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PARA PROFESORES DE
ESCUELA SABÁTICA
INTRODUCCIÓN

La Escuela Sabática es un lugar de aprendizaje superior. En este momento privilegiado de nuestro


encuentro congregacional, tenemos la oportunidad de estudiar la Palabra de Dios, exhortar nuestro
pensamiento con asuntos espirituales, interactuar, emitir nuestra opinión y unificar el cuerpo de
Cristo por medio de la iluminación del Espíritu Santo. Más allá del compañerismo y de los momentos
de recreación y camaradería que en ella se disfruta, la Escuela Sabática incentiva, no sólo el
fortalecimiento del cuerpo de Cristo, sino el crecimiento personal a través del desarrollo cognitivo y
espiritual, fruto del estudio de la Palabra de Dios.
Usted recibió la bendición de un llamado especial de Dios para ser líder en esta escuela sagrada. Así,
con el corazón agradecido por ese privilegio, debe siempre recordar cuál es el ideal de Dios para la
Escuela Sabática: “pongan en juego todo medio posible para que la escuela llegue a ser la más noble
y eficiente del mundo” (COES, p.170). ¡Felicitaciones por su trabajo y por su servicio en la causa de
Dios! Oramos para que Dios le fortalezca en la fe cada vez más, para ser una luz y bendecir el rebaño
de Dios con sus talentos.
CLASE DE MAESTROS
Llamamos “Clase de maestros” al encuentro de capacitación, crecimiento y
perfeccionamiento destinado a los maestros de Escuela Sabática. Es difícil que una Escuela Sabática
funcione bien sin una clase de maestros efectiva, y uno de los grandes desafíos de la Escuela
Sabática es hacer que funcione debidamente. El director es el responsable general por todas las
actividades de la Escuela Sabática, sin embargo, puede delegar la dirección de la clase de maestros a
uno de los directores asociados. A pesar de ser una reunión realizada específicamente para los
maestros de Escuela Sabática, la clase de maestros no es exclusiva y, en realidad, debe ser
considerada una reunión abierta.
Para alcanzar el éxito con la Clase de Maestros, es necesario tener en mente sus principales desafíos
y factores desestimulantes que enfrenta:
1. La clase puede no ofrecer nada que haga la diferencia para el maestro en la conducción de
su clase y en la presentación de la lección.
2. El horario de la clase puede no ser viable para todos.
¿Qué hacer delante de esa realidad? Proponemos algunas sugerencias:
1. Haga efectiva la clase de maestros desarrollando todos los módulos que corresponden:
evaluación; momentos pedagógicos de capacitación; programa misionero y recapitulación de
la lección. En la mayoría de nuestras clases se realiza sólo la recapitulación de la lección,
pero si la clase sólo se reduce al contenido de la lección, los programas de la TV Nuevo
Tiempo y los recursos disponibles en internet terminan haciendo innecesaria la reunión de
maestros. Por otro lado, se debe tener en mente que el objetivo del encuentro debe ser el
intercambio de información, ideas y sugerencias de acción entre los líderes, seguida por la
alineación de esas ideas y la definición de dos o tres temas de la lección a ser enfatizados en
todas las clases ese día.
2. Permita que los propios maestros decidan el mejor día y hora para el funcionamiento de la
clase de maestros. El mejor horario será aquel que la mayoría de los maestros estime más
conveniente. Lo importante es que la reunión sea regular, con objetivos claros y tiempo
definido.
A continuación, presentamos una sugerencia de cómo puede conducir cada módulo de la clase de
maestros:

MÓDULO 1- EVALUACIÓN
¿Cómo fue la Escuela Sabática del ultimo sábado? ¿Qué fue bueno? ¿Qué se puede
mejorar? ¿Ha notado alguna dificultad? ¿Qué podemos hacer?
MÓDULO 2- MOMENTOS PEDAGÓGICOS DE CAPACITACIÓN
Los maestros de Escuela Sabática pueden tener as más diversas profesiones y, naturalmente,
muchas de ellas sin ninguna relación con la enseñanza, por lo tanto, necesitan ser orientados
constantemente en el arte de liderar una clase y enseñar a adultos. En todas nuestras iglesias
asisten personas con formación en el área pedagógica que podrían ayudar mucho si fueran invitadas
con antelación. Descubra en su iglesia personas con formación en el área pedagógica y educacional
para presentar mini clases de pocos minutos en la clase de maestros con el fin de capacitar a los
mismos. En caso que en su iglesia no cuente con personas con esa cualificación, busque literatura
con contenidos y metodologías de enseñanza.
Además usted puede encontrar en este libro 52 consejos para ser explorados en este momento
tan importante de la clase de maestros. Aquí encontrará 52 formas de fortalecer a sus maestros para
que puedan cumplir mejor su papel de líderes de Escuela Sabática. Es un consejo para cada sábado
del año, así esperamos que nuestros maestros crezcan, que conozcan mejores caminos para
alcanzar el corazón de sus alumnos y dividan con ellos, de la mejor forma posible, la gracia del
estudio de la Biblia a través de la Lección de la Escuela Sabática.
MÓDULO 3- PRINCIPALES PUNTOS DE LA LECCIÓN
Otro factor que desestimula a nuestros maestros a asistir la clase de maestros tiene que ver con
la forma en que el estudio es conducido. Los minutos que tenemos de recapitulación deben ser
utilizados para tres cosas básicas: quitar dudas de los profesores en relación a algún punto de la
lección, direccionar la línea de énfasis y enfoque para hablar el mismo lenguaje frente a sus clases y
definir las lecciones practicas a ser extraídas, de acuerdo con la realidad de la iglesia. Vale destacar
que la clase de maestros no es un momento para repasar pregunta a pregunta la lección. Si la iglesia
tiene la costumbre de recapitular el estudio día a día en la clase de profesores, el coordinador puede
simplemente hacer 2 preguntas a los maestros:
1. ¿Qué destacan del estudio del día? Cada alumno anota 3 puntos.
2. ¿Alguna dificultad aquí?
MÓDULO 4- COORDINACIÓN MISIONERA
Este es el momento en que el Director Misionero de la iglesia debe aprovechar para
coordinar el trabajo misionero a ser divulgado en cada clase:
 Revisar el plan misionero de la iglesia.
 Dar orientaciones sobre el programa misionero de cada clase.
 Recordar las fechas y programas especiales de evangelismo de la iglesia local, tales como:
semana santa, semanas de oración, semana de cosecha, etc.
 Enfatizar los frentes misioneros de los grupos pequeños, parejas misioneras, clases bíblicas, etc.
y cómo están funcionando.
 Entregar todos los materiales que deberán ser utilizados por los miembros, tales como
invitaciones para evangelismo y programas especiales, folletos para contactos misioneros,
manuales para estudio en los grupos pequeños etc.

