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EFESIOS:

EL NUEVO PUEBLO DE DIOS

Malcolm O. Tolbert

CONVENTION PRESS Nashville, Tennessee


Copyright 1979 CONVENTION PRESS
All rights reserved
5132-57

Este es el libro de texto para un curso sobre Estudio Bíblico del


curso de Estudio de la Iglesia.
El objetivo del grupo: Este libro es escrito para ser estudiado por
adultos y es una parte del Curso de Estudio de la Iglesia que se está
ofreciendo. La declaración de: "Fe y Mensaje Bautista" del aiio 1963,
fue la guía para las partes doctrinales para el escritor y editor de este
volumen.

El número de la clasificación Decimal Dewey: 227:5

Impreso en los Estados Unidos de América


Reconocimientos

Dedico este trabajo a mi maestro, el doctor Frank


Stagg. Mi deuda personal para con él no puede medirse.
Es el tipo de maestro que enseña hechos, pero -lo que es
más importante- ayuda a cambiar vidas. Su amor por el
Nuevo Testamento y su inmutable consagración para Ile-
gar a ser un buen intérprete me ha influido profundamen-
te. Por sobre todo, su consagración a Jesucristo como
Señor personal me ha inspirado continuamente, tanto a mí
como a centenares de otros que han tenido la fortuna de
sentarse a sus pies.
Al preparar este estudio, estoy en deuda con Marcus
Barth. Muy pocas veces, una persona tiene el trasfondo, la
penetración, la capacidad y la consagración como para
producir un comentario realmente importante. Marcus
Barth ciertamente lo ha hecho en la obra en dos volúmenes
sobre Efesios. Aunque mi deuda a esa obra está docurncn-
tada aquí y allá en el curso de mi escrito, Marcus Barth me
ayudó a formar muchas de mis propias ideas sobre el sig-
nificado de numerosos pasajes de Efesios.
Contenido

Introducción
Cap. 1
Alabanza al Dios de Toda Bendición ...................... 7
Cap. 2
Oración de Pablo por Sus Lectores ......................... 26
Cap. 3
El Poder de Dios en la Vida de los Creyentes ......... 41
Cap. 4
L a Inclusión de los Gentiles ................................. 57
Cap. 5
Pablo: Apóstol a los Gentiles.. ...............................72
Cap. 6
Oración de Pablo por los Santos .......................... 87
Cap. 7
Vida en el Cuerpo de Cristo ............................... 101
Cap. 8
L a Moralidad Cristiana en Acción ........................ 117
Cap. 9
L a Familia Cristiana .........................................133
Cap. 10
Preparación para la Batalla ................................,148

Cómo Estudiar Este Libro.. ......................................162


Introducción

Una Palabra para Comenzar:

Para el piieblo de Dios que anhela ser lo qiie Dios pretende


que sea, cumpliendo el papel que le ha sido designado divina-
mente en el plan de 13 re<lcnción, Efesios tiene una importan-
cia que no puede ser sobrepasada. El libro nos abre nuevas
pcrspeetivas y nos juzga al extremo de qiic siempre queda-
mos lejos de la meta. Nos alienta c inspira a continuar niies-
tra peregrinación hacia esa meta qiic Dios tiene para su pue-
blo.

Con estas poderosas e incisivas palabras, el doctor


Malcolm O. Tolbert establece el tono de este libro que
despierta nuestras mentes. El doctor Tolbert es pastor
de la Primera Iglesia Bautista de Gainesville, Georgia.
Antes de su actual pastorado, sirvió como misionero en
el extranjero y como profesor de Nuevo Testamento y
Griego en el Seminario Teológico Bautista de Nueva Or-
leans. A partir de tan rico trasfondo, el doctor Tolbert
comparte su interpretación de Efesios con profunda vi-
sión y consagrada habilidad. Considera a la Iglesia, bajo
el señorío de Cristo, como una abierta tendencia de la
acción de Dios derribando barreras que separan a las
gentes mostrando su propósito y capacidad para crear
un nuevo pueblo. Cristo y la iglesia son las claves del
propósito de Dios de unificar su universo.
Este estudio bíblico presenta una firme base para la
empresa misionera de los bautistas. Una nueva com-
prensión de nuestra misión y propósito como nuevo pue-
blo de Dios que debe inspirarnos para ser envueltos en la
prosecución del empuje redentor de la Iglesia. Este estu-
dio bíblico, entonces, proporciona a la vez información e
inspiración.
Este libro puede ser usado tanto para el estudio per-
sonal como de grupo. En ambos casos, las actividades
para el aprendizaje personal que se encuentran al final de
cada capítulo ayudarán al estudiante para repasar y fijar
e1 material cubierto. El comentario está basado en el tex-
to de la versión Reina-Valera Revisada, a menos que se
indique otra cosa.'
Al final del libro se dan instrucciones sobre cómo
solicitar reconocimiento para este curso.

' El texto bíblico utilizado en esta versión castellana es el de la Biblia Reina-Valera,


Revisión 1960, (RVR 60). En algunos casos se usó la Biblia de Jerusalén (BJ), la Ver-
sión Nácar-Colunga (NC), y la Versión Moderna (VM).
CAPITULO 1

Alabanza al Dios
de Toda Bendición
Efesios 1:l-14

En nuestro tiempo, una de las principales preocupaciones de


los pensadores y líderes cristianos es la de descubrir la naturaleza y
propósito de la iglesia en el plan de Dios. Generalmente, los teólogos
están de acuerdo en que el concepto del Nuevo Testamento sobre la
iglesia alcanza su punto más alto en Efesios. Ese libro es la clave
para comprender al pueblo que Dios creó por el hecho redentor de la
encarnación. Efesios ocupa un lugar prominente en los estudios bí-
blicos.
Muchos estudiosos consideran que Efesios es la más acabada
expresión del pensamiento paulino. Allí llegan a fructificar comple-
tamente las ideas que estaban en germen en escritos previos de Pa-
blo.
Para el pueblo de Dios que anhela ser lo que Dios pretende
cumpliendo su papel divinamente asignado en el plan de la reden-
ción, Efesios no puede ser sobrepasado en su importancia. El libro
abre nuevos panoramas de posibilidades y nos juzga hasta el extre-
mo que siempre quedamos lejos de la meta. Nos alienta e inspira
para continuar nuestra peregrinación hacia la meta que Dios tiene
para su pueblo.
Algunos eruditos cuestionan si Efesios es en realidad una carta.
En algunos aspectos difiere de otras cartas de Pablo, por cuanto tra-
ta grandes ideas más que problemas locales. El interés del libro con-
cierne con la iglesia como totalidad más bien que con una congrega-
ción específica. Debido a este carácter inusual, Efesios ha sido des-
crito como un ensayo, un sermón y una carta circular.
Al margen de cómo se lo describa, Efesios está presentado en la
forma de una carta del primer siglo. Tenemos muchos ejemplos de
literatura epistolar del mundo helenístico que rodeó el Mediterráneo
en el primer siglo. Las cartas comúnmente comienzan con (1) el
nombre del autor, (2) el nombre de los destinatarios, (3) una palabra
de saludo y (4) una oración de gratitud y o intercesión por los desti-
natarios. Esta es la forma que Pablo seguía en sus cartas. Efesios no
es diferente de otros escritos en cuanto a la estructura de su comien-
zo.
Pero Pablo difiere de otros autores de cartas en el uso que hace
de sus expresiones características. Pablo usa la forma convencional
para comunicar ideas distintivamente cristianas. Esto constituye la
contribución creativa de Pablo en la redacción de cartas que estable-
ció el modelo para la epístola cristiana primitiva. Pablo fue el crea-
dor y otros los imitadores.

1. El Saludo (1:1, 2)
Conservando su estilo peculiar, Pablo no sólo se identifica al
principio como el autor de la epístola; también hace algunas afirma-
ciones significativas sobre sí mismo. En Efesios 1:l se llama a sí
mismo "apóstol de Jesucristo". En el Nuevo Testamento, el término
"apóstol" puede ser prácticamente un sinónimo de nuestra palabra
"misionero", alguien que ha sido enviado por una iglesia a procla-
mar el evangelio (ver Hechos 14:4; Ro. 16:7). También puede signi-
ficar un representante comisionado por una iglesia (ver 2 Co. 8 2 3 ;
Fil. 2:25).
La palabra "apóstol" también tiene un sentido restringido en el
Nuevo Testamento. Los autores usan la palabra para designar a
aquellos hombres a quienes Jesús había escogido y comisionado. En
este sentido especial, Pablo se llama a sí mismo "apóstol". Había
visto al Señor resucitado y había recibido su mandato de predicar el
evangelio directamente de Jesús (ver Ro. 1: l ; 1 Co. 9:1, 2; 15:9; 2
Co. 11:4, 5). En otras palabras, Pablo reclama para sí mismo una
posición igual a la de los apóstoles originales.
No sabemos cómo distinguía Pablo su experiencia religiosa de
la de la segunda generación cristiana, pero lo hacía. Cuando se lla-
maba a sí mismo "un apóstol de Jesucristo", quería decir: Soy un
emisario directamente elegido por Jesucristo para ser su agente per-
sonal y especial para llevar las buenas nuevas a los gentiles.
Luego Pablo califica su apostolado: su papel era la expresión de
"la voluntad de Dios" (v. 1). Lo que había sido realizado por Cristo
Jesús era una fiel ejecución de la propia decisión de Dios. La elec-
ción de Pablo hecha por Dios como apóstol tenía su lugar y signifi-
cado en el contexto del plan de redención que Dios desarrollaba, lo
que es el tema de Efesios.
La convicción de Pablo de que Dios le había llamado para esta
tarea es una clave significativa para interpretar su pensamiento. Ha-
bía conocido la hostilidad y había sufrido azotes; aun entonces esta-
ba en prisión. Había experimentado la ingratitud, la oposición y la
mofa de parte de los demás cristianos. Sin embargo, según lo que
podemos percibir, nada de esto hizo que Pablo se desilusionara al
punto de que estuviera dispuesto a volver su espalda a la iglesia. Su
voz sólo fue acallada por la muerte.
Nadie puede dejar de pensar en el contraste entre Pablo y mu-
chos ministros de la actualidad. Por supuesto, si una persona está
errada en su llamamiento, demuestra honestidad y valor cuando en-
frenta ese hecho. Pero el mundo moderno está lleno de gente que ha
dejado el ministerio pastoral porque han tenido el tipo de experien-
cias que tuvo Pablo, aunque generalmente no en el mismo grado.
Renuncian a ese ministerio y vuelven la espalda a la iglesia porque
están amargados, desilusionados, heridos o simplemente porque
pueden ganar más dinero en otras tareas. La convicción paulina de
que la voluntad de Dios estaba expresada en los mandamientos de
su Señor no le permitía abdicar de su ministerio.
Por lo común, Pablo agregaba frases descriptivas a la identifi-
cación de los destinatarios de sus cartas. En primer lugar, en Efesios
él llama "santos" a sus posibles lectores (v. 1). Nuestro uso de la pa-
labra "santo" coloca el énfasis en el carácter moral de una persona y
en sus realizaciones religiosas. Esta no es la forma en que P a b l ~usa-
ba el término. Lo usaba primordialmente manteniendo su trasfondo
del Antiguo Testamento. Allí la palabra "santo" describe al pueblo
que pertenecía al Señor (Dt. 7:6).
Cuando Pablo Uama "santos" a los creyentes, enfatizaba su re-
lación con el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento. Enfatizaba
la acción de gracia y redención de parte de Dios que había escogido
a los hebreos y los había convertido en su pueblo.
Algunos de aquel pueblo a los que Pablo llama "santos" no eran
moralmente buenos. Pablo los llama así porque creía que eran una
parte del pueblo de Dios. Por lo tanto, en este contexto, el énfasis en
la palabra no es el de la conducta de los creyentes, sino en la bondad
de Dios que les amó y redimió.
En la Versión Reina-Valera, los lectores también son identifica-
dos como "que están en Efeso" (v. 1).Esta frase ha sido omitida por
otros traductores (v.g. BJ). Esta omisión indica un problema tex-
tual. Algunos manuscritos importantes, incluyendo la copia más an-
tigua de las epístolas paulinas, omiten las palabras "en Efeso".
Además de la ausencia de la frase "en Efeso" en manuscritos
importantes, Efesios mismo provoca dudas de si Pablo escribió la
carta a los cristianos de ese lugar. De acuerdo con Hechos, Pablo es-
tuvo en Efeso aproximadamente tres años. Por lo tanto, conocía a la
iglesia y los individuos que la formaban en una manera íntima y
personal. Sin embargo, cuando leemos Efesios, no podemos encon-
trar el tipo de referencias personales y concretas que se esperarían
en una carta de Pablo a esa congregación. Efesios es el menos perso-
nal de todos los escritos de Pablo. Como observa Marcus Barth, si
Pablo escribió Efesios, se estaba dirigiendo a un grupo de gentiles
que había ingresado a la iglesia con posterioridad a su ministerio.
allí. Mucha gente cree que Efesios era una carta circular enviada a
varias iglesias del Asia Menor, de las que Efeso era una. Así puede
ser. Por tanto, debemos admitir que no estamos seguros de quiénes
eran los destinatarios de esta carta. Lo que sí sabemos es que eran
"santos".
Por último, Pablo se dirige a gente que eran "fieles en Cristo
Jesús" (v. 1). La palabra traducida "fieles" puede haber significado,
y aún significa, "creyentes9'. Sólo por el contexto se determina la
elección. En este caso, el contexto no es decisivo. La frase puede ser
usada para distinguir a los santos cristianos de los del Antiguo Tes-
tamento. Tanto la antigua comunidad de Israel como la nueva co-
munidad que Dios estaba creando podían ser llamadas de "santos".
La diferencia estaba en la relación de la nueva comunidad con Cris-
to Jesús el Mesías. Los lectores eran santos, porque eran rreyentes
"en Cristo Jesús" (v. 1). Sin embargo, la mayoría de las versiones
traducen la palabra como "fieles". Esta traducción enfatiza la forma
cristiana de vivir, más bien que su propia consagración interior.
Esto hace presumir que la fidelidad cristiana en palabras, acciones y
relaciones era una forma de expresar en su vida esa fe.
"En Cristo Jesús", una expresión favorita de Pablo, tiene va-
rios significados en diferentes contextos. Sin embargo, podemos de-
cir con seguridad que "en Cristo Jesús" enfatiza la relación con
Cristo, por un lado, y la centralidad de Cristo en el propósito reden-
tor de Dios por el otro. Sea lo que fuere el cristiano, haga lo que hi-
ciere como creyente, sean cuales fueren sus esperanzas para el futu-
ro, todo depende y está determinado por la relación personal con
Cristo Jesús.
El saludo en Efesios es típicamente paulino. No usa el saludo
común que se encuentra en la correspondencia helenística contem-
poránea. En ella, la palabra común de saludo era chairein, que lite-
ralmente significa "regocijarse". Sin embargo, hace que dos grandes
palabras sean comunes al vocabulario cristiano: "gracia" y "paz",
las que sirven como su saludo a las congregaciones cristianas (v. 2).
"Gracia" es el favor inmerecido de Dios. La redención es posi-
ble sólo porque el amor de Dios nos alcanza cuando no lo merece-
mos, cuando lo desconocemos o cuando nos rebelamos en contra de
él. Pablo conocía el significado de la gracia, porque Dios vino a él
cuando estaba rebelándose contra Dios y estaba totalmente definido
contra el propósito redentor de Dios. No estaba buscando, orando,
gimiendo o haciendo algo similar cuando Dios lo salvó. Más bien,
había estado en el camino a Damasco, con el crimen en su corazón.
Cuando tratamos de interpretar la gracia en los escritos de Pablo,
tenemos que recordar que sólo puede ser entendida en el contexto
de su experiencia en el camino de Damasco. Sabía lo que significa
la gracia inmerecida.
"Paz" es un sinónimo práctico de salvación. El término descri-
be la nueva existencia del creyente. Ya no existe hostilidad entre el
creyente y Dios. Dios no es visto contra el individuo sino en favor
de él. Especialmente en Efesios, la paz describe la nueva relación en-
tre el creyente y los demás. La muralla intermedia ha sido derribada
(Ef. 2:14). La gente ya no es clasificada como judía o griega, varón o
mujer (Gá. 3 :28). Hoy, cuando entendemos la paz especialmente en
términos de nuestra orientación sicológica, necesitamos darnos
cuenta de que éste no era el énfasis primordial de Pablo. No estaba
escribiendo sobre la paz de la mente o la tranquilidad, aunque cier-
tamente esto puede ser una consecuencia de la paz. Para Pablo, la
paz describe el estado totalmente nuevo en el cual la acción de gra-
cia de Dios ha permitido el ingreso del hombre. Dios nos ha atraído
hacia sí mismo y el uno hacia el otro.

11. El Plan de Redención de Dios (1:3-14)


1. Arraigados en la Elección Eterna de Dios
Pablo abre el cuerpo de Efesios con una exclamación de agrade-
cida alabanza. El clamor no era un imperativo, como se lee en algu-
nas traducciones. Las palabras de Pablo no convocan a otros para
alabar a Dios. Más bien, esa exclamación era algo que surgía de su
corazón. Su expresión era la de un hombre que ha vislumbrado la al-
tura, la anchura y la profundidad de 1a.actividad redentora de Dios,
y que expresa su fervor por su participación en esa actividad: "Ben-
dito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo" (v. 3).
¿Quién era este Dios? {Cuál era su nombre? Para Pablo, como
para otros creyentes primitivos, era el "Padre de nuestro Señor Je-
sucristo" (v. 3). El término "Padre" es una metáfora que ciertamen-
te no debe ser llevada muy lejos como para coincidir con lo que la
palabra significa en las relaciones humanas. Llamar a Dios "Padre
de nuestro Señor Jesucristo'' subraya la relación íntima entre Jesús
y Dios. Sea lo que fuere que hoy reciba el cristiano, en relación con
Jesucristo, viene del Padre.
Pablo conocía a Dios, no por medio de la Ley o la conciencia o
por su estudio de la Escritura, sino por medio de Cristo. Hoy co-
menzamos a conocer a Dios cuando reconocemos que él es el Padre
de Jesucristo.
Pablo alaba a Dios por su bendición: Dios "nos bendijo con
toda bendición espiritual en los lugares celestiales" (v. 3). La bendi-
ción de Dios no es definida claramente aquí. Pablo define la bendi-
ción en versículos posteriores de este pasaje. Sin embargo, aquí la
bendición es calificada con cinco elementos del predicado.
Primero, la bencición no es algo privado, personal. Pablo
afirmó que Dios "nos bendijo" (v. 3). Cuando pensaba en la bendi-
ción de Dios, no pensaba en la forma en que lo hacemos muchos de
nosotros. Cuando decimos que Dios nos ha bendecido, generalmen-
te pensamos en términos personales, privados y aun egoístas. Gene-
ralmente pensamos en un buen trabajo, la buena salud, el amor y
apoyo de la familia, y el éxito personal.
Para Pablo, la bendición de Dios era la misma en la pobreza
que en la riqueza, en los tiempos buenos como en los malos, en el
éxito personal o en el fracaso. La bendición de Dios era algo que él
compartía con todos los creyentes en todo momento. Esta forma
corporativa de pensar y hablar era típicamente paulina. Recibía la
bendición de Dios en la fraternidad con todos los creyentes.
La bendición de Dios también es caracterizada como una "ben-
dición espiritual" (v. 3). "Espiritual" no significa algo vago, senti-
mental o ultramundano, divorciado de la historia y la vida humana.
Por definición, todo lo que Dios hace es espiritual. Un don espiritual
es descrito diciendo que proviene de Dios. La idea de que Dios
actúa en su Espíritu también está presente en el versículo 3.
Además, la bendición de Dios es total, completa. Nos ha bende-
cido con "toda bendición espiritual" (v. 3). Sin embargo, para Pa-
blo, la bendición de Dios no debía dividirse en sus varias partes.
Quizá podríamos traducir, con Marcus Barth, "plena bendición es-
piritual".'
Dios nos ha bendecido "en lugares celestiales'' o, literalmente,
"en los celestiales" (v. 3). La frase "lugares celestiales" no ha de ser
entendida en términos de geografía, sino en términos de relación.
Doquiera que Dios esté es un lugar celestial. Cuando estamos en re-
lación con Dios, estamos en un lugar celestial. Como los términos
"paz", "santos" y "gracia", la frase "lugares celestiales'' es una afir-
mación de la relación privilegiada que tiene con Dios la comunidad
cristiana.
Finalmente, la bendición de Dios nos viene "en Cristo" (v. 3).
Recibimos nuestra bendición de parte de Dios en virtud de nuestra
relación con Cristo. Otra forma de expresar esta verdad es decir que
Dios ha bendecido a aquellos que están en el cuerpo de Cristo, la
fraternidad de los creyentes. Estar en Cristo es estar asociado con
los otros miembros de su cuerpo.
En el versículo 4, Pablo comenzó a definir en términos más
concretos la bendición por la que alababa a Dios. Una de las ideas
principales en toda sección es que la bendición está arraigada sola-
mente en Dios y que no tiene explicación fuera del propósito y amor
de Dios.
Nos escogió "antes de la fundación del mundo" (v. 4). Aquí la
redención es vista como algo preeminente sobre la creación. La re-
dención también es descrita como independiente de los hechos y cri-
sis de la historia. El propósito redentor de Dios no es el resultado de
una decisión apresurada. Dios no reacciona a una emergencia crea-
da por el pecado y la rebelión.
El amor de Dios es eterno. Su propósito de redención es eterno.
{Qué significa esta verdad? Este concepto significa para Pablo
-y debiera significar para nosotros- que ni el mal, ni el destino, ni
la ocasión ni cualquier poder terreno o celestial, ni experiencia algu-
na nos pueden separar del amor de Dios.
La esencia de la doctrina bíblica de la elección es el amor eter-
no de Dios. El propósito de esa doctrina es el de fortalecer la con-
fianza del creyente en la capacidad salvadora de Dios. A pesar del
mal y el sufrimiento, Dios tiene todo bajo control. Está siguiendo
adelante con su propósito de redimir a las personas.
La doctrina de la elección ha sido distorsionada, en la historia
de la teología, por el desarrollo de la doctrina de la predestinación
incondicional. De acuerdo con esta doctrina, la elección humana no
tiene papel alguno ni en la salvación ni en la condenación; Dios elige
al salvado que no puede resistir su gracia, y todos los demás están
perdidos.
Decir que nuestra salvación es el resultado del propósito de
Dios, que se mantiene fuera del tiempo y el espacio, es verbalizar
una verdad estremecedora. Pero, decir que otros están perdidos por-
que Dios no eligió salvarles, hace de Dios un monstruo. Tal concep-
to rechaza la clara enseñanza de Juan 3:16 y niega cualquier posibi-
lidad de libertad humana.
La elección de Dios tiene un propósito que ha de realizarse en
la vida de los creyentes: "para que fuésemos santos y sin mancha
delante de él" (v. 4). Hemos dicho que todos los creyentes son san-
tos, o sea que, todos son santos en razón de pertenecer al pueblo es-
cogido de Dios. Este concepto es lo que indica la fe cristiana. Sin
embargo, los santos viven bajo el imperativo del evangelio: que han
de ser santos y sin mancha. O sea que, han de llegar a ser lo que ya
son. Deben vivir a la altura de una relación especial que han recibi-
do como un don de Dios.
Para Pablo, la salvación abrió al creyente la posibilidad de cre-
cer. Más que eso, la salvación garantiza el logro del propósito de
Dios. Hoy, podemos fracasar y caer en nuestros intentos de ser lo
que Dios quiere que seamos, pero tenemos la confianza de que él
completará su obra en nosotros. Esta esperanza es uno de los facto-
res más importantes en la vida cristiana. Por muy frecuentemente
que caigamos, sabemos que, finalmente, Dios tendrá éxito; de ese
modo, confiamos en que algún día llegaremos a ser un pueblo bue-
no, un pueblo que ame a Dios con todo su corazón, y que ame a su
prójimo como a sí mismo.
Pablo niega, primero, la elección en términos del carácter de los
creyentes (santos y sin mancha). En el versículo 5, define la meta en
términos de status. Dios nos ha "predestinado para ser adoptados
hijos suyos9'. La palabra traducida "hijos" significa literalmente
"colocados como hijos", una adopción. Esta figura de la adopción se
encuentra sólo en los escritos de Pablo. Otros autores, como Juan,
escriben de nuestra relación con Dios tal como si fuéramos hijos de
Dios. Pero, con su uso del término como algo que significa "adopta-
do como hijo", Pablo, aparentemente, enfatiza el hecho de que de-
pendemos totalmente de Dios. No somos hijos por nacimiento natu-
ral o por mérito. Debemos nuestra posición delante de Dios a la li-
bre elección de su gracia.
Luego la "adopción" es enfatizada por la frase final del versícu-
lo 5, "según el puro afecto de su voluntad". "Puro afecto" se traduce
mejor por "beneplácito" (VM, BJ, NC) y es un sinónimo de "volun-
tad". La primera difiere de la segunda en su connotación emocional.
Nuestra redención es de acuerdo con el propósito de Dios, y es algo
en lo cual Dios se deleita.
Concuerdo con la Versión Reina-Valera que coloca "en amor"
en el versículo 5 antes que en el 4, aunque el texto griego es ambi-
guo en este respecto (ver NC, por ejemplo). El propósito eterno de
Dios es explicado por su amor. Su amor es la razón por la cual pode-
mos depender de su propósito. En muchos debates sobre la elección,
ese aspecto central y de suma importancia -el amor- es dejado a
un lado. El amor de Dios es ágape, que no depende del mérito hu-
mano o de nuestra respuesta. El ágape es constante, nunca disminu-
ye, nunca cambia. El ágape emana de Dios y es la expresión central
de su carácter. Su propósito redentor tiene su fuente en el amor y es
ejecutado en amor. Podemos depender de Dios para llevar adelante
su propósito hasta el fin, a causa de su amor sin altibajos.
Dios es el Dios soberano cuya elección determina nuestra sal-
vación. Pero algunos le han convertido en un personaje oscuro y
prohibido; otros han interpretado sus acciones como arbitrarias,
inescrutables y rudas. Este concepto de Dios pierde totalmente el
tema central de la doctrina paulina de la elección. La elección de
Dios no es ruda, arbitraria e inescrutable; está determinada sola-
mente por el amor.
La comprensión de que Dios escoge para redimirnos en amor
nos llevará a la "alabanza de la gloria de su gracia" (v. 6). Cierta-
mente, Pablo alababa a la gracia de Dios cuando componía este gran
himno. La gracia de Dios también es alabada cada vez que un grupo
de creyentes se congrega para adorar a Dios, su redentor.
La última parte del versículo 6 es difícil de traducir en forma
que enfatice la gracia como lo hace el texto griego. El verbo echari-
tosen es un derivado del sustantivo charis, "gracia". Podemos tra-
ducirlo literalmente: que nos ha agraciado en el Amado. "Amado"
es un título mesiánico. Cualquier grupo o individuo que es escogido
por Dios para participar en su propósito redentor, puede ser Ilama-
do amado de Dios. Aunque la palabra "amado" puede ser aplicada a
cualquiera -por ejemplo, otro creyente-, pertenece a Jesús en un
sentido especial. "Amado" es el título dado a Aquel, a quien Dios
escogió para ser el medio por el cual su gracia fluye a los creyentes.
2. Realizados por Medio de Jesucristo
En el versículo 7, Pablo se vuelve de lo eterno a lo histórico. En
el pasaje precedente, el énfasis ha sido la elección eterna de Dios, en
amor, como fuente de nuestra redención. Pablo vuelve, entonces, su
atención de lo eterno al hecho histórico en el cual se concretó el
propósito eterno de Dios. Ese hecho fue la cruz. "Por su sangre" (v.
7) -o sea, por la muerte en sacrificio de Jesús- la redención llegó a
ser una realidad para el creyente.
"Redención" (v. 7) es una típica metáfora paulina. Desde el
punto de vista de Pablo, el problema básico del hombre desvalido es
su esclavitud al poder supremo del pecado y de la carne. El hombre
necesita liberación. Si ha de ser libre, debe ser liberado por un poder
mayor que el de la carne. Pablo creía que Dios había emancipado a
los creyentes, por la cruz, y los había trasladado a la esfera de su
propio amor y poder.
"El perdón de los pecados" (v. 7) no es una frase paulina típica.
Las palabras enfatizan la culpa y responsabilidad humanas por
nuestra suerte. Somos rebeldes contra Dios, violadores voluntarios
de sus deseos. Necesitamos perdón. En Cristo, Dios nos perdona.
El perdón y la redención echan luz sobre dos importantes face-
tas de nuestra salvación. Dios nos perdona; al mismo tiempo, nos li-
bera del dominio del pecado. Llegamos a estar bajo su gobierno, que
es más poderoso que el gobierno del pecado.
El perdón de los pecados es modificado por la frase "según las
riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros"
(VV.7, 8). Nuestra redención no es cosa magra, pequeña. La salva-
ción es de acuerdo con la gracia, la gracia pródiga. Nuestra reden-
ción es tan grande, tan duradera, tan amplia, tan universal en su al-
cance como es invencible la gracia de Dios.
En los versículos precedentes, Pablo alabó a Dios por su reden-
ción que (1) tiene sus raíces en su propósito eterno; (2) se caracteri-
za por la pródiga gracia; (3) ha llevado al creyente a una nueva rela-
ción con él y con los demás y, (4) ha dado al creyente un nuevo futu-
ro. Sólo cuando llega a los versículos 9 y 10, Pablo indica la esfera
del propósito eterno de Dios, en el cual la redención de las personas
constituye una parte tan central.
La relación exacta de "sabiduría e inteligencia'' con el versículo
9 no es clara. 2 Son ellas el don de Dios al creyente que, por lo tanto,
puede percibir lo que Dios está haciendo? 2 O, describen la fori,,d en
que Dios se relaciona con el creyente al revelarse a sí mismo? Las
acciones de Dios no son arbitrarias, al azar o sin sentido. La "gra-
cia" es libre y sobreabundante, pero no es dada sin criterio.
Es difícil elegir entre dos opciones. Ambas son verdaderas.
Dios actúa de un modo sabio, y él nos ha dotado con la capacidad de
percibir lo que está haciendo.
Dios no es sólo un Dios que ama y salva; también es un Dios
que se revela a sí mismo a sus hijos, haciéndoles conocer el secreto
de su propósito, les ha hecho conocer "el misterio de su voluntad"
(v. 9). "Misterio" es una traducción literal, pero no la mejor, de esa
palabra. "Secreto" es una traducción mejor. El propósito de Dios
había estado en secreto. Ciertamente los profetas habían recibido
atisbos de su secreto. Pero no habían sabido qué era lo que Dios es-
taba haciendo (ver 1:26). Nadie había captado su plan en su totali-
dad. Nadie había visto el propósito de Dios en su grandeza y majes-
tad. Pero en Jesucristo, el secreto había sido revelado. A la luz de la
muerte y resurrección de Jesús, y con la penetración que permite el
Espíritu Santo, Pablo y otros cristianos podían reunir los trozos del
rompecabezas y ver todo el cuadro.
La palabra "misterio" ha sido usada para describir el aspecto
central de las llamadas "religiones de misterio" en el mundo greco-
rromano. Sin embargo, en ellas, los secretos de la vida, del mundo y
la salvación sólo estaban al alcance de los iniciados. Estos secretos
eran revelados a los iniciados, en forma tal, que los mantenían ocul-
tos de los menos iluminados de la humanidad. Los iniciados estaban
obligados a no revelar a otros sus ritos de ingreso a las religiones de
misterio. Hacerlo era considerado blasfemia.
Pero el Padre de Jesús no había reservado su secreto para una
e'lite. Por cierto que, desde la perspectiva de Pablo, la verdad era lo
contrario. El secreto de Dios era para todos: ricos y pobres, judíos y
gentiles, libres y esclavos.
La palabra de Dios debía ser proclamada a todos desde los te-
rrados; no es revelada en el santuario interior de un templo a un
grupo especial. La palabra de Dios debe ser proclamada en la plaza
del mercado, en la sinagoga, en las asambleas del pueblo.
Si el pueblo no conocía el secreto de Dios, la razbn estaba en su
testaruda negativa a recibirlo. A menduo, la gente decía: "No oigo
hablar a Dios." Hablarles de Cristo y de su encarnación, y pregun-
tarles: "¿Oye usted realmente?", es algo correcto.
La esfera del secreto abierto de Dios es dilucidada en el
versículo 10. Existe mucha discusión e incertidumbre sobre el signi-
ficado exacto de algunas palabras del versículo. Sin embargo, el
mensaje principal es claro. El propósito de Dios va más allá que la
creación de su nuevo pueblo, la iglesia, por importante que sea. Pre-
tende que todo el dividido y fragmentado universo sea reunido otra
vez. Su propósito es el de traer armonía a partir de la discordia pro-
ducida por el mal y la rebelión del universo.
Para Pablo, el problema del mal y la rebelión contra Dios tras-
cendía las manifestaciones humanas y mundanales. Existe una sima
en el universo. Pablo creía que la hostilidad entre los seres humanos
era sólo una expresión de una rebelión de proporciones cósmicas
contra Dios. Pero Dios está actuando, tratando con el problema de
la rebelión en todas sus dimensiones.
Pablo indicaba que el secreto revelado de Dios tiene que ver
con "la dispensación del cumplimiento de los tiempos", (v. 10; "la
plenitud de los tiempos", BJ). Examinemos los detailes del versículo
10. "Dispensación" ("administración", BJ, NP) traduce la palabra
griega oikonomla de la que se deriva la nuestra "economía". La pa-
labra tiene dos significados primordiales; cualquiera de los dos es
una posible interpretación del significado del término en este con-
texto. La palabra puede referirse a un plan o arreglo, por lo cual,
algo -como ser una casa o un reino- se manejan. El plan o arreglo
es el significado que dan algunas versiones (como RV) en este con-
texto, en lo que coincide la mayoría. Lo que Dios ha revelado de su
plan eterno, ahora ha sido ejecutado en Cristo Jesús.
Oikonomla también puede referirse al oficio del administrador,
a su papel como tal. La palabra se entiende de esta forma según
Barth, quien traduce la frase: "para que él pueda administrar los
días del ~umplimiento".~ En otras pálabras, Cristo es el administra-
dor del propósito redentor de Dios. Esto es una posibilidad, pero
parece preferible la primera opción.
La "plenitud (cumplimiento) del tiempo" (v. 10) significa el
momento que Dios eligió para poner en movimiento su plan de re-
dención. Todo lo que Dios había hecho antes era preparatorio, para
Uegar al momento cuando todas las cosas estaban listas para su
propósito.
Por qué Dios decidió que el tiempo estaba cumplido, que ese
era el momento adecuado? Durante siglos, los predicadores han
señalado el hambre espiritual del primer siglo, que hizo que la gente
estuviera ansiosa del evangelio. También han hablado sobre el mun-
do helenístico que estaba unido política y culturalmente, lo que hizo
más fácil el trabajo misionero. Sin embargo, es dudoso que Pablo
tuviera en mente algo de ese tipo.
El calendario de Dios no está determinado por consideraciones
humanas. S610 él decide su calendario. Dado que Dios ha actuado
en Jesucristo para ejecutar su plan, Pablo creía que su acción había
tenido lugar en el momento correcto, sin que importaran las condi-
cioes desde el punto de vista humano.
El verbo "reunir" (v. 10) en RV, puede tener varios significa-
dos, como se ve en las diferentes traducciones. De hecho, la versión
RV dice "reunir todas las cosas". La VM tiene "resumir", mientras
que en la BJ se lee "hacer que todo tenga por cabeza. . ."Quienes
pueden trabajar con el texto griego ven algo que no es evidente en
las traducciones. La palabra "cabeza" es un componente del verbo
griego que es traducido por "reunir". Esta puede ser la razón por la
cual Pablo usó en este lugar una palabra relativamente poco fre-
cuente. Cristo es la cabeza en la cual, o bajo la cual, se consuma el
propósito de Dios de producir la unidad.
La unidad de Dios ha de abarcar "todas las cosas" (v. 10). Para
estar seguro de que se entiende el ámbito cósmico del plan de Dios,
Pablo agrega: "así las que están en los cielos, como las que están en
la tierra". Pablo entendía que la desunión era una expresión sustan-
cial del mal. Pero también creía que la alienación, que es tan carac-
terística del universo, tiene su ámbito limitado. Dios estaba obrando
para volver a unir a su universo por medio de Cristo.
3. La Iglesia, Evidencia del Propósito de Dios
Podemos preguntar: {cómo sabemos que Dios está ocupado en
reunir a un mundo quebrantado? ¿Dónde podemos ver evidencias
concretas de la actividad redentora y reconciliadora de Dios? La
idea de Pablo, {es algo más que un deseo de buena voluntad?
Para Pablo, la respuesta a tal cuestión era la iglesia. En el nue-
vo pueblo de Dios, vemos la prueba inequívoca de que Dios está en
el camino de realizar su meta. La iglesia es el grupo humano en el
cual ha prevalecido la unión sobre las fuerzas del odio y del perjui-
cio. El reunir a los judíos y gentiles, que una vez fueron enemigos,
era la clave de su actividad.
Los judíos creyentes habían encontrado su lugar en el plan re-
dentor de Dios en Cristo. Cuando Pablo contrastaba el "nosotros"
con el "vosotros", como lo hace en los versículos 12 y 13, estaba ha-
blando de los judíos y gentiles. "Nosotros" se refiere a los judíos,
entre los cuales Pablo tenía su lugar. "Vosotros" designaba a los
gentiles.
A partir de la descripción que se encuentra en el versículo 12,
resulta claro que Pablo escribió primero sobre los judíos. El pueblo
que describe era el de aquellos que "primeramente esperábamos en
Crsito" (el Mesías). Pablo tenía plena conciencia del papel central
que jugaban los judíos en la actividad redentora de Dios. Habían re-
cibido las promesas relativas al Mesías. Habían esperado su venida
mucho antes de que los gentiles hubieran oído sobre ella.
Los judíos creyentes reconocían que Jesús era el cumplimiento
de sus esperanzas. Sus vidas ya no se caracterizaban por la espera y
esperanza de un Libertador que había de venir, sino por la "alaban-
za de su gloria" (v. 12). La alabanza que arranca de la gratitud es la
clave de un pueblo redimido.
Los judíos creyentes estaban en Cristo, y lo mismo era verdad
de los creyentes gentiles. La distancia entre los judíos y gentiles ha-
bía sido superada. Estaban en la misma esfera, en Cristo.
El proceso para los gentiles no era el de moverse de la esperan-
za en el Mesías a la fe en Jesús y en su cumplimiento. Más bien, su
salvación era el resultado indirecto de la misión por parte de los cre-
yentes. Por supuesto, Cristo les había salvado, pero había usado a
los creyentes para llevarles las buenas nuevas. Los gentiles oyeron la
palabra verdadera, el evangelio. Creyeron y fueron incluídos en el
pueblo de Dios (v. 13).
Es interesante que Pablo relacionaba el sello con el Espíritu
Santo con sus notas sobre los gentiles. Por supuesto, todos los cre-
yentes, sean judíos o gentiles, recibieron el Espíritu cuando acepta-
ron a Cristo. Pero, el hecho de que los gentiles estaban sellados con
el Espíritu tenía un significado especial para Pablo.
El Espíritu Santo tiene dos funciones en la comunidad de cre-
yentes. La primera es descrita por el término transformador que se
traduce "fuisteis sellados" (v. 13). El sello era usado por el mundo
antiguo como una garantía de autenticidad, como una señal de pro-
piedad. Cuando un rey escribía un documento, lo sellaba con cera e
imprimía sobre la cera la imagen de su sello. Este sello era evidencia
de que el documento era auténtico, que realmente provenía de él.
La presencia del Espíritu Santo en la vida de los creyentes, los
marcaba como propiedad ¿E Dios. La presencia del Espíritu auten-
ticaba su pretensión de que pertenecían a Dios, porque era un testi-
monio de que Dios los había aceptado. En Hechos 10:4448, duran-
te el sermón de Pedro, la manifestación del Espíritu Santo en los
oyentes gentiles superó las dudas de los judíos para bautizarlos.
Para Pablo era especialmente importante que los gentiles ha-
bían sido sellados con el Espíritu. Ese sello era la evidencia irrefuta-
ble de que los gentiles realmente pertenecían a Dios.
Pablo declaró que el Espíritu es "las arras ("prenda", B J, NC)
de nuestra herencia" (v. 14). La garantía era el primer pago hecho
por una persona como promesa de que seguiría adelante con un tra-
to comercial.
Pablo no creía que los cristianos recibirían en esta época todo
lo que Dios les daría. Dios nos ha prometido una herencia que reci-
biremos en el futuro. Entre tanto, "hasta la redención de la posesión
adquirida" (v. 14), Dios nos ha dado el Espíritu como garantía de
que él cumplirá sus promesas.
Sabemos que pertenecemos a Dios porque él nos ha dado su
Espíritu. Tenemos confianza de que lo que disfrutamos ahora, en la
nueva comunidad del Espíritu, no es sino la primera cuota de nues-
tra herencia futura y gloriosa.

Significado para la Vida

Uno de los verdaderos problemas del mundo mo-


derno en la sociedad occidental, enriquecida e indus-
trial, es el sentimiento de insignificancia. Así es que
mucha gente está ocupada en trabajo que le es pesado
y sin sentido. No tienen la elevación que surge de sen-
tir que lo que están haciendo es algo digno. Sienten
que realmente no tiene ninguna importancia.
Para Pablo, la verdad era lo contrario. Tenía por
oficio fabricar tiendas; pero su gozo y sentido de la
vida no surgían de la fabricación de tiendas. Estoy se-
guro de q i e experimentaba alguna satisfacción en la
capacidad de proveer para sus necesidades. A la vez,
estoy seguro de que estaba agradecido de que su habi-
lidad le hacía posible proseguir su ministerio en un lu-
gar como Corinto.
La verdadera emoción y desafio de Pablo para la
vida, surgía de la posibilidad de participar en el plan
redentor de Dios. Esto era algo genuinamente digno.
En comparación con la gran empresa de Dios, todas
las otras eran secundarias, insignificantes y limitadas.
El creyente nunca sentirá que su vida es aburrida,
pesada y sin sentido, si logra la perspectiva de lo que
se puede percibir en Efesios. El cristiano tiene una par-
te en la más grande aventura que está desarrollándose
en el mundo. La persona de Dios está envuelta en lo
que Dios está haciendo. Los asociados de Dios son to-
dos sus hijos alrededor del mundo. El destino del cre-
yente es el de regocijarse con Dios, y con el pueblo de
Dios, cuando la impresionante aventura de su vida al-
canza frutos seguros.
Cuando nuestra visión llegue a ser tan amplia
como la de Pablo, experimentaremos la misma emo-
ción y gozo que él experimentó a medida que nos iden-
tificamos con lo que Dios está haciendo en nuestros
días.

' Marcus Barth, The Anchor Bible: Ephesians, 2 vol. (Garden City, N. York, Double-
day and Co., 1974), 1:76
' Ibid., 1:76

Actividades de Aprendizaje Personal

1. Debido a su carácter inusual, el libro de Efesios ha sido descrito


como.. . (elija las respuestas correctas de la siguiente lista):
( 1 ) Un evangelio.
( 2 ) Un ensayo.
( 3 ) Un sermón.
( 4 ) Una carta circular.
2. Efesios es presentada en la forma de una . . . del primer siglo (e-
lija la respuesta adecuada de la lista).
(1) Historia.
(2) Biografía.
(3) Carta.
(4) Novela.
3. Las cartas del mundo helenístico del primer siglo comúnmente
comenzaban con. . . (elija las respuestas acertadas de la lista si-
guiente):
( 1 ) La fecha.
( 2 ) El nombre del autor.
( 3 ) El nombre del destinatario.
( 4 ) Una palabra de saludo.
( 5 ) La dirección del autor.
( 6 ) Una oración por los destinatarios.
4. Pablo se identifica como autor de Efesios. Verdadero- Fal-
so-
5. Revise las dos listas, relacionando los términos con su defini-
ción :
( 1 ) Apóstol
( 2 ) Santos
( 3 ) Gracia
( 4 ) Paz
( 5 ) Lugares
celestiales
( 6 ) Agape

(a) Amor constante, que nunca decae


(b) Favor inmerecido de Dios
(c) Hombres elegidos y comisionados por
Jesús
(d) Dondequiera que Dios está
(e) Estado totalmente nuevo del creyente
( f ) El pueblo de Dios

6. Pablo usó la palabra "misterio" para querer decir. . . (seleccio-


ne la respuesta correcta de la lista)
( 1 ) Algo más allá del entendimiento
- 4 2 ) Su propio secreto personal
( 3 ) El secreto de Dios que ha sido dado a conocer.
7. Para Pablo, la era la evidencia del propósito de Dios
de producir la unidad en el universo (elija la respuesta adecuada
de la lista).
(1) Biblia
(2) Iglesia
(3) Ley
(4) Resurrección.

Respuestas:
l . (2), (3), (4); 2. (3); 3. (2), (3), (4), (6); 4. Verdadero; 5. (l)c, (2)f,
(?)b, (4)e, (5)d, (6)a; 6. (3); 7. (2)
CAPITULO 2

Oración d e Pablo
por SUS Lectores
Efesios 1: 15-23

1 Gratitud por la Fe y el Amor (1:15, 16)

En Efesios 1:1-14, Pablo escribió sobre lo que Dios había he-


cho por la Iglesia. Luego escribió sobre su propia relación con los
lectores. La versión Reina-Valera enfatiza la referencia de Pablo a sí
mismo, en la declaración que se encuentra en los versículos 15 y 16,
tanto como lo hace el griego. En éste, el sujeto es "yo también" y no
sólo "yo" (V. 15) como se lee en la Versión Autorizada inglesa.
Pablo sabía que su papel como apóstol a los gentiles era impor-
tante. Expresaba su alto sentido de llamamiento, en referencias per-
sonales enfáticas que se encuentran en sus cartas. Dado que su pa-
pel era importante, lo que hacía y decía tenían que haber pesado en
las iglesias.
Efesios 1:15-23 es una oración. Primero, Pablo da la razón para
su oración. Había oído de la fe y amor de sus lectores.
Aquí debemos notar dos puntos. En primer lugar, este es uno
de los casos en que Pablo indica que él no conocía personalmente a
los lectores. Si hubiera estado escribiendo a los efesios con los que
había pasado tres años, hubiera conocido el tipo de vida como igle-
sia por experiencia persona! y no por lo que hubiera oído.
Además, la palabra "amor" falta en algunos manuscritos im-
portantes. Algunas versiones reflejan este texto en la traducción. La
verdad es que el verdadero significado de la referencia no ha cam-
biado. Pablo creía que una fiel relación con Jesucristo y hacia los
santos siempre se expresaba en términos de amor.
La mayoría de las versiones contienen la referencia tanto a la fe
como al amor. Probablemente eso es lo correcto. La expresión de
gratitud de Pablo mostraba qué era lo importante para él en la vida
de la iglesia. Nos damos cuenta del contraste entre su forma de pen-
sar y la nuestra. Cuando hablamos de iglesias grandes, generalmente
tenemos en mente los edificios que levantan, el dinero que ofrendan
y el número de miembros de sus registros. Estas formas de medir la
grandeza eran totalmente extrañas para Pablo. Para él lo que era de
suprema importancia era la fe y el amor que expresaban las iglesias.
Estos atributos son difíciles de medir. Es imposible ponerlos en ta-
blas estadísticas, porque dependen de la actividad de Dios y no del
pueblo.
Influidos como estamos por los valores del mundo, tendemos a
medir la grandeza de otras maneras. Podemos reunir multitudes, le-
vantar grandes edificios y recoger grandes sumas de dinero sin im-
plicar a Dios. El mundo acumula grandes éxitos continuamente. Si
los pastores asumieran el enfoque de Pablo, por lo contrario, ya no
compararían sus propios esfuerzos con los de sus compañeros en el
ministerio, para desacreditarlos. Por ser débiles, inseguros y peca-
dores, probablemente medimos nuestros éxitos en los términos del
mundo.
Pablo escribió: "Habiendo oído de vuestra fe en el Señor Je-
sús" (v. 15). Pero la fe es interior e invisible. Uno no puede saber de
la fe de una persona hasta que se hace exterior, y es expresada en el
valor al enfrentar dificultades, en una vida cristiana responsable, en
relaciones y actitudes cambiadas, y en la confianza al enfrentar la
muerte. Por lo tanto, quizá debemos traducir la palabra como "fide-
lidad". La fe en Jesús es manifestada abierta, concretamente.
Hay otro pensamiento subyacente en la expresión de Pablo. La
fe no es válida en sí y por sí. De hecho, si lo que llamamos fe no tie-
ne un debido objetivo, es credulidad o superstición. En el texto grie-
go "fe en el Señor Jesús" (v. 15) es una frase estrechamente entrela-
zada. La fe no tiene punto de validez a menos que sea dirigida hacia
Jesús. Cualquier otra cosa que llamemos fe, en un sentido religioso,
carece de validez y sustancia.
Hay mucho que desconocemos detrás de la afirmación: "Ha-
biendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús" (v. 15). ¿ Qué era exac-
tamente lo que Pablo había oído y que le había convencido de la ge-
nuinidad de la fe de sus lectores? Los tiempos de prueba y persecu-
ción pueden haber surgido. Las iglesias pueden haber estado bajo
tremendas presiones para negar a su Señor. Si era así, habían pasa-
do victoriosamente por esas pruebas.
Pero la moneda tenía otra cara. Un aspecto de la fidelidad del
creyente hacia Jesucristo, es su relación con los demás creyentes.
Pablo también ha oído del amor que sus lectores han demostrado
"hacia todos los santos" (v. 15). Una vez más, el amor puede ser
considerado algo interior y, como tal, no es suceptible de discerni-
miento humano. Sin embargo, en el Nuevo Testamento, el amor es
primordialmente una forma de relación y acción. El amor es hacer
más que sentir. Más aún que eso, el amor es una forma de relación
que no depende de las acciones, posición o personalidad de la perso-
na amada.
Pablo había oído del amor de sus lectores, porque había sido
expresado en hechos concretos y compasivos. El amor de los lecto-
res había sido dirigido "hacia todos los santos" (v. 15). Este amor
era un amor como el divino, porque había trascendido las barreras
de cultura, raza y nación. El amor cristiano está basado en el reco-
nocimiento de que todos los creyentes son hijos de Dios. Si todos
los creyentes son hijos de Dios, entonces son hermanos y hermanas,
miembros de una misma familia.
Todas las demás credenciales que una iglesia pueda tener no
importan, si los elementos importantes de la fe y el amor están au-
sentes. Una iglesia no es medida por Dios sobre la base de su empu-
je y actividad, su tamaño y riqueza o su ortodoxia.
{Qué bien hay en identificamos con una lista de doctrinas que
consideramos fundamentales si no tenemos y expresamos el amor
de Dios? Decir que creemos en el nacimiento virginal de Jesús, en
su muerte redentora o en su gloriosa resurrección, no es un sustituto
de nuestro fracaso para aceptar la gente que Dios ha aceptado. La
ortodoxia no nos redime de nuestro fracaso de reconocer a los hijos
de Dios como nuestros hermanos y hermanas.
Si hay una doctrina fundamental en Efesios es que una relación
salvadora con Jesucristo significa el estar incorporados a su cuerpo.
La razón por la cual el prejuicio es uno de los pecados más funda-
mentales es que niega lo que Dios está haciendo. El prejuicio obs-
truye el propósito final de Dios, que es el de reunir a todos los cre-
yentes en una sola familia.
Cuando Pablo escribió que sus lectores amaban a todos los san-
tos, tenía en mente el proceso de la formación, por parte de Dios, de
una familia de creyentes. En estos creyentes, la antigua separación
entre judíos y gentiles había sido superada. El propósito redentor de
Dios estaba actuando en ellos. Eran ciertamente el cuerpo de Cristo.
Pablo reconoció la presencia de la fe y el amor como un milagro
de la gracia. No se jactaba de que los creyentes tuvieran fe y amor;
más bien agradecía a Dios porque él y s610 él podía producirlo. Los
creyentes son lo que son a causa de la poderosa presencia y acción
de Dios en su medio.

11 Oración Pidiendo Visión Espiritual (1:17, 18)


En los versículos 17 y 18, Pablo pasa de la gratitud a la interce-
sión. El cristiano sensible siempre ha sido agradecido a Dios por lo
que él ya ha hecho en su pueblo. La gratitud es una de las grandes
gracias de la vida cristiana.
Muchas personas ponei tanta atención en las incapacidades y
fracasos, que no tienen lugar para la gratitud. Algunos, incluyendo
pastores, siempre enfatizan los elementos negativos en la vida de la
iglesia. Pablo tenía el hábito de enfatizar lo positivo, especialmente
al comienzo de sus cartas, y de agradecer a Dios por las cosas bue-
nas.
Siempre tenemos conciencia de que Dios no ha terminado aún
su trabajo en su iglesia. Tiene más que hacer, más que dar, más que
revelar. Por lo tanto, es adecuado que la gratitud sea seguida por la
intercesión.
La intercesión, y no la crítica ruda, es el papel adecuado del
gran líder cristiano. Como Dietrich Bonhoeffer, uno de los cristia-
nos más dados al pensamiento de los tiempos recientes, lo ha hecho
notar, no debemos ser los acusadores de nuestro hermano delante de
Dios. Ni debemos ser críticos o chismosos ante los demás. Proba-
blemente no será posible murmurar de aquellos por los que hemos
orado.
Antes que nada, en los versículos 17 y 18, Pablo señala que
Dios es la fuente de los dones que necesita la iglesia. Dios es un
nombre genérico; la palabra dios puede ser-usada para dioses de
cualquier clase. Pero, Dios está identificado especialmente para los
cristianos. El es el "Dios de nuestro Señor Jesucristo'' (v. 17).
El uso de esa frase, con seguridad, era una forma poco usual
para que los autores del Nuevo Testamento designaran a Dios. Una
frase más típica identificaría a Dios como Padre de Jesucristo. Un
grupo primitivo, al que llamamos arrianos, echó mano de este
versículo para argüir contra la divinidad de Jesús. Este mal uso del
versículo muestra el error de apelar a versículos aislados como prue-
ba, especialmente cuando el método es usado para justificar una
doctrina tan básica. Un pasaje singular e inusual nunca debiera em-
plearse como fundamento de una doctrina básica. Otros pasajes ha-
cen claro lo que Pablo creía sobre la divinidad de Jesús (ver Fil. 2:6).
{Qué quería decir Pablo cuando escribió sobre el Dios de Jesu-
cristo? Para Pablo, Dios era sobre todo el Dios que viene al pueblo
en Jesucristo. Era el Dios que Jesús reveló y sirvió. Este era el Dios
sobre el cual Jesús habló y al cual oró. Era el Dios que hizo de Jesús
la esfera de su actividad amorosa y redentora. Pablo dirigió su ora-
ción hacia el Dios al cual su Señor también había orado.
Además, Dios es el "Padre de gloria" (v. 17). "Padre" subraya
la relación de Dios con los creyentes como de alguien que les ama,
les cuida y atiende sus necesidades. "Gloria" describe la majestad y
grandeza de Dios; él es un Padre, pero es un Padre trascendente. En
razón de quien es, las posibilidades de Dios para contestar la ora-
ción de Pablo eran ilimitadas.
Pablo subrayó la necesidad de los creyentes de una capacidad
para percibir lo que Dios quería mostrarles. Pidió que Dios les diera
un "espíritu de sabiduría y revelación" (v. 17). Si la referencia se di-
rige al Espíritu Santo o al nuevo espíritu dado al creyente, es algo
que no resulta claro en el texto. Probablemente, el pensamiento de
Pablo aquí era lo último. Sin embargo, el énfasis está en el resultado
de la actividad del Espíritu Santo en la vida del creyente. La capaci-
dad de entender las cosas de Dios era y es un producto de la presen-
cia y actividad del Espíritu de Dios en la vida cristiana.
Este nuevo espíritu creado por el Espíritu de Dios se caracteri-
za por la "sabiduría" y la "revelación". ''Sabiduría es la capacidad
de pensar, de tomar decisiones y de actuar de acuerdo con los
propósitos de Dios.'' La persona sabia no es aquella que sabe una
cantidad de hechos, sino la que camina en los caminos del Señor.
El "espíritu de revelación" es la capacidad de recibir nuevas
palabras de Dios. Cada vez que recibimos una nueva palabra de
Dios, ésta, a su vez, determinará la forma en que vivimos. O sea
que, a medida que la revelación es incorporada y determina nuestras
decisiones y acciones, llega a ser sabiduría.
Pablo creía que la persona no regenerada no tenía posibilidad
de entender las palabras y actos de Dios. El incrédulo no posee la
capacidad de recibir la penetración que Dios da. El Espíritu nos da
ojos para ver y oídos para oír.
La meta de esta sabiduría es "el conocimiento de él'' (v. 17). En
nuestro texto, una mejor traducción de la palabra griega traducida
"conocimiento" pudiera ser "pleno" o "genuino conocimiento". La
meta de la vida cristiana es la de conocer plenamente a Dios. Este
conocimiento -debemos subrayarlo- no es simplemente un conoci-
miento de los hechos. Tal conocimiento no es sólo saber sobre Dios;
es conocerle a él personalmente. Conocemos a Dios en nuestra rela-
ción con él. Esto es verdad porque Dios no es sólo un hecho o un
concepto o un poder. Por sobre todo, él es un Dios personal al que
conocemos en fe y amor cuando interactuamos con él en las situa-
ciones de la vida.
Como Pablo escribió en otra carta, nuestro conocimiento en el
presente es parcial (1 Co. 13:9). Sin embargo, llegará un tiempo
cuando conoceremos como somos conocidos (1 Co. 13:lZ). Pablo
creía que Dios lleva al cristiano en esta vida hacia la meta celestial,
que debe ser el deseo central de la vida del creyente.
Pablo agrega: "alumbrando los ojos de vuestro entendimiento"
(V. 18a). Esta frase es paralela a la precedente. Una persona a la que
Dios le ha dado un espíritu de sabiduría y revelación tiene un co-
razón iluminado. Pablo oraba que el espíritu de Dios actuara sobre
las mentes de los creyentes, de modo que pudieran percibir lo que
Dios quería revelarles.
Aquellos cuyas mentes no están iluminadas por el Espíritu de
Dios sólo pueden conocer las cosas de este mundo. Pero Pablo creía
que Dios da a su pueblo la capacidad de ver más allá del presente y
lo inmediato. Por lo menos en parte, pueden percibir el futuro al
cual Dios les está guiando. Este futuro es expresado como "la espe-
ranza a que él os ha llamado" (v. 18a). Aquí, el llamamiento es ese
llamamiento inicial por el cual los individuos son incorporados al
pueblo de Dios. El llamado de Dios es más un mandato que una in-
o3 1
vitación. Describe la actividad de Dios para llegar a nosotros, ha-
ciéndonos conscientes de él, llevándonos hacia él y haciéndonos una
parte de su pueblo. El llamado es el comienzo de la existencia del
creyente. La esperanza está envuelta en ella y en su cumplimiento.
Pablo también describe la esperanza como "las riquezas de la
gloria de su herencia en los santos" (v. 18a). La frase tal como está
en el texto griego y en nuestra traducción es ambigua. Las palabras
pueden referirse a lo que Dios mismo heredará. Dios hereda algo a
través de su obra de redención. Hereda a los santos, o sea el pueblo
que le pertenece. Esta es una interpretación posible de la frase de
Pablo. Sin embargo, es la menos probable aquí.
Es más posible que la frase se refiera a la herencia que Dios nos
reserva a nosotros, su pueblo. Esta herencia es algo glorioso, una
palabra que apunta al hecho de que Dios distribuirá la herencia en-
tre su pueblo en el más allá. En 1:18b, Pablo lucha con las limitacio-
nes del lenguaje, porque no podía percibir ni describir exactamente
lo que el creyente recibirá en el futuro; sólo podía indicar el carácter
de la herencia. La herencia del cristiano es indescriptiblemente rica;
debe ser recibida en gloria y compartida con todos los santos.

111 Oración por el Conocimiento del Poder de Dios (1:19-21)

La esperanza del cristiano les sólo un deseo vago, sentimental?


¿ E s sólo un proyecto sin base de los pensamientos de un creyente,
erguidos como una defensa contra la desesperación de la situación
humana? ~ N o El l Dios que hace promesas también tiene el poder de
cumplirlas.
Una vez más, Pablo sabía que estaba intentando expresar lo
inexpresable, a medida que acumulaba un sinónimo tras otro para la
idea de "poder". Su estilo es terrible, pero el efecto es impresionan-
te. Sabía que si el creyente ha de vivir en fe y esperanza entre las lu-
chas de su vida, él o ella debe tener confianza de que Dios puede
cumplir sus promesas. Por lo tanto, Pablo oró que sus lectores pu-
dieran conocer "la supereminente grandeza de su poder" en ellos (v.
19).
En el texto griego del versículo 19, Pablo presiona el uso de
cuatro palabras diferentes para "poder". Las versiones pugnan por
traducirlas de una manera significativa. Los varios tonos de signifi-
cado expresados por las cuatro palabras probablemente no tienen
importancia en este contexto. Pablo trataba simplemente de decir
que el poder de Dios es más grande que cualquier medida.
1. Poder de la Resurrección
Dios demostró la grandeza de su poder en pro de los creyentes
en el hecho central del evangelio cristiano: la resurrección de Cristo.
Pablo separó las varias etapas de este hecho y mostró que cada eta-
pa tiene su significado y aplicación en la vida del creyente (ver Efe-
sios 2).
En primer lugar, el poder de Dios fue manifestado en este he-
cho "resucitándole (a Cristo) de los muertos" (1:20a). Para Pablo, la
resurrección de Jesucristo era la parte más crucial del evangelio.
Todo lo demás dependía de eso. En cuanto concierne a Pablo, la
verdad, efectividad y lo atinente del evangelio estaba determinado
por la resurrección de Cristo. El evangelio de Pablo era el evangelio
de un Señor resucitado.
Pablo era cristiano porque había encontrado a Jesucristo des-
pués de su crucifixión, y por medio de ese encuentro supo que Cris-
to no estaba muerto sino vivo. Esta era la verdad entre las verdades
que realmente importan, y toda la interpretación paulina del Anti-
guo Testamento tuvo que ser cambiada a la luz de este hecho increí-
ble. La base de su teología era la resurrección.
Hoy, los cristianos generalmente no han tomado la resurrec-
ción de Cristo con la misma seriedad que Pablo. En gran medida, no
hemos logrado sentir lo que era tan claro para Pablo: si Cristo ha re-
sucitado, la fe cristiana es convalidada y, si no ha resucitado, la fe
cristiana es un error colpal.
Cuando una estudiante universitaria escuchó que algunas de
sus ideas sobre Jesús eran atacadas en una clase de religión, fue muy
sacudida, porque esas ideas le eran muy queridas. Pero Pablo no se
hubiera sacudido por la violencia e injuria de sus atacantes que in-
tentaban poner en tela de juicio la resurrección de Cristo. Para el
punto de vista de Pablo, si fallaba la resurrección, todo estaba perdi-
do; si se mantenía en pie (y así lo creía él) todo estaba bien. Al mar-
gen de la resurrección, todas las ideas sobre Jesús son subsidiarias;
pueden ser evaluadas calmadamente y puestas en línea con la gran
verdad central, pero no son básicas para la fe. El evangelio cristiano
se mantiene o cae junto con el hecho de la muerte y resurrección de
Jesús, y no sobre cualquier otra cosa.
2. Poder con el Cristo Entronisado
Pablo creía que, por el poder de Dios, Jesús había sido levanta-
do de los muertos. Sabía que era así por su encuentro personal con
el Señor resucitado, en el camino de Damasco. Pero también creía
algo más. Creía que el poder de Dios había elevado a Jesús a una po-
sición de señorío supremo e inatacable. Dios dio a Jesús una posi-
ción "a su diestra en los lugares celestiales" (v. 20). Hoy, por su-
puesto, reconocemos que tales descripciones son metafóricas. La
posición a la derecha era reservada por un gobernante para la perso-
na más digna de confianza y poderosa de sus dominios. Pablo usb
esa figura para afirmar que Cristo ocupó el lugar del más alto honor
y autoridad. La autoridad de Cristo estaba sobre la de cualquier ri-
val.
Cristo había sido entronizado "sobre todo principado y autori-
dad y poder y señorío'' (v. 21). Los términos que Pablo enumera son
títulos dados en diversos círculos religiosos a poderes angelicales o
espirituales. Pablo hizo que la lista abarcara más, agregando la frase
"y sobre todo nombre que se nombra" (v. 21). En otras palabras,
ninguno de los poderes en que cree la gente ha sido excluido, sea
real o imaginario. Estos poderes espirituales podrían ser buenos o
malos. Según el contexto, podemos llegar a la conclusión de que Pa-
blo pensaba en los poderes hostiles, aquellos que se rebelaron contra
Dios y han mantenido a los pecadores en su dominio.
Pablo creía en los poderes espirituales, tanto buenos como ma-
los. Creía que los poderes espirituales o angélicos estaban al servicio
de Dios; otros estaban en rebelión contra Dios. Lo que distinguía a
Pablo de muchos otros era su falta de opiniones especulativas sobre
los poderes espirituales. Sabía que su vida estaba segura en Cristo
contra cualquier enemigo, aun aquellos que estaban asociados con la
"potestad del aire" (Ef. 2:2).
Mucha gente del primer siglo creía que sus vidas estaban bajo
el poder de fuerzas espirituales. A menudo asociaban esas fuerzas
espirituales con las estrellas. También creían que el destino era po-
deroso. La gente sentía que estaba desvalida para hacer lo que estu-
viera al margen de su destino; por lo tanto, luchar contra esos pode-
res espirituales era en vano.
El fuerte sentido del destino era una razón por la cual el evan-
gelio era tan buena noticia. El poder de Dios era mayor que todos
los otros poderes. El Señor de la iglesia era soberano sobre todos los
poderes. Ningún poder puede amenazar a los que están bajo el seño-
río de Cristo. Esta gloriosa verdad es afirmada en Romanos 8:38,
39, y en todo lugar. Aun cuando nuestro vocabulario ha cambiado
del que se usaba en el primer siglo, esa verdad sigue siendo vibrante
y contemporánea. La vida nunca es desesperanzada, porque no so-
mos víctimas del destino o la casualidad. Nuestras vidas están bajo
el supremo señorío de un Dios que nos ama y cuyo propósito para
nosotros no puede ser torcido.
La soberanía de Cristo fue establecida "no s610 en este siglo,
sino también en el venidero" (v. 21). La era actual estará marcada
por e1 derrumbe completo de los malos poderes. A pesar de la evi-
dente potencia del mal en esta era, Cristo ya es Señor. Además, la
exaltación de Cristo por el poder de Dios no es temporaria; es eter-
na. Esa era la profunda convicción de Pablo.

IV Cristo, la Cabeza de la Iglesia (1:22, 23)


Pablo expresó la exaltación eterna de Cristo desde otro punto
de vista. Por el poder de Dios, todos los otros poderes fueron sujetos
a Cristo. Han sido subyugados y puestos "bajo sus pies" (v. 22).
Esta es una imagen de un conquistador victorioso. La victoria de
Cristo es completa. Los enemigos de Dios y de los creyentes han
sido subyugados completamente. Yacen derrotados a los pies del
Señor de la iglesia, conquistador y soberano.
Pablo llega al clímax en su descripción del poder de Dios como
algo que actuó en Jesucristo cuando fue resucitado de los muertos,
fue elevado a un lugar de autoridad trascendente, fue hecho sobera-
no sobre todos los poderes espirituales y fue dado a la iglesia para
ser su cabeza.
Por supuesto, Dios dio a Cristo a la iglesia para ser su cabeza.
Para Pablo, ésta era una expresión de la increíble gracia de Dios.
Ahora el cuadro estaba completo: Cristo murió por la iglesia. Fue
levantado de los muertos y elevado por encima de todos los poderes
para la iglesia. Fue dado a la iglesia para ser su cabeza. El secreto
de la victoria de la iglesia no era ni es algún ser humano o algún gru-
po de personas. El secreto no está en complejos programas o en el
tamaño numérico de la iglesia. El secreto del triunfo de la iglesia
está en su cabeza, que es el Señor soberano del universo.
El versículo 22b es ambiguo en el texto griego. La Versión
Reina-Valera dice: "lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la igle-
sia". La BJ dice: "Bajo sus pies sometió todas las cosas y le consti-
tuyó Cabeza suprema de la Iglesia." La VM nos dice: "le ha consti-
tuido cabeza sobre todas las cosas, con respecto a su Iglesia".
La pregunta es: {quiere decir Pablo que Cristo era "cabeza su-
prema de la iglesia", como en la BJ? ¿O estaba subrayando el domi-
nio de Cristo sobre el universo así como sobre la iglesia? Probable-
mente lo correcto sea lo úitimo, porque el Señor de la iglesia no es
sino Aquel que gobierna el universo.
Todo el libro de Efesios trata sobre la iglesia. Sin embargo,
aquí encontramos por primera vez la palabra más usada en el Nuevo
Testamento para designar la iglesia. Esa palabra es ekklesia, que
probablemente se entiende mejor como el equivalente neotestamen-
taria del gahal del Antiguo Testamento. Esta palabra hebrea desig-
na al pueblo de Dios. Este es su significado primordial. El carácter
especial de este pueblo surge de que ellos pertenecen a Dios.
El Nuevo Testamento sigue la línea del Antiguo. Algunas veces
leemos en el Nuevo la frase "la Iglesia de Dios". Sea o no que esta
frase esté presente, siempre está sobreentendida.
La mayor parte del tiempo, ekklesia en el Nuevo Testamento
denota a un grupo local de creyentes. A veces, como es verdad en
Efesios 1:15-23, están incluidos todos los creyentes. La geografía -
o sea la ubicación-no es lo más importante. La iglesia es la creación
de Dios y le pertenece. Eso hace que la iglesia sea lo que es. Una
persona pertenece a la igelsia porque pertenece a Dios, dondequiera
que viva.
Una vez más, en el versículo 23, resulta claro el punto principal
de una cláusula, pero es difícil determinar su significado preciso. El
punto claro es: la iglesia es el cuerpo de Cristo.
Esta analogía es simplemente el lado complementario de la
analogía previa. Cristo es la cabeza de la iglesia; luego, por implica-
ción, la iglesia es el cuerpo de Cristo.
En su intento de expresar el verdadero significado y naturaleza
de la iglesia, los autores neotestamentarios nos dan muchas analo-
gías al respecto. Pero, de todas las analogías, el concepto paulino de
la iglesia de Cristo como su cuerpo, quizá es hoy el más influyente.
Tal como se usa el concepto en Efesios, el énfasis básico parece
estar en el señorío de Cristo. El es el Señor sobre toda la creación,
pero es Señor sobre la iglesia en un sentido especial, ya que la igle-
sia es la comunidad que, con gozo y agradecimiento, está bajo su
señorío e intenta vivir de acuerdo con su propósito eterno.
La característica primordial de la iglesia es su reconocimiento
y respuesta a Cristo como Señor. Lamentablemente, gran parte de
nuestra eclesiología no logra captar este hecho primordial y crucial
en su consideración. Los bautistas tienen un enfoque congregacio-
nal del gobierno de la iglesia. De acuerdo con esta forma de gobier-
no eclesiástico surge el concepto de que las decisiones de la iglesia
están basadas en la voluntad de la mayoría. Pero cuando la decisión
de la mayoría es contraria a la voluntad del Señor, como es a veces
el caso, la iglesia no está actuando de acuerdo con su naturaleza
como cuerpo de Cristo. La Biblia nos muestra que la decisión de la
mayoría a veces es errada. Los profetas del Antigua Testamento
son un ejemplo, ya que, con mucha frecuencia, estuvieron solos en
su percepción de la voluntad de Dios. También en el Nuevo Testa-
mento, a menudo las iglesias cristianas asumieron una posición
errada, tal como es claro en epístolas como Gálatas y 1 Corintios.
Si una iglesia vota por la exclusión de una persona en razón de
una consideración superficial -como la clase social, la raza o la
nacionalidad- esa iglesia está desafiando la voluntad de Dios. Una
iglesia que excluye a algunos, por lo general, justifica su actuación
en base al procedimiento. Entonces, la iglesia declara haber procedi-
do democráticamente; por lo tanto, debe haber hecho la decisión co-
rrecta. Sin embargo, una apelación a un proceso político no es excu-
sa para desafiar la voluntad del Señor. Ni la voluntad de la gente,
sino que la voluntad del Señor debe gobernar en la vida de la iglesia.
Aparece una ambigüedad en la última parte del versículo 23.
Hay dos posibilidades principales. La palabra griega traducida "ple-
nitud" (RV) puede tener un significado activo o pasivo. La palabra
puede significar que Cristo está llenando, o el término puede signifi-
car que Cristo es Aquel que es lleno. En el primer caso, la frase pue-
de significar: Cristo que llena todo, también está llenando la iglesia.
En el último caso, puede significar: la iglesia llena a Cristo, de modo
que él llega a estar plenamente lleno en todo sentido. Si la segunda
traducción es la correcta, {cómo hemos de entenderla? 2 Cómo pue-
de la iglesia llenar a Cristo, de modo que él esté plenamente íleno?
La respuesta es que la iglesia llena a Cristo por la incorporación de
todos los miembros, de modo que el cuerpo esté completo. Pablo en-
tendió que la iglesia era el cuerpo de Cristo. Pero también sabía que
el cuerpo no estaba completo en el momento que escribía. Otros ha-
bían de ser incluidos. En tanto que falten miembros en el cuerpo,
Cristo no estará pleno. Además, el cuerpo de Cristo no está comple-
to porque tiene mucho que hacer en cuanto a crecimiento en fe y
amor. Este es un significado posible y lógico del pensamiento de Pa-
blo en el versículo 23: Cristo está siendo llenado, en el sentido en
que su cuerpo está siendo iieno a medida que la gente continúa Ile-
gando a ser parte de él y en él continúan creciendo.
Si la interpretación es exacta, entonces ello clarifica la misión
de la iglesia. El cuerpo (iglesia) se regocija en su relación con su
Señor; sin embargo, se duele de su condición incompleta. La meta
del cuerpo es la plenitud; su misión es la de ser el portador del men-
saje redentor de Dios, ser abierto y sensible a aquellos que están
fuera del cuerpo y dar la bienvenida a todos aquellos a quienes Dios
llama para compartir su nueva creación. El propósito de la iglesia es
llegar a ser tan completa en su papel como cuerpo, así como lo es ya
la cabeza de la iglesia. Cuando Dios cumple nuestra plemitud como
pueblo suyo para hacer su labor redentora, su propósito será alcan-
zado.

La Verdadera Fuente de la Potencia


de la Iglesia

Vivimos en una época dominada por la computa-


dora. La gente se apresura a unirse al último movi-
miento popular, según lo indican las encuestas de opi-
nión pública.
Lamentablemente, muchas iglesias están influi-
das por las encuestas. Su optimismo se levanta o des-
vanece a la luz de los últimos informes de las encues-
tas. Cuando el cristianismo es popular, muchos de no-
sotros tendemos a sentir que la iglesia va a prevalecer.
Cuando su popularidad comienza a decrecer, a veces
nos ponemos temerosos sobre las perspectivas.
Este tipo de pensamiento, según las encuestas de
opinión pública, expresa la mente del mundo, pero no
la mente iluminada por el Espíritu. Nuestra esperanza
está basada en cosas que las encuestas no pueden me-
dir ni informar. Nuestra esperanza descansa en lo que
Dios ha hecho, y en lo que ha prometido que hará. Esto
impedirá, categóricamente, que la opinión pública
afecte nue.stra fe en la iglesia de Dios.
El poder de la iglesia no consiste en el monto de
dinero que pueda levantar o en la cantidad de gente
que pueda atraer bajo sus banderas. El poder de Dios,
manifestado en Jesucristo, la iglesia del Señor, es la
base de nuestra confianza y esperanza. Necesitamos
el "espíritu de sabiduría'' por el cual oraba Pablo (Ef.
1:17) para poder captar esta verdad.

Actividades Personales de Aprendizaje

1. Para Pablo, dos atributos de la iglesia eran los más importantes.


Seleccione las respuestas correctas de la lista siguiente:
( 1 ) Número de miembros.
( 2 ) Fe.
( 3 ) Edificio.
-(4) Amor.
2. De acuerdo con el doctor Tolbert, uno de los pecados más fun-
damentales e s . . . (Escoja la respuesta adecuada de la lista que
sigue)
(1) Deshonestidad
(2) Envidia
(3) Prejuicio
(4) Celo
3. El nombre de Dios, que enfatiza su relación con los creyentes
como alguien que cuida de eiios, los ama y atiende sus necesida-
des e s . . . (Escoja la respuesta correcta de la lista siguiente)
( 1 ) Señor de los Ejércitos
( 2 ) Jehová
( 3 ) Padre
( 4 ) Dios Todopoderoso
4. Cuando Pablo pide que Dios dé a sus lectores un espíritu de sa-
biduría, quiere decir la capacidad de conocer una cantidad de
hechos. C i e r t o Falso-
5. De acuerdo con el doctor Tolbert, la meta de la vida cristiana
es . . . (Seleccione la respuesta adecuada)
( 1 ) Ir al cielo
( 2 ) Estar libre de dificultades
( 3 ) Tener éxito
( 4 ) Conocer plenamente a Dios
6. Para Pablo, la parte más crucial del evangelio e r a . . . de Jesu-
cristo (Elija la respuesta adecuada)
(1) Nacimiento
(2) Predicación
(3) Resurrección
(4) Enseñanza
7. De acuerdo con Pablo, el secreto de la victoria de la iglesia
e s . . . (Elija la respuesta correcta)
( 1 ) Un programa complejo
( 2 ) Liderazgo humano
( 3 ) Cristo, la cabeza
( 4 ) Un gran presupuesto
8. La iglesia e s . . . (Seleccione la respuesta correcta)
( 1 ) El cuerpo de Cristo
( 2 ) Una organización
( 3 ) El pueblo de Dios
( 4 ) Una democracia

Respuestas :
l. (2), (4); 2. (3); 3. (3); 4. Falso; 5. (4); 6. (3); 7. (3); 8 (l), (3).
CAPITULO 3

El Poder de Dios
en la Vida de los Creyentes
Efesios 2:l-10

1 La Condición Sin Esperanzas del Incrédulo (2:l-3)


En Efesios 1, la palabra "vosotros" significa "gentiles". Pero
en 2:1, la palabra "vosotros" es colocada en una posición enfática en
el texto griego. De modo que en 2:1, cuando Pablo se dirige primero
a los lectores gentiles, lo primero que dice sobre ellos es: . . ."voso-
tros . . . estabais muertos en vuestros delitos y pecados".
La muerte a la cual se refiere Pablo no es la muerte física, como
resulta claro de la descripción. La muerte es una metáfora para la
existencia de la gente que está alienada de Dios. La vida sólo está en
Dios. La separación de Dios es la muerte.
La causa de la muerte espiritual se identifica como "delitos y
pecados" (v. 1). La palabra traducida "delitos" significa una caída,
o sea un fracaso moral o espiritual. Aunque la palabra significa una
falla moral, debemos entender que lo que está implicado no es de
naturaleza impersonal. Lo que quiere decir no es sólo la violación de
un juego de reglas. Como luego se hace claro, lo que está en juego es
la relación de cada persona con Dios. Las caídas o fracasos mani-
fiestan problemas, síntomas de la enfermedad; indican algo primor-
dial, básico. Estas fallas o fracasos expresan una ruptura fundamen-
tal en la relación de una persona con Dios. Una persona en pecado,
rebelada contra Dios, expresa su rebelión por delitos y pecados.
La palabra para "pecados" en el texto griego significa el no ha-
ber alcanzado una meta o camino. De modo que el término puede
ser usado para describir un error intelectual o fracasos morales. Las
dos palabras "delitos" y "pecados", prácticamente son sinónimas en
nuestro texto. Describen la manifestación individual de la hostilidad
contra Dios del hombre irredento.
Pablo se dirige a los creyentes que habían estado espiritual-
mente muertos. Los versículos 1-10 reflejan la teologia fundamental
de Pablo sobre la salvación: el pecador sin Dios está muerto. Creía
que la salvación es algo que se encuentra más aiiá del alcance de las
posibilidades humanas. Decir al pecador que necesita comenzar a
vivir para Dios, adecuarse a sus leyes o cualquier apelación similar
es peor que algo inútil. Se podría, igualmente, decir a un muerto que
necesita empezar a respirar, levantarse y moverse. Por lo tanto, la
única respuesta a esta condición humana es un poder que va más
allá del individuo que está implicado en la situación. Tal persona
necesita una resurrección, un poder dador de vida. Ese poder es
Dios.
El pecado no 5610 causa la situación de una persona, sino que
también constituye el medio en el que prosigue su existencia. Pero
la palabra traducida "en otro tiempo'' (v. 2) enfatiza que este am-
biente ya no es el contexto de la vida del creyente. Pablo quería que
sus lectores supieran que ya no eran lo que habían sido, dado que se
habían movido a una nueva esfera. En otro tiempo, habían "anda-
do" en delitos y pecados. El verbo "andar" en este contexto signifi-
ca ''vivir" y es traducido de esa manera en versiones modernas (v.g.
B J).
La palabra "andar" implica actitudes, relaciones, acciones, me-
tas; en resumen, todas las maneras en que una persona se muestra a
los demás. En la vida de un inconverso todas esas maneras de expre-
sar su ser, surgen y ocurren en una atmósfera de hostilidad hacia
Dios. Todo el ambiente está contaminado.
Además, Pablo pensaba que la existencia de los incrédulos, en
pecado, era una existencia de esclavos. Estaban bajo el control de un
poder maligno. Sus vidas estaban determinadas por ese poder.
Caminaban "siguiendo la corriente de este mundo" (v. 2). Esta
traducción representa la versión de una frase difícil. El término "co-
rriente" traduce la palabra aiona, que generalmente es traducida
como "edad". Aion se refiere a un período limitado de tiempo. En el
lenguaje filosófico existe la palabra e&.
En ciertos círculos religiosos helenísticos, sin embargo, aion
llegó a ser usada como el nombre de un dios. Aunque generalmente
la palabra no aparece personificada en el Nuevo Testamento, el
versículo 2 parece ser una excepción. Ciertamente, Pablo no estaba
pensando en la edad de este mundo en un sentido temporal. Tenía
en mente un poder espiritual que domina a los pecadores de esta era
mundanal. Por lo tanto, algunos traductores entienden que la frase
significa "espíritu del mundo".
La palabra "mundo" (kosmos) se usa en la Biblia en varios sen-
tidos, como ocurre en castellano. Por ejemplo, hablamos del mundo
de la literatura, de mi mundo personal y del mundo de los deportes.
"El mundo" puede significar el universo que Dios creó, que la
Biblia afirma que es bueno. "El mundo" también puede referirse a
la humanidad en su totalidad. "De tal manera am6 Dios al mundo"
(Juan 3:16). Pero, "el mundo" también es el ámbito en el cual la
gente se rebela contra Dios. Está contaminado con el mal. De modo
que, la palabra "mundo" puede ser usada para referirse a la esfera
que es dominada por el pecado y se caracteriza por la rebelión con-
tra Dios.
En la frase siguiente, Pablo se vuelve más explícito. El camino
de la vida del pecador está determinado por el "príncipe de la potes-
tad del aire" (v. 2). Una vez más, aunque el significado esencial es
claro, el pensamiento exacto de esta frase es difícil. Probablemente
podríamos igualar con Satanás a este funesto y maligno poder que
Pablo llama príncipe.
En relación con esto, podemos notar que Pablo raramente se
refiere a Satanás o el diablo. Se refiere a conceptos como la carne o
el pecado (en singular) como poder que domina a la gente en su re-
belión contra Dios.
El gobierno del "príncipe" (v. 2) se caracteriza como el de al-
guien que posee la autoridad del aire. A fin de entender esta descrip-
ción, debemos saber algo de la antigua cosmología y religión. En los
días de Pablo, la gente entendía, por lo general, que la esfera entre la
tierra y las estrellas estaba llena de aire impuro. Más allá estaban las
regiones etéreas de pureza y luz.
La esfera de aire impuro era el lugar en que vivían los malos
espíritus o poderes. La frase de Pablo también implica el concepto
de una jerarquía organizada de esos poderes malignos bajo el domi-
nio de un príncipe o gobernante. El príncipe o gobernante es el líder
de esas "huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" de
que leemos en Efesios 6:12. La New English Bible traduce la frase:
"Cuando obedecíais el mandato de los poderes espirituales del aire"
(2:2). Esto probablemente da el sentido de la frase.
Se presenta en el texto una tercera frase paralela. El poder del
mal es descrito como "el espíritu que ahora opera en los hijos de de-
sobediencia" (v. 2). "Hijos de", en este uso, es un hebraísmo que
significa gente que se caracteriza por una determinada cualidad. La
frase "hijos de desobediencia" (v. 2) significa "pueblo desobediente"
O "rebelde".
Pablo afirma varias cosas en la frase "hijos de desobediencia".
Este poder maligno o espíritu maligno aún está en acción. El hecho
de la salvación -centrado en la resurrección de Jesús- no ha dete-
nido la actividad de Satanás. En la resurrección de Jesús, Dios de-
mostró la condenación eventual del mal. El dominio de Satanás so-
bre los creyentes ha sido frustrado. Esto ya ha ocurrido. Pero el mal
aún es una fuerza activa y poderosa en el mundo. Los lectores de
Pablo podían verificarlo sólo con mirar alrededor. Y, también noso-
tros podemos hoy verificar lo mismo.
Debajo de la frase de Pablo, posiblemente estaba el concepto de
que Satanás es un rebelde contra Dios. En cualquier forma, la rebe-
lión es su obra en los seres humanos. El poder de Satanás es activo
en la persona del que se rebela contra Dios.
La rebelión contra Dios describe la situación humana fuera de
la redención. Hay guerra entre el pueblo no redimido y Dios. Más
adelante, en Efesios, Pablo enfatiza que esta guerra no representa la
voluntad y los propósitos de Dios. Resulta increíble que la gente se
rebele contra su creador.
La rebelión contra Dios es pecado. La gente puede mentir, ro-
bar y engañar. Pueden ser arrogantes, prejuiciosos o cobardes. Estas
acciones y actitudes, sin embargo, no constituyen el problema cen-
tral. Estos son sólo síntomas de otra situación. La fuente del proble-
ma primordial de la gente es su alienación de Dios. La gente que re-
chaza la gracia de Dios está rebelándose contra Aquel a quien debe
toda su suprema lealtad. Sus vidas no están determinadas por el po-
der de Dios, sino por el poder del mal.
Para nosotros, es crucial captar ese concepto. Mucha gente
siente que no necesita del evangelio porque es decente, honesta y
digna de confianza. Temo que nuestro concepto superficial de peca-
do y las ideas erradas que se presentan en nuestra predicación y en-
señanza puedan haber llevado a esta conclusión. A veces, oímos que
la gente dice: "¿Por qué debo ser creyente? Soy mejor que los diáco-
nos de su iglesia." La afirmación puede ser exacta, pero no es atina-
da. Ningún pecado es más serio que el expresado en la actitud de
"No necesito a Dios." Esta es la esencia del pecado, que es rebelión
y alienación. La persona que dice "no necesito a Dios" comete el
peor pecado de todos, no importa cómo sea su vida moral.
En Efesios 2:1, 2, Pablo describe la suerte miserable y desvali-
da de los gentiles idólatras. En el versículo 3, coloca a los judíos en
la misma categoría. Esto está de acuerdo con la posición que tomó
en Romanos 1-3, donde ha llegado a la conclusión de que "judíos y
gentiles, todos están bajo pecado" (Ro. 3:9).
En el versículo 3, Pablo escribe: "Entre los cuales también to-
dos nosotros vivimos en otro tiempo." "Entre los cuales" probable-
mente se refiere a los "hijos de desobediencia" (v. 2). Aquí Pablo no
piensa en cercanía física. Quiere decir que judíos y gentiles vivían
en la misma esfera espiritual. Éran ciudadanos del mismo ámbito, el
ámbito del pecado y de la muerte. Por supuesto, los judíos sobre los
que escribía eran judíos cristianos, como lo indica la frase "en otro
tiempo". Dios había tomado a los judíos, como a los gentiles, fuera
de la esfera donde reinaba la muerte y los había colocado en el ámbi-
to de la vida.
Pablo declaraba que las vidas de los incrédulos judíos habían
sido dirigidas por los "deseos de nuestra carne" (v. 3). Como en cas-
tellano, "carne" puede tener varios significados. La palabra puede
significar tanto carne animal como carne humana. El término tam-
bién puede ser usado en el sentido hebraico de la gente en su debili-
dad, pequeñez y distancia de Dios. Sin embargo, Pablo a menudo
usa el término "carne" para describir a la gente en su rebelión con-
tra Dios. En este sentido, la palabra es un equivalente práctico de su
uso de la palabra "pecado" para describir un poder malo, que es
hostil a Dios y que domina a la humanidad no regenerada. Esta es la
forma en que se emplea aquí la palabra "carne".
"Deseos" ('L~~n~upiscencias", VM, BJ) traduce una palabra
griega que, a menudo, significa exactamente eso. Esos deseos pue-
den ser buenos o malos. Sin embargo, aquí los deseos claramente
son malos porque surgen de la carne. "Concupiscencias" nos da un
énfasis aún más fuerte de la mala naturaleza de lo que nos ofrece
"deseos".
La gente dominada por las pasiones de la carne no vive de
acuerdo con la voluntad de Dios. Más bien, siguen "la voluntad de
la carne y de los pensamientos". La palabra "voluntad" traduce una
que significa lo mismo en plural. "Carne" es la traducción de la pa-
labra sarx, que significa lo mismo. Es claro que "cuerpo" es una tra-
ducción mejor, porque "carne" tiene un significado diferente que en
el contexto previo. El término "cuerpo" está unido con la palabra
"mente". Las decisiones voluntarias que determinan la vida de los
judíos no regenerados vienen de la carne y los pensamientos. Toda
persona no regenerada está contaminada, por lo tanto, por los de-
seos físicos en los más elevados empeños de los esfuerzos intelectua-
les. Como resultado, Pablo sostuvo que los judíos incrédulos eran
"por naturaleza hijos de ira" (v. 3). Esta declaración provoca algu-
nas cuestiones difíciles sobre el carácter y fuente del mal.
Algunos intérpretes piensan que la declaración de Pablo indica
que él creía en el pecado original, en el sentido de que el mal es
transmitido de padres a hijos en el proceso del nacimiento. Esta in-
terpretación parece ser injusta para el pensamiento paulino. Si él
creía que la gente es sólo una víctima desvalida del mal a causa de
un pecado y culpa heredados, ¿por qué no escribió o habló sobre
ello? No dijo que estaba condenada por el pecado original. Sí, dijo
que estaban "muertos en vuestros delitos y pecados" (Efesios 2:l).
Su condición era el resultado de su propias violaciones de la volun-
tad de Dios y no de los pecados de sus antepasados.
Cuando Pablo describió el pecado, escribió sobre los actos re-
beldes contra Dios. Escribió sobre la inmoralidad y perversidad in-
telectuales. En otras palabras, discutió los actos y actitudes de los
adultos. Que Pablo vio que el dominio del pecado es universal y
completo, no puede ponerse en duda. Esta conclusión surgió de sus
observaciones de la condición humana, más bien que de una doctri-
na abstracta de una culpa heredada. Su descripción de la suerte hu-
mana hizo que este hecho fuese claro.
Podemos preguntarnos qué quiere decir Pablo cuando usa la
frase "por naturaleza" (v. 3). La respuesta viene de su conciencia de
aquella controversia entre judíos y gentiles. Sabía que su afirmación
de la condición perdida de la humanidad difería de la de sus compa-
triotas e incrédulos judíos. Elios creían que los gentiles "por natura-
leza", por no ser judíos, estaban alejados por Dios. Sin embargo,
sostenían que la situación era diferente para ellos. Habían descendi-
do de Abraham, habían recibido la ley y habían sido circuncidados.
Por naturaleza, pertenecían al pueblo de Dios.
Entonces, Pablo refutó la presunción fundamental de los judíos.
Dijo que ellos eran pecadores exactamente como los gentiles a causa
de su rechazo de Dios, que era igualmente real.
"Hijos de ira" (v. 3), en este contexto es un hebraísmo que sig-
nifica que se merece la ira. La frase no puede significar "objetos de
la ira". En el pasaje siguiente, Pablo mostró que todos ellos, judíos y
gentiles, eran objeto del amor de Dios y no de su ira.

11 La Solución de Dios para la Condición Humana (2:4-7)


Ahora ha sido ya colocado el escenario para uno de los más
grandes pasajes de la Biblia. Con los más directos y realistas, Pablo
ha descrito la condición prevaleciente de la humanidad. Muchas
personas estaban en la esfera de la muerte, rebeldes contra Dios, sin
posibilidad alguna de liberarse a sí mismas y mereciendo el castigo
que debía esperarse de parte de un Dios santo.
"Pero Dios" . . . (v. 4). La traducción ciertamente capta la fuer-
za de la transición. Pablo introduce algo nuevo en la triste escena
que ha presentado. Introduce un nuevo punto de vista. Dios no
actúa como si hubiera estado esperando actuar con enojo. No se
mueve con furia vengativa para sacudir su ira como aquellos que se
rebelan en contra de él. Los pecadores merecen su ira, pero Dios no
responde con ira. No, en vez de actuar con ira, la verdad en cuanto a
Dios es lo contrario. En el versículo 4, lo primero que escribió Pablo
sobre Dios es la palabra que los pecadores necesitaban oír desespe-
radamente. Esa palabra es "misericordia". El equivalente hebreo de
la palabra neotestamentaria significa "el persistente amor de Dios";
el amor es un aspecto de la misericordia. Otro aspecto de la miseri-
cordia es la fidelidad. El pecador puede depender de la misericordia
de Dios, porque no es vacilante, errática o cambiante.
Dios redimió a un pueblo, estableció un pacto con ellos y les
prometió relacionarse en términos de tal pacto. La gente, con fre-
cuencia ha sido infiel a Dios, no ha respondido a su voluntad y ha
sido hostil en vez de amorosa. En cuanto a Dios, la verdad es lo
opuesto. Siempre se puede contar con su fidelidad en el amor. En el
Nuevo Testamento, la misericordia puede describir al amor de Dios
creando a su pueblo, y su fiel y amante relación con ellos después de
haberlos creado.
Pablo describe el ámbito de la misericordia de Dios cuando es-
cribe que es "rico en misericordia" (v. 4). No es una misericordia
inadecuada, mísera, escasa. ¡El cielo es testigo de que el pecador,
que Pablo ha descrito, no puede ser ayudado con una misericordia
escasa! Pero no tiene por qué preocuparse por eso. Los depósitos de
la misericordia de Dios están repletos; son más que adecuados para
enfrentar las necesidades del pecador. En otra carta, Pablo escribió:
"Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia" (Romanos
5:20). 0, como lo ha expresado Julia H. Johnston, hemos sido en-
contrados por "una gracia que es mayor que todos nuestros peca-
dos".'
El Antiguo Testamento nos provee la palabra para "misericor-
dia". El Nuevo nos da la palabra para el amor de Dios. El término es
ágape. Uno de los principales significados del amor de Dios es que
se extiende a quienes no lo merecen. Esta es la verdad que Pablo
subrayó en Efesios 2:l-10. Dios am6 "cuando estabais muertos en
vuestros delitos y pecados" (v. 5). Como hijos de la ira, todos mere-
cían cualquier juicio que correspondiera a sus delitos, pero, a la vez
que merecían la ira, todos los creyentes han recibido amor.
Pero todos los creyentes necesitan algo más que amor. Necesi-
tamos poder. Estábamos muertos, desvalidos, incapaces de volver a
la vida. [Pero Dios tiene poder1 ¡Un poder que da vidal "Nos dio
vida juntamente con Cristo" (v. 5).
Las dos relaciones envueltas en nuestra resurrección no son
claras en algunas traducciones. En primer lugar, está nuestra rela-
ción con Cristo. Nuestra resurrección de los muertos -nuestra vida
como pueblo de Dios- está ligada íntimamente a la resurrección de
Cristo. No somos hechos al margen de Cristo; nuestra vida viene a
través de él y con él. Esto significa que nuestra vida puede ser en-
tendida sólo en su solidaridad con la vida del Señor resucitado.
La salvación no es un tipo de seguro del alma, por el cual ella
escapa del infierno y recibe una hipoteca sobre el cielo. La redención
no significa que podemos tomar una decisión y seguir con nuestros
negocios. ¡De ninguna manera1 Desde el momento de la conversión,
nuestra vida está ligada indisolublemente con la vida de Cristo.
La segunda relación no resulta clara en algunas traducciones,
como la RV. No sólo recibimos la vida junto con Cristo. También
somos hechos vivos "juntamente" con otros creyentes (v. 5). Pablo
no sabía nada de una salvación individual en la forma en que pien-
san hoy muchos evangélicos. La redención individual tiene signifi-
cado sólo cuando es una parte de la obra redentora total al crear el
pueblo de Dios. Que una persona se convierta y, al mismo tiempo,
niegue lo que Dios ha hecho en las vidas de los demás cristianos, no
es un nacimiento sino un aborto. El nacimiento lleva a una persona
a la familia. La conversión nos lleva a la familia de Dios, el nuevo
pueblo de Dios.
En este punto, Pablo intercala un pensamiento en su análisis:
"Por gracia sois salvos" (v. 5). Desarrolla esta idea en los versículos
8 y 9. En esta declaración, hay varios puntos que atraen nuestra
atención. Por un lado, Pablo cambió abruptamente de la primera a
la segunda persona plural. Sin embargo, sabemos que Pablo creía
que su nueva vida, así como la de sus lectores gentiles, venía por la
gracia.
La palabra "salvos" era usada en un sentido que no era carac-
terísticamente paulino. Normalmente, Pablo habría escrito que los
creyentes han sido justificados y serán salvados. En otros contextos,
Pablo usa "salvación" para referirse a la victoria final de los creyen-
tes sobre el poder de la muerte y el pecado (ver Ro. 5:9; 13 :11; 1
Co. 5:5). Más aún, el verbo "salvados" es perfecto en griego, como
lo es en las traducciones castellanas ("pasado" es el término grama-
tical castellano exacto). Pero, en declaraciones similares en otros lu-
gares, Pablo usó otros tiempos verbales. Sin embargo, el tiempo
perfecto se adecúa, porque se usa para describir algo que ya ha ocu-
rrido en el pasado, pero cuyos efectos continúan en el presente. . . y
debemos agregar que en el futuro.
Después de esta declaración entre paréntesis, Pablo retoma el
hilo de su pensamiento. Dios "nos resucitó" (v. 6) de los muertos.
También "nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo
Jesús" (v. 6). La acción de Dios en la vida del creyente resulta un
paralelo de su acción en la vida de Cristo. Dios nos ha dado nueva
vida y nos ha exaltado a una posición de honor y poder. El creyente
entra en una nueva esfera de existencia, llamada "los lugares celes-
tiales". El cristiano entra en esta nueva esfera ahora, aun mientras
continúa la vida en este mundo. Pablo estaba absolutamente seguro
de que el creyente ya no estaba sujeto al poder del mal, ya no era
víctima de las fuerzas de la muerte. El creyente había sido elevado
por sobre esos poderes que buscaban su ruina y destrucción.
Todo esto ocurre "en Cristo Jesús" (v. 6). La victoria del cris-
tiano no puede ser separada de la victoria de Cristo. La victoria
ocurre a causa de Cristo, por medio de Cristo y en relación con Cris-
to. Lo que Dios hizo en Cristo es indispensable para lo que él hace
en el creyente.
Una vez más, la versión RV no presenta enfáticamente un pen-
samiento fundamental de Pablo: hemos sido resucitados juntos y se
nos ha hecho sentar juntos. Este es el sentido de los verbos griegos.
La nuestra es una co-resurrección y una co-elevación. El triunfo no
sólo ha de asociarse con Cristo, sino que también es una victoria
que se comparte con todos los otros creyentes.
La epístola a los Efesios enfatiza el significado de nuestra sal-
vación presente más que las demás epístolas paulinas. Para decirlo
de otra manera, en las demás cartas de Pablo, él enseña que la salva-
ción es más del futuro. Pero en Efesios 2:7, el significado de la sal-
vación no se agota en el presente. Su plenitud sólo puede ser conoci-
da en el futuro, "en los siglos venideros".
La concepción del tiempo como una sucesión de eras es una
idea judía. Esta idea difiere radicalmente de otros conceptos que ven
el tiempo en círculos. En una concepción cíclica del tiempo, la histo-
ria es repetitiva y sin propósito. Para la perspectiva judía, la historia
tiene un propósito y está moviéndose a través de eras sucesivas bajo
la soberana dirección de Dios.
Sean cuales fueren los cambios que puedan traer las edades, el
creyente puede estar seguro de algo. La actitud hacia su hijo y las
acciones de Dios para con su hijo no cambiarán. Dios continuará en
su "bondad" (v. 7) para demostrar a sus hijos "las abundantes ri-
quezas de su gracia".
Hay un punto claro. Todo lo que Dios nos da y todo lo que nos
dará será por "gracia", favor y amor inmerecidos (v. 7). Nunca lle-
gará la hora cuando podamos reclamar cualquier cosa como propia
en razón de nuestro propio mérito. Nunca Uegará el tiempo cuando
nuestras relaciones con Dios no dependan solamente de la gracia.
Nuestra salvación en su comienzo se debió a la gracia de Dios.
Nuestras relaciones presentes con Dios son posibles sólo por medio
de su gracia. Nuestra esperanza para el futuro está arraigada en su
gracia; por eso es una esperanza segura. Nosotros podemos trans-
formarnos y cambiar, pero Dios nunca cambia. Siempre es un Padre
de gracia.
Para los creyentes de hoy, surge una gran verdad a partir de la
confianza de Pablo, expresada en el versículo 7. Muchos de nosotros
hemos visto numerosos cambios en nuestros años de vida; como si
fuera una sucesión de eras. Pero, sea que el cristiano viva bajo el to-
talitarismo izquierdista de Marx, hay algo que permanece constan-
te: la gracia de Dios.

111 La Gracia y las Obras (2:8-10)


En el versículo 8, Pablo volvió a la afirmación introducida en el
versículo 5, pero agregó otra idea. Hemos sido salvos por la gracia
"por medio de la fe". Podnamos agregar sólo por medio de la fe,
porque ésta era la convicción de Pablo.
La fe es la respuesta individual a la gracia de Dios. Como le
agradaba enseñar a Jesús, la fe es la actitud de un niñito hacia un
padre amoroso. El niñito es alguien totalmente dependiente, total-
mente vulnerable, totalmente desvalido. Sin embargo, el niño vive
sin temor por esta vulnerabilidad, a causa de su completa confianza
en un padre fuerte y amante.
La fe, pues, surge de una comprensión de nuestro desvalimien-
to. La fe responde a un Padre amante y misericordioso en términos
de confianza, y hace del amor del Padre la única garantía del futuro.
No es el dinero, no es el poder, no es el prestigio, no son las armas,
sino la gracia poderosa de un Padre lo que da una genuina seguridad
al creyente.
En la primera parte del versículo 8, Pablo afirma su convicción
sobre la relación del creyente con Dios. A fin de asegurarse de que
su idea era clara, la afirma negativamente en la última parte del
versículo: "esto no de vosotros". Existe alguna cuestión entre los
intérpretes sobre el antecedente de "esto". {Se refiere a la gracia O a
la fe? ¿O se refiere a toda la afirmación? En griego, el pronombre
demostrativo para "esto" es de género neutro, mientras que "gra-
cia" y "fe" son femeninos, como en castellano. Debido a esta dife-
rencia de género, la gramática parece indicar que Pablo se refiere a
toda la idea precedente cuando usa "esto". La salvación por gracia,
por medio de la fe, en ningún sentido es un logro humano.
Sea lo que fuere que obtengamos de la gramática, la razón para
la afirmación de Pablo es clara. La salvación por la fe es opuesta y
excluyente de cualquier noción de la salvación por obras.
En realidad, la gente puede -y a menudo lo hace- convertir la
fe en una obra humana. {Cuándo sabemos que la fe ha sido conver-
tida en obra?
Sabemos que lo que llamamos fe ha llegado a ser una obra hu-
mana si sentimos arrogancia de creer o despreciamos a otros a cau-
sa de que no creen. Esta actitud no puede ser producida por el tipo
de fe sobre el que Pablo escribía.
El orgdlo y la fe no son congruentes (v. 9). Pablo vio que estas
actitudes eran mutuamente excluyentes. Necesitamos reconocer
esta verdad también: las obras producen jactancia; la fe la elimina.
El reconocimiento de esto es la clave. Nuestra salvación, del princi-
pio al fin, es una expresión de la gracia de Dios.
Deducir de la proclamación paulina de un evangelio de gracia,
que él despreciaba las buenas obras, es erróneo y peligroso. Ya antes
algunos miembros de la iglesia habían llegado a esa equivocada con-
clusión. Pensaban que las buenas obras no tenían lugar en el evange-
lio de gracia, porque no importaba lo que hiciera una persona. Des-
de este punto de vista, la gracia cubre todos nuestros pecados; de
modo que no importa cuánto pequemos. Quienes sostienen este cri-
terio creen que la gracia relevó a bs cristianos de toda responsabili-
dad de hacer algo. A esta doctrina la llamamos "libertinismo". Esta
enseñanza está en el polo opuesto del legalismo, que pretende que lo
único importante es lo que la gente hace. El legalismo pretende que
somos salvos o perdidos como resultado de las obras.
Pablo no estaba contra las buenas obras. Estaba contra el lega-
lismo. Se oponía a la idea de que somos salvos por nuestra actua-
ción. También estaba contra el libertinismo. No creía que la gracia
significara que los seres humanos no son responsables. La verdad es
todo lo contrario. Desde el punto de vista de Pablo, la gracia liberó a
la gente de ser responsable. Antes de su conversión, en su existencia
esclava, las relaciones personales con Dios eran imposibles. Como
Pablo escribió en Romanos, "los que están en la carne no pueden
agradar a Dios" (Ro. 8:8). La gente puede vivir de una manera que
complazca a Dios sólo después que ha sido liberada de su condición
de víctima.
Pablo dejó claro que su convicción era que la gracia es anterior
a las buenas obras y que el creyente no es salvo por las buenas
obras. Lo hizo en la afirmación: "Porque somos hechura suya, crea-
dos en Cristo Jesús'' (v. 10). Nuestro texto castellano difícilmente
puede dar el énfasis que produce la sintaxis griega. Literalmente po-
dríamos traducir: "De 61, pues, somos hechura." Se debe subrayar
el pronombre "suya" en la traducción, a fin de extraer el sabor del
texto griego donde ésa es la primera o enfática palabra. O sea que, el
énfasis es en Dios y en el hecho de que la comunidad creyente existe
sólo por su obra de gracia, por su actividad creadora.
Las buenas obras no transforman al creyente en hijo de Dios.
El acto redentor de Dios está antes que cualquier otra cosa que haga
el creyente. Lo que hace el cristiano, lo hace como hijo de Dios y no
a fin de llegar a serlo.
Notemos otro punto antes de continuar. En este texto bíblico,
se destaca claramente un importante aspecto de la iglesia. La iglesia
es la creación de Dios. Hablamos de organizar, establecer o fundar
iglesias. Este lenguaje no es exacto en relación con el concepto neo-
testamentario, porque esas frases implican que una iglesia llega a
existir como resultado del esfuerzo o empeño humanos. Esta idea es
exactamente la opuesta de la posición de Pablo.
Dios nos creó con un propósito: amarle y servirle. Como escri-
bió Pablo, la comunidad creyente fue creada "para buenas obras" (v.
10). Estas obras, sin embargo, no son buenas obras humanas. Los
logros no son definidos o elegidos por la gente; más bien son aque-
llos que "Dios preparó de antemano". Hacer buenas obras significa
que el creyente llega a ser un participante responsable en el plan
eterno de redención.
Las obras designadas por Dios son señaladas más específica-
mente por Pablo en pasajes subsecuentes de Efesios. El punto prin-
cipal que debe señalarse, sin embargo, es lo que Pablo entendía en la
vida y obra de los creyentes en términos de la revelación de Dios de
sí mismo y su plan en Jesucristo.
Un aspecto central del plan de Dios, como hemos visto, es su
victoria sobre las fuerzas divisorias que desgarran este mundo. El
reunir a judíos y gentiles en un cuerpo era fundamental para el plan
redentor de Dios. A la luz de esta verdad, Pablo escribió en Efesios
sobre un aspecto fundamental de la vida o andar del creyente. Este
ha de aceptar a todos aquellos a quienes Dios acepta. Han de vivir
juntos en amor, en una relación responsable. Una buena obra que
Dios ha preparado de antemano para que nosotros andemos (viva-
mos) en ella es establecer y mantener esos vínculos de fraternidad.

El Concepto de Pablo y el Nuestro

Muchos cristianos modernos tienen gran dificul-


tad para entender la gracia tal como Pablo la entendía
y presentaba. Por ejemplo, yo hice mi profesión de fe a
los nueve años. Había sido criado en un hogar cristia-
no, se me había enseñado a creer en la Biblia y, cierta-
mente, no era hostil a Cristo. Cuando llegué a ser cris-
tiano, no cambié ni mi teología ni mis actitudes; sim-
plemente las afirmé públicamente. S610 más tarde, en
la vida, habría de experimentar luchas, dudas y temo-
res. Sin embargo, en el momento de mi conversión, no
era un rebelde contra Dios, no odiaba a Jesús y -
teniendo nueve años- no era ni adúltero ni alcohóli-
co. Sin embargo, para Pablo y sus lectores, la situa-
ción era totalmente distinta. Habían sido enemigos del
plan redentor de Dios en Jesucristo. Ellos habían esta-
do sumergidos en la inmoralidad e idolatría de un
mundo pagano. Pablo sabía lo que significa la gracia.
Sólo porque Dios le había amado cuando era perverso
y desobediente es que su salvación había llegado a ser
realidad.
Quizá muchos de nosotros no tenemos un verda-
dero sentido de lo que significa estar perdidos. Usa-
mos términos como "perdido", "muerto en pecado'' y
"rebeldes contra Dios". Pero, ¿tienen verdadero signi-
ficado para nosotros esos términos? Si no tienen un
significado real, ¿puede tener la gracia la significación
que debiera tener?
Quizá la falta de una verdadera comprensión de
la perdición explica por qué muchos de nosotros no es-
tamos dispuestos a sufrir, trabajar y aun morir por
proclamar el evangelio de la gracia como lo estaba Pa-
blo. Quizá esta falta de comprensión explica nuestro
egoísmo y complacencia, nuestra pobre y débil consa-
gración a la misión de la iglesia y nuestra falta de en-
trega personal al Señor.

' Words, Julia H. Johnston, Hope Publishing Co. Usado con permiso.

Actividades Personales de Aprendizaje

1. Relacione ambas listas, ligando los términos con su definición.


(1) Delitos
(2) Pecado
(3) Andar
(4) Mundo
(5) Hijos de desobediencia

(a) Pueblo rebelde


(b) Esfera dominada por el pe-
cado
(c) Una caída
(d) Todas las formas en que
uno se expresa
(e) No llegar a la meta

2. Probablemente Pablo igualó al "príncipe de la potestad del aire"


con Satanás.
Verdadero--. Falso-
3. El término que Pablo usa característicamente para describir a la
gente en su rebeldía contra Dios e r a . . . (Elija la respuesta co-
rrecta)
(1) Equivocado
(2) Pagano
(3) Carne
(4) Errado
4. Pablo usó la frase "por naturaleza hijos de ira" para enfatizar la
ira de Dios sobre aquellos que son pecadores por nacimiento.
Verdadero- Falso-
5. La palabra tiene detrás de sí el concepto del permanen-
te amor de Dios, del Antiguo Testamento, (Seleccione la pala-
bra correcta de la lista siguiente.)
(1) Compasión
(2) Justicia
(3) Misericordia
(4) Poder
6. Pablo despreciaba las buenas obras, aun después de la conver-
sión de alguien.
V e r d a d e r o Falso-
7. Según Pablo, Dios nos creó con un propósito. Seleccione de la
lista siguiente, el propósito sugerido:
(1) Gozar de la vida.
(2) Amar y servir a Dios.
(3) Tener prosperidad.
(4) Ser bien apreciado.

Respuestas:
l. ( l ) ~(2)e,
, (3)d, (4)b, (5)a; 2. Verdadero. 3. (3); 4. Falso; 5. (3); 6.
Falso; 7. (2).
CAPITULO 4

La Inclusión de los Gentiles


Efesios 2: 11-22

En su análisis previo, Pablo ya ha implicado que existe una


nueva relación entre aquellos que han sido objeto del amor salvador
de Dios. Tanto los judíos como los gentiles han estado en la misma
situación, o sea, en un estado de rebelión contra Dios. Ambos han
estado muertos en sus pecados y ambos han estado bajo el dominio
de poderes hostiles y malos.
Sin embargo, Dios había salvado a judíos y gentiles que habían
respondido al evangelio. Estos convertidos eran la pieza central del
plan redentor de Dios para unir un universo fragmentado.Habían
sido resucitados juntos en lugares celestiales en Cristo Jesús. Esto
implica que Dios había establecido una nueva comunidad de pueblo
redimido.
En Efesios 2:ll-22, Pablo se toma más explícito. Declaró ex-
presamente que el estado anterior de alienación entre gentiles e is-
raelitas, la comunidad del pacto, había sido destruido.
Pablo presenta la división del mundo desde la perspectiva ju-
día. Creía que la gracia de Dios también había hecho que otras divi-
siones fueran trascendidas (Gá. 3:28). Pero en Efesios, estaba preo-
cupado con el concepto judío del mundo. Correctamente entendido,
este concepto judío representaba el concepto de Pablo y, por cierto,
el criterio bíblico. Pablo dividió el mundo entre el pueblo de Dios y
aquellos que estaban fuera del pueblo: los gentiles, las naciones o los
paganos. La palabra griega puede ser traducida de las tres maneras.
Para Pablo ésta era una división genuina. Con seguridad, algu-
nos tenían una percepción superficial, errónea y pecaminosa de esta
división. Estas falsas percepciones surgieron de los prejuicios judíos
que no entendieron que el nacimiento, la circuncisión y la posesión
de la Ley no significaba que ellos, de hecho, pertenecían al pueblo
de Dios.
Cualesquiera que hayan sido los prejuicios y hostilidades de los
judíos hacia los gentiles, ciertamente los últimos estaban fuera de la
comunidad de la fe. No habían estado en la corriente de la actividad
reveladora y redentora de Dios, tal como se describe su actividad en
el Antiguo Testamento.

1 La Alienación de los Gentiles (2:11, 12)

Al comienzo de la exposición Pablo se unió a sus lectores no ju-


díos para acordarse de su estado anterior (v. 11). El verbo "acorda-
os" en el versículo 11, implica traer a la memoria o reflexionar; tam-
bién implica una respuesta apropiada en términos de actitudes y ac-
ciones. Al menos, recordar incluye adoración y alabanza. Además, el
recordar no puede pasar por alto las acciones adecuadas a las gran-
des bendiciones de Dios. También, un recuerdo apropiado puede re-
sultar en vidas cambiadas o mejoradas.
Pablo llama a sus lectores gentiles a recordar lo que eran ante-
riormente. Habían sido paganos, adoradores de ídolos. Los descri-
be, primero, como "gentiles en cuanto a la carne" (v. 11). Siempre
surge una cuestión cuando nos cruzamos con la palabra "carne" en
los escritos de Pablo. 2 Se refiere "carne" al ámbito de la hostilidad y
rebelión contra Dios, como ocurre a menudo? Una vez los gentiles
pertenecieron a esta esfera de la existencia tal como Pablo lo descri-
be en 2:1, 2.
En el versículo 11, "en cuanto a la carne" probablemente se re-
fiere a las manifestaciones físicas de la situación gentil de los lecto-
res. Desde este punto de vista, aún podían ser llamados "gentiles en
cuanto a la carne" porque eran incircuncisos. Esta manifestación
superficial y externa indicaba que no eran judíos. Pero Pablo creía
que este aspecto físico era superficial, como se ve en su afirmación
al llamarlos gentiles. Los gentiles eran llamados "la incircuncisión"
(v. 11); sus contemporáneos judíos se referían a ellos de esta manera
despreciativa.
"Incircuncisión", en el vocabulario judío, era una palabra de
desprecio y menoscabo. Era como todas las palabras que tenemos
nosotros y que tienen que ver con apariencias o circunstancias ex-
ternas, y que algunas personas lanzan a otras. El desprecio y arro-
gancia de tales términos son una manifestación del poder dominante
del pecado.
Los judíos que llamaban "incircuncisión" a los gentiles, tam-
bién se llamaban a sí mismos "la circuncisión". Esta insignia super-
ficial y externa de su judaísmo era "hecha con mano en la carne" (v.
11). Hay una serie de cosas implicadas. (1) Los ídolos son hechos
por manos humanas. (2) La circuncisión había llegado a ser un ído-
lo. (3) Los judíos que confiaban en la circuncisión creían que lo que
hacía la gente era más decisivo que lo que Dios hacía.
Del punto de vista de Pablo, existían una circuncisión y una in-
circuncisión que eran importantes (Ro. 2:25-29). No tenían nada
que ver con la apariencia física de una persona. Tenían que ver con
el corazón. Quienes se volvían a Dios, por la fe, eran la circuncisión.
Los que le rechazaban pertenecían a la incircuncisión, sea que estu-
vieran circuncidados físicamente o no.
En el versículo 12, Pablo pasó de lo superficial a los problemas
genuinos de los gentiles. En eso, estaban separados de Cristo el Me-
sías. No eran parte de la comunidad de fe a la que Dios reveló pri-
mero su propósito redentor en el Mesías. En el pasado, Dios dio a
sus profetas atisbos de su futuro. Pero los gentiles, no compartían
sus expectativas.
En segundo lugar, los gentiles habían sido excluidos de la "ciu-
dadanía de Israel". Como traduce la idea la Versión Moderna, los
gentiles eran "extranjeros".
La palabra "ciudadanía" tiene connotaciones de organización
política y geográfica. Pero el ser miembros de la comunidad del pac-
to no dependía de esto. Los israelitas lo eran, vivieran o no en Pales-
tina.
Para Pablo, Israel era la comunidad del pacto tanto en el Anti-
guo como en el Nuevo Testamento. En éste, la comunidad del pacto
es la iglesia. Pero Pablo creía que había existido un pueblo de Dios
antes de Cristo, que estaba determinado por la fe y obediencia y no
por la circuncisión física. Los gentiles no habían sido una parte de
esta comunidad.
Además, los gentiles habían sido "ajenos a los pactos" basados
en la promesa (v. 12). Los pactos constituían la base de la vida de
Israel. El concepto clave de Efesios 2:12 está contenido en el singu-
lar de "promesa", quizá porque, para Pablo, todas las promesas de
Dios estaban incluidas en la promesa única de un Mesías que venía.
Los gentiles habían estado ignorantes de lo actuado por Dios
con los israelitas. Habían vivido al margen de su actividad redento-
ra. No habían vivido por la fe en un Dios que cumple su promesa.
Más aún, no tenían "esperanza" (v. 12). Esto no se refiere a la expe-
riencia subjetiva de la esperanza, porque los gentiles tenían sus es-
peranzas y expectativas. Pero sean cuales fueren sus esperanzas, ha-
bían sido sin base y destinadas a la frustración.
Los gentiles no habían tenido la esperanza de la cual ningún
pueblo puede avergonzarse. La única esperanza válida es la esperan-
za que descansa en Dios. La esperanza bíblica no es una nostalgia
sentimental por una utopía, una expectativa sin base de que las co-
sas han de volverse mejores. La esperanza, en el Nuevo Testamento,
es la confianza en un Dios que ya ha revelado su poder y amor en la
historia humana. En Israel, el poder y amor de Dios habían sido ex-
playados en el Exodo, en la vida errante por el desierto y en otras
manifestaciones. Más tarde, Dios reveló, por medio de la resurrec-
ción del Mecías, que es digno de esperar en él. Hasta entonces, los
gentiles no habían poseído esta esperanza en un Dios que actúa para
redimir a su pueblo.
Finalmente, los gentiles estaban "sin Dios" (v. 12). Nuestra pa-
labra 'kteo" se deriva de la palabra traducida "sin Dios". Para no-
sotros, un ateo es alguien que no cree en ningún dios, de manera al-
guna. En el mundo antiguo, por lo general esto no era cierto. Los
gentiles creían en muchos dioses. Sin embargo, estaban sin Dios en
el sentido de que estaban sin el Único, verdadero y viviente Dios.
Los gentiles estaban sin Dios "en el mundo" (v. 12). La palabra
"mundo" 2 significa este universo físico, creado por Dios I Si es así,
la declaración de Pablo tiene un contexto patético y punzante. Las
palabras describen la suerte desesperanzada y mísera de la persona
que vive en el mundo de Dios, sola, privada de la companía de quien
le 'ha creado.
La persona sin Dios en el mundo puede tener muchos de los
bienes del mundo, pero esa persona está golpeada por la pobreza.
Puede tener mucho del poder del mundo, pero está desvalida. Estar
solo en el mundo, sin Dios, es la condición más patética y lamenta-
ble en que puede estar una persona. Tal persona no tiene una razón
definitiva para la existencia; no tiene una esperanza más allá del
aquí y el ahora.
"Mundo" también puede tener el mismo significado que carne.
Estar en el mundo, bajo su poder, determinado por sus costumbres
y metas, es lo mismo que estar sin Dios. No podemos estar seguros
de cuál de estas ideas prevalecía en el pensamiento de Pablo cuando
escribió esta frase.

