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JOLANDE JACOBI

Traducción de
ALFREDO GuÉRA. ivlIRALLES

· Complejo, arquetipo
y símbolo·
en la psicología de C. G. Jung
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FONQO DE CULTURA ECONOMICA


MEXICO
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1

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Primera edición en alemán, 1957
Pri�era edición en español, 1983

PROLOGO

-
El problema que plantea el presente libro me ha ocupado a mí
mismo durante. mucho tiempo. Hace ahora cincuenta años que,
gracias a los resultados del experimento asociativo reconocí el papel
que desempeñan los complejos en la vida de la consciencia. Aquello
, que más me impresiouó fue la peculiar autonomía que gozan los
·· complejos frente a los demás contenidos de la consciencia. A dife­
rencia de éstos, situados bajo el control de la voluntad y que vienen
· y · van de acuerdo con las órdenes impartidas por esta última, los
complejos, o bien se imponen a la consciencia, irrumpiendo a través
de su inhibidora influencia, o escapan tan súbita como tenazmente
a su intención de forzarles a reproducirse. Los complejos no sólo
·tienen un carácter obsesionante sino también, con frecuencia, pose­
sivo, comportándose a modo de duendes o· espíritus malignos, dando
lugar a todo género de actos fallidos y errores de la rememoración
y del juicio irritantes, risibles y traicioneros. Vulneran y atraviesan
la í:apacidad de ·adaptación de la consciencia.
· · ·· ·. No resulta difícil advertir que los complejos· deben su relativa
autonomía a su naturaleza emocional,· ya que se maniÍiestan básica-
mente soGr-;-;;;;-;;-;¡;-;--;;;��ifade asociaciones, acumuladas en
torno a un punto central dotado de carga emocional. La emoción
central se revela casi siempre como una adquisición del individuo
Título original: y, por ello, como circunstancia exclusivamente pe,r_sonal. Mas con la__
Kompíex, Archetypus, Sym bol in der Psychologie C'.. G. fungs creciente experiencia se ha puesto de manifiesto que los complejo,!_
© 1957, Rascher & Cie. AG no son imprevisiblemente variables, sino que :!!,!!!!.!Y011den a cleter­
Publicado por Rascher Verlag, Zurich minadas categorías, las cuales recibieron tempranamente designa-
. éioñ�squeya--todo el mundo conoce y que, por así decir, se han
popularizado, por ejemplo, complejo de infrrioridad, de_ poder: pa­
terno, materno, de ansiedad, etc. "El merobecEó"d;· ;¡�e'"exisi'án'iipos
D. R. @ 1gg3, FONDO DE CULTURA ECONÓMICA caracterizaaos-: recoñocíbfes de complejos indica que se basan en
r

Av. de la Universidad, 975; 03100 México, D. F. fundamentos correspondientemente típicos, es decir: sofñ-eaísprui'.:
ciones emocionales e instintos. Estos se exteriorizan en el 7ioiiiliié
ISBN %8-1�1292-2 --;;,�di�nt; imáge'",,es7antlsitcasno reflexivas (involuntarias), así como
Impreso en México mediante actitudes y actos de la misma índole que, por una parte,
se hallan en íntima coincidencia mutua y, por otra, son idénticos a

7
8 PREFACIO

las _reacciones instintivas específicas dtt._Íf!.....�!Pf!r;i.�.- h�?Jº sapie�.?.:


\ Los insti�en un aspecto dinámico y un aspecto /o?iñíif.c . ste
� expresa, eii!Fé otras cosas, por fantasía"s que �rpren­
dente � han podido comprobarse .;!J.,,}12d.as las épo_cas, como

-
era de esperar. Al igual que a las Q_ulsiones, co�fide a estas
!f!P.t:e.s.t:.111ad.Qtl§_f.gnlfisticas un carácter relativamente autónomo: son
numinosas y por ello se las pued,e encontrar,. sobre todo, en el I.E:!,!!.!J2.
correspondiente a las representaciones numiñosas, es decir: ,!!llx.�
.

Respecto al t;:!.!Eº.. f�el insfin��, he elegido la denomi­ PRIMERA PARTE


nación de �rquet1eq, por mottvos sobre los que aquí no puedo exten­
derme. La doctora Jacobi se ha planteado la misión de exponer en COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO
la ·presente obra la importante correlación existente entre el com­
plejo individual, el arquetipo-instinto universal y entre este último
y el símbolo. Su trabajo habría debido aparecer originalmente como
. contribución a mi libro Sobre las raíces de la consciencia, pero no
pudo ser incluido en la· recopilación de trabajos que supone esta \.

última obra, ya que ello la habría ampliado excesivamente. Lamento


tal decisión, puesto que las páginas que siguen de la emérita autora
son sumamente oportunas, ya que el concepto de arquetipo da lugar
a los mayores malentendidos y quizás por ello resulte difícilmente
comprensible, si hemos de prestar crédito a las críticas que lo recha­
zan. Así pues, aquel para quien este concepto dé lugar a todo género
de dudas puede asesorarse en el presente libro, que tiene también
en cuenta, en parte, la literatura pertinente. No suelen mis críticos
--con escasas excepciones- tomarse la molestia de releer cuidadosa-.
mente aquello que yo he expuesto al respecto, sino que me impu­
tan, entre otras cosas, la opinión de que en el arquetipo se trata
de una representación hereditaria. Los prejuicios parecen más cómo­
dos de asumir que la verdad. También en este sentido· espero que
los esfuerzos de la autora puedan• contribuir a un esclarecimiento,
puesto que las disquisiciones teóric�s contenidas en la Primera Parte
son ilustradas en la Segunda mediante ejemplos relativos al modo de
aparición y a la acción del arquetipo. Le debo por ello mi agradeci­
miento, aparte de por haberse liberado de la necesidad de remitir
constantemente al lector a mi propia literatura.

C. G. JUNG
Febrera de 1956
((
({
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(S,
e·,.\-:•
(}'.,

l. - le¡ :;
\· ·. /

(� ·;)
INTRODUCCION ( :
: � ''¡
. .. . - . ({ ·.')
,/

No ha nacido el hombre para �!ver el problema


. del mundo,mas sí para buscar a qué se refiere el
problema y mantenerse luego en los límites de lo (J ·:�>-

.
comprens1'61e. . . \ {-.
" :)
(Goethe a Eckermann, 12 de octubre de 1825.) J\.-')

Vivimos en una época de confusion babélica de lenguajes. Esto (. _). .


L. .

resulta especialmente válido respecto a la psicología, la rama más (FJ


reciente del árbol de las ciencias, y quizás en medida aún mayor para (_r· ��

La ceoría confirma codas las cosas


Sin ella, poco valen arre y esfuerzo
aquella otra, derivada de la primera, que denominamos psicología
profunda • Al dividirse las ciencias en numerosos sectores especiales,
1

el léxico de que se disponía no ha podido mantenerse al mismo


(.:✓
t:�
(,\,
Pero ven/ vamos a incenrnrlo
en mi horno de alquimista
ritmo que la formación de conceptos, y así hemos visto cómo disci­
. plina� emparentadas entre sí se enfrentaban a_ insupert1bles dificul-
·v�
con el casco ya preparado.
Ven, presta la cabeza y no temas tades terminológitás, ó::iñsfante fuente de malentendidos. Tampoco '(( ·i
la psicología profunda, partícipe de las ciencias de la naturaleza y (e,{)
c;�:t
En poco raro ya veremos

e''�
Salir los vapores con coJa fuerza de las ciencias del espíritu, ha logrado aún sus formas de expresión
con mil iJeas de loco propias y adecuadas, estando su suelo nutricio plagado de «barba­ (t

-•;,
Que yo en ci había nocado rismos». Aquello que dentro de la física y de la matemática resulta
¡Ajá! Ya van subiendo
posible e indispensable -y que !o.s positivistas O- bien los -lógicos "(e::,)
¡Ah! ¡Qué manera Je arJer y de volar'.
¡Qué basuras cienes en la cabeza, inténtan en filosofía 2� la creación de un· «lenguaje intersubjetiva», (
consistente en vocablos de sentido inalterable-, le está vedado por '(·''.)
cabeza hueca, de chorlito! (
Me haces trabajar realmente más motivos internos. Además de la «depuración» en su mundo concep­ ·v;J
que codo un bosque )leno Je monos. tual de cuantos residuos proceden del ancestral tesoro de la mito­
Si ce libero de esca enfermedad, ((';'
logía, así como de la vinculación a. la filosofía, la historia de las
puedes decir que soy codo un maescro.

te):'
religiones, la biología, la fisiología, la física y la medicina, ha de
F1GUU l �¡:;;,
-. ¡-
Expulsión de los complejos en el siglo sv111. 1
La psicología profunda, en sentido estricto, tan so1o comprende el «psico­
análisis• de Freud y la '«psicología compleja• o «analítica,. de Jung. Est.:i expre­
Representación de un horno abieno, por medio del cual se le :acaban los sión se utiliza también, en el lenguaje corriente, para designar todas aquellas
C r t;
grillos de la cabeza a un demente. Grabado en madera del ano 1648. tendencias que en su labor teórica y práctica utilizan fundamentalmente la hipó­
tesis relativa a lo as( llamado inconsciente, incluso aparte de su aspecto rnédico­
te�utico.
('
1'.:)
-
Tales tentativas han sido emprendidas, entre otros, por filósofos como
e_;..::;
Volante en que se hacía mofa de los procedimienros que empleaban los médicos.
N uremberg, Museo Germánico. Wittgenstein y Russel.

11 ( ! .)
( :.
12 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO INTRODUCCION
(.

abrirse paso a través de la, con frecuencia, impenetrable jungla de vación, persiste durante la exposición· verbal y la cristalización en
los ambiguos fenómenos psíquicos y ajustarse, en cuanto a sus deno­ conceptos.
minaciones, a las leyes del cosmos interno, si no quiere sucumbir · En vista de todo ello, ¿quién puede asombrarse de que, dentro
bajo una sistematización doctrinaria. Se trata, pues, de una misión de la psicología profunda, prevalezcan los malenténdidos, las erróneas
apenas superable. interpretaciones, los desacuerdos y que todo ello conduzca con fre­
Pues toda fijación demasiado estricta, en exceso unilateral, mata cuencia a estériles discusiones? ¿Y no resulta comprensible que se
aquello que de viviente hay en lo psíquico. La doble faz de esto vay� imponien90 cada vez más, po_r doquier, el deseo de contrarrestar
último, con sus constantes cambios y oscilaciones, caracterizada por tal Incertidumbre mediante lá mayor aproximación posible al esclare­
paradojas, no enrnga su secreto a tal esfuerzo y jamás se deja cimiento y la explícitación? Es precisamente con este propósito con
forzar a una rígida determinación conceptual. Lo que de esencial el que hemos abordado aquí la intención de definir e ilustrar tres
existe en ella se presta a múltiples interpretaciones y se rehuye a conc�ptos fundamentales de la doctrina junguiana, pilares de la amplia
aquel que osa intentar desvelarlo. Es asimismo, como afirma Jung, arquitectura de su pensamiento y que dan con especial frecuencia lugar
«en sí, la experiencia exclusiva e inmediata y la conditio sine qua a malentendidos, mas sin considerar en particular su evolución dentro
non de la realidad del mundo en general» 3• Así pues, en último de dicha doctrina. Por supuesto, y dadas las anteriores reflexiones, no
término, toda formulación y denominación verbales de los fenómenos r �sulta posible augurar un éxito total a tal finalidad. Es y seguirá
siendo una empresa aventurada. No deseamos sino que se la consi­
y hechos psíquicos seguirá siendo empresa vana, ya que la igualdad
dere como una contribución más en el camino del entendimiento
entre lo expresado y lo expresable no se. puede lograr jamás. Y esta
acerca del lenguaje, y no como fijación conceptual definitiva.
discrepancia se hará sentir de modo tanto más sensible, cuanto más
pluriestratificados, profundos y amplios sean los fenómenos psíquicos
en cuestión y cuanto mayores sean la realidad, la autonomía e incluso
.
la no vinculación a la materia que se reconozcan a la psique. Y se
!
(

sentirá tanto menos cuanto más intensamente se haya de tener en


cuenta lo vinculado a la esfera de lo sensorialmente material y cuanto
más se conciba a todo lo psíquico tan sólo como epif�nómeno de lo
somático. Por ello no se ha de considerar negativamente, desde su
punto de vista, a los acérrimos defensores de un estricto paralelismo
psicofísico que nieguen la designación de «ciencia» a aquella variante
de la psicología profunda que no sea verificable mediante experimen�
tos posibles de confirmar y que se pueda expresar a través de claros
conceptos. De todos modos, ello no haría sino demostrar de nuevo
que todo punto de vista no es, en ,,primer término, sino subjetivo,
incluso •.en el psicólogo. Pues toda afirmación acerca de fenómenos
psíquicos resulta tanto más tajantemente configurada por el punto de
vista personál del que afirma y por el espíritu de los tiempos que
la sustenta, que lo puedan ser las afirmaciones en las restantes cien­
cias. En ningún otro lugar resulta tan manifiesto como aquí que la
efectividad de la «ecuación personal», que interviene ya en la obse:r-

' JuNG: Symbole der Wandlung (Símbolos de transformación), Zurich, 1952,


pág. .391.
l. COMPLEJO

- Los grupos de representaciones emocionalmente cargadas


en lo inconsciente

No son los sueños ( como creía Freud) los que representan lª vig
.!!!.fi_a ha�ia l9.. ÍQ<;o.:Q§.Q�St. sino !9s complejos 4, como afirma j�ñg:s:'""'"
·
Cc)n·-esti' fiise · queda ya aludidoerctestacacto y central · papel que
confiere al complejo dentro de la psicología profunda. Desde luego,
tal expresión es utilizada también en el lenguaje corriente para todo
género de «for11;..a..;_� �-�����fl!.E��!.�», mas tan sólo dentro del mar­
-
co de la ps1colog1a profunda ha alcanzado su empleo importancia.
Eugen Bleuler (1857-1939) lo utilizó para designar determinados
hechos psíquicos; mas sJ.Ldeterm_inªf!Q.n conceptual, tal como se ha
consolidado en la actualidad, pr�J�-ng:·..- ·' �
En . s_µs d�tallados. trabajo�realizados en la -Clínica Psiquiá_triEa
Univérsitaria de Zurich ( el Burgholzli), publicados bajo el título de
Estudios asociativos diagnósticos 6, introdujo por vez primera el
concepto de comple� �mor;ionalmente cargado para designar al fe­
nómeno represeili:'ad; p�;' <;gr:üp�t·re�¿P:�maciones emocional­
mente cargadas en lo inconsciente»; más .adelante, y por mor de la
brevedad, tan sólo se utilizó la expresión de complejo*.

• }UNG: über psychische Energetik · und das Wesen der Triiume (Sobre
energética psíquica y la esencia de los sueños). Zürich, 1948, pág. 137.
5
A esta concepción llegó Jung a base de sus experiencias logradas mediante
el experimento asociativo y que venían a mostrar que los rasgos correspondientes
a complejos, así comprobados, no sólo proporcionan datos directamente demos­
trativos que permiten admitir la existencia de un ámbito psíquico inconsciente,
sino que proporcionan también información acerca de los contenidos en el
mismo ocultos y de su correspondiente carga emocional.
• JuNG: Diagnostisch.e Assoúationsstudien, Beitriige zur experimentellen
Psychopatholoz,ie (Estudios asociativos diagnósticos. Contribuciones a la psico­
patología experimental), Leipzig, 1904-06.
. * «Estudios asociativos diagnósticos,., Contribuciones a la psicopatología expe­
nme'!tal, tomo I (Leipzig, 1906), con �eis trabajos de Jung y otros médicos del
�amcomio Cantonal y la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Zurich. Jung,
director del experimento, era también el que dirigía la publicación de la obra.

15
16 COMPLEJO, ARQUETIPO Y S[MBOLO COMPLEJO 17

Basándose aún por completo en la psicología experimental de la


hallan determinados con increíble precisión por el perturbador efecto
consciencia y con ayuda de métodos a la misma correspondientes,
de contenidos inconscientes, de complejos reactivamente sensibles.
Jung y sus colaboradores señalaron, a través de una serie de expe­
La íñaoie y Iacturación de los síntomas de-íiltéraci3ñpermhen aseñ­
rimentos, la existencia y características de tales grupos de represen­ tar conclusiones acerca de la tonalicfod afectiva y la profundidad del
taciones emocionalmente cargadas como factores específicos de alte­
efecto de tales contenidos emocionalmente cargados, ocultos en el
ración del curso normal de lo psíquico. Constituyó el punto de par­ trasfondo de lo psíquico y-p�stos así de manifiesto.
tida la consideración del proceso representado por - las asociaciones
p�íquicas como imagen especular de la actividad vital de la 2siqu;. «El comglejo af�ctivamente i::argado es portádo�- en ·t�das
- sus partfculas, ael tono afectivócte-l�Ctofalida·a-· yOondeqmera
M;d1;.meeiperirne"iitos -éüídacloia�én' te lle;�d�-� a- �abo -¡;�do --m�-;.
trarse que «alteraciones» que surgían durante los mismos son de que tales partícülas sur¡a'i:1 �asociioas enfre-"sí; es así cuanta
naturaleza intrapsíqU1ca y proceden de una esfera situada fuera mayor sea la .evidencia con la que el complejo permita reconocer
ctef - su relación con respecto al gran conjunto.- Cabe una compara­
;c?!iffóf"ofi¡etívo·aE1ác:on.�c_is:ocia y que tan sólo aparece
"--.. . .... c�
--- ción directa entre este comportamiento y la música de Wagner.
1 e imis,!n.a_)a. .. te!:,l_�i n 7• Así, ?º
¡ �; � ? s?lo se real�ó una nueva demostra- El leitmotiv, el motivo rec;tor corresRQ..nde (en cierÚ) modo
: c1on de la ex1stenc1a de un ambzto mconsc _
zente de la psique y de como �n;na;J=aíectivar reeEe:�11t�i;ig� 0ii:S�rirnJ.eí�=:ª�-
· la necesidad de incluir sus manifestaciones en toda que reviste i�rtan��con respecto ala construcc1on dramá- .
exposición de
hechos psicológicos, sino también la posibilidad de observa 't1ca:-Siempre que la acción o el discurso estimulen a cualquier
r dire cta­
mente su actividad y de investigarla experimentalmente 8 complejo, resuena algu na variante del correspondiente leitmotiv.
• En el
Exactamente igu al sucede en la vida psicológica corriente: los
experimento de asociación de palabras -sobre cuyos detalles
no "mo.tivos rectores" o principales son las tonalidades afectivas
podemos entrar aquí- pudo demostrarse que las velocida
des de dé Íos complejos; n�stados de ánimo son va­
�ó�_ Y .,la� -�alidades d�l._p�o��-�() asociativo de los distiñtos
- _ .�r�q_i;:�s._ Las diversas .representacio�es
rian�es_j� _ _l<;_s -�otivo
r
_,_,,t._
probañdos �-�.{��labras- é;tÍ U_h >!, seÍ�c�ionadas con arreglo ·sé ballan umclas entre sí con arreglo a las distintas leyes asocia-
a un ]
determinado principio.. éiüe s�
f!.J ?,
les presentaban, se hallan individual­ tivas (semejanza, coexistencia, etc.). Mas son seleccionadas y e¡ 1'
mente determinadas. Un tiempo de reacción prolongado en �g�_as en_<:_onj untos superiores por�na e�.» 9
la pri­ _ ,- 44
mera presentación del estímulo, así como los errores relativo
s a la Con arréglo a la definición de Jung, toc!?.,__ :�C?.E:.E!.�Í9. consta,,( e,--/2 .
reacción (fallos o falseamiento en el recuerdo en la repetició
n del primordialmente, de un «e.temento_ nu�lear»�e un «12_����� A 3 'J f.·
exper�mentá), en cuanto a las respuestas manifestadas en la reacción · 1
}Ígnfü���l9?> que, escapacro=a�nsciente, resuTta1nco�,:
espontánea, no son de índole debida al mero azar, sino que se de�te e incontrolable; y SeC1Jn9a¡:Íam,ente,
=----······ . -· -----��..�- de una serie de � asoc_�a-
.fi�s a· aquel umdas, que proceden en parte cj_e_l�..i:Usrms.kl��-
-'
....,.....,,11>;.:.)l�i,..l.:l:"';$",l,'.l",.:¡_¡,:;:,"",¡�¡;.¡.,,..:;;:-•.....,t;..¡,.,

Freud mencionó a Jung por primera vez públicamente en una conferencia que
prohúncíó en junio de 1906 en un seminario jurídico realizado en la Universidad . !1ª1-,odginal y �� �las .. v;ivencias." dd_Lndivi,duoJ; determ½ia5!_�:.. P�r
.
,�!
de Viena. «Diagnóstico de las circunstancias del ddito» (Archiv /ür Krimina­ medio ambiente .
lanthopolige und Kriminalistik, tomo XXVI ( 1906). (N. del T.) S1 con;id�;;mos, por ejemplo, una imagen de «lo paterno» -tal
7
Las diversas «alteraciones» surgidas durante el proceso asociativo han como el dios griego Zeus- en lo inconsciei:ite de un hombre corno
sido determinadas, aparte de mediante este método, y de un modo también
experimental, con otros medios; por ejemplo, trazados de las curvas de pulso tal «elemento nuclear»,· podemos hablar de la presencia en dicho
y respiración, con las mediciones de resistencia eléctrica utilizadas por prime!'ll"· suj� d<:._un «complejo ��terno» cuand? se produce el �h�
vez por Veraguth (en las que el así llamado reflejo psicogalvánico proporciona _ _
J_a__1ealidad y la dispo�tgQ!,l_SQ���pondientemente sensible del indi::-
demostrativos indicios), etc. ____ ·---- ·- ·- · ·-··- .
1
Basándose c:n sus experimentos hipnóticos y sus métodos de análisis de ' JUNG: über die Psychologie der Dementia praecox (Sobre la psicología de
sueños, llegó Freud a idénticas conclusiones. Los actos sintomáticos descritos
la demencia precoz), Halle, 1907, pág.' 44. (Vb= también ]UNG: AION, pá­
primeramente por él -las alteraciones del curso psíquico que surgen'
en forma gina 51.)
de síntomas en los estados neurótico�, corresponden a los «signos
de complejo» 'º Véase: J. JACOBI: Die Psychologie van C. G. Jung (La psicología de
que Jung comprobó en el experimento asociativo.
C' G. Jung), 3.' edición, Zurich, 1949, págs. 72 y ss..
COMPLEJO 19
18 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO

acerca de la existencia de un complejo ( con frecuencia se oye decir �" . ,.


{ "
viduo 11, es decir: cuando en virtud de una situación tanto íntima
a perturbados mentales: «Sé que tengo un complejo materno»), mas (.
� exterior· adecuadas dicho «elemento nuclear>> ·es transforma1o
el trasfondo causal, «acomplejante» no lo conocemos, no pudiendo
en cuanto a su cualidad �e�ád6fu � e�íñcípióestañ'sólo (
por tanto, erradicar el complejo. Todo mero saber acerca de su
potencial-, mediante una «carga» emOf!Qp._a.LJI)J�sHic��., eg__
existencia aparece como · inútil; proseguirá actuando perniciosamente \ \
��tual» .:i.. vi_g��t�;.. Una. ve:d"'éoilstclia��i:ualizados, lo� comple­
_
¡os ";;fr� abierta resistencia a las it�tenciones de la consc1enc1a del hasta que se logre su descarga, es decir: transferir la carga energé- ( 1
yo, pudiendo romper su unidad, escindirlas. �omportarla en la esfera tica a otros gradientes de derivación hasta que se logre su elabo- ( .
ración emocional. \. :)
consciente como cuerpos extraños, como un corpus alienum viviente
12-

Jung afirma: «Hoy día, todo e1 mundo .....,_b sa e que "se tienen Estos complejos, de los cuales tan sólo tenemos un conocimiento (_)
l ·:
.
complejos". Pero sabido es que los complejos le tienen a uno» •
13
intelectual, han de ser estrictamente diferenciados de aquellos otros
l
Por lo tanto, es necesario erifrer:ttarse con dudas justificadas y corres­ que son auténticamente «:reconocidos»: que son hechos cónscientes · (
pondientes a la creencia, tan segura de sí misma, en la orgullosa en una forma mediante 1a cual cesan, efectivamente, de ejercer un t:)
supremacía de la voluntad y en el exclusivo predominio
- · · ·· · ··
de la
··
cons- efecto perturbador. En estos casos no se trata ya de complejos, sino
tan sólo de contenidos asimilados de la consciencia, como por ejem-
·i _)_
ciencia del yo.
plo en el caso de un complejo materno gue ha cesadQ de serlo e.ar- �J ( •
_ql!.�. se ha resuelto y· su contenido ha sido transformado en r aQQ!_l , <)
n��a.!5on re�ecto a la madre. Hay que estacar, de todos modos,
� ·)
Autonomía de los complejos
· que un complejo, en cuanto se discierne conscientemente su exis- ( '.
Los complejos pueden mostrar todos los grados _de autonomía. tencia, tiene mayores probabilidades de ser reconocido y corregido,
Algunos ·se hallan .latentes dentro del conjunto total de lo incons­ es decir: de hacerlo desaparecer, que cuando no se tiene la menor ( ')
ciente, sin hacerse apenas notar; otros actúan como perturbadores noción acerca de su existencia. Mientras permanece inconsciente y \. •
J �p
del «ord�rt doméstico» psíquico,. y otros, en fin, se han abierto ya rii siquiera· �os �íntorrias son capaces de airigjr sobre él 1� ªtendón � (? _
paso hasta la consciencia, donde permanecen ininfluenciables y des­ de la consciencia, queda completamen�ocuho a- la p� ('{
póticamente dominantes. pr�-�� i_ó�-�-Posee ent�nces u��iable carácter de forzosidad \ í: J
_ _ ,
propio de toda ac�1�1dad ps1qu�ca efectivamente .QF;:rante y �� ( .
(
,j
«El complejo del Yo constituye el "centro caraéterístico de . �ª- a la �al, positiva o negativa�en�e, ��na.s.l_y9., y me- (f
nuestra psique".. Uno más entre diversos complejos. Otros sur­ - _ ! ·•)
diante su mdole favorecedora
· de disociaciones
-- destruye la umdad d�
gen, con mayor o menor frernenci�, e _n asoci�ción
_ ��n el ��1;1- _ I� psique.
plejo del Yo y se hacen de es� e mod � conscientes. Ta1;1b��n _ \\
pueden existir durapte mucho tiempo :;;m establecer asoe1ac1on Jung señala expresamente que los complejos,
\ \
con el Yo.» 14 ��n inco_��ientes, se enriquecen con asociaciones
\ ({-
1
���lu��z mayor; no pueden ser correg�. Tan s� \{J
Pueden estar «a la espera» en el trasfondo de la psique incons­ quedan?espojados de su carácter d� ininfluenciable forzosidad de 1,.)
ciente, hasta que una constelación adecuada les invoca al plano de automatismo cuando se les hace conse1entes, proceder que correspon-
la conscie�cia. Actúan entonces de un modo invisible, en· forma de a los factores terapéuticos más importantes. Proporcionalmente / \. J
·
de predisposició�a, hacia una meta de �.r,(o...§is, de trans­ a su distancia con respecto a la consciencia y por enriquecimiento \ J
-----
formación. La co��a puede tener, evidentemente, conocimiento d; sus c�ntenidos; �� en �o �consciente u�
, _
racter m1tolog1��-arca1co y una�11m10os� '. como puede
_ _
\; )
comprobarse �a�ente en las esos1ones esqU1Zofrerucas. No obs- ((·-��­.·
11 JUNG: See!enprobleme der Gegenwart (Problemas psicológicos actuales),
.
tante, la nunnnosidad se rehuye por completo a la voluntad cmns- · :)
Zurich, 3." edición 1946, pág. 123.
11 JUN
G: über psychische Energetik, pág. 128.
ciente y transporte al sujeto a un estado de «posesión», de entrega (1
:':;J
13
Ibid., pág: 127.

e:;"
14 Ibíd., pág. . 290.

l.:).
1�
21
20
COMPLEJO
COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO

de la psique, constitu yend� a modo de «una P.,;.�_ru;ig1u;1u�m::ex_�


con abolición de la volu ntad propia. En cambio, el comportamiento
da 2�ntro cfo...huigrnm�. .]21>.1,qµ� 19, para hacerst! _sentlr en determinados
de los complejos conscientes posee la ·ventaja de qu e pueden ser . estados. psicódéó:dnéluso mediante,�u���.YQZ.>� ,. que -posee u n carácter
corregidos y transformados. Se «despojan de su involucración mito­
absolutamente personal 20• ��s pronunciadas por mediums du­
lógica, se acentúan en sentido personal ista y, en cuanto quedan in­
rante estados de trance lo son siempre en primera perso!]� cojllQ.Si
cluidos en el proceso de adaptación que tiene lu gar en la consciencia
existiese siempre, de hecho, .!:lI1 sujeto-real tras cada pe�s;mient;
se racionalizan, de modo tal que resul ta p·osible la confrontación dia�
así expresado. Ya en su tesis doctoral, titul"aaa Psicología y patología
l éctica» • Desde el punto de vista fu ncional es factible afirmar l o
15
de los así llamados fenómenos ocultistas (Leipzig, 1902) señaló Jung
sigu t di�_c;>lud§� �'.,uP...�,�W9""X.,¿? �!t?.?!�.SéP."""�
ti� � ;; esta clase de manifestaciones en l os estados de trance de l as personas
�e o �<;,opv�tlrI�<?c.<:!?-..:;;S.2.!1?SLC;,1.1J$-;:::;:,.J!�1LU2Lconsecuencia l a
. con aptitu d mediúmnica, así como su carácter au tónomo como po­
ó Se l ibera entonces la . energfá'��
�::���! 11 �=!��,!:,?!EJ;J:a. P�!fJlÜS�. sibles «tentativas de eclosión de una futura personalidad» cuyos
psrqmca queñasta entonces se hallaba· fijada· al compl ejo, ocupando
nuevos contenidos y teniendo así lu gar u na situ ación nueva que sirve aspectos parciales representa.
Ya que l os :=omplejos au tónomos, dada su naturaleza, son incqru;-
al equilibrio psíquico.
Así,_ pues, l os complejos no sól o son indicadores que expresan la �entes, aparecen como no pertenecientes al propio Yo (al igual qu e
cuanto es aún inconsciente); como cualidades de objetos g_bien per­
posi�ilid_ad de. )a_pf.l��».f�S.��L.. sino también l a
sonas ajenas al mismo, es decir: proyecciones. Las ideas de persecu­
�..�c;l,�E,SRé.tf\9.�.S 3Y,t�25?,�9e. dicha!> «Pª�!t:!�_>�, que degeneran ción o la creencia en «espíritus», basadas en tales proyecciones, los
hasta_ u na plena desintegracíón psrquica con todo género de varian-
tes 16.Sobre este hecho, que constitu ye u na arcaica experiencia de la fenómenos de posesión que se daban, por ejemplo, en la Edad Media
{cuando el yo es·, por así decir, completamente «tragado» por"el
humanidad, se basa la concepción --especial mente difu ndida entre
complejo, ya que éste se revela de una potencia tal que su pera
.!�s primitivos-, acerca de la posibilidad de l a _l!IUl tie_lkidaclde al mas
en una misma yersona. «No existe, en el fondo, ninguna diferencia inclu so a la del complejo del yo) 21, han de concebirse como «expresión
esencia� entre uriá personal idad parcial y un complejo», pues Íos directa de la estructu ra compleja de la psique inconsciente» 22• Sin
embargo, «es una cuestión que no ha obtenido aún respuesta la rel a­
, CQP-JQ_leJ?_S son con frecuencia «psiques parcial es, escindidas del con-
tiva a si fragmentos psíquicos tan pequeño� como son l os complejos,
j!!Q_to» i1_
son capaces también de .eosee� propia» 23, 24• Lo cierto es
Como muestran plásticamente l os sueños, es al go correspondiente
que, en virtud de l as experiencias acumuladas por l a psicopatol ogía
a la. e.:.,encia del comPkii!_ el hecho de que puedan aparecer también
en JE.�1:11ª personificada, como _se observará fácilmente en las manifes­ " }UNG: Seelenprobleme der Gegenwart, pág. 6.
taciones�� la t;;sq:-JJ:!1.!:_�µtp_m;;íJka y otros fenómenos aná­ "' Un imI?resion3:1te ejemplo de ello está incluido c:n el trabajo de L. STAu­
logos. �ues también las imágenes oníricas surgen «como u na especie .D�MAfER: Dte Magri; als experimentelle Naturwissenschaft (La · magia como
Cien<;ia natural expenmental), Leipzig, 1912; véase también: A. HUXLEY: The
de realidad otra en el camf:>O de l a consciencia del yo qu e sueña ( ... ). Devils of Loudun, Londres, 1952.
No se someten a nuestra vol untad, sino que obedecen a leyes propias. .J .. 2' Jung concibe también al Yo «como imagen a trasunto, no de un sólo

Representan ( ...) complejos psíqu ico$ au tónomos, capaces de darse proceso de todos modos, sino de muchos y del conjunto de sus interacciones;
es decir: de todos aquellos procesos y coqtenidos que componen la consciencia
a sí mismos forma» 13• del Yo. Su multiplicidad constituye de hecho una unidad, al atraer la rderencia
Lo mismo cabe decir con respecto a visiones, alucinaciones e ideas a ½ consciencia com_o una. especie de fuerza de gravedad a las diversas partes
hae1a un centro, qwzás vtrtual. Por ello no hablo meramente del Yo --dice
delir�_!ltes. El complejo que se ha convertido en au tónomo puede Jung- sino de ;:n¿.omp!�io del Yo, a partir de la fundamentada premisa de
llevar una existencia completamente aparte en el oscuro trasfondo que el Yo es de compos1tldn cam"blallte y por ello modificable y no puede ser
por ello el Yo, por antonomasia» (Seelenprobleme der Gegenwart, pág. 376).
22 }UNG: Uber psychische Energetik, pág. 136.
u }UNG: Von den Wurzeln des Bewusstseins (Las raíces de la consciencia), Ibíd., pág. 129.
Zurich,, 1954, VII, pág. 539. 2l
2
• Jung admite que en lo inconscic:nte habría también «semillas de luz»,
" 1bíd., p_ág. 520. sdntillae; una especie de gérmenes de conscic:ncia. (Véase: Von den Wurz.eln des
:: Jt1;1G: Ufm psychische Energetik, pág. 129. Bewuss/seines, VII, pág. 544.)
lbtd., pag. 288.
22 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO .COMPLEJO 23

(y recordaremos aquí, por ejemplo, el fenómeno de la double person­ tran tanto síntomas somáticos como psíquicos, así como, simultánea­
'1 nalité, tal como lo ha descrito Tanet ha de admitirse, al menos como mente, síntomas correspondientes a ambas esferas:
· posible, la existencia en lo inconsciente de procesos similares a la a) El complejo es inconsciente, mas no se halla tan cargado

1r.
¡ coñscÍencia. &los compÍejos s�fil,enefecto, de «potencias psí­ de energía que sea experimentado como algo dotado de «voluntad
quicas, cuya naturaleza más profunda no ha sido aún dilucidada» 25• propia», como parte autónoma; bloquea, sin embargo, en grado
Tan sólo se puede romper su poderío «haciendo conscientes» los
.
mayor o menor toda: la corriente psíquica natural ( se manifiesta a
contenidos reprimidos e inconscientes,- acción que cuenta general­ través d� att9s fallidos o de todo género de pequeños síntomas).
mente con gran resistencia por parte del paciente, y con el método 'b) El complejo es inconsciente, pero ha adquirido tales propor­

L
específico representado por el «análisis». A no ser que una vivencia ciones y tal autonomía que �túa como un segundo yo, que se halla
de «gracia divina» o bien catástrofes y tribulaciones de diversa índole en contraposición con el yo consciente, situando así al individuo entre

i
i ! · produzcan el necesario e_fecto de shock, logrando quizás con ello la dos verdades -entre dos corrientes contrapuestas de la· voluntad-,
disolución de tales complejos. En modo alguno basta, para ello, con ante la amenaza constante de desgarramiento (así ocurre en determi­
un entendimiento puramente racronal. Este tan sólo libera lo emo­ nadas formas de neurosis obsesiva).
cionalmente vivenciado. UnicamenteTo emocional es capaz de� c) El «yo del complejo» puede irrumpir por completo -fuera del
lª�- necesarias revulsión y transformación energéticas. Ningún fenó- conjunto de la estructura psíquica, escindirse y convertirse en autó­
-menó-deTo inconsciente puede ser captado exclusivamente por medio y-.,,.:J nomo, lo cual conduce al conocido fenómeno de la «doble persona­
�� consta solamente e sentido, sino también e lidad» de Janet, o bien a una descomposición en varias personalidades
valores, basados estos últimos sobre la intensidad· de las concomi­ fragmentarias, según el número y la índole de los complejos incons­
tantes tonalidades afectivas» 26, que determinan a su vez el papel cientes del sujeto en cuestión.
que desempeña el correspondiente contenido del complejo dentro
d) Si el complejo se halla tan intensamente cargado que arrastra
de la economía de la_ psique.
al yo consciente dentro de su círculo de atracción, forzándole y «tra­
gándcile»; se convierte en grado mayor o menor e� soberano~único ·
«Debido a la ''.emoción", $l.su�a
del dominio correspondiente al yo consciente; podemos hablar enton­
ri;alidad y siente entonces el peso entero de la misma. La
1 ...; -

-difei:eñcia c�proximadamente, a la que existe entre ces de una identificación pardal o completa entre el yo y el complejo.
la descripción de una enfermedad grave, leída en un libro, Tal fenómeno se observa de modo muy destacado en varones que
y la enfermedad auténticamente padecida. No se posee nada, tienen un complejo materno o en mujeres que tienen un complejo
psicológicamente, que no se haya experimentado. Una com­ paterno. Sin que ellos lo adviertan, las palabras, las opiniones, los
prensión meramente intelectual supone, por tanto, muy poco, deseos y las aspiraciones de la mad:re o bien del pádte se apoderan
pues tan sólo se saben palabras al respecto, mas no se conoce de su yo, convirtiéndole en instrumento y altavoz suyo. Tal identidad
la sustancia interiormente.» r, entre complejo y yo puede existir en diversos grados y afectar tan
sólo a parte del yo, o a éste en su totalidad. En el primer· caso, la
Fenomenología del complejo consecuencia consistirá en trastornos de adaptación, pérdida relativa
de la realidad o bien enfermedades psíquicas más o menos intensas.
Si deseamos establecer una diferenciación dentro de la multipli­ En el segundo, sin embargo, se mostrarán ·los inconfundibles rasgos
cidad de la fenomenología del complejo podríamos distinguir, en de una inflación de consecuencias graves; tal como _la podemos en­
resumen, las formas expuestas a continuación, todas las cuales mi:ies- contrar, por ejemplo, en individuos que se identifican con dios o con
el diablo, con un niño o con un duende, con grandes personajes
:zs über psychísche Energetik, pág. 141. de la política o de la historia o con todo género de aiúmales, y tam­
l6}UNG: Aion, Untersúchungen zur Symbolgeschichte (AION, Investiga­ bién en las diversas formas de psicosis que van unidas a una pérdida
ciones -sobre historia de los símbolos), Zurich, 1951, pág. 51.
77 Ibíd., pág. 58. total o parcial del yo.
24 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO COMPLEJO 25

e) Ya que todo contenido inconsciente es experimentado en diversas partes de la _psique es imprescindibl� distin�irlas_ y d�limí­
forma proyectada, el complejo inconsciente aparece también, sobre tarlas primeramente entre sí, con lo q�e las m_ fluenci_as e invasiones
�odo, en proyección, como cualidad de un objeto o de una persona surgidas de lo inconsciente se mantie:°en dif�renciadas y no_ se
exteriores. Si el complejo inconsciente se hall� intensamente escindido pueden confundir ya con las que h�n sido pre_v1a1;11e?te reconoadas
del r esto asume el carácter de un ente que aborda al individuo desde y puestas en claro por la consciencia. Poder disc1:111mar _ no_ es, por
fuera --con rasgos amenazadores en muchas ocasiones, como cualidad tanto, tan sólo .la premisa de un yo personal y bien delimitado en
de un objeto de la realidad e:x:1:erior�, apareciendo síntomas tales cuanto a su irrepetibilidad, sino también, en el fondo, de toda cul­
como los que se observan en las ideas dé·persecución, eh·Ja paranoia, tura elevada.
etcétera. El mencionado objeto puede pertenecer, efectivamente, al Desde el punto de vista del yo, son po_3hl�L�u�_1:1_°.�<:.�. �:____
muhdo exterior, o bien ser tomado como tal; tratándose , ciertamente, comportamientg S9P.J·esp.:!c;to.-ª1. i::m:i;:ip,kj Q;.,jgQg,t�_-9,cia --�-���9.!1;1 t.ª.. ª�!:-�-��-­
de algo alucinado, originado en el interior, en la propia psique, como, ae··:·su·~�eri;t;�·
t
cia, identificación.,._ p�o.y��c:ió_n_,1 _.-�C?..r#gm�ci§!!,, Tan
poi:- ejemplo, espíritus, ruidos o .«voces», animales, música, figuras -solc este· último �omportamiento es capaz de contribuir de un modo
interiores, etc. fructífero al enfrentamien to con el complejo y conduc1r . a su reso- �;;,,l
· f) · El complejo· es conocido por la consciencia, mas tan sólo de lución. �� •
un modo intelectual y, por ello, prosigue actuando con su energía J:l sujet� neur�tico -�º � me � na�t,<?. com�....al ,;,.� e
� COE,_.., \\Q
original. Tan sólo la vivencia, emocionalmente experimentada, de su reili�ad 1!.1,!:Ena zss>.I}.J.�..
7�i}!�.�xten�:; or e o
� lf �:Z:1:., �'iJ ,.-;.
su contenido, así como su entendimiento e integración, llegan a •sar la vi���':....,ex��-Q�p a�i pe�manece . con fre- �1,}��J
resolverlo 28• cuencia fijado a sus compÍe¡os, con una tenaadad mconcebible, aun �j\
La incapacidad para discriminar' entre los contenidos correspon­ cuando al parecer le hacen sufrir de un modo insoportable y hace
dientes a. la consciencia y aquellos otros que, procedentes del com­ cuantó puede para librarse de ellos. Pues algo en él sabe, inequívoca­
plejo inconsciente, •«obnubilan» la consciencia --como es siempre. el
... .. mente , que ningún complejo puede ser resuelto � in enfrentarse con
caso en (d) y (e) constituye un gran peligro; impide la adaptación el conflicto que lo ocasiona, para lo cual se precisan, de todos
mo-
l
correcta de individuo a su realidad inte¡ior y a 1a ·realidad exterior, dos, valor, energía anímica y capacidad de sufrimien to � or parte
obstaculiza su clara capacidad de juicio y también todo contacto del yo. Ello supone, frecuentemente, la necesidad de asum1r hechos
humano satisfactorio. Este fenómeno de la «participation>> --es decir, inmodificables de ·índole negativa o contradictoria y de ajustarse a
de la deficiente capackJad de diferenciación entre sujeto y objeto ellos. La renuncia a fijaciones infantiles· y la adaptació
n a una ma-
que podemos comprobar con frecuencia no sólo en neuróticos, sino · durez adulta consciente de la propia responsab ilidad supone una
también entre primitivos· que practican el animismo, en niños de dura escuela y una puesta a prueba, y no aquello qu e la mayoría de
corta edad y en muchos adultos que han permanecido con una con­ los sujetos esperan de un análisis o bien d e la resoluci ón de sus
ciencia· poco desarrollada-, representa en realidad aquella situación
complejos y de los trastornos debidos a éstos: la inmersió_n en un
. psíquica sobre la cual se ·enfocan las diversas técnicas de influencia- consciente un
estado de «felicidad». Pr ecisamente cuando se hace
ción. Cuanto más intensa es la tendencia a la «participatíon»; es
complejo, se revela el conflicto hasta entonces inco�sciente, con s_us
decir, cuanto más débil es la capacidad de autoafirmación del yo
dos polos hostil es, cuya incompatibilidad ha conducido al comple!º·
frente a la invasión de influencias psíquicas internas o externas, tan­
Precisamente para escapar a la incompatibilidad de estos �ontranos
to más rápidamente r esultará afectado el individuo por el espíritu
conflictivos fue reprimido de modo más o menos consciente uno
de un grupo y sucumbirá al mismo, fundiéndose por tanto con la
d e los polos, desv�culándose del resto y quedándose así el sujet�,
masa. La auténtica madurez adulta supone reconocer como tales las
distintas partes de la psique, estableciendo una correcta relación aparentemente libre de él. Con ello se evita, desde luego, el . sufri­
entre las mismas. Para alcanzar la orquestación armónica de estas miento a causa del conflicto propiamente dicho, pero a camb10 del
sufrimiento de un problema inauténtico; se sufre por todo género
21
Véase, págs. 29-30. L de trastornos y síntomas ne uróticos. Así, el conflicto ético o moral
26 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO COMPLEJO 27
que representaba la raíz del conflicto no existe ya. Al parecer, ha psíquico por antoriomasia) 31, Ju.gg adjudicó a los complejos una signi­
sido borrado de la faz del mundo; o mejor dicho, ha sido despla" ficación y una función más amp li·as. Llegó a considerarlos, incluso
zado a un plano en ·el cual resulta «inocente»; conio cuando se· da como «aquellos puntos focales y nodales de la vida psíquica de los que
una conversión hacia la esfera somática. ,.. no se puede prescindir en absoluto 32 ,y que no pueden faltar, ya que
Una de las causas más frecuentes está representada por el llama­ la actividad psíquica caería entonces en una fatal paralización» 33•

-
do «conflicto moral»: la aparente incapacidad de asumir afirmativa­ Constituyen aquellos �<puntos neurálgicos» dentro de la estructura
mente la totalidad del propio modo de· ser. psíquica en los que se concentran lo inasimilado, lo inadmisibi1-, lo..:i
onflicdvo · «cu ·a dolorosa sensibilidad no demuestra la existenci_a
-.sa,_,.;;;;;;¿;,...::;===c....c;..;.;.;.
atoló _;,;,;�..;.a.
ico» 34• Todas las personas tienen comp ejos;
Diferencia entre las concepciones de Jung y Freud éstos or e la estructura de la parte inconsciente de la
psique y corresponden a los fenómenos normales de la vida psíq�ica,
Hasta aquí, los puntos de vista y las definiciones de Jung con sea cual fuere la índole de ésta.
respecto al concepto de complejo coinciden con las de., Freud 29• Sin
embargo, la �presente concepción de Jung se aparta· fundamental­ «El sufrimiento no es una_ enfermedad, sino el polo "con­
mente de la de Freud, y tal separación dio lugar a importantes con­ trario y normal de la felicidad. Un complejo tan sólo se con­
secuencias en cuanto a la evolución de toda su doctrina. · El hecho _¡. vierte en patológico cuando se cree no tenerlo.» 35
de que ha�ta ahora se haya prestado escas; atención y tenida poco en
cuenta esta última es uno de los motivos esenciales de los innumera­ Vemos, pues, que el punto de vista original y a partir del cual
bles malentendidos que actúan inhibitoriamente contra una correcta abordan Freud y Jung la determinación conceptual del complejo es
1
comprensión de la concepción junguiana.
. 1 fundamentalmente distinto en ambos. Freud considera al compleja,.
• exclK.r.i.uªm.e11_ t.e..a..par.tir..deJo. patplógi�g·,. mieri tras. qüe Júng· fo concibe
La coincidencia en cuanto a la naturaleza y los efectos del complejo
de los mencionados factores en la psique·, a la cual llegaron ambos
a partir ?.�J�L�-�1:l9:.)2ara Freud, los co�;pf�jos· tienen_-s1empre� ur:i e{
. rácter negauyo; surgen como productos _deL mecanismo psíqu1co__de
investigadores por caminos muy distintos, fue lo que primeraménté represión, que intenta eludir así el conflicto entre las pulsiones sexua­
(1902) hizo que se prestasen mutuamente atención, lo que les reunió ' )es primitivas del hombre y las óbBgad1ii1es 111111ales y s111iales q_u@
más adelante (1907) e hizo que recorriesen juntos parte de su camino. .1 ,. le son iropuesras y corresponden sin excepción, como factores sipto­
Más la ulterior concepción esencialmente modificada de Jung acerca ·.¡
1 . mático�, a una vida psíquica enferma, pulsionalmente alterada. La
de dicho problema 30 fue lo que les hizo separarse de nuevo (1913). toma de consciencia acerca de los mismos -su resolución y el paso
Con arreglo a la teoría de Jung, que estableció con el transcurso de sus contenidos a la conscÍencia mediante el método psieoanalítico-­
del tiempo una clara distinción entre el «inconsciente personal» (que está médicamente indicada .y su «e..xtracción» toJ:}li l:¡ con ello tam-
correspondía al concepto de Freud acerca de lo inconsciente, según el
cual los contenidos de este último cof!sisten en materiales vivenci.ales 11 Freud afirma al respecto: «En cuanto al reconocimiento de esta here cia
_ 1;
individuales reprimidos} y el «inconsciente coléctivo» (que consta de filogenética, estoy completamente de acuerdo con Jung; pero c_o ns:�ero equ1yo­
cado, desde el punto de vista metodológico, apelar como explicaaon a la filo­
las formas arcaicas típicas de lps _mo9os de vivenciar y comportarse g énesis antes de haber agotado la posibilidad de la ontogénesis; no veo por qué
de la especie humana (la posibilidad hereditaria del funcionamiento

se quiere negar tenazmente a la prehistoria infantil ·una importancia que de
buena gana se concede a la prehistoria de los antepasados ...i. ( «Aus der Ges­
29 El esclarecimiento del concepto creo está facilitado por una confrontación chichte einer infantilen Neurose» (Historia de una neurosis infantil); ed. alemana

-1
1
de las Obras completas, tomo XII, pág. 131.
entre las concepciones de Jung y de Freud, ya que estas últimas están ya difun­ n El subrayado es mío.
didas en círculos amplios, especialmente· en los universitarios. " JUNG: Seelenprobleme, pág. 122.
30
Jung expuso su concepción modificada, por primera vez, en su funda­ "' JUNG: «Psychotherapie und Weltanschauung» (Psicoterapia y concepaon
mental obra, aparecida en 1912, Wandlungen und Symbole der Libido (Trans­ del mundo), en Ausiitze zur Zeitgescbicbte (Ensayos sobre historia contempo­
formaciones y símbolos de la libido) (en 1952 la revisó, publicándola con el

l
ránea), Zurich, 1946, pág. 63.
título de Symbole der Wandlung (Símbolos de transformación). " Ibíd., pág. 63.
28

COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO
• COMPLEJO 29
bién en el fondo, un correspondiente vaciamiento de lo inconsciente Las dos clases distintas de complejos
en cuanto a sus contenidos) no es desde luego realizable en la prác­
tica, pero sí que es, en principio, absolutamente posible•. Si bien le Jung va más adelante y afirma:
es reconocida a la predisposición un cierto papel, según Freud todo
complejo se halla inevitablemente vinculado a la vida personal del «Ciertos complejos están meramente escindidos de la cons- -
sujeto y tiene su raíz en las vivencias emocionales --convertidas en ciencia, al haber preferido. ésta liberarsecte ellos medianfe
inconscientes- de los primeros años de vida; vivencias que debido represión. Pero existen otros complejos qf!!!.. iamás eslJmier.on. -
a su incompatibilidad con la situación habitual de lá consciencia . anteriormente en la__kQ!JSctencta_ y que por· ello jamás paclierb11
38

fueron escindidas del conjunto y reprimidas.


Distinta es la concepción dc:;Jµng1 • cuando afirma:
ser voluntariamente repnm1cios. Brotan de lo inconsciente e
inundan la consciencia con sus extrañas e inconmovibles con­
viccion_es e impulsos_.» 39
-
¿Significa. ello que habría que hablar de dos clases distintas de
complejos? ¿De unos'. c�mplejos que corresponderían a la psique
sana y de otros que corresponderían a la psique enferma?'-\De_ com�
lejos. �<P,ªl9.)..9gi�_QS.>.>.._ y C<?_1::.JZl;i52�.����Qf>. Evidentemente, resulta
innega e que ung esta ece a 1s mc1on y ello tanto más si se
tienen en cuenta otras afirmaciones suyas acerca de complejos que
2ertenec�n a lo inconsciente personal y de o_tr<?L ue pertenecen a lo
inconsciente - En e ecto, ung a irma o sigu iente:
colecti_vo.
.. .. �-- - - .. �--�-
Aquí· se advierte claramente el modo de consideración finalista.,,.__
,- ., .

