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Introducción

En este trabajo trabajaremos sobre los temas de educación y cambio social,


indagando sobre la relación que existen entre estos dos conceptos y
debatiendo ideas de distintos autores sobre si por medio de la educación
podemos lograr el cambio social. Comenzaremos por definir ambos términos
para luego si ahondar en profundidad sobre ambos temas abordados por
distintos autores.
Antes de comenzar con los análisis de educación- cambio social vamos a
definir ambos conceptos.

Cambio Social: se denomina cambio social a una modificación importante en


la estructura de una sociedad. Estos cambios pueden producirse en los
valores, las tradiciones, las normas o las manifestaciones materiales de la
comunidad en cuestión.

Educación: formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y


afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia
de la sociedad a la que pertenecen.
Luego de tener en claro los significados de cada concepto a trabajar podemos
ahondar en el análisis que se hacen sobre la relación o no de ambos en este
caso y para este trabajo hemos recurrido a los aportes que hace John Dewey
en su obra “Educación y Cambio Social”

Educación y Cambio social (John Dewey)

El problema “no reside en si las escuelas deben participar en la formación de


una nueva sociedad sino en si deben hacerlo ciega e irresponsablemente o
empleando toda la inteligencia con la mayor valentía y responsabilidad
posibles” (John Dewey) . Debemos aclarar que en la época, el tema aparece
intervenido por ciertos aspectos que el autor anticipa y que tienen que ver con
que la sociedad está en un proceso de cambio y que la escuela no marcha a su
ritmo; que se insiste en ligar la escuela a las fuerzas que provocan los cambios
sociales y que el debate con el que se pretende integrar más a la escuela con
la vida social está al orden del día.

Entonces estas opiniones se encuentran y confrontan. Así, para algunos no


está claro que la escuela juegue un papel importante en el cambio social.
Menos claro se tiene el cómo podría hacerlo. Otras voces proponen una
curiosa teoría especular: la escuela sólo debería reducirse a reflejar los
cambios sociales una vez éstos han ocurrido. Los más pesimistas consideran
la escuela y su función como “parasitaria”. En fin, se plantean niveles en cuanto
a la valoración del papel activo de la escuela y su injerencia en el cambio social
que se manifestaría incluso mediante un adoctrinamiento.

Y aún en el evento de que se logren aunar criterios sobre la necesidad de que


la escuela promueva el cambio, el problema a enfrentar tendría que ver con la
falta de dinámica de la propia escuela para llevar a cabo el programa en
referencia.

El estado actual de la sociedad, incluyendo por supuesto la escuela, no es algo


“fijo y uniforme”. La sociedad discurre por un sendero de cambios inimaginados
cuyas condiciones y fuerzas no siguen un modelo único, por lo que no debe
esperarse que tales cambios arriben a un resultado “único y coherente” en
palabras del mismo Dewey: “La queja de los conservadores acerca del peligro
que corren viejos y venerables valores y verdades, y el empeño de los
reaccionarios por contener el torrente de cambios en curso son suficiente
evidencia al respecto” . A tales cambios, la escuela también los ha
experimentado y es incontrastable el hecho de que el sistema educativo, aún
en los lugares en que se piensa que ello no ha ocurrido, se ha modificado en
alguna forma. En el contexto señalado por Dewey, por ejemplo, la escuela ha
cambiado porque han aparecido nuevas clases de escuela, nuevos cursos, y
se han producido cambios en las asignaturas y en los métodos de enseñar.
Decir entonces que la escuela no ha cambiado es una falacia, sobre todo si la
discusión se centra en la pertinencia o no de los anteriores cambios anotados.
De hecho, el abundar en ejemplos que muestren la rigidez del sistema
educativo y el estado de caos en el que está inmerso, sólo sirve para probar
que la escuela –y con ella el sistema escolar en su conjunto- realmente refleja
las condiciones sociales existentes e iguales de caóticas. Dewey capta que
existe un juego en el que participan los que critican a la escuela porque ésta no
orienta los cambios sociales a sabiendas de que la escuela en realidad ha
estado presente y ha participado de ellos. Lo que pretenden tales críticos es
que vuelvan a la escuela los anacrónicos sistemas disciplinarios en lugar de
acoger los “estudios progresistas”, con lo que, de nuevo, se demuestra que la
escuela desde ella misma influye de manera “positiva y constructivamente” en
las condiciones sociales.

Paulo Freiré

Plantea que el educador es agente de cambio social a través de la educación.


