1) Antiguamente el placer estético estaba unido a la sensación y la sensibilidad,
pero fue afirmado que en la actualidad el placer estético se convirtió en teórico. La metafísica ha habituado su crisis en el mundo moderno, sus conceptos no ayudan en la actualidad. Es imposible usar conceptos del siglo S.XVII en la contemporaneidad; en los siglos XIX y XX se ocasiona un conocimiento progresivo en la autonomía de cada individuo, cada uno de nosotros somos los encargados de crear el escenario de nuestra existencia. El concepto no puede seguir regenerándose en ningún aspecto; para ello es necesario obtener la naturaleza antropológica de la magnitud estética. Este carácter tiene un alcance integral, que no permite la exclusión de esferas o sentidos MENOS NOBLES, como con tanta frecuencia se ha sostenido en la estética filosófica tradicional. La fundamentación del principio antropológico como base de una nueva estética filosófica exige su mediación o determinación a través de esferas simultaneas de confrontación, coinciden con otra parte con lo que podríamos llamar FUENTES de la disciplina. Esferas de determinación del principio estético: Las teorías estéticas históricamente formuladas. Las ciencias humanas. El despliegue practico de la propia experiencia estética. 2) En las concepciones de la belleza nos podemos encontrar con la palabra de LOS SOFISTAS, por ejemplo, para ellos había dos tipos de belleza; belleza del alma y belleza del cuerpo. Lo bello es lo que produce placer por medio de los sentidos: vista, oído; sentidos nobles, belleza sensible, aparencial. Para PLATON la idea de belleza era VERDAD-BELLEZA-BIEN. Critica de la belleza sensible, aparencial de los sofistas; distinción entre bellezas particulares, elementos psíquicos, sociales, virtudes, verdades y valores; no solo estéticos sino también los elementos morales y cognoscitivos. En cambio para ARISTOTELES era la relación entre el orden y la armonía; “belleza como medida y orden”. Cuestiona a platón y su duplicación del mundo. El artista no busca la verdad sino la verosimilitud, lo que resulta creíble. “Lo bueno lo es para uno, lo bello lo es absolutamente”. En cambio el concepto de belleza según Alberti era que la belleza giraba en torno a un número, una relación y una distribución. La belleza como “acuerdo y armonía de las partes con un todo”. Reconocimiento del valor espiritual y material/mercantil de las artes y la atribución de ese valor a las cualidades del artista de producir objetos bellos. 4) El análisis de Benjamín se fundamenta en la oposición bien conocida, machacada y hasta trivializada desde su ensayo, entre la obra “áurica”, dotada de un aura única y mágica, del arte del pasado, y la obra fundamentalmente reproducible de nuestra época. Esto conduce a Benjamín a una última distinción entre lo serio y el juego, la atención y la desenvoltura cristalizada en lo que llama la estética de la distracción, se podría llamar desestetizada, si ella se sigue refiriendo a la contemplación recogida de las obras maestras. Esta experiencia, es análoga a la experiencia visual y corporal, que hacemos de la arquitectura, experiencial “distraída” del usuario; del paseante ocioso y del transeúnte por oposición a la del conocedor y del iniciado. Esta frase, recoge y resume la posición de Benjamín en conjunto, “A grandes intervalos en la historia se transforma al mismo tiempo que el modo de existencia, el modo de percepción de las sociedades humanas”; no hay esencia inmutable de la obra de arte sino una esencia histórica que depende de las transformaciones sociales y de los descubrimientos técnicos. Las transformaciones sociales que lo acompañan son en resumen, las transformaciones que han ido acompañando el desarrollo del capitalismo industrial.