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LA SITUACIÓN ACTUAL DEL SISTEMA PÚBLICO DE PENSIONES EN

EL PERÚ

1.- GENERALIDADES

Los Beneficios Pensionarios en el Perú nacen desde la concepción de que los

trabajadores durante sus años de actividad laboral realizan aportaciones a diferentes

sistemas pensionarios con la finalidad de que en un futuro puedan gozar de

beneficios que le permitan tener una vida digna.

Actualmente en el Perú existen dos tipos de sistema de jubilación:

El Sistema de Reparto, los cuales se encuentran a cargo del Sector Público siendo

normados en los años 1973 y 1974 por los Decretos Leyes N° 19990 y 20530.

En un sistema de reparto las cotizaciones que realizan los trabajadores activos se

utilizan para pagar las pensiones de quienes están jubilados en el momento presente

y cuando estos trabajadores en actividad se jubilen, sus pensiones serán pagadas

con las cotizaciones de quienes están trabajando en ese momento, formándose de

esa manera la cadena contributiva – pagador.

Decreto Ley N° 19990 Este Régimen beneficia a los trabajadores sujetos al régimen

laboral de la actividad privada, a los trabajadores obreros y a los funcionarios y

servidores públicos sujetos al régimen de la actividad pública que no se encuentran

incorporados al Decreto Ley N° 20530. Consiste en otorgar prestaciones fijas y

percibir contribuciones no definidas en valor suficiente para que la contribución

colectiva de los trabajadores financie las pensiones de los jubilados. Decreto Ley

N° 20530 Este sistema de reparto beneficia a los funcionarios y servidores públicos

1
de entidades e instituciones del Estado que cumplen requisitos pre-establecidos.

Consiste en aportar a un fondo de pensiones a fin de que, cuando llegue a la edad

de retiro, el jubilado perciba una pensión similar a la remuneración de un trabajador

activo. También se le denomina cédula viva.

El Sistema de Capitalización Individual, incorporado por el Sistema Privado de

Pensiones, fue creado por Decreto Ley N° 25897 y es administrado por las

Administradoras de Fondos de Pensiones, consiste en acumular un activo sobre el

cual se pagarán las prestaciones al final de la vida laboral del trabajador, es decir

recibirán una pensión que se pagaría con las cotizaciones que realizaron y los

intereses que han generado. De esta forma cada persona recibe una pensión de

jubilación tomando como base el ahorro realizado.

2.- LOS REGÍMENES PENSIONARIOS QUE ADMINISTRA LA ONP

El Sistema Pensionario en el Perú nace con la “Ley del 22 de enero de 1850”

concernientes a la cesantía y jubilación, el mismo que se amplía el 04 de noviembre

de 1851 a la prestación de montepío, que en la actualidad se denomina pensión de

sobrevivientes. Desde entonces, existió en el Perú la denominada Ley de Goces o

Ley de Cesantía, Jubilación y Montepío, elaborada por el Régimen de Gobierno de

don Ramón Castilla1.” y con el D.S. de 31 de Agosto de 1934 para los obreros2.

En la actualidad en materia de pensiones coexisten en el Perú regímenes abiertos3

y cerrados4, así como de administración estatal y de administración privada.

1
Romero Montes, Francisco Javier (2005) Algunas consideraciones acerca de la enmienda constitucional en materia
pensionaria. Vox Juris, TOMO 12. 390pp
2
Campos Balarezo, Juan Manuel (2004) Cuestionamientos a las medidas dictadas por el gobierno respecto al régimen
pensionario del Decreto Ley 20530: leyes y modificación de la Constitución. Lima, Ed. Coordinadora Nacional de Defensa
de los Derechos Humanos pp.79
3
Sistema Nacional de Pensiones – Decreto Ley Nª 19990, Sistema Privado de Pensiones – Decreto Ley Nª 25987, Sistema
del Personal Militar y Policial – Decreto Ley Nª 1984
4
Régimen a cargo del Estado – Decreto Ley Nª 20530, Régimen a cargo del Empleador – Ley N ª 10624.

2
El sistema pensionario se manejó bajo el “sistema de reparto” en el que, los

beneficios no están en proporción directa de los aportes sino son definidos por ley.