Da aportes a los educandos para nuevas visiones de la vida y así
produciéndonos transformaciones sociales por medio de la educación.

El educador es el intermediario de temas referidos a los cambios que puedes


sufrir en lo social y el resultado de estos son las nuevas ideologías
influenciadas por los procesos educativos. La alfabetización y concientizavion
de distintos asuntos atendiendo a la relación que este afronta en la sociedad,la
participación en el proceso histórico y de hacer del adulto un sujeto reflexivo en
la forma de pensar a través del diálogo. El educador tiene como obético
contribuir o establecer conocimientos e influencias para la transformación y el
diálogo en donde se genere la conciencia y la justicia ente clases. Lo que
establece Freire es que insertar al campo de la alfabetización a los ciudadanos
para que estos a través de sus ideologías y transformaciones personales,crea
o formas individuos que son activos y comprometidos a pensar y reflexionar
mediante un espíritu critico, y así conllevado un cambio en la sociedad por
medio de la educación

La educación y la Movilidad social.

La educación en su función social siempre estuvo vinculada de hecho al plano


económico. No obstante, fue desde la fi matización de la Segunda Guerra
Mundial cuando los científica cos sociales (sociólogos y economistas) centraron
su interés en estudiar los sistemas educativos como ejes estructuradores de las
sociedades avanzadas y el desarrollo económico. Esto coincidió con un
período de expansión educativa y económica sin precedentes, según Bonal15.
La relación educación-sociedad capitalista meritocrática se transformó en
central. En la década del cincuenta, la educación pasó a ser un área prioritaria
de intervención estatal. La educación se comenzó a vislumbrar como centro de
inversión estatal dentro del marco de la política de igualdad de oportunidades.
Surge y se instala un funcionalismo tecno-económico o también llamado “teoría
del capital humano”. Las formulaciones de esta teoría están sintetizadas
formalmente por Schultz y Becker. La educación es un capital como el capital
físico y, por lo tanto, si se invierte en ella se puede obtener rentabilidad. Esto se
aplica tanto a nivel individual como nacional. Una teoría que, tal como muy
certeramente analiza Bonal, dirigió su influencia desde lo macro hacia lo micro
y continúa instalada en el imaginario social, modificando las pautas de la
demanda social de la educación: «El impulso de los organismos internacionales
(como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o la OCDE) a la
promoción de la teoría, tanto por medio de la financiación de investigaciones
como a través de su difusión por medio de publicaciones y conferencias
internacionales, desempeñó un papel ideológico importante que repercutió
sobre los comportamientos individuales». Las tres dimensiones planteadas, a
su vez tienen una íntima relación con el desarrollo histórico de la educación
formal contextualizada, sus instituciones educativas, y la génesis y el desarrollo
de la profesionalidad docente. Específicamente, en cuanto a la profesión
docente cabe señalar que toda profesión, de acuerdo a Ortega, se articula en
torno a un complejo entramado de imágenes, juicios y recompensas sociales e
individuales que se van “elaborando” paulatinamente dentro de un contexto
particular. Dicho contexto podría recortarse exclusivamente al ámbito de la
institución educativa. Eso sería un grave error. La profesionalidad docente se
construye y re-construye dinámicamente desde y en lo multidimensional de
cada realidad social a considerar.
Conclusión

Luego de abordar los dos conceptos y la problemática sobre si la educación


produce el cambio social podemos afirmar que para que realmente se produzca
un cambio social por medio de la educación debe de haber un cambio en la
didáctica que mientras ese cambio no se prodúzca seguimos siendo agentes
de reproducción del orden social, del sistema en el cual nos situamos y
promovedores del deber ser impuesto por nuestra sociedad ya que las
instituciones en este caso educativas, así como la familia, la Iglesia etc.
promueven moldearnos a esos estereotipos instaurado ya en la sociedad que
contribuyen al deber ser, que desde que nacemos pasamos por distintos
medios de socialización los cuales son la familia , educación, medios de
comunicación etc. en donde se nos instruye sobre valores que estos valores se
transforman en normas, sobre tradiciones los cuales son códigos y sobre moral
la cual se relaciona con la ética y el derecho. Entonces podemos decir que la
educación pone límites y lo que hace es reproducir y conservar la estructura
cultural para mantener el orden por eso planteamos al principio de esta
conclusión el cambio y ese cambio se da por medio del cambio de la didáctica
para ahí si poder lograr ese cambio social.

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