ADMINISTRATIVO

NORMATIVO
ANÁLISIS

EL PROCESO URGENTE Y LA TUTELA

DE DERECHOS FUNDAMENTALES EN EL
PROCESO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO
Víctor Manuel
Bazalar Paz* **

Artículo 26.- Proceso urgente

NORMA ANALIZADA:
• Texto Único Ordenado de la Ley
Nº 27584, Ley que regula el Pro-
ceso Contencioso Administrativo,
modificada por el Decreto Legis-
lativo Nº 1067, Decreto Supremo
Nº 013-2008-JUS (29/08/2008)
INTRODUCCIÓN
A partir de que se expidió el Texto Único Or-
denado de la Ley Nº 27584 que regula el pro-
ceso contencioso-adminsitrativo, aprobado
mediante Decreto Supremo Nº 013-2008-JUS
(en adelante TUO), existe la posibilidad de uti-
lizar el proceso urgente como vía sumarísima,
Se tramita como proceso urgente únicamente las siguientes
pretensiones:
1. El cese de cualquier actuación material que no se susten-
te en acto administrativo.
2. El cumplimiento por la administración de una determi-
nada actuación a la que se encuentre obligada por man-
dato de la ley o en virtud de acto administrativo firme.
3. Las relativas a materia previsional en cuanto se refieran
al contenido esencial del derecho a la pensión.
Para conceder la tutela urgente se requiere que del mérito
de la demanda y sus recaudos, se advierta que concurren-
temente existe:
a) Interés tutelable cierto y manifiesto,
b) Necesidad impostergable de tutela, y
c) Que sea la única vía eficaz para la tutela del derecho
invocado.
para darle pronta respuesta a aquellas materias
que, por su apremio y credibilidad, no pueden
esperar los largos plazos del proceso conten-
cioso ordinario, afectado por el formalismo,
la burocracia y diversas situaciones de facto1,
que sin ser responsabilidad de los justiciables,
dilatan inútilmente el proceso.

* Abogado por la Universidad de Piura, con estudios de maestría en la misma casa de estudios. Labora en el Ministerio Público-
Fiscalía de la Nación.
** El autor agradece la colaboración de Víctor M. Bazalar Crisólogo por su apoyo para la realización de este artículo.
1 El 28 de marzo del presente año los trabajadores del Poder Judicial iniciaron una paralización nacional indefinida.

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En este sentido, existe la necesidad de dar
ejemplos de aquellas controversias que, por
mandato legal, por su característica de apre-
mio, y por su verosimilitud, deben ser trami-
tadas vía proceso urgente, dentro del proceso
contencioso-administrativo.
En esta misma línea, nos referiremos a los
derechos cuyo contenido constitucional pue-
de ser protegido en la sede contenciosa-admi-
nistrativa.
Asimismo, aprovecharemos la oportunidad
para llamar la atención de la judicatura para
adecuar la vía procedimental de las deman-
das que, equivocadamente, hayan sido tra-
mitadas vía el proceso especial, a fin de que
sean resueltas vía proceso sumarísimo de
urgencia.
I. LAS PRETENSIONES, MATERIA
DEL PROCESO URGENTE
A partir de las materias específicas del proceso
urgente, recogidas en el artículo 26 del TUO
de la Ley Nº 27584, podemos afirmar que
este es un mecanismo que busca resolver con
celeridad y economía procesal, aquellos peti-
torios que, por su credibilidad e inmediatez lo
requieren2.
Esta afirmación se fundamenta en la norma-
tiva constitucional3 y ordinaria4, así como,
en la jurisprudencia del Tribunal Constitu-
cional en la que se ha establecido declarar
improcedente la vía del amparo, por existir
una vía específica igualmente satisfactoria5
para tutelar los derechos fundamentales de
los administrados. Esta vía ha de perfeccio-
narse con el proceso sumarísimo urgente6 7
que procede en las controversias que versan
sobre:
1. El cese de cualquier actuación
material, que no se sustente en
acto administrativo
Se controla judicialmente cualquier actuación
de aquel que ostenta el poder público, y que en
uso de tal potestad lesiona la esfera jurídica de
la persona, sin motivación.
A decir de la doctrina nacional, se trata de lo
que se conoce como la “vía de hecho”8, es

