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La necesidad de realizar el triage hospitalario para asegurar la buena calidad de la

atención en los servicios de urgencia sobrecargados de pacientes1

Por: Germán González E, Md, Phd.


Asesor del Ministerio de Salud y Protección Social.
Oficina de Gestión Territorial, Emergencias y Desastres

1
Documento elaborado con la información recolectada para el Ministerio de Salud y Protección Social de
Colombia. Oficina de Gestión Territorial, Emergencias y Desastres. 2014-2016.
Contenido

Introducción........................................................................................................................................ 3
Sobre la resolución 5596 del 24 de diciembre de 2015 ..................................................................... 4
El triage como una necesidad de los servicios de urgencias ............................................................. 6
Revisión bibliográfica sobre la Justificación y generalidades del triage hospitalario ...................... 7
Tema validación .................................................................................................................................. 9
La situación colombiana ................................................................................................................... 12
Introducción

Colombia como otros países se encuentra con unos servicios de urgencia sobrecargados con
pacientes que podrían ser considerados no urgentes.

Son muchas las causas que se consideran asociadas al fenómeno de sobrecarga de estos servicios,
por mencionar algunos se habla de problemas de acceso a los servicios de consulta externa dentro
del Sistema General de Seguridad Social en Salud de Colombia, hay también expertos que
consideran problemas asociados con el cuidado médico en el que el médico general tiene una baja
resolutividad y la atención se centra en los especialistas, pero también se menciona la
fragmentación en la atención médica lo que promueve que el usuario busque los servicios de
urgencia para logar una atención oportuna y no fragmentada.

El tema de horarios de los servicios de salud que no responden a las necesidades de la población
también es traída a consideración, si se tiene una molestia de salud y solo están disponibles los
servicios de urgencia, el usuario buscará atención en aquellos que están disponibles 24 horas, siete
días a la semana durante todo el año, ellos son los servicios de urgencias.

La saturación de los servicios de urgencias puede comprometer: la evolución del paciente,


incrementar los costos y en algunos casos problemas de salud ocupacional por el estrés o por
ofensas de pacientes o familiares al personal médico.

La organización para la Cooperación del Desarrollo Económico (OECD)1expresa en su documento


Fast.Track paper- emergency Care Services: Trends, Drivers and Interventionto Manage the Demand
el incremento de la demanda de urgencias en sus países del 7% donde muchas de estas consultas
son inapropiadas y consideran el envejecimiento de la población, las complicaciones de las cirugías
ambulatorias que terminan en urgencias, la crisis económica, la falta de horarios adecuados a las
necesidades de los usuarios, y la insuficiente atención primaria, como causas del fenómeno de
sobrecarga de los servicios, además de otros factores asociados con la demora para atender los
pacientes. Y proponen como estrategia aumentar la atención primaria y los servicios de atención
prioritaria cerca de los departamentos de urgencia, el uso de nuevas tecnología, y la consulta tipo
“fast track”. Entre sus 22 países solo Chile, Irlanda y la Republica Checa han presentado una
tendencia decreciente en sus tasas de consulta de urgencias. En Chile y en concreto en Santiago se
desarrollaron servicios de urgencia de baja o mediana complejidad cerca del lugar de residencia de
la población con horarios extendidos que permitieron el anterior resultado.
Se piensa que el Triage es una metodología que puede clasificar y priorizar la atención de los
pacientes más graves, con el objeto de proteger su vida y disminuir las complicaciones, dando una
atención oportuna.
Se ha intentado complementar el Triage con algunas metodologías como es el “fastrack”, que busca
identificar los pacientes menos urgentes y cuya atención generalmente requiere menos recursos y
tiempo; a estos pacientes se les atiende en un lugar aparte y se trata de que egresen lo más rápido
posible. Esta metodología tiene el riesgo de promover la demanda de servicios en vista de que se
mejora la oportunidad.
Colombia desde hace algunos años tiene normatizado el Triage, pero dejó libre cual metodología de
Triage utilizar, lo cual ha generado diferentes experiencias.

Sobre la resolución 5596 del 24 de diciembre de 2015

Motivado en lo anterior, el Ministerio de Salud y Protección Social decidió avanzar en la


normatización y poner obligatorio el triage de 5 niveles en los servicios de urgencia del país en la
resolución 5596 de 2015. En esta se define el triage como un sistema de selección y Clasificación de
pacientes, basados en sus necesidades terapéuticas y los recursos disponibles, que consiste en una
valoración clínica breve que determina la prioridad en que un paciente será atendido. El “Triage”
como proceso dinámico que es, cambia tan rápidamente como lo puede hacer el estado clínico del
paciente.

