Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
I. ANTECEDENTES:
Este caso tiene 2 protagonistas: el señor Jorge Tovar Pérez, de 48
años; y la señora Rosario Madueño Atalayal, de 46 años.
Esta pareja de nacionalidad chilena, desde el 2011 se sometió a
múltiples tratamientos de fertilidad para ser padres, pero ante la
imposibilidad de lograrlo, un médico les recomendó que concurran
a la ciudad de Lima a efectos de intentar nuevos tratamientos de
fertilidad, como la gestación subrogada.
Aquí se debe tener muy en cuenta 2 cosas importantes:
a) La primera es definir qué es el vientre subrogado: Es el
procedimiento mediante el cual una pareja o personas
individuales, que son incapaces de sostener un embarazo,
solicitan a una tercera que les permita usar su vientre como
medio para el desarrollo del embrión. Las razones pueden
ser problemas de salud, por ser ambos del sexo masculino o
por simplemente no querer pasar por el proceso.
b) La segunda es que: La legislación chilena no posee ninguna
norma que regule o detenga el arrendamiento de vientres
para el desarrollo de un embarazo; peor aún, el Código Civil
de dicho país dificulta esta práctica al reconocer como
madre a la mujer que da a luz. Por esto, la mayoría de
parejas que deseen practicar este método, prefieren ir al
extranjero, específicamente a países donde el vientre
subrogado está permitido y regulado por la ley.
Ya en Lima, el año 2013 llegaron a la clínica Concebir. Intentaron
otros tres procedimientos de fertilidad sin éxito y, como última
opción, decidieron someterse a la técnica del vientre subrogado o
de alquiler.
En dicha clínica, conocieron a una ex enfermera de nombre Isabel,
y en 2017, esta enfermera llegó a un acuerdo con la pareja, donde
se ofrecía a llevar el embarazo de los hijos de los señores por un
monto de 10 mil dólares. Rosario no podía concebir, así que
tuvieron que recurrir a dos óvulos donados que fueron fertilizados
con espermatozoides de Jorge en la clínica Concebir.
Isabel cuenta que, durante el embarazo, la pareja chilena viajaba
esporádicamente a Lima para seguir de cerca el proceso y cuando
no podía venir, ella hacía que los fetos escucharan las voces de
sus padres por el celular.
Todo marchaba correctamente hasta que a fines de julio de 2018
empezaron las contracciones, dos semanas antes de lo previsto.
Así, los bebés nacieron el 28 de julio de 2018, pero los padres
llegaron todavía el 29 de julio. Aquí comienza el caso en sí, ya que
los padres decidieron volver a su país natal el 25 de agosto, y fue
ese día que estaban ya en el aeropuerto Jorge Chávez donde los
detuvieron.