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LO LÓGICO Y LO HISTORICO EN LA
ECONOMíA POLíTICA CLÁSICA:
UN SEUDO-PROBLEMA

Francesc Agües

LA ECONOMÍA POLÍTICACLÁSICAtiene en Marx su punto final,


pero también su máxima coherencia. Y El Capital es, sin
duda, la obra que, de una manera clara, ejemplifica este hecho.
Pues bien, creemos que para llevar a cabo un análisis meto-
dológico de la Economía Política y de las ciencias sociales
en general, es fundamental retrotraerse al momento en que
aquélla surge y sobre todo a El Capital, en el que se en-
cuentran las tendencias más fecundas de la economía clási-
ca, así como sus desarrollos más coherentes y acabados. 1
De entre las polémicas que El Capital ha despertado,
hay una que dura largo tiempo, que aparece con el nombre
de "El problema de lo lógico y lo histórico", y a la cual voy
a referirme ahora. Este título, que parece haber sido acuñado
por Rosental, plantea el problema de la relación entre los
elementos históricos y el "corpus" sistemático de la teoría
dentro del desarrollo de El Capital. Pero también, de hecho,
esta polémica apunta a dos cuestiones importantes:
1.0 Dilucidar el carácter del análisis de Marx, y su po-
sición dentro de la Economía Política Clásica.

1 En esto consistió en gran parte la "crítica" de Marx a la


Economía Política Clásica: En desarrollar hasta el máximo ciertas
tendencias de ésta, al tiempo que se denunciaban sus contradicciones
y circularidades. Afirmaciones de Marx como que Ricardo no llevó
el proceso de abstracción lo suficientemente lejos, creo que en gran
parte tienen este sentido: el de que al fallar en esto, Ricardo no
lograba elaborar una teoría lo suficientemente coherente, lo que a
veces le hacía recurrir a hipótesis completamentarias totalmente
ajenas (cuando no contradictorias) a su corpus teórico inicial.

6 81

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11'

82 Lo lógico y lo histórico en la Economía Política Clásica


2.° Y, como cuestión de fondo, analizar si el Marx de
El Capital sienta las bases de un historicismo (más o menos
escatalógico) o no.
I
l.

* * *
11

En la polémica que nos ocupa, abrió el fuego Engels. Y


11' " esta posición era netamente historicista. En efecto, según
11
Engels, Marx podía haber usado (optado entre) dos métodos:
el lógico y el histórico. Pero ambos no se contraponen; al
contrario, ,el desarrollo del "método lógico" de las catego-
rías va de 10 simple a lo complejo, exactamente igual que
ocurre ("a grandes rasgos") en el "método histórico". Sin
embargo Marx, según Engels, eligió el "método lógico" porque
el otro, a pesar de su efecto popularizador, alargaría la expo-
sición. Pero para Engels, este "método lógico", "... no es, en
realidad, más que el método histórico despojado... de su forma
1.
1:1
histórico y de las contingencias perturbadoras. Allí donde co-
mienza esta historia debe comenzar el proceso discursivo, y
el desarrollo ulterior de ésta no será más que la imagen re-
fleja en forma abstracta y teóricamente consecuente de la
trayectoria histórica...". 2 Lo lógico y lo histórico se compli-
can. Y aplicada a El Capital, esta tesis conduce a ver en
dicha obra nada más que un "reflejo"- del desarrollo capita-
lista. 3
Pero como es obvio que esto no se aviene con ciertos
pasajes de la obra, entonces se nos advierte que la imagen
que la trayectoria histórica provoca en el proceso discursivo
o "lógico" es una ".. .imagen refleja corregida de acuerdo con
las leyes que brinda la propia trayectoria histórica...
(Ibídem).