�g:9,lo malo---.Rlli:.de considerarse siempre. tamb1én, corri';; puni:6 «Ciertos complejos surgen a causa de experiencias dolora�
-�tida del bien, lopafof�1co!.���-�fuent�----�e u�piración · . /1 sas o penosas de la vida individual ( ...). Se constituyen así
ccfrnplejos inconscientes de naturaleza personal ( ...). Otros
pias mtensa a la salud, adqumendo así el complejo una significación -:¡ próceden en cambio de otra fuente muy distinta ( ...). (En
e_osmva, prospectiva:..... Para Jung se trata, por tanto, de un doble - k ellos) se trata, en el fondo, de contenidos irracionales de los
as }?<;{o de un mismo complejo; es decir: es tenido en cuenta, desde que no tenía anteriormente consciencia el individuo y que por
uego, e aspecto reu e mismo, mas aparte de ello se agrega; ello es inútil referir a nada exterior. » 40 «Los contenidos de lo
además, otro aspecto. inconsciente personal son sentidos como pertenecientes a la
La concepción de Jung acerca de los complejos evolucionó inten­ propia psique. En cambio, los contenidos de lo inconsciente
samente a partir de 19�_4_. Por entonces afirmaba aún: «La experien­ colectivo aparecen como extraños y procedentes de fuera. La l
cia nos muestra, en prmc1pio, complejos infinitamente variados, mas reintegración de un complejo personal actúa aliviando y, con ¡
si los comparamos cuidadosamente entre sí veremos que existen rela­ frecuencia, cura de un modo directo 41, mas la eclosión de un f
tivamente pocas formas fundamentales, y construidas todas ellas sobre · complejo inconsciente-colectivo constituye un signo muy des- i
las p��mera_��p.cias delainfancia»37 • agradable e incluso peligroso. Está claro el paralelismo con la :•
Jung considera determinados complejos, con arreglo a su índole creencia en espíritus por parte de los primitivos. Las almas de
y a la situación psíquica del que «los tiene», como exclusivamente ' ,r los primitivos corresponden a los complejos autónomos de lo
inconsciente personal; los "espíritus", en cambio, a los com­
surgidos a p_�tir de una situación actual; así por ejemplo, y sobre plejos de lo inco!1sciente colectivo.» 42
b todo, de aquéllas'qties�nfüestan en ��.�_.. 9:!Sts que en cuanto a la
§ concepción del mundo se dan en la mitad del camino de ]a vida. -·-·.
f ...._---------·- ........_________ ------ ,.39 El subrayado es mfo.
}UNG: Psychologie und Religion, Zurich, 3.' ed. 1947, pág. 25.
}UNG: Seelenprobleme, pág. 122. "' JUNG: Über psychische Energetik, págs. 301 y ss.
◄' En ello coinciden por completo Jung y Freud.
36
n Ibíd., pág. 123.
" JUNG: Über psychische Energetik, pág. 298.
( --�
.\:•
30 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO COMPLEJO 31
(j·
(,.,-�
El propio Jung reconoce que, en este sentido, su «doctrina sobre
los complejos» ha de parecerle al que no dispone de la necesaria
preparación corno una «descripción correspondiente a una primitiva
Si deseamos exprésar mejor lo dicho, y a fin de utilizar una com­
paración algo osada, podemos decir también: �g�isa actúa ;:/;\;1;
desde luego de un modo continuado, pero es de naturaleza «cuán- \, -� \
demonología y una psicología de los tabúes», lo cual no es de asom­ tica>:- Los <�cuantos>?.' pueden correspon�er_ � Iós compl!;jQ.§... -a modo
t?
s

brar en vista del hecho de que los complejo��!'.! el fondoJ «resi­ de ��k:�---TI.�9.?s__ 9�.-�?.�--t�-ª-·JQ��}J?.te- y en los que, _en } ·,.)
duos de un estado primitivo de espíntu».Pero mientras que Freud contr��n _con los _f�gare: «vacíos», se acumula la �arg_a en�E�±:�5.� C,
considera que hacer consciente tal actltud menta!" primitiva (y por cte7i psique 1nconsc1ente, co1ect1va, actuando a modo del centro \ ( ,'i).
1

tanto in[antil) en el individuo, supone la posibilidad de superarla corr�ooa1ente a�po de fuerzas magnético 45• Si la carga de l
.i<V
· completamente y, con ello, de liberar a la psique individual de sus uno (o de varios) de estos «puntos nodales» se hace de tal magnitud
complejos, - ng o ina que toda toma de _conscienci�, por amplia que (actuando como un «núcleo;f;trae así «magnéticamente» todo, .C. _..
\>1 ·
que sea, Ean. só o es capaz e estacar_�. reso ver arte de los com­ comenzando a crecer y proliferar como tina célula cancerosa, «devo-
//)
plejos (a uellos que precisamente _se an conste a o). Bien porque rancio» a las células sanas y constituyendo a• modo de un estado
e i o a una in 1cacion me _ 1ca aya e ser ra o un sujeto de sus dentro del es�ado, par� enfrentarse luego al _Yº como u extraño en \+J¡
trastornos· psíquicos o psicógenos, bien porque a partir de motiva­ �
forma de «ps1.9ue Pa.!..9�-� qu se ha convertido en <!lll,IJ&!12.gl_�:>, nos \ (_,
C C)

ciones pedagógico-sociales pretenda adaptarse mejor a su medio am­ hallamos an e '.:_n _<:9..1!!_ple¡o. �1 un «punto nodal». se ha acrecentado,
:
a bas.:_����olo éfe mate§(m�. �.1�? ...? -�-t;:.���-C!:B.::.��!�1, podemos hablar t. \1<,J
l.,
biente o lograr una transformación profunda de su personalidad y
para ello emprenda un psicoanálisis, tan sólo se podrá hacer cons­ dela presencra_cte_uncomplejo procedente del ámbito de lo incons-
!�¡_.'i!
ciente una determinada par,te de los complejos, individualmente ciente colectivo;. pero sí, además, s� superpone a él, recubriéndcle,
(';�
determinada. El resto ersiste como « unto nodah como «elemento un material individualmente adquirido, es decir -si aparece bajo el
n.uclear» :corres on. ente sue o nutricio, eternamente persistente, aspecto de un conflicto personalmente determinado--, hablamos de ¡:,]?j
(r:':',
. �e tod8 ¡;:,sigue huma¡rn -a lo inconsciente ca �ctivo--,-, y ung no ve ,. un. complejo de lo inconsciente personal.Así, pues, podemos af�r-rnar, :J
motivo alguno «para que no haya de persistir hasta el final de la en -resumen, que el comple1·0 posee dos da.ses. de raíces·
___...,------- · --
-- ... ·: se basa- en
(
(
;:,d
"
i:c:¡- :. -.
humanidad» 43, actuando ininterrumpidamente, como automanifesta­ �tos infantil<'::'_�terripr���os o bien en ª�-�:::�EOJ��to�. �- _cqnfli:-
cÍón�inconsciente, sobre el campo de la consciencia. Para Jung, .. tos actuafes; dos clases -de naturaleza: puede aparecer como comple¡o \.(__,:
«primi��>ui_g�i_fica «relativo al origen», no vinculando a ello ningún «patológico» o co·mó _59mpl�-��ano»; dos modos de expresión: se-
.2.{":
fi.iicic:i-de valor. Asi, �n los cas?s, puede valorarse como algo negativo o como algo posi-
_ (r)i_
tivo, es «b�lar». :i:tj"
«las .inconfundibles huellas (de los complejos) se pueden en­ · Si te�emos, pues, en cuent_a desde cuán distintos aspectos �uede
contrar en todos los pueblos y todas las épocas» ( ... ). «Por ser considerado todo comple¡o -segun , Jung-, resulta fac1l , de (r:}
ejemplo, la_ EpQf].e_ya_dg Gilgam É *, describe la 12sicología del ( f - �- .
comprender por qué han podido surgir tanta confusión y tantos ,y ...
complejo d� poder cOp. insupei¡a [;{e maestría y ellibro de Tobías, malentendidos en torno a este cardinal concepto de la psi�ología
�0··1est2mento, contiene la narración de un com2lejo
------------- profunda entre aquellos que no se han esforzado por profundizar en
�¡,,.
·erótico, junto con la de su curación.» 44
.....,.
\v�
-------- las ideas de Jung.
'-' Ibíd., pág. 142.. (,,;;�
( .,
':)
e:·( �.·
* La Epopeya de Gilg11mesh es de origen sumerio y los fragmentos que se
conservan de sureaacci6n swñero-acadia se remontan a la época de la primera
dinastía babilónica (2100-1800 antes de Cristo). Existe un texto incompleto
procedente de la famosa biblioteca del rey Asurbanipal (669-626 a. de C) en
Nínive, que se conserva en el Museo Británico. El contenido de esta epopeya
tiene puntos de coincidencia con el mito griego de Herakles (Hércules). (Nota ;e:)
del T.),
•s Frieda Fordham afirma acerca del complejo que es una especie de «imán '--.!9
('.�\'
._. Ibíd., pág. 136.
psicológico» (An Introduction to J_ung's Psychology, Londres, 1953, pág. 53).
e¿.,
32 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO
• COMPLEJO 33
tal vivencia psíquica conocen el efecto liberador que puede ejercer
Y. cuánto más soportable es para el hijo comprender el problema (
Los complejos correspondientes a la estructura fundamental
padre-hijo, en lugar de en el plano de una culpabilidad individual
de la psique
Las consecuencias de estas concepciones de Jung, si se las me dita -relativa, por ejemplo, a deseos de mue rte, agresiones, ansias de re- -..
a fondo, son de enorme transcendencia. Afirman, nada menos,_ que vancha, etc., que abriga el hijo contra el padre- sufrir la desvin- )
el complejo es a ue lla manife stación vital, peculiar de l,a � t culación con respecto al padre, es decir: el principio dominant en
(
que orma su estructura y que se trata por tanto, en si, e una
e
la conscie�cia, que no resulta ya adecuado para el hijo 1 que afecta \
parte constitutiva sana de l�a. _En aque llo q�e proced� �e 1� a todos los hombres y que se manifiesta en los mitos y cuentos como I' ·
atolo ico»,
1 inconsciente colectivo no se trata ¡amas de un material « muerte del rey viejo y ascensión de su hiJQ-al�--_,.,....-�
tan so O p e ·s rlo lo que proc de lo inconsci nt personal Y ---Oe esta forma, si un complejQ qu�da r�;cido a � «punto no: ,
· y tonalidad sp cíficas que
e e
aq lla transformación
e
allí
u e e e
que �ib dal» mayor o menor en lo inconsciente colectj:yg ( sin hallarse incre-
esf€! a conflictiva p so al. �l
e
·
e
n d su inclusión en una
e ue
proviene p ? ""iñeñtado y recubierto porctemasiid;-�;i �rsonal), no resulta
proc d ntes d la biog afia
er

d espojar a n compl jo d los contenidos


e

ya nocivo; se tránsforma en fructífero, pues se trata ,de la célula


personal del individuo que se le super�ne n �l? cual sucede por
u e e e e e r

a partir de la cual fluye vida psíguic�; no obstante, �i se recarga en


e jemplo en el transcurso de una labor psicoanaht1c�), al hacer �ons­ exceso y se autonomiza, si irrumpe en el ámbito de! la consciencia,
.
ciente e ste material conflictivo reprimido, gueda liberado el nucleo puede aparecer en todas las variantes de sus formas constitutivas de
propiamente dicho del compl ejo, el «f>unt?_E.�� �o in�e neurosis y psicosis. Y si la consciencia no logra «lígúidar» estos con­
colectivo que se hallaba envue lto por chchos conte ntdos. Mas co? tenidos, el resultado viene a ser idéntico, tanto con respecto a los
�a _enfre ntádo el suje to, que hasta entonces se hallaba pri­ pueblos, como al suje to individual: desorganización y ruina psíqui-
sionero de sus complicacione s personal es, con un problema que .!!º-- cas. El estado de la consciencia �la mayor o menor firmeza de la
repre senta ya exclusivamente su conflicto personal; sino que ex a
1 es�ctura dekpé-;;�;Ji'd;[del yo consciente- resulta lo exclu­
un con'flicto que han teni�1J..�10n os hombres siva�gyg con respecto al «papel» que corresponda al�-
-�esde tiempos !,IlIDem�es. Mediante _una explicación , �em�sia o pleJo. Lo importante es hasta qué punto es capaz la consciencia de
concretizante del contentdo del compl e¡o no se lograra ¡amas un �on::ierenderlo, el�!?or��lo ���ª.E.!.?, a fin de d espojarle de su dañino
e fecto auténticament e liberador, debido precisame nte a que tal modo e fecto.�i no se logra, la consaencia resulta víctima del complejo y
de explicación queda siempre reducido a aquel material_ de tonali1:d -···�
es anegada por él en grado mayor o menor.
p ersonalista que causó la enfermed�d. Tan ,:�� una 1nterp_retac101:_,
. -
en el plano del símbolo pu de d spo¡ar al nucl o del complejo de su ¡
s opaj p rsonalista y bloqueador.
e
y !Ib rarl d
e
-;-patológica
e
· eñvóÍtur
ial e o inconsci nte pe �sonal
e
mat
e
a
u r
fijado
e e
jo
e

Si un comp � .� .
Neurosis y psicosis
ccion c o la consci encia, su
e
ub contradi
er

par�ce hallarse en u na inso


le

_ ?
dado», s pon d mamfi sto como un con­ La diferenciación psicológica entre neurosis y psicosis, conside- ·
l le

'deo una vez «desn


es deci : l suj to, por jemplo, rada hasta ahora tan importante y tan estrictamente e stabl ecida, no
e e
o;
e e

�:nido' de lo inconsciente colectiv


u

cQ_n arque- habría por tanto de realizarse ya con arreglq al contenido y al valor
e e
opia
e
p ma�
r

no se ve ya confrontado. con s
sonal, único y �­ \ energético de los correspondientes complejos, sino, y sin excepción,
el
j)roEierriap
r

tipode��oou�
u
"'

efusivo, correspondiente a la realidad concre ta d s mad_ r , srno 1


er

con _el problemajw�eral �rso�, del enfre�tam1e


e u e
nto d: 1
ci
.
:�an�e e�O:J�rs ;.=�n���� fuv�s�r: ·ke�:�o���: ��rª
e

nidos correspondientes a complejos-- es tanto más comprensibl e


:�!:�
todo ser humano con . el priiiiordial fünclo materno existente en él
mismo 46• Todos aquellos que han experime ntado en alguna ocasión cuánto más espasmódica y unilateralmente se quiere aferrar el sujeto
a su habitual situación de la consciencia, ya que , como es sabido, el
-46 Véase más adelan te, en pág. 86 lo que se dice acerca del problema del
incesto. peligro de pérdida del equilibrio psíquico se halla en relación con la.
( �
( ))
34 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO COMPLEJO 35 (Jt
·l­ (. i
.dgidez y unilateralidad de la consciencia. Lo mismo cabe decir con
respecto a una consciencia que debido a sus de ficientes firmeza y
en cuanto a su cualidad de «germen creador», ya que se trata de
aquella fuente renovadora y fomentadora de vida que ha de llevar a e:
consistencia ha de temer constantemente ser inundada por contenidos la consciencia los contenidos de lo inconsciente y poner en liza su (,..
inconscientes. energía configuradora.
( -'1'
La· neurosis está situada más acá, la psicosis más allá de la línea ( .: ry
* * *
fronteriza constituida por la capa�idád de resistencia de la consciencia ¡
del Yo, a fin de resistir la invasión de los contenidos inc.onscientes. 1
Las perspectivas que la concepción de Jung, que hemos intentado
Con frecuencia pende de un hilo que sea invadida transitoriamente C}-
o bien. de un modo definitivo; como en principio resulta posible
• . en t�do � u�l de la __cgpsc��a; en el abai�s�ment
expon�r aquí, a�re al concepto de complejo son sumamente amplias
Y en cierto sentido revolucionarias. Constituyen el resultado de una "._-:.-.,.
c::.
e�olu�ón orgánica urgida a partir del �esenvolvimiento y la profun­ ( �
du mveau mental (Janef), en f�ctos fallidos, sueños, v1S1ones, _ : . ·.·�
fantasías, éxtasis, aluoñaciones, o también en forma de un material �ª<:-ºn de la .doctrma de Jung, y que no ha sido jamás expuesta por (1
el mismo de un modo netamente definido y resumido. i<P··
surgido a la superficie durante el psicoanálisis 47• En este sentido son (
Para comprender orrectame te �cepto de c;�plejo en Ju1:[.,. )"
411
menos de temer los complejos de lo inconsciente personal; frente �
no se ha de e der Jamás de vista �
que su doctrina al respectolia C J.
a ellos puede aún mantenerse de algún modo a flote la consciencia.
Pues la explosiva dinámica de su «núcleo» se halla lo suficientemente
? �
superado los límites de las concepciones tradicionales y ha dado lugar
a un modo de conside _
ración íntimamente relacionado con el funda­
cJ
revestida por un estrato de experiencias personales, determinadas por
mental descubrimiento realizado por Jung acerca de las «dominan­ (�··
el medio ambiente, que sirve a modo de protección en el encuentro
con la consciencia. Tan sólo cuando es retirado dicho «estrato» o
cuando es· ya de �ntemano muy .tenue ( como sucede en muchos
tes de lo inconsciente colectivo», delos arguetI�_. En 1934, en su (�
�r'rhrs�reuh1<Ytres-"E'ranos titulada «Sobre los arquetipos
c· J
/ sujetos amenazados por .una psicosis), puede I"<!sJ.1ltal' aµtGl;l.ticllJJJ�nte de lo mconsaente colectivo» ◄9 •pronuncJó por priITI<!ra y�_l . si fente
_ _
frase, tan rica en consecuencias: (J
e,.
<! g!,!
efectiva la amenaza. Por ello crecen el riesgo y la correspondiente
angustia en la medida en la que se trata, durante una confrontación,
de complejos de lo inconsciente colectivo, cuya «carga explosiva» «Los conte;1idos c!.e::.Jo 41_3?.�sciente person� consisten, sobre
(_;J
todo, en los as1 llamados comp�oaonalmente acentuados, 'l.[ · ·)
puede actuar como·"üU-i:weiii;-toy��-;r con_ todo. Se trata .de un
riesgo que, de todo�-�Óctcis;· ·implica también la posibilidad de una •;
q�e consti�yen la_ !P._�imra;-�-��.9.��J�-��?�: L0s
7o�t:-;_
� de lo mconsaeme cokc;:.9:�o, én cambio,. son los llam�dos ( ,,4
�c"'1
transformación y reconstrucción totales y creadoras de la psique y arquetipos.»
que, por ello es preciso asumir en determinadas circunstancias. La --.,.-.,,a•-'-"
- ( J
diferencia entre neurosis ·y psicosis se reduciría así a una transición
más fluida, y en principio· resultada también más favorable el pronós­
Con ello ha señalado un camino completamente nuevo, que no c ·1
·<4'
puede ya dejar de ser tenido en cuenta y cuyo final no es aún pre- ( , :y
tico 43• El complejo merecería incluso un especial puesto de horior,
(?
e·� ./,
el notable Y ponderado trabajo que con el título de «Investigaciones y cambios
47 Freud afirma incluso: «El .sueño es por tanto una psicosis, con todas sus de conceptos en la d?Ctrina de la esquizofrenia 1941-1950• publicó MANFruID
incongruencias, formaciones delirantes y errores sensoriales propios de esta últi­ BLEULE� en Fortschntte der Neurologie, Psychiatrie und ihrer Grenxgebiete,
ma. Desde luego, una psicosis de breve duración, innocua e incluso dotada de 1951, ano 19, fa5:. 9-10, págs. 385-452). Resumiendo, afirma lo siguii:me: -«Pa­ ( >
_
una función útil:.. » (Obras compl., ed. alemana, tomo XVII, Londres, 1941 r�e s�r que los anos vemderos estarán predominantemente dedicados ·a la inves­
_ (")
cJ
«Esquema del psicoanálisis», pág. 97). ogaaon d� a9uellas antiguas concepciones de la esquizofrenia que vef�1-: en ésta,
"' Sus puntos de vista a este respecto los ha desarrollado Jung más detallada­ tata! o pnnapalmente, un trastorno personal de la adaptación a dificultades de
mente en su trabajo «On the Psychogenesis of Schizophrenia» (Journal of la vida.»
Mental Science, Londres, septiembre de 1939), conferencia pronunciada en la "' Contenido actualmente en el tomo IX de las «Psychologische Abhand- . ( ")

c"l
Royal Society o� Medicine de Londres el 4 de abril de 1939). Véase también !ungen» (Van den ífurz.eln des Bewusstseins), Zurich, 1954, I, pág. 4.
;,
(·, J.
•, _;
36 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO

visible 50• ��nc����-,�v���leiC!.. aparece aquí �__parent�.Q2���- e!.__
A,<:;_jfJ._q,f!!!.P!:,, en mnma relaa6n mutua: y complementaria con él.
Plantea por sí mismo, por así decir, la necesidad de esclarecer tam­
bién este último concepto.

II. ARQUETIPO

Acerca de la esencia del arquetipo ........

Si resulta tarea sumamente difícil describir la múltiple y poli­


estratificada significación que es adjudicada al complejo en la psico­
logía junguiana, si no se la quiere despojar de su sentido vivo, dicha
tarea resulta auténticamente problemática y osada en cuanto se
pretende delimitar el. concepto de arquetipo.
Es imposible establecer una definición exacta del término arque­
tipo; más que de definir, se trata aquí de circunscribir, sin pretender
una descripci6n. Pues el arquetipo supone un profundo enigma, que
excede de nuestra capacidad de entendimiento racional; «aquello gue
expresa siempre un co11�nido arquetí i<;Q s en prim� término,
.�.<:!t:i. _ora» ; contiene siempre a go más, que permanece desconocido
,..e informulable. Por ello toda interpretación tiene su límite en un
«como si>-'. La cuestión relativa a la procedencia del arquetipo, acerca
de si es o no algo adquirido, es factible de contestarse directamente.

«Con arreglo a su definición, los ar ueti os son factores


motivos ue ordenan.. eJemeg_�9s. ps�quic_os .en . orma .de. eter:-'"
mina as imá_g�nes c ica es e arquetípicas), y e o de un
mocloqGepuedeser reconocido tan sólo a partir de su efecm,�
Existen preconscientemente y es probable que constituyan las
dominante_s.._��tructurales de la Esique en general ( ...). Como
éonCfiC1ones a prwi-T, 1os"'arquetipos repres� el correlato
"'
psíquico del p_a)iefifof' lfttatño7;t�Titmlliar al biólogo, que
confiere a todos 1os seres vivos su íñcfole espedfi�f como
durante el curso de la eyg,!g_gp.u..pueden modificarse las mani­
festaciones de este plan biológico fundamental, también se
"' En d año 1912, en su trabajo titulado «Transformaciones y símbolos de modifican. los arquetipo s. Mas considerado desde un punto de
I� libido», Jung �� definitivamente: de la .':Sl�E99.'Ulµrall!�ti;:__�ncrc­ vtsta~empírico, el arquetipo no se ha originado jamás dentro
���lk<:Ji;: los co!:11..lili:Jos como factores d� lo mconsaente personal, rcconociéncloles
e invcstigañctófcs con arrc:glo a su contenido arquetí.12ico. La mencioñáclaóEi'ra· lía­
sido revisada por Jung, ajustándol.aiu'estaao"acruiil de sus concepciones siendo
1 JuNG: «Zur Psychologie des Kind-Archetypus,. (Psicología del arquetipo
publicada en 1952 nuevamente con d título de Symbole der Wandlung'°(Símbo­ ., «niño,.) (en JuNG-K.ERÉNYr: Einführung in das Wesen der Mythologie) (Introduc­
los de transformación). ción a la esencia de la mitología), Amstcrclam, 1941, pág. 112.

37
38 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO ARQUETIPO 39

del alcance de la vida orgánica. Aparece con la vida mismª.»


2 las «dominantes de lo inconsciente colectivo» 5, destacando y subra­
«Es cuestión corresporidiente a la1ñetafísícaypÜr tanto no"°se yando con esta denominación la fuñdamental importancia que con
le puede dar respuesta al margen de la estructura psíquica y sus respecto a la psique poseen aquellos «puntos nodales» dotados de
elementos. Los arquetipos han tenido, en general, un principio», especial carga energética y cuyo conjunto constituye lo inconsciente
dice Jung 3 • colectivo, subrayando su carácter funcional.
Hasta 1927 aproximadamente utilizó simultáneamente el término
El origen del arquetipo permanece oscuro, su esencia es inson­ de «iryggen arcaica»_ nTrlzifd). 12_«imagen primi�enia». Jung e?tendía
dable; :k aloja en aquel misterioso reino· de sombras que es lo entonces por «imágenes arcaicas» cuantos mitologemas, motivos de
inconsciente colectivo, al cual jamás tendreme&.-un acceso directo y leyendas y cuentos, etc., podían captarse mediante una imagen o un
acerca de cuyo ser y cuyo obrar tan sólo sabemos por vía indirecta, «modelo» sensible: los modos de comportamiento humano generales
mediata, a través de nuestro encuentro con los arquetipoli; mejor y que encontrarnos como «motivos» o temas típicos en cuanto a su
dicho: con sus manifestaciones en la psique. esencia --de aparición universal y constantemente reiterados-, que
han sido plasmados a través de la historia de la humanidad en innu­
«Tampoco se pt1�de_ expfü:ar u_n 2.rquetipo mediante otro; merables formas, desde las más antiguas rep;:-esentaciones de los
no se puede explicar en absoluto de dónde procede el arquetipo, primitivos, pasando por las ideas religiosas de todos· 1os pueblos y
ya que _no existe ningún punto arquimédico fuera de estas con­ todas las culturas, hasta los sueños, visiones y fantasías de individuos
diciones apriorísticas», afirma Jung 4. de nuestro tiempo. Si bien la teoría acerca de _una propagación de
tales temas mediante migración está hasta cierto punto justificada, }
De todos modos, la tentativa de captarlo y describirlQ fenomeno- ·
existen numerosos casos cuya única explicación posible es una reapa�
Ióg_i_c:_�_mente'" con la intención de lograr una visión acerca de la psiq;-¡;
rición «autóctona» en épocas y lugares no conexionados en modo
ct�l ho-iiibre arqüc;g_ que continúa viviendo aún en nosotros, hombres
actuales, se encuenu-"aeñ_ sus_ il:!.if.ioi¡. Suyo,germinal ""aihi, como en
alguno entre sí. ___--"
El término actual de arguetip.Q¿_ introducido en _1927 y utilizado
los tiempos_p_drriitivo·s:···s'e-liali� fusionado con el cosmos Y· la natu­
raleza, sin delimitación clara. aho'ra• -de · modo general, lo · tomó Jung · del .f.EJ:.pus Hermeticum. (II,
140. 22 ed. Scott), así como del escrito de Dionisia Areopagita De
divinis nominibus (cap. 2, parágrafo 6), que dice lo siguiente:
Evolución históricq del concepto de arquetipo en Jung «... atque sanctus Pater id solvens, magis ea quae dicuntur confir­
mare quoniam sigilluw ídem est, sed diversitas confirmantium, unius
El modo no dogmático que ha utilizado Jung en sus trabajos ac eiusdem primitivae formae, dissimiles reddit effigies». _Aparte de
para describir los fenómenos pskológicos y, sobre todo, para de­ ello, fue también el concepto de «ideae principales» de san Agus�ín
jarles actuar sobre él mismo, mostrándose siempre dispuesto a el que le movió a elegir el término, ya que contenían con expresiva
dejarse transportar, como por un rfo, a nuevas orillas, a rectificarse precisión el sentido y el contenido del mismo, tal como lo entendía
a sí mismo y progresar en su conocimiento, ha dado lugar a que Jung, pudiéndose traducir «ideas principales», de las que se dice «quae
ipsae formatae non sunt; quae in divina zntelligentia continentur .. . »,
su concepto de arquetipo haya. experimentado determinadas trans­
formaciones, así corno una profundización y ampliación, si bien la mediante el concepto de arquetipo.
concepción básica ha permanecido idéntica. Primeramente habló de Los contenidos arquetípicos están dados en la estructura psíquica
del '°fudi�duot;nto - ��- forma de. posu;Mactes lai:ént- es corn�_YC-.
l }UNG: Symbolik des Geistes, Zurich, 1948, pág. 374. (Ed. en es.: Simbología to!�biológicos e histórico�: ·con ---;¡;reglo a las cira.iñstancias de la
del espíritu, F.CE., México, 1962.) ·;ida e�t�rior' e interior del individuo se actualiza siempre el corres-
3
}UNG: «Die Psychologischen Aspekte des Mutter Archetypus» (Aspectos
psicológicos del arquetipo «madre»), en Von der Wurz.eln- des Bewusstseins, III,
pág. 123. •,,
� Ibíd., II, pág. 81.
40 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO
• '-··
ARQUETIPO

expresado mediante . material psíquico consciente, convertido en


41

pondiente arquetipo y, al recibir forma, aparece ante la «cámara foto­


gráfica» de la consciencia; tal como lo expresa Jung: es «presentado» imagen.
a la consciencia.
El concep!o de �9���. que al comienzo designaba en primer Arquetipo, instinto y estructura cerebral
térmmo «motlvos modelos» expresables en imágenes, fue lia_c:lg_
ar:1 t -
2or J� en el transcurso del tiempo . a t�do género de n:!.oel.9.�., Correspondiéndo a los numerosos aspectos a partir de los cuales
�raciop_�sk..curso� etc., y por tanto no sólo a repr�sentaciones se puede abordar la determinación del concepto de arquetipo, desta­
--éstáticas, sino a procesgs-__ c!Jnámicos. Fu.eran ·incluidas; finalmente,. caremos de entre la abigarrada e inagotable abundancia de manifes­

-
todas las manifestaciones de la vida psíquica -siempre que sean taciones de Jung algunas que contribuyen a aclarar las propiedades
de naturaleza típica y humana-general- correspondientes a lo_� P.���s esenciales del arquetipo.
--
biolqgico, psicobiológico y d!:.J� idead.9.9.
� .... ·---- -
A fin de... fogiar un mayor · ------
esclarecimento, Jung diferenció con «Lo inconsdente colectivo -dice Jung- como conjunto
precisión los conceptos de arg�et�po,2magen _arcaica Y," dominante, de toaoslos a_rqueu�s-:-�es-el sedimento de toda la experiencia
utilizados indiscriminadamente al principio como sinónimos, y seña­ vívioa poref homh·e, hasta los más oscuros comienzos de éste,
lando en su ensayo puqlicado en 1946 El espíritu de la psicología no tratándose de un sedimento muerto -no, por tanto, de un
(Der Geist der Psychologie) 6 la necesidad de diferenciación entre el L, abandonado campo de ruinas--, sino de sistemas vivientes de
reacd6n dis osici6n ue determinan r vías invisibles -y
porello--tanto ·;;;¡�. � ectivas- --ª-_yi ª· ..!P
«arquetipo en sí», no perceptible y sólo potencialmente existente, del . .
• as - no es
«arquetipo perceptible», actualizado, «representado». Es decir: � meramente un gigantesco pre¡u1C10 htstórtco, si.no también la
diferenciarse net�_ipente entre arquetipo y representacig�-�quetíQi_ca fuente de los instintos, al no ser los arg_�s otra cosa que
o «imagen_' __a_;q1:1.eifpica.;� Mientras qúiT" �i �iq�e_ti�_como �uñw··­ las formas de manifestación de lostñstintos.» 3
.ooJ;J¡rivisi51e»; permanece en reposo en-·1O ..i.iiéoi!s!='L�nte_colecti_v_2,_ « . ig�al que emos de i:ontár coñ .. concepto de un ins­
_ no, co_rrespon�e � �lí__s;fer¡i E:i!9��c3, s}�_2)�la·
psiquica, del 1ndiv1duo.
�;P�, -skilar-� la tinto regulador o determinante de nuestro actuar consciente,
· -·-- hemos de contar también con un concepto correlativo al de
instinto por mor de la uniformidad y regularidad de la consi­
«El "arquetipo en sí" es un factor psicoide, que por así deración, con una magnitud determinante de la índole de la
captación. Es a esta magnitud a la que designo, precisamente,
como -�::e:!_pa __?._!!!!t!.�.en _f!!Í::!_�:effql .º· a��ca. Se �!ª de- \
decir pertenece a la parte invisible, ultravioleta, del espectro
psíquico.» ( ... ) «Hay que tener siempre en cuenta que aquello
a lo que aludimos con el término de a_r�ÍP.C? no es en sí signar ¡usttficaoamente a7a 1magen pr1mordiáT como . v:s �on del
perceptible, pero 9.erce_�fectos_qu.�os1Ei1htan representaciones instinto acerca de sí mismo o como autorretrato del mstmto.» 9
arqiretíI?icas__p_e·rce_egb.fes�>> 7 · • · ·-- --·
«pe ni)?guna manera deben propagarse de_ �� modo gener�_
---.:..,_:..;,,�-.. . .. -- ..
-.... , ,
los arquetipos debidos meramente a la tradictQU��a¡e
Tan sólo cuando el arquetipo expresado mediante material psí­ ila m1grac10n, smo que éstos resll:_�n__es_po_ ntán�mente en_
' cua!guier momento y por cfoqu_��'- 1..,. Ilo de un_méx:fqque nC>_ ¡ ¡ 1
. ·
quico individual, ha tomado forma, �e convierte en psíquico y entra 1 $-
\¡ 1 sehalla influído por mnguna trap�m.isi9n desde_ el ��enor. Esta
en el campo de la consciencia. Así, pues, cuando nos tropecemos en -
a1irmacíonsígllifica, nacla menos, que en toda psique se hallan
cualquier escrito de Jung con el concepto de arquetipo será conve­ presentes disposiciones --'formas inconscientes desde luego--:-,
niente detenerse a pensar si de lo que habla es del arquetipo per se, mas no por ello menos activas; es decir: vivientes, que prefi­
aún latente, no perceptible, o bien de un arquetipo ya actualizado, guran e influyen su pensamiento, sus sentimientos y sus
actos.» 10
' }UNG: Van den Wurzeln des Bewusstseins, VII, pág. 497 (dicho trabajo
lleva en la actualidad el título de Thearetische Überlegungen zum Wesen des 1
}UNG: Seelenprableme, pág. 173.
Psychischen (Reflexiones teóricas sobre la esencia de lo psíquico). ' }UNG: Ober psychische Energetik, pág. 273.
1
Ibíd., pág. 577. . \.. � 10 }UNG: Van den Wun;eln des Bewusstseins, III, pág. 95.
(
""( ""

42 (
43
e
COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO

Estas definiciones de Jung plantean la cuestión de hasta qué punto


ARQUETIPO
'.
vida. Por tanto,· la índole propia del organismo es, por una (
se halla unido, dentro de su concepción, el arquetipo con la estruc­ parte, producto de las condiciones exteriores y, por otra, de
tura cerebral. Ya que acerca de este sutil e importante problema determinaciones inherentes a la vida. De acuerdo con ello, la ( . ¡
existen innumerables faltas de claridad, expondremos aquí como imagen primordial ( el arquetipo) es indudablemente referible, (
respuesta otras citas tomadas de su obra: · en un sentido a ciertos procesos naturales manifiestos y que . ·
..•

constantemente se renuevan y son por ello si�mpre eficaces; (


=]

«Entiendo por arquetipo (:: .) U!Ja propiedad o condición y en otro, y de ún modo asimismo indudáble; a ciertas deter- (
estructural, que es propia'ae la psique, vinculada de al�n mo�9 ·,minaciones íntimas de la vida espiritual y de la vida en ,.
general.» 15 (
al cerebro.» 11
«Losarquetipos no son invenciones arbitrarias, sino ele­
mentos autónomos de la psique inconsciente, existentes ya Las siguiente� afir:-°aciones �e Ju1:g muestran <=:-1 ánto r:1ás amplia (
(
. , acerca de este _
antes de toda invención. Representan la estructura inalterable e .mcluso revoluc10nana es su mas recente concepc1on
de un ��quico qué, mediante sus efeCtos determlñañtes problema: (
so5rela consoenciii.7muestra que es "real".» 12 . - --- . · ·- e
«En cierto modo, los arquetipos son los fundamentos, ocul- «Hemos de preguntarnos si es qué, en nosotros, un sustrato __:
tos en la profundidad, de la psique consciente ( ...) son sistemas nervioso distinto del cerebro puede pensar y percibir, o si es (
-,--

-¡f de disposiciones que ímpJ_ican simultáne_Cfc'!!,i:.1Jt.e._image.n..;J...emo­ que los procesos psíquicos que tiene lugar durante la pér- (
¡ ción. Se heredan con la estrucfut'acerebral y son el aspecto dida de consciencia son realmente fenómenos de sincronicidad, �
1 psíquico de ésta.» 13 acontecimientos que no guardan relación alguna causal con (
«El arquetipo no sólo t·s, en s!.L imr¿g,EJ....n, s!!1Q.J9.mbM.JL.dmi­ procesos orgánicos ( ... ). Es obligada así la conclusión de que ( · 1
micá mañífestánaose esta�ultima mediante la numinosidad, la un sustrato nervioso, tan diferente en cuanto a su función y su
1u--;;;a fascinante de la imagen arquetípica. La realización y origen del sistema cerebromedular como es d simpático, puede (
asimilación de la pulsión tiene lugar ( ...) no mediante inmer­ producir evidentemente . pensamientos y percepciones al_ i�11al _ ( ·
sión enla esfera pulsional, sino tan sólo mediante la asimilación qµe el primero (; ..). El simpático- no se_ halla paralizado durante l,-­ ¡
de la imagen que al mismo tiempo significa también y evoca un desmayo y podría definirse como portador de funciones \. �
· a la pulsión, pero de'. una forma· muy distinta a como la psíquicas. De ser así, habría que plantear quizás la cuestión ( t
hallamos en el plano biológico. L�p.ulsi6n_1i.�n�99.:5-g_�.P.��Q�.:'";, relativa a si la inconsciencia normal durante el sueño, el cual \ -�
por una garte; ?Y.i:lle,1JQ_adl;!__,r;_ ¡:w:1Q.. .Q.Ü:t�W,!.Sti�..fi,§iol?,gis..};. Y por cont�ene ensueños ·capaces de pasar � la consciencia, no Podría (1 ·,.
otra sus múltiples formas aparecen en la consc1enc1a como _considerarse desde i::ste punto de vista: ¿no procedenan , los ( h
ne es ganQ.Q.,!_�ecfos numi-
__ _i.!E.4�-�AÍ.���'?.��- imá�� �, ? pk contrapos1c1on co� la
sueños más bien del sim ático no afectado or el--sueño;::.y_r¡.9_:J·//
¡ nasos que se fiallan en la mas estricta
pulstón fisiológica, o que parecen estarlo ( ...). El arquetipo,.
como imagen de la pulsión, es, desde el punto de vista psico-
lógico, una meta espirituá'l hacia la que · tiende la naturaleza··
del ser humano.»· 14
l ----
e a act1v1 a .. cortica durmiente, y serían así de naturaleza \ ';
l ttanscerebral? »
16
( ·

( \�,
-

«Hemos de aceptar por ello, forzosamente, que la estructura


El aspecto biológico del arquetipo ( 1=:

cerebral dada no debe tan sólo su índole a la acción de las Ya que el arquetipo presenta un aspecto dirigido hacia «arriba», ( ,.
, A

condiciones ambientales, sino igualmente a la peculiar y autó­ hacia la esfera de las imágenes y las ideas, y otro dirigido hacia (
noma idiosincrasia de la materia viva: a una ley dada con la
15
· ('
11
JUNG: Psychologische Typen, VII edición, Zurich, 1950, pág. 571.
JUNG: Psychologie und Religion, pág. 186. 16
JUNG: «Synchronizitiit als ein prinzip akausaler Zusammenhange» (La sin- (
n JUNG: Symbolik des Geistes, pág. 62. cronicidad como principio de conexiones acausales), en «Naturerklarung und
u JUNG: Seelenprobleme, pág. 179. Psyche» (Explicación de la natural= y psique) (Stuclien aus dem C. G. Jung (
1
• JUNG:_ Von den Wurzeln des Bewusstseins, VII, pág. 574. Institut, Zurich, tomo IV, 1952), pág. 95.

{. .·
f.'""":
COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO ARQUETIPO 45
., 1

e,·1 •r
mente ordenadas y que son capaces de estimular actos típicos para
t i,,joit, hacia los procesos naturales biológicos y los instintos, desde
de también la correspondiente · especie» 20• Y añade: «Muchos han olvidado
11110to de vista I'.": psicología animal se pueden establecer vivenciar» conscientemente lo asombroso de toda organización viva;
01 lnadas relaciones con respecto al mismo. Nada impide admitir
(T_�) � ¡1 tllf
por ello se extraña de que el modo de vivenciar su interioridad por

,.
'. 1,c ciertos arquetipos aparecen ya en los animales y que se funda-
1?, 1
111,:mtun además en la propia índole del sistema viviente en gene­ parte de un animal esté también prefigurado, ordenadp y manifestado
i::·1 rnl 11, 15• A. PortmaDE., al que debemos una serie de interesantes por estructuras firmes» 21•
tri1b11jos con respecto a este tema, habla del problema relat;.ivo «a las La construcción de gg_njg_Q es un proceso 8!9Uetípico, al igual
1r11Jgenes primordiales, prefiguradas, en el vivenciar del hombre y que lo son la d.a.r:\�.a _.ritual. de )as.�abeja.s, la defensa del calamar

,��)
,:.·) de los animales» 19
; y afirma lo siguiente: «... la investigación bioló­ cuando se �usta o el <k_splieg�.SfllLdtl_p_gy_Q_l��- A. Port­
glc:a del sistema nervioso central en los animales muestra la pre­ mann observa al respecto: « ... esta ordenación de la interioridad
r
.11,'�: )
>

sencia en éste de estructuras que se hallan a su vez estructurada- animal se halla dominada por aque1 eI-emento de la configuración
cuyo modo de acción adjudica la psicología humana a lo arquetípico.
,: 11 }UNG: über die Prychologie des Unbewussten, pág. 126.
·\ Todo el ritual de los animales superiores muestra en alto grado esta
4
}·� 1
lir\i:-�•-:·-,
11 K. C. Schneider habla en su trabajo acerca de «Psicología animal» (en
Einführung in die neuere Psychologie, Viena, 1931) de una relación entre objeto
�pronta �:51ueypj_��. ·-se lé --�p;re�e .. �.Cbiólogo como una conside­
r- } y sujeto, en la qu<; la conexión se halla caracterizada por una forma de obrar '··!.
ra5le. organiz8E�.1.:1. de la vida instintiva, que asegura � -�nviv�.:!�
�i:, que «preexiste potencialmente al igu al que la forma corporal de un organismo -�EP!i:!��vi�.Y.?Ld� jQs ..CQ�P.�ñ��'?,� ·-º�--1:�.P.eci�, sincroniza . el"estado
C;,-) preexiste potencialmente a su desarrollo».
lisi ¡ .. de ánimo de la pareja e impide la aniquilación de rivales, perjudicial
" En su notable trabajo, sumamente sugerente, Das problem der Urbildcr_
4_ r · ·
"'

in biologi:cher. Sicht (EI problema de las imágenes p�1mordí�es desde el punto para la conservación de la especie, mediante una regulación de las
._ _.:¡y I · c:l'Evistabto16giro)l:Eranos Jahrbuch 1950, tomo especial, Zunch, págs. 413 y ss.)
rl!C:S .1
��;>
11!.. t. )
propone, a partir de su experiencia como biólogo, una divisi6n de las estructuras
ª:qi:etípicas o bien d: los mo?os de acción arquetípicos, en los_ tres niveles
siguientes, que se dar1an lo mismo en el hombre que en los arumales:
l l�
luchas competitivas. El cÓmportamiento ritual aparece como una
_r_c!_�nació11_!._�PT".C!.�1!.�Í!!.icf..UJ!l que posee val-;;;;;, cuanto a la 5:nser-.....
vación de la especie» zi.
--..._,...,.-_.,....... -•--�-.•,
r-.,i

��L- a) «Estructura que, dadas hereditariamente, deben su origen a dispositivos


/!{...� 1 gestálticos muy abiertos y que poseen desde un principio un carácter de Gestalt La influencia ejercida por los arquetipos .sobre los actos instin­
firme�ente ordenada , que corresponde a los "desencadenantes" percibidos por tivos de los animales la ha intentado demostrar H. Hediger en un
(Íii"' . el arumal.» importante estudio 23• El animal que vive «en libertad», no es «libre»,
"'"Y )

b) «Estructuras (. .. ) en las que participan las disposiciones hereditaria5


,..._,.-) tan sólo de un modo muy abi.erto y general, y que en cambio están especial- sino que se halla incluido -cen un sistema témpora-espacial dentro
I,"' -
í""! )
mente deterpiinadas, en cuanto � su configuración, JJ?r una "_impronta" i'.1 divi- del cual transcurre su . vida dentro de ordenaciones estrictamente
dual, del genero de la que ha sido comprobada en epoca reaente en la mves-

l
�• . tigadón del c_omportamiento animal (...),_ y cuya Ín?ole especial "está precisa- fijadas. Si se Ie arranca. de su sistema témporo-espacial, al cual se
t ª1' ),
mente .determinada no por lo heredado, sino por la. impronta.» hallaba habituado, y se le traslada artificialmente a un «espacio»
, .-r
�.; · . e). Efectos arquetípicos de carácter más derivado que en los dos . grupos
precedentes, es decir: «efectos psíquic.QLde_ coi:_nplejos secundarios, que proceden que le es extraño, en el qué ·s� 'encuentra como «exiliado», surgen
D,"'
1 1 ) del caudal de tradiciones ordenado, confi gurado, pertenecientes a .un gfUt'O graves síntomas de desarraigo. L( ordenación biológica y la ordena­
I\¡".· ·· · humano. Su génesis (...) conduce mediante ejercitación, hábito y el poder refor- ción por rangos sociales obligan al· animal a permanecer en los espa­
( ·".: ¡ zad?r de la valora'!ón soc!al a forrr:aciones1 complejas, que son e�a,boradas s�n-
dar1amente en lo mconsc1ente y e¡ercen constantemente su acc10n a partir de cios naturales a los que se halla adaptado, si ha de sobrevivir. «La
� éste». Aquí «apenas tiene justificación destacar con especial intensidad el papel
/' ·�: dorada libertad del animal» --observa Hediger- «es la proyección
de lo heredado, si'.1º• por el contrario, aquell� que está_ determinado P'?r la
l
�f
1 . :" ) cultura». Y añade, interrogando: «No sabemos s1 el arquetipo es un preop1tad<;i_
li,( de innumerables experiencias o si-es, en iiltimo térm1no, la prem1s�, ya previa:. j j ¡ "' A. PoRTMMÍIN; Das problem der Urbilder in biologischer Sicht (El pro­
\ :;, l\ \ lirenl.$ dada de la e�rienc1a humarn!::::::�rrgrncral;-ésr:res;-preasamenre,la blema de las imágenes primordiales desde el punto de vista biológico), pág. 424.
tt. '
\ 8. )
�t16n.» (págs. {2f:y ss.) , ---=----....:.____ -·- -· ·
Esta clasificación iría bien de acuerdo con la concepci6n de Jung. De todos
21 lbíd., pág. 422.
22
A. PORTMANN: Riten der Tiere (Ritos de los animales) (Eranos Jahrbuch
� modos, no en forma de tres estructuras arquetípicas primordíalmen�e dadas, 1950, Zurich), pág. 386.
.

"t
\: ) coexistentes y equivalentes, sino como «estratificadas», esto es: formadas durante
la evolución hist6rica y no constituyendo el segundo y el tercer grupo, sino
21
H. HfilJIGER: «Bemerkungen zur Raum-Zeit-System der Tiere» (Observa­
ciones acerca del sistema espacio-tiempo de los animales) (Schweizerische
�-, «revestimientos» del primero (véase también la pág. 58 del presente libro). Zeitschrift für Psychologie und ihre Anwendungen, 194ó, tomo V, cuaderno 4).
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lil>a
46 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO ARQUETIPO 47
de una imagen desiderativa humana». Esto es válido desde el pez, modos de reaccton del hombre no se pueden explicar a base de la
hasta el vertebrado más elevadamente organizado. A este principio adaptación filogenética y de la finalidad de conservación de la especie,
obedecen el fenómeno representado por la migración de los vertebra­ sino que se trata de manifestaciones directas de normas propias· de
dos (peces y aves), los itinerarios, grabados durante milenios, de todos los seres vivos, en tanto que tales (... ) y que parecen estar
determinados animales salvajes, etc. La migración alternativa de los dadas a priori» 28• Aun cuando Lorenz no reconoce plenamente la
animales y la ritroización. y ritualización de la vida cotidiana en el doctrina de Jung acerca de los arquetipos y afirma que se trata de·
hombre son correlativas. La fijación a modos de comportamiento y una «.... generalización .de leyes.especiales», no resulta difícil advertir
1 de experiencia sup_one un�s�a_<:Ci-�r�ªÍi� de�·ália_ d�
t/., ciertos paralelismos. También los modos de comportamiento desig­
l ser e_agado--c9p_rm.edo.._e��� . ggt!.®E- El ammal tan solo renunciara nados por F. Alverdes como «arquetipo de la patría», «arquetipo de
a tal seguridad obligado por violencia exterior; debido a la relativa � ca�, «arquetipo del �mkdi9:>.;;· . ;;rquctipo de la _p_ater­
libertad de su consciencia, el ·hombre cuen.ta .con la posibilidad de nictacl», etc., son formas vivenciales típicas tanto en la esfera animaf
salirse libremente de los lugares que le ofrecen seguridad y con �� en la humana. Representan determinadas configu raciones del
ello se expone al doble peligro de incurrir en la hybris o en el aisla­ ser, de la acción y de la reacción, que se hallan estructuralmente
miento. Pues al desprenderse de su orden primordial arquetípico, se troqueladas en cuanto a su «patrón primordial», mas no en cuanto
separa de sus raíces, determinadas por la especie, históricas. a sus manifestaciones aisladas.
Hediger y Portmann, así como otros autores tales corno K. Lorenz «En el concepto de arquetipo no se trata de una represen­
y F. Alverdes 24 han señalado que la doct�iJt�EF�"ª·º-��gs_J.()_;uu:qu�.-. tación heredada, sino de vías prefiguradas hereditarias: de una
!JE� puede constituir un adecuado füñélarnento en la consideración modalidad hereditaria de la función psíquica; de aquel modó
conjunta de la psicología humana yctelapsicología animal. Lorenz congé.ajJ:o según el cual sale el pollito del huevo, construyen las
.(,
..i. \ ·�·.: . · habla de ·«esq�ñgé-;;ft;s» 25 ( de determina�in;;-aei · aves sus nidos, pincha una defel"fümacl.a especie de avispa· el
�<modo de r�ccionar congénito a situaciones estímulo características») . ganglio motor de la oruga y encuentran las an guilas su camino
que se distinguen por su independencia con respecto a la experiencia 26 hacia las Bertjmdas;. es decir, de !-In pattern of behavior:.�Este
1
y «en los que en el comportamiento animal se observa también una aspecto del arquetipo es el biológico ... Pero el cuadro se mo­
identidad formal con determinadas referencias de la vida humana difica por completo cua.ndo es considerado desde dentro; en
prefigu radas en esquemas congénitos» n_ Subraya que al decir esto el ámbito de la psique subjetiva. El ar uetipo se muestra a uí
nuroinoso, coi:no una vivencia e ament im ortancia.
no se refiere a ninguna «imagen congénita», sino· tan sólo a la «po­ �nao-aparece revesti o-por os cóirespondientes símbolos,_
sibilidad prefigurada para su formación»; y afirma que es «la expe­ lo cual no es siempre el caso, transporta al �i¿j__eto a un e,s,��do_
riencia la que relleria la forma. con material» y que determinados · de posesión, cuyas consecuencias puecteri ser iñcaICí:ifables.�
�=- �
" F ALVERDES: «Die Wirksamkeit van Archetypen in den Instinkthandlun- Aquí se hallan aún más próximos planos biológicos, psicológicos
¡. 1$en de� Tiere» (Efectividad de los arquetipos en los actos instintivos animales) e incluso, en cierto sentido, «metafísicos». La designación de Hediger
(Zoologischer Am:eiger, 1939, tomo 119)�
:u Concepto establecido por él en 1935, basándose en los importantes tra­ de las categorías típicas de comportamiento de los animales con el
bajos de J. Uexküll el cual señaló además, ya en 1909, en su obra Umwelt und término de «arquetopo» 30 como correlato psicológico a «biotopo»
Innenweft der 1 rer� el hecho de que todo individuo es portador de un «mundo (unidad topográfica primaria) 31 no es, por tanto, muy errada.
propio» (Merkwelt = mundo con focos de atención preferentes; ? bien, en
términos de la psicología de la Gestalt: i::iundo con estructura figura-f�:mdo
Preferenciales. [N. del T.]), interpretando dicho «Merkwelt» como un «con¡unto ll Ibíd., pá .334. Véase también JUNG: über die Psychologie des Unbe­
g
de configuraciones nerviosas» situadas en el cerebro. wussten, Zurich,1943, pág. 126.
29 }UNG: Prólogo a E. Hardings: Frauen-Mysterien, Zurich, 1949, pág. VIII,
l• K. LORENZ: «Die an geborenen' Formen moglicher Erfahrung» (Formas ____.:;
Hedi ger ha sustituido en la actualidad este término por el más amplio
congénitas de experiencia posible) Zeitschri/t für Tierpsychologie, Berlín, 1943, :io

de 31«psicotopo».
tomo V}, pág. 283. · Término introducido por R. Hesse en su obra Tiergeographie au 5kolo­
rr Ibíd., pág. 291. gischer Grundlage (Geografía animal sobre una base ecológica), Jena, 1924.
48 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO ARQUETIPO 49

Otro terreno en el que se han realizado diversas contribuciones durante· los primeros días postparto. Según dicho autor, la psique
al problema de �s _estructuras psíquica� pref�rn:iadas,_ sobre t�o en pel recién nacido «ya está estructurada cuando el niño viene al mun­
los veinte años ú1t1mos, es el de la .,gs1colog1a mfantil. Menoo�­ do». Son «aµt1c1pae1ones», modos de comporta.miento que corres­
mos como ejemplos las investigaciones realizadas por --l'-·
Spitz _y pcmden a un nivel ulterior de desarrollo y que, en cierto modo;
12 así como las llevadas a cabo por E. Kaila'�
K . W ol f , surgen prematuramente y permiten reconocer claramente esta estruc­
_.- cfemost(ndo que la modalidad de relación social--repfesentada por la turación. «No existe psicogénesis postnatal alguna --dice Stirni- ,_I
sonrisa en el niño de tres a seis meses de edad, se puede considerar mann-, tan sólo un desarrollo ( ... ). No existe solamente una cons­
como respuesta al efecto de Gestalt del rostro �umano viviente, que titución somática heredada, sino también instintos heredados ( ... ).
actúa como «desencadenante» de reacciones arquetípicas congénitas. La psique del recién nacido se asemeja a· una placa fotográfica que
Los trabajos de Rh. Kellog sobre el esquema estructural arque­
34
fue expuesta en las generaciones anteriores; si se la revela, aparecen
tfi,Jico. del desarrollo del Yo en . el _niño de �os a cuatro_ años, tal aquí y allá fragmentos aislados, hasta que está ante nosotros la ima-.
comó se refleja en los garabatos dibuJados por este, proporoonan tam­ gen completa» 38 *. La hipótesis de que pudiera tratarse tan sólo e
bién interesantes datos. Jung afirma: reflejos no resulta válida, pu_es los arquetipos actúan de un_ modo
autónomo, al igu al que los reflejos, mas a diferencia de éstos poseen )
«Es un ran error creer ue la si ue del runo recen
unas características de sentido referidas a la consciencia y son capaces
nacf o es una tabula rasa,_ µna página en-blanco, en el sentiq�
ae que no existe absofü"riimente nada en eifa. Ya que el niño de manifestarse en todos los sectores psíquicos, así como en· los
llega al mundo con un cerebro diferenciado, predeterminado espirituales.
por la herencia biológica y por ello también individualizado, Si a un nivel evolutivo próximo a lo natural aparecen completa-
y se enfrenta a los estímulos sensoriales procedentes del exte­ . mente fundidos y apenas separables entre sí lo físico y lo psíquico,
rior, no con unas d!§p__o.s_iciones__ cualesq_ui?'ra,__�ino con unas / ¡ 1 formando un todo sin solución de continuidad 39, en el hombre se
disposíéiones específi�t1_ s .( .. . ). Estas disposiciones son instintos muestra muy tempranamente la posibilidad de un observable para­
ypreforrnaciones -demostrablemente hereditarias. Tales prefor­ lelismo entre ambas· esferas y también, igualmente pronto, elatos
maciones son las condiciones de la apercepción, fundamentadas
«caminos propios» seguidos por las dos esferas, que, sin embargo,
sobre instintos, apriorísticos y formales.» 35 «Así pues, todos
aquellos factores que eran esenciales para nuestros antepasados han de permanecer siempre mutuamente referidas. En opinió_n de
próximos y lejanos, serán también esenciales para nosotros, · Jung:
pues corresponden al sistema orgánico heredado.» 36
«Las cjr�nstancias estruct�rale� originales de la psique 1
La cita precedente es confirmado por las observaciones e inves­ son de la misma sorprente uruform1Clad que las del cuerpo ·�
tigaciones realizadas por el pediatra F.- Stirnimann J7 en recién nacidos visible. Los argueti12os vien�-ª--..ser___a_mQdp_de___Qigail.Qs_de_ja.
psique preracional» 40• «El arquetipo ( ... ) es un órgl:lnO psíquico
" R. SPITZ, K. WoLF: «The Smiling Response» (Genet. Psychol. Monogr. que se encuentra en todo el mundo ( ... ), un componente vital-
1946, tÓmo 34). 1 mente necesario de la economía psíquica.» � 1 «Al igu al que el
· " E. KAILA: «Die Reaktionen des Siiuglings auf das menschliche Goich» cuerpo viviente, con sus especiales cualidades, constituye un
(Reacciones dd lactante al rostro humano) (Ann. Anivers. Aboensis, vol. 17,
1932). sistema de funciones adaptativas a las circunstancias del medio
34
J. }ACOBI: «Ich und Selbst in der Kinderzeichn 1;1ng» (Yo y «sf mismo» c:n
el dibujo infantil) (Schw. Zeitschri/t für Psychologze, 1953, tomo XII, cua-- ·• Ibíd., págs. 96-105.
de°i,o l). . .
.. ksic .. 39
El instinto constituye el «rfo limítrofe» entre la esfera de lo corporal y \
}UNG: «Ober den Archctypus, m1t · bes. Beruc hagung des Animal.J9!,l-u- J la de lo psíquico; una de sus orillas pertenece al país de lo somático, la otra
fes» (Sobre d arquetipo, con especial mención dd concepto de ánima) en Von
1-..,...;�

1 1 al de lo psíquico. � \.
den Wun:eln des Bewusst:reins, II pág. 77.
=l' ,. ]UNG: Seelenprobleme der Gegenwart, pág. 165. '° JUNG: Psychologischer Kommentar :r.um Tibetanischen Totenbuch (Comen­
tario psicológico al «Libro de los muertos» tibetano), 5.' ed., Zurich, 1953,
n F. STIRNIMANN: Psychologie des neugeborenen Kindes (Psicología dd recién pág. 26.
nacido), Zurich, 1940.
41 }UNG: Zur Psychologie des Kind-Archetypus, pág. 117.
50 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO ARQUETIPO 51
_P�...··��:.• �..t-�=-... �-
ambiente, � ha de mostrar también a uellos órganos o ��d sol, u� conscienci� ·á�J.gi;_.erocesos .P.�9�.��9.� que
,:. �� \..¼�, ...