2 El artículo 5.2 del Código Procesal Constitucional establece la improcedencia del amparo cuando existan vías procedimentales
igualmente satisfactorias para la protección del derecho constitucional vulnerado; por ello, el Tribunal Constitucional ha estable-
cido que, solo en los casos que las vías ordinarias judiciales no sean idóneas, satisfactorias o eficaces para la cautela del Dere-
cho Constitucional, será posible acudir a la vía extraordinaria del amparo (STC Exp. N° 0206-2005-PA/TC, f. j. 6). En consecuen-
cia, si el demandante dispone de un proceso cuya finalidad también es la protección del derecho constitucional presuntamente
lesionado y es igualmente idóneo para tal fin, debe acudir a dicho proceso (STC Exp. Nº 0025-2007-PA/TC, f. j. 2).
3 De conformidad con el artículo 138 de la Carta Fundamental, en todo proceso, los jueces hacen uso de la norma constitucional,
siendo los primeros llamados a tutelar los derechos fundamentales. En concordancia con el artículo 148 que establece que las
resoluciones administrativas que causan estado son susceptibles de impugnación ante el juez contencioso-administrativo.
4 Las materias que protege el proceso urgente indiscutiblemente tienen contenido de derechos fundamentales, los que se buscan
proteger de manera eficaz, mediante este proceso sumario.
5 STC Exp Nº 2802-2005-PA/TC, ff. jj. 16 y 17.
6 CASTRO POZO CHÁVEZ, Hildebrando. “El Proceso Contencioso Administrativo ¿Es la vía idónea para tutelar los derechos de
los administrados?”. En: Actualidad Jurídica. Tomo 176, Gaceta Jurídica, Lima, julio de 2008, pp. 275 y 276. El citado autor refie-
re que la vía contencioso-administrativa no suele tener la celeridad que sí posee el proceso de amparo. Frente a ello, sostene-
mos que el legislador idea un nuevo proceso sumarísimo, al que denomina proceso urgente, que compartiría con el proceso de
amparo la tutela de los derechos fundamentales vinculados con la actuación de la Administración.
7 La doctrina nacional expresaba que “basta mirar los procedimientos regulados en la Ley Nº 27584 –Ley que regula el proceso
contencioso administrativo–, para corroborar que dicha característica únicamente se presentará en los procesos que contengan
las pretensiones previstas en su artículo 24, a saber: a) el cese de cualquier actuación material que no se sustente en acto admi-
nistrativo; y, b) se ordene a la Administración la realización de una determinada actuación a que se encuentre obligada por man-
dato de la ley o en virtud de acto administrativo firme. Ello en razón de que atendiendo a la naturaleza de ambas pretensiones,
las mismas, conforme a la norma señalada, deberán tramitarse como proceso sumarísimo, única vía procedimental que de algu-
na manera puede considerarse “emparentada” con la naturaleza sumaria del procedimiento previsto para la solicitud de amparo”.
AZA RIVA, Arturo. “La acción contencioso-administrativa y la acción de amparo ¿vías paralelas?”. En: Actualidad Jurídica. Tomo
117, Gaceta Jurídica, Lima, agosto de 2003, pp. 90-94.
8 Guía práctica de impugnación judicial de decisiones administrativas. Normas Legales, Lima, 2009, p. 104.

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 ADMINISTRATIVO

decir, estamos frente a un atentado grave a una Tenemos, como segundo ejemplo, el caso en
libertad fundamental del administrado9. que, alegando la sola investidura funcionarial,
se establece una sanción sin contar con un pro-
Gracias a la casuística10 podemos referir, como
cedimiento administrativo previo.
primer ejemplo, el caso de un funcionario pú-
blico que con potestad gerencial o directiva,
2. El cumplimiento por la administra-
prohíbe el ingreso de un trabajador a su centro ción de una determinada actuación
de labores, alegando que su relación laboral ha a la que se encuentre obligada por
concluido, y que se le notificará por escrito (lo mandato de la ley o acto adminis-
que no llega a ocurrir). trativo firme

Razonablemente, nos encontramos ante una
actuación de la Administración Pública que no
tiene sustento en acto administrativo alguno, y
además vulnera el derecho fundamental al de-
bido proceso11, a la motivación12 y a la defen-
sa13, pues el administrado no tiene posibilidad
a la contradicción, frente a lo cual urge la ne-
cesidad de una protección inmediata14 a fin de
que la Administración justifique su accionar.
A partir de esta necesidad de tutela, surge el
proceso sumarísimo de urgencia, que en sus
cortos plazos busca que el conflicto sea resuel-
to en el tiempo razonable, a fin de que la di-
lación del proceso, no juegue en contra de la
plena realización humana15.
Por ejemplo, en el caso del no otorgamiento
de la bonificación por años de servicios, luto,
o gastos de sepelio, sobre la base del cálculo
de la remuneración total o integra. Si la Admi-
nistración incumple ello, la actuación judicial
ordenaría de inmediato el cumplimiento de la
ley, así como la imposición de sanciones a los
funcionarios responsables.
La semejanza con el proceso de cumplimien-
to es indiscutible, y es que, como sugerimos,
el proceso urgente ha sido instaurado para la
protección, de aquellos derechos constitucio-
nales que pueden ser resueltos por la justicia
ordinaria, sin necesidad de acudir a un proce-
so constitucional16.

9 HUAMÁN ORDÓÑEZ, Alberto. “La llamada ‘simple vía de hecho’ en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Examen de las
actuaciones materiales ilegítimas no procedimentalizadas de la Administración”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 130,
Gaceta Jurídica, Lima, julio de 2009, pp. 359-366.
10 Véase el caso en la sentencia recaída en la STC Exp. Nº 0598-2000-AA/TC.
11 Recogido en el artículo 139, inciso 3, de la Constitución Política.
12 Recogido en el artículo 139, inciso 5, de la Constitución Política: “El tema de la motivación del acto administrativo es una cues-
tión clave en el ordenamiento jurídico-administrativo (…). Constituye una exigencia o condición impuesta para la vigencia efec-
tiva del principio de legalidad, presupuesto ineludible de todo Estado de Derecho. A ello, se debe añadir la estrecha vinculación
que existe entre la actividad administrativa y los derechos de las personas. Es indiscutible que la exigencia de motivación sufi-
ciente de sus actos es una garantía de razonabilidad y no arbitrariedad de la decisión administrativa. En esa medida, este Tribu-
nal debe enfatizar que la falta de motivación o su insuficiencia constituye una arbitrariedad e ilegalidad, en la medida en que es
una condición impuesta por la Ley N° 27444. Así, la falta de fundamento racional suficiente de una actuación administrativa es
por sí sola contraria a las garantías del debido procedimiento administrativo” (STC Exp. Nº 00091-2005-PA/TC, f. j. 9, párrafos 3,
5 a 8, criterio reiterado en la STC Exp. Nº 294-2005-PA/TC, STC Exp. Nº 5514-2005-PA/TC, entre otras).
13 Recogido en el artículo 139, inciso 14, de la Constitución Política.
14 “El estudio de la noción de vías de hecho conlleva, intrínsecamente, el de los medios de tutela para combatirlas. Es en el estu-
dio de estos procedimientos que podremos establecer si la respuesta que brinda el ordenamiento, ante esa quiebra de los cau-
ces de la legalidad que implican las vías de hecho, es proporcional a la gravedad que tal tipo de conducta implica (…). En lo que
concierne los derechos fundamentales, no cabe la menor duda sobre el carácter reforzado de la tutela y sobre la forma expedita
en que el legislador ha intentado brindar la tutela efectiva de estos derechos (…). La vía ofrecida por la Ley de Protección Juris-
diccional de los Derechos Fundamentales de la Persona (España) resulta globalmente indicada como medio de defensa reforza-
do ante las vías de hecho de la Administración lesivas de los derechos fundamentales”. SABORÍO VALVERDE, Rodolfo. Las vías
de hecho de la Administración. Imprenta LIL, S.A., San José de Costa Rica, 1991, pp. 58-72.
15 CASTILLO CÓRDOVA, Luis. “El recurso como elemento esencial del derecho a la pluralidad de instancia. En particular sobre el
recurso de agravio constitucional”. En: Estudios sobre los medios impugnatorios en los procesos laborales y constitucionales. Ga-
ceta Jurídica, Lima, 2011, pp. 235-265.
16 “Los abogados litigantes preferimos la interposición de una acción de cumplimiento debido a que, al constituirse en una garan-
tía constitucional librada del pago de tasas judiciales, nos asegura una pronta y efectiva restitución de los derechos vulnerados

