de una manera amplia, holística, que abarca lo físico, mental, espiritual,
moral, psicológico y social. Mirado así, un Estado tiene, respecto de niños privados de libertad
y, por lo tanto, bajo su custodia, la obligación de, inter alia, proveerlos de asistencia de salud
y de educación, para así asegurarse de que la detención a la que los niños están sujetos no
destruirá sus proyectos de vida. En este sentido, las Reglas de las Naciones Unidas para la
Protección de los Menores Privados de Libertad establecen que:
No se deberá negar a los menores privados de libertad, por razón de su condición, los derechos
civiles, económicos, sociales o culturales que les correspondan de conformidad con la
legislación nacional o el derecho internacional y que sean compatibles con la privación de la
libertad.
29. En el derecho de gentes, una norma consuetudinaria universalmente aceptada prescribe que un
Estado que ha ratificado un tratado de derechos humanos debe introducir en su derecho
interno las modificaciones necesarias para asegurar el fiel cumplimiento de las obligaciones
asumidas. La Convención Americana establece la obligación general de cada Estado Parte de
adecuar su derecho interno a las disposiciones de dicha Convención, para garantizar los
derechos en ella consagrados. Este deber general del Estado Parte implica que las medidas de
derecho interno han de ser efectivas (principio del effet utile). Esto significa que el Estado ha
de adoptar todas las medidas para que lo establecido en la Convención sea efectivamente
165
cumplido en su ordenamiento jurídico interno, tal como lo requiere el artículo 2 de la
Convención. (Corte IDH, 2004, párr. 205)
30. Esta Corte ha señalado que las garantías consagradas en el artículo 8 de la Convención se
reconocen a todas las personas por igual, y deben correlacionarse con los derechos específicos
que estatuye, además, el artículo 19 de dicho tratado, de tal forma que se reflejen en
cualesquiera procesos administrativos o judiciales en los que se discuta algún derecho de un
niño. Si bien los derechos procesales y sus correlativas garantías son aplicables a todas las
personas, en el caso de los niños el ejercicio de aquéllos supone, por las condiciones
especiales en las que se encuentran los niños, la adopción de ciertas medidas específicas con el
propósito de que gocen efectivamente de dichos derechos y garantías. (Corte IDH, 2004, párr.
209)
31. La Corte considera indispensable destacar que la prisión preventiva es la medida más severa
que se le puede aplicar al imputado de un delito, motivo por el cual su aplicación debe tener
un carácter excepcional, en virtud de que se encuentra limitada por el derecho a la presunción
de inocencia, así como por los principios de necesidad y proporcionalidad, indispensables en
una sociedad democrática. (Corte IDH, 2004, párr. 228)
34. Sin embargo, la Corte ha afirmado que la responsabilidad internacional se genera en forma
inmediata con el ilícito internacional atribuido al Estado, y es consecuencia de todo
menoscabo a los derechos humanos que pueda ser atribuido a la acción, y también a la
omisión, de cualquier poder u órgano de éste. La responsabilidad internacional puede
configurarse aún en ausencia de intencionalidad, y hechos violatorios de la Convención son de
166
responsabilidad del Estado independientemente de que éstos sean o no consecuencia de una
política estatal deliberada. (Corte IDH, 2006, párr. 107)
35. Asimismo, este Tribunal ha indicado que el disfrute mutuo de la convivencia entre padres e
hijos constituye un elemento fundamental en la vida de familia. En este sentido, el niño debe
permanecer en su núcleo familiar, salvo que existan razones determinantes, en función del
interés superior de aquél, para optar por separarlo de su familia. En todo caso, la separación
debe ser excepcional y, preferentemente, temporal. (Corte IDH, 2012, párr. 47)
36. Por otra parte, esta Corte también ha sostenido que en vista de la importancia de los intereses
en cuestión, los procedimientos administrativos y judiciales que conciernen la protección de
los derechos humanos de personas menores de edad, particularmente aquellos procesos
judiciales relacionados con la adopción, la guarda y la custodia de niños y niñas que se
encuentra en su primera infancia, deben ser manejados con una diligencia y celeridad
excepcionales por parte de las autoridades. (Corte IDH, 2012, párr. 51)
37. Adicionalmente, el Tribunal ha establecido que el mero transcurso del tiempo en casos de
custodia de menores de edad puede constituir un factor que favorece la creación de lazos con
la familia tenedora o acogedora. Por ende, la mayor dilación en los procedimientos,
independientemente de cualquier decisión sobre la determinación de sus derechos, podía