Podemos identificar tres sistemas de pensiones:

 El Sistema Privado de Pensiones

 El Sistema Nacional de Pensiones, Régimen del Decreto Ley 19990

 El Régimen del D.L. N° 20530.-

Actualmente el Perú, cuenta principalmente con tres regímenes previsionales,

además de los regímenes del personal militar y policial de la Fuerza Armada y

Fuerzas Policiales y la Caja de Beneficios del Pescador que son: (a) El Sistema

Nacional de Pensiones – SNP, cuya expresión legislativa es el Decreto Ley 19990,

(b) El Régimen de la Cédula Viva, expresado en el Decreto Ley 20530 y (c) el

Sistema Privado de Pensiones – SPP, expresado en el D. Ley 25897. Como lo

reconoce el Informe Trimestral sobre los sistemas pensionarios en el Perú emitido

por la Dirección de Asuntos Económicos y Sociales del Ministerio de Economía y

Finanzas en mayo de 2004, los dos primeros regímenes son administrados por el

Estado y forman parte del sistema público de pensiones, mientras que el tercero es

administrado por entidades privadas, denominadas AFP.

2.1.- RÉGIMEN DEL DECRETO LEY N° 19990 – SISTEMA

NACIONAL DE PENSIONES

El 30 de abril de 1973 se crea el Sistema Nacional de Pensiones de la

Seguridad Social mediante Decreto Ley N° 19990, el cual expresa en el

artículo 1°. - “Créase el Sistema Nacional de Pensiones de la Seguridad

Social, en sustitución de los sistemas de pensiones de las Cajas de Pensiones

3
de la Caja Nacional de Seguro Social y del Seguro Social del Empleado y

del Fondo Especial de Jubilación de Empleados Particulares.”

A diferencia del anterior sistema de reparto, aquí el aporte no es a una cuenta

individual, sino a un fondo colectivo. El Estado fija una pensión tope

(mínima y máxima) y una contribución definida (aporte mínimo). En la

actualidad el Sistema Nacional de Pensiones ha pasado a ser administrado

por la Oficina Nacional Previsional ONP a partir de Enero de 1993.

Los asegurados son los que detalla los artículos 3, 4 y Segundo Párrafo del

artículo 5° del Decreto Ley N° 19990:

Artículo 3.-Son asegurados obligatorios del Sistema Nacional de

Pensiones de la Seguridad Social, con la excepción a que se refiere

el artículo 5, los siguientes:

a) Los trabajadores que prestan servicios bajo el régimen de

la actividad privada a empleadores particulares, cualesquiera

que sean la duración del contrato de trabajo y/o el tiempo de

trabajo por día, semana o mes;

b) Los trabajadores al servicio del Estado bajo los regímenes

de la Ley Nº 11377 o de la actividad privada; incluyendo al

personal que a partir de la vigencia del presente Decreto Ley

ingrese a prestar servicios en el Poder Judicial, en el Servicio

Diplomático y en el Magisterio;

c) Los trabajadores de empresas de propiedad social,

cooperativas y similares;

4
d) Los trabajadores al servicio del hogar;

e) Los trabajadores artistas; y

f) Otros trabajadores que sean comprendidos en el Sistema,

por Decreto Supremo, previo informe del Consejo Directivo

Único de los Seguros Sociales.

Artículo 4.- Podrán asegurarse facultativamente en el Sistema

Nacional de Pensiones en las condiciones que fije el reglamento del

presente Decreto Ley:

a) Las personas que realicen actividad económica

independiente;

b) Los asegurados obligatorios que cesen de prestar servicios

y que opten por la continuación facultativa.

Artículo 5.- No están comprendidos en los alcances del presente

Decreto - Ley los trabajadores del Sector Público Nacional que al

entrar en vigencia el mismo se hallen prestando servicios sujetos al

régimen de cesantía, jubilación y montepío.

2.2.- DECRETO LEY N° 18846

Mediante la Ley N° 1378, modificada por la Ley N° 2290, sobre accidentes

de trabajo, expedidas en enero de 1911 y octubre de 1916, respectivamente,

se reguló inicialmente la protección contra accidentes de trabajo, con una

cobertura limitada para los trabajadores obreros y empleados cuyo salario

anual no excediera de “120 libras peruanas de oro”, disponiéndose, por

5
concepto de indemnización, el pago de una renta, vitalicia o temporal, a

cargo del empleador, el cual podía sustituir su obligación de indemnizar,

contratando un seguro individual o colectivo.

Posteriormente, la Ley N.º 7975, promulgada el 12 de enero de 1935,

incluyó a la neumoconiosis o cualquier otra dolencia adquirida por la

intoxicación de gases derivados de productos químicos, durante la

realización de las labores, entre las enfermedades sujetas a la indemnización

por el empresario, de conformidad con las Leyes N° 1378 y N° 2290.