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REVISTA JURÍDICA DEL PERÚ

3. Las relativas a materia previsio- Obviamente, las pretensiones sobre otorga-

nal en cuanto se refieran al con-
tenido esencial del derecho a la
pensión
Mediante STC Exp. Nº 1417-2005-PA/TC, de
fecha 8 de julio de 2005 (fundamento jurídico
37), se estableció que este derecho es vulnera-
do en los siguientes casos:
a) No se permite el ingreso a un sistema pen-
sionario (privado o público), dependiente
o independiente.
b) A pesar de cumplir con los requisitos de
ley, no se otorgan las prestaciones pen-
sionarias, recogidos en los literales b y
d, es decir, el otorgamiento de una pen-
sión de jubilación, cesantía, invalidez o de
sobrevivencia.
Siendo este derecho, en palabras del TC, un
derecho alimentario17, no se puede esperar al
procedimiento contencioso ordinario (proce-
so especial) para darle una respuesta al admi-
nistrado, más aún, si este cuenta con los me-
dios de prueba que hacen muy probable su
requerimiento.
miento de pensión de jubilación, por haber
cumplido los requisitos legales, de edad y
años de aportación, son considerados por el
TC como de contenido constitucional, y por
ende, tutelables a través del amparo. Mas, por
la tendencia de la llamada amparización18, se
decidió establecer los parámetros necesarios, a
fin de que sea la vía contencioso-administrati-
va, la vía idónea para tutelar dichas pretensio-
nes, convirtiéndose el contencioso en uno de
tutela de derechos constitucionales19.
Igual razonamiento, nos permite deducir que
a contrario sensu las pretensiones que no ver-
sen sobre el otorgamiento a una pensión de
jubilación, sino que busquen un incremento
pensionario, por tener mayores años de apor-
tación, o por la inaplicación de alguna nor-
ma, deben tramitarse por la vía del proceso
especial, pues, la emergencia del derecho a
los alimentos, vinculado al derecho a la vida,
no está presente en la magnitud del supues-
to anterior.
No en vano el TC refiere que “las condicio-
nes indirectas relativas al goce efectivo de

contrastado con el entrampamiento judicial que significa proseguir la causa mediante la interposición de una acción contencioso-
administrativa y que de antemano, al saber que el demandado es una entidad estatal, tenemos pocas, por no decir nulas, posibi-
lidades de ver satisfechas las pretensiones del actor, muchas veces obteniéndose al final una sentencia judicial cuya efectiva eje-
cución se prolonga ad infinítum en el tiempo, en una vulneración frontal y reiterada de la tutela procesal efectiva; siendo ello más
difícil de contradecir cuando se trata de recuperar sumas de dinero adeudadas por el Estado a un particular”. DONAYRE YSHII,
Luis Óscar. “La protección de los administrados ante la inacción de la Administración. Acción contencioso-administrativa o acción
de cumplimiento”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 140, Gaceta Jurídica, Lima, mayo 2010, pp. 303-312.
17 El Tribunal Constitucional ha establecido en la STC Exp. N° 01064-2005-PA/TC: “que por la naturaleza del derecho a la pensión
y teniendo en consideración que esta tiene carácter alimentario, no es exigible el agotamiento de la vía previa”; por lo que resul-
ta de aplicación el artículo 46, inciso 2, del Código Procesal Constitucional (STC Exp. Nº 02854-2008-PA/TC, f. j. 3).
18 “En efecto, antes de la existencia de esta causal de improcedencia, era práctica común de los litigantes (ante el carácter electivo
de la vía ordinaria) recurrir al proceso de amparo para solicitar el resguardo de sus derechos, soslayando la especialidad corres-
pondiente a la real pretensión demandada, lo que generó el incremento desmesurado de las acciones planteadas en esta sede
(la llamada “amparización” del proceso peruano) (…) Uno de los casos más dramáticos fue el previsional, pues los pensionistas
prácticamente descartaron la opción de la vía contencioso-administrativa (Ley Nº 27584), que a todas luces resultaba la adecua-
da (incluso por mandato del artículo 148 de la Constitución), al ser cuestionadas en la mayoría de casos resoluciones adminis-
trativas (de la ONP, en lo que respecta al Decreto Ley Nº 19990; o de las entidades en que laboró cada servidor, para los proce-
sos del Decreto Ley Nº 20530), convirtiendo a la sede constitucional (y al amparo por antonomasia) en la vía procesal preferida
para dichas pretensiones”. ABANTO REVILLA, César. “El contenido constitucionalmente protegido del derecho a la pensión y la
‘desamparización’ previsional”. En: Actualidad Jurídica. Tomo 141, Gaceta Jurídica, Lima, agosto, 2005, pp. 246-249.
19 “Nosotros pensamos que el amparo debe ser un remedio excepcional, extraordinario, que no debería ser utilizado si existen ins-
trumentos procesales idóneos, y por tanto, su empleo ha de ser compatible con tal naturaleza. Creemos que este proceso no
debe actuar cuando exista una vía judicial ordinaria, sumaria o especial que pueda proteger en forma oportuna y eficaz los de-
rechos de los demandantes. De no ser así, la naturaleza excepcional y urgente del amparo se vería mermada, y se trastocaría
nuestro sistema procesal al dejarse de lado –sin razón alguna– los procesos comunes que podrían tutelar eficazmente los dere-
chos fundamentales alegados. Por ello, estamos de acuerdo con el cambio –radical– planteado por el artículo 5, inciso 2) del Có-
digo Procesal Constitucional”. ABAD YUPANQUI, Samuel. “Residualidad y vías paralelas en el proceso de amparo. Análisis de
su desarrollo jurisprudencial”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 130, Gaceta Jurídica, Lima, julio, 2009, pp. 72-84.

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 ADMINISTRATIVO

determinadas prestaciones, como por ejem- la sede administrativa, en cumplimiento del

plo, asuntos relacionados al monto de la pen-
sión (en la medida que no se comprometa el
mínimo vital), topes, mecanismos de reajus-
te, entre otros, no podrían considerarse como
componentes esenciales del derecho funda-
mental referido, sino como contenidos no
esenciales y, en su caso, adicionales, y, en tal
medida, tampoco como disposiciones lega-
les que lo configuran”. (STC Exps. Nºs 0050-
2004-AI / 0051-2004-AI / 0004-2005-AI /
0007-2005-AI / 0009-2005-AI, acumulados,
fundamento 120).
II. CARACTERÍSTICAS ESPECIALES
DEL PROCESO URGENTE
Sabemos que el artículo 22 del TUO de
la Ley Nº 27584 establece los requisi-
tos para que se admita a trámite la demanda
contenciosa-administrativa.
Sobre la base de lo señalado, consideramos
que existen particularidades dentro del pro-
ceso urgente, pues se trata de la vía ordinaria
estructurada, que tutela de los derechos fun-
damentales de los administrados. Estas singu-
laridades son:
1. La no exigencia del agotamiento
de la vía administrativa20 21
Cuando la pretensión verse sobre el derecho
fundamental a la pensión (acceso a régimen
pensionario, a la prestación, al mínimo legal)
y haya sido denegada en primera instancia de
artículo 21, inciso 4, del TUO.
Con ello, basta solo una negativa de la Admi-
nistración, al petitorio de derecho constitucio-
nal pensionario, para que quede activada la vía
judicial, sin la necesidad de interponer otros
recursos impugnatorios en la vía administrati-
va, ni esperar mayores plazos22.
Un supuesto similar acontece cuando la pre-
tensión sea el cumplimiento por la administra-
ción de una determinada actuación a la que se
encuentre obligada por mandato de la ley, o
en virtud de acto administrativo firme, en cuyo
caso, por única vez, se deberá requerir el aca-
tamiento por escrito al titular de la entidad,
pues, al pasar quince días, se podrá iniciar el
proceso contencioso, en aplicación del artícu-
lo 21, inciso 2, del TUO.
Este es un modus operandi análogo a la ac-
ción de cumplimiento, que en el artículo 69
del Código Procesal Constitucional estable-
ce que “para la procedencia del proceso de
cumplimiento se requerirá que el demandan-
te previamente haya reclamado, por docu-
mento de fecha cierta, el cumplimiento del
deber legal o administrativo, y que la autori-
dad se haya ratificado en su incumplimiento
o no haya contestado dentro de los diez días
útiles siguientes a la presentación de la soli-
citud. Aparte de dicho requisito, no será ne-
cesario agotar la vía administrativa que pu-
diera existir”.

20 “La exigencia de agotarse la vía administrativa antes de acudir al amparo constitucional se fundamenta en la necesidad de brin-
dar a la Administración la posibilidad de revisar sus propios actos, a efectos de posibilitar que el administrado, antes de acudir a
la sede jurisdiccional, pueda en esa vía solucionar, de ser el caso, la lesión de sus derechos e intereses legítimos. No obstante
su obligatoriedad, existen determinadas circunstancias que pueden convertir el agotamiento de la vía administrativa en un requi-
sito perverso, particularmente, cuando de la afectación de derechos fundamentales se trata. En tales casos, se exime al adminis-
trado de cumplir esta obligación”. Vide: <http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2003/00895-2001-AA.html>.
21 “El hecho de no requerirse el agotamiento previo de la vía administrativa no viene a ser más que la consecuencia natural de la
aplicación de un proceso especial caracterizado por la sumariedad”. SABORÍO VALVERDE, Rodolfo. Ob.cit., pp. 58-72.
22 Asimismo, entendemos que “no es exigible el agotamiento de la vía previa si, habiéndose iniciado uno de manera incorrecta, la
entidad, cuya impugnación de algún acto por ella expedida se pretende, permite prever de manera cierta e inequívoca que, de
iniciarse la vía adecuada, se irá de obtener una confirmación del acto que se considera lesivo de algún derecho constitucional”.
Vide: <http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/1997/00163-1996-AA.html>. Pues, “(...) sería manifiestamente contrario al principio
de razonablidad y al derecho fundamental de acceso a la jurisdicción, exigir el agotamiento de la vía administrativa en los casos
en los que resulta evidente que la propia Administración se ha ratificado en la supuesta validez del acto considerado ilegal”. Vide
<http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2005/01417-2005-AA.html>.

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REVISTA JURÍDICA DEL PERÚ

Bien podría entenderse, aunque no lo exprese 4. El requisito de necesidad impos-

la norma, que la no exigencia del agotamien- tergable de tutela

to de la vía previa, puede darse también en
las pretensiones que buscan protección fren-
te a las actuaciones materiales de la Adminis-
tración Pública, pues “no cabe invocar el ago-
tamiento de la vía previa, pues tal exigencia
se encuentra condicionada (…) a que la con-
ducta cuestionada no se venga ejecutando en
la práctica o a que con la tramitación admi-
nistrativa de un reclamo no se genere agravia-
miento en el derecho constitucional invocado,
al extremo de generar eventuales riesgos de
irreparabilidad”23.
2. La imprescriptibilidad del dere-
cho constitucional a la pensión
En caso de que el petitorio verse sobre el con-
tenido esencial al derecho a la pensión (acce-
so a régimen pensionario, a la prestación, al
mínimo legal) no procedería la excepción de
prescripción o caducidad de la demanda, su-
puesto de improcedencia contenido en el ar-
tículo 23, inciso 2, del TUO, toda vez que se
trata de una vulneración continuada, en aplica-
ción del precedente vinculante establecido por
el TC, en la sentencia Exp. Nº 1417-2005-AA/
TC, fundamento jurídico 5924.
3. Existencia de un interés tutela-
ble cierto y manifiesto
Por el literal a) del último párrafo del artícu-
lo 26, siempre que, el artículo 23, inciso 7, del
TUO asimila el artículo 427 del Código Proce-
sal Civil, el cual dispone que se declarará im-
procedente la demanda cuando se carezca de
interés para obrar.
Este requisito confirma que los petitorios ma-
teria del proceso urgente, versan sobre temas
que no son de compleja dilucidación, por el
contrario, bastará verificar la actuación mate-
rial arbitraria, el incumplimiento de la Admi-
nistración de la ley o acto administrativo, o la
vulneración al contenido esencial de la pen-
sión para amparar la demanda que, asimis-
mo, espera inmediata respuesta del órgano
jurisdiccional.
III. LA NECESIDAD DE ADECUA-
CIÓN DE OFICIO
Debe ser prioridad de la judicatura competen-
te que los petitorios que taxativamente enume-
ra el artículo 26 del TUO de la Ley Nº 27584,
se adecuen a la vía procesal urgente, por no
pocas razones, entre las cuales señalamos las
siguientes:
1. Impulsar la celeridad y economía proce-
sal de estas materias.- La doctrina cita el
caso de don Justo Caparo Zamalloa, un an-
ciano de ochenta años, quien luego de mu-
cho litigar contra el Poder Judicial para
que le paguen su pensión de jubilación,
tuvo que iniciar otro proceso para que se
cumpla la sentencia porque el Poder de la
Justicia decidió ejecutar la sentencia pa-
gando en 171 años, es decir, cuando el de-
mandante cumpla 251 años25.
2. Carga procesal en lo contencioso-ad-
ministrativo.- Una sola Sala en lo con-
tencioso-administrativo de la Corte Su-
perior de Justicia de Lima resolvió 4000
expedientes en un año. Los más pobres
del Perú, como los pensionistas, deben

23 Vide: <http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2008/08766-2006-AA.html>.
24 “Todos los poderes públicos (…) deberán tener presente (…) –en criterio que mutatis mutandis es aplicable a cualquier proceso
judicial o procedimiento administrativo que prevea plazos de prescripción o caducidad– que las afectaciones en materia pensio-
naria tienen la calidad de una vulneración continuada, pues tienen lugar mes a mes, motivo por el cual no existe posibilidad de
rechazar reclamos, recursos o demandas que versen sobre materia previsional, argumentando el vencimiento de plazos pres-
criptorios o de caducidad”.
25 GUTIÉRREZ CAMACHO, Walter. “El Poder Judicial paga en 171 años: la arbitrariedad de una sentencia”. En: La Ley, periódico
mensual de Gaceta Jurídica, Lima, diciembre de 2011, p. 14.

146

esperar dos años en promedio, para una
sentencia de primera instancia. La cele-
ridad es para todos, y si existe alguien a
quien debemos privilegiar es al pobre, al
trabajador, al pensionista, que son la parte
más débil de la relación jurídica procesal,
y que son los que sufren de manera más
intensa cuando no logran un pronto acce-
so a la justicia26.
Todas las controversias relativas al dere-
cho a la pensión causan una enorme re-
carga al Poder Judicial, por lo que se hace
necesaria la creación de juzgados especia-
lizados que sean competentes solo en ma-
teria de pensiones, al igual que juzgados
laborales, civiles, penales, deben existir
“juzgados de pensiones”, con los cuales se
agilizaría la tramitación de un derecho tan
fundamental para la subsistencia directa de
la persona, que por su situación socioeco-
nómica y físico-moral se encuentra ya ve-
nida a menos, agudizada más por la crisis
económica mundial27.
3. Adecuada tutela en la vía ordinaria de
los derechos fundamentales de los ad-
ministrados.- Porque de no utilizarse el
proceso urgente, habría que responderle
a la ciudadanía, a la doctrina28, e incluso
al legislador que ideó esta vía sumarísi-
ma, que dentro del proceso contencioso-
administrativo no es posible encontrar la
vía idónea para tutelar los derechos fun-
damentales, debiendo idearse en la vía
26 GONZÁLEZ BARRÓN, Günter. “La jurisdicción comercial no se justifica”. En: Ibídem, p. 15.
27 DONAYRE YSHII, Luis Óscar. Ob. cit., pp. 303-312.
28 CASTRO POZO CHÁVEZ, Hildebrando. Ob. cit., pp. 235-265.
29 De conformidad con el artículo 16 del TUO de la Ley que regula el Proceso Contencioso-Administrativo, el Ministerio Público in-
terviene en el proceso como dictaminador, antes de la resolución final o en casación, y como parte cuando se trate de intereses
difusos.
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ADMINISTRATIVO
ordinaria judicial otro mecanismo proce-
sal que sí sea eficaz.
CONCLUSIONES
1. Tenemos dentro del proceso contencioso-
administrativo, la vía sumarísima deno-
minada proceso urgente, la cual debe ser
manejada por los actores de justicia (abo-
gados, jueces, fiscales)29, con el objetivo
de hacer expedito el trámite en controver-
sias que, por su certeza, no precisan mayor
dilucidación.
2. Únicamente con la finalidad de que los
justiciables, y los órganos públicos, obten-
gan un pronunciamiento inmediato y váli-
do, ordenando a la Administración Públi-
ca, respete los derechos fundamentales de
los ciudadanos, lo que se traduce en, no le-
sionarlos con actuaciones materiales arbi-
trarias, cumplir los mandatos legales o las
resoluciones administrativas, y finalmen-
te, respetar el derecho constitucional a la
pensión (acceso a régimen pensionario, a
la prestación, al mínimo legal).
3. Indudablemente, en plena aplicación del
primer artículo de la Carta Magna, el fun-
damento de la existencia del Estado, y de
los órganos de justicia, es la protección de
la persona humana, tutela que debe ser efi-
caz y oportuna, de lo contrario, toda cons-
trucción jurídica o social carecería de
justificación.
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