IED CARLOS GIRALDO

ANOLAIMA- CUNDINAMARCA

ANÁLISIS DEL DECRETO 2383 DEL 11 DE DICIEMBRE 2015

Cada decreto, ley o norma que es propuesta, y aprobada por el Gobierno, busca el
bienestar de la población colombiana, y más para el beneficio de las nuevas
generaciones. De hecho, el ART 44 y 45 de la constitución política de Colombia,
habla sobre el derecho a la educación y de ellos se menciona en la lectura expuesta
para el debido análisis, donde se presenta claramente el perfil gubernamental de
“primero nuestros niños, adolescentes y jóvenes”.

A lo anterior se suma el ART 67, también relacionado en el texto a analizar, y que

manifiesta la responsabilidad del estado, la sociedad y la familia como las que deben
promover de nuevo el tema de la educación. Y en este orden, no existen las
limitaciones, o excepciones. Todo lo contrario, educación debe haber, y
principalmente para la niñez, adolescencia y juventud, así como en el anterior
párrafo se expresó.

Por ello, hay que decir que todo lo que tiene que ver con el Sistema de
Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA), es una forma de respaldar y dar
continuidad al tema de la educación. Su objetivo es claro, porque garantiza que el
sistema educativo siempre provea estrategias pedagógicas para aquellos
adolescentes que se encuentra en algún proceso penal, todo con la intensión de
restaurar.

De hecho, entidades promotoras del cuidado de los adolescentes, así como es el

Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, establecimientos educativos del sector
público, el mismo estado, y pieza clave, que es la familia, tienen que articularse y
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trabajar como un solo equipo, tanto en la acción, como en la comunicación, y con la

intensión de sanar o restaurar a aquellos que traían un proceso formativo. Todo
debe ser proyectado en común, y asimismo, se debe presentar como un apoyo
constante para que la educación pueda ser completa en dichos adolescentes.

Además, se sabe que la influencia de los que hayan pasado este proceso de
restauración, podrá ser ejemplo para que otros se sumen al objetivo que plantea el
decreto del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA).

Analizar este tema no es tarea fácil, pero si se constituye en un reto para el ámbito
educativo. Y desde el punto de vista de nuestra institución, se puede decir que, el
compromiso es fundamental. Nuestro gobierno sabe que las instituciones y los
educadores son importantes para que se lleve a cabo lo propuesto. Por eso, puede
llamarse un nuevo reto.

Según Manchin J. “cada niño, adolescente o joven debería tener en su vida un

adulto que se preocupe por ellos. Este no siempre es un padre biológico o un
miembro de familia, puede ser un amigo o vecino, a menudo es un maestro”. En el
tema que nos concierne, se puede asegurar que el maestro es ese adulto que puede
impactar con sus palabras, y hasta con su ejemplo.

También dentro de la temática hay algo relevante, y es lo expuesto en cuanto a las

reglas para la prestación del servicio público educativo. Estas ocho mencionadas
(accesibilidad, calidad, pertinencia, permanencia, flexibilidad, educación inclusiva,
corresponsabilidad e igualdad y no discriminación) ponen sobre la mesa, la función
importante que tienen las entidades educativas, en cuanto al compromiso que
deben adquirir, puesto que este se convierte en la columna vertebral que sostiene
o soporta toda la funcionalidad del decreto que se viene analizando.
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Ahora, hay que analizar que el decreto plantea que las entidades educativas deben
buscar las estrategias para garantizar el desarrollo de las competencias básicas y
ciudadanas enfocadas a esta población, pero qué hay de la capacitación a las
entidades públicas que estarán vinculadas al proceso de continuidad en el
aprendizaje. Las necesidades realmente no son las mismas, que las percibidas en
el ámbito secular, hasta las herramientas para el trabajo pueden verse limitadas por
el desconocimiento de la población del Sistema de Responsabilidad Penal para
Adolescentes (SRPA).

Finalmente, se puede asegurar que el decreto deja claro en sus párrafos que la
flexibilidad, el compromiso, la restauración, entre otras características, son un hecho
en el que no existe la posibilidad de escoger, sino de actuar por parte de las
entidades educativas, y esto a su vez se convierte en el nuevo reto para la
educación, el reto de LA VOCACIÓN.

Por: Lic. Carlos Alfonso Guayara.