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La dimensión del problema.

Todo problema tiene causas, trayectoria evolutiva, implicaciones y consecuencias. Está


ubicado en un tiempo y un espacio, se define en un escenario, puede estar mediado por
diversos factores y sus soluciones pueden ser complejas.

El problema que nos convoca es de orden preeminentemente social en su


desenvolvimiento y consecuencias, pero de sustrato fuertemente material en sus
causas, manifestaciones y posibles soluciones. Se describe en los términos de una
influencia desfavorable significativa de las condiciones de la vivienda sobre la salud de
muchas personas en el continente americano, lo que no está exento de vínculo con el
problema socioeconómico que enfrenta a inequidades en calidad de vida y salud a
grandes grupos sociales de la región americana en el pasado y el presente.

¿Dónde?
(Geografía)
América es el escenario. Dos continentes unidos mediante una cadena de istmos y un
rosario de islas. Cada uno semeja un gran triángulo, cuya base se encuentra en su
porción norte. Ha sido comparada como un todo a un huso. Extendida desde los 71º N
hasta los 56º S y flanqueada por dos grandes océanos entre los 35º y los 168º O, tiene
14000 km. de longitud N – S y desde 70 (Istmo de Panamá) hasta 6400 km. de anchura
E – O (Terranova – Estrecho de Behring), cubriendo una extensión territorial de
42’186,998 km 2, correspondiendo de ellos aproximadamente 17’942,000 a América del
Sur.

Su fisiografía descuella en su porción oeste por una espina dorsal de cadenas


montañosas y altas mesetas: las Rocosas y las Cadenas de Alaska, los Andes, las
tierras altas de México y América Central. Grandes llanuras en las partes centrales y
una zona de mesetas al Este completan el cuadro: Escudo Canadiense, mesetas de
Guyana y del Matto Grosso, los Apalaches y las cordilleras costeras del Brasil
meridional. El vulcanismo, asociado al deslizamiento de placas tectónicas, se centra en
el “Círculo de Fuego del Pacífico”, que se manifiesta a lo largo de la costa oeste con
una derivación al Caribe. En la América Central alcanza su máxima expresión. Los
suelos más antiguos, de silicatos y esquistos, aparecen al norte. En el sur están
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compuestos de granitos, pórfidos y rocas sedimentarias. En América del Norte aparecen


superficies de aluviones en Canadá. Sigue al sur la cuenca del Mississipi, las llanuras
del Orinoco, el Gran Chaco y la Pampa, la meseta de la Patagonia y la depresión
Amazónica, generada en los aluviones de los Andes, constituyendo los llanos.

El clima es muy variado, dada la amplia faja latitudinal y el rango de variadas alturas,
existiendo amplia variedad en América del Norte, siendo tropical en América Central y
tropical y subtropical en la porción septentrional de América del Sur, frío en los Andes y
templado en los niveles bajos del este. En la costa del Pacífico de América del Norte
predominan en invierno vientos húmedos del SO, en el resto del territorio del N y O. En
el Pacífico de América del Sur vienen del SO, en el Atlántico del NE y SE y soplan del N
en el Gran Chaco y la Pampa. En el verano de Norteamérica los vientos del Pacífico
vienen del O y el NO, del S en el centro y la costa oriental, y se mueven del Este en el
Caribe y América Central. Las precipitaciones pueden ser muy escasas como en las
zonas desérticas del SO de América del Norte o muy abundantes como en América
Central y el Amazonas, alcanzando 8000 mm anuales.

Los ríos más caudalosos del mundo están en América. En América del Norte se
cuentan cuatro vertientes: el Ártico (río Yukón), el Pacífico con cursos cortos (río
Fraser), el Golfo de México (río Mississipi) y el Atlántico (río San Lorenzo). Algunos ríos
se conectan a grandes lagos en esta región. En América Central los ríos no son
caudalosos, desembocando en tres vertientes: lagos Nicaragua y Managua, el Caribe y
el Pacífico. En América del Sur aparece la vertiente del Pacífico también con cursos
cortos, la del Atlántico (río de La Plata) y el Caribe (río Orinoco). La vegetación es
xerófila en el ártico y se transforma en bosques en la tundra. Praderas y estepas
caracterizan las regiones templadas. Bosques, praderas, sabanas y estepas aparecen
en las zonas tropicales. La vegetación es raquítica en los desiertos y semidesiertos
salitrosos y de selva en las zonas tropicales. La rica variedad de la fauna se apoya en
una extensa variedad de regiones naturales (3).

En el cuadro 1 se mencionan las regiones naturales de América.


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Cuadro 1.
Regiones naturales de América.

América Regiones naturales


Del Norte Alaska, Yukón, Columbia Británica,
Montañas Rocosas, Gran Cuenca, Alta
California, Meseta Colorado, Bajo
Colorado, Península de California, Región
Central de Canadá, Península del
Labrador, Groenlandia, Región NE, Isla
Terranova, Apalaches y Terrazas
Orientales, Cuenca del Mississipi, Llano
Central, Bajo Mississipi, Florida.
Central Región Noroeste, Meseta Central
Mexicana, Región Oriental, Región
Meridional, Yucatán, América Central y
Antillas
Del Sur Región costera del Mar de las Antillas, Los
Llanos del Orinoco, Guayana, Región
costera de los Andes Centrales, Meseta
Andina, Amazonia, Meseta Brasileña,
Gran Chaco, Pampas, Patagonia y Tierra
del Fuego.

La producción agrícola en las zonas templadas se centra en la siembra de cereales


(trigo, maíz, avena, cebada y arroz), así como algodón destinado a textiles. En las
zonas tropicales se cultiva el café, la caña de azúcar, el tabaco y el cacao, las
legumbres, las frutas, el lino, el cáñamo y el girasol. Los minerales se explotan
principalmente en los Apalaches, las Rocosas, los Andes y la Meseta Brasileña, con
extracción de oro, mercurio, platino, cobre, carbón mineral, hierro, petróleo, estaño,
zinc, azufre, diamantes y esmeraldas. La industria está muy ampliamente desarrollada
en América del Norte, principalmente en sus ramas siderúrgica, mecánica, textil,
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química, eléctrica y electrónica. Los sistemas de comunicaciones son extensos,


principalmente en el norte.

La población está conformada por componentes autóctonos minoritarios a los que se


sumó una fuerte migración europea en los últimos 500 años, principalmente del Reino
Unido y de España, convirtiendo al Inglés y al Español en las lenguas principales,
aunque el antiguo sistema de colonias importó también el Portugués, el Francés, el
Holandés subsistiendo algunas lenguas aborígenes. Las razas que componen la
población es la cobriza o amerindia (originaria), la negra (asociada a la esclavitud
africana), la amarilla (constituida por inmigrantes asiáticos) y la blanca (europea
(4)
mayoritaria) . Las religiones y la moral de sustrato cristiano son predominantes,
asimismo el régimen político imperante es el democrático.

¿Quiénes?
(Demografía)
En 1998 la población general de la Región era estimada en unos 800 millones de
habitantes, lo que equivale al 14 % de la población mundial. El 37 % reside en América del
Norte, otro tercio en Brasil y México y el tercio restante se distribuye en los demás 43
(5)
países y territorios de la Región . Esta zona está enfrentando la transición demográfica,
con disminución pronunciada de las tasas totales de fecundidad, disminución de la
mortalidad infantil y aumento de la esperanza de vida al nacer. No obstante subsisten
grandes diferencias en el desarrollo socioeconómico, siendo los países en vías de
desarrollo los que presentan más agudos contrastes sociales y más altos indicadores de
pobreza. Los países en vías de desarrollo se concentran en América Latina y el Caribe.

Según estadísticas de las Naciones Unidas, América Latina y el Caribe (ALC) tenían 283
millones de habitantes en 1970 y 482 millones en 1995. Se estima una población de 604
millones para el año 2010. En el Cuadro 2 se presentan los datos y proyecciones de la
población total y la tasa de crecimiento en ALC. Los programas de educación y
planificación familiar emprendidos en la mayoría de los países han permitido que la tasa
media de crecimiento anual en ALC, que en el período 1970-1975 era de 2,44, haya
descendido a 1,84 en el quinquenio 1990-1995. Aún así, se proyecta una población de 524
millones de habitantes para el año 2000.
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Cuadro 2
Población total y tasa de crecimiento en América Latina y el Caribe

Año Población total y proyecciones Tasa media de


(miles de personas a mitad de crecimiento anual
año)
1970 283.214 2,44
1975 319.893 2,28
1980 358.437 2,11
1985 398.416 1,97
1990 439.716 1,84
1995 482.005 1,67
2000 523.875 1,50
2005 564.637 1,34
2010 603.843

Fuente: Naciones Unidas. World urbanization prospects: the 1994 revision.

Quince ciudades de América Latina figuran entre las 100 ciudades mayores del mundo.
Estas ciudades son: São Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Porto Alegre, Recife,
Salvador y Fortaleza en Brasil; Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey en México;
Buenos Aires, Argentina; Lima, Perú; Bogotá, Colombia; Santiago, Chile; y Caracas,
Venezuela. En estas ciudades se manifiesta uno de los procesos de urbanización más
rápidos del mundo.

Para el año 2000, las 110 ciudades de ALC con más de 500.000 habitantes constituirán
50% de la población urbana regional. Sin embargo, enfrentar el problema habitacional de
millares de ciudades grandes, intermedias y menores que están por debajo de los 500.000
habitantes significará un reto posiblemente mayor, puesto que en ellas se asienta la otra
mitad de la población urbana. Esta tendencia se incrementará, ya que las proyecciones
indican que las metrópolis se irán estabilizando demográficamente para dar paso al
crecimiento de ciudades menos populosas.

En el Cuadro 3 se presentan las cifras correspondientes a la población urbana y rural en


ALC. Obsérvese que en 1975, la población urbana ascendía a 196 millones (61%) y en
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1995 asciende a 358 millones (74%). A nivel regional la población rural ha permanecido
constante en unos 125 millones en los últimos años y se predice incluso que tendrá ligeras
disminuciones en el futuro. Esto indica que todo el crecimiento demográfico en los países
será absorbido por las ciudades. En el Cuadro 4 se presentan datos de la población
urbana y rural en ALC por país para el año 1995.

Cuadro 3
Población urbana y rural, porcentaje respecto al total y
tasa media de crecimiento anual en América Latina y el Caribe

Población urbana Población rural


Año Total Porcentaje Tasa media Total Porcentaje Tasa media
(miles) respecto al de (miles) respecto al de
total (%) crecimiento total (%) crecimiento
anual (%) anual (%)
1970 162.674 57,4 3,74 120.539 42,6 0,52
1975 196.172 61,3 3,47 123.720 38,7 0,22
1980 233.342 65,1 3,11 125.096 34,9 0,13
1985 272.534 68,4 2,84 125.882 31,6 - 0,05
1990 314.161 71,4 2,60 125.556 28,6 - 0,20
1995 357.689 74,2 2,30 124.316 25,8 - 0,29
2000 401.361 76,6 2,04 122.514 23,4 - 0,37
2005 444.374 78,7 1,80 120.263 21,3 - 0,43
2010 486.141 80,5 117.702 19,5

Fuente: Naciones Unidas. World urbanization prospects: the 1994 revision


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Cuadro 4
Población urbana(a) y rural y porcentaje de la población total
por país en América Latina y el Caribe para el año 1995

