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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Filosofía y Letras


Colegio de Letras Modernas
Lengua y Literatura Moderna alemanas
Viajes, alteridad, espacio y movimiento: Literatura de viaje en lengua alemana
1786-2002
EL VIAJE LINGÜÍSTICO A PARTIR DE DOS NARRACIONES DE YOKO TAWADA
Por: Brenda Macandi Urteaga Robles
Séptimo Semestre
Dra. Kundalini Muñoz Cervera Aguilar
México, D.F, a 31 de diciembre del 2017.

En el presente ensayo se analizarán dos cuentos, “Spores” y “Canned foreign”, de


la escritora japonesa Yoko Tawada presentes en su libro Where Europe begins1.
Primero se darán las nociones generales que corresponden a los textos y con
base en las cuales más adelante se hará el análisis de cada uno.
En ambos cuentos leemos sobre la experiencia individual de la migración de
mujeres japonesas a Alemania, en “Spores” el narrador en primera persona es el
local que acompaña al migrante en su viaje a través del lenguaje, mientras que en
“Canned foreign”, igualmente narrado en primera persona, el narrador es la
migrante misma que media entre dos lenguas. Ambos cuentos se complementan
al darnos diferentes perspectivas: la del migrante y la del alemán.
El texto resulta críptico y parece no estar dirigido a los alemanes ya que,
aunque está escrito en su lengua, la manera en que es empleada por Tawada es
muy particular y solo evidencia la apropiación del idioma. No hay un único
lenguaje en el que pueda expresarse de manera cómoda – como ha dicho ya en
varias entrevistas-, pero mediante la mezcla de la cosmovisión japonesa y el
idioma alemán construye su propia narrativa.
A pesar de que en los textos no se narre la trayectoria de un territorio a otro la
experiencia del viaje se hace tangible en diferentes niveles, primero para Tawada
al momento de la elección del lenguaje, para el lector alemán cuando se enfrenta
a un texto que no se deja leer a pesar de estar en su idioma, para el lector de

1
El libro fue originalmente publicado en 1991 con el título Wo Europa anfängt.

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cualquier otra lengua que no solo se enfrenta al texto sino también a una
traducción, y la narración misma cuyo argumento, en ambos casos, es la
experiencia lingüística en lengua extranjera.
Es importante entender las dos concepciones fundamentales que tiene
Tawada sobre el lenguaje. Primero: el lenguaje como territorio, “Tawada interest in
language and space, where languages are imagined as territories that can be
navigated and explored” (Kraenzle 9). Más allá del viaje espacial y físico del
migrante Tawada explora las vivencias de este alrededor de la lengua, incluyendo
observaciones fonéticas, gramaticales y semánticas que se tienen al vivir en otra
lengua, una que se va descubriendo a la par de la cultura y la tierra. Hay que
aclarar que no es sobre la lengua en sí sino sobre el hablante, se narra la
experiencia subjetiva del viaje que se hace de un lenguaje a otro.
Segundo: lo corpóreo del lenguaje, como explica Hernández “el viaje
emprendido por ella a esa nueva constelación de sonidos y significados
pertenecientes a la otra cultura necesitó en buena medida del establecimiento de
una relación cuasi corporal con el lenguaje utilizado”. Para Tawada el lenguaje
tiene una íntima relación con el cuerpo del hablante por los sentidos y las partes
que se emplean al hablar, escuchar y leer. El lenguaje atraviesa al hablante y en
las narraciones estos no permanecen pasivos, sino que a su vez lo reflexionan. La
corporalidad del lenguaje tiene aún otro sentido en el que las palabras se asimilan
a lo vivo o quizás es el hablante quien busca encontrar lo físico del signo, busca la
relación de la arbitrariedad del sistema lingüístico y lo tangible de lo designado,
como explica Kraenzle “when linguistic borders are crossed, however, the voice is
decentered and defamiliarized, and thus takes on a new materiality. Words are
imagined as living creatures” (8).
Si bien no podemos afirmar que los cuentos tengan un carácter autobiográfico
es evidente que Tawada escribe partiendo de su experiencia como migrante y
aprendiente del alemán, pero teniendo como lengua materna el japonés, lo que
busca es “encontrar las fronteras poéticas de estar entre-lenguas…Preferiría estar
en la frontera entre ambas a tener que cruzarla” (Tawada en Hernández). Las
narraciones están plagadas de observaciones sobre la lengua que resultan de una