Sugerencia de Programación Básica Ideal 45 Min. 60 Min.


Confraternización – Bienvenida-1 himno-Oración 8 min. 8 min.
1. Evaluación. 5 min. 5 min.
2. Momentos pedagógicos – Técnicas de cómo enseñar mejor. 9 min. 15 min.
3. Principales puntos de la lección. 15 min. 20 min.
4. Coordinación Misionera – Planes y proyectos a ser realizados 8 min. 12 min.

A continuación, encontrará un consejo pedagógico para cada sábado del año, que debe ser
presentada en el momento pedagógico de capacitación de la clase de maestros. Que la Escuela
Sabática se fortalezca en nuestra iglesia, que ocupe bien su lugar y cumpla su papel de guiar a los
hijos de Dios al estudio de la Biblia. En cuanto a usted, no olvide: ¡no es fácil, ni imposible, tener una
Escuela Sabática y una clase de maestros de éxito! Que Dios le bendiga y nos ayude a cumplir Su
voluntad.
Se aprende a caminar caminando, no leyendo un libro acerca de cómo caminar o mirando
seminarios sobre el asunto. El proceso de aprendizaje es así, se aprende por implicación, por la
relación y el compartir.
Participación es la palabra clave, por eso, nuestra vida espiritual debe alcanzar la madurez
de forma dialogada y en relación con Dios y con el prójimo. A partir del contacto con el contenido de
la lección, el alumno debe interactuar y colocar en práctica lo que aprendió. El papel del maestro en
ese proceso es estimularlo y motivarlo a crecer, practicando las lecciones aprendidas en las clases.
Profesor, al recapitular a lección con su grupo, incentive a sus alumnos a examinar la Biblia
diariamente y en la próxima clase de la oportunidad a uno de los miembros de ser “profesor por un
día”. “Es instructor sabio el que procura poner en acción la habilidad y las facultades del alumno en
lugar de tratar constantemente de dar instrucción” (COES, 181.1)
Los alumnos presentan una variedad de temperamentos, habilidades, talentos y vivencias.
Dios nos dotó de esta manera y de esta manera somos formados. A algunos les gusta hablar y son
desinhibidos, otros son tímidos y pensativos. Son estas diferencias que promueven un debate sano y
provechoso.
Muchas veces encontramos algunos inseguros por el recelo de revelar su ignorancia o
sabiduría. Muchos tienen miedo de responder las preguntas por la forma brusca como el maestro
responde o como el maestro expone autoritariamente su pensamiento. Algunos alumnos tienen una
autoestima herida y prefieren no exponer su pensamiento.
Otro problema es la tendencia que muchos adultos tienen de resistir nuevas ideas. A medida
que envejecemos, los cambios se transforman en amenazas. La tendencia es proteger nuestras
creencias e ideas y ser menos abiertos a nuevos conceptos.
Profesor, recuerde: “el adulto cambia muy lentamente”.
La palabra clave para este consejo es “necesidad”. Es ella quien nos motiva a hacer cosas.
Un poderoso motivador es relacionar las verdades bíblicas con la vida cotidiana del siglo 21. Si un
alumno siente que sus necesidades son satisfechas por preceptos bíblicos, prestará atención y
estudiará. Cuando el maestro reconoce y capta las necesidades emocionales, físicas y espirituales de
los alumnos, luchando por satisfacerlas, obtendrá resultados prácticos y diarios en la vida de los
aprendices.
Para que eso suceda, conozca a sus alumnos fuera de la reunión del sábado. Visítelos. Coma
con ellos, celebre con ellos. Si es necesario, lloren juntos. Ese era el método de Jesús. Él siempre fue
sensible a las necesidades humanas, demostraba simpatía, escuchaba sus aflicciones y los ayudaba.
Profesor, usted es un vendedor, y la Verdad es su producto. Por eso, despierte el interés,
conéctese al alumno antes de presentarle su producto.
El nivel más elevado de aprendizaje que debemos alcanzar a partir de nuestras Escuelas
Sabáticas es la transformación del carácter. Los desafíos de un maestro cristiano se resumen a llevar
a las personas al conocimiento de los hechos de la Biblia, la comprensión de su significado y la
identificación del carácter de Cristo.
Primar por un nivel superior de aprendizaje nos lleva al conocimiento de hechos y la relación
de estos con la mejora de la forma de vida en sociedad. Un nivel celestial de aprendizaje nos conduce
al desarrollo de actitudes y conductas cristianas.
Profesor, esfuércese en la presentación de la Verdad a sus alumnos. El poder del mensaje en
su vida será exteriorizado e implantado su mente.
El concepto de idea central mantiene los hechos unidos en un todo. Es como los ladrillos
organizados para formar una casa. Es decir, existe lógica y objetivo en la forma en cómo son
abordados los asuntos. Algunos ejemplos de ideas centrales abordados en Lecciones de la Escuela
Sabática: la naturaleza de Dios, la naturaleza del hombre, el problema del pecado, la salvación, la
creación y el pecado.
Por este motivo, el maestro debe presentar de forma más clara e interesante posible los
hechos que formarán el núcleo de lo que debe ser aprendido por los alumnos. No estamos ofreciendo
solamente informaciones, estamos ayudando en la transformación de vidas, por eso, ningún profesor
de Escuela Sabática debe conformarse en ser “presentador de la Lección”.
Profesor, no presente solamente la información o puntos marginales. Presente el pastel, sin
separar de él su relleno.
Algunos profesores piensan que hablar es el único medio de enseñanza y que escuchar es el
mejor camino para el aprendizaje, sin embargo, usted no aprende a ser un cristiano victorioso
solamente por el oír, debe también practicar. Aprender es algo que viene del estudiante, no de
aquello que hacen por él. La riqueza de la experiencia vivida por los adultos adiciona gran potencial a
la enseñanza en la clase.
Los cambios en la vida de los adultos presentan variadas y diferentes oportunidades para la
enseñanza. La única cosa cierta en la vida es el cambio. Desde el momento del nacimiento hasta la
muerte, el ser humano experimenta cambios. “Se necesitan maestros capaces de tratar sabiamente
con las diferentes clases de carácter; que sean prestos para ver y aprovechar las oportunidades de
hacer el bien; que posean entusiasmo, que sean “aptos para enseñar”, que puedan inspirar reflexión,
vivificar la energía e impartir valor” (CM, 172.2)
Un bebé da sus primeros pasos, un niño memoriza un versículo de la Biblia, un estudiante
resuelve un problema difícil, una persona se arrodilla para aceptar a Jesús como Salvador. Todas
estas personas están aprendiendo porque aprender es desarrollo, es enfrentar algo nuevo, es
cambio.
La educación “es el desarrollo armónico de las facultades físicas, mentales y espirituales”
(Ed, p.13.1). Aprender en una clase de Escuela Sabática es un proceso redentor. “La obra de la
educación y la de la redención, son una” (Ed, p.29.1). Dios quiere redimir a la persona plenamente: su
mente, pensamientos, sentimientos, actitudes, y su conducta. Si el aprendizaje en la Escuela
Sabática ocurre de la manera como Dios desea, se producirán cambios en el conocimiento,
sentimientos y en la conducta.
Profesor, ¡el aprendizaje sucede cuando usted y su alumno, en relación, se transforman en
nuevas personas en Cristo!
La planificación de la enseñanza es una de las partes vitales en la preparación del profesor.
La forma como se planifica la presentación de la recapitulación de la Lección es lo que determina si
el aprendizaje será alcanzado o no. Si el objetivo es el aprendizaje, es necesario un método.
Un estudio de la Lección bien preparado debe contener una organización detallada de
aquello que el alumno debe hacer y descubrir. Esa planificación debe contener una minuciosa
exposición de la verdad central, una lista de las necesidades de los alumnos, el objetivo del tema de
la semana y el método de presentación.
Los alumnos serán guiados a la realidad de la Biblia y estarán en mejores condiciones de
