1 Corintios 2: 1-5

Pero hermanos, cuando yo fui a hablarles del designio secreto de Dios, lo hice
sin hacer alardes de retórica o de sabiduría. 2 Y, estando entre ustedes, no
quise saber de otra cosa sino de Jesucristo y, más estrictamente, de Jesucristo
crucificado. 3 Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo, 4 y cuando
les hablé y les prediqué el mensaje, no usé palabras sabias para convencerlos.
Al contrario, los convencí haciendo demostración del Espíritu y del poder de
Dios, 5 para que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la
sabiduría de los hombres.

No fui con excelencia de palabras: No fui con superioridad, en rango o

carácter, Pablo les dice: no fui haciéndome ver superior a ustedes. Ni siquiera
en las palabras que usé o pareciendo saber más que ustedes. No vine
poniéndome a mi por encima de ustedes.

Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a

Jesucristo, y a éste crucificado: intencionalmente Pablo se propuso, se
esforzó por presentar ante los Corintios, el mensaje de Jesús, el mensaje que
muestra que Cristo murió en la Cruz por nuestros pecados y que Dios le
resucitó de los muertos para darnos vida eterna, este mensaje sencillo, en
palabras sencillas es lo que el mundo necesita para cambiar su vida, para ser
salvos, no nada más.

Hay tanta gente investigando cosas acerca de Jesús, acerca de su infancia, de

su relación con la gente, con su madre, con su padre y sus hermanos, lo
importante de la vida de Jesús no son sus milagros, esos fueron buenos y
dieron evidencia de que provenía de Dios, como dijo Nicodemo: nadie podría
hacer las cosas que tu haces sino fuera enviado por Dios, pero todos esos
milagros hubieran quedado sin valor si Cristo no hubiera muerte en la cruz por
pagar nuestra culpa, seríamos sanados de nuestras enfermedades pero
estaríamos condenados a una eternidad separados de Dios.

Podríamos soñar con caminar por encima de las aguas pero no caminar por las
calles de oro y mar de Cristal. Podríamos escuchar historias acerca de Jesús
pero no tener la esperanza de verle algún día tal como Él es, no tendríamos la
esperanza de que algún día viene a buscar a su iglesia.

La vida de Jesús fue impresionante, pero el verdadero valor estuvo en su

muerte, en ocupar el lugar de nosotros, el hecho de entregar su vida por
quienes amaba y quienes no podíamos devolverles el favor, eso es lo que la
gente debe saber de Jesús, en primer lugar, y que resucitó de entre los
muertos, que su vida fue tan santa, tan limpia, tan perfecta ante Dios que la
muerte no pudo retenerlo, y en eso está centrada toda nuestra esperanza, es
lo que le da valor a nuestra esperanza, que Cristo pagó mi deuda por mis
pecados y que resucitó para que yo tenga la esperanza de vida eterna.

Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor: ¿Por

qué no podemos nosotros al igual que Pablo presentarnos frágiles ante la
gente? ¿Por qué tendemos la tendencia a presentarnos siempre más fuerte de
lo que somos? ¿o más fuerte que ellos? Pablo se presentó con fragilidad, con
debilidad, esto es algo que debemos aprender de Él.

Con mucho temor o miedo, en ocasiones esta palabra puede traducirse como
respeto, entonces por qué no decir que debemos acercarnos a la gente con
respeto, su pobreza, su condición económica, educativa, intelectual, física, no
debe limitar el respeto que les tengamos a aquellos a quienes llevamos el
mensaje.

Pablo dice me acerque como alguien débil de forma respetuosa a ustedes.

Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de

humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,

Persuadir (VINE): prevalecer sobre o ganarse a, persuadir, induciendo un

cambio de manera de pensar mediante la influencia de la razón o de
consideraciones morales.

Es nuestro problema hoy en día nuestras predicas están cargadas de

influencias, influenciar el pensamiento a través de la razón, de la motivación
emocional, nuestras palabras deben ser libres de persuasión, no debemos
querer causar cambios en la gente por miedo al infierno sino por amor a la
vida eterna, no debemos enseñar a la gente a apartarse del pecado por los
efectos colaterales que este puede tener en sus vidas, sino por el efecto
directo de alejarlos de Dios y de su comunión con Él.

Lo que debemos invitar a la gente es a experimentar la influencia del Espíritu

Santo en sí mismos, demostración de Espíritu y poder, evidencia, y no se
refiere sólo a milagros, es la influencia que indica por implicación influencia en
sí mismo (VINE), demostrando en nuestras vidas el poder y el cambio que el
Espíritu Santo puede llagar a producir.

Pablo tenía mucho para decir de los cambios que el Espíritu había hecho en su
vid y sin duda su propio carácter, las dificultades que enfrentó y el continuar
adelante a pesar de todo era demostración del Espíritu y de poder de Dios
obrando en su vida.
para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres,
sino en el poder de Dios.

LA confianza de la gente a la que enseñamos debe estar fundada en el poder

de Dios, debemos aprender a confiar nosotros mismos, a que nuestra fe esté
fundamentada en el poder de Dios.

Debemos creer que Dios tiene poder para cambiar nuestras vidas, debemos
demostrarlo y debemos halarlo con sencillez, así la gente fundamentará su fe
en el poder de Dios.

No se trata de todo lo que hicimos para que el Señor nos cambiará, es de lo

que él ha hacho para generar cambios, y fue entregar a su hijo a morir por
nosotros, declararle nuestro sustituto y darnos a su Espíritu Santo como
nuestra guía y ayuda para lograr llegar al día de su venida.

Nuestras experiencias personales y las forma en que recibimos un milagro no

deben ser la base para la fe de nadie más, siempre la base para fe, es
Jesucristo y este crucificado y la evidencia del poder de su Espíritu en nuestras
vidas para demostrarlo.

DIOS ME DIJO HOY QUE:

Debo acercarme a la gente con respeto y con sencillez y dar el mensaje

que es uno sólo: Cristo murió por nuestros pecados para darnos vida
eterna y tenemos el poder de su Espíritu Santo para alcanzar la meta.