11. La Pared Derribada (2:13-18)

Pablo apela a sus lectores para que se acuerden -o sea, para


que celebren con alabanza y adoración, en consagración y servicio-
lo que Dios ha hecho por ellos. Dios los ha librado de su condición
de desesperanza y alienación, pudiendo ahora celebrar el cambio ra-
dical en su existencia. Ese cambio era proclamado en las palabras
iniciales del versículo 13: "pero ahora". "Ahora" se presenta como
constraste de "en otro tiempo" del versículo 12.
La frase siguiente, "en Cristo Jesús", surge como contraste de
"sin Cristo", también en el versículo 12. En el versículo 13, el énfa-
sis está exclusivamente en la misericordiosa acción de Dios en favor
de los cristianos gentiles. El problema de la distancia, de la aliena-
ción, de ser un extraño, no era eliminado por nada de lo ya mencio-
nado. Ellos, que eran extranjeros, ahora, por estar "en Cristo", ha-
bían sido traídos cerca del pueblo de Dios. En Cristo no había ya
más extranjeros, sino que eran "conciudadanos de los santos" (Ef.
2:19).
La inclusión que Dios hizo de los gentiles, en su pueblo, fue he-
cha posible a través del gran hecho salvador: la muerte de Jesús en
la cruz. De ese modo, Pablo podía decir que los gentiles habían sido
hechos cercanos "por la sangre de Cristo" (el Mesías, v. 13), que es
lo mismo que decir que su alienación había sido resuelta por y a
través de la muerte del Mesías.
Ahora llegamos al pasaje clave de toda la Epístola. En este pa-
saje, Pablo define más claramente el papel del Mesías en la elimina-
ción de la distancia entre judíos y gentiles. También describe los re-
sultados de la obra del Mesías. Cuando escribió sobre la iglesia, se
refirió a la nueva comunidad creada por Dios a través de Cristo. En
esta comunidad, las antiguas divisiones habían sido trascendidas y
las metas de la unidad en Dios habían sido logradas.
Pablo comenzó con la afirmación más fuerte posible sobre el
papel de Cristo (Mesías). No dice que Cristo produce, trae o causa
la paz o hace que la paz ocupe su lugar. Más bien, Pablo afirma di-
rectamente: "El es nuestra paz'' (v. 14). El pronombre "él" en el co-
mienzo del versículo 14 es enfático, un hecho que no es destacado
por muchos traductores. Lo traducimos correctamente si decimos
que él mismo , o él, en su propia persona, es nuestra paz.
"Paz" no quiere decir meramente la cesación de hostilidades,
un interludio en las inacabables guerras del mundo, aunque éste era
el significado común en el griego no bíblico. El significado de la pa-
labra, en el texto, está determinado por sus antecedentes bíblicos.
En el Antiguo Testamento, shalom (paz) a menudo era usado para
describir una existencia de seguridad y bienestar que Dios produce.
En algunos contextos, es el equivalente de salvación.
Ciertamente, Pablo pensaba sobre la salvación cuando usaba la
palabra "paz" en el versículo 13. En este punto, estaba preocupado
por su significado en términos de la nueva relación que los cristia-
nos tienen entre sí. Más adelante, escribió sobre la nueva relación
con Dios, que también es una relación de paz. La primera es una
función de la segunda. La paz entre la gente y Dios significa paz en-
tre personas que han sido reconciliadas con Dios. En este pasaje de
Efesios, el orden fue determinado por el propósito inmediato de Pa-
blo, más bien que por las exigencias de una exposición teológica 1Ó-
gica.
Muchos argumentos se han presentado en cuanto al evangelio
personal frente al evangelio social. Estos argumentos tienden a divi-
dir lo que no está dividido en el Nuevo Testamento. Una correcta
relación personal con Dios implica, como elemento necesario, una
correcta relación con los demás. Desde este punto de vista, podemos
decir que las buenas nuevas sólo son sociales: el evangelio tiene que
ver con relaciones del principio al fin: las relaciones con Dios y las
relaciones en el seno de su pueblo.
Cuando Pablo usó la palabra "paz", tenía en mente una nueva
relación tanto con Dios como con los demás. Puede variar el énfasis,
pero, en todo caso, el uno presupone el otro. El énfasis sobre la rela-
ción con Dios y con los demás es la razón, por la cual, una iglesia
que cierra sus puertas a algunos por causa de raza, clase o cualquier
motivo que no sea una consideración evangélica es una contradic-
ción. La exclusibn es una evidencia del fracaso del evangelio más
bien que de su éxito. La exclusión contradice la enseñanza del Nue-
vo Testamento porque tal acción dice que Dios no hace lo que en-
seña (ver Gá. 2:ll-14).
2 Qué quiere decir la afirmación "él es nuestra paz"? (v. 14). La
afirmación enfatiza lo que hemos estado examinando. La paz no es
el resultado de algo que hacemos o no; no es producida porque viva-
mos de acuerdo con ciertas reglas. La paz se encuentra en la persona
de Cristo. La forma en que llegamos a experimentar esa paz es a
través de nuestra relación con él.
La eliminación del prejuicio y la hostilidad no surgen del proce-
so de educación, como muchos creen hoy. El fracaso de la educación
para eliminar la hostilidad puede ser atestiguado por un examen en-
tre los miembros de cualquier departamento de una universidad im-
portante. La gente que tiene los titÚlos más altos no tiene menos
hostilidad y desprecio que aquellos que no han alcanzado ese nivel
de educación. Tienen tanto o quizá más prejuicios.
Luego de esta notable afirmación, Pablo prosiguió dando las
razones por las cuales Cristo es nuestra paz. La primera razón es ne-
gativa. Cristo ha eliminado lo que dividía a los pueblos. Pablo se re-
fiere a este elemento divisivo en tres formas, todas las cuales apa-
rentemente son sinónimas.
A este elemento divisorio, Pablo lo llama la "pared intermedia
de separación", que separaba a los judíos de los gentiles (v. 14), las
enemistades (v. 15) y la ley de los mandamientos expresados en las
ordenanzas (v. 15).
Se han hecho muchas sugestiones sobre la posible fuente del
pensamiento de Pablo al usar la figura de una pared. Por supuesto,
en el mundo antiguo abundaban las paredes literales, como en el
mundo moderno.
Una pared o balaustrada dividía, en el templo, el patio de los
gentiles de la zona donde sólo tenían acceso los judíos. Sobre esta
pared había escritos carteles advirtiendo a los gentiles que no de-
bian ir más allá, bajo pena de muerte. La acusación contra Pablo, en
Hechos 21 :28b, fue que había llevado a Trófimo, un gentil, dentro
del área prohibida del templo.
Aun dentro del área permitida a los judíos, existían barreras.
Las mujeres no podían ir más aliá que el patio de las mujeres. Los
varones israelitas no podían ir más allá que del patio de Israel. Sólo
los sacerdotes podían entrar al patio de los sacerdotes y al santuario.
Pero, el santuario propiamente dicho, estaba dividido por un velo
más ailá del cual sólo podía ir el sumo sacerdote y, aun, sólo en el
día de la expiación (Yom K@pur).Cuando Pablo escribió acerca de
la pared de separación (v. 14), puede haber tenido en mente la aboli-
ción o destrucción de la pared que excluía a los gentiles. 0, puede
haber pensado en el velo del santuario que simbolizaba la distancia
entre el hombre y Dios.
Pero "pared" es una metáfora lógica para las hostilidades y
prejuicios que dividen a los pueblos y, probablemente no había una
pared específica en la mente de Pablo. Por supuesto, nuestro mundo
tiene sus murallas divisorias, como el muro de Berlín. Pero, aun
donde no hay barreras concretas evidentes, existen murallas donde-
quiera que viva gente. Están construidas con la sospecha, la incom-
prensión, el temor, el prejuicio y el odio.
Pablo declaró que Cristo derribó la pared divisoria. Además,
Cristo destruyó "las enemistades" (v. 14; BJ, "enemistad" como el
original). La enemistad puede estar personificada aquí, como Pablo
personifica el pecado y la carne en otros contextos. Puede tener en
mente un poder malo y opresor que se mantiene aferrado a la gente.
Por supuesto, Pablo tenía en mente la enemistad activa y personal
entre judíos y gentiles. La historia de sus relaciones ha sido de hos-
tilidad, aumentada a través de los siglos por periódicos actos de vio-
lencia. Se odiaban apasionadamente los unos a los otros. Pero la ma-
ravilla del evangelio era que destruyó ese odio y puso amor en su lu-
gar.
Luego, Pablo definió la enemistad, poniendo en conjunción con
ella, "la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas" (v. 15).
Esta frase es difícil de interpretar. En otros contextos, Pablo enseñó
que Cristo no destruyó la ley, sino que más bien la estableció o
afirmó (ver Ro. 3 :3 1). {Cómo hemos de entender esta frase aquí, en
Efesios? Probablemente debemos comenzar por notar que Pablo ca-
lifica la palabra "ley" con la frase "mandamientos expresados (NC:
formulada; VM: en forma de); en ordenanzas (NC: decretos; BJ,
preceptos)". Probablemente, en esta perspectiva está el uso que ha-
cían los judíos de los estatutos individuales de la ley, a fin de justifi-
car su exclusivismo. L a ley misma había llegado a ser una muralla
que separaba a los mundos judío y gentil.
En sus tradiciones orales, los judíos habían construido una ter-
ca alrededor de la ley. Multitud de reglas u ordenanzas surgieron
para gobernar cosas como la observancia del sábado. Construían la
pared cada vez más alta. Pablo, que era fariseo, se había nutrido en
esta forma de vivir y se había dedicado, asimismo, a destruir a los
cristianos, a fin de proteger la forma de vida basada en esas orde-
nanzas.
Jesús destruyó esta forma de usar o entender la ley. Hoy, algu-
nos de los seguidores de Jesús continúan usando la Biblia en la for-
ma en que los judíos usaban la ley. En base a interpretaciones indi-
viduales y prácticas, construyen cercos a su alrededor. Olvidan lo
que Pablo enfatizó en Efesios: lo importante es la relación, no las or-
denanzas. Por cierto, la posibilidad de la paz por medio de la rela-
ción ha destruido el camino de la ley como medio de salvación.
La destrucción de la barrera fue llevada a cabo "en su carne"
(v. 15). Esta frase es sinónima de la "sangre de Cristo" (v. 13) y "la
cruz" (v. 16). En su encarnación, Jesús enfrentó a los poderes malos
y los destruyó.
Pablo, primero, afirmó la obra del Mesías negativamente: des-
truyó al enemigo; luego, la afirmó positivamente: el propósito de
Cristo es el de "crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre" (v.
15). El verbo es "crear" y no "hacer" (NC). La iglesia no fue organi-
zada o fundada por seres humanos. La iglesia fue creada por Dios a
través de Cristo. El "nuevo hombre" es la nueva raza, el nuevo pue-
blo de Dios. Como Pablo escribió en una epístola anterior: "Ya no
hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer;
porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gá. 3:28).
Con esta creación, una nueva era, la última, ha comenzado. El
propósito de Dios, de unidad para la raza, había sido destruido por
el pecado. Como consecuencia, la alienación llegó a estar a la orden
del día. Para Pablo, la hostilidad entre judíos y gentiles era una ex-
presión de la alienación que perturbó el propósito de unidad de
Dios. Pero, en su nuevo acto de creación, Dios había expresado su
propósito eterno. El poder de Dios era mayor que el poder del mal.
Las antiguas divisiones de la humanidad eran resueltas en su nuevo
y poderoso acto de creación.
Un confuso tipo de teología hace a Dios el autor de las divisio-
nes del mundo. Esta es una teología perversa, porque pone todo al
revés. Dios se transforma en Satanás y Satanás llega a ser Dios, en
cuanto a que el propósito y la obra de Satanás son atribuidos a
Dios. Pablo entendía que el propósito de Dios era el de derribar to-
das las barreras levantadas por la gente bajo el poder del pecado. El
propósito de Dios ciertamente no incluye el levantar esas barreras.
Cristo eliminó la barrera que separaba a los judíos y gentiles, a
fin de "reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo" (v. 16). El
punto primordial es la reunión de elementos distintos y hostiles de
la humanidad en el acto de la reconciliación. Cristo no reconcilió a
los judíos con Dios al margen de los gentiles, ni reconcilió a los gen-
tiles al margen de los judíos. Simultáneamente, el trabajo de recon-
ciliación de Dios tiene dimensiones verticales y horizontales. La re-
conciliación es al mismo tiempo con Dios y con los demás. Todos
los que vienen a Dios deben venir juntos.
Tal como Pablo entendió la iglesia, ella ha removido las estruc-
turas paganas de raza, política y clases sociales. Ha trascendido las
viejas animosidades y arrogancias. La reconciliación de los gentiles
y judíos con Dios ocurre "en un solo cuerpo" (v. 16). "Cuerpo" evi-
dentemente se refiere a la iglesia como cuerpo de Cristo. Esta es una
figura que Pablo analizará más adelante en la epístola (4:15,16). La
figura había sido introducida en cartas anteriores, con diferentes
énfasis (ver 1 Co. 12:12-27; Ro. 12:48).
Efesios 2:17 es una referencia al ministerio público de Jesús el
Mesías. Contiene una cita de Isaias 57:19. Esta cita era una forma
de indicar que Jesús cumplió las expectativas mesiánicas del Anti-
guo Testamento como mensajero de la paz de Dios.
Pero, Cristo no sólo fue el proclamador de la paz o salvación de
Dios. El es el instrumento por medio del cual la paz llegó a ser una
realidad. Esta verdad es declarada en el versículo 18. Por medio de
él, "ambos", judíos y gentiles, "los unos y los otros tenemos entrada
por un mismo Espíritu al Padre".
En 2:18, Pablo escribió sobre la adoración. La función de
sacerdote había llegado a ser innecesaria por el cumplimiento y el
papel sacerdotal definitivo de Cristo. Por medio de él, ahora todos
pueden aproximarse a Dios. No quedan barreras limitativas en el
santuario. Todos los creyentes van más allá del velo, por medio de
Cristo. La adoracibn a Dios es inmediata, directa, personal.
Además, Pablo califica este acceso: es "por (BJ: "en") un mis-
mo Espíritu" (v. 18). Probablemente "Espíritu" se refiere al Espíri-
tu de Dios. El énfasis está sobre "un". Un Espíritu está presente,
dinámicamente, en los creyentes judíos y gentiles, no dos o tres
Espíritus. El Espíritu es un poder unificador que opera en la iglesia.
La iglesia está ligada en una experiencia del Espíritu y por la acción
del Espíritu en su vida.
En el Nuevo Testamento no aparece desarrollada ninguna doc-
trina de la Trinidad como tal. Sin embargo, a partir de pasajes como
Efesios 2:ll-18, los cristianos desarrollaron más tarde sus formula-
ciones trinitarias.
111 El Nuevo Templo de Dios (2:19-22)
Pablo vuelve a desarrollar la idea introducida en el versículo
13, a fin de dar pensamientos adicionales sobre el significado de la
iglesia. "Extranjeros y advenedizos" (v. 19) describe a dos gmpos
ajenos en Israel. El primer término,a menudo era usado para aque-
llos elementos foráneos que se establecían y levantaban su hogar en
territorio israelita. Lo que Pablo quería decir es que la terminología
ya no se aplicaba a la iglesia. No existe cosa tal como un extranjero.
Todos los creyentes gentiles son l'conciudadanos de los santos"
(v. 19), del pueblo que pertence a Dios. Todos son miembros de la
comunidad de Israel. Esta frase contiene terminología política. La
frase siguiente tiene terminología familiar. Todos son "miembros de
la familia de Dios" (v. 19). Todos los creyentes son hermanos y her-
manas, pertenecientes a una familia, cuya cabeza o Padre es Dios.
De la terminología social, Pablo se mueve a la idea de una cons-
tmcción para describir a la iglesia. La iglesia está edificada "sobre
el fundamento de los apóstoles y profetas'' (v. 20). Los "apóstoles"
eran los testigos vivientes, con un conocimiento personal sobre la
resurrección de Cristo. Sin su testimonio, la iglesia no habría llega-
do a existir. "Profetas" probablemente se refiere a los predicadores
cristianos. Los profetas eran aquellos que procladaban la palabra de
Dios a las iglesias. Por medio de ellos, Dios revelaba su voluntad a
la iglesia en relación con las nuevas decisiones, acciones y actitudes
que se debían adoptar ante los cambios con los cuales era confronta-
da permanentemente.
En otro contexto, Pablo escribió que Jesucristo es el fundamen-
to de la iglesia (1 Co. 3:ll). Sin embargo, en Efesios 2:20, usó una
metáfora distinta. Lo hizo porque el énfasis era en la unidad. Por lo
tanto, escribió que Jesucristo es la "principal piedra del ángulo" o
quizá mejor, la piedra clave (v. 20). Esta piedra era la piedra final
que se colocaba en el edificio, quizá en el arco de la puerta. Mante-
nía todo el edificio en su lugar, evitaba que se cayera y preservaba
su integridad. Jesús es la piedra clave que completa la iglesia y le da
unidad y permanencia.
En el versículo 21, Pablo deja claro el tipo de edificio que tenía
en mente. Es un "templo santo", un lugar para la adoración de Dios.
Algunos han dicho que Pablo desacratiza los lugares sagrados. Para
Pablo, no había edificios sagrados; ninguna estructura levantada
por hombres era un santuario. El templo de Dios es una persona (1
Co. 6:19), o la iglesia, el pueblo de Dios (ver también 1 Co. 3 :16).
En Cristo, el templo es edificado en conjunto. La imagen en el
versículo 21 es la de moldear y colocar las piedras, de modo que
constituyeran un todo armonioso. Pablo, también dijo, que en Cris-
to esta estructura "va creciendo'' hasta ser un templo (v. 21). Pablo
sabía bien que la iglesia no era una obra terminada. Escribió sobre
esta verdad más adelante en Efesios. Pero, Pablo tenía confianza de
que seria completa porque la obra es obra de Dios.
En el versículo 22, Pablo declara el propósito del templo. Es
"un templo santo (BJ "morada") de Dios en el Espíritu". Es un tem-
plo del Espíritu Santo, tal como Pablo escribió en 1 Corintios 3:16.
El significado primordial del Espíritu Santo es dilucidado en esta
afirmación. El Espíritu Santo es Dios presente con su pueblo. La
presencia del Espíritu Santo es la señal de que la iglesia es realmen-
te la iglesia. La iglesia no puede existir al margen del Espíritu San-
to.
Una vez más, necesitamos reconocer que el principal interés de
Pablo era el concepto de la unidad. Las traducciones que ponen en
el versículo 22, "sois edificados", en presente, son correctas, ya que
se adecúan al verbo griego compuesto. Literalmente, los creyentes
están siendo edificados juntos para ser una morada del Espíritu. El
proceso de construcción está en desarrollo. El proceso envuelve a to-
dos los creyentes. Pablo no sabía nada de una religión privada o un
crecimiento cristiano privado. Todo crecimiento cristiano tiene lu-
gar en la fraternidad de la iglesia.
La Obra Continua de Dios

Una tendencia permanente de la sociedad actual


es la de despreciar a la iglesia. Algo de este menospre-
cio refleja un disgusto por cualquier tipo de organiza-
ción, como si la organización pudiera ser evitada en la
sociedad humana. Esta tendencia también refleja una
interpretación íntima, personal de la religión.
Algunas personas dicen: "Puedo adorar a Dios
igual o mejor yo solo. No necesito a la iglesia." Tal ac-
titud está en el polo opuesto del criterio de Pablo ex-
presado en Efesios 2:ll-22. De la misma manera se
puede decir que un montón de piedras tiradas en el
suelo no necesitan las unas de las otras para hacer un
edificio.
El propósito final de Dios no es el de crear piedras
individuales. Su propósito es el de poner juntas las pie-
dras para formar un templo viviente y eterno.
Las iglesias modernas invierten mucho de su
tiempo, energía y recursos levantando edificios. Este
febril anhelo por la construcción llama la atención,
porque no hay nada en el Nuevo Testamento que lo
justifique. Necesitamos examinar nuestras actividades
para determinar si son necesarias para la función mo-
derna de la iglesia y si son agradables a Dios. De otra
manera, nuestros esfuerzos son malgastados en
gran medida.
Del Nuevo Testamento aprendemos que Dios está
interesado en reunir a su pueblo para formar una nue-
va humanidad. Hacia allí es donde deben ser dirigidos
nuestros énfasis y esfuerzos. La edificación del cuerpo
de Cristo, en fe y amor, es una actividad primordial
del Espíritu de Dios, y esa obra de edificación debe ser
una de nuestras principales preocupaciones.
Levantar edificios de ladrillos y cemento es más
f&c;i que permitir que Dios utilice su templo. A fin de
que Dios haga su obra, debemos permitir que su Espí-
ritu actúe sobre nuestro orgullo y prejuicio. Debemos
permitir a Dios que nos coloque a todos entre las pie-
dras vivientes. No podemos elegir los bloques del edi-
ficio. Esa elección es la obra de Dios.

Actividades Personales de Aprendizaje

1. Pablo dividió al mundo en dos grandes divisiones. Seleccione la


respuesta adecuada en la siguiente lista:
(1) Rico y pobre
(2) Sabio e inculto
(3) Judío y gentil
(4) Hombre y mujer
2. En el Nuevo Testamento, "esperanza" a menudo significa un
deseo ansioso.
V e r d a d e r o Falso-
3. En la declaración de Pablo "El es nuestra paz", la palabra "paz"
significa -(Elija la respuesta adecuada de la lista):
(1) Cesación de hostilidades entre las naciones.
(2) Fin de las diferencias personales.
(3) Bienestar producido por Dios, salvación.
4. El doctor Tolbert entiende que la frase de Pablo "pared de sepa-
raci6n" tiene detrás de sí la idea de. . . (Elija de la lista la res-
puesta correcta):
(1) Una barrera en el templo
(2) Un cerco de piedras
(3) Una pared en una casa
(4) Nada específico, sino la hostilidad y el prejuicio.
5. En Efesios 2:15, la frase "nuevo hombre" es -(Seleccione
la respuesta adecuada de la lista):
(1) Una nueva persona
(2) La nueva raza, el nuevo pueblo de Dios
(3) Un individuo reformado
6. Para Pablo, la reconciliación significa la relación con Dios, pero
no necesariamente la relación con los demás. Verdadero-
Falso-
7. Para Pablo, el santo templo de Dios e s (Elija la respuesta
adecuada de la lista):
(1) Una estructura futura
(2) El nuevo pueblo de Dios
(3) El edificio de un templo

Respuestas :
l. (3); 2. Falso; 3 (3); 4 (4); 5. (2); 6. Falso; 7 (2).
CAPITULO 5

Pablo: Apóstol a los Gentiles


Efesios 3: 1-13

1 Un Prisionero por los Gentiles (3:l)


Efesios 3 :1- 13 comienza con una referencia personal, que alude
probablemente a la propia situación de Pablo al tiempo de escribir la
carta. Se describía a sí mismo como "prisionero de Cristo Jesús por
vosotros los gentiles". Más adelante en este pasaje, Pablo también
se refiere a sus sufrimientos por los lectores (3: 13). A partir de estas
indicaciones, los intérpretes han dado por sentado que Efesios fue
escrita desde la prisibn. Muchos creen también que su prisión fue en
Roma, aunque Efesios no nos da ninguna ayuda al respecto. Si estas
conclusiones son correctas, las primeras cartas de Pablo (especial-
mente 2 Co. 8 y 9; Ro. 15) y Hechos 20-28 nos ayudan a entender
por qué Pablo se refiere a su prisión como lo hace en Efesios.
En los años finales de s u ministerio en el Medio Oriente, Pablo
se había ocupado activamente en levantar una ofrenda para los ju-
díos empobrecidos de Judea (ver 1 Co. 16: 1; 2 Co. 8, 9; Ro. 15). Ha-
bía tenido muchas esperanzas para esa ofrenda. Podía aliviar un su-
frimiento físico; también podía ayudar a derribar la pared de hostili-
dad entre cristianos judíos y gentiles. Al dar la ofrenda, los gentiles
reconocerían su deuda con sus hermanos judíos (ver Ro. 15 :26, 27),
pues el evangelio les había llegado por medio de los judíos. Al recibir
la ofrenda, los creyentes judíos reconocerían la presencia de la insu-
perable gracia de Dios, que era la razón del amor y la preocupación
de sus hermanos (ver 2 Co. 9:12-14).
Para Pablo, el permanente prejuicio y hostilidad entrc judíos y
gentiles, en la comunidad cristiana, contradecía seriamente el evan-
gelio. Por lo tanto, era extremadamente importante tratar ese pro-
blema.
Cuando llegó el momento de llevar la ofrenda a los cristianos
judíos, Pablo decidió ir con el grupo encargado de esa responsabili-
dad. Hizo su decisión aun cuando eso podía significar un gran retra-
so en sus planes de evangelizar la provincia romana de España.
Además, tenía conciencia de que estaría arriesgando su vida. Su de-
cisión de ir a Jerusalén muestra cuánto significaban para él las rela-
ciones entre los cristianos judíos y gentiles.
Después que Pablo llegó a Jerusalén, se vio atacado por una
turba en el templo. Unos judíos de Asia le acusaron de llevar a Tró-
fimo, un gentil, a la zona prohibida del templo (ver Hechos 21 :27-
29). Si los soldados romanos no hubieran intervenido rápidamente,
Pablo hubiera sido linchado.
El punto principal es éste: Toda la hostilidad de los judíos era
dirigida contra Pablo, porque él, un judío, predicaba que los gentiles
estaban incluidos en el plan redentor de Dios sobre una base igual
que los judíos. Pablo era considerado un renegado judío, un traidor
a las tradiciones en las cuales había sido criado.
Desde Jerusalén, Pablo fue trasladado a Cesarea, donde perma-
neció dos años. Desde Cesarea fue llevado a Roma, donde, probable-
mente, escribió Efesios.
La información anterior proporciona un trasfondo para la des-
cripción que Pablo hace de sí mismo en Efesios 3:l. Era prisionero
por los gentiles. Su prisión era un resultado de la predicación del
evangelio a los gentiles. Deseaba pagar cualquier precio a fin de ser
el instrumento de Dios para evangelizarlos. Las autoridades roma-
nas encarcelaron su cuerpo, pero, realmente, él no era un prisionero.
Era un "prisionero de Cristo Jesús". Jesús había capturado su cuer-
po y espíritu. No pertenecía a otro amo. Si Cristo no hubiera poseí-
do a Pablo, Pablo no habría sido un prisionero romano cuando escri-
bió Efesios.
Jesús capturó a Pablo con un propósito: hacer de Pablo el canal
por el cual el amor redentor de Dios pudiera llegar al mundo paga-
no. Esto puede ser lo que Pablo quiso decir cuando se describió a sí
mismo como "prisionero de Cristo Jesús, por vosotros los gentiles"
(v. 1).

11 La Revelación del Secreto de Dios a Pablo (3:Z-6)


En el versículo 1, Pablo probablemente pretendía comenzar
una oración. Luego, en el versículo 2, abruptamente deja este pensa-
miento a fin de describir su papel como ministro a los gentiles. Fi-
nalmente, en el versículo 14, vuelve a su oración.
La afirmación de Pablo en el versículo 2 parece indicar que no
conocía personalmente a sus presuntos lectores, porque da por sen-
tado que han oído de su papel en el plan de Dios. Como Pablo había
trabajado en Efeso por unos tres años, los efesios tienen que haber
llegado a conocerle bien. Si estaba escribiendo a esta gente, no ha-
bría hecho una presunción sobre su relación con el ministerio. A la
vez, tampoco habría sentido la necesidad de explicar su papel en las
misiones a los gentiles.
Pablo describe su función en el plan redentor de Dios como una
"administración" de la gracia de Dios (v. 2). Como hemos notado
previamente, "administración (oikonomia) tiene dos significados
básicos. La palabra puede referirse a un plan o a un arreglo. O pue-
de referise a la responsabilidad del administrador o mayordomo.
Aquí, este último significado cuadra mejor con el contexto. Proba-
blemente, Pablo tenía en mente su propia responsabilidad, la que
Dios le había dado.
¿Qué quería decir Pablo cuando escribió "de la administración
de la gracia de Dios que me fue dada"? (v. 2). Una posibilidad es
que Pablo pensaba en su misión como en una administración de la
gracia de Dios a los gentiles. Esta interpretación plantea algunos
problemas. Un problema surge de la gramática del texto, donde el
participio "dada" modifica a "gracia" más que a "administración".
Probablemente, debemos entender que Pablo veía su papel -el de
apóstol a los gentiles- como algo que debía solamente a la gracia de
Dios. No era digno de la misión a la cual Dios lo había liamado. In-
digno como era, Pablo sabía que Dios le había dado esta gracia -
este favor inmerecido- para cumplir un papel crucial al abrir el ca-
mino a los gentiles hasta la comunidad nueva de Dios. A él le fue
dada la oportunidad de predicarles las buenas nuevas.
{Cómo supo Pablo de ese plan de Dios? Escribe que fue "por
revelación" (v. 3). "Revelación" subraya simplemente el hecho de
que Dios era la fuente de lo que Pablo veía.
Pablo no describe los medios de revelación o su experiencia
cuando la recibió. Creía que Dios, por medio de su Espíritu, estaba
activo en el mundo y que podía comunicarse con su pueblo (ver 1
Co. 14:6, 26). Desde este punto de vista, la revelación nunca cesa.
Creemos que Dios se revela en una serie única de hechos, que culmi-
naron en su revelación por medio de Jesucristo, y que continúa re-
velándose a su pueblo por medio de su Espíritu.
Pablo clasificó su revelación particular de parte de Dios, y la
exposición similar de Dios a otros, en una categoría especial. La re-
velación de Dios a Pablo hizo conocer un elemento clave en el plan
eterno de salvación de Dios. Esta acción de mostrarse a Pablo no
era una revelación más; era una revelación crucial. Dios había reve-
lada a Pablo "el misterio" o, aún mejor, el secreto. Previamente, el
secreto había sido desconocido. Pero Dios no había tenido la inten-
ción de que Pablo mantuviera la revelación como un secreto. Tenía
que publicar el secreto de Dios en la manera más amplia posible.
"Como antes lo he escrito brevemente" (v. 3) puede referirse a
una carta que Pablo había escrito previamente. Pero, con mayor
probabilidad, señala a lo que Pablo ya había escrito sobre el secreto,
en Efesios (1 :7-10).
Pablo definió el secreto como el "misterio (secreto) de Cristo"
(el Mesías) (v. 4). Pablo entendió que la función del Mesías al crear
una nueva humanidad constituía la revelación que Dios le había da-
do.
Pablo mencionó a dos grupos de personas como recipientes de
la nueva revelación de Dios. Ciertamente, Pablo estaría de acuerdo
con que Dios se había revelado a sí mismo a los profetas del Anti-
guo Testamento. Sin duda, estaría de acuerdo en que ciertos escri-
tos eran la revelación de Dios al mundo, y cita algunos pasajes del
Antiguo Testamento, en Efesios.
Este secreto o "misterio" era el elemento que no había sido co-
nocido antes (v. 5). La gente sabía que Dios estaba activo. Ellos ha-
bían recibido y entregádo la palabra de Dios a sus generaciones.
Pero no habían tenido conciencia de lo que Dios pretendía con toda
su actividad. Realmente, no había entendido hacia dbnde llevaba la
actividad de Dios.
Pero, en su propio tiempo, Dios había determinado dar esta vi-
sión de su secreto "a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu"
(v. 5). Los apóstoles eran un grupo especial con una función única
en el propósito redentor de Dios. Eran aquellos a quienes se había
aparecido el Señor resucitado, y a quienes había dado su comisión.
Pablo se consideraba a sí mismo como uno de ese grupo.
Los apóstoles eran testigos de la vida, muerte y resurrección de
Jesús. Cumplían para los primeros cristianos la función que el Nue-
vo Testamento, el testimonio apostólico, cumple para nosotros hoy.
Pero lo que Pablo escribió a los Efesios va más allá de eso. Ser un
testigo viviente de la muerte y resurrección de Jesús era una cosa;
comprender el significado del hecho era otra. Esta comprensión del
hecho de Cristo era el secreto que Dios había hecho conocer a los
apóstoles. Gálatas 2:9 corrobora el hecho de que los apóstoles, amén
de Pablo, habían entendido el ámbito del plan redentor de Dios. De
acuerdo con el propio testimonio de Pablo, Santiago, Cefas (Pedro)
y Juan compartieron su comprensión del evangelio.
Pablo llama a este grupo "santos apóstoles" (v. 5). Esta frase
tiene un sonido distinto para nosotros de lo que tuvo para Pablo.
Para nosotros, "santos" significa, especialmente, "buenos" o "pia-
dosos". Pero Pablo usa esta palabra en el sentido bíblico de lo que
pertenece a Dios. Cualquier cosa es santa cuando ha sido apartada
para el servicio de Dios. Para Pablo, los cristianos eran santos. Uno
/de sus términos favoritos para todos los creyentes era la palabra que
nosotros traducimos "santos" en versículos como Romanos 1:7,
15:26; 1 Corintios 1:2; Efesios 1:l. Los santos pueden haber sido
malos, buenos o mediocres. Pero eran santos porque eran el pueblo
de Dios.
Así pues, llamar santos a los apóstoles no les distinguía necesa-
riamente de otros cristianos. El término sí distinguía a los apóstoles
de los mensajeros o emisarios del mundo secular. Los apóstoles eran
agentes de Dios, comisionados para entregar su mensaje.
Los "profetas" mencionados por Pablo, sin duda, eran profetas
neotestamentarios. Una de las enseñanzas neotestamentarias bási-
cas es que, con el hecho salvador de Jesucristo, el Espíritu había
sido dado a la iglesia. Uno de los dones del Espíritu era el don de
profecía.
La profecía era simplemente la proclamación de la palabra de
Dios a su pueblo. Lamentablemente, hoy la palabra "profecía" tiene
la connotación de predicción. Este es el significado que, a menudo,
atribuimos a los pasajes bíblicos. Sin embargo, la profecía puede re-
ferirse al presente, pasado o futuro; es la proclamación del mensaje
que una persona recibe de Dios, cualquiera sea el mensaje.
En el versículo 6, Pablo afirma el contenido de este mensaje
profético. Dios había revelado que los gentiles serían incluidos en
Israel, la comunidad redimida, sobre la misma base que los judíos.
No habían de ser ciudadanos de segunda categoría en la comunidad
del pacto. La política que Israel había seguido al tratar con los gen-
tiles no había de ser el modelo para la iglesia. Términos como "ex-
tranjero", "pasajero" y "prosélito" ya no debían ser usados.
Las traducciones tienen dificultad para preservar el énfasis de
Pablo sobre la igualdad de los gentiles con los judíos para compartir
las bendiciones de Dios. En el versículo 6, cada palabra que describe
la nueva situación de los gentiles en la iglesia, tiene un prefijo que
significa "con". Estas palabras podrían ser traducidas "coherede-
ros", "co-miembros del cuerpo", "copartícipes de la promesa".
En la descripción de la nueva situación de los gentiles, Pablo
comenzó con el futuro y se movió al pasado. En el futuro, los genti-
les compartirán sin prejuicio todas las bendiciones de la eternidad.
Son sus coherederos. Dios no hará distinción entre sus hijos. En el
momento, los gentiles eran miembros del cuerpo -la iglesia- tal
como lo era cualquier judío creyente. Eran miembros "del mismo
cuerpo" (v. 6). También compartían como beneficiarios en las pro-
mesas de Dios sobre la misma base que los judíos. Eran copartícipes
"de la promesa".
En el versículo 6, las promesas están incluidas en la promesa
única. Esta era la promesa de Dios realizada en el Mesías, en Jesús.
La inclusión de los gentiles tuvo lugar por medio del evangelio.
Cuando éste fue proclamado a los gentiles y ellos respondieron a él,
aquellos que una vez fueran excluidos llegaron a ser miembros del
pueblo de Dios, sin vestigio de prejuicio o confiabilidad.

111 La Revelación del Secreto de Dios a Través de Pablo


(3:7-13)
Pablo había sido hecho "ministro" del evangelio para todos (v.
7). La palabra "ministro" traduce el término griego que significa
"siervo" y describe la función de atender a las masas.
La relación de Pablo con el evangelio, por lo tanto, estaba en su
correcta perspectiva. Su llamado era a servir al evangelio. Este sen-
tido de llamamiento es contrario a la tendencia observada tan a me-
nudo hoy según la cual la gente usa al evangelio para el logro de sus
propios fines. El siervo del evangelio no lo explota para tener poder
o provecho. Su vida está ordenada por él y obtiene su significado en
el servicio que demanda. El evangelio ha sido destinado para todos
y Pablo lo cumplía cuando lo proclamaba a los gentiles.
Además, Pablo definió su ministerio como "el don de la gracia
de Dios" (v. 7). Esta verdad fue enfatizada por el uso de la frase mo-
dificadora con redundancia. Era un don de la "gracia" de Dios.
"Gracia" es el amor inmerecido de Dios que viene a nosotros sin to-
mar en cuenta nuestros logros o méritos. Todo lo que sea una expre-
sión de la gracia de Dios viene a nosotros como un don.
Pabio continúa definiendo su ministerio con la frase "según la
operación de su poder" (de Dios) (v. 7). Esta frase aporta la idea de
que Pablo no realizó nada por medio de sus propias fuerzas. Si por
la proclamación del evangelio por él, había gente convertida, vidas
que habían sido cambiadas, iglesias que se habían creado, todo tenía
que ser explicado en términos del poder de Dios. Pablo no admitía
crédito alguno por lo logrado en su ministerio.
A fin de hacer aún más enfática la increíble maravilla de la gra-
cia de Dios, Pablo continúa describiéndose como "el más pequeño
de los santos" (v. 8). Como notamos previamente, "santos" en esta
frase incluye a todo el pueblo de Dios. Lo que Pablo quería decir era
que de todos los santos, él era el candidato menos imaginable para el
papel al cual Dios lo había llamado. Sin duda, la razón de Pablo para
decir esto era su anterior hostilidad hacia el evangelio. Había sido
un líder en la persecucibn de la iglesia. Había odiado el nombre de
Jesús con profunda y arrebatadora pasión. A causa de él, habían su-
frido los seguidores de Jesús. Había percibido que el evangelio ame-
nazaba el exclusivismo de los judíos. De ese modo, había llegado a
ser un enemigo irreductible de la iglesia.
Podemos entender lo que Pablo quería decir con "gracia" sólo
cuando recordamos su trasfondo. Para Pablo, "gracia" significaba
un amor completamente inmerecido. Había sido un rebelde comple-
to contra Dios cuando éste le había salvado y llamado. No podía
atribuir su salvación a ningún mérito personal. No había estado
buscando el ser salvo; no había estado llorando en un banco de peni-
tentes y no había estado pidiendo a Dios que cambiara su vida. La
única forma en que podía explicar la acción de Dios a su favor era
en términos de gracia.
Al escribir sobre su ministerio, Pablo lo dividió en dos partes.
Una de sus responsabilidades era "anunciar entre los gentiles las
inescrutables riquezas de Cristo" (v. 8). Pablo se consideraba el
apóstol a los gentiles. Dios le había dado la tarea del pionero. Ha-
biendo sido el fariseo de los fariseos, ahora había sido elegido para
derrumbar las paredes que personas como él habían levantado para
separar a los judíos y los gentiles. Había sido llamado a llevar el
mensaje del poder salvador de Dios a aquellos que él, antes, había
considerado fuera del alcance del plan redentor de Dios.
La paradoja del predicador se comunica, tal vez inconsciente-
mente, por la frase de Pablo que dice "anunciar. . .las inescrutables
riquezas de Cristo". "Inescrutables" describe lo que está más allá de
lo que puede comprender la mente humana o expresar la lengua hu-
mana. De modo que, Pablo admitía que la tarea a la cual había sido
enviado estaba más allá de su capacidad de lograr algo. En un senti-
do real, aquellos que predican el evangelio están llamados a hacer
algo en 10 cual están destinados a ser un fracaso desde el comienzo.
La mente no puede entender, ni las palabras describir, lo que Cristo
significa para las personas que se vuelven a él en fe. La arrogancia
es un pecado del cual son culpables muchos predicadores. Algunos
predicadores egocéntricos son orgullosos porque creen que se expre-
san mejor que otros. O quizá su estadística es mejor. Pero la humil-
dad es la única posición adecuada del predicador sincero. Cuando
compara lo que ha dicho con la realidad de lo que trata de presentar,
siempre comprende que ha fallado miserablemente. S610 el poder de
Dios puede tomar las palabras de los predicadores y hacer que resul-
ten efectivas y productivas.
Pablo describió el segundo aspecto de su ministerio en el
versículo 9: "aclarar a todos cuál sea la dispensación (VM, adminis-
tración) del misterio".
La palabra traducida "dispensación" en RV es la palabra grie-
ga oikonomla. Como hemos notado previamente, éstj~es una de las
dos posibilidades principales para entender el término. El contexto
parece exigir la elección de este significado en este lugar, más bien
que "administración" como se traduce en 3:2.
Pablo quería ayudar a la gente a entender este maravilloso plan
de redención, puesto en ejercicio por medio de Jesús el Mesías, un
plan tan vasto en su alcance que podía incluir tanto a los gentiles
como a los judíos. Pablo no sólo sentía una responsabilidad de pre-
dicar el evangelio a los gentiles; también era llamado a ayudar a los
judíos a entender que Dios había incluido a aquéllos. Por el otro la-
do, quería que los gentiles entendieran el lugar de los judíos en la re-
dención de Dios (ver Ro. 11). Esta comprensión era esencial paraju-
dios y gentiles si querían aceptarse unos a otros como copartícipes
del cuerpo de Cristo.
El secreto de Dios había sido "escondido desde los siglos" (v.
9). Pablo reconoció que las generaciones previas no habían logrado
percibir la intención de Dios de reunir a gentiles y judíos en el Me-
sías. Algunos dan a este concepto el nombre de "revelación progre-
siva". Sin embargo, este término puede producir una connotación
errónea. Si por "revelación progresiva" queremos significar que la
humanidad ha aumentado su capacidad de entender las palabras y
caminos de Dios, esta idea era extraña a Pablo. Sin embargo, si que-
remos decir que Dios ha expuesto su propósito paso a paso a su
pueblo, entonces estamos cerca del concepto paulino de revelación.
La acción de Dios y no el progreso del hombre era lo determinante
para Pablo.
Pero él creía que lo que Dios estaba haciendo tenía significado
más allá de la escena humana. "Para que la multiforme sabiduría de
Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principa-
dos y potestades en los lugares celestiales" (v. 10). El milagro que
produjo la existencia de la iglesia tenía un efecto cósmico. Cuando
Pablo se refiere a "principados y potestades", probablemente tenía
en mente los poderes espirituales hostiles de los cuales los cristianos
habían sido liberados por el evangelio. Eran los poderes que se opo-
nían a la obra de Dios. Eran los enemigos de Dios que estaban tra-
tando de fragmentar su universo. Pablo creía que estos poderes po-
dían ver lo fútil de sus esfuerzos para frustrar el propósito de Dios.
La demostración de sabiduría de Dios ante esos poderes fue
hecha "por medio de la iglesia" (v. 10). La iglesia es la evidencia de
la multifacética "sabiduría" de Dios. Realmente, ésta es una idea
sorprendente. Cuando la gente ha buscado pruebas de la existencia
de Dios, a menudo se ha vuelto a la naturaleza. Cuando ha tratado
de exaltar su sabiduría, frecuentemente ha señalado lo intrincado de
la ley natural. Pero, Pablo creía que se debe mirar a la iglesia a fin de
ver cómo son de maravillosos los caminos de Dios.
La iglesia -donde personalidades dispares, hostiles, inconcilia-
bles han sido reunidas en una familia de amor- es la mayor demos-
tración del fracaso de las fuerzas hostiles. En esto, los prejuicios que
han envenenado los corazones de los hombres han sido enfrentados.
En eila las paredes de raza, clase y cultura que han aislado a las gen-
tes unas de otras, han sido derribadas. Quizá a la luz de este concep-
to de la iglesia, podemos empezar a entender por qué las relaciones
en la iglesia eran tan importantes para Pablo. Una iglesia dividida
por prejuicios y hostilidades del mundo es una contradicción. Donde
existen tales iglesias divididas, los poderes del mal pueden señalar-
las y burlarse de Dios.
Pero, donde la gracia y el amor han unido a las gentes, es evi-
dente la señal del futuro de Dios. Las poderosas fuerzas que traían
epidemias, crimen, guerra, hambre y soledad al mundo han sido de-
rrotadas.
De modo que la iglesia es la pieza cumbre en la exhibición de
Dios. Aun en las iglesias en el tiempo de Pablo, este concepto a me-
nudo era más una promesa que una realidad. Pero esta promesa pro-
porcionaba la exigencia bajo la cual vivía la iglesia; era un patrón
por el cual el pueblo de Dios medía su vida en conjunto, como igle-
sia. Y en algunos casos, como en la experiencia de Pablo, la promesa
había sido concretada.
Nuevamente, en el versículo 11, se nos recuerda que la acción
de Dios por medio de la iglesia no es un arreglo armado de emergen-
cia. El uso redentor de la iglesia, por Dios, estaba de acuerdo con el
carácter central del Mesías en este plan redentor. Por medio de Cris-
to Jesús, Dios ha cumplido su propósito.
Pablo escribió primero sobre la nueva relación de los creyentes
entre sí. Después de esto, en el versículo 12, comenzó a describir su
nueva relación con Dios. Este ya había sido su orden en 2:13-22.
Este orden debía recordarnos lo errados y confusos que son algunos
conceptos contemporáneos acerca del evangelio. Algunos menospre-
cian la participación en las preocupaciones sociales. Dicen que su
único interés importante es hacer que las gentes estén en orden con
Dios. Pero Pablo sabía que, quienes no están en orden unos con
otros no pueden estar bien con Dios.
Por medio de Jesucristo, los gentiles y judíos han sido puestos
juntos en una nueva fraternidad unos con otros. A la vez, por medio
de él, tienen nuevas posibilidades en su relación con Dios.
Esta nueva posición hacia Dios se caracterizó, primero, por la
"confianza" (v. 12). Los creyentes ya no estaban aterrorizados e in-
seguros de sí mismos delante de Dios. La palabra "confianza" tiene
que ver especialmente con la confianza al hablar. Pablo puede haber
estado pensando en la oración cuando usó esa palabra. Los creyen-
tes pueden hablar con Dios sin temor; pueden poner delante de él
todo lo que les preocupe o perturbe. No tienen que temer que Dios
les castigue si dicen algo fuera de lugar o de manera errada.
El objeto del ritual en la religión es el de establecer patrones
por los cuales la gente se puede aproximar a Dios, o los dioses, sin
temor de hacerlo mal. Para quienes están aterrorizados ante Dios, el
acercarse a él es un campo minado, totalmente lleno de tabúes.
Algunas veces la gente me pregunta: "2 Está bien orar de esta o
de aquella manera?'' Mi respuesta es: "El hijo de Dios puede decir a
Dios cualquier cosa que quiera decir." Podemos hablar con 61 sin te-
mor, porque sabemos que no está contra nosotros. Está a nuestro
favor. Es inevitable que pensemos y discutamos la teología de la
oración. Sin embargo, el hijo de Dios que habla con él en amorosa
confianza, confiando en su bondad y poder, siempre está más cerca
de la verdad que el teólogo.
Nuevamente, como en 2:18, Pablo afirmó que no hay obstácu-
los que bloqueen la adoración a Dios de parte del creyente. Tene-
mos "confianza de acceso por medio de nuestra fe" en Cristo (v. 12).
De este modo, en este pasaje tenemos el concepto paulino de la
iglesia. La iglesia es una comunidad sin barreras. No hay barreras
que separen al creyente de sus hermanos y hermanas en Cristo. No
hay murallas que separen al creyente en Dios.
La última frase del versículo 12 es ambigua, y la ambigüedad
se refleja en las traducciones. Nácar-Colunga traduce "por la fe".
RV, la B J o la VM traducen "por medio" o "mediante la fe". Gra-
matical y teológicamente, ambas son posibles. Gramaticalmente la
primera es la más natural. Si es correcta, Pablo quiere decir que
nuestra nueva vida delante de Dios es el resultado de la fidelidad de
Cristo. Obviamente, ksta es una afirmación exacta y encuadra bien
en la teología paulina.
Si lo correcto es lo de los demás, Pablo quiere decir que los cre-
yentes tienen acceso a Dios en Jesucristo. Esta es probablemente la
interpretación correcta, porque parece adecuarse mejor al contexto
inmediato. Por medio de Jesucristo, se ha abierto nuestro camino a
Dios. Nuestra fe en él es nada más ni nada menos que nuestra deci-
sión de andar en el camino que él ha abierto.
A la luz de todo lo que Pablo ha escrito, sus lectores debían
evaluar sus sufrimientos o tribulaciones. La palabra "tribulaciones",
(v. 13) en el texto original, es una palabra interesante e importante
en el Nuevo Testamento. No indica cualquier sufrimiento o prueba.
Se refiere especificamente a aquellas que el creyente experimenta
como creyente. En un mundo malo y hostil, la inescapable suerte del
creyente fiel es la de sufrir como resultado de su lealtad a Cristo.
Pero Pablo creía que su sufrimiento era una parte inescapable
del plan redentor, en desarrollo, de Dios. La única forma en que los
gentiles podían recibir el evangelio era que Pablo desafiara al mundo
con sus estructuras que se oponían al plan de Dios. Era inevitable
que pagara el precio de ese desafío. Pablo escribió con más detalle
sobre sus sufrimientos por el evangelio en 2 Corintios 11:23-27. Por
lo tanto, los sufrimientos de Pablo eran la "gloria" de los gentiles (v.
13). Es difícil entender precisamente cómo usaba Pablo el término
"gloria". La mayoría de las veces, se refería a la futura gloria del
creyente, su vida eterna en la presencia de Dios. Quizá Pablo quería
decir que su sufrimiento llegó a ser p-irte de la redención de ellos. Su
sufrimiento era esencial si ellos habían de ser herederos del futuro
de Dios; los gentiles no habrían sido salvados si personas como Pa-
blo no estuvieran dispuestas a sufrir.
Sea cual fuere el significado preciso de la palabra "gloria", la
idea es clara. Los lectores de Pablo no tenían que ver su encarcela-
miento como una derrota, vergüenza o humillación. Estas son reac-
ciones siempre posibles ante la prueba, si los creyentes están desani-
mados y derrotados, pensando que su causa está perdida.