2 Engels, Recensión a la Contribución a la Crítica de la Economía


Política. Madrid, Comunicación, 1970, pág. 293. Los subrayados son
míos.
3 Así llienkov, Problemas actuales de la Dialéctica. Madrid, Co-
municación, 1971, págs. 70-71, 101-102 Y 104. Paul Boccara, "Le
Capital de Marx". Rev. Economie et Politique, números 164-165,
página 130.
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Lo lógico y lo histórico en la Economía Política Clásica 83


De esta interpretación que, con pocas variantes, es se-
guida entre otros por Rosental4 y Garaudy,5 sólo nos inte-
resa recalcar aquí su vaciedad teórica. En efecto, la alusión
a una teoría del reflejo simplista parece debida, en Engels a
un deseo de "salir del paso" (aunque fue de una .manera
poco airosa), y en los autores posteriores a un deseo de sub-
rayar el carácter histórico transitorio del capitalismo. Según
esta pretensión el carácter histórico tenía que reflejarse en
el mismo discurso de las categorías de El Capital, y de
ahí todos los intentos combinatorios del adjetivo "histórico"
y del adjetivo "lógico". Este historicismo (que en muchos
textos presenta un carácter mecanicista) se revela ,totalmen-
te incapaz de decimos nada acerca del método seguido por
Marx porque recurre a una teoría del conocimiento que
desde su base es incapaz de proporcionar un criterio de de-
marcación. Consecuencia de todo ello es el la,mentable es-
pectáculo que algunos autores proporcionan cuando recurren
a argumentos del tipo de "... sus intereses burgueses le im-
pidieron"...", .o "...su postura ideológica le cerró el paso a
"
una comprenSl6n... , etc.
* * *

Della Volpe proporciona otra interpretación que, a nues-


tro entender, no se encuentra demasiado lejos de la anterior.
Dicha interpretación está dependiendo de lo que se cree
como lo "específico" del método de Marx, cuya aparición
fecha Della Volpe en 1843 con La crítica de la filosofía del
estado de H egel. Este método "específico" de Marx es con-
cebido por Della Volpe como una dialéctica materialista
"científica" estrictamente opuesta a cualquier método aprio-
rista, 6 y que puede ser entendido como un proceso de tres
etapas:

4 Rosental, Los problemas de la dialéctica en 'El Capital' de


Carlos Marx. La Habana, Editora Política, 1963, págs. 370-377.
5 Garaudy, Introducción al estudio de Marx. México, Era, 1970,
páginas 123-127.
Galvano Della Volpe, Rousseau y Marx. Barcelona, Martínez
6

Roca, 1969, págs. 124-127.

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84 Lo lógico y lo histórico en la Economía Politica Clásica


a) El punto de partida es lo concreto. Pero este con-
creto, en esta etapa, hay que entenderlo como "unidad de
lo múltiple"; y, aunque para nosotros sea un punto de
partida, es ya en sí mismo un proceso de síntesis, un re-.
sultado.
I
b) A partir del punto anterior se procede a la abstracción
'1 (base de la generalización). De este modo se llega, a las
abstracciones más simples.
c) y por último, otra vuelta a lo concreto, pero toma-
do ahora en su carácter "histórico". Esto es lo que permite
la reproducción de lo concreto en el curso del pensamiento.
En esto consiste el método correcto, según Della Volpe :
En un "continuo e inevitable ajuste histórico de las abstrac-
ciones o categorías económicas" (Ob. cit., p. 150), o dicho
con otras palabras, en la determinación de sus abstraccio-
nes históricamente. Y en este "continuo ajuste" los elemen-
tos cronológicos accidentales son eliminados en favor de los
verdaderos antecedentes, los antecedentes lógicos. 7 De este
modo, según Della Volpe, toda teoría conlleva la necesidad
: I
de fundamentarse sobre la historia y de articularla en abs-
I
I
tracciones determinadas históricamente. 8
Pero este ajuste de las categorías no se realiza con un
i 11 orden cualquiera. En este punto Della Volpe recurre a la
~ I
famosa Introducción a la Crítica de la Economía Politica
! I
de 1857, concluyendo que "su orden de secuencia está deter-
minado por la relación que tiene la una con la otra en la
moderna sociedad burguesa: orden que es exactamente el
opuesto [inverso] al que guardaban en el curso natural o al
correspondiente al orden [cronológico] de su evolución his-
I
tórica." (Rousseau y Marx. Pág. 152).
I
Según esto, el orden de la,s categorías en El Capital es
dictado por un orden inverso al cronológico de dichas ca-
tegorías (por ej., no propiedad raíz-capital, sino capital-pro-
piedad raíz).