aplicar la verdad en su vida.
Profesor, “Es esencial trabajar con orden, siguiendo un plan organizado, y un objetivo
definido” (Ev.p.73.3).
Frente a tantas técnicas y métodos, la preparación más importante del maestro es el de su
corazón. Eso ocurre cuando el maestro encuentra, dentro de la Lección que está preparando para sus
alumnos, el mensaje que Dios tiene para él. ¿Cómo podemos pararnos frente a nuestra clase sin
antes arrodillarnos delante de Dios en fervorosa y sincera oración? Hemos sido enseñados que “la
oración y el estudio van de la mano” (Testimonios para la Iglesia, vol.4, p.318).
Ellen White hace una pregunta incisiva: “Qué valor tendría la enseñanza del que no conoce
por experiencia personal el poder de Cristo? (2JT 565-3). “El amor de Dios debe morar en el corazón
del maestro de la verdad. Su corazón debe estar imbuido de ese profundo y ferviente amor que
poseía Cristo. Sólo así se ... derramará sobre los otros” (Testimonios para la Iglesia, Vol.4, p.312).
Profesor, estudie la lección para encontrar respuesta a sus propias necesidades espirituales,
para luego servir a sus alumnos.
Viernes en la noche, no estudió la Lección adecuadamente y tiene que presentarla el sábado
de mañana. Con su experiencia y talento, hará un buen trabajo improvisando, creyendo, inclusive,
que Dios le bendijo en esta emergencia, sin embargo, la Lección estudiada y preparada a última hora
revela falta de compromiso y prioridades equivocadas. Una preparación adecuada de la Lección exige
tiempo de estudio y reflexión a lo largo de la semana. Ciertamente, llevará tiempo lograr estar en
sintonía con Dios y descubrir sus indicaciones. “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2Tim. 2:15).
Existe una estrecha relación entre la satisfacción y aprendizaje por parte de los alumnos con
la calidad y cantidad de estudio y preparación del maestro. Al prepararnos con anterioridad, el
Espíritu Santo nos dirigirá utilizando nuestros dones y edificando a nuestros alumnos.
Profesor, sea disciplinado, recoja su maná espiritual diariamente, y el sábado por la mañana,
ofrezca el doble de bendición a sus alumnos.
¿Cómo debe ser considerada la preparación de la Lección? Cada persona tiene una forma de
aprender y enseñar, por lo tanto, el plan de enseñanza será elaborado dentro de su característica
personal de aprendizaje. El consejo que tenemos es: “Enséñese la lección de la escuela sabática, no
por medio de una ojeada dada al texto de la lección el sábado de mañana, sino por el estudio
cuidadoso de la lección para la semana siguiente, hecho el sábado de tarde” (CSES, p.46).
Existe un verdadero principio pedagógico en este consejo. El estudio de la lección el sábado
de tarde permitirá una visión panorámica del tema y producirá ideas creativas y reflexivas en la
mente del maestro a lo largo de los demás días de la semana. Ayudaría mucho tener un lugar y un
tiempo definidos para estudiar y preparar la Lección (en el hogar, en el trabajo). Dé a Dios la mejor
parte de su día, no ocupe el tiempo dedicado al estudio con otros asuntos.
Profesor, elija un lugar tranquilo, cómodo, lejos de cualquier distracción y con todos sus
materiales de estudio a mano para preparar el repaso de la Lección.
Las herramientas son importantes para cualquier tarea, inclusive en la enseñanza. Sus libros
son herramientas, pero la principal de ellas es la Biblia. Tenga diferentes traducciones. El maestro de
Escuela Sabática debería tener tres o cuatro traducciones modernas de la Biblia de modo con el fin
de poder determinar con más precisión lo que cierto versículo quiere decir.
Todo maestro de Escuela Sabática debe utilizar la Lección de Maestros para su estudio
personal. Ésta contiene excelente material adicional, informaciones, preguntas para reflexionar y
actividades de aprendizaje para ser aplicadas a los alumnos. Otras excelentes herramientas
adicionales son la concordancia bíblica, comentarios bíblicos y la serie de libros de Ellen G. White.
Profesor, estudie cuidadosamente las Escrituras. Observe el contexto de los versículos,
busque las palabras más importantes en la concordancia, lea lo que el comentario bíblico añade y
luego recurra a los textos de Ellen G. White en busca de ideas y ayuda adicionales.
Procure concentrarse en la idea central de la Lección. Un método de enseñanza correcto se
mantiene en la línea principal: la verdad primordial de la Lección. Esto no significa que el profesor no
pueda reflexionar sobre otros temas relacionados con el punto central para satisfacer las
necesidades específicas de sus alumnos.
El Espíritu Santo puede dirigir al profesor hacia pasajes bíblicos o pensamientos que no se
encuentran en la Lección. Tenga cuidado para no dejar de lado una pregunta o comentario hechos en
la clase, aun cuando no estén directamente relacionados con la idea central de la Lección. El alumno
puede estar expresando una necesidad sentida en ese momento.
Profesor, tenga cuidado con el exceso de ideas. Aunque sea algo estimulante, no producirá
un aprendizaje eficiente. Recuerde que la Lección debe ser presentada de forma concisa y clara para
facilitar la comprensión y retención del contenido.
Dios es un ser organizado. Planificó la creación nuestra redención, la liberación de su pueblo,
el orden de las tribus, el tabernáculo, la multiplicación de los planes, el orden en su iglesia, etc. La
organización en la Unidad de Acción es extremamente necesaria y deberá estar presente en cada
fase del trabajo: en la planificación, en la ejecución del plan y en el análisis de los resultados. La
dinámica de la Unidad debe ser simple y funcional, de acuerdo con la realidad de cada iglesia.
Algunas razones para ser organizados: dividir y fijar responsabilidades, garantizar el tiempo
necesario para lo más importante, proporcionar el crecimiento espiritual de los miembros, ampliar
los resultados misioneros de la iglesia.
Profesor, su planificación debe estar clara y presente en la mente de sus alumnos. Sepa
dónde quiere llegar y haga que sus alumnos quieran ir con usted.
Una planificación cuidadosa multiplica el éxito. Cosechamos lo que sembramos. Quien
invierte poco tiempo y esfuerzo en la planificación y preparación cosechará escasamente en lo que
se refiere a la edificación, crecimiento, participación y aprendizaje de su clase.
No se llega a ser buen profesor por accidente. No existen atajos en el camino a la excelencia
en ningún área de la vida, principalmente la relacionada a las cosas espirituales: “Sienta cada
maestro que debe saber más, que tiene que llegar a conocer mejor a aquellos con quienes tiene que
tratar, a conocer mejor los mejores métodos de impartir conocimientos” (COES, p.110.1).
No se conforme con la mediocridad. Al planificar cada lección, al utilizar buenos métodos,
usted estará cooperando con el Autor del aprendizaje.
Profesor, pida ayuda y orientación el Espíritu Santo durante la preparación y presentación
de la Lección.
Como maestro, debe tener una línea directa para la enseñanza: “Antes de intentar enseñar
una materia, debería tener en mente un plan bien definido, y saber que se propone hacer. No debería
descansar satisfecho después de la presentación de un tema hasta que el alumno comprenda el
principio que encierra, descubra su verdad y pueda expresar claramente lo que ha aprendido” (ED,
p.210.2). Fijar un blanco es un factor de suma importancia, y juega un rol fundamental en el proceso
de enseñanza-aprendizaje. Determinar un blanco de enseñanza es hacer una declaración de
compromiso con el éxito, aún delante de aparentes fracasos. Saber dónde quiere llegar dará
seguridad a los alumnos, los cuales responderán a través de la participación activa, puntualidad y del
compromiso con el estudio personal.

