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DIETOTERAPIA EN

ENFERMEDADES ESOFAGICAS,
GASTRICAS E INTESTINALES EN
ADULTOS

AUTORA
ETHEL ADRIANA ARGUEDAS SAITA
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

“UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA AMAZONÍA PERUANA”

FACULTAD DE INDUSTRIAS ALIMENTARIAS


Escuela de Bromatología y Nutrición Humana

Dietoterapia en Enfermedades Esofágicas, Gástricas e


Intestinales

 DOCENTE:

LIC. NUT. FLORES MAMANI, José Luis

 ALUMNOS:

Arguedas Saita Ethel

 FECHA DE ENTREGA:

Jueves 17 de julio del 2014

 SEMESTRE:

I-2014

IQUITOS-PERÚ
2014

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DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

DEDICATORIA Y AGRADECIMIENTOS

A mi familia, pues son el motor que me impulsa a seguir el


día a día continuando con el progreso de mi carrera
profesional.

A mis maestros, quienes de un modo u otro han


influenciado bastante en el transcurso de los años y
muchos de ellos me han ayudado a recapacitar y a
reaccionar cuando más lo necesité.

¡Gracias por todo!

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DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

INDICE

DEDICATORIA Y AGRADECIMIENTOS 02
INTRODUCCION 04
EL APARATO DIGESTIVO. FUNCIONAMIENTO 05
ENFERMEDADES ESOFAGICAS 05
Enfermedad por reflujo gastroesofágico 07
Esofagitis 08
Estenosis esofágica 10
Esófago de Barret 12
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS 13
ENFERMEDADES GASTRICAS 18
Gastritis 20
DIETOTERAPIA EN LA GASTRITIS 21
Ulceras pépticas 22
DIETOTERAPIA EN ULCERAS PEPTICAS 22
ENFERMEDADES INTESTINALES 26
Gas y flatulencias intestinales 27
DIETOTERAPIA EN GAS Y FLATULENCIAS INTESTINALES 27
Estreñimiento 28
DIETOTERAPIA EN EL ESTREÑIMIENTO 29
Diarreas 31
DIETOTERAPIA EN DIARREAS 33
BIBLIOGRAFIA 37
ANEXOS 38

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INTRODUCCION
Los trastornos digestivos representan
uno de los problemas más frecuentes
en la atención sanitaria. Entre un 30%
y un 40% de los adultos refiere
indigestión frecuente y cada año se
efectúan más de 50 millones de visitas
a los centros de salud debido a
síntomas relacionados con el aparato
digestivo. En el mudo se realizan cada
año más de 10 millones de
endoscopias e intervenciones
quirúrgicas relacionadas con tubo
digestivo (Woodell y Cherry, 2004).
Los hábitos alimenticios y ciertos
alimentos pueden desempeñar un papel destacado en el desarrollo, el tratamiento y la
prevención de numerosos trastornos gastrointestinales. En muchos casos el régimen
alimenticio puede constituir un factor de gran relevancia para mejorar las sensaciones de
bienestar y calidad de vida percibidas por el paciente como consecuencia de la disminución
del dolor, el sufrimiento, las preocupaciones, las visitas al médico y los gastos asociados a
los procesos gastrointestinales. El presente trabajo intenta rescatar algunas de las
enfermedades más comunes relacionadas con el sistema digestivo, y la dieta
correspondiente a cada trastorno, sugiriendo indicaciones en cuanto a la alimentación desde
la prevención, durante la enfermedad y para su posterior conservación de una buena salud.
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES DEL ESOFAGO
 La estenosis esofágica
 La esofagitis o enfermedad por reflujo gastroesofágico
 Esófago de Barret
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES GASTRICAS
 Úlcera péptica
 Gastritis
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES INTESTINALES
 Gas y Flatulencias Intestinales
 Estreñimiento
 Diarreas

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EL SISTEMA DIGESTIVO. FUNCIONAMIENTO


El aparato digestivo, formado por el tubo digestivo con importantes glándulas anexas,
tiene como objetivo primordial la asimilación de las sustancias nutritivas contenidas en los
alimentos. Para ello debe ser capaz de servir de receptáculo, de hacer progresar en sentido
distal y de digerir los alimentos ingeridos, para finalizar con la mencionada absorción de
los nutrientes, eliminando los residuos.

Al enfermar algunos de los órganos del aparato digestivo, queda comprometida su


función y pueden aparecer signos y síntomas patológicos en relación con la ingestión de los
alimentos, como:

- Dolor.
- Vómitos.
- Diarreas.
- Hemorragias digestivas.
- Estreñimiento.

Por todo ello, el paciente incluso puede llegar a temer la ingestión de los alimentos.
La consecuencia final puede ser una malabsorción o una dieta insuficiente, que termina en
una desnutrición. He aquí, pues, el planteamiento de la dieta en las enfermedades del
aparato digestivo:

- Debe cubrir adecuadamente.


- Debe propiciar la curación o la compensación de la enfermedad.
- Debe evitar la aparición de síntomas.

ENFERMEDADES ESOFAGICAS
El esófago es un órgano hueco muscular cuya función primordial es la propulsión hacia el
estómago del bolo alimenticio y los fluidos que recibe de la faringe. Los síntomas de
enfermedad esofágica están entre los más comúnmente encontrados en gastroenterología.

Recuerdo anatomofisiológico

El esófago es un tubo hueco cerrado proximalmente por el esfínter esofágico


superior (EES) y distalmente por el esfínter esofágico inferior (EEI). El EES está formado
por fibras caudales de los músculos cricofaríngeo y el constrictor faríngeo inferior. En el
cuarto proximal del esófago existe músculo estriado, después hay una zona de transición
con músculo estriado y liso siendo la mitad o el tercio distal y el EEI de músculo liso. El
EEI está localizado en o inmediatamente debajo del hiato diafragmático y a pesar de su
función fisiológica distinta no se distingue fácilmente.

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El esófago es el conducto muscular que une la faringe con el estómago. Tras el acto
de la deglución, el bolo alimenticio se sitúa en la luz esofágica, siendo propulsado hacia la
cavidad gástrica merced a contracciones de la pared muscular del esófago. En su límite
inferior se halla un esfínter poco potente, el cardias.
El esófago también limpia hacia el estómago cualquier contenido gástrico refluido y
también forma parte en actividades
reflejas como el vómito y el eructo.

 Deglución:
peristalsis primaria. La
deglución se caracterizada por
una contracción
faríngea rápida coincidente
con una relajación abrupta
del EES. Esto es seguido de
una contracción
posrelajación el
EES con una contracción
secuencial del
cuerpo del esófago, que
produce una onda de presión que migra hacia el estómago. El bolo alimenticio es
empujado hacia el frente de esta onda migratoria de contracción. EL EEI se relaja
en 1 ó 2 segundos después de la acción de deglución y permanece relajado hasta que
la onda de presión esofágica haya llegado al esófago distal. La presión del EEI se
recupera y es seguida de una contracción post-relajación, que ocurre en continuidad
con la contracción del esófago distal.

 Peristalsis del cuerpo esofágico. La deglución conlleva una secuencia de a)


contracción esofágica que pasa fácilmente del segmento de músculo estriado al liso,
b) estimulación eléctrica del extremo distal del vago que simultáneamente activa
todas las fibras eferentes del vago, llevando a contracciones peristálticas solo del
segmento de músculo liso del esófago y en el esófago con músculo estriado la
estimulación vagal causa contracciones simultáneas que ocurren solo durante el
periodo de estimulación. Esto demuestra que el músculo estriado del esófago
depende de una secuencia del sistema nervioso central para contraerse durante la

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peristalsis, mientras que mecanismos intrínsecos neuronales son capaces de producir


la secuencia peristáltica en el músculo liso.

ENFERMEDAD POR REFLUJO


GASTROESOFAGICO
El esófago funciona como un
único tejido durante la deglución. A
medida que el bolo alimenticio se mueve
voluntariamente desde la boca hacia la
laringe, el esfínter esofágico superior se
relaja, los alimentos pasan al esófago y
las ondas peristálticas lo desplazan hacia
la porción inferior del esófago.
Para que el alimento pueda pasar
del esófago al estómago existe una
válvula llamada esfínter esofágico
inferior que actúa como una puerta, abriéndose para que la comida pase. Una vez que el
alimento ha pasado, la válvula vuelve a cerrarse para evitar que los ácidos y enzimas del
estómago pasen al esófago, es decir, para evitar el reflujo gastroesofágico.
Los trastornos esofágicos pueden deberse a una alteración del mecanismo de
deglución, a una obstrucción, a un proceso inflamatorio o al funcionamiento anómalo de un
esfínter.

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Sintomatología

Los síntomas son variables, aunque pueden englobar reflujo de las secreciones
gástricas, acidez gástrica con episodios de
dolor abdominal. También aparecen otras
manifestaciones como la irritación
faríngea, el aclaramiento faríngeo
frecuente, la ronquera y el empeoramiento
de los síntomas de asma, acompañados o
no de acidez gástrica clásica o reflujo ácido
sintomático
Algunos pacientes presentan menos
síntomas perceptibles en presencia de
enfermedad significativa, mientras que
otros pueden referir unas molestias considerables sin consecuencias erosivas prolongadas.
Independientemente de lo anterior, los síntomas del reflujo requieren una evaluación y
seguimiento adecuados.
Los estudios a largo plazo indican que la enfermedad muestra altibajos y no parece
remitir de manera espontánea. No es probable que los pacientes sometidos a tratamiento en
los que los síntomas se hayan atenuado continúen “curados” de forma permanente.
La enfermedad erosiva prolongada puede originar ESOFAGITIS (inflamación del
esófago), erosiones esofágicas, úlceras, cicatrización, estenosis y, en algunos sujetos,
disfagia.

ESOFAGITIS
La esofagitis es la inflamación de la mucosa que recubre el esófago, el conducto que
conecta la boca con el estómago. La causa más común de su aparición es consecuencia del
reflujo del contenido del estómago (ácido) hacia el esófago. También hay otras
circunstancias, como una cirugía, la existencia de hernia de hiato, determinados
medicamentos y vómitos persistentes, entre otros factores, que pueden originar o acentuar
el malestar.
Cuando una persona padece esofagitis tiene lugar una disminución de la presión del
esfínter esofágico inferior, por lo que el jugo gástrico y las enzimas digestivas refluyen.
Como consecuencia de este reflujo gastroesofágico puede aparecer pirosis o acidez,
irritación de la mucosa del esófago y la inflamación de la misma (esofagitis)
Con frecuencia, los síntomas trastornan los patrones de sueño, la actividad laboral y
la calidad de vida global.

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Esofagitis eosinofílica

La esofagitis eosinofílica es una inflamación del esófago como consecuencia de un


aumento de los eosinófilos en el esófago por encima de lo normal. Los eosinófilos son un
tipo de glóbulos blancos de la sangre que forman parte del sistema de defensas del
organismo. Este tipo de células especializadas ayudan a combatir ciertas infecciones y
también aumentan en caso de alergias.

Los eosinófilos pueden causar inflamación cuando aumenta su concentración


en áreas del organismo distintas a la sangre o al intestino, sus lugares naturales. Por
ejemplo, en los cambios de estación pueden aumentar los eosinófilos en la nariz en las
personas hipersensibles. Esto también puede suceder en el esófago como consecuencia de
una reacción alérgica del organismo a algún alimento. Para confirmar este diagnóstico, el
médico deberá hacer las pruebas pertinentes de alergia alimentaria. Los alimentos más
comunes en las reacciones alérgicas son la leche, los huevos, los pescados y mariscos, y
frutos secos como maníes y nueces.

Esofagitis aguda

La ESOFAGITIS AGUDA puede deberse a la ingesta de un compuesto corrosivo,


inflamación de tipo vírica o intubación. La gravedad de la esofagitis causada por el reflujo
gastroesofágico depende de la composición, la frecuencia y el volumen del reflujo
gástrico; la integridad de la barrera mucosa; la velocidad de eliminación del esófago, y la
velocidad de vaciado gástrico.

La hernia de hiato, la disminución de la presión del EEI, el tabaquismo, el aumento


de la presión abdominal (como sucede en la neumopatía obstructiva), el retraso del
vaciado gástrico, los vómitos recurrentes, el embarazo y otros factores incrementan el
riesgo de reflujo.

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ESTENOSIS ESOFAGICA
Una estenosis esofágica es
un estrechamiento gradual del
esófago, que puede conducir a
dificultades en la deglución. Las
restricciones son causadas por
tejido cicatricial que se acumula
en el esófago.

Cuando el revestimiento
del esófago se daña, la
cicatrización se desarrolla. Cuando
la cicatrización se produce, el
revestimiento del esófago se
vuelve rígido con el tiempo, ya
que este tejido de la cicatriz sigue
acumulándose, el esófago empieza
a estrecharse en la zona. El resultado entonces es la dificultad para tragar.

Causas:

Una de las condiciones que pueden conducir a estenosis esofágica es la enfermedad


por reflujo gastroesofágico. El ácido excesivo se somete a reflujo desde el estómago al
esófago. Esto provoca una inflamación en la parte inferior del esófago. La cicatrización
dará lugar después de una lesión inflamatoria repetida. Esta cicatrización producirá tejido
dañado en la forma de un anillo que estrecha la abertura del esófago.

El esófago puede tener reducido su diámetro interno hasta el extremo de dificultar o


incluso imposibilitar el paso del alimento. Este estrechamiento o estenosis puede ser debido
a la presencia de un tumor (cáncer del esófago, en general) o bien ser la secuela de una
esofagitis por ingestión de productos cáusticos (lejía y salfumán, principalmente).
También puede ser debida a la acción abrasiva del reflujo ácido del estómago
(esofagitis péptica) que provocaría una retracción del tercio inferior del esófago.
Sea por una u otra causa, la consecuencia inicial de la estenosis esofágica es la
disfagia a los sólidos, es decir, la gran dificultad en el paso de los alimentos sólidos por la
zona afectada, que origina opresión retroesternal, dolor, sofocación, etc.

Síntomas frecuentes:

- Dificultad para deglutir alimentos; los alimentos sólidos pueden resultar más
molestos.
- Dolor al deglutir.

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- Pérdida involuntaria de peso.


- Regurgitación de alimentos.

Posibles consecuencias nutricionales:

Reducción del aporte calórico, régimen incompleto desde el punto de vista


nutricional, disminución del aporte de fibra, adelgazamiento.

Dieta en la estenosis esofágica

Al empeorar la enfermedad causal, aparece una disfagia a los purés fluidos y, finalmente,
incluso a los líquidos, a causa de un verdadero cierre del conducto. Conviene no confundir,
al llegar a esta fase, la dificultad para deglutir con la falta de tránsito. El paciente puede
tragar (saliva, caldo, leche, etc.) pero al quedar retenido el producto por encima de la zona
afectada, se regurgita al cabo de 1 o 2 horas.
En esta fase de disfagia a los
sólidos, se indicará inicialmente una dieta
triturada muy fluida, para pasar
rápidamente a una dieta líquida completa.
Durante esta fase, si el paciente no es
asesorado convenientemente, puede llegar
a perder 10 a 20 o incluso más kilogramos
por falta de alimentación.
En la fase de cierre completo (o
casi completo, que en la práctica es lo
mismo), el cirujano deberá colocar una
sonda de gastrostomía para proceder a la
nutrición enteral del paciente. Más
adelante puede efectuarse una
intervención quirúrgica practicando una
extirpación del esófago (esofagectomía),
reconstruyendo el tránsito con el
estómago, que es forzado hasta situarse
en el antiguo lecho esofágico
(gastroplastía esternal).

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ESOFAGO DE BARRET
El prolongado reflujo esofágico
puede dar lugar a una patología importante
como es el ESÓFAGO DE BARRET, un
trastorno en el que las células que revisten
el esófago distal adquieren características
anormales e, incluso, pre - neoclásicas.

Prevalencia y fisiopatología

El reflujo de los contenidos


gástricos hacia el esófago tiene lugar de
vez en cuando en sujetos sanos, algunos de
los cuales pueden presentar episodios de acidez gástrica clásica. Sin embargo, una
proporción comprendida entre el 7% y el 8% de la población refiere acidez gástrica de
frecuencia diaria debido al reflujo frecuente de los contenidos gástricos y, algunas veces,
algunas veces duodenales hacia el esófago. La prevalencia del reflujo esofágico depende de
la de sintomatología, si bien entre el 20% y el 40% de los adultos refiere síntomas de
enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERE) al menos una vez a la semana (Talle y
Wiklund, 2005).

Síntomas

Los síntomas iniciales son variables, aunque pueden englobar:


 Reflujo de las secreciones gástricas
 Acidez gástrica con episodios de dolor subesternal
 Eructos y espasmos esofágicos.
También aparecen manifestaciones como la irritación faríngea, la ronquera y el
empeoramiento de los sistemas de asma, acompañados o no de acidez gástrica clásica o
reflujo ácido sintomático. La frecuencia y la gravedad de los síntomas no predicen la
manera invariable, la gravedad ni las complicaciones de la enfermedad y pueden carecer de
relación alguna con los hallazgos endoscópicos.

Tratamiento médico y quirúrgico

El tratamiento médico primario del reflujo esofágico aspira a reducir la secreción de


ácido. Los inhibidores de la bomba de protones, que reducen la producción de ácido por
parte de las células parietales gástricas, son los fármacos más eficaces (Holtman y cols.,
2004) si bien las variantes más leves de reflujo se tratan con antagonistas de los receptores
de H2 y antiácidos. En pacientes con retraso del vaciado gástrico se han empleado fármacos
procinéticos. Se recomienda evitar aquellas actividades que obliguen a flexionarse de

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manera frecuente y elevar la cabecera de la cama entre 10 y 15 cm puede reducir la


probabilidad de reflujo nocturno.
Entre el 5% y el 10% de los sujetos con reflujo gastroesofágico grave no responde al
tratamiento farmacológico y debe lidiar de manera repetida con los síntomas y las
complicaciones de esta entidad. Pueden someterse a una fundoplicación, una intervención
quirúrgica mediante la cual se envuelve el fondo gástrico alrededor del esófago interior con
el objetivo de limitar el reflujo (Urbach y cols., 2004).
El consumo de derivados del tabaco está contraindicado en pacientes con reflujo. La
nicotina ocasiona una disminución de la presión del EEI y el consumo de derivados del
tabaco ponen en peligro la integridad del aparato digestivo e incrementa el riesgo de
desarrollar neoplasias en el esófago y en otros órganos (Crew y Neugurt, 2004; Nilson y
cols., 2004). El consumo de cigarrillos se ha evaluado en forma detallada, principalmente
debido a que representan, los principales derivados del tabaco, y la exposición por
inhalación directa de humo es mayor que en otros derivados.

DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS

La inflamación del esófago causa dolor y dificultad para tragar. El objetivo dietético
es tratar de disminuir la acidez de las secreciones gástricas y seleccionar alimentos que
suavicen la mucosa y calmen la irritación y el dolor.

Los objetivos de la TNM son:


1) Evitar el reflujo esofágico.
2) Evitar el dolor y la irritación de la mucosa esofágica inflamada.
3) Disminuir la capacidad de erosión o la acidez de las secreciones gástricas.
La ingesta de cantidades altas de lípidos y proteínas y cantidades bajas de fibra, la
obesidad y el consumo de alcohol producen un aumento de la probabilidad de reflujo,
aunque es posible que no se constituyan factores subyacentes o desencadenantes (El-Serag
y cols., 2005). El consumo de cantidades mayores de ciertos alimentos puede reagudizar o
prolongar el reflujo o alterar los mecanismos inflamatorios o protectores.
El control del reflujo se ve favorecido por diversas medidas, aunque la más eficaz
quizás sea ingerir alimentos varias horas antes de acostarse. Las comidas copiosas ricas en
lípidos reducen la presión del EEI, retrasan el vaciado gástrico e incrementan la producción
de ácido latente, todo lo cual supone un aumento del riesgo de reflujo cuando el sujeto se
encuentra reclinado. No comer hacia el final de la tarde puede resultar complicado para
muchas personas, en especial debido a que en EEUU y Latinoamérica la cena representa
con cierta frecuencia la comida más importante del día y forma parte de los hábitos sociales
y de ocio. No obstante todos los sujetos afectados reconocen que la adopción de esta
medida reduce la sintomatología.

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Las comidas y los postres copiosos y ricos en lípidos o en calorías estimulan la


producción de cantidades significativas
de secreciones gástricas y ralentizan el
vaciado gástrico. Durante el sueño, el
vaciado gástrico se retrasa, las
secreciones salivales disminuyen, y la
deglución tiene lugar con frecuencia
menor. La combinación del retraso del
vaciado gástrico, la reducción del
vaciado del esófago, el aumento de las
secreciones digestivas y la posición
yacente incrementan la probabilidad de
aparición de reflujo prolongado de los
contenidos gástricos hacia el esófago.
En esofagitis grave, un régimen alimenticio líquido y bajo en lípidos puede
asociarse a una tolerancia inicial mejor, ya que no incrementa la distención esofágica y
puede atravesar con mayor facilidad las áreas estenosadas. De igual modo, los líquidos
abandonan el estómago con una mayor rapidez que los sólidos. Los alimentos con pH
ácido, como los zumos de cítricos, el tomate y los refrescos pueden originar dolor en un
esófago inflamado previamente. En algunos casos infrecuentes, los alimentos ásperos
pueden producir una perforación (p. ej. Papas fritas, galletas saladas y alimentos con
cáscara).

OJO
El café aumenta la producción de ácido en el estómago por lo que
se desaconseja en caso de gastritis y esofagitis. Este efecto se debe
no sólo a la cafeína, sino a otras sustancias que forman la esencia
del café. Por ello, el descafeinado estaría también desaconsejado en
estos casos, en los que se sugiere sustituir tanto el descafeinado
como el té por achicoria, malta o por infusiones suaves como la
salvia o la manzanilla, entre otras.

Las infusiones de menta piperita, de menta poleo (también lleva


menta) u otras bebidas con extracto de esta planta tampoco son
recomendables. La menta contiene sustancias que provocan la
relajación del esfínter del esófago, lo que facilita el reflujo gástrico,
algo que han de evitar quienes padecen esofagitis y también aquellas
personas con hernia de hiato.

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DIRECTRICES DE ASISTENCIA NUTRICIONAL PARA LA REDUCCION DEL REFLUJO


GASTROESOFAGICO Y LA ESOFAGITIS

1. Evitar comidas copiosas y ricas en lípidos.


2. Evitar ingerir alimentos entre 3 y 4 horas antes de acostarse.
3. Evitar el tabaquismo.
4. Evitar las bebidas alcohólicas.
5. Evitar los alimentos y bebidas que contengan cafeína.
6. Mantenerse erguido y evitar actividad física vigorosa inmediatamente después de
ingerir alimentos.
7. Evitar prendas ajustadas, en especial después de ingerir alimentos.
8. Consumir un régimen alimenticio sano y completo con una cantidad adecuada de
fibra.
9. Evitar alimentos ácidos y muy condimentados cuando exista inflamación.
10. Adelgazar en caso de sobrepeso.

1. ASPECTOS A CONSIDERAR EN LA ANAMNESIS ALIMENTARIA


- Modificaciones de la ingesta en el último período: Investigar si la sintomatología
modificó el consumo en cantidad o si provocó ayunos, dieta líquida u otras
restricciones. Frente al dolor suele instalarse selección monótona y escasa de ciertos
alimentos que parecen conferir alivio. Esto puede alterar el peso o generar carencias
específicas.
- Estado nutricional: Indagar peso habitual para observar sobrepeso, obesidad o bajo
peso; observar pérdida de peso/tiempo para definir riesgo nutricional.
- Uso de estimulantes de la secreción: Detectar frecuencia de consumo y cantidad.
- Consumo de productos que favorecen relajación del esfínter esofágico inferior
(EEI): Interrogar en forma específica sobre su uso habitual, cuando exista RGE.
ESTIMULOS POTENTES DE LA DILATAN EL ESFINTER ESOFAGICO
SECRECION GASTRICA INFERIOR
Café, alcohol, bebidas gaseosas, mate. Bebidas alcohólicas.
Condimentos picantes: pimienta, mostaza. Grasas.
Vísceras y carnes. Chocolate, menta.
Comidas voluminosas. Café, té, mate.
Excesos de azúcar y sal. Comidas copiosas.
Sabores y aromas fuertes.
Partes tostadas de carnes y panes.
Partes fibrosas de verduras y frutas.
Otros irritantes: líquidos calientes, alimentos y condimentos ácidos

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- Características del consumo habitual: Jerarquizar número de comidas (detectar


ayunos prolongados y/o comidas voluminosas), masticación, formas de preparación
(uso de frituras y/o costras de tostación), intolerancias y rechazos.
- Tolerancia actual: Variada gama de respuestas: desde quienes mantienen
alimentación habitual incluyendo estímulos, hasta los que autolimitaron la ingesta a
lácteos y purés. Dato relevante para resolver la selección de alimentos.
- Síntomas versus ingesta: Procurar identificación de alimentos que provocan
malestar o dolor. Insistir en reconocer si la presencia de alimentos modifican
síntomas. Se observa alta variabilidad; punto clave para decidir nivel de restricción.
- Tránsito Intestinal: número y características de las deposiciones. Frecuente
asociación con estreñimiento, eventualmente diarreas.

2. BASES DEL TRATAMIENTO DIETÉTICO

En orden de importancia se jerarquizan las siguientes medidas:

- Contraindicar estímulos de la secreción y/o relajantes del esfínter esofágico, según


la alteración presente.
- Fraccionamiento: se aconsejan 6 comidas diarias para controlar volúmenes. Esto
reduce la secreción, evita el contacto directo de los jugos digestivos con la mucosa y
mejora la evacuación gástrica.
- Manejo de líquidos: Utilizarlos de preferencia separados de las comidas
principales y favorecer la eliminación del gas de las bebidas.
- Consistencia: Se prefieren preparaciones blandas pues simplifican la formación del
bolo alimentario y reducen la secreción. Si hay síntomas utilizar alimentos
modificados por la cocción o ablandados por pureteado o rallado. Tales estrategias
favorecen la digestión de fibras vegetales y de tejido conectivo de carnes.
- Grasas: Corregir excesos y utilizar aceites sin exposición directa al calor. La
relación de macronutrientes puede ser normal: grasas máximo 25%.

3. GUIA PARA LA SELECCIÓN DE ALIMENTOS

Evitar alimentos y bebidas que disminuyen la fuerza de los músculos del esófago (en
realidad, disminuyen la presión del esfínter esofágico):

 Alcohol: El alcohol reduce la presión del EEI y además provoca alteración de la


motilidad esofágica, contribuyendo así a la producción de pirosis.
Se ha demostrado que la ingesta de vino blanco induce reflujo gastroesofágico en
sujetos sanos y pacientes con enfermedad de reflujo gastroesofágico. Pehl C. y col.
Luego de un estudio prospectivo confirman que la ingesta de vino blanco provoca
un disturbio del aclaramiento esofágico debido a un incremento simultáneo de las
contracciones y falla de la peristalsis. El segundo mecanismo es la producción de
repetidos eventos de reflujo dentro del esófago cuando el pH todavía está ácido
después de un previo episodio de reflujo.

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 Carminativos: Los carminativos, aceites volátiles de extractos vegetales (pimienta,


ajos, cebollas, menta y otros) que se emplean en la elaboración de sazonadores y
licores que se beben después de las comidas (menta, anís, drambuí, cointreau,
benedictine, cacao, grand manier, etc.) producen hipotensión del EEI,
relacionándose esto con la pirosis que se observa en aquellos que los consumen.
 Chocolate. Clínicamente se sabe que el chocolate precipita pirosis. Inicialmente se
pensó que este efecto era consecuencia de su contenido en grasa. Sin embargo, el
efecto persiste pese a usar chocolate desgrasado, por lo que se ha propuesto que
además son las metilxantinas que contiene (cafeína y teobromina), las que actúan
sobre el esfínter esofágico inferior.
 Alimentos de elevado contenido graso. A los pacientes con enfermedad de reflujo
gastroesofágico se les recomienda evitar la ingesta de comidas voluminosas. En
voluntarios sanos se ha demostrado existir una relación entre el reflujo
gastroesofágico posprandial y el volumen de una comida líquida. Pehl C. y col. han
demostrado que el reflujo gastroesofágico inducido por ingestión de una comida
parece depender más del volumen que de la densidad de la comida.
Se ha reconocido desde hace mucho tiempo, que a menudo, después de la ingesta de
cierto tipo de alimentos ocurre pirosis. Este efecto atribuido al reflujo
gastroesofágico ha sido comprobado por numerosas experiencias que demuestran
efectos efectos sobre la presión del EEI Así, las comidas grasosas producen un
dramático descenso de la presión del EEI pudiendo incluso provocar reflujo
gastroesofágico en voluntarios asintomáticos, efecto que se postula es mediado a
través de la liberación de colecistoquinina. La ingesta de dietas altas en grasas se ha
asociado con un incremento de reflujo gastroesofágico y esofagitis erosiva, en tanto
que la ingesta de dietas ricas en fibra se correlaciona con una reducción del ritmo de
síntomas del reflujo gastroesofágico.

Evitar los alimentos o bebidas que irritan o lesionan el esófago:

 Cítricos y zumos (Tomate, naranja, uva): Hay alimentos que sin actuar
directamente sobre la motilidad o presión intraluminal en los segmentos esofágicos,
producen síntomas al tener contacto con un epitelio ya alterado. Entre ellos se
encuentran los jugos cítricos (naranja, limón, tomate) el alcohol y los condimentos.
 Café (normal o descafeinado): La cafeína (metilxantina) a dosis normales (una o
dos tazas de café) disminuye la presión del EEI, efecto observado sólo hasta los 30 a
45 minutos después de su ingesta.
 Pimienta.
 Especias alimentos condimentados.
 Derivados del tomate. El pH ácido de los alimentos no afecta la amplitud o
velocidad de peristalsis esofágica. Sin embargo, algunos autores afirman que la
naranja y el tomate alteran la motilidad del esófago.
 Alimentos muy calientes o muy fríos: En relación a la motilidad, influye más que
la composición, el estado físico y la temperatura de los alimentos. Así, los
nutrientes tibios aumentan la velocidad de peristalsis, en tanto que los alimentos
fríos la disminuyen.

17
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

Procurar tomar con


mayor frecuencia los siguientes alimentos:

 Alimentos ricos en proteínas pero con bajo contenido en grasa (carnes magras, leche
descremada, quesos no curados, etc.). (ver especificación en ANEXOS)
 Alimentos ricos en hidratos de carbono y bajo contenido en grasa (pan, cereales,
pasta, papas, arroz, etc.)

4. OTRAS RECOMENDACIONES:

 Evitar las comidas muy abundantes. Es mejor realizar 4 o 5 comidas pequeñas al


día.
 Después de las comidas, no echarse durante 2 o 3 horas.
 Vigilar el peso, procurando que no aumente.

ENFERMEDADES GASTRICAS

Antes de adentrarnos en el estudio de la dieta en las enfermedades del estómago, es


necesario hacer un recordatorio de las particularidades anatomofisiológicas de dicho
órgano. Citamos brevemente: 1) es una cavidad virtual, pero puede llegar a contener
cantidades superiores a un litro; 2) segrega ácido clorhídrico; 3) segrega pepsinógeno; 4)
está tapizado por mucina, y 5) el píloro es un potente esfínter que cuando permanece
contraído no permite el absoluto paso de su contenido al duodeno.

18
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

El estómago, órgano principal de la


digestión, y la parte más grande del aparato
digestivo, tiene la forma de un saco elástico que
puede aumentar o disminuir su tamaño según la
cantidad de alimento que contenga.

Este órgano posee dos aberturas: una que


comunica con el esófago, por donde entran los
alimentos, que se llama cardias, y otra de salida
que los conduce a los intestinos, una vez digeridos,
que se llama píloro.

Las paredes del estómago están formadas


por varias capas. Una de ellas es muy musculosa, sirviendo sus contracciones para amasar
el bolo alimenticio cuando se halla en el estómago, completando la acción mecánica y
facilitando así su mezcla con los jugos digestivos. La membrana interior es una membrana
mucosa que, examinada a través de una lupa, presenta unos hoyitos, en el fondo de los
cuales aparece un punto oscuro.

Este punto es la abertura de las glándulas gástricas, que segregan un líquido


digestivo, claro y ácido, llamado jugo gástrico, que contiene ácido clorhídrico y las
enzimas pepsina, gastrina y lipasa que ayudan a digerir los hidratos de carbono, las
proteínas y las grasas del alimento. Específicamente, la pepsina, secretada por las
glándulas gástricas, fracciona las proteínas en fragmentos más pequeños.

El píloro controla el extremo inferior del estómago y es un esfínter que admite en


el duodeno el alimento digerido, después de que lo hayan procesado convenientemente los
jugos digestivos.

Vaciamiento gástrico

La transferencia de sustancias alimenticias es del estómago hacia el duodeno


requiere de la coordinación de las porciones proximal y distal gástrica y el duodeno. El
mecanismo difiere ya se trate de líquidos o sólidos.

19
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

Vaciamiento de líquidos

Los líquidos dejan el estómago siguiendo una gradiente de presión gastroduodenal.


Se considera opuesto a ella, la contracción antral, pilórica y duodenal. La gravedad puede
influir en la evacuación de líquidos de vaciamiento rápido (soluciones isotónicas), pero su
influencia es mínima sobre los de vaciamiento lento. En resumen parece probable que la
resistencia antropilórica no es un regulador importante e la evacuación de líquidos, sino que
es el tono del estómago proximal o la resistencia intestinal lo que se modifica a fin de
normar el vaciamiento gástrico.

Vaciamiento de sólidos

El pasaje de alimentos sólidos está íntimamente ligado al de mezcla y partición que


se produce en el estómago. Factores de importancia son el tamaño de las partículas sólidas
(mientras sean más pequeñas mayor es la evacuación) y el estado de homogenización y
suspensión (alimentos homogenizados o en suspensión son rápidamente evacuados).
Al presente, se ha demostrado la relación que existe entre el tipo de alimentos y el
tiempo de evacuación gástrica. Así los nutrientes ricos en carbohidratos abandonan el
estómago rápidamente; los alimentos proteicos en forma más lenta, siendo el vaciamiento
más retardado de todos, el de una comida con gran cantidad de grasa. Una suspensión de
grasa produce relajación persistente del estómago proximal, lo que podría ser el factor
implicado

GASTRITIS
El concepto de la influencia de los alimentos en el funcionamiento del aparato
digestivo en general y particularmente en el estómago, ha dado lugar a creencias difundidas
desde tiempos muy remotos. Médicos griegos, romanos y de Babilonia enfatizaron la
importancia de la dieta en el tratamiento de las enfermedades.
Algunos de estos conceptos han sido acogidos popularmente, como por ejemplo la
costumbre de tomar leche, crema o aún aceite de oliva antes de una reunión en la que se va
a beber licor. Considerando que las grasas son particularmente efectivas para inhibir el
vaciamiento gástrico, el alcohol permanece por tiempo prolongado en el estómago
retardándose así su absorción, la que sería relativamente lenta y sostenida de modo que al
menos teóricamente se evita la elevación del etanol en la sangre

Fisiopatología

La gastritis y las ulceras pépticas pueden aparecer como consecuencia de la


alteración de la integridad de la mucosa gástrica por una infección, un compuesto químico
o una causa neurológica. La infección por Helicobacter pylori se considera la causa más
frecuente de gastritis y úlcera péptica en la actualidad. La mayoría de los casos de
inflamación crónica de la mucosa gástrica, ulceras pépticas, gastritis atrófica (inflamación
crónica con deterioro de la membrana mucosa y las glándulas, que provoca aclorhidria y

20
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

desaparición del factor intrínseco) y cáncer gástrico se atribuyen a la infección por H.


pylori (Israel y Peek, 2006; Candelli y cols., 2005; Bytzer y O´Morain, 2005). La infección
no remite de manera espontánea y el riesgo de complicaciones se incrementa conforme
aumenta la duración de la infección. Otros factores, como la edad del paciente al contraer la
infección inicial, la cepa implicada y la concentración del microorganismo, factores
genéticos relacionados con el anfitrión, el estilo de vida y el estado general del paciente,
determinan el riesgo de aparición de complicaciones patológicas. Generalmente, la
infección queda confinada en la mucosa gástrica.
H. pylori es una bacteria gram – negativa dotada de flagelos que facilitan sus
desplazamiento. El tamaño y la forma de estas células comprenden desde espirales a bacilos
y dependen del medio del cultivo del estómago. Estos microorganismos presentan una
cierta resistencia al medio ácidico del estómago, si bien la colonización del espacio situado
por debajo de la capa mucosa protectora y la síntesis de grandes cantidades de ureasa le
confieren una protección adicional. La ureasa produce amonio con el objetivo de facilitar la
alcalinización del entorno de los microorganismos. Actualmente, la prueba de la ureasa
constituye una de las herramientas diagnosticas empleadas para detectar la infección por H.
pylori.
Por lo general, la prevalencia de esta infección por H. pylori se relaciona con el
nivel socioeconómico de la población. En los adultos su prevalencia oscila entre un 10%,
en países que cuentan con recursos para identificar, prevenir y tratar la enfermedad, y un
80% - 90% en aquellos en vías de desarrollo. La gastritis es un síntoma típico, si bien
solamente del 10% al 15% de los sujetos infectados presentará úlceras sintomáticas y
aproximadamente el 1% desarrollará cáncer gástrico.
La infección por H. pylori configura un estado inflamatorio crónico. Induce
inflamación a través de las respuestas inmunitarias humoral y sistémica, y las citoxinas
sintetizadas por el patógeno ocasionan daños en el curso de la respuesta inflamatoria
desplegada por el organismo anfitrión. El tratamiento de la infección por H. pylori alivia la
gastritis, mejora en cierta medida la función gástrica y, al menos reduce las complicaciones
que favorece la carcinogenia.
Por lo general, el tratamiento engloba la administración de dos o tres antibióticos y
antiácidos. El nivel de resistencia microbiana a fármacos específicos en zonas distintas del
mundo y la identidad de la cepa responsable de la infección pueden obligar a emplear
protocolos y combinaciones farmacológicas diferentes (Guzzo y cols., 2005; Bytzer
O´Morain, 2005).

DIETOTERAPIA EN LA GASTRITIS

TERAPIA NUTRICIONAL MÉDICA

Las consideraciones dietéticas son las mismas que en la úlcera, que veremos en el siguiente
apartado, aunque en el caso e gastritis crónica se debe tener un cuidado especial con los
alimentos muy grasos (leche entera incluida) pues suelen tolerarse mal. En la gastritis

21
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

aguda el tratamiento no difiere del ulceroso, aunque los primeros momentos debe también
evitarse la leche por que puede ayudar a provocar vómitos.
ULCERAS PEPTICAS

Fisiopatología

La mucosa gástrica y
duodenal normal se
encuentra protegida de las
acciones digestivas del ácido
y la pepsina por la secreción
de la mucosidad, la síntesis
de bicarbonato, la
eliminación del exceso de
ácido por el torrente
circulatorio y la rápida
renovación y reparación de
las lesiones ocasionadas a
las células epiteliales. El
término úlcera péptica se refiere a una úlcera producida por descompensación de los
mecanismos normales de defensa y reparación. Habitualmente, el desarrollo de las ulceras
sintomáticas depende de funcionamiento incorrecto de más de uno de estos mecanismos.
Por lo general, las ulceras pépticas presentan indicios de inflamación crónica y procesos de
reparación alrededor de la lesión.
Las causas primarias de las ulceras pépticas son la infección por H. pylori, la
gastritis, el consumo acetilsalicílico y otros AINE, los corticoesteroides y el estrés (úlceras
inducidas por el estrés). El consumo de etanol en cantidades excesivas o formas
concentradas puede ocasionar daños a la mucosa gástrica, empeorar la sintomatología de
las ulceras pépticas o alterar el proceso de curación. La ingesta de dosis moderadas de
bebidas alcohólicas en sujetos por lo demás sanos no parece provocar el desarrollo de
ulceras pépticas el consumo de derivados del tabaco origina una disminución de la
secreción de bicarbonato, reduce la irrigación de la mucosa, reagudiza la inflamación y se
asocia a otras complicaciones de la infección por H. pylori.

DIETOTERAPIA EN ULCERAS PEPTICAS

Consideraciones previas. Objetivo dietético

Es preciso evaluar las concentraciones de vitamina B12 en individuos con gastritis


atrófica, ya que la carencia del factor intrínseco y de ácido origina hipoabsorción de esta
vitamina. En pacientes aquejados de gastritis crónica se observa hipoabsorción de hierro,
calcio y otros nutrientes debido a la acción sobre su biodisponibilidad que ejerce el ácido
gástrico. En el caso de hierro, el uso de potentes antiácidos pueden enmascarar la causa

22
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

subyacente de la anemia y la hemorragia puede influir también en la anemia (Banerjee y


Bishop, 2005; Sharma y cols., 2004).
Las medidas dietéticas en la gastritis son las mismas que en el ulcus gástrico,
aunque evitando la leche en los primeros días ya que aumentaría la tendencia al vomito. La
gastritis crónica es más difícil. Debe distinguirse cuando cursa con abundante secreción
acida. En ambas debe prescribirse una dieta antiulcerosa, así como, limitar las grasas
incluida la leche entera.
Es un hecho comprobado que el dolor del ulcus gastroduodenal puede ser calmado
mediante la ingestión de ciertos alimentos. También es verdad que otros alimentos pueden
provocar la aparición del dolor. Por tanto, un objetivo importante –sino el principal- de la
dieta del ulceroso será calmar el dolor y evitar su aparición. No parece, en cambio, que la
dieta sirva para favorecer la cicatrización de la úlcera. Y como quiera que el paciente con
ulcus gastroduodenal teme comer la mayoría de los alimentos, la dieta tenderá, también, a
mantener el estado nutritivo del ulceroso; este, sea por los episodios de dolor, sea por el
temor, no es raro que siga una dieta deficitaria, que se deberá corregir con normas
adecuadas.
La evolución de la ulcera gastroduodenal ha mejorado ostensiblemente con la
aparición de los modernos fármacos antagonistas de los receptores H2 (ranitidina,
famotidina) o los inhibidores de la bomba gástrica de protones (omeprazol), que consiguen
disminuir la secreción ácida del estómago del 60 al 85%. Varios aspectos característicos de
la dieta que nos ocupa sufrirán cierta variación con el uso de estos fármacos, casi siempre
en el sentido de poder ser una dieta menos severa e indicada durante menos tiempo.

Principios dietéticos

El ulceroso deberá comer a menudo, en pequeñas cantidades moderadas, evitando


los irritantes químicos y físicos, así como todo alimento o preparación culinaria que le
provoque molestias. Estarán indicados los alimentos que neutralicen el ácido clohídrico y
contraindicados los que estimulen su secreción.
El paciente que sufre un brote agudo de úlcera gástrica o duodenal seguirá una dieta
progresiva. A efectos de claridad expositiva procederemos a describir, a continuación, la
dieta que se debe seguir en la fase de estado, es decir, cuando la ulcera está en situación de
remisión clínica, lejos del brote agudo, o lo que es lo mismo, la dieta “normal” para el
ulceroso.

Dieta del ulceroso en fase de remisión

He aquí la aplicación de los principios dietéticos descritos:

a) Normas generales:

23
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

Debe comer despacio, masticando bien las comidas, que no deben ser demasiado
abundantes, en número de 5 o 6 por día, y, ocasionalmente, alguna nocturna. Es
importante mejorar las condiciones psicológicas del entorno, para intentar disminuir el
estrés. El médico especialista indicará, a menudo, medicación apropiada.
b) Alimentos desaconsejados: (por ser irritantes químicos)
- Extractos y caldos de carne (provocan la secreción del CIH y no la neutralizan).
- Salsas ácidas (p. ej. El tomate).
- Frutas zumos ácidos.
Por ser irritantes físicos o de contacto:
- Carnes fibrosas.
- Cereales de grano entero.
- Frutas crudas.
- Verduras y hortalizas crudas.
- Alimentos o platos salados.
- Embutidos. Pescado graso. Marisco. Café, incluso descafeinado. Té. Alcohol.
- Otros: azúcar, en cantidad. Chocolate. Especias, condimentos. Fritos.

c) Alimentos permitidos:
- Lácteos: leche (descremada). Yogur (descremado). Quesos frescos o semisecos, no
salados. Flan con leche, huevos y poco azúcar.
- Cereales, papas: todos. Preparación culinaria: caldo vegetal, hervidos. Pan blanco,
de preferencia tostada o del día anterior.
- Carnes: pollo, cordero, cerdo (parte magra). Serán tiernas, eliminado las partes
fibrosas y la grasa visible. Preparación culinaria: Preparación culinaria: hervida,
plancha. En este último caso se evitara que la superficie del filete se tueste de modo
visible.
- Conservas de carne: jamón cocido poco salado.
- Pescados: magros (blancos). Preparación culinaria: hervidos, a la pancha, frito,
rebozado, teniendo la precaución de eliminar el rebozo antes de tomarlo.
- Huevos: pasados por agua, en tortilla.
- Frutas: cocidas (hervidas, al horno, tipo manzana o pera, dulce de membrillo).
- Verduras: en forma de puré o masticadas cuidadosamente. Tipo acelgas espinacas,
judías verdes, puede incluirse zanahoria hervida.
- Aceites: de oliva o semillas, crudos o hervidos en los caldos o arroz. Salsa
mayonesa, mantequillas y margarinas.
- Bebidas: agua.
- Dulces: galletas tipo maría. Bizcochos
Dieta en el brote ulceroso

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DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

Cuando un paciente presenta un brote ulceroso agudo, por lo general, debe


permanecer unos días a dieta absoluta. Posteriormente inicia una dieta progresiva, tras un
ensayo inicial con pequeñas cantidades de agua o de caldo vegetal colado.

Dieta en la primera fase.

Será una dieta líquida, a base de pequeños volúmenes repetidos de leche y caldo
vegetal. Este plan dietético acompañado de la medicación correspondiente suele ser muy
eficaz y suprime el dolor. Recuerde que la leche contiene proteínas que neutralizan la
acidez gástrica. Además su permanencia en el estómago es larga, propiedad muy útil en el
caso ulceroso.

Dieta en la segunda fase

En días sucesivos, se introduce la llamada dieta ovo-lacto-farinacea, a base, como


indica su nombre de huevos (pasados por agua), leche y sémolas o pastas muy finas (de
arroz o de trigo), en caldo vegetal. Pueden ser útiles el flan y las natillas. Es un ejemplo de
dieta semilíquidas.

Dieta en la tercera fase

Posteriormente se indica una “dieta banda antiulcerosa”, que algunos autores llaman (dieta
ulcus 1). Consiste en una dieta blanda en la que se aplican los principios dietéticos para la
ulcus. Así, además de los alimentos mencionados en las fases anteriores se periten los
siguientes:
- Lácteos: yogur. Queso fresco.
- Cereales: arroz hervido, pasta en caldo vegetal
- Papas: hervidas o en puré.
- Carnes: muy tiernas, hervidas. Mejor como carne picada (pollo y ternera), jamón
cocido no salado.
- Pescados: magros hervidos.
- Frutas: manzana o pera hervidos.
- Aceite: crudo mantequilla o margarina en poca cantidad.
- Bebida: agua, zumo de naranja diluido (probar tolerancia)
- Dulces: galletas tipo maría.
Tras seguir estas normas durante dos o cuatro semanas -a veces más- el paciente es
autorizado a seguir antiulcerosa de la fase de remisión.

Comentarios:

El plan dietético debe ser prescrito a los pacientes con ulcus gastroduodenal, a pesar de que
la buena tolerancia a los alimentos permitidos, como la intolerancia a los desaconsejados,
no son generales. La causa de que unos alimentos provoquen dolor y otros no, no está claro.
Ya hemos citado la importancia que resaltamos de nuevo sobre los factores psicológicos en

25
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

el ulcus. Muchos especialistas durante la fase de estado animan a sus pacientes ulcerosos a
probar alimentos o guisos nuevos y poco aconsejables para probar su tolerancia eliminando
los que provocan molestias pero no los otros, de esta manera la dieta se vuelve más
aceptable y el paciente tiene mejor ánimo.

ENFERMEDADES INTESTINALES
El intestino tiene las funciones
siguientes: digestiva, prosiguiendo la hidrólisis
química iniciada en el estómago. De absorción,
ya que los nutrientes deben absorberse en la
cavidad intestinal. El quimo o masa alimenticia
progresa en sentido distal merced a los
movimientos intestinales, lo que permite la
mezcla con las enzimas y la absorción: el
residuo final o asa no absorbida se viere en la
ampolla rectal, desde donde, por medio de la
defecación, se expulsa al exterior. Todo el
proceso es asintomático.
Las enfermedades intestinales alteran
una o varias de estas funciones. Así, puede
estar alterada la velocidad del tránsito intestinal, ocasionando diarreas o estreñimiento,
existir malabsorción o dolor del tipo cólico intestinal.
La alimentación puede, por lo general adaptarse a la situación patológica subyacente y
colaborar decisivamente en la resolución de no pocos casos.

GAS Y FLATULENCIAS INTESTINALES

Fisiopatología.

En el tubo digestivo se pueden introducir por vía oral o generar cantidades


importantes de gas, las cuales se pueden absorber a lo largo del mismo hacia el torrente
circulatorio para ser expulsado a través de los pulmones e forma de eructo o por vía rectal
(flato, pedo). Entre los gases intestinales figuran el nitrógeno (N2), oxigeno (O2), dióxido de
carbono (CO2), hidrogeno (H2) y, en algunos individuos, el metano (CH4).
En condiciones normales el tubo digestivo contiene aproximadamente 200 ml de
gas. El ser humano excreta un promedio diario de 700 ml de gas, si bien es capaz de
desplazar un volumen considerablemente mayor a lo largo del tubo digestivo. La cantidad
de gas gastrointestinal varía notablemente en distintos individuos y días (Strocchi y Levitt,
1998). Cuando los pacientes describen “gases excesivos” o flatulencia pueden referirse a un
aumento del volumen o la frecuencia de eructos o expulsión de gas por vía rectal. De igual
modo pueden querer indicar una distención abdominal o cólicos asociados a la

26
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

acumulación de gases en las porciones gastroduodenal o intestinal del tubo digestivo y el


volumen real cuantificado no siempre es precisa (Azpiroz, 2005). La inactividad, la
disminución de la motilidad gastrointestinal, la aerofagia, algunos componentes
alimenticios y trastornos gastrointestinales pueden influir en el volumen de gas intestinal y
en los síntomas relacionados con el ismo con un sujeto determinado.
La presencia de gas en el tubo digestivo superior se debe a la aerofagia (la entrada
de aire por deglución de alimentos) y a reacciones químicas que tienen lugar durante el
proceso digestivo. Por lo general, solo un volumen pequeño del aire deglutido o de los ases
disueltos de los alimentos llega hasta el colon.
La aerofagia se puede evitar en cierta medida al comer despacio, masticar los
alimentos con la boca cerrada y prescindir de pajitas o sorbetes para beber. La adopción de
posturas erguidas y el ejercicio moderado pueden favorecer el movimiento del gas.
La fermentación bacteriana, especialmente de carbohidratos, puede incrementar la
producción de gas en el estómago y en el intestino delgado, dando lugar a molestias y
distención abdominal. En el estómago o el intestino delgado puede tener lugar una
hiperproliferacion bacteriana en caso de obstrucción parcial, anomalías de la motilidad,
trastornos inmunitarios o derivados de ciertas intervenciones quirúrgicas gastrointestinales
(Huesbye, 2005). Los pacientes con hiperproliferacion bacteriana en el intestino delgado
pueden presentar molestias abdominales poco tiempo después de las comidas como
consecuencia de fermentación de cantidades posiblemente elevadas de carbohidratos que
aún no han sido absorbidos por el intestino delgado (Lin 2004; Nucera y cols., 2005) El
intestino delgado muestra una intolerancia inferior al gas que el colon, y su distención por
ese motivo puede generar dolor.
El movimiento del gas hacia la porción proximal del intestino delgado y segmentos
posteriores puede ralentizarse como consecuencia de la ingesta de comidas hipercaloricas o
ricas en lípidos. La expulsión más lenta o la retención de gas pueden intervenir en la
percepción de la distención asociada a las comidas copiosas, tanto en condiciones normales
como en presencia de molestia abdominales provocadas por algunos trastornos
gastrointestinales funcionales, como el síndrome del intestino irritable.
La ingesta de fibra vegetal en grandes cantidades (en particular, fibra soluble),
almidones resistentes, lactosa en individuos con deficiencia en esta enzima, o cantidades
pequeñas de fructosa o polioles derivados de azucares (como sorbitol) pueden potenciar la
producción de gas en el colon e incrementar la flatulencia (Beyer y cols., 2005).

DIETOTERAPIA EN GAS Y FLATULENCIAS INTESTINALES

Terapia Nutricional Médica

En la evaluación del paciente se debe determinar, si el problema deriva del aumento


de la producción de gas o bien de la acumulación del mismo. La inactividad, las anomalías
de la motilidad o la obstrucción parcial pueden influir en la incapacidad de desplazamiento

27
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

de volúmenes normales de gas conforme se va produciendo. La ingesta de comidas


hipocalóricas o bajas en lípidos puede favorecer el movimiento del gas desde las porciones
inferiores del tubo digestivo, mientras que el movimiento y el ejercicio permiten expulsarlo
en forma de eructo o por vía rectal. La limitación de la cantidad de carbohidratos refinados
de fácil fermentación que podrían incrementar la cantidad de gas y ácidos orgánicos
sintetizados puede resultar beneficiosa en pacientes con hiperproliferación bacteriana en el
intestino delgado, al menos en tanto en cuanto no se instaure un tratamiento farmacológico
para controlar dicha proliferación.
La gestión nutricional en la producción de gas en el colon hace especial hincapié en
la reducción de la ingesta de carbohidratos susceptibles de hipoabsorción o fermentación.
Entre ellos se hallan las legumbres, la fibra soluble, los almidones resistentes y los azucares
sencillos, como fructuosa y los polioles derivados de azucares. Cuando los carbohidratos
son digerir ingresan al colon, sufren aun proceso de fermentación en distinto grado para dar
lugar a ácidos grasos de cadena corta y gases. La conocida tendencia de las legumbres a
producir flatulencia no se relaciona con la presencia únicamente de fibra en abundancia,
sino también de estaquiosa y rafinosa carbohidratos que tan solo se digieren parcialmente
en el intestino delgado.
De igual modo, la producción excesiva de gas puede relacionarse con la dosis de
carbohidratos ingeridos en una comida. Las féculas, como el pan, las bollerías y las
verduras ricas en almidón, pueden digerirse casi por completo en las porciones normales,
pero cuando se consumen en cantidades grandes pueden dar lugar a una proporción
considerable de residuos no digeridos o no absorbidos que serán degradados por las
bacterias del colon. Las propiedades de los alimentos conocidos como alimentos
formadores de gas se pueden explicar en función del tipo y al cantidad de azúcar, almidón o
fibra en ellos contenidas.
El tratamiento dietético tiene estos aspectos fundamentales:
·
 Disminuir los alimentos flatulentos: Como son judías verdes, judías, guisantes,
lentejas, repollo, rábanos, coles de Bruselas, coliflor, brécol, pepino, chucrut, ciruelas
pasas, manzanas, plátanos, alimentos lácteos, edulcorantes dietéticos (tipo sorbitol,
manitol, etc,), frituras, salsas cremosas, pastas, etc. No quiere decirse que no se tomen
estos alimentos pero sí que recordemos que son los más susceptibles de formarnos
gases.
 Corrijamos hábitos alimentarios que son fuente de aire deglutido: Deglución
frecuente y muy reiterada de dentaduras postizas mal ajustadas, masticar goma
(chicles), beber a pequeños sorbos, comer muy deprisa engullendo alimentos y bebidas,
aspirar de pajitas, botellas de cuello estrecho, chupar de cigarrillos, puros y pipas, tomar
muchas bebidas carbonatadas y nata montada.
 Tener cuidado con el estrés y la inactividad que también ayudan a la producción de
gases.

ESTREÑIMIENTO

28
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

Fisiopatología

El estreñimiento supone un de los trastornos gastrointestinales más frecuentes en los países


occidentales afecta a un 5% - 25% de la población, dependiendo de la definición empleada
(Candelli y cols., 2001; Higgins y Johanson, 2004). Las definiciones de estreñimiento
tienden a presentar una notable subjetividad aunque suelen incluir heces duras, esfuerzo al
defecar y la evacuación infrecuentes de heces abundantes. Las heces duras, la evacuación
incompleta y la dificultad para defecar suelen resultar más problemáticas que a
infrecuencia de la defecación, al menos en los pacientes de mayor edad.
En los adultos, el peso habitual de las heces es de 100 a 200 gramos diarios y la frecuencia
normal de defecación puede variar de una deposición a cada tres días hasta tres
deposiciones diarias. El transito normal a lo largo del tubo digestivo presenta una duración
de 18 a 48 horas. Los sujetos que observan un régimen alimenticio que contiene las
cantidades recomendadas de fibra vegetal en forma de verduras frutas y pan integral
tienden a evacuar cantidades mayores de heces más blandas que se expulsan con mayor
facilidad.
Las causas más frecuentes de estreñimientos en sujetos, por lo demás, sanos, son las faltas
repetidas de respuesta al deseo de defecar. La carencia de fibra en la alimentación, la
ingesta insuficiente de líquidos, la inactividad y la utilización a largo plazo de laxantes. La
tensión nerviosa y la ansiedad pueden reagudizar esta afición.
Casi todos los médicos han recibido pacientes que creen que es necesario defecar de
manera programada y frecuente, pero que ignoran las recomendaciones alimenticias y de
otra naturaleza para mantener laxación. Cuando la defecación no se produce con la
frecuencia o en el momento deseado, pueden tratar de compensarlo utilizando fármacos y
enemas.