1 DelIa Volpe, Clave de la Dialéctica histórica. Buenos Aires,


Proteo, 1965, pág. 19.
8 Della Volpe, Crítica de la Ideología Contemporánea. Madrid,
Comunicación, 1970. pág. 27.

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Lo lógico y lo histórico en la Economía Política Clásica 85
Pero esta interpretación entraña enormes dificultades. En
primer lugar el "método correcto", al que alude Della Vol-
pe, no corresponde al método científico. Y para prueba ahí
están los Manuscritos de 1844 que en el mejor de los casos
sólo muestran una serie de vagas ideas humanistas en la
línea de Feuerbach. Es más, en los Manuscritos, no cree-
mos que ni tan siquiera esté operando el método del círculo
de lo concreto-abstracto-concreto. Esta obra, fuertemente
impregnada de "feuerbachianismo", es completamente especu-
lativa (en el sentido peyorativo del término).
Por otro lado, una estricta aplicación del orden de ca-
tegorías, propuesto por Della Volpe como correcto, a El
Capital chocaría asimismo con graves dificultades. En la
misma "Introducción..." de 1857, Marx ya señalaba que hay
sociedades en donde se da la cooperación, una división del
trabajo desarrollada(fases de un estudio históricamente avan-
zado según el análisis de El Capital, sin que a su vez
exista todavía el dinero (que correspondería a una fase his-
tórica anterior). Pero, sobre todo, ¿cómo solucionar con una
determinada fase histórica el esquema de la reproducción
simple?9 .

Además la tesis de las abstracciones históricamente de-


terminadas ha llevado, en su aplicación, a interpretaciones
totalmente desorbitadas. Este es el caso de Pietranera, que
en la "Estructura lógica de El Capital", 9bis y para justificar el
"salto" de la teoría del valor del tomo I a la regulación por
el precio de producción del tomo In, tiene que recurrir a
inventarse una fase histórica, para la cual la teoría del valor

9 En este mismo sentido dice R. Meek:


"L'astratta societa precapitalistica postulata da Marx e fondata
su quella che egli definisce 'produzione mercantile semplice' non era
sostanzialmente diversa, quanto all'uso teorico fattore della societa
'rude a primitiva' populata da excciatosi d'orsi e di cerdi ipotizzata
da Adam Smith." (Sdenza economica e ideologia. Bari, Laterza, 1969,
página 11.)
Así, pues, para Meek se trataría de una "ipotesi di lavoro"
(pág. 12). De igual parecer, si bien desde otra perspectiva, ver:
Balibar, Para leer el Capital. México, Siglo XXI, 19692, pág. 236.
9bis Giulio Pietranera, La estructura lógica del Capital. Buenos
Aires, Signos, 1970, págs. 23-87.

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i'I

86 Lo lógico y lo histórico en la Economía Política Clásica


fuese una abstracción históricamente determinada. Esta fase
sería la llamada del "capitalismo homogéneo", caracterizado
por la igual composición orgánica del capital entre los dis-
tintos sectores productivos. - Luego, más tarde, al convertirse
en "capitalismo heterogéneo" la teoría, del valor-trabajo deja-
ría de ser válida. Pero esto, que se nos aparece como
11
un intento deseperado para salvar esta interpretación, parece
11 olvidar que el propio Marx en El Capital (tomo 11), partía
muchas veces de la hipótesis de que la composición orgánica
'1 del capital no era la misma, no sólo entre los distintos sectores
productivos, sino dentro de una misma rama de producción. 10
I
Así, pues, a esta otra línea también historicista, se le
presentan grandes dificultades, sin tener que recurrir a otra
~~teoríadel conocimiento".
* * *