determinar el carácter irreversible o irremediable de la situación de hecho y volver perjudicial
para los intereses de los niños y, en su caso, de los padres biológicos, cualquier decisión al
respecto. (Corte IDH, 2012, párr. 51)
38. La Corte ha señalado que el artículo 25.1 de la Convención contempla la obligación de los
Estados Parte de garantizar, a todas las personas bajo su jurisdicción, un recurso judicial
efectivo contra actos violatorios de sus derechos fundamentales. Dicha efectividad supone
que, además de la existencia formal de los recursos, éstos den resultados o respuestas a las
violaciones de derechos contemplados ya sea en la Convención, en la Constitución o en las
leyes. En ese sentido, no pueden considerarse efectivos aquellos recursos que, por las
condiciones generales del país o incluso por las circunstancias particulares de un caso dado,
resulten ilusorios. Ello puede ocurrir, por ejemplo, cuando su inutilidad haya quedado
demostrada por la práctica, porque falten los medios para ejecutar sus decisiones o por
cualquier otra situación que configure un cuadro de denegación de justicia. Así, el proceso
debe tender a la materialización de la protección del derecho reconocido en el
pronunciamiento judicial mediante la aplicación idónea de dicho pronunciamiento. (Corte
IDH, 2012, párr. 107)
167
39. La Corte Interamericana ha interpretado que la adecuación de la normativa interna a los
parámetros establecidos en la Convención implica la adopción de medidas en dos vertientes, a
saber: a) la supresión de las normas y prácticas de cualquier naturaleza que entrañen violación
a las garantías previstas en la Convención o que desconozcan los derechos allí reconocidos u
obstaculicen su ejercicio, y b) la expedición de normas y el desarrollo de prácticas
conducentes a la efectiva observancia de dichas garantías. La primera vertiente se satisface
con la reforma, la derogación o la anulación de las normas o prácticas que tengan esos
alcances, según corresponda. La segunda, obliga al Estado a prevenir la recurrencia de
violaciones a los derechos humanos y, por eso, debe adoptar todas las medidas legales,
administrativas y de otra índole que sean necesarias para evitar que hechos similares vuelvan a
ocurrir en el futuro. El deber de adoptar disposiciones de derecho interno ha implicado, en
ciertas ocasiones, la obligación por parte del Estado de tipificar penalmente determinadas
conductas. (Corte IDH, 2012, párr. 131)
2. Que la atención principal al interés superior del niño a que alude el precepto citado apunta a
dos finalidades básicas, cuales son la de constituirse en pauta de decisión ante un conflicto de
intereses, y la de ser un criterio para la intervención institucional destinada a proteger al
menor. El principio pues, proporciona un parámetro objetivo que permite resolver los
problemas de los niños en el sentido de que la decisión se define por lo que resulta de mayor
beneficio para ellos. De esta manera, frente a un presunto interés del adulto, se prioriza el del
niño […]. El niño tiene pues, derecho a una protección especial cuya tutela debe prevalecer
como factor primordial de toda relación judicial, de modo que, ante cualquier conflicto de
intereses de igual rango, el interés moral y material de los menores debe tener prioridad sobre
cualquier otra circunstancia que pueda presentarse en cada caso concreto. Tal principio,
contenido en ése y en otros tratados internacionales, también está contemplado en nuestra
legislación interna [...]. (CSJN, 2005, párr. 5)
168
3. Que en la tarea de esclarecer el criterio rector del interés superior del menor debe tenerse en
cuenta, en primer lugar, el derecho deber natural de los padres, […] de tener consigo al hijo y
a criarlo, alimentarlo y educarlo conforme a su condición y fortuna, por lo que no puede
gravitar para el otorgamiento de una adopción solamente la circunstancia de que el niño, en
otro ambiente, pueda tener mejores medios o posibilidades que los que le pueden brindar sus
progenitores para desarrollarse adecuada y felizmente. En ese contexto, debe destacarse el
derecho que tiene todo niño de vivir, de ser posible, con su familia biológica constituida por
sus progenitores. Es axiológicamente deseable que la identidad filiatoria de una persona se
sustente desde su presupuesto biológico en vínculos consolidados en relaciones parentales
constituidas a partir de la procreación. Sin perjuicio de ello, el concepto de identidad filiatoria
no es necesariamente correlato del elemento puramente biológico determinado por aquélla. De
acuerdo con ello, la "verdad biológica" no es un valor absoluto cuando se la relaciona con el
interés superior del niño, pues la identidad filiatoria que se gesta a través de los vínculos
creados por la adopción es también un dato con contenido axiológico que debe ser alentado
por el derecho como tutela del interés superior del niño. Ello, claro está, respetando el derecho
del menor a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones
familiares, tal como los estados partes firmantes de la citada convención se comprometen a
asegurar (conf. art. 8°, 1), y correlativamente a velar para que el niño no sea separado de sus
padres contra la voluntad de éstos, salvo que tal separación fuese indispensable para preservar
el interés superior del menor (art. 9°, 1). (CSJN, 2005, párr. 6)
4. Que no obstante, lo dicho no implica negar que el derecho vigente -en particular la
Convención sobre los Derechos del Niño- prioriza a la familia biológica como el medio más
favorable para el desarrollo de los niños. Dicha precedencia no es con todo absoluta, sino que
constituye una presunción conectada -entre otros extremos- con el hecho de que la familia
biológica es el ámbito inicial de la vida de toda persona y que cualquier cambio implica
necesariamente un trauma y también una duplicidad. No se trata por tanto, de una barrera
infranqueable para la consideración de situaciones en las cuales la permanencia en ese espacio
original fue de hecho interrumpida (como es el caso) o genera sufrimientos y daños aún
mayores que los propios de un cambio. Un enfoque no dogmático lleva a la cuidadosa
consideración de estos últimos casos desde la perspectiva libre de prejuicios que ordena
utilizar el art. 3.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño.
[…]
(Voto Fayt, Zaffaroni, Argibay, 2005, párr. 6)
169
progenitora, que es justamente lo contrario a lo que propicia la pauta interpretativa cuya
inteligencia se cuestiona. (Voto Fayt, Zaffaroni y Argibay, 2005, párr. 7)
6. […]
El interés superior del niño representa el reconocimiento del menor como persona, la
aceptación de sus necesidades y la defensa de los derechos de quien no puede ejercerlos por sí
mismo y, a fin de evitar subjetividades, en procura de superar la relativa indeterminación de la
expresión, resulta útil asociar dicho "interés del niño" con sus derechos fundamentales. Así,
resultará en interés del menor toda acción o medida que tienda a respetar sus derechos y
perjudicial la que pueda vulnerarlos. (Voto Highton de Nolasco y Lorenzetti, 2005, párr. 5)
7. […] se debe tener en cuenta que, luego de la reforma constitucional de 1994, el principio de
igualdad que surge del arto 16 de la Constitución Nacional -y que, en general, se ha
interpretado como principio de no discriminación en el sentido de que todas las personas
deben ser tratadas de igual manera cuando estén en las mismas circunstancias- debe también
ser considerado a la luz del art. 75 inciso 23 y de diversas disposiciones contenidas en los
tratados con jerarquía constitucional ("Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre", art. 11; "Declaración Universal de Derechos Humanos", art. 7°; "Convención
Americana sobre Derechos Humanos", art. 24; "Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos", arts. 2.1 Y 26; "Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales", arts. 2.2 y 3°; "Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial", arts. 2° a 7°; "Convención sobre la Eliminación de todas las Formas
de Discriminación contra la Mujer", arts. 2°, 3° Y 5° a 16 y "Convención sobre los Derechos
del Niño", art. 2°). Estas normas, al incorporar, por un lado, mecanismos de acciones positivas
para favorecer a determinados grupos y, por el otro, delinear categorías sospechosas de
discriminación, buscan garantizar la igualdad real de los habitantes. En el marco que plantea la
Constitución de 1994, la igualdad debe ahora ser entendida no solo desde el punto de vista del
principio de no discriminación, sino también desde una perspectiva estructural que tiene en
cuenta al individuo en tanto integrante de un grupo. El análisis propuesto considera el
contexto social en el que se aplican las disposiciones, las políticas públicas y las prácticas que
de ellas se derivan, y de qué modo impactan en los grupos desventajados, si es que
efectivamente lo hacen. (CSJN, 2017, párr. 18)
170
En este enfoque tradicional, para decidir si una diferencia de trato es ilegítima se analiza su
mera razonabilidad; esto es, si la distinción persigue fines legítimos y constituye un medio
adecuado para alcanzar esos fines. Sin embargo, cuando las diferencias de trato que surgen de
las normas están basadas en categorías "específicamente prohibidas" o "sospechosas"
corresponde aplicar un examen más riguroso, que parte de una presunción de invalidez. En
estos casos, se invierte la carga de la prueba y es el demandado quien tiene que probar que la
diferencia de trato se encuentra justificada por ser el medio menos restrictivo para cumplir un
fin sustancial (doctrina de Fallos: 327:3677; 332:433, considerando 6° y sus citas).
La Corte Interamericana de Derechos Humanos se ha referido a esta perspectiva al caracterizar
al derecho a la igualdad y no discriminación como un derecho humano que se desprende
directamente de la unidad de naturaleza del género humano y es inseparable de la dignidad
esencial de la persona, frente a la cual es incompatible toda situación que, por considerar
superior a un determinado grupo, conduzca a tratarlo con privilegio; o que, a la inversa, por
considerarlo inferior, lo trate con hostilidad o de cualquier forma lo discrimine del goce de
derechos que sí se reconocen a quienes no se consideran incursos en tal situación (Corte IDH.
Caso Atala Riffo y Niñas vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de febrero
de 2012, párrafos 79 y 124).
El fundamento de la doctrina de las categorías sospechosas es revertir la situación de
desventaja en la que se encuentran los miembros de ciertos grupos para ejercitar con plenitud
los derechos reconocidos en el ordenamiento jurídico en razón de muy variadas circunstancias
como, por ejemplo, razones sociales, étnicas, culturales, religiosas, entre otras. (CSJN, 2017,
párr. 19)
9. Que hay supuestos en los cuales las normas no contienen una distinción sospechosa en sentido
estricto, sino que en su literalidad aparecen como neutras porque no distinguen entre grupos
para dar o quitar derechos a algunos y no a otros. A pesar de su apariencia -que por sí sola no
ofrece ningún reparo de constitucionalidad-, puede ocurrir, sin embargo, que prima facie la
norma -aplicada en un contexto social- produzca un impacto desproporcionado en un grupo
determinado. Esto es, "leyes, políticas o prácticas en apariencia neutras" causantes de una
"discriminación sistémica […] que genera desventajas comparativas para algunos grupos y
privilegios para otros" (Observación General 20 del Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, puntos 10 y 12). (CSJN, 2017, párr. 20)
10. […]
De ahí que, siguiendo la línea argumental precedente, se aprecia que en el caso -como se ha
planteado en otras oportunidades- no existe una regla válida para resolver el conflicto bajo
examen, porque surge un "campo de tensión" entre derechos de rango similar. De ahí que
cuando la dogmática deductiva no brinda soluciones, debe recurrirse a la ponderación de
principios jurídicos, en tanto configuran normas que constituyen mandatos para la realización
de un valor o un bien jurídicamente protegido en la mayor medida posible (cfr. Dworkin,
171
Ronald, "Los derechos en serio", Planeta-Agostini, 1993, colección Obras Maestras del
Pensamiento Contemporáneo" pág. 72 Y ss.). En efecto, la respuesta al dilema planteado debe
enmarcarse en las exigencias democráticas del texto constitucional. La democracia exige un
compromiso con la diversidad, el pluralismo y la tolerancia en cuyo marco se habilitan
tensiones entre distintos derechos que conviven en legítima rivalidad, circunstancia que
impide que el reconocimiento de derechos a un sector conlleve la destrucción de los derechos
del otro.
Dicho de otro modo: si hay una tendencia (por caso mayoritaria) debe evitarse la imposición
de su criterio sobre la otra (por caso minoritaria); y, simétricamente, también debe evitarse el
veto de una tendencia (vgr. minoritaria) sobre el criterio de la otra (vgr. mayoritaria). No se
trata, por tanto, de hacer prevalecer mayoría o minoría, pues ello se traduciría
indefectiblemente en la minimización y/o aniquilamiento del derecho de alguno de los sectores
en pugna en lugar de favorecer su máxima expansión posible. (Voto Rosatti en disidencia
parcial, 2017, párr. 22)
172
173
ANEXO F – FORMULARIO DESCRIPTIVO DEL TRABAJO FINAL DE
GRADUACIÓN
Otorgo expreso consentimiento para que la versión electrónica de este libro sea
publicada en la en la página web y/o el campus virtual de la Universidad Siglo 21.
Lugar y fecha:
Firma Aclaración