El Decreto Ley N.º 18846, de “Seguro por Accidentes de Trabajo y

Enfermedades Profesionales”, dictado el 28 de abril de 1971, dio término

al aseguramiento voluntario para establecer la obligatoriedad de los

empleadores de asegurar a sus trabajadores obreros. Su propósito era

promover niveles superiores de vida y una adecuada política social de

protección, unificando la cobertura de los riesgos de accidentes de trabajo y

enfermedades profesionales dentro de la organización de seguridad social.

Las prestaciones cubiertas por este seguro eran otorgadas con la sola

comprobación de la condición de trabajador obrero, sin requerirse un

periodo de calificación, y consistían en:

a) asistencia médica general y especial;

b) asistencia hospitalaria y de farmacia;

c) aparatos de prótesis y ortopédicos;

d) reeducación y rehabilitación, y

6
e) dinero.

Las prestaciones económicas reemplazaron a la conocida renta, otorgándose

subsidios temporales o pensiones vitalicias, luego de la verificación de la

incapacidad temporal, permanente o muerte del trabajador; es decir,

dependían de los efectos que los accidentes de trabajo o enfermedades

profesionales hubieran producido en la persona.

El Decreto Supremo N.º 002-72-TR reglamentó el Seguro por Accidentes

de Trabajo y Enfermedades Profesionales el 24 de febrero de 1972. Esta

norma define la incapacidad temporal como toda lesión orgánica o funcional

que impida el trabajo y requiera asistencia médica durante un tiempo

determinado (artículo 35º), y la incapacidad permanente, como la merma

física u orgánica definitiva e incurable del asegurado. A su vez, se considera

que la incapacidad permanente es parcial cuando no supere el 65% y total

cuando exceda de este porcentaje de incapacidad (artículo 40º).

Por tanto, se evidencia que la prestación económica debida dependía del

grado de incapacidad del asegurado, y su monto era determinado en base a

la remuneración computable resultante, luego de seguir el procedimiento

señalado en el artículo 30º, sobre la que se aplicaba el porcentaje

correspondiente al grado de incapacidad para el trabajo, como se indica en

el cuadro siguiente:

Decreto Ley N.º 18846 y Decreto Supremo N.º 02-72-TR

 Incapacidad
 Grados
 Prestación Económica

7
 Temporal
 Subsidio
 Permanente
o Parcial
 De 40% a 65%
 Pensión Proporcional (*)
o Total
 + de 65%
 Pensión de 80% (*)
o Gran Incapacidad
 Necesita auxilio de otra persona
 Pensión de 100% (*5)

La Ley N.° 26790, publicada el 17 de mayo de 1997, derogó el Decreto Ley

N.º 18846 y sustituyó su mecanismo operativo por el de Seguro

Complementario de Trabajo de Riesgo, también obligatorio, como una

cobertura adicional a los afiliados regulares del Seguro Social de Salud que

realizaran actividades de alto riesgo, autorizando a los empleadores a

contratar la cobertura de los riesgos profesionales, indistintamente y siempre

por su cuenta, con la Oficina de Normalización Previsional (ONP) o las

empresas de seguros debidamente acreditadas. Esta es la razón por la cual

se dispone que EsSalud otorgue cobertura a sus asegurados brindándoles

prestaciones por enfermedades profesionales, entre otras contingencias

(artículo 2º de la Ley N.º 26790), y que las reservas y obligaciones por

prestaciones económicas del Seguro de Accidentes de Trabajo y

Enfermedades Profesionales, regulado por el Decreto Ley N.° 18846, sean

5
(*) Las pensiones se otorgan por la incapacidad permanente para el trabajo, por ello se conocen como vitalicias.

8
transferidas al Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo administrado

por la ONP (Tercera Disposición Complementaria de la Ley N.º 26790).

Mediante el Decreto Supremo N.º 003-98-SA se aprobaron las Normas

Técnicas del Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo,

restableciéndose la cobertura a favor de los trabajadores empleados que

laboraban en las empresas realizando las actividades detalladas en el Anexo

5 del Reglamento de la Ley de Modernización de la Seguridad Social en

Salud, Decreto Supremo N.º 009-97-SA.