El objetivo del triage acorde con la anterior resolución es asegurar una valoración rápida y ordenada

para identificar los pacientes que requieren atención inmediata, seleccionar y clasificar los pacientes

según prioridad clínica y los recursos disponibles; disminuir el riesgo de muerte, complicaciones o

discapacidad de los pacientes que acuden a los servicios de urgencias, y brindar una comunicación

inicial con información completa que lleve al paciente y a su familia a entender en que consiste su
clasificación de “Triage”, los tiempos de atención o de espera que se proponen y así disminuir la

ansiedad. Pero se aclara que el triage no debe ser utilizado para negar la atención de urgencias.

Se considera que el sistema de clasificación debe incluir cinco niveles así:

Triage I: Requiere atención inmediata. La condición clínica del paciente representa un riesgo vital y
necesita maniobras de reanimación por su compromiso ventilatorio, respiratorio, hemodinámico o
neurológico, perdida de miembro u órgano u otras condiciones que por norma exijan atención
inmediata.
Triage II: La condición clínica del paciente puede evolucionar hacia un rápido deterioro o a su
muerte, o incrementar el riesgo para la pérdida de un miembro u órgano, por lo tanto, requiere una
atención que no debe superar los treinta (30) minutos. La presencia de un dolor extremo de acuerdo
con el sistema de clasificación usado debe ser considerada como un criterio dentro de esta
categoría.
Triage III: La condición clínica del paciente requiere de medidas diagnósticas y terapéuticas en
urgencias. Son aquellos pacientes que necesitan un examen complementario o un tratamiento
rápido, dado que se encuentran estables desde el punto de vista fisiológico aunque su situación
puede empeorar si no se actúa.
Triage IV: El paciente presenta condiciones médicas que no comprometen su estado general, ni
representan un riesgo evidente para la vida o pérdida de miembro u órgano. No obstante, existen
riesgos de complicación o secuelas de la enfermedad o lesión si no recibe la atención
correspondiente.
Triage V: El paciente presenta una condición clínica relacionada con problemas agudos o crónicos
sin evidencia de deterioro que comprometa el estado general de paciente y no representa un riesgo
evidente para la vida o la funcionalidad de miembro u órgano.

En esta resolución se responsabiliza a las instituciones quienes deberán definir el método de cinco
categorías a emplear, garantizar los recursos humanos, físicos y técnicos requeridos, cumplir con los
tiempos de atención para los triage I, II y determinar los de los triage III, IV, V y proporcionar
información adecuada a los usuarios.
El triage podrá ser realizado por profesionales en medicina o enfermería en el caso de servicios de
alta complejidad o mediana complejidad, y en los de baja podrá ser realizado por auxiliares de
enfermería o tecnólogos en atención pre-hospitalaria con la supervisión médica.

Quien realiza el triage deberá:


1) Organizar y garantizar el orden en el que se realizará el "Triage" a las personas que lleguen
al servicio de urgencias.
2) Entrevistar al paciente y/o acompañante.
3) Evaluar de manera oportuna y pertinente al paciente.
4) Clasificar al paciente de acuerdo con la metodología de "Triage" implementada en la IPS,
según los criterios definidos por el Ministerio de Salud y Protección Social.
5) Llevar el registro de los datos obtenidos en el proceso de "Triage".
6) Informar al paciente y/o acompañante el resultado de la clasificación realizada, el área de
tratamiento y el tiempo estimado de espera para la atención inicial de urgencias, con
observancia de los parámetros.

Las instituciones tendrían seis meses para implementar o ajustar el sistema de Selección y
Clasificación de pacientes “triage” con base en los criterios definidos en la resolución 5596, este
plazo se venció el 24 de junio del 2016. Todo lo anterior justifica este curso.

El triage como una necesidad de los servicios de urgencias

El triage hospitalario no es más que una prueba encaminada a clasificar los pacientes con miras a
priorizar su atención según su morbilidad y no debe ser utilizado para negarla atención. Se conoce
que los de 4 o 5 niveles permiten clasificar mejor los pacientes.