Población Urbana Población Rural Población


Total
(miles)
País Total Porcentaje de Total Porcentaje de
(miles) la población (miles) la población
total total
(%) (%)
Argentina 30.561 87,9 4.207 12,1 34.768
Barbados ... ... ... ... 262
Bolivia 4.434 59,8 2.980 40,2 7.414
Brasil 124.162 78,0 35.020 22,0 159.182
Chile 11.922 83,9 2.288 16,1 14.210
Colombia 25.750 71,9 10.064 28,1 35.814
Costa Rica 1.674 48,9 1.750 51,1 3.424
Cuba 8.519 77,7 2.445 22,3 10.964
Ecuador 6.761 59,0 4.699 41,0 11.460
El Salvador 2.933 51,8 2.729 48,2 5.662
Guatemala 4.132 38,9 6.489 61,1 10.621
Guyana ... ... ... ... 835
Haití 2,434 33,9 4.746 66,1 7.180
Honduras 2.493 44,1 3.161 55,9 5.654
Jamaica ... ... ... ... 2.447
México 67.630 74,2 23.515 25,8 91.145
Nicaragua 2.396 58,1 1.728 41,9 4.124
Panamá 1.471 55,9 1.160 44,1 2.631
Paraguay 2.501 51,8 2.327 48,2 4.828
Perú 16.755 71,2 6.777 28,8 23.532
República Dominicana 4.882 62,4 2.941 37,6 7.823
Trinidad y Tobago ... ... ... ... 1.306
Uruguay 2.867 90,0 319 10,0 3.186
Venezuela 18.764 85,9 3.080 14,1 21.844

(a) La definición del término “urbano” corresponde a la utilizada en cada país.


(b) ... significa datos no disponibles.

Fuente:Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Anuario


Estadístico de América Latina y el Caribe, Edición 1996.

¿Cómo se caracterizan?
(Educación y salud).
Se reconoce que las causas de las enfermedades son múltiples, entre ellas, la pobreza, la
desnutrición, la vivienda deficiente y la carencia de servicios de saneamiento básico. El
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Cuadro 5 muestra que 15 países de ALC tienen tasas de mortalidad infantil por encima de
30 por cada 1.000 niños nacidos vivos en el quinquenio 1990-1995. La tasa media de
mortalidad infantil para América Latina y el Caribe en dicho quinquenio es de 47 por 1.000
niños nacidos vivos, valor que es 4 a 6 veces superior a lo observado en las regiones más
desarrolladas del mundo, como Europa (11 por 1.000) y América del Norte (8 por 1.000).

Cuadro 5
Tasa de mortalidad infantil durante 1990-1995
en América Latina y el Caribe por grupos de países

Tasa de Países
mortalidad
infantil(*)
Menos de 10 Barbados
Entre 10 y 20 Antillas Neerlandesas, Chile, Costa Rica, Cuba, Guadalupe, Jamaica, Uruguay,
Trinidad y Tobago
Entre 20 y 30 Argentina, Bahamas, Suriname, Venezuela, Panamá
Entre 30 y 40 Belice, Colombia, México
Entre 40 y 50 Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Honduras, Paraguay, República
Dominicana
Entre 50 y 60 Brasil, Nicaragua, Perú
Más de 60 Bolivia, Haití

(*) Defunciones de niños de 0 a 1 año de edad por cada mil niños nacidos vivos.

Fuente: CEPAL. Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, Edición 1996.

En las últimas décadas aumentó el valor de la esperanza de vida al nacer (EVN) en ALC.
En el período 1990-1995 ese valor se incrementó en 3 años. Como se muestra en el
Cuadro 6, salvo Haití y Bolivia, todos los países alcanzaron 60 años o más de EVN, valor
establecido como meta mundial en la estrategia de salud para todos en el año 2000.
Respecto a la meta regional de las Américas establecida en 70 años, 17 países de ALC ya
la habían sobrepasado en 1995.
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Cuadro 6
Esperanza de vida al nacer (*) durante 1990-1995
en América Latina y el Caribe por grupos de países

Esperanza de vida al Países


nacer

Menos de 60 años Haití, Bolivia


Entre 60 y 65 años Guatemala
Entre 65 y 70 años Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guyana
Honduras, Nicaragua, Perú, República
Dominicana
Entre 70 y 75 años Antillas Neerlandesas, Argentina, Bahamas,
Belice, Chile, Guadalupe, Jamaica, México,
Panamá, Paraguay, Suriname, Trinidad y Tobago,
Uruguay, Venezuela
Más de 75 años Barbados, Costa Rica, Cuba

(*) Es el número medio de años que viviría en promedio


cada recién nacido de una cohorte hipotética sometida
durante su vida a una determinada ley de mortalidad.

Fuente: CEPAL. Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, Edición


1996.

La población analfabeta de 15 y más años de edad continúa disminuyendo en la Región.


Como puede observarse en el Cuadro 7, según la información estadística del CEPAL, para
1990 sólo cinco países tenían más de 20% de analfabetismo, ocho países tenían índices
entre 10% y 20% y nueve países habían logrado bajar el analfabetismo a menos de 10%.
Es obvio señalar que un programa de educación sanitaria comunitaria tendrá un obstáculo
serio en el analfabetismo, sobre todo si incide en las poblaciones marginales urbanas.
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Cuadro 7
Población analfabeta de 15 y más años en América Latina y el Caribe
por grupos de países en 1990
(Porcentaje de la población de 15 y más años)

% Población Países
analfabeta
Menos de 5% Argentina, Guyana, Jamaica, Uruguay
Entre 5% y 10% Chile, Costa Rica, Cuba, Paraguay, Suriname
Entre 10% y 15% Colombia, Ecuador, México, Panamá, Perú y Venezuela
Entre 15% y 20% Brasil, República Dominicana
Entre 20% y 30% Bolivia, El Salvador, Honduras
Más del 30% Guatemala, Haití

Fuente: CEPAL. Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, Edición


1996.

¿En qué condiciones?


(Economía)

Como puede observarse en el Cuadro 8, en la década de 1970, la Región tuvo un


crecimiento sostenido y el producto interno bruto por habitante (PIB/hab) subió de 1.605 a
2.162 dólares a precios constantes de 1980. En la década de 1980 la declinación fue
marcada y en 1990 llegó a un mínimo de 1.984 dólares americanos. En la presente
década comienza a recuperarse, habiendo alcanzado 2.125 dólares en 1994.
Considerando los datos disponibles del PIB/hab en US dólares a precios de 1980, las
perspectivas económicas para los países de ALC son positivas, estimándose que esta
tendencia continuará hasta fines de la década. Nótese sin embargo que el nuevo dato para
el año 1995 marca una disminución de 2.587 a 2.553 dólares a precios constantes de
1990 y habrá que esperar para ver que evolución tendrá próximamente (6, 7).
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Cuadro 8
Evolución del PIB por habitante en América Latina y el Caribe

Año PIB/hab(a) PIB/hab(b)


(US dólares a precios de (US dólares a precios de
1980) 1990)
1970 1.605 -
1980 2.162 2.627
1982 2.052 2.492
1985 1.996 2,426
1988 2.037 2.474
1989 2.015 2.444
1990 1.984 2,392
1991 2.017 2.429
1992 2.040 2.451
1993 2.068 2.499
1994 2.125 2.587
1995 - 2.553

(a)
Fuente: CEPAL. Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, Edición 1995.
(b)
CEPAL. Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, Edición 1996.

Los indicadores macroeconómicos son pues alentadores en ALC. Entre 1981 y 1992 las
exportaciones de países no industrializados creció en un 17 % en US$, aunque de forma
contrastada entre países (114 % en Chile, 99 % en Paraguay, 21 % en Ecuador, 19 % en
Jamaica, en República Dominicana, Haití y Venezuela no crecieron). Asimismo han
aumentado los flujos de capital de 100 000 millones por año en la primera mitad de los 80s
hasta 850 000 millones en 1993, lo que representó el 5 % del producto doméstico bruto de
la región. Sin embargo, el 70 % de este capital se dirigió a las 8 más grandes economías
de la región en 1991. Con relación a la deuda externa, el cociente de la misma sobre el
total de exportaciones disminuyó de 362 en el período 84 – 88 a 221 en el 95. La inflación
decreció exceptuando en Venezuela. A estos resultados contribuyeron la privatización, la
desregulación y la liberalización del mercado, lo cual se observa como tendencia en los
90s, hechos que promoverían inversiones extranjeras y domésticas (8).

No obstante la infraestructura no favoreció el crecimiento económico. Se confrontaron


problemas con suministros en las esferas del transporte, las telecomunicaciones, la
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energía, el agua limpia, la disposición de residuales, la salud, la educación. Las


capacidades instaladas se desgastaron, mal usaron, se mantuvieron pobremente. A ello
coadyuvó el poco prestigio político de proyectos eufémicos, la administración ineficiente, la
corrupción, los esquemas de incentivos inadecuados. Así el Banco Mundial estimó que en
1991 sólo el 60 % de las locomotoras de ALC estaba en servicio. La eficacia de los
proyectos de suministro rural de agua, aún con alta participación de la población local, en
cuanto a mantenimiento y efectividad varió del 23 al 80 %. Se ha estimado que resolver el
problema sanitario del agua para el año 2004 costaría 115 000 millones de US$ en la
región, en tanto la cobertura de los servicios de salud costaría US$ 64 000 millones.

Si bien se está recuperando el PIB por habitante en la mayoría de los países, las
inversiones y el ahorro aún siguen siendo bajos y los índices de pobreza e indigencia se
mantienen e incluso se han acentuado en algunos de ellos. En el Cuadro 9 se presentan
los porcentajes del total de hogares en situación de pobreza e indigencia en ALC. El 41%
de los hogares estaban en situación de pobreza en 1994 (36% del total de hogares
urbanos y 55% del total de hogares rurales); el 17% de los hogares estaban en situación
de indigencia en 1994 (12% del total de hogares urbanos y 33% del total de hogares
rurales).

Cuadro 9
Hogares en situación de pobreza e indigencia en América Latina y el Caribe
(porcentaje del total de hogares)

Año Pobreza (a) Indigencia (b)


Urbana Rural Total Urbana Rural Total
1970 26 62 40 10 34 19
1980 25 54 35 9 28 15
1986 30 53 37 11 30 17
1990 34 56 39 13 33 18
1994 36 55 41 12 33 17

(a) Porcentaje de hogares cuyo ingreso es inferior al doble del costo de una canasta
básica de alimentos. Incluye los hogares en situación de indigencia.
(b) Porcentaje de hogares cuyo ingreso es inferior al costo de una canasta básica de
alimentos.
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Fuente: CEPAL. Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, Edición 1996.

En el Cuadro 10 se presentan los datos del porcentaje de hogares urbanos en situación de


pobreza e indigencia por grupos de países para los años 1992 y 1994. Entre 1992 y 1994
el valor porcentual de la pobreza aumentó en Argentina (+2%), Colombia (+3%),
Honduras (+4%), y Venezuela (+9%), mientras que disminuyó en Bolivia (-4%), Chile (-
3%), Costa Rica (-7%), México (-1%) y Uruguay (-2%). Con relación a la situación de
indigencia, ésta no cambió en el Uruguay; aumentó en Colombia (+1%), Honduras (+3%) y
Venezuela (+4%); y disminuyó en Bolivia (-2%), Chile (-1%), Costa Rica (-2%), y México (-
1%). En este período, Venezuela experimentó el mayor aumento de la pobreza (9%) e
indigencia (4%), y Costa Rica la mayor disminución de la pobreza (7%). Nótese que
Honduras representa el caso más crítico donde aumentaron ambos valores y en 1994 el
70% de los hogares estaban en situación de pobreza y el 41% en situación de indigencia.

El proceso acelerado de urbanización en la región hace que la pobreza existente sea


sobre todo urbana, y la ciudad se convierte en el principal escenario de la inequidad. Existe
una gran preocupación por el aumento de la pobreza urbana que margina del acceso a la
vivienda, los servicios urbanos y las oportunidades de empleo a una parte significativa de
la población, por esta razón los países han establecido como objetivo prioritario de las
políticas en materias de asentamientos humanos, el mejoramiento de las condiciones de
vida de los hogares de menores recursos.
19

Cuadro 10
Situación de pobreza e indigencia urbana por grupos de países
para los años 1992 y 1994
(porcentaje del total de hogares)

Porcentaje de hogares urbanos


en situación de pobreza Países en 1992 Países en 1994
Menos de 10% Argentina, Uruguay Uruguay
Entre 10% y 20% Argentina, Costa Rica
Entre 20% y 30% Chile, Costa Rica Chile, México, Panamá
Entre 30% y 40% Brasil, Colombia, México, Brasil, Paraguay
Panamá, Paraguay, Venezuela
Entre 40% y 50% Bolivia, Guatemala, Perú Bolivia, Colombia, Guatemala,
Perú, Venezuela
Más del 50% Honduras Honduras

Porcentaje de hogares urbanos Países en 1992 Países en 1994


en situación de indigencia
Menos de 5% Argentina, Uruguay Argentina, Uruguay
Entre 5% y 10% Chile, Costa Rica, México Chile, Costa Rica, México
Entre 10% y 15% Colombia, Panamá, Paraguay, Bolivia, Panamá, Paraguay,
Venezuela Venezuela
Entre 15% y 20% Bolivia, Brasil, Perú Brasil, Colombia, Perú
Entre 20% y 25% Guatemala Guatemala
Más del 25% Honduras Honduras

(a) Se ha considerado el porcentaje correspondiente al último año disponible para


incluir en el cuadro a Brasil (1993), Guatemala (1989), y Perú (1986). En el caso
de Panamá se usó el dato de 1991 para 1992 y para Paraguay los últimos datos
disponibles son para el año 1992.

Fuente: CEPAL. Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, Edición 1996.

Las desigualdades entre ricos y pobres para acceder a una mejor calidad de vida y más
amplias oportunidades se acrecientan cada vez más. Los gobiernos reconocen que la
distribución del ingreso, hoy más concentrada e inequitativa que a fines de los años
setenta, constituye un grave escollo para lograr progresos en materia de reducción de
las carencias habitacionales y urbanas de la región. La marcada inequidad de la
20

distribución del ingreso en la región y el alto costo de las viviendas dejan fuera del
mercado habitacional a una gran proporción de los hogares. Por otro lado los servicios
eléctricos, de telecomunicaciones y sanitarios (aguas servidas, desechos sólidos) tienen
un impacto directo en la calidad de vida urbana y el mejoramiento de los recursos
humanos, sin embargo no se distribuyen equitativamente, por lo que contribuyen a
acentuar las diferencias de las oportunidades entre los diversos grupos sociales.

Según estadísticas de la CEPAL, en 1990 había casi 110 millones de pobres en la


población urbana de ALC y de ese total 41 millones correspondía a indigentes. El
problema crucial es compatibilizar la recuperación del crecimiento económico de los países
con medidas y programas que puedan mejorar la situación de los estratos más pobres de
la población, es decir, lograr el desarrollo con equidad.

En el quinquenio 1990-1995 hubo una moderada expansión de la mayoría de las


economías de ALC, disminución de la inflación y una apreciable afluencia de capitales
externos. Para lograrlo fue necesario implantar ajustes radicales, tales como la apertura al
comercio global, la restricción del gasto público, una política fiscal de austeridad y
programas de privatización. Esta última medida, que incluye a los servicios públicos,
acentuó la participación del sector privado en los servicios de limpieza urbana y de agua
potable y alcantarillado, proceso que se inició en la década anterior.

¿Cuál situación enfrentan?


(Calidad de vida y salud)

Las condiciones de la vivienda y de los servicios de saneamiento básico están


estrechamente ligadas a la calidad de vida y salud de sus habitantes. Los pobres
rurales son afectados por enfermedades relacionadas con la vivienda y su entorno
como el mal de Chagas y otras enfermedades infecciosas, tanto gastrointestinales como
respiratorias, ligadas con el tipo de materiales usados en los pisos, paredes y techos,
debido a la falta de ventilación, de servicios de saneamiento, y de barreras protectoras
contra insectos y roedores. El otro grupo de pobres, cada vez más numeroso, son los
urbanos concentrados en los alrededores de las ciudades en los llamados
asentamientos informales y en los centros de las ciudades donde alquilan casas viejas
subdivididas llamadas ciudadelas, vecindades, conventillos, tugurios, etc. En estas
21

áreas a las enfermedades anteriores, se agregan otras de carácter psicosocial


causadas por el hacinamiento, la drogadicción, la violencia, etc.

En el Cuadro 11 se presentan los datos de la cantidad promedio de personas por cuarto en


el área urbana en ALC alrededor de los años 1970 y 1980; en ese período, los valores
promedio se han mantenido igual para Brasil, Chile, y Perú; aumentaron únicamente para
Guatemala y México; y para el resto de los países disminuyeron, siendo Ecuador y
Uruguay los países donde el cambio fue mayor.

Cuadro 11
Promedio de personas por cuarto, en el área urbana(a), en América Latina y el Caribe
por grupos de países alrededor de los años 1970 y 1980
(Número de personas)

Número de Países alrededor de 1970 Países alrededor de 1980 (b)


Personas
Menos de 1.2 Barbados, Brasil, Cuba, República Argentina, Brasil, Costa Rica, Cuba,
Dominicana
Entre 1.2 y 1.4 Argentina, Chile, Costa Rica Chile, Colombia,
Entre 1.4 y 1.6 Colombia, Guatemala, Venezuela Ecuador, Panamá, Paraguay, Venezuela
Entre 1.6 y 1.8 Panamá, Paraguay, Perú, Trinidad y Perú, Trinidad y Tobago, Uruguay
Tobago
Entre 1.8 y 2 Ecuador Guatemala,
Más del 2 El Salvador, Guyana, México, Uruguay México,

(a) No todos los datos corresponden al área urbana, los promedios de Argentina,
Barbados, Brasil, Costa Rica, Guatemala, Guyana, México, y Trinidad y Tobago
corresponden al total del país.
(b) Para 1980 no hay datos disponibles para Barbados, El Salvador, Guyana, Honduras,
Jamaica, Nicaragua y República Dominicana.

Fuente: CEPAL. Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, Edición 1995.

La CEPAL, con base en documentos de OPS y CELADE, indica que las deficiencias en
la vivienda y el saneamiento constituyen un determinante reiterado del exceso de
mortalidad y una característica sistemáticamente vinculada a los niveles de pobreza, el
rezago socioeconómico y la inequidad territorial en ALC. En el informe se subraya que
22

CELADE, al analizar los factores de riesgo para la supervivencia infantil en Costa Rica
en relación con las condiciones de la vivienda (referidas al estado del material de la
casa, el abastecimiento de agua y el saneamiento, y el hacinamiento), encontró
indicadores de mortalidad infantil de 27 por mil en las familias que habitaban viviendas
en malas condiciones, mientras que ese índice era de 16 por mil para los que ocupaban
viviendas adecuadas 1.

Otros aspectos que afectan la salud de los habitantes y que están aún poco explorados
en ALC son los problemas derivados de la carencia de infraestructura de acceso para
minusválidos en el entorno de las viviendas y en los edificios, el almacenamiento de
químicos peligrosos como los solventes y los agroquímicos y el uso de las viviendas
como pequeños talleres. En la vivienda campesina subsiste el problema de
contaminación del aire interno por la quema de combustibles fósiles, problema que ha
sido estudiado por algunas ONG en Guatemala y otros países centroamericanos.
Existe también el problema de los edificios multifamiliares de bajo costo, en los que
además de los problemas de hacinamiento, existen problemas de carácter térmico, de
calidad del aire, de ventilación, ruido e iluminación. Algunos de los miembros de la Red
Interamericana de Centros de Salud en la Vivienda han empezado a estudiar estos
problemas. El Centro de Chile ha realizado estudios relacionados con la salud
psicosocial por el hacinamiento y la falta de entornos adecuados en Santiago. El Centro
de Cuba, ha realizado estudios sobre aspectos térmicos y de ruidos en edificios
multifamiliares, que llevaron a la aprobación de normas constructivas.

Poco se conoce en la región de ALC con respecto a trabajos y estudios en el área de


campos electromagnéticos, con excepción de los realizados por el Instituto de Higiene,
Epidemiología y Microbiología de Cuba. Se conoce muy poco de la situación del radón
en la Región. Tampoco se tiene noticia de estudios sobre contaminación del aire en
edificios modernos con aire acondicionado.

1
Cada país tiene su propia definición de lo que es una vivienda adecuada basados en la
información disponible sobre los últimos censos de vivienda donde se clasificó el parque habitacional sobre
la base de información relativa a los materiales de construcción predominantes (por ejemplo, materiales de
muros, pisos y techos) y al tipo de vivienda. En algunos países incluso se recurre a otras variables como
servicios sanitarios, abastecimiento de agua, eliminación de excretas, y año de construcción. (Véase
CEPAL, “Alojar el desarrollo: una tarea para los asentamientos humanos”, donde se detalla el criterio
utilizado por cada país.
23

En ALC a comienzos de los noventa, se estimaba un parque habitacional de 93


millones de unidades, mientras que las necesidades se estimaban en 113 millones, o
sea que había un déficit de aproximadamente 20 millones de viviendas. Como puede
apreciarse en el Cuadro 12, del parque existente, un 63% es aceptable (viviendas
adecuadas), un 23% no tiene todas las condiciones de habitabilidad saludable pero
son mejorables (viviendas recuperables) y un 14% son viviendas irrecuperables.
Solamente dos de cada tres alojamientos existentes resultan adecuados para alojar a
las familias que habitan en la región y los graves problemas de precariedad
habitacional se concentran sobre todo en los grupos de menores recursos. Se
advierten diferencias importantes entre los distintos países en este aspecto, de
aquellos con mayor proporción de viviendas adecuadas (Argentina, Chile, Cuba,
Uruguay y Venezuela) a los que cuentan con menos disponibilidad (Bolivia, El
Salvador, Guatemala, Nicaragua y Perú).

Cuadro 12
Hogares y viviendas existentes en América Latina

País Año Hogares Viviendas Viviendas Viviendas


Estimados Adecuadas Irrecuperables Recuperables
No % No % No %
Argentina 91 9.380.204 6.434.209 75,2 624.274 7,3 1.496.212 17,5
Bolivia 92 1.614.995 880.172 54,5 406.979 25,2 327.844 20,3
Brasil 91 35.517.542 9.490.609 56,1 5.098.394 14,7 10.145.712 29,2
Chile 92 3.365.462 2.394.995 76,7 364.760 11,6 361.212 11,5
Colombia 85 5.824.857 3.303.051 62,9 525.127 10,0 1.423.095 27,1
Costa Rica 84 527.299 339.840 67,9 43.804 8,8 116.386 23,2
Cuba 81 2.350.221 1.698.649 74,1 335.427 14,6 256.100 11,1
Ecuador 90 2.136.889 1.375.212 68,4 296.609 14,7 336.834 16,7
El Salvador 92 1.091.728 508.858 48,5 359.873 34,3 180.461 17,2
Guatemala 89 1.610.994 874.111 54,9 283.225 17,8 433.952 27,2
Honduras 88 808.222 481.658 63,2 90.921 11,9 189.767 24,9
México 90 17.394.368 11.382.906 71,0 1.964.712 12,3 2.687.615 16,7
Nicaragua 91 ... 128.545 20,1 289.994 45,3 220.992 34,5
Panamá 90 541.704 365.650 69,7 86.268 16,5 72.366 13,8
Paraguay 92 873.694 517.578 60,5 143.080 16,7 194.889 22,7
Perú 93 4.762.779 2.231.469 50,4 872.221 19,7 1.323.828 29,8
Rep. Domin. 81 1.140.798 676.791 59,3 126.238 11,0 337.769 29,6
Uruguay 85 902.300 685.934 83,3 40.998 4,9 104.553 12,7
Venezuela 90 3.750.940 2.672.168 76,0 529.702 15,1 315.359 9,0

Promedio 63,1 14,0 23,0


24

Fuente: Adaptado de CEPAL, Alojar el desarrollo: una tarea para los asentamientos humanos
(LC/L.906(CONF.85/3)Rev.1), Santiago de Chile, 15 enero de 1996, Cuadro 8.

En cuanto al suministro de agua potable, se estimó en 1995 que el 73% de la


población tenía agua intradomiciliaria o a través de acceso fácil (fuentes públicas a
menos de 200 metros de la vivienda). Se encontraron coberturas muy bajas en el área
rural (41%), y mayores en el área urbana (84%). Sin embargo, en lo referente a la
calidad del agua, ésta era desinfectada solo en un 59%; en algunos casos existían
problemas adicionales con respecto a la frecuencia del servicio, el cual era
(9)
intermitente durante el día o no se abastecía todos los días .

En términos de la disposición de aguas servidas y excretas, se estimaba que en 1995 el


69% de la población contaba con estos servicios, alcanzando el 80% de la población
urbana y el 40% de la población rural. Se estima que el 81% de las viviendas cuentan
con servicio eléctrico. En términos de la cobertura de recolección y disposición final de
residuos sólidos, en las capitales latinoamericanas y en las ciudades mayores el
promedio de cobertura de recolección alcanzó casi el 90% y la de disposición final
adecuada un 30%. En las ciudades de menor tamaño estas coberturas son menores a
70% y 20%, respectivamente (10).

El Cuadro 13 presenta la clasificación de los países de América Latina según sus


carencias habitacionales (carencias cuantitativas netas respecto del total de hogares)
de acuerdo con el CEPAL:

Cuadro 13
Carencia habitacional

% hogares sin vivienda o con PAÍSES


vivienda irrecuperable
bajo (menos de 15%) Costa Rica, República Dominicana, Uruguay
moderado (entre 15% y 19%) Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba,
Guatemala, Honduras, Paraguay
regular (entre 19% y 25%) Ecuador, México, Panamá, Venezuela
alto (más de 25%) Bolivia, Perú, El Salvador, Nicaragua

Fuente: CEPAL. “Alojar el desarrollo: Una Tarea para los Asentamientos Humanos”, 1995.
25

Debido al intenso proceso de urbanización regional de las últimas décadas, 358 millones
de latinoamericanos y caribeños, o sea 74% del total, viven hoy en zonas urbanas. Sin
embargo, en esta década dicho proceso ha pasado a una fase más pausada, a medida
que el crecimiento demográfico se desacelera, sobre todo gracias a la menor fecundidad
derivada de la forma de vida urbana. Sin embargo, la reducción de la presión demográfica
no ha atenuado las grandes necesidades de viviendas nuevas y su permanente
incremento. Al comparar los censos se advierte que la formación de nuevos hogares sigue
aumentando a pesar del menor crecimiento demográfico, situándose en alrededor del 3%
anual. Tal aumento se relaciona con la reducción progresiva del tamaño medio de los
hogares que se observa en la región, a medida que avanza la transición demográfica y las
familias adoptan una forma de vida urbana en los diferentes países.

A su vez la región cuenta con estructuras familiares más diversificadas, que establecen
nuevas exigencias de estándares y ubicaciones habitacionales acordes con las dinámicas
urbanas nacionales. Por ejemplo, en los países que primero se urbanizaron, como los del
Cono Sur, el envejecimiento relativo derivado de la disminución de la fecundidad y el
aumento de la esperanza de vida eleva el número de hogares unipersonales y
bipersonales, en gran medida constituidos por personas de edad avanzada.

Una característica de los cambios de la estructura familiar en ALC, que incide en la


composición de la demanda de viviendas, es la presencia cuantitativamente importante de
familias encabezadas por mujeres. De los 13 países para los que se dispone de
información, sólo en Perú y Paraguay el porcentaje de hogares con jefatura femenina
disminuyó levemente entre las décadas de 1980 y 1990.

