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LA INTERPRETACIÓN JUDICIAL

Javier Arturo Campos Silva.

El presente escrito tiene como objetivo principal dar un panorama inicial sobre la interpretación
judicial, esto para mostrar la importancia de la misma en la actualidad, así como la necesidad de
estudiar y actualizarse constantemente respecto a las cambiantes y evolutivas interpretaciones por
parte de los organismos nacionales e internacionales.

En primer lugar se abordan ideas generales sobre interpretación en sentido amplio y sentido
estricto, así como su tres principales teorías, tomando como punto de partida las ideas de Riccardo
Guastini, posteriormente, se analizarán los principales métodos de interpretación utilizados para
desentrañar el sentido de la norma, realizando algunas reflexiones en torno a su aplicación, luego,
se realizará un análisis de los argumentos interpretativos que se utilizan para resolver casos
concretos, identificando la forma del razonamiento perteneciente a cada uno de ellos; en seguida,
se abordarán algunas ideas sobre la interpretación conforme, entendiéndola como una
consecuencia de la apertura del texto constitucional hacia un sistema de normas de carácter
internacional; posteriormente se realizará una reflexión de la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos entendida como interpretación del derecho, y la importancia
de la misma en la resolución de conflictos, para después establecer ideas generales sobre la
interpretación de los Tratados Internacionales tomando como referencia a la Convención de Viena
sobre el Derecho de los Tratados, para finalmente, ofrecer un panorama inicial sobre las opiniones
consultivas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos como medios de interpretación.

Se insiste que el objetivo sustancial es reconocer la importancia que tiene la interpretación jurídica
en los múltiples campos del derecho (abogados postulantes, investigadores, docentes, estudiantes
de derecho y operadores jurídicos), pretendiendo generar interés sobre esta materia para
adentrarnos a un estudio más especializado, que tenga como resultado un mejor desempeño laboral
y académico.

Conceptos y teorías de la Interpretación.

Para Riccardo Guastini, la interpretación en sentido estricto, se emplea para referirse a la


atribución del significado a una formulación normativa en presencia de dudas o controversias en
torno a su campo de aplicación. [1]
La anterior definición nos lleva a considerar que únicamente puede producirse una interpretación
judicial cuando el texto de la norma que será objeto de interpretación es oscuro, discutible o se
tenga alguna duda sobre su aplicación, siendo importante destacar que cuando el texto jurídico es
claro y no queda duda sobre su contenido no puede ocurrir la interpretación, pues la oscuridad o
controversia sobre la norma son requisitos necesarios para poder atribuir significados mediante la
interpretación.

Ahora bien, en sentido amplio, la interpretación se emplea para referirse a cualquier atribución de
significado a una formulación normativa, independientemente de dudas o controversias. [2] Desde
esta concepción cualquier texto o norma jurídica requiere una interpretación, sin importar si su
contenido es claro u oscuro, pues el significado de la norma fácil de interpretar, es el resultado del
proceso interpretativo, que se considera como un presupuesto necesario para la aplicación del
derecho.

Riccardo Guastini distingue tres teorías sobre la interpretación: una teoría “cognitiva” o formalista,
una teoría “escéptica” y una teoría intermedia. Estas teorías representan un particular modo de
entender a la interpretación, debido a sus diversas concepciones del concepto.

Teoría “cognitiva” o formalista.

Como su nombre lo indica, esta teoría sostiene que la interpretación es una actividad cognoscitiva,
por lo que interpretar es verificar de manera empírica el significado de la norma jurídica y la
intención de su autor; parte de la idea de que el sistema jurídico de un Estado es completamente
coherente y no tiene lagunas o antinomias, por lo que no hay espacio para la discrecionalidad
judicial.

Teoría escéptica.

La Teoría escéptica de interpretación sostiene que la interpretación es una actividad no de


conocimiento, sino de valoración y de decisión. Esta teoría se funda sobre la opinión de que no
existe algo así como el significado propio de las palabras, ya que toda palabra puede tener, o el
significado que le ha incorporado el eminente, o el que incorpora el que la usa, y la coincidencia
entre uno y otro no está garantizada. [3]

Reconoce la existencia de lagunas y antinomias en el sistema jurídico, por lo que los jueces tienen
la función de crear “nuevo Derecho”, tal y como lo hacen los legisladores.
Teoría intermedia.