Generalmente son escalas previamente validadas que tienen una sensibilidad y especificidad y por
ende falso positivos y falsos negativos. Los falsos positivos sobrecargan los servicios pero los falsos
negativos son pacientes que debieran ser priorizados pero que no fueron identificados al aplicar la
escala, corriendo el riesgo de que el paciente se agrave o aún muera; para evitar esto se requiere
hacer retriage en los pacientes que se encuentran en sala de espera, a toda persona que busque
atención en un servicio de urgencia se le debe brindar el cuidado requerido.
Con frecuencia hay pacientes que no son clasificados como de alta o moderada prioridad y que
deben esperar tiempos largos en las urgencias médicas, se ha diseñado una ruta de atención rápida
“fast-track”para pacientes que con pocos recursos se les puede solucionar su demanda v.g. una
consulta prioritaria.

Los expertos consultados de seis ciudades colombianas manifiestan la necesidad de que el país
adopte una escala y que esta sea utilizada solo para el manejo del paciente y no para trámites
administrativos de pago o glosa de atención, los pacientes pueden cambiar el triage durante la
atención.

Otro aspecto en el cual hay un consenso es en la necesidad de hacer campañas masivas de educación
a la comunidad donde se explique que es el triage, para que sirve con lo cual se puede prevenir
problemas de agresión al personal de salud.

Las escalas de triage más adoptadas incluyen el “Austalian Triage Scale” (ATS), el “Manchester Triage
Scale” (MTS), el “Canadian Emergency Department Triage” and “Acuity Scale” (CTAS) y el
“Emergency Severity Index” (ESI), los anteriores para uso hospitalario. Recientemente fue
introducido el “Medical Emergency Triage and Treatment system” (METTS) en Suecia, en los países
escandinavos se encontró que se usaban más de 37 versiones de triage. Los triage para atención
prehospitalaria han sido evaluados menos.2 Y el SET (Sistema Español de Triage) que tiene muy
buena sensibilidad y especificidad, es validado en español y tiene una versión electrónica que
incluye la estimación de estadísticas sobre su uso.

Es importante considerar al seleccionar y adoptar una escala si esta tiene o no derechos de autor.
Con lo anterior se estaría resolviendo el problema de clasificar y priorizar la atención en los servicios
de urgencia. Entre las escalas que se podrían considerar para su aplicación en Colombia y acorde
con la resolución 5596 de 2015 El ESI, el CTAS, y el SET podrían ser los candidatos para la selección.

Revisión bibliográfica sobre la Justificación y generalidades del triage


hospitalario2

2
Colombia. Ministerio de Salud y Protección Social. Oficina de Gestión Territorial, Emergencias y
Desastres. Revisión Documental con Alcance Internacional de los Sistemas de Emergencias
Médicas Incluyendo la Implementación de los Sistemas de Triage. Documento no publicado.
Preparado por Correa LF, Agudelo AD, Molina CF, González G. I
Hay nueve artículos, de los cuales cinco fueron realizados en Estados Unidos, dos en Brasil, uno en
Francia y uno en Australia, dentro de los cuales la calidad de los artículos varió, desde baja en un
total de 5 artículos, calidad media 2 artículos y de buena calidad 2 artículos. Tres estudios fueron
estudios comparativos3en donde se apreció que ante un mayor número de niveles de clasificación
se presenta un mejor desempeño de los protocolos de triage; es así, como en un artículo se comparó
un triage de dos niveles con un triage de tres niveles, y se apreció que el triage de tres niveles tuvo
una mejor respuesta en tiempo de estadía en urgencias, tiempo de consulta y porcentaje de
sobretriage y subtriage4; otro estudio comparó un triage de tres niveles, con un triage de cinco
niveles, el ESI y se apreció que el triage de cinco niveles mostro más confiabilidad, sensibilidad,
especificidad y menor porcentaje de sobretriage y subtriage; y por último se apreció que el Canadian
Emergency Department Triage and Acuity Scale (CTAS) tiene buena concordancia en su aplicación
con protocolos de aplicación local5.

Dos estudios transversales retrospectivos que tuvieron como propósito comparar varios algoritmos
de triage, entre los cuales se compararon el algoritmo Sieve, Care Flight Triage, Triage simple y
tratamiento rápido, y el Triage modificado simple con tratamiento rápido, donde se observó que el
algoritmo Care Flight Triage, el algoritmo Triage simple con tratamiento rápido, y Triage modificado
simple y tratamiento rápido, tuvieron una buena sensibilidad comparados los otros algoritmos6. El
segundo artículo tuvo como propósito comparar el índice de shock aplicado pre-hospitalariamente
y el aplicado en el servicio de urgencias, donde se apreció que el Índice mayor a 0,9 indica alta
mortalidad, y necesidad de UCI y se identificó que existió buena correlación entre índice de shock
aplicado pre-hospitalariamente y el aplicado en el servicio de urgencias7 .8

Dos artículos correspondieron a revisiones sistemáticas, la primeras de la revisiones tuvo como


objetivo evaluar la efectividad de los equipos de triage y las áreas de “Fast track”, donde se apreció
que la aplicación de fast track reduce los tiempos de espera, así como la longitud de estadía, los
equipos de triage reducen los tiempos de espera así como la longitud de estadía pero esta evidencia
es limitada, y en los esquemas donde se requiere la utilización de ayudas diagnósticas, esta
reducción no es tan clara en los tiempos9. La segunda revisión tuvo como propósito evaluar el
sistema Manchester, observando que este es un sistema válido y confiable que puede ser utilizado
en los servicios de urgencias, pero tiene problemas en la identificación de pacientes coronarios.
Esto se puede corregir con la experiencia del enfermero que lo aplica10.
Un estudio fue de tipo longitudinal, que tuvo como propósito generar guías basadas en tres
síntomas complejos como son, el dolor abdominal, el dolor muscoesquelético, síntomas de
infecciones respiratorias, y se apreció que estas guías son funcionales para la resolución de estos
síntomas11. Otro estudio tuvo como propósito evaluar las características de las reconsultas,
evidenciando que no se aprecian cambios en el triage entre consulta inicial y la reconsulta y se
presentó una mayor reconsulta en pacientes mayores de 65 años, diagnóstico de cáncer,
diagnóstico previo de enfermedad cardiaca, psiquiátrica y arribo rápido al hospital12.

