La mujer sin compañero
por Irasema J. Velásquez Castro
¿
Q ué es más importante? ¿Lo que crees que
es mejor para ti o lo que Dios quiere
que tú seas y hagas? ¿Eres una mujer sola, sin
compañero? Quizás te haya tocado escuchar
muchos comentarios sobre el tema, algunos
compasivos, otros sarcásticos… Yo estuve ahí, por
eso lo sé.
Me enamoré y me ofrecieron matrimonio
varias veces, pero nunca he querido tomar
decisiones en base a lo que la gente opina o la
sociedad impone. Las decisiones las he tomado en
base a mis convicciones.
El apóstol Pablo (1 Cor. 7) se refiere a la «mujer
sin compañero» y nos da una enseñanza muy
importante sobre este tema. En primer lugar, él
expresa que ojalá todos los hombres fueran como
él, o sea solteros, pero debido a la incontinencia
de algunos dice lo siguiente: La soltería es buena
(v. 1), la soltería es asunto de preferencia personal
(vv. 6-7), el matrimonio es un deber para los que
no poseen el don de continencia y el que está
soltero no debe apurarse a casarse.
La mujer sin compañero no debe permitir que
los amigos o la sociedad le impongan cierto límite
a la soltería. Si es la voluntad de Dios que te cases,
será en el tiempo de Dios. Y si es Su voluntad
que te quedes soltera, te lo irá mostrando a través
del tiempo. Recuerda que la voluntad de Dios es
como un pergamino que se va desarrollando poco
a poco.
También existe la posibilidad de que Dios
quiera que estés soltera por un largo tiempo y
que te cases a una edad mayor. Lo importante
que resalta el apóstol Pablo es que no debemos
apresurarnos solo porque hermanos, amigos o
vecinos ya se están casando y nosotras todavía no.
Otro punto que deja muy claro el apóstol
es que la soltería no es pecado (vv. 28,38). Ni el
casado peca por casarse ni la soltera por quedarse
sola.
Pablo también hace una diferencia entre la
mujer casada y la mujer soltera. La soltera, tiene
cuidado de las cosas del Señor. Ella tendrá más
tiempo para ejercer muchos ministerios, dentro
y fuera de una iglesia local, mientras que la
casada, tiene cuidado de las cosas del mundo y
cómo agradar a su marido. La mujer casada ha de
enfocarse en la atención de su esposo, de sus hijos
y todo lo que implica el cuidado del hogar. Una
mujer casada nunca podrá servir a Dios fuera del
hogar como lo haría una mujer soltera.
A la fecha, tengo 55 años y puedo decir
que me siento feliz con todo lo que Dios ha
permitido que yo realice en mi vida. Serví en la
sociedad de jóvenes por 25 años y llevo 23 años
trabajando en una Asociación Evangelística en
el área de consejería. Dios me permitió terminar
mis estudios en Biblia y estoy planeando seguir