Tratamiento médico en adultos

El primer abordaje terapéutico en el estreñimiento funcional leve cosiste en


garantizar un aporte adecuado de fibra vegetal, líquido y ejercicio físico, así como
recomendar al paciente que reste atención al deseo de defeca. Se debe recomendar a los
sujetos con dependencia de los laxantes que empleen productos más suaves y reduzcan las
dosis hasta lograr prescindir de los mismos.
Se pueden recetar productos que favorezcan la evacuación regular de heces blandas
a pacientes incapaces de ingerir cantidades adecuadas de fibra o realizar ejercicio físico. Se
han usado polietilenglicol, tegaserod, semilla de pantago y lactulosa, además de otros
compuesto de relleno y osmóticos, como hidróxido de magnesio y sorbitol. La impactacion
fecha requiere evacuación y un programa profiláctico y de mantenimiento más agresivo que
combine fármacos, líquidos, actividad física y, quizá enemas (Candelli y cols.,2001). Los
casos más extremos, como pacientes con megacolon toxico, pueden precisar de una
intervención quirúrgica.

29
DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

DIETOTERAPIA EN ESTREÑIMIENTO

Régimen alimenticio rico en fibra

El término fibra vegetal se refiere sobre todo a los compuestos vegetales


comestibles no digeridos por las enzimas gastroduodenales en el ser humano. Se compone
de celulosa, micelulosas, pectinas, gomas, lignina, almidones y oligosacáridos con una
resistencia parcial a la degradación por las enzimas digestivas. Por lo general, el término
roughage se aplica a materia vegetal, pero no es un concepto cuantitativo. El vocablo
residuo no equivale a fibra, sino que se refiere al resultado final de los procesos digestivos,
secretores, de absorción y fermentativos. Por consiguiente, el aumento de la cantidad de
fibra en la alimentación puede dar lugar a un incremento de la producción fecal, mientras
que el aumento de la lactosa alimenticia (un alimento carente de fibra) en un sujeto con
hipoabsorción de lactosa daría lugar también a un incremento del peso fecal (residuo).
La mayoría de las personas
consume una cantidad menor de la
recomendada; por consiguiente, para
muchos sujetos supone de por sí una
desviación considerable respecto a
su ingesta normal. El consumo de
las cantidades recomendadas de
fibra puede bastar para lograr una
laxación normal en un gran número
de individuos, si bien un régimen
alimenticio terapéutico rico en fibra
puede contener más de 25 a 38 g. No
obstante, probablemente no deban
superarse los 50 g diarios, ya que
pueden potenciar la distensión
abdominal y dar lugar a flatulencia
excesiva en algunos pacientes.

La fibra vegetal debería


consumirse en forma de alimentos como frutas, verduras, panes y cereales integrales,
legumbres, frutos secos y semillas. Estos alimentos contienen gran cantidad de fibra y son
una fuente óptima de vitaminas, minerales, oligoelementos, antioxidantes y numerosos
compuestos fitoquímicos protectores. En algunas personas puede ser necesario consumir
fibra en polvo o concentrados de salvado para alcanzar el nivel de fibra deseado. Algunos
de estos productos comercializados son agradables al paladar y pueden añadirse a cereales,
yogures, salsas de frutas, zumos o sopas. El proceso de cocinado no destruye la fibra,
aunque podría alterar su estructura. Se recomienda consumir, al menos, ocho vasos diarios
(2 L) de líquido para potenciar la eficacia del régimen rico en fibra. Cuando los bolos de
geles fibrosos o salvado no se acompañan de un volumen suficiente de fluido para dispersar
la fibra, se puede producir obstrucción gástrica y retención fecal. Hay que tomar
precauciones en sujetos con estenosis gastrointestinales o síndromes de anomalías de la
motilidad. En estos casos, se debe incrementar el contenido en fibra del régimen

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alimenticio lentamente, de modo que transcurra casi 1 mes hasta la consecución del
objetivo de 25 a 38 g diarios de fibra.

La introducción gradual de un régimen alimenticio rico en fibra puede ayudar a


reducir efectos secundarios desagradables, como el aumento de la flatulencia, borborigmo
(ruido hidroaéreo), cólico o diarrea. El aumento gradual de fibra alivia esta sintomatología.
Si se usan complementos de fibra, se deberán intercalar con las comidas, preferiblemente
en dos o más dosis pequeñas al día, y con una ingesta mayor de líquidos. Las alteraciones
gastrointestinales asociadas al inicio del consumo de fibra suelen reducirse en 4 o 5 días,
aunque un aumento de la flatulencia es normal en pacientes con un régimen rico en fibra.
La eficacia de este régimen se maximiza cuando se observa de forma continuada durante
varios meses.

DIARREA

Fisiopatología

La diarrea se
caracteriza por la evacuación
frecuente de heces líquidas,
normalmente mayores de 300
mL, con una pérdida
hidroelectrolítica excesiva, en
particular de sodio y potasio.
Suele aparecer en pacientes
con tránsito rápido en el
intestino delgado, disminución
de la degradación enzimática
de los alimentos, disminución
de la absorción de líquidos y
nutrientes, aumento de la
secreción de líquidos hacia el
tubo digestivo o pérdidas
exudativas. Puede atribuirse a
un proceso inflamatorio;
infecciones por patógenos
micóticos, bacterianos o
víricos; fármacos; consumo
excesivo de azúcares; área
insuficiente o dañada de la
superficie de la mucosa
encargada de la absorción, o
resecciones gastrointestinales
o desnutrición.

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La diarrea osmótica tiene lugar cuando el tubo digestivo contiene solutos con
actividad osmótica y cuya absorción es insuficiente. Como ejemplos de esta forma figura la
diarrea, que acompaña al síndrome de evacuación gástrica rápida y la asociada a la ingesta
de lactosa por un sujeto con deficiencia de lactasa.

La diarrea secretora se debe a la secreción intestinal activa de electrólitos y agua


por el epitelio intestinal, inducida por la presencia de endotoxinas bacterianas, virus y el
aumento de la secreción intestinal de hormonas. A diferencia de la diarrea osmótica, el
ayuno no alivia esta variante.

La diarrea exudativa se asocia siempre a la presencia de lesiones en la mucosa, que


originan expulsión de mucosidad, líquido, sangre y proteínas plasmáticas, dando lugar a
una acumulación neta de electrólitos y agua en el intestino. La liberación de
prostaglandinas y citocinas puede estar implicada en esta diarrea. Las diarreas asociadas a
la enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa y enteritis por radiación suelen ser exudativas,
aunque también son posibles las formas secretora y osmótica.

Las diarreas inducidas por la medicación pueden deberse a diversos fármacos pero,
sobre todo, a los antibióticos. Los antimicrobianos pueden reducir el «rescate» efectuado
habitualmente por las bacterias colónicas de pequeñas cantidades de alimentos que no han
sido digeridas ni absorbidas.
Los antibióticos de amplio espectro pueden reducir notablemente las poblaciones de
bacterias colónicas que suelen transformar moléculas con actividad osmótica (carbohidratos
y aminoácidos) en gases y ácidos grasos de cadena corta (AGCC). Generalmente, estos
ácidos grasos se absorben en la luz del colon, siempre que la cantidad sintetizada esté
dentro de ciertos límites. Su absorción facilita la de electrólitos y agua en el colon.

La destrucción de la microflora colónica origina una acumulación de moléculas


osmóticamente activas junto a una reducción de la absorción de electrólitos y agua. Cuando
una cantidad de sustratos mayor de la habitual se absorbe inadecuadamente, como suele
suceder en pacientes con cuadros agudos, el incremento de la osmolalidad puede ocasionar
una pérdida considerable de líquido. Igualmente, los antibióticos pueden ejercer una acción
directa en la función gastrointestinal. Por ejemplo, eritromicina incrementa la motilidad
gastrointestinal; claritromicina y clindamicina aumentan las secreciones gastrointestinales.

Algunos antibióticos permiten la proliferación de patógenos oportunistas que


normalmente están inhibidos por los microorganismos competidores presentes en el tubo
digestivo. Los patógenos, o sus toxinas, reducen la absorción e incrementan la secreción de
líquidos y electrólitos. Clostridium difficile suele asociarse a la diarrea relacionada con
antibióticos y es responsable del 15% al 25% de los casos, aunque también pueden
intervenir C. perfringens, Salmonella, Shigella, Campylobacter, Yersinia enterocolitica y
Escherichia coli (Barlett, 2002; Schroeder, 2005). Clindamicina, las penicilinas y las
cefalosporinas se asocian más al desarrollo de infección por C. difficile, que depende del
número de antibióticos usados, la duración de la exposición a antibióticos y el estado
general de salud del paciente.

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Diversos factores pueden influir en la diarrea asociada a la infección por el virus de


la inmunodeficiencia humana (VIH) y otros estados de inmunodeficiencia, como los efectos
tóxicos del tratamiento, la proliferación de microorganismos oportunistas y las
manifestaciones gastrointestinales de la enfermedad en cuestión (Mitra y cols., 2001). La
administración de fármacos antineoplásicos y la desnutrición severa incrementan el riesgo
de contraer una infección oportunista (Kornblau y cols., 2000). Igualmente, los antiácidos
(en especial, las sales de magnesio), los inhibidores de los receptores H2 y los inhibidores
de la bomba de protones se han implicado en algunos casos de diarrea. Con frecuencia, la
diarrea por hipoabsorción se acompaña de esteatorrea (hipoabsorción de lípidos) y
digestión defectuosa de otros macronutrientes o micronutrientes.

La diarrea por hipoabsorción tiene lugar cuando el área de la superficie sana de


absorción es insuficiente o bien el tránsito del quimo es rápido, con posterioridad a una
resección intestinal extensa.

Tratamiento médico
Como la diarrea es un síntoma de un proceso patológico, el primer paso del
tratamiento farmacológico es identificar y tratar la enfermedad de base, y después abordar
la reposición de líquidos y electrólitos. La pérdida de estos últimos, especialmente potasio y
sodio, debe corregirse al principio del tratamiento mediante soluciones orales de glucosa-
electrólitos complementadas con potasio. La diarrea resistente al tratamiento, especialmente
en lactantes o niños de corta edad, puede requerir alimentación por vía parenteral.
Asimismo, la alimentación por vía parenteral puede ser necesaria cuando se prevea la
necesidad de efectuar una intervención quirúrgica de exploración o no sea posible instaurar
de nuevo una ingesta completa por vía oral en un plazo de 5 a 7 días.