En el Capítulo III de las Normas Técnicas del Seguro Complementario de

Trabajo de Riesgo, se señala que las prestaciones económicas que otorga

son: a) pensión de sobrevivencia; b) pensión de invalidez, y c) gastos de

sepelio. Su regulación evidencia que la pensión de invalidez constituye la

prestación equivalente a la pensión por incapacidad para el trabajo que

otorgaba el Decreto Ley N.º 18846; y que los términos “incapacidad

temporal”, “incapacidad permanente parcial” e “incapacidad permanente

total” se han sustituido por los de invalidez temporal, invalidez parcial

permanente e invalidez total permanente, para definir y cubrir, de la misma

forma, el riesgo de incapacidad para el trabajo.

En ese sentido, el artículo 18.2.1 del Decreto Supremo N.º 003-98-SA define

la invalidez parcial permanente como la disminución de la capacidad para

el trabajo en una proporción igual o superior al 50%, pero menor a los 2/3

(66.66%), razón por la cual corresponde una pensión de invalidez vitalicia

mensual equivalente al 50% de la Remuneración Mensual. En cambio, el

artículo 18.2.2 señala que sufre de invalidez total permanente quien queda

9
disminuido en su capacidad para el trabajo en forma permanente, en una

proporción igual o superior al 66.66%, en cuyo caso la pensión de invalidez

vitalicia mensual será igual al 70% de la Remuneración Mensual del

asegurado, equivalente al promedio de las remuneraciones asegurables de

los 12 meses anteriores al siniestro, entendiéndose como tal al accidente o

enfermedad profesional sufrida por el asegurado.

En cambio, la pensión vitalicia – antes renta vitalicia – se sustenta en el

seguro obligatorio contratado por el empleador, al ser este el beneficiario de

la fuerza productiva desplegada por los trabajadores, con el objeto de que

quienes desarrollan su actividad laboral en condiciones de riesgo, no queden

en el desamparo en caso de producirse un accidente de trabajo o de contraer

una de las enfermedades profesionales contempladas en su Reglamento, que

afecte a su salud disminuyendo su capacidad laboral.

Por tanto, las prestaciones que otorga el Sistema Nacional de Pensiones del

Decreto Ley N.º 19990 se financian con los aportes obligatorios de los

trabajadores para cubrir las futuras contingencias de su jubilación o

invalidez, mientras que las brindadas por el Seguro Complementario de

Trabajo de Riesgo – antes Seguro de Accidentes de Trabajo y

Enfermedades Profesionales – provienen del seguro contratado por cuenta

y costo del empleador, con la finalidad de cubrir la contingencia de una

posible incapacidad laboral por el trabajo en condiciones de riesgo.

Dado que las prestaciones se financian con fuentes distintas e

independientes y se encuentran previstas para cubrir riesgos y contingencias

diferentes, se concluye que el riesgo de jubilación cubierto por el Sistema

10
Nacional de Pensiones y los otros regímenes previsionales especiales

concordantes con este, es independiente del riesgo de invalidez por

incapacidad laboral producida por accidentes de trabajo o enfermedades

profesionales, regulada actualmente por el Seguro Complementario de

Trabajo de Riesgo Obligatorio, al punto tal que no es incompatible percibir

simultáneamente una pensión de jubilación del Sistema Nacional de

Pensiones y una pensión vitalicia (antes renta vitalicia) del Seguro

Complementario de Trabajo de Riesgo.

2.3.- DECRETO LEY N° 20530

Este sistema fue creado el 27 de febrero de 1974 mediante Decreto Ley Nº

20530 “Régimen de Pensiones y Compensaciones por Servicios Civiles

prestados al Estado no comprendidos en el Decreto Ley Nº 19990” La

característica principal de este régimen es que el cálculo de la pensión,

permite ajustar las pensiones con relación a las remuneraciones del personal

activo.

11
El Decreto Ley 20530, tiene su antecedente en la denominada Ley General

de Goces de 1850 promulgada por el Gobierno del Presidente Ramón

Castilla, en sustitución a la Real Cédula del 8 de noviembre de 1803; que

establecía un régimen de jubilación exclusivo para los servidores públicos,

que en aquel entonces era reducido debido a la conformación del Estado; el

mismo que estaba establecido bajo el esquema del sistema cerrado del

empleo público de raíz europea continental, en oposición al sistema abierto

de raíz anglosajona; en cuya regulación, ahora encontramos rasgos de

“laboralización”, pues algunos de los derechos no permitidos en el sistema

rígido, se reconocen ahora en nuestro sistema de regulación del empleo

público.

Lo cierto es que el régimen de la cédula viva, hasta la promulgación del

Decreto Ley 20530, era otorgado por el mismo Presidente de la República,

en un documento denominado precisamente “cédula” por cuanto, era

otorgado a este reducido grupo de servidores cuya función era de servicio

público y su remuneración dependía del tesoro público como costos fijos

para su funcionamiento y no a partir de réditos o ganancias que se producían,

como consecuencia de una actividad económico productiva, a cuya

ampliación, se debe la “masificación” de la cobertura de la “cédula viva”,

pese a que el propio D. Ley 20530 tenía por objeto cerrar dicho régimen,

luego de la promulgación del Decreto Supremo del 11 de julio de 1962;

fecha hasta la cual el régimen contaba con aproximadamente unos 30 mil

beneficiarios. Ahora se estima, según el Informe Especial del Boletín de

Transparencia Fiscal emitido por el Ministerio de Economía y Finanzas, que

existen 295 mil pensionistas y 22 mil trabajadores activos.

12
En este panorama, podemos distinguir en el derecho previsional, dos

regímenes generales diferenciados por el sujeto que se encarga de su

administración, y dentro del primero, dos regulaciones específicas (20530 y

SNP). Ahora bien, ¿cuál es el supuesto que origina la necesidad de la

seguridad previsional?, sin duda, como lo expresamos precedentemente, la

seguridad previsional busca prevenir la contingencia inminente de la vejez,

garantizando que el trabajador durante su ciclo de vida productiva, además

de asegurar su subsistencia inmediata, asegure a futuro, la subsistencia en

su vejez; y es en este sentido que el derecho previsional, con la fuerza de las

normas de orden público, que son por excelencia las del derecho social,

regula este sistema previsional, integrado desde el punto de vista del sujeto

que los administra en un sub sistema público y un sub sistema privado.

Este seguro previsional, cuya expresión en el sub sistema público es

únicamente la Ley, en el sub sistema privado se basa además del marco

legal, en el contrato de afiliación que tiene como común denominador,

guardado las características propias de origen y forma de establecimiento,

la regulación de una relación recíproca de prestación por contraprestación,

similar al seguro de vida, de accidente de trabajo, de maternidad y otros que

son parte del derecho de la seguridad social. Por consiguiente, por el

contrato de seguro previsional, el trabajador durante la vigencia del contrato

de trabajo o incluso fuera de éste, se obliga a efectuar aportes previsionales

a favor de su administrador de seguro previsional por un periodo mínimo

establecido y el administrador del seguro previsional, una vez que el

trabajador haya cumplido con efectuar los aportes por el periodo mínimo y

13
cumplida la edad establecida6, debe efectuar el pago de la pensión

(contraprestación) la misma que desde luego, es establecida de acuerdo a los

aportes efectuados; todo ello buscando garantizar la sostenibilidad

económica del sistema de seguros que debe ser objeto de preocupación

fundamental del derecho de la seguridad social.

En el régimen de la 20530, a diferencia de los otros regímenes, no se

consideró el elemento de la edad mínima para acceder a la pensión y por

lo demás se fijó en sólo 15 años para los hombres y 12.5 años para las

mujeres el periodo de aportes para el seguro previsional; fijando el monto

de la pensión, no en un cálculo económico real, sino en una mera voluntad

que establecía su valor en equivalencia a la remuneración de un trabajador

en actividad; sin duda éstas falencias, sumadas a las nuevas incorporaciones,

colapsaron el régimen de la “20530” que se hace necesario corregir y sobre

el cual existe consenso en el País, aunque también existe recelos y temores

por los alcances que ésta contenga; toda vez que la reforma del régimen de

la 20530, debe hacerse cuidando aquellos aspectos jurídicos que envuelve

su entorno aplicativo y más aún la naturaleza de seguro previsional, cuya

administración es del Estado y por tanto éste juega un doble papel:

(a) de regulador y a la vez de

(b) sujeto administrador del seguro previsional

6
Sólo adoptaremos estos dos elementos que consideramos fundamentales para el desarrollo del presente, lo que no excluye
la posibilidad de que exista o se establezca otros adicionales.

14
Entonces, debiendo moverse sin afectar el principio protector que informa

al derecho de la seguridad social y el rol de Estado Social cuyo fin supremo

es la persona humana.