Tema validación

En relación a la validación de las escalas se revisaron un total de 18 artículos de los cuales 9 artículos
fueron realizados en Estados Unidos, cuatro artículos de Canadá, dos en Brasil, uno en Francia, uno
en Inglaterra, uno en Suiza y uno en Noruega, dentro de los cuales, la calidad de los artículos varió
desde baja en un total de 7 artículos, calidad media 4 artículos y de buena calidad 7 artículos.
Tres estudios de los evaluados fueron estudios comparativos, el primero de los artículos tuvo como
objetivo comparar algunos criterios de triage ( escala de coma de Glasgow menor de ocho, presión
arterial sistólica menor de 90mmHg, compromiso de la vía aérea manejada con tubo endotraqueal
y pacientes que sufrieron herida por arma de fuego en cuello o torso), aplicados en atención
inmediata por parte de cirujanos de trauma, comparado con un grupo de pacientes sin estos
criterios, en los cuales se apreció que en los pacientes con los criterios, se observó una mayor
duración de hospitalización y un mayor número de días de estancia en UCI; y además, un valor
predictivo alto para clasificación de pacientes de alto riesgo13. El segundo artículo tuvo como
objetivo comparar un protocolo de triage estándar con un protocolo simplificado de este, el cual
evaluaba cuatro variables (hipotensión, escala de coma de Glasgow menor de ocho, alteraciones de
la respiración y herida penetrante a tronco), se observó un mayor sobretriage con protocolo
estándar, pero un menor subtriage, siendo estas diferencias estadísticamente significativas14. El
tercer estudio comparó dos protocolos para la activación de equipos de trauma, observando una
mayor duración de hospitalización y un mayor número de días de estancia en UCI con el nuevo
protocolo con buena correlación con los síntomas de escala de coma de Glasgow menor de ocho,
presión arterial sistólica menor de 90mmHg, compromiso de la vía aérea manejada con tubo
endotraqueal y pacientes que sufrieron herida por arma de fuego en cuello o torso15.
Tres estudios fueron de cohorte retrospectiva. El primero de ellos tuvo como propósito evaluar
algunos criterios fisiológicos (escala de coma de Glasgow, presión arterial sistólica, frecuencia
respiratoria y el pulso), realizado por personal prehospitalario. En el diagnóstico de pacientes de
riesgo se apreció una mayor tasa de mortalidad en las personas con alteraciones de la presión
arterial y una menor mortalidad en aquellos pacientes que tuvieran dos criterios de triage y que
fueran trasladados a centros regionales de trauma16. El segundo tuvo como propósito, evaluar el
protocolo STAR para atención de eventos masivos, encontrando que el protocolo es útil para
eventos con víctimas masivas. El tercer estudio evaluó el ESI, observando un alto porcentaje de
subtriage especialmente en las mujeres o en los mayores de 55 años. Adicionalmente, se apreció
que tenían un mejor pronóstico y una menor mortalidad en los pacientes que recibieron triage de
campo, eran menores de 55 años, sexo femenino, y el retriage fue del 6% para los paciente
severamente traumatizados17 .
Siete estudios fueron de cohorte. El primero tuvo como propósito evaluar la capacidad para predecir
los recursos usados en emergencia por parte del protocolo Canadian Triage and Acuity Scale (CTAS),
y el protocolo Emergency Severity Index (ESI) se presentó una pobre correlación entre el CTAS con
la mortalidad, pero no se presentaron diferencias significativas entre los dos protocolos y el ESI tuvo
una muy buena correlación con los recursos utilizados, pero tampoco se presentaron diferencias
significativas entre los dos protocolos18. El segundo estudio tuvo como propósito evaluar el sistema
“The Canadian Emergency Department Triage and Acuity Scale” (CTAS), donde se observó un mayor
tiempo de dedicación por parte de los médicos a los pacientes más graves, que a los pacientes
clasificados con riesgo bajo19 El tercero fue un estudio multicentrico que tuvo como objetivo evaluar
un nuevo sistema (MGAP) de Triage, basado en criterios fisiológicos y que fue realizado por personal
pre-hospitalario. Se apreció que no habían diferencias entre el protocolo nuevo y el protocolo
estándar previamente aplicado, pero el nuevo era más preciso y especifico en la predicción de
mortalidad20. El cuarto estudio evaluó el Emergency Severity Index (ESI), encontrando que este
protocolo tuvo buena correlación con la mortalidad y el consumo de recursos, pero presentó una
baja sensibilidad y una alta sensibilidad pero una muy buena reproducibilidad21. El quinto estudio
comparó la aplicación del CTAS vía electrónica o en formato en papel, 22encontrando acuerdo entre
las enfermeras que aplicaron los test electrónicos y los test en formato en papel. El sexto articulo
evaluó el Canadian Triage and Acuity Scale (CTAS) observando una muy buena reproducibilidad 23en
su aplicación principalmente en los pacientes graves24 y el último estudio evaluó el Manchester
Triage System (MTS) encontrando una buena correlación entre la clasificación y la mortalidad así
como en el tiempo de estadía en urgencia y en el hospital25.
Tres estudios eran revisiones sistemáticas. La primera de ellas evaluó la validez y confiabilidad de
las diferentes escalas de triage utilizado, solo las de 5 niveles, porque las escalas de tres niveles
tienen una baja confiabilidad. Las escalas evaluadas fueron, la escala Australasian Triage Scale (ATS),
Canadian Triage and Acuity Scale (CTAS), Manchester Triage System (MTS) y Emergency Severity
Index (ESI). Las cuatro escalas presentaron buena confiabilidad y validez, y la CTAS y la ESI
encontraron buena validez en los niños26. La segunda revisión tuvo como propósito evaluar la validez
y confiabilidad de los diferentes signos vitales que hacen parte de las escaladas de triage, para
afectar la mortalidad y cuál es la confiabilidad de cada escala de triage para predecir la mortalidad;
encontrando una muy buena confiabilidad con las escalas CTAS y MTS y los signos que demostraron
ser un buen predictor de mortalidad los que fueron: pulso, saturación de oxígeno, nivel de
conciencia y edad27. La tercera revisión tuvo como propósito evaluar el Sistema Manchester,
observando una seguridad baja por su alta tasa de subtriage y una baja sensibilidad para predecir
altos niveles de urgencia; así como una alta tasa de sobretriage28.
Un estudio de los revisados correspondió a un ensayo clínico aleatorizado, en donde se comparó dos
protocolos de triage de cinco categorías: el Canadian Triage and Acuity Scale (CTAS) y el Emergency
Severity Index (ESI) observando una muy buena reproducibilidad en su aplicación en ambos
protocolos29. Un estudio de los revisados, correspondió a un estudio de pruebas diagnósticas,
evaluando el Canadian Triage and Acuity Scale (CTAS), observando una muy buena reproducibilidad
en su aplicación principalmente en los pacientes graves.

