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A veces es necesario un pretratamiento del residuo, para que pueda bombearse y atomizarse
correctamente.
Puede atomizarse por medios mecánicos (25-450psi), a baja presión (1-10psi) o a alta presión
(25-100psi).
La disposición de la cámara puede ser horizontal o vertical. Ésta última se usa con residuos de
alto contenido en sales inorgánicas y cenizas fundibles. Las siguiente figuras muestran ambas
disposiciones:
combustión secundaria en la que los gases que sólo alcanzaron la combustión parcial la alcanzan
ahora totalmente. Para ello la temperatura en esta cámara es mayor, de 980 a 1200ºC. Ambas
El tiempo de residencia del residuo, normalmente entre 30 y 60 minutos, puede controlarse con
la velocidad de rotación del horno, la velocidad de alimentación del residuo (ajustada de forma que no
se supere el 20% de volumen del horno) y las presas que retardan el avance del residuo. Dependerá de
las características del residuo y de la temperatura y exceso de aire.
Este horno no permite alcanzar grandes capacidades de tratamiento ya que presenta un sistema
de alimentación por pistón siendo más apropiado en instalaciones pequeñas. Aquí el proceso está
orientado a minimizar el arrastre de partículas evitándose así el uso del ciclón que incluía el horno
rotatorio, lo cual supone abaratamiento en el coste. Para lograrlo divide el proceso de combustión en
dos fases:
1. En la cámara primaria se quema con defecto de aire (una velocidad baja de aire minimiza el
arrastre de partículas al disminuir las turbulencias). A la cámara secundaria suben humos y
productos pirolíticos.
2. En la cámara secundaria se quema con exceso de aire del 100 al 200% para completar la
combustión.
Los siguientes esquemas muestran hornos de hogar fijo:
Al igual que el horno de solera múltiple también es útil para tratar lodos de las EDAR. Desarrolla
la combustión en el seno de una masa en suspensión de partículas de inerte y adsorbente, junto con
cenizas y combustible, que es fluidizada por una corriente ascensional de aire de combustión. Mediante
el cambio de los gases de fluidificación, se realizan variados procesos tales como: temple neutro,
carbonitruración, cementación, nitruración, etc.
Según la velocidad de flujo de aire distinguimos dos tipos de horno: lecho circulante y burbujeo.
Los hornos de lecho fluidizado van a tener que trabajar con un ciclón que dependiendo de las
condiciones de fluidización tendrá que llegar a recircular material inerte. Las siguientes figuras muestran
este hecho:
En la primera figura se opera a
velocidades bajas de aire y pasa menos del 10%
de los sólidos al ciclón. Se denomina fase densa.
-La mezcla lograda con la fluidización del lecho mejora la reactividad y combustión, con lo que la fracción
de inquemados es pequeña < 0,5%, dotando además al lecho de gran isotermicidad, buen control de la
temperatura y alto coeficiente global de transferencia de calor.
-No son necesarias temperaturas muy altas (rondan los 850ºC) y esto evita que fundan las
cenizas.
-Permite menor tiempo de residencia de los sólidos (unos minutos).
-Permite la desulfuración añadiendo al lecho CaCO 3 de pequeño tamaño de partícula para que no se
pasive cuando el CaO formado reaccione con SO2 y forme CaSO4.
-Menor emisión de NOx al proceder sólo del N orgánico por las bajas temperaturas y además trabajar
con pequeños excesos de aire.
Se aplica en instalaciones de gran tamaño y su mayor uso es la incineración de RSU . En este tipo
de horno el residuo sólido se mueve sobre una cinta transportadora por lo que admite un buen intervalo
de tamaño de sólidos. Con la velocidad de la cinta se controla el tiempo de residencia del sólido.
Tiene una primera zona de combustión, sobre la cinta, para la cual se alimenta aire desde
debajo de ésta, y una segunda zona de combustión para la cual exista otra entrada de aire, como se
aprecia en la figura:
Conclusión: