La autenticidad como fundamento de la verdad.

‘Dos estudiantes hablan entre sí de un profesor cualquiera, y después de discutirlo por un

tiempo, uno de ellos dice: ‘Él sí que es un verdadero (o auténtico) profesor, y no como los
otros, porque…’ (Cortemos aquí) No nos interesan sus razones, no nos interesa tampoco de
quién están hablando, además, puede sonar como una cita inconclusa, aburrida, pero llama
la atención por algunas cosas:

● Verdadero. Es el adjetivo que califica al profesor. Así que verdadero es un modo

‘especial’ de ser profesor. Ser auténtico implica necesidad de saber y en esta medida
proyectarlo en sus estudiantes
● Pero ¿qué es ser profesor? Para que alguien lo sea debe cumplir ciertas condiciones,
como la enorme pasión de saber. Pues bien, al conjunto de rasgos por los que alguien
o algo es lo que es lo llamamos esencia.
● La esencia es ‘universal’ porque la comparten todos los individuos pertenecientes al
mismo tipo de cosa.
● Cuando alguien es un ‘verdadero profesor’, lo que sucede es que cumple dichos
rasgos, no de cualquier modo, sino de un modo ejemplar, como un ‘modelo’. Podemos
decir que algo es verdadero cuando realiza su esencia de un modo ejemplar. Ser
esencialmente auténtico es un ideal, es decir, inalcanzable, pero la coherencia entre
decir y hacer es si es sorprendentemente evidente. Con base en lo anterior ser
profesor implica autenticidad y tiene como consecuencia la veracidad como valor
social.
● Ahora bien, a todo se le puede encontrar un pero. Incluso este profesor ejemplar está
en sus días, en los que simplemente es injusto, o no es lo suficientemente claro, o es
aburrido. Lo que ocurre, como es obvio, es que la esencia nunca se realiza del todo.
Es un ideal, que aunque se pueda pensar y se planee hacer, no se logra.

Pero esto no significa que no se deba aspirar a ello.

¿A qué quiero llegar con esto? Hay que entender que para considerar algo como verdadero,
hay que tener como referencia un ideal y partir de la autenticidad como práctica necesaria,
que es la base del camino a la cercanía al ideal. La autenticidad es la actitud y la veracidad,
el logro. Se es auténtico cuando se aproxima al ideal (o se trata de). Pero, ¿por qué esforzarse
por alcanzar algo imposible? Aquí me quiero ahorrar discursos baratos de motivación
personal, e ir al grano: el ser humano tiene límites, y el preocuparse por qué tan lejos se
puede llegar es uno de ellos. ¿No es suficiente con trabajar cada día para estar más cerca
de esa perfección?¿No causa satisfacción hacer algo hoy mejor que ayer? Ni siquiera es
cuestión de reconocimiento o atención, es solo personal, cada cual sabrá si lo demás le hace
falta.
(Con esto no digo que no se debe ser consciente de los límites).
Ahora bien, este proceso de ‘mejoramiento’ contínuo (es decir, acercarse al ideal) parte de
un sello personal. Porque no todo el mundo aprecia la verdad de la misma forma. Esta es otra
forma de ver la autenticidad, como consecuencia de la expresión propia del sujeto, que toca
el punto del refugio en la ignorancia y en la cual es más valioso parecer que ser.

Hablemos de la autenticidad.

Debemos desglosar qué es la autenticidad y de qué nos sirve ser auténticos. En cuanto a la
autenticidad, lo primero es admitir que en muchas ocasiones a lo largo de nuestro día,
estamos interpretando un personaje, alguien que no somos nosotros, que no representa
nuestra esencia. Alguien que quiera dar una imagen de algo, o bien agradar, o bien conseguir
alguna cosa del otro, o simplemente tapar a nuestro verdadero Ser porque creemos que es
lo que toca, lo correcto. En ocasiones el personaje tiene tan enterrado a nuestro YO que casi
no nos acordamos que existe.

Ahora ¿qué entiende la gente por ser auténtico? ¿Ser honesto con uno mismo, no cambiar
tus valores, ser coherente con tu discurso, actuar siempre de la misma manera ante
circunstancias similares?

No encuentro en nada de esto lo que inclina a la balanza hacia el lado positivo o negativo. Un
asesino puede ser honesto consigo mismo, tener unos valores, ser coherente y actuar
siempre de la misma manera, que es matando. La autenticidad nos define como seres
humanos, arranca de nuestro interior y es lo que llevamos dentro desde hace mucho tiempo.
Esto no tiene una valoración de “bueno” o “malo”, simplemente ES LO QUE SOY.

El término más cercano a la autenticidad sería la Verdad, ya que alguien auténtico está en
relación antecedente-consecuente con la Verdad de lo que es en esencia.

Hay otra confusión de autenticidad con sinceridad. “Sincericidas”, esas personas que se
“consideran auténticas” porque manifiestan a todo el mundo su “verdad subjetiva” sobre lo
que piensan, planteándose en ocasiones escenarios de crueldad. No soy auténtico por llamar
a alguien gordo o imbécil, ya que es mi opinión y mi forma subjetiva de ver las cosas. En este
caso soy un auténtico pérfido, sin lugar a dudas. Entonces, ser sincero tiene el límite propio
del ‘valor del otro’, por lo tanto se debe ser sincero pero nunca cruel; porque tenemos derecho
a pensar todo lo que nos guste, a sentir lo que queramos, etc. Pero todo lo que decimos y
hacemos amerita consecuencias.

Sabiendo esto, ¿cuál es la autenticidad que ‘nos conviene’? Simple, ¿conocen a tipos como
Tesla, Jobs, Magno o Elon Musk? Son ejemplos de coherencia con sus ideas, que a pesar
de ser odiados por los demás, vilipendiados públicamente, despedidos, plagiados o
maltratados jamás cambiaron su forma de actuar, de pensar, de ser y esto les permitió ser
los amos del mundo en su campo, ser originales, innovadores, y vivir para siempre en la
memoria de los hombres.

Su autenticidad nace de su pasión, de su verdad.

Por todas partes se reclama el hecho de ser auténtico, pero en reacción se castiga el hecho
de ser distinto.Hay muchas formas de decir: ‘Sé tú mismo’.Unas más estúpidas que otras,
pero esta vale la pena ser escuchada:

‘Cuando creces te suelen contar que el mundo es como es y que lo que tienes que hacer
con tu vida es simplemente vivir dentro de ese mundo. Intenta no golpearte demasiado
contra esos muros. Intenta tener una buena familia, pasarlo bien y ahorrar algo de dinero.
Esa es una vida muy limitada. La vida puede ser mucho más amplia cuando descubres un
hecho: todo lo que tú llamas vida a tu alrededor, lo han compuesto personas no mucho más
inteligentes que tú y puedes cambiarlo, puedes influir en ello, puedes crear tus propias
cosas para que otras personas puedan usarlas.

Una vez que aprendes eso, nunca volverás a ser el mismo’.

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Juan Becerra Cuta