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TRATAMIENTO DEL TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD

1. Estrategia de colaboración
Antes de que empiece propiamente la terapia, el terapeuta debe decidir que
tratamiento desea ofrecer. Por un lado, puede ofrecer un tratamiento
relativamente corto dirigido a reducir las conductas más problemáticas y
peligrosas del TLP. Los objetivos de tal tipo de terapia son la reducción de la
impulsividad y las conductas de autolesión y quizás, del abuso de sustancias,
además de ganar control sobre las emociones y adquirir consciencia de los
problemas, de manera que el paciente pueda llevar a cabo una psicoterapia
más profunda.
Creemos que para llevar a cabo un tratamiento real de TLP, es necesaria una
terapia más larga, durante la cual se desarrolle una relación personal intensa
entre terapeuta y paciente. Una de las razonas de ello es que los pacientes con
TLP tienen tal desconfianza en la gente, especialmente cuando llegan a intimar,
y su estilo de relación es tan patológico que únicamente hace tiempo para
superar esas barreras interpersonales.
El tipo y los objetivos de la terapia no solo afectan a la duración del
tratamiento, sino también al tipo de relación que el terapeuta intenta
desarrollar con el paciente. Con la primera opción, el terapeuta debería
mantener un poco mas la distancia con el paciente ya que puede ser un
problema muy serio que el tratamiento se detenga cuando apenas se acaba de
empezar a desarrollar la relación, pudiendo llegar a ser dañino. Con la segunda
opción el terapeuta intenta desarrollar una relación más personal con el
paciente, y este deberá intentar romper el distanciamiento del paciente,
participando muy activamente en sus crisis, ofreciéndole apoyo cuando este
triste y se le ofrecerá como persona.
Este enfoque “reparental” se considera un ingrediente esencial del tratamiento
para establecer una relación segura les damos a nuestros pacientes unos
medios para contactar con el terapeuta cuando se hallen emocionalmente
necesitados.
Tal enfoque terapéutico requiere que los terapeutas se sientan seguros a la
hora de poner límites cuando el paciente va más allá de los límites personales
del terapeuta. En un enfoque reparental es esencial frustrar al paciente
poniéndole límites personales. Además, puede ser muy positivo que el paciente
gracias a estos límites compruebe la validez de sus creencias.
Existen dos importantes advertencias a la hora de comunicar al paciente con
TLP los límites personales. Una es que el terapeuta debería solo comentar la
conducta del paciente y no hacer atribuciones sobre su carácter. Más aún, el
terapeuta debería explicarle las razones de la imposición de límites y no
contentarse con decir que se trata de unas reglas profesionales.
Este enfoque requiere que el terapeuta sea capaz de tolerar un nivel muy alto
de emociones negativas, especialmente la ira, dirigida hacia su persona y
también la tristeza y la desesperación. Las emociones positivas dirigidas hacia el
terapeuta también pueden ser comprometedoras.
El terapeuta debería intentar equilibrar la distancia y la intimidad para
adaptarse a cada fase del tratamiento, pero también tratar los miedos y la
desconfianza evocados por el mismo.
Uno de los grandes problemas de tratar a pacientes con TPL es su alto índice
de abandono precoz de la terapia. Para prevenirlo, el terapeuta debe
esforzarse para evitarlo, llamándolos cuando no se presenten a las sesiones,
preguntándoles que razones tienen para abandonar y por último, adaptándose
a lo que el paciente necesita. Normalmente, las razones que esgrimen para
dejar la terapia están relacionadas con ciertas estrategias de distanciamiento
que usan el miedo a que el terapeuta abuse de ellos o les abandonen y otras
actitudes autopunitivas. Tales creencias subyacentes deben ser clarificadas y
mostradas de una manera no crítica, dando a entender que la finalización de la
terapia significaría la continuación de la patología y la perdida de la
oportunidad de corregir las creencias subyacentes.
Con estos pacientes es más fácil avanzar con un tratamiento limitado en el
tiempo y en cuanto a objetivos. En los tratamientos largos los objetivos son
necesariamente globales y suelen girar en torno a la reducción de la influencia
de los esquemas nucleares y las estrategias disfuncionales, así como la creación
e incremento de estrategias y esquemas sanos.
Aquí se requiere mantener una postura activa y educativa, no moralista, pero
capaz de explicar porque ciertas posturas y concepciones son más sanas que
otras. También es de mucha ayuda el uso de técnicas

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