Esta teoría sostiene que la interpretación es una actividad de conocimiento y una actividad
discrecional del que interpreta, esto dependerá del texto normativo que es objeto de la
interpretación, parte de la idea de que existen “casos fáciles” en los que no existe duda o
controversia sobre la norma, sin embargo, también existen “casos difíciles” entre los que se
requiere una decisión entre al menos dos soluciones alternativas.

Métodos de Interpretación.

Los métodos de interpretación pueden definirse como formas de proceder para realizar
interpretación que permita llegar a una tesis razonable partiendo de una vertiente específica, sin
pretender agotar todo el campo, diremos que comúnmente se utilizan los siguientes métodos.

Método Gramatical.

Este método sigue el significado gramatical de las palabras del texto normativo, consiste en
entender sus expresiones en sentido natural y obvio que ellas tienen en el lenguaje ordinario, o en
el técnico usualmente utilizado en la respectiva área del conocimiento. [4]

Algunos autores también denominan al método gramatical como método exegético, por que
atribuyen el significado de la norma a partir de su literalidad.

Método Histórico.

En este método se concurre a la historia del texto que será objeto de la interpretación acudiendo a
referencias jurídicas (exposición de motivos, etapas del proceso legislativo, entre otros) para dotarla
de significado. Se estudian los contextos que influyen para averiguar el sentido de la ley.

Método Teleológico.
Para este método de interpretación, se busca de manera preponderante la finalidad de la norma
con la intención de establecer el sentido y alcance de la misma. Para descubrir la finalidad de la
norma, resulta importante descubrir los objetivos que originaron la creación de la propia norma
jurídica.

Método Sistemático.

La interpretación sistemática es la que se le da a la norma en conjunto con las demás que conforman
el ordenamiento jurídico en el cual aquella está inserta. Es decir, es aquella que considera a la norma
como parte de un todo, cuyo significado y alcance debe fijarse en función del sistema jurídico al cual
pertenece. [5]

Para este método, el sentido de la norma, no sólo está determinado por los términos en que se
expresa, pues necesariamente debe atenderse a la relación que se da con otras normas, para llegar
a una interpretación válida.

Argumentos interpretativos.

En el ámbito del Derecho, para motivar una decisión judicial es necesario proporcionar argumentos
y razonamientos que validen de manera certera la decisión que se ha tomado, ante ello, surgen lo
argumentos interpretativos que buscan justificar la expresión del razonamiento que se ha utilizado
para tomar una decisión. Sin la intención de agotar el tema en estudio, diremos que los argumentos
interpretativos más utilizados son los siguientes:

El argumento por analogía.

Para los juristas, este argumento justifica trasladar la solución legalmente prevista para un caso, a
otro caso distinto, no regulado por el ordenamiento jurídico pero que es semejante al primero. [6]

En este argumento los problemas de aplicación se fundamentan en la existencia de lagunas que


necesariamente tienen que ser llenadas por criterios de semejanza e identidad de razón de los
supuestos, comúnmente se identifica bajo el principio “En donde existe la misma razón, debe existir
igual disposición”.

El argumento a fortiori.
Giovanni Tarello explica el argumento a fortiori como un procedimiento discursivo por el que dada
una norma jurídica que predica una obligación u otra calificación normativa de un sujeto o de una
clase de sujetos que se encuentran en situación tal, que merecen con mayor razón que el primer
sujeto o clase de sujetos, la calificación que la norma dada establece para el primer sujeto o clase
de sujetos.

El argumento a contrario.

Este argumento se basa en la idea de que el legislador ha regulado de manera expresa una hipótesis
y sólo a ella, por lo que se rechaza de manera categórica la aplicación a cualquier otro caso distinto
que no fue contemplado por el legislador.

El argumento a coharentia.

Este argumento supone la idea de que las disposiciones normativas no son normas incompatibles
entre sí, justificándose mediante la atribución de significados compatibles que hagan los más
coherente posible el precepto jurídico con el ordenamiento.

El argumento psicológico.

Mediante este argumento se atribuye a una norma jurídica, el significado que corresponda con la
voluntad del emisor o autor de la misma, es decir, del concreto legislador que históricamente la
redactó. [7]

El argumento de la no redundancia.

Parte de la idea de que cada norma jurídica es autónoma y tiene un significado particular, por lo que
se rechazan aquellos significados que sean redundantes o repetitivos en relación a otra disposición
normativa.