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inocencia casi infantil ya que buscan lo literal o hacen analogías en búsqueda de
la similitud del signo con un animal, por poner un ejemplo.
Tawada explica que “if you have a new linguistic mother, you can experience a
second childhood. As a child, you take language literally. Consequently, every
word acquires a life that is independent of its meaning within a sentence” (Tawada,
From Mother Tongue to Linguistic Mother 142). Ambos relatos hacen que nos
preguntemos si hay una forma correcta de hablar o si la lengua se reduce a la
gramática y su uso debido ¿La lengua es ese conjunto de reglas y no más?
En “Spores” hay un narrador en primera persona que refiere a el otro, al
extranjero que no es hablante materno de su lengua. El narrador tiene cierta
ingenuidad que se percibe en la manera en que se expresa y por la sinceridad con
la que relata a partir de su experiencia, por ejemplo, cuando dice “the Japanese
word for ‘misheard’ sounds like a frog croaking” (Tawada, Where Europe begins
15).
En este relato nos enfrentamos con lo críptico de la narrativa de Tawada en la
que hay dos personajes principales de los que poco se nos dice, no sabemos más
que tienen una relación con cierta intimidad, que ella, Kinoko-san es japonesa,
tiene un hijo y está en Alemania y que al final no se volverán a ver. En la narración
del hombre se intercalan sus pensamientos sobre lo que Kinoko le dice, lo que
pasa en su relación y sus sueños que se nos presentan como realidad o
alucinación hasta que estos terminan y el narrador nos dice “I wake up” (Tawada,
Where Europe begins 31), pero mientras se leen el lector permanece en una
incertidumbre que busca significar.
Kinoko no es la única que hace un viaje, ya que asumimos que la experiencia
lingüística como un recorrido que se hace y recorre a uno descubrimos que el
narrador es también un viajero desde que ella comparte con él y lo hace pensar. El
viaje es entre el habla y la grafía, la grafía y lo fonético, y la gramática estática y la
metáfora.
A partir del viaje que hace Kinoko el narrador parece estar fascinado por el
recorrido, por los descubrimientos que hace, un ejemplo claro de estos

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desplazamientos2 es la trayectoria que hace Kinoko por diferentes términos
empezando con “Lend me your ear” (Tawada, Where Europe begins 16) y el
narrador explica cómo va empleando diferentes palabras “first she changed the
phrase to ‘rend me your ear’, then to ‘render’ and even ‘surrender’. Since she’s
been growing more elegant daily […]” (Tawada, Where Europe begins 17). Kinoko
crece, se vuelve más elegante, se transforma y el narrador no es solo espectador,
sino que lo experimenta con ella.
Al narrador primero le parece ridícula la elección de palabras y metáforas
empleadas por Kinoko, luego le molesta y quiere detenerla, empieza a mencionar
de forma indirecta las otras opciones con las que podría expresar lo mismo para
“abandon her fixation on the one single expression and open her ears to others”
(Tawada, Where Europe begins 19). Hacia el final incluso se avergüenza de
Kinoko “if I start to answer her, the other people might think I am at her level, and
that would be frightening” (Tawada, Where Europe begins 29). La pone en un nivel
asumiendo que la lengua tiene una forma correcta y otra usada por los que no
conocen las reglas, por medio de este – aparente- desconocimiento del otro se
impulsa para posicionarse como el poseedor de la lengua, quien la habla en su
forma correcta, aunque no haga nada con ella.
Se reflexiona alrededor de la metáfora y al reflexionarla es que se alude a la
corporalidad de la palabra, en otros momentos el hablante nativo se extraña ante
su lengua materna, nos dice “suddenly couldn’t remember whether there really
was such an expression. Surely one’s ears could not be hard. Ears are soft”
(Tawada, Where Europe begins 22). Esta divagando alrededor de lo que para
Kinoko es una metáfora, la vuelve literal y piensa en el infierno de las orejas, en
que prestar el lóbulo sería posible, incluso en sus sueños hay monstruos que
intentan tomar su oreja. Hay que remarcar que todo esto solo pasa en forma de
pensamientos o sueños, pero no lo comunica a Kinoko, esto es una gran ironía
pues el hablante nativo no puede comunicar sus pensamientos ni usar el lenguaje

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Desplazamiento en dos sentidos: primero el de movimiento secuencial en el que se hacen descubrimientos
y segundo el de ser desplazado por esos descubrimientos, por un Otro que entro en el sistema, pero lo
transgrede, lo supera. Sin embargo, el desplazamiento es vivido así solo por el quien se posicionaba en una
lógica fija del lenguaje.

