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1
Campero, Agustín. Nuevo Cine Argentino. De Rapado a Historias extraordinarias. p. 30.
2
Kessler, Gabriel. Redefinición de mundo social en tiempos de cambio. p. 307.
3
Kessler, Gabriel. op. cit., p. 308.
desempleado que gracias a la ayuda de Torres, su mejor amigo, consigue trabajo en
el ramo de la construcción. Será el encargado de manejar una grúa, trabajo que
hará por primera vez en su vida. Su mayor deseo es aprender bien el trabajo, para
que, en palabras de Rulo, “cuando me ponga canchero, ahí voy a estar solo... voy a
poder leer, escuchar la radio… y si me quiero tirar un pero, me tiro un pedo”. O sea,
quiere lograr cierta autonomía en el cumplimiento eficiente de su trabajo. Esta
oportunidad laboral que se le presenta es totalmente distinta a sus experiencia del
pasado, donde como músico de cierto éxito, y a través de changas, Rulo pudo
“rebuscarselas”. La nueva situación le exige un cambio de estrategia, y que cambie
su visión del mundo: el auto que tanto cuidaba, ahora es un bien que puede vender
para sobrevivir; la antigua carrera como músico es algo de lo que no vale la pena
acordarse (pero que de todas formas recuerda a cada instante, hablo de ese
momento como de su época dorada). En su nueva visión del mundo necesita un
trabajo estable, ya no puede arreglarse con changas.
Su personalidad, su manera de pensar el trabajo, puede relacionarse con una
de las tipologías que construye Kessler: la del solidario4. Los solidarios afrontan la
experiencia de la pauperización como un problema colectivo, sin tener en cuenta las
jerarquías, preponderando la confianza y la solidaridad. Tienen una particular
identificación con su rol en la sociedad porque “confían en el valor del propio capital
cultural, no tanto basados en la posesión de un saber específico sino de un saber
“cívico”5. Rulo puede ser un ejemplo de esta caracterización. Al encontrarse en
dificultades recurre al grupo de cercanos, a sus amigos, que por medio de
recomendaciones le consiguen empleos (capital social). Incluso se muestra solidario
con otros trabajadores, como Adriana, mujer con la que además tendrá un vínculo
sentimental. Pero Rulo, después del éxito con la música, al hacer uso de su capital
social termina aceptando trabajos para los que no tiene experiencia. Necesita
reconvertir ese capital social para generar una estrategia con la que afrontar este
nuevo contexto socioeconómico. Esto se da tan solo embrionariamente, cuando, por
ejemplo, sobre el final del filme, el nuevo patrón le dice que lo tendrá en cuenta para
futuros trabajos.
4
Kessler, Gabriel. op. cit., p. 313.
5
Kessler, Gabriel. op. cit., p. 315.
El capital cultural en este contexto atraviesa una “incertidumbre sobre el valor
de los eventuales recursos”6. Por lo que Rulo no está preocupado porque su hijo
estudie y adquiera ese capital cultural, tan solo se limita a pedirle que se busque un
trabajo y se vaya de su casa.
“el mundo sensorial de las interacciones directas, inmediatas. Pero no solo el mundo
de los personajes, sino también el mundo sensorial de los espectadores, su inserción como
elementos de la ecología urbana. (...) una sinfonía compuesta por un ritmo repetitivo,
sirenas, bocinas y voces a varios volúmenes”.9
Los espacios están definidos por qué tan (o tan poco) amplios son. Mientras
el afuera se muestra con planos amplios (y esto se extrema en los paisajes del sur),
los espacios donde vive, come y duerme, son casi claustrofóbicos.
El ambiente, los espacios, dicen más que el personaje, que logra una
distancia con el espectador. Nunca sabemos qué siente, qué es lo que calla, que
sueños tiene. Y cuando expresa algo sobre él mismo lo hace, como la distancia con
su pasado y la frustración presente (en la escena del auto cerca del final de la
película), lo hace sin ser claro completamente. La frustración parece apropiarse de
él, y no dejarlo elaborar conceptos sobre su propia vida. No dice “estoy mal”, dice “a
mí me gusta joder, me gusta divertirme, pero con estos quilombos qué voy a andar
bien”. Esa personalidad que rehuye de hablar de sus problemas hace inaccesible al
espectador formarse una idea de la psicología del personaje. Algunos primeros
planos de Rulo parecen acercarnos al personaje, pero lo hacen solo
8
Campero, Aguirre. op. cit., p. 35.
9
Campero, Aguirre. op. cit., p. 36.
superficialmente. No llegamos a descifrarlo, pero la sensación de ningún modo es
de vacío, sino de un ser complejo (como la realidad) que resulta difícil conocer. Y
esto hace que nos importe menos el personaje que la persona. Nos interesa en
cada una de sus facetas: como desocupado, como padre, como amigo. Es este
acercamiento el que nos interpela como espectadores, como argentinos, como clase
social que puede o no compartir la experiencia de Rulo.
El NCA toma posición con respecto al habla, que “fue siempre un territorio en
disputa” para el cine argentino. En las películas de este nuevo cine, el habla tiene
“una articulación especial con la puesta en escena”. Se inscribe en la diferenciación
entre el naturalismo del viejo cine, y el realismo de este, donde, “hay una toma de
posición respecto al reconocimiento de los conflictos de las sociedades”. 10 Esto lo
lleva a interrogar las causas de esos conflictos, y para eso utiliza la toma de
distancia, no tanto del personaje que habla (sin emitir una opinión), como del habla
misma.
Soñar un territorio.
10
Campero, Aguirre. op. cit., p. 35.
es un espacio desde el que pensar la historia reciente. Cuando Rulo le pregunta al
obrero que va a reemplazar en la grúa, que se siente estar allá arriba él le responde
“como un pájaro”. Esa es la libertad que sueña para sí Rulo, la de sentirse un
pájaro. Cuestión que irónicamente decantara en su condición de trabajador
temporario que emigra para conseguir algún empleo: trabajador golondrina.
Bibliografía.
11
Sarlo, Beatriz. Escenas de la vida posmoderna. p. 18.