Como se señala en el Cuadro 14, los países encaran importantes deficiencias


cuantitativas y cualitativas en materia de vivienda, que en general superan
ampliamente los esfuerzos articulados en las políticas habitacionales por generar
volúmenes suficientes de viviendas nuevas para proveer alojamiento al menos a los
nuevos hogares que se constituyen, y así evitar que aumente el déficit acumulado.
26

Cuadro 14
Déficit de viviendas y aumento anual de nuevos hogares en ALC(a)

Déficit Cuantitativo Déficit Cualitativo de Déficit total Aumento


de Viviendas Viviendas de viviendas Anual de
(Recuperables) Hogares
País Año `No % No %
Argentina 91 1.449.783 49,2 1.496.212 50,8 2.945.995 152.378
Bolivia 92 406.979 55,4 327.844 44,6 734.823 44.400
Brasil 91 5.881.221 36,7 10.145.712 63,3 16.026.933 909.000
Chile 92 609.255 62,8 361.212 37,2 970.467 72.000
Colombia 85 1.098.711 43,6 1.423.095 56,4 2.521.806 200.000
Costa Rica 84 71.073 37,9 116.386 62,1 187.459 25.000
Cuba 81 395.472 60,7 256.100 39,3 651.572 42.000
Ecuador 90 424.843 55,8 336.834 44,2 761.677 69.000
El Salvador 92 402.410 69,0 180.461 31,0 582.870 31.000
Guatemala 89 302.931 41,2 433.952 58,8 736.883 69.000
Honduras 88 136.797 41,9 189.767 58,1 326.564 42.000
México 90 3.323.847 55,3 2.687.615 44,7 6.011.462 535.000
Nicaragua 91 289.994 56,8 220.992 43,2 510.986 29.000
Panamá 90 103.688 58,9 72.366 41,1 176.054 16.000
Paraguay 92 161.227 45,3 194.889 54,7 356.116 30.000
Perú 93 1.207.483 47,7 1.323.828 52,3 2.531.310 105.000
Rep. Doman 81 126.238 27,2 337.769 72,8 464.007 49.000
Uruguay 85 111.812 51,7 104.553 48,3 216.366 8.400
Venezuela 90 763.413 70,8 315.359 29,2 1.078.772 148.000

Total 17.267.177 20.524.946 37.792.122 2.576.178

Promedio 45,7 54,3

(a)
Porcentaje considerado de la población de América Latina y el Caribe en 1990:
96.15%
Fuente: Adaptado de CEPAL, Alojar el desarrollo: una tarea para los
asentamientos humanos (LC/L.906 (CONF.85/3)/Rev.1), Santiago de
Chile, 15 enero de 1996, Cuadro 9.

De acuerdo con las proyecciones, sólo para mantener el parque habitacional existente
sería necesario producir sobre medio millón de viviendas por año, a las que habría que
adicionar las que demanden los hogares formados durante el mismo período, lo que
sitúa las metas de construcción entre 2.3 y 3.2 millones de unidades anuales, sólo para
que no aumente el déficit acumulado.

Hasta ahora son casi inexistentes las medidas destinadas a mejorar el parque
habitacional actual, por lo que las tasas de deterioro y obsolescencia siguen siendo
27

altas. Tal carencia contribuye a su vez al aumento del déficit de viviendas.

Cabe destacar el desempeño del sector de la construcción en los noventa, después de


la reducción de su importancia en la economía en la década pasada. Entre 1990 y
1994, la construcción creció a una tasa media anual del 3%, superando así la tasa de
crecimiento del PIB en ese período, que fue del 2.9%. Ello elevó la presencia del
sector en el PIB del 3.8% al 5.3%, cifra que, si bien no alcanza la proporción de los
años ochenta, establece un clima propicio para el desarrollo de la actividad
constructora en los años siguientes.

Después que el gasto público en vivienda experimentó en los años ochenta un deterioro
en términos reales per cápita y como porcentaje del PIB, se produjo una recuperación
en 1990 a 1995 que, si bien fue importante, no ha logrado alcanzar los valores
registrados en los primeros años de la década de 1980. Es así como en la mayoría de
los países, el gasto real per cápita en vivienda a comienzos de los años noventa
continúa siendo inferior al de principios de los años ochenta. Por lo mismo, para
incrementar la cobertura y la calidad de la política habitacional, los países buscan, por
una parte, incorporar nuevos recursos provenientes, sobre todo, del sector privado y,
por otra, ajustar los programas de modo de focalizar mejor los recursos disponibles en
los grupos de atención prioritaria, especialmente los pobres.

Para atraer nuevos recursos e inversiones hacia el sector habitacional, muchos países
han cambiado su tradicional esquema de manejo de recursos, que operaba en forma
segmentada del resto del sistema financiero mediante una banca especializada en
vivienda, por sistemas financieros abiertos, que por lo general resultan más eficientes y
transparentes. El desarrollo alcanzado por el sector de la construcción se debe en gran
parte a la confianza demostrada por los inversionistas institucionales en los nuevos
sistemas financieros para la vivienda. Si bien hasta ahora la participación del sector
privado en el campo habitacional se ha centrado en los segmentos de mercado de
mayor rentabilidad, hay interesantes experiencias nacionales de extensión de esta
participación hacia la vivienda del sector medio y medio bajo, con el consiguiente alivio
de la carga presupuestaria de los gobiernos en este ámbito. En países que iniciaron
tempranamente la adecuación de sus sistemas de financiamiento, como es el caso de
Chile, la participación de la inversión pública en el sector de la vivienda, que en 1972
28

era de 72% del total, logró reducirse a un 19% en 1994, sin que ello haya significado
una menor proporción de viviendas inscritas en los programas de apoyo estatal.

Por otra parte, en general los programas de vivienda social han tendido a ampliar su
cobertura, incentivando el ahorro de los propios beneficiarios, incluso los de menores
recursos a través de programas de financiamiento compartido. La concepción de
programas altamente subsidiados, pero con dificultades de replicabilidad y a veces
regresivos, ha cedido paso a otra en que la tasa de esfuerzo exigida se determina con
mayor precisión y el compromiso financiero del beneficiado antes y después de la
obtención de su vivienda resulta fundamental.

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