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para discutir con otro, para él el lenguaje es un sistema inamovible en el que
incluso las metáforas no se discuten, sino que tienen una forma única de ser
empleadas.
Kinoko está dislocando la estabilidad del nativo, con un movimiento ligero,
pero por el cual también el narrador está iniciando un viaje, aunque se resista al
cambio de lugar de lo que parecía estable. En esa misma búsqueda de recuperar
la estabilidad hace recorridos a través de la lengua. Él mismo marca el inicio del
viaje cuando dice “at first” (Tawada, Where Europe begins 13) para empezar a
narrar las dislocaciones del lenguaje que hace Kinoko.
Su necesidad por la lógica conocida es tan fuerte que tiene una pesadilla en la
que el diccionario se muestra como la representación física de la lengua,
representa las reglas, los significados fijos y en su pesadilla está en un incendio
del que no lo puede salvar. Podemos hablar nuevamente de lo corpóreo ya que el
narrador personifica al objeto diciendo “certain books do scream when they’re torn
apart” (Tawada, Where Europe begins 15), como si el lenguaje gritara al ser
dislocado.
Otra forma de lo corpóreo del lenguaje que encontramos en el relato es una
sensación de la voz, de lo que será dicho cuando el narrador dice “a few seconds
before she began to speak […] I have a feeling it’s coming, I know is coming”
(Tawada, Where Europe begins 20).
Más allá de lo críptico de la narrativa de Tawada, hay en “Spores” una especie
de borrosidad, se pierde la lógica que el narrador tenia a partir de los
dislocamientos de Kinoko. Se hace evidente que esa lógica del lenguaje, de la
vida, que era la zona de confort del narrador no es una línea clara sino más bien
una borrosa en la que los limites se pierden. Es de esta incertidumbre que el
narrador llega a tener la pesadilla ya mencionada, también de la incertidumbre
parte su necesidad de un diccionario de kanjis pues para el la lengua es eso fijo a
lo que se accede por medio del libro.
Como ya se mencionó se reflexiona en torno a las metáforas y esa misma
reflexión, en un nivel más profundo, es en la que en el relato la lengua se presenta
como metáfora del lugar, esto implementa aun más la borrosidad y la

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incertidumbre ya que un lugar determinado se fijaría y respetaría la lógica. Está
metáfora que se lleva al nivel de la forma implementa la borrosidad y deja al lector
en el mismo estado que el narrador, intentando encontrar un espacio físico o
intentando determinar todo lo que en el relato queda abierto.
“Canned Foreign” también está en primera persona, ahora es narrado por una
migrante que parece tener poco tiempo de haber llegado a Hamburgo. Cada día al
bajarse del camión se encuentra con Sasha, quien es analfabeta y va a la parada
a recoger a Sonia.
En este relato se prioriza aun más la corporalidad del lenguaje tanto como
repercute en el hablante como la relación del significante con el significado. Por
ejemplo, el carácter para escribir dragón en chino “was even shaped something
like a ‘real’ dragon” (Tawada, Where Europe begins 37), es una de las reflexiones
de la narradora, sin embargo, la “s” no le recuerda a una serpiente. Cabe aclarar
que el chino es también un idioma desconocido para ella y su observación surge
más de la pregunta que le hace Sasha partiendo del estereotipo de que los
logogramas son todos iguales.
La importancia de que Sasha sea analfabeta radica en la identificación que
tiene el migrante con el local ante una ciudad enigma que limita a sus habitantes
por no conocer los grafos del lenguaje. Más allá de leer los nombres y contenidos
de los productos la narradora llega a hacer reflexiones sobre las ilustraciones
publicitarias ya que estas son las que podrían darle pistas sobre el contenido.
En “Canned Foreign” vemos más profundamente el paso del lenguaje por el
cuerpo, como cuando la narradora dice “I repeated the sound S in my mouth and
noticed that my tongue suddenly tasted odd” (Tawada, Where Europe begins 35),
la palabra tiene gusto. En otro momento hace anotaciones sobre la fonética de la
lengua extranjera y el efecto del habla en su cuerpo
Every attempt I made to describe the difference between two cultures failed: this
difference was painted on my skin like a foreign script which I could feel but not read.
Every foreign sound, every foreign glance, every foreign taste stuck my body as
disagreeable until my body changed. The Ö sounds, for example, stabbed too
deeply into my ears and the R sounds scratched my throat. Certain expressions
even gave me goose flesh (Tawada, Where Europe begins 36)

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En ese fragmento el lenguaje que trastoca el cuerpo es más agresivo, casi
doloroso a, diferencia de cómo lo vivía Kinoko a como lo hace la narradora de
“Canned foreign”, parece ser un transito menos flexible, en este relato el lenguaje
hace que el cuerpo de la narradora tenga que cambiar para adaptarse a él. Está
corporalidad del lenguaje marca el adentro y el afuera, el exterior que transforma
al interior en cuanto que este usa al otro. “Tawada conceive[s] of skin as the level
of bodily experience that interacts and coalesces with the external world, thus
creating a space where the external and internal touch and merge” (Dimock 83),
además esta metáfora de lo interior y lo exterior también se refiere al umbral – a la
frontera en palabras de Tawada- que hay de una lengua a otra y entre esas
lenguas y el hablante. Cabe agregar que la lengua es una experiencia ajena al
hablante y esto se ve resaltado en la narradora que más tarde no encontrará
palabras para expresar como se siente.
También podemos mencionar la marca de la extranjería que siente a partir de
que el otro la puede leer. En el fragmento entendemos la importancia entre lo
leído, la letra y lo visible, quizás por eso Sasha es la persona con quien establece
un contacto ya que como dice la narradora “Sasha complacently accepted all
forms of illegibility. She didn’t want to ’read’ things, she wanted to observe them”
(Tawada, Where Europe begins 35). Aunque Sasha y Sonia no la traten basadas
en el estereotipo del asiático, la narradora se enfrenta a las constantes preguntas
que si lo hacen.
Se presentan ideas más fuertes sobre la relación imagen-lenguaje, el choque
entre lo escrito y lo pictórico, y lo escrito y lo real. La narradora busca lo tangible
en la palabra “not only the S, but all the other letters as well differed from live
snakes in that they lacked both moisture and flesh” (Tawada, Where Europe
begins 34).
Al final retoma la idea del cambio corporal: “I bought a Little can that had a
Japanese woman painted on the side. Later, at home, I opened the can and saw
inside it a piece of tuna fish. The woman seemed to have changed into a piece of
fish during her long voyage” (Tawada, Where Europe begins 39). La mujer que se
convierte en pescado es la viajera japonesa que se transforma durante un largo

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viaje en el que media con otro idioma, su cuerpo se adapta al nuevo espacio. Esta
transformación representa la idea de Tawada a partir de “su experiencia de
aprendizaje de la lengua extranjera, y define esta peculiar e indisoluble relación
entre el cuerpo y el lenguaje en términos de una physical transformation o
transformación física” (Hernández).
Para concluir, sería absurdo querer definir la identidad de Tawada 3 fijándola en
una lengua, un territorio o una profesión, si algo hace ella – y sus personajes
migrantes- es mediar y habitar los umbrales de las formas, las culturas y las
lenguas que permean su vida siendo estas la narrativa y la prosa, la japonesa y la
germana, y sus respectivas lenguas.
Tawada no desnaturaliza el lenguaje – como escribe Dimock- ya que este
nunca ha sido natural, ni tampoco busca conciliar los lenguajes entre sí, más bien
concilia la experiencia del hablante, quien en sus narraciones puede jugar con las
palabras, experimentar con las metáforas y llevar los significados de un idioma al
otro.
Los personajes cohabitan entre ambas lenguas y al hacerlo se enfrentan a la
lógica de la competencia gramatical aparentemente fundamental al hablar un
nuevo idioma, pero su meta no es el dominio de la lengua, sin embargo, se
apropian de ella al usarla. En ambas narraciones se trata de las relaciones
lingüísticas del sujeto con el objeto, estas relaciones no solo se van dando
conforme el viaje, sino que son parte del viaje, más allá de lo geográfico está el
paladear otras palabras, las nuevas rutas que conoce la lengua, los significados
de un idioma que se imponen al otro, el oído y la garganta que producen y emiten
sonidos antes desconocidos y las palabras que se descubren.

Bibliografía
Brandt, Bettina y Yoko Tawada. «Ein Wort, ein Ort, or How Words Create Places:
Interview with Yoko Tawada.» Women in German Yearbook (2005): 1-15.
Dimock, Chase. «Sensing America: Yoko Tawada's synesthetic meditation on
linguistic spaces: Foreingn toungues.» Daffner, Carola, et al. German

3
Lo cual intenta concluir Yolanda Hernández al final de su ensayo.

8
Women Writers and the Spatial Turn: New Perspectives. Berlin: De Gruyter,
2015. 79-97.

Hernández, Yolanda García. «Enlazando culturas a través de la lengua. Yoko


Tawada, puente entre Oriente y Occidente.» Alfaro, Margarita, et al.
Interculturalidad y creación artística: Espacios poéticos para una nueva
Europa. Madrid: Calambur, 2014. Google books. Web. 25 dic. 2017.

Kraenzle, Christina. «Travelling without Moving: Physical and Linguistic Mobility in


Yoko Tawada's.» Transit (2005): 1-16.
Tawada, Yoko. "From Mother Tongue to Linguistic Mother." Mānoa (2006): 139-
143. Web.
—. Where Europe begins. s.f.

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