Uno de los artículos era un análisis de supervivencia que tuvo como objetivo evaluar el Emergency
Severity Index (ESI), y en este se apreció que el grado de clasificación según el ESI estuvo
fuertemente asociado con la supervivencia30.
Otro de los artículos era un estudio de cohorte retrospectiva, que tuvo como objetivo evaluar el
Australian Triage Scale (ATS), en el cual se apreció que el grado de clasificación según el ESI, estuvo
fuertemente asociado con la supervivencia, con la mortalidad y el porcentaje de admisión31.
Dos estudios correspondieron a estudios descriptivos retrospectivos, ambos estudios evaluaron
protocolos elaborados y consensuados por el servicio, clasifica a los pacientes según su gravedad y
el tipo de patología que presentan, y estos clasificaban en tres niveles, observando que los modelos
se correlacionaron con los tiempos de atención y la mortalidad32 33.
Otros dos estudios correspondieron a estudios longitudinales, el primero evaluó protocolos
elaborados y consensuados por el servicio, los cuales clasifican a los pacientes según su gravedad y
el tipo de patología que presentan, y estos se clasificaban en tres niveles, observando que pacientes
transferidos secundariamente al centro de primer nivel de trauma, tenían una alta mortalidad y un
gasto de tiempo mucho mayor34. El segundo artículo realizo una comparación de lo sucedido antes
de aplicar triage y luego de aplicar un programa de triage; observando, que luego de aplicar el triage,
se dio una reducción en los gastos hospitalarios35.
Uno de los artículos era un estudio de corte transversal, que tuvo como objetivo comparar el ETAT
(Emergency Triage Assessment and Treatment), realizada por las enfermeras con la APLS (Standard
Emergency Advanced Paediatric Life Support), realizados por los pediatra, y en este se apreció una
buena sensibilidad y especificidad con los dos protocolos36.

La situación colombiana

En Colombia con el sistema General de Seguridad Social se ha dado un incremento de la cobertura


de los servicios de salud, a pesar de las críticas en comparación con la situación en décadas
anteriores ha mejorado el acceso de la población al cuidado médico, pero tal vez la oferta no ha
crecido en la misma proporción en especial en los niveles de alta complejidad con recursos
especializados.

Los niveles de baja y mediana complejidad tampoco se han fortalecido en el país, lo que se asocia
con un incremento en la afluencia de pacientes a los servicios de alta complejidad y se hace
necesario un sistema de clasificación para priorizar la atención.

La saturación de los servicios de urgencia es un fenómeno asociado a múltiples causas y es un


síntoma de desarreglo del Sistema General de Seguridad Social en Salud de Colombia, como toda
crisis debe ser vista como una oportunidad de mejora, siendo mandatorio aprender de la
experiencia exitosa de Chile.
Una alta proporción de los pacientes que se atienden en urgencias en Colombia son triage IV y V los
cuales debieran ser atendidos en consulta externa y servicios de urgencia de baja y mediana
complejidad.

Hay también problemas de organización y eficiencia de los departamentos de urgencias, hay bajo
número de camas en la institución, los tiempos de estancia hospitalaria podrían reducirse, no
siempre hay disponibilidad de quirófanos, existiendo también limitaciones en las camas de UCI o
UCES, y las camas hospitalarias de medicina interna y cirugía no siempre son suficientes. Todo esto
añadido a la alta afluencia de pacientes genera la saturación de los servicios de urgencia y por ende
a la limitación de recursos lo que hace necesario el sistema de clasificación de pacientes o triage
para priorizar la atención.

En la tabla a continuación, se muestra como los problemas de mala clasificación lleva a la congestión
del servicio o a que los pacientes corran riesgos de muerte o deterioro.

Según Gómez Jiménez quien desarrolló el SET el triage permite identificar rápidamente los pacientes
con riesgo vital, asegura la priorización en función de la clasificación, asegura la revaluación,
determina la mejor área para el tratamiento, da información sobre las necesidades del paciente,
permite informar al paciente y su familia, disminuye la congestión de los servicios y da información
37
que ayuda a definir la complejidad de los servicios. A continuación algunas tablas que
complementan el tema.
Bibliografías

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