�@nales que corr n a acontecimientos físicos acompañan al proceso fls1co. Pues «el arquetipo no surge a partir de
que se dan con regularidad: No me refiero con ello a las funcio­ _hechos físicos,. sino ue más bie "á�cribe cómo vivencia la psique
�soriales determinadas�anos, sino más bien a . o e o 'sic� 45; mediante él se puede traducir lo físico a lo
una especieae manifestaciones psíquicas paralelas a las regu- ps1quico. Con el término «traducir» se alude a aquella actividad
laridades Hsicas.;.z . ·- propia de la psique que hasta ahora no ha podido ser explicada por
� ningún modo de consideración materialista o biológica y que da tes­
timonio acerca de su esencia en último término espiritual: «indepen­
Comprensión realista y comprensión simbólica diente de la materia» 46•
Cuando, por ejemplo, el curso d_iario del sol y la sucesiva apari- . «El organismo presenta, frente a la luz, una formación nue­
Pº-� y noche se expresanén-f;�cfese�ciaae lillagen� va: el ojo. Y al proéeso natural -enfrenta el espíritu una imagen
impres� de de �as i�moria�s en la· psique humana -- como simbólica, que ·capta al proceso natural de modo análogo a
el i:riito del 6 éroe u� muere y_.n;�.11cita-, cabe hablar de «�� como el ojo capta la luz. Y así como el ojo testimonia la acti­
eñi:mai nes» por pá:rte ·del· pfocesotísico y admitir así que es una vidad creadora, peculiar y autóñoma, de la sustancia viva, así
capactdacréfe la psique, dada por su estructura, la de traducir a· «imá- también la imagen primordial expresa la energía creadora, pro­
[; genes» o formas ªI@!!típicas los procesos físicos, «que poseen con el pia e incondicionada, del espíritu.» <1_
-, �ob��una ·�óeif&t;p�nas·réconocffile ya ( ... ). No existe El arquetipo ha de considerarse, por tanto, y sobre todo, como
aquí, por lo tanto, motivo alguno para considerar a lo psíg�;f!:i_Q l aquel campo de fuerzas y centro energético que fundamenta la trans­
"l � l algo secundario como un epifenómeno, sino que existen
\ cientes c�9..J2.�r�:!_��� » 43
datos sufí-
1 formación en imágenes por parte del devenir psíquico. En tanto no
es sino un sistema de disposiciones en el seno de lo inconsciente
• -------­

En muchos runos, y ya en edades muy tempranas, se puede com­


probar que �Eumano, tiene nece.?idad dé unir a una comEE:,nsión colectivo, es una «co.nfiguración que en principio no está ·formalmente
l. � y concreta delrñ"undo y de sus vivencias en el mismo, � determinada, pero que implica la posibilidad d deter-. ·
¡ !J�mprensión simbólisa 44• La comprensión en un plano simbólico (la minadas armas gracias a a proyección» 48 ' ◄9_ El término mismo de
! activídad psíquica representada por la fantasía), corresponde orgá­
_,¿
! nicamente tanto a dichas vivencias, como la proporcionada por los
" JUNG: Zur Psychologie des Kind-Archetypes, pág. 109.
"' No modifica nada ¡il respecto aquella concepción que intenta establecer
órganos de los sentidos. Representa una aspiración natural y espon­ una analogía entre el arquetipo y la mttewe filogenética., mediante la teoría de t
tánea, qüe ágrega a la v.inculación biológica del ser humano otra Sernon acerca de los en gramas. Aun. cuando Jung. admite también ...una forma
�fundamental de vivencias psíquicas que retoman· constantemente, como
vinculación paralela y de i�éntico valor a lo espiritual y que con ello «depósito mnémico,. y considera a este último fundamentado en la peculiaridad
� vida con una dimensión más, que es la que convierte de la expresión vital, aceptando incluso su presencia en el animal, el concepto
aT ser human�p� de orden I superior. Es la raíz de c��
de arquetipo no coincide sino hasta cierto punto con el de mneme (véase JUNG:
über die Ps cho · des Unbewussten, pág. 176). Una cierta analogía cciñ7M
� no un mero cúmulo de represiones ( como creía el psico­ arqueupos tienen también as ama as «ideas elernemales» del etnólogo y psicó-
análisis); está animada por los arg��. operantes desde el fondo 1 j \ lago _A. Bastian (] 826-1905), entendiendo por tales las formas fundamentales aná­

-
logas a las representaciones que el hombre ha expresado en todos los tiempos y
de la psique, con su energía creadora ele lo espiritual, y que en todas las culturas como generadas «a riartir de sí mismo,..
principio no son perceptibles. Así por ejemplo, el.JDitg., del héroe .., JUNG: Psychologische Typen, pág. 571.
solar es la «traducción», espontáneamente realizida por la psique, " Entendemos por •proyecci6n el hecho de: transferir inconsciente y auto­
� máticamente un contenido psíquico a un objeto, apareciendo entonces dicho
contenido como cualidad de este último. Todo cuanto es inconsciente en el
4
JUNG: Seelenprobleme, pág. 166. hombre es proyectado por él sobre un objeto situado fuera de su Yo, por lo
" JUNG: Von den Wun.eln des Bewusstseins, II, pág. 64. que el proceso de la proyección corresponde a la vida natural de la psique y,
"' J. }ACOBI: «Der Beitrag Jungs zur Psychologie des Kindes» (Der P:rycho­ en último término, a la condición humana.
loge. Schwarzenburg-Bern. 1950. Tomo II, Heft 718). " JUNG: Das gottliche Kind (El niño divino), pág. 117.
,2 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO
• ARQUETIPO 53

«11rquetipo» por los vocablos griegos que le componen, permite .ad-. asumiendo por lo que se refiere al primero· que «trasciende» del
vert ir sllll rasgos esenciales: . «El primer vocablo -4rche- significa· ámbito psíquico, siendo inasequible en cuanto a su esencia y tan
comien:r.d, origen, motivo fundamental, principio, mas expresa tam- sólo «psicoide», existiendo, Pl!-es, antes de toda experiencia consciente,
.\. bién /ugdr de un jefe, soberanía y gobierno (así pues, una especie de
.domina11te»); el segundo vocablo _:_tipo-- significa plasmaci6n, el
al igu al que la idea plat6nica, debiéndose entender las notas de
� «transcendencia» y «eternidad» no como conceptos metafísicos, sino
1 I ¡ empíricamente, como «más allá de la consciencia». Si la «idea» apa­
·r'
I
acuñado de las monedas..., forma, imagen, copia, modelo, ordenación
y norma,,.; en sentido más moderno, transferido, muestra o modelo, rece, en cambio, dentro de las categorías de espacio y tiempo, dentro
forma /t1ndamental, forma primordial (que se halla en la base de de la esfera de lo creado --en la psique consciente--, en forma de
na serie de individuos humanos, animales o vegetales similares)»�. un eidolon, de una imagen en ésta, como en el «arquetipo perfecti­
a impronta, el «troquelado» por experiencias que se repiten cons­ ble», se aunan lo eterno (la idea) y lo temporal-material (modo de
tantemente de un modo típico se halla contenida en estos conceptos, aparición); es decjr:. queda expresada una bipolaridad, una antinomia.
asf como la alusfón a las <5fuerzas ·y tendencias» que dan empírica­ En este sentido cabe afirmar, con Jung, que las ideas plat6nicas
mente lugar a la repeticióñ de las ·mismas experiencias y configura­ «eternas, mantenidas en un lu ar su raceleste» son la im ronta me;:
ciones. Ponen de manifiesto que «en el reino auténticamente pro­ s6 1ca e os ar ueti os sicológicos 55• El arquetipo presupone la
teico de la psique existe de hecho un principio configurador, fun­ cu a e viviente a a de clari ad, propia de la idea. Es «un
ciones dominantes -los «arquetipos» precisamente-'--, y que en tales organismo viviente, dotado de capacidad generadora» 56._
dominios se puede hablar de la efectividad de algo informe y confi­ Li psique proporciona sin interrupción, en los arquetipos, aque­
gurador, sobre algo que actúa a distintos niveles» 51• llas configuraciones y formas que, en último término, posibilitan el
conocimiento. No existe ninguna idea o concepción esenciales que
: ·no se hallen basadas en formas primordiales arquetípicas. Formas
Arquetipo e idea platónica primordiales que se constituyeron en una época en la que la cons­
ciencia no pensaba aún, sino que percibía, ya que el pensamiento
Es evidente una cierta relación con el concepto platónico de era todavía esencialmente revelación; en la que no era algo inven­
«idea», mas tan sólo en parte, ya que los arquetipos «representan la ·¡ ¡ � tado, sino impuesto por una necesidad interior; o bien convincente
idea latónica sobre una base em írica» 52• Ambos suponen algo dota- por su efectividad directa e inmediata 57• Así, los arquetipos no soñ
ar de forma, «p asma or», «contemplado», mas las ideas platónicas, sino !ormas típicas del captar y del con�emplar, del viv:n�iar y del l
contrariamente al arquetipo, implican «la propiedad de la inmodifi­ reaccionar, de los modos de comportam1ento y del sufrim1ento, ré-
cabilidad» 53 y han de entenderse por tanto como formas eternas y licas de la vida misma «que se complace en generar formas, desha
transcendentales, existentes con anterioridad a toda experiencia. Aquí -�erlas y en producirlas de nuevo con el antiguo sello con el que las�
se pueden establecer fácilmente relaciones con respecto a la diferen­ marca: así en lo material, como en lo psíquico y lo espiritual» 58•.
ciación que establece Jung entre el �quetipo per se» (no pe�cep­
_
t1ble) y el arquetipo convertido ya 1en perceptible, «representado» 54,
Los arquetipos no son imágenes heredadas
"' Segu!mos aquí las magistrales formulaciones de. Paul Schmitt en su estudio
" Archetye.:sches béi Augustin und Goethe» (Lo arquetípico en San A gustín y
\ La comparaci6n, a la que con frecuenda se apela, con el eidos
� oet, eJ, en eluciroriomenaje"Eñmósir Jung en su 70 aniversario, Zurich,
n
plat6nico, así como la distinci6n, hasta ahora descuidada, entre el
1 pags. 98 y ss.
94J,
: P. SCHMITT, Archetypisches, pág. 114. «arquetipo en sí», n0 perceptible, y el arquetipo perceptible,_ «repre•
]UNG: «Über .den Archetypus .. (Zentralblatt für Psychotherapie, 1936,
�? 9, cuaderno V pág. 264). " ]UNG: Ibíd., pág. 545.
� · .u P. SCHMITT: Árchetypisches, pág. 99. · - s. ]UNG: Psychologische Typen, pág. 574.
.]UNG:«Theoretische überlegungen zum Wesen des Psychischen» (en Von j 1 \ 57
JUNG: Von den Wurzeln des Bewusstseins, II, pág. 45.
d i:n Wun:eln des Bewussteins, VII), pág.
576. " P. ScHMITT: Archetypisches, pág, 99.
(°"'
• 1

(�,
55
54 COMPLEJO, ARQÚET°IPO Y SIMBOLO
ARQUETIPO
()
sentado», que se ha hecho manifiesto en el ámbito psíquico, ha dado «sistema axial potencial» y están, en cierto modo, preformados en .,
(Y
fo inconsciente --como _ un invisible retículo de cristal que se en­ ()
.

lugar a que los arquetipos, por así decir sean considerados como
cuentra aún en la solución madre-, sin que posean existencia mate­
� «imágenes_ conclusa�», heredadas, lo cual ha dado lugar a numero.sos
/ l ¡I malentendidos y a rnnecesa rias polémicas. rial, a modo de «éternels incrées» (como los denomina Jung, siguien­ ()
Se ha afirmad9, desde múltiples· puntos de vista que, con arreglo do a Bergson) yque han de recíbir consolidación, iluminación y «ro-
, pa je» por parte de la consciencia, a fin de aparecer como «realidad (_j
a_l a ctua l estado de las ciencia s naturales, queda excluida la posibi­
lidad·� herencia de cualidades o recuerdos adquiridos. En ello se / ma terial», como «imagen», para poder ser «dados a luz». Aun cuando (;j
encontramos los i
rquet_ pos «en nqsotros mismos» (como, por ejem­
h
. a dejado corrientemente de captar que los arquetipos, en el sentido
(_¿;
plo, en eCsüeño),. e� cuanto somos conscientes de ellos_pertenecen
a a

de Jung, _su.Ponen una condición _ estructural de la psique; que dada C.J


al mundo �tert9r ..v1sible,ya _que su modo ·¿e aparición ha tomado
una determmad� const:lacrón (de :°ªturaleza interior y exterior), es
capaz de produc1: las mismas «configuraciones», lo cu'al no tiene nada
que ver, en realidad, con la herencia de imágenes determinadas. No
ae�no-· �..:::ndo exterior la materia de la que se «revisten». «El
arquetipo es,-por · así ·decir, -urla presencia �eterna», dice Jung ,
60 I' CJ
se ha qu�rido, ni se quiere entender_ frecuentemente, que estas «imá­
.
y tan sólo depende de la correspondient�-constelaci�n hasta qué l
_ punto es percibido o no por la consciencia .
61
CJ­
CJ
genes primord��es»; �ue por otra parte tampoco se parecen sino en ( h·-··
.su esquema ba sico, en SU-P-.ª.trón_b�k.QL están fundamentadas sobre
El «arquetipo en sí»
es iiíi-factor ·invisible, una disp<:\�ioóo
que_·�omienza a actÜar-é11 �n determinado .momento del desarrollo iioil
_un principio for@._� ue siern re se encuentra en el interior de­
del espírfrü-·hüi::nano ordenando· el material consciente para formar (�--
la psique; tan sólo son «heredadas» en el sentido de que a estruc­
determina das figuras.
tu� �.:_ la p��qu�,...taj __COIJlO_ es, r�pr�-5:�ta la herencia nurnana ge:iierái (�
- .
�t�-�......5..í la -��acidad de manifestarse en determinadas torñi°�s .
--- ( :,.
reducir a una siro le fórmula'.
espe:=1f:�as. Es posible q_ue, por ejemplo, los habitantes deotro-·p1a: -
'�

��_t�__:-:e.1: �s?. de que _existan criaturas.. así=-poséárí-uñá ·psique dis-


�-◄
( .. :\
tlnta de la nuestra y_ cuya estnICt_ll_!'a . resentaría=asirriismo.-fomias · ·

�1
? pmn a es 1p1cas o arquetipos completamente distint�s.

Por ello hay que d�stacar especialmente que en los a rqu�tipos no (.::)
_(�---
. �-
, se trata de represen�aoones hered�das, sino de posibilidqd�s bere.da:: } ·
. es in a le, mas er:
das de represen�ac'.o�es. «Tan solo aparecen en el m.aterial....confi- _ §9...S.!L��EE�Y.��t"? ...?., P.!f!P°. ...�:1:.:.?.�����3:1>� __ _ y ��� .
1 (:::J
1 modo _de manifesta ción se transform etern mente. Con· (].
/;fl ._!.urado, como pr1nc1p1os reguladores de su formación» 59• Son dispo-1 cuanto a su
pasib_iµ4 ad
a
�- ; s1it
a

sit1vos, vías preestablecidas, lechos de ríos en los que el agua de


_
·ello"se ·-es aó1ece·"mrri15ien·-é1í;;I�;�q�
t t
·Umrré · ae ·si{•
h rse en ningú
CJ"
la vida ha excavado un hondo ca uce. Estas «excavaciones» constitu­ de interpreta�ió� Y definición. Pues �no hay ;iue � ?\ (
, ser finalme nte e:xph ·,.J .
mdmento la ilus1on de que un arquetipo podna
a

yen al mismo tiempo aquella red psíquica, con sus «puntos noda les», � J
cado y con ello, liquid�do. In;luso la mejor tentativa de expli�ción ¡ (_.)
qu� hemos at:ibuido al prin�ipio de es ta ??ra � la estructura com- h ( _
_ -
�o ,es s1no 63una rraducaón, mas o menos lograda , a otro lengua¡e en J (,)
) ple¡a de la psique, con sus nucleos de szgmfzcaczon. Hemos de consi- r _
.
unagenes» . ·
derarlos como _l?�. ocul:os ordenadores de las representarums:.s.;......s':°-f ()
_
�quella «pauta primordial» so r amenta la ordenación¡
�tnvmble de la psique inconsciente, cuya indomable energía ���tkne ()
con vida, durante el constante-cranscurso de los milenios, a los co�_­
'° JUNG: Psychologie und Alchemie, 2.• ed., Zurich, 1952, pág. 305.
'1 Se entiende aquí por constelación aquella situaci6n de la consciencia con (J
tenidos de lo i�consciente me��nte «configuración y transformación 11 C..,.)
_
la que lo inconsciente se halla en una relacii5n compensatoria, lo cual se mani­
, " del eterno sentido de eterna 01versidad» (Goethe). Constituyen un
fiesta en la dis@a,uci6n de la energía psíquica y en una correspondiente carga
del arquetipo afectado y -1<evocado» por el problema actual.
<2 JuNG: Zur Psychologie des Kind-Archetypus, pág. 142.
C.j
C.};
¿·-R.-:
" JuNG: Seelenprobleme, pág. 68. 63
Ibíd., pág. 117.
56 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO ARQUETIPO 57
' .
Arquetipo y Gestalt asumir, en cuanto a su modo de aparición, materiales de los más
diversos sectores, conservando siempre, no obstante, su identidad de
Como forma heredada, no caracterizada en princ1p10 por ningún sentido: podrá aparecer en forma de puénte, de arco iris, de pórtico,
género de contenidos específicos, el arquetipo permite establecer un de desfiladero, de compromiso, de arco de unión, manteniendo siem­
puente con la teoría de la Gestalt, ya que puede decirse que aquello pre un significado idéntico o al menos fundamentalmente similar y,
que «es heredado» es precisamente 1a Gestalt: es decir: la capacidad sin embargo, representará, aisladamente considerado, un determinado
•/ · de la psique de vivenciar Gestalten y de crearlas, tanto en sentido aspecto especial de dicho significado.
verbal, como en el sentido literal de totalidad 64• Evidentemente, la Gesta/.t, dentro de la · concepción psicológica'
Los rasgos de la Gestalt 65, tal como fueron expuestos por� que lleva su nombre, supone algo puramente formal; falta en ella, I
)�
von Ehrenfels (1859-1932), el fundador de la psicología de la Gestalt, en gran medida, la plenitud de sentido que es un elemento cons�
·-p� analogías. Estos rasgos son los siguientes: �tivo del arquetipo. Pues «s.git�, en la psicología de la Gestalt,
a) las gestalten contiene!} más que 1a mera suma de s_us elementos; . · significa «ordenación interna configurativa» 68, y ha de entenderse
'li)_Jas gestalten consérvan su carácter de tales y sus· propiedades, la frase en sentido tan sólo formal, como la �pauta primordial» y no
incluso cuando se modifican de cierto modo sus fundamentos. Se como algo dotado de contenido, tal como puede ser expresado en
trata, pues, de «totalidades» (al igual que los arquetipos), que no imágenes cargadas de valor por la correspondiente carga emocional
·' -
se pueden definir, sino tan sólo «circunscribir» o «transferir», o en el arquetipo. En cambio, el «carácter de totalidad» y Ja «transpo­
bien vivenciar. �<Totalidad significa estructura cerrada y dotada de nibilidad1> corresponden al imprescindible fundamento esencial, tanto
sentido» 66• Como tales totalidades se pó.eden, sin embargo, trans­ del arquetipo como de la gestalt. «Las gesta/.ten son totalidades cuyo
tocar y variar, y aquello que permanece entonces invariable y reco­ comportamiento no está determinado por el de sus elementos, sino
nocible es -la invariante, la gestalt propiamente dicha 67• Así, una por la naturaleza interna de la totalidad1> (Wertheimer); y con res­
sencilla melodía, sea cual fuere el tono en el que . es interpretada, pecto a lo cual hemos de subrayar que las «gesta/ten excelentes»
no pierde jamás su gestalt fundamental y, aquel que está familiarizado (aquell�s ·dotadas de pregnancia), al igual que los arquetipos, no exis­
con ella., 1a reconoce al escucharla por muy complicadas que sean las ten ya en sí acabadas o conclusas, al modo de las ideas platónicas;
variaciones a las que se la someta. Asimismo, el plano esquemático surgen como resultados necesarios de normas de ordenación en ellas
en forma de cruz de una iglesia puede corresponder a un templo inmanentes y a partir del mutuo juego de las fuerzas psíquicas ffJ
de muy distintos estilos -románico, gótico, barroco, moderno-­
sin que pierda por ello su patrón básico en forma de cruz. Y del
mismo modo, un arquetipo -supongamos, por ejemplo, que expresa Jerarquía de los arquetipos
. el «e�tablecimiento de- una relación» entre dos « territorios»--- podrá
Todo �etipo es capaz de des3.rrollu diferenciación infinitos;
" Véase también J. JACOBI: Die Psychologie van C. G. Jung, II ed., Zurich, al igual que ':!..1! árggJ..j�_EJúltipkll-.!:���?s puede generar nuevos
1949, pág. 85.
., Una excelente exposición de la Gestaftpsychologie es la realiiada por David brotes, flores y frutos. Es ociosa la pregunta acerca de cuántas formas
Katz en la obra del mismo título (Basilea, 1944). primordiales o arquetipos existen; en último ténnino, quedan redu- --
" En relación con esto remito al interesante trabajo, rico en conclusiones ciclos a las posibilidades de vivencias básicas típicas o, quién sabe,
Y que muestra nuevas vías de conexión, de K. W. Bash sobre «Gestalt, Symbol
und Archetypus» (Gestalt, símbolo y arquetipo) (Schw. Zeitschrift für Prycho­ \\ quizás tan sólo a la unidad de dos contrarios fundamentales, tales �
logie, 1946, tomo V, cuaderno 2, págs. 127-138). como claro-oscuro, ci�lo-tierra, etc., sobre los cuales se basa la Cre2-
' K. Lorenz hace observar que las «imágenes recordadas adquiridas• -y ya
1

q�e sus rasgos aislados son de «una cualidad inconfundible»-, no son transpo­ ción misma. .
�tble�, en contraposición con los «esquemas congénitos». · Si tomamos en consí­
:ración ciertas analogías que existen entre el concepto de «esquemas congé­ 61
D. KÁTz: Gestaitpsychologie, pág. 83.
dtos» . Y la doctrina de Jung acerca de los arquetipos, no podemos dejar de K. W. BASH: «Gestalt, Symbol und Archetypus:.- (Schw. Zeitschrift für
69

a Vertir determinadas semejanzas de ambas con la teoría de •la Gestait. Psychologie, 1946, tomo V, pág. 137).
58 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO
ARQUETIPO 59
�moto más profuudo_s_ea__eLe2t_!:ato de 19.. in_consciente del q�e manifiestan de un modo (es decir, «se ,!!Y!§J:em�)._qqe_esJ::u:.Qg_<:_��c�6-�
surge el arg_ueripo.,_tant:o._máS2.obrio:...s�_u\ su esquema__há!\_i!:;o,_ tantas
"iooivi:clual, témporo:::i-:spac1al de la estructura primordial. Aparecen
.-más pos ibilidades se hallarán encerradas en él y tanto mayor será la como «hijos» en el seno de la «familia primordial», como en las men­
multiplicidad de significados. Como ilustración podemos apelar a las cionadas genealogías de dioses, y poseen así aspectos extremadamente
genealogías de los dioses: «La esencia de una divinidad se despliega múltiples y variados . Las necesidades primordiale s, que permanecen
en su descendencia. Cuanto más elevadas, cuanto más tempranamente siempre idénticas, y vivencias básicas, eternamente repetidas, de la
se hallen las figuras divinas generadoras dentr_o del sistema de l_a
humanidad, proporcionan la inconmovible sus tancia de los arquetipos
genealogía, tanto mayor será la abundancia de esencialidades eh· ellas y crean al mismo tiempo aquellas «tensiones de campo» dentro de
implicadas y tanto más múltiplemehte dotadas de significados se ·1a psique gracias a las cuales se manifiestan de nuevo en las más
las concebirá. Y al igual que en un s istema lógico, el concepto supe­ diversas variaciones y los más distintos ropajes 71•
rior permane ce cualitativamente inmcidificado y cuantitativamente no
Así como los cristales éstán basados en leyes fundamentales rela-
aminorado, incluso tras haberse desarrollado a partir de él multitud
\ tivam en:e senc�a�, también lo� arq�eti�os muestran dete.:;minad �s
de conceptos secundarios, lo mismo conservan las esencialidades pa­ _ . . s-
peculiandades basteas que permiten d1stnbu1rles en grupos . «Exi
re ntales su inmodificacla mt:dtiplicidad de ser y es encia, aun cuando
ten � �-�=��!;!es y E���!��-�3.�-Jiwir!s, q�e �te�-
se hayan desprendido de ellas s us modificaciones aisladas, en forma
r .. con mayor frecuencia y con un correspondiente sentido. Por ello
de sus hijos» 70•
utilizo también el concepto de motivo a fin de designar a estas tePf::.
Así, pues, y si se quiere proceder de un modo más diferenciado,
_ ticiones» 73, dice Jung. En l�� motivos típicos de lo inconsciente
se podría distinguir dentro del-�º d:�<:.: a���- una deter­
colectivo se trata de algo esencialmente análogo a lo que sucede en
minada secuencia de �s, designando a aquellos arquetipos que no cuanto a las similitudes funcionales dentro del reino vegetal • o del .
resultan ya reducibles y que re presentan a modo de los «progenitores
reino animal. «Son formas e xistentes a priori, �.tpQ!_O_rg_�s o�º!:"
primordiales», como ��os..<�,P!irnari?s», CU):'O _despli�gue, o ��en
mas biológic:as "de actÍVÍclaclpsíquiCa» 74• Los arquet_ipos, sin embargo,
sus «hijos», se rían arquetipos «secundarios» y cuyos «metas» ser1�,n
� constituyen · tan sólo la «pauta primordi°aI» con respecto a per�
los arquetipos «terdari?s»;'ñasta llegar a áquellos que en cuanto a su
sonificaciones de aspectos parciales de la psique y con ello, para
extremadarñeñi:e Complicado modo de aparición se hallan más pró­
figuras de toda índole, sino que pueden representar asimismo el
ximos al ámbito conocido. de nuestra consciencia y poseen así, al «esquema básico» de correlaciones y leyes abst_ractás 75•
mismo tiempo, el menor grado de ple nitud de s entido y de numi­
nosidad o bien de carga energética. Tal secuencia de niveles podrían
constituirla, por ejemplo, aque llos_ arquetipos que ponen de mani­ .. 71 La propuesta de E. ScHNEIDER en su trabajo «Zur �sycholo�ie. des Unbe­
wussten (Schweiz. Zeit. f. Psychologie, 1952, tomo IX, num. 2, pag. 104 y ss.)
fiesto las peculiaridades erimordiales .. típica�__d!! toda la i._�milia i de incluir también a los arquetipós entre las .tres clases de rasgos. que la c�rac­
humana, del _5..e�HJ�.T�� ex clusi�am . e nte, de la �ª ' clel
\ terología atribuye habitualmente a la persona (generales, es decir:_ col�nvos,
- tfpicos, es decir: de grupo, e individuales) parece apuntar en esta d1recc16n.
1 eüro¡i�9. ..,__ 9.el. ho��:.:--�9E,_dicoz}. e�.§�.9, del ��1:___?_: B a�d_<': la
- 72 JUNG: Seelenprobleme, pág. 126.
taiñilia Müller, etc. Pues es mcliscut1ble que ¡unto a íos arquetipos
73 ]UNG: «Zum psychologischen Aspekt der. Korefi?U�� (Sob�e el aspecto
que corresponden a toda la humanidad o al europeo, un ciudadan? psicológico de la figura de Koré), en JUNG-K.ERENYI; Ezn�uhrung m das Wesen
_
de Basilea vivenciará también aquellos que son e xclusivamente típi- der Mythologie (Introducción a la esencia de la 11lltolog1a), Amsterdam, 1941,
cos para el natural de dicha ciudad, debiendo ser considerados en­ pág. 218. _,,,...--
1' Ibíd., pág. 218.
tonces estos últimos como variaciones de los primeros, que están 1' Véase a este respecto: W. PAULIS, «Der Einfluss archetypischer Vorstellu1;­
dados ya en la estructura primordial, pero que marcados por la gen auf die Bildung naturwissenschaftlicher Theorien bei Kepler» (Influenaa
i(correspondie nte época y la correspondiente constelación a� de representaciones arquetípicas en la formación �e teorías <:ientífic0-naturales
en Klepler) (en Naturerkliirung und Psyche, estudios del Instituto C. G. Jung,
P. PHILIPPSON: Untersuchungen über den griechischen Mythos (Investiga�
70 Zurich, tomo IV, 1952, II parte), 9.onde alude a �3-5; ideas de �epler e!1 cu:int�
dones sobre el mito griego), Zurich, 1944, pág. 14. a las rdaciones entre las representaciones de la Tr1rudad y la tndimens1onalidad
del espacio.
Jr,;---
.1 -·-'

}<,.._
COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO ARQUETIPO 61
f,-.\
' • 1
60
J.>··:, ' «La a arici �:._ · es íritu indica, sin más, que es condiciones psíquicas fundamentales y operantes, posee una amplitud

1
de natur eza ��;!gira. qu enomeno al que designamos inconmensurable y una insondable profundidad: es el equivalente
_
\..:�.;� . ,\

com�éspíriru" seoásasobre la existencia de una imagen pri­ interior de la creación; desde el primer día de su ser y su deven1r,
f:o:,' )
mordial autónoma, que se halla preconscientemente resente un cosmos interior· de idéntica infinitud a la del exterior. La idea,
en la disposición de la psique humaña, e un modo univers .» muy corriente, d ue lo inconsciente colectivo es �n «estrato psí­ 1
,.::i�)

ter) quico» situado ( aio a consciencia es, or .tanto, tan infundamenta a,


Aun cuando se opina que una ��J!f.!9.!1...9.�l.S�.P..Y:!Ul, como Como 1n uctora.aerro� há,bito,_tan genera ente extendido, sobre
puedan ser ·las apariciones, no es otra cosa sino· una alucinación,
f,y;,-)
f\,'-;· todo en personas con formación filosófica � teoló�ca, d� co�siderar
en ésta se trafa, ñéí-"'�te, de un acontecer g�.iwss��áneo, a lo inconsciente, sin más, como algo negativo, suc10 o bien uunoral
t7:·- ) no sometido a nuestra voluntad. Erf�éüaI.qüier caso, se trata ctetiñ
'•' ,

y relegarle por ello a la región más pr?f� nd� dentro 1e la e�fera


......,_

,
-�9-I!1.E�.º-��!2B-\:?-!E._.9». También el hecho d � que la psique de todo de la psique, procede de la deficiente distmc1on ent�; mconsci�nt�
individuó se desarrolle en el curso. de la vida ·de un · modo natural .
personal e inconsciente colectivo, considerando tamb1en a est� últi­
�--,-)
'i!t.;:...

t;J;-1 para constituir una totalidad que incluye en sí los diversos compo­
mo en alusión a la teoría de Freud, como un puro «almacen de
nentes -tales como el yo, lo inconsciente, la persona, la sombra,
l:C:-1 rep�esiones». Lo inconsciente colectivo no es, sin embargo, el con­
etcétera-, es un acontecer arquetípico. Pues la cristalización� dife­
tenido de la experiencia, sino la correspondencia a ella o bien al
12-) renciada, de un yo más o menos sólidamente estructurado es un
mundo en general. El hecho de que lo inconsciente colectivo sea
proceso de desarrollo común a toda la especie humana y que la carac­
¡cy- ) de- naturaleza completamente distinta, incluyendo en sí diversos
teriza. Es algo propio de la esencia de la psique que va dirigido hacia
ct¡mtenidos correspondientes a la experiencia psíquic� de la hum�­
un fin, que es en sí portador, al igual que una semilla, de la disposi­
rudad -tanto los más valiosos como los menos valiosos, los mas
w,::�!
l!'l, ("",r,�)

ción a la maduración plena y que realiza esta disposición en forma de


�Q1··, bellos y los más feos--, es dejado de ver; así como que lo i�cons­
p<o=os arquetfpkos.J,;;í. d proce,o de individualización, d des _
�-, pote_ru:ialrneore dado..aLhombre..hacia.JJna..p_erumalid�e �
: ciente colectivo es por completo «neutral» en cualquier sentido y
que sus contenidos tan sólo adquieren sus det:rm�aciones de valor
� uetípico y se halla contenido, en germen, en toda psi ue, ya se le
y lugar mediante la confrontación con la consc1enc1a.
ctu ce o nci. Y ya que to a v1 a ps1qmca se undamenta eñ
Este carácter «neutral» de lo inconsciente _colectivo ha dado
"'iTI'timo término en arquetipos y no cabe hablar tan sólo de arque-
tipos, sino asimismo de situaciones, vivencias, actos, sentimientos y también lugar a que Jung lo designe como «objetivo» y haya creado,
conocimientos arquetípicos, el concepto quedaría despojado de toda muy exactamente, para lo inconsciente coÍectivo, el término de lo
�<psíquico objetivo» como contraposición con la consciencia, que
su plenitud de sentido y de sus referencias por cualquier limitación y
reducción que se le pretendiese imponer. Nuestro juicio intelectual adopta siempre u_ñ;' posición subjetiva, guiada por la elección y · la ·
busca siempre, naturalmente, fijar la significación definida del arque­ actitud personal, y que ha de adoptarla si no está arrastrada por
tipo y deja así de lado lo esencial, pues aquello que. podemos com� corrientes inconscientes. Pues a través de lo inconsciente colectivo
probar es lo propio de su naturaleza, es su pluralidad de signifi- (mediante los arquetipos) habla la voz no adulterada de la natur :...
cados n .
1 leza, mas a e ¡uicio establecido por la consciencia sin es_tar
íñI Ul o por os man amiento�_�prohil:,_iciones_c!_el medio am­
blente, cu a repercusión se m;nífiesta en el material corres ndie�
Sobre lo_ inconsciente colectivo a o inconsciente person ' . Una determinación topográfica, o

Lo inconsciente colectivo como suelo nutricio suprapersonal,


0

tipos de lo inconsciente colectivo), en Von den Wun:eln des Bewusstseins, I,


como la ilimitada suma, acumulada durante millones de años, de
pág. 52.
71
. "dera a: l'? m
Un malentendido no menos lamentable -es d que cons1 · c_on�a·::1�� ·
}UNG: Symbolík des Gastes, pág. 13.
71 colectivo como fuente ori inal de la energ1a si wca, de !a,díbid07!ldifer� '
77 }UNG: ciada», gue es confundida con recuenaa con ogo concepto ans o eli�
über die Arcbetypen des kollektiven Unbewussteil (Sobre los arque- Y, por tanto, con un concep!O_f!let#fis1cq'. _A;quJ.��de _qutt:arerpmmrae
-,-� -�···

. .)) )
62 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO ARQUETIPO 63
bien una diferenciación entre estratos «superiores» e «inferiores»
__ ___________
.· clones subliminales, las cuales dependen de la relatividad
------ tém­
sería quizás de algún modo aplicable con respecto a lo «inconsciente �aicleTo inconsciente.» .
personal», como recipiente de contenidos reprimidos intra vitam, ;;;_ .:...
íntimamente vinculados con la vida pulsional. Más en modo alguno

\ v;
Y Jung precisa aún más: «Hemos de habituarnos a la idea de
se puede afirmar con respecto a lo inconsciente colectivo que no se 1 \ que la consciencia no es un "aquí" y lo inconsciente un "allí". La
le pueda representar como situado sobre, en torno, bajo y junto a f,
·t. - · ·totalidad
·· . --··--·-···· . •
-.

= ·
81
psique es más bien una consciente-inconscientell..

-
'. 1
la consciencia, suponiendo siempre que este concepto heurístico sea
en general susceptible de «representación».
Arquetipo y sincronicidad
«Según mis experiencias --dice Jung-, la consciencia tan
sólo pu,ede ocupar una relativa p_osic�ón media _y ha de tolerar Los acontecimientos que son designados; según los casos, como
que, erL.cierto modo,73 psTc¡ti �!!SQ_n�a reba�__y__ r� «milagro» o como «casualidad», la simultaneidad, experimen_�-�9�­
por todas partes, EstátITUcta, hacia atras, m� contenidos como plena de sentido, de percepcionés internas ( tales como intuido-
ne;:; v1s10nes, suenos, etc;. ,..,,_."'i.'con
"'·'""'"··acontec1m1entos
·•"''•··•·"·,,,,...""""�. -·•''f'•·····exteriores,
.-,.-.-. -.,_ ··"··" _, -·-··sm
··-· •�.1m-
"'"

mconsc1eñtescon condiciones fisiológicas, por una parte, y con


-. 'r-All_,w.-..,......,,�,;�.,...:0,.•1:':"T'!.h.C.)-.¡-:=,,_,!J�,�!!":.'"•'l."\\";:,c.;,._!l•¡.¡¡,,;,,,:,.�;,?!l"";.•">-,.-•�•-••l-�l.-,•-·· •·• ••;_··•-··•·•••'••;·: -•·:••· .....

:::;::u.,..-��-.,�--..,.,,,..,,~,.._, _,..,., -- '


p2:emisas at�e!í_picas, por otra. Mas también se halla antici­ portar que correspondan ai presente, a f pasaao o fu. tur.Q ,_::;-ast ál

pada, hacia adelante, por intuiciones, que a su vez se hallan todos aqüellos�fenoiñénot·qüe-qüeclañ...engl�bad-;·s 'eri. ¡;··J�;ignación
�terrii11'ratlas, en �e, por arquet�, y en parte por � común de telepatía__:_ 82, no corresponden ya tan sólo a la mencio­
._,
nada «situación media» de la consciencia, sino que todos ellos son
partida de las constantes y erróneas objeciones en contra de las afirmaciones manifestaciones de aquel «territorio. marginal» en el que entran en
de Jung, realizadas sobre una base empírica, en cuanto a la representación de
la Divinidad dentro de la vida psíquica; objeciones que con tanta frecuencia contacto eni:;:;;---�,-;�t bf��-;;··-1;;1.;;Ic;n;· f�s · is°f�r:;il psíquicas 'lqn.s�
se le hacen desde la vertiente teológica. ciente e ª inconsciente; como. süeie 'suceder cuando desciende el um-
r--,,u,��"""•,._,...._,.,...,._.,,.,..,..�,•-'?cU.............,.¼.�-_.._,.._ ,.,. • _,. .. � ........ •

,. La tentativa de E. ScHNEIDER (Schweiz. Zeitsch. f Psychologie 1952


torno XI, "'2¡clesúst.1fü1r el' coiicep"to de «inconsciente �olectivo» po; el d�
oraf-de 1a·coñscí'eñéiíi"-y'"Jiay� úiia . cor¡�spoñdieni:e pe��tración" de ..
«inconsciente_ ins�. ""lCiiñ"''�e'��<pcrd�r-s1ruar · a - los ·arquetipos sobre un conte�idos inconscientes en el -ámbito de la conscieneiaa--Pueden-­
filñciaiñentclcaptií5le», fa!h! c1samente por el hecho de que el arquet.m<?
!fco mconsc1ente colectivo, es transce� ta' · ser vivenciados entonces simultáneamente, por así dec;ir, y darse a
per se, de cuya suma consta
___ consciencia y por ello no es «captable». Su existencia tan sókrprredécfeaücrrse -
conocer, al alcanzar la relatividad témpora-espacial y la acausalidad
!_..Pa@.r de la fenomenología colectiva, humana-general, no individual de la que reinan en lo inconsciente, al campo de la consciencia; dominando
_esi9E.e, �omcr·'SCfiíleiaer···íüstameiffeobseiva,«aéi:üáñf¡;-eñTo
corporal mediante constitución ·de configuraciones», así como «actuando, ascen­
también éste. Se trata de una concatenación de acontecimientos, bajo
diendo, a un nivel consciente y creando imágenes»; y desde luego, en el arque­ circunstancias· que no son de naturaleza ·causal, sino ·que exigen otro
principio explicativo 83 y ccimo · cuyo efec:to último ha:Y-éjüe.. considerar
t
tipo percep ible se expresan «factores ordenadores» que existen en lo incons­
ciente, mas esto no puede ser considerado solamente como «órgano corporal de
la constitución de formas y funciones, correspondiente al control somático». a los arquetipos.
Pues los arquetipos plasman en imágenes ideaciones situadas más allá de lo
corporal, hechos y factores metafísicos, símbolos, etc., que no pueden quedar
-.:¡.. 11
'° }UNG:
Psychologie und Alchemie, pág; 193.
Von den Wur:zeln des Bewusstseins,.VII, pág. 557.
abarcados por la expresión de «inconsciente instintivo». (Véase i1 este respecto, · }UNG:
JUNG: Von den Wur:zeln des Bewusstseins, VII). Por mucho que se defienda · 12
«Como demuestran los experimentos ESP (ESP = extra sensory percep­
Sch.p.eider contra el hecho de que se considere a sus afümaciones como una tion) de Rhine, en ellos un interés (emocional) o una fascinación van acompa­
«psicología biológica», su concepto de lo inconsciente instintivo se halla por ñados en cierta medida por fenómenos que tan sólo pueden ser explicados
completo adherido a lo biológico, aun cuando incluya a la .consciencia -y por una relatividad psíquica de tiempo, espacio y causalidad. Ya que el arque­
precisamente tan sólo a ella-- en esto último y no tenga en cuenta la «pene­ tipo posee por regla general numinosidad, puede ejercer aquella fascinación
tración»" de lo metafísico en. lo psíquico y, por tanto, su función formadora que va acompañada, por su parte, por fenómenos de sincronicidad. Estos
de ideas. Lo inconsciente colectivo es designado por Jung como psicoide, es consisten en una coincidencia, en cuanto a sentido, de dos o más hechos no
decir: como transcendente :i. la consciencia. Cuando se le designa como espi­ unidos causalmente entre sí, pero coincidentes en cuanto a significación.» (JUNG:
ritual, instintivo, etc., ·se establece una afirmación acerca de algo sobre lo cual, Aion, Zurich, 1951'; pág. 267).
precisamente por ser inconsciente, no se puede afirmar nada. Tan sólo se u JUNG: «Synchronizitat als ein Prinzip akausaler Zusammenhiinge» (La
pueden describir efectos que proceden de él. sincronicidad como _principio rector de conexiones acausales). (En: J::.studios
del Instituto C. G. Jung, tomo IV, 195]).
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64 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO C,fr-/4 6 - �\. G •

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Los estudio s e investigacio nes que J ung ha dedicado des�e hace arquetípica de lo inco nsciente colectivo y el arquetipo ; cuando se
tiempo a es to s fenómenos, le condujero n en lo s últimos años a hace perceptible a la consciencia ;<�s la /orll!.'!!J�!:J?JJ..Ocif?.lf!.J!!..�diante ,,� \¡
admitir un nuevo principio na tural que aparecía .baj o determinadas , 1 \ ..!!!!!!!.!P.!.EEÍ21!,J..�4f;,.Jq,J?..T:45.1!.�fiÓn J�sí. uica a _J(!!ística». Mediante su ·
t-�- ) circuns tancias psíquicas y que viene a agregarse, «como cuarto, a la e eva a carga energética, o bien mediante su efecto numino so , evoca

,
conocida triad,a constituida por el espacio, el tiempo y la causalidad».. en el que lo vivencia aquella reforzada emocio nalidad que cons tituye
y,;�
\_.·')
Designó a tal principio, en co ntrapo sición c o n el «sincronismo» la premisa para la aparición y la experiencia de fenómenos sincro­
..�.;. (simul taneidad), como «sincro nicidad» 84, en tendiendo por tal la nísticos 89, *. En este sentido, y junto a s1:1 función como factor for­
� "" )
t·-.:.,_; ¡; .�SQIDcideociª'---�!:t.�1. ti!!IP.Rq,.. Q�.. d.9 �_ ,,.q. Illáª-..g�gnt�Jmt�.1:1.�2.?•. �.9,.}:�fa:.,. mativo dentro de la psique individual, el arquetipo tiene también
l!92S..,J���¡¡meqte_ .9�. ·º,n. r¡:¡ o do .,causal, .y. que- po seen.,..un_, c;ogf\:!}ll�-�.•- la significación suplementaria de un «orden al cual se hallan .sorne- �
9!::,.J�pt;ido,jgwtl . o..semejan te» .y..que, es._tarobi�,n.pr:opia...de..,J:g_q��}��-. tidos tanto la psique del que reconoce, como lo reconocido mediante \
l n i lo t '
Q . la percepción» 90• Puede co nsiderársele como el ordenador de las
;�>!s::J_ :;:; ::�:;;�:::ib��-b!::···-�� ;��l� ��-������ ��;•t;��:' ·��- representaciones_ que o pera desde lo inco nsciente, como una especie
°?s�·:.:;;� os f�almente obligado s � ª?°:i tir que �xis� en lo incons- ;�
de <<re ador y organizador» 91• En comparación con nuestra vincu­
cien te algo ast como un saber apnor1st1co ; o me¡ or dicho, una «pre-f lación in ·vi ua tiempo , es atemporal e ilimitado.
·
sencta» de aco ntecimientos que carece de todo fundamento causal !t6 •�
y que se manifiesta percep tiblemente dada una co ns telación acle-"­ •¡

«Nuestra vida es idéntica a lo que era desde hace eternida- !


cuada». En relación co n ello , Jung abo rda el antiguo problema;
,•. des. En to do caso no es algo transitorio (en nuestro sentido),
iW/"

-.j '
a:l� jamás' resuelto de un mo do satisfactorio, del paralelismo psicofísico ya que los mismo s procesos fisiológicos y psicológicos que han
desdé un nuevo punto de vista e intenta otorgarle un sentido nuevo. sido durante centenares de millares de años propio s de hombre,
Afirma: se siguen sucediendo en la actualidad y proporcionan al senti­
miento interior la más pro funda noción acerca de una "eterna"
:> «La sincronicidad po see cualidades que posiblemente vengan co ntinuidad de lo viviente. Mas nuestro "sí mismo" como
en co nsideración para explicar el problema cuerpo-alma. Es compendio · ema viviente, no sólo contiene el
sobre todo el hecho represen tado po r la o rdenaci6n acausal; ·,2e stto y la suma de to da la vida vivida, sino que es asimismo
o mejo r dicho , por la o rdenación plena de sentido , el que po- �l punt o de part1dq�Lgi;:ay1do suelo nuJnc10 de-r<Jda-vida
dría arro jar· luz sobre el paralelismo psico físico .» ll7 futura, cuya premonición le es dada tan claramente al senti-

Pues physis½X_EIYSfle pueden co nsiderarse co mo dos aspecto s de " JUNG: Synchroni:r.itiit, pág. 21.
lo mismo , y· que se hallan ordenadas en un paralelismo pleno de * En el libro Pensamientos a través del espacio, publicado por Editorial
S udamericana en 1944, H ubert Wilkins y Harold M. Sherman refieren una
significación: están como «superpues tas», son «síncronas» y en cuan­ experiencia de comunicación telepática entre ambos, en ocasión de una peligrosa
to a su acción co njun ta no so n inteligibles, c o nsideradas tan sólo expedición al Artico realizada en avión por Wilkins en b usca de unos aviadores
111 rusos perdidos, en 1937, y cuyas incidencias fueron recogidas a diario por Sher­
desde lo causal. Esta «ordenació111 acausal» \ c o mo designa Jung a man, que permanecía en N ueva York. Acerca del papel de la vida emocional con
las circunstancias inconscien tes, no es o tra cosa que la es tructura resix::to a la comunicación telepátíca, Sherman �;111ª io sigu�ente: º «N uestros
experunentos demostraron concl uyentemente que 6 grado de 1ntens1dad de a1 1
reacción emotiva a la experiencia externa determina la intensidad de la fuerza
" «En la sincronicidad no se trata de una espec ulación filosófica, sino de mental proyectada. Todo lo que impresionaba a Wilkins fuertemente, llegaba a
un concepto empírico que postula un principio necesario para el conocimiento», mi consciencia con mayores facilidad y viveza.» (N. del T.)
ibíd., pág. 99.
"'W. PAULI: «Der •Einfluss archetypiscqer V;rstellungen auf die Bildung
r;;
u Ibíd., pág. 103.
Ibíd., pág. 33. naturwissenschaftlicher Theorien bei Kep/en, (La influencia de representaciones
-..., lbíd., pág. 91. arquetípicas sobre la formación de teorías cielltífico-naturales en Kepler. (En
" «En sentido estricto, la sincronícidad es tan sólo un caso especial de la 1'
/1
Estudios del Instituto C. G. Jung de. Zurich, tomo IV, 1952), pág. III.

\
. .-2!:f!E!_ac ,1<?,'!. f!_c!wsa l �e.1!��'1;LS9rres¡:xmdi�-��entidad de los proa::sos psfqÜÍ- 1 \ \ " Según Jung, esta· propiedad la posee en la más alta medida el arquetipo /
l • 1/
i 1 cos y f1s1cos ... ». bzd., pag. 104. del «centro psíquico»,: el «sf mismo».

Jb
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1 ;([,J _ ·
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66 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO ARQUETIPO


(
67 (
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_miento interno . co°:�. _e! __a_:iI?�!.º __hl_stó_ri_c<?..:.._4 _p_artir de estos Mas ya que dicho tipo es .ouminoso -posee una energía espe­ e,�
fundamentos s1colo lCOS surge justificadamente la ide.aae-íri­ cífica-, atrae a aquellos contenidos de la consciencia, repre­
mort sehtaciones conscientes, mediante las cuales se hace perceptible ((
y, con ello, apto para la consciencia. Cuando pasa a la cons­
Y por este motivo le corresponde al arquetipo, al igual que a ciencia es sentido como iluminación y revelación o bien como ((
todo lo psicológicamente vivo, la esencial cualidad de lo _}ip ar. ocurrencia salvadora.» ':rl

;"-:';� r
( {,
Pues también el arquetipo reúne en sí, «orientado hacia atrás y tacia

-
,_,_;Jl
delante», como en una cabeza de Jano, diversas posibilidades de lo Tan11sólo medi a· nte el en_cue�tro con la conscienci�, cuahdo cae ( (
que _ya ha sucedido y de lo que está por acontecer, en una totalidad
!/ - so 6 re e os 1a 1uz de 1a consaencia y se h acen «perceptl 6 1es», cuand o ( (· :_
plena de sentido. A partir de esta bipolaridad cabe entender también /� sus contorqos surgen cada vez más netamente de la oscuridad y se
;1j-../v· llenan de cont�i::üdo individual, reciben los arquetipos, con respecto �( (·, ·
s1:1 aspeqo <<�anador», como parte de su desarrollo psicológico previsor
y aprovecharlq. para el tratamiento analítico.
,· ·
·j A a nuestra consciencia, la cualidad . de lo discernible y la posibilidad
/ de ser captados, comprendidos, elaborados y asimilados por ella.>Un \.. (:.,
e
v_,d _ al o psíquico no puede devenir, naturalmente contenido de c� ( '-
. «Al igual que todos los arquetipos poseen un carácter posi- Eencia: no pue e ser representado, sino cuando posee representabi- ( �
tlvo,. �avorable y claro, que apunta hacia lo alto, presentan ¡
tamb1en un aspecto que apunta hacia ,?J.bajo, en parte negativo lidad, calJdad de imagen 98, siendo con ello abordable a la elal:xlra- ·
Y desfavorable, en parte meramente �tónico.» 93-94• «En lo in­ aón durante un análisis y pudiendo ser entonces traducido también ( '-�.
consciente no se hallan los arquetipos mutuamente aislados, a fórmula consciente. Este proceso resulta imprescindiblemente nece- ( (Jilll
sino en estado de contaminación, de completa interpenetración sario, ya que en los contenidos de lo inconsciente colectivo se trata
y fusión recíprocas» 95• Con frecuencia resulta casi imposible precisamente de «núcleos de si nificación cargados de energía», do- ( 'j
destacar a un arquetipo aislado a partir de la viviente trama de tados de poder mágico y fascinante y que, igu que oses que ( ;t,_ -
¡·•.:-:
significaciones de; la psique, mas a pesar .de su intercalación se
constituyen unidades intuitivamente captables.» 96•
desean ser propiciados, han. de ser «irrealizados», en cuanto a su
autonomía, medianté un cambio de nombre: 99 han de ser traducidos
e·:..
a un lenguaje mediato a fin de poder cumplir su significado con
respecto a la economía psicológica. Por ello dice Jung:
Arquetipo y consciencia

1
«La psicología traduce, por tanto, el arcaico lenguaje del
«Las modificaciones con las que _se tropieza el hombre no mito a un mitologema moderno, no reconocido l:lÚn como tal
son ·ae variedad y mülttphcidad tnf�r:utas, _smo_ que representan y que constituye un elementq del mito "ciencia". Esta actividad
aspectos de determinados tipos del acontecer_. El número de "utópica" es mito.viviente. y vivido y por ello satisfactoria para
.ta.les tipos es linutado. Sísurgeuñasiniación de necesidad, se personas dotadas del correspondiente temperamento, e incluso
constela en lo inconsciente un tipo correspondiente a la misma. curativa para ellas.» 100
/
n JUNG: Die Beziehungen zwischen dem Ich und dem Unbewussten (Las Si durante la labor analítica se logra tal traducción, las fuerzas
rdaciones entre d yo y lo inconsciente), II edici6n, Zurich, 1939, pág. 124.
1 1 . La biología moderna ha intentado explicarlo a partir de la «vida eterna» de la pulsionales que se encuentran en los contenidos inconscientes son
1 célula primordial. trasladadas a la consciencia y constituyen en ésta una nueva fuente
•J JUNG: Symbolik des Geistes, pág. 28. de energía 101• Con ello se religa nuevamente nuestro mundo cons-
94 Al tratar acerca de los complejos hemos reconocido ya como una cualid�d
esencial de la psique la estrÍ:lctura contradictoria y en contrapunto, que excluye
su completa captación desde u:n punto de vista puramente racional. n JUNG: Symbole der Wandlung (Símbolos de transformaci6n), págs. 507-508.
. " JUNG: über die Archetypen des kollektiven Unbewussten (Sobre los arque­
71
JUNG: Seelenprobleme, pág. 374. >
ttpos de lo inconsciente colectivo), Eranos Jahrbuch, Zurich, 1934, pág. 225. " JUNG: über psychische Energetik, pág. 133.
JUNG: Zur Psychologie des Kind-Archetypus (Sobre la psicología del ar­ 10J JUNG: Zur· Psychologie des Kind-Archetypus, pág. 143.
96

quetipo «niño»), pág. 142. 101


JUNG: über psychische Energetik, pág. 304.
: r'� \
--
',.:-r--,
)
{
68 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO
• ARQUETIPO 69
ciente personal con la experiencia ancestral de la humanidad; y «el
Dicha nueva forma de compensación conduce, a su vez, a una
hombre histórico, general en nosotros, da la mano al hombre indivi­
nueva distribución de la energía psíquica y a la correspondiente
dual que acaba de devenir tal» 102• Se abre de nuevo el acceso que
reordenación de la situación psíquica. Con respecto a tales casos,
estaba separado o sellado, a las raíces y las fuentes de nuestra vida
«hemos de seguir a la naturaleza como guía, y lo que el médico hace
psíquica. Así se explica el efecto salvador que puede tener para una 1 un tratamiento como desarrollar los gérmenes
psique enferma, ca�da fuera de su orden natural, el encuentro y con- . te» !OS
no es tanto aconsejar
frontación con los ·arquetipos. . .. .

creaaores existentes en el pacten

_.J

-,,,::-- El arquetipo aparece con frecuencia ante el sujeto como algo


.. Cuando. una persona se encuentra en situación psíquica muy grave )
inaparente, que apenas llam_a la atención, lo cual es válido tanto, con
y· al parecer sin salida, suelen producirse sueños arquetípicos que '
:r�-)
respecto a las figu ras del mundo exterior, como a las de mundo
1
f:·:,''
ponen de manifiesto una posibilidad .:le avance en la cual no se había (
r� interior. Y a pesar de ello, como formula acertadamente Jung,
' .·'

pensado. Tales situaciones son, en general, las que. co1:stelan con


gr'a# regularidad al arquetipo, si n� mediante los sueños, a través de
·-'

«está dotado de una fuerza determinante del destino L .. )• · �


!1l'J'-,_ .-­
i ·.
ert&entros y vivencias que remueven lo inconsciente. En tales casos, • · »Los arquetipos tienen esta peculiaridad en común con el
["·'•
. ..✓

-:�.. el psicoterapeuta, si es que entiende el lengu aje de lo inconsciente y mundo atómico, como se demuestra patentement� en nuestros
sabe utilizarlo, no podrá por menos de hallar una solución distinta _
días, en los que cuanto más profundamente avanza la experi­
llr..-:'
'-�·
al problema,. insoluble mediante la mera razón; solución a la que mentación del investigador en el mundo de lo sumamente pe-
apunta lo inconsciente del sujeto. queño· tanto mayores son las devastadoras energías, allí fijadas,
Si ..el paciente es captado mediante tal actitud, que s� encuentran. El hecho de que d: lo mínim? surjan los
.
máximos efectos no se ha puesto tan solo de manifiesto en el
<<Se despiertan las capas más profundas de lo inconsciente terreno de la física, sino también en el de la investig�ción psico-
-las· imágenes primordiales-, con lo que se encauza la trans­ . _
lógica. ·Cuán frecuente es que en los momentos crttlcos de la
formación de la personalidad. 103 El profano que no tiene posi­ ·· · ! » 106
vida. todo dependa de algo aparentemen te ms1gru f 1cante.
1

bilidad de observar el comportamiento de complejos autónomos - \,


• •

tiende generalmente, coincidiendo en ello con la mayoría, a


Por ello, según Jung, más pronto o más tarde se aproximarán
atribuir al medio ambiente el origen de los contenidos psíqui-
cos. Esta opinión está ciertamente justificada con respecto a entre sí de modo importante la física atómica y la psicología de lo
los contenidos de las representaciones de la consciencia. Mas, inconsciente; ya que ambas, independientemente, avanzan en un
aparte de ello, existen también reacciones e impulsos irracionales territorio transcendental: la primera con la representación del átomo
y la se gunda con la de1 arquetipo . ·
· 107
y emocionales correspondientes a una ordenación (arquetípica)
del matérial consciente y que parten de. lo inconsciente. Cuanto
más claramente surja el arquetipo, tanto más intensamente
operará su fascinación y, de modo correspondiente, se le for­ Un ejemplo onírico
mulará como "demoniaco" ( ...). Tal calificación significa el
hecho de estar "poseído" por l,ln arquetipo. Las representacio-
. Sirva el ggµ�<:.3E..�ÍÍ:.9 corno ilustración qu: haga comprender
nes subyacentes a la misma son forzosamente antropomorfas y
mejor el papel que puede desempeñar un arquetipo y el efecto que _
se diferencian del arquetipo ordenador, que en sí resulta invisi-
es capaz de ejercer. Corresponde a � medico francés d_e tremta
ble, ya que es inconsciente. Mas demuestran que un arquetipo
se ha tornado activo. La activación de un arquétipo se basa y cinco años muy �ionalista: internis�a qu�, por su capacidad _ para
probablemente sobre la modificación de la situación de la cons­ establecer brillantes dlagnósticos y la mtens1dad de s_u pensa�1ento
ciencia, que exige una nueva forma de compensación» 104• llegó a �reer que. era un médico destacado y que st los pacientes

'02 JUNG: Seelenprobleme, pág. 333.


1111 }UNG: Synchronizitat, pág. 25. ,., JUNG: Seelenprobleme, pág. 96.
'°' ]UNG: Symbolik des Geistes, pág. 377. '"' JUNG: Symbolik des Geistes, pág. 26.
11
17
JUNG: Aion, pág. 373.
(�
(\
ARQUETIPO 71 (�
70 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO
(�
V le atraviesa: el «arquetipo del espíritu». Cuando se deja, humilde­
. "-;/

Íru!nte, transir por el, la vertiente -.hasta entonces rigidificada-, ()


sanaban, era exclusivamente gracias a él, al ser su voluntad de inusi­
tado -Rode�ío. Debido a tal @aaoñ(re.su_J_o, dejaba por completo temeninamente emocional y enferma ·del durmiente se colma de
de ver que las dotes · creadoras -que poseyó en gran medida du­
nueva vida, se anima y vuela ligera, como antes lo hacían sus dotes
rante su ju�ban por completo coartadas y que
_, poéticas, que en el presente se hallaban paralizadas 108• Cuando el
t�1en �u p��o afectiv-9 se encontraba e�do y enfr.:rmQ. El -héroe (aquí <:!,_ durmiente) se encuentra en situación-�dese�.E�!:a_.d� y
� mscnbia, por tanto, en la �reccióE.._ e semejante situación
se

-
sin salida, y por motivos externos e mternos no pueaeire;;ar a cabo
�ateral de la conscie�cia mediante una impresionante corripensa­ la misión de «sanarse a sí mismo», surge, compensando tal impo­
aon de naturaleza arquetípica. tencia, el necesario conocimiento eri forma. de un pensamiento perso­
nificado 109 en 1�.ru:uanciano sabio>���?porci�s._qg.�2
«Estoy sentado sobre un banco de piedra en una cueva su¡;
.

(
terránea dd tamaño aproximado de una habitación. Detrás de . .
mí, �n posición algo más elevada y sentada sobre una mesa No prestar oído a la comunicación de un sueño así, o rechazarlo
de piedra, una s?l�mne fi gura de sace1:dote (especie de Sarastro como mero «fantasear» de un modo racionalista, no le resuJtará fácil
de La flauta magzca de Mozart) vestido con lf!l."gas vestiduras a nadie cuya conciencia posea aún una chispa de vida, -un resto ·de
capacidad para conmoverse. Se impone con toda su energía a la
�·
blancas. Permanece sentado directamente tras de mí inmóvil· 1\

tan sólo sus ojos muestran que se halla vivo. Yo es�oy inade� . consciencia, a fin de que tome conocimiento y posibilite la transfor-
cuadamente vestido con un pijama, ropa que no va en modo \ �ación de tal actitud. «Si es �o, si no����.9�id<?..�L��91:!�:
alguno de acuerdo con la caverna de piedra. Esta última tiene \ (/tipo qu� habE, a través de él, '-'aparece por detr,á�'.�,..';,rL�Y:--1:P.tt!-.thft!!
el techo y las paredes cubiertas de piedras preciosas, que res­ form, en su figura airada, como �--·�9.mb . 1:���ch�
pJandecen. Entra entonces una muchacha. Está pobremente ves­ � como Anticristo, en 1� como redentor. Así lo demuestra paten­
tida con ropas de enferma de hospital. Se encuentra en estado
catatónico y sin ofrecer resistencia al guna deja que yo la siente
temente la 1íistoria actual.» mi:--Yesto -�º es tirn - solo"
v·álido con
en el banco de piedra. Es absolutamente inabordable y ·no .respecto ·á la: .humanid;cr•-en general, sino para todos fos· divers_()_s ·
muestra reacción alguna. individuos de los· qué -consta. Todos aquéllos qrre tienen «la mejor
»Comienzo a hablarle t:n voz baja y tono bondadoso extensa voluntad» y que, no obstante, sin darse cuenta de ello, ��p��f;.
y pausadamente; paulatinamente va desapareciendo de ella el a sí mismos y a cuanto tienen a su alr�or en los __ame��-actor<:§
estado de es�por. Co:11ien�a a moverse, se incorpora y fin�l­ �CC?_E!��n�hos E§.k:Q!icos_y neuróticos que
mente me mrra con o¡os vivaces y despiertos. Se va transfor­ estáfl''§�cidos de que� ::,1��!1�.����jamás en eººS.._.�.i_�!!!QS, sino
mando crecientemente, de enferma mental, en una muchacha en los tlemas, «y que pqr to tanto han de ser 2.erse_gg1.9_Q§.S..;;..;rn�
sana que en el transcurso de su ulterior transformación adopta �d?s_�}, �o�stituyen imp��i���ñtes �.
cualidades de personaje de cuento. Al cabo danza como un elfo
a través de la caverna y finalmente desaparece. * * *
»Durante todo el tiempo, el sacerdote permanece sentado
detrás de mí, sobre la mesa de piedra; yo sabía que tan sólo «En realidad, jamás puede apart�_uno legíti1;11aII:�nt��!:.l
gracias a su mágica influencia había podido curar a la enferma. fundamento arguetlf>lCO. s1 no-séoesea contraer_ una n��}.�.t..
�l sueño me 1ejó una sensación de profundaf seguridad y con­ así como no es posible despreñcterse del cuerpo ydems corres­
fianza en la figura de este hombre, del cual había emanado el pondientes órganós a no ser mediante suicidio,» 111
poder curativo que había pasado, a través de mí, hacia la
muchacha.»
01
Para los fines de la presente aposición no creemos .necesario interpretar
detalladamente todos los elementos y aspectos de este sueño, tan denso de
'

significado. ,
Sobran. los coment� con respecto a este sueño, que habla por '°' JUNG: Symbolik des Geistes, pág. 18.
_
s�, �smo. No es el hombre voluntarioso, �ecer es omnis­ 11•
]UNG: Symbolik des Geistes, pág. 334.
aente, el que �a, sino el que «está situado tras él» y cuya fuerza
111
JUNG: Zur Psychologie des Kinl-Archetypus, pág. 113.
·---~-�--- ----
"'--·
-;

72 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO

Pues los ar uetipos, como voz que son de la especie «hombre»,


..
son los ran es factores de ordenación que, si resultan transgredidos
o vulnerados, acarrean caos y estrucción. Puede considerárseles como ·
«infalibles provocadores de trastornos neuróticos, �clus�
ticos;ya que se comportan exactamente i al ue ' ·. o
-- �·-- �-.
raes o sistemas -- nC:t: .
�11�
es or ánicos descuidados o maltratados.».
s e e tras on o ps1co1 e ejercen una influencia ordenadora sobre
.� .
�\
III. SIMBOLO
los procesos ps�quicos y ·sobre los contenidos de la comciencia, a fin
de conducirlos a través de laberínticos caminos hacia una posible
totalidad, ya que «determinan», al parecer con una previa sapiencia, Arquetipo y símbolo
la índole y el curso de la configuración o bien se hallan en posesión,
a priori, del objetivo en torno al cual gira el proceso de fijación de un Si el arquetipo aparece en el ahora y el aquí del tiempo y del
113
centro.» espacio, si puede ser percibido de alguna forma por la consciencia;
Así, pues, son al mismo tiempo los constantes apartadores de hablamos ú'-c la presencia de. símbolos. Ello significa que Jodo s1.m­
protección y salvación al individuo, capaces de hacer cesar todo es­ ?.9.!2-�L�@Rlén,_ALJ:PÍ�P.1Q_Jieg:ip_o! . .Y.:�..�r,9�;-��' que ha de estar
tancamiento y de superar de modo eficaz y pleno de sentido toda ¡.
determinado pór un arquetipo per se no perceptible; es decir: que
solución de continuidad y toda escisión. Por ello, todo aquel que ha de tener un «plano fundamental arquetípico» para poder ser con­
habla mediante «imágenes primordiales», lo hace siderado como ·símbolo; no obstante, un arquetipo no ha de ser
forzosamente considerado como idéntico a un símbolo. Como for­
«como con mil voces: conmueve y exalta y al mismo tiempo mación en principio indefinible en cuanto a su contenido, como
eleva aquello que designa, desde lo sólo una vez dado y pere­ «dispositivo», como «centro energético invisible», etc., tal como . ,.
L •
cedero, a la esfera de lo siempre existente; ·eleva el destino hemos caracterizado ya al arquetipo, éste es siempre, de todos modos,<·::�,
personal a destino de la humanidad desencadenando en todos ·
un símbo te su «núcleo dinámico» está en todo momento._
nosotros aquellas· fuerzas auxiliadoras que de siempre le han
ispuesto --cuando existe una constelación psíquica general, una
hecho posible a la humanidad salvarse de todo peligro y superar
11
incluso la noche más prolongada» 4• correspondiente situación de la consciencia- a actualizarse y a apare­
cer como símbolo.

«Lá psique es, para sí misma, la única e inmediata expe­


riencia y la conditio sine qua non de la realidad subjetiva del
mundo en general. Crea símbolos cuyo fundamento es el arque­
tipo inconsciente y cuya forma manifiesta procede de las repre­
sentaciones que ha adquirido la consciencia. Los arquetipos son
elementos estructurales numinosos de la psique y po��n__cie.tli -
..:.amonomía y en.e;:gia_esp_e_dhcas ,._merced a lascuales:-son. capaces

�-atraerlos contenidos de la cons�i_el")éia g�e_a _él _se ajustan.>� 1
«Lo inconsciente proporciona por así decir la forma arque­
típica, que es en sí vacía y por tanto irrepresentable. Mas es
inn1ediatamente 'llenada y convertida en perceptible, a partir
iu JUNG: Ibíd., pág. 112. Véase también 1o dicho anteriormente acerca de de la consciencia, coh material representativo afín o similar.» 2
la relación entre arquetipo y complejo.
m }UNG: Van den Wun:eln des Bewusstseins, VII, pág. 570.
1
JUNG: Symbale der Wandlung (Símbolos de transformación), pág. 391.
11• J
UNG: Seelenprableme, pág. 70.
2
JUNG:. Van den Wun:eln des Bewusstseins, VI, pág_ 491.

73
74 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO
SIMBOLO 75
En cuanto el ..,.._S,��:1:i:1.?-�.P.}.:;!:��f:.�.;<:: "�ol�.c:ti�5d1� m3:,�o . del . arque­ ejemplq figuras humanas, animales y vegetales 5, o también abstractas,
.
tipo, que representa eI material bruto pro po rcio nado por l o Incons- co mo el círculo, el cubo, la cruz, la esfera, etc.); o al meno s me­
ciente colectivo, se po ne en relación co n la consciencia y la .cualidad diante procesos expresados en imágenes. Esta energía creadora de
co nfigurativa propia de esta última, recibe el arquetipo «cuerpo », imágenes por pari:e de la psique humana es la que traduce el arque­
«materia» «forma plástica», etc.; se co nvierte en «representable» tipo de la «lucha entre la luz y las tinieblas, o entre el bien y el mal»
y, por ta�to , en imagen propiamef!te dicha: e� imagen arquetípica, l.
en combate del héroe co n el dragón (un motivo arcaico en muchas
en símbolo . O bien, si se quiere adoptar un punto de vista Jun­ cosm�gonías), plasmándo le así en un aco ntecer vertido en imágenes;
·
cional, podría decirse: ·er <<arquetipo en s�» es, esencialmente, �i:gíª' o el arquetipo de la «idea de muerte y resurrección» en imágenes
psíquica__ �cm.d�P-�ª9.�,;, ma_s_ el símb-ªs.C!�8!!:.. a ello �L;11od�-��.:..!Eªr�- correspondientes al curso de la vida de un héroe o en el símbolo
º º
;
1

�! ;.�•�:�,i� , ru :�• JJ�� :,¡;;�: ::mklo'!: , � ::•l!:U::C


6 del laberinto 6, co nvirtiéndo se así en creadora del ilimitado reino de
o
j • --·•0 ·.,.- ;• �"•••· ,� t,..,_,¡•.1•..:L ,f.J. --i,.�:..,.�.,:;..�:.,:. ,._.;. .. , .;..,........._ - - -•�•---.,•· •·• .,,.,

s
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1:
!�:a���{ ��l1�tH;:�t{��!;{!��t��q!;�}J!�!;;��!:e;: ��:�:'·

�-
trasunto de la energía psíquica». Po r e o no se pue e encontrar
�s al «arquetipo en sí» de u?· modo dir�cto e inmedia�o: sino tan \'. p�es del arte, que de modo incesante unen el pasado más remoto
_ co n ·Ün fµttiro aún lejano; la contemplamo s también en lo s ro stro s
sólo mediato·: cuando se manifiesta en la imagen arquet1p1ca, en e \
��bolo, así como en el sínto ma y el co mplejo . Mientras permanece de lo s _videntes y en las aparicio nes y signos de los santos y de lo s
buscado res religio sos; en las fantasías de los poetas y, no en último
inco nsciente no cabe afirmar nada acerca de él; po r ello , toda afirma­
término, en el nocturno mundo de lo s sueño s haciendo surgir infati­
ción acerca del arquetipo es mera deducción 3• Gran parte de las
gablemente y sin interrupción nuevo s símbolo s a partir del inago table
c o nfusio nes y los malentendido s proceden de que no se presta la sufi­
tesoro de los arquetipos dé lo inco nsciente colectivo.
ciente atención a esta circunstancia, en la que reside una esencial
Co n respecto a esta transformación de ideas arquetípicas en un
diferencia entre lo s co ncepto s de arquetipo y de símbolo •
4
_1cont:ecer s1mbóli� �e lo cual proporcionan los Evangelio s .lo s
Un símbolo no es nunca co mpl�tamente abstrado sino . Ue siem­ ·nás magmhcos ejemplos- se suel� emplear también, en ocasio ñes,.
pre está, al mismo ti..�tna: ó>>. Poi: este motivo, la psique la denominación de «parábo la». Mas la psicología junguiana prefiere
Traduce y representa incluso las relaciones, situacio nes o ideas más designar a tales proceso s, así co mo a ciertas secuencias de imágenes
abstractas de índole arque.típica, mediante figuras especiales, imágenes, arquetípicas, en sí cerradas, con el vocablo símbolo. Las múltiples
o bjetos, etc. ( que pueden ser tanto de índ o le co ncreta, co rn o po r y fluidas transicio nes, la c o n frecuencia in.;"ble dificultad de
trasladar a un lenguaje co nceptual lo contemplado ·y lo experimen­
J Prevalece lamentablemente en nurnt:ros9s_ psic¡tliatras y psicoterapeutas la tado, así co mo el co nstante despliegue y la p.rofundizadón de c ono ­
convicción de que i:án sólo es «real>; y ha de constituir fundamento de afirma­
ciones científicas aquello que pode1;1os captar mediante nuestros órganos �en­ cimientos por parte de Jung, co nstituyen la causa de que no sean,
soriales . Incluso Medard Boss, a quien por otra parte ha de agradecer la psico­ sin más, claramente reco nocibles las correlaciones y las diferencias
logía profunda multitud de valiosas contribucion:s, mues5ra en su .?ublicación . aquí expuestas entre arquetipo y símbolo que aparecen en sus o bras.
titulada Der Traum und seine Auslegung i (El sueno y su mterpretac1on) (Berna,
1953), en especial en el capít?lo_ acerca del !rquet!Pº, el mei:cionado punto de Se trata de la captación y la expresión verbales de hechos que debido
vista. No puede aceptar ni siquiera. como hipotes!s de t_raba¡o conc<:_ptos tales a su ·propia esencia son difícilmente asequibles a tal esfuerzo . Es
como los de arquetipo, símbolo, e mc�uso el de m�onsc1ente. Para _ el se trata algo so bre lo que es preciso insistir reiteradamente.
tan sólo de vocablos vacíos y desprovistos de sentido. Con ello, sm embargo,
reduce las manifestaciones de la psique al aspecto relativo a su co1:1EX?rtamieI:_t O,
en cuanto a su acción recíproca con el entorno, con lo que se · limita la vida
psíquica a sus posibilidades de _relación con el mu;1do. . ,
' A fin de diferenciar lo. mas exactamente posible entre el arquetlpo en Sl,
en reposo, no actualizado, y por tant� no. perceptible, y el �rquetipo que _ha
penetrado ya en el ámbito de la c_ons�1enoa y que es perc;p_tible, que ha sido 'Véase }UNG: «Der philosophische Baum» (El árbol filosófico), (c:11: Van
convertido en visible por la consaenaa (en imagen arqueup1ca, por tanto), se den Wuneln des Bewusstseins, VI), pág. 379.
ha utilizado corrientemente para este último el término de símbolo. ' Véase, para más detalles, K. KERÉNYI: Labyrinth-Studien (Estudios sobre
el laberinto), Albae vigiliae, Amsterdam, 1943.
,�� �,
77
y(' SIMBOLO
76 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO
.(
j('··1 mente activa e inalcanzable e incluso, aunque se la expresa en todas
��, 1

fas len as, petlñanece mdeable» w.


¿Qué es un símbolo?
El símbo o a si o uraderamente introducido en el lenguaje
'�i.:,.
La palabra ijJ!!.PfllQ,.,(¡,1.,m,b9�9.t1), derivada del griego symbalto, ha
de siempre j;; más diversá's'.éferinidones �- interpre­ teológico cristiano como designación relativa a determinados conte­
JI'.··)

,.::<) experimentado
nidos dogmáticos y procesos religiosos 11• Apenas existe un sector
taciones. Mas todas están de acuerdo en que se ha de designar con
del espíritu -ya se trate de mitología, de. filosofía;·de arte, técnica,
\ •: j, .

ella algo tras·_cuyo sentidó ·objetual, visible, se halla oculto otro


invisible y más··-ptoíondo. «Los símbolos son parábolas de lo impe­ �edicina o psicologia-,. en el que no haya tenido aplicación el
:· · ; recedero que se manifiestan en formas de lo perecedero; ambos aspec­ término de símbolo, que se ha convertido en la actualidad en una
f.. ;;, palabra de moda. Mas a pesar de ello no existe aún en realidad
tos se hallan mezclados en ellos, fundidos entre sí para constituir una
f·. _.,, unidad de sentido», dice Doering 7• Y de modo análogo afirma ninguna obra de solvencia, moderna y amplia, en la qu; se expong�
_ �: «El símbolo evoca intuiciqn, � lenguaje tan sólo pued;: su esencia y su sentido; y tampoco ninguna en la que se haya inves-·
tigado su significación psicológica. Las investigaciones de Jung cons­
· �pHcar ( ...·). Hasta las mas secretas profundidades del alma alcanzan
r:·
tituyen también en este sentido un trabajo pionero u_ A partir de
las raíces del símbolo, el len ua· e roza como un leve so lo de brisa
•�..:.I

fi
ellas puede advertirse claramente el destacado puesto que corres­
la superficie del entendimiento ( ... ). Tan só o el sím ola logra unir
ponde al símbolo en la psique humana y en toda la historia de la
¡r-,,. 1

lo más verso una im resión global unitaria. Las p;fabras hacen


l.é,,
i'''''
finito lo infinito, los símbo os arre atan espiritu más allá de Io;
• ,¡ cultura.
¡;, )- �to, de lo que deviene, hasta el re"fuo del mundo
&,-._J;•

que existe infinitamente. Despiertan intuiciones, son signos de 1�


indecible, i?agotables como éste.» 8 Y lo mismo yeuw: el símbolo
,:
�'"':'.

«es capaz, en cierto modo, de hacer visible incluso o divino. Con


�·�

'° GoETHE: Maximen und Reflexionen (Máximas y reflexiones) Tempel-


fuerza irr��istible arrastra hacia sí al hombre que contempla; y de «Con �rreglo al uso actual del len&1;1aJe existen en la Iglesia dos clas<:s
Auwabe, tomo II, pág. 463. . . . '
r¡,7
r::� modo ineludible, como el propio espíritu del mundo, nos afecta
de s�bolos; aq�ellos que representan. en imagen alguna idea religiosa y aque­
C, en el alma. Es la fuente de la que manan incesantemepte ideas vivas;
ll_os otr�s que f1¡an, �ormalmente, con arreglo al derecho eclesiástico, las prin­
(F. _KATTENBUsci:: Real.enzyklopiidie für prot. Theologie und Kirche) (Encielo­
�e y todo aquello a lo que aspira 1a· razón, unida al entendimiento, en
apales ideas dogmatlcas», como por ejemplo lo relativo a lós sacramentos

� de la Iglesia y la teología protestante), 3." edición, Leipzig, 1907; vocablo


��? serie sucesiva de conclusiones, lo logra conjuntamente con los sen­
tidos de modo pleno y súbito ( ... ). A estas sumas manifestaciones u Entre las obras de mayor importancia y más antiguas mencionaremos las
s:mbolo, pág. 127.

de la: capacidad configurativa es a las que designamos como símbo­ si&1;1ientes: la . de F_R. CREUTZER en seis tomos Symbolik und M-ythalngie (S_im­
a
bolismo y m1tolog1a) (1819); G. H. VON SCHUBERT, Symbolik des Traumes
.0
los ( ... ); es propio de su clase lo momentáneo, lo total, lo insondable (S�bolismo del sueño) (1840); el libro, aún fasc1nante, ele C. G. CARUS, Sym­
de su origen, lo necesario. Mediante una sola alabra ueda desig:
r"'!

..L J. BACHOFEN, Versuch üb�r di'!_G_r_áb(!,:symbolik der Alten (1859) (ver nota 8),
bolik der menschlichen Gestal.t (Simbolismo de 1a figura humana) (1853)·
ti nada aquí la aparición ·de lo"' ivino y el esclarecimiento de ht.iroagen...
�,,:;,

así. co11;1O cl fyndamental 1i6ro ae M. Sc:HLESINGER, Geschichte des Symbols


terrenal» 9• Y de modo especialmente bello se expresa Goethe: «El
tt' Formen (Filosffía de las forma_s simbólicas, F.C.E., México, 1971-72, 3 t.).
f"? )
(Histona del sunbolo) (1912-1930), y E. CASSIRER, Philosophie der symbolischen
sfiñEOllsmo JUl.WOrma la aparición len idea, la idea e�aggi i- De autores mas mO?ernos r:1enaonaremos: H. SILBERER, ya que con su libro
de· modo tal que la idea permanece siempre, en la imagen, infinita-
(ci )

Bf'7 ) Probleme der Myst:k und threr Symbolik (Problemas de la mística y de su


f¼..a•

ll't� ) 1• s�bolismo) (1916) establece una es�e de puente con respecto a las concep­
¡aone� de Jung; J. Pr�_?ET, Lz Format:?n du symb�le chez l'Enfant (LA formación
t;
la formación de símbolos en el niño y, finalmente, la obra de E. FROMM, The
7
O. DOERlNG: Chrístliche Symbole (Símbolos cristianos), Friburgo i. Br. del szmbolo en el nmo, F.CE., México, 1961), tmportante investigación sobre
(_jf,_J 1933, p' . I. F0;�otten Lf;nguage (El lenguaje olvidado) (1915), tentativa neofreudiana poco
• J.1. BACHOFEN: «Versuch über die Grabersymbolik der Alten» (Ensayo
'é )'-:7"" sobre
el simbolismo de los sepulcros en la Antigüedad), en Mutterrecht und ongmal destmada a _interpretar
_ el lengu aje del sueño; y la obra de W. M. URBAN,
rl/_·' ·
gua¡e_ Y realida�. Filosofía y principios del simbolismo) (1939), que, al contrario
f"',· ·) Urreligion (Derecho matriarcal y religión ·arcaica), Leipzig, 1927, pág. 60. Lzn_guage and Realzty, the Phylosophy and the principles of Symbolism (Len­
�:.:;, , Y
' FR. CREUTZER: Symbolik und Methologie. der al.ten Volker (Simbolismo
mitología de los pueblos antiguos), Leipzig y Dannstadt, 1819, tOID<' I, ?el libro antenormente mencionado, está sumamente bien escrita y utiliza ya
r, -· ) págs. 63/64. iµia serie de afirmaciones y formulaciones junguíanas.
�; l
'-s,�· )
,)
(
(
(
78 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLO
79 (
Símbolo y signo propios puntos de vista subjetivos, con frecuencia muy distintos de ( !
los de otros autores. En la mayoría de los trabajos acerca del sím- (
Jung distingue estrictamente entre alegoría, signo y símbolo. He bolp, éste es entendido en primer término como «signo», como una
aquí algunas de sus definiciones: especie de abstracción: una denominación libremente elegida y co- (
«Toda interpretación que acepte la expresión simbólic� como nectada con lo designado por convención social -poi: consensus_ (
analogía o como designación abreviada de _?lgo c:onoc1do, es gentíum-, .como sucede por ejemplo con los signos verbales b los (
semiótica. Una interpretación que acepte a la expresión sim- matemáticos. En el constante empeño de poner orden en la cenfusión
�mo la mejor formulación posible y, por ello, en prin­ se han establecido múltiples subdivisiones. J. Piáget distingue entre (
cipio, como formulación no posible<fe ser expuesta de modo . «símbolos conscientes» (designando por tales a dibujos simbólicos (
más. claro o más explícito de algo relativamente desconoddo, es destinados a eludir la censura, en el sentido de Freud) y «símbolo
..Ji.mháliaa':'" Una interpretación que acepta la expresión simbó- inconsciente» (cuyo contenido no es...conocido para el sujeto que los (
lica como paráfrasis o transformación deliberadas· de algo cono­ utiliza, como por ejemplo en el sueño); mas todo s{mbolo ha de (
cido, es alegórica 13 '14' 15.» «Una expresión qué se empl<':� .Pf:l�'.1 ...
f
designaralgocÓnocido· es siempréuff·-����:!�l�f füf_ e.ijap;iá�
designarse como «cons�iente», po_r u1:a pa�e, «i�con �cieri te», por ( i,
cofü otra, ya que e 1 pensamiento, aun e 1 mas raoonal , 1mplica e ementos
1
,,�
J

ciñ'"símoolo:-:Pi:ff'ellér'fesülfa' leramente lm OS!ºk.,cr�aL !:1�


J süñbo�;f;o;"-e -dedi-":'·"·gr'�v1c!/ae-·s1gruú¿ácfgri;
s0 a partir de
inconscientes y los proce·sos psíquicos se mueven, en ininterrumpido ( '
tránsito, de lo inconsciente a lo consciente y viceversa. (
conexiones conocidas.» 16
pe las tres clas:s de sím�olos que �stingtie F�1;1W e113::, �!?,�., ( \
En el fondo, los sig�o_s_Y, l?s.}f!.11!:i.ol9�fQEI.��p9�9�1:1-·�---?�� _clis-"· -sirnbolos convenaonales, s1mbolos �cc1dentales y¡ s�o�Jl!Y� \ ..
.
t!!:,!2�J�112.��<k.Ja realidad. Cass1�e: lo expresa be�lamente : <� s é.ry-, tan só o estos timos pueden considerarse como tales, en ( •��
signo constituye parte del mundo f1s1co del ser; el � es p� elsentido de �bolo�uQLv.¡::rsJtles» no se trata de u� ( ,
del mundo humano del sentido>�, y� en lugar de designar «_sustlt �aÓID�<:raducción-; de un conteni�o, en. otra forma �e
. ;:rh-om6re�¿r:i:io--«animalracional», sería preferible designarle como . . ·
. . expres1on: no sustituyen o. representan a:lgo diferente �e ellos, SI.QO (·· •
'·-':í""'
«ammaJ. · bo'li.• co», ··
· s1m que expr ú-"�l!--ÉE9PÍO sentido, lo representan. «Sin embargo, los ( ,
Existe bastante confusión en cuanto al uso de los conceptos de �

_____ __
�gp.os =sim óffi:osqÜe�ntramos· e�!:&Uª���C:l mito, el arte, ( '�
símbolo, alegoiía·y-s{iñ·-¡;7:.ada autor los udlizi" con arreglo a sus no "son" primero, para alcanzar además luego, aparte de este ser, : ,_:;
, ---..:..
. una determinada significación, sino que en ellos todo ser surge ( f
.;..

" JUNG: Psychologische Typen, pág. 642. . . .


"' La definición incluida en el Meyers Lexrkon (Le1pz1g, 190 7, tomo I, primeramente de la significación��, dice Cass"irer 18• Cuanto �- ( ·• .
pág. 371) es comó_!i&:t1�=-�Mi_c:n.t:t:l!s que d sí,mbolo es u!l sustitutivo que �ude versal "se'itel · estrato: rfilg.Ü1�p dél que prOcede un símbolo.así, tanto
(
1�

·a· una· misteriosa construcaón de representaaones (una imagen correspondiente más �.!��-te-se exe_r��__!!!ismo a través de él. Consi- ,·
a un contenido psíquico poco _claro), la alegoría consiste en l� animación _de
un concepto claramente rt:C?nodd? o .e� mediante '!n� imagen plástica deremos, por ejemplo, �I ��' el agu_�, la �i_erra? o bien la madera, ( l..
a un contenido del pe�samiento,.mt��gible ;: netarnent� delirrutado. (como, por
ejemplo, la representaaón de la Lust:c1.::__ me�ante una l!_gu_:a ferne!EE��2� un_a_
.la sal, etc.: toda la expenencia de la humanictad que va unida de (
siempre a su palpable materialidad es expresada mediante ellos con
· r
balanza y una espada).» Y en eI-P51fosophi'fé!jenWorterbuch"TDíéc1onar10 plo­
1.:

,1
:
,

S1Jficrí)7teHeiñnch--sclunidt (Kroner, Leipzig, 1934) se dice: «Súnbolo, stgn_o inigualable simplicidad y, al mismo tiempo, con una plenitud de (
d e algo que "significa" algo más de lo que él tnismo representa y a partir sentido única cuando surgen como símbolos de una cualidad de la ( ,:.i
del cual se· puede reconocer o deducir algo.» r�dád psíquica 0m�terial, a ellos correspondiente. La cas� como �{ ,';�
" En la obra de FR. CREUTZER, Symbolik und Mythologie der alten Volker

·l .r.:
(1819), tomo I, pág. 70., se dice: «La diferencia entre la representación simbó­ sirnbolo de la__personalidad h tg,rt_ana, la sangre como el � la v ;/_ !_} ·
li ca y la álegórica co1:1s1�te. _en que ,ésta supone tan 5?lo un . concepto ge?erál, �nimales·-·a:-etóla índole "cor.bo·- s��
o una idea, que es disttnta· de aquélla, la cual es la idea misma corporetzada, .,••••
hecha visible.» 1nstintos y su correspondiente nivel de evolución en el hombre, etcé- 1(. .
______.
• JUNG: Psychologische Typen, pág. 643.
1
17
E. CASSIRER: An Essay on Man (Un ensayo sobre· el hombre), · New Haven, 11
E. ÚSSIRER: Filosofía de las formas simbólicas, FCE. México, 1971, (
( r1;.@j,:
1944, pág. 32 (el subrayado es mío). tomo I, pág. 51.
.
( -
80 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLO 81
tera. E incluro quizás, como dice Jung 19, sea <<el propio ser humano como signo sensible de una realidad suprasensorial; pero no es,
la concreción temporal de la imagen primordial eterna, al menos en como dice A. Weis «un mero signo, que tan sólo alude a la realidad
su estructura espiritual, troquelada sobre el continuo biológico». Y si' transcendental, pero sin contenerla, abarcarla o sustituirla» 24• Consi­
se denominó «doctrina d as signaturas» 20 a la relativa a los signos derado, como «mero signo», todo símbolo supone algo inauténtico;
por los cuales to o lo interior puede ser recon-:icido a partir de. lo y la Iglesia, sobre todo la católica, ha vigilado siempre cuidadosa­
�r, lo fue erróneamente, ya que a lo que al�era a auténticos me!irequ-e- ninguna interpretaaón simbólica borre el hecho de la
símbolos. .. �� la transcendencia. Jünto a la realidad de la fe, que per­
<<El hecho· de q_��g.<2-.•�.ª o n<2,_Jj�_eg_l o dept!nd�, ;;,n pr�er tenece al plañó7Irerar1s1co, existe la realidad simbólica, que corres­
término, de la ·actitud de la consciencia gue contem la» 21; es decrr: ponde al plano psicológi� de la vivencia; y aquello que para uno
de que un -sujeto teri.ga1a· :¡;�s1bi.Üda y..
;��p-�Cl a· --- ara considerar es tan sólo un. signo, representa para otro un símbolo, como ha
un determinado hecho -la presencia de f un ár ol , no sólo en expuesto Jung en diversos y profundos trabajos 25•
cuanto a su aparición concreta cómo tal, sino tam Tén como expre­
[
skS..n,_c;,oJJJ.Q¡_�agen de algo desconocido. Resulta por talii:o~·posiole I, /'
«El conocimiento de los fundamentos arquetípicos univer­
que: U:n rois�iDI.Jlo.j�1.o�COnsfftuya y_Q.llímbolo para un deter- _ �me ha animado a tener en cuenta aquello de quod semper,
minaJ-;-;;Jcto, ·ri�11tras que para otro es meramente un si no. ! _guod ubique, quod ab omnibus creditum est como hecho
P!icofOi!Io- que-ákattza-ñíucl-io -·iiias-·a11if-del · iñarco d_ua_fe_
_c;;gstiana, y a considerarlo comouii-éi'Gíétócíeñiífito-natural ·
«Mas existen circunstancias --dice Jung- cuyo carácter
simbólico no depende tan sólo de la actitud de la consciencia --como un fenómeno--, sea cual fuere el significado "meta­
que contempla, sino que se revela, a partir de sí mismo,� físico" que le haya sido adjudicado.» 26
diante un efecto simbólicosoEreel ue contempla. Se trata de
aque os aconteceres configurados de tal mo o que carecerían El símbolo no es ni alegoría ni signo, sino la imagen de un
de todo significado si no poseyesen un sentido simbólico. Un contenido- g�e · en su mayor parte trasciende de la consciencia. Y tale;-
trián o ue resenta un ojo en su _inter_im- es algo tan absur- � �TJ0;;:r�;m;�arib1in �mQ·;¡;¿'l:fFcó;--�-o--;;o"-;ge�tia-,
o que el que lo contempla no puede concebir que se trate de siendo una confrontación con los mismos no s0lamente posible, sino
un mero juego casual. Una figura así obliga directamente a que incluso necesaria Z7_ Si bien de modo natu • .:l y original se cree. en
se la considere como símbolo.» 21 '23 símbolos, estos p�eden_¿a bién ;.!!JE!der�, siendo este último el
camino a transitar por aque� os a 1 os que no ha sido dado el carisma
Mucho· deperide, sin embargo, del tipo del que contempla, pues de la fe 28•
existen� que se ajustan siempre a lo concretamente presente
-a los hechos--, mientras que_ otras otorgan mayor importancia al Los=wnh2!2,�J?,!J.�9�,���.i�,,I��-&�L��Aegenerar» y ..s2�yertfr5,t:!. -�n ,.,
�--Y estos últimos, en determinadas circunstanc1as -según el
sentido oculto de las cosas y las abordan con una «actitud abierta ·contexto dentro del cual estén o la actitud del sujeto ante el cual
�ª�� surgen- pueden ser entendidos como símbolos.
También en el Cristianismo, d.1ya vida espiritual está entretejida
con multitud de imágenes y apariciones, el símbolo es considerado
" A. WErs: «Christliche Symbolik» (Simbolismo cristiano) (conferencia no
1
'JUNG: Symbolik des Geistes (Simbología del espíritu), pág. 442. publicada, 1952), pág. 3.
"' Sobre la idea de la «signatura» se basa también la doctrina de Paracdso ll Véase, entre otros, JUNG: «Versuch zu einer psychologischen Deutung
y de los demás fil6sofos naturales de los siglos XV1 y xvu. Con arreglo a dicha des Trinitatsdogmas» (Int�to de interpretación psicológica del dogma de la
doctrina, lo igual puede curar a lo igual indicando la similitud de forma, el f Trinidad) (en Symbolik des Geistes), pág. 323, y «Das Wandlungssymbol in
color, etc., de una planta y su utilidad contra una enfermedad determinada. der Messe» (El símbolo de transformación en la misa), (en: Von den Wurzeln
21
JUNG: Psychologische Typen, pág. 644. • des Bewusstseine, V.), págs; 219-350.
22
Tbíd., pág. 644. 26
JUNG: Symbolik des Geistes, pág. 444.
23
Los llamados «símbolos de conjunci6nll> (los símbolos dd «sf mismo:.) 27
JUNG: Symbole .der Wandlung, pág. 129.
pertenecen en general a esta categoría. " JUNG: Ibíd., pág. 390.
82 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLO 83

«En tanto :µn sí��9l9_ está.,Y.iYS{,..S9fWtl1ID:� la ·expresión de color) que coincidiese 12or completo con el .de la naturaleza, podría
algo que no c�un modo mejor. Y tan sólo designarse como simbólico, al ut:ílizarseel color conforme-a-su efecto
está vivo mientras se halla grávido de SÍfill�- Mas� y la relación auténtica expresase inmediatamente el significado. »33
dado a luz su sentido: si se�presión ue_ ( ... ) Próximame11te vinculado a él se halla otro uso, que podría de­
· ormula lo ue se busca a, se es era a o se intu1a me·or aún signarse como alegórico. En éste se trata de algo más casual y arbi­
/ �que el símbolo que terna asta entonces vigencia, el símbolo.·
trario, e incluso pÜdría decirse que �' al habernos
. está muerto 29 ueda entonces ertido en si no conven-
de ser transmitido primeramente el sentido del signo antes de que
1 cional. Por e o resulta imposible crear un' símbolo viviente ¡
1 �ido· de signíficadO:::: a parfu de conexiones conoadas. sepamos de qué se trata, como sµcede por ejemplo con el color
/ verde cuando sele atribuye a la esperanza.» 34 Con arreglo a la con­
Pues lo así creado no contieñe más de laque en ello se ha
puesto.» 30 Cep°ción de J ung,ambas formas habrían de designarse como «ale_g.2_:�
�>; o bien, �emióticas;>. Aquello, en cambio, que denomina
Jung ha presentado un ejemplo especialmente demostrativo con Goethe la «significación mística» del color, sería «simbólica» según
respecto a las diversas formas de significación del símbolo en su estu­ J ung. «Pues ya que todo esqu�ma con. eL que se pueda representar
dio sobre el «Arbol filosófico» 31• la múltiple variedad de los colores alude a tales condiciones primor•
diales, que corresponden tanto a la contemplación humana, comr:,
La cruz, la rueda, la estrella, etc.; pueden utilizarse, por ejemplo,
para caracterizar marcas, estandartes, etc., y expresarse entonces a la naturaleza, no cabe duda de que se podría hacer uso de sus ·
relaciones mutuas, al igual que de un lenguaje, cuando se desee
como _signos: señalan algo; en otros casos, y según el contexto en
el que se encuentren y lo que signifiquen para el individuo, pueden expresar condiciones primordiales que no afecten a los sentidos tan
representar símbolos. La cruz puede ser para un sujeto tan sólo un poderosa y variadamente» 35, con lo que queda certeramente aludido
signo exterior del C�mo, mientras que �� aquello que nunca es posible resolver plenamente: el contenido
_Pasión e Jesµcristo, En e primer caso hablaría Jung de un «símbolo ricamente intuitivo del símbolo, tal com_o lo afirma Jung tambíen." -- ·.
.-----.
extingufcfo»; y en el segundo, de un «símbolo viviente». Y afirmar­ . ec;·�;(de'i_:emos áha:r�· eF-párrafo siguiente:
que P.ara un creyente�tia consagrada en la misa supone aún
-----------,----- ... . ··-�
un símbolo viv� rruentras que para otro ha perdido ya su sen- «Una vez que. se ha captado bien la separación del amarillo
y del azul, y cuando, sobre todo, se ha contemplado suficiente­
tido�exiones acerca del carácter simbólico de una creencia
mente la intensificación en el rojo, con lo que lo contrapuesto
formulada se demuestran en muchas religiones históricas como las se aproxima y se une en un tercero, surgirá ciertamente la
primeras y, al mismo tiempo, decisivas señales de su descomposi­ especial y misteriosa intuición de que se podría·atribiiii a estas
ción» 32• Cuanto más convencional es el espíritu de urí sujeto, cuanto dos entidades separadas, mutuamente contrapuestas, una signi­
Ínás creyente de modo puramente formal sea, tanto más intensamente ficación espiritual. Y no se podrá por menos de pensar, allí
separ�do estará del símbolo y tanto menos capaz será de captar su en el nacimiento terreno, y aquí en el nacimiento celestial de
sentido; quedará vinculado inevitq.blemente al mero signo y aumen­ los Elohim *, cuando se ve surgir hacia abajo el verde y hacia
tará más aún la confusión en cuanto a la definición del símbolo. arriba el rojo» 36•
No deja de ser interesante mencionar, y es característica de la
sumamente variable explicación de estos conceptos, que tanta con­
13
GOETHE: Schriften über die Natur. Farbenlehre (Escritos sobre la Natu-
raleza. Teoría de los colores), pará grafo 916 (Kcirner, Leipzig, sin año); pág. 327.

------
fusión ha creado, la definición, completamente distinta a la de Jung, .H Ibíd., parágrafo 9.17.
que " Ibíd., pará grafo 918 (el subrayado es mío).
. Goethe da de ellos en su teoría de los colores: «Un empleo (del 36
Ibíd., parágrafo 919. ··
· * A partir dd informe de Hipólito en los Philosophoumena (V, 26)_, un
29
JUNG: Psycholoi,ische Typen, pág. 643. sistema mixto judea-cristiano de gnosis ofita, procedente al parecer de media?os
� JUNG: Ibíd., pág. 643. del siglo II, se conoce la referencia a tres, prinápi�s primor�al� el buen Dios,
31
JUNG: Von den Wuneln des Bewusstseins, VI, págs. 353-496. Elohim como padre de todo lo creado ( que es el dios del Gén�ts) Y �d�, �n
n A. WEIS: Christliche Symbolik, pág. 6. forma mitad de serpiente, mitad de doncella, en la que se trat�, segun Llps1us,
SIMBOLO 85
84 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO

o tan sólo, como j


Sentimos nuevamente asombro ante la capacidad de videncia que . os y su intµición; no participand
sentir ' sus sentid /,j
es capaz de ver y de expresar con tal profundidad, como un símbolo muchos erróneamente creen, una de sus fu .
naon es 39.
de lo celestial, el principio de totalidad oculto en la separación y la
unificación de las parejas de contrarios cromáticos. Goethe presintió
incluso que es mejor «no exponers� en último término a la sospecha El símbolc en Freud y en ]ung
de ser un iluso, y ello tanto más puesto que si logra alcanzar auge
La divergencia que en cuant� al símbolo existe entre las concep­
nuestra teorfa de los colores, no faltarán seguramente aplicaciones e �iones de Freu'd· y de JÜng se pu�de explicar fácilmente teniendo
interpretaciones alegóricas, simbólicas y místicas con arreglo al espí­ en cuenta sus teorías, completamente distintas, sobre lo inconsciente.
ritu de...la época» :r1_ En lo inconsciente personal, al que se limita Freud, no existen arque­
· La :=apacid �, o bien la incapacidad para sentir y captar los sím­ tipos, ya que sus contenidos proceden exclusivamente de la biografí�
.
bolos, oasadas en la estructura o constitución mental de' las distintas del individuo; por ello, estos contenidos --cuando surgen al desapa­
�rsona_:'., es una de las causas por las que tan difícil les resul;-;­ recer la represión- son a lo sumo signos; «figu ras encubridoras»
muchos el método de Jung para descifrar e int�tar s�eños en de algo que había ,pasado ya por la consciencia. En cambio, los
cu3:1to a s� contenido simbólico. Pues hay demasiadas f;erso�s que contenidos de lo inconsciente colectivo, los arquetipos -cuando pa­
estan desvmculadas del lenguaje en imágenes de sus psiques (precisa­ san de la esfera psicoide a la psíquica- han de considerarse como
mente las altamente civilizadas e intelectualizadas) y que no son ya auténticos símbolos, ya que proceden de la biografía del universo y
capaces de captar más que la fachada exterior, el aspecto de ,É&!l.Q.,__ no de la de un individuo aislado, por lo que han de exceder también
de un símbolo 38• Sienten un secreto temor ante lo en último término de la capacidad de comprensión de la consciencia, aun cuando se
inexplicable· que es· propio de todo símbolo auténticamente vivo, y hacen perceptibles mediante un «ropaje» adquirido por asimilación
de material representativo, cuyo origen está tomado indiscutible­
que hace imposible su plena intelección racional. El carácter «demos­
mente del mundo de las manifestaciones exteriores.
trativo» del símbolo basta, pues ya su significado etimológico de

r
symballo (de «juntar amontonando»), postula para su contenido algo {
Jung dice:
�tgtiple y diverso. Como unificador de contrarios, el símbolo es
una totalidad que no puede apelar jamás tan sólo a una capacidad «Aquellos contenidos de consciencia que permiten colegir
del ser humano, como por ejemplo a su razón 0 a su intelecto sino trasfondos inconscientes, son designados erróneamente por
que afecta a la totalidad, a nuestras cuatro funciones psíquicas :imul­ Fteud como símbolos, mientras. que en su teoría tan sólo des­
táneamente, haciéndolas vibrar al unísono. El símbolo, como «ima- empeñan el papel de signos o de síntomas de pro�esos mot�­
gen», tiene un carácter de llamada y estimula al ser entero del hom­ vacionales y, en modo algu no, el del símbolo propiamente di­
cho, por el que hay que entender una e�presión relativa a un
bre a una reacción conjunta en la que participan su pensar y su
estado de cosas que no se puede designar de otro mo?º· '
Cuando Platón, por ejemplo, expresa todo el problema relativo
de u_n a personificación de la ·_tierr�. El Par aíso habría surgido del amor de a la teoría del conocimiento mediante la alegoría de la caverna,
Eloh!,m y Edern, y de �u me¡ or tle�!ª habrían tornado parte los ángeles de o cuando Cristo expone su concepción acerca del reino de los
Elohim para hacer a Adan. La acepc10n de Elohirn como "ángeles "' en plural '
procede de la Epístola a los Hebreos, 1,7. (N. del T.) cielos se trata dé símbolos auténticos y exactos, es decir: de
31
Ibíd., parágrafo 920. . . inten;os de expresar algo para lo cu¡µ no existe aún ningún
."" E. F�o11;1rn inform a qu e personas qu e no tenían noción algu na acerca de concepto verbal.» 40
la mterpretaoón de sueños, según experimentos reci entem ente realizado s son
capaces, dura1;te hipnosi s, de comprender s in más el simbolismo d e sus s;eñ os , " Cuando Kant, por ejemplo, habla en su f.rítica del juici9-acerca del «us o
asi �omo d e lnterpr e�los ; pero tras el despertar no er an ya capaces de ello equívoco de !apalabra símbolo», incluy e con ello al SUJ?,boÍo d:ntro de un a
Y afJ.rma ban la mayona de las veces que lo que ha bí an soñado era un mero
absurdo. (The Forgotten lAnguage, Nueva York, 1951, pág. 19).
/ subclase de la inruición, considerándole por tanto demasiado unilateralmente.
"' JUNG: Seelenprobleme, pág. 49.
86 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLO 87
En cambio, la rueda alada que llevan los ferroviarios en el camino hacia una libe ración d e su aspe cto seductor-de vorador, es
. sus
�ormes no h�y que considerarla como un símbolo del ferrocarril, decir: hacia un «re-nacimiento». Aun cuando el tabú del. incesto,
smo como un signo que se refiere a la pertene ncia a la empr
esa de vigente desde tiempos inme moriales (con ciertas e importantes ex­
los ferrocarriles.
cepciones, como entre los hotentotes, para los cuales el incesto es la
A pesar de la «condensación» y «supradeterminación» los demostración de que la madre ha sido superada: el sujeto ya no
�olos freudi:nos son siempre causalmente explicables, y en' este sene es hijo de la madre), demuestra la enorme atracción que ejerce (Y:
sím­
ttdo son u�;'.-°..S9.!,.Y._ U.1:ÍP�lar�s. El símbolo, tal que tan sólo ha sido posible su perar · mediante el establecimiento
como lo entiende
f g, u t actor psíqüico_ no a clarable o . de se verísimas prohibiciones), no cabe negar que aquello mismo que
:po;� p�s b le de determmar capta ble causalmente, ni .
d ant mano \ en el plano biológico const ituiría un hecho pecaminoso y punible,
. . .. . . , si ndo sie mpre pluri-
s1gnif1<::trvo _ Y'_}�1�::l!1l · Aquí se pone de manifiesto lo mism se mue_stra en el plano simbólico como un acontecer pleno de sen­
e

oqÜe
e e

-ñe mcnr senalaclo ya anteriormente e n cuanto al: conce tido .e incluso, con frecuencia, necesario.
pto de complejo
e n Freud y en Jung. ----·--·-------~-�---.,.. - El se r se re aliza en dii:rersos planos, e n el material y en el espi­
T�_mbién �e I;vela clara�ente la �erencia entre la comp . { ritual, en el biológico y el psicológico, etc., que se puede n expresar
. rensión
l mutuamente por me dio de analogías� El ser y el acontecer inmate­
-?�.ql!�típi½�S., ..
'�e io���}��� � ª����1i�d��:��:r�:¡;t�I';���� riales -psíquico-espirituales-- pueden estar representados sobre
E S0

Consideremos el tan �tido--p.i:ii'.i;;~¿�-;i-��-a--J;--:�euÍ :�e:�� �!i ··-•· todo por imágenes y símbolos tomados de l mundo sensorialmente
u

problem� del incesto. Jung no niega que puedan existir casos pe rceptible. Así, determinados rasgos psíguicos de carácter se repre-
en los --�-------- --- ,---
, que durante la infancia se dé efectivamente el de s
eo de cohabitar sentan por animales; y el correspondi ..--- •----e---- compor-t-----"-•-·
nte •"·•-···-·-- amiento -.. ae éstos·;
con la madre (o c�n _ el p�dre); o incluso, en casos excepciona -por-oojefüs"yTénome nos naturales; al igual que los fenómenos natu­
les,
aquellos basad�s en v1venc1as concretas y que die ron lugar a todas . rales, a su vez, encuentran sus correspondencias en propiedades psí-
las consecuen<=:as_ que, _por lo que se _refiere al es�ado psíquico quicas; como, por e jemplo, la salida del sol en el despertar de la
. de
los correspon11entes su¡etos, han observado Freud y su escue la. Mas c_onscie_nda; la _noche � en _ur1 esrn'<:19 _de ánimo sombrío; el toro., �n
Jung está convencido de que este modo de comprender exclusiv. una ciega impetuc:isidad, fradu ciéndos·e todo ello al lenguaje de la
a- !?
mente los des,e os infantiles en el plano concre to (realista), es falso consciencia dentro de la esfera del comportamiento psíquico. En

e:1 la mayoría}e los casos; y ha de último término, todo cuanto existe en la Creación puede convertirse

1
conducir, por tanto, a conclu- f
s1ones erróneas> Para Jung, los deseos inces tuosos infantiles, al en símbolo con respe cto a los rasgos esenciales, las cualidades y las
igual l
que los de �o_s adultos, han de entenderse e n primer términ características del hombre; así como el hombre representa corres
. d
o e un
modo s1mbol ico: como expresión del d eseo hu mano gene ral, exis­ ponde�cia con el cosmos, basándose sobre esto último la antigua
0

te�te en_ todo su¡et� y con� tantemente reite rado, de retornar al estado doctrina de l microcosmos y del macrocosmos; que es aún en .gran
�nmord1al y par�disíaco de la inconsciencia; a un estado de cobijo medida válida en la espera del material inconsciente.
libre de la necesidad de asumir respposabilidades y adoptar decisio­
nes cuyo símbolo insuperable e.s el claustro materno.
«El contenido fantástico de la pulsión se puede interpretar,
. Es�a tende n��a a la regresión no tiene tan sólo un aspecto nega­ como es sabido, de un modo resolutivo, es decir: semi6tico,
tivo, smo tamb1en otro muy positivo: el de la posibilidad
de una como representación de sí mismo; o bien simbólico, como sen­
supe rad��, de la vinculación personal a la auténtica madr
e , y la )
tido espiritual del instinto natural. En el primer caso, el pro­
transpos1c1on de la energía psíquica sobre ella fijada a un ceso pulsional es concebido como "propio"; en el segundo,
contenido /
arquetípico. La libido así· regresada pierde a este como "no propio". En la fantasía de incesto ¿se trata de una
nivel cada vez regresión de la libido normal a etapas infantiles previas por
más, .su carácter sexual y expresa la problemática
del incesto en l miedo ant� una misión e n la vida que aparece como imposible
frande s pa�ábolas típicas �e la_ especie; las cuales, au
allan referidas al fondo pnmano de lo materno,
n cuando· se _ de cumplll"? ¿O bie n es la fantasía de incesto tan sólo sim­
muestran asimismo Í-� bólica y se trata en ella de la reactivación del arquetipo del
88 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLO 89

incesto, que tan importante papel desempefui en la historia del , procesos que son portadores de un oculto sentido, que no -se
( limitan a derivar de algo, sino que pretenden más bien conver­
espíritu?» 41
tirse en algo y son por ello símbolos.»�
No olvidemos que el incesto, como unión sexual entre parientes
consanguíneos próximos, está sometido por lo general a tabú. Aun­ .C!,.�!;!2_5.��JE�.9!S:.,9}�!�Em�B�9.,"-�1Lfü�fa¡,:i,gle
fil ses.QJI.:'"!9�-�y�1.Snode,
que también ha supuesto, en determinadas culturas, una prerrogativa / hab�(Jie .,síntoma. 0 .símbolo. Por ello, y como Jung observa
real ·(por ejemplo entre los faraones), por lo que en este sentido 1 µis"tíficadament<: con respecto, a Fi:eud:.
sifI).boliza para Jung la unión entre el yo y el propio inconsciente f
(�<consanguíneos » , precisamente): con el «lado contrario». «Desde su punto de vista no ha hablado de actos simbóli­
.j.