El argumento pragmático
Es un argumento consecuencialista que consiste en justificar un significado a partir de las
consecuencias favorables que de él se derivan, o la inconveniencia de otro significado posible de un
enunciado por las consecuencias desfavorables que de él se derivan. [8]

El argumento por el absurdo.

Este argumento consiste en rechazar el significado de una interpretación por las consecuencias
absurdas a las que conduce estableciendo un parámetro que permite explicar el por qué son
absurdas las consecuencias del significado que es rechazado.

La interpretación conforme.

La Reforma Constitucional de junio de dos mil once en materia de Derechos Humanos y juicio de
amparo, incorporó a nuestro texto fundamental, lo que autores como José Luis Caballero Ochoa,
han denominado la “Cláusula de Interpretación Conforme”, de la cual se desprende que las normas
relativas a los Derechos Humanos se interpretarán de conformidad con la Constitución Federal y
con los Tratados Internacionales. Esto no es nada menor, pues la trascendencia e implicaciones que
conlleva la interpretación conforme, implican el establecimiento de un parámetro de control que
tenga sustento en los Principios contenidos en la Constitución y en los Tratados Internacionales.

La interpretación conforme establecida en la Constitución, se ve reforzada con el


denominado Principio Pro Persona, el cual debe considerarse como otro principio hermenéutico de
interpretación, que es propio del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, cuya función es
ajustar la dirección en el resultado de la interpretación, es decir, preferir la interpretación que más
favorezca a la persona y que menos perjuicios le cause.

Conviene señalar en este apartado, que la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
en la Tesis: 1a. CCCXL/2013 (10a.), determinó que el principio de interpretación conforme, se ve
reforzado por el principio Pro Persona, contenido en el artículo 1o. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, el cual obliga a maximizar la interpretación conforme en aquellos
escenarios en los cuales, dicha interpretación permita la efectividad de los derechos fundamentales
de las personas. [9]

En ese sentido, la cláusula de interpretación conforme, reconoce la relevancia constitucional de los


tratados sobre Derechos Humanos, y al mismo tiempo, una integración que posibilite la
conformación del contenido de las normas constitucionales en la materia, partiendo de la base de
que todos los derechos ostentan un contenido constitucional mínimo, susceptible de protección
judicial. [10]

La jurisprudencia internacional como interpretación del derecho.

La Jurisprudencia puede definirse como una fuente del derecho derivada de la interpretación
constitucional y legal que, con fuerza obligatoria, crean determinados órganos jurisdiccionales al
resolver los asuntos sometidos a su conocimiento, con el propósito de fijar el correcto sentido y
alcance de las normas jurídicas, y adecuar su contenido a la dinámica de la vida en sociedad. [11]

En ese sentido, la Jurisprudencia sustentada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos


constituyen verdaderas fuentes de interpretación del derecho, las cuales podemos invocar y utilizar
en los sistemas internos como consecuencia de la expansión de contenido de las normas de
Derechos Humanos, aunado a ello, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha reconocido que la
fuerza vinculante de la jurisprudencia interamericana se desprende del propio mandato establecido
en el artículo 1o. constitucional, pues el principio pro persona obliga a los jueces nacionales a
resolver cada caso atendiendo a la interpretación más favorable a la persona. [12]

La propia Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sostenido en reiteradas ocasiones que


ésta es la última intérprete de la Convención Americana de Derechos Humanos, realizando un
especial énfasis en que debe existir una armonización entre las normas internas y la Convención
Americana, tales consideraciones las podemos observar en el párrafo 193 de la sentencia deducida
del Caso Gelman contra Uruguay, el cual, para un mejor entendimiento, resulta conveniente
transcribir:

193. Cuando un Estado es Parte de un tratado internacional como la Convención Americana, todos
sus órganos, incluidos sus jueces, están sometidos a aquél, lo cual les obliga a velar por que los
efectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermados por la aplicación de normas
contrarias a su objeto y fin, por lo que los jueces y órganos vinculados a la administración de justicia
en todos los niveles están en la obligación de ejercer ex officio un "control de convencionalidad"
entre las normas internas y la Convención Americana, evidentemente en el marco de sus respectivas
competencias y de las regulaciones procesales correspondientes y en esta tarea, deben tener en
cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte
Interamericana, intérprete última de la Convención Americana. [13]

En ese sentido, la jurisprudencia sustentada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos


constituye verdaderos estándares internacionales para dotar de efectividad y eficacia el sistema
jurídico en que se aplica, siendo imprescindible su conocimiento y constante actualización.
La interpretación de los Tratados Internacionales.