La ventaja de fijarse blancos de enseñanza es que orientarán sus pensamientos, palabras y


acciones hacia las necesidades de sus alumnos. El blanco le dará, por ejemplo, un parámetro sobre
qué materiales didácticos deben ser utilizados para potenciar el aprendizaje. A veces, la meta no
suplirá todas las expectativas, pero sin ella el éxito es imposible.

Profesor, en oración, pida dirección al establecer blancos. Pida a Dios que le revele las
necesidades del grupo de manera clara, y así facilitar la satisfacción de las necesidades espirituales
de todos.
Las personas van a la Escuela Sabática semana tras semana, mes tras mes, año tras año, sin
embargo, muchas veces no se encuentran preparadas para el regreso de Cristo. Algunas caen en el
camino de la vida, otras flaquean, desaparecen y, muchas veces, lamentablemente, su ausencia no
es percibida. Son almas preciosas por quienes Cristo pagó un precio infinito. Muchos de aquellos que
acostumbran estar sentados en su clase, externamente bien vestidos, sonrientes y amables, se
encuentran desanimados y a punto de desistir de la fe.

Hay heridos, lastimados, ansiosos, deprimidos y desempleados entre nosotros que asistieron
a su Unidad de Escuela Sabática ansiosos por una palabra, creyendo que usted podría ser el
instrumento divino para conectarlos a la solución de sus problemas.

Profesor, ¡conozca a sus alumnos, conéctese con ellos, ámelos más allá de las paredes de la
iglesia y abráselos en su corazón!
Al llegar a la Unidad de Acción, se encontrará con miedos, inseguridades y, a veces,
hostilidades. Delante de ese cuadro, que puede ser el suyo o el de sus alumnos, puede haber una
sensación de aislamiento aun cuando todos estén sentados lado a lado. ¿Qué hacer?

Un consejo para quebrar el hielo es poner atención a la ambientación para el aprendizaje.


Siéntelos en círculo, si es posible, y presente la recapitulación sentado; salga con la clase a un área
abierta de la iglesia; presente una dinámica de grupo, etc.

Profesor, cuando busca familiarizarse con sus alumnos, cuando se toma el tiempo para
mostrarles aprecio y consideración, sucederán cosas sorprendentes. El preconcepto y la apatía
desaparecerán y habrá una nueva disposición para aprender.
La vocación se revela como un conjunto de predisposiciones: preferencias afectivas,
actitudes e ideas equilibradas de cultura y de sociabilidad. Temperamentos desequilibrados, baja
autoestima crónica, perfiles psicosociales egocéntricos, solitarios al punto de ser incapaces de abrir
y mantener contactos sociales, etc., no están preparados para el profesorado.

Personas con desequilibrio emocional dificultan el aprendizaje de otro, pues el acto de


discipular a los alumnos exige comunicación y dedicación a otra persona y a sus problemas.
Generalmente, la elección de un profesor favorito es basa en la relación cercana y amena y no en la
capacidad de enseñar. Los alumnos recordarán más a profesores que muestran interés y cuidado
que a aquellos que tienen mucho conocimiento y buena oratoria. Los profesores que se destacan,
además de tener equilibrio emocional, son estudiosos, lectores asiduos, con sed de nuevos
conocimientos y capacidad de despertar los sueños de crecimiento personal de los alumnos.

Profesor, evalúe su equilibro emocional y trabaje su inteligencia social. Haga esto leyendo y
conversando con personas preparadas para ayudarle a crecer.
Como profesor, conquista su derecho a enseñar cuando capta la atención de sus alumnos.
Generalmente, usted está ansioso por comunicar, pero sus alumnos no están sintiendo lo mismo. La
verdad es que, generalmente, la mente de sus alumnos está ocupada con problemas. Su primera
responsabilidad es conquistarlos. Debe colocar la carnada en el anzuelo y captar su atención.

Jesús era un experto en captar la atención de su público. Su método favorito: una historia
bien contada. Recuerde que cada persona presta atención a aquello que pueda solucionar sus
problemas o cumplir sus expectativas. Una buena manera de abordar este punto es centrándose en
el diario vivir. Por eso, el contenido de la Lección debe ser ilustrado con experiencias de la vida y
objetos cotidianos.

Profesor, evite ideas ajenas al contenido de la Lección. Considere dentro de su planificación,


estrategias y técnicas de captación de la atención de los alumnos.
Quienes nos da ese consejo son lo bereanos, aquellos que buscaban en las Escrituras la
confirmación de las verdades. Del mismo modo, usted debe instar a su alumno a investigar la Biblia.
Si no logra guiar a sus alumnos hacia las Escrituras, no se producirá un cambio significativo ni
aprendizaje. “Debería haber un interés vivo y creciente en llenar la mente de la verdad bíblica. El
precioso conocimiento así adquirido erigirá una barrera en derredor del alma” (COES, p.38.2).

Nunca habrá un genuino espíritu de investigación si el profesor cuenta a su clase todos sus
descubrimientos, lee sus notas, hace algunas preguntas que no necesitan respuesta y no desafía a
sus alumnos a buscar en la Palabra de Dios. Éste profesor nunca tendrá una clase de bereanos.

Profesor, resista la tendencia a explicar o comentar extensamente. Su deseo debe ser el


despertar en sus alumnos un espíritu investigativo. Haga preguntas, construya problemas, ofrezca
hipótesis a los alumnos y motívelos a construir respuestas con profundidad de conocimiento bíblico.
Existen cuatro niveles de aprendizaje. En el primero, el nivel rutinario de memoria, se
encuentra la repetición de palabras sin reflexión o compresión. Este nivel es el mismo de los
papagayos que sólo repiten lo que oyen, sin significado. En el segundo, el nivel de comprensión
fáctica, sólo existe una trasferencia de conocimiento y significado. El tercero, el nivel de exposición y
generalización, es el que lleva a los alumnos a algo que esta sucediendo en la actualidad y los
inserta en el contexto del tema estudiado en esa semana. “Los maestros deben inducir a los alumnos
a pensar y a comprender claramente la verdad por sí mismos. No basta que el maestro explique o
que el alumno crea; se ha de provocar la investigación e incitar al alumno a enunciar la verdad en su
propio lenguaje para demostrar que ve su fuerza y se la aplica” (2JT, p.427.1). Así, finalmente, el
nivel de implicancia, o aplicación, conduce a los alumnos a percibir los contenidos de la lección y
aplicarlos a su vida.

Profesor, ¿cuál es su nivel de aprendizaje?


Jesús presentó los mejores métodos de enseñanza. Utilizando preguntas instigadoras,
desafiaba a sus alumnos a elevados procesos de reflexión. Frecuentemente, estimulaba el debate
entre los discípulos al seleccionar temas que llevaban al descubrimiento de la verdad.

Jesús también reforzaba su mensaje con medios visuales y usaba actividades que les
hicieran recordar sus grandes principios. Ejemplo: “Porque todas las veces que comáis este pan y
bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que El venga” (1Cor. 11:26). En este texto
vemos que el aprendizaje ocurre a medida en que vemos, oímos, tocamos y probamos.

Profesor, las experiencias concretas y directas alcanzan la mente humana y llevan a los
alumnos a aprender la verdad.
El proceso de aprendizaje más eficaz es aquel que hace que el alumno interactúe con lo que
debe ser aprendido, envolviéndolo activamente en el asunto. Cuanto más cerca de la base del
triángulo, más eficiente el aprendizaje. La punta hace referencia a cuando el alumno aprende sólo lo
abstracto.

Profesor, pase por todas las fases del triángulo con sus alumnos. Ayúdelos a identificar,
elegir, analizar, contrastar, comparar hechos e ideas de su cotidianidad.
Un buen mecánico sabe dónde y cuándo usar sus herramientas. De la misma forma el
profesor debe saber cuál es la mecánica del proceso de enseñanza-aprendizaje. Al usar una técnica,
usted debe considerar los aspectos socioemocionales de su clase. La actividad de aprendizaje debe
adecuarse al contenido de la Lección, debe ser apropiada para el grupo, edad y sexo. Por ejemplo, los
más jóvenes pueden apreciar ocasionalmente una dramatización o una actividad al aire libre; los
más adultos, talvez prefieran estar más cómodos en un ambiente cerrado para un debate.

El nivel de conocimiento bíblico puede influir la elección de la técnica, pero no use los
mismos recursos verbales o visuales todos los sábados. Diversifique, cree elementos sorpresa útiles
para sostener la atención y el interés.

Profesor, muchos adultos pueden ser temerosos, inseguros, o reticentes a aceptar nuevas
ideas. La inseguridad puede ser minimizada si explica la razón de uso de las actividades del
momento.
En líneas generales, el profesor necesita ser un cristiano fiel, espiritual y seguro conocedor
de las doctrinas bíblicas, además de tener comprobada la capacidad para enseñar. Eso significa ser
llamado por Dios para el ministerio de la enseñanza (Ef 4:11,12).

¿Cómo identificar a los profesores genuinamente llamados? Los llamados se dedican: “…El
que haya recibido el don de enseñar, que se dedique a la enseñanza” (Romanos 12:7). Dedicación
significa estar íntegramente involucrado, con el corazón, la mente y la vida, en el ministerio. Aquellos
que son llamados tienen una relación vital con Jesucristo y se esfuerzan por seguir el ejemplo de
Jesús. Cristo es su Salvador personal; los salvó de todo pecado y es también Señor y dueño de su
vida.

Profesor, Jesús es el mayor pedagogo de todos los tiempos y usó todos los medios
didácticos disponibles para enseñar y salvar.
Enseñar no es solamente trasmitir o transferir conocimiento de una cabeza a otra, o
comunicar informaciones. Enseñar es hacer pensar, ayudar al alumno a crear nuevos hábitos de
pensamiento y de acción. Para que exista comunicación es necesario que se establezcan puentes de
conexión entre el comunicador y el receptor. Toda comunicación posee tres componentes básicos:
emisor, mensaje y receptor. En otras palabras, pensamiento, sentimiento y acción deben ir juntos.

La mayoría de los profesores se limita a transmitir el mensaje apenas intelectual y


verbalmente. Dan poca importancia a los aspectos emocionales, corporales y de enseñanza a través
del estilo de vida.

Profesor, siempre que presente la Lección, reflexione sobre la siguiente pregunta: ¿qué sé,
siento, vivo y deseo que mis alumnos también sepan, sientan y vivan?
El profesor puede invitar a una autoridad en el asunto de la Lección (pastor, abogado,
medico, profesor, etc.) y entrevistarlo delante de su Unidad. Seguidamente, los alumnos podrán
hacer preguntas o comentarios pertinentes al contenido.

El líder designado debe determinar y limitar el asunto, identificar el especialista y hacer los
arreglos para la entrevista. Por ejemplo, si el asunto es creación, una autoridad en creacionismo
podrá ser entrevistada durante 15 minutos. Después de la entrevista, se abre el asunto a debate de
la clase. El profesor podrá utilizar los últimos 5 minutos llevando la clase a hacer aplicaciones. Si el
asunto es salud, invite a un médico o nutricionista para dialogar sobre el tema.