DIETOTERAPIA EN LA DIARREA

Terapia nutricional médica

La reposición de líquidos y electrólitos es la primera etapa del tratamiento de la


diarrea y se basa en soluciones de electrólitos, sopas y caldos, zumos de verduras y otros
líquidos isotónicos.

Después se introducen carbohidratos ricos en almidón, como cereales, pan, carne


baja en grasa y algunas frutas y verduras, seguidos de lípidos. Normalmente, cuando remite
el episodio agudo se puede instaurar un régimen alimenticio con residuos mínimos. El
objetivo principal de este régimen es restringir las cantidades de carbohidratos
hiperosmóticos, que darían lugar a digestión o absorción deficiente, los alimentos que
estimulan la secreción de líquido, y los productos alimenticios que agilizan la velocidad de
tránsito gastrointestinal.

Se pueden emplear cantidades pequeñas de lípidos cuando los mecanismos de


digestión de estas moléculas se encuentren intactos. Los alcoholes derivados de azúcares, la
lactosa, la fructosa y las cantidades elevadas de sacarosa pueden provocar una
reagudización de la diarrea osmótica.

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Cantidades pequeñas de alimentos o complementos alimenticios con prebióticos,


como pectina, oligosacáridos de fructosa, inulina, avena, rodajas de plátano desecado y
achicoria, puede ayudar a controlar o tratar la diarrea. Los prebióticos son beneficiosos
porque favorecen el mantenimiento de los lactobacilos y bifidobacterias «amigables» y
pueden evitar la proliferación excesiva de microorganismos con capacidad patógena
(Broussard y Surawicz, 2004).

Los AGCC, administrados en cantidades fisiológicas, actúan como sustrato de los


colonocitos, facilitan la absorción de líquido y sales, y pueden intervenir en la regulación de
la motilidad gastrointestinal. Asimismo, el material fibroso y varios tipos de alimentos
prebióticos tienden a ralentizar el vaciado gástrico, controlan el tránsito gastrointestinal
global y retienen líquido.

La ingesta de varios tipos de probióticos (fuentes de bacterias que se usan para


restablecer la microflora gastrointestinal beneficiosa) en forma de alimentos cultivados o
complementos, acompañados o no de prebióticos, ha obtenido unos resultados
moderadamente satisfactorios en la diarrea relacionada con antibióticos, la diarrea del
viajero, la hiperproliferación bacteriana y distintas formas de diarrea pediátrica. Se han
evaluado algunos probióticos en la profilaxis de la diarrea asociada a antibióticos (DAA).
La reducción del riesgo de esta entidad fue de 0,2 para Saccharomyces boulardii, 0,3 para
Lactobacillus GG, y 0,5 para L. bifidus y Streptococcus thermophilus (Szajewska y cols.,
2006). Hay que realizar más estudios para determinar qué probióticos por sí solos, en
combinación con otros probióticos y prebióticos, y antibióticos son más eficaces en cada
situación (Teitelbaum, 2005; Madsen, 2001).

La diarrea severa y crónica se acompaña de deshidratación y agotamiento de


electrólitos. Cuando coexiste con infecciones de larga duración, in munodeficiencia, o un
proceso inflamatorio, pueden dar lugar a una absorción deficiente de vitaminas, minerales,
y proteínas o lípidos y obligar a reponer estos nutrientes por vía parenteral o enteral. En
concreto, la pérdida del ión potasio altera la motilidad intestinal, favorece la anorexia, y
puede instaurar un ciclo de molestias intestinales.

En algunas formas de diarrea infecciosa, la pérdida de hierro por una hemorragia


gastrointestinal puede ser lo suficientemente intensa como para provocar anemia. Por sí
mismas, las carencias nutricionales inducen alteraciones de la mucosa, como disminución
de la altura de las vellosidades y reducción de la secreción enzimática, lo que favorece la
hipoabsorción. A medida que la diarrea comience a remitir, la adición de cantidades más
normales de fibra al régimen alimenticio puede favorecer el restablecimiento de la función
normal de la mucosa, incrementar la absorción de electrólitos y agua, y aumentar la
consistencia de las heces.

La recuperación del tubo digestivo alterado tras una enfermedad y períodos de


ayuno depende de la presencia de alimentos en su luz. La introducción precoz de alimentos
con posterioridad a la hidratación del paciente reduce el volumen de heces evacuadas y
acorta la duración del cuadro. Por otra parte, la reposición o la complementación de

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micronutrientes pueden resultar útiles en la diarrea aguda, probablemente debido a que


acelera la regeneración normal de las células epiteliales mucosas dañadas.

Dieta Astringente

Puede también denominarse antidiarreica, ya que está indicada en caso de diarreas.


Estas son debidas a múltiples causas, pero tienen en común una aceleración del tránsito
intestinal, que ocasiona hasta 15 – 20 o más deposiciones fluidas al día, en ocasiones
abundantes e imperiosas. En general, se deben a una enteritis que se resuelve en pocos días,
aunque otras veces la causa persiste durante semanas o incluso meses.

Dietoterapia.

La dieta astringente es un ejemplo típico de dieta progresiva, al tener que


introducirse paulatinamente. Veamos los principios generales:
a) Se evitará la fibra vegetal ya que aumenta el volumen intraintestinal, estimulando el
peristaltismo.
b) La dieta se administra en comidas poco abundantes, ya que cantidades elevadas de
alimentos estimulan el peristaltismo.
c) Se suprimirá la leche, por su contenido en lactosa y por ser de digestión prolongada.
d) Se suprimirán los guisos, fritos, embutidos y salados, que irritarían la mucosa
digestiva.
e) Se limitarán las grasas, por ser de digestión prolongada.
f) Se suprimirán los estimulantes del reflejo gastrocólico y de peristaltismo: café,
zumos de naranja azucarados.
Fase 1: Puede estar indicada una dieta absoluta, es decir, prohibición total de comer,
durante las primeras 6 a 24 horas, dependiendo de la gravedad de los síntomas. Puede estar
indicado instaurar una pauta de reposición hidroelectrolítica por vía venosa, para evitar la
deshidratación.
Fase 2: o de inicio de dieta líquida. Se administrarán pequeñas cantidades de agua, agua de
arroz o agua e arroz y zanahoria.
Fase 3: o de inicio de sólida. A las pocas horas, si se trata de un caso leve, o a las 24 horas
o más si es grave, se iniciará la ingestión de arroz hervido seguido de pescado magro o
pollo hervidos, pan tostado o del día anterior.
Fase 4: progresiva y prudentemente se irán introduciendo sémolas o pastas para sopas, en
caldos suaves, manzana hervida o incluso dulce de membrillo, jamón cocido, no graso,
papas hervidas.
Antes de pasar a una alimentación normal, se probaran, el yogur, la carne o pescado a
la plancha, pequeñas cantidades de zanahoria y verduras hervidas.

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DIETOTERAPIA EN ENFERMEDADES ESOFAGICAS, GASTRICAS E INTESTINALES EN ADULTOS

En no raras ocasiones, el proceso diarreico empeora, debido a la introducción precoz


de algunos alimentos. En casos leves, en cambio, pueden “quemarse etapas”, aunque el
resultado no puede conocerse de antemano.
Las causas de la recaída o persistencia de un síndrome diarreico pueden ser:
- Ingestión de cantidades demasiado grandes de alimentos permitidos.
- Introducción precoz de la leche o de las verduras.
- Introducción de café zumo de naranja.
- Dar por terminada la dieta restrictiva demasiado pronto.

DIETA ASTRINGENTE:

1. Muy Rigurosa:
Después de 6 horas de ayuno:
- Agua de arroz (o de arroz y zanahorias).
- Agua preferible con sales minerales y glucosa.
- Té ligero (sin azúcar o en poca cantidad). Unos 125 mL cada 2 – 4 horas.

2. Rigurosa:

- Arroz hervido sémola de arroz (empezar con 3 – 4 cucharadas). Si se tolera bien


repetir y añadir:
- Pollo o pescado hervidos (poca cantidad)

3. Moderada:
Añadir:
- Yogur – pan tostado.
- Papa hervida – fideos de sopa.
- Manzana o pera hervidas
- Dulce de membrillo – zanahoria hervida.
Cuando se tolere bien añadir progresivamente:
Bistec de ternera, pollo, pescado blanco a la plancha, plátano, peras de agua.
Más adelante, puré de verduras. Ir pasando a dieta normal.
No tomar leche hasta encontrarse completamente bien.

EJEMPLO DE DIETA ASTRINGENTE MODERADA


Desayuno

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Té o manzanilla.
Dos rebanadas de pan tostado (40 g).
Yogur o jamonada

Almuerzo
Arroz hervido (o sopa con fideos finos con caldo vegetal colado o papas hervidas
(150 gr).
Pollo hervido (1/4 o dos rodajas).
Una manzana hervida o dulce de membrillo.
Merienda
Té y una rebanada de pan tostado, 25 gr de queso curado, semisecos.

Cena
Semejante a la comida.

BIBLIOGRAFIA

Páginas web:
 http://www.geosalud.com/Digestivo/gastritisdieta.htm
 http://www.fisterra.com/Salud/2dietas/gastritis.asp

Libros solicitados:
 NUTRICION EN LAS DIFERENTES ETAPAS DE LA VIDA
BROWN, Judith E.
Tercera edición.
Editorial Mc Grew Hill
 KRAUSE´S FOOD AND NUTRITION THERAPY
ARTOSQUI MORRÁS, Enrique
Version en español de la 12ava edición de la obra en inglés.
GEA CONSULTORIA EDITORIAL, S.L.L.
 ALIMENTACION Y DIETOTERAPIA
CERVERA, Pilar et all
Cuarta edición
Editorial Mc Grew Hill

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ANEXOS
CARNES MAGRAS CON BAJO CONTENIDO DE GRASA

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