Así también, es necesario reconocer la importancia cada vez mayor de los Tratados Internacionales
como fuente del derecho interno, como consecuencia de la apertura hacia un nuevo modelo
constitucional en el que se otorga un mayor privilegio a la protección a los Derechos Humanos, es
por esa razón, que resulta imprescindible, el conocer de qué manera se interpretan los tratados
internacionales, para dotarlos de efectividad.

En ese orden de ideas, y para entender la manera en que se deben interpretar los Tratados
Internacionales, resulta necesario tomar en consideración la Convención de Viena sobre el Derecho
de los Tratados, llevada a cabo en la ciudad de Viena el tres de mayo de mil novecientos sesenta y
nueve, cuyo objetivo principal fue el crear las condiciones necesarias para mantener el respeto y
cumplimiento a las obligaciones emanadas de los tratados internacionales, estableciendo reglas
específicas sobre la celebración, aplicación, observación, interpretación, modificación, nulidad y
suspensión de los tratados internacionales.

En relación a la interpretación de los tratados, la Convención de Viena sobre el Derecho de los


Tratados, en la parte III denominada OBSERVANCIA, APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN DE LOS
TRATADOS, establece en su artículo 31 la regla general de interpretación de los tratados la cual
consiste en que un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente que haya
de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de éstos y teniendo en cuenta su objeto y fin;
además del texto, también se debe atender al contexto del tratado, debiéndose tomar en cuenta su
preámbulo y sus anexos, así como los acuerdos que se refieran al tratado, que hayan sido
concertados por las partes con motivo de la celebración del tratado, así como los acuerdos y
prácticas ulteriores entre las partes en relación a la interpretación del tratado.

Por la importancia del tema antes mencionado, se considera relevante citar el contenido del artículo
31 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, el cual, dispone:

“31. Regla general de interpretación.

I. Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuirse
a los términos del tratado en el contexto de estos y teniendo en cuenta su objeto y fin.

2. Para los efectos de la interpretación de un tratado. El contexto comprenderá, además del texto,
incluidos su preámbulo y anexos:

a) todo acuerdo que se refiera al tratado y haya sido concertado entre todas las partes con motivo
de la celebración del tratado:
b) todo instrumento formulado por una o más partes con motivo de la celebración del tratado y
aceptado por las demás como instrumento referente al tratado;

3. Juntamente con el contexto, habrá de tenerse en cuenta:

a) todo acuerdo ulterior entre las partes acerca de la interpretación del tratado o de la aplicación
de sus disposiciones:

b) toda práctica ulteriormente seguida en la aplicación del tratado por la cual conste el acuerdo
de las partes acerca de la interpretación del tratado:

c) toda forma pertinente de derecho internacional aplicable en las relaciones entre las partes.

4. Se dará a un término un sentido especial si consta que tal fue la intención de las partes”

Conviene precisar en este apartado, que la propia Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados, establece medios de interpretación complementarios para determinar el sentido del
Tratado, cuando la interpretación realizada deje ambiguo u oscuro el sentido del texto o conduzca
a un resultado manifiestamente absurdo e irrazonable. [14]

Las opiniones consultivas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos como medios de


interpretación.

Por otra parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos es un organismo internacional con
una doble función, por un lado tiene una función jurisdiccional, cuyo objetivo radica en someter a
su jurisdicción casos contenciosos, y por otro lado, tiene una función consultiva, mediante la cual,
los Estados miembros de la Organización de Estados Americanos, pueden consultar a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos acerca de la interpretación de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos o de otros tratados concernientes a la protección de los Derechos
Humanos en los Estados Americanos.

La mencionada función consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos se encuentra


prevista en el artículo 64 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José,
Costa Rica), así como los artículos 70, 71 y 72 del Reglamento de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, en los cuales se establece inclusive la posibilidad de realizar interpretaciones
de leyes internas de los estados miembros de la Organización de Estados Americanos, para
determinar su compatibilidad con los tratados internacionales.
Conclusión.

De lo anterior podemos advertir que la interpretación judicial resulta un tema de actualidad que
debe ser de interés primordial, resultando útil y relevante estar actualizados constantemente en
este amplio margen de criterios interpretativos que podemos utilizar para el eficiente desarrollo de
nuestro campo profesional o académico.