Profesor, cree opciones para que sus alumnos se apasionen por el aprendizaje.
El profesor puede entregar a los alumnos preguntas de reflexión acerca de la Lección con
anterioridad. Ellos preparan las respuestas e introducen el debate del sábado de mañana. Durante la
clase, el profesor dirige las preguntas monitorea el tiempo, resume el debate y lleva a los miembros
a las aplicaciones. Usted puede seleccionar preguntas de la propia Lección y dar tiempo para que los
alumnos discutan en parejas y presenten sus pensamientos con todo el grupo.

Profesor, ¿le gusta más tomar la lección haciendo preguntas o dando respuestas? ¿qué es
más adecuado? ¿Sus alumnos prefieren sus preguntas o sus respuestas? ¿qué es mejor?
Divida la Unidad en grupos de tres o cuatro personas para discutir las ideas clave de la
Lección durante 15 minutos. Enseguida, el debate puede extenderse a toda la clase por 10 minutos
más. El profesor utiliza los últimos 10 minutos para la conclusión y aplicación. El objetivo de esta
dinámica es compartir informaciones, producir reflexiones y, así, estimular a la clase a una
profundización en la discusión del tema de la Lección.

El profesor deberá preparar a los alumnos por medio de tareas designadas previamente y
destinadas al estudio e investigación. Deberá planificar cuidadosamente sus conclusiones y los
pasos de las aplicaciones.

Profesor, ¿cómo llevar a sus alumnos a descubrir y vivir la verdad de la Lección de esta
semana?
Con base en el contenido de la Lección, escriba una historia con varias situaciones
problemáticas para que la clase resuelva. No hay una respuesta padrón y, lo más importante, es que
todos reflexionen y presenten una opinión.

La regla básica para una Tormenta de Ideas, o temas para discusión, es permitir que las
ideas surjan sin critica o análisis. El profesor estimula, anima y dirige la clase. Después de 5 minutos
de discusión sobre las posibles respuestas, se dirige un debate y se considera la solución más
adecuada para el problema. La historia deberá ser adecuada para el tema de la Lección y representar
la cotidianidad de los alumnos.

Profesor, en esta actividad, su intervención debe ser al final. Prepare un bonito cierre del
estudio de la semana.
Dentro de la clase, forme grupos de 3 a 6 personas. El propósito es involucrar a cada uno en
la discusión de los cuestionamientos o problemas relevantes extraídos de la Lección de Escuela
Sabática. Esta interacción llevará a su Unidad al desarrollo de la tolerancia hacia las diferentes
formas de pensar y sentir.

Cada grupo debe elegir un representante que presentara a la clase las conclusiones del
grupo. El líder anuncia el tiempo disponible, 5 minutos, y avisa cuando se deba cerrar la discusión.
Cuando la clase se junte nuevamente, el profesor solicita que cada grupo presente una breve
exposición (2 minutos) y, entonces, él conduce a los alumnos a una última conclusión.

Profesor, el manejo del tiempo es siempre un factor importante al planificar y dirigir


actividades de aprendizaje.
Esta es una mini versión del grupo de debate. Cada miembro es puesto a debatir con el
compañero un tema específico, por uno o dos minutos. El tema debe tener origen en la Lección y
producir reflexiones espirituales significativas. Enseguida, el profesor pide la respuesta a cada
pareja.

Esta es una buena actividad introductoria. Las ideas generadas pueden mantener un vivo
debate durante el periodo de recapitulación de la Lección. El propósito es reforzar el estudio de la
semana, crear vínculos entre los alumnos y producir respuestas más prácticas y profundas.

Profesor, involucre a sus alumnos para que se apasionen por estudio de la Lección.
Esta es una buena manera para promover la participación. El profesor pide una opinión y da
a cada persona la oportunidad para responder. El propósito es involucrar a cada alumno y darle la
oportunidad de expresar sus opiniones.

La calidad de la pregunta es fundamental para los resultados positivos. Ella debe estar
relacionada a la verdad central de la Lección y profundizar el análisis de verdades espirituales.

Profesor, tenga cuidado y no obligue a los tímidos, o desinteresados. Siempre tenga una
buena salida a mano.
El profesor prepara o destaca una situación que esté relacionada a la idea central de la
Lección y, junto con los alumnos, analiza el asunto es forma detallada, en todos sus aspectos:
antecedentes históricos, relaciones humanas, aspectos espirituales, sociales, económicos y
educacionales de las personas involucradas. La clase analiza el problema con miras a una posible
solución y el profesor ayuda a la clase a encontrar el real problema y la solución principal.

Profesor, disponga el tiempo necesario para esta actividad y esté preparado para presentar
soluciones específicas, basadas en la Biblia y en el Espíritu de Profecía. Reserve 10 minutos para
conclusiones y aplicaciones.
Jesús reconoció el valor de los recursos visuales. La mayoría de sus enseñanzas fue al aire
libre y, frecuentemente, utilizaba de la naturaleza o acontecimientos de la vida diaria para ilustrar
sus lecciones Por siglos los profesores han conocido la importancia de reforzar la verdad con
recursos visuales. Las ventajas de usar regularmente estos recursos son: atraen mejor la atención,
ayudan a retener el interés, mantienen vivos en la mente del alumno la lección aun después de
terminado el discurso.

Como recurso, puede también llevar a su clase una pizarra, mapas bíblicos, diagramas
bíblicos, objetos, figuras, proyecciones, etc.

Profesor, si no puede llevar recursos para enriquecer el estudio de la Lección, planifique


llevar a los alumnos a un lugar donde experimenten el contenido de la Lección (naturaleza, plaza,
hogar, hospital, etc.).
La verdad debe ser algo utilizable y práctico. Debe resultar en un cambio práctico en la vida.
El profesor debe conocer más que sólo hechos de la Biblia para despertar cambios, es por eso que su
mayor desafío en la escuela Sabática será ayudar a sus alumnos a transferir la verdad de la Biblia a
su vida cotidiana.

El propósito de la Escuela Sabática no es solamente transmitir informaciones de la Biblia; es


ayudar al estudiante a interiorizar la verdad bíblica aprendida. Cuando esto no sucede, vemos a
nuestros alumnos, semana tras semana, regresar a nuestra clase cada vez más débiles y sin haber
cambiado, aparentemente, su amor por Jesús, sus pensamientos, actitudes y hábitos.