La Razón para Predicar el Evangelio

Una religión popular contemporánea ha reavivado


la antigua noción errónea de que la riqueza, la salud y
el éxito son evidencias del poder y la presencia de
Dios. Recientemente oí un testimonio por parte de un
exitoso comerciante, en uno de los más populares
shows religiosos de televisión. De acuerdo con su testi-
monio, anduvo errante lejos de Dios y había permitido
que el pecado entrara en su vida. Las cosas le fueron
de mal en peor en su vida personal y comercial. Pero
dio un giro en su vida espiritual e hizo una reconsa-
graci6n de sí mismo a Cristo. Ahora todo era rosado y
su negocio estaba floreciente.
Algunos querrían usar este lema: "Cree en Jesús y
serás rico". O "Cree en Jesús y tendrás salud siem-
pre". Sean expresadas o no, estas ideas van implícitas
en gran parte en la religión actual.
Es innecesario decir que estamos en una atmósfe-
ra diferente cuando leemos Efesios 3:l-13. Para Pablo,
la verdad era exactamente lo opuesto. La señal de la
presencia de Dios era la tribulación y no el éxito o la
riqueza; aquello era la evidencia de que su propósito
estaba moviéndose. Del modo que Pablo aplicaba en
Romanos el pasaje del Antiguo Testamento, nosotros
también podemos decir: "Por causa de ti somos muer-
tos todo el tiempo (Ro. 8:36). El sufrimiento y no la
buena suerte puede ser el preludio a la gloria.
Pablo no predicó el evangelio a los gentiles para
ganancia personal. Y sabemos que tenía que pagar un
terrible precio para hacerlo. Continuó su ministerio
porque creía que estaba en la línea en que Dios estaba
obrando. Predicó el evangelio porque creía que era la
verdad y no porque pensaba que "daría resultado'' en
el sentido mundano del término.

Actividades Personales de Aprendizaje

1. De acuerdo con el doctor Tolbert, Pablo escribir5 Efesios mien-


tras estaba encarcelado e n . . . (Elija la respuesta correcta de la
lista siguiente):
(1) Jemsdén
(2) Cesarea
(3) Efeso
(4) Roma
2. Haga concordar las dos listas, relacionando cada término con su
definición:

(1) Administración
(2) Revelación
(3) Apóstoles
(4) Profetas
(5) Promesa de Dios
(6) Ministro

(a) Siervo que atiende las mesas


(b) La venida del Mesías
(c) Proclamadores de la palabra de Dios
(d) Responsabilidad dada por Dios
(e) Don de visibn espiritual de Dios
( f ) Testigos de la vida, muerte y resurrec-
ción de Jesús

3. De acuerdo con Pablo, {cuál era el misterio o secreto abierto


por Dios?
4. La mayor demostración del fracaso de las fuerzas hostiles de
nuestro universo está en. . . (Elija de la lista la respuesta ade-
cuada):
(1) Hogar
(2) Iglesia
(3) Nación
(4) Estado
5. Dios ha realizado su propósito redentor por medio de los após-
toles, profetas y diáconos. Verdadero- Falso-
6. De acuerdo con el doctor Tolbert, el hijo de Dios puede decir
cualquier cosa que desee en oracibn. Verdadero- Falso--
7. Pablo quería que sus lectores vieran su prisión como. . . (Selec-
cione la respuesta correcta de la lista)
(1) Derrota
(2) Vergüenza
(3) Humillación
(4) Gloria

l. (4); 2. (l)d, (2)e, (3)f, (4)c, (5)b, (6)a; 3. Redacte su respuesta; 4.


(2); 5. Falso; 6. Verdadero; 7. (4).
CAPITULO 6

Oración de Pablo por los Santos


Efesios 3:14-21

Evidentemente, en Efesios 3 :1, Pablo pensaba comenzar la ora-


ción que encontramos en 3:1421. En 3:2, intermmpib su pensa-
miento con las observaciones sobre su ministerio a los gentiles. En
3:14, al volver a su línea de pensamiento, repitió la frase inicial de
3 :1 y procedió a compartir con sus lectores sus peticiones a Dios en
favor de ellos.

1 Oración al Padre (3:14, 15)


No es claro lo que está implícito en esta frase: "por esta causa"
(v. 14). Quizá todo lo que Pablo había escrito en los dos primeros
capítulos es lo que le llevó a orar por los creyentes. En razón de lo
que Dios había hecho por eilos, podía pedir a Dios que les bendijera
y podía tener confianza en que su oración había sido oída. Eran
miembros de la familia de Dios; Dios era su Padre. Dado que eran
suyos, Dios querría completar en estos creyentes gentiles aquella
obra maravillosa que había comenzado en sus vidas.
Quizá Pablo pensó más especificamente en su idea expresada
en 2:18. Dado que los creyentes tienen acceso a Dios por medio del
Espíritu, tenía confianza en que podría ir a Dios en favor de sus lec-
tores. La oración llegaba a ser una posibilidad y una responsabilidad
por lo que Dios había hecho por sus hijos.
De cualquier modo, Pablo creía que podía y debía orar por
otros cristianos. Los cristianos contemporáneos plantean todo tipo
de cuestiones teológicas sobre la oración. ¿ E s que la oración cambia
a Dios? {Por qué orar, al fin y al cabo? Dios ama a los suyos más
que nosotros: ¿no actuará amorosamente hacia ellos al margen de
nuestras oraciones? Estas son cuestiones típicas.
Sean cuales fueren nuestras respuestas a esas cuestiones, Pablo
creía que una parte de su responsabilidad hacia los creyentes era
orar por ellos. Evidentemente, sentía que su oración hacía la dife-
rencia. Debe haber creído que la intercesión por otros era parte del
modelo de Dios para su iglesia.
Sea lo que fuere que Pablo quiso decir con "por esta causa" (v.
14), creía que la oración por los creyentes era posible, esencial y va-
liosa. Si nuestra teología de la oración no sostiene esta conclusión,
probablemente necesitamos reexaminarla. La fe en la importancia
de la oración por otros, ciertamente es sostenida en el Nuevo Testa-
mento y por la experiencia cristiana.
Pablo describe su posición en la oración: "doblo mis ordillas"
(v. 14). Esta no era la posición habitual para orar en el Antiguo Tes-
tamento o en la comunidad judía contemporánea de Pablo. El Anti-
guo Testamento nos da unos pocos ejemplos de oraciones emitidas
por personas puestas de rodillas. Arrodillarse o postrarse delante de
Dios era una señal de crisis o de intensidad en la oración.
Arrodillarse o postrarse delante de Dios en oración debe haber
sido más común en las iglesias gentiles. En su sociedad, era común
demostrar obediencia delante de reyes y deidades de esa manera.
Esto puede haber influido en la forma de la adoración de los gen-
tiles.
Pablo dirige su petición al "Padre" (v. 14). La palabra para
"Padre" aquí es patera. Jesús usó la palabra abba cuando se dirigió
a Dios y enseñó a sus discípulos a usar el término. En el contexto de
la enseñanza de Jesús, abba era un término íntimo. Abba (padre) era
una de las primeras palabras que aprendían a decir los niños he-
breos. Era la palabra usada por los niñitos al hablar a sus padres.
Para Jesús, la relación de un buen padre terrenal con sus hijos era
una analogía de la relación entre Dios y sus hijos. Dios ama y cuida
a sus hijos. Pueden confiar completa e implícitamente en su cuida-
do. Su actitud infantil de confianza y dependencia los libera de la
ansiedad por el futuro.
La oración cristiana, tal como fue enseñada por Jesús, presupo-
ne todo lo que está contenido en la palabra "Padre". Podemos ha-
blar con Dios sin temor y podemos confiar en que él responderá en
amor.
Este concepto de Dios como un Padre amoroso y confiable
también podía estar en el uso paulino del término. Como creyente,
siguiendo el modelo y enseñanza de Jesús, se acercó a Dios en ora-
ción como alguien que se acerca a su Padre.
Pero el contexto muestra que Pablo también tenía otra implica-
ción en mente, que era importante para el contexto de Efesios. Dios
el "Padre, . . . de quien toma nombre toda familia en los cielos y en
la tierra" (v. 13). Esta declaración calificativa es difícil, como lo de-
muestran las diversas traducciones.
Existe un problema textual. Algunos manuscritos dicen "el Pa-
dre de nuestro Señor Jesucristo" (RV, VM). Pero la evidencia da
fuerza a la lectura más breve que se encuentra en la B J o en NC. Sea
como fuere, podemos estar seguros de que para Pablo, el concepto
de Dios como Padre surgib de su fe en Jesús.
Algunos intérpretes sostienen que Pablo pensaba que Dios era
el Padre de los creyentes como arquetipo de toda otra paternidad.
Esta idea afirma que el concepto de padre, dondequiera que exista,
deriva su realidad y significado de la paternidad de Dios. La fuente
de la relación paternal, en última instancia, es Dios. Este concepto
de relación arquetípica es más platónico que semítico y, probable-
mente, no fue decisivo en el pensamiento de Pablo.
{Cuál era la idea contenida en la afirmación de Pablo? Proba-
blemente no estamos muy fuera de lugar si pensamos que Pablo te-
nía dos énfasis en mente. Pensaba en la universalidad de la patemi-
dad de Dios y, también, subrayaba la supremacía o soberanía de
Dios Padre. Dios es el Padre universal en el sentido de que es el
Creador de los seres humanos, la fuente de la vida. Es Padre en un
sentido único, especial, de aquellos que le han respondido en fe. Lle-
va a su familia a quienes así lo han hecho, y llega a ser el Padre que
nutre. Es el Señor soberano que, de corazón, es como un Padre, en el
mejor sentido del término.
Cuando Pablo escribió de familias en el cielo y en la tierra (v.
15), probablemente no tenia en mente conceptos o ideas. Para él, las
familias eran realidades. Para el hebreo, el término "familia" era
algo concreto. Denotaba familias específicas que derivaban su exis-
tencia de padres comunes que eran su cabeza. La palabra "familia"
(patria) también era usada, en un sentido, para referirse a clanes y
naciones.
Cuando Pablo hablb de familias celestiales, no empleó la expre-
sión judía habitual. Por ejemplo, la literatura judía contiene referen-
cias a familias de ángeles. Por lo tanto, Dios es el Padre cósmico.
Como Creador, su paternidad abraza a todos los pueblos y poderes.
La paternidad universal de Dios en el sentido de la gracia redentora
encuentra su expresión en la iglesia, donde gentes de diferentes na-
ciones y tribus le llaman Padre y son, de hecho, sus hijos.
El texto dice que las familias de los cielos y la tierra son nom-
bradas según Dios (v. 15). El dar nombre a los hijos corresponde a
los padres. Este derecho expresaba la autoridad que tenía sobre los
hijos a los que daba su nombre. En Génesis 2:20, por ejemplo, la au-
toridad de Adán sobre todos los demás seres creados se expresa al
darles su nombre.
Dios es llamado Padre por todo grupo, cualquiera que sea su
designación, dado que él es la razón de la existencia de los grupos,
ha hecho que todo adquiera existencia por su poder creativo. Su po-
sición se expresa en el acto paternal de engendrar a sus hijos. Por lo
tanto, Pablo enfatizó la posición exaltada de Dios con referencia a
todos los demás seres, tanto terrestres como celestiales. Dios los
precede como Creador; es superior a ellos como Padre. El propósito
redentor de Dios incluye todo; su propósito es cósmico en su alcan-
ce, como ya hemos visto anteriormente.
Los creyentes reconocen que Dios es el Padre de todos en el
sentido de que él ha creado todo. Su paternidad tiene significado,
aun cuando la gente rechace o se rebele contra eila. La rebelión de
las gentes no disminuye la posición de Dios y no puede frustrar su
propósito.

11 Los Pedidos en la Oración de Pablo (3:16-19)

Aislar los pedidos de la oración de Pablo y ver su exacta rela-


ción interna, así como su diferencia, es algo difícil. Según muchas
versiones, uno podría pensar que la oración contiene cuatro o más
pedidos distintos. Si dejamos que la sintaxis griega determine nues-
tra interpretación de la estructura de la oración, veremos tres pedi-
dos principales en ella. Son: (1) una petición de fortalecimiento inte-
rior (VV.16, 17); (2) una oración para la captación del amor de Cris-
to (w. 18, 19a) y (3) un pedido de una plenitud completa (v. 19b).
1. Oración por Fortalecimiento Interior
El primer pedido que Pablo hizo a Dios en favor de sus lectores
era que fueran "fortalecidos con poder" (v. 16). Pablo usó algo de la
misma terminología en Efesios 1:9, en una oración previa por ellos.
Allí el énfasis era diferente. Pablo quería que los creyentes compren-
dieran la extensión del maravilloso poder que había ejercido en su
favor.
El Apóstol estaba preocupado porque la fortaleza de los creyen-
tes fuera lo que Dios quería que llegara a ser cada uno. Esta fortale-
za no es algo que surge de la propia capacidad personal del cristia-
no, es un don de Dios. El cristiano sólo tiene el poder que recibe.
La vida del creyente es determinada por la gracia de Dios, des-
de el principio hasta el fin. Cada creyente ha sido salvado por la gra-
cia y vive por la gracia. Cada uno ha sido redimido por el poder de
Dios y está sostenido por su poder.
Nuevamente, Pablo enfatiza los recursos ilimitados que Dios
tiene. Dios fortalece a sus hijos "conforme a las riquezas de su glo-
ria" (v. 16). La fuente de la cual extraemos nuestra fuerza no tiene
fin porque su medida es la propia gloria de Dios. En este texto,
"gloria" representa todo lo que Dios es y tiene; es su infinita mejes-
tad y poder.
Los creyentes son fortalecidos "por su Espíritu" (v. 16). "Espí-
ritu" es el Espíritu Santo, presente y activo en las vidas de los cre-
yentes. Por medio del don divino del Espíritu, no estamos condena-
dos a luchar solos en nuestras adversidades y tentaciones. Dios está
presente para darnos poder y ayuda.
En su traducción, en el v. 16, la RV dice "en el hombre inte-
rior". Sin embargo, en el texto griego, la preposición es diferente y
podemos traducir: "hacia' (els) en", con el sentido de dirección, "el
hombre interior". Se retendría la fuerza original de este pasaje si
fuera posible el uso de esa preposición que denota movimiento. En
este caso, "el hombre interior" denota la meta hacia la cual el cre-
yente se mueve y por lo cual necesita fortaleza. Por lo tanto, el cen-
tro de la nueva vida ha sido transformado por el poder redentor de
Dios.
Lo que necesita el hijo de Dios es fortaleza para hacer que su
vida sea totalmente coherente con su nueva existencia como miem-
bro de la familia de Dios.
Si permitimos que la sintaxis griega determine nuestra inter-
pretación, el versículo 17 será una afirmación paralela a la del 16.
¿Qué significa ser fortalecido en el hombre interior? Otra forma de
expresarlo es que Cristo mora en nuestros corazones. El verbo, lite-
ralmente es "morar", un infinitivo en el texto griego. Es un derivado
del sustantivo traducido como "morada" en Efesios 2:2.
De acuerdo con la teología paulina, el verdadero templo de
Dios es su pueblo -la iglesia- o el corazón del individuo. En Efe-
sios están presentes los elementos para una teología trinitiaria. Pero,
cualquiera haya sido el concepto paulino de la Trinidad, de ninguna
manera se inclinaba hacia el politeísmo. Podía referirse a la presen-
cia de Dios en las vidas de los creyentes en una ocasión, a la presen-
cia del Espíritu en otra y a la de Cristo en el versículo 17. La unidad
de Padre, Hijo y Espíritu es tal que no puede hacerse distinción en
su presencia o actividad en las vidas de los creyentes. Si nuestra
doctrina de la Trinidad ha de ser realmente neotestamentaria, debe-
mos Dreservar el énfasis monoteísta.
Nuestros corazones llegan a ser templos para e' Señor viviente
"por la fe" (v. 17). Esta significa nuestra aceptación de Cristo y
nuestra apertura a él siempre que enfrentamos la respuesta de su
presencia. No existe ningún programa de obras o méritos humanos
que puedan garantizar su presencia en nuestras vidas. Sólo cuando
reconocemos nuestra necesidad y nuestro desvalimiento, y confia-
mos en Cristo, él viene a nosotros para suplir nuestra necesidad.
En la versión RV, "arraigados y cimentados en amor" está re-
lacionado con la afirmación del versículo 18. Esta relación es posi-
ble, pero a la luz de la gramática griega, prefiero colocarla con Ios
versículos 16 y 17.
Pablo se complacía en unir la fe y el amor como parece haber
hecho en este punto. Qué es la vida de fe? Es una vida arraigada y
cimentada en amor. Aquí, Pablo mezcla sus metáforas. La primera,
"arraigados" es una figura agrícola y, la segunda, "cimentados" es
una analogía de la construcción. Las raíces de una planta deben ir
profundamente en el suelo rico, si aquélla ha de experimentar un
crecimiento adecuado. Los constructores de un templo deben estar
preocupados antes que nada con su fundamento, si su obra ha de ser
de cualidad duradera.
"Amor" es el suelo en el cual el creyente es arraigado y el fun-
damento sobre el cual se edifica la vida del cristiano. Por supuesto,
el amor que Pablo tiene en mente no es cualquier amor. Más aún, el
amor de Dios es activo en la comunidad creyente y expresado en la
relación entre cristianos.
Lo que preocupaba a Pablo en este pedido es el crecimiento ha-
cia la madurez cristiana. Siempre lo concebía en términos de fe y
amor que se encuentran al principio, en el medio y en la consuma-
ción de la vida cristiana.
2. Oración por el Conocimiento del Amor de Cristo
En segundo lugar, Pablo pide para sus lectores el "poder" ( o
mejor quizá la "fortaleza") para comprender algo (v. 18). Una vez
más, notamos que aun la capacidad de percibir la verdad de Dios no
surge de dentro. Esa capacidad es dada por Dios mismo.
Algunas personas tienden a la arogancia porque juzgan que su
conocimiento de la Biblia es superior al del cristiano común, porque
conocen los idiomas originales. Y pueden citar a los teólogos alema-
nes, ingleses y norteamericanos, gente que es extraña a la mayoría
de los miembros de las iglesias.
Aquello por lo cual Pablo se preocupaba en relación con lo que
los creyentes debían comprender, no podía ser obtenido por un co-
nocimiento especial de idiomas o de tendencias teológicas, es decir
no dependía de coeficiente intelectual o de haber estudiado en las
mejores universidades. Lo que Pablo desea para sus lectores no es
que comprendan un rompecabezas que ha de ser aclarado por tena-
ces esfuerzos mentales, sino que es un don otorgado por Dios en
base a esas características de humilde receptividad más bien que
por la autoconfianza arrogante.
Pablo quería que sus lectores captaran algo que era sobrecoge-
dor en su vastedad. Desde el punto de vista del lector, se extendía
hacia todas direcciones en increfble medida; se extendía delante de
él en distancias infinitas; alcanzaba por encima de él en estremece-
doras alturas y se sumergía por debajo en impresionantes profundi-
dades.
Lo que Pablo tenía en mente debe ser captado "con todos los
santos" (v. 18). El don de una captación, una visión había de ser re-
cibido en fraternidad con otros creyentes. Este énfasis sobre la fra-
ternidad es persistente en Efesios. La verdad de Dios no es una ver-
dad privada. Su revelación no es una revelación esotérica. La reden-
ción que él ha provisto no es una propiedad personal de algún indi-
viduo. S610 en la fraternidad de la iglesia se revela la plenitud de
esta verdad.
'
Hacemos bien en mirar con sospecha a aquellos que pretenden
saber cosas que otros creyentes no conocen, que pretenden haber re-
cibido una revelación única que ha sido negada a otros.
Al hablar a grupos cristianos, a menudo subrayo que las cosas
que sé son importantes, son aquellas que ellos realmente conocen.
Puedo saber algo sobre el lenguaje del Nuevo Testamento o la cultu-
ra del mundo helenístico, que ignora la mayoría de los miembros de
la iglesia. Pero estos asuntos son periféricos. Las importantes verda-
des de Dios están al alcance de todo su pueblo. 0, para decirlo de
otro modo: si mi abuela no lo sabía, no es tan importante. Ella era la
mejor cristiana que yo conocí en mi niñez. Sabía las cosas que eran
esenciales para la vida cristiana mucho mejor que yo, o que muchos
de mis contemporáneos de elevada preparación.
Pero queda en pie una cuestión. Qué es aquello -tan amplio,
tan largo, tan profundo y tan alto- que Pablo quería que captaran
sus lectores? No lo dice. Se han hecho muchas sugestiones respecto
a lo que tenía en mente. La mejor conclusión parece ser que Pablo
pensaba en el "amor de Cristo" que menciona en el versículo 19.
2 Cómo conocemos el amor de Cristo tan vasto en sus dimen-
siones? La respuesta es simple pero difícil. Lo conocemos en nues-
tras experiencias de ser amados por él. El amor de Cristo llega a ser
más claro en nuestra captacibn de las profundidades de donde he-
mos sido levantados, o en las alturas a que hemos sido transporta-
dos. Lo captamos cuando abrimos nuestras vidas al amor de Cristo
y llegamos a ser un canal para transmitirlo a otros. Este amor llega a
ser definido más agudamente cuando comenzamos a ignorar las di-
ferencias, las desventajas, las fallas, la suciedad, la enfermedad de
los otros, y comenzamos a amarlos sin reservas. Conocemos el amor
de Cristo cuando abrimos nuestros brazos y corazones a todos nues-
tros hermanos y hermanas; cuando lo aceptamos, cualquiera que sea
su trasfondo, raza, condición o situación en la vida y cuando nos re-
gocijamos en su fraternidad.
94.
El pedido de Pablo contiene una inevitable contradicción. El
deseaba que Dios ayudara a los creyentes a conocer algo que "exce-
de a todo conocimiento" (v. 19). Esta contradicción nos enfrenta
con dos elementos en tensión: por un lado, desesperación y desafio,
y por el otro, juicio y esperanza.
No importa dónde estemos en nuestra comprensión del amor
de Cristo, siempre ha de estar más allá de nuestro alcance. Eso es
nuestra angustia. Pero, nuestro desafío está en la oportunidad de
continuar la peregrinación con el entusiasmo de nuevos descubri-
mientos que hemos de hacer en el futuro.
Nuestro juicio está en que nuestro conocimiento del amor de
Cristo siempre está limitado por nuestro prejuicio o egoísmo. Pero
la vastedad del amor también es nuestra esperanza. Cristo nos ama
cuando no merecemos ser amados. Nos ama más de lo que nosotros
le amamos a él o a otros. Porque él nos ama, podemos soportar la
tensión.
3. Oración pm Plenitud
Finalmente, Pablo 01-6 para que sus lectores pudieran ser "lle-
nos de toda la plenitud de Dios" (v. 19). Todas estas peticiones su-
brayan una verdad: Aunque Pa%lo, probablemente, no estaba rela-
cionado con sus lectores, sabía que ellos no habían alcanzado el clí-
max de la experiencia cristiana en la vida.
Hay algo que resulta claro en las cartas paulinas: los miembros
de aquellas iglesias primitivas, a menudo, eran imperfectos, débiles,
errados, pecadores, al igual que los creyentes de hoy. De modo que
siempre existe la posibilidad de que haya más de Dios en la vida del
creyente, en tanto que vive en el mundo. Esto era axiomático para el
Apóstol. La razón para la posibilidad de tener más de Dios en una
vida es que 61 siempre tiene más para dar de lo que el creyente pue-
de recibir. Siempre hay una distancia entre el creyente y la meta a la
cual Dios le está moviendo.
La preposición "de" también puede traducirse "con" en esta
frase. De hecho, hay traducciones que así la tienen. Sin embargo,
"con" no es la traducción literal del griego eis, que denota movi-
miento hacia algo o alguien. Esta preposición posiblemente debería
retener su fuerza primitiva en el texto. Si es así, debería traducirlo
"hasta la plenitud de Dios" (v. 19). Pablo tenia este increíble criterio
de la posibilidad de la vida cristiana. Podemos ser llenos de la pleni-
tud de Dios. O sea, que nunca debemos estar satisfechos hasta que
hayamos recibido todo lo que Dios tiene para dar.
Aquí cabe una advertencia. Pablo no era un místico en el senti-
do de creer que el individuo, eventualmente, se sumergiría en Dios
y, por ende, perdería su identidad. Siempre hay una distinción entre
el creyente y Dios. Esta distinción está preservada porque el creyen-
te nunca pierde su lugar de receptor y Dios siempre es el dador.
Probablemente las tres peticiones que hemos analizado debe-
rían ser entendidas como equivalentes prácticos. Ser fortalecido en
el hombre interior, conocer por la experiencia el amor de Cristo y
ser lleno con la plenitud de Dios son todas una y la misma cosa.

111 La Doxologia Final (3:20, 21)


A medida que leemos la oración de Pablo, quedamos impresio-
nados por su esplendor. Algunos consideran que este pasaje es el
más destacado de toda la epístola. Inspirado por las ilimitadas posi-
bilidades de la vida cristiana, cuando se la mide sólo por la capaci-
dad de dar de Dios, Pablo se lanza a las alturas al avizorar el futuro
de sus lectores.
La reacción de Pablo era significativa. Está impresionado por
sus limitaciones en la oración y su capacidad para concebir las posi-
bilidades inherentes a la gracia de Dios. Su pobre y magra capaci-
dad no se podría expresar en palabras que fueran dignas y adecua-
das.
Pero la incapacidad de Pablo no lo inducía a la desesperación,
porque él creía en la oración, en su necesidad y eficacia. Creía que la
oración intercesora era importante. Pero también creía en la libertad
de Dios para actuar de acuerdo con su propio amor y poder.
El hecho de que nuestras oraciones están limitadas, tanto en
sus concepciones como en su articulación, no limita a Dios. El no
está gobernado por los límites que nos imponen nuestra ignorancia
y pecado.
Por lo tanto, Pablo alaba a Dios como aquel que puede y quiere
hacer las cosas "mucho más abundantemente de lo que pedimos o
entendemos" (v. 20). Nuestra oración no determina la extensión de
las.bendiciones de Dios sobre nosotros. Más bien, su "poder que
actúa en nosotros'' (v. 20) es la medida de las posibilidades de nues-
tra vida como hijos suyos.
(Cuál debe ser nuestra respuesta a este Dios grande, amoroso,
generoso? Pablo pensaba que Dios merecía "gloria en la iglesia y en
Cristo Jesús" (v. 21). Esta frase es sorprendente y difícil. Las cues-
tiones que surgen son dos. {Por qué Pablo se refiere a la iglesia y a
Cristo (el Mesias) en frases paralelas que distinguen entre ellos y,
por lo menos en el texto, los hacen equivalentes? En segundo lugar,
{por qué pone la iglesia antes del Mesías, de Jesús?
La dificultad fue vista muy al principio, hecho que detectamos
de la variedad de lecturas en los manuscritos. Algunos manuscritos
omiten la conjunción "y" (que aparece en BJ, NC, VM, etcétera,
pero no en RV), de modo que la lectura es "en la iglesia en Cristo
Jesús". Esto está de acuerdo con la idea característica de Efesios.
Toda la actividad de los creyentes es en o por medio de Cristo Je-
sús. Algunas versiones primitivas y algunos de los padres de la igle-
sia invierten el orden de las frases y leen "en Cristo Jesús y en la
iglesia". Sin embargo, el peso de la evidencia está del lado de la lec-
tura escogida por los traductores que colocan el orden de la RV.
Los modernos intérpretes pueden -y probablemente lo hacen-
sacar mucha tela de tales inconvenientes. Lo que Pablo creía está
fuera de toda duda: (1) Jesucristo era la razón de la existencia de la
iglesia; (2) la relación de la iglesia con Dios en todas las esferas era
en y por medio de Jesucristo; (3) la iglesia alababa y adoraba a Dios
en y a través de Cristo y (4) Cristo glorificó a Dios en el más alto
grado.
Ahora nos preguntamos: 2 qué significa decir "a él sea gloria en
la iglesia"? (v. 21).
La adoración de la iglesia a Dios está incluida. Alguien ha di-
cho que la característica distintiva de la iglesia es su adoración a
Dios. Muchos grupos se reúnen con distintos propósitos. Pero la
iglesia se reúne para adorar a Dios. Esto involucra mucho más que
la adoración pública, porque la adoración de la iglesia puede ser un
escándalo si hay demasiada contradicción entre lo que dice y lo que
es y hace.
La iglesia glorifica a Dios cuando manifiesta su carácter como
pueblo redimido de Dios en el mundo. Cuando la iglesia muestra
que el poder de Dios ha vencido al poder del pecado, glorifica a
Dios. Cuando el pueblo de Dios muestra que el Espíritu de Dios los
ha unido en una familia de amor que pasa por alto las categorías del
mundo, entonces glorifica a Dios.
Pablo estaba convencido de que la alabanza a Dios tiene dos
fuentes: la iglesia y el Cristo. Pero de éstos no ha de pensarse como
separados y distintos, si respetamos la teología de Efesios. La gloria
a Dios en la iglesia es posible porque Cristo ha glorificado a Dios.
De modo que ambas fuentes, correctamente vistas, constituyen una
fuente de la cual la gloria es adjudicada a Dios.
La alabanza a Dios ha de ser la característica de la iglesia y su
Mesías a lo largo de todas las edades que nos esperan por delante.
Pablo subraya la infinita duración de nuestra alabanza a Dios con
las frases redundantes del Fin del capítulo 3. "Por todas las edades"
(BJ '6generaciones") es lo mismo que "por los siglos de los siglos"
(v. 21). Sin duda, muchos que profesan ser cristianos tendrán que
cambiar mucho si han de disfrutar del cielo. Si no disfrutan alaban-
do a Dios por una hora semanal y piensan que la adoración es pesa-
da y aburrida, mucho menos interesante que el fútbol o alguna otra
cosa, {cómo hará esa gente para disfrutar de una adoración sin fin?

La Verdad para la Vida

La vida cristiana es emocionante porque no es


estática. Siempre tenemos nuevas posibilidades por
delante. Sea lo que fuere que hayamos conocido, expe-
rimentado o recibido, es sólo una indicación de algo
mejor, mayor y más alto que nos espera en nuestra pe-
regrinación cristiana. Dios aún tiene mucho que hacer
en nuestras vidas. Tiene mucho para mostrarnos y
mucho para darnos.
Una perturbadora tendencia persiste entre los
cristianos. Es la tendencia de fijarnos en alguna gran
experiencia o revelación de Dios como norma para la
vida cristiana. Cuando una persona ha alcanzado este
alto nivel de completa rendición o total plenitud, ese
individuo puede sentir que ya ha llegado. La contra-
parte de esto es la arrogancia. Puede ser tentado a mi-
rar hacia abajo a los demás que no han tenido tal nivel
de experiencia. Los esfuerzos de tal individuo son diri-
gidos entonces a tratar de ayudar a otros a tenerla.
Cualquier experiencia es mal entendida si es vista
como la última, final o más alta posible. Cualquier ex-
periencia, por gloriosa que sea, y cualquier visión, por
penetrante que sea, es interpretada correctamente
sólo si es vista como el paso necesario antes de que
podamos dar el otro.
Siempre es correcto orar como lo hacía Pablo. Pe-
dir que nosotros y los demás hermanos seamos forta-
lecidos, de modo que podamos conocer el amor de
Cristo. Así es como Dios podrá llenar nuestras vidas.
Nunca somos tan fuertes como podemos ser; nun-
ca conocemos el amor de Cristo en toda su dimensión
y nunca tenemos todo lo que Dios puede darnos.

Actividades de Aprendizaje Personal

1. En Efesios 3:14, Pablo se dirige a Dios como . . . en su oración


(Elija la respuesta adecuada de la lista)
(1) Señor
(2) Creador
(3) Padre
2. El suelo en el cual el creyente es arraigado y el fundamento so-
bre el cual se edifica la vida cristiana e s (Seleccione la res-
puesta correcta)
(1) Sabiduría
(2) Adoración
(3) Amor
(4) Humildad
3. El énfasis sobre la fraternidad es más bien un énfasis menor en
Efesios. Verdadero- Falso-
4. La increíble posibilidad de la vida cristiana, para Pablo, es que
el cristiano (Elija la respuesta correcta de la lista):
(1) Pueda ser lleno de la plenitud de Dios
(2) Pueda alcanzar una perfección sin pecado
(3) Pueda estar libre de tribulaciones.
5. Nuestras oraciones determinan la extensión de las bendiciones
de Dios sobre nosotros.
V e r d a d e r o Falso-
6. La iglesia glorifica a Dios cuando e l l a (Seleccione la res-
puesta adecuada)
(1) Se dedica a la adoración
(2) Levanta nuevos edificios
(3) Se mantiene activa
(4) Muestra su carácter como pueblo redimido.
7. De acuerdo con el texto, la alabanza a Dios viene primordial-
mente de Y (Indique las dos fuentes).

Respuestas:
1. (3); 2. (3); 3. Falso; 4. (1); 5. Falso; 6. (4); 7. Cristo, la iglesia
CAPITULO 7

Vida en el Cuerpo de Cristo


Efesios 4:l-24

La segunda parte de Efesios comienza en 4:l. En la primera,


Pablo alabó a Dios por la grandeza de su redención, una redención
concebida en la eternidad, ejecutada en Jesucristo y que resultó en la
creación de una comunidad de creyentes. La comunidad es la nueva
humanidad, el nuevo pueblo de Dios, que trasciende las estructuras
divisivas de un mundo malo y es unificado en Cristo. En la segunda
parte de Efesios, capítulos 4 al 6, Pablo exhorta a sus lectores a vivir
de acuerdo con lo que Dios ha hecho y está haciendo en medio de
ellos.

1 La Unidad del Cuerpo (4:l-6)


Para Pablo, la ética surge de la teología y está relacionada es-
trechamente con ella. Insistió en una unidad de creencia y conducta.
"Pues" (o mejor "por lo tanto") en 4:l llama la atención al material
de los tres primeros capítulos y enfatiza la unidad esencial entre fe y
conducta.
Las vidas de los creyentes han de ser moldeadas de acuerdo
con el propósito de Dios mismo, y no por cualquier otra cosa. La
cultura, las consideraciones prácticas y las ambiciones y prejuicios
personales no han de tener lugar como para torcer este propósito.
Sólo hay una cosa que importa por sobre todo y es lo que Dios está
haciendo en su iglesia.
El hombre que está a punto de dirigir su exhortación a la igle-
sia da una reveladora nota autobiográfica. Era un "preso en el
Señor" (v. 1 B J "por el Señor"). La preposición griega en puede ser
traducida "en7' haciendo que se lea como en RV. Pablo era por cier-
to un prisionero. Su encarcelamiento, sin embargo, no era motivo de
vergüenza. Estaba en la cárcel a causa de su servicio en el Señor.
Como prisionero, estaba en el Señor; su prisión tuvo lugar debido a
su relación con Jesucristo.
El hombre, que había pagado el precio de su consagración, te-
nía derecho de pedir a otros que se unieran a él en su consagración a
Cristo. Ningún líder tiene el derecho de pedir a otros lo que él no
está dispuesto a hacer. Una razón por la cual nuestras apelaciones
a menudo caen en oídos sordos es porque la gente percibe lo vacío e
hipócrita de nuestros llamados. A veces queremos que la gente haga
lo que nosotros no estamos dispuestos a hacer. No era así con Pablo.
Había puesto todo en orden para ser un canal del propósito redentor
de Dios. Ese propósito era y es el de crear un nuevo pueblo unifica-
do en un cuerpo por su amor.
Basado en su exposición de lo que Dios había hecho, Pablo ex-
hortó a sus lectores a vivir "como es digno de la vocación con que
fuisteis ilamados" (v. 1). En primer lugar, como puede verse en los
versículos siguientes, Pablo tenía en mente la vida del creyente en
relación con los demás cristianos. Los cristianos viven en una comu-
nidad creada por Dios. La relación con la comunidad determina la
forma de vida del creyente.
La "vocación" o llamamiento a la cual han sido llamados los
creyentes, esencialmente había de ser el cuerpo de Cristo. Por ese
llamado de Cristo -su iniciativa de gracia y su obra salvadora-
los lectores habían sido integrados al cuerpo de Cristo. Sus pensa-
mientos y acciones habían de estar a la altura de esa alta vocación.

1. Cualidades que Mantienen la Unidad


{Cuáles son las cualidades que permiten que los creyentes vi-
van juntos como Dios desea y den testimonio de sus poderosas
obras? Pablo enumera cuatro. Son la humildad, la mansedumbre, la
paciencia y la capacidad de soportarse (v. Z), que expresan el amor
de Dios que los creyentes han recibido.
Todas estas palabras adquieren significado en la comunidad
cristiana por la vida de nuestro Señor. "Humildad" no es una expre-
sión de debilidad sino de poder. Esta cualidad es mejor ejemplifica-
da por Jesús, que voluntariamente abdicó a su posición como Señor
soberano para llegar a ser uno con nosotros, para andar con noso-
tros, identificarse con nosotros y sufrir por nosotros.
Aquellos que están seguros en su propia persona y en su rela-
ción con Dios no se enseñorean sobre sus hermanos. Aquellos que
tienen esa seguridad se identifican con otros y comparten su debili-
dad y sus necesidades. Los que están marcados por la humildad no
piensan en su gloria personal, sino en el bienestar de aquellos'que
Cristo ama.
"Mansedumbre" también puede traducirse "gentileza". Es lo
opuesto de la rudeza y el mal humor.
"Paciencia" describe a la persona que no abandona a otra cuan-
do es débil o cuando faila. La persona impaciente no puede tolerar
las fallas y fracasos de otros. Cuando otro no está a su altura, el in-
dividuo impaciente corta sus relaciones con él y se pone duro y en-
juiciador.
Los creyentes han de soportarse "los unos a los otros en amor"
(v. 2). Esta observación significa que el amor es la gran fuerza go-
bernante en todas las relaciones de unos con otros. El amor permite
que la tarea de soportar no sea sólo negativa. No hemos de abando-
nar al otro cuando las relaciones son difíciles. Hemos de llegar a
otros en amor, aun cuando sea difícil vivir con ellos. Algunos miem-
bros de iglesia sienten que están actuando noblemente si asumen
una actitud neutral en medio del conflicto. Jesús no dijo: "Bienaven-
turados los neutrales", sino: "Bienaventurados los pacificadores"
(Mateo 5:9). Los creyentes han de ocuparse activamente en mante-
ner una relación con el cuerpo de Cristo.
La unidad era vista por Pablo como algo que es dado. La pre-
sencia del Espíritu es una de las características centrales del cuerpo
de Cristo. El Espíritu da unidad, pero los creyentes tienen una res-
ponsabilidad; deben ser celosos en mantener este precioso don del
Espíritu.
2. Las Fuentes de la Unidad
Hay un acuerdo general en que Pablo se basa, en una confesión
de fe o en un himno, en 4:4-6. En este pasaje, Pablo enumera aque-
llos factores que afectan la unidad de la iglesia.
"Un cuerpo" (v. 4). Cristo no tiene muchos cuerpos. Todo el
que cree es miembro de ese cuerpo. El cuerpo es guiado, motivado y
fortalecido por "un Espíritu". No hay un Espíritu diferente para
cada denominación o grupo separado. Dondequiera que haya cre-
yentes en Cristo reunidos, constituyen un templo del único Espíritu
de Dios. Los creyentes también tienen "una misma esperanza'' o
destino. No hay un cielo separado para cada denominación.
Además, sólo "un Señor" reina, y este Señor es Jesucristo (v.
5). Todos los genuinos creyentes están al servicio del mismo Señor.
Sólo "una fe" es suficiente. La fe no significa el asentimiento inte-
lectual con un cuerpo de doctrina. Significa la confianza personal y
la dependencia en Jesús el Señor. Todos los que son miembros del
cuerpo tienen el mismo tipo de confianza en Jesús. Y todos los cre-
yentes comparten "un bautismo". Por supuesto, Pablo no tenía en
mente la forma del mismo. Hoy todos los eruditos concuerdan, en
general, que en el primer siglo el bautismo era por inmersión. Lo
que Pablo escribió era sobre el bautismo como confesión de fe en Je-
sucristo. Este era uno de los principales aspectos del bautismo neo-
testamentario.
Además, Pablo reconoce "un Dios" que es el Padre de todos los
creyentes (v. 6). Está por encima de todos, es el supremo gobernante
del universo. Actúa "por todos"; todo lo que se hace es logrado por
él, más bien que por el pueblo que él utiliza. Esto significa que la
iglesia no se entregará al culto de la personalidad, ni glorificará a in-
dividuos. Esta es una de las principales causas de divisiones en el
cuerpo. Este único Dios también vive por medio del Espíritu "en to-
dos", en todos los creyentes (v. 6).