Así también, se debe colocar en un lugar privilegiado a la interpretación conforme, pues al estar
ubicada a nivel constitucional, se convierte en una pieza clave para la interpretación de la
Constitución y de los Tratados Internacionales en materia de Derechos Humanos, pues es con base
a ella, que se realizará la identificación del parámetro sobre el cual se definirá la validez o invalidez
de un precepto jurídico, estableciéndose así, un sistema interpretativo desde una perspectiva de
Derechos Humanos.

Se recuerda que el objeto de este texto es ofrecer un esquema general para crear interés sobre
temas específicos de interpretación judicial, siendo pertinente mencionar que cada uno de los
temas aludidos en este texto merece un estudio particular y complejo.

Bibliografía.

ATIENZA, Manuel, Sobre la analogía el derecho. Ensayo de análisis de un razonamiento jurídico,


Madrid, 1986, 290 páginas.

CABALLERO OCHOA, José Luis, La interpretación Conforme. El Modelo Constitucional ante los
Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos y el Control de Convencionalidad, Editorial
Porrúa, México 2013, 273 páginas.

CISNEROS FARÍAS, German, La interpretación de la Ley, Editorial Trillas, México, 2005, 163 páginas.

DUEÑAS RUIZ, Oscar José, Lecciones de Hermenéutica Jurídica, Editorial Universidad del Rosario,
6ta Edición, Colombia 2011, 257 páginas.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, La Jurisprudencia, Su integración, Coordinación de
Compilación y sistematización de tesis, 2a Edición, México 2012,

VÁZQUEZ, Rodolfo (Compilador), Interpretación Jurídica y Decisión Judicial, Editorial Fontamara,


México, 1998, 300 páginas

Enlaces relacionados.

La interpretación judicial constitucional.

Carmona Tinoco Jorge Ulises.

Disponible en internet:

http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=867

Sobre los argumentos interpretativos. Gonzales Flores José Antonio.

Disponible en internet.

http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2997/8.pdf

La Cláusula de Interpretación conforme y el Principio Pro Personae.

Caballero Ochoa José Luis.

Disponible en internet:

http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/7/3033/6.pdf

Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados

Disponible en internet:

http://www.oas.org/36ag/espanol/doc_referencia/Convencion_Viena.pdf
[1]
Vázquez, Rodolfo (Compilador), Interpretación Jurídica y Decisión Judicial, Editorial Fontamara,
México, 1998, pág. 21
[2]
Ídem, página 23
[3]
Ídem, página 31
[4]
Dueñas Ruiz, Oscar José, Lecciones de Hermenéutica Jurídica, Editorial Universidad del Rosario,
6ta Edición, Colombia 2011, página 128.
[5]
Ídem, página 130
[6]
Atienza, Manuel, Sobre la analogía el derecho. Ensayo d análisis de un razonamiento jurídico,
Madrid, 1986, página 29.
[7]
Ezquiaga Ganuzas, Francisco Javier, Argumentos Interpretativos y Postulado del Legislador
Raciona, en Vázquez, Rodolfo (Compilador), Interpretación Jurídica y Decisión Judicial, Editorial
Fontamara, México, 1998, pág. 181
[8]
Ídem, pág. 183
[9]
Décima Época, Registro: 2005135, Primera Sala, Tesis Aislada, Gaceta del Semanario Judicial de
la Federación, Libro 1, Diciembre de 2013, Tomo I, Materia(s): Constitucional, Tesis: 1a.
CCCXL/2013 (10a.), Página: 530. “INTERPRETACIÓN CONFORME. NATURALEZA Y ALCANCES A LA
LUZ DEL PRINCIPIO PRO PERSONA.”
[10]
Caballero Ochoa, José Luis, La interpretación Conforme. El Modelo Constitucional ante los
Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos y el Control de Convencionalidad, Editorial
Porrúa, México 2013, página 33.
[11]
Suprema Corte de Justicia de la Nación, La Jurisprudencia, Su integración, Coordinación de
Compilación y sistematización de tesis, 2a Edición, México 2012, página 19
[12]
Décima Época, Registro 2006225, Pleno, Jurisprudencia, Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Libro 5, Abril de 2014, Tomo I, Materia Común, Tesis: P./J. 21/2014 (10a.), Página: 204
[13]
Corte IDH. Caso Gelman Vs. Uruguay. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 24 de febrero de
2011. Serie C No. 221, Párrafo 193
[14]
Artículo 32 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados

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