2.4.- Régimen Especial de Seguridad Social Pesquero – Ley N° 30003

Conforme se recordará mediante Ley N° 27766 se declaró en emergencia la

Caja de Beneficios y Seguridad Social del Pescador (en adelante CBSSP)

disponiendo su restructuración integral debido a problemas de carácter

presupuestario y de atención de prestaciones referidas a la Seguridad Social,

con tal fin, se creó el Comité Especial Multisectorial que se encargaría de

implementar una nueva organización económica, financiera y

administrativa al interior de dicha entidad.

Como medidas importantes de esta restructuración se expidieron las leyes

N° 28193 y 28320, así como el Acuerdo N° 012-002-2004-CEMR que

aprobó el nuevo estatuto de la CBSSP, en donde se decidió que la citada

entidad se encargara de administrar únicamente el Fondo de Pensiones de

los Pescadores, transfiriéndose a los armadores empleadores el pago directo

de los beneficios compensatorios y sociales de los trabajadores pesqueros y

al seguro social de salud ESSALUD la cobertura de las prestaciones en

salud.

Con fecha 16 de noviembre del 2010, se declaró la disolución de la CBSSP

y se dispuso iniciar el proceso de liquidación integral de dicha institución y

de los fondos que administra. La Superintendencia de Banca y Seguros

sustentó dicha decisión al determinar que el déficit de cobertura de activos

para respaldar las obligaciones técnicas, tanto del Fondo de Jubilación como

15
del Fondo de Compensación excedía el 20%; situación que no permite la

continuidad del régimen previsional a cargo de la CBSSP, entre otros

argumentos técnicos.

Bajo este contexto y atendiendo a la función del Estado previsto en los

artículos 10º y 11º de la Constitución Política del Estado referidas al derecho

de acceso y garantía a la Seguridad Social es que se expide la Ley Nº 30003

que tiene por objeto regular un Régimen Especial de Seguridad Social para

los Trabajadores y Pensionistas Pesqueros.

Con la expedición de la Ley, cesa la incertidumbre que existía sobre el

destino de los trabajadores y pensionistas pesqueros afiliados a la CBSSP,

luego de su declaración de disolución y liquidación, sin embargo existen

varios puntos que deberán ser desarrollados y aclarados por el reglamento y

las disposiciones complementarias que deban expedirse conforme lo señala

la propia ley; por ejemplo, resulta de importancia precisar el concepto de

remuneración computable sobre el cual se calculará el aporte previsional de

los trabajadores y armadores, pues señala que será sobre el íntegro de los

ingresos que perciba el trabajador lo que puede implicar que deba incluirse

conceptos no remunerativos como utilidades, gratificaciones

extraordinarias, CTS u otros pagos de similar naturaleza que no son

considerados remuneración por la ley laboral y por ende no deben formar

parte de la base de cálculo para dichos aportes.

Asimismo, la norma comprende solamente a los pescadores dedicados a la

pesca de mayor escala, sin incorporar a los pescadores de menor escala y/o

16
artesanales cuya formalización aún sigue pendiente y que requieren de una

atención prioritaria.

Entre los temas relevantes de esta ley, se encuentra la creación del Régimen

Especial de Pensiones (REP) que será administrado por la Oficina de

Normalización Previsional (ONP), que le permitirá al trabajador pesquero

decidir su afiliación entre este nuevo régimen pensionario o el Sistema

Privado de Pensiones (SPP), que ciertamente, deberá adecuar sus

mecanismos de recaudación y prestaciones a la realidad de una actividad

intermitente, discontinua y de riesgo7.

Otro aspecto a resaltar, es la creación de un nuevo aporte solidario que deben

realizar los armadores pesqueros de mayor escala, equivalente a U.S $ 1.40

dólares americanos por cada Tonelada Métrica de pesca capturada y

destinada al consumo humano directo o indirecto. Si bien se deroga el aporte

similar de U.S. $ 0.26 dólares americanos establecido por Ley 28193 para

los titulares de los establecimientos industriales pesqueros, aún se mantiene

el aporte social creado por el Decreto Legislativo 1084º, Ley sobre Límites

Máximos de Captura por Embarcación, equivalente a U.S. $ 1.95 dólares

americanos por TM (Tonelada Métrica) de pescado descargado para

consumo humano indirecto. Conforme se puede apreciar, el financiamiento

de las pensiones de los trabajadores pesqueros no sólo se realiza a través de

los aportes derivados de las remuneraciones como en cualquier sistema

pensionario, sino que les exige a los armadores e industriales pesqueros

aportes adicionales para contribuir con dicho financiamiento creándose un

7
RICARDO VILCHEZ CHAVARRI “LEY QUE REGULA EL RÉGIMEN ESPECIAL DE SEGURIDAD SOCIAL PARA
LOS TRABAJADORES Y PENSIONISTAS PESQUEROS” http://www.munizlaw.com/productos/Lex-Data/Derecho-
Laboral/2013/der-laboral-6-2013.htm, consultado 07-05-2018

17
nuevo sobrecosto y un antecedente peligroso que puede ser replicado a otros

sistemas pensionarios que se encuentren desfinanciados.

El Estado, incluido la Oficina de Normalización Previsional (ONP) no

asume ni asumirá obligaciones de la CBSSP generados de su proceso de

disolución y liquidación, sean de naturaleza laboral o de seguridad social.

3.- CANTIDAD DE PENSIONISTAS Y AFILIADOS A LA ONP

En la actualidad el Perú cuenta con dos sistemas de protección social, uno de

carácter público (Sistema Nacional de Pensiones – SNP) y el otro privado (Sistema

Privado de Pensiones - SPP), otorgando ambos cobertura en materia de pensiones.

En ese sentido, el Sistema Peruano de Pensiones, es un sistema contributivo en el

cual los trabajadores tienen que aportar para obtener una pensión, y que opera bajo

un modelo en el que coexisten de manera paralela dos sistemas.

En ese sentido, los trabadores dependientes o independientes podrán elegir entre

estos dos sistemas previsionales para percibir a futuro una 'pensión de jubilación',

cuando se produzca el cese de sus actividades laborales. Es necesario que el

ciudadano se informe bien sobre ambas alternativas para optar por el sistema que

más le convenga.

La pensión de jubilación - Sistema Nacional de Pensiones- SNP (DL N°19990).-

Es un beneficio monetario que recibe una persona a partir de los 65 años de edad,

al concluir su vida laboral, por haber aportado mensualmente un porcentaje de su

sueldo o ingreso (13%) al Sistema Nacional de Pensiones- SNP, por un periodo no

menor de 20 años.

3.1.- Población afiliada a un Sistema de Pensiones

18
Al primer semestre del presente año, el 31,2% de la población de 14 y más

años de edad se encuentra afiliada a algún sistema de pensiones, es decir, 7

millones 278 mil 800 personas. Según área de residencia, se observa mayor

cobertura de sistema de pensiones en el área urbana con 37,2%, siendo 28,4

puntos porcentuales más que en el área rural (8,8%).

En el período 2011-2016, la población afiliada a un sistema de pensiones se

ha incrementado, al pasar de 26,4% en el 2011 a 31,2% al primer semestre

de 2016.

Según sexo, más hombres que mujeres acceden a un sistema de pensiones.

En el semestre de análisis, el 38,0% de la población masculina y el 24,5%

19
de la femenina cuenta con un sistema de pensiones. Según área de

residencia, se observa que en el área urbana existe mayor proporción de

hombres afiliados a un sistema de pensión (45,0%) que mujeres (29,6%),

existiendo una brecha de 15,4 puntos porcentuales; asimismo, se observa en

el área rural, que el 13,5% de hombres de la población de 14 y más años de

edad se encuentra en algún sistema de pensión y las mujeres solo el 3,5%.

En el año 2015, los departamentos de Moquegua, Ica, Provincia

Constitucional del Callao, Provincia de Lima, Arequipa y Tacna, presentan

mayor proporción de población afiliada a un sistema de pensiones, donde

más de un 30% se encuentran afiliados, mientras que, en los departamentos

de San Martín, Apurímac, Huánuco, Puno, Huancavelica, Ayacucho,

Amazonas y Cajamarca, presentan menor cobertura con menos del 15% de

su población.

20
De la población afiliada a un sistema de pensión, las Administradoras de

Fondos de Pensiones (AFP) son las que cuentan con mayor número de

afiliados con 4 millones 482 mil 100 personas (19,2%), la Oficina de

Normalización Previsional (ONP- Ley 19990 y Ley 20530) tiene 2 millones

518 mil 800 personas (10,8%) y Otros sistemas de pensión, 277 mil 800

personas (1,2%). En el período 2011-2016, los afiliados a una AFP se han

incrementado en 3,6 puntos porcentuales, al pasar de 15,6% el 2011 a 19,2%

al primer semestre de 2016. En el caso de la ONP en 1,3 puntos porcentuales

al pasar de 9,5% a 10,8% en el mismo periodo.

21
POBLACIÓN OCUPADA AFILIADA A UN SISTEMA DE

PENSIONES, SEGÚN RAMAS DE ACTIVIDAD

Según ramas de actividad, la población económicamente activa ocupada en

el sector de Minería y Servicios son los que tienen mayor proporción de

ocupados afiliados a un sistema de pensión (71,8% y 55,5%,

respectivamente).

Mientras que la población ocupada de los sectores de Pesca y Agricultura

cuentan con menor proporción de población afiliada.

En el período 2011-2016, Minería es el que más se ha incrementado (11,8

puntos porcentuales), seguido por Servicios (6,8%), Transportes y

Comunicaciones (6,5%), Comercio (6,4%) y Manufactura (5,5%), entre las

principales.

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POBLACIÓN ECONÓMICAMENTE NO ACTIVA (NO PEA)

AFILIADA UN SISTEMA DE PENSIONES, SEGÚN TIPO

De la población económicamente no activa afiliada a un sistema de pensión,

el 9,9% tiene sistema de pensión de la Oficina de Normalización Previsional

(ONP – Ley 19990 y Ley 20530), los que pertenecen a las Administradoras

de Fondos de Pensiones (AFP) el 6,3% y a otros sistemas de pensiones el

1,3%.

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Población Adulta mayor afiliada a un sistema de pensión, según tipo

De la población de 60 y más años con sistema de pensión, el 70% se

encuentra afiliada en una Oficina de Normalización Previsional – ONP, el

22,5% en una Administradora de Fondos de Pensiones – AFP y el 7,5% en

otros sistemas de pensiones.

Tanto para hombres como para mujeres esta tendencia es similar, en los

varones de este grupo de edad, el 68,5% está en la ONP, el 26,5% en una

AFP y el 5,1% en otro sistema; en las mujeres, el 72,5% está en la ONP, el

16,0% en una AFP y el 11,6% en otro sistema.

En el periodo 2011-2016, el tipo de seguro para la población de 60 y más

años que se ha incrementado es la AFP (6,6 puntos porcentuales).

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4.- Pensiones Promedio del Sistema Público de Pensiones

5.- CONCLUSIONES

5.1.- Los sistemas a cargo del Estado han colapsado, es decir no existe liquidez

para afrontar el pago de las pensiones encontrándose quebrados y creciendo sin

control, así tenemos que al 31 de diciembre de 2003, para el Régimen Decreto Ley

N° 19990 se tiene una Reserva Constituida de US$ 1,994 millones y una Reserva

Requerida de US$ 16,163 millones, mientras que para el Régimen Decreto Ley N°

20530 se tiene una Reserva Constituida de US$ 2,436 millones y una Reserva

Requerida de US$ 21,525 millones.

5.2.- Las reservas de pensiones de la administración pública han sido utilizadas para

financiar diferentes conceptos que no son de pensiones, por ejemplo compra de

edificios, construcción de carreteras y cubrir el déficit fiscal existente en la década

de los años 70 y 80. Es decir los gobiernos consideraron las reservas de pensiones

como una forma cómoda y barata de financiar el déficit existente, como

consecuencia de ello los miembros del sistema tienen menores prestaciones.

5.3.- Decreto Ley N° 19990, los problemas operativos originan un servicio

deteriorado al afiliado, básicamente existe falta de base de datos de las aportaciones

efectuadas antes de agosto de 1999 y planillas no ubicadas por quiebra y cierre de

empresas, por tal motivo al momento de realizar un trámite pensionario ante la

Oficina de Normalización Previsional esta no puede validar los aportes realizados

por los pensionistas, más aún teniendo en cuenta el gran volumen de beneficiarios

de este régimen, así al 31 de diciembre de 2003 el Régimen Decreto Ley N° 19990

tiene 409,421 pensionistas y 969,367 trabajadores activos.

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4. Decreto Ley N° 20530, es un régimen que desde su creación origino demasiados

beneficios a los pensionistas, las bondades fomentan la corrupción, llevándose a la

ampliación o deformación en grupos laborales distintos a los que fueron

originalmente. Asimismo, existe una alta vulnerabilidad a reclamos judiciales que

da como resultado la incorporación de nuevos grupos. Otro problema existente en

este régimen, quizás el más importante, es el concepto de cedula viva o “efecto

espejo”, ya que todos los aumentos o mejoras que pueden tener los trabajadores

activos también son aplicables a los pensionistas, más aun teniendo en cuenta que

al 31 de diciembre de 2003 el Régimen Decreto Ley N° 20530 tiene 290,522

pensionistas y 31,250 trabajadores activos.

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