11 El Crecimiento del Cuerpo (4:7-16)

En los versículos precedentes, Pablo subraya la responsabilidad


de los miembros por la unidad del cuerpo de Cristo, la iglesia. En los
versículos 7 al 12, hace notar las diferencias entre los miembros del
cuerpo. Pero, también mostró cómo estas diferencias han de servir
al propósito de la unidad de Dios. Los miembros difieren en los pa-
peles que han de jugar como individuos en su servicio del cuerpo de
Cristo. Cada creyente tiene una función definida en el nuevo pueblo
de Dios.
1. La Fuente y el Propósito de los Dones
"Pero a cada uno de nosútros le fue dada la gracia" (v. 7). En
este caso, "gracia" no es la gracia salvadora. Más bien, es la expre-
sión del amor de Dios al dar gracia a sus hijos de modo que puedan
ser útiles para su propósito en la iglesia, el nuevo pueblo de Dios.
Hay varias ideas contenidas en la afirmación de Pablo. Por so-
bre todo, él sabía que Dios es la fuente de cualquier don que tiene
cada miembro. Cuando reconocemos que eso ha venido de Dios, no
queda lugar para el orgullo. No nos dio los dones para elevarnos so-
bre los otros. El propósito de esos dones es el de equiparnos para
servir a otros.
Otra idea importante es que todos los miembros de la iglesia
son receptores de la gracia de Dios. Cada uno tiene un don único o
dones ditintivos. Esto implica responsabilidad. Si Dios nos ha dado
dones, tenemos la responsabilidad de reconocerlos y aceptarlos
agradecidos. Además, tenemos la responsabilidad de usarlos de
acuerdo con el propósito de Dios para su iglesia.
Además, nuestros dones no son mezquinos o limitados. Son el
tipo de dones que sólo puede dar el Cristo (Mesias). O como lo dice
Pablo, este don especial o gracia de Dios ha de ser medido por "el
don de Cristo" (v. 7).
Entonces Pablo cita el Antiguo Testamento (Sal. 68:18) para
subrayar el hecho de que la capacidad de Cristo de dar es ilimitada e
inagotable. Pablo entendió que la afirmación del salmista era mesiá-
nica.
La declaración que usa Pablo enfatiza la soberanía trascenden-
te de Cristo, tema que es presentado en otros lugares de Efesios. El
subió "a lo alto"; además, "llevó cautiva la cautividad" (v. 8; BJ,
'icautivos''; VM, "multitud de cautivos").
Surge la pregunta de quiénes son estos cautivos que fueron lle-
vados prisioneros en el ascenso triunfante del Mesias. Basándonos
en otras referencias en Efesios, entendemos que eran los poderes es-
pirituales que mantenían al pueblo en esclavitud.
Un ascenso implica un descenso previo. El descenso del Me-
sías, mencionado por Pablo en los versículos 9 y 10, era la encarna-
ción. "Las partes más bajas de la tierra" (v. 9), probablemente de-
ben ser entendidas como "el más bajo de los niveles, hasta la misma
tierra", como dice la New English Bible.
Sin embargo, el énfasis en el análisis de Pablo no estaba en el
descenso, sino en el ascenso. El Cristo triunfante y reinante da gra-
cias a todos los miembros de su cuerpo y distribuye done entre ellos.
Los dones varían, pero vienen de la misma fuente. Son distri-
buidos de acuerdo con la voluntad y sabiduría del Señor de la igle-
sia. Los dones son dados para el mismo propósito final. Son expre-
siones de la unidad del cuerpo, por lo tanto, no deben ser usados
para poner a los miembros del cuerpo unos contra otros.
El versículo 11 contiene una de las listas de dones que aparecen
en la correspondencia pauiina. Otras pueden verse en 1 Corintios
12:28-30 y Romanos 12:6-8. Notemos que ningún don es idéntico a
otro. El ministerio de la iglesia no ha llegado a ser formal y rígido.
La voluntad del Señor para cada congregación particular determinb
ese ministerio del cuerpo. Esto está en contraste con la mayoría de
los grupos cristianos contemporáneos, donde los tipos de ministerio
están fijados por la tradición y tienen poca flexibilidad. Ninguna lis-
ta pauiina puede ser tomada como normativa o exhaustiva. La teo-
logía de Pablo no lo habría permitido. Cada lista es representativa.
En la lista que encontramos en Efesios, los dones estaban limi-
tados a aquellos relacionados con la proclamación de la palabra.
Además, Pablo no hace la lista de los dones en abstracto, sino que se
refiere a personas que eran portadoras de los mismos.
El primer grupo anotado en 4:11 era el de los apóstole es^'.
Cuando Pablo los menciona en una lista, los pone primero. Aquí el
significado está restringido a aquellas personas que estaban comi-
sionadas directamente por el Señor para ser testigos de la resurrec-
ción. Pablo se consideraba un miembro de ese grupo.
Por la naturaleza del caso, no se podían elegir más apbstoles.
Para la iglesia de generaciones posteriores, la función de los apbsto-
les ha sido cumplida en el Nuevo Testamento, en el cual es preser-
vado el testimonio apostólico.
El segundo grupo mencionado en el versículo 11 es el de "pro-
fetas". El profeta era una persona que recibía una palabra del Señor
y la proclamaba al pueblo. Lamentablemente, en nuestros idiomas
modernos, "profeta" generalmente significa alguien que predice el
futuro. Este no es el sentido bíblico. El profeta puede presentar una
palabra sobre el pasado, el presente o el futuro. La única caracterís-
tica distintiva era que la palabra provenía de Dios. Como la iglesia
no podría vivir, decidir o actuar fuera de la palabra de Dios, el pro-
feta era absolutamente esencial para la vida de la iglesia.
Los "evangelistas" probablemente eran los misioneros, los pre-
dicadores itinerantes del evangelio. Su principal misión había sido
llamar al pueblo a una decisión por Cristo, pero su trabajo no estaba
limitado necesariamente a esto. También podían predicar a la con-
gregación.
"Pastores y maestros" están ligados por la sintaxis y pueden
referirse a la misma función. Una parte de la responsabilidad pasto-
ral es la de instruir a los creyentes. El pastor era el principal maes-
tro. Aún debe serlo.
Los diversos dones tenían un propósito unificador. El Señor de
la iglesia los había dado a sus miembros, a fin de que su propósito
para el cuerpo pudiera ser completado.
La función dada a las personas de la iglesia es la de preparar a
los miembros del cuerpo, o sea "perfeccionar a los santos" (v. 12).
"Santos" tiene el significado común en Pablo. Es el nombre dado a
todos los creyentes.
Pero, {para qué han de ser preparados los santos? Los santos
han de ser preparados "para la obra del ministerio". Como en RV,
no debe haber una coma después de "santos".
En otras palabras, la iglesia es el ministro. El propósito de los
varios ministerios es el de preparar a la iglesia para ser el cuerpo a
través del cual el Señor cumple su ministerio en el mundo.
La iglesia no tiene lugar para los espectadores. Cada persona
tiene su responsabilidad de contribuir a la plenitud del ministerio
del cuerpo de Cristo. En la medida en que un miembro del cuerpo
no está funcionando adecuadamente, todo el conjunto está cojo y no
es capaz de cumplir completamente su ministerio.
2. Crecimiento Hasta la Madurez
2 Cuánto tiempo ha de durar este período de preparación de los
santos? Pablo dio la respuesta. La preparación proseguirá hasta que
la completa madurez sea alcanzada. 2 Cuál es la medida por la cual
es medida la madurez? La respuesta es: la madurez de Cristo, que
es la cabeza de la iglesia (v. 13j. Su propósito es que el cuerpo sea
tan maduro como la cabeza.
Pablo usa varias palabras y frases para describir esta madurez.
Una de ellas es "unidad" (v. 13). Para Pablo, la desunión en la igle-
sia era un signo característico de infantilismo o inmadurez (ver 1
Co. 3:l-4).
Pero la unidad procede de una fuente segura. Tiene caracterís-
ticas especificas. La unidad resulta de tener "la fe y el conocimiento
del Hijo de Dios" (v. 13). Esta frase es ambigua. 2 Se refería Pablo a
la fe y al conocimiento que los creyentes poseen del Hijo de Dios?
2 0 era la propia fe y el conocimiento de Jesús, que es la medida de
la madurez de la iglesia? Muchos traductores han elegido la primera
opción. Sin embargo, la segunda ciertamente es una posibilidad. La
fe y el conocimiento de la iglesia han de llegar a tal nivel que sean
idénticos a los poseídos por Cristo.
La iglesia ha de alcanzar a ser un "varón perfecto" (v. 13; BJ,
VM "estado de hombre perfecto"). Esto es medido nada menos que
por "la medida de la estatura de la plenitud en Cristo".
Pablo señala negativamente el propósito de los ministerios de
equipamiento de la iglesia: "para que ya no seamos niños" (v. 14).
Pablo veía la iglesia como algo que se movía de la inmadurez a la
madurez, de la niñez a la adultez responsable.
2 Cuál es la característica del infantilismo? La que Pablo men-
ciona: es la inestabilidad (v. 14). Desde el comienzo, los cristianos
tenían que vivir su fe en un mundo de ideas opuestas. Estas ideas a
menudo eran atractivas y convincentes. Pablo no especificó la natu-
raleza de las ideas que se oponían a la fe en Cristo. Sin duda eran
paganas en su origen y naturaleza. Hay algo que podemos decir con
seguridad: Pablo no tenía en mente a sus herederos teológicos divi-
sores, en la forma en que han fragmentado a los cristianos desde su
tiempo. Lo que aquí quería decir, eran aquellas cosas que se oponen
a la fe en Cristo y a la unión de amor en su cuerpo.
Como una nave sin timón en un mar tormentoso, los creyentes
inmaduros son la presa de todas las doctrinas fraguadas por gentes
habilidosas para alejarlos de su destino (v. 14). Pablo no describe las
enseñanzas, pero dio una ruda descripción de las personas que en-
señaron falsas ideas. Eran gente "con astucia". Su intención es la de
enreqar y engañar.
En contraste, los creyentes han de hablar la "verdad en amor"
(v. 15). {Cuál es la distinción básica entre el maestro verdadero y el
falso? La diferencia comienza con la actitud hacia los otros miem-
bros del cuerpo de Cristo. El maestro auténtico ama a las gentes y
quiere ayudarlas. El falso maestro busca saciar sus propias ambicio-
nes y saca provecho de los demás para sus propios fines.
En el contexto de la enseñanza amorosa, nos podemos mover
hacia la meta que Dios tiene para la iglesia. Con la ayuda de los
maestros pastores, el cuerpo puede crecer hasta una altura que igua-
la la madurez de la cabeza.
El versículo 16 es uno de los versículos más difíciles de todo el
Nuevo Testamento, para su traducción. De la mayoría de las tra-
ducciones, surgen los puntos importantes. Notemos esos puntos.
En primer lugar, el cuerpo depende completamente de la cabe-
za tanto para su unidad como para su crecimiento. En segundo 1 ~ -
gar, la unidad del cuerpo es de importancia básica. Como el cuerpo
físico está unido por coyunturas y ligamentos, así los miembros del
cuerpo de Cristo deben estar unidos los unos a los otros. En tercer
lugar, cada parte individual tiene una responsabilidad para el creci-
miento del conjunto. El crecimiento tiene lugar cuando cada miem-
bro del cuerpo trabaja "según la actividad propia de cada una de las
partes" (BJ), o sea cumpliendo con su propia función. Uno de los
principales problemas en muchas iglesias es que, demasiados de sus
miembros están malnutridos, atrofiados o perezosos.
La meta es el "crecimiento" o la edificación de todo el cuerpo.
Aquí, Pablo mezcla sus metáforas, pasando del ámbito de la fisiolo-
gía al de la construcción. Sin embargo, la idea es clara. El crecimien-
to del conjunto es la meta de cada parte.
Pero, demasiados cristianos tratan de funcionar aislados de sus
hermanos. Demasiados grupos separados pretenden ser más puros,
a sus propios ojos, que los demás. El creyente puede estar en el
propósito de Cristo ~610cuando esa persona ve su propio lugar en el
contexto de todo lo que Cristo está haciendo en medio de los demás.

111 Moralidad Personal en el Cuerpo (4:17-24)


La primera preocupación en la ética cristiana de Pablo surge
de su eclesiología, su concepto de la iglesia. Su ética era primordial-
mente una ética social, relacionada con la forma en que los hombres
han de vivir juntos en el nuevo pueblo creado por Dios.
Pero Pablo también tenía conciencia de la importancia que tie-
ne la moralidad personal. Con seguridad, existe una estrecha cone-
xión entre la ética personal y la social. Pablo nunca perdió de vista el
hecho de que cada individuo debe ser entendido a la luz de la incor-
poración de esa persona al nuevo pueblo de Dios.
1. La Ruptura Radical con la Antigua Vida Inmoral
Pablo creía que, en la redención, Dios había creado un nuevo
pueblo que debía tener una forma de vida totalmente nueva. El pro-
blema era que gentes que formaban parte de este nuevo pueblo ha-
bían encontrado el evangelio en un medio pagano. Su trasfondo no
los había preparado para su nueva forma de vida. Aun eran presio-
nados por su pasado y apremiados por el paganismo que les rodea-
ba. Los gentiles tenían gran dificultad en entender las demandas de
su nueva vida, y gran dificultad en resistir las atracciones de la vieja.
La primera preocupación de Pablo era la de insistir en que los
gentiles rompieran con el pasado en forma radical y total. Escribió:
"Ya no andéis como los otros gentiles" (v. 17). Aquí "gentiles" es un
sinónimo de paganos. La descripción paulina de la vida pagana en
aquel tiempo era algo oscuro e inaceptable. Los gentiles vivían "en
la vanidad de su mente" (v. 17). Otros autores contemporáneos, no
cristianos, pueden haber alabado la grandeza de Roma, los logros de
sus hombres de letras y la bondad y riqueza de su vida. Pero Pablo
escribió que era "fútil". Los paganos estaban envueltos en esfuerzos
frustrantes en busca de metas sin sentido.
La causa de todo ello era clara: la falta que tenían los paganos
de comprensión, y su alienación. Ambas estaban estrechamente re-
lacionadas. Los no creyentes no sabían cómo planear, elegir o actuar
porque eran ignorantes (v. 18). Quienes son ignorantes están en ti-
nieblas. Los que están en tinieblas no pueden ver dónde están yen-
do; tropiezan y se tornan sin sentido alguno de dirección.
Los paganos estaban aislados "de la vida de Dios" (v. 18). Esto
explica su oscuridad, porque Dios es la única fuente de luz por la
cual la gente puede vivir vidas significativas. Pablo ya ha descrito
esta situación en palabras punzantes: "sin esperanza y sin Dios en
el mundo" (2:12).
Pablo coloca claramente la responsabilidad de su triste y trági-
co estado en los mismos no creyentes. Creía en los poderes malignos
y perversos, a los que generalmente se refería como carne, pecado,
potestades. Pero su teología no aliviaba la responsabilidad personal
por el mal. Una frase popularizada por un comediante, dice: "El dia-
blo me hizo hacerlo." Pablo hubiera rechazado fuertemente este en-
cubrimiento de la irresponsabilidad moral humana.
La oscuridad y alienación características de la vida pagana
eran debidas a la "ignorancia" de los gentiles (v. 18). Sin embargo,
los gentiles eran responsables de esa ignorancia. Dios no se había
escondido de ellos; ellos habían rechazado el conocimiento de Dios
(ver Ro. 1:19-21). Habían escogido rechazar la luz que les había lle-
gado. Pablo enfatizó la responsabilidad personal de los gentiles por
su condición entenebrecida al agregar la frase "por la dureza de su
corazón" (v. 18). La luz del conocimiento de Dios les había llegado;
pero no habían sido capaces de penetrar las defensas que habían
lanzado contra elia.
De ese modo, los gentiles "perdieron toda sensibilidad" y "se
entregaron a la lascivia" (V. 19). Por lo tanto, la cuestión no era la
misma que para una persona que era moralmente sensible, que de-
seaba hacer el bien, pero que ocasionalmente tropezaba y caía. La
respuesta a ese tipo de problema era -y es- la gracia de un Dios
perdonador.
El problema era mucho más fundamental. Era la total insensi-
bilidad moral que hacia posible el abandono desenfrenado de todos
los tipos de inmoralidad.
La falta de restricción tan característica de la sociedad pagana
era iluminada por la frase traducida "para cometer con avidez toda
clase de impureza" (v. 19). Los paganos tenían un ansia insaciable
de inmoralidad que no podía ser satisfecha. Un exceso inmoral sim-
plemente llevaba a otro.
2. La Vieja y la Nueva Naturaleza
Moralmente, Cristo estaba en el polo opuesto al del placer y la
licencia que gobernaban la humanidad no regenerada. En su vida y
en su enseñanza, Cristo representó lo más alto y lo mejor en morali-
dad. Pablo no conocía personal y específicamente sobre la capacita-
ción de sus lectores cristianos. Sin embargo, daba por sentado que
habían recibido alguna instrucción moral y ética y que esta instruc-
ción había estado en armonía con la verdad de Jesús (v. 21).
Uno de los mayores énfasis de Pablo era que el momento de de-
cisión por Cristo era un momento en el cual ocurría una nueva crea-
ción. La ruptura con el pasado había de ser total y radical. La vida
tenía que ir en una direccibn totalmente distinta.
Pablo creía que la redención era el resultado de la actividad so-
berana de Dios. Pero, esto de ninguna manera disminuía la respon-
sabilidad de los creyentes por la dirección de sus propias vidas. Este
es uno de los problemas espinosos para la teología cristiana (y pauli-
na): cuál es la relación entre la soberanía de Dios y la libertad huma-
na. La comunidad cristiana ha sido dividida muchas veces por dis-
cusiones sobre este tema.
Pablo parece mantener a ambos en tensión. Sus respuestas de-
pendían de la cuestión. A veces, la cuestión giraba sobre la posibili-
dad de que la gente se salvara por sus obras. La respuesta continua
de Pablo a esto era que las personas se salvan solamente por la gra-
cia. A veces, la cuestión era lo opuesto. La gente a quien Dios ha
salvado, 2 no tiene responsabilidad por la dirección moral de sus vi-
das? La continua respuesta de Pablo era que el pueblo de Dios es
responsable de sus decisiones y acciones morales.
En 4:22, 23, Pablo parece colocar la responsabilidad directa-
mente en los creyentes en lo que se refiere a sus acciones. Este pasa-
je contiene tres verbos. Dos de ellos están en tiempo aoristo. Son
"despojaos" (v. 22) y "vestíos" (v. 24). El tiempo aoristo enfatiza el
carácter decisivo y amplio de la posición que Pablo insistía a sus lec-
tores. Debían hacer a un lado la vieja naturaleza y ponerse la nueva
de una vez para siempre.
La vieja naturaleza corresponde a la vieja vida de los creyentes,
antes de que Dios les haya encontrado en Cristo. La vieja vida había
sido corrompida y decadente, víctima de "deseos engañosos'' (v.
22). Estos son deseos malos que prometen, pero que no cumplen.
Prometen felicidad y satisfacción; prometen vida y realización. Pero
llevan a la frustración, la desgracia y la muerte.
La nueva naturaleza es totalmente distinta. Ha sido "creada
según Dios" (v. 24). Esta frase recuerda la historia de la creación en
el Antiguo Testamento. La humanidad había sido creada a la ima-
gen o semejanza de Dios. Pero, como resultado del pecado, la natu-
raleza humana se había tomado mala y corrompida. En la reden-
ción, Dios crea la nueva persona según su semejanza.
Podríamos ir lejos en el debate sobre el significado de la frase
"creados según (VM, "la imagen de") Dios" (v. 24). Sin embargo,
en esto la preocupación de Pablo era moral. Cualquier cosa creada
de acuerdo con la imagen de Dios participa de su carácter y su
carácter está marcado por "la justicia y santidad de la verdad" (v.
24).
La imagen de los verbos que hemos estado analizando viene de
la remoción de las ropas viejas y sucias, y la colocación de nuevas y
limpias. Algunos creen que esta metáfora fue sugerida por antiguas
prácticas bautismales. Aun en este tiempo, los convertidos recién
bautizados pueden haber sido vestidos con ropas blancas, después
que salían del agua, como expresión de una nueva vida.
Cuando Pablo escribió "Renovaos en el espíritu de vuestra
mente" (v. 23) usó el tiempo presente, distinción que no es clara en
las traducciones castellanas. Mientras que las otras dos acciones han
sido hechas de una vez para siempre, el ser renovados es algo que
tiene lugar continuamente en la vida del creyente. La renovación es
un proceso.
Esta reiterada renovación a menudo ha sido mal entendida por
los creyentes que creen que pueden ser santificados de una sola vez.
Van al altar y se consagran completamente a Dios, creyendo que re-
solverán sus problemas espirituales y sus luchas íntimas para siem-
pre. Pero tal decisión basta 5610 para el momento. En cada paso del
largo camino de la vida, el cristiano -debe ser renovado. Idealmente,
la renovación ocurre en cada instante de la existencia del cristiano.
Pablo enfatiza lo interior de la renovación del creyente con la
frase "en el espíritu de vuestra mente'' (v. 23). Probablemente ésta
es la forma de describir el núcleo más profundo de la existencia de
una persona. La renovación es de dentro hacia afuera y no a la in-
versa.
De modo que Pablo se preocupaba por las acciones externas.
Alentaba a los creyentes a dejar a un lado la vieja manera de vivir y
a revestirse de la nueva. Pero también se preocupaba de las fuentes
interiores de la conducta. En esto armonizaba con su Señor, que en-
fatizaba esa moralidad genuina que comienza con un corazón puro.

Vida Responsable en el Cuerpo de Cristo

Cuando damos a los demás el nombre de "miem-


bros de la iglesia", generalmente queremos decir algo
distinto de cualquier cosa que se encuentra en el Nue-
vo Testamento. Por lo general, queremos decir que sus
nombres están en el registro de la iglesia. Esto puede
ser lo único que les distingue como miembros. Muchos
de ellos nunca se reúnen para adorar con sus herma-
nos cristianos ni comparten la responsabilidad de sos-
tener el ministerio de la iglesia. Pero si se les pregunta
por su relación eclesiástica, afirman que son miem-
bros de la iglesia.
Pero, en los escritos de Pablo, un miembro de la
iglesia era una parte del cuerpo en funcionamiento.
Eso es lo que hacía que una persona fuera miembro. El
cristiano era una parte del nuevo pueblo de Dios, de la
manera que un brazo o una pierna está unido al cuerpo
humano para ayudarle a funcionar.
Pablo no concebía, ni podía concebir, a un indivi-
duo cristiano fuera de la relación en la iglesia. Sus pa-
labras de advertencia siempre eran dirigidas a creyen-
tes en el contexto de su relación con el cuerpo de Cris-
to. Cada miembro tenía responsabilidad. Todos son
responsables los unos por los otros. Todos tienen la
responsabilidad de contribuir a la función de todo el
cuerpo, haciendo lo que se presume que harán como
miembros.
En nuestro tiempo, nuestro concepto de dones y
responsabilidades ha sido condicionado por nuestras
rígidas formas eclesiásticas. En gran medida, damos
por sentado que los ministerios oficiales de la iglesia
tienen dones y son responsables de su uso. Sin embar-
go, muchos miembros parecen sentir que no tienen
que tomar seriamente la cuestión de sus propios do-
nes.
De acuerdo con la teología paulina, cada uno ha
recibido un don para ser usado en el completamiento
de la función del cuerpo. Si esto es verdad, entonces
cada miembro debe preguntar seriamente: co cuál es
mi don?'* Y habiéndolo descubierto, el cristiano tiene
que ejercitarlo en una comunidad de amor para el
bienestar de todo el cuerpo.
Actividades Personales de Aprendizaje

1. Pablo veía poca relación entre creencias y conducta. Verdade-


ro- Falso-
2. De acuerdo con el doctor Tolbert, hay una sola cosa que impor-
ta por sobre todas las demás en nuestro mundo. (Elija la res-
puesta correcta de la siguiente lista):
(1) Lo que yo personalmente quiero.
(2) Lo que Dios está haciendo en su iglesia.
(3) El poderío de nuestra nación.
(4) Cuándo volverá Cristo
3. Combine las dos listas, relacionando los términos con su defini-
ción :
(1) Llamamiento
(vocación)
(2) Humildad
(3) Mansedumbre
(4) Paciencia
(5) Capacidad de
soportar

(a) Humildad

(b) Negativa a abandonar


(c) Actividad que obra en amor
(d) Vocación como pueblo de Dios
(e) Gentileza

4. Pablo enumeró siete factores que tienen que ver con la unidad
de la iglesia. (Elija las respuestas adecuadas de la lista):
(1) Un cuerpo
(2) Una denominación
(3) Un Espíritu
(4) Una esperanza
(5) Una Biblia
(6) Un Señor
(7) Una fe
(8) Un bautismo
(9) Un Dios
(1) Una confesión de fe

5. De acuerdo con Pablo, el propbsito de Dios al dar personas a su


iglesia fue para que
:atsé (Seleccione la respuesta co-
rrecta):
(1) Hagan la mayor parte del trabajo
(2) Preparen a los santos para el ministerio
(3) Dar directivas
(4) Sirvan a los santos

6. Pablo comparó a la iglesia con. . .


(Elija la respuesta adecuada)
(1) Negocio
(2) Equipo
(3) Unidad militar
(4) Cuerpo
7. Pablo puso gran énfasis en la moralidad personal. Verdade-
ro--- Falso-
8. Pablo colocb la responsabilidad de la dirección de las vidas de
los creyentes en (Elija la respuesta adecuada):
(1) Dios
(2) La iglesia
(3) Los pastores
(4) Los mismos creyentes

Respuestas:
l. Falso; 2. (2); 3. (l)d, (2)a, (3)e, (4)b, ( 5 ) ~ 4.
; (l), (3), (4), (6), (71,
(8), (9); 5. (2); 6. (4); 7. Verdadero; 8. (4).
CAPITULO 8

La Moralidad Cristiana e n Acción


Efesios 4:25-5:20

En pasajes previos, Pablo escribió sobre la moralidad en gene-


ral, en términos de principios y actitudes característicos del nuevo
pueblo de Dios. En esta sección, Pablo hizo algunas aplicaciones
prácticas y concretas de estos principios.

1 Acciones que Afectan a Otros (4:25-32)


{Qué significa quitarnos la vieja naturaleza? Hacerlo significa
que uno ha terminado con una vida doble, con el engaño y la desho-
nestidad. La mentira ya no es aceptada como instrumento para
usarse en relación con otros.
Pablo no creía que la "mentira" (v. 25) tuviese lugar alguno en
la vida del creyente. Más bien, amonestaba a todos a hablar "verdad
cada uno con su prójimo", usando una cita de Zacarías 8:16. Para
Pablo, la verdad trascendía el ámbito de los hechos, aunque éstos
deberían estar incluidos. La verdad, por sobre todo, era la realidad
que había sido descubierta en Cristo. El creyente había salido de un
ámbito de ilusión y engaño a una vida de realidad y verdad.
La razón que Pablo dio para hablar la verdad es la relación que
los creyentes tienen entre sí como miembros del cuerpo de Cristo.
La salud de ese cuerpo depende de la apertura y confianza. El cuer-
po es herido por la deshonestidad que alimenta la sospecha y la hos-
tilidad.
En la segunda observación, Pablo advierte contra la ira que
puede llevar al pecado (v. 26). La ira es una de las fuerzas más des-
tructivas de la sociedad humana. Ha sido extremadamente dañosa a
la vida de la iglesia.
Antes que nada, debemos reconocer que Pablo no ordena a na-
die que se enoje. Pero sí reconoce que la ira puede surgir cuando la
gente está muy relacionada entre sí. Varias versiones interpretan el
significado de esta declaración rectamente cuando traducen "Si os
airáis" (BJ) o "Si os enojáis'' (NC).
Pablo reconoce que la ira puede llegar a ser obsesiva y dominar
la vida de una persona. Por lo tanto, da este consejo práctico: "No
se ponga el sol sobre vuestro enojo" (v. 26). El creyente no ha de ali-
mentar y nutrir su ira. Nutrir la ira hace que se transforme en algo
corrosivo y destructivo. Desde el punto de vista de Pablo, debemos
tomar enseguida pasos para tratar inmediatamente con nuestra ira.
No hemos de permitir que el día de la ira pase antes de que la mis-
ma sea resuelta, de modo que no pequemos manteniendo un rencor.
Pablo agregó: "ni deis lugar al diablo" (v. 27). Básicamente, el
término "diablo" significa "acusador", de modo que es adecuado.
La ira es peligrosa porque da al diablo una oportunidad de hacer su
obra. Más veces de las que sucede lo contrario, la ira lleva a la acu-
sación o blasfemia, que es el trabajo del diablo.
La deshonestidad en el intercambio social no es una parte de la
nueva vida del creyente. Ni tampoco lo es en cuanto a ganarse la
vida (v. 28). El robo pertenece a la vida vieja que ha sido dejada a un
lado. El trabajo honesto es característico de la nueva naturaleza que
ha sido asumida. Todo trabajo honesto es recomendable y puede ser
una expresión de la actitud del cristiano. Pablo elevó el trabajo ma-
nual al nivel más alto posible. En nuestra pretendida cultura cristia-
na, aquellos que trabajan con las manos generalmente son mirados
por sobre el hombro y relegados a las clases inferiores; este es un
juicio lamentable y erróneo.
La mayor razón que Pablo dio para que los cristianos se ocupa-
ran de un trabajo honesto para ganar dinero es interesante. Debe-
mos trabajar para sotener nuestras familias. Debemos trabajar para
evitar ser una carga para otros. Estas son buenas razones cristianas
para ganar una vida honesta. Pero ~ a b l odio-el más elevado motivo
cristiano de todos. Los creyentes deben ganar un ingreso honesto
para poder compartir con,el que tiene necesidad" (v. 28).
Luego, Pablo sienta el principio general que ha de gobernar la
conversación del creyente. El cristiano ha de contenerse de usar
cualquier "palabra corrompida'' (v. 29). Como lo muestra el contex-
to, esto significa más que lenguaje sucio o tonto, aunque ese lengua-
je debe incluirse. El lenguaje malo es destructivo y dañino para
otros; al parecer éste es el principal criterio aquí.
La conversación cristiana se caracteriza por su efecto positivo.
Su propósito es la "edificación", la construcción y la ayuda a otros
(v. 29). Llena su cometido, porque está designada para enfrentar las
necesidades de los demás, cualesquiera que sean sus necesidades. La
conversación cristiana alienta a los desesperados; es la palabra de
amor a los solitarios, la palabra de gracia a los culpables.
El propósito del habla cristiana se ve en la frase "a fin de dar
gracia a los oyentes" (v. 29). La palabra "gracia" puede describir lo
que es agradable o atractivo. Pero, probablemente, no pensaremos
en eso aquí, en términos de la gracia de Dios. El habla del creyente
puede ser un instrumento del poder, ayuda y perdón de Dios.
El habla mala no sólo daña a los demás, también aflige al Espl-
ritu de Dios que está presente en los hijos de Dios (v. 30). El Espíri-
tu Santo es descrito como el sello por el cual Dios autentica a su
pueblo hasta el día de la redención plena.
Muchas personas vigilan su lenguaje en el templo porque pien-
san que es la casa de Dios, el lugar donde él está. Esto no era el pen-
samiento de Pablo. Para Pablo, cada creyente es un templo del Espí-
.&u de Dios. Donde hay un cristiano, allí está el Espíritu. Por lo tan-
to, el creyente siempre debe tener conciencia de que toda su vida sea
vivida en la presencia del Espíritu. Lo que el creyente dice en un es-
tadio o en un comercio o en el mercado debe ser tan responsable
como lo que esa persona dice en el edificio de la iglesia y, quizá, aún
más.
La enseñanza de Pablo sobre el mal uso de la lengua alcanza su
clímax en el versículo 3 1. Notemos el movimiento en el catálogo de
vicios. La lista comienza con aquellas actitudes internas que son
malas y destructivas y se mueven a su expresibn exterior. "Toda
amargura, enojo, ira" (v. 31), describe los venenos interiores que ex-
plotan en "gritería y maledicencia". Cuando los malos sentimientos
hacia otros son albergados y se les permite enconarse, resultan en
clamor, en ataques fuertes y abusivos.
"Maledicencia" traduce una palabra que, en otros contextos
puede ser traducida como "blasfemia". El lenguaje es blasfemia si es
dirigido contra Dios. Las palabras constituyen maledicencia si se
dirigen contra otro ser humano. Pablo tenía en mente la práctica
común de hablar mal de otros, que son los objetos de nuestra amar-
gura e ira.
"Malicia" es una palabra de resumen, que incluye todas las pa-
labras de la lista precedente en el versículo 31. Describe la actitud
personal de alguien hacia otro ser humano. La malicia es esa actitud
que nos hace desear la caída y daño de otro, y trabajar con ese fin.
La nueva vida del creyente tiene una cualidad nueva y diferen-
te. Se entrega a la bondad, compasión y perdón (v. 32). Estos están
en el polo opuesto de las actitudes hostiles, enojosas y despreciati-
vas que Pablo ha mencionado.
La nueva actitud hacia otros surge de una fuente: la increíble
expresión de amor hacia nosotros. No tenemos que perdonar a nues-
tro hermano porque lo merezca. Tenemos que perdonarlo "como
también Cristo os perdonó a vosotros" (v. 32), aunque no éramos
merecedores de ese perdón.

11 La Vida que Es Moldeada por el Amor (5:l-7)


Pablo afirmó la demanda moral a los creyentes en los términos
más fuertes posibles: "Sed imitadores de Dios" (5:l). Sin embargo,
la declaración no es más firme que la demanda planteada por Jesús
en el Sermón del monte: "Sed, pues, perfectos, como vuestro Padre
celestial es perfecto" (Mateo 5:48). El imperativo bajo el cual vive el
pueblo de Dios no es menos que el de corporizar el mismo carácter
de Dios.
La meta de nuestra lucha, el estándar por el que somos juzga-
dos, no es otra pobre y débil persona. Nuestro estándar es nada me-
nos que el mismo carácter de Dios, que es amor santo.
Obviamente, en algunas áreas no podemos imitar a Dios. De
modo que, bien se puede preguntar qué significa la observación de
Pablo. El continúa aún más para ampliar la esfera de su demanda.
Los creyentes han de andar "en amor" (v. 2). "Andar", aquí equiva-
le a la conducta. El término abarca actitudes, hechos y relaciones.
La idea específica es relacionada con la vida del creyente en el cuer-
po de Cristo. La vida total del cristiano ha de determinarse por el
amor a los hermanos en Cristo.
Nuevamente podemos hacernos la pregunta: {qué es el amor?
Es una palabra escurridiza, usada en demasiados contextos. Tiene
mil significados en el vocabulario humano, pero tiene un significado
central en los textos bíblicos. El amor no queda sin ser definido; le
es dado un contenido por una persona específica y un acto específi-
co.

1. El Amar Ejemplifzcaab par Cristo


Cuando el Nuevo Testamento trata el tema del amor (ágape),
se refiere al amor que Dios expresa por medio de Cristo. El concep-
to paulino del amor era coherente con esta interpretación neotesta-
mentaria. ¿Qué significa andar en amor? Nuestra interpretación de
esa forma de andar surge de nuestra experiencia del mismo amor de
Cristo. Su vida fue determinada totalmente por su amor por noso-
tros.
Debemos notar que Pablo no piensa en Cristo como en una pie-
za de algún juego en que Dios se distrae. Los hechos y acciones de
la encarnación no estaban determinados por algún tipo de fuerza di-
vina mecánica. Lo que Cristo hizo sólo tenía una razón: nos amó.
El amor que se entrega a sí mismo explica el plan eterno de re-
dención mencionado en Efesios 1:5. La coherencia entre el Padre y
el Hijo era producida por el amor. Este mismo amor hizo nacer el
propósito redentor de Dios y es la fuerza que subyace tras su ejecu-
ción. En relación con esto, nótese la falla de todas las posiciones ba-
sadas en el determinismo, como el calvinismo extremo. Con la elec-
ción soberana no puede explicarse básicamente lo que Dios es. La
elección debe ser entendida en términos de amor, o se hace algo sin
vida, frío, mecánico y -en algunos casos- monstruoso.
Un hecho en la vida de Cristo definió este amor en grado sumo.
Este hecho fue la cruz: Cristo "se entregó a sí mismo por nosotros"
(5:2). Una vez más, notemos que la iniciativa estaba en Dios. La
muerte de Jesús no fue algo que Dios obligó o forzó a que Cristo hi-
ciera por nosotros. La autoentrega de Cristo era algo que Dios hi-
zo, en Cristo, por nosotros. El propósito de la autoentrega de Cristo
no ha de encontrarse en una fuerza que presionó a Cristo desde
atrás. El propósito ha de encontrarse en una fuerza que le impelió
desde el futuro. Murió a fui de redimirnos.
Debemos entender que el amor cristiano no es un sentimiento.
En términos bíblicos, el amor es primordialmente hacer. Con seguri-
dad, esto no quiere decir que la persona que actúa en amor está va-
cía de sentimiento. Pero debemos rescatar nuestro concepto del
amor cristiano del ámbito del sentimiento. El amor es algo que ha-
cemos.
Pablo completó su declaración con una frase que describía la
respuesta de Dios al amor de entrega de Cristo. Esta respuesta enfa-
tizaba la unidad entre ambos. Para describir la respuesta de Dios,
Pablo hizo uso de ideas y palabras del Antiguo Testamento, que es-
taban profundamente arraigadas en él. Esa terminología se encuen-
tra en pasajes como Génesis 8:21 y Levítico 1:9.
En el Antiguo Testamento, un sacrificio que era aceptable a
Dios era comparado con un dulce perfume que ascendía hasta su na-
riz. Este antropomorfismo era típico del Antiguo Testamento. Era
un intento de describir a Dios en términos humanos. Significaba
que el sacrificio era agradable a Dios.
Aun cuando la frase tiene sus raíces en el Antiguo Testamento,
surge del contexto una idea claramente neotestamentaria. Lo que
Dios esperaba de su nuevo pueblo no es grano ni ofrendas de anima-
les. Desea actos de amor, de entrega, vidas ofrecidas por otros de
acuerdo con el mismo acto de amor de Cristo.
2. Inmmalidad Que Debe Ser Eliminada
La exigencia ética de la vida cristiana ha sido declarada en tér-
minos positivos. Pablo también encontró necesario declararla en tér-
minos negativos. Teóricamente, esto no sería necesario. La deman-
da del amor lo incluye todo. Tal como es declarada en otros lugares
de la Biblia, de ella "dependen toda la ley y los profetas" (Mateo
22:40).
Pero el amor o gracia puede ser mal entendido con demasiada
facilidad. Pablo tuvo que luchar contra una interpretación de la gra-
cia que no lograba tomar en serio la moralidad cristiana. Por lo tan-
to, Pablo sintió la necesidad de mencionar los tipos de cosas que no
son apropiados a una vida de amor. El primero es la "fornicación"
(v. 3), término que se refiere a la inmoralidad sexual en general.
Luego hay una prohibición contra "toda inmundicia" que quizá po-
dría ser traducida, para mayor énfasis, como "cualquier género de
impureza" (NC).
El tercer mal mencionado "avaricia" (v. 3) pasa de una expre-
sión pública del mal a las fuentes interiores de las cuales surgen las
acciones morales. La palabra puede referise a un deseo sexual licen-
cioso. Sin embargo, con más frecuencia se refiere a un impulso de-
sordenado o idolátrico de obtener posesiones materiales.
Sin duda, la conversación común en la mesa de la sociedad pa-
gana implicaba una gran porción de temas referentes al sexo en for-
ma sucia y a las prácticas inmorales en general, que estaban a la or-
den del día. Lo mismo ocurre hoy, cuando hay tanta jactancia sobre
el adulterio y otras relaciones sexuales ilícitas. Pablo instruyó a los
cristianos a no seguir esas prácticas. No habían de cometer actos in-
morales. Ni siquiera debían tratarlos como posibilidades (v. 3).
Es claro que Pablo no quería decir que la comunidad cristiana
no ha de hablar del sexo y la moralidad sexual. Ya que, precisamen-
te, es lo que él está haciendo aquí y en otros pasajes, especialmente
en Corintios. Pero nuestras preocupaciones deben ser preocupacio-
nes cristianas. Los creyentes necesitan ayudarse mutuamente para
obtener una perspectiva moral cristiana.
Los creyentes tienen que ser morales tanto en acción como en
conversación. Esta debe ser cristiana. Por lo tanto, Pablo advirtió a
sus lectores contra la conversación sucia, tonta y obscena (v. 4).
Pablo no prohibió un sentido sano del humor. Ciertamente, es-
cribió en Colosenses 4:6: "Sea vuestra palabra siempre con gracia,
sazonada con sal." La mayoría de los intérpretes entienden esta afir-
mación como que significa que la conversación del creyente no ha
de ser pesada y aburrida. Sin embargo, el humor puede ir por un ca-
mino bajo o por uno alto. La elección cristiana es la de recorrer el
más elevado, siguiendo siempre el sendero de amor en su conversa-
ción. La alegría y el humor son parte de la vida cristiana. Pero no lo
es la conversación sucia y eso es lo que Pablo enfatizaba.
La lengua del cristiana0 debe ser usada para "acciones de gra-
cias" a Dios antes que para conversación sucia (v. 4). La gratitud es
uno de los temas dominantes en las cartas de Pablo. Creía que la
gratitud debe ser una de las respuestas básicas a las acciones reden-
toras de Dios en favor de su pueblo.
El uso más elevado de nuestra capacidad vocal, que es un don
de Dios, es el de alabarle. El uso de la lengua por parte de los cristia-
nos, que puede ser empleada en agradecer a Dios, al usarla en con-
versaciones sucias e inmorales es rebajar ese don. También pierden
una oportunidad para dar testimonio de su nueva existencia en
Cristo. La persona que está agradeciendo a Dios con su lengua no la
usa en formas negativas, quejosas, rudas, juzgadoras y destructivas.
3. El Juicio de Dios Sobre la Inmoralidad
En 5:s aparece una expresión dura. La inmoralidad es puesta
en el nivel más serio posible: impide que alguien herede el reino de
Dios. Las prácticas inmorales son la señal de una persona no rege-
nerada.
Visiblemente, Pablo estaba preocupado con la actividad, en la
comunidad cristiana, de los maestros que pervertían el evangelio.
Enseñaban que la inmoralidad no era tema para los cristianos que
estaban bajo la gracia. Pablo hace una dura referencia a estos malos
maestros: "Nadie os engañe con palabras vanas" (v. 6). La persona
que enseña que un creyente es libre para pecar, no tiene fundamento
para su doctrina. Este tipo de enseñanza era peligrosa y confusionis-
ta; era el polo opuesto de la verdad en Cristo.
Pablo continúa amonestando a sus lectores: "No seáis, pues,
partícipes con ellos" (v. 7). O sea, que advertía a los creyentes que
no incluyeran a los maestros malos y perversos en la comunidad
cristiana.

