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1. Introducción
Lo que quedaba por debajo de los hidalgos era la otra subsociedad Había en ella
blancos, europeos, dedicados a negocios financieros o pequeño comercio. Por debajo de
todos estos estaba los grupos sometidos, indios, negros, mestizos y mulatos. Los más
afortunados formaban parte de la servidumbre de las casas hidalgas por que adquirieron
una situación especial que el “criado” asumió al impregnársele, ante sus iguales, de
rasgos de sus señores.
La vida de las ciudades se vio alterada por los conflictos civiles. Principalmente
por aquellos episodios de la lucha por el poder y los privilegios entre los encomenderos
y el poder político. Finalmente, los encomenderos fueron reducidos a obediencia, a lo
largo de un proceso de ajuste entre los derechos adquiridos por la conquista y le derecho
eminente de la corona.
También existían hidalgos otra vida menos fácil y menos estéril. Estos eran los
funcionarios comprometidos a sus funciones rutinarias y, en ocasiones, complejas que
exigían su dedicación total o eran hombres de armas que se encargaban de la defensa de
la ciudad. La concepción frívola de la vida se disipaba, pero no dejaba de ser una
aspiración generalizada.
Donde el espíritu mercantil adquirió una fisonomía más definida y un aire más
aproximado al de las burguesías europeas, fue en los puertos, en los que las actividades
económicas fueron fundamentales desde un principio. Tenían su propio estilo de vida y
constituyeron los grupos económicos más poderosos, caracterizados por su decisión, su
pragmatismo y su eficacia. Estos grupos vinculados con el comercio de la metrópoli
formaron dos clases: los negreros y los contrabandistas.
La población urbana crecía con lentitud por lo que no había necesidad de colmar
la traza vacía n los recursos para afrontar la tarea de levantar ciudades de la nada.
1. Introducción
También cabe destacar que la liberalización del régimen comercial (en el que
Portugal y España suprimen trabas) generó la expansión de las metrópolis, ampliando
las perspectivas, se abren relaciones directas con los centros de comercio inglés y se
establecen los comerciantes extranjeros.
La sociedad abigarrada usaba la ciudad más que antes y desbordaba los lugares
públicos, de modo que la preocupación por la limpieza elemental. El aprovisionamiento
de agua y el sistema de alcantarillado se mejoró en las capitales, en las que empezó a
instalarse un rudimentario alumbrado público. Así mismo, se dotó de equipamientos la
ciudad como hospitales, cementerios, hospicios.
4. Reformas y revoluciones
La burguesía que había estimulado los cambios sociales del campesinado, ahora
era víctima de sus acciones, lo que la llevo a ceder ante las presiones de la revolución,
disolverse paulatinamente e ir perdiendo el carácter social conseguido.