Sie sind auf Seite 1von 3

Diego Fernando Penagos Rodríguez

Defensa de la imitación

Anotaciones sobre el plagio es una cartilla publicada por nuestra universidad para dar a
conocer a la comunidad universitaria detalles acerca de esta práctica tan relacionada con el
mundo académico y artístico. Sonia Girón, docente del departamento de gramática, es su
autora. El documento hace un recorrido por diferentes aspectos del plagio, y su objetivo, más
allá de informar al lector acerca de lo que significa esta práctica, parece ser intentar disminuir
este tipo de conductas, para lo cual expone las consecuencias que tiene el caer en ellas y las
posibles maneras de evitarlas.

Por un lado, en general, no le otorgo mucho mérito al documento. Lo considero una propuesta
trillada, una de tantas que muchas otras universidades ya se ha tomado la molestia de realizar
y que por lo mismo ya no es necesaria. La información allí condensada puede ser consultada
fácilmente en las publicaciones de casi cualquier otra universidad; por lo que resulta
laborioso encontrar un aporte verdaderamente original. De aquí que, en aspectos generales,
lo que menos me gusta de esta guía es el eslogan que proclama, cree en tus ideas, como si la
autora no hubiese caído en la reproducción de una idea más que frecuente en el ambiente
universitario, o como si de verdad propusiera algo de valor que le ayude al lector a generar y
confiar en sus propios proyectos.

Por otro lado, en particular, quiero centrarme en la percepción de aparente exactitud y total
negatividad desde el que la autora entiende el plagio. Parece estar tan segura esta docente de
nuestra universidad sobre este concepto que se atreve a darle sus propias definiciones, una
de ellas es:

Hay plagio todas las veces que un autor toma alguna cosa que es propiamente la
invención de otro y procura hacerla pasar por suya. Puede ser un elemento de fondo
o de forma, una situación, un desarrollo, una simple frase. La extensión y el objetivo
de la copia no se consideran. (Girón, 2015, p.6)

Podemos apreciar en esta cita un aspecto que, a primera vista, o primera lectura, parece
delimitar oportunamente qué debe considerarse como plagio. Mas yendo más allá, haciendo
una relectura de esta definición, pueden encontrarse un par de términos que, por su
ambigüedad, dificultan una íntegra comprensión. Me refiero a palabras como cosa,
propiamente y desarrollo. ¿A qué se refiere exactamente con cosa? ¿Un esténcil entra en
esta categoría? Si reproduzco este tipo de expresión artistica, ideada con el objetivo de ser
reproducida con facilidad por cualquier persona ¿tengo que citar a su autor? Si la modifico a
mi gusto, agregando y quitando elementos, combinando propuestas de otros autores,
cambiando tamaños y técnicas, desarrollándola a partir de métodos de otros artistas visuales
¿Hasta qué punto es propiamente mía y hasta qué punto es propiamente de los autores en los
que está inspirada?

Para el concepto al que nos referimos me opongo por completo a este tipo de definición, a
una definición con pretensiones univocas, especialmente cuando se habla de arte. En mi
criterio, resulta imposible matizar y determinar, tan milimétricamente como nuestra autora
cree hacerlo, dónde hay o no plagio. Son innumerables las obras artísticas que han utilizado
elementos de otras para producir algo nuevo -no con la intención de robarles el crédito, sino
por el contrario, para reconocerles el trabajo y talento que demandan y hasta para
homenajearlas- y en no pocas ocasiones estas nuevas propuestas resultan superando a la que
utilizaron como base. Esto no significa que estas nuevas propuestas deban considerarse
menos originales, pues en cada una de ellas, también, el autor aporta algo propio y nuevo que
las reinventa. Por mencionar algunos ejemplos, en cine encontramos Kill Bill de Quentin
Tarantino en donde se repiten escenas, musicalizaciones y técnicas de grabación de películas
como The searchers, Gone in 60 seconds, Game of death, Sanjuro, Death rides a horse, Lady
Snowblood y Citizen Kane, entre muchas otras que pertenecen a muy variados géneros. En
música, Richie Ray y Bobby Cruz introducen un fragmento de más de 40 segundos del
Estudio Op. 10 N°12 de Chopin en su canción Sonido Bestial; fragmento que claramente
supera los 8 compases repetidos en una canción que Girón nos advierte son aceptados
legalmente (2015, p.14). Estos artistas no citaron las obras utilizadas en su nueva creación al
momento de hacerlas públicas, ni mucho menos lo hicieron según las normas que alguna
organización dictara, pero sin duda conocían y respetaban mejor que nadie las obras que
utilizaron y no son plagiadores.

Otra definición, más pobre aun, que nos ofrece la autora dice “Hay plagio, incluso, cuando
se copia el estilo de un escrito” (Girón, 2015, p.6). Dejando de lado el que caiga de nuevo en
la indeterminación del concepto más importantes de la definición, quiero hacer hincapié esta
vez en lo cerrada que resulta esta sentencia. Valdría la pena preguntarle a esta profesora de
gramática si se ha detenido a reflexionar sobre cuántos genios de la literatura universal han
mejorado sus propios estilos a partir de la imitación de los de otros escritores, a quienes ellos
admiraban. O si se le ha llegado a ocurrir siquiera que tal vez imitar sea una condición
necesaria dentro del proceso creativo y formativo de un artista para llegar a producir una idea
original. Al respecto, el reconocido poeta T.S. Eliot escribió “Los poetas inmaduros imitan;
los poetas maduros roban; los malos estropean lo que roban, y los buenos lo convierten en
algo mejor.” (Eliot, 2004, p.67).

Como conclusión creo que la opinión generalizada acerca del plagio, que Girón plasma en
su cartilla, se debe en gran parte al miope concepto que comúnmente se tiene sobre la
creatividad. Usualmente visto como un talento con el que unos nacen y otros no, sin más, que
se manifiesta de forma espontánea en ideas en absoluto propias. Creo que una revisión de
este concepto es necesaria; por lo que propongo la creatividad como una facultad que necesita
de esfuerzo, disciplina, práctica e inspiración de ideas de otras personas. Que el estudio
profundo sobre las concepciones del mundo que tienen éstas otras personas y las ideas que
la integran, es una condición para evolucionar el pensamiento propio. Y que una gran
estrategia para comprender íntegramente tales visiones es la imitación de las expresiones con
las que lo plasmaron. Mas no quiero que con esto se piense que busco legitimar el plagio, en
absoluto. Claro que me opongo al que una persona que no lo merece se lleve en crédito por
una idea que no es suya. Mi objetivo es, más bien, hacer entender que la imitación no es una
acción por completo negativa; que puede ser, con objetivos bien intencionados, muy
provechosa para el desarrollo de una idea original, y también que, en ocasiones, las reglas
que buscan controlar esta práctica pueden, sin quererlo, limitar los alcances expresivos de
alguien que esté en busca del surgimiento de una idea propia.

Bibliografía
Girón Castro, S. (2015). Anotaciones sobre el plagio. (5ª edición). Bogotá D.C.: Universidad Sergio
Arboleda.

Eliot, T.S. (2004). El bosque sagrado. Madrid: Langre.

Das könnte Ihnen auch gefallen