111 Contraste Entre lo Anterior y lo Nuevo (58-20)


El interés básico de Pablo en toda la sección de Efesios 5:8-20
fue hacer un contraste entre la vieja vida pagana con la nueva vida
de los convertidos cristianos a los que estaba escribiendo. Para cum-
plir con ese propósito, Pablo empleó las metáforas de la oscuridad y
las tinieblas. Estas metáforas habían sido usadas ampliamente en
las esferas de la filosofía y la religión. La comunidad de Qumrán,
por ejemplo, había hecho de esas metáforas los conceptos claves de
su teología. Este grupo de esenios se llamaban a sí mismos "hijos de
la luz", en contraste con los demás, especialmente otros judíos de
quienes se pensaba que eran malos y heréticos. Pablo puede haber
estado influido por éste y otros usos contemporáneos de las metáfo-
ras. Sin embargo, surge el carácter distintivo que él empleó para lo-
grar su propósito.
1. Andar en la luz
Pablo extrajo un contraste entre "en otro tiempo" y "ahora"
(5:8). Hizo una clara distinción entre el pasado y el presente. Al
tiempo de la conversión de los lectores, había ocurrido un cambio
radical en sus vidas. No sólo los creyentes eran nuevos y diferentes,
sino que esa diferencia estaba en el extremo opuesto del carácter de
sus vidas anteriores.
En el pasado, los lectores de Pablo habían sido "tinieblas". No
sólo habían vivido en la esfera de las tinieblas; habían sido partici-
pantes concretos de ellas. Habían sido parte de las mismas tinieblas.
La tiniebla describe que su existencia había estado en rebelibn con-
tra Dios.
Pero Dios había cambiado a sus lectores de las tinieblas a la
luz. El había tomado a los creyentes y los había "librado de la potes-
tad de las tinieblas y trasladado al reino de su amado Hijo" (Col.
1:13).
Por lo tanto, cuando Pablo escribió sobre el cambio drástico en
la existencia de los creyentes, tenía en mente, antes que cualquier
otra cosa, el acto salvador de Dios. Los cristianos no se habían mo-
vido de las tinieblas a la luz por sus propios esfuerzos; su cambio
había sido producido por Dios, y sólo por Dios.
Pero, como ocurre a menudo en los escritos de Pablo, el indica-
tivo es seguido de cerca por el imperativo. La gracia salvadora de
Dios coloca la responsabilidad moral en los creyentes. De modo que
Pablo amonestaba a los creyentes: "Andad como hijos de luz" (v. 8).
Eran hechos hijos de luz por el poder regenerador de Dios. Este co-
locaba la responsabilidad sobre ellos -sí, les daba la libertad- de
vivir en armonía con su nueva existencia.
Inmediatamente, Pablo adoptó el lenguaje de la esfera de lo
abstracto. Aquí vemos que el propósito de Pablo moldeaba su uso
de las metáforas. La moralidad era suprema en su mente. Andar en
la luz era "Toda bondad, justicia y verdad'' (v. 9).
"Bondad, justicia y verdad'' deben ser entendidas en el contex-
to de Efesios. Estas palabras se refieren al amor de los unos por los
otros, al perdón mutuo, a decir la verdad, a ganarse la vida honesta-
mente y refrenarse de la inmoralidad sexual.
Por sobre todo, el propósito de la vida del creyente es hacer "lo
que es agradable al Señor (v. 10). Tenemos una responsabilidad, por
lo tanto, de descubrir lo que Dios quiere que hagamos y cómo quie-
re que actuemos. Nuestro texto nos amonesta: "Examinad qué es lo
que agrada al Señor" (BJ), lo que puede traducirse también "Tratad
de aprender", verbo griego que Pablo usa en varios de sus escritos.
La idea básica parece aquí ser la de aprender por medio de pruebas.
Hay una idea clara: la voluntad de Dios no se discierne en lo
abstracto o en un vacío; es discernida por aquellos que, antes que
nada, quieren agradar a Dios. Además, la voluntad de Dios es dis-
cernida por aquellos que están ocupados activamente en la vida, en-
frentando sus difíciles decisiones, envueltos en sus demandas. Cuan-
do hacen decisiones, cuando se comprometen en acciones, cuando
enfrentan problemas, están sometiéndolo todo a la prueba de si esto
complacerá a Dios. Pablo tenía confianza en que quienes tuvieran
este tipo de propósito, encontrarían lo que Dios quiere que hagan.
Los creyentes no han de participar en las "obras infructuosas
de las tinieblas" (v. 11). Para Pablo la vida en el Espíritu es aquella
que trae frutos. Las obras de las tinieblas llevan a la decadencia y la
muerte, que es lo opuesto de lo fructífero.
Los hijos de luz han de "denunciar" (BJ, NC) las obras de las
tinieblas, de modo que puedan ser vistas en su verdadero carácter y
consecuencias (v. 11). Como traduce la New English Bible, los cre-
yentes "han de mostrar lo que realmente son".
Pero surge la cuestión: ¿cómo han de mostrar los creyentes las
obras de las tinieblas en lo que son? Una de nuestras tendencias al
tratar con la inmoralidad es la de condenar, criticar y castigar a las
personas que consideramos inmorales. Pero eso no parece ser lo que
Pablo tenía en mente. De hecho, escribe: "Vergonzoso es aun hablar
de lo que ellos hacen en secreto'' (v. 12).
No exponemos el mal con nuestras vehementes denuncias de
los que lo hacen. Más bien, exponemos el mal con nuestra consagra-
ción personal y nuestro vivir en lo recto. Al expresar su carácter
como pueblo que ha sido cambiado por un Dios santo, los creyentes
brillan en las tinieblas y hacen visible lo que está escondido en ellas.
La última parte del versículo 13 es enigmática y ha sido objeto
de varias y diversas interpretaciones. {Qué quería decir Pablo con la
declaración: "Todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por
la luz, son hechas manifiestas"? ("Todo lo que queda manifiesto es
luz", BJ). Quizá debemos entender esa idea como que la luz tiene un
gran poder transformador. Pablo había escrito que sus lectores ha-
bían sido tinieblas, pero que habían llegado a ser luz. ¿ Cbmo habían
llegado a serlo? Es claro que esta transformación, de las tinieblas a
la luz, había tenido lugar cuando la luz de la bondad y la gracia de
Dios había brillado sobre ellos. Esta interpretación nos ayuda a ver
el punto de vista que encontramos en el versículo 14. Es interesante
que Pablo introduzca este material de un himno, de la misma mane-
ra que introduciría una cita del Antiguo Testamento (ver Ef. 4:8).
Si bien los intérpretes generalmente concuerdan en que la de-
claración en el versículo 14 tiene la forma de un himno, hay un am-
plio desacuerdo sobre su posible fuente. Algunas personas piensan
que la declaración era un himno cristiano usado en relación con el
bautismo. Esta es una suposición tan buena como cualquiera otra.
Pablo usó la cita porque contiene una afirmación que apoya el
punto que ha indicado. La cita subraya el poder transformador de la
luz que es dada al individuo por Cristo. Cuando Cristo nos ilumina,
emergemos del mundo de los sueños a la realidad de la vida de Dios.
Somos llamados del ámbito de la muerte a las regiones trascenden-
tes de la vida.
2. Llenos por el Esplritu
En su esfuerzo de presentar el contraste entre la vieja vida y la
nueva, Pablo deja la metáfora de las tinieblas y la luz. En el versículo
15, se mueve a la antítesis entre sabiduría y necedad.
Los hombres necios son aquellos que viven sin Dios y que si-
guen la sabiduría del mundo. No importa lo inteligente o competen-
te que una persona pueda ser, juzgada por el mundo; es un necio si
vive en esas estructuras individuales sin referencias a Dios.
Por el otro lado, la persona sabia determina su conducta por el
carácter y propósito de un Dios santo. La vida de esa persona de-
pende de Dios, se adapta a su voluntad y le sirve. El contraste entre
sabiduría y necedad, en el sentido bíblico, está contenido en el
versículo 17. La persona sabia entiende "cuál es la voluntad del
Señor" y actúa de acuerdo con esa comprensión.
El versículo 16 declara que debemos aprovechar "bien el tiem-
po, porque los días son malos". Las palabras griegas de este versícu-
lo son interesantes. "Tiempo" traduce una palabra que, básicamen-
te, significa el momento oportuno. "Aprovechando" es la traducción
de un participio que, literalmente, significa "estar comprando".
La idea del versículo 16 parece clara. Los creyentes han vivido
en un mundo dominado por las fuerzas de la corrupción. Esto daba
más urgencia a su necesidad de vivir y actuar como personassabias,
personas que estaban bajo el señorío de Dios en Cristo. Aunque los
días son malos, las oportunidades para la acción cristiana se presen-
tan. Cuando aparecen esos momentos oportunos, los creyentes de-
ben apoderarse de ellos, usarlos y aprovecharlos al máximo. El par-
ticipio tiene un prefijo preposicional intensivo y por eso lo traduci-
mos como "comprarlo". La idea es la de que los creyentes tienen
que hacer esfuerzos intensivos y exhaustivos para usar sus oportu-
nidades para bien.
Una expresión de necedad en el mundo del primer siglo era la
ebriedad. En la sociedad antigua no se conocían los efectos fisiológi-
cos del alcohol. Muchos creían que el vino era la bebida de los dio-
ses. Atribuían los efectos del alcohol al poder de los buenos espíri-
tus. El vino era usado en el culto pagano. La idea paulina, probable-
mente, deba entenderse con ese trasfondo. Hacía a un lado las ideas
paganas y clasificaba la ebriedad como "disolución" (v. 18; BJ, "li-
bertinaje", NC "desenfreno").
El creyente no debía obtener su inspiración y alegría del vino.
Más bien, lo que los paganos buscaban en el vino, el pueblo de Dios
lo recibía del Espíritu. Por lo tanto, Pablo amonesta a sus lectores a
ser "iienos del Espíritu" (v. 18). Esta traducción de su amonestación
puede producir confusión. Literalmente, la declaración es "sed líe-
nos en espíritu" o "sed líenos por (el) espíritu". Si "espíritu" aquí es
una referencia al Espíritu Santo, como es probable, entonces el
Espíritu Santo no es una sustancia con la que somos llenos; más
bien, el énfasis está en el Dios que efectúa el llenamiento. La alegría,
la conciencia de Dios y la paz de la vida cristiana son impartidos por
el Espíritu. La preposición griega en (in) a menudo es usada en este
sentido instrumental.
La otra posibilidad es que la frase "en espíritu" se refiera al
espíritu del creyente; Pablo declara, entonces, el contraste entre la
llenura carnal, con vino, y la ilenura espiritual, que debe ser el deseo
de los creyentes.
Hay que indicar otro punto: el imperativo está en tiempo pre-
sente, lo que denota una acción continua. Pablo no se estaba refi-
riendo a la experiencia de una oportunidad de ser llenos por el Espí-
ritu. Quería referirse a la continua vida en el Espíritu, de la cual el
cristiano recibe su gozo y poder. Podemos traducirla: "Manteneos
siendo llenos por el Espíritu."
La enseñanza de Pablo ciertamente tiene una atinencia especial
para los cristianos de hoy. Vivimos en una sociedad manejada por el
alcohol. Hay demasiadas personas que se vuelven neciam-nte a la
botella para escapar de la ansiedad y encontrar alegría. Este es el ca-
mino de las tinieblas. A muchos creyentes les resulta dificil actuar
contra la poderosa onda de la presión social. No es la botella, sino el
Espíritu del Dios viviente lo que trae verdadera alegría y significado
a la vida. Tenemos recursos de Dios que nos ayudan a enfrentar las
demandas y frustraciones de la vida. No necesitamos de la muleta
alcohólica.
La alegría de la vida en el Espíritu fue expresada adecuada-
mente en la música que, desde el principio, evidentemente era una
parte tan vital de la congregación cristiana. Hoy, la función de la
adoración es alabar al Señor. El canto es un medio adecuado para la
adoración colectiva.
La música en la iglesia es colocada en la correcta altura en
nuestro texto. Hablando adecuadamente, la música no está planeada
como una demostración del talento individual. Su propósito es ala-
bar al Señor y no magnificar al músico. Como lo dijo Pablo, en el
canto de la iglesia, ha de alabarse al Señor con todo el corazón.
Pablo enfatizó que la música no es sólo sentimental y emocio-
nal. Mucha de la moderna música religiosa ha degenerado en esta
dirección; su único propósito es el de producir un sentimiento reli-
gioso. En lenguaje bíblico, sin embargo, el corazón es el centro de la
voluntad y el intelecto. Los grandes himnos de la iglesia conciernen
a la adoración a Dios más que a la alabanza del adorador. Ellos tie-
nen sentido, en agudo contraste con la música sentimental y sin va-
lor espiritual que, a veces, ocupa el lugar de nuestra música religio-
sa.
La gratitud está estrechamente relacionada con la alabanza a
Dios (v. 20). Fundamentalmente, la alabanza es la expresión de un
corazón agradecido. Una y otra vez, Pablo enfatiza el lugar central
de la gratitud en la vida cristiana. El creyente no ha de ser quejoso y
negativo, sino agradecido. Esta es la nota clave de la vida cristiana.
La gratitud es dominante y lo incluye todo: los creyentes han de dar
gracias "por todo", ya que toda su existencia y toda su esperanza
por el futuro son el resultado del acto salvador de Dios, su presencia
consoladora y ayudadora y sus brillantes promesas.
Debemos expresar nuestra gratitud a Dios "en el nombre de
nuestro Señor Jesucristo" (v. 10). Esto significa mucho más que la
mera repetición de una frase. El "nombre" representa a la persona.
Podemos acercarnos a Dios sólo por el hecha salvador de Jesucristo.
Más aún, la raz6n para nuestra gratitud es lo que Dios ha hecho por
nosotros a través de Jesucristo.

La Tensión de la Moralidad Cristiana

La vida ética del creyente se desarrolla en rela-


ción con las dos polaridades de fa gracia y la deman-
da. En nuestro pasaje, Pablo enfatiza la demanda. Sin
embargo, siempre debemos mantener juntos a ambos
para que no resulte un enfoque distorsionado de la éti-
ca cristiana.
La demanda sin la gracia ~esultaen un legalismo
rudo y que no perdura, La gracia sin la demanda pro-
duce una permisividad blanda y sentimental. El evan-
gelio, como Pablo lo entendía, andaba por el filo de la
navaja entre ambos extremos.
La palabra de la demanda procede de un Dios
santo; por lo mismo, es absoluta. Decir que la persona
inmoral no puede heredar el reino de Dios es la forma
negativa de expresarlo. Dios no se compromete de
ninguna manera con el mal. La palabra de la demanda
llevaría a la desesperación, si es la Única que oímos.
Significa que nadie tiene esperanza. Todos somos pe-
cadores, Sin embargo, se oye otra palabra. Dios es
santo y también es amor. Dios no se compromete con
el mal; pero ama, perdona y acepta al pecador. En ma-
nera alguna esta gracia es permisiva. El amor de Dios
nos llama para una nueva consagración a fa santidad.
De modo que somos enfrentados de una vez ante la
demanda. La vida cristiana es vivida en esta tensión
entre la demanda y l'a gracia. La primeea palabra que
Dios nos dirige es la palabra de gracia; la segunda pa-
labra que nos dirige es la palabra de demanda.
La demanda ética de un amor santo es la mayor
de las fuerzas morales en el mundo. Si alguno que nos
odia, nos hace una demanda, los esfuerzos de esa per-
sona para controlarnos encontrarán resistencia. Si so-
mos aceptados totalmente por una buena persona, en-
contramos que el amor nos impulsa cada vez más
arriba.
Si ser amado por alguien bueno no hace que sea-
mos mejores, no hay esperanza alguna delante de no-
sotros. ¡Cuánto más poderoso es el amor de un Dios
bueno! Que la increíble captación del amor de Dios,
manifestado en la cruz, pueda dar a una persona li-
cencia para ser mala, es inconcebible. La captación
del asombroso amor de Dios nos impulsa a niveles aún
más altos de vida,

Actividades de Aprendizaje Personal

1. Para Pablo, Ia verdad era definida en términos de


(Seleccione la respuesta adecuada de la lista)
(1) Honestidad
(2) Dirección
(3) Realidad
2. En el criterio de Pablo, enojarse y alimentar el resentimiento es
aceptable. Verdadero-
- . - . . - - o s l aF
3. El más elevado motivo cristiano para el trabajo honesto, de
acuerdo con Pablo, e n (Elija la respuesta adecuada de
la siguiente lista):
(1) Ganarnos la vida nosotros mísmos
(2) Mantener nuestra familia
(3) Evitar ser carga para otros
(4) Poder compartir con los que pasan necesidad.
4. El hecho supremo que defmió el amor de Dios e n
(Seleccione la respuesta correcta):
(1) La creación
(2) El éxodo
(3) La cruz
(4) La conversión de Pablo
5. Exponemos el mal más efectivamente por medio de nuestra ve-
hemente denuncia. Verdadero- Falso-
6. ¿Qué significa "aprovechando bien el tiempo"? (Ef. 5:16)
7. La música en la vida de la iglesia tiene por -if (Elija
la respuesta correcta):
(1) Entretener
(2) Mostrar los talentos individuales
(3) Alabar al Señor
(4) Despertar las emociones

Respuestas:
1. (3); 2. Falso; 3. (4); 4. (3); 5. Falso; 6. Redacte su respuesta; 7.
(3).
CAPITULO 9

La Familia Cristiana
Efesios 5:21-6:9

A causa de la importancia de la familia en la estructura social,


varios moralistas gentiles y judíos habían sentado líneas o códigos
específicos para gobernar la conducta de los miembros de la familia.
Las instrucciones dadas por Pablo, por lo tanto, entran en la catego-
ría general de códigos o tablas de deberes familiares, que eran cono-
cidas en el mundo antiguo.
Los eruditos conjeturan que tales códigos formaban una parte
de la instrucción catequística dada a los nuevos convertidos en las
iglesias cristianas. Que esa enseñanza era común en las iglesias pri-
mitivas se ve por su continua aparición en el Nuevo Testamento.
Además de los ejemplos de Efesios 5:21-6:9, aparecen enseñanzas
similares en Colosenses 3 :1-4; 1 Timoteo 3:4, 5, 12; 6:1, 2; Tito
2:l-10 y 1 Pedro 2:13-3:7.
Pablo agregó una novedad a los códigos en sus cartas, porque
los colocó en el contexto de la fe cristiana. Creía que todas las vidas
cristianas estaban bajo el señorío de Cristo, y que todas sus relacio-
nes debían ser un testimonio de esa relación principal.
El hogar cristiano debía ser diferente, por lo mismo, no tanto
en su estructura como en las actitudes que caracterizan a los dife-
rentes miembros de la familia. No hay nada nuevo en la forma en
que Pablo concebía la estructura de fa familia. Su criterio a este res-
pecto no era diferente del de los predecesores judíos y de muchos
contemporáneos cristianos.
Sin embargo, había mucha diferencia en el énfasis paulino de la
calidad de Ias relaciones en la estructura familiar. Esas relaciones,
tal como Pablo las vefa, eran transformadas por Cristo que proveía
las motivaciones básicas para las relaciones familiares.
Muchos eruditos sugieren que las enseñanzas de Pablo sobre
los deberes da 1 ~miembros
s de la familia surgieron, en primer lugar,
para evitar la posibilidad de rupturas familiares en las iglesias. Por
el ímpetu de una equivocada concepción de la nueva libertad del
creyente bajo h gracia, muchos podía;^ tender a hacer a un lado sus
antiguas responsabilidades como miembros de la familia, En Corin-
to, por ejemplo, las esposas negaban a sus esposos el privilegio de
las relaciones conyugales a querían romper totalmente sus vínculos
matrimoniales (ver especialmente 1 Corintios 7).
La libertad cristiana no produce caos. El orden debía ser man-
tenido en libertad. Sin embargo, la motivación para ese orden cam-
biaba como la actitud de Ios individuos. La motivacibn no debía
surgir de fuera sino de dentro. La presencia del Espíritu dentro del
individuo y no un cbdigo externo, llevaba a los cristianos a una con-
ducta ordenada y esp pon sable.

1 Esposas y Esposos (5:21-33)


Notemos que las hstzucciones de Pablo a las esposas son un
ejemplo especifico del principio general que estableciá en el versícu-
lo 21. Ese principio amonestaba a los creyentes: "Someteas unos a
otros en el temor de Dios."'La idea es primordialmente la de la vo-
luntad a los otros, la disposición a dejar de lado las propias ideas o
deseos por el amor de los hermanos o hermanas.
En el contexta de los versículos 18-21, el énfasis primordial
está sobre la conducta de %osmiembros de la iglesia en la adoración.
El individuo no ha de tratar de dominar las expresiones de adora-
ción (ver 1 Co. 14:30). Pera, el principio tiene una aplicación general
a la vida totd del individuo en el cuerpo de Cristo. Este concepto es
característico del Nuevo Testamento como un todo, a partir de la
enseñanza de jesús (Marcos 10:43). Uno de los mejores comentarios
sobre esta actitud fue hecho por Pablo en 1Corintios: "El amor. . .
no busca lo suyo" (13:5).
La motivacibn para esa conducta es algo fuera de lo común. El
motivo es "el temor de Dios" (v. 21, BJ,"de Cristo9'). La traducción
literal de la frase "en el amor de Cristo': probablemente es lo más
cerca del pensamiento. Este es el única lugar en el Nuevo Testa-
mento donde aparece esta frase. Por lo común, Pablo escribió sobre
el amor de Cristo como la fuerza motivadora de la vida cristiana.
Pero Pablo creia que la iglesia vivia bajo el juicio del Mesías.
También creía que llegada un día de ~endlcibnde cuentas. En su re-
lación unos con otros, los creyentes, eventualmente, tendrian que
responder a su Señor. Por 'lo tanto, el temor de Cristo era adecuado
para inculcar un sentido de responsabilidad.$,
1, E2 marido Cmno Ca&~:a $.

Por lo tanto, io que Pablo amonesta a hacer a las esposas nb era


algo que esperaba sólo de ellas, Creía que: esta actitud debia caracte-
rizar al individuo en relacibn con todos los demás en la iglesia. Las
esposas no debían insistir en su propio catninu coma algo opuesto al
de sus maridos.
Las esposas han de respetar a sus maridos "como al Señor" (v.
22). Esta frase no significa que el esposo ejerce la misma autoridad
sobre la esposa, como el Señor. Como hemos notado, toda la vida
del creyente está bajo el eeÍiorío de Cristo*Todo lo que hagan él o
ella será "como al Se5or9' (v. 23).
Pablo creía que Dios había establecido un orden para la familia.
En ese orden, el esposo es la "cabeza de Ia mujer" (v. 23). Pablo de-
clara este hecho como un punto prefijada No parece sentir necesi-
dad de justificar su declaración. Pero si entendía la necesidad de ex-
plicar sus palabras en términos cristianos.
En nuestro mundo contemporáneo, muchos no encuentran que
el concepto del gobierno de Dios para d hogar sea acorde con su
pensamiento. Pero necesitamos actuar correctamente con él antes
de discutir con él.
Algunos han usado las ideas de Pablo en este pasaje, como una
fuente para desarrollar posiciones que no concuerdan del todo con
las ideas originales. No podemos enfatizar fuertemente el pensa-
miento de una superioridad masculina innata ya que no aparece
aquí para nada.
Si queremos ver la afirmación primordial de Pablo en este
asunto de los méritos masculinos o femeninos, tenemos que volver-
nos a Gálatas 3:28. Allí, Pablo afirmó que en Cristo no hay "varón
ni mujer". En el contexto de ese pasaje, su afirmación podía sólo
significar que las viejas ideas de los méritos masculinos y la inferio-
ridad femenina no concordaban en la iglesia. En el cuerpo de Cristo,
los viejos prejuicios que hacían que un grupo sintiera que era mejor
que otro, habían sido trascendidos.
No hay nada en Efesios que contradiga este concepto de Gála-
tas, y sí mucho para sostenerlo. Pablo no creía que el esposo era la
cabeza de la mujer porque era mejor o más elegante o superior en
capacidad. Simplemente, creía que este plan representaba el orden
de Dios para el hogar.
Además, el concepto de Pablo es clarificado por la analogía:
"como Cristo es cabeza de la iglesia" (v. 23). De modo que, el ejem-
plo del esposo es el hecho de que Cristo sea la cabeza. Esta analogía
excluye cualquier noción de arrogancia masculina; excluye cualquier
idea de una tiranía insufrible. El concepto de autoridad, por supues-
to, está presente. Pero este concepto está bien lejos de muchas de las
presunciones que se han basado en este texto.
No podemos aplicar nada a la condición de cabeza del esposo,
que no se pueda deducir de la de Cristo y, al mismo tiempo ser jus-
tos con la enseñanza de Pablo. De modo que la noción de autoridad
está presente, pero es muy diferente en su carácter de cualquer con-
cepto mundano de autoridad. Pablo agregó otra afirmación sobre
Cristo. Cristo es también el "Salvador" del cuerpo (v. 23). El texto
griego contiene indicaciones de que esta afirmación se aplica sólo a
Cristo y la iglesia, y no al marido y la esposa.
2. El Amor del Marido por la Esposa
Algunas personas pueden oponerse hoy al concepto paulino del
orden de Dios para el matrimonio. Para ellas, puede parecer que ese
concepto refuerza la posición femenina, subordinada y secundaria,
en una sociedad dominada masculinamente. En justicia, debemos
reconocer que Pablo tenía en mente a la familia, y no a la sociedad
como conjunto, en este contexto particular.
No serán muchos lo que contiendan con el concepto paulino de
la actitud del hombre hacia la esposa, de que el marido debe amar a
la mujer.
Lo que Pablo quería decir cuando declaraba al esposo "cabeza
de la mujer" (v. 23), debe ser interpretado a la luz de su criterio del
papel del esposo. Al apelar a que los esposos amen a sus esposas,
Pablo les pidió que se subordinaran a sus esposas en el sentido más
elevado. En un genuino amor cristiano, el bienestar del otro, siem-
pre tiene la precedencia sobre el propio bienestar. Las necesidades y
deseos de esa persona tienen prioridad total sobre las propias nece-
sidades y deseos.
Si la función del esposo como cabeza de la esposa se expresa en
términos autoritarios o egoístas, ciertamente esto se aleja de la in-
terpretación de Pablo en este texto.
A fin de que no haya error en el significado del amor, Pablo de-
clara específicamente que los esposos deben amar a sus mujeres
"como Cristo amó a la iglesia" (v. 25). Su amor se expresó concreta-
mente: Cristo murió por la iglesia. El tipo de amor de Cristo hará
cualquier sacrificio para asegurar el bienestar del ser amado.
En este punto, Pablo deja la analogía de la relación del marido
y la mujer, para describir el resultado final de la autoentrega de
Cristo por la iglesia. Murió "para santificarla" (v. 26), para hacer
que la iglesia se adecúe a ser la posesión de Dios. Esta santificación
tiene un comienzo y un fin.
El comienzo de la santificación es descrito en la difícil frase
"habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra" (v.
26). La mayoría de los intérpretes piensan que esta referencia es al
bautismo. El bautismo en el Nuevo Testamento era el momento
cuando un creyente hacía una confesión pública de fe. El bautismo
era el medio por el cual se hacía la confesión del creyente. El bautis-
mo era el momento y el vehículo por el cual el cristiano cruzaba la lí-
nea que dividía al mundo incrédulo del pueblo de Dios. No sólo era
así, sino que en textos como éste, el bautismo podía simbolizar el la-
vamiento de un individuo, de sus pecados. El bautismo, como sím-
bolo de la actividad de Cristo en favor de la iglesia, sería una analo-
gía natural para el uso de Pablo.
La frase traducida "por la palabra" ha sido tema de mucha
conjetura. Para comenzar, "palabra" traduce un término que gene-
ralmente significa una palabra hablada. La cuestión es qué palabra
hablada tenía en mente el autor.
Hay tres posibilidades principales que vienen a la mente. Pri-
mera, "palabra" puede referirse al evangelio proclamado a los
miembros de la iglesia que habían respondido con fe. Por medio de
la palabra, habían llegado a ser miembros del cuerpo de Cristo. En
segundo lugar, el término puede referirse a la palabra hablada en el
tiempo del bautismo por el que lo administraba. Y, en tercer lugar,
(y pienso que es lo más probable) "palabra" podría referirse a la
confesión pública hecha por el creyente en el momento del bautis-
mo.
La tercera posibilidad parece reflejar una práctica general en la
iglesia primitiva. Las confesiones como la que aparece en 1 Corin-
tios 12:3, por lo que se cree, eran confesiones bautismales. En un
texto que se recuerda al de Efesios 5:26, Ananías ordenó a Pablo:
"Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre"
(Hechos 22 :16).
El propósito de la obra santificadora del Mesías era "a fin de
presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa" (v. 27). La palabra
"gloriosa" debe ser enfatizada para obtener el significado del texto.
El propósito de Cristo no era sólo el de presentarse la iglesia para sí
mismo, sino que su propósito era el de presentársela en su nuevo
carácter, que puede ser descrito como glorioso, espléndido o hermo-
so.
El carácter glorioso fue enfatizado luego en una forma negati-
va. Cuando Cristo presente a la iglesia, será sin una mancha ni arru-
ga, "santa y sin mancha" (v. 27). En estas palabras, Pablo veía el
destino de la iglesia. Tal como existe en el mundo, está trabada por
imperfecciones y faltas. Pero Cristo terminaría su obra. La iglesia
tendría el carácter de una ofrenda preciosa y, de ese modo, se ade-
cuaría a la posesión misma de Dios.

3. La Unidad de Esposo y Esposa.


La unidad de esposo y esposa es tan completa que ya no exis-
ten como dos seres separados. Han llegado a ser uno. El esposo y la
esposa sostienen lo único de sus personalidades, sus individualida-
des. Pero llegan a ser uno en amor, fidelidad y propósito. Este es el
punto que Pablo señala en el versículo 28. El esposo ha de amar a su
esposa como ama a su propio cuerpo. De hecho, al amar a su esposa,
se ama a sí mismo, dado que ella es una extensión suya.
Para Pablo, este concepto tenía una aplicación práctica. Un in-
dividuo muestra preocupación por su propio cuerpo alimentándolo
y vistiéndolo. Como lo dice Pablo, "nadie aborreció jamás a su pro-
pia carne, sino que la sustenta y la cuida" (v. 29). Obviamente, po-
dríamos señalar excepciones a esta regla. Algunos deliberadamente
abusan, mutilan o desnutren sus propios cuerpos, pero generalmen-
te no es así. De hecho, clasificamos a tales personas como emocio-
nalmente enfermas.
Sin duda, las responsabilidades cristianas en el matrimonio se
verán en forma diferente en distintas épocas y culturas. En el mun-
do del primer siglo, el matrimonio era visto, al menos en parte, en
términos básicos. Para muchos, la vida era extremadamente difícil.
La mayor parte de energía era invertida en la adquisición de lo ab-
solutamente necesario para mantener la existencia.
En la sociedad antigua, la situación de la mujer desprotegida
era extremadamente precaria. Dependían para la vida misma de la
protección y mantenimiento provistos por los miembros masculinos
de la familia. Si a los hombres les faltaba la decencia humana ele-
mental, las mujeres eran lanzadas fuera de sus hogares para enfren-
tar una aterradora perspectiva de morirse de hambre.
El marido cristiano no debía actuar de forma ruda, descuidada
e inhumana hacia su esposa. Tenía que alimentarla y cuidar de ella
como lo hacía con su propio cuerpo. Concretamente, esto significa-
ba que tenía que tomar el mismo cuidado para proveer a las necesi-
dades de la vida de su esposa, como lo hacía consigo mismo. El apo-
yo y cuidado tiernos y amorosos eran expresiones exteriores de una
correcta relación con la esposa.
Por tercera vez en este pasaje, Pablo invoca el ejemplo de Cris-
to para ilustrar su significado. Cristo suple las necesidades de la
iglesia (v. 29). Todo su pueblo, como "miembros de su cuerpo" (v.
30), es objeto de su cuidado. Ninguno es descuidado u omitido de lo
que él provee.
El texto de Génesis 2:24 -"Y serán una sola carney'- había es-
tado en el fondo del pensamiento del Apóstol, todo el tiempo: "Y los
dos serán una sola carne" (v. 31). Este texto expresa la unidad vital
e indisoluble en la cual marido y mujer entran cuando se casan.
Pero el texto tenía para Pablo una doble aplicación, como lo ve-
mos en el versículo 32. El texto se refiere al matrimonio. Pero tam-
bién entendía que se aplica a la unidad que existe entre Cristo y su
cuerpo, la iglesia.
En relación con esto, Pablo escribib: "Grande es este misterio"
(v. 32). "Misterio" debe ser entendido como una revelación de Dios,
no como algo misterioso o desconocido. "Grande" describe esa re-
velación en términos de su importancia o vastedad. La Today's En-
glish Version capta el significado con la traducción: "Hay una pro-
funda verdad secreta revelada en esta escritura", una verdad que se
aplica "a Cristo y la iglesia".
En el versículo 33, Pablo resume sus enseñanzas en el pasaje. El
marido ha de amar a la esposa; la esposa ha de respetar al marido.
Como hemos notado, éstas no son sino las actitudes correctas de to-
dos los cristianos entre sí, aplicadas a la relación especial del matri-
monio.

11 Hijos y Padres (6:l-4)


La segunda relación importante en el hogar es la que hay entre
hijos y padres. Pablo creía que esta relación también estaba bajo el
señorío de Cristo. Ser un hijo o un padre cristiano era importante.
Los hijos eran alentados a obedecer a sus padres (6:l). Esa
misma actitud había de caracterizar su relación tanto con el padre
como con la madre. Los hijos debían obedecer a sus padres "en el
Señor". Esta frase significaba que su obediencia a sus padres era
sólo una expresión de su consagración a Cristo como Señor de sus
vidas.
Notemos cuidadosamente que en este pasaje, Pablo estaba pen-
sando en un hogar cristiano, compuesto de padres e hijos creyentes.
No trata de la relación entre hijos y padres paganos.
En Mateo 10:21, Jesús habló de la forma en que el evangelio di-
vidiría familias, poniendo al padre contra el hijo creyente y a los hi-
jos contra el padre creyente. Esta situación puede surgir s610 porque
algunos miembros de la familia se entreguen a Dios contra la volun-
tad de otros. En este caso, naturalmente, los hijos han desobedecido
a sus padres.
Si una persona cree en Dios, entonces ese individuo no puede
adjudicar una total lealtad a cualquier persona, grupo o institución.
Hacerlo es idolatría. Como hemos notado, este problema no es con-
siderado en nuestro texto. Pablo tenía en mente el orden del hogar
cristiano.
La justicia de la obediencia es sostenida por un llamado al
mandamiento del Antiguo Testamento (v. 3). Esto es inusual en los
escritos de Pablo, porque generalmente hace sus apelaciones éticas
sobre otra base.
El mandamiento es descrito como el primero "con promesa" (v.
2). Se han levantado cuestiones sobre el significado de esta afirma-
ción. Pensar que se refiere al primero en cuanto a tiempo, es inco-
rrecto. El mandamiento de Dios a Abraham en Génesis 12:1, por
ejemplo, fue acompañado de una promesa. Quizá Pablo quería decir
que el mandamiento en discusión era el primero del decálogo que in-
cluía una promesa. Sabemos que hay excepciones a la promesa. Los
buenos hijos de padres creyentes pueden tener vidas breves. Sin em-
bargo, el principio general sigue en pie: los hijos que cumplen las
instrucciones de los buenos padres vivirán más, en su conjunto, que
los demás.
Los padres también tienen una obligación especial para con sus
hijos. Si los hijos han de obedecer a sus padres, éstos, a su vez, de-
ben ser cuidadosos en cuanto a la instrucción de sus descendientes.
Las instrucciones deben ser de tal tipo como de no provocar a
ira (v. 4). El verbo "provocar", evidentemente se refiere a producir
ira que resultará en amargura y resentimiento permanentes. Algu-
nos padres son tan arbitrarios, variables e inconsistentes, que su au-
toridad causa doloroso resentimiento y rebelión en sus hijos.
Los padres cristianos deben dar a sus hijos una crianza cristia-
na. Su "disciplina y amonestación" deben ser "del Señor" (v. 4).
Esto significa que tanto en actitud como en contenido, la disciplina
del hogar debe adecuarse a la voluntad del Señor, cuya relación tan-
to con los padres como con los hijos es de incondicional amor.