Profesor, las verdades bíblicas son prácticas y funcionales. Mediante el poder del Espíritu
Santo, hay poder suficiente en el evangelio para alcanzar la profunda miseria del corazón humano y
llevar a los alumnos a un cambio duradero.
Tenga claro en su mente que el profesor es un agente de cambio en la vida de los alumnos.
“En el sentido más elevado, la obra de la educación y la de la redención, son una” (Ed, p.29.1). Dios,
como Redentor y Educador por excelencia. Él confió la gran tarea de ayudar a las personas en su
Unidad de Acción con el fin de experimentar la verdad en Jesús.
La acción de la verdad en la vida es vista mediante un cambio en el carácter, en la conducta
y en los hábitos. Para un educador secular, la educación es a penas la transferencia de conocimiento
y enseñanza de conductas adecuadas. Pero, para usted, la enseñanza deberá tener como fin la
transformación del carácter, además del cambio de conducta.
Profesor, su objetivo debe ser llevar a los alumnos a la mesa de cirugía de Dios para
que Él trasplante el corazón de piedra, sustituyéndolo por uno de carne, que actúa según Su
voluntad.
El primer cuidado al enseñar la verdad es la verbalización. Las personas tienden a igualar las
palabras de la experiencia religiosa con la propia experiencia. Usted usa palabras para describir la
experiencia espiritual, pero tenga cuidado, para que, al verbalizar sus ideas particulares, no
sustituyan a la verdad.
Otro cuidado que debe tener es con la catarsis espiritual (esta de purificación espiritual que
el individuo anhela, por ejemplo, a través de la confesión) que algunas personas experimentan al
estudiar la Palabra. Ellos ven, sienten, oyen y responden. Concuerdan con todo lo que es dicho, pero
sólo hasta ahí. Es decir, no hay conversión de ideas y principio morales.
Profesor, la religión no es algo sobre lo cual únicamente se habla, sino que es una fuerza
que altera la vida entera.
Guie a sus alumnos a la Palabra, para que busquen las respuestas a los problemas de la vida.
“Los principios de la verdad grabados en el corazón, renglón tras renglón, mandamiento tras
mandamiento, producirán rectitud de acción” (COES, p.74.3). Procure saber las dificultades de
aprendizaje de cada alumno y también los estilos de aprendizaje. Algunos crecen más delante de
ilustraciones verbales, a otros les gusta hablar, o ver objetos alusivos al asunto, etc. Pero, en la
mayoría de los casos, es mejor evitar discusiones filosóficas y temas irrelevantes.

Haga uso de situaciones del a vida diaria para que todos puedan identificarse y comprender
mejor el estudio. Muestre cómo la Biblia responde las dudas existenciales de forma personal.

Profesor, haga que el evangelio sea relevante para el hoy, el aquí y el ahora.
El método más eficaz para ayudar al alumno a transferir la verdad a la vida cotidiana
probablemente es aquel en que el profesor lo lleva a través de experiencias simuladoras de la vida
diaria. ¿Cómo puede simular situaciones de la vida de los alumnos de acuerdo con el asunto de la
Lección? Tal vez, puede sugerirles preguntas como: ¿qué harías si fueras…? O, ¿en qué momento de
tu rutina diaria es aplicable el texto bíblico? En este tipo de enseñanza usted lleva a su Unidad a
aplicar las Escrituras a situaciones hipotéticas.

. Cada alumno participa intelectual y emocionalmente al tomar decisiones basadas en


experiencias simuladoras. La discusión estimulará la formación de nuevas ideas, instará la práctica y
la percepción de la relevancia del texto bíblico. El debate en clase ayudara en la sensibilización del
corazón en cuanto a la verdad bíblica y la necesidad de buscar más el estudio de la Biblia.

Profesor, ¿cómo puede ayudar su práctica diaria del estudio de la Biblia en el proceso de
estimulación de sus alumnos?
Analice el cuadro de arriba y piense en cómo realizar el estudio de la Lección siguiendo estos
pasos. Al usar este proceso de auto aplicación, desarrollará en los alumnos el sentido de
autorresponsabilidad. Es decir, el alumno construirá su propio camino para el aprendizaje bajo su
guía. A través de este ciclo usted podrá crear situaciones donde será visible el crecimiento espiritual
de su Unidad.

Profesor, el principio de este consejo es crear un clima de autoconfianza en cada alumno y


estimularlo a tomar decisiones relacionadas al tema de la semana, basadas en el estudio de la Biblia.
Al llevar a sus alumnos a las aplicaciones de los temas estudiados, deje bien claro que sólo
conseguiremos aplicar las lecciones aprendidas en nuestra vida siempre que nos abramos la
influencia del Espíritu Santo. Use todos los métodos y recursos pedagógicos legítimos que estén a su
disposición, y confíe que el Espíritu Santo es quien producirá el cambio en sus alumnos. “Únicamente
cuando la verdad vaya al corazón acompañada por el Espíritu vivificará la conciencia o transformará
la vida. Uno podría presentar la letra de la Palabra de Dios, estar familiarizado con todos sus
mandamientos y promesas; pero a menos que el Espíritu Santo grabe la verdad, ninguna alma caerá
sobre la Roca y será quebrantada. Ningún grado de educación ni ventaja alguna, por grande que sea,
puede hacer de uno un conducto de luz sin la cooperación del Espíritu de Dios” (DTG, p.625.3).

Profesor, ¿qué métodos y recursos ha utilizado para mejorar su enseñanza? ¿cómo percibe
la acción del Espíritu Santo a través de su trabajo?
En su clase de Escuela Sabática, tiene una gran oportunidad de contagiar a otros con su
simpatía y fe. Los métodos son secundarios cuando el tema es el relacionamiento. El amor de Cristo
personificado en usted es la fuerza más poderosa para transformar vidas. Debe combinar el amor
con el método de aprendizaje para alcanzar los corazones. El amor es su mayor lección, y ejemplo, lo
que hace la diferencia. Tenga total dedicación a la verdad por medio de la obediencia a Dios y el amor
de Cristo fluirá a través de usted, querido profesor.

Profesor, que la verdad transformadora de Dios pueda ser enseñada a través de su buena
relación con sus alumnos, transformando así sus vidas.
La Biblia es su principal libro de estudio. Es el corazón de la Escuela Sabática. A través de
encuentros semanales, el profesor debe siempre presentar a Dios como solucionador de problemas y
promotor de esperanza. ¡Él es el centro de las Escrituras!

La mayoría de las personas cree en la existencia de un poder supremo, un Dios que existe
“en algún lugar”, que es el arquitecto del Universo. Muestre a sus alumnos que nuestro Dios no está
callado. Él llamó al hombre a la existencia. La naturaleza revela evidencias de que su Autor es un
Dios de orden. Sin embargo, la naturaleza nada dice al respecto de la salvación y redención del
hombre. La naturaleza no proclama buenas novas de liberación del pecado. Los árboles, las flores y
aún las estrellas son mudas en cuanto a lo que es correcto o incorrecto. Por lo tanto, nunca olvide
que la Palabra de Dios debe ser la guía de nuestra vida.