,'"'/",)
'. .:'l '
· El desprendimiento de Ia fijación a lo carnal -a lo real-con­ coS:-sino de actos sín_torná/icos 44, pues para él estos fenómenos
creto--, y la posibilidad de trasponer la misma representación a lo no son simbólicos en=éri�tido (expuesto), sino signos sinto­
--�'-----\¡
l, •. .T� •

/"" -,) psíquico -a lo real-simbólico--, conservando y expresando, en vir­ máticos de un determinado proceso fundamental, generalmente
\_j conocido. Existen, naturalmente, neuróticos que consideran
tud de su cualidad dual, ambas realidades, no sólo es una posibilidad
C;;,;,
_,,...·,)
como símbolos altamente cargados de significado a sus produc­
·¡ y una capacidad que caracterizan al hombre, sino que muestra tam­
e� · bién en sí el camino hacia la solución y I�, curación de alteraciones
tos inconscientes, y en los que se trata en primer término, y
· , principalmente, de síntomas patológicos. Mas no es éste, en
psíquicas decisivas. general, el caso. Por el contrario, el neurótico de hoy día tiende
(},�i
O consideremos, como ejemplo, otro problema de especial vigen­ demasiado a considerar tan sólo como «síntoma » incluso aL1nello
cr:··1 cia en la actualidad: la homosexualidad. Si no es considerado de un que más pleno está de significación. » 45
1
cl· m do concreto, sino simbólico, se puede ver en él la búsqueda de
una unión con un ser del mismo sexo: con la propia vertiente psíqui­ Tan sólo en el caso individual -según Jung- se han de consi­
09

{íf)
ca reprimida, muy poco conocida o desconocida en absoluto. Pues derar más bien como síntomas, como signos o bien como símbolos
tari sólo reforzado. mediante esta «suplementación» por algo que es los productos psíquicos con carácter simbólico que aparecen en los
del mismo sexo que uno, se siente un sujeto así lo suficientemente · neuróticos 46• Ello variará con arreglo a la índole del caso, al estadio
seguro de su propio sexo como para poder aproximarse al sexo del tratamiento y a las dotes de comprensión o · a la madurez de
co.ntrario. Su deseo de una relación homosexual está, pues, justifi­ juicio del paciente:
cado, pero erróneamente se halla referido al plano biológico-sexual,
en lugar de al pla·no psicológico-simbólico. Al ser proyectado este
deseo sobre otra persona· y aparecer y _ser vivenciado como pulsión
homosexual, es erróneamente entendido en cuanto a su sentido más
" JUNG: Psychologische Typen, pág. 647.
profundo. No puede alcanzar así jamás su auténtico cumplimiento, "' FREUD: Zur Psychopathologie des Alltagslebens (Psicopatología de la vida
ni conducir a una elaboración interior y una resolución del conflicto, cotidiana}, Obras compl. (ed. alemana}, 4, 1904.
como resultaría posible mediante la,i comprensión de su sentido simbó­ " JuN_G: Psychologische Typen, pág. 647.
.,., Un ejemplo sumamente interesante de esto está expuesto en el libro
lico 42• (Peculiaridades de un enfermo nervioso), Denkwurdigkeiten eines Nervenkrarlken
1903 del presidente del Senado del Tribunal Supremo de Dresden, D. P. Schre­
«Existen procesos que no expresan ningún sentido especial, ber el. cual durante el curso de su enfermedad, elaboró sus ideas delirantes
· de 'sentirse 'perseguido sexualmente por diversas personas del mariícon:io Y
que son meras consecuencias, nada más que síntomas; y otros 1\ temer ser convertido er¡ mujer en un sistema en el que .todas sus proyecc10nes
. sobre personas concretas eran 'transformadas en formas simbólicas de referencia
�1 ]UNG: Die Psychologie der Ubertragung (Psicología de la transferencia}, (así, por ejemplo, la de «ser utilizado como mujer» �n. un noviazg? con Dios
Zunch, 1946, págs. 17 a 24. · Padre, las representaciones angustiosas en «es_¡i=� di;'1pa»; es dec:tr:_ ocu'.ren­
., ]UNG: Symbole der Wandlung (Súnbolos de transformación), Zurich, 1952, cias delirantes) adquiriendo con ello un senado s!Dlbólico que era vivenciable
libro en el q1;e se _expol?e un ejemplo muy documentado relativo a la·posibilidad y no infundía ' ya ansiedad, a lo cual • se podría atribuir quizás la curación
de comprensión simbólica de los contenidos de lo inconscien te. espontánea del enfermo.
_
90 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLO 91
El símbolo como mediador Bild {la «imagen», como materia prima y contenido del seno primor­
dial y creador de lo inconsciente colectivo, que adquiere su impor­
Los animales emiten señales y �s, pero no símbolo� Así tancia y configuración precisamente por su unión con el primero).
pues, en comparación con el animT,el hombre no �en una La vinculación de elementos masculinos (forma), por una parte, y de
realidad más amplia, sino .también en una nueva dir.o�nsión de la elementos femeninos (materia prima), por otra, no es difícil de adver­
·realidad: en la de la dotacion de señtlclo.Junto al mundo de la­ tir -de hecho se trata de una coincidentia oppositorum-, por lo
realíctad física le cor�e la r�alidad simbólica, al que la decisión de los alquimistas de designar al símbolo como scon-
cual debe otorgar expresión si desea elevarse desde la mera impul­ junctio, como matr!!!3_01:,j2,. i;e;�uha_ expre;�jy¡1.-y·:�ciaiivraeñ1e::..:Ma' "faii"
sividad animal, hasta el ser creador de 16"divinamente humano. Así, · sólo adquiere vigencia este «matrimonio» si ambos componentes se
la Creación entera y cada una de sus partes, por mínima que sea, \ han fusionado en una unidad y totalidad inseparables y se han con­
pueden convertirse en símbolo, revelando en imágen.es visibles el vertido ya en un auténtico «hermafrodita» 49• Se trat� de una repre­
sentido en ellas implicado. La psique, como plano donde se reflejan s-entación cuya· exactitud se ha visto confirmada en numerosos temas
y expresan· el mundo exterior y el interior, lo crea y lo transmite de la fantasía y de los sueños, así como en pinturas e ilustraciones de
a otras psiques_. Habentibus symbolum facilis est transitus, es una toda índole; igualmente es evidente entre místicos, alquimistas y
cita tornada de un viejo tratado alquimista que suele repetir Jung, también en muchos pintores; o tal como son extraídas de lo incons­
aludiendo con ello a la «transición» entre todos los contrarios psí­ ciente y fijadas durante la labor analítica. Una discordia en este
quicos o bien a la que se d11 entre inconsciente y consciencia, entre «matrimonio» tiene amargas consecuencias, al igual que en la vida
la oscuridad y la claridad, entre la ausencia de libertad y esta última, corriente. En la misma medida en la que uno de los «cónyuges»
etcétera 47• logra superioridad, mientras que el otro queda supedita.do, el sím­
Aquello a lo que alude Jung cuando habla de la «bipolaridad>� bolo se convierte predominantemente en producto de una sola de
del símbolo, se basa sobre. el ya mencionado doble aspecto ckl arque.:. las partes y, con ello, más en síntoma que en símbolo: «síntoma de
�punta hada adclante hacia a 's y de·sv�cy!��?___�e! una antítesis reprimida» 50, Y· cuando hay u�a completa disociación
tiempo y del espacio. 1endo cada vez más rel¡itivas las categorías · entre consciencia e inconsciente, el sír:nbolo puede coriverffrse eíisin�
·de es-pac:1o y tiempo-proporcionalmente al alejamiento con respec­ tomático de la misma. En un momento así cabe afirmar que el
to a la consciencia-, se diluyen por completo en lo absolutamente símbolo está muerto o extinguido. Ambos «cónyuges» se han sepa­
inconsciente y dejan lugar a una desvinculación del acontecer co'n rado en plena hostilidad mutua retirándose a sus respectivos domi­
respecto al espado y al tiempo, desvinculación en la que tan sólo nios. La materia prima de las imágenes, el contenido de lo incons­
es válida la ley de la sincronicidad. No obstante, persiste la cualidad cjente, adolece entonces de la fuerza configurativa pro_pia de_ la
íiñfHciiioiGa_e_p.á�"e_¡as_ae]:onfrár{os.. y, en primer· término, la consti­ -consciencia; fuerza que deja de actuar al no afluir ya a ella la fuente
tuida por la consciencia y lo inconsciente; en consecuencia, se con­ nutricia que procede de lo inconsciente. Traducido a la realidad
servan todas aquellas cualidades contrapuestas propias de la cons­ psicológica de un individuo, significa que, o bien el símbolo no
cienc;ia y lo inconsciente. La raí�� de sí�, que en sí alude refleja ya nada de cuanto indecible, misterioso e intuitivamente rico
a algo entretejido, condensado y con ello a un «rasgo», «insignia» existe en las profundidades de lo inconsciente, pudiendo ser por
de un viviente 48 supone ya el concepto. Pero más perfectamente lo completo reconocido y advertido su significado, con lo que se con­
señala la expresión alemana Sinnbiltl cuya composición transluce las vierte en un contenido meramente intelectual, en un mero «signo»;
dos esteras que se Fia�ido en ella: el Sinn (el «sentido», como o bien, separado de la energía proporcionadora de sentido de la
c�mponente integrante de la consciencia que reconoce y forma), y el
... La meta final del proceso de individuación, la totalidad psíquica, está
representada también por el símbolo hermafroditá del filius philosophorum
47 Véase Naturerkliirung und Psyche (Explicación de la naturaleza y psique) (JUNG: Psychologie · und Alchemie, fig. 54, pág. 163. JUNG: Psychologie der
(Estudios del Instituto C. G. Jung, tomo IV). übertragung, Zurich, 1946).
43
P. ScHMITT: Archetypisches, pág. 110. "'JUNG: Psychologische Typen, pág. 648.
92 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLO 93

consciencia, desciende al nivel de síntoma psicótico. Así, pues, � «La riqueza· intuitiva y lo grávido de significación del sím­
símbolo es tan sófo vivo en_ tanto está «grávido de significad6.m>;, es bolo apela tanto al pensar como al sentir; y su peculiar calidad
decir: cuando se hallan unidos en él los contrarios representados por de imagen, al ser configurada en forma sensible, estimula tanto
la «forma» y la «materia prima imaginari.a» (tesis y antítesis) en una la percepción como la intuición.» 55
totalidad (síntesis), y su referencia a lo inconsciente permanece eficaz
y plena de sentidos. Y si hablamos de «muerte» no nos referimos, Hace reaccionar, pues, en una totalidad sintetizadora
· ' a las cuatro
· .
!:!fl._relac;.ión con lo anterior, sino al aspecto perceptible --<<represen- fu nciones de la consciencia.
. Esta cualidad mediadora (establecedora de puent�s) propia del
tado»-- del arquetipo o bien del símbolo; su eterno «núcleo de
significación», su esencia en sí, no es afectada por el acontecer. Es símbolo ha de considerarse como uno de los dispositivos más genia­
como si se desprendiese del ámbito de lo psíquico, se retirase y les e importantes de la economía psíquica. Pues frente a la posibi­
mantuviese en la esfera psicoide su «eterna presencia» hasta que lidad de escisión de la psique, propia de la riaturalez¡¡. de ésta, y la
una nueva constelación le evoque·a nueva vida con un nuevo ropaje. constante amenaza --debida a tal posibilidad-, coñtra su estructura
O mejor expresado: a una nueva aparición restableciendo el contacto unitaria, constituye el único contrapeso auténticamente dado por· la .
con la consciencia. naturaleza, y mantenedor de la salud psíquica, que puede enfrentarse
con tal peligro con probabilidades de éxito. El símbolo, al hacer
{.,,
��;- 1
Veamos lo que afirma Jung al respecto:
r \.
cesar la pugna entre contrarios unificándoles en sí mismo, para luego
dejar que se separen de nuevo a fin de que no se establezca ninguna
1

{Ti
C «Un símbolo que pone insistentemente de manifiesto su rigidez, ni paralización, mantiene la vida psíquica en un fluir cons­
f: l tante y la sigue impulsando hacia su meta determinada por el destino.
naturaleza simbólica no por ello es un símbolo vivo. Puede ac­
tuar, por ejemplo, tan sólo sobre el entendimiento histórico o Tensión y distensión --expresando la viva movilidad del curso psí­
.f.�o )y

11,,...
(r ) filosófico ( . . . ). Unicamente puede calificarse a un símbolo de vi­ quico-- pueden sucederse en constante ritmo.

I II viente cuando es también para el que lo contempla la me·or


más a ta expres1on e o mtm o y aun esconoc1 o. n estas cir­ . «Aquello que tie�e lugar entre la luz y las tinieblas, aquello
cunstancias ( . .. ) e¡erce un efecto creador y sustentador de la que une a los contrarios, participa de ambas vertientes y puede
vida.» 51 «En cuanto una teoría científica incluya una hipótesis
y designe anticipatoriamente un estado de cosas que es aún
juzgarse tanto desde la izquierda como desde la derecha, sin
que por ello se adquiera más sabiduría: . se abre de nuevo la
esencialmente desconocido, se trata en ella de un símbolo.» 52 contradicción que sólo el símbolo puede resolver. Con arreglo
a su naturaleza paradójica representa .aquello, tercero, que no
El símbolo es, por tanto, una especie de instancia mediadora entre existe -según la opinión de la lógica-, pero que con arreglo
Jo·Íl}�sFn1:�",�·��;;;;é�'".'.
la. Í1lC01TIE�tibilJga5:L}k;da .consciencia..,�Y- de a la realidad es lo auténticamente vivo.» 56
tico «mediadoru..rur�lo.•oQ.Úto,,,;y.Jo�-re:vefai:fo;,, , «No es ni abstracto,
53

ni co��ci racional ni irracional, ni real ni irreal: es, en cada En este sentido, todo símbolo auténtico está «más allá del bien
momento, ambas cosas.» 54 Corresponde a aquel «reino intermedio. y del mal»; encierra en principio, en sí, ambas significaciones como
de realidad sutil» que tan sólo puede ser suficientemente expresado posibilidades, y depende de la correspondiente situadón de la cons­
por el símbolo. ciencia y de la índole de su elaboración el aspecto positivo o negativo
.
qlle aétiva el individuo.
" JUNG: Psychologische Typen, pág. 645.
52 Ibíd., pág. 643.
�capac�tad_ P�fqu�s�
fo5m1;1d�ra .de. J!mbo.lCJ�(tmific!c!?f.�- de
M
contrario_s_.�n� -�i.m!?olg _para consti�i:ár�3a s!!t��si,s.t es ,.de�fgnadá,_�-­
" «No todo signo es un "mediador", sino tan sólo aquél en el que se hace · ,
visible un "gesto primordial"», dice H. Kükelhaus en Urzahl und Gebrirde (Nú­ por Jung
-..-· funczon transcendente; entendiendo como tal no una fun-
--- ....-·�
....-º,.,.,..,,�..........�.�...,..,,.,.,,<,!;;'!">••..,....�,.\::1:...:u1!,.,.. ---. --�• _.,., ..... ��,_,,-.µ-. --.,_,,,.,.,__, __.,..,L_�....• �/,·=--..
mero primordial y gesto) (Berlín, 1934, pág. 58), completamente en el sentido
de Jung. " JUNG: Psychologische Typen, pág. 648.
54 JuNG: Psychologie und Alchemie, 2.• edición, pág. 387. 56
JUNG: Paracélsica, Zurich, 1942, pág. 134.
94. COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLO 95

ción bás ica ( como s on las funciones de la consciencia repres entadas deriv�ola y trnnsmitién9ola__dentr-0 de. una. activida9 plena.. de. sen­
por-e1 pensar, -él selltir, ·ei pé,rci§ir j_�e( lncinrJ,-·sinsí : .-_�<;iii:i2l�Jª-�.Y� _t.idg_. Jung afirma que las palabras de Jes ús a Nicodemo ro pueden
compuest�p or virfoJacfcíres�··, :f'pór
<�EE�r:sce nd� n te» º? quier� s ig­ entenderse tambié n como exigencia: «No pienses carnalmente, pues
nificar nin güñíí:".aí"aildad metafísica, sino el hecho de que, mediante así serás carne; piensa en símbolos y entonces serás espíritu» 61•
esta función' ----.
se es tablece una tra
.-•--.---•·••--- ns ició
-�•••----,••-- n de s de una actitud a otra Con frecuencia ejerce un efecto liberador el hecho de que la
«carnalidad» manifestada a través del lenguaje dt!masiado grosera­
•�---..••-....--•...,..•, ........... -�••.�•M .....,., •••-••• .. � ..,.......
dis tinta •
57

mente naturalis ta del sueño pueda ser entendida de un modo simbó­


lico. Y no porque ello le permita al que ha tenido dicho s ueño la
El símbolo como transformador de energía evas ión de s u problemáti1¾1- sexual, corno pensaría la mayoría, sino
porque es frecuente que sea tal modo .de comprender el sueño el
«Con el nacimiento del símbolo cesa la regresión de la lib·- que revele el auténtico sentido del mi smo.

o hacia lo incons ciente. La· regres ión se transforma en pr?gre- Si en la interpretación de Freud 62
el hombrecillo que se le
1ón, el es tancamiento se moviliza y fluye. Con ello se qruebra -�/ aparece en sueños a una joven y que provoca inmediatamente la
a fuerza atractiva del fondo arcaico.» 58
_ . a s ociación .con un gnomo, representa al falo, en la interpretación
de Jung se tr ata del símbolo representado por un pequeño duende,
Por ello designa también Jung al símbolo_,cqm,Q..frrinsfqrmqd__Qr..._ el kabyros, figura arquetípica cuya tentadora «ayuda» acarrea per­
psíquico }�energía y_ hace destac;!lcque....posee..un,,c.iu:á.c;ts;i::.,.�_Qlffi�P.!�..:...
dición a las mujeres , amenazando aquello que tienen en más e s ti:ma;
mente· « sanador» '. Aquí se manifiesta nuevamente una fundamental aun cuando por el hecho de poder ser reconocido --es decir, nom­
dífereñéía· entre las concepciones de Freud y Jung. En el primero, la brado-,' conduce a la liberación de su dominio y con ello a la
;<t��nsformación de la libido», suóllm--;ción�es�«monoeolar», ya -ra.. s alvación.
que en ella e s transformado el material incons ciente·-;;prirnido en �-9�as_.J11odalidades ..de . interpretac_ió¡1 iguaJrpe_nte correcta.�,
una <<forma creadora de cultura». En Jung, en cambio, la transfor­
�QJ;l..

per-;-�ada una de ellas le abre al que sueña un ámb.ito ¿o�pÍeta­


mación de la libido -puede des ignarse como «bipolar», ya que es menTe-dísiír'iro' d� 1{i:'fe�liJ;d. i�t�;ior·.·t,i'nsidereiñis ;Eí�boio -�<sii::::-­
la resultante de las constantes separación y unitic:icíoñ de dos ele­ ·
p'íeñ��;: ·se e';• •t��-c•�6lo,..�<�;;."J_;;��t.�» cons iderado, se trata d�n
mentos contrapuestos, que se manifies ta como síntesis de tes is y 2igno [álic.�- s in embargo, según J up_g, es un �-�!11�9.!'.:ÜQ,_Q� la. libido
antítesis (de ma teri al con sciente e incons ciente). mediante el cual .E.!!�.Q�n-a,kao;zar. ..e:;qJ.r.i-:.sió.n lg .�n�rgía,. la fuerza, la
. Mediante su dobluapacidacLde..propor:cionar.,,. por una parte (y d1nám1ca, lo pÚh 1oqaj,__ �t<;,;.};.n_..el.Jondo, _todiLd pr,oc. e,so .9.<:!_ tra,11,�:....
corno expresión visible de la carga energética acumulada de un «nú­ l ��.Q/> es un «encant amiento de f��1,1pdaci9p» ·
1 !<:?EUi!S_�qg_eiI.iii�i- É
cleo sígnificativo» del inéo nsciente colectivó ps icoide) � solución.. � ji tanto corporal como psíquico, la «caverna» un útero femenino y,
de la tem;iQJ1·· y, por otra parte, med��!l..�t':..�11 .. �?!1��_!:Í.�? . ..de_J,C:�Ügo, ll al mismo tiempo, el lugar de un mis terio, etc. Los ejemplos se podrían
···---��-:· ·-··-·•·--·• ·'"·'� ,.,.
de lograr ..una�m1ev.a_1mp.r_esJon_1 s·-· obre
···--·-··"··"-···· ·· ·······......Psíquico - un
el acon·-·tecer f multiplicar infinitamente.
· ·
p rovoca u a ueva
-d�1ente energ·e'tico--, --,,��-•=--••,-...,�.. -,.-.,....acumulació n de
n uevo
·,,-o:..�-- gra
�,, -�-.. n n . ,,..,. .,,..._,.,.......�,--·�·-···,.,, Este modo de comprens ión apela en sí, en �!!)?..��t1�jé,!'.L9!:.,"
t
�g!_a ( �L§�!EE2.l<?)J.J?JQgfl'!.§,ªf!QO ,.de. _, fr1_ ��f.s ...-��- ��!1t, ;; _�,, -� !.���?.. e i s r, S�t;: <?.a�.,,..ª•··un
ñ . ... principJg__gi�t.illlQ. .d.�l�dn.�mE�t..a.!=i.ón5S!}:?.<:E��-��t �. �-e��.�?--.-­
s

c a paz de transformar incesantemente la libido , red1stnbuy�ndola,.


__...-_,._.._•....,,-.·..--·......,.,.,.._,_.._.,.,._,.._, t.: _ ....-.•�.....,...,,•••: :>;..t.,,, .n�•·�•�., ..,¡ ,!I •,-:-->:t,�r.•-,\i,.!•�t-,.;,.,..•.;.-r-1•.-i.-•,�•,...i .,..,_•. .,•.�-"�:. • :<'"•'• ·--r_J,.,..,. .., ¡;.,
nali�.t?.,_Así, el método de Jung cons istente en interpretar lq� s ueños a
« nivel del s ujeto» ha abierto perspectivas completamente nuevas a
.

.." Un bello símbolo de la función transce;idente - es el caduceo, _la var la comprensión de e,stas formaciones ps íquicas nocturnas , al concebir

l.
m' ica del dios griego Hermes fon sus dos serpientes entrelaza�as. Med:ante. suU sus diversas figuras y temas como reflejos de factores intrapsíquicos
[ ca1uceo, Hermes (Mercurio), el mediador entre _el mun�o super�or y el mfer:or, I
hacía dormir a los hombres y les enviaba "los suenos (Klemes Lextkon der Ailttke, )
· Berna, 1950).
60
SAN JUAN, 3, 3-7,
" JUNG: Psychologische Typen, pág. .349. . . . , •• JUNG: Symbole .der Wandlung, pág. 381.
62 FREUD: Mii.rchenstoffe in Trii.umen (Temas de cuentos en los sueños),
"' En contraposición con Freud, Jung denomina libido no solo a la energ:ta

_j
sexual, sino al total de la energía psíquica. Obras completas, Londres, 1949. tomo X, pág. 2.
}t.,
'. r
1
96 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO
• SIMBOLO 97
y condiciones propias del que sueña, con lo que se posibilita la
!

Este proceso, que Jung (al igual que Freud) designa como «trans­
retirada de proyecciones y la solución de problemas dentro de la formación de la energía desde la forma biológica (indiferenciada)
esfera de .la propia psique. a: la forma cultural (diferenciada)», «ha tenido lugar desde los co­
Jung afirma: mienzos de la humanidad y continúa operando» 66• Jung opina que l
«:Q_��!E.�.<?.S.ºWº interpretación ..a ..nivel._deJ el sentido profundo de todos los misterios iniciáticos y ritos de ini- f
_ }.V!.�.°--- �- �-���-�9A�:. ciación es · de naturaleza simbólica y sirve a esta intención (desde l
lla en la que las expresiones del· sueño pueden considerarse como·
•·idénticas a objetos reales. Frente á este género de interpreta­
ción existe aquel otro que refiere todo aspecto parcial del sueño
-así, por ejemplo, todos los personajes que surgen en él-, al
luego inconsciente) de la «transmisión» de la libido. Desde el punto
de vista energético, se pueden considerar ros procesos psíquicos
como conflictos entre la pulsión ciega y la libre elección, o bien como

propio soñador. Designamos a este procedimiento como inter­ proceso de compensación energética entre pulsión y espíritu. '¡'
�iv,�Uf.liLJ.fJ.Í,e.to. La interpretación a nivel de objeto
es� pues descompone el contenido_ de,L�_uei'!g_�_!L�.on;t.:_
fk��c%;����w�t�a�f�t�fi��::�[_�r���r������!�f«��:-�j;�-
que desprende a ·Jo� C<?,_�g_l9§".[J!:����;ti.ü�l��-�E��-��-s,_. �);!�J:,�S�!Jt�§...X:...,
Símbolos individuales Y,J;gJr:,r;tivos
-------�-�--•'"--�-
No todo aquello que de algún modo es arquetípico, o en lo que
de-Jascircüñstañci'ase·xteriores. concioiénaolos .como,..tendencias
se trata de un arquetipo, resulta igualmente adecuado para la for­
n�i o:to.IiiR.QP:�ii�id;[;�I�.�q:i:YRJiíi�dpJqL;:.I;tegrar...a�i�t�J;: ·,,,,_
63
mación de símbolos. Junto a los múltiples y respetables símbolos
f?') El sueño es considerado y tratado como «drama intrapsíquico». que ha ido estableciendo el espíritu humano en el transcurso de
Esta···e:onc·epdón.. de. Ju.ng· se· ha:Jla' ·¿n···esendal"cont�a-di¿a¿�"-éai-,;' el �.ilenios, existen otros que surgen de la capacidad de formadón
-Eri método freudiano, que considera exclusivamente a los sueños en el de símbolos de cada psiquf:__ _½,gJ_yiq_µal, basándose, sin embargo, to­
«nivel de objeto» y así los interpreta. Es una piedra angular de su dos ellos sobre formas_b_ásicas arquetípicas. de ínqplt;_h.µm!!:-9.� .Rt;:n�_r_¡¡J,
concepción y posibilita la comprensión simbólica de los contenidos . y siendo adoptados, con arreglo a su fuerza expresiva o plenitud
de lo inconsciente, como intentó mostrar por primera vez en 1912 de contenido, por la humanidad, o tan sólo por grupos más o menos
en .su libro sobre T..1:!!!!!Í!!.!m.lf.cio_ne¡ .Y s,ítnbolos_de)a l�bi�q_64, lo cual grandes.
hubo de dar lugar, consecuentemente, a su separación de Freud.
Como es lógico, tampoco Jung interpreta todo sueño a nivel del «El sfmboló v1V1ente formula una esencial parcela de lo
sujeto, sino. que decide, según los casos, qué «niv_el» resulta más inconsciente y, cuanto más generalizada esté dicha parcela, tan­
adecuado 65• El primer procedimiento proporcionará valiosos servicios to más general es el efecto del símbolo, pues afecta en- cada
allí donde se trata de animar o volver a despertar las energías crea­ cual a la correspondiente faceta psíquica.» 67
doras de la psique, ya que el encuentro y la confrontación del yo
con los símbolos de su inconsciente resultan apropiados en especial Muchos de estos símbolos individuales permanecen como posesión
para hacer cesar los estancamientOS/ y bloqueos de la energía psíquica - privada y única de un individuo o de unos pocos individuos. Ayudan
e impulsar a ésta a transformarse. a articular lo indecible, a establecer puentes entre lo tan sólo oscura­
mente intuido y lo satisfactoriamente captable, atenuando así el
aislamiento del sujeto. Pero únicamente a partir de símbolos indi­
13
]UNG: über die Psychologíe des Unbewussten (Sobre la psicología de lo -
inconsciente), pág. 152.
" Título actual: Symbole der Wandlung. vidualmente acuñados surge y se manifiesta la pauta arquetípica de
., Allí donde el sueño se refiere a personas que se hallan en relación vital validez general situada tras él, siendo aceptada como · tal por el
consensus gentium' y colectivamente adoptada. Quiere decirse: cuan-
con el durmiente 1 se interpreta a nivel de objeto y, según los casos, también a
nivel del sujeto s i el sueño revela con ello un sentido más satisfactorio; aparte
de _ ello, por lo regular se interpreta a1 nivel de sujeto. En sentido estricto,
Jung tan sólo califica de analítica la interpretación a nivel de objeto, y la .. JUNG: über psychísche Energetik (Sobre energética psíquica), pág. 108.
contrapone a la de nivel de sujeto como sintética y constructiva. " JUNG: Psychologísche Typen, pág. 646.- ·
98 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLO 99
do se convierte en «símbolos colectivos·» los conocidos e innumera­ Y. el enor��l:.-�f�<:!2 Jp,s"tó,r;i�q___g>i;>.r!! l:;i.. !n�ro.@J.9_¡19_, .J:� efecto no
bles símbolos de las mitologías y religiones, por ejemplo, pueden poanaentenéferse s1 los sunbolos religiosos no fuesen, por lo
ejercer plenamente su acción resolutoria y ,sanadora. Un símbolo ·menos, verdades psicológicas naturales.» Y añade: «Las reli­
individual, entendido comq paralelo a un símbolo general 68 -refe­ giones son sistemas psicoterapéutico� propiamente dichos. Ex­
rido a la «pauta primordial» común a ambos-, posibilita tanto el presan, mediante poderosas imágenes, la magnitud del problema
mantenimiento de la forma de expresión de la psique individual, psíquico. Son profesión de fe y conocimiento del alma.» 71
como su fusión con la forma de expresión de la figura simbólica
Si se quiere considerar, a modo de metáfora, a lo inconsciente
humana-general, colectiva. .
colectivo como el «alma universal» de la historia de la humanidad,
Cuando surge un símbolo a partir de las tinieblas de la · psique, puede descubrirse y comprobarse este «proceso de desarrollo y curso»
/ _posee cierto carácter de iluminación y con frecuencia está cargado (tanto en· sus aspectos humanos- generales, como humanos indivi­
/ con toda la numinosidad del arql!,etipo que en él se ha hecho visible,
duales), en múltiples · series de símbolos y «pautas primordiales»
! ejerciendo así una fascinación que amenaza con desgarrar al por él paralelas (ya que se basan· en el mismo «plano fundamental» arque­
i afectado, en caso de que no resulte ·posible · su inclusión en un típico). Según Jung, en un tratam!e!}tO analítico se ha de situar a
símbolo colectivo. Recordemos cuán amenazadora y terrible le pare­
cada símbolo dentro de su contexto de sentido, tanto colectivo como
ció a san Nicolás de Flüe la «faz» contemplada en su visión, que individual, entendiéndolo e interpretándolo a partir de esto siempre
creyó era la de Dios, y cuantas semanas de torturante lucha le costó que ello resulte, en general, posible.
•ransformarla, para sí, en un · símbolo colectivo: en la visión de la La. formación de...sfa::p,p_gJos individual y cqkf.g_,{}! -pues cada
Santísima Trinidad, colectivamente aceptada y entendida de ese
modo. Todo símbolo evoluciona, en el transcur�ó de{ tielllp�, eri. _
grup� h;���o, y·�
se trate d;·��;··f;;;ill;� � pueblo, una nación,
etcétera, puede producir los símbolos para él importantes a partir de
/ su signifiéado('·eu··ercté��iíi;-·Í:e�porái"i�; �a�ia�i�n�s- y etap�s de lo inconsciente de su esfera psíquica común- siguen exteriormente
' esta evolución y despliegue muestran, no obstante, rasgos funda- caminos separados, mas_ en último término se basan a un nivel más
(' mentales inmodificables. profundo, sobre un «plano O" esquema fundamental» -o arquetí�
Los símbolos no son inventados conscientemente, �inQ,que.su:cgen, pico--, en cada caso idéntico 71• Los puntos de contacto_ entre
de ün -��i�J�:-;;iÉ2�!¡!!i?•·· Ñ�--sé"
trata �;d;-- �;�¡�-��!, ni tampoco ·ae· los símbolos religiosos individuales de numerosos místicos y los sím­
correspondiente a la voluntad, sino de «�r<:_ces�,-�::- de,��EE?.!:!?..� bolos «oficiales» de las distintas religiones pueden ser atribuidos a
psíquico que se expresa mediante símbolos» . Esto se puede obser­ este «plano o esquema fundamental». También el riesgo que ello
=
varTm�do especialñieñt'tt impres1�;;a�te en los «símbolos reli­ supone para estos últimos y las medidas adoptadas para su protección
giosos». No son -inventados, sino que se trata de productos espon­ (la exéomunión, etc.) asumen un sentido más amplio dentro de este
táneos de la actividad psíquica inconsciente; han ido creciendo paula­ contexto.
tinamente en el transcurso de los milenios y poseen «carácter de
revelación» 70• Por ello afirma Jurlg: «Así, pues, en el nivel más profundo, lo que hay es psique,
mundo (...). Cuando más arcaico y "profundo" -cuantb más
«La experiencia demuestra que en las religiones no se trata fisiológico sea el símbolo-, tanto más colectivo Y unive:sal,
.
tanto más "material" será. Cuanto más abstracto, diferenciado
en modo_ alguno de invenciones conscientes, sino que prni;:���Q.._
de la vida .4�!.?:.1?.�.t��,lg5.9,i'!ss:.��1J�. y__ expr�san -ª--���ª-•·A�.,�!g\Ín,. , y específico sea, tanto más se aproxima a la naturaleza de lo
modo de-manera adecuada. Así se explica su universal difusión
�.......;........,.._,.,...¿�- ;,..,:.�=•,,.....�_..,.,.,.... , �')"1:,:.•
_ •:·�•�.:-••· �,..,... :,•.;.:.�T.,\,'.,:¡ �.�-•,,,�--,..._... l"f'.-..::•• ,,;;...:.,.••:.,;.,.•..;•r. .. ••••!'�i
71
JUN�: «Zur gegen�artigen Lage der Psy�othcrapie» (Situació� actual de
la psicoterapia) (Zentralblatl. f. Psycbotherapre u. tbre Gren1,geb1ete, 1934,
" }UNG: «Das Wandlungssymbol in der Messe» (El símbolo d� transforma­ tomo VII, fascículo 2, pág. 15). ., .
ción en la misa) (en Von den Wurzeln des Bewusstseins, V, pág. 219). Véase, por ejemplo, el f.imbolismo _de la «rransfoi:naoon» en la !Illsa

J
72

"' JUNG: Das Geheimnis der Goldenen Blüte (El misterio de la flor de oro), católica, en la naturaleza, en los mitologemas y en los suenos d� algunas perso­
4.• edición, Zurich, 1948, pág. 30. nas actuales, cuyas «pautas fundamentales» son con frecuenoa sorprendente­
70
JuNG: Wirklichkeit der Seele, pág. 220. mente similares.
r. -¡

�- )
�� 100 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLO 101

Las . mitol�i��. _d_t!}.?.�.,���t,9�- pµ�.blos . proporcionan. el_más -llD.:._

�:�i§§_���t�tiiiJ��1
t:-_, . consciente singular y único, y tanto más se despoja de su es encia
►� universal. En la consciencia corre el peligro de convertirse en 9��º!�#.r:s�� ri wµtp� -Y •..f�-9-����/4�---

J ;
• 1
mera alegoría, que no excede jamás de los límites . de la com­ C\!Y:QS..-tem --··----·-·-··,,,•a•-"···-"·'·'"º·•··•�-,.·-,..,.,.. ,..•.--·-.. Y . . ..de,Jos ..pueblos;,'°''
prensión consciente, es tando expuesta a todos los posibles inten­ g_er��:1::':.�.?,..��-�.?..����:_�[<:.:.t��3f.É:_¿._,�--an;<:!'!.?E:.,.�gún los casos son,
tos de explicación racionalistá» 73• · o bien mas ongma.les e mgenuos, o mas literanamente elaborados
de un modo consciente que los mitologemas . Jung afirma acerca de •
El 'LarquetiI?�.A�JQ.��?J�ffi2�� por ejemplo, contiene potencial­ los do�mas y símbolos . re4gios<?s que se trata en ellos de correspon-·
mente todos aquellos aspectos y variaciones en los que lo «materno» ·) dencias empíricamente comprobables de los arquetipos de lo incons­
puede aparecer en forma de símbolo, ya se trate en este último de .1
ciente colectivo y que, psicológicamente considerados, se constituyen
una caverna que cobija, del vientre de la ballena, del seno de la ) sobre estos últimos •
78
Iglesia, de una hada que ayuda o de una perversa bruja, la mu¡· er 1
.ancestral o la magna mater, o también �a ·nivel de la vida individual). ·¡
«Si bien todo nuestro munflo de representaciones religiosas
de la propia madre. As imismo, «el padre» es, en princip_i,g_,Ja.ima� cons ta de imágenes antropom6'rficas, que como tales no pueden
g_en_,,d5Jm,_9iQS ��e,_toe? )o .. abarca_ 74;" la es encia de tÓqo lo «paterno», resistir jamás a una crítica racional, no ha de olvidarse, apar­
un principiénliri:ámico que habita, como poderoso arquetipo, en la te de ello, que s e basan en arquetipos numinosos; sobre un fun­
psique del niño 75• Así, un mis mo plano o diseño básico arquetípico damento emocional que se' muestra inabordable para la razón
es como si quedase cubierto por innumerables símbolos correspon­ crítica. Se trata de hechos psíquicos que tan sólo cabe contem­
dientes a difer�ntes niveles , y qué--��� ·pe�di��d�-- cada -vez más su plar, mas no someter• a comprobación e interpretación exhaus-
tivas.» 79 • •
carácter simbóli"co cuanto más próximo se halla el es trato del que
proceden· al mundo colectivo y concreto que conqcemos . En lo
inconsciente personal aparecen en forma de «figuras encubridoras»; Constituye un mento de Jung haber reconocido en sus investi­
es decir, de signos; para, finalmente, en el nivel individual «supe­ gaciones acerca de los dogmas cristianos, que en éstos «se trata de
rior>>, ser un fiel reflejo del contenido al cual s e refiere efectiva­ verdades fundamen t�les de la- Iglesia que informan de un modo
mente la consciencia 76• En un sentido similar afirmaba ya Goethe 77: casi inimaginablemente perfecto acerca de la naturaleza de la expre­
«El auténtico simbolis mo es aquel en que lo particular representa a riencia psíquica interior». Toda teoría científica es forzosamente
lo general, no como sueño y sombra, sino co.mo revelación viviente abstract� y racional; «mientras que el dogma expresa una totalidad l
y momentánea de lo inexcrutable. » irracional mediante la imagen de la misma» 80; es algo espontánea- [
mente desarrollado en la psique, y no intelectualmente inventado,
n JUNG: Zur Psychologie d(fs Kind-Archetypus (Psicología dd arquetipo como opinan muchos escépticos . «Contienen un saber casi insuperable
«niñoi.), pág. 134.
,. A fin de evitar futuros malentendidos a este respecto, señalaremos que
. acerca de los misterios · del alma, que exponen en magnás imágenes
esta afirmación se refiere: tan sólo a la «imageni. de Dios; tal como aparece en simbólicas» 81• Debido á ello se explica el efecto tan vivo, y con
la psique, sin que pretenda afirmar nada acerca de su esencia, tal como lo frecuencia tan asombroso, que ejercen sobre el ánimo de tantas per­
expresa bellamente Th. Bovet en su l:Jbra Die Gant.heit der Person in der
ii.rt.tlichen praxis (La totalidad de la persona en la práctica médica) (Zurich, sonas .
1939, pág. 116): «La ciencia no puede tropezarse jamás con Dios; su sistema La mitología, como reflejo vivo del devenir formal del mundo es,
sin embargo, la" forma de manifestación, el.. «revestimiento _primor�..
conceptual tan sólo sé ajusta a las sombras que arroja su luz.i.
75 JUNG: Seelenprobleme, pág. 187.
7' JUNG: Von den Wurxeln des Bewusstseins, VI, pág. 378: «La forma dial» de los arquetipos , cuañao·~éstos devienen símbolos . Ya -que
psicoide que se halla en la base de una representación arquetípica conserva
su carácter en todas las etapas, si bien es capaz empíricamente de infinitas
sus-formas· báskasson:···c:oñlimes-·�-i:octo�" f��
-�-s;..,,-..,••,-1=·•"'-•�..,�-,,,....,...,.,, ..................,.,..,,.,...-,,.¡,-,:�,,;•
'p'iiJ,1os :y··¿p;;;�,�ru:,· -��
,...,,.___,_,,.,•-•.- "-·•• ,,,,"' • •- .•- . · ••·· ''• .,,,. .,_.,.�'!-:Jt'r-·

variaciones. Aun cuando la forma exterior del árbol se ha transformado con el


71
transcurso del tiempo de múltiples modos, la riqueza y la vida de un símbolo JUNG: Psychologie und Alchemia, pág. 32.
se exterioriza más aún durante la transformación de su significado (véase pág. 62 " ]UNG: Respuesta a Job, F.CE., Méxiéo, 1964, pág. 9.
: JUNG: Psycholqgie und. Religion, pág. 84.
de la misma obra).
77 J. W. GoETIIE: Maximen und Reflexionen, Stuttgart, 1947, pág. 169. i..:. JUNG: Die Psycholagie der Ubertragung, pág. 48


(
(
102 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLO 103 (

as ombroso que sus modo s de aparición muestren con frecuencia sor- de l? �consci�nE;-col�ctivo (que actúan so�re el yo a part� dei ( �
prendeñtes'"pirálélísmos·;
""
·qu,tse- f.i'aU�ri--difundídiis · por iada -'Tierra -­
fa
,
ámbito mtrapstqmco), mfluyendole en el sent:ldo de comportamiento �
(
yqüesé reveleñ�pai-�·1a\miformidad de l os temas mítico s, así como específicamente humano (tanto en el· plano bi ológico-pulsional como (
po r· su constante reaparición autóctona. Las grande� ¡:i:µJplogfas__tr:agi��­ en el imaginario-espiritual), y los �J.;.<:_rj.p9§. __q�Jl!_l."9l1_��t:ncia colee- C
cionales, con sus mitologemas, y los arqt;tetipqs ..que .se..condens:1p. e_n, tiva como __:�����!a.�!�� -�s,t9s_ .. §.�9-� de las n9r.!llas,· hábitos_ Y, 1
la.psique__m,gjyfüuE.§��-�ª.SO.JJ?!i_tuir.}IHª--·«�itqfogfa__ i,o_di:viduM>�,--éo_Q__ puntos de vis_�-.ci�L�����9,l}Pi.t;n . Je�r�,°.;����-9- Mient:ras que fos pri� ( .·
�e:. (
c

StlS, símbolos - p1:opi9.s,,,_ _haj!�!l o �-9 Jntima acdón recíprClc� y pritnor­ meros, con su carga mágica y numinosa, proporcionan forma y confi. (
- __¡Qúíéñ .
$:�!:clJl�.J�.pt.ri:;,_s.LS!!I!Pí!r�n.Jg4�s.;: ;sei{ira-r podría cúáiiélo· set . guración plenas de sentido al dinamismo· del· fundamento i_ristintivo ( (
vincularon por primera vez? Pue·s - las imágeI1es de_ di-vinidades de del hombre (y· representan la manifestación espontánea de la autén- : (
la� _gi;agg<!s___mii:ologías_ no,_son.. sw.q J�E.f9�.s }I1�apsíquic_9s _ Pi�iriC::" tica naturaleza esencial), los segundos son a mod o de sus derivados (
t�c!!?"::"-�? se trata en ellas sino de potencias arquetípicas c on cará�r--·-, de papel, que de todos modos, cuando se acumula una gran cantidad ( '

r
de personalidad, en las que el ser general del hombre se eleva a lo de opiniones medias (convirtiéndose en «reglas de tráfic o» psíquicas), (
grandiosamente típico y resulta visible en sus aspectos parciales. Uno pueden acrecentarse inopinadamente, convirtiéndose en tremendos (
de los más pro fundos con ocedores de estas correlaciones, K. Kerényi, «ismos». Fuerzan entonces al hombre en la medida en que ·este se ( �

¡;l.:.
que ha dedicado ya varias obras a este problema, afirma muy'-justa­ ha alejado y alienado de su fundament o instintivo propio . Todos los {'- ·�
mente: «ismos» poseen una base arquetípica, ya que es típic o de la. especie
«hombre» contrapo ner las poteñcias de la consciencia colectiva a las ( �
«La mitología se configura mediante imágenes. Fluye una potencias de lo inconsciente colectivo . Los contenidos de la conscien- ( '� _
corriente de imágenes mitológicas (...). Son también posibles cía colectiva no son casi nunca símbolos, ni han. de serlo. P or el con-
( \
. 1

varios despliegues de un mismo tema fundamental, unidos o trario, se admite que se trata en ell os de conceptos puramente racio- . ¡;;
nales; mas en cuanto poseen su propia historia, se basan también (. _,
t
' bien en secuencia, comparables a las diversas variaciones de
un mismo tema musical ( .. ;) ;· Pues aun cuando lo que· surge
y va fluyendo permanece siempre en forma de imágenes, se -
sobre fundamentos- arquetípic os, por 'lo que contiene11 Jnevit_a]:,le.- (
mente un núcleo simbólico , Así, por ejémplo,. el. Estado abso luto
puede utilizar la comparación como con algo que se ha conver­ consta de individuos desposeídos de derechos y de un tiran o abso­
tido en objeto que habla por sí solo y al ·cual no es posible
llegar a comprender mediante interpretaciones y explicaciones, luto, o bien de una oligarquía absoluta; con lo que, a un nivel m odi­
sino, en primer término, dejando que exprese por sí mismo su ficad o, se establece, o bien se repite, una ordénación social alta­
propio sentido.» 82 mente arcaica y de índole numinosa.

Los· arquetipos, los mit ologemas y la música están tejidos de


la misma tela: de la trama arquetípica arcaica del mundo viviente; - ¡
¡ ������i: ,��;e!l���:t:;�jdo·��--�i: ��;ii��ª� ;�; �:���\��
i -
ser violentado y devorado y viéndose así en la necesidad de man�
e

y toda futura consideración del mundo y del hombre habrá de surgir A: tener, a ser posible, una posición media entre ambos, a fin de su
1
de esta «matriz de vivencias». propia conservación.

«Pues la consciencia del yo aparece como dependiente de


El yo, entre la consciencia colectiva y lo inconsciente colectivo dos factores: en primer lugar, de las condiciones de Ia conscien­
----·---·-··--·•-.--···· �- ., -·. ..
- .·. ··- - ....
. . .
cia colectiva .(social); y en segundo término, de las dominantes
A firi de tener una orientación precisa dentro del mundo de los inconscientes colectivas (de los arquetipos). Estos últimos se
arquetipos, hemos de distinguir estrictamente entre los arquetipos dividen, fenomenológicamente, en dos categorías: por una par­
--
. "'-•-► ......,...,_,,...... . .......... ,____ ,.._ .. ,.. • . � •••._,;,,---��-·..:..- .-. ... te, la ·esfera pulsional; por otra, la arquetípica. La primera
ª K. KERÉNYI: Einführung in das Wesen .der Mythologie (Introducc:i6n a la representa las pulsi ones naturales, la última aquellas dominan­
esencia de la mitología}, Amsterdam, 1942, pág. II. tes que surgen en la consciencia como ideas generales (...).
e:�
(
:
'-',
i_
104 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO
• SIMBOLO 105

Entre la consciencia colectiva y lo inconsciente colectivo existe Con frecuencia pensamos y. actuamos de un modo automático,
una contradicción casi insuperable, dentro de la r.ual se ve instintivo, a "base de conceptos que hemos adquirido a partir del
situado el sujeto», dice Jung 83• · pasado o de nuestro medio ambiente, según ejemplos y modelos
típicos. Repetimos aquello que se nos ha transmitido,-lo que se nos
El hecho de ser absorbido por la consciencia colectiva le arrebata ha enseñado y grabado en nuestras mentes, lo que hemos oído y
al yo su independencia, al igual que sucede cuando se hunde en lo leído; y creemos que por el hecho de no intervenir :en ello nuestra
inconsciente colectivo. En el primer caso, el resultado es el hombre reflexión propia, todo procede de nosotros mismos, que somos
masificado; en el segundo, el sujeto individualista y fantaseador, nosotros los que lo ·hemos inventado, des�bierto y pensado; que
alejado de la realidad; o también un «poseso», un hostigado. todo es propiamente nuestro, por el mero hecho de que lo podemos
f'.y·,, Cuando se agota el contenido de un símbolo, cua1l:do el misterio manejar y está a nuestro alcance. Tan sólo allí donde la consciencia
'-....:.:., en él contenido ha sido ya por completo asimilado por la consciencia colectiva y lo inconsciente colectivo entran en conflicto y convierten
-ha sido racionalizado, o bier:i ha .desaparecido de la .tnisma, retor­ nuestra psique en campo de batalla nos damos cuenta de cuán difícil
nando a Jo inconsciente y, ha perdido el símbolo su opacidad y numi­ es liberar nuestra idiosincrasia personal (el auténtico núcleo de la
nosidad al'.quetípicas-, es como si quedase tan sólo el involucro, personalidad), de las tenazas de estos dos sectores.
la cáscara del símbolo, constituyendo parte de la consciencia colec­ La premisa para esta liberación es precisamente una consciencia
-1"."Y ) .
--1.J- tiva. Los contenidos de la consciencia colectiva son, por así decir, individual capaz de discernir. O bien un yo que se haya apercibido
u cáscaras vacías de los arquetipos, reflejos de los contenidos de lo
inconsciente colectivo, su mero trasunto formal. No actúan entonces
de sus li.initaciones y que sepa que ha de permanecer siempre igual­
mente vinculado a ambas esferas, en viva interrelación, tanto con D
ti) con .la numinosidad de los arquetipos, sino a modo de simulacro lo inconsciente colectivo, como con la consciencia colectiva, si es que P
--""�"'� r
t:l de .estos últimos, al ser sus «ideales» en principio numinosos (como desea la .armonía de su totalidad psíquica.
los arquetipos); mas son sustituidos con el tiempo por propaganda
y forzamiento del modo de pensar, utilizándose eventualmente para
L -

Símbolos del proceso de individuación


elÍO aUténticos símbolos, como sucedió en el nacionalsocialismo ccin
la cruz gamada. Comenzando por el «hay que hacer esto» o «no ·
hay que hacer esto otro», por los mandamientos y prohibiciones más Entre los símbolos individuales hemos de destacar especialmente
bien inocuos de los múltiples «maeses de escuela» para buenos aquellos que caracterizan al llamado proceso de individuación: un
ciudadanos (grandes y pequeños), hasta las teorías demagógicas que proceso. de despliegu�síquico que apün§. biela · 1a 'am�;Jla'Cf-6;;_ d�L
embriagan y arrastran a las masas prometiéndoles felicidad. Pueden campo de lacons�ienci'ª-Y Ia �ich�r.a_ciQ I] _ae�la -P.�r:s9_mt. �:fa_d •. 1
Ha"sícto�,
enumerarse una interminable serie de reglas, hábitos y leyes, de sis­ o°tserncro=pOrlü� se -·1e·puede'fome·ñt�¡ �edi�n7e ·una labor
analítica; se da de un_,_.modo natural en todo ser humano, y es más
temas y teorías destinadas a poner grilletes a la disposición natural _ ··-•: . .,;,., __:,._.,:....,:.,·•�•·r:7..;.;::,:,......,......:..s�,r••.,,._, -·:'I-•.::..:.'�-....• •.....,-:,�
del hombre, desde su nacimiento. En contraposición con el auténtico o menos consciente.Tne1 -se sucéaen símoo 1 os. eri variada . secuencia
J" alonando · sus etapas.. -s·�e r-'-'••·
oasan ··"'·-·,·'"·en ·�""d·' etermrna
.-�d·os -·-,-····arquetipos
·.... ·-· .,.-...se
· •-.-. ·-·······• que ..
símbolo, que capta y conmueve todo nuestro ser, el sistema, la teoría,
la doctrina, el programa, las conc6pciones, etc., tan sólo seducen máñlfíéifülJ:l·'en-d'fü¿teriaTcte-10· ·rr1·co"r-1sciente: sueños, V1S10ñés�']=ari=""'
y nublan nuestro entendimiento, sin «iluminarle». Y existen así inte­ t�sía�;·�·rc::"·�apii"redéñc!O"-•co'n'".í-egui';ricl�;r;;"T;;-¡'"p�:"
lectuales que se dejan seducir por los slogans venidos del exterior, tación con ellos. Su aspecto, su «atuendo», así como el momento de
aparición es siempre en alto grado característico de la situación especí­
impartidos por los «ismos» y por prohibiciones y mandamientos
fica de la consciencia .del individuo en cuestión; poseen con respecto
col�ctivos, mientras permanecen cerrados a los símbolos •surgidos de
su interior, ya que sus cabezas no mantienen ya relación con las a ella una especial importancia e incrementada efectividad. El «atuen­
do» -el modo de aparición-, toma su material de cualquier parte
demás partes de su ser.
y es siempre algo individual o determinado por la _situación. El
u ]UNG: Van den WurzeltÍ. des Bewusstuins, VIIr pág. 583. símbolo correspondiente .qparece como positivo o negativo. c0mo
. -,.•r., \.

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106 (

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COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO
SIMBOLO 107 (;
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figura atractiva o repelente. Mas sea cual fuere la figura que adopte,
poseerá siempre un���-de fasc��Q..W,· E ntre los
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c;..® e!]i 9,L _l�_jp._<;2.c.Q�. ,kmf:!. y)_g� q� 1� _q:i��Í.f!ncia, constituyendo
los símbolos los correspondientes vínculos precisos entre ambos, al . f'
proceso de indiv1duaoon ex:1steñalgUnos espee1almente �.1?9.t��E�­ superar las aparentemente insalvables contradicciones entre ambas (·f"
que aparecen con figura humana --o bien eventualmente 'íñfrahufl'!�
e.e
«partes>; y conciliarlas entre. sí. Al igual que desde un prin_cipio
o sobrehumana-, y que'"sé puecleñ
t subdividir en una serie de tipos. existe, a modo de oculta meta, en todo germen el entero ser vivo
«1:os- priñópales son: la somp�a, el �nciano1_tl�piñ_o. (,incluyendo el . (meta a la que se aspira con todos los medios), también la psique C/-
jove� héroe), I����are•'pfírñordiáT;; �ma.�utónica»� como humana, aunque no sea co.nsciente de este hecho o. se resis;a contra C >-:
personalidad supraorctenada y su correspondiente contrapartida, la su realización, se halla encauzada hacia un pleno despliegue, hacia ( <;
niña o la muchacha; también el ánima en el varón y el animus en
1alilujer ...» 84, cada uno de los--cuaksréprese�"Un.sector·psíquico·"
su «totalidad». Así, pues, la--..:vía de la individuación (si bien al prin­ . 4.·
cipio tan sólo como «huella») está profundamente grabada en el
( -� ..
curso de _la vida del hombre, y apartarse de ella va unido al riesgo ( \.
',.

cfi'stllito: 'así �orno los símbolos de��ón al «��•.E�uico�,


':
al «sí mismo». Como expresion 1mag1nariadeun valor sup·remo de trastornos psíquicos.
están con�frecÚencia representádos por figuras divinas o por· símbolos Por ello dice Jung:
de lo indestructible·' o bien son, en muchas ocasiones, de índole pura-
�-�-::-�
·por·-ejerñplo·los maIJ.d,.al��- a los
mente absS.!:.l!.f.tª-. ..(�..Q..mé.trk¡i,.), cOrrio . «L�mbol.9_�__q_1:!,�---�):l_tg�--��- !C?� sueños, a partir de lo
que ha�Coñsiderar como símbolos de la «or&nacioríprimórdial inconsciente;-indican la confrontación eñti:'é- los contrarios y las
de la totalidad» 85• De todos modos no se ·puede establecer, en _gene­ irriagenes de la meta muestra el logro de su unión. Aquí se nos
ral, una delimitación precisa entre dichos símbolos, pues la �SiªJ?Zª ! presenta una ayuda, empíricamente comparable, por parte de
entre los que son puramente indiv1aUafesy'10s que son � nuestra naturaleza inconsciente. Constituye tarea de la cons­
colectivos es con freciieñCTa-tán asom6rosa que tan � los puede ciencia la de entender estas alusiones. Mas si esto no sucede, el
a1ferenciru: entre sí una cuidadosarll�2SJE.S:.9.!P..P.ª�?tiva. proceso de individuación sigue avanzando a pesar de ellos;
El pro�eso de indiv�_supone·, cuando es observado y se-· .l
.
caeremos entonces víctimas de él y seremos arrastrados por el
guido de· Un �ód�-consciente, una confrontació1:_ dialéctica entre �?s destino hada ·aquella ineludible-meta qué podríamos haber ál­
" canzado con seguridad si tan sólo hubiésemos empleado a tiem­
" JuNG-K.ERÉNYI: Ein/ührung jn fas Wesen der Mythologie, pág. 218,- Véan­ po el esfuerzo y la paciencia suficientes para comprender la
se a este respecto las obras· mas importantes ?e Jung, en las que. mfor�a numinosidad del camino que nos señaló el destino.» 86
acerca de su experiencia e ideas acerca del particular, tales :orno: Dte Be:ae­
hungen zwischen dem Ich und dem Unbewussten (Las relaciones entre �l yo
y lo inconsciente). Por lo que se r�fiere a l�s conceptos de perso_ na, ant�us­
anima, J;l{:rspn:tl,idades mana, $ym/:zoltk des Gezstes, respecto al «anciano ,sabio», La capacidad transformadora de símbolos por parte de la pstque· ..
Das Geheimnis der goldenen Blüte (El secreto de la flor de oro), as1 como (

Die Psychologie der Ubertragung (�sicologí� de _ la _trans_feren:ia). Con re�pec_to


a animus y anima, Aion y Mysterzum Comuncttoms (S111;�ohsm? del . «s1 mis­ Junto �_E,___r;,9_r1Ii@.a__ a_cfiv_,ft/.q!f_/9r.1JZ_a_
4 qra q_<;. Jímbq_lqs, pq¡; P?rte
mo»); Symbole der Wandlung (Símbolos de transformac10n) _(S1mbolismo del de la esi g_ 11_ t; , ,que prosigue su curso energético o que es impulsada a
camino de la individuación); Van den Wu:zeln des Bewusstsems, sobre el con­
cepto del arquetipo en general y en especial. manifestar éste, hemos de señalar asimismo su capacidad !Lt¡ifl.JÍ9.r, .
15 «En el hecho de que el número posea un trasfondo arquet1p1co no se ma,efora. de .#mbolos. El número de los arquetipos operantes en el
trata de una suposición mía, sino de la opinión de_ algunos m�temáticos: P�r h�mbre coincide con el de «12untos nodales» de la psique inconsciente
ello no es quizás una conclusión exagerada que defmamos al nui:nero, ps1colo­
gicamente como un arquetipo del orden que se ha hecho consciente. Resulta colecdva, apareciendo �i�a4�_81; masinfinitamente mayor habría
que imaginar, sin embargo, el núi;nero de los símbolos _so���- i;µ9s
-es
notable q�e las imágenes de la totalidad psíquica, espontáneamente producidas
por lo inconsciente decir: los símbolos del "sí mismo" en forma de man­
dafa-, posean también una estructura matemática.» {JUNG: Synchronizitot, basados, ya que han smgido ,.p;�·1;· �g-regaaon·~ae_fa.. eñ cada caso
pág. 44). Ello no quiere decir, en modo alguno, que el simbolismo del «sí di-;¡¡;;;; situación de la consciencia individual, y son prácticamente
mismo» presente siempre forma ele mandala. Todo lo creado, pequeño y grande,
inferior o sublime, puede convertirse en símbolo del «sí mismo», según la 16
JUNG: Respuesta a Job, F.C.E. México 1964, pág. 119.