Nuestro problema, desde las coordenadas althusserianas"


l' sufre una disolución. En efecto" para Althusser la relación
entre lo lógico y lo histórico en El Capital es un pseudo-
problema. El supuesto que le permite llegar a tal conclusión
está basado en la "Introducción..." de 1857. A pa,rtir de
dicho texto, Althusser destaca que Marx" cuidadosamente,
siempre distingue entre:
1. El objeto real y el objeto de conocimiento.
2. El proceso de producción del objeto real y el pro-
ceso de producción del objeto de conocimiento.
Mientras el objeto real "se efectúa por completo en lo
real y según el orden real de la génesis real (el orden de su-
cesión de la génesis histórica)" el proceso de producción del
objeto de conocimiento ocurre por completo en el conoci-

, 10 En todo caso es mucho más plausible la interpretación de que

1 entre el tomo 1 y el tomo 111 se dan sucesivas aproximaciones


partiendo de un supuesto simplificador, para ir luego introduciendo
variables más concretas y teniendo siempre en cuenta que las últimas
aproximaciones dependen de los supuestos iniciales. Esto es lo que
defiende M. Dobb, Economía, Política y Capitalismo. México, F. C. E.,
19663, págs. 17, 18 Y 19. Igualmente Sweezy, Teoría del Desarrollo
Capitalista. México, F. C. F., 19695, págs. 21, 27, 123.

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Lo lógico y lo histórico en la Economía Política Clásica 87


miento" y cuyo orden es totalmente distintos del "orden de
la génesis" histórica real". 11
La clave de esto radica, en cierto modo, en que se ha
partido de la base de que el quehacer de Marx (como cien-
tífico que es) no busca reflejar ni reproducir la historia, sino
que como tal quehacer científico, lo que busca es producir
su conocimiento (Balibar, Ob. cit., pág. 246). La teoría tiene
sus propias leyes ajenas totalmente a cualquier referencia
a la historia. 12 La única relación posible que existe entre
10 teorético (pensamiento de 10 real) y 10 real es una rela-
ción de conocimiento. Si se confunden ambos planos se
cae o bien en un idealismo especulativo o bien en un idea-
lismo empirista (Althusser: Para leer El Capital, pág. 96).
Esta distinción tan taja,nte hace imposible cualquier combi-
nación de ambos niveles.
Llegados a este punto, el problema se disuelve porque no
es tal problema. El orden de las categorías de El Capital
se explica sin referencia alguna al proceso histórico. Su or-
den de sucesión, dice Althusser basándose en el mismo texto
que 10 hacía Della Volpe, no es sino la Gliederung (combi-
nación articulada) que tienen las categorías en el interior de
la sociedad burguesa (ob. cit, pág. 54).
Queda en pie todavía la inquietante frase de la, "Introduc-
ción..." por la que Marx parece aludir a que el orden lógico
es el inverso del orden real. Althusser nos remite entonces
a Ranciere con el fin de hacemos ver que aquí la palabra
"inverso" tiene un uso analógico. Según Ranciere las for-
mas "inversas" en El Capital forman la realidad "apa-
riencial" (wirklichkeit), que alude, en todo caso, a una rea-
lidad "interna" que es la que expresa el "movimiento real",
objeto de la ciencia. Según esto, el texto de Marx habría
11 A1thusser y Balibar, Para leer el Capital. México, Siglo XXI,
19692, pág. 47.
12 Glucksmann, A lthusser, un estructuralismo ventrílocuo. Barce-
lona, Anagrama, 1971, pág. 23. Para el mismo concepto, ver Althusser,
La revolución teórica de Marx. México, Siglo XXI, 19692, págs. 150-
159; Poulantzas, Estudios sobre el Capital. Buenos Aires, Signos,
1970, págs. 99-100; Macherey, Le centenaire du Capital. París, Mouton-
La Haye, 1969, pág. 93. Idem, Lire le Capital. 1, París, Maspero,
1967, pág. 246.