111 Siervos y Amos (6:5-9)


En el mundo neotestamentario, los esclavos y siervos eran con-
siderados una parte de la familia. Por lo tanto, el análisis de Pablo
de la relación esclavo-amo está ligado a sus observaciones sobre
otras responsabilidades familiares.
Dado que la esclavitud es tan repulsiva a la mayor parte de la
gente de nuestra sociedad, necesitamos evaluar el consejo del autor
a la luz de la situación que enfrentaban los creyentes en el mundo
mediterráneo del primer siglo. En primer lugar, debemos reconocer
que los cristianos constituían una pequeña minoría de ese mundo.
Carecían totalmente de poder para cambiar las situaciones políticas
y sociales que prevalecían.
La responsabilidad para ejercer nuestra influencia cristiana
ciertamente aumenta a medida que se amplía la esfera de la oportu-
nidad. Los cristianos, en algunos países, tienen una gran responsa-
bilidad por los males e injusticias de nuestra sociedad. El mismo
tipo de responsabilidad no podría haber sido encargado a un cristia-
no en el pagano y tiránico Imperio Romano. Por lo tanto, Pablo difí-
cilmente pudo haber previsto la posibilidad de que los cristianos pu-
dieran cambiar las estructuras de una sociedad perversa.
Además, el sistema económico del mundo de los días de Pablo
era totalmente distitno de nuestra economía moderna con un siste-
ma monetario. Un esclavo separado de su amo, en los tiempos anti-
guos, no tenía un mercado para encontrar trabajo. Para mucha gen-
te, la alternativa a la esclavitud era la inanición.
Pablo no era un reformador social en el sentido moderno. Sabía
que una sociedad pagana podía ser corrompida y mala, y tenía un
concepto negativo de las posibilidades del pueblo cristiano si vivían
en una sociedad dominada por el pecado. Los cristianos tenían poca
o ninguna influencia.
Pero Pablo era, ciertamente, un reformador social en términos
de su actitud para con la iglesia. Creía que en ésta, el antiguo orden
pagano había sido trascendido. El orden de Dios, de dar un valor
igual para todos, era la regla de la iglesia. En ésta, no había "esclavo
ni libre'' (Gá. 3:28). Que esta idea pudiera ser aplicada a la sociedad
en su conjunto, una vez que llegara la oportunidad, era inevitable.
Para Pablo, el orden contemporáneo era pasajero y condenado.
Su advertencia a los cristianos se basaba en esa presuposición. Ya
habían sido emancipados por el poder de Dios. Esto les daba la li-
bertad, aun en su mala época, de vivir por su Señor, cualesquiera
que fuesen las circunstancias de sus vidas.
Pablo visualizó para los creyentes el tipo de libertad que está
relacionada con la documentación de Víctor Frankl, en "La búsque-
da de significado por el hombre". Gente como Frankl, esclavizado
en un campo nazi de concentración, comprobó que les había sido
dejada una posibilidad de libertad. Sus vidas estaban completamen-
te controladas. Pero sus implacables carceleros no podían controlar
un área: el de las actitudes de los prisioneros. Estos eran forzados a
vivir como esclavos, pero algunos de ellos experimentaban una li-
bertad que era mucho mayor que cualquier libertad de que disfruta-
sen sus guardias.
1. La Actitud del Esclavo Cristiano
El consejo de Pablo a los esclavos cristianos era "obedeced" (v.
5). Ciertamente esta amonestación no tenía nada nuevo o Único.
Pero el elemento nuevo en el servicio del esclavo cristiano era su ac-
titud. El dueño de esclavos podía ordenar la servidumbre física y
obligar a que sus órdenes fueran cumplidas, pero no podía dar órde-
nes en el corazón del esclavo.
Las limitaciones, la naturaleza transitoria y la superficialidad
de la posesión de esclavos es iluminada por las palabras "amos te-
rrenales" (v. 5). Debían usar su situación pasajera de servidumbre
terrena para dar testimonio de su relación eterna con el Señor.
Pablo elevó la esclavitud de los creyentes a su más alto nivel.
Quienes eran esclavos debían ofrecer su esclavitud a su verdadero
Señor como un servicio a él.
Pablo usó varias frases para describir la libre actitud del escla-
vo cristiano. "Con temor y temblor" no describe su actitud hacia
sus amos terrenales. Los creyentes se han colocado por encima de
eso. Sabían que no tenían que temer a nadie. Ese "temor y temblor"
expresaba su conciencia del Señor. Sus vidas eran vividas delante de
él; en última instancia, respondían a él de sus acciones y actitudes y
a nadie más.
La superioridad del señorío de Cristo se ve en su poderío de to-
car el núcleo más profundo de la existencia. El señorío de Cristo
afecta la voluntad, el corazón, la actitud. En esta área, los esclavos
pueden demostrar donde está su lealtad definitiva.
El esclavo cristiano que usaba su esclavitud como un servicio a
Cristo es descrito en forma tanto positiva como negativa. Positiva-
mente, el esclavo se caracterizaba por la "sencillez de corazón" (v.
5). El esclavo cristiano no tenía que albergar sentimientos dobles ni
lealtades divididas. Su servicio debía ser cumplido "de . . . corazón"
(V. 6), o mejor "de todo corazón". El servicio del cristiano no debía
ser quejoso, resentido o retardado.
Pablo también menciona las actitudes negativas, indignas,que
el creyente debe evitar. El servicio cristiano no debía ser "sirviendo
al ojo" (v. 6). Esto significaba que los creyentes debían tener una ac-
titud coherente en su trabajo. Dado que su servicio era al Señor, te-
nía la misma cualidad, sea que los vigilaran o no.
Dado que su preocupación era la de complacer a Dios, los es-
clavos cristianos no debían ser motivados por el deseo de complacer
a los demás. Algunos son motivados por el deseo de complacer a los
otros, cuando esperan recibir una recompensa de ellos.
Sin embargo, la confianza final del esclavo descansaba en la
justicia de Dios y no en las posibles recompensas de sus amos terre-
nales. El esclavo cristiano sabía que la única recompensa de valor
viene de Dios. El esclavo creyente confiaba en que Dios aceptara su
servicio como una ofrenda y respondiera a ella, viviendo de acuerdo
con el amor y poder de Dios (v. 8).
El consejo de Pablo tenía una aplicación obvia para la sociedad
moderna. Sea lo que fuere que hagamos, debemos hacerlo como al
Señor. Nuestro trabajo debe ser elevado al más alto nivel si lo ofre-
cemos como un testimonio de nuestra fe en un Dios eterno y amoro-
so.
2. La Actitud de los Amos Cristianos
La admonición a los dueños de esclavos, que fuesen cristianos,
es mucho más breve que la dada a los esclavos. La razón puede ser
simple. Las iglesias incluían un número mucho mayor de esclavos
que de amos.
Los amos deben hacer "lo mismo" con sus esclavos (v. 9). De-
bían relacionarse con sus esclavos, en el espíritu, y con las actitudes
que Pablo había descrito en su consejo a los esclavos.
Las "amenazas" no cabían en el papel del amo cristiano (v. 9).
Eran la contraparte del servicio quejoso y lento. El creyente, sea
amo o esclavo, debe tener como preocupación primordial el bienes-
tar de los demás. El servicio de corazón habría de ser la respuesta
cristiana al amor; la bondad era la respuesta cristiana al esclavo.
El amo cristiano también tenía que tener conciencia de la natu-
raleza temporaria y terrenal de su relación con su esclavo. Debía
preocuparse primordialmente en sus relaciones permanentes con su
propio Señor. Ante este Señor, tanto el amo como el esclavo estaban
sobre el mismo terreno. El amo debía responder al Señor tal como
debía hacerlo el esclavo. La superioridad terrena del amo no lo colo-
caba en una posición favorecida delante de Dios.
Pablo afirmaba que, cuando amo y esclavo se presentaran de-
lante de su Señor, comprobarían que él no tenía prejuicios: "para él
no hay acepción de personas" (v. 9). La posición y el reconocimien-
to terrenales no tienen importancia en la corte de Dios.
Pablo no preveía un cambio en el orden social existente. Sus
enseñanzas, sin embargo, contenían la simiente que llevaría a la
abolición eventual de la esclavitud en las tierras donde los principios
cristianos tuvieran suficiente apoyo como para producir cambios.
Dios no tiene prejuicios. Las distinciones sociales no tienen lu-
gar en la iglesia. La división de la sociedad en clases determinada
por el sexo, la raza, el dinero y el poder se deben al carácter carnal
de la sociedad. Estas divisiones señalan que ese orden social es infe-
rior, por ser una rebelión contra Dios, y como algo condenado. Es-
tas son las enseñanzas que surgen de Efesios.
Que en tiempos posteriores, hombres como Livingstone y Wil-
berforce, entendieran el llamado de Dios para ellos, a la luz de estos
principios, era algo inevitable. En su tiempo, Dios quiso la abolición
de la esclavitud. Esa fue la palabra de Dios para ellos. Podemos ale-
gramos de que, en nuestro tiempo, los principios cristianos enuncia-
dos por Pablo para la iglesia también han tenido un efecto modera-
dor sobre los males de la sociedad.

Lo Temporal y lo Permanente

Tenemos conciencia de que las instituciones so-


ciales cambian en sus formas. Es evidente una gran di-
ferencia entre las instituciones sociales del antiguo
mundo romano y las del mundo occidental moderno.
Esta diferencia se hace clara a partir de nuestro
estudio de las apelaciones de Pablo al creyente sobre
las relaciones familiares. Por ejemplo, no podemos to-
mar las enseñanzas de Pablo y usarlas para justificar
la continuación de la esclavitud. Creemos que la aboli-
ción de la esclavitud fue algo correcto y que fue recla-
mada por el evangelio cristiano.
A la vez, un gran cambio ha tenido lugar en la
misma familia, En el primer siglo, la mayoría de las
mujeres dependían totalmente de los hombres para su
sostén. Pero, en número cada vez mayor, en familias
de nuestros países, la responsabilidad de ganar la vida
es compartida por esposos y esposas. Esta situación de
compartir la forma de ganar la vida, ciertamente re-
clama algunos cambios básicos en la estructura de la
familia. Por ejemplo, si la esposa está empleada, las
tareas hogareñas deben ser compartidas por el esposo.
De la situación moderna surgen muchas otras implica-
ciones para la estructura familiar.
Pero hay algo que es inmutable. Si una persona es
cristiana, su relación con los demás miembros de la
familia está puesta bajo el señorío de Cristo. Las for-
mas cambian, pero no lo que es vital y que da signifi-
cado a la vida.
No tiene importancia que nos adhiramos a algún
procedimiento o forma que no cuadre con las deman-
das de la vida. Pero sí es importante que nos amemos
unos a otros. Es imperativo que cada cristiano, miem-
bro del grupo, tenga una gran preocupación por el bie-
nestar, crecimiento y felicidad de los demás.
La actual es una época de narcisismo, de desorde-
nado énfasis y preocupación por nosotros mismos. El
narcisismo, a la larga, es una derrota de uno mismo.
La persona que se preocupa sólo de sí misma, final-
mente se verá alejada de los demás. El verdadero yo
se descubre y experimenta sólo en relación con otros.
Esto es verdad especialmente con referencia a la fami-
lia.

Actividades de Aprendizaje Personal

1. Cuando Pablo encargó a las esposas que estuvieran sujetas a sus


esposos, sostenía la superioridad masculina innata. Verdade-
ro- Falso-
2. De acuerdo con Pablo, la actitud del esposo hacia la esposa debe
ser d e (Elija la respuesta adecuada):
(1) Arrogancia
(2) Amor
(3) Tolerancia
(4) F'lrrneza
3. A los ojos de Pablo, el destino de la iglesia era el d e (Se-
leccione la respuesta adecuada):
(1) Llegar a ser grande
(2) Llegar a ser rica
(3) Adquirir el carácter de una ofrenda perfecta
(4) Ser ineficaz y dejar de existir
4. Pablo tenía en mente a una familia cristiana cuando amonesta-
ba a los hijos a obedecer a sus padres. V e r d a d e r o Fal-
SO-

5. Pablo no abogaba por la abolición de la esclavitud por-


que-- (Seleccione las respuestas adecuadas):
(1) Los cristianos eran una pequeña minoría.
(2) El sistema económico no estaba basado en la libertad de tra-
bajo.
(3) Pablo no era un reformador social en el sentido moderno.
6. El tipo de libertad que Pablo prevía para los creyentes era la li-
bertad en la esfera de (Elija la respuesta adecuada):
(1) F'lnanzas
(2) Oportunidad
(3) Actitud
(4) Aceptación social
7. {Cómo aplica usted las palabras de Pablo sobre el servicio de
los esclavos y la actitud de los amos, en el mundo de hoy?

Respuestas:
1. Falso; 2. (2); 3. (3); 4. Verdadero; 5. (l), (2), (3); 6. (3); 7. Dé su
propia respuesta.
CAPITULO 10

Preparación para la Batalla


Efesios 6:lO-24

Hemos llegado a la sección final de Efesios. Pablo ha descrito


para sus lectores cómo el poderoso propósito del amor de Dios ha
culminado en la creación de la iglesia. Ha presentado delante de
ellos la dirección en la que Dios está moviendo a su pueblo. Les ha
enseñado lo que significa ser el pueblo de Dios en un mundo malo.
Ahora está listo para despedirse de ellos.
Cuando Pablo se preparaba para cerrar su carta, sin embargo,
su mayor preocupación radicaba en la lucha cristiana actual. Tenía
plena conciencia del gran poder preparado contra el pueblo de Dios.
Sabía cuán rápidamente un creyente no preparado sucumbía a la
fuerza del mal.
Pablo us6 sus observaciones finales, por lo tanto, en el intento
de ayudar a esos creyentes en la lucha para asumir una firme posi-
ción en la vida. Los poderes hostiles los envolvían en un esfuerzo
por destruir la obra de Dios. El Apóstol quería equipar a sus lecto-
res para la victoria definitiva sobre las amenazantes fuerzas.

1 La Naturaleza de la Batalla (6:lO-13)

Por sobre todo, los lectores necesitaban fortaleza para la lucha


en que estaban envueltos. En consecuencia, Pablo los alienta a forta-
lecerse (v. 10). Este verbo puede ser entendido mejor en forma pasi-
va si es traducido "sed fortalecidos".
Sea cual fuere la traducción, Pablo no pretendía que los cristia-
nos dependieran de sus propios recursos internos. La fortaleza que
necesitaban venía de fuera de eilos. Eran fuertes sólo cuando eran
fortalecidos por el Señor. Este concepto de recibir fortaleza se hace
claro por la adición de la frase "en el Señor, y en el poder de su fuer-
za" (v. 10). Esta frase nos recuerda el pedido que Pablo hizo a sus
lectores en Efesios 1:19. Mí, Pablo pidió que pudieran conocer la
grandeza del poder de Dios. Este es el poder que había levantado a
Jesús de los muertos y le había levantado a su posición de soberana
autoridad. Era también el poder que actuaba en la redención de los
creyentes.
Pablo no tenía dudas de que este poder era accesible a aquellos
que continuaban sus luchas en el mundo. El poder de Dios ya había
manifestado su carácter invencible. Los creyentes necesitaban tener
conciencia de ello y confiar que les era accesible "en el Señor" (v.
lo), en virtud de su relación con el Salvador resucitado y conquista-
dor.
A fin de obtener los recursos que estaban disponibles para sus
lectores, Pablo usó una metáfora militar. El equipo del soldado ro-
mano le era familiar por sus encuentros con las legiones en los cami-
nos. Mientras escribía estos versículos, uno o más guardias estaban,
quizá, a su lado para vigilarlo en su prisión.
Los creyentes también estaban ocupados en una contienda
para la que necesitaban el equipo adecuado, y Pablo tenía total con-
fianza en que el equipo estaba disponible. Todo lo que los cristianos
tenían que hacer era usarlo.
Por lo tanto, Pablo urgía a los creyentes a ponerse "toda la ar-
madura de Dios" (v. 11). Existen algunas cuestiones sobre si "toda
la armadura" es la traducción correcta de la palabra griega corres-
pondiente. Según las partes del equipo que cita, Pablo tenía en men-
te, con claridad, al soldado de infantería. Pero aún así, faltan algu-
nas partes importantes del equipo.
Pablo describe el equipo del soldado cristiano como la "arma-
dura de Dios". Esta frase es ambigua tanto en griego como en caste-
llano. Puede significar la misma armadura de Dios. Según su fondo
del Antiguo Testamento, Pablo conocía bien la noción de que Dios
era un guerrero, y con la idea de que usaba partes de armadura en
su batalla contra los enemigos. De modo que la idea puede ser que
Dios comparte su armadura con aquellos que batallan con él.
Sea esto así o no, "toda la armadura de Dios" es lo que Dios
provee al cristiano. El creyente no está indefenso delante del asalto
del mal. El cristiano puede recibir la armadura que Dios provee y el
individuo puede ponérsela.
La necesidad de la armadura es destacada en la última parte'
del versículo 11: "Para que podáis estar firmes contra las asechan-
zas del diablo". El verbo "estar firmes" es usado en un sentido me-
tafórico y militar. Cuando el soldado cae en el campo de batalla, es
derrotado. El propbsito final del soldado es el de estar de pie al fin
de la batalla, mientras que su enemigo yace vencido a sus pies.
La situación y desafío que confronta el soldado cristiano son
presentados con doble seriedad por la identidad del enemigo y la na-
turaleza del ataque. El enemigo es el "diablo". Pablo generalmente
no usa nombres personales como éste para el antagonista del cre-
yente. Generalmente emplea términos como pecado, carne o este si-
glo.
El ataque del diablo no es abierto, directo y honesto. Es en-
gañoso. El enemigo usará toda estratagema a fin de alcanzar su
meta deseada, la caída del creyente.
Pablo prosigue aclarando este punto al agregar una nota nega-
tiva: "No tenemos lucha contra sangre y carne" (v. 12. La Today's
English Version traduce correctamente la idea: "No estamos lu-
chando contra seres humanos."
Para nosotros es esencial tener en mente que no estamos lu-
chando contra carne y sangre. La comunidad cristiana a menudo
confunde el tema hacia la gente objeto de su ataque. No estamos lu-
chando contra la gente. Estamos en una guerra contra aquellas fuer-
zas que transforman a la gente en víctimas y la destruyen.
Nuestro enemigo no es otra persona. Si fracasamos en la vida
cristiana, no será por el ataque de un individuo o un grupo. Fracasa-
remos porque nuestra propia fortaleza interior ha sido quebrada por
el poder del mal.
En realidad, en nuestras expresiones de hostilidad y nuestro
deseo de venganza sobre otros, el mal puede vencemos. Pablo vio
esto y escribió al respecto en Romanos 12:19-21.
Pablo creía que la iglesia estaba envuelta en una guerra de di-
mensiones cósmicas. La batalla era "contra principados, contra po-
testades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo" (v.
12). Hemos encontrado antes esta terminología en Efesios (1:21).
También la encontramos en otros lugares de los escritos de Pablo
(Ro. 8:38, 39; Col. 1:16). Esa terminología estaba en boga en el pen-
samiento religioso de esa época.
Pablo vio, a la luz más seria posible, el peligro que confronta-
ban los cristianos. Sin embargo, confiaba en que el poder de Dios
era mayor que los poderes espirituales. En Jesucristo, Dios había
ganado la victoria decisiva sobre los poderes amenazantes; los cris-
tianos habían sido librados del dominio de los poderes espirituales.
Además, los cristianos tienen los recursos para resistir cualquier po-
der que los asalte, con la confianza de vencerlo.
"Huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (v.
12) es una descripción general de las fuerzas disponibles por los po-
deres amenazantes. La palabra "huestes" no está en el texto griego.
Sin embargo, esta palabra, o alguna otra, debe ser suplida para dar
significado a la afirmación. Otras traducciones dicen "espíritus del
mal" (BJ), "fuerzas sobrehumanas" o "ejércitos espirituales". Este
ejército está ocupado en un conflicto espiritual, un contraste con los
ejércitos del mundo que están interesados en capturar ciudades y
países y en adquirir tesoros terrenales.
Las fuerzas espirituales se encuentran "en las regiones celes-
tes" (v. 12; BJ, "que están en las alturas"). O sea, que su poder
transciende cualquier poder terreno. Contienden con Dios no s610
en la tierra, sino también en el dominio que pensamos que le perte-
nece. Quizá esta idea es paralela a la del "príncipe de la potestad del
aire" (Ef. 2:2), que hemos discutido anteriormente.
Pablo estaba seguro de que el "día malo" (v. 13) llegaría para
sus lectores. Este día malo sería el del asalto y la prueba supremos
por parte de las fuerzas espirituales dispuestas contra la iglesia.
Por lo tanto, los cristianos necesitaban ponerse la armadura de
Dios de inmediato, a fin de estar listos para su prueba por el fuego.
11 La Armadura Cristiana (6:14-17)
El primer elemento del equipo militar que debía ser puesto por
el cristiano es el cinto de la verdad (v. 14). La referencia es un eco
obvio de Isaías 11: S , donde la justicia es el cinto alrededor del Me-
~

sías davídico. En Efesios, la figura es transferida al creyente.


Hemos sugerido que la armadura del soldado romano de infan-
tería aportó a Pablo las imágenes de sus metáforas. En este caso, el
cinto era un tipo de tira de cuero que se usaba bajo la armadura
para proteger los riñones.
"Verdad" no debe ser entendida en forma subjetiva. Para Pa-
blo, la verdad estaba sobre la realidad divina que había llegado a los
creyentes por medio de Jesucristo. Esta realidad les ayudará a evitar
los ataques engañosos del diablo. El diablo tratará de convencer al
pueblo de Dios de que lo falso es lo verdadero; que el camino de
destrucción es el camino de la vida; que se gana la vida cuando se la
salva; que lo importante es el dinero, el poder, la gratificación se-
xual. Pero, armados con la verdad de Dios, los creyentes estarán en
contacto con la realidad y podrán resistir todos los ataques.
La segunda pieza del equipo es "la coraza de justicia" (v. 14).
Esta figura puede encontrarse ya en la afirmación de Isaías 59:17.
En el pasaje del Antiguo Testamento, la justicia es una parte de la
misma armadura de Dios, que él se pone al intervenir en favor de su
pueblo. En ese contexto es la propia justicia de Dios -su justicia y
su oposición al mal- lo que está en vista.
Existe alguna cuestión sobre cómo hemos de entender la justi-
cia en el pasaje de Efesios. Generalmente, Pablo enfatiza que Dios
da justicia a la persona que cree en Jesucristo. Este concepto preva-
leciente no elimina una segunda posibilidad. Pablo puede haber te-
nido en mente la justicia o injusticia del creyente. De hecho, los dos
no pueden ser separados, como hemos visto en Efesios.
De modo que la coraza de justicia puede ser la nueva posición
del creyente, delante de Dios, como pecador justificado. Pero, pro-
bablemente incluye la fiel consagración del creyente al Dios santo
que le salvó. Los intentos del diablo de tentar al cristiano, en su vo-
luntad, deben ser frustrados por esta coraza de justicia.
Una vez más, Pablo se refiere a un pasaje en Isaías, en su des-
cripción de la tercera pieza de la armadura del cristiano. En Isaías
52:7, el profeta exaltó la belleza de los pies del mensajero de Dios,
acercándose a dar las buenas nuevas de paz.
En Efesios, el "evangelio de paz" (v. 15) es la buena nueva de la
salvación por Jesucristo. Las buenas nuevas declaran que la paz
existe entre Dios y todo aquel que llega a ser su hijo, como también
es una realidad entre los que forman su nuevo pueblo.
El calzado que proporciona el fondo de la metáfora era el usado
por los legionarios romanos.
Eran botas de media caña con una fuerte suela y un tajo de cue-
ro abierto arriba.
Se han dado numerosas interpretaciones a la palabra traducida
"apresto". Una posibilidad es "alegre prontitud" de la VM o "el ce-
lo" de la B J, que demuestran el ansia de esparcir el evangelio. Un ar-
gumento interesante es planteado contra esta traducción. Todas las
otras piezas del equipo son de naturaleza defensiva. Por cierto que
esta lista de piezas defensivas está acorde con el propósito de la ar-
madura anunciada por Pablo en el versículo 11. Por ejemplo, en la
New English Bible, el calzado mismo es "el evangelio de paz" cuyo
propósito es el de "dar una firme posición". Si ésta es la idea correc-
ta, el texto enseña que el creyente debe mantener sus pies firmemen-
te plantados sobre el evangelio. Eso le asegurará que podrá resistir
los asaltos del diablo. El propósito de estos asaltos es de hacer dudar
de la verdad del evangelio, de cortar al creyente de una relacibn vi-
tal, estrecha con Dios, y de hacer que uno pueda aceptar una falsa
fuente de seguridad.
Además de los tres elementos mencionados previamente, Pablo
urge a sus lectores a que tomen el "escudo de la fe" (v. 16). El escu-
do que menciona la metáfora era largo y oblongo. Polibio dice que
sus dimensiones eran de un metro veinte por setenta centímetros.
De ese modo, el escudo podía defender efectivamente todo el cuer-
PO.
En la guerra, las flechas podían ser bañadas en brea y encendi-
das antes de ser lanzadas al enemigo. La defensa del soldado de in-
fantería contra estas flechas llameantes era el gran escudo que las
detenía y hacía caer, ya inútiles, al suelo.
En la armadura cristiana, la fe es el escudo. La fe no ha de ser
entendida en términos de la adhesión a un determinado cuerpo de
doctrina. Es una consagracibn personal a Jesucristo y una relacibn
personal con él, señalada por la confianza.
El diablo tratará de separar al creyente de Cristo, al asaltarlo
con dudas. Pero la fe personal, que es el resultado de una relacibn
personal con el Señor, capacitará al creyente para extinguir todas las
flechas encendidas, de duda, sospecha y temor, que lanza el d e m o ~
nio.
El yelmo que Dios provee es el de la "salvación" (v. 17). Pero,
en Isaías 59:17, Dios se coloca un "yelmo de salvación", cuando se
prepara para su intervención decisiva en los asuntos de su pueblo.
En ese contexto, Dios proveerá la salvación a su pueblo al ejercer su
justo juicio. En la literatura judía, Dios es presentado adornando al
Mesías con el yelmo de salvación.
Pablo usa el "yelmo de salvación" con una aplicación diferente:
el creyente se coloca el "yelmo de salvación" que Dios provee. El
cristiano está seguro en la confianza de que Dios es su esperanza de-
finitiva. Nada puede separar al creyente del amor de Dios. La victo-
ria definitiva y la reivindicación están aseguradas.
El soldado cristiano está armado de una sola arma ofensiva.
Sin embargo, su uso, probablemente, era defensivo en el contexto de
Efesios 6:1417. Esa única arma defensiva era "la espada del Espíri-
tu" (v. 17). El Espíritu no es la espada, sino que más bien el Espíritu
la provee. La espada es identificada como "espada de Dios" (v. 17).
Del Espíritu, el creyente recibe la palabra adecuada de Dios en las
situaciones de su vida.
La palabra de Dios puede referirse al mensaje del evangelio.
Probablemente estamos más cerca del significado cuando pensamos
en la forma en que Jesús usó la Palabra de Dios en sus empeños en
la región desértica. En cada caso, eliminó las tentaciones del diablo
con la palabra de Dios. O, podemos recordar la seguridad que dio
Jesús a sus seguidores de que, cuando fuesen hostigados por sus se-
guidores, el Espíritu les daría la palabra de Dios con la cual respon-
der a sus acusadores (Mateo 10:19). Esta idea concuerda exacta-
mente con el contexto del pasaje de Efesios.
En el conflicto del creyente con las fuerzas del mal en el mundo,
no han de usar las armas de éste. Es trágico que aquellos que decla-
ran ser seguidores de Jesús, tienen su historia tan manchada con he-
chos de violencia y sangre. Sus seguidores tienen sólo un arma -la
palabra de Dios- que el Espíritu les ha dado.

111 El Llamado a la Oración (6:18-20)


La absoluta necesidad de la oración en la vida cristiana es el
tema de 6:18-20. Surge una cuestión relativa a la relación de la ora-
ción con la armadura. l Es la oración la séptima pieza de la armadu-
ra cristiana? Esto es una posibilidad.
Mas, probablemente, el comentario de Pablo sobre la oración
era una explicación de su metáfora sobre el equipo militar del cre-
yente. ¿Cómo se arman los cristianos? La respuesta es: por medio
de la oración. Por ella, la comunidad creyente expresa su completa
dependencia de Dios. De él recibe la comunidad cristiana lo que ne-
cesita para permanecer firme delante de los ataques del mal y los
poderes hostiles.
Como puede verse en la traducción del versículo 18, la palabra
"todo" aparece cuatro veces. Esta repetición enfatiza que la vida del
creyente es una vida de oración. Esta es otra forma de decir que el
cristiano depende completamente de Dios.
El cristiano ha de orar "en todo tiempo'' (v. 18) o en toda opor-
tunidad. Pablo agrega "en el Espíritu". Esto distingue la oración
cristiana de la oración pagana. La presencia del Espíritu en nuestras
vidas nos inspira a orar, nos capacita para hacerlo y determina el
carácter de nuestras oraciones. La New English Bible interpreta que
la frase significa "en el poder del Espíritu?'. Otra traducción inglesa
dice "como el Espíritu guía". Ambas traducciones dan un aspecto
de lo que significa orar "en el Espíritu", pero el significado de la fra-
se es mayor que cualquier versión.
El creyente ha de orar "con toda oración y súplica" (v. 18).
Esta frase probablemente significa que debe usarse toda forma de
oración. La palabra usada aquí por "oración" es un término general
que denota un llamado a Dios. "Súplica" o petición es una forma de
oración. La palabra puede ser usada tanto con referencia a Dios
como al hombre. Probablemente, Pablo menciona esta forma porque
la súplica es la responsabilidad y el privilegio de la comunidad cris-
tiana, que enfatiza en este pasaje. La oración cristiana también in-
cluye formas como la alabanza y la acción de gracias.
La actitud mental y espiritual adecuada para la oración es estar
alerta. La comunidad no debe llegar a estar espiritualmente adorme-
cida; no ha de quedarse dormida. Ha de ser como un ejército, siem-
pre alerta, consicente de que las crisis y los desafíos pueden surgir
en cualquier momento. La comunidad cristiana nunca da nada por
sentado, sino que reconoce que, en todo momento, su existencia de-
pende de Dios.
"Velando" es modificado por la frase "con toda perseverancia"
(v. 18). La consagración de la comunidad a la oración es total; no
debe permitirse ninguna interrupción en su adhesión a la oración.
Finalmente, la oración no es egocéntrica. Mira hacia afuera. El
creyente ha de orar tenazmente por "todos los santos" (v. 18). Aquí,
Pablo subraya la interdependencia de la comunidad cristiana. La
vida de fe no es una vida solitaria. Todo cristiano requiere el apoyo
de sus hermanos continuamente. El ideal de Pablo para la iglesia es
visto en esta fraternidad unida, en la que el amor por los otros se ex-
presa en una oración continua, seria, intercesora.
Pablo se incluyó en la compañía de los santos por los cuales han
de orar los creyentes. El significado de "y por mí" (v. 19) puede ser:
"y especialmente por mí". Pablo sentía una necesidad especial de las
oraciones de otros cristianos. Pero Pablo no quería que su bienestar,
seguridad o liberación de la prisión fuesen la preocupación principal
de los cristianos cuando orasen por él. Estaba interesado, primor-
dialmente, en el evangelio y en su papel en la proclamación. Las cir-
cunstancias físicas de su vida siempre habían sido de importancia
secundaria para él.
Pablo pidió que sus lectores oraran por dos cosas. (1) Cuando
Dios abriera la boca de Pablo, quería estar seguro de que tendría
algo que decir. Quería hablar el mensaje en el momento adecuado (v.
19).
(2) Pablo quería tener "denuedo" (BJ, "valentía", NC, "fran-
queza", VM, "libertad"; quizá ésta es la mejor traducción) cuando
praclamara el evangelio (v. 19). El "evangelio" es el "misterio". Es
la revelación de que el propósito de Dios, en Cristo, era el de crear
su nuevo pueblo de judíos y gentiles. Pablo quería predicar su evan-
gelio en toda su plenitud, sin ninguna restricción interior.
Pablo se consideraba un embajador o enviado de Cristo al mun-
do (2 Co. 5:20). Aquí se llama embajador del evangelio (v. 20). Esto
describe simplemente el propósito de su misión. Representaba a
Cristo en el mundo, en pro del evangelio.
Para quienes leemos esta carta, resultan una ironía las palabras
"en cadenas" (v. 20). Al tiempo en que Roma sostenía y honraba
embajadores de los reyes terrenales, el más grande de todos los em-
bajadores era uno de sus prisioneros. 1 Si la gente hubiera sabido que
aquel pequeño judío, sin poder visible y sin nada atractivo en sí, era
el que representaba para ellos la corte real de Diosl
Pero las cadenas no cambiaron la comisión divina para Pablo.
En vez de eso, eran una señal de la misma, porque estaba en un
ámbito hostil a su Rey. Pablo no se amargó por las circunstancias de
su vida. No pidió que cambiaran. Estaba en contacto con Dios, en
su realidad eterna, y no se perturbaba por las manifestaciones tem-
porales y pasajeras del poder del mal.

IV La Conclusión (6:21-24)
La preocupación pastoral de Pablo permea las declaraciones fi-
nales de la epístola. Había mucho sobre él, personalmente, que Pa-
blo no había escrito a sus lectores. Debían estar ansiosos por tener
más información. Esos detalles serían suplidos por Tíquico cuando
llegara con la carta de Pablo.
Hechos 20:4 revela que Tíquico era originario de la provincia
de Asia; estuvo con Pablo en Grecia. Fue uno de los representantes
de las iglesias, comisionados para llevar una ofrenda a los creyentes
de Jerusalén, al fin del tercer viaje misionero de Pablo. También es
mencionado en Colosenses 4:7; 2 Timoteo 4:12 y Tito 3:12.
La actitud de Pablo hacia Tíquico se expresa en la descripción
que Pablo hace de él. Era un "hermano amado y fiel ministro en el
Señor" (v. 21). "Fiel ministro" probablemente debe entenderse
como "ayudante digno de confianza". La palabra por ministro es
"didkonos" que puede ser traducida de varias maneras en el Nuevo
Testamento. Aquí una buena traducción es "ayudante". Esta tra-
ducción también señala la forma de entender la función de diácono
(didkonos) en la iglesia primitiva.
Tíquico no sólo sería capaz de dar información concreta sobre
Pablo, sino que también podría cumplir un ministerio entre sus lec-
tores. También le encargaba "que consuele vuestros corazones" (v.
22). Quizá, Pablo pensaba que las noticias sobre sus sufrimientos
dañarían a otros cristianos, afectando su impulso y gozo en la vida
cristiana. Tíquico podría ayudar a que vieran la cárcel de Pablo
como una victoria más que como un fracaso del evangelio.
La bendición final es inusual en los escritos de Pablo. La paz o
gracia y amor se encuentran en otras cartas. Aquí la paz, el amor, la
gracia y la fe están relacionadas (VV.23, 24). Ya hemos visto estas
palabras en otros contextos de Efesios.
Deben mencionarse otras características inusuales. La "gracia"
es colocada al final, aunque aparece primero en todas las otras car-
tas de Pablo. Lógicamente, le corresponde el primer lugar. La gracia
es ese amor de Dios, no merecido, que es la razón y la fuente de todo
lo que él hace. Nuestra nueva posición ante él (la paz) y nuestra nue-
va relación con los otros (también de paz) se deben solamente a la
gracia. Como creyentes, los lectores de Pablo ya han experimentado
la paz, el amor y la fe a causa de la gracia de Dios. Pero Pablo creía
que lo que ellos habían conocido era sólo una indicación de las posi-
bilidades de la vida cristiana. Dios aún podía dar más y más.
Las bendiciones de Dios reposan en aquellos que han respondi-
do a su actividad redentora y "que aman a nuestro Señor Jesucris-
to" (v. 24). Existe alguna cuestión sobre el significado exacto y la re-
lación de la última frase de la carta que RV traduce con la palabra
"inalterable". Literalmente debería ser traducida "en incorrupción"
o "en inmortalidad". Otras traducciones han relacionado la frase
con la gracia: "que la gracia y la vida eterna sean con todos los que
aman a nuestro Señor Jesucristo" (BJ: "La gracia sea con todos los
que aman a nuestro Señor Jesucristo en la vida incorruptible"). Am-
bas son posibilidades y ambas son ciertas. Los que pertenecen a
Dios aman a Jesucristo con un amor incorruptible o imperecedero.
Quienes, por la gracia de Dios, participan en la nueva comunidad
que él ha creado pueden tener la confianza de que la nueva vida es
eterna.
"Gracias sean a Dios por su don inefable" (2 Corintios 9:15).

La Seriedad del Conflicto Hoy

Vivir la vida cristiana no es fácil. Esta es una de


las mayores verdades que surgen de un estudio de los
escritos de Pablo. El consideraba la vida, por la verdad
de Cristo, con la mayor seriedad.
No podemos dejar de notar la diferencia entre el
criterio de la vida cristiana en Pablo y el criterio con-
temporáneo de muchos miembros de iglesias. Sin du-
da, para muchos de nosotros, el pecado y el mal no son
realidades serias. Muchos parecen tomar una actitud
superficial hacia la moralidad cristiana; el fracaso en
esta área no se piensa que sea serio.
Una razón para la actitud superficial está en las
diferentes circunstancias en que vivimos. Llegar a ser
creyente en aquellos días primitivos era una cosa ex-
tremadamente seria. A menudo, llegar a ser cristiano
significaba que uno sería perseguido, cortado de su fa-
milia y alejado de la sociedad. El desafio a la consa-
gración del creyente era real, continuo y evidente.
En nuestra cultura, estar identüicado con la igle-
sia generalmente no cuesta nada. La gente, por lo
común, no pierde sus trabajos, sus familias o sus ami-
gos. En muchas de nuestras comunidades, no hay gran
contraste entre el mundo cristiano y el no cristiano.
Muchos de nosotros no tenemos un sentido de ser
asaltados o atacados por fuerzas que están tratando de
exterminar el evangelio.
Sin embargo, cuando entendemos correctamente
la vida cristiana, este camino aún es dficil. Mantener
la integridad como hombre de negocios, en una socie-
dad donde el engaño ha llegado a ser tan habitual y
aceptado, es algo dficil. Tratar con los problemas del
prejuicio, estar abierto a todo el pueblo de Dios, al
margen de cualquier raza o clase, no es más fácil de lo
que era en el primer siglo. Confiar absolutamente en
Dios por nuestra seguridad y no en el dinero o en la
posición aún es dificil.
Seguimos necesitando toda la ayuda que Dios est4
dispuesto a dar a sus hijos, a fin de que nuestras vidas
sean continuos testigos de nuestra relación con Cristo.
A ú n necesitamos toda la armadura de Dios.

Actividades Personales de Aprendizaje

1. Lo que necesitaban los lectores de Pablo, por encima de todo,


para su lucha contra las fuerzas que les amenazaban
e r a
(Elija la respuesta correcta):
(1) Fortaleza
(2) Dinero
(3) Poder político
(4) Organización
2. Si fallamos en la vida cristiana, no será así a causa del ataque de
un individuo o un grupo; faliaremos porque la fortaleza interior
de nuestro espíritu ha sido quebrada por el poder del mal. Ver-
d a d e r o Falso---
3. Pablo empleó la metáfora de la armadura para enfatizar lo que
Dios provee para el cristiano en la continua lucha contra el mal.
Combine las dos listas, relacionando cada pieza de la armadura
con su equivalente espiritual:
(1) Cinto
(2) Coraza
(3) Calzado
(4) Escudo
(5) Yelmo
(6) Espada

(a) Justicia
(b) Salvación
(c) Verdad
(d) Palabra de Dios
(e) Fe
(f) Evangelio

4. De acuerdo con Pablo, la comunidad cristiana debe


orar (Seleccione las respuestas adecuadas de la lista):
(1) En todo tiempo
(2) En el Espíritu
(3) Sin detenerse
(4) Con toda f o m a de oración
(5) En Espíritu alerta, velando
(6) Por todos los santos
5. Pablo clausuró Efesios con una bendición en la que incluyó cua-
tro grandes palabras de su vocabulario. De esta lista, seleccione
los cuatro dones que deseaba para sus lectores:
(1) Gracia
(2) Sabiduría
(3) Paz
(4) Capacidad
(5) Amor
(6) Fe '

Respuestas :
1. (1); 2. Verdadero; 3. (l)c, (2)a, (3)f, (4)e, (5)b, (6)d; 4. (l), (2), (3),
(4), (51, (6); 5. (11, (31, (519 ( 6 )
Curso de Estudio para Iglesias

El curso de Estudio para las Iglesias se compone de cursos de


estudios de corto plazo, con crédito o reconocimiento, para adultos
y jóvenes y unidades fundamentales para niños escolares y preesco-
lares, sin crédito o reconocimiento. Los materiales son para usarse
adicionalmente al programa de estudio y capacitacibn que están dis-
ponibles para las iglesias constantemente.
Los Cursos de Estudios y las Unidades Fundamentales están
organizados en un sistema promovido por la Junta de Escuelas Do-
minicales (Sunday School Board), 127 Ninth Avenue, North Nash-
ville, Tennessee, 37234; por la Unión Femenil Misionera, 600 North
Twentieth Street, Birmingham, Alabama 35203; por la Unión Va-
ronil, 1548 Poplar Avenue, Memphis, Tennessee, 38104, y por los
respectivos departamentos de las convenciones de estado de la Con-
vención Bautista del Sur.
Los materiales del Curso de Estudio son suficientemente flexi-
bles para ser adaptados a las necesidades de cualquier iglesia bautis-
ta. Estos son publicados en diferentes formas: libros de texto, cua-
demos de actividades y equipo de materiales. Cada equipo lleva una
breve explicación para el Curso de Estudio para las Iglesias.
Distintos Tipos d e Estudios y los Respectivos Créditos
Los adultos y jóvenes pueden obtener su crédito o reconoci-
miento a travks de un estudio individual o en grupo. Los maestros
del curso y de las unidades fundamentales, también pueden recibir
el crédito o reconocimiento.
1. Estudio en Clase: El curso requiere participación con un
grupo en el estudio del material en el número de horas especificado
en un curso dado. Demanda que una persona lea, vea o escuche el
material y que asista a las clases. El alumno que ha estado ausente
de una o más clases, debe completar todas las "Actividades de
Aprendizaje Personal" o se le debe señalar otra manera a seguir para
cumplir con el material faltante.
2. Estudio Individual: Esto incluye leer, ver y escuchar el ma-
terial de estudio y cumplir con los requisitos específicos del curso.
3. Estudio por Lecciones: Consiste en el uso paralelo del mate-
rial de estudio de unidades seleccionadas de las revistas del progra-
ma educativo de la iglesia cuyas guías aparecen en dichos materiales
de currículo.
4. Estudio en las Organizaciones Educativas: Consiste en el
uso paralelo del material de estudios designados durante los cursos
regulares en las organizaciones educativas, incluyendo los cursos de
los departamentos de extensión de los seminarios. La guía para esta
clase de crédito es provista por el maestro.
Será merecedor del crédito o reconocimiento aquel que comple-
te satisfactoriamente los requerimientos del Curso de Estudio. Para
recibir el crédito envíe el cupón que aparece en la Última página de
este libro o el formulario 151 a Church Study Course Awards Offi-
ce, 127 Ninth Avenue, North, Nashville, Tennessee 37234.
Cuando los cursos son estudiados en español la solicitud de
crédito de reconocimiento debe indicarlo claramente ya que la
"Awards Office" emitirá dicho crédito en español.
Cuando se otorga un reconocimiento o crédito a una persona,
la oficina encargada enviará dos copias del certificado a la iglesia de
la que es miembro dicha persona. Una será archivada por el encar-
gado del Curso de Estudio, en la carpeta de registro del alumno. La
otra será entregada al interesado. Los créditos acumulados serán
aplicados para un diploma específico de liderazgo o diploma de de-
sarrollo cristiano, que son medidas de aprendizaje, crecimiento, de-
sarrollo y capacitación.
Más información detallada acerca del sistema de reconocimien-
tos, diplomas y archivo de registro del Curso de Estudios para las
Iglesias están disponibles en las oficinas encargadas de este progra-
ma. Los materiales del curso de estudios, ayudas suplementarias
para el aprendizaje y formularios para solicitarlos, etcétera, se en-
cuentran disponibles en las Librerías Bautistas.
El Currículo del Curso de Estudio para las Iglesias
El crédito es otorgado sobre aquellos cursos detallados en el
Church Services and Materiales Catalog y el Church Study Course
Catalog.
Cómo Obtener Crédito para el Estudio de Este Libro
Este Curso de Estudios debe ser clasificado bajo "Estudios Bí-
blicos" y está preparado para una duración de 6 horas en grupos de
estudio. El crédito es otorgado por la asistencia a la clase y la lectura
del libro. En caso de inasistencia a una o más clases debe compen-
sarse el material omitido con "Actividades para el Aprendizaje Per-
sonal".
Además, puede recibirse también crédito por el estudio indivi-
dual, y, en ese caso, se hará en base a lecciones, o en las organizacio-
nes educativas.
En el caso que una persona deseara individualmente obtener
crédito deberá leer completamente el libro y hacer todas las "Activi-
dades de Aprendizaje Personal".
El crédito por este estudio puede ser aplicado a uno o más di-
plomas en el Curso de Estudios para Iglesias.
Los cursos, tanto en español como en inglés, pueden ser aplica-
dos indistintamente a cualquiera de los diplomas y sellos del Desa-
rrollo Cristiano. Si se desea que el Diploma sea en español, ello debe
ser indicado en el formulario 1257 (revisión 1979) para tal fin.
Una vez que el curso haya sido completado, el maestro, o cual-
quier persona nombrada por la iglesia, puede llenar el formulario
151 y enviarlo a Awards Office, 127 Ninth Avenue, North, Nashvi-
lle, Tennessee 37234. En la página siguiente el lector hallará un for-
mulario que podrá separar y ilenar enviándolo a la oficina y direc-
ción indicadas arriba.
INSTRUCTIONS: If requested by the teacher, fill in this form and give it to him
when the course is completed. If preferred. mail this request for course credit to

AWARDS OFFICE
THE SUNDAY SCHOOL BOARD, SBC
127 NINTH AVENUE, NORTH
NASHVILLE, TENNESSEE 37234
State Convention Association Indicate Type of Study (X)
Educational
Class Individual Lesson Course lnstitution

I Church Name
Mal1 to (If Different from Church Address)

Street Route or P O Box

FlRST NAME
LAST NAME ANO MRS. COURSE TlTLE
MIDDLE INlTlAL (X)
1 I

E F E S I O S : EL NUEVO PUEBLO DE D I O S

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