-1
situación de la consciencia del individuo.
17 Véanse págs. 35 y 62 del presente libro.
108 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLü 109
ilimitadas sus variaciones. La «importancia específica de un símbolo racional. Cuanto más se refiera a la escondida vida interior, tanto
surge tan sólo en la vida individual (de un individuo o de un grupo), más ha de expresar aquello que tan sólo es oscuramente intuido.
r�-
.. 1 en la que la experienciá personal es captada en estas formas ( arque­ Así, pues, si deseamos volver a experimentar de nuevo el mito como
r�-- )
\ •) '

típicas)» 88• De modo paralelo a la transformación de nuestras opi­ incesante actividad de las profundidades de nuestro inconsciente y
,_;;
niones y experiencias, aparece también bajo una nueva luz el conte­ comprenderlo, hemos de traducirlo primeramente a nuestro lenguaje,
J') 1
r.:_.,. nido de sentido de qn símbolo (o bien se revela_ paulatinamente), con lo que nos podrá parecer, con frecuencia, que hemos perdido su
·.
f"' ) con lo que. dicho contenido de sentido, e incluso la forma del sím­
...,., núcleo y nos ha sido arrebatado su auténtico sentido. Conclusión
.rz:·-, bolo', ·aparece en conexiories constantemente nuevas y resultan corres­
pondientemente transformados.
errónea, ya que, por el contrario, hemos salvado la esencia del mito
y la hemos incluido dentro del mundo de nuestro pensamiento me­
rr
....,.
'-
'¡ Lo numinoso, lo misterioso e irracional se ha «ofrecido» siempre diante los correspondientes conceptos verbales. Detodos modos,
r··l y en todas las épocas, mas ha sido «'reconocido» por pocos. Si el persiste un resto de misterio; resto que ni ha podi<;;!o, ni podrá ser
L:_::J
número de estos pocos se ·reduce cada vez más, ello es así porque jamás, traducido a conceptos abstractos, a un lenguaje discursivo.
hemos perdido los medios con los que se ofrece lo divino. Cada La única expresión para é1 adecuada sigue siendo la imagen, el sím­
f"".Y
l0 época ha proporcionado al misterio su «vestidura» propia, a ella bolo. Así, toda persona y época proporciona a sus símbolos un nuevo
r"Jr·. adecuada; la nuestra, en cambio, no ha hallado aún la envoltura ropaje, y aquella «verdad eterna» que transmite el símbolo nos
-t.,f.;:;
de lo nurninoso correspondiente. O bien desnuda o «des-vela» lo habla con esplendor constantemente. Las «metamorfosis de los dio­
rtr 1
� oculto, o bien lo envuelve hasta hacerlo irreconocible. La psicología ses» --en nuestro mundo exterior y en nuestro mundo interior­
junguiana es una de las muchas tentativas emprendidas para hallar la son inagotables y jamás cesan. Con razón puede afirmarse lo si­
nueva <�envoltura», el lenguaje y el punto de vista que puedan ayudar guiente:
y orientar al hombre actual, el cual asume una actitud racionalista
que capte lo irracional y alcance una comprensión acerca del mismo. «Tod�twJ.ªtÍ.Y.LcJ� .e.xpJLc���<5.n psicológica es, e�_ELfai:i12i...,,,
Así podrá satisfacerse el ansia del hombre actual por Jo irracional, la constitución de nuevos mitos.· coñ:elliffü::i hacémos sino tra-
ansia que se pierde la mayoría de las veces en rodeos y caminos cluor un -;¡'fiiioo1IT...§t_f.9,,,.g�t ..s�.. -�1�.s!�. -�- .!�. PF�§½P.t�.,<::Qi;iHd��:�,
erróneos, apelando al eterno mediador entre aquello que es captable
por la razón y aquello .otro que no es captable por ella: el símbolo 89•
ción de nuestro destino individual y a la de toda la humanidad.
-�s�!:cieijci�-��-· 1a�bié� - �-n I��g"ua}e· �ri .irilágenéi•.:·t:,ªsI'nºt:::···•
·que iios' -P����dier��- �;
Todo mito ha de renovarse, tal como en los cuentos infantiles el ~uIIUTárrios a crear un nuevo símbolo con respecto a aquel emg-
ma qüe há · impregnaao1:0aas1a·�re·pocas· 96"·-•�'"
rey ha de ceder su reino a su hijo, en cuanto éste ha llevado a cabo ___ ....._ ......._ ... ...,, ... .,.., ... _ . - .
-� . :-. . . . . . . . . . t ..•..•.... �.--

las hazañas que le hacen merecedor de él; es decir: cuando está lo


suficientemente maduro para ocupar el trono. En cada época han
debido ser trad�cidos los mitos al lenguaje psicológico dominante, a Resumen
fin de que pudiesen penetrar en las almas. Antes se hablaba del

1
héroe, de la vida heroica, de «matar al dragón», etc.; en la actua­ Son sencillas de deducir las conclusiones ·finales de cuanto hemos

1.·-
lidad hablarnos de personalidad, de proceso de individuación, de I
venido exponiendo.
j
victoria sobre la madre, etc. Y así como el mito ha contenido siempre ¡ En el fundamento arcaico de lo psíquico, como «puntos nodales•
t
un misterio, nuestra terminología psicológica actual no es meramente 'f'
1 '.
y «núcleos de significación» cargados de energía del entramado psíqui-_
co infinita e intemporalmente ramificado, están los ª'fl..�ÍPC!_! que
" JuNG: Psychologische� Kommentar zum tibetanischen Totenbuch (Comen­ constituyen lo inconsciente colectivo, el fundamento universal (huma­
tario psicol6gico al «Libro de los Muertos» tibetano), 5.ª edición, Zurich, 1953,
pág. 26. no-general), de toda psique individual. Aquí hemos de distinguir
. " L. Szondi afirma lo siguiente: «Contamos con tres entradas a 1o incons­ entre el arquetipo en sí, que no es perceptible y que existe tan
ciente. Es decir: lo inconsciente habla tres lenguas: la sintomática, la simbólica
Y la electiva.»- (Ich-Analyse (Análisis del yo), Bema-Stuttgart, 1956, pág. 62). ,. JUNG: P:rychologische Typen, pág. 336.
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110 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLO 111


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�- :-:�.;,
sólo como condición estructural y posibilidad potencial, pertene­ exteriores e interiores del sujeto y de la época. A partir del contacto
()
(. -,
ciendo a la esfera psicoide de la psique, y el arquetipo que es con la consciencia de una colectividad y su problemática, surgen los
ya perceptible, que ha sido «presentado» a la consciencia y que ! símbolos colectivos (como, por ejemplo, un mitologema); y del con­
. _,;,•

ha de ser considerado casi siempre como s�. Está igualmente tacto con una consciencia individual y sus problemas, los símbolos e "'.)
presente en sanos y enfermos, siendo fundamentalmente de: la mis­
·-

individuales (por ejemplo, la imagen de una bruja con los r�sgos de


_.; .

ma naturaleza en ambos. Al igual que sobre . unos mismos cimien­ 1 la madre personal):
tos se pueden elevar edificios de diversos estilos y tamaños, una 6. JR_g,mb.91º apaxece. ..fre:pte,_ll, la <::onscienda dotado de una
1rrisma forma arquetípica fundamental puede constituir el fundamento cierta autonomía.
de las más variadas formaciones. Su «valor posicional» dentro de
7. La-�;;avidez de significaciÓJ.ll>�de.un,.. &íi;nbQlo_obliga en grado
todo el sistema de referencia psíquico está determinado con arreglo
mayor o. menor a la consciencia a una confrontación con. él. Esto
al contenido que llena al arquetipo y la carga que reciba. Con ello puede acontecer de los más diversos modos: por c�;t�ñ;'plación, des­
se ponen · también de manifiesto el sentido, la importancia y el papel
cripción, interpretación, etc.; de modo general y espontánea o bien
que le corresponden en cada caso. dentro de una labor analítica.
El .intento·· de dividir por etapas el curso de su acción podría
establecer las siguientes: 8. a) El' símbolo puede hacerse más consciente mediante com­
prensión, siendo sentido y reconocido como relativamente pertene­
ciente al yo; mas no es completamente dilucidado y continúa, por
1. El a¡¿g,�po reposa, en cuanto a su condición ·estructural,
en la esfera psicoide (en lo ingJp�c;i�JJt� __c;pJ!';c#xq)_, como �.<:!e.:me;i:.ito tanto, «vivo» y efectivo. b) .Puede ser .completamente interpretado
nuclear» invisíbÍei"���pori:a&r potencial d.e signm��Ti?º�� . y explicado, con lo que aparece integrado plenamente por el yo y
· - · 2:· · M;J¡¡11t� una constelación adecuada �ue puede hallarse asimilado por la consciencia, mas perdiendo así su «vida» y eficacia,
tra.nsformándose en una mera alegoría, en un «signo» o en un con-
deteÍ:minád:i-ta�ró'"}iiJi;idui como coiectivamente- recibe un su­
. tenido de consdencia unívocarrierite concebido. c) Completamente
plemento de energía, aum�ntando su carga.e iniciándose.•su. efecti-., ·
vidad energética. La-coñsrefad6n tndivici�fll reg1_h�,_g!,da��O¡:J:¡!S_pgg­
incomprendido, puede enfrentarse a la conscienc:ía ·aer cle-mocfo
yo
hostil, como expresión de un complejo situado tras la misina (como
ctieñttts1tüaci6;_;-·d�7;·�o�sd;�cia dd sujeto individual; la colectiva,
·-· ·-·..,..........-,-··- ......... algo extraño y que se le enfrenta), .escindirse de ella y provocar una
de la correspondi��·t� a· gr�p�s· fiumanos.-·"
disociación en la psique. Se convierte así en una psique parcial autó­
3. r:,;;··:;;�gtd�C;r�u�tipo s� ��nifiesta por una e�pecie de noma, que se manifiesta en forma de «espíritus», alucinaciones, etcé­
fuerza magnétka de atracció--;;-�;-¡;� la consciencia que no es al prin­ tera; es dedr: mediante síntomas neuróticos y psicótic9s de tºda
cipio reconocida. Se hace notár primeramente por una a�tivi1ad ... r
índole.
emocional indeterminada, que puede incrementarse hasta una tempes- Ya que el� en cuanto a su «elemento nuclear», es con­
tu.Ósa·"agÍt;ción. p�íq�i�a.
. '
4. Atraída por la mencionada carga, incide sobre el arquedpo
siderado como un «punto nodal» dinám1co del psiquismo incons­
ciente colectivo, es equiparable al arquetipo en cuanto a su esencia
la luz de la consciencia; el arquetipo aparece entonces en el ámbito · · y su modo de actuar. Mas ya que su �<núcleo» se va uniendo durante
psíquico propiamente dicho, siendo percibido. el curso de la vida de un individuo con asociaciones emocionalmente
5. Al entrar el arquetipo «en sí» en contacto con la consciencia, acentuadas, experimentando así una «inflación» y convirtiéndose en
se manifiesta en el plano biológico «inferior» y asume la forma de formación psíquica más o menos autónoma, representa un factor
«expresión pulsional» o bien de .dinámica pulsional; o en el plano psíquico aparte, que puede aparecer en forma manifiesta -por ejem­
«superior» espiritual como imagen o idea. En este . último caso se plo como síntoma-, pero que a fines prácticos es diferenciado· tanto
asocian a él materia prima imaginaria y configuración de sentido, del símbolo como del arquetipo. La segunda definición que aquí
surgiendo así el símbolo. El revestimiento simbólico_ con el que re­ hemos dado acerca del complejo . es la generalmente habitual, y la
sulta visible varía y se "transforma con arreglo a las circunstancias psicología profunda utiliza dicho término en este sentido.
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r·, ""?-' "l

f, l 112 COMPLEJO, ARQUETIPO Y SIMBOLO SIMBOLO 113


'r1
Jh. Ya que se entiende habitualmente como complejo algo no plas­ � CO!JI}�l_fJ,fj_<?_!!; y lo mismo cabe decir con respecto al con­
►;.,
l:-. \

mado en forma de imagen, y con el concepto de símbolo algo que cepto de «símbolo», siempre que se le considere en reladón con los
"·' 1 adopta generalmente aspecto de imagen, está tambf¿ñ-indicada en conceptos de «enfermo» y de «sano».
(r 1 este sentido una clara ctiferé�cf��ión . er{ ·cuanto a la elección del tér­ Aparte del papel y la importancia que el complejo y el símbolo
su
r- , _ \
mino correspondiente. De todos modos, las transiciones no siempre poseen en sanos y enfermos, hay que señalar fuñción en un tercer
t'.'.\· 1 se pueden reconocer netamente. Por 'ello se habla con frecuencia de grupo de individuos: los sujetos creadores, los artistas. Parae ar:­
f

co_mplejos con S,?rácter sim.bólico y de símbolos con carácter de com- tÍstañorepresentart·üñ-ñi'á'feriaT'.'i:oñeT··gué-se-eñfrenta personal­
[}'\ · ..P.Lrjo,::..;,egúll el correspon,dieñte-matiz efe su índole:-·-..---·-------· mente a fin de aprovecharlo creativamente 5'!n la propia evolución �
1 '

f.�.)- )
En principio, según Jung, en rru,¡, chas _ ocasiones coinciden com­ psíquica, sino que c�J.!�zen 1pg_t,!�9...Y_,,����ria ,pe_.�t:\ ..p,t:o_c;f�g-�� . \

r ,_ \
. "'\
plejo y símbo!g, ya que ambos tien���u �aíz en un nú9eosigDi1�¡.:­ configuración artística, y lo convierten en portavoz válido y orien­
]i,�'"�e.Lfülc;r;L't... P!..°"�fl.�9.,,q�.f�}ñf,�!1i�!iñff:s9[e"sf!yo�·poreI10-:-..y-· -
taaor coñ""res"¡:Jec·t'ó_á__lo inexpresado, pero perril'an�ci��-d� -pilinordial-
r:t1 como ha hecho Jung, arquetipo, ·compte;o y símbolo, en cuanto a mente vivo y operante en las �_guesje ��-hum��_g;,¡:¡¡., 1
1
i
conceptos, pueden utilizarse indistintamente en cuanto a su significa­ � volvemos la mirada s01ire el territorio que hemos recorrido, se t
[�'-·¡ ción esencial. Mas si se desea establecer entre ellos una diferenciación l..
extiende ante nuestros asombrados ojos el grandioso penorama de las
más fina y líneas divisorias más netas, hay que distinguir entre com- correlaciones de sentido psíquicas y de su misterioso Orden propio
¡:J-)
o
ey.:�J9�inc .�E_i�1:,.:�-��-<Jtfil( q ue en realidad han de s;;··r�: dentro de un entramado pleno de actividad, múltiple y vario. A_pa-
¡:}~1 \ f' �lu1.ª()s,��,-Y también, en determinados casos, entre·- recen y desaparecen símbolos y complejos, en eterno despliegue,
¡;'.}e-) bolos), t_ c?._�pJ�isLs__p���n�_<;J2:11 t���,.!o inconscie�al, ·rransfurrriañé:ló;é--·y' ·o�;;iona�d�. _t�apsfor:tiíadones, marcando con su
� ��
ti"'¡
en los que tras er· modo --de· apá"riCión indiv1du�T'seÜcUlti uria-se"i_'.'ie seilo la vida ·psíqÜ:fca; · y.s��iéndose iu�g¿ . J; nuevo en el seno
mayor o menor de símbolos de lo inconsciente colectivo, y que se primordial de lo inconsciente, en �isiEilictáct de sus formas arque-
\ pueden extraer de su «envoltura individual» 91• De todos modos, la típicas de ser, hasta que madur�óüéváménte·cl-iñorñeñfoaesu aparí:-
:�. -������7�;;;ip�l�t;:i:�;:;i�:t};���f��H-�L��!J.:..��-��i��$�!.1��� ·aóñ:·E� :;ü7ndiferenciación primaria albergan en sí la salvación y la
perdición, lo bueno y lo malo, la salud y la enfermedad y todas las
• ��·-·�v-,....:c.,;;.,,g,:..�.-· ::·..:..,-,...,,;; -.,.;-;'·'.�........,·�•.-¾-'-�.!'� •.
La diferencia entre las diversas formas de actuar y las significa- posibilidades contradictorias. Corresponde a la �• como ;))j}J;1 f , r fli
}
-º ciones de � 9!'!1Plejo y de sí�os sanos y eh entermoS:

principio ordef!ador y comprensivo en el· hombre, hacer que alcancen -';Á.,
no iesúlta·
-de s�··coñtehiélo-;-síño del �e estado de la efedviclad' uno u ótrojíe Icis aspect¿�· �.. Ii�p�-;er al dominio indife- �1-
�on�a del yo frente �-l!!_que �en, así como d� i;nciado de 1-;-naturalez;-ps"fquicá-;rcaica su energía dotadora de � ·1 �l¼\.� 1t
é�IosiisimJa-:-'"Er�o-��□o-los vj_vencia y elabora más o menos sentido y de forma, a fin de que no sean ni las pulsiones ni el inte­
fácilmente. Puede s�s 5'?::1.9,__i<.!?.<;!,��� ��turb�dor�_» de la le(:to, sino un espíritu supraordenado el que mantenga en equilibrio
¡
!
-
economía psíquica, resolverefconflicto y aprovecharlos como auxi­ la balanza de la psique. Misión que confirma de nuevo (y esta vez por :

liares en su proceso de desarrollo psíquico, tal como lo hemos ex­ parte de la psicología junguiana) a la consciencia en el puesto y /
puesto en el punto 8, a. y b. En 1los sujetos enfermos se convierten
l
en portadores d�_ síntomas e lm:Igenes·queexl5resa11sífs�soñfí_ctos,
dignidad preeminente a que está destinada por la cre�
hecb"oae que eníoiiifae posea c��-�ci�ñda···¿s1ó·qu� Te convierte J�
ctandoTügára--ias dificultade� y·-r1esgos·-expues'ios·-�; 8, b. Si bieñ efectivamente en hombre» 92;
J.t.mg, como en general se hace, utiliza la expresión «co¡r¡�» sobre
todo en su sentido médico, y por lo tanto en el últimamente men­

-----
cionado, a p�ñcfetenido examen de toda su doctrina se des­
prende claramente que no considera al complejo en sí como auténtico
factor perturbador de la salud psíquica, sino tan sólo dentro de una

" Véase la hipótesis acerca de los «espíritus,..


72
JUNG: Von den Wurt.eln des Bewusstseins, VII, pág. 572.
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- PARTE SEGUNDA
ARQUETIPO Y SUEÑOS

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r-· \ INTRODUCCION

-,... __ __ '"_ El sueñó es la pequeña puerta oculta en lo más

e:�,
. - )
interior e íntimo del alma y que se abre a ·aquella
primordial noche cósmica que era ya alma mucho
C -} antes de existir una conciencia del yo, y que será
r·¡
alma muchó más aRá- de lo que pueda alcanzar

r;-1
�:":) jamás la consciencia del yo ( ...). Toda consciencia
separa; mas en el sueño penetramos en el· hombre
más profundo, más general, más auténtico, más eter­
{l7""¡ no, situado aún en el crepúsculo de la noche inicial
en la que era aún fa totalidad, y el todo estaba
en él, en la naturaleza: indiferenciada, desnuda de
-,
toda yoidad.

(JUNG: Wirklicbkeit der Seele, pág. 49.)

DESDE QUE la humanidad sabe acerca de sí misma han sido los


sueño�, esos mensajeros de la mitad nocturna de la vida, recipientes
del acontecer intrapsíquico en los que puede asumir forma lo pasado,
lo presente y lo futuro con inigualable riqueza de imágenes y preci­
sión de sentido. El reino de los sueños es también el ámbito psíquico
en el que con mayor frecuencia nos er,icontramos con motivos arque­
típicos. Surgen en forma de imágenes -y símbolos, de procesos y cur­
sos de extraña expresividad: Conmueven y se apoderan con frecuencia
de la consciencia con fuerza irresistible, pues queda entregada a la
acción numinosa de las imágenes arquetípicas.
En la mayoría de los sueños en los que aparecen motivos arque­
F r G u Rt'A 2 típicos existen, junto a �llos, otros contenidos que proceden de lo
Noche, muerte, dormir, soñar. inconsciente personal. Los sueños de contenido puramente arque­
típico son relativamente raros. Irrumpen bajo especiales circunstan­
La noche, revestida con su «manto de estrellas», tiene en brazos cias y aparte de la persistente impresión subjetiva que dejan, revelan
_
a la I?are¡a d � gemelos: la :1v;uerte (el llf-Óº negro)
_
y el Dormir (el runo blanco). Haaa ella desciende el Sueño su importancia a través de una configuración plástica que alcanza
que sostiene en su mano izquierda una vara de marfil no raras veces po'derosa belleza poética. No en vano son designados
como símbolo de los falsos sueños¡ y en la derecha un cudno
como símbolo de los sueños auténticos, buenos.
en ciertos pueblos primitivos como «grandes sueños» 1, en contrapo-
·
Grabado en madera de V. Ci:zrtarí
«Le Imaginí de i Dei de gli Antichi» Lyon, 1581 1 Entre los prunmvos eran interpretados tan sólo los «grandes sueños,.,
ya que éstos no interesaban al individuo, sino a toda la tribu.
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119 ( . ·,.,

su 1engua¡· e en imágen '


es la com rensión
INTRODUCCION

. .. pu li rio. .
clonar a. la psiqu.e '.mediante
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....

sición .con fos «Qegueños sut;_Í.!�> que se refieren a asuntos coiliJi;m_o�. nu v eq i b


ARQUETIPO Y SUEÑOS

imi ento d un
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. y end al e tabl
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des revistos de igwortancia. Exp resan con tenidos ae lo inconsci ente respecto a aquellos sueños proceden
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Esto ue ños »
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., -;;;;- ectivo , e la-«p�qu�bj etiva » y sus formas sup rapersonales, en al; . tant ara los «pe qu ñ
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de la esfera subjetiva y person


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las que alcanzan expresión p roblemas e ideas de índole human a gene­ �e arobito objetivo. y c.olec . tivo
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es », p roc ed ent
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como para los «grand


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os s

ral o también, en raros casos, de índole cósmic a y carácter universal. · ·


.· . •
e

de la ps iqu··e. · ·
El arquetipo actúa, aun cuando no le comp rend a la consciencia. . �mro�
es

qµe �e refie_r� ·
Habla en imágenes que son comunes a . todos los hombres y que . Si los p rimeros compe nsan, por lo � y ai ento
o a la_ �1¿a . c�t1di
r eposan en el arcaico fondo creador de toda alma. En las imág�nes, cimiento y adaptación con respect fu da '.'
n

una v1s10n mas amp y p .


a

los segundos 1o hacen en""cuanto a


rno

todo lo individual es más bien p arábol a y, al igual que en el müo, le hu m


an

apersonal es
y d .1, da
a

en cu anto a pr
oblem as típi cos, supr �oo;1n de un sím-
n

son r eflejo de lo universalmente válido , de lo e terna mente humano.


li o

La apan
r

o individual .
a

.
general que. traso. enden de1 y - uede actuar compensatoriamente,
ana

dur ant un u�
«Eri las formaciones arquetíp icas no se trata ya de expe­ bolo mandálico bre una conscien cia
alidad ordenada ' . so .
rienci as personales, sino en cierto modo de ideas generales, cuya mediante su aspect. o d e tot . .. de un modo integr adar y smte-
. es · d
s o p

significación princi.pal �ons_is te. e n el se ntido que les es p eculiar, caótidullente deso nentada , . . l
e

m d d ten �
tativ-a de resta
blec1ID1ento del equi i­
y no en conexi,ones vivenciales per sonales.» 2 tizador, siendo a
brio 4. Como exp res a Jun· g:
o o

Amor y odio, nacimiento y muerte, emp arejamie nt o y separación,


e

, · n d� un centro de�-
transformación y sacrificio, etc., apar ecen en l a imagen arquetíp ica · «El mandala propo rciona la noo�' �or de
ia
r ª: l decir, e
b ajo su aspecto suprapersonal, humano-general, que trasciende todo . 1. 1 sonali� lugar central, po fer:,do Y - di el cual. se
Jo puramente individual y va más allá del alcance del limitado yo. ff al cual todo se halla re � � �
re pre senta al
mismo tiempo
orden a tod o1 y que
¡ �
Dice Jung:
. · ¡ energía;
¡
«Tales sueños ( arquetípicos t S· üt-eder casi siempre en pas a­
. La inter r nt�idciónr bld � �1:dif?icul;����tíy�q e
5 • . . .. .

jes decisivos de la vida, así en la inf ancia, en la pubertad, haci a �:s ��:a��n:
��!��
i

ocasione s
úl

mediados de la vida ( entre los 36 y los 40 años) y ante la n s n scasas


��'b:' e a ex plicaci6
os

nales con las que el su¡ eto ?�:


e e
p e

pe rspectiva de la mue rte.» t:om pleto. � � ��


. la mayoría de las veces,_ o b:
co s e a e

. cuenteme-nt-e ·con -
a
o e

d y .fre
s, asom �...!? ,
us imág enes · mtenore . s1.
1
3

Es decir: en situaciones que son válidas par a todos los humanos. v1·¿() por�-.-- n n
. da. importante re.spect. o al sue
Muestran que .la psique del que sueña está en _una sitü.adón en la ) -f�sci-pero no se le ocurre na e gua e,
s. tido Todo
que precisa de la voz no adulterada de la na turaleza que se expresa ¡ Las :nás de las veces no entiende ni su l � ¡ e: � y no
o

pac
;�i�
e

ar e e
a través de las imá
genes arque tí picas. Así, h acia el fina l de la vida , el acontece.r onír ico se le a p := :smo ; n �do � halle
.::1��d�
a s1 mi
un sueño arquetípico ex pone ante los 1 oj os del hombre la realidad de logra referirlo , co n sentido ' .
mc ci ente El compone
nte
amo

sarse 1
la mue rte y muestra inequívoc amente que no la puede excluir ya de habituado al mod-o de e x p re ? �:,_ ñ d '-Íe b lo:
su consciencia sin peligro p ara su alma . Pues e n los· sueños -y en .3�!.. que afecta. tan
del mtens,r;u.u�nte so
emoc ional . ex r

. t...,,..; a sus asoaaaones. Pues el sueño se p
pro de l a autorregulación psíquica- son compensadas frecuente­ quea e1 ammo 3�-� . . extrae del tesoro de 1a
o

1,
a r

aa m1to og1cas ,
� fo rmas, con frecuen
en

mente, con ex actitud y finura sismográficas, toda inadaptación, unila­


esa

te ralidad, obcecación, bloqueo, desviación y desorientaciqn de l a vida


p síquica. El sueño supone una genial tentativa destinada a p ropo r�
a-
. . . (El proceso de individu
• JUNG: Zur Empirie �es In dt;'!duattonsr::zM�e:dalasymbolik (Sobre el sim­
pmco)
ci6n desde el punto de vistaes tem
altungen Jes ü Unbewusstm·(Configurs-::.
ones de lo
bolismo del man dala ), en G
}UNG: über psychische Energetik und das Wesen der Traume, Zurich, 1948, ·
1

pág. 247 . inconsciente), Zurich, 1950. bolzk, . ¡y.i.s


, . 192
1 JUNG: über M an
dalasym
1
Ibíd., pág. 247.
120 ARQUETIPO Y SUEÑOS INTRODUCCION 121

psique figuras numinosamente car adas, para cuyo . entendimiento donado, no puede interpretarse satisfactoriamente ningún sueño que
está. in. cado 'apelar mundo__9!! las imágenes colectivas, tal y como no contenga material arquetípico puro. Es necesario señalar también
se hallan contenidas en_ ley_endas cuentos o ulares, en mitos y que toda interpretación constituye, en primer término, una hipótesis
obras literarias, o en los s1m olos de la historia de la cultura y de que precisa de una serie de otros. criterios antes de poder conside­
.:!!. re�nes el.e la humanidad relativos al mundo de representacio­ rarse como válida y definitiva (interpretaciones directamente convin­
nes en q e· el dragón y la serpiente, . refugio y caverna, árbol y centes y que evoquen emoción en el sujeto; la llamada «vivencia de
flor, ·dioses y demonios tienen su patria y'ñosFiaEilan mediante imá­ ¡ajá!», que.el sujeto esté de acuerdo con la interpretación, la confir­
genesde -imperecede.rC;" sentido. mación por ulteriores sueños, para lo cual es preciso investigar series
Para la interpretación de tales sueños ha elaborado Jung un oníricas, etc.).
� propio: el-de amplificación, según el cual los diversosele­ Un sueño aislado no suele expresar la mayoría de las veces más
mentos del sueño s'oñ«e'nriqueddos» mediante un mat�o que un aspecto parcial o el problema que afecta actualmente a la
�ar), constituido -p�r imágenes y símbolos y expo­ psique del sujeto, por lo que tan sólo una amplia serie de sueños
niéndose los matices de sus posibles significaciones hasta que aparece proporciona seguridad en cuanto a la interpretación y, además, la
su sentido con suficiente claridad. La selección de las correspon­ posibilidad de rectificar eventuales interpretaciones erróneas.
�nt al alo�
se realiza sin tener en cuenta la época y la esféra Los contenidos del sueño que están referidos a lo colectivo e
que proceden o de si se trata de creaciones indivi- . /.
intemporal pueden esclarecerse mediante «amplificación objetiva»,
duales o bien colectivas. Importa sobre todo que se· trate de expre­ mas tan sólo resultará limitadamente posible obtener de dicho mé­
siones y configuraciones de la psique humana, y que muestren un todo iluminación y ayuda cuando se trata de problemas correspon­
contenido de_ séntido común a todas ellas o bien sidiilar: Todo ele­ dientes a la esfera cotidiana y personal del sujeto. Los arquetipos
mento significativo así fijado se une al sigu iente, hasta que en la mismos no contienen sentido personal alguno; es preciso tener en
cadena de temas oníricos esté aclarado cada uno de los eslabones cuenta a la persona, con . todo su padecer, como punto de partida
y al final quede interpretado el sueño como unidad. Cuando el para proporcionar la interpretación exacta referida- al s�jeto en
arquetipo, en sí no pen::eptible, la «pauta primordial» que está en cuestión; o bien para rechazar la interpretación equivocada. De todos
el fondo, se concrete en determinada imagen y se «presente» durante modos, un sueño que no contenga solamente elementos de índole
el. sueño a la consciencia, el método de amplificación, mediante la personal y privada, sino que informe asimismo acerca de lo que es
apelación comparativa a imágenes y símbolos análogos basados sobre humano y general, puede interpretarse también en cuanto a esto
la misma «pauta primordial», señalará aquello que hay de común último sin «amplificación subjetiva». Es factible destacar a partir de
· y que convierta en verosímil el posible significado, si�ndo este minu­ él todos los motivos de índole puramente arquetípica -tan sólo
cioso trabajo él que mejor puede obtener el sentido del sueño 6• éstos-, e interpretarlos. El resultado de esta interpretación conten­
Sí se trata de· sueños que contienen escasos motivos arquetípicos, o ·. cfrá datos que por deducción permitirán establecer un cierto juicio
bien ninguno, se ha de llevar a c::abo junto a la «amplificación obje- · acerca de la situación psíq.uica del sujeto· que ha tenido el sueño, ya
tiva» que acabamos de . menciona�, una «amplificación subjetiva» . que dichos datos se refieren a la compensación de la misma, pero
en la que el que ha tenido el sueño ha de aportar sus asociaciones · · tan sólo expresan y pretenden llamar la atención acerca de contenidos
personales _::_procedentes de su propia biografía-, a Gn de que. se profundos alejados de la consciencia en los que el hombre aparece
pueda llegar a conclusiones aproximadas acerca del sentido del sueño. como individuo perteneciente a una especie o como parte de un
Sin un conocimiento exacto acerca de la actitud consciente del grupo de tamaño m�yor o menor. El .sueño arquetípico ha de ser,
,.',:i·- soñador, y sin el contexto de asociaciones personales por él propor- pues, considerado bajo su doble aspecto: ¿Qué es lo que expresa con
,.J respecto al individuo aislado que lo ha soñado, y al mismo tiempo
;
' Véase figura XIV
pág. 150 en mi libro Die Psychologie van C. G. ]ung con respecto a la colectividad humana? En primer término, toda
(La psicología de C. G.
J�), Zurich, 1949, J.• ed., en la que se representan
interpretación se refiere al sujeto que ha tenido el sueño: a su ser per-
,) esqucmáticamente los diversos arquetipos del sueño, así corno su concatenación.
)
_j )
122 ARQUETIPO Y SUEÑOS
INTRODUCCION
123
s onal. En contraposición con los llamados «pequ eños sueños», el
colecti�a en vías de desaparición que repite soñando los eternos
s ueño arquetípico apunta rá más allá de la interpretación rela tiva al
contemdos fundamentales· de la ps ique de la humanidad.» 9
individuo aislado, y según el grado de validez de su contenido se
referirá a un grupo de la hu manidad, o a toda ella. Por ello será Y ya que el alma infa ntil está aún completamente entretejida
premisa necesaria el conocimiento de, al menos, la correspondiente . .
con su fondo._ primordial y. -al igual que en los primitivos-- no
s ituación de la consciencia del su jeto tal como a pa rece, por ejemplo,. . raras veces s �r �en de :us- profundidades ines peradas y grandiosas imá­
du rante- la labor psicoterapéutica, aun cuando no. pueda proporcionar· genes ar ��et1p1cas �e Intenso poderío y gran expres ividad, los sueños
asocia ciones de índole pers ona l.
de los mnos constituyen con frecuencia un material especialmente
a pto para observa r e investigar en ellos la esencia y el modo de
«Lo inconsciente elige con hábil mano, y en el momento _
operar de los arquetipos.
ju sto, el símbolo adecuado para el individu o; mas el valor del .
s ímbolo no es abs oluta mente firme y fijo, sino que depende de «Pues la infá.ncia no tiene ta� sólo importancia por iniciarse
la correspondiente referencia del símbolo al sujeto qu e ha en ell� determ1?,adas malformaciones de l os instintos y puls io­
7
s oña do.» nes, smo tamb1 fn porque s urgen aquellos suefios e_ imágenes
1 que, en su ampl ia perspectiva, preparan todo un futuro destino
! 1 Nos vemos limitados a considera r ta n sólo el contenido arque­ Y aparecen ante el alma infantil aterrorizándola o alentándola .>> 10
típico de un sueño en la mayoría de los que nos ha n sido tra nsmitidos
por la His toria, así como en aquellos otros contenidos en mitos, El sueño infantil que expondremos a continuación const
. itu ye un
· e¡emplo de lo que hemos dicho, pues resulta extr
leyendas o en la Biblia, ya que no podemos contar con un contexto _ a ordin a ria mente
ade�a¿o para mfor mar acerca de la asombrosa capacidad creadora
personal al respecto. De todos modos , en algu nos casos de su eños
de rma�enes por parte de la psique. En este sueño
históricos o literarios 8 ca be �us titu ir dicho contexto, hasta cierto se esta blecen
co��lusi ones �ce ca de su entido_ más profundo medi
·punto, mediante ·la: aportación de da tos biográficos y la cuidadosa � : a nte la interpre­
tacron de las rm�genes· o s1mb olos arquetípicos qu� se expresan en él.
inves i:igaéión y toma eri cons ideración del es pítítu de la época corres­
¡ 1 pondiente, y por el cual se halla influ ido el que soñó. Mas la men­
Hay que r�nun�i�r a las referencias personales a la esfera cotidi
ya que es msu�1c:ente lo conocido acerca del soñador
ana,
ciona da limitación se impondrá en una determinada categoría de y no pudieron
obtene:�e asociaciones subjetivas. Hubo que renunciar
slleños: los infa ntiles, ya que los niños no podrán aportar la ·mayoría también a la
correccro� o complementación de lo interpretado medi
de las veces asociaciones con res pecto a los mismos. a nte un es tu dio
d� la ;ene de la que procedía dicho sueño, en
. .
parte porqué no
d1spom
, amos . de los dema's suenos, y en· pa rte porque ·su ·es tudio
_ «La psique inconsciente del niño tiene un ámbito ilimitado
0

habna �xced1do con ucho los límites de es ta tent


y una edad igualmente ilimitada. Existen sueños de niños de � a tiva de exposición.
El suen? mu :tra , s m embargo, una clausuración y pregnanci
tres y de cuatro años que sI on de tal modo mitológicos y grá­ � a tales
vidos de s ignificación que se les podría toma r, sin más, por que es ta ¡_ust1f1cado considera rlo de un modo aislado. De todo
s mo­
sueños de adultos de no saberse qu ién e s el que ha tenido el
dos, c�be intuir --{) bien elaborar hipotéticamente-,
en forma de
sueño. Se trata aquí de los últimos residu os de una ps ique deducciones , su limita da significación individual aun cuand hemo
o s
?e prescindir de la confirmación propiamente 'dicha acerca de lo
F. G. WrCKES: Anaiyse der Kinderseele (Análisis del alma infantil), Stutt· mterpreta?o; es decir: del acuerdo por parte de la niña qu e soñó,
1
7

gart, 1951, pág. 280. con lo �f1rmado en· la interpretación. Mas ya que todo arquetipo
• M. L. VON FRANZ: «Der Traum des Descartes» (El sueño de Descartes), 1
_
hecho VISlble
en Zeitlose Dokumente der Seele (Documentos psíquicos intemporales), Estudios en u n s ímbolo posee_ una «doble faz», no sólo repre­
del Instituto C. G. Jun g, tomo III, Zurich, 1952, y A. JAFFÉ, «Bilder und 1 senta lo que ha sido, sino
también lo que será. Su sentido es tá
.
Symbole zu E.T.A. Hoffmanns Marchen Der Goldene Top/ (Imágenes y símbo­ 1
los en el cuento de E.TA.- Hoffmann «El puchero de oro»), en JUNG: Gestai-
. 1
tungen des Unberpussten, Zurich, 1950, pág. 239. ,\ :. JUNG:. Prólo go al libro
JUNG. Über psych1sc _ hedeEnetgett
F. G.. WICKES: Anaiyse der Kinderseele, pág. 19.
k u.d. Wesen d. Triiume, pág. 92.
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IP O Y
A R U ET U EN
INTRODUCCION
124
• ·1 125
orien tado tanto hacia el presente com o hacia el futuro, y hay que 1
de Freud y Jung, así com o la existen te entre ia valoración respec
tener también en cuenta su contenido por lo que se refiere a su tiva
de los tem as oníricos. Fri::ud._ limitó .su¡¡ hrvestigaciones acerca
aspecto ant1c1pator10 11.
• de' fos
s�eño§_a__lo�. �5:.?.?�,���9�...
• •

Tampoco viene a cuento interpret ar a nivel de objeto. El sueño A�L.


��S�9.1:'.. 9"��-.,c�-�-ª���-� -���sjioªiá�·· foi
no contiene personas ni figuras que se hallen en relación vital Y.
t�5�.�-d�L��J�!?.. 9��---�1!�.
ª�•. y que J1:1ng .1,�!19.n::ima. JQ ..�<ffi�E.�9':.Ilte°'.''
.p.ersonal»Jreud comprobó la existenda del materia
l correspondiente­
directa con la niña que ha tenido el sueño, y que viniesen en con­ ª lo <<inconsciefite-colii#vo;--¿omo·res tos ·arcaicos .i:rías 'ios--iómó río
sideración en cuan to a su realidad efectiva y no simbólica. Los sueños
���nsA½!:��?�i.!::mf)()C()'��()ptó _con.sept() d� aiq��t{po::�ei;t 4
...,..
-¡ -.....-...-.-.-...:•.-·� .., ·�-�- ,. --:-�-.,- •.�.�--� ,,. ' .··., . ,• ,,••._ .,.� .•_ . .... , .• '

arquetípicos, dada su esencia, son en prim er término representaciones _ 1� por Sill:!.QQlQ...ªlgo..dis.tint.o.aLconcep �u��-·
de un m undo interior puramente psíquico, y no de un mundo to,..de.,Jung.. Para él no era
esencial, como para-1Ung, el contenido manifiesto
exterior y concreto. del sueño sino el
contenido «latente», oculto tra:¡; la ��fachada del sueño
». Los' elem en­
La tenta tiva de interpretación.de un sueñe que exponemos a con­ tos del sueñÓoruri�-di�h;·· ���tedid� I;t��t�· 'como
«figuras encu­
tinuación constituye, desde luego, un ejem plo del método junguiano bridoras» y tan sólo puede ser puesto al descubierto
e interpretado
de descubrir el sen tido del sueño mediante el procedimiento de · con el método de la llam ada «asociación libre», causalm
ente deter­
am plificación, m ostrando al mismo tiempo el modo de m anejar el minada. Por ello, para la com prensión del m aterial
insconciente en
m aterial arquetípico; de cualquier manera, no es utilizable en est a el plano del sím bolo, m odo de pensam iento y
de explicación que
form a en la práctica psicoterapéutica. Se trata de una investigación constituye una parte caract erística de la doctrina jttngu
iána, un sueño
que en el curso vivo y auténtico de un análisis tan sólo puede llevarse arquetípico com o el arriba m encionado resulta Ún
docum ento ade­
a: cabo en cuanto a sus líneas fundam entales; sin em bargo, no puede cuado y valioso u_ En opinión de Jung, los fundam
entos inconscien­
ser enriquecida con m aterial análogam ente pluriestratificado y multi­ tes de los sueños y de las fantasías son tan sólo
aparentem ente
ramificado. Y ello no solamente por el hecho de que el sujeto per­ recuerdos infantiles:
dería posiblemente de vista al bosque a causa de la multitud de
árboles , sino también porque un psicoterapeuta no podría im provisar, _ «En realidad se trata de formas de pensá�ien to basadas
en una sesión analítica·, el gran número de posibles amplificaciones instintos, primitivos o arcaicos que destacan de · manera en
m ás
que serían indicadas en la cuidadosa selección de los paralelismos a clara duran te la infancia que más adelante. En sí no
son en
considerar. m ?do alguno infantiles o incluso pa
tológicas ( ... ). Tam poco el
En la interpretación de sueños arquetípicos se manifiesta de modo Illl to, basado en procesos fan tásticos inconscien tes ( o el
sueño
arquetípico), es en modo alguno infantil en cuanto a
especialm ente claro la diferencia ent re los métodos interpretativos sentido
contenido y forma, o bien expresíón de una actitud au toeró
tic�
11 Jung dice al respecto: «En cuanto e! mañana está ya conteni�o _en el h�y o autista, aun cuando crea una imagen del m undo que
apenas
y en éste están dispuestos ya todos los rulos del futuro, un conoc11ruent? mas puede ser equiparada a nuestra visión racional y obje
tiva.» u
profundo del presente podría po�ibilit�r 71. prt;nóstic� �ás o . menos amplio del
futuro ...» Traducido a lo ps1qu1co, s1�mf1�ana lo .s1gu1ente. «Así ;º1!1º cabe Jung cree reconocer en el sueño una especie de G_estalt,
comprobar que a lo inconsciente le son __aun accesibles huellas m!1em_1cas que una
totalidad que implica un acontecer más
desde hace tiempo se encuentran IX?r d:ba¡o del 1::m?ral de la co!1sc1enaa, así_ lo o menos cerrado en sí mismo
son también, hacia adelante, comb1nac1ones subhmmales m�y- fmas y que _ son y cuya estructura es similar a la del drama. Por tanto, se
puede
de la máxima importancia para el acontecer futuro.» Estas úlun:ias «pued�n ser
objeto de una refinada síntesis psicológica, la cual sabría s�gu1r las comentes 12 En casos especiales,
Freud establece
naturales de la libido », aunque jamás se mostrarían accesibles a un método·: que el significado del sueño rehuye la interpruna excepción; en aquellos en los
etación
t-iuramente analítico. «Es algo que no somos capaces de hacer nosotros, o tan Y reductiva de asociaciones. Afirma: «Nuestra labor medi ante una cadena causal
interpretativa resulta inde­
sólo podemos hacerlo mal; pero sí lo inconscie:ite, pues es allí don?e -acontece pendiente de estas asociaciones (del sujeto que ha soñado
y ·parece ser que, de vez en cuando, y en aertos casos, surgen llDpoi::antes • el - soñador ha utilizado en el contenido del sueño elementos) en un caso: cu ando
fragmentos de este trabajo, al menos en sueños, de lo cual_ provendría la 1mpor­ �es, en sentido estricto, nos servimos de un segundo método simbólicos. Enton­
tancia profética de estos últimos, afirmada desd;. hac_e uempo por la supe_rs­ mterpretación de sueños ( «Die Trau.mdeutung») (La interpretación auxiliar de la
tición. En no raras ocasiones, los sueños son anuc1paaones de futuros cambios ños ¡ (Obras completas, tomos II y III, ed. alem ana), Londres, 1948,de Íos sue­
verificados en la consciencia.» (Symbole der Wandlung, pág. 82.) pág. 246).
..• 1 ]UNG: Symbole der Wandlung, Zurich, 1952, pág. 44.
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126 ARQUETIPO Y SUEÑOS INTRODUCCION 127

establecer la división del curso del sueño y la «agrupac1on lógica Los sueños pueden ir y venir cuando quieran. Su sentido es con
de sus elementos con arreglo al esquema de un drama clásico. A la frecuencia oscuro, su intención desconocida. Surgen aportando imáge­
exposición en· la que se presenta el lugar de la acción y los persona;es nes y verdades cuya profundidad nos asombra, y que exceden con
que actúan, sigue la fase de désarrollo, de establecimiento del nudo frecuencia la capacidad humana de comprensión. Mas la imaginación
que impulsa el drama hacia el punto culminante, en el que sui:ge no puede crear nada que no esté ya dispuesto en las profundidades
la crisis. y a la que sigue la solución, la tisis. En ella se pone de­ de la psique. Y el hombre goza de la capacidad de representar el orden
manifiesto el resultado logrado por el trabajo del sueño; el· estado divino y cósmico, puesto que él mismo es parte de la eterna esencia,
de cosas final, que en cierto modo proporciona la salida, la solución par's pro tato.
del probléi'ña en cuestión. Esta estructura, análoga a la del drama, se
pone también de manifiesto en el sueño infantil que vamos a exponer.
El desarrollo, la culminación y la solución se suceden en rápida se­
cuencia y permiten lanzar una ojeada al taller de la psique, en el que
los arquetipos tejen inexorablemente el destino del hombre y de la
Creación.
. '

FIGURA 3

La ·serpiente como símbolo del transcurso del tiempo

Las pequeñas serpientes que caen -dd· vientre de la grande


representan los distintos sectores de tiempo
Grabado en madera tomado de Chr. Cotterus
«Lux in tenebris», 1657, pág. 45
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IV. EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO

EL SUEÑO que aquí presento y que d�seo i.nterpretar procede de


una niña de ocho años, que falleció de escarlatina aproximadamente
un año más tarde. Es el último de una serie .de sueños que la niña
había tenido poco antes, y que transcribió, reuniéndolos en un cua­
derno que entregó a su padre como regalo de Navidad. Ella misma
le puso como título «El sueño del animal
.
malo». Es como
.
sigue:

«Una vez vi en sueños a un animal que tenía muchos cuer­


nos. Con ellos ensartaba a otros pequeños animales. Se enrolla-
ba como una serpiente. Entonces empezó a salir un humo azul
de las qrntrn esquinas y el animal dejó de comer. Entonces vino
el buen Dios, pero en- realidad eran 9:!_atro buenos dioses en las
c;_¡.mtro esquina:,. Entonces murió el an'imal y todos los animales
que se había comido salieron vivos de él.»

Ya: a· primera vista se ·tiene la sensación de que en este sueño se


trata de uno de los· llamados «grandés sueños», tal y como lós cono­
cemos a partir de la correspondiente literatura. No en el sentido en
que 1� son los sueños proféticos de un niédko-brujo o de un chamán,
que profetiza lo que le va a suceder a toda la tribu, sino en el de que
trasluce una especie de «visión cósmica», un profundo núcleo idea­
tivo. Expone una verd�Hlosófica ocósmica, tal como se da en
antigu�s leyendas y cuentos. En el fondo no aparece tanto como un
sueño, sino como una visión. Se asemeja a una fina pintura oriental:
. un par ·de difuminadas manchas de color, unas cuantas líneas, sin
apenas contornos netos que reproduzcan lo expuesto. Mas si profun­
dizamos en el cuadro se anima el vacío fondo y se colma de un
contenido que amenaza con hacer saltar el marco. En abigarrada
multitud comienzan a surgir entonces en. él formas y figuras que
se condensan en una aparición cuyo poderío nos asalta y sobrecoge.
La durmiente no está implicada en la acción, la cual se desliz�
ante sus ojos como una película en color. Informa al respecto sencilla
'.)_)
, .·,l
y fríamente, casi sin participación, como si se tratase de un lejano
,lr_j acontecimiento que no conmueve ni afecta; y que se contempla con

:) _J 129
130 ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 131

asombrada mirada infantil, algo asustada quizás. En la acc1on del Peripffecia =«Entonces· surgió un humo azul de las cuatro esquinas
sueño no es tan sólo la niña la que no aparece en relación alguna y el animal dejó de comer.»
manifiesta, tampoco aparece ser humano alguno desempeñando un Culminación = «Entonces vino el buen Dios, pero en realidad eran
papel. Es esto, quizás, lo que constituye el motivo principal de que cuatro buenos dioses en las cuatro esquinas.»
el sueño evoque una impresión tan extraordinariamente intensa de
«Entonces se murió el animal y todos los animales que se
=
falta de· referencia a cuanto sea individualmente humano: en él tan
Lisis
había comido salieron vivos de dentro de él.»
sólo aparecen enfrentados el animal y Dios. Debido a esta completa
ausenciá del hombre como persona actuante o paciente, parece ema- · ·
¡ Aparte de la división en estas habituales etapas, en este sueño
·l nar del sueño aquel tono frío, tremendo;-cle épocas arcaicas, _pre-
. humanas, cuando «el Espíritu de Dios fluctuaba sobre las aguas» 14• aparece otra, que es consecuencia de su peculiar estructura. Se trata
-Lo· infrahumano y lo sobrehumano, el animal y Dios se enfrentan de la división, o mejor dicho, la bipartición en un acontecer inferior
a uí im lacablemente. La materia primordial y el espíritu primordial y otro su eño uno «terrenal» y otro «celestial». El hecho de que
aparezcan tan sólo Dios y arum r n especial relieve
se enfrentan e aza os en a uc a; a muerte e nacumento, t
la tensión entre contrarios existente en el ·sueño. En la primera parte,
como viene sucediendo incesantemente desde tiempos innmemori es,
el escenario está solamente ocupado por el gran animal malo y los
en el apasionante espectáculo de la vida que constantemente perece
animales pequeños: En la segunda aparecen Dios y los dioses y el
y se renueva. El escenario en el que tiene lugar esta lucha es el
animal es privado de su poder. .Se trata, en realidad, de una confron­
«espacio interior» de la psique y sus diversos rasgos aparecen como
tación entre animal y Dios, el mal el bien, las tinieblas la luz,
las formas y figuras que han de protagonizarlo.
la materia e ui r ras denominaciones
La profundización en el sentido y la significació� de las diversas ap iquen o se ha an aplicado de siem re a estos contrarios ar­
imágenes arquetípicas o elementos del sueño y en sus correlaciones di es. tán ya al comienzo de la formación del mundo, surgieron
servirá para · demostrar lo anteriormente expuesto. Como ha descu- -� el segundo día de la Creación, cuando Dios separó las «aguas
bierto Jung con resp��to a la mayoría de los sueños, el que hemos · inferio�es» de las «superiores». Rompiendo la unidad de 1� Creación,
expuesto representa un auténtico drama en forma condensada y sim­ creó fuerzas contrarias, opuestas entre sí. En su ámbito se desarrolla
plificada, y se presta fácilmente a una división análoga a aquella desde entonces toda vida. Aún hoy contienen la tensión dinámica
en la que se basan los dramas clásicos. de todo ser, tal como entonces, cuando el Creador se detuvo y no
Si intentamos aplicarle el esquema de división utilizado en el pronunció las palabras que confirmaban cada día de la Creación:
método junguiano de la interpretación de sueños, resultaría aproxi- «Y vio que era bueno.» Pues en esta separación y división residía
madamente lo "que sigue: al mismo tiempo el conflicto, la escisión, que pasa también a través
del hombre y amenaza con frecuencia con desgarrarle, más constitu­
Lugar = La ilimitada tierra de los sueños, el espac10 que abarca yendo en último término el motivo de la superación de sí mismk.
al todo y sus cuatro esquina/ Así se convirtieron las «aguas superiores» en cielo y las «inferio­
Tiempo = Erase una vez ... la eternidad intemporal. res» en tierra. Y comenzó el gran combate entre ambas, combate que
Dramatis personae = El animal malo y cornudo, los pequeños ani­ perdura en la actualidad. Pues en estos dos principios y su pugna
males, el humo azul, el buen Dios en forma de cuatro dioses. -se les podría considerar como lo� arquetipos de la primera y magna
tensión entre contrarios- ya se llamen materia y espíritu, día Y
Exposición = El animal malÓ de cuernos múltiples ensarta y devora
noche, masculino y femenino, reside la tragedia entera de la Creación
a los animalillos y se enrosca como una serpiente.
y del ser del hombre. Desde tiempos inmemoriales no han cesadó
de arrastrar a los hombres y una interminable cadena de mitos, leyen­
das y misterios da testimonio de su inquebrantable poderío.
I, Moisés I,2 (todas las citas �rresponden a la traducción de Lutero,
11

Stuttgart, 1937).
1.32 ARQUETIPO Y SUEÑOS
EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 1.3.3

/i
I
Si nos atrevemos a afirmar que el «animal malo» del sueño es por los comentaristas como señor del desierto y masculino, lo cual
un símbolo, la personificación de lo pulsional, de lo oscuro, de las constituiría un indicio de que en una versión más antigua eran am­
«aguas inferiores», podemos basarnos para ello en una serie de bos tenidos como un ser hermafrodita único, siendo tan sólo sepa­
sorprendentes analogías · cori los más diversos sectores mitológicos.
rados en un mito posterior 17• También� la madre arcaica babi­
Vamos, por tanto, a examinar más de cerca al «animal» con el méto-
do de la «amplicación objetiva», a fin de fijarlo con exactitud. lónica, aparece como bisexual en muchas representaciones; el «ser
hermafrodita arcaico» 18, aún no separado, en el simbolismo de la
al9uimia.
El aspecto doble del animal El hecho de que en el sueño no sólo aparezca la ya mencionada
naturaleza d_oble y contrapuesta de animal y Dios, arriba y abajo,
El animal no es denominado ni tampoco exactamente des.critci en sino también. una doble naturaleza en el animal mismo (ya que
el sueño. Su única cualidad señalada es 1a de que «Jiene muchos muestra tanto rasgos terrenos-pasivos como ígneos-activos)� permite
_cuernos� con los que ensarta a otros «animales pequeños» para devo­ concluir que no se trata aquí de un animal corriente, sino más bien
rarlos, y que se enrolla como una serpiente.
de· uno de aquellos monstruos míticos que representan la encai:na­
Lo primero que llama la atención es que el animal, al parecer
(y no solamente todo el acontecer del sueño) reúne en sí rasgos de �ión simbólica de la totalidad, que en este caso es la correspondiente
a una mitad del mundo: la del «mundo inferior». D�sde .el punto de
naturaleza contradictoria. Como ser que se enrolla a modo de una
vista psicológico ello significarfa que el mundo de los instintos y
serpiep.te, correspondiente sin duda al elemento húmedo y frío; y,
debido a sus cuernos, se halla también unido al elemento ígneo­ pulsiones --de la psique vinculada al ser biológico--, queda aquí
cálido de la penetrante pasión. El cuerpo del animal, del □rnl se expresado, en lenguaje de imágenes, por un animal arquetípico ar­
dice que se enrolla, ba de considerarse como una especie de serpiente caico y cósmico.
y un símbolo ctónico-oscuro femenino- asi devorador - ertene­ . La bilateralidad del ser fabuloso es algo característico de las épocas
c1ente a· a tierra-, al· que los cuernos a re an e1 as ecto masculin0::. arcaicas; tales animales corresponden a la zona más profunda de lo
._!Ctlvo e un mo o comp ementario. El animal parece ser en cierto inconsciente y cuando surgen, durante los sueños de sus tinieblas,
modo un monstruo ctónico, que como ente cosmogónico arcaico aportan consigo todo el espanto de las vivencias corresporidientes a
supone la simbolización d_e la llamada prima materia alquímica; la un mundo primitivo. Proceden de tiempos en los que el agua era
sustancia primordial que, con arreglo a su naturaleza, era designada considerada como el comienzo del todó; por ejemplo, en' el «Géne­
casi siempre como hermafrodita. Según Jung, <� naturaleza contri!:: sis», al comienzo de la Creación. O bit�n cuando se decía del agua
dictaría en el ens rimum es una idea, or así decir universal» 15• que era aquella anima mundi de la que afirmaban los .alquimistas:
Según la mitología egipcia, � a materia primordial húmeda ( «la Aqua es vas nostrum 19• Expresado en lenguaje de imágenes, los seres
materia primordial paridora»), que es simultáneamente de índole animales que corresponden a este mundo arcaico eraD" también porta­
femenina y masculina, es también designada como «Aman, las aguas dores del símbolo de la matrix, de lo femenino-receptivo, del vas
primordiales, el que es en el principio» (el «padre de los padres» alquimista, del krater, del «recipiente» 20• Representaban la inagotaJ:!e
·y la «madre de las madres») 16• Se afirma acerca de muchos mons­ multiplicidag_de la Grao Madre de 1ií materno--.:.---, eo lo que j;it:á
éontenido también lo masculino; la Gran Madre como símbolo
truos que reunían enAJos atributos masculinos y femeninos. Es pues
posible que también JY(ehemoth y Leviatán hayan de ser considerados
como un monstruo iicru.co uruco;�como Leviatán es consi­
17
H. G:UNKEL: Schopfung und Chaos in -Urzeit und Endzeit (Creación y
caos en los primeros y los últimos ti=po), Gottingen, 1895, pág. 63.
derado como señor de las aguas y femenino, Mehemoth es designado
u JUNG: Psychologie und Alchemie, pág. 400.
"16 ]UNG: Psychologie und Alchemie, Zurich, 1944, pág. 452.
19
JUNG: Psychologie und Alchemie, pág. 326.
]UNG: Symbole der Wandlung, pág. 407. "' JUNG: Von den W�rzeln des Bewusstseins, Zuri_0, 1953, pág. 162.
( �1
(�
134 ARQUETIPO Y SUEÑOS
EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 135 \ ·\
correspondiente a lo más profundo de lo inconsciente ' en donde no derarse también como un «;l.ragón; Yl1Ce en la profundidad del océano \_,;�
esta, sepa ra do aún el par de contrarios masculino-femenino 21• que rodea al mundo e inclu so es -;;ste océano mismo �. Análogo es (_;_\
Rahab, el «monstruo del ma r rugiente», como le denomina Job, una ( ·:··
personificación del mar primordial que tan sólo puede apaciguar·
l ")

(
Drag6n y serpiente Jahwe 26• La diosa madre sumeria más anti a era un dra ón er­ \<)
� Ante la casa e Medea está el. vigilante dragón y durante (

J
.
/) .
El an}m� fabuloso y arcaico que hemos de mencionar liquí en ·
/ primer te�o al apelar a �aterial de a mplifkacióñ es el dra gón.
. _
la noche, dicen, no tiran ca ballos del ca rro del sol, sino dragones 28•
El carro de la diosa madre Demeter es tirado también por un dragón
t>
Ya :n las mas anri_guas . versiones es considerado como la personifi­ (J)
.
cacio� de la eoerg1a da dora y también destructora de vida corres­ Ciiandojí!ermanece en el Ha des, en el mundo inferior, pa ra .buscar a,,
pondiente al agua . En la ima ginación humana, el dragón fue situado
su hija Perséfone 29 Delphyne, la , gran enemiga de Apolo, la «ser­ f)
piente gigante semej ante- a una ma triz» a la que ma tó el dios cuando
J

r?
''):
( ..·.:
d�a�te mucho tiempo al comienzo de todo devenir y su historia
era aún niño y vino a Delios, era asimismo un dragón hembra •
·
30

comcide con la secuencia de tentativas humana s para escapar a su


poder �evorador. l.os números p11_res, que con arreglo a antiguas El delfín, en los mitos griegos a rcaicos, era el símbolo de la cualidad i: )
fecunda ,· gener dor de vid , del mar 31
Se decí del delfín que er
concepaones representan lo femenino, la tierra, lo subterráneo y el
a a a • a a
d expres d en l
( ·.
u,n animal rino dot do de n útero (propied
��' se considera ban personifica dos en el dra gón; o bien, como suce­ sílaba del/) .
:
a a u a a a a
(J
día más adela�te en la alquimia, en la serpens mercurii, que repre­ ,¡
senta el -matenal de partida del opus. En Pa racelso, la prima materia En el yoga kundalini hindú, el chr;ikra svadhisthana de la regió� -�� / r
_ ,�
es un zncreatum y éste, al igual que en la alquimia, es representado / ) del a gua está ha bitado por un d.ragó11.. • Y como una de las más 'O(_ ·
13

como serpiente hermafroditá o como draco, dra gón, que se fertiliza � figuras de dra gón · hemos de menciona r a la ballena que ( ·
Y pa re a sí mismo 22• Desde el punto de vista psicológico simboliza devoró a Jonás, así como al Leviatán bíblico qu e es_ descrito como
ila jnconsc_iencia rim · 1 u e residir in cavernis monstruo acuátic ue a rr-01 aba fuego por
et tene rosis locis» 23• - La - v�cuiádón entre "los inicios del cosmos · as auces del cual se 'dice en el Antigua Testamento: «Como . .una ('"")l
Y el· dragón está plásticamente descrita en la cosmología babilónica,
i pebeter o. Dej a tra s
..
olla hace borbot r a l a bismo, c a mbi a el mar en ( j_
en la qu e Tiamat, el ser en forma de dra góri que simboliza la oscu­ a» •
a
[ sí una es"tela esplen� oros . � rece el ª?ismo un melen blanc
(V:'.)�:'
34
a a a a
rida d del comienzo, es, representado con ·frecuencia como «serpiente Los dragones han sido considera dos siempre como seres fabulosos
furiosa» 24 que es vencida por el héroe sola r Marduk, siendo superado
poderosos_ y temible�, mas debido_ a su facul�ad de ª:raer el agua (LJ
a sí el mundo arcaico ma tria rcal por el luminoso in undo pa terno, y � n sido conside ra dos ta m-
y las ll via,s -por e:¡�m2J o, _e_ri_Ch in - ( \
quedando-fü1minada hrtenebrosida:d de lo inconsciente por los rayos
a a
gón-ha - siclo eqm-
u
bién como sagra dos e incl so se les invoca b�.-E.C dr
de la consciencia, que distingue y divide.
u a

(.,
En las pri1:1_eras épocas cid antigu o Egipto, el dragón era proba­ Schicksal sglaube (Wodan lla
.u M. NrNCK: Wadan und der germanische )
blemente �n simbolo de las grande's inundaciones del Nilo, con sus 1
· creencia germánica en el destino), Jena, 1935, pág. 54.
y
pág. ((\'_�
consecuencias fecundadoras y asoladoras, siendo identificado tanto .\ u H. GUNKEL : Schopfu ng und Chaas ... , 36. · -�
rr E. SMITH: The Evalutian of the Dragan, Manchester,
1919, pág. 232;
con el dios Osiris, como con la diosa Ha thor; con Osiris en cuanto 1 •,e:<J
E. FuHRMANN: Das Tier in der Religian (El animal en la religión), Munich,
a su a specto benéfi o y con el adversa rio de Osiris, Set, en cuant� a
21 i:'

� 1922, pág. 39. (j


su aspecto destructtvo. La serpiente Midga rd, del Edda, ha de cansí-
: f 'h�?:\)ie, Mythalogie der Griechen· (La mitología de los griegos),
t
{' 1
r:')
Zurich, 1951, pág. 134. ·
." Para más detall� véase �- NEUMANN: Zur Psychalqgie de:r Weibliche:n
( Ps1�logía
11 K
. KERÉNYl y L. M. LANCKORONSKl: Der Mythas der f.Iellenen (El mito (!···:
de lo femenino), Zunch, 1953; y Die Grosse Mui!Zr (La gran madre) )
2 unch, 1956. de los helenos), Amsterdam/Leipzig, 1941, ·pág. 50. 0
.a Ibíd., pág. 50. (
: }UNG: Psychalogie und AJchemie, pág. 605. · " A. AVALON: The Serpent Pawer, Londres, 1931, figura III. ; e)
}UNG: Van den Wun:eln des Bewusstseins, pág. 185.
)_

:M

H. GUNXEL: Scbopfung und Chaas in Urzeit und Endzeit, pág. 28. " Job 41, 23/24: .

�;·,: .
( -� .-
136 ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 137
parado en ocasiones y en algunos lugares al cocodrilo, que está con- . el dragón, la serpiente simboliza la «materia prima» a transformar, la
{V) � siderado como provocador de lluvias y dios celeste 35• En casi todos massa informis; y como animal de sangre fría y primitivo simboliza
!T) los pueblos ha existido la creencia de que es el provocador del mal lo inconsciente instintivo en general, que ha de ser espiritualizado
,?- ', tiempo, la causa de inundaciones y asolamientos de tierras. Sobre él y ennoblecido mediante un lento proceso evolutivo. En la alquimia
-s.:.._'. /
galopa la tormenta ocasionando dedizamientos de tierras y terremo­ representa a la sustancia a transformar ue como m ri
.tt) tos 36• En casi todas partes aparete el dragón unido a la noche, la ,·-
mico simbo iza tanto a proceso e transformación, como a su co�­
t->) oscuridad, el seno materno, las aguas...
--n;
nido 40•
)
i::'� La serpiente, al igual que el dragón, corresponde a lo ctónico, al entre los extraordinariamente múltiples aspectos del simbo­
elemento agua (frío y húmedo), y al dominio de lo material-femenino. lismo 41 en el que aparecen la serpiente y el dragón, tan sólo hemos
t,:�í En los tiempos míticos era considerada como el símbolo del océano mencionado aquí algunos que nos parecieron útiles en el esclareci­
o del Jordán J7 (agua en movimiento). _Se ve en ella, en general, la· miento del material onírico. Ya que son símbolos frecuentes y obicuos
personificación de lo instintivo, de lo pulsional en su aspecto colec­ del mat�rial inconsciente, su importancia se halla sometida a innume- ·
tivo-im ersonal, prehumano y siniestro. Según la forma y el coritext<;> rabies variaciones, con arreglo al contexto en el que aparezcan.
en que se la encuentre, es considera a como un sím o o «enemigo
ae la luz»;· encarnac10n del «aliña mfenor» en el hombre, o también
El cuerno
como símbolo de lo sexual (el «oscuro impulso» del sexo), bien en el
sentido de Freud (como símbolo masculino, híhco), o en el de Jung
Tras esta breve rev1s1on de algunas· de las amplificaciones rela­
(que le. otorga una significación femenina-ctónica, poniéndole al mis­
tivas a la serpiente o el dragón que se enrosca, incluiremos otras
mo tiempo. enc,relación con lo creador, lo que deviene).
acerca del simbolismo del cuerno, que habremos de ampliar mediante
En las dWersas mitologías, las serpientes aparecen casi siempre ejemplos de animales fabulosos astados de la clase serpiente-dragón.
f ••
como animales acompañantes o como atributos de las grandes diosas En el sueño se dice acerca del animal que tiene «muchos cuer�
madres relacionadas con la tierra. Nos encontramos con la serpiente nos». Los cuernos son ·símbolos fálicos es decir· exacrai:neote contra­
en conexión con Hécate, la diosa lunar griega, así como con la puestos" al cuerpo terreno y húmedo d� la serpiente. En épocas mito­
diosa madre Demeter. También está en íntima relación con el agua; lógicas y entre los primitivos, el cuerno era la corporalización de los
en los mitos y leyendas se la encuentra con frecuencia unida a fuen­ ►ayos solares e implicaba un principio ígneo, masculino-activo. Este
tes termales sanadoras. Es compañera del dios sanador crónico Askle­ principio «solar-activo» ejerce tanto efecto creadores, como destruc­
pios (Esculapio), e incluso es el propio dios 38• En la narración relativa tores. El rayo solar, cuando penetra en la tierra hace que germine la
al Paraíso terrenal es representada frecuentemente con cabeza de semilla, .de�arrollando así una acción fertilizante (se trata de una

l J. . ' ,
mujer. En el gnosticismo, sobre todo en la secta de los naasenos y representación o creencia que se ha mantenido hasta nuestros días),
los ofitas, la serpiente desempeña un decisivo papel y se dice de mas también aniquila y destruye la vida con su lumbre. Sea cual
ella: «Es la sustancia húmeda ( ... ) Yr nada en el mundo, inmortal o,. fuere la forma en que se le considere, pos_ee el papel de un «agente»,
mortal, viviente o inanimado, puede existir sin ella» 39• Al igual que que prove.,\'!_duuerza..}'....P.odi::i;. Ha habido muchas divi�
sentadas con cuernos, y Miguel Angel esculpió a Moisés con cuernos
J> E. ERKES: Strohhund �nd Regendrache (Perro de paja y drag6n de la ue simbolizaban la 1a am 1en se áes1gna6a7"
lluvia), Artibus Asiae IV, pág. 209.
36
. . .
Handworterbuch des Deutschen Aberglaubens (D1caonar10 de la supers­ 0
_ _ -�El? 5�l. bJc.or:[l�>� y el signo de su insólito poder
j.anc:im-16..�g_n�
eran los cuernos de carnero; y Julián Apóstata era representado en
:) tición alemana), Berlín y Leipzig, 1927/1942.
11
H. LEISEGANG: Die Gnosís, Kroner, Leipzig, 1924, pág. 141.
;--·.-1 JJ C. A. MEIER: Antike Inkubation und moderne Psychotherapie (La incu­

.. ,..; ) bación en la Antigüedad y la psicoterapia moderna) (Estudios del Instituto '" JUNG: Psychologie und Alchemie, pág. 345. . .
" B. E. KüsTER: Die Schlange in der griechíschen Kunst und J.<elrgron (La
C. G. Jung, Zurich, 1949), pág. 72.
�)) :i. H. LEISEGANG: Die Gnoris, pág. 141.
serpiente en el arte y en la religi6n griegas), (Giessen, 1913), donde encontrará
el lector un material cuidadosamente recopilado con respecto al tema.
3)
)J
138 ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 139
<..__las monedas romanas como el dios Serapis, con una corona con picos, La serpiente con cuernos
que simbolizaban fuerza radiante 41• Igualmente, Hathor, la diosa
egipcia del caos, era portadora de cuernos; y los diez cuernos que El sueño no informa si el animal tiene un solo tronco o bien
lleva un animal de la visión. de Daniel 4� significa9_!:LP-9���lo.§..._ varios, si una o múltiples cabezas y cómo están distribuidos sus
re��_sk_Ji.o.m.q_y_G,r?- múltiples cuernos por el cuerpo o las cabezas. Mencionaremos diver­
El significado del cuerno", tanto. en su aspecto. positivo �o�o sas versiones en cuanto a su simbolismo.
negativo, lo hallamos confirmado en _todos los pu�blos . med.Iante
Entre los dragones multicéfalos existen muchos que han alcanza­
numerosas tradiciones. El toro furioso que desgarraba con sus astas do fama. El dragón Ladon vigilaba las manzanas doradas de las
los cuer os de los rimeros mártires cristianos en los circos romanos
es la eterna representación e a uria cie a e a mtensi a es­ U . Hespérides 41! y la hidra de Lerna, la serpieñce acuática vencida por
I[ Herak1es, poseía múltiples cabezas y un aliento venenoso que pene­
tructora y a v10 enoa mort . En contraposición, a la representación traba en los hombres como un cuerno mortal 49• Existe una hipótesis
hermética del legendario unicornio iba unida la creencia de que según la cual se identifica al dragón con el pulpo que vemos repre­
dicho animal pO'élla consagrar. el agUamediante su cuerno: limpiarla sentado con frecuencia en antiguos vasos cretenses 50, y el Leviatán
de impurezas, dando así testimonio de su elevada potencia creadora. es representado también con rriultiples cabezas 51• No existen daiós
La penetración del unicornio en el seno de la Virgen y su papel. que nos permitan afirmar hasta qué punto estaban astados estos
· como representación del Espíritu Santo 44, tal como a arece en fabulosos animales (serpientes y dragones de múltiples cabezas), mas,
cierta icono ra ia cristiana, muestra rasgos similares. En este mismo en cambio, existen versiones en las que se menciona expresamente
· pape o encontramos en os gnostlcos y en diversos representantes la cornamenta de· dichos animales. La más conocida es la relativa al
de la alquimia 45 • .J.l unicornio señalaba en Africa el rango de príri.- gran dragón rojo de siete cabezas del Apocalipsis, con sus diez cuer­
_cipes y emperadores, siendo eo der�as tribus adorado com? símbol� nos, y del que está escrito: La antigua serpiente, que se llama
' del sol 46. Finalmente, en el Apocalipsis _
de San Juan se dice acerca «Diablo» y «Satanás» 52•
del dragón con las siete cabezas y los diez_ Ct1�rn9s¡ . «Los c!i_�z
_ , Entre l�s· indi�s pu�blo, la ,serpiente astada ern un ·espíritu. .d� la5 · · · ·
cuernos que has visto son diez reyes que no han recibido aun el
aguas que poseía especial importancia religiosa 53• � el dragón
reino, pero que recibirán el poder de reyes, por una hora, con la
chino y japonés, tiene cuernos 54; y entre las serpientes Naga, semi­
bestia. Están todos de acuerdo en poner a disposidón de la bestia
divinas, se cuenta el dragón marino, con la mitad superior del cuer­
su fuerza y poder» 47• .
po de hombre, la cabeza astada y la mitad inferior del cuerpo en
El diablo, como príncipe de las tinieblas, es representado general­
forma de serpiente 55: En la cultura maya se menciona a un caimán­
mente .con cuernos; representación que se ha conservado hasta Ja
dtagón que presenta una peqüeña cornarn.enta de-venado. Una-cu::
época actual, aun cuando hoy día se le concede un aspecto algo
riosa mezcla es la representada por el dragón con cuernos de antílope,
más civilizado y menos fiero que en la Edad Media, época en que
gacela o ciervo. En California, por ejemplo, los indios representaban'
Satanás era imaginado como un ferpz monstruo dispuesto a devorar
a los pecadores con sus abiertas fauces. a un dragón con astas y alas, _y en China el dragón era designad�
frecuentemente como el «ciervo celestial» 56.J,<?�_c!Ioses babiloruosEa
-yMarcíu1ci6an urudos en--müChas oc;¿iones con el antílope· y se. les

u JUNG: Symbole der Wandlung, figu ras 106 y 37.


t " K. KERÉNYT: Die Mythologie der Griechen, pág. 57.
�? 43 Daniel 7 2, " Y. PRELLER: Griechische Mythologie, ·Berlín, 1921, tomo II, pág. 444.
"' E. SMITH: The Evolution of the Dragan, pág. 215 y figura 24c y otras.
,- u )UNG: Psycbologie und 1]chemie, pá¡;. 589. . .
" JUNG: «];?as Einhommouv als Para gQ;lll1!:., (El tema de} umcoi:r;10 como
51
H. GUNICEL: Schopfung und Chaos, pág. 83.
52 Apocalipsis 12,9.
paradigma) e o ogre un e emte, donde se encontraran tamb1en nume-
rosas ilustraciones con respecto a1 tema. - n E. SMITH:_1]¡e EvolutiotL.oLthe Dr11gon, pág.91.
" E. FUHRMANN: Das Tier in der Religion, pág. 28. -T6íd., pág. 103.
55 Ibíd., pág. 108.
"' Apocalipsis 17, 12/13. 56
Ibíd., pág. 133.
140 ARQUETIPO Y SUEÑOS
• �:- ..
• EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 141

.d e la boca del Cristo una afilada espada: el p9_der de su palabra 61•


representaba con cuerpo de pez y cabe�a astada de �ntílope ST_ !;:xiste�. Tambiéri-·el � debido a su penetrante violé�fá7°sim'"t0Iizá-·cci'ñ
I �nes que san ayténticas figuras mixtas, y que Junto a cuerpo �e frecuencia al amor que sobreviene de repente y cuya víctima, feliz o
/ _serpieqte .:-::::Y �9.□.:10.. signos de_s!:1� [!1Últiples � v_a�i��a_s__ P�?p1e_d.'.1de_s-::- .
aniquilada, es o puede ser el hombre. Como es sabido, Zeus fecundó
•pi�sentan además otras formas anil;D al<:s: l�on, aguda, carnero, vaca, . en forma de rayo a Semele, V de esta unión nac10 D10nyso� º2• Y SI
ciervo,� En Illinois se conse:va una pintura rupestre que repre­
_ se tiene en· cuenta el significa90 fálico que corresponde al tJecho de
senta a dos dragones ( en colores roJo, negro y verde) y de los que ·
ensart�r, podemos considerar una serie de aspectos relacionados con
se dice que cada uno de ellos es tan grande como un ternero, tiene el acto de procrear, con la penetrante intensidad de la libido o energía
cuernos como un ciervo, ojos rojos, barba, el rostro de un hombre psíquico, con el impulso ciego, el deseo irrefrenable y otros fenó­
con terrible expresión, un cuerpo cubierto de escamas y · una cola - meno� 63• Lo penetrante asume las más diversas formas y actúa tanto
tan larga que puede rodear la gigantesca figu ra del animal 58• destruyendo como fecundando; es un «impuls�r» que empuja. al .

r
En casi todas partes son equiparados el diablo, el dragón Y la des�rrollo o, al provocar la muerte, proporciona el . estímulo para
serpiente. Gerardus Dorneus, alquimista del XVI, consideraba q�e la renacer.
ser ens uadricornutus la se · cu · o Los al uimistas hablaban de tin «mercurio enetrante» 64 y enten­
mismo En a doctrina maniquea es· descrito del .modo sigu iente el
59•
dían por ello el es uerzo y a actividad dirigidas a la .expulsión del
dominiO del diablo en las aguas pri�or�iales: «Tragó y ? evoró todo mercurio a partir del mineral; es decir:. «el. espíritu que se hallaba
. ,
sparciendo perdición a derecha e izqmerd�; Y descendía a las pr� � oculto en la materia»-1 a fin de lograr lo «esencial», la «materia espiri­
_ .
fundidadés, sembrando con todos estos movimi�ntos de arriba a ab�Jº tual» con la que se podía transformar un estado imperfecto en otro
�estrucción y aniquilación» 60• ¿No recuerda vivamente esta descr1� perfecto. Así, el ensarta.miento de los «pequeños animales» podría
ción la actividad del «animal malo» en el sueño narrado? . ser también · una dolorosa «fecundación»· ·;-prei:rusa de su ulterior re:.:
torno a la vida. Podría tener el mismo sentido que la división, la
mortificatio, etc., en la alquimia, deserµpeñando los cuernos idéntico
Ensartar y tragar papel · que la «tajante e�pada» o el «hirie?te dardo.» ( el_j¿lt;tz�, passiC?.:.
_
nis el arma de Mercurio en la obra alqmm1sta) 65, o brenla llave de
Estas dos clases de posibilidad de acción son propias tanto del · · iifefistófeles con la que Fausto ha de franquear la entrada al reino
animal como del hombre. Según los casos, puede tratarse de formas de las madres, o también el penetrante rayo de sol.El cuerpo des.em­
de accíón o de reacción que se dan en determinadas circunstancias y peña aquí el papel del sperma mundi, que mata debido a su inten­
qu� ponen de manifiesto modos de comportamiento arquetípicos. sidad, pero que a causa de esta propiedad espermática también anima
Ensartar es análogo a perforar, atravesar, penetrar, etc, y se halla y fecunda.
por tanto en íntima relación con el instrumento utilizado para ello, El hecho de ser .devorado o deglutido constituye un motivo
_
que puede ser un palo, una flecha, una espada, una lanza, una daga; arquetípico muy difundido en leyendas, cuentos populares y mitcis.
algo, pues, puntiagudo, afilado, pepetrante. En nuestro caso s� trata. Su más conoddo e·em lo es la historia. del rofeta onás, ue fue
del cuerno, que posee estas cualidades y realiza el «ensar�ami�nto». traga o por la ballena. La ballena, como hemos visto. está relacionada
Desde el punto de vista simbólico- sicolócri:o se trata �e cuahdade:; con el dragón y éste aparece a su vez con frecuencia como símbolo
paswna es-activas, perforantes mediante un impulso haaa a1el� te__y del agua; el mar, que «se traga» al sol; para volver luego a «darle
que pueden ser simbolizadas de dicho modo. En el Apocalipsis sale
•t Apocalipsis 19, 15.
,., Ibíd., 130. "' K. KERÉNYI: Die Mythologie der Griechen, pág. 248 y JUNG: Symbote der
Ibíd., pág. 93. · · - - - · · . Wandlung, figura 27.
: .
51

59
JUNG: Syn'chroní:r.itiit als ein l!rm1.1p akausaler Zusammen�ange (La s1?cro- 63
}UNG: Symbole der Wandlung, pág. 109.
nicidad como principio de conexiones acausales), en Estudios del Instituto 64
JUNG: Psychologie und Alchemie, pág. 404.
C. G. Jung, Zurich, tomo IV, 1952), pág. 100. "' Ibíd., pág. 404, figura 150.
�� . "' H. GUNKEL: Schopfung und Chaos, pág. 54.
_)
'

)
(·••/i,
( \

142 ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 143


� .. ( ··:
a luz». La bruja que devora a los niños, el ogro que se traga todo imagen o de un símbolo arquetípicos 70• Mas no se puede comprobar
y el lobo· que se come a los cabritos son figuras bien conocidas en tan sólo con respecto a la bipolaridad masrulino-feme:nino, sino (,;;.. )
los cuentos populares y tienen un sentido análogo.·� este simbolismq_ también respecto a la de positivo y negativo. Las serpientes y los ( :J
corres anden re resentaciones al uimistas tales como la del león que dragones, poderosos sí�9.21ºL�ª oscuridad ydel mal, son en las ( .
devora al sol 66 o la de Gabricus que · se introduce en e ·cue o e leyendas y mitos los guardianes del oro, de tesoros ocultos, de miste- \ )
su ermana a et 67• El «ser tragado»,
riosas fuentes milagrosas. Representan el estad<;> inicial, -;;e contiene· / �-- )
considerado como símbolo, es uña especie ·de descenso al mundo infe­ valores ·ocultos, «gérmenes aureos». ;El dragón que . custqdia l_as ora- \ ( · '.
rior, un volverse a hundir en el cuerpo de la madre, lo cual tiene das· -?1ª:nzanas del árbol de las H esp�rides, o el gigantesco dragón \,\< )
por �onsecuencia la extinción de la consciencia; es decir: la muerte F a fner, que guarda e 1 tesoro de 1 os N 1be 1 ungos, corresponden a este (.'-:.·•_).,'
. del yo al .ser tragado por las tinieblas de lo inconsciente, lo cual está munde de representaciones. El vellocino de oro está vigilado por un \t :)
representado . también por el símbolo de la madre terrible ( voraz abis­ dragón y t\,polodoro refiere, acerca de la hidra de Lema, que una ( ·,
mo de la muerte) 68• Desde un punto de vista psicológico y funcional, de sus cabezas era de oro y por ello inmortal 71• La serpiente Cnufis
/ �: ·
significa un hundimiento de la libido en lo inconsciente. A fin de lleva como emblema de su divinidad una corona solar· de múltiples CJ ·
liberarse de su mortal abrazo, precisa de una «salvación», tal como picos, y el propio Cristo es comparado en la Biblia con aquella «ser- ( . ",
es descrita en las múltiples leyendas relativas a héroes. Jung dice: piente metálica» que fue erigida por Moisés en el desierto como ima- . ('W
«Así queda definido el tiempo por la puesta y la salida del sol; por gen salvadora contra la mordedura de la plaga de «serpientes <;l.e fue-
go» 12• Existe, además; una leyenda relativa a una valiosa y. mágica {/
la muerte y la renovación de la libido, el. amanecer y la extinción

1j J
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( 11

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de la consciencia» ffJ_ El descenso al H ades, la nekyia, la devacacióu · «piedra de dragón», que estaría en el cráneo de este animal; y se
por el animal del caos suponen tortura infernal y muerte, pero tam­ refiere asimismo que la sangre de ciertos dragones hace invulnerables
, 1l bién son al tiempo, las premisas de la salvación y la .resurrección.__ a aquellos que se bañan en ella 73•
(é.f
. La serpiente o el dragón no significan tan sólo 0stinto y_pul�;
. poseen también otro contenido si_mbólic:o, mágico,· místico-religioso. . c· l
l ·
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!
El doble aspecto psicólógico Son la expresión de un-estaé!Ope'"culiar, parábofa correspond1eÍÍtea la
libido o bien a la imagen correspondiente a una dinámica de la psique,
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i (,.. )
Si deseamos alcanzar una mejor comprensión del s_ímbolo repre­ q�e representa el incesante curso del proceso ps_íquico. Son el �-
(;
sentado por el «animal malo», no hemos de · considerarle tan sólo -.:_urio de � 1 alquimist , la erpens m curii en elho�e, q�e pro-
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en ruanto a sus paralelismos mitológicos, folklóricos, etc., sino que sigue, sm reposo, imp san o a la vi a psígui<:_l:_, devorando imagen. (_._. ¡.·'.··\:
hemos de averiguar sobre todo su significación simbólica en el d9rni� tras imagen en el caos de su oscuro mundo inferior, para devolverlas (
·t )
Í
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nio de la psique. Acerca del drablo se dice en Fausto..., que es «una luego, renacidas y transformadas, a las alturas. El cambio anuál de ( 111

1·' parte de aqueUa fueciá.. que d�iempre e�rea siempre el


bien». Esi:;, prohíñda verdad es valida allí donde tienen su ameo
@
piel _Pºr parte de la serpiente constituye un certe_r2 símbolo. Pues�
serpiente es, por una art sa con usa, la m greda (la ne rora , 1_3
de acción y de ex resión el ar uet1 o el símbolo, ya que la ipola­
.
a prima materia misma, si_�uada al comi�i;zo ::!pro:eso alquimista; (,
0
rictac es go correspondiente a su p·ropia esencia. En lo aún íntegro, y por otra, como en este sueño, � rec1�1� _E) �I. que (,
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así como en lo ya unificado, se hallan presentes todas las posibilida­ �lene lugar el proceso de trans�o_rmac1on. �s �. la vas1¡a de !i

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des; de ello depende en muchas ocasiones el aspecto bisexual de una cocción --como el altar en las v1S1ones de Zos1mo 74 o el gran cuenco ! · "-':,
·
70
Ver I parte, pág; 88.
71 L. PRELLER: Griechische Mythologie, tomo II, pág. 447.
Ibíd., pág. 453 y figura 150.
66 72
Moisés 21, 6/8. San Juan 3, 14.
Ibíd., pág. 458.
'
1
.
13
Handworterbuch des Deutschen Aberglaubens ( véase también la Leyenda
.. JUNG: Symbole der Wandlung, figuras 86, 148, 149, 157, 217, 236; 243, de Sigfrido).
259, 274, 280, 299 y otras. 14
JUNG: «Die Visionen des Zosimos» El.as visiones de Zósimo), en: Van den
.. Ibíd.,· pág. 483. ( ...
Wurzeln des Bewusstseins, IV, Zurich, 1953, págs. 140 y 157. l
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144 ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO
\._..I

145
de agua en el sueño de Polifilo 75-, en el que son sumergidas perso­ como partes aisladas animadas, com onentes funcionales de la psique.
nas para ser cocidas ¿ ahogadas. Es el vientre de la ballena, a cuyo E igu ente pue en s1gn1 · ·· 1e e pro uctos o ementos
calor pierde el héroe los cabellos 76, una especie de �tero gigantesco psíquicos desintegrados, atomizados; contenidos psíquicos autónomos
-tal como lo representa también el arca de Noé-, en los que el que, al pasar por la muerte en el seno materno de lo inconsciente
ser viejo se transfigura en uno nuevo: el valioso tesoro del dragón, (en el monstruo devorador), renacen luego a nueva vida y se integran
la psique transformada y esclarecida. en una nueva unidad 78• Cuando los alquimistas afirman que Gabricus ..
Parece tener cierta justificación establecer un paralelismo entre se introduce en el _ cuerpo de Beya ��1.v.l'.=�.QS en el
el «animal malo» de nuestro sueño, con el mencionado «útero gi­ mterior ael mismo, ello signiiica uñ'a mortificatio de la consciencia
1
gante»; el útero de la Gran· Madre, del mundo, que devora y vuelve
a dar a luz, poseyenao ae este modo el doble aspecto amquilador y
(la desaparición_� sol, al ser :�-�g;;cJossÜsrayós. p�el �
vientre de la noche, 'Iocüa17ücte preceder a su resurrección matu­
-
otorgactorae vida. tina) 79• Moisés denominó a las estrellas «las serpientes del-desierto»,
Después de cuanto hemos e�puesto, resulta evidente que en el y las múltiples serpientes por las cuales fueron mordidos los ju&os
«animal malo» que se enrosca, y sus múltiples cuernos con los qúe durante el Exodo eran personificaciones de fuerzas mali nas cont¡;a
ensarta a otros pequeños animales, es un ser ar uetí ico, que tiene las cuales ordenó Dios a 01sés eri ir una ran se iente de meta
mult.ítud de entes análogos a él en el reino «jamás ollado, de prohi­ sob:-e un poste, y hacer cesar así la fuerza desi ra re resentada
/
· bido acceso», de lo inconsciente 77• por a mu t1 1c1 a me 1ante a potencia sintetizadora de la uní-.
Algunas de las variaciones en las_ que su esquema fundamental · a . Los «pequeños anima es» pue en ser Interpretados tam-
/
alcanza forma perceptible han sido mencionadas en las amplifica- hléñ como unidades de tiempo, sectores del curso del tiempo que � J
ciones anteriormente expuestas. Pero ni la más detallada tentativa son tragados por las oscuras fauces de la noche, con arreglo a una
de descripción y explicación dilucida por completo su esencia, y ha antigua creencia en la que se dice que los diversos «trozos de la
de constituir forzosamente, a lo sumo, una traducción a otro lenguaje luna» van surgiendo, cuando llega su tiempo, de la negrura del cielo
imaginario. a un nuevo ser (véase figura 3). Ya que los temas arquetípicos poseen
"diversos aspectos, se · dan en principio diversas posibilidades en
cu anto a su significación.·
Los pequeños animales En resumen, podría decirse . que la parte del sueño que hasta
ahora hemos examinado nos muestra un estado psíquico en el que
Si consideramos al «animal malo» de nuestro sueño como un el aspecto oscu ro, pulsionalmente determinado, de lo inconsciente
«útero gigante», o bien con las grandes «fauces de lo inconsciente», colectivo, y simbolizado en la imagen arquetípica del monstruo cor-
los «pequeños animales« han de ser considerados cofllo.. aquella mª-
3ena pnma psiqmca que ha de perecer antes de despertar a una vid11
!
.,. En vista del final del sueño y de la edad de la paciente, está probable­
nueva -quizá más diferenciada, más erfecta más· firme- tras
!
mente indicado considerarles menos como productos de disociación procedentes,
haber si o un 1 a en as profundi8ades.
por . ejemplo, de una progresión del proceso desintegrativo_ que daría lugar a

Los pequeños animales ensartados no son descritos detalladamente


una disolución de la personalidad en sus compo�entes psíquicos (e;1 sus compl�­
jos, como podría ser el caso en una esquizofrenia), qu� com:' cualidades y posi­
en sueño, y no sabemos de qué animales se trata. Quizás se alude
�l
bilidades psíquicas funcionales aún no integradas y diferenciadas.

a sustancias corporales vivas, sencillas, no denominadas ni ordenadas


71 JUNG; Psychologie und Alchemie, pág. 345.
., 4. Moisés 21, 6-8.
aún. Si se las acepta como funciones psicológicas, podría designárselas 11 Gabricus es el principio espiritual de la luz y � lagos que, al 1,rial q ue
el Nous gnóstico, se hunde en el abrazo de la Phys1s. Su «muerte» srmboliza
_
el completo descenso del espíritu a la materia. ¿Hay que considerar a los
" L. FIERZ-DAVID: Der Líebestraum des Poliphilo (El sueño de amor de «pequeños animales» como símbolos de «átomos espirituales» «pcrtador� de­
Polifilo), Zurich, 1947, pág. 91. - .- · luz»1 o más bien como malos instintos, como las serpientes del desierto bíblicas?
·!,, 76
L. FROBENIUS: Das Zeitalter des Sonnengottes (La época del dios solar), No !0 sabemos, y tan sólo nos es posible intentar e.."'Ctraer conclusio�';s por
0� ) ' Berlín, 1904, I, pág. 62. analogía, en cuanto tienen sentido con respecto a una mejor comprens10n del
77
GOETHE: Fausto, II parte, acto I: «Galería oscura». sueño.
(�
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146 ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 147 ((
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nudo, se «presenta» en la consciencia onírica de la niña y revela su lo psíquico creían firmemente- «es nutrida por la dulce y suave
acción negativa, destructora de vida, en la devoración de los «peque­ evaporación que asciende·desde las aguas de fuentes y mares» 86• En
ños animales»: en la aniquilación de múltiples componentes psíquicos el canto 23 de La Ilíada se dice acerca del alma del agonizante Pa­ (
aislados. Mas al mismo tiempo, y ya que en el reino de la psigue troclo: «Pues el alma, como vaporoso humo, descendió a la tierra ((
no existe resi::¡_rrección algwa sin.__muerte; n�fil:Ín devenir sin perecer,
supone la premisa para la enantiodi:omi2,¡ �se cur� ·
zumbando» lr7.
El. vapor e�_�«cu�po pneu�!��O>� de los alquimistas, la «sus-_ J '.
?�
sentido conJ:� tlestinado "a poner ?nac:tividactel otro aspecto� tanda volatTI», el Tma-hálito. Como vapordé aglla·'.eñ-�áTie;-coñl6... .( ;..
positivo (determinado por el espíritu), de lo inconsciente colectivo, agua quesi!dl:�iict�� gaseosa, rep�esenta la transformación· (�
con lo cual se inicia el �iro en la pugna intrapsíquica. de· algo corpóreo en algo al parecer incorpóreo, en forma de gas o
«espíritu» 88• De dicho vapor se forman las nubes, los mensajeros que (·�
anuncian la lluvia y la fecundación de la tierra. El vapor es a modo (¡¡;
El humo azul �ediadm:.J�ntre..lo..inferior._.y.lo..superinwo..J.�t:�no y lo ce!este.
En Delfos, en el famoso lugar del oráculo, estaba el trípode metá­
(
,�:: .
,
«De las cuatro es uinas sur ió un humo azul entonces el animal lico �o6re el que la pitonisa contemplaba una grieta de la tierra de
dejó de comer.» Así prosigue el sueño. A a oscura actividad instin­ la que surgjan vapores. De ellos recibía inspiraciones a través de las
tiva de las «aguas inferiores» se contraponen poderosamente las fuer­ cuales se revelaba el propio dios Apolo 89• En las mitologías, el dios
zas de las «aguas superiores», de las que decían los alquimistas que auxiliador aparece con frecuencia envuelto en niebla; <<niebla haya
«en ellas está incluido el espíritu del Altísimo» 82• Se ha alcanzado sobre mí, niebla detrás de mí, el mismo Dios sobre mí», dice un
el punto más profundo y comienza el retorno. aforismo de Bohemia 90•
Y asf, en nuestro sueño, en el momento en que más difícil es la En su descripción de la fans mercurialis, de la «fuente de Mercu­
situación, se halla más próxima la ayuda de Dios y se extiende sobre rio», incluida en su obraJ± psicología d�. _laj¡,!!nsf�renci.E.,.91 , Jung
m
el oscuro mundo. inferior, azul cómo .la bóveda del cielp. Sucede .dice que los <�.dos vaporei»•qu•e surgen de las fiuZes de dos serpien,
aquí, de modo análogo a como lo expone Tung al comentar el tratado tes- y que descienden-, inician una· s�blimación: o bien una desti­
harranita anónimo Líber Platonis Quartorum, una transformación de lación destinada a limpiar, a purificar la prima materia de los «malos
la materia rima de artida hasta su «nivel más elevado ( ... ) donde olores» y de la «negrura del origen á ella adherida», con lo que es
oda corres- impulsado adelante todo el proceso, en constante transformación 9i_
pendiente a su índole se halla róxima a los es íritus, los ángeles y En el sueño que comentamos, el vapor que asciende a partir de las
as i eas eternas» ; se trata sobre todo de la ascensión e ague
«cuerpo volátil, de materia fina», designado también como «vapores» " PLUTARCO: Iris y Osiris, traducida por J. Chr. Félix Bahr, Sruttgart, 1831.
y que para los alquimistas del siglo xvr simbolizaba el «reino inter­ pág. 1146.
" HOMERO: La Ilíada, traducida al alemán por J. H. Voss, canto 23, Basilea,
medio» entre espíritu y materia: lo psíquico 84• Los antiguos describían 1943, pág. 380.
a la psique como un «g,álito húm�do y frío», análogo esencialmente " }UNG: Gestaltungen des Unbewussten (Formaciones de lo inconsciente),
al aliento vivo de Dios y que insufló al cuerpo de Adán, hecho de pág. 231, figuras 53 y 54, en las que las «almas» de la prima materia calcinada
al fuego, surgen en forma de figuras humanas infantiles (homunculi).
barro 85• Los estoicos enseñaban que la luna --en cuya relación con " K. KERÉNYI: «Das Geheimnis der Pythiai., en Apollon, Zurich, 1953,
pág. 284.
90
41
JUNG: Psychologie und A/,chemie, pág. 382 (las «aguas superiores» repre- Handworterbuch des deutschen Aberglaubens, tomo VI, pág. 99.
sentan al «cielo», a la región del espíritu). " JUNG: Die Psych'ologie der Übertragung, pág. 67. La figura de la fons
11 Ibíd., pág. 358. mercurialis procede del tratado alquimista, aparecido en 1550, Rosarium philo­
" Ibid., pág. 379. sophorum. Jung utilizó estas ilustraciones para el tema de su libro.
12
" I Moisés I,7. En los mosaicos del Génesis de la catedral de San Marcos Véase la figura 134 en }UNG, Psychologie und A/,chemie, en la que el
en Venecia se ve, bellamente representado, cómo mediante el alma que Dios le Mercurius Senex (Sarurno) -el plomo, la prima materia--, es hervido hasta
insufla, Adán se transforma de ser una pella de barro negro, en un cuerpo que el espíritu (los vapores que surgen) aparece c:n forma de paloma blanca
humano claro. (pnP.uma).
.....
·
148 ARQUETIPO Y SUEÑOS
• EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 149

cr\ cuatro esquinas desempeña también este papel. Mediante él se. unen rl
/ la tierra y el cielo, el «acontecer inferior» y el «superior»; se puede ¡�
azul. Debido a sus diversos atriputos de color azul (manto, cruz,
banda, etc.) en antiguas ímágenes alemanas de la Virgen, ésta era
(}-.', purificar y «evaporar» el mundo de la prima materia, el i_nun�o del designada por el lenguaje popular como la «Señora azul» 95• Como
c:1.-·- ) «animal malo». Las columnas de húmo representan, por as1 decir, los color vinculado a lo espiritual, el azul servía frecuentemente, según
pilares que sostienen a aquellas fuerzas superiores capaces de causar supersticiones populares alemanas, como defensa contra los malos
el giro del acontecer :y la transformadón. espíritus, siendo utilizado especia:mente como conjuro contra demo­
nios de las aguas, significado que podría tener también en el sueño
* * *
que estamos analizando. La «flor azul del romanticismo» 96 podría
ser mencionada como una confirmación más del simbolismo del a,,-u},
Mencionaremos aquí algunos de los i-;;umerables significados representando la nostalgia del hombre por lo más elevado con exclu­
. que se adjudican al J:Olor azul en el lenguaje corriente, .así !=Omo sus sión de cuanto es instintivamente animal. Podríam.9s. mencionar
múltiples simbolismos. La locución· alemana einen blauen Dunst vor-· igualm·ente la designación del lunes de Cuaresma, en Alemania, como
machen (literalmente: formar o hacer vapor azul) se utiliza para blaue Montag (lunes azul) 97; día en el que se ha de prescindir de
designar ideas alejarlas por com leto de la realidad· urdas inde­ toda satisfacción carnal; es decir: en que hay que espiritualizarse 98•
mostradas, que in ucen a error. engañosas, Mas quizás este aspecto En la India, tl color azul es con frecuencia atributo de lo divino
de dicho «vapor» o «humo azul» tenga otro sentido prospectivo, X eterno. Así, Krisbna tiene el cuerpo awI 99 y en la visión de los
situado en la dirección del «trabajo del sueño»: disminuir la terro­ «cuatro grandes dioses» del ].,ibro de los Muertos tibetano, corres­
..;.

rífic� visión del monstruo o aminorar su realidad rodeándole de po_nde _el lu ar más elevado al Dharma-Dhatu e cue o de Buda)/�­
«humo azul» haciéndola así más tolerable. Es como si la psique 1-j) que resp andece con luz azul. De é se dice: «la luz es e con-
quisiera desp�jar de su poder a la actividad de la vertiente ctónico­ 1 jilnto de la materia disuelta en su estado primordial... Pues la
·destructiva de lo inconsciente, simbolizada en el animal que se en­ sabiduría del Dharma-Dhatu es de un azul resplandeciente y maravi-
rosca mediante el movimiento ascendente de una sustancia neumá­ . llosa» 100• En el yoga Kundalini se afirma acerca del chakra del agua
tico-�olátil que la contrarrestaría. El hecho de que sea «azul» alude_ (svadhistana ue en· él hábita el divino Hari-Vishnu, cuyo cuerp�.
. a que se trata de un proceso de espititnalizadáo, de nm «subliroii­ es de un azul resp an eciente y «magmr1co de contemplar», Eues
.. d6n» precisamente; especie de autorregulación eguilíbradora del _i u$:­ ..posee la «radiación azul» 101• No sólo el «vapor», sino también el
, o de las fuerzas psíquicas. En alemán se dice también er hat kemen -«azul» está relacionado con nubes y lluvia y, por tanto, con la ferti­
auen unst van ezner ac e no tiene ni humo azul de una cosa lidad, el crecimiento y la renovación. El color azul evoca un senti-
equiva e�te a no tiene m .noción en castella�o. En e:te caso, el miento de frialdad, como el cielo nocturno; de algo limpio y claro
_
«humo azul» habría que entenderlo como cualidad positiva, en con­ como el firmamento diurno, vaporoso como el aire, transparente
traposición cort la locución anteriormente mencionada, pues si se tiene como el agua. El azul es tanto altura (el cielo, arriba) como profundi­
un «humo azul», se «tiene más noción»; el hecho de no tenerlo dad (el agua, a5a)o). Alude, co�".:el «Fiumo» o «vapor», al dominio
demuestra la ausencia de un mínimo de saber con fundamento: la

j�
ausencia de actividad psíquica determinada por el espíritu. " Ibíd., pág. 1263.
Este término fue lanzado por Novalis en su novela Heinrich von O/terdin- 11 /
.
'

El azul ha sido considerado como el color del espíritu, del cielo, . gen (1802).
96

del «mundo superior>� 93• Azul es el color de la mayoría de las divini­ " H. F. SrNGER: Der blaue Montag (El lunes azul), 1917.

'3·
dades celestes. En el Tirol, por ejemplo, las imágenes de Jesús eran
) revestidas con un manto azul en las procesiones del domingo de
� Ramos 94 y la Virgen· es representada con frecuencia con un manto
j
,__j'
,,;¡
,.. En el dialecto suizo alemán se dice machsch Blaue (hacer azul) con res­
pecto a hacer fiesta, no. trabajar, en el sentido de dejar de hacerlo injustificada-
mente.
" JUNG: ETH-Notes,~pág. 91. (impresión privada).
_)) � Das Tibetanische Totenbuch (El Libro de los Muertos tibetano), publi ­
cadt? por F. Y. Evans-Wentz, con un comentario. psicológico de C. G. Jung,
100

_,_ 1 ) Handwiirterbuch des deutschen Aberglaubens, tomo I, _pág. 1367.


" Ibíd., pág. 1372.
91
-di Zunch, 5: edición, 1953 págs. 59 y 156.
10t A. AVALON: The Serpent Power, Londres, 1931, pág. 359.
?) )
"""
_)
150 ARQUETIPO Y SUEÑOS
EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 151

de lo superior, lo divino, así como al de lo inferior, lo ctónico. En la cuaternidad ordenada en forma de cuadrado poseía en muchas repre­
India se invocaba al dios de la lluvia -Indra-, en determinadas sentaciones religiosas una cualidad mágicamente efectiva, protectora;
ceremonias para que sacudiese su azul manto de nubes a fin de hacer un carácter numinoso, una significación sacra 105•
caer la lluvia. También en China era considerado el <<dragón azul» El.número cuatro_es un antiquísimo símbolo, que se da ya en el
como el más poderoso aportador de lluvia y el de rango más ele-- paleolítico. Aparece en la imagen� de los ruaü-orlosclelPiiraíso1· en
7aruña.cteÍa humanidad. Los cuatro puntos cardinales del horizonte,
/j
· vado 102• ·
Así, pues,J2�«V..?P.°...�_s azules» p�eden interpt"etarse como tran- 1
ición, como elemento que une dos �ectores de -�p�ique �conscie�:e,
_ -
las cuatro fases de la luna, las cuatÍ:o estaciones, los cuatro colores·
fundam·entales, etc., son elemento,s básicos de nuestra experiencia
del mundo. La estructura y la división celular de toda materia orgá­
ya que corresponde tanto al mfenor («acuoso»}, como al .superior
._J nica se basa probablemente en la ley primaria de la cuaternidad, que
»), uruenao--aamb·os��].�-�dé-u� modo pleno d�- sen�id�
constituy<: un esquema de ordenación natural dentro de todo lo crea­
r,•,-- •-��--•--- . , •�•


f \

do. La cuaternidad de los elementos como materias básicas del cos0


mos, en la antigua filosofí¡ natural, los cuatro humores y cuatro
Los cuatro temperamentos de la medicirla antigw:1, h_an desempeñado un. impor­
tante papel en la evolución espiritual de la humanidad.- Los ejemplos
Dentro de la imagen onírica ascienden los «vapores azules» como podrían multiplicarse interminablemente 106•
de las cuatro esquinas del Todo·: abarcan poderosamente lo anespacial
�.D..k_cree��ia_gnósp�ªJa....Q�.iU.�E.�J.9ad, es el WD¡i_mjsm��=�L /
J, �n una �nídad.s9_r_.uoJas.cuatro-án eles-del Apocalipsis, _q:u..e: co_ _r1_de1?t!J? Antlirop_°-:1,� P::�..=i�?ª::.,;::.º�r!!,}�que_�c_º�:.���-� _d�,.J�� ,.SY.-�m?.-.�J�.:¡

f_ a los vientos en las cuatro esqmnas del mundo 103; o como en la I mentas_ p_erecederos_ . Al tiempo, es la morada aestmada al nac1�
_
"visioñ-át·Dañfof"Iot�"a:trc.t�"i�·�-i:'é;� --a;1 ·�d�i; q�� luchan en el gran -rriiénto defsegúnélo' Adán, esclarecido e inmortal 108• Lós filósofos
océano 104• Mediante la aparición de fuerzas contrarias pneumáticas, medievales creían que la prima materia tenía que dividirse en cuatro
espirituales, procedentes_ de los cuatro lados del espacio psíquico, es partes; que habí� gue sa_crifi_car la naturaleza primitiva del hombre, .
detenida la actividad destructiva de µna potencia _c:tónica que preva­ su ciega instintividad, a· fín de qué púcliese alcanzar· el renacimiento
lece en lo inconsciente. a un nivel superior. Para Pitágoras, el alma era equiparable a un
Merece atención especial el hecho de que con la aparición de los cuadrado 109• Para el gnóstico Marcos, cuya mística numérica sigue
«vapores azules», el «animal malo» cese de devorar. Se detiene como _./
paralizado ante el misterioso poder de su cuaternidad, sometido a la
'ª' Véase JUNG: Psycbologie und Alchemie, pág. 123; figura 31: la ciudad

ordenadora ley de su cuadratura. Se detiene el curso energético de


con sus muros ordenados en forma de cuadrado como «témenos»· as( como la
f\gura 50, pág. 157: el cascilio de forma cuadran�lar, protector cdntra los espí­
· signo negativo y es sustituido por otra actividad de signo completa­
ntus _de la enfermed�d, cte. Véase también la descripción de-- la «Jerusalén

mente distinto. El hecho de que los mencionados «vapores» se en­


1 ._I"\ celestial» en el Apocalipsis y el simbolismo de las ciudades; así, por ejemplo, d
. de la Roma quadrata en la Antigüedad.
cueni:ren en las cuatro esquinas y rodeen y fijen así al «animal» en
" .. � Dentro de los _límites de la presente obra nos resulta imposible una expo­

el centro es de la más alta signifiéación.


s1aon detalla�a �el simbolismo d� la cuaternidad. Tan sólo mencionaremos aquí,
entre la amplia literatura sobre s1mbolismo de los números y también por tanto
_ ...., Mediante la fijación de las cuatro esquinas surge un primer «o..:::_
de la cuaternidad, las siguientes obras: A. W. BucKLAND: «Four as a Sacred

den» en el estado ioicialrnente desordenado. en la «masa confusa»


Number»,.Journal of tbe Anthrop. Ins. of Great Britain, XXV, 1896; V. F.HoP­
P_ER: Medieval Number Symbolism, Nueva York, 1938; R.ALLENDY: Le symbo­
\de la psique inconsciente, _ simbolizada por el monstruo devorador.
lrsme des n�_mbres, Pam, , 1948; F. C.ENnRES: Die Zahl in Mystik und Glauben
_
Al 1guiil � en los cultos de la Antigüedad, se delimita el espaog
der Naturuolker, Zun<:11, 1935; L. PANETH, Zablensymbolik im Unbewussten,
.

� el que puede tener lugar el misterio de la transformaciÓE.,- [a


Zunch, 1952. Jung dedicó especial atención al problema de la cuaternidad (de la
tetrakty!) en sus . obras Psychologie und Religion, Psychologie und Alcbemie,
Syrr;�olrk_ des Getstes y Mysterium Coniunctionis (tomos I y II).
JuNG: Psycbologie und A!cbemie, pág. 500.
101
JUNG: Psychologie U7!d Religion, pág. 102.
un E. SMITH: Tbe Euolution of tbe Dragan, pág. 109. 10t
E. ZE;LER: Dre_ Pbrlos_ophie der Griechen (La filosofía de los griegos),
1111 Apocalipsis 7 ,1. . segun ]UNG: Psycbologie und Religion, pág. 130).
III parte, pag. 120 (et.
'°' Daniel 7;1..

ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 153
1,
con
11 ¡11 de. Pitágoras, el cuatro tenía incluso una estrecha relación Lo uno y lo cuádrupe
, to' ya
Cris que 1 + 2 + 3 + 4 es igual a 10, el
' 110
número correspon-
' .
diente a la primera letra del nombre de Jesus . Y 1os gnost1cos de El espacio cuadrado aparece en el simbolismo de los chinos como
Uarbelo tomaban su nombre y su visión filosóíico-religiosa del mundo tierra, en el de los hindúes como padma (loto) o mandala (recinto
11 partir de los vocablos hebreos barbhe-eloha ( «en el cuatro está sagrado, protegido): el carácter de lo femenino, de «lo que contie­
Dios».) m. Para los alquimistas, la: cuaternidad constituía un axioma ne» 115• Concebido como símbolo de la tierra, representaba incluso
fundamental en relación cQn sus esfuerzos.por el opus, la obra, y un en la mística cristiana la matriz destinada a alojar lo divino y, en
importante principio en cuanto a la obtención de la piedra filosofal. cierto modo, la mater dei, la Theotokos 116• No es, pues, de asom­
La psicología analítica de Jung (con su doctrina acerca de las brar que en nuestro sueño, los «vapores azules», con su ordenación
cuatro funciones psíquicas) 112, y con el descubrimiento del impor­ en cuadrado, constituyan el lugar psíquico en ci'que nace y asume
tante papel desempeñado por la cuaternidad en la psique humana, . forma lo «Uno», la imagen de Dios preexistente en la psique. El
cuaternidad que fue reconocida por Jung como fundamento arque­ «buen Eios», como lo denomina la niña que ha tenido el sueño �
típico de la misma, ha deducido una serie de conexiones y el conte­ leñgüi!Je correspondiente a su. fe infantil, ªP.ªr_ec;�p.ªJª vencer con s_u
nido de importantes símbolos. A partir de las investigaciones y -omnipotencia aCmoñstru-�rgido de la:u:ini�l?_las: Al plano de lo
observaciones de Jung sabemos, por ejemplo, que los mandalas, estas �fümal material al que pertenece el «animal malo», y al ámbito
curiosas imágenes orientales que se utilizan para la meditación y que intermedio de lo anímico (al de los «vapores azules») se agrega, con
. apare�en con frecuencia en los procesos de individuación psíquicos la aparición del «buen Dios», el plano de lo espiritual-divino como
de individuos occidentales de nuestro tiempo, se basan en una es­ más elevado cumplimiento. En el dramático. curso. del sueño, los tres
tructura cuaternaria y pueden considerarse como símbolos de la aparecen actualizados y activos.
«ordenación primordial» de la psique. Su aparición en el que los , «L.a cuaternidad es la representación más o menos directa del ./
presenta en sueños o visiones, así como la meditación sobre ellos en �p ios _quu�_ �a-;¡ifksta _en_su_Cr���i6�->�7�dic:�ju�g. Como símbolo-
el qÚe los contempla, evoca, despierta o expresa la «ordenación pri­ · alude en los sueños al «Dios interior»-, y las imágenes arquetípicas
mordial» potencialmente existente eri toda psique. en las que la psique humána lo expresa de este. modo proporcionan
El hecho de que la cuaternidad ocupe un lugar tan importante en un patente testimonio de que la cuaternidad participa en lo divino.
el sueño que estamos examinando muestra su. extraordinaria impor-, El alma aparece aquí como recipiente del espíritu cuya sede, al
tanda, decisiva con respecto a la psique de la nma ue tuvo d1cfío igual que en la antigua concepción acerca de la chispa de luz divina,
sueño. ues segun ung, e numero cuatro, a cuaternidad, se refiere se encuentra en el recinto cuadrado interior, en el santuario interior
siempre a algo muy esencial, que afecta al propio soñador y simboliza (el témenos); al igual que Buda en el centro del loto. Dicho témenos
en cierto modo el trasfondo creador correspondiente a una experien­ interior es el eterno lugar de nacimiento de los dioses 118•
cia de índole religiosa m, tal y como ha sido renovadamente viven­ Todo lo cuadrado exige, en el fond�, un punto central. .Pues el
ciada en infinitas variaciones desde que existe la humanidad. En el /cuatro alcanza su realización última en la aparición del uno 119• Este
fondo primordial de lo inconsciehte colectivo continúa existiendo
cuanto de siempre ha estado contenido en él, y nos habla durante mitologías o en la gnosis, tan sólo desea demostrar con ello que dicho simbo-
lismo continúa estando eficazmente vivo, no tratándose -como en ocasiones le
los sueños en un lenguaje cuyas imágenes son inmemoriales en el echan en cara sus críticos-- de que acepte a la gnosis como cosmovisión propia.
alma humana 114• ,1 115 JUNG: Psychologie und Alchemie, pág. 212.
116 JUNG: Psychologie und Religion, pág. 116 .
110 H. LEISEGANG: Die Gnosis, pág. 338. .;.; 117 Ibíd., pág. 107 ..
111 � 111 El cuadrilátero que aparece
Ibíd., pág. 186. en el dibujo de los tapices de oración orien­
m Los cuatro aspectos de las capacidades psicológiq1s de captación y orien­ tales simboliza para los rriahometanos el lugar donde habita el creyente; aquí
) tación están detalladamente descritos en la obra de JUNG: Psychologische Typen. está sustituido Dios por el creyente, es decir: por alguien que participa en El.
11� El
:) ) ,u JUNG: Psychologie und Religion, pág. 106.
''"' Cuando Jung utiliza antiguos símbolos y concepciones en la interpretación
misterioso aforismo de la alquimista copta María Profetisa (designada
también en la literatura alquimista como María la Judía) .el. uno se hace dos,
º\ de este lengu aje imaginario, tales como aparecen por ejemplo en las diversas el dos se hace tres y del tres sale el uno como cuarto,., encierra en sí todo el
,_.,! )
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154 (.�
es
1
ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 155
1
. { .
«uno» como síntesis de la cuaternidad se ha reflejado en numerosa s e squinas.»¡Cuán sencillo suena esto y, sin embargo, cuánta tensión ( ';
imágenes y parábolas procede nte s de toda la humanidad. Se trata ' ·
contenida, cuán conmovedor y grandioso es lo que hay detrás !
de un motivo arquetípico ampliamente difundido. Lo conocemos Si la cuaternidad de los «vapores azules» era a modo de un (._<-�
también como idea de la «quintaesencia» alquimista, que supone la anuncio de lo Uno (del «buen Dios»), y constituía al :mismo tiempo ( ,:
sí ntesis o concen tración de todas las fuerzas presentes en el cuatro. «el espacio cuadrado psíquico» en el que surge El, desde su invi- L
Ya observaba Plutarco que: «Pues · 10 inicial en todo número es el sibilidad, a.fa visibilidad plena; en la segunda cuaternidad, la de los
( ,,
uno y el prime r número cuadrado es el cu_atro. De ellos surg�, co1:10 «cuatro buenos dioses», se hace manifiesto otro aspecto de la cua- ((:') ¡-- .,
en forma de materia limitada por ellos, e l cinco» º. En la alquimia, t ernidad, el del despliegue tetralateral de lo Uno. Es como si la ( �
12

por eje mplo,_ el «uno» es la quintaesencia, e l resultado del proceso unidad �es_e luga �' � partir de sí _misma, a la ruaternidad, con 1 que 1
que se es�uerza por obtenerla y extraerla a partir de los cuatro ele­ � (' �
1o en s1 rmsmo li mitado puede 1rradiar h acia 1as cuatro di·recc1ones , : ::; ·
1

mentos. El enigma matemático de la cuadratura del círculo, que de lo ilimitado. El cuatro simboliza aquí las partes, cualidade s· y (
t
durante siglos ha ocupado a tantas mentes filosóficas, representa la a spectos de lo uno 125• Pues el uno es el principio primero y el ( :) ::
aparición mística de los cuatro e leme ntos y su unificación «en el punto
central, la quintaesencia; o bien, expresado e n lenguaje alquimis ta,
resumen de todas las posibilidades y circunstancias, simbolizando
tanto el comienzo como el final; el uno y la quintaesencia se hallan . (, ::)
,-J
el pelicanus noster. Acerca d e este mediador se dice que e s el que da entre sí en relación d e iden tidad y de refe rencia mutua. ( �
lugar a la cuadratura del círculo, y que por ello simboliza e l misterio
y, al mis mo tiempo, su solución » 121•
p n n e n e
Dio! ;:��p�;e!: c:::�� s�;�:� :s ;c��;r! �:���� �i�s:!» / �
s «b e ·J
El cinco, o la cuaternidad unificada e n la quintaesencia, no e s continúa presente junto a e llos, en cie rto modo como su quintaesen- ( ( ·) ·
jamás un derivado,. sino una totalidad en sí autónoma, que es más da. En este último caso se podría establecer una analogía, en relación (:�::' ;_:
que la suma de sus partes. Es aquello esencial que supere a todo. con la esfera de represe ntaciones china, con Kian: e l cielo con sus( · _ J.
·,d
Impresionantes ejemplos de e llo. son el trono de Dios, que en la cuatro fuerzas cósm1cas radiantes, en relación con el Islam, con el ·w�
vi sión de Ezequiel es Jra,ilsportii_cl() por los cuatro querubrne s con los rostro de Dios,: que ;según_ el.Corán. contempla. los actos,_ de .los . . C: .)
cuatro rost�os 122, las representaciones de l Pantocrator en medio de · creyentes desde los cuatro puntos cardinales; en relacion con e l bu- ( .f
las cuatro figuras simbólicas de los evange listas, o bien la divinidad
tibe ra·na Vairochana, la omnipresente, la unidad padre-madre, que
dismo, con el dios Vajra y sus cuatro cabezas vueltas hacia los cuatro e·' . )
puntos cardinales y del que se cue nta que fue dividido e ri cuatro,
pero qu · se fusionó lue go de nuevo en una unidad, en la que se ( .�
.. !_

1
tie ne su sede en el centro del Mandala 123• e
siguen advirtiendo las cuatro partes 126.�l!,�9_d�L1:1�0 _al_ cu��.r o.7 (J
Y cuando el yogi inte nta desarrollar una «consciencia con cuatro
aspe ctos» a fin de alcanzar lo «uno» y el nivel espiritual más alto <: es_1JJ1. proceso de diferenciación me diante :el cual se destaca- el- poder _ 'i",,-­
(:_d�!_Y.�o,_��-s_e �-���I1de_ a los cuatro ho:izontes . Dentro del proceso
1
(unificador de todo), para lograr con ello e l es tado de la «consci encia
de Buda» (de la «esencia iluminadora, diamantina») 124, hemos de 1 de d�sarro�o ps1qmco se _ b��a sobre analog�, esquema fundamental _: \'
ver en ello cierta analogía con ef extraño acontecer, narrado con el afianzamiento, am?hac10� Y_ ,la madurac1on del yo �ue acampa- (;)�

infantiles palabras, en nuestro sueño, en e l que se dice: «Luego vino ñan a la progresiva diferenc1acion de las cuatro funciones de la () J ,�
el bue n Dios, pero eran e n realidad cuatro dioses, e n las cuatro
consciencia (p:n_sar, sentir, intuir y p_ ercibir). ,
. . C; ;-�
� No es dec1s1vo_ en ,c�anto a la mter�r�tac1on, sm ei:nbargo, que (_.��
.:...:r
se trate de un Dios umco que se mamf1esta con?ecuttvame nte en
figura cuádruple ; a bien que surjan , en lugar de El, los «c:uatro (>) ;)
contenido simbólico de la síntesis de los cuatro en una unidad (citado según
JUNG: Psychologie und AJchemie, pág. 224).
buenos dioses». Se trata de una simultaneidad o de una secue ncia, de
120 PLUTARCO: «Sobre el fiuevo de Delfos», en Sobre Dios y la premonidón,
( ··
«uno más cuai:ro» o de una cuaternidad en la que se ha transformado
publicado por K. Ziegler, Bibliothek der Alten Welt, Zurich, 1952, pág. 63.
121 JuNG: ETH-Notes 1938/39, pág. 115 (impresión privada).
122 ({)
Ezequiel 6/7, 26. . -)
w JUNG: Psychologie und Rdigion, pág. 105.
·4
tll
Das Tibetaniscbe Totenbuch, pág. 162.
º' JUNG: ETH-Notes, 1938, pág. 114.
124
}UNG: ETH-Notes 1938/39, pág. 55.
(_/'f)

c·j.
( J.


ARQUETIPO Y SUEÑOS
- EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO

rioso final. Cuanto de tenebroso y m a lo existe en el « a contecer infe­


157

«cuatro dioses)!,
o t a mbién de un a teofaní a en la que son los
1 11,.
j /:,,,� p evalecen solos, e? el escen a ri?
:
del
.
sueño. L�s. cuatro, _el
numenco a mpli a -
rior» es redimido por l a liber ador a potenci a del « a contecer superior».
La instancia últim a, la Divinidad todopoderos a y a m a nte, h a ce gir ar
st a s de un simbohsmo
0
u111, ' /1 1�· ctnco son protagoru la rued a y se .inicia un nuevo comienzo.
dur a nt.e su curso, el dr m a del
<1nto difundido y que nos present a ,
a

y a que con arreglo a la


:\\ () no con toda su plenitud de sentido. Yconsidera rse como «feme-
los cuatro pueden
hisrorlu de los símbolos
y el uno (o-bien los cinco)- . _como «mascdino s)lo, podemos La resurrec_ción
0¡111,aiP
r en el mundó del «acontecer · superior» quellos con­
qul:i:ds señ a l a a

hall do ya en el ámbito del « a contecer Nos h a llamos ame el final, que supone la lisis· del sueño. En éste
trurlos inm a nentes que hemos a
enin del « nimal m a lo». se dice: «Entonces murió el a nimal y todos los a nimales que se h a bí a
inferior», .en l a pol a ridad m a �lino-fem a a

les tr dicion les y en los comido s a lieron vivos de él.» Se cierr a el ciclo, los muertos h an
Al igu a l que en los m a nd a las orient a a a
a. el
resucitado. L� « anim a les pequeño� no h a n perecido en el interior ·
modernos mandal a s occidentales individu a les una mit a d muestr
luminoso, de� �erpo d el dragón, tan sólo han experiment a do una especie de
«mundo inferior» oscuro y la otr a el «mundo superior» . .
«VI aJe a los mfiernos», un est a do de encierro en l a s tiniebl a s- y h a n
y al igu a l que la Cruz se elev a entre el cielo y l a tierr a y junto aes�rt do � nue:7a vida. Al �gual que en el Apocalipsis, en el que_.,,.
con sus dos brazos horizont a les se extiende h a ci a l a s cu a tro direc­
ciones del esp a cio, de este sencillo sueño inf a ntil surge l a gr a ndiosa
� .
se die�. «V1 u� angel que baJab a del cielo ( ... ). Prendió al dr agón,
-fa a ntigua serpie te --que es el diablo, S a tánás- (.: . ) lo arrojó aj_,...

im a gen de l a cu a ternidad cósmic a constituid a por .la doble dualid a d ; _ � .
bism� ( .. . ). Y_ v1 un nuevo �i lo y una nuev tierra.. . » 129, a quí ha
de los contr arios implicados en el a contecer «inferior» y en el «supe- \.::;� , � �
ap a recido tambien un poder divmo, el «buen Dtos» mismo, que desde
. rion> 127• N a cido de las profundid a des de l a psique inconsciente,
l�ego no ha �rroj a do al «animal malo» al abismo, pero que h a puesto
m a nifiesta su sabidurí a y la particip a ción del hombre en ambos mun­
fm a su ansia devorador a y le ha hecho morir, con lo que pueden
dos: el mortal y· el inmortal. Y l a dolorosa antinomia de su esencia,
volve� a l a vida los «pequeños animales»: las sustanci a s vitales que
fijad a a ambos 128•
perecieron.. No· s a bemos si fue precisa Su acción o si bastó tan sólo
Eri su más elev ada m agnificencia, lá cuádruple divinid a d repre- .
Su �resenci a .' Par a el alma infantil, Dios revel a su poder y ,fuerz a
senta el climax, el punto · culminante del sueño.' Conduce al victo-
medi a nte el amor; sn fe e□ este amor est:L.aúo...w.�<$lume, y por ell;°'
--. "--- -·--
127
Si intentamos representarlo mediante un esquema, resultaría el siguiente: _el dominio de éste es victorioso e ilimitado.

o
Acontecer superior La ide a de 1a �;ecció���d;;-];·.,;�;�v a ción: de l a super a ción
.
S? Un «buen Dios», con los cuatro
/ de l a muerte no es en modo alguno exclusivamente cristian a . H a
La cuaternidad (esquinas, florecido en todos los pueblos y cultur a s. «L a creenci a en l a resurrec­
,vapores azules, dioses). dioses, como quinto entre ellos.
ción es de l a s más primitivas de l a humanidad en general» 130, afirma
Jung. Se basa sobre un esquema fund a mental arquetípico, que se
h a ll a en el, fondo del a contecer psíquico y de su expresión en el mito

o Y el ritual. La multiplicidad de las formas y los aspectos en que


aparece el misterio de la resurrección -pues de t al misterio se trata
La serpiente-dragón. Los cuernos. en último término en nuestro sueño-- es in a got able 131• En su escl a -
Los pequeños animales. El ens::irtamiento.
La devoración.
• � Apocalipsis 20, 1,2,10, así como 21, I. (Esta «segunda C�eación» se refiere
1

Acontecer inferior o1;g1_nalme�te al macrC;Cosmos, siendo luego transferida a los hombres de los
«ultimas tiempos» y frnalmente al hombre individual, en el que todo se «re­
nueval!-).
, •� «L_a cruz está incluso grabada en el rostro del hom.bre», dice san Justino l.10 ]UNG: Gestaltungen des Unbewussten, pág. 46.
II_J�rtlr (siglo II, Apología 1,55); es el símbolo correspondiente a «la contradic­ "' Ibíd., págs. 39-73.
c1on en el hombre».
158 159
recedora obra Sobre la resurrección 132, Jung señala algunas de sus marino; es decir: ha tenido que sacrificar algo y no sólo ha pasado
ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO

formas. ._: or el sufrimiento, sino que ha perdido también sus cabellos' símbolo
Una de éstas --«salida de todos del interior de algo»- se ha {,/J�el13poder del p�nsamiento. �esur���.Jr@§.fug:p.¿,9..Q, más madu-
conservado en una interminable serie de mitos y leyendas; supone ., e. . Cuanto mas elevado sea el mvel de consciencia humana en que
el re-nacimiento de todo un «mundo» y no tan sólo. de una «entidad» te�ga lugar}ª transformación y, como pensaban sobre todo los alqui-
¡

_
aislada. Las distintas tradiciones acerca del Diluvio universal, sim­ 1:1IS�as_ y m1st1cos, cuanto más _lejos se halle del curso puramente
bolizado también por un devorador monstruo de Ías aguas, y la cons­ achco de la naturaleza, tanto más profu.ndamente se diferenciará el
trucción de un mundo nuevo por los que se han salvado de él, estado final del inicial por una inalterabilidad y una indestru�tividad
constituyen conocidos ejemplos 133• El final del sueño nos autoriza a más intensificada. De aquí los innumerables ritos de iniciación entre
establecer una relación entre el mismo y dicho tema. ·los primitivos y los esfuerzos de todos los yogis por lograr 1::\ ilumi­
A toda resurrección precede una muerte. Esta «muerte» puede nación espiritual, de los místicos de todas las religiones por la luz
darse en los más div�sos planos y por as1 dec1r en todos los sectores interior. Todo ello está destinado a ayudar al logro· de una visión
/ de la vida, asumiendo forma de expresión simbólica. Y la resurrec­ esencial mediante lucha, sufrimiento y meditación pro�unda y con
ción de ella surgida puede adoptar téfdas las formas imaginables, desde ello a un renacer a _un «nivel más elevado». La creencia-acerca de un
una restitutio ad integrum del anterior modo de existencia, hasta su Adán primero, mortal, que es redimido para que surja un segund�
reaparición completamente transformado. Si al principio de la historia Adán redimido e inmortal m, atrnviesa como un hilo rojo· todo el
de la humanidad, el diario surgir del sol a partir del «dragón del caudal de ideas cristianas, gnósticas y alquimistas.
mar», así como otros fenómenos naturales, pueden haber constituido En el fondo, toda transición, así por ejemplo de una fase de la
la base del simbolismo de la resurrección, con el tiempo se impuso vida a otra, del sueño al despertar, de la inconsciencia a un saber
cada vez más intensamente, junto a la idéa de una resurrección; la consciente, etc., supone una especie de «renacimiento». Y cada acti­
de una transformación. La apocatastasis al nivel puramente natural tud general ante la vida, nuevamente adquirida, va acompañada por
del. ser 'es tan sólo un restablecitni<'!nto del estado _original, _IJJaS en · una cierta transfcirma_dón, ,en Ja qtJ� hª de_ p e_ recer y_ser_ dejado.atrás
f el plano de lo psíquico-espiritual puede suponer una «resurrección» algo que se ha superado ya. Toda «transformación» es en realidad un
¡ en un «plano superior», un perfeccionamiento, un ennoblecimiento, misterio y, como tal, parte integrante de la vida. En las representa­
una transfiguración, etc. La angustia y el dolor del morir constituyen ciones acerca de la resurrección -ya se refieran a un único «rena­
símbolo del sacrificio que ha de realizarse siempre antes de que pueda c1m1ento» o a una secuencia de ellos_:_ aparece íntimamente vincu­
devenir lo nuevo. En la narrac1on bíblica de Jonás se dice: «Y el lada al misterio del ser ua_
Señor habló al pez y éste vomitó a Jonás a tierra» 134; pero no se dice ¿Se han transformado los «pequeños animales» en el vientre del
· más acerca de lo que sucedió con el pez y si Jonás, tras «volver
1 nada «animal ma!o», o renacen tales como eran en el momento de su
a nacer», experimentó una transformación. En cambio, en el mito muerte? El sueño no proporciona respuesta alguna a este interro­
de la ballena-dragón mencionado por Frobenius 135, el héroe pierde gante. De todos modos se ha modificado algo fundamental: el «ani­
sus cabellos debido al calor que reina en el interior del monstruo mal malo» ha muerto. La oscuridad, a la cual simbolizaba, ha sido
in Muchos etnólogos e historiadores de las religiones han aportado material superada, disipándose ante el mundo luminoso de la divinidad. Ha
relativo a este tema. Aquí mencionaremos tan sólo las siguientes obras: H. GuN­
KEL: Schopfung und Chaos in Un:.eit. und End:r.eit (Gottingen, 1895), L. FROBE­ Ibíd., págs. 59-60, así como el esquema en pág. 161 del presente libro.
NIUS: Das Zeitalter des· Sonnengottes (Berlín, 1904), MIRCEA ELIADE: Der m V�se pág. 151 del presente libro.
Mythos der ewigen Wiederkehr (Düsseldorf, 1953), y C. HENTZE: Tod, Aufers­ . m Según H. Silberer, las distintas interpretaciones de los ritos de resurrección
tJ•

tehung, Weltordnung (Zurich, 1955). tienen en común dos principios fundamentales: 1) un cambio radical en la vida.
m Véase la nota al pie anterior. la elevaci<;ín ª. una conceJ?Ción de la vida nueva y más perfecta; 2) la relación
''" Jonás 2,11. Véase también L. FROBENIUS: Das Zeitalter _des Sonnengottes, con las misteriosas potencias del más allá, con lo divino (Beitrage zur Geschichte
pág. 66. Véase también figura 4. der neueren Mystik und Magie, fascículo 4, Durch Tod zum Leben (A la vida,
"' Véase pág. 161 del presente libro. a través de la muerte), Leipzig , 1915, pág. 50.
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- -- --------------------·

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t,� )

it;;_ ) 160 ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 161


comenzado una nueva «creación», ha cesado la actividad destructiva regio'nes del mundo, todos ellos poseen el si iente curso
esquemá­
B,�- \

del animal del caos 139• tico, que aparece modificado en numer
lA.::..�• ,,
osas variaciones:
kC) (0
gu

Ello significa, �de el punto de visti:_P��cológico, q�e la .activida�


;-i
/
_gc;:ligrosa, agresiva y aniguilacfora por p�te del fo���::1�� d� lo _. ¡ : . «Un héroe es t:agado, en Occidente, por un monstruo ma­
��---\.

""inconsciente, expresada por el ensartam1en_t_?__y _ 9-��o_rac1�n �; _las_ \. .


lii< _.> ,,

. n1:o (tragar). El arumal viaja con él hacia el Este (viaje marino).


! y�stanci�y-�_s>�P9!lentes intrapsí_q�i��s _-:--de los «pequ�ños a�a- ; Mientras .tanto, enciende en el vientre del -'monstruo un fuego
\
i les»-- ha sido contrarrestada y suprimida por una potencia contraria; ¡ � como s1e�te hambre, corta u_n trqzo del corazón colgante de
:··y�� 1�_ª:f��rici_�--de_!o· diviri?: fla interve�ido Ja. divi�i?ad cuádruple·, ¡ este (c ?rte de! cor �ón). Poco después se da cuenta que el pez
como re�r-��fillt�atqu�típ1c�_de_una_.mst anc1a _ altlSl:11ª -:--°rdent� ¡ se desliza hacia la tierra (llegada a tierra)· comienza inmedita-
- d9ra y--9�teJn;iinan te _del destmo--, existen te en el mtenor de ,a . ment. e a abrir �l anim?l de deni:ró afuera (apertura) y luego se
ormando el caos en un c osmos. . desliza al exter10r (salida). En el vien tre del pez hace tal calor
¡;;ique: el «sí mism ---o»,.- transf
·--- ·- .· .. ·- ·-- -
que al héro� se le han caído los cabellos (calor-cabellos). En
muchas vers1one�, el héroe libera al lll!smo tiempo a todos
.
El viaie por el mar nocturno aquellos que ��b1an sido devorados antenormente por el mons­
truo (devoraczon de todos) y a todos los que salen del vientre
No sólo resulta posible esclarecer el sentido y la significación de del mon truo (salida de todos y nacimiento del mundo).» 143
_
los elementos del sueño -los motivos arquetípicos aislados en él
con tenidos-, apelando a material amplificador, como hemos inten­ He aquí el esquema proporcionado por Frobenius:
tado realizar hasta ahora. También el sueño, en su conjunto, que
144

como totalidad muestra un esquema fundamental arque típico, puede Devoración Salida del vientre del monstruo
ser sometido al mismo procedimiento in terpret ativo. Oeste
Este
Puede apelarse a toda una serie de mitos, leyendas y cuentos 0<1 1►E
,
po pulares; qu:e representan paralelismos a establecer c?n el acontecer
.
1 onírico ; y entre ellos, a determinados mi_ tos cosmogomcos, con l��
. cuales ·muestra el sueno multitud de analo 1as. La· c�:responde�cia
mas prox1ma esta representa a por os ritos de iniciac1on,. os miste-.
_
ríos de renovación y resurrección 140, los viajes al m:1ndo mf1 :r�or, la ·
llamada neky'a 141, estructurados con arreglo al. modelo del «via¡e por .
B
Movimiento Oeste-Este · Travesía del mar
el mar nocturno» 142, en todas sus formas . Vida, muerte y re�urrec­
ción, en ín tima imbricación mutua, const ituyen los tres grandes sec­ A = Encender fuego C = Caída del pelo por calor
tores, dramáticamente tensos, del curso a ellos subyacente. · B = Cortar el corazón D = Abrir-Salir a tierra
Según �, que en su obra La época del dios so lar.. ha
_ Si bien en el sueño no aparecen todos los elementos y rasgos
recopilado una amplia colección 1de mitos, a los que ha des'.gnadq
,
como «mito del dragón-ballena», procedentes de las mas diversas aislados de este paradigmátic o ejemplo, es · innegable una sorprendente
analogía. El hecho de que en este mito· sean casi siempre seres huma­
nos los devorados y luego vueltos a nacer (y no como en nuestro
sueño, «animales pequeños»), no constituye una fundamental dife­
r
m Para M. Eliade, por ejemplo, «t�?, Año Nuevo es u1;a vuelta, a asuI?}
el tiempo en su comienzo,., una «repet1aon de la cosmogoma,. y as1, -�bien
toda renovación es al mismo tiempo un nuevo acto creador, un «re-1:1acm11ento,. rencia, ya que estos .últimos, en tendidos como «sustancias anímicas»,
tienen su anal ogía en. los mi tos citados por Frobenius en los que la
(El mito del eterno retorno). Véase tambié1:1 figura 4 del presente libro. ·
ballena se. traga a las «almas» de los hombres, las transporta al más
'"' Véanse págs. 74 y 97 dd presente libro. , .
141
al país de los muertos ( titulo del canto XI
j
El viaje al Hades, el descenso
de la Odisea).
t<> Hay que entender por ello el «viaje nocturno del sol,.· · o b"len dd h,eroe
..
re•�)
•·
,.....,,.
solar por el mar, por el mundo inferior, etc. :: Ibíd., pág. 59. Hemos subrayado los temas fu�damentales.
L. FROBENIUS; Das Zeitalter des Sonnengottes.

l,,L)
c.)
( l
(
162 ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 163 ,,.,)

como un dragón 148• Ambos concluyen con la victoria del héroe solar: \\�::,)
allá y las vomita allí 145, o bien son las estrellas las que como «cabri­
tos» -es decir, también animales-- son devoradas por el lobo, el Marduk o Horus. El combate de Marduk t;S el típico del héroe solar (
·:)
símbolo de la noche oscura, de lo ·inconsciente. Frobenius menciona · con el dragón, el voraz abismo de la muerte en el que perecen los ( }i
diversas variantes del mito del dragón-ballena, de las cuales es el seres humanos, como os 1 «animales pequeños» del sueño en el vientre
llamado «tipo solar-animalista» el gue más se aproxima, como mo-­ de 1 gran «animal ma 1o». Muchas cosmogonías míticas representan (:)
\.
delo, a nuestro sueño. El hombre, el héroe, las mujeres, etc.,.según una superación. de· la Gran Madre, del terril;,le monstruo, por un . �)
Frobenius, representan en el mito a ·los astros, concebidos antropo­ héroe; y la victoria de la luz, portadora de un orden.,· sobre el �odo
mórficamente (el héroe es casi siempre el sol) y, por tanto, en cierto de ser caótico e informe del mundo 149, que recibe con ello fo�a . (�..) ·,
.
·
ordenada, estructura. . t)
modo y en sentido psic�gico, a la consciencia (de personas adultas).
·(? . --. ---...( .
Aquí se trata, sin embargo, del sueño de una niña, cuya consciencia
no está. aún cristalizada y en la. que las «sustancias anímica·s» pueden
L ª .1ntro
. d ucaon
. ' en el vientr� de un monstruo es equiparable, en
.
la. esfera psíquica individual, a- -la Jomersión de la consciencia en ·1o · \ . ,

.
representar muy bien a aquellos elementos a partir de cuya ulterior inconsciente, al ret?rno al vient�e rp_gt_e:no. Este «retorno» no -"fi�ne,
diíerenciáción tras su «resurrección» puede surgir la consciencia más sm embargo, tan solo un aspecto negativo; no es un «volver atras», k)
(�
t 1, ·
desarrollada y firme del adulto. sino -según Jung� es también un proceso necesario y que ha de
valorarse como positivo. Pues lo inconsciente no es tan sólo un (,J
En el mito comunicado por Frobenius acerca del gran pez raya, I

de la tribu de Üy§.ttrbay 146, aparece mas claramente aún la correla­ · mortal abismo, sino que contiene también todas aquellas fuerzas lf
ción. De dicho pez raya se decía que habitaba en una cueva rocosa nutricias y creadoras existentes en el fondo de lo viviente. Al ser
movilizadas éstas, se reaniman y son puestas a disposición de la K i. :
\ �;;
{'
y poseía una larga lanza con la que atravesaba a l�s mujer�s que
espiaba desde su agujero cuando se sumergían. Las mataba con su consciencia; es como si volviesen a nacer, resucitan. Al igual que los
lanza y se las llevaba. No se las volvía a ver durante cierto tiempo, -«animales pequeños» del sueño, los contenidos de nuestra conscien- · t.�
_hasta qµe_llegó el héroe, venció al monstruo y encendiendo lumbre cia experimentan un «viaje por el mar nocturno» de modo análogo
al Osiris mítieo, ·que-como d�os -solar penetra en eLvientre. materno,_._ ( :�
resucitó de nuevo a las mujeres. ·volvemos a hallar aquí casi todos (·J.
los temas de nuestro sueño: el animal malo con- cuernos = la raya en el arca, en_ el mar, en el _arbol y, al d:�pedazarle, es formado de (1
con su lanza; los animales pequeños = las mujeres que son ensartadas
50
nuevo y resucitado, reapareoendo en su hi10 l _ Dentro de esta pers- '. �
y desaparecen; la aparición de Dios y de los cuatro dioses = la pectiva ·apare:=e j�stifi�ada la c?n�epció� prospectiva de Jung: basa:da (�,J

?-�
. salvación por el héroe; la resurrección de los «animales peque­ en su experiencia ps1coterapeut:1ca, que encuentra paralelismos y . . ( "I·
--
ños» = la resurrección de fos mujeres m
_
�nfirma�ión en multitud de_ mitos. . .
El heroe ha de ser en aerto modo encerrado en el mterior de v)
.. ¿Y quién no conoce el cüento de Q!perucita -por no citar más
<l
1 madre, co�o preparación para su renacimiento. Así, Herakles reaT,

que uno entre otros muchos de análogo contenido--, que es devorada ()
liza su travesta nocturna en un cuenco de oro. 15 Noe, transportado (\
por el lobo junto con la abuela y que sale viva del vientre del lobo . !i:J
en su arca, alcanzó la nueva mañana con cuanto había quedado del
,J
1
cuando muere éste? ¿No se trata de un contenido similar? antiguo mundo. Un «recipiente» análogo es también la diosa Nut (
Como modelo de un mito cosmogónico mencionaremos el babi­

/\-:
lónico de Marduk Tiamat y el e i cio de Osiris-Horus-Seth. En ( ]

<��
ambos se dice que ál principio todo estaba cubierto por as aguas y
personifican a estas aguas primordiales como un monstruo malévolo: ,.. I.a serpiente Apop, que simbolizaba las aguas primordiales y Seth, que .(
era representado también con fonna de cocodrilo, así como Tiamat, de la que
se decía que era una «serpiente furiosa,.,
m lbíd., págs. 197 y 219. "' M. ELIADE: Der Mythus der ewigen Wiederkehr, pág. 239.
'" En la obra de JUNG: Symbole der W andlung se incluyen también nume­ "' JUNG: Symbole der Wandlung, pág. 409-.
(
1 1

rosos mitos de contenido análogo, así como un material exhaustivo con respecto <\' ui K. KERÉNYI: Tochter der Sonne (Hijas dd sol), Zurich, 1944, pág. 28, ,,)

(�i.
al tema que aquí nos ocupa. figura 2.J)entro_de este contexto, los héroes como Hc:rakles son equiparados (
147 L. FROBENIUS: Das Zeitalter des Sonnengottes, pág. 77. en muchas ocasiones con clsol:-Véase-JUNc-:Symbole der Wandlung;-pág:-)43.-

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164 ARQUETIPO Y SUEÑOS
• EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 165

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FIGURA 4
]onás sale del pez
Hoja del manuscrito «Jami at-Tawarikh»
o «Historia Universal», de Rashind ad Din
Pintura persa de la primera época de la escuela Timurid.
Siglo xrv, aproximadamente
Metropolitan Museum of Art. Nueva York
(Reproducida por amabilidad de la Dirección)

de la mitología egipcia: diariamente devora al sol y diariamente lo


vuelve a dar a luz 152•
La identidad simbólica entre sol, héroe, hombre is:i -tal como
aparece en la serie de imágenes correspondiente - al «viaje por el mar
nocturno»-- es expresada de un modo especialmente encantador en
un rito ch1no de profundo sentido.
En la época de la dinast.ía Han era usual en China construir con FIGURA '
cuatro tablas el ataúd en que se enterraba a los muertos. Las tablas
eran tomadas de cuatro árboles distintos, procedentes cada uno de El ouroboros
las cuatro regiones del cielo. Sobre el ataúd se colocaba un dosel que La serpiente que se muerde la cola, en un molde de JDJJ.dera,
mostraba los cuatro colores de las cuatro regiones celestes, y cuyos para pastelería, de St. Gall (Suiza).
cuatro lados eran ornamentados con los cuatro anímale!¡ simbólicos Según una antigua superstición popular aportaba salud
constante y felicidad eterna.
l!ll
La corona sobre su cabeza alude a su propiedad sanadora
E. A. WALLIS BUDGE: The Gods of the Egyptians, Londres, 1904, vol. II, Museo de Etnografía, Basilea
pág. 101. Véase también JUNG: Symbole der Wandlung, figura 144, pág. 408. ·- 1
m Véase pág. 50 del presente libro.
166 ARQUETIPO Y SUEÑOS
EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 167
de dichas regiones. El dosel terminaba arriba en una pirámide, cuyo Los cuartos de la l una aparecen representados por los cabritillo qu
s, e
vértice simbolizaba al polo norte ; además se colocaban en diferentes son devorados, tras diversas y astuta s tentativas, por el lobo ; es
lugares del ataúd las siete e strellas de la Osa Mayor, a modo de decir: por la noche;· pero que al final, mientras el lobo d uerme
,
ad orno. Toda esta estructura se designaba como el «gran dragon», --estb es: en las noches sin l una-, la madre cabra le .abre el vientre
el «carro» en el que el so� viajaba du ra nte la noche sobre el océa no 'Y los cabritillas vuelven a salir de él sanos y salvos, pudiendo así
celeste. Ya que con arreglo a la creencia general, l� muerte de u�a volver a crecer_ el disco.lunar. Sin embargo, y a se trate del simbolismo
persona corresponde al ocaso del ·sol; el cadáver era colocado en el del movimiento del sol o del de la luna, lo estructuralme nte idéntico
ataúd en el mome nto de la marea· baja .--:pu es es entonces cuando e importante es el curso cíclico, eli el que no se rompe
la cadena
el sol e s tragado por las agu as-, y se consideraba '1Somo un signo de muertes y resurrecciones. En relación con ello, los «pequ eños
de felicidad futura que lloviese copiosamente en cua nto era cerrada animales» podrían representar los diferentes sectores de tiempo qu e
la sepultura. Pero lo más importante e ra el lugar en el que se cerraba • constituyen el material del ciclo (véase figura .3).
el ata úd, pues tenía que ser un <<lugar del centro» en el que pudiesen Sin e mbargo, desde otro puntó de vista podría entenderse el «viaje
llegar a un mismo desplie gue las cuatro regiones del mundo con sus por el mar nocturno» como una ex eriencia única
correspondientes fuerzas, a fin de asegurar una resurrección 154• Esta que acento no recae sobre el· «eterncr re1orno» 1co sino
tradición es de un caráct�r sin1bólico tan evidente . que no requ iere so re una «transformación h acia lo superior». Los «pequ eños ani­
más explicaciones. En ell a v�lvemos a encontrar la gran importa ncia males» sería n entonces la materia prima a transformar y el su eño
q ue tiene la cuaternidad en el sueño del «animal malo»; y si la r�du­ entero podría considerarse, con arreglo a la correspondiente perspec­
cimos a lo ese nci al su «armazón» corresponde con bastante exactitud tiva, corrio una especie de misterio de salvación individ ual o cósmico.
a la del «viaje po; el mar nocturno»; o bien a la de nuestro sueño. Depende del punto de vista en el que sitúe el observador el hecho
El ocas� y el orto del sol, como introducción en el cuerpo de la que el contenido simbólico del sueño se ajuste más a una represen­
madre y como siempre renovado nacimiento a partir de éste (y q ue tación cristiana q ue no conoce sino una única redención del mundo
· puede definirse dentro del ámbito· psíq u ico como muerte• y· resu rrec­ y de los hombres; -o bien de- una representación pagana:mitológica
ción de la energía psíquica); es también u na imagen del tiempo Y su --como, por ejemplo, la hindú o la germánica - en las q ue creación,
correspondiente curso, q ue los alq u imistas simbolizaban por el « ouro­ muerte y resurrección son concebidas como un ciclo.
boros»: la serpiente o el dragón. q ue se muerde la cola •. Represen­
155
Jung apela también como parábola del «camino de la individua­
ta ba así el opus circulare de la alquimia , o el ciclo de todo lo
156
ción» a la imagen arq uetípica del viaje por el mar nocturno 158• El
viviente' la rued a de la «samsara», el ciclo eterno de mu erte Y proceso de desarrollo de la psiq ue, una vez que se ha alcanzado el
resu rrección. centro de la vida, exige un retorno al origen, el descenso· a ·los os­
M�s en los mitos y cuentos pop ulares, no siempre ha ido unido curos y cálidos abismos de ló inconsciente. Permanecer en éste y
el tiempo al curso del sol; con frecuencia han sido las fases d: la resistir sus peligros eq uivale a un «viaje a los infiernos» y a la
luna l as que han determinado la d�visión del tiempo. Un bello e em- «muerte». Mas el q ue logra su perarlo, el que «resucita» o «renace»,
. retorna colmado de sabiduría, curtido frente a la vida exterior y la
p o de ello es e cuento popu1ar de1 o o y os s1ete cab ntt . ·11os 157
interior. Ha avanzado hasta su s límites y ha asumido su destino.
1
$4 E. Flllffi.MANN: Das Tier in der Religion (El animal en la religi6n), pág. 29. Esta «gran nekya» qu e lleva casi siempre hasta el umbral del más
1.15 JUNG: Psychologie und Alchemie, figura 6, pág. 75. Véase también figu­ 7
. ra 5 en el presente libro.
allá se halla salpicada, entretejida, con innumerables experiencia s de
156 «La naturaleza se alegra dé la naturaleza, la naturaleza domina a la peq ueñas nekyia: de ,todos los múltiples padecimientos, conmociones
naturaleza y la naturaleza triunfa s<;>bre la naturaleza� ?Ío:: . un autor
_ latino y oscuridades que rodean a toda vida; resistirlas y luchar con ellas
an6nimo tardío aludiendo al opus czrculare de la alqu1m1a, s1mbohzado en d
«ouroboros» 1 l; serpiente que se muerde la cola ( cit. según JUNG: Von den para ir saliendo adelante permite alcanzar· una mayor comprensión y
Wurzeln
151
des Bewusstseins, IV, págs. 451, 234).
Cuentos de Grimm, Manesse Bibliothek der Weltliteratur, tomo I, j seguridad. El amplio arco del «viaje por el mar nocturno» contiene ,

_j
pág. 53.
1.11 Véase pág. 105 en la parte 1 del presente libro.
168 ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 169
por tanto, multitud de pequeños ritmos, pequeños arcos de la mis-_.. nados con las imágenes arquetípicas del fundamento arcaico colectivo.
ma «pauta primordial». Aquí van íntimamente unidos lo único y el­ El sueño, por tanto, constituye en cierto modo un sector del
retorno cíclico. . infinito e intemporal proceso de muerte y renacimiento; en otro, sin
El sentimiento de un acontecer reiteradamente idéntico ha venido embargo, se trata de un acontecimiento único, en sí cerrado. En
proporcionando a la humanidad una seguridad constantemente reno­ cada uno de dichos sectores se repite el sufrimiento de la muerte
vada y ha hecho que retorne :constante y· renovadamente desde e1 y el triunfo de la vida que resucita; ello constituye una parábola de
oscuro trasfondo �e su. psique a la abigarrada multiplicidad de las lo que experimenta todo individuo de un modo siempre único e
· imágenes arquetípicas. El nacimiento, la vida, la muert_e y el rena­ irrepetible, pero también al mismo tiempo como eslabón dentro de
cimiento van unidos entre sí, constituye una totalidad, representan la cadena de las genel:9.Ciones en la interminable serie de éstas en la
una «pauta primordial» que ha hallado su expresión, bien en símbolos ·-especie Hamo sapiens. En este sentido coinciden aquí lo personal y
que la plasmaban como unidad redondeada, o en otros que le mos­ único y lo colectivo-típico hasta no distinguirse apenas entre sí. «En
traban como eslabones aislados· de una interminable cadena, como
«momentos de eternidad en e1 tiempo» 159•
.rei
., fondo, todo acontecer psíquico -afirma Jung- se halla hasta tal
.
· ! punto basado sobre el arquetipo y entretejido con éste, que en cada
La .imagen arquetípica está siempre hiperdeterminada en cuanto l caso aislado son precisos considerables esfuerzos críticos a fin de
a �u contenido; puede ser interpretada y comprendida en diversos
f distinguir, con seguridad, entre lo individualmente único, por una
planos; mantiene su sentido aunque se la considere desde diferent�s
parte, y lo típico por otra. Al fin y al cabo, toda vida individual es
puntos de vista. El .«viaje por el mar nocturno», como aconteci­
miento único o como eslabón dentro de una cadena de sus repeticio­ '. también al mismo tiempo la vida del eón de la especie» u.o. Así enten­
nes, se ha reflejado incluso en los mitos. Existen mitos del dragón­ .l\r.ciido, en los sueños se revela tanto el inmodificable curso de la natu­
ballena en los· que el dragón vomita su contenido y sigue luego raleza, que se renueva eternamente, como la posible victoria del
viviendo, devora nuevas víctimas, las vuelve a vomitar, etc.; y otros espíritu sobre la materia, por la que hay que luchar siempre de
mitos en.los que los tragados por él renacen, pero el momen_to muere, nuevo sL es que la vida ha de alcanzar un sentido más profundo.
como sucede en el sueño que nos ocupa. Así suceHe -en la vida individual y en la infinita secuencia de todas
¿Es el sueño del «animal malo» a modo de· un paradigma, un las criaturas. Pues no solamente se encuentra el individuo en medio
miembro una malla aislada dentro de una concatenación de dramas del cosmos, sino que este último está asimismo en nosotros mismos.
que se r;pit�n, o bien es un drarria ónico y aislado? Si se considera
al süeño en sí como si fuese un modelo del arquetipo del «viaje por «Tan sólo puedo permanecer en silencio, con la admiración !
e l mar nocturno», sin referencia a la niña que lo ha soñado, podrían Y el respeto más profundos, sumido en la contemplación de los
ser a su respecto válidas ambas posibilidades. Mas si se tiene en , abismos y las alturas de la naturaleza psíquica --dice Jung-,
cuenta a la niña -y de otro modo apenas se podría interpretar l cuyo mundo aespacial contiene una inconmensurable abundancia
acertadamente el sueño-- no ha de olvidarse que el escenario en el ! de imágenes que se han ido acumulando y condensando orgá-
) nicamente a través de millones de años de evolución viviente. \
que tiene lugar el magno.enq¡entro entr� los_dos �undos_--el de lo
animal y el de lo divino--, es la propia psique Inconsciente de la
Mi consciencia es como un ojo que capta los espacios más leja-
nos, pero el no yo psíquico es aquello que colma anespacial­
niña y todas las analogías no son sino una parábola de este acontecer. mente dicho espacio. Y en estas imágenes no se trata de páli-
Para' dicha niña, el sueño y lo que es capaz de transmitir constituye das sombras, sino de condiciones psíquicas de potente efecto; \
un acontecimiento único, irrepetido, y el «viaje por el mar nocturno» ·. que podremos quizá entender torcidamente, pero a las que ja- 1
¡
·de sus sustancias psíquicas, los «pequeños animales», es al mismo más arrebataremos su poder negándolas. Tan sólo considero
tiempo una vivencia en la que son los componentes de la psique parangonable tal impresión con la visión del cielo nocturno
individual los que participan del re-nacer, de la resurrección, fusio- estrellado; pties el equivalente del mundo interior es tan sólo
r-·
· �- �_) '
,..'--••'.., )
u, }UNG: Gestaltungen des Unbewussten, pág. 48. 160
}UNG: Psychologie und Religion, pág. 160.

e·)
170 ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 171

el mundo exterior, y al igual que alcanzo este último por medio riores en las que apareció el mencion�do sueño. Sabemos, de todos
del cuerpo, alcanzo aquél mediante el alma.» 161 íñoclos;-que1os·-sueños -arquetípicos--dotadm,-de · tan intenso carácter
de parábola surgen siempre en constelaciones existenciales impor­
tantes. «La activación de un arquetipo se basa, con · suma probabi­
Consideraciones finales lidad, en una modificación de la situación de la consciencia, la cual
exig� una nueva forma de compensación», dice Ju.rig 163• S( se desea
En el «sueño del animal malo» 162, la niña que lo ha tenido se investigar el contenid� que en cuanto a sentido poseen estos ·sueños,
ve confrontada con una realidad interi�r · que excede· coñ mucho a tan sólo podemos abordarles a partir de puntos de vista muy gene­
su capacidad de comprensión; se trata de una realidad que tan sólo rales y de la experiCfJ.cia en el tratamiento y elaboración de tal
se puede revelar en el símbolo y que informa acerca del misterioso materia.
dominio de la psique inconsciente. La niña lo vivencia, y, sin em­ , Llama la atencró.n el hecho de qtJe los diversos elementos del
bargo, su yo consciente permanece fuera y aparte. Su memoria ha sueño -el animal malo, los· pequeños animales, el vapor azul, el
conservado el sueño, pero no hace comentario alguno acerca de él. l buen Dios, los cuatro dioses-- aparecen más bien indeterminados
Nuestra capacidad de interpretac:ión no puede bastar jamás tampoco­ ' y difusos en cuanto a su formá. Parecen corre;poi1:d��. por tanto,
para abordar toda la p1enitud de sentido que oculta en sí un sueño a ·representaciones arquetípicas colectivas que han permanecido aún
de este tipo. Sus asombrosas sobriedad y en sí cerrada unidad y su en gran parte intactas por la diferenciación mediante la experiencia
profundidad insondable se rehuirán siempre a la palabra interpreta­ personal; es decir: que corresponden a un «estrato» muy profundo
tiva y a la correspondiente y adecuada expresión. Así, pues, aquello de la psique. En muchas ocasiones se puede comprobar que cuanto
que aquí podemos hacer observar y mencionar prudentemente, a fin más intensamente se halla temporal y personalmente determinado un
de alcanzar algún género de conclusiones, tan sólo ha de considerarse problema, tanto más coherente, detallado y netamente plasmado se
como la modesta tentativa de una contribución a su mejor entendí- halla el sueño o la imagen que lo--expresan. .Y.cuanto .más_generaL�
. inienfo. rsoÍla
l
sea 10 que ,expresan, J..arito !lliͧ...SÜqg.g_ y si_mbólico,:��!-:�.;­
iri!e�
su mo�o_ de exposición. Los sueños ricos en detalles, de contornos
* * * precisos, se refieren· lamayoría de las veces a una problemática mera­
mente individual y proceden más bien del dominio de lo incons­
Si tenemos en cuenta que los sueños --en oplillon de Jung­ ciente personal. En cambio, aquellos que aparecen sobrios en cuanto
han de considerarse como una autoexposición por parte de los pro­ a detalles y en imágenes sencillas, corresponden a visiones acerca de
cesos que tienen lugar en lo inconsciente, y como compensación de / _)as _graQdes correlaciones entr,::�_ls.g_��Jg_:�úda.!64 ; ftomó sucede
'
la correspondiente situación de la consciencia, hay que intentar tam­ en nuestto··ai.si:i-;-·procecJeñ-cte lo inconsciente colectivo. Dan siempre
bién concebir el mencionado suefio como correspondiente a una testimonio de una profunda inmersión del soñador en ellos.
previa y especial situación en la' vida. Resulta extraordinariamente Esto no es tan raro en niños, ya que su yo no está aún conso-
difícil derivar conclusiones acerca de dicha situación, tal como ésta 1 lidado y se halla más próximo que · el del adulto a los fundamentos
se manifestó en la vida exterior de la niña que tuvo el sueño, ya que � arcaicos colectivos de la psiqu:::. A pesar de ello, un sueño como éste,
\ no contamos con asociacio..ue.s_pers.Q.illl.les relativas a este último, ni con un simbolismo en cierto modo cósmico y una correspondiente
-se"noshaiñforiñiia:oa;;;ca de las ciréunstancias exteriores 'é-(ii'§:.'� carga dinámica no suele darse con frecuencia y los sueños de este
._;;::....;..,.----.
tipo reflejan un conflicto actual que conmueve profundamente al
i.t JUNG; Introducción a la obra de W. KRANEFELD: Die Psychoanalyse, Leip­
zig, 1930, pág. 15.
individuo y que probablemente no es posible que sea elaborado por
,., El sueño procede de la colección del profesor C. G. Jung, a quien se lo 161 JUNG: Symbolik des Geistes, pág. 378. Véase también lo dicho en la
regaló, junto con los restantes sueños de la serie, el padre de la niña, tras d
fallecimiento de ésta. Deseo expresar aquí mi agradecimiento al profesor Jung pág.. 68 dd presente libro acerca de la activación de un arquetipo.
164
por habérmelo cedido para su estudio. Véase pág. 100 dd presente libro.
.. .

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J.
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. l )

172 EL SUEÑO DEL ANI_MAL MALO 173


t;z•'
ARQUETIPO Y SUEÑOS

»'.'Y ') la consciencia, por resultar incomprensible en cuanto a sus imágenes colectivo y sus manifestaciones reina aún el «tiempo mítico, en el
y procesos arquetípicos. Sabemos que la niña tuvo este sueño cuando que se unen pasado y futuro; es decir: son siempre presente» 17
l.;.:,!.,
º.
.q>n_taba oc½>_�ñ:9�-- _y__.9p<:.._�_h�llªp�---de�ªi;rollada_ de ..un_
d�.-�9�<J.,. _ Los «procesos naturales de transformación», innatos en todo lo
J 1.i:n?do���!���meE�C.º�l:!P.EQ�trándose Pº�!P.lt;.�e_nt_ �_y� ,_7n_la fase viviente, y que desempeñan un papel tan importante en los años
de comienzo de la pubertad. Hacia esta época, lo inconsciente muestra- en torno a la pubertad, constituyen, según Jung «el fundamento de
sieiñptCüña1nqúietudy~agitación especiales, que se manifiestan con todas las representaciones de renacimiento; se anuncian sobre todo
freeúencia mediante sueños de una gran energía creadora. Lo que ha dur¡mte · los sueños» 171, Se pos imponen, queramos o no, Y ya que
de venir se halla aún oculto en lo inconsciente, y tan sólo puede toda (<transición»· de una fase de la vida a otra conduce al «naci­
aparecer al principio ante nosotros en forma de símbolos. Sabemos miento» d� la nueva a través de la «muerte» de la anterior, la expe­
también que la niña falleció aproximadamente un año después de riencia nos muestra, cuando nos encontramos con sueños que con­
haber tenido este sueño; aun cuandp la· enfermedad infecciosa que tienen un simbolismo de renacimiento, que podemos deducir la
la condujo a la muerte no pudo en modo alguno haberse apoderado. presencia de una crisis de mayor o menor importancia en la persona
de su cuerpo en el momento en que apareció el sueño, es posible que que tiene el sueño. Cabe por ello pensar que la situación psíquica de
la psique de la niña tuviese ya algún presentimiento acerca de la nuest�a pequeña soñadora era tensa e incluso amenazadora •
172

·. misma. Jung afirma: «Por incomprensible que ello pueda parecer; En favor de ello habla el hecho de que evidentemente mantenía
c:=;;os vemos finalmente obligados a admitir que existe en lo incons­ una especial relación, incluso «íntima», con el mundo de las imágenes
ciente algo así como un saber a priori, o, mejor dicho, una "presen- \ interiores, ya que de lo contrario no habría tenido la ocurrencia más
da" de acontecimientos que se manifiesta en los sueños en forma de bien insólita en una niña de su edad, de entregar a s_u pad�e la
imágenes y procesos arquetípicos, los cuales .se hallan en una relación, f I colección de sus sueños como regalo de Navidad. Debían poseer

conforme a sentido, con acontecimientos objetivos que no gu ardan para ella un elevado valor, los tomaba en serio y les concedía impor­
con ellos ninguna relación causal reconocible, ni siquiera imagina- tancia..:.J;I sueño ckLrnoiroal malo>u;:r_ª el último de esta serie. En
165 él se· plantea el- problema central de 1� bipofarid�d .Inmanente la en
�e» • Y en otro pasaje· dice: «Observamos, en ocasiones, cómo
. psique y la doble naturaleza animal-divina del hombre, existente en.
hacia el momento en que aparece una enfermedad --o bastante tiempo
el sí mismo como tensión entre contrarios que se intensifica hasta
antes- 166 tuvo lugar un sueño, con frecuencia de una precisión
alcanzar un nivel de desgarrador conflicto dramáticamente manifies­
visionaria, que se grabó indeleblemente en la memoria y que du­
to 173• Posiblemente representa así una especie de resumen o bien
r�nte el análisis revela un sentido anticipador ( oculto para el pacien,
dota de sentido final a la serie de sueños precedentes.
te}, relativo a acontecimientos ulteriores de la vida» 167• Así, pues; :
La divinidad ha vencido, el mundo de la luz parece asegurado,
incluso cuando entre el sueño y el correspondiente acontecimiento. 1
pues. el monstruo ha muerto y los «pequeños animales» renacidos - f
existiese un lapso de tiempo de varios meses 168• Ante la mirada
interior que contempla en sueños las imágenes arquetípicas se ilumi� ·.
na, en forma de visión, el final ,·implicado ya en el destino 169• Pues
170 Basándose en san Agustín, Jung ha expresado esto. certeramente con las

el espacio y el tiempo son categorías que proceden de la consciencia;·


siguientes palabras: «Aquello que acontece. sucesivamente en el tiempo es
simultánea en el Espíritu divino» (Synchronit.itiit, pág. 106, nota al pie) .-
de la «actividad diferenciadora» por parte de ésta. En lo inconsciente
171 JuNG: Gestaltungen des Unbewussten, pág. 66.
172
«La experiencia muestra que los mandalas individuales ( el esquema básico
de nuestro sueño puede considerarse como un mandala) son símbolos de orde­
'" ]UNG: Synchronizitii.t, pág. 33. nación y por ello aparecen en los pacientes, sobre todo, en é pocas de desorien­
166
El subrayado es mio. t:i.ción psíq?ica o bien . de reorientación en la vida. A modo de círculos mágicos
167 f1¡an y �n¡uran a las potencias no sometidas a ley, del mundo de las tinieblas
JUNG: Symbole der Wandlung, pág. 83.
164
Esto es también válido cuando un sueño de esta índole aparc::cc:: fuera Y constituyen un orden o bien lo producen, transformando así al caos, en
de un análisis, permaneciendo así oculto su sentido para el sujeto, pero ulteriores cosmos» (JUNG: AION, pág. 56).
acontecimientos de la vida lo confirman. 171 Po� lo que se refiere al «sí mismo» y a su antimonia inmanente remito
-�,¡
169 «Todo aquello que es antiguo en nuestro inconsciente:: alude a lo veni­ a lo� escritos de Jung y en primer término a sus libros Psychologie und Alchemie
dero», dice JuNG (Psychologische Typen, pág. 549). '55 Y A.ion, asf como a los dos tomos del Mysterium Coniunctionis.
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174 ARQUETIPO Y SUEÑOS EL SUEÑO DEL ANIMAL MALO 175 (_)
tenido precisamente este sueño, en esta forma, con este contenido '.··,,
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pueden continuar desarrollándose en libertad , sin amenazas. La de s­
(

aparición del mundo oscuro puede haber proporcionado al principio Y en· este momento?, llegamos a otra conclusión, digna de tenerse
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un tranquilizante, e incluso liberador, sentimiento de amparo. Otorg� en cuenta Y que puede servir de indicación orientadora. También un
( )
a la psique de la niña, de modo compensador, aquella fe y a:qudla �ueño, sobre todo ':1ªn�� está dotado d e· gr_an fuerza expresiva, al ( _•
.
j s�gur1 a e as que careijr06"a""' 6le'ri:ten'te-en la vfda" vigiI."l?r�isa:- 1gual que a . part1c1pac1on en misterios e iniciaciones, en ritos . y J
mente-aáq�Iló� 'i-ilño's p�otegido--;; '.y"'p'sfqüicamcentesensíbles,. e1+.tre cultos o e n 1espectáculos que conmueven profundamente , puede dejar (J
los cuales· se contaba probablemente la pequeña soñadora, la angÚstia la _certeza �e Una �xperiéncia directa y conci;et�, como si �1: qui;! ha . C,_J
.
d iurna, que ellos apenas reconoce n como tal, es respondid a por sue- sonad o hubiese temdo la experie ncia en estado vígil. El sueño queda ( .
-:- ñas que dan lugar a alivip 174• La angustia, una angustia vaga e inde­ así grabado desde el interior de la psique y actúa sobre ésta_ de un ,j
finida, es un síntoma frecuente en los niños.��f�tij,,. mod o efectivo, aun cuando no vaya acompaÍ1_ado pór ningún aconte-
-�$...clili:r.enciao, l:l1J.�.J.1J1gtmia...aut:e, la..ll'id::i..�,.Jaw¡µ;¡.g µ§��---ª!!!S cim�ento exterior e incluso, la mayoría de las veces, sin ad opción ( (J
alguna de una actitud consciente por parte · del yo. Aquel que en la \;.)
· . la muerte, estando ambas muY.,_P.rÓ��J, Los niños viven parábola representad a por un sueño, como en el del «animal malo»,
en un "mundode gig'antes todopoderosos, los adultos, y tan sólo difí­ (4' .
cilmente se adaptan al combate entre el bien y el mal. La derrota del ha participado en el misterio de la muerte y la resurrección, ha expe-
( ('.\
mundo inferior, del óscuro adversario de los dioses luminosos es; -sin rime�tado ya �n el fondn de su corazón que el final puede Ser, ·al �-
embargo, tan sólo pasajera durante la vid a terrena, y únicamente se mis�o tiempo, un comienzo. Y que es posible -si bien tan sólo
(�
d a en sueños y fantasías. En vano podría refugiarse la psique de la en súeños- sufrir la muerte y no perecer sin embargo; salir vivo del C, }
niña en un mundo permanentemente luminoso, en el «cielo», ya que cuerpo del animal del caos, retornar de la oscura noche del mundo
(�
perdería entonces el contacto con la realidad . Es �lgo correspond iente inferior. Todo ello persistirá siempre como una vivencia única de �
a la condición del ser humano que ambas potencias se combatan imponente intensidad. Despertará así en el alma la suave intuición
también en el trasfondo psíquico, y su constante lucha forma parte
de lo parad ójico ele la vid a. .
l.����IT:. posibl inmortal idad , apaciguando el te mpestuoso leaje de ��

. - . . . o .- ��
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. . ...
.g_i:i)a tl?�rició!!,.d���,�04�e hemos comentado -?Y-�'$ti ..,,-Q.�,b�E, Nacimie nto, vi�müerte_ y resurr_e;p:ión_,.J,_or¡.__c:;uatrq.3§.P�J:.9.L9_; \. •
I�enido estados de _exc1t��10-;;· EE!:.E?.:Eª��:-::-s,.9;:1fü��� ....�-'!ual�� un 'mi�q;i..Q.lnJ�i�iQ,.__entÍdos.cuales no. existe sol_ución de continuid ad . ( � •·
.�C?::1 _er�ñtórñoy'a'ñsÍedact .'ánt_\':_ l9__que_ -�fl-��ff:.J?!-19i�ri1. �!1.�-�-�Ae-�.s�; Y si no exist� tal �uptura, desap�re�-� t��bién ;����f; -a���� (, ::
t�d;-·
ro. La lucha entre el bien y el mal, extendida hasta las mas hondas � · muerte. �i,._considerad.o ...el _ sueno_puede __entende.rse:__q_lJ.tz¡is •.comq� . .

·-M!
'p°?ofund idades psíquicas, proble mática que ha de ser suprimida y. : una «tentativa». por parte· de Jo ,.inconscie_nte _para. pr_esentar a .l?....) \;:Y
resuelta mediante «interY-ención superior», así como un presenti­ \. p����0�·a;do��. p9�. �na__ -�?r�� YPª.J�!ger:i:.�?-�;�.i� _?I��prd �ªL ·,. ()
miento inconsciente acerca del próximo final de la vida. Sin embargo, IT.:ª�--!!3:f!.l_�}�g__el cammo qu�, a_Jraves_de Ja__muert_\':, .conquc:e Jl .riu��::;: ·-( ,)
si nos apartamos del habitual planteamie nto de preguntas, del «¿de / �da--... ,
-
dónde?» y de l «¿por qué?», y en lugar de éstas -y _de acue rd o con
1
· ¿Es ésta la verdad que e l sue ño quería comunicar a la niña?
('
\¿J
¿Le fue concedido como orientacic5n y consoladora perspectiva, como

___ ____
, la psicología analítica de Jung y del carácter finalista de los procesos
\)
psíquicos--, nos planteamos el interrogante de « ¿por
. .. qué?» se __ha .. . auxiliadora revelación? ¿Quién sería capaz de decidirlo?
__..........----···�·�-,�··· .. .., -· -· - . - ()
En un interesante trabajo sobre «La autorregulación anancástica en las
.,

«Ningún sueño dice: "tú debes" o "ésta es la verdad". (_)


crisis de la vida» ( «Die anankastische Selbstregulation in Lebenskrisen,,., Der
11

Presenta una ,imagen, al igual que la naturaleza hace que crezca


'

Nervenan:t, fase. 10, octubre 1954), R. Bilz, de la Clínica Neuropsiquiátrica de \.e�


Mainz, dice lo siguiente: «En é:l niño existe un "iatros" interior, un psicotera­ una planta, y a nosotros compete deducir de ello conclusio­
peuta... existe un regenerador del equilibrio endógeno, al servicio del sujeto, nes ( ... ). Para comprender su sentido hay que dejarse confi­ e)
que da lugar a la "restitutio ad integrum"...,.Estamos efectivamente convencidos gurar por él. Y entonces comprendemos también qué es lo que
de que existe una "dirección artística" de la autocuración, que dispone de meca­ (.)
nismos catárticos lúdicos y la "dirección" del sueño parece servirse de dichos logró: Ha conmovido ?.quella sanadora y redentora profundidad
mecanismos para restablecer la salud». psíquica en la que ningún individ uo aislad o se ha separado aún (�
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Bettelheim, Bruno. Fugitivos de la vida.
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