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88 Lo lógico y lo histórico en la Economía Política Clásica
que interpretado sencillamente como que la tarea científica
consiste en reducir el movimiento visible aparente al mo-
vimiento invisible o real interno (Ranciere~ ob. cit.~ pá-
gina 162). Así~ pues~ es al campo de la práctica teórica a quien
toca decidir y cuestionarse el orden de las categorías~ ya que
ella contiene en sí misma los criterios de cientificidad.
Aunque en los resultados estamos de acuerdo con Althus-
ser~ estimamos que en su obra sus conclusiones dependen
de una teoría del conocimiento que por el momento se ha
quedado, en gran parte~ en un mero programa a realizar.
l'I Por otro lado~ Althusser, huyendo de los historicismos~ pos-
I
I
tula una separación tan tajante~ a todos los niveles, entre
I proceso de pensamiento y proceso real que, a falta de otras
determinaciones, no alcanzamos a ver cómo las categorías
del pensamiento "reproducen" las categorías reales~ como
pretende Althusser (Ob. cito pág. 47).
1 * * *

Nuestra discrepancia de las anteriores exposiciones pro-


viene~ en gran parte~ de que no creemos que la "Introduc-
I
ción..." de 1857 pueda servir como punto de partida para re-
I solver el problema que nos ocupa. Es obvio que se trata
de un texto metodológico importante, pero para nuestros
I
I propósitos~ aparte de algunas sugerencias (por lo demás muy
li generales)~ 13 no puede decirse que Marx haya aclarado de-
I
masiado las cosas. Si bien parece aludir a la distinción entre .

objeto real y objeto de conocimiento (y entre sus procesos


correspondientes)~ 14 no por ello en otros textos deja de alu-
dir a un intento de combinatoria entre ambos procesos. 15
. Sólo partiendo de una determinada concepción sería posible
1I unificar significativamente todos estos textos, y en gran par-
te~ eso es lo que queremos evitar.
II

13 Como que el proceso de pensamiento está condicionado his-


tóricamente. Pero esto es tan general y obvio que todo el mundo
puede aceptado.
14 Marx, Introducción General a la Crítica de la Economía Polí-
tica. Córdoba,
. Cuadernos
,
Pasado y Presente, 19703, pág. 22.
15 O 23
p. CIt.,pago .

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Lo lógico y lo histórico en la Economía Política Clásica 89

Nuestro propósito es colocamos ante El Capital, no de


una manera ingenua, pero sí sin la gran cantidad de inhibi-
ciones que determinadas tradiciones han contribuido a forjar.
A! hilo de las anteriores exposiciones ha,bíamos aludido
ya a ciertos textos que se resisten a ser encuadrados dentro
de las posiciones historicistas (que por su parcialidad forza-
ban el sentido de El Capital). Nos queda exponer lo que nues-
tra lectura de El Capital nos ha revelado como esencial de su
método. .

En El Capital, creemos, lo fundamental no es recurrir a


la justificación histórica, aunque algunas veces esto ocurra,
sino organizar la exposición de forma tal que se revele efi-
caz pa,ra descubrir la estructura fundamental de la organi-
zación económica de la sociedad actual.16 Esa es la razón
de que ".. .en nuestro análisis de la forma básica del ca-
pital, de la forma en que éste determina la organización
económica de la sociedad moderna, prescindamos totalmen-
te... de sus manifestaciones vulgares y antediluvianas, por de-
cirIo así: el capital comercial y el capital a interés." 17
Igualmente, tras haber analizado la circulación simple,
haber analizado cómo se convierte el dinero en capital y,
concretamente, haber descubierto la noción de "fuerza de
trabajo", es cuando Marx habla de los supuestos históricos
("implícitas condiciones históricas determinadas"). Pero lo im-
portante es que Marx no ha partido de dichas condiciones,
sino del desarrollo lógico o formal de las categorías.
Pero un ligero análisis del capítulo acerca de la Acumula-
ción Originaria aclarará más la cuestión. Cuando Marx se
plantea el problema del "inicio" del proceso capitalista, pasa
rápidamente sobre la cuestión afirmando que "... lo proba-
ble es que el 'capitalista haya entrado en posesión del di-.
nero en un determinado momento, por virtud de una cierta
acumulación originaria..., pudiendo acudir al mercado como
comprador de fuerza de trabajo." (Ob. cit. págs. 478-479).
. Esto que, en cierto modo, podía desprenderse ya del fa-
moso ciclo D-M-D' (en el sentido de que el capitalista apa-
16 Y en su forma, dicha estructura está determinada por la relación
"ea pi tal".
17 Marx, El Capital. México. F. C. E., 19664, t. 1, pág. 118.

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90 Lo lógico y lo histórico en la Economía Politica Clásica'
rece como poseedor de D), es deducido lógicamente, dado
que es precisamente el análisis de la estructura, capitalista el
que ha proporcionado la pista. Sin la noción de la relación
"capital", podría haberse -hecho una historia de determina-
dos procesos. Pero el capítulo de la Acumulación Originaria
es sencillamente la crónica del "... proceso histórico de diso-
ciación entre el productor y los medios de produccióno" y
se la llama Originaria "porque forma la prehistoria del
capital y del régimen capitalista de producción" (ob. cit. pá-
gina 608).
Resumiendo, queremos decir que Marx ha venido anali-
zando la relación "capital" y ésta evidencia unos condicio-
namientos (lógicos) necesarios. 18 Son estos condicionamien-
tos (requisitos) los que han conducido a, la necesidad de
plantear un capítulo de la Acumulación Originaria. 19
El problema ahora se ha desplazado, abandonando los
límites iniciales. Para comprender el método seguido en El
Capital no se trata de que nos planteemos una posible re-
lación entre lo lógico y el desarrollo histórico. Esto, además
de ser un camino estéril cognoscitivamente, es totalmente
ajeno a la problemática de la obra. Creemos, igual que AI-
thusser, que se trata de un pseudo-problema.
* * *

La comprensión del método de El Capital pasa por el


análisis de su enlace y relación con la Economía Política
Clásica. En realidad, sin esto, aquél es difícilmente com-
prensible.
Si el objetivo hacia el que apuntaba El Capital era des-
cubrir la "ley general que rige la sociedad moderna, o sea,
la sociedad capitalista" esto no era algo que pueda interpre-
tarse como una cuestión ajena a la problemática de Ricar-
do. 20 En efecto, tanto en Marx como en Ricardo, la preo-
18 La necesidad lógica de la separación entre la posesión de los
medios de producción y los poseedores de la fuerza de trabajo.
19 En el mismo sentido pueden verse las afirmaciones hechas en
la obra citada, pág. 528.
2'0 "(Marx) siempre se sirvió de los instrumentos analíticos creados
por Ricardo, y todos los problemas teóricos que se le plantearon

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Lo lógico y lo histórico en la Economía Política Clásica 91
cupación dominante era seguir el curso de las fuentes de
ingreso de las distintas clases sociales. Esta era más o me-
nos la definición que de la Economía Política había dado
el propio Ricardo.21 Según Dobb esto se da más acusada-
mente en Marx~ el cual lo considera como la "clave" de "las
leyes del movimiento de la sociedad capitalista" y cuyo aná-
lisis se habría propuesto revelar antes que nada" (Ob. cit.
página 22). .

Para llevar a cabo este programa~ Marx se sirve del es-


quema del valor-trabajo producido por la Economía Polí-
tica Clásica. Y es por ello~ por lo que ha partido del análi-
sos de la mercancía~ ya que este punto de partida es el que
mejor le permite poner en práctica dicho esquema.
En tal grado Marx se sentía miembro de la Economía
Política Clásica que~ a pesar de su crítica a aquélla~ ni tan
siquiera intentó dar una "prueba" adecuada de la teoría del
valor. Esto es debido a que~ como destaca Dobb (ob. cit.
página 52)~ Marx "... no se proponía formular una doctrina
nueva y poco conocida~ sino adoptar un principio que era
parte de la tradición de la Economía Política Clásica~ y sin
el cual consideraba imposible toda afirmación definida".
La teoría del valor constituía un principio unificador o
sistema de principios generales~ de forma cuantitativa~ de
la Economía Política. Y dicho esquema apunta~ tanto en
Marx como en la Economía Clásica~ hacia el punto central
de la Plusvalía. Este problema "fue esencial en la Economía
Política Clásica~ como tiene que serlo~ para cualquier teoría
de la distribución" (Dobb~ob. cit. pág. 29). 22

procedían de las dificultades que encontró a lo largo de su profundo


estudio de la obra de éste y de las sugerencias para ulteriores inves-
tigaciones que de éste extrajo." Schumpeter, Diez grandes econo-
mistas. Madrid, Alianza, 1969, pág. 48.
21 En PrincipIes 01 Political Economy and Taxation. Citado por
Lichtheim, El marxismo. Un estudio histórico y crítico. Barcelona,
Anagrama, 1971, pág. 203.
22 La importancia del principio del valor-trabajo reside, en gran
parte, en que "dio un contenido cuantitativo a la aportación original
de valor que permitía establecer una diferencia entre esa aportación
y el valor final del producto" ((Dobb, op. cit., pág. 29).
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92 Lo lógico y lo histórico en la Economía Política Clásica


No obstante, es sabido que en la Economía Clásica
(Smith y Ricardo) la aplicación del esquema del valor-tra-
bajo tropezaba con serios problemas que hicieron que en
muchas ocasiones tanto Smith como Ricardo abandonasen
dicho principio. Marx es responsable de haber llevado hasta
sus últimas consecuencias este esquema, sobre todo solucio-
nando el problema principal que impedía el paso. a la noción
de plusvalía: el del "precio del trabajo". La concepción del
11
salario como el precio de la fuerza de tra,bajo resdlvió mu-
I
chas de las circularidades en que Ricardo se debatía. De ahí
que hubiésemos dicho al principio que Marx culminaba la
l' I Economía Política Clásica porque le proporcionaba su máxi-
ma coherencia.
Somos conscientes del esquematismo del anterior. aparta-
do. Al realizado se puede suponer que no está en nuestra
intención el llevar a cabo un estudio exhaustivo acerca de
las raíces clásicas" del esquema, desarrollado por Marx en .

El Capital. Nuestro objetivo era, sencillamente, ejemplifi-


car un poco lo que, en contra de los planteamientos combi-
natorios de lo lógico y lo histórico, creemos debería ser el
camino para que los estudios acerca de El Capital fuesen
realmente fructíferos metodológicamente. Y lo que está total-
mente claro es que, en la actualidad, mantener cualquier
1: tipo de confusión entre los aspectos lógicos y los desarrollos
I
históricos 23 a la, hora de enjuiciar la metodología de la Eco-
nomía Política Clásica es estéril, por cuanto no aclara para
nada el problema científico real, y es netamente perjudicial
11 por cuanto puede culminar (y de hecho muchas veces cul-
I!
1I
Ii
mina) en una, filosofía de la historia más o menos escatoló-
gica. Y este resultado, muchas veces, presenta un carácter
de automatismo y mecanicismo tal, que se retrotrae más allá
l'
I
de lo que pudiera ser una pura concepción hegeliana.

23 Hasta cierto punto, y corolario de esta cuestión, es el problema

acerca del papel jugado por los "capítulos históricos" dentro del
conjunto sistemático de El Capital. Pero analizar este aspecto nos hu-
biera llevado más lejos de los propósitos de este trabajo.

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