Profesor, si su alumno no estudia la Biblia junto con la Lección, probablemente no está


estudiando a través de ningún método.
Existe una relación directa entre la cantidad de alumnos, la presencia y el estudio de la
Lección. Para redoblar la frecuencia en la Escuela Sabática es necesario redoblar la cantidad de
alumnos. ¿Qué plan de registro usa su iglesia? Vea dos ejemplos de planes equivocados: (1)
Exigencia al nuevo miembro de cierta cantidad de clases asistidas para ser registrado en la Unidad
(2) Desligar a cualquier persona registrada sin conocer las razones de sus inasistencias y
constatación de las mismas. Sin embargo, hay motivos justos de desvinculación: muerte,
transferencia, cambio de casa, un pedido del propio alumno. ¿Cuándo se debe adicionar a un nuevo
alumno? Inmediatamente, si es ese su deseo. Busque nuevos alumnos: tome la lista de nuevos
miembros, visite ex adventistas, revise si hay miembros de la iglesia que no están registrados en
ninguna clase de Escuela Sabática, registre a los visitantes frecuentes.

Profesor, ¿qué podemos hacer para tener más alumnos en nuestra Unidad y tener más
miembros estudiando la Lección?
La Iglesia Adventista no vive aislada de las formas de pensamiento contemporáneos. Somos
afectados por tendencias de pensamiento moderno que puedan llevarnos a un desvío del énfasis en
las Escrituras. Aun cuando no debemos ignorar los valores de estas ramas del conocimiento, la Biblia
debe permanecer en el centro y ser nuestra autoridad final.

Las discusiones realizadas en la Unidad de Acción deben estar fundamentadas en la Palabra


de Dios. Usted, profesor de Escuela Sabática, debe asumir la responsabilidad de conducir a sus
alumnos a la investigación delas Escrituras.

Profesor, tenga cuidado, pues la conversación secular puede transformarse en palabras


religiosas sin contenido.
El lugar de las Escrituras en nuestras Unidades de Acción fue claramente afirmado por Ellen
White: “Siento profundo interés por nuestras escuelas sabáticas en todo el país, porque creo que son
instrumentos de Dios para la educación de nuestros jóvenes en las verdades de la Biblia” (2JT,
p.567.2).

“Ningún hombre, mujer o joven, podrá lograr la perfección cristiana si descuida el estudio de
la Palabra de Dios. Al escudriñar cuidadosa y atentamente su Palabra, obedeceremos la orden de
Cristo: “Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y
ellas son las que dan testimonio de mí.” Este estudio capacita al que lo efectúa a observar
atentamente el Modelo divino, pues ellas testifican de Cristo. El Modelo debe ser examinado a
menudo y con toda atención a fin de imitarlo. A medida que uno llega a dominar la historia del
Redentor, descubre en sí mismo defectos de carácter; su falta de semejanza a Cristo es tan grande
que ve que no puede ser un seguidor de él sin efectuar un gran cambio en su vida. Continúa
estudiando, con un deseo de ser igual a su gran Ejemplo; capta las miradas, el espíritu de su amado
Maestro; observando se transforma” (COES, p.171.1)

Profesor, ¿qué valor dan sus alumnos a la Biblia?


Muchos profesores de Escuela Sabática no esperan realmente que sus alumnos estudien a
fondo la Lección. El profesor que habla solo durante muchos minutos en su Unidad, desanima la
participación del alumno y el estudio de la Lección. Muchas veces la pregunta que pasa por la mente
del alumno es: “¿Por qué voy a estudiar la Lección?¡Si el profesor va a explicar todo de todas formas!

El profesor que, correctamente, quiere participación, tendrá en cuenta el estudio de sus


alumnos. Esto motivara la preparación previa de parte de ellos. En una clase donde hay un buen
profesor hay buenas discusiones, buena investigación de la Biblia y un miembro que no estudia se
sentirá incómodo.

Profesor, un alumno sincero que siente que es parte del movimiento adventista será
conducido a estudiar no para alcanzar la meta de la clase, sino por el deseo de crecer
espiritualmente.
La Iglesia Adventista es conocida como el pueblo de la Biblia en gran parte por la Escuela
Sabática. Sin embargo, algunos profesores raramente leen la Biblia o piden a otros que la traigan
durante el encuentro semana. De la mima forma, muchos han frecuentado Unidades durante años,
leyendo la Lección fielmente, trimestre tras trimestre, pero sin haber desarrollado la habilidad de
buscar en la Biblia. La dependencia extrema del texto de la Lección, de los auxiliares y de las
meditaciones matinales pueden contribuir para la inmadurez espiritual.

Al revisar la Lección, lleve a sus alumnos a hojear la Biblia. De esta manera, harán
descubrimientos espirituales, mediante la comprensión e identificación de las palabras y frases que
atienden sus necesidades y se entusiasmarán con la Biblia volviendo a cada con el deseo de
estudiarla por sí mismos.

Profesor, use estos consejos como trampolines para estimular a nuestro pueblo al estudio
individual de la Biblia.
Incentive a sus alumnos a un cuidadoso estudio general de la Lección durante la tarde del
sábado. Esto los ayudara a tener una visión general del tema de la semana y despertara el deseo del
estudio diario. Percibirán que hechos cotidianos tienen significado dentro de un tema más abarcante.
Recuerde: El alumno debe aprender a encarar la palabra como un todo, y ver la relación de sus
partes.

Enseñe a sus alumnos a localizar y subrayar palabras y frases claves en el versículo y a


observar el contexto del párrafo en las Escrituras. Muéstreles cómo usar referencias de pie de
página. Presénteles una concordancia y enseñeles cómo usarla. La idea es crear un espíritu
investigativo en cada miembro.

Profesor, incentive a sus alumnos a estudiar y meditar sobre la palabra. Esto dará al Espíritu
Santo la oportunidad de abrir nuevos rayos de verdad en la mente de los alumnos y sugerirles
cambios de vida.
Debe trabajar con sus alumnos, preferentemente, a partir de motivaciones internas. Con esto
despertará en el alumno el verdadero interés por el estudio de la Lección. Ésta fue la forma utilizada
por Jesús para motivar el estudio de las Escrituras. El profesor no dijo nada sobre los blancos,
premios, adhesivos, etc. porque todas esas motivaciones son externas y el resultado puede ser
pasajero. Usted es la llave principal, la influencia más poderosa para el estudio de la Biblia como
recompensa por si sola.

Si usted ama la Palabra de Dios, si le gusta buscar en la mina de la verdad, si busca aprender
más del mensaje de Jesús, esto será un poderoso estímulo para sus alumnos. El entusiasmo es
contagioso. Cuando usted está animado con sus descubrimientos en la Biblia, sus alumnos se
animarán también.

Profesor, ¡que la palabra se convierta en placer y regocijo de su corazón y que esa alegría
contagie a cada miembro de su Unidad de